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Katana

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Katana
Katana Masamune.jpg
Tipo Sable
País de origen Bandera de Japón Japón
Historia de producción
Producida Período Muromachi (1392-1573) - presente.
Especificaciones
Peso 1,1kg -1,3 kg
Longitud 110 cm
Tipo de hoja aprox. 60 cm - 73 cm
[editar datos en Wikidata]
La katana (en japonés 日本刀 nihontō, literalmente 'espada japonesa') o catana1nota
1 es una «especie de alfanje de origen japonés» según la RAE. Katana es el kun'yomi
o lectura japonesa del kanji 刀; el on'yomi o lectura china es tō.

Se refiere a un tipo particular de sable de filo único, curvado, tradicionalmente


utilizado por los samuráis. Su tamaño más frecuente ronda el metro de longitud y el
kilo de masa. El tipo de katana más difundido en la actualidad es el conocido como
"Oda Nobunaga", en alusión al daimyō creador de dicho modelo, de hoja curva y
alrededor de un metro de longitud total. Comúnmente se usa como nombre en
Occidente.

Índice
1 Origen
2 Características
3 Anatomía del sable japonés
4 Elaboración y tratamiento
4.1 Proceso de elaboración
5 Shirasaya y shikomizue
6 Mantenimiento
7 Véase también
7.1 Además
8 Enlaces externos
9 Notas
10 Referencias
Origen

Antigua katana japonesa, mostrando el koshirae, shirasaya y tsunagi.


El origen de la “katana” japonesa se remonta a unas primeras espadas que,
aproximadamente, datan del 700 d. C. y que se caracterizaban por ser rectas y con
un solo filo. Se las denominaba “chokuto” y sus dimensiones podían oscilar entre
los 30 y los 90 cm. Eran muestra del importante valor ritual de las armas en aquel
entonces (hablamos de una cultura panimista): probablemente pertenecieran a ajuares
funerarios de nobles o personas importantes de la tribu. Paralelamente, el impacto
de la cultura china se hace notar en el proceso evolutivo de la espada japonesa.
Como claro ejemplo, los términos chinos “chien” (espada de doble filo) y “tao”
(cuchillo de un solo filo), sirven de precedente semántico y fonético de los
“kanjis” japoneses “ken” y “to”. De esto surge el término “katana”, como expresión
del modelo estándar de espada japonesa. Paralelamente, empieza a notarse la
influencia de las culturas de Corea y China, en los ornamentos de las espadas de un
solo filo. Esta influencia se intensificará entre los siglos V y VI d. C., debido a
los constantes conflictos militares entre Japón y Corea.

Posteriormente, con la propagación del budismo como forma religiosa en las islas,
llega un cambio importante: surgen las espadas de doble filo, rematadas con
elementos ornamentales, destacando una voluminosa decoración en las empuñaduras.
Esto se convertirá en tónica general, desatando un debate sobre lo aparatoso y poco
ergonómico que resultaba.

Poco después, la aparición de la espada de inconfundible estilo japonés, se produce


una vez el Imperio alcanza la suficiente estabilidad. En ese momento, la espada ya
había cobrado mucha importancia como arma de guerra, suficiente para que los
maestros comenzaran a desarrollar una genuina técnica. En este contexto, se le
atribuye al espadero Amakuni, la invención de la katana, que será de vital
importancia para el armamento de la época. Es a partir de la Era Kamakura (desde
mediados del s. XII d. C.) y, tras un periodo de inclementes enfrentamientos
militares, cuando podemos hablar de la katana propiamente dicha. Se produce,
entonces, un gran ímpetu en la forja de espadas, atribuido a la iniciativa del
Emperador Gotoba, el cual reunió en su corte a distintos herreros de excepcionales
habilidades. En este arte, van a destacar una serie de determinadas familias y los
denominados “tres fabricantes maestros”: Masamune, Yoshihiro y Yoshimitsu.

Desde este momento, la katana, ya consolidada como ejemplo de espada estándar


japonesa, va a sufrir un proceso de perfeccionamiento en las técnicas de forjado y
templado. Esto es debido a la alta especialización de los maestros herreros, los
cuales destacarán por la producción de hojas de extraordinaria calidad. Esto cambia
a partir del siglo XIV, cuando el permanente clima de guerra civil provoca un
progresivo deterioro de la técnica herrera: se empieza a exigir un aumento de la
producción en detrimento de la calidad. Varía la longitud de las hojas y, por si
fuera poco, el traslado de la sede imperial (de Kioto a Kamakura) acaba con la
secular tradición espadera.

La batalla de Sekigahara da lugar a un período más tranquilo, militarmente


hablando, pero con relativas tensiones internas que propician la degradación del
arte espadero. Denominada por los expertos como Etapa de las Espadas novísimas, se
caracteriza por el uso de un extravagante sistema de templado de la hoja, cuyo
resultado es una hoja más brillante, pero de menor calidad. Esto refleja que la
espada está ya destinada a uniformes o expositores de coleccionistas y no, como
otrora, al campo de batalla.

Ya en el siglo XIX, se aprueba un Edicto Imperial, por el que se prohíbe el uso de


espadas a todo guerrero, limitando su uso a las fuerzas de seguridad y militares.
Esto supuso un golpe mortal para una, ya herida, industria de la fabricación de
espadas. Pese a estas notables restricciones, la “katana” japonesa, sigue y seguirá
siendo un símbolo para todos los japoneses en la era contemporánea.

Características

Tsuba.
Debido al carácter curvo de su hoja y a su único filo, la katana debe ser
considerada realmente un sable. Como tal, está fundamentalmente orientada al corte
más que a la estocada. Su curvatura única, no se debe a que el arma se haya
concebido así desde su creación, sino que se debe a cambios del acero en el momento
de enfriarlo en agua con sales especiales, es decir, durante el proceso de
endurecimiento, la hoja de acero se cubre con arcilla y polvo de carbón [cita
requerida]; al sacar la hoja de la forja, ésta tiene una temperatura de 800 grados
celsius, la capa de arcilla muy fina en el filo se enfría rápidamente lo que le
proporciona su filo excepcional, contrario en el cuerpo del arma, el cual está
cubierto por una capa más gruesa de arcilla, esto hace que se enfríe lentamente
conservando una mayor ductilidad, los cambios estructurales que tienen lugar
durante el proceso de enfriamiento, curvan la katana hasta darle su característica
forma.

La katana era utilizada principalmente para cortar y, debido a su capacidad de


producir heridas muy severas, era considerada una especie de "guillotina de mano".
Se la desenvaina con un movimiento axial de rotación, llevando el filo hacia arriba
y se la puede blandir con una o dos manos (siendo esta última modalidad la
tradicional).

Aunque el arte del manejo del sable japonés, según su propósito original, ha
quedado en la actualidad casi obsoleto, el kenjutsu (conjunto de técnicas de sable)
dio origen e influyó poderosamente los rituales, las técnicas y las tácticas de
varios gendai budō, o artes marciales tradicionales modernas, como el aikidō, el
iaidō, el karate, el kendō, el ninjutsu, e inclusive al judo. Muchas técnicas
provenientes de varias escuelas samurái clásicas siguen practicándose hoy
especialmente en las artes marciales tradicionales del ninjutsu, y en el aikidō.
Mientras tanto, la esencia de su manejo persiste en el arte del iaidō (antiguamente
iai jutsu), que es el arte de "desenvainar cortando" y en las formas del kendō
(camino del sable) en donde se maneja una réplica del sable hecha en bambú llamada
shinai, y se usa como protección una máscara/casco (men) y una armadura (bogu).

Las escuelas clásicas originales del kenjutsu koryū aún perduran y siguen siendo
practicadas, algunas de las más conocidas son: Niten Ichi Ryu, Itto Ryu, Kashima
Shintō Ryū, Kashima Shin Ryū, Tenshin Shoden Katori Shintō Ryū.

Anatomía del sable japonés

Diagrama de una katana indicando todos sus componentes y su ubicación.


Hamon: línea diferencial del temple de la hoja. Por ejemplo ondulada en el estilo
notare.
Hi: Surco longitudinal en la hoja, utilizado para aligerar la pieza. Otra de sus
funciones es absorber y repartir la tensión de los golpes, evitando el deterioro o
la torsión de la hoja.
Iori-mune: tipo de nervio de la hoja sin rebaje.
Kissaki: punta.
Mei: firma del armero, normalmente en el nakago.
Mekugis: pasadores que sujetan la tsuka (mango) al nakago (espiga), solían ser de
madera de bambú.
Mekugi-ana: agujeros para los pasadores.
Menuki: aplicaciones metálicas ornamentales en los laterales del mango.
Moto-haba: ancho de la hoja.
Moto-kasane: espesor de la hoja en el habaki.
Mune: contrafilo.
Nagasa: longitud.
Nakago: espiga, parte de la hoja que entra en la empuñadura.
Niké: rebaje del nervio.
Saki-haba: anchura de la hoja al comienzo del kissaki.
Samé: forro de la tsuka. Solía ser de piel de tiburón o raya para evitar el
deslizamiento del tsuka-ito.
"Saya": vaina de la katana
Sori: curvatura.
Sugata: tipo de hoja.
Tsuba: guarda, rodela. Parte que separaba la hoja del mango. Solía decorarse con
motivos naturales.
Tsuka: mango.
Tsuka-ito: encordadura del mango.
Yokote: línea que separa la punta del resto de la hoja.
Elaboración y tratamiento

Hojas de katanas.
Las espadas japonesas y otras armas cortantes eran fabricadas mediante un elaborado
método de calentamiento reiterado, plegando y uniendo el metal. Esta práctica se
originó debido al uso de metales altamente impuros.

La curvatura distintiva de la katana se debe, en parte, al trato diferencial


durante el calentamiento al que es sometida. Al contrario que gran parte de las
espadas producidas en otros lugares, los herreros japoneses no endurecen el sable
completo; solamente el lado que posee filo. El proceso de endurecimiento hace que
la punta del sable se contraiga menos que el acero sin tratar cuando se enfría,
algo que ayuda al herrero a establecer la curvatura del sable. La combinación de un
lado duro y un lado tenaz de la katana y de otros sables japoneses es la causa de
su resistencia a pesar de retener un buen filo cortante.

Para ayudar al manejo de la katana, existe un tipo de arma llamada bokken, en forma
de katana, pero de madera, cuya aplicación sirve para perfeccionar el movimiento de
la katana sin peligro de corte y así combatir en entrenamientos.

Proceso de elaboración

Muestra enseñando la evolución de la katana.


El acero usado hoy en día para la creación de katanas es el AISI 1050, ya que es el
más fácil de trabajar y en el que se consigue una dureza óptima[cita requerida].
Los antiguos japoneses hacían ellos mismos el acero, en un proceso muy lento en el
que cocían en un horno cerrado distintas capas de hierro, carbón y material
orgánico durante más de un mes. El hierro es el elemento principal para elaborar
una katana, este no es suficientemente duro siendo más difícil la resistencia a los
golpes y mellándose sus filos con más facilidad, convirtiéndolo en acero para
solucionar esto.

La tarea del maestro fundidor era añadir alrededor de un 0,7% de contenido de


carbono al acero para proceder a realizar el proceso de forja con más facilidad.

En este proceso, se realizan los dobleces homogeneizando el contenido de carbono a


lo largo de todo el bloque, retirando impurezas y escoria. Los sucesivos dobleces
incrementan en algún grado la resistencia del acero, pues lo que se logra es
organizar la estructura interna del acero en fibras alineadas tal como las fibras
de la madera.

El acero del que está hecho el núcleo de la hoja es un acero de muy bajo contenido
de carbono, inferior al 0,15%, con el cual se consiguen estructuras ferríticas muy
dúctiles y tenaces.

Para fabricar el filo de la hoja, debe usarse el acero con un contenido promedio de
0,7% de carbono. Para conseguir ese contenido, el tercer paso en el proceso de
elaboración de la katana es el temple.

El temple es un proceso por el cual se calienta el material del acero hasta una
temperatura ligeramente superior a la subcrítica, alrededor de 900 a 950°C, estando
por debajo de la temperatura de fusión (alrededor de 1450 – 1500°C). Con esta
temperatura, la estructura interna de los átomos cambia ; al enfriarse nuevamente
la estructura, recupera su forma original pero si se enfría rápidamente (lo que se
consigue al sumergir en agua) las estructuras con mayor contenido de carbono no
alcanzarían a recuperar su estructura original y se transformarían en una
estructura altamente distorsionada que aumenta su energía interna y por ende su
dureza y resistencia. Los maestros forjadores cubrían la hoja con arcilla gruesa en
el lado del lomo para que durante el temple esta parte se enfriara lentamente y
recuperara su longitud. Además no lograba recuperar su longitud original y es
precisamente la diferencia de longitud entre el lomo y el filo lo que genera la
curva característica de la katana.

El núcleo, por tener un contenido de carbono tan bajo, no resulta afectado por el
temple, manteniendo su tenacidad.

La realización de la hoja de la katana, oscila entre un meses y un año.

Gracias a la tecnología actual, los hornos se calientan muy rápido y de manera


uniforme, pero antiguamente el simple hecho de elevar la temperatura de un horno
hasta los 900 grados Celsius que necesita el acero para formarse, requería un mes
entero de alimentación continua con carbón.

El acero que se utilizaba (y se sigue utilizando) es el tamahagane, el cual se


rompe y con los fragmentos se forma un ladrillo rectangular, que se envuelve en
papel de arroz y arcilla líquida para evitar la oxidación una vez se comience a
calentar. Cuando se alcanza la temperatura de caldeo se golpea para que se una y
forme un ladrillo unido.

El ladrillo es vuelto a calentar y se golpea con el martillo (durante este proceso


y el anterior, el herrero que sujeta el bloque golpea con un martillo y es ayudado
por uno o dos ayudantes que usan grandes mazas con dos manos), haciéndolo más fino
y alargado. Cuando ha alcanzado el doble de su longitud original se realiza una
incisión justo en el medio y se dobla sobre sí mismo hasta obtener exactamente el
mismo ladrillo original, pero con dos capas de acero entre sí.

Este método de doblar el acero sobre sí mismo se repite como mínimo 12 veces,
obteniendo un ladrillo de acero de la misma longitud del original, pero con una
cantidad de capas (de entre 256 y 4096) de acero unidas entre sí.

Éste es el método que diferencia la forja de las katanas con respecto al de las
espadas europeas. Luego se eliminan las impurezas de carbón, las burbujas de aire y
el exceso de carbono; y se reparte el carbono homogéneamente por toda la hoja,
eliminando los puntos débiles.

Cuantas más veces se doble el acero, mejor es el acero que se obtiene. Las mejores
katanas tienen hasta 3000. Durante este lento y laborioso proceso el acero se
enfría rápidamente, de modo que debe ser metido en el horno continuamente para
recuperar el punto de fusión y poder unir las dos partes, perdiéndose carbono cada
vez que se alcanza esta temperatura.

Así pues, el ladrillo que se consigue tiene una cantidad muy baja de carbono (menos
de un 0,5%) gracias a este doblaje. Este acero es bastante flexible, lo cual sirve
para absorber golpes y aumentar la durabilidad en combate, pero es posible que no
sea lo suficientemente duro para obtener un buen filo. El filo de una katana debe
ser muy duro, de modo que se recurre a la segunda característica de éstas: utilizar
dos aceros para la misma hoja.

Filo y punta de una katana.


Para crear el filo, se utiliza un segundo ladrillo con menor cantidad de doblajes
en su proceso (de 4 a 5 veces). De este modo se obtiene un acero más carbonatado,
que lo hace extremadamente duro, aunque más frágil.
El segundo ladrillo se corta en trozos que puedan rodear completamente al primer
ladrillo. Se mete el conjunto en el horno y se lo golpea sucesivamente hasta
llevarlo a la longitud que se desee (la normal es de unos 80 cm).

Para darle la típica forma de una hoja de katana, se golpea el rectángulo hasta
obtener la anchura necesaria en el lomo (que depende del tipo de hoja), y después
se golpea la parte del filo hasta hacerlo extremadamente fino (de unos pocos
milímetros), de modo que pueda cortar. También se le hace la forma del kisakki
(punta) y la del nakago (la parte que se inserta en la empuñadura).

Tras un proceso de desbaste con piedras de afilar de diferentes granos con el que
se da la forma a la hoja, se procede a templarla. El templado del acero consiste en
elevar la temperatura de la hoja hasta el punto de austenización, para después
introducirla en agua fría de modo que se enfríe rápidamente, lo cual le da al acero
una dureza extrema. La explicación es que al elevar el acero a esa temperatura,
toma una estructura totalmente nueva denominada austenita y al enfriarse
bruscamente adquiere la estructura de martensita de gran dureza. Las impurezas de
este acero hacen que se pueda templar la hoja pasada de temperatura (a una
temperatura mayor que la temperatura de austenización), formándose además un grano
de acero grueso. Esto no es posible en aceros modernos, ya que se rompen por el
enfriamiento tan brusco.

Para conseguir que el filo resulte extremadamente duro, como para cortar sin que se
desgaste fácilmente, al tiempo que el lomo sea más flexible para resistir los
golpes que va a recibir, entra en juego otra de las características de la katana:
el templado diferenciado.

Lo que se hace es cubrir el lomo con una capa gruesa de arcilla (esta arcilla para
el templado tiene una composición que cambia según el forjador, y además de la
arcilla se añade arena, limaduras de hierro, ceniza, etc.), y dejar el filo con una
fina capa que además lleva en su composición polvo de carbón. Se calienta todo en
el horno y luego se templa introduciéndolo en agua fría. El lomo, cubierto con más
arcilla, se enfría mucho más lentamente que el filo, con lo cual se consigue un
temple duro para el filo y otro más blando para el lomo. Además se produce un
efecto elemental: el acero que más rápidamente se endurece, "estira" al más blando,
dándole a la hoja su tan característico sori (curvatura).

Tsuba de una katana.


El hamon, o línea de templado, tan característica en las katanas, no es sino la
zona de separación entre las distintas zonas de templado. Como la arcilla se coloca
manualmente, el hamon de cada katana es completamente único.

Ya sólo resta el lento y delicado proceso de pulido final. Es lento porque se va


pasando la hoja por sucesivas piedras cada vez más finas, requiriendo horas de
trabajo por cada centímetro de la hoja, y delicado porque un pulido inexperto puede
arruinar su simetría. En este punto se practica el mekugi-ana (agujero del nakago)
donde se insertará el tope que lo mantendrá fijo en la empuñadura.

Tsuka de una katana.


La creación completa de la hoja suele durar más de un mes, pero las mejores katanas
pueden tardar hasta un año en ser fabricadas completamente. La hoja es sólo el
primer paso.

Primero: se debe confeccionar el habaki, que es una pieza que sirve de tope de la
tsuba, e igualmente sirve para ajustar la katana a su saya. El habaki se puede
confeccionar de plata, bronce, cobre, latón o acero. En la antigüedad el material
más usado era el bronce. La forja del habaki consistía en tomar un bloque de
bronce, elevar su temperatura hasta hacerlo maleable y luego martillarlo sobre la
base del filo de la hoja, para que adoptase la forma óptima de la zona a la que
pertenece su ensamblaje. Luego se soldaría esta pieza para que cerrase el "cilindro
triangular", que es la forma característica de este componente.

Segundo: se tiene que fabricar la tsuba (guarda de la hoja). Su construcción se


realizaba en cobre, hierro u otros metales, con grabados, dibujos, incisiones,
incrustaciones... Cuando la katana estaba enfundada, la tsuba era la parte visible
de la misma, y la que indicaba el estatus o el carácter de su dueño, de modo que
nuevamente se trata de un proceso delicado.

Después se talla la tsuka o empuñadura. Ésta normalmente está hecha de madera de


roble recubierta de same (piel de raya), para mejorar la colocación del ito (tiras
de algodón, cuero o seda) que se trenzan sobre la empuñadura aumentando el agarre y
comodidad, además de darle su típico aspecto. Para facilitar el trenzado se usaban
unas cuñas de papel llamadas hishigamis en cada pliegue del ito.

Katana con su shirasaya y koshirae.


También deben realizarse en metal el fushi y la kashira, que están decorados
normalmente siguiendo los mismos diseños y a juego también con la tsuba y los
menuki. Estas piezas se colocan cada una a un extremo de la tsuka para evitar una
posible apertura de las dos partes que la forman, ya que se pegan con pegamento de
arroz solamente. Además, por la kashira pasa el ito hacia el lado opuesto para
formar el último nudo allí, sujetando así además la pieza con firmeza.

Los menuki son unos amuletos realizados en metal que pueden tener toda clases de
formas; se colocan en la tsuka sujetos por el ito de forma que queden en contacto
con los dedos, porque se creía que estos daban suerte, y eran en muchas ocasiones
un gran tesoro familiar.

La hoja se inserta en su interior y se fija mediante un tope de metal o de bambú al


mekugi-ana.

La saya (funda) se fabrica normalmente de madera de magnolia lacada. La saya


también puede decorarse con tiras de rotten (semejante al mimbre) o con piezas de
same. Tiene incorporada una tira de 1,8 o 2 metros de algodón o cuero llamado
sageo, que se ata al cinturón (obi) del hakama y que también puede ser usada como
cuerda auxiliar para sujetar cosas o para apresar a un enemigo. La boca de la saya,
denominada koi-guchi, suele llevar un refuerzo de cuerno de búfalo para evitar el
desgaste por rozamiento con la hoja.

Shirasaya y shikomizue

Shirasaya.
Artículo principal: Shirasaya
Artículo principal: Shikomizue
La shirasaya (白鞘? literalmente "vaina blanca"2)) es en apariencia similar a la
katana, aunque carece de tsuba (guardamano), y su tsuka (mango), sin un same
(forro) y tsuka-ito (encordado) parecen formar una sola pieza de madera junto a la
saya (vaina) al estar la hoja envainada, dándole un aspecto similar a un bokken.
Dadas sus limitaciones, este montaje no se considera un arma efectiva, sino más
bien una forma de almacenar una hoja de espada. A pesar de ello, sí se produjo un
tipo de arma ideada para el combate con estas características, la shikomizue (仕込み
杖? literalmente "bastón preparado"), donde estas características cumplían la
función de disfrazar el arma como un bastón.

Mantenimiento
La katana debe mantenerse limpia y lubricada para prevenir que el acero se altere o
quiebre. Tanto el sudor como el polvo o la sangre afectan la hoja; por eso debe
hacerse un mantenimiento periódico. Actualmente se consiguen en el mercado los
elementos necesarios para conformar el kit de limpieza, los cuales deben o pueden
contener:

Martillo de metal sólido, denominado mekugi.


Aceite vegetal lubricante koji.
Papel de arroz, harai gami.
Bola de polvo no abrasivo, conocido como uchiko.
Paño suave para mantenimiento y un envase de plástico para guardarlo, conocido como
erufu.
Algunos kits traen un pequeño envase de plástico para resguardar papel de arroz con
aceite.

Estos elementos deben guardarse juntos y algunos kits vienen en una caja de madera
labrada o sencilla pero con escrituras en kanji alusivas a las artes de guerra.

Véase también
Shinken
Tachi
Kodachi
Ninjato
Iaitō
Wakizashi
Tantō
Guntō
Sakabatō
Shikomizue
Saya
Shirasaya
Tsuka
Kenjutsu
Kendo
Aikidō
Ninjutsu
Arte marcial
Además
Shinai
Bokken
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Katana.
Notas
La adaptación 'catana' se introdujo en el Diccionario de la lengua española en
1925.
Referencias
Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española (2014).
«catana». Diccionario de la lengua española (23.ª edición). Madrid: Espasa. ISBN
978-84-670-4189-7.
Donde blanco es entendido como "carente de características, o plano"
1

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«Historia de la katana» (PDF). Consultado el Consultado el 31 de marzo de 2019.
Adolfo R. BERNALTE SÁNCHEZ (2002). Estudio de un arma japonesa del Museo del
Ejército.
Categorías: Armas de las artes marciales de JapónArmamento y equipo
samuráiSablesEspadas
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