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La moral en la Divina Comedia

Por Miguel Aguirre


En nuestro imaginario popular tenemos a Dante como un juez inexorable y durísimo, que
pasó lista a las más ilustres (y a las no tan ilustres) personalidades de la historia y
dictaminó, a partir de un dogma rígido, a qué círculo del Infierno, el Purgatorio o el Paraíso
habían sido destinadas. Y sí, sus versos rezuman veneno cuando fustiga a figuras como
Bonifacio VIII y la miel se desliza en las alabanzas dirigidas a los bienaventurados, pero en
otras ocasiones, ¡oh sorpresa!, sentimos notas de compasión, tristeza e incluso
inconformidad cuando habla de algunos condenados. ¿Cómo es eso posible? ¿Acaso Dante
se atreve a oponer al juicio divino (juicio que, por lo demás, depende de él como autor) un
juicio humano más benévolo, más misericordioso, más laxo? Pues sí, la obra cumbre de la
Edad Media, el compendio de la escolástica, la supuesta petrificación de la cosmovisión
cristiana tiene un filón de ambigüedad, donde autor y personaje, Dante escritor y Dante
viajero, tienen opiniones contrarias respecto a sus muertos. Y esto, señoras y señores,
complica no solo el sistema moral que rige la Divina Comedia, sino también a su hijo, el
sistema moral de la tradición occidental.
Los ejemplos son numerosos, pero por razones prácticas me limitaré solo a unos cuantos:
El primer caso, y posiblemente el más conocido, lo encontramos en el segundo círculo del
Infierno, en el que se castiga la lujuria. Entre las almas que allí ven Dante y Virgilio están
Paolo y Francesca, cuñados que, leyendo los amores de Lancelot y Ginebra, fueron
prodigándose miradas que condujeron a un beso fatal. Dante, hombre de carne y hueso,
enamorado como estaba de Beatriz, no es ajeno a las debilidades del corazón y al
escucharlos siente sus penas, comprende sus impulsos y se compadece de su estado actual.
Después de que Francesca ofrezca su famosa visión del amor, amor, ch’a nullo amato
amar perdona, amor, que a ningún amado le perdona el amar, se diría que, si fuera por
Dante, ambos amantes estarían libres de tormentos.
Un segundo caso aparece en el sexto círculo, entre los herejes o, más específicamente, los
epicúreos. Allí se encuentra con dos conciudadanos: Farinata degli Uberti, gibelino, capitán
y famoso hombre político, y Cavalcante dei Cavalcanti, padre de Guido Cavalcanti, poeta y
amigo íntimo de Dante. Ellos, a su vez, le refieren que los acompaña el emperador Federico
II de Svevia, escritor y mecenas de la escuela siciliana, en la cual brotó una de las más ricas
tradiciones poéticas. Esto, que parece asunto de enciclopedia, cobra peso cuando
consideramos que los tres personajes eran admirados por Dante y que el florentino se
demora junto a ellos, queriendo extender una conversación que le resulta excesivamente
corta.
El tercer y último ejemplo que me gustaría mencionar es el de Brunetto Latini, condenado
junto a los sodomitas. Latini fue un sabio, autor de un magnifico bestiario, Il tesoretto, y,
más importante aún, maestro de Dante. Cuando el poeta lo reconoce, con suma angustia,
pregunta: ¿Está usted aquí, don Brunetto? Un rostro querido, casi de padre, aparece ahora
negro, quemado y transfigurado por la pena. La conversación que mantienen está
atravesada por un cariño profundo, por una compasión sincera, de verse allá, en las
profundidades de la creación, bajo una lluvia de fuego.
Los ejemplos podrían multiplicarse, pero con ellos no haría más que agobiar al lector.
Basten los anteriores para mostrar cómo, a pesar de la dureza de los juicios, en la Comedia
subyace un espíritu más humano, más dulce, de pecador y amigo que sufre por aquellas
personas que él mismo, a la hora de escribir su obra, ha condenado a uno u otro círculo.
¿Cómo reconciliar estos dos impulsos que parecen contradictorios? ¿Cómo explicar esa
mano que condena con el corazón adolorido? Yo, discreto lector del Alighieri, no sabría
qué responder. Sin embargo, el 13 de marzo vendrá a la Cátedra Álvaro Mutis, en la
Universidad Pontificia Bolivariana, el doctor Ángel García Galiano, profesor de la
Universidad Complutense de Madrid, a hablar, justamente, de la moral en la Divina
Comedia. La Universidad y el programa de Estudios Literarios extienden una cordial
invitación a la misma. Tal vez nunca podamos llegar a una conclusión definitiva, pero una
mirada más profunda, dirigida por un experto en la materia, sí podrá iluminarnos mejor
esos parajes de la obra maestra y, cómo no, del alma humana.
Conferencista internacional: Ángel García Galiano, Doctor en Filología Hispánica de la
Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Literatura del Renacimiento
Fecha: 13 de marzo de 2020
Hora: 10:00 a.m. a 12:00 m.
Lugar: Aula Magna Mons. Manuel José Sierra, Ecocampus Laureles

La moral en la Divina Comedia


[Versión reducida]
En nuestro imaginario popular tenemos a Dante como un juez inexorable y durísimo, que
pasó lista a las más ilustres (y a las no tan ilustres) personalidades de la historia y
dictaminó, a partir de un dogma rígido, a qué círculo del Infierno, el Purgatorio o el Paraíso
habían sido destinadas. Pero, cuando nos adentramos en la Divina Comedia, percibimos
que, en numerosos pasajes, compasión, tristeza e incluso inconformidad acompañan la
descripción de penas y condenados. Esto complica el sistema moral que atraviesa la obra
del florentino, haciendo importante dirigir una mirada más profunda a la misma. Por lo
tanto, el programa de Estudios Literarios de la Universidad Pontificia Bolivariana invita a
la Cátedra Álvaro Mutis, que dará el doctor Ángel García Galiano, profesor de la
Universidad Complutense de Madrid, y que versará sobre la moral en la Divina Comedia.
Conferencista internacional: Ángel García Galiano, Doctor en Filología Hispánica de la
Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Literatura del Renacimiento
Fecha: 13 de marzo de 2020
Hora: 10:00 a.m. a 12:00 m.
Lugar: Aula Magna Mons. Manuel José Sierra, Ecocampus Laureles

La moral en la Divina Comedia


[Versión súper reducida]
El programa de Estudios Literarios de la Universidad Pontificia Bolivariana invita a la
Cátedra Álvaro Mutis, titulada La estructura moral de la Divina Comedia. El evento
contará como invitado al doctor Ángel García Galiano, profesor de la Universidad
Complutense de Madrid.
Conferencista internacional: Ángel García Galiano, Doctor en Filología Hispánica de la
Universidad Complutense de Madrid, Especialista en Literatura del Renacimiento
Fecha: 13 de marzo de 2020
Hora: 10:00 a.m. a 12:00 m.
Lugar: Aula Magna Mons. Manuel José Sierra, Ecocampus Laureles

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