Daniel Ariza – Gerson Julio – Santiago Morales – Edwar Rozo
14/05/19
Informe General de las visitas al geriátrico
Al principio, en la génesis del proyecto, era responsabilidad de todos asistir a una primera sesión colectiva, donde conocimos el lugar, obtuvimos una primera impresión y a la vez, distribuimos los adultos mayores con los que trabajaría cada grupo. Fue una mirada de reconocimiento, interacción mutua y un primer intercambio de experiencias. En la segunda sesión, cuando cada grupo debía asistir de forma autónoma, en este caso, sólo hicimos presencia tres miembros del grupo, en donde, bajo un desempeño complementario, aplicamos la primera de las pruebas, el examen del Estado funcional del adulto mayor. En este primer momento experimental, nuestros dos adultos mayores, Ana Ligia y María Teresa, se encontraban en una disposición bastante favorable, en donde la primera mencionada, que padece de Alzheimer con un rasgo depresivo, decía que también nos recordaba y procedió a seguir las indicaciones que le proporcionamos. Por otro lado, María Teresa, que también padece Alzheimer, pero en una etapa terminal, siempre posee una buena actitud, aunque carece del habla, su mirada y una sonrisa, se encargan de decirlo todo. Como ella no podía comprender lo que decíamos (aparentemente), estuvo guiada físicamente por las enfermeras y llevo a cabo algunas de las instrucciones. En la tercera sesión, el ambiente no nos fue tan favorable, Ana Ligia se encontraba malhumorada, bastante enojada sin razón aparente por lo que creemos que no nos pudo recodar y antes de estar empática con nosotros, se disgustó más con nuestra presencia, haciendo notar su malestar con notros, yéndose a su habitación dentro del geriátrico. Por el lado de María Teresa las cosas estuvieron más sencillas, ella no puede hablar, por lo tanto, el examen mental lo hicimos basado en nuestra observación soportado por los comentarios que las enfermeras nos hacían. Ya en el último encuentro, íbamos en disposición de aplicar la cartilla de estimulación cognitiva para adultos, empero, nuevamente Ana Ligia no nos reconoce y su comportamiento con nosotros es algo hostil, por lo que decidimos intencionadamente no acercarnos mas para así no fastidiarla y ni mucho menos incomodarla. Con María Teresa completamos la cartilla, pero nosotros por ella guiados por lo que conocemos, lo dicho por el personal del lugar y nuestras observaciones, ella no habla y tampoco comprende lo que se le dice, siendo una dificultad para completar correctamente la cartilla.