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La sabiduria en Israel

y su expresion
literaria
La sabiduría en
Israel
y su expresión
literaria

Contenido:
 Introducción
 Origen de la sabiduría en Israel
 La sabiduría en Israel y su expresión literaria
 Tradición sapiencial y expresión literaria
 El libro de los proverbios

INTRODUCCIÓN.

¿Qué es la sabiduría? En el AT, no es simplemente intelectual, encasillada en el saber. Más


bien, apunta a un saber hacer, saber realizar. La sabiduría es un fenómeno que encontramos en
todos los pueblos y en todos los tiempos. Sin embargo, hasta hace algunos decenios, la
sabiduría bíblica había sido poco tomada en consideración. Los padres de la Iglesia hablaron
poco de ella, lo mismo que los grandes teólogos del medievo, mientras que los grandes
comentaristas de los siglos XVI y XVII se interesaron más por ella, seguidos, en el siglo XIX,
por los fundadores de la exégesis histórico-crítica moderna, aunque sin conseguir suscitar el
interés que hay en nuestra época. La razón de esta escasa consideración por la corriente
sapiencial bíblica se explica en parte por el hecho de que la cultura occidental, en la cual se ha
desarrollado sobre todo el cristianismo, concedió mayor atención a la filosofía y a las
ciencias, mientras que la sabiduría popular, que también en Occidente se expresa en
proverbios y otras formas, ha permanecido en el estadio de transmisión puramente oral, con lo
cual en Occidente los proverbios no tienen otra función que adornar el estilo.

ORIGEN DE LA SABIDURÍA EN ISRAEL

Como sucede en todos los pueblos, la más antigua sabiduría israelita tiene su origen en la vida
del pueblo, adoptando elementales formas orales.

La Biblia relaciona el florecimiento de la sabiduría en Israel con la persona del rey Salomón (972-
932). A la muerte de David, que fue el creador de un auténtico imperio, el reunificador de las doce
tribus, el conquistador, su joven heredero Salomón pidió a Dios desde el principio de su reinado "un
corazón sabio y perspicaz" para gobernar (lRe 3,4-15; 2Crón 1,3-12). La sabiduría de Salomón se
manifestó en sus cualidades de juez (1Re 3,15-28: el famoso juicio de Salomón), en su capacidad de
administrador (lRe 4,1-5,8), de constructor del templo (lRe 5,15-8,66). Organizó el trabajo público
(lRe 9,15-24) y el comercio con el exterior (lRe 9,26-10,13: la visita de la reina de Sabá), acumulando
una enorme fortuna (1 Re 10,14-25). Pero el reinado de Salomón no careció de sombras: la opresión
del pueblo en función de sus proyectos, el Fausto de la corte, y sobre todo su infidelidad religiosa le
procuraron enemigos, hasta el punto de que el reino se dividió a su muerte. Podemos suponer que
semejante actividad por parte de Salomón exigió del Estado la organización de una especie de escuela
superior de administración, en la cual todos los miembros de los organismos estatales recibían una
formación adecuada, en particular en el plano cultural. La aceptación de las culturas extranjeras fue
probablemente uno de los motivos del éxito de la política del rey. Se había casado en primeras nupcias
con la hija del faraón (lRe 3,1; 9,16; 11,1), y se puede suponer que la cultura egipcia hizo su entrada
en Jerusalén con el bagaje de la joven reina. Se puede pensar también que la lengua acádica, y puede
que también el sumerio, fuesen conocidos en las altas esferas del Estado por necesidades diplomáticas
y formación cultural. La actividad literaria se vio verosímilmente favorecida en los mismos ambientes.
Los proverbios de Prov. 10,1-22,16 son atribuidos a Salomón; en realidad podría tratarse más bien de
colecciones compiladas por los escribas y por los sabios por encargo del rey. Por lo demás, lRe 5,12-
13 atribuye a Salomón "tres mil proverbios, y sus poemas llegaron a cinco mil; trató acerca de los
árboles, desde el cedro del Líbano hasta el hisopo que brota en la pared; disertó acerca de los animales,
de las aves, de los reptiles y de los peces". Probablemente debemos ver en estas últimas referencias de
la onomástica, especie de léxicos realizados también por indicación del rey. El patrocinio de Salomón
había de proseguir mucho

Tiempo después de él. Salomón se convirtió, pues, en una figura ideal (cf. también Mt 6,29; Le 12,27;
Mt 12,42).

LA SABIDURÍA EN ISRAEL Y SU EXPRESIÓN LITERARIA

Los libros sapienciales no se parecen al Pentateuco porque no son narrativos, Tampoco se parecen a
los escritos legales de Éxodo, Levítico y Deuteronomio, porque la literatura sapiencial no se
presenta como ley, No se parece al cuerpo profético porque se expresa en términos genéricos
y porque no denuncia ni acusa. Tampoco se parece a los salmos porque no es oración, aunque
haya oraciones incrustadas en Proverbios y Eclesiastés.

Mientras los demás libros del Antiguo Testamento tienen presente al israelita en cuanto
miembro del pueblo elegido, los sapienciales se refieren al hombre universal. Las más
antiguas colecciones de sentencias contenidas en el libro de los Proverbios conservan aún
restos inequívocos de los orígenes populares de la sabiduría israelita.

TRADICION SAPIENCIAL Y FORMAS LITERARIAS

La tradición sapiencial de Israel no fue un dato original en el mosaico de culturas del próximo
oriente. La propia Biblia habla de la sabiduría de los orientales y de los egipcios (1Reyes
5:10-11; Isaías 19:11-13), Incluso incluye textos sapienciales extranjeros (Proverbios 30:
Palabras de Agur, de Masá; Proverbios 31:1-9: Palabras de Lemuel, rey de Masá). En Egipto
y Mesopotamia se cultivaron, antes que en Israel, múltiples saberes que han dejado un
importantísimo legado literario. Si comparamos estas obras con la literatura sapiencial
israelita, al instante se perciben sorprendentes analogías, incluso coincidencias, formales y
temáticas, incluso cosmográficas, aunque no dejan de llamar la atención las diferencias,
profundas en ocasiones. Para empezar el propio término hebreo hokmah, típico de la
tradición sapiencial bíblica, no es aplicable a la análoga literatura egipcia, a la que conviene
mejor el término “instrucción” (egipcio sboyet). Por lo que respecta a Mesopotamia, tampoco
existe un término, ni siquiera aproximado, que pueda reproducir el espectro significativo de
los hebreos hokmah, “sabiduría” o hakam, “sabio”. El simple hecho de esas analogías y
diferencias constituye un alicante para comparar con el Antiguo Testamento todas esas
literaturas extra bíblicas, además de exigirlo por compromiso intelectual.

EL LIBRO DE LOS PROVERBIOS

Como cualquier obra moderna, este libro lleva su propio titulo: misle slomoh “Proverbios
de Salomón”. Forzoso es reconocer que el termino castellano “proverbios” solo
aproximadamente corresponde al hebreo m´salim, pero somos deudores de la tradición
grecolatina. En efecto los LXX traduce Paroimiai y la vulgata Liber proverbiorum. Los
primitivos escritores cristianos daban a este libro el nombre de Sofía, “sabiduría”, lo mismo
que a Eclesiástico y a Sabiduría. Es probable que tal denominación procediera de círculos
judíos. Proverbios fue redactado en hebreo clásico. En su mayor parte, el texto es claro. Los
errores se perciben más claramente en los capítulos 10-31. Estos errores son obra
generalmente de copistas, debidos en parte a su ignorancia de la temática, en parte a la
libertad con que manipulaban las obras que se les confiaba. Al contrario de lo que ocurre en
los LXX, no parece que los errores se deban a intereses de depuración teológica o ética. Por
otra parte, el carácter mayoritariamente no teológico del libro y, en consecuencia, su
naturaleza menos sagrada y autoritativa que la Torá o los profetas, facilitaron la comisión de
errores.

Bibliografía:
AA.VV., La cristología in San Paolo, Paideia, Brescia 1976; AA.VV

Westermann, Claus (1974), Creation, Fortress Press, Philadelphia, pp. 58-60.

Studies in Ancient Israelite Wisdom (ed. J.L. Crenshaw), Ktav, Nueva York 1976

Bibliografia española: L. Alonso Schokel / J. Vílches, Proverbios (Madrid 1984)

Bibliografia española: A.-M. Dubarle, Los sabios de Israel (Madrid 1958)

Elaborado:
Jorge Colmenares
Sabatino

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