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Miquel Bassols – Lo femenino más allá de los géneros

https://www.eitb.eus/es/radio/radio-euskadi/programas/vivirparaver/detalle/7037871/miquel-
bassols-lo-femenino-generos-----------/

La Conferencia del doctor Miquel Bassols está enmarcada en el ciclo de conferencias " Una
mirada desde el Psicoanálisis sobre temas de actualidad" organizado por el Seminario del
campo Freudiano en Donostia- San Sebastián y con la colaboración de San Telmo Museoa.

La experiencia del género sexual se define socialmente según coordenadas culturales que son
diversas y cambiantes, y en las que los ejes de la masculinidad y la feminidad no agotan el
amplio abanico que se abre en relación al complejo campo de la sexualidad.
Muchas de estas teorías, también desde el feminismo, se han orientado a partir del
psicoanálisis.
A partir de la enseñanza de Jacques Lacan, podemos afirmar que lo femenino no se reduce a
un género entre otros, sino que plantea una diferencia radical, un alteridad decisiva, que
requiere ir más allá de la propia noción de género para situar al sujeto contemporáneo en el
campo de la sexualidad y del goce. Trataremos de situar este “más allá”.

Algunas puntuaciones…
El psicoanálisis es una experiencia ética de la escucha y la palabra, rescata la
importancia del sujeto de la palabra y los modos de goce. De allí la importancia de
hablar y ser escuchados. Necesitamos ser escuchados para poder sobrevivir. Hay una
dificultad para ser escuchados en la sociedad contemporánea (en función de lo acelerado
de los tiempos que vivimos, la vorágine cotidiana actual, la demanda de inmediatez, de
respuestas rápidas que nada dicen del sujeto, desconocen y hasta anulan la singularidad
- singularmente cada persona sufre determinados síntomas-).
Nuestras formas de vivir y de gozar pueden terminar con la vida misma. Nos hemos
convertido en una especie de epidemia de la que queremos curarnos, y de la que -el
autor subraya- no conviene curarnos del todo porque desaparecemos.
Según Freud la felicidad no está escrita en el plan de la creación; hay una parte de
insatisfacción inherente al ser humano. El deseo mismo parte de una insatisfacción
fundamental. Un mundo feliz, al estilo del de Aldous Huxley, es un mundo sin deseo, en
un mundo donde todo es tan satisfactorio ya no hay deseo. El deseo por esencia implica
un cierto grado de infelicidad, que el psicoanálisis debe saber manejar. (el desafío es)
hacer aparecer en la infelicidad del sujeto un deseo que lo hace en realidad humano, y
que permite que haga cosas que los felices no harían nunca.

Lo femenino más allá del género


En la actualidad nos encontramos con una multiplicación de géneros que diluye la
diferencia clásica femenino – masculino. (podemos decir que ello no es incompatible
con el psicoanálisis, en tanto) Freud partió de la idea de que en el inconciente no hay
una inscripción de la diferencia, hay en todo caso una bisexualidad de entrada en cada
sujeto, que va definiéndose a partir de encuentros, desencuentros, identificaciones.
Dentro de esta profusión lo femenino como tal ocupa un lugar especialmente singular.
Algo que el psicoanálisis de Freud intuyó, definió como el continente negro, una tierra
incógnita.
Lacan ubica lo femenino como algo separado del género mujer opuesto al hombre, y
empezó a definir esa posición de lo femenino como algo que no se reduce a la lógica
femenino/masculino clásica, sino como una alteridad fundamental, algo que escapa a la
lógica de las diferencias sexuales clásica.
Esa singularidad de lo femenino no puede definirse por oposición a lo masculino ni
tampoco como un género. Hay una nueva reivindicación del lenguaje que apunta a salir
de la oposición masculino/femenino a donde lo masculino va al lugar de lo universal,
haciendo escuchar algo de la singularidad vinculada a lo femenino. Es un momento de
cambio radical en la concepción de los sexos, de la vida entre hombres y mujeres. A la
par de una gran crisis del patriarcado -desde mediados del siglo XX/XXI (¿?) se percibe
una dificultad para ordenar la vida familiar y social. Y ésta a su vez a la par de una
nueva definición de las posiciones femeninas y masculinas más allá de los géneros
clásicos.
El Lacan de los ’60 define a la mujer como el Otro. Lo inconciente es femenino, lo
femenino en cada uno; es lo más otro, la parte ignorada de cada uno; eso que de tan
íntimo y familiar se convierte en lo más extraño. Lo femenino, lo más otro, lo más
ignorado, lo más extranjero de cada uno; lo más secreto y enigmático. He aquí el lugar
de alteridad que el psicoanálisis lacaniano otorga a lo femenino. La mujer es Otra
incluso para sí misma. Es como el encuentro con el inconciente. Ahí empieza el
psicoanálisis, en el reconocimiento del sujeto de que hay algo de sí mismo que se
desconoce, y en ello radica lo femenino en cada sujero

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