CAPÍTULO l “Un futuro amenazado”

Todos dependemos de una biosfera para mantenernos en vida. Cada país lucha por sobrevivir y
prosperar sin preocuparse por los efectos que causa en los demás.

Algunos países consumen los recursos de la tierra a un ritmo que poco dejarán a las futuras
generaciones. Otros consumen demasiado poco arrastrando una vida de hambre, miseria,
enfermedades y una muerte prematura.

En gran parte del mundo, los niños nacidos en el día de hoy tienen una mejor esperanza de vida
mejor y recibirán mejor educación que la de sus padres, es por eso que debemos de hacer de la
tierra un sitio más seguro y más saludable tanto para nosotros como para las futuras
generaciones.

Una de las fallas que debemos corregir es el contraste socioeconómico.

Tanto los pueblos pobres se ven obligados a utilizar en exceso los recursos del medio ambiente
para sobrevivir día con día. Destruyendo su medio ambiente inmediato con la tala de árboles,
ganado que pasta en exceso las praderas, explotan demasiado las tierras marginales. Cada vez es
mayor el número de personas que carecen de servicios de agua potable por ello están expuestos a
enfermedades provocadas por estas carencias. Al interior de cada país, la pobreza se ha agravado
debido a la distribución poco equitativa de la tierra y de otros bienes. Este factor combinado con la
demanda creciente de buena tierra para uso comercial ha empujado a muchos agricultores ser
despojados de toda esperanza de participar en la vida económica de sus países.

Los bosques están siendo arrasados, a veces sólo para crear tierras pobres de labranza, que no
producen un para la subsistencia de los que la trabajan. Estas presiones se reflejan en la incidencia
en el aumento de las catástrofes como sequias, inundaciones, entre cuyas causas se encuentra la
deforestación. Las victimas de tales catástrofes son los pueblos más empobrecidos, donde los
agricultores predisponen sus tierras ante las sequias e inundaciones.

La riqueza alcanzada a menudo precaria, conseguida por el uso excesivo de prácticas agrícolas,
forestales e industriales que proporcionan ganancias y progreso sólo a corto plazo. Gran parte de
las mejoras se basaron en la utilización cada vez mayor de materias primas, energía, químicos y
sintéticos, creando una contaminación que no se ha contabilizado.

Durante el siglo pasado, la utilización de combustibles fósiles ha aumentado cerca de treinta veces
y la producción industrial más de cincuenta veces. La repercusión del crecimiento y del aumento
de los niveles de ingresos se puede observar en la distribución de consumo mundial de una
variedad de productos con intensidad de recursos. Los países industrializados más ricos utilizan la
mayor parte de los metales y combustibles fósiles del mundo.

Posiblemente la mayor amenaza al medio ambiente es la posibilidad de una guerra nuclear, que
aumenta diariamente debido a la carrera armamentista y la extensión al espacio ultraterrestre.

Nuestras necesidades de recursos naturales, son cada vez mayores y más complejas como
consecuencia de la elevación de los niveles de población. La naturaleza es generosa, pero al mismo
tiempo frágil y de un equilibrio precario.
El efecto invernadero se origina directamente en el aumento del uso de los recursos, por la
acumulación en la atmosfera de CO2 causando la elevación del nivel del mar, lo bastante para
inundar muchas ciudades que están cerca de las costas y riberas de los ríos. El agotamiento de la
capa atmosférica de ozono por gases que desprenden durante la producción de caucho espumoso,
la utilización de refrigerantes y aerosoles.

La pérdida de los bosques trae consigo erosiones inundaciones y cambios locales del clima. Cada
año se degradan 6 millones de hectáreas hasta convertirse en tierras con condiciones similares a
los desiertos.

La pérdida de los bosques y otras reservas naturales conducen a la extinción de plantas y animales.
La desaparición de especies nos priva de importantes fuentes de medicina.

Dichas presiones eran locales, pero hoy en día intervenimos en la naturaleza en una escala cada
vez mayor. Actualmente, muchas regiones se enfrentan con mayores riesgos de daños
irreversibles al medio ambiente humano que amenazan con el fundamento del progreso humano.

En todas partes encontramos la preocupación más profunda entre el público por el medio
ambiente, preocupación que no ha conducido solamente a protestas, sino que también ha
cambiado comportamientos.