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Tras las serias dudas que me ha transmitido un grupo reducido de profesionales de la salud acerca
de la especificidad del test PCR empleado internacionalmente para diagnosticar casos de infección
de la cepa sars-cov-2, perteneciente a una familia de virus (los coronavirus) comunes y asociados de
forma normal a inflamaciones de vías respiratorias, me he decidido a elaborar un pequeño estudio
epidemiológico para contrastar, en una primera aproximación, la versión oficial de los hechos: que
vivimos una pandemia global causada por la propagación extremadamente rápida de una cepa de
virus originada en el territorio de Wuhan, en China central.1
Según un estudio publicado por el Centro Nacional de Epidemiología (López-Perea 2011), entre los
años 1980 y 2007 la media anual de mortalidad asociada a gripe o neumonía en España fue de 2,68
defunciones por cada 100.000 habitantes (si bien había bastante variabilidad de un año para otro).
Por otra parte diversos estudios apuntan a un aumento considerable de este parámetro en nuestro
país y en la mayoría de los países templados del hemisferio norte a lo largo de los últimos diez años
(CAV 2020), no obstante quedémonos con la cifra señalada como referencia, ya que es la media
estadística más amplia (a partir de un periodo de tiempo mayor) que he podido encontrar hasta el
momento.
A día 30 de marzo de 2020 he recogido los datos de incidencia y mortalidad asociada oficialmente a
"infección por coronavirus SARS-CoV-2" en todos los países del mundo (en
www.worldometers.info) y he realizado un pequeño estudio por áreas geográficas, climáticas y
culturales. Los resultados, recogidos estrictamente a partir de datos oficiales, son llamativos y creo
que aportan importantes elementos para la reflexión.
Comenzamos con un dato positivo: por el momento, en ningún país fuera de Europa occidental (con
la excepción de Irán) se ha llegado a 1,5 muertes por cada 100.000 habitantes, y sólo 15 países en
todo el mundo han alcanzado el umbral de 1 muerte por cada 100.000 habitantes.
Hay que tener en cuenta que, para la fecha indicada, en la mayoría de los países tenemos un tiempo
de evolución (desde el primer caso detectado) de entre 7 y 10 semanas. Teniendo en cuenta que
más del 90% de las defunciones asociadas a gripe o neumonía se concentran en un periodo de 20
semanas al año, para una comparación estimativa aproximada debemos ajustar los datos de
mortalidad oficialmente asignada a coronavirus sars-cov2 por un factor de al menos 2 en la mayoría
de los casos. Teniendo esto en cuenta, y tomando como referencia el dato de una media anual de
2,68 defunciones /100.000 habitantes atribuibles a gripe o neumonía a lo largo de un periodo de 27
años en España, parece claro que, pese al estado de emergencia proclamado en la mayor parte del
mundo, fuera de Europa occidental nos estamos moviendo dentro de unos parámetros normales de
muertes asociadas a neumonía, gripe o similar.
Lo primero que ha de llamarnos la atención es que la región que he designado como A1 "Europa
occidental continental" presenta unos datos epidemiológicos llamativamente diferentes a los del
resto del mundo, tanto en incidencia de casos como en cuanto a la mortalidad en términos relativos
y absolutos (aquí muestro la mortalidad por 100.000 habitantes, pero en el material anexo al artículo
figuran los datos completos con la mortalidad por caso detectado, que también es
extraordinariamente alta en esta región). Esta región de incidencia y mortalidad excepcionalmente
elevadas incluye los países de Europa continental situados al oeste del Rin, más Italia.
Así pues los resultados de la epidemiología comparativa entre los países de esta zona A1 y el resto
del mundo han suscitado las siguientes reflexiones:
-Dado que durante esta crisis la diferencia entre la mortalidad por neumonía asociada oficialmente a
sars-cov-2 o "covid-19" entre esta región y el resto de los países del mundo es de al menos un orden
de magnitud, debe existir uno o más factores causales que expliquen esta significativa diferencia.
-Dado que en la mayoría de las regiones del mundo encontramos un tiempo de evolución similar o
incluso superior (como es el caso de los países asiáticos) desde los primeros casos detectados
oficialmente de sars-cov2, los factores que expliquen la gran diferencia en la mortalidad asociada al
mismo entre Europa occidental y el resto del mundo deben estar relacionados con el terreno o
contexto ambiental, social y sanitario, ya sea en cuanto a las condiciones, coyuntura o modo de vida
en general, o en cuanto a la gestión de esta crisis en particular.
-Dado que fuera de Europa occidental y central la incidencia de casos detectados en todos los países
se encuentra, al menos a nivel nacional, por debajo de los valores considerados normalmente como
epidémicos (En España el umbral a partir del cual la gripe estacional se considera epidémica es de
55 casos activos simultáneos por 100.000 habitantes), y que, con la excepción de Irán, las
mortalidades nacionales fuera de Europa occidental se encuentran claramente por debajo de
la ocasionada por la gripe o neumonía en España durante un periodo equivalente de la
temporada alta en un año normal (es decir, una vez multiplicada la mortalidad actual por el factor
pertinente en función de las semanas de evolución), la ineludible conclusión es que estos factores
diferenciales relacionados con el contexto o terreno deben tener más valor explicativo para
entender las causas de la crisis que estamos viviendo, que las características de este virus que,
supuestamente, es el mismo en todo el mundo y está presente en prácticamente todo el mundo.
Hasta ahora he presentado los datos de mortalidad e incidencia a 30 de marzo de 2020 para amplias
zonas geográficas, y entiendo que para dar consistencia a los datos es necesario ofrecer al lector de
este pequeño informe una perspectiva a una escala más reducida, es decir los datos por países.
También será fundamental complementar este estudio con un estudio a nivel regional, al menos en
los países donde se han localizado claramente focos regionales con datos epidemiológicos graves
(España, Italia, China e Irán), trabajo que preveo realizar para un segundo informe aproximativo.
Lista "Top 20" de países con mayor mortalidad asociada oficialmente a sars-cov-2
Veamos la información más llamativa que nos aporta esta segunda tabla:
*Se refuerza la idea de la excepcionalidad de lo que está sucediendo en Europa occidental, ya de los
10 países con más mortalidad, únicamente uno (Irán, en el puesto 9) se encuentra fuera de esta zona
geográfica. También llama la atención que en los siguientes 10 puestos del ranking (11 al 20)
predominan los países de la zona B (Europa central y Escandinavia), aunque a mucha distancia de
los anteriores.
Con todo, gracias a que tenemos datos de países de todo tipo de tamaños y densidades
poblacionales en latitudes y tiempos de evolución similares, es posible contrastar y valorar la
importancia relativa de este sesgo. A falta de un estudio a nivel regional que nos daría datos mucho
más definitivos, por el momento el único caso remarcable que he podido comprobar sería China,
que por tener una extensión inmensa (mayor a la de toda Europa sin incluir a Rusia) al presentar los
registros a nivel nacional perdemos la información de lo que ocurrió en la región de Wuhan, donde
unos datos epidemiológicos especialmente malos, posiblemente comparables con los posteriores de
Europa occidental, hiceron saltar originalmente las alarmas sanitarias. De hecho varios informes
que llegaron durante el mes de febrero, antes de que se desatara la crisis en Europa occidental, se
hacían eco la llamativa diferencia en la "letalidad del virus" que había entre la región de Wuhan y el
resto de regiones y países asiáticos2. En el siguiente nivel de aproximación, pues, será
imprescindible recoger los datos de esta región de China, así como de otros focos excepcionales:
Madrid, Lombardía, Teherán y quizás algún otro que se me haya escapado en esta primera recogida
de datos.
País Mortalidad
Muertes asociadas/100.000 habitantes
China 0,23
Filipinas 0,07
Corea 0,31
Japón 0,04
La baja mortalidad nacional de China, que registra un tiempo de evolución desde el primer caso
detectado del doble o más que la mayoría de los países de Europa, ha sido el fundamento para que
las medidas tomadas por este país para "contener la propagación del virus" sean tomadas como
modelo de referencia. Sin embargo, como podemos ver en la tabla 3, otros países asiáticos con
elevada densidad de población y tiempo de evolución superior a Europa, presentan también unos
valores de mortalidad muy bajos. Esta información es relevante ya que uno de los propósitos de este
estudio, que iré avanzando por entregas, es evaluar la utilidad y pertinencia de la imposición de
confinamiento obligatorio a la población, medida radical que no se tomó ni en Japón ni en
Corea ni en Filipinas.
Los datos de Corea y Japón son, además, importantes para confirmar que el sesgo de tamaño no está
haciéndonos sobreevaluar la excepcionalidad de la situación en Europa occidental, ya que son
2 Por ejemplo, en www.rtve.es, 24 de febrero de 2020: "La OMS estima la tasa de mortalidad del coronavirus entre el
2% y el 4% en Wuhan y un 0,7% fuera de ella". O también, en www.abc.es, 28 de febrero de 2020: "La gripe común en
España es menos letal que el coronavirus en el mundo".
países de un tamaño y una densidad de población comparables a los europeos, y ambos se sitúan por
encima del trópico de cáncer.
Estos resultados que he mostrado en primera instancia se basan en la mortalidad por 100.000
habitantes como dato principal. La razón principal es que es el parámetro que mejor refleja la
gravedad de la situación en cada país o región. Por otra parte, si bien la mortalidad por caso (que
también estudiaremos) en teoría reflejaría teóricamente (según la teoría oficial) la letalidad del
virus, el sesgo en la detección de casos positivos es demasiado variable entre unos países y otros
debido a las grandes diferencias entre los protocolos médicos y el alcance y cobertura del sistema
sanitario entre la población.
No obstante, tanto los datos de Incidencia (casos detectados/100.000 habitantes) como los de
"letalidad", o más propiamente hablando, porcentaje de mortalidad por caso detectado, nos van a
aportar un valioso relieve para profundizar en nuestra comprensión y valoración de la situación real,
así como de la teoría oficial que nos presentan los medios u otras hipótesis alternativas o
complementarias, y de la utilidad o convenencia del enfoque y medidas de seguridad
implementadas por los diferentes países. En la siguiente entrega presentaré estos datos con un
mayor grado de detalle dentro de las diferentes zonas geográficas estudiadas.
BIBLIOGRAFÍA
Comité Asesor de Vacunas de la AEP (2020). "Informe sobre el sistema de vigilancia de la gripe en
España", 13 enero 2020, vacunasaep.org.