Sei sulla pagina 1di 23

MARZO DE 2020

FACULTAD DE DERECHO. UNMDP


CATEDRA DE SOCIEDADES, ASOCIACIONES Y CONTRATOS
ASOCIATIVOS.-

FUNDAMENTOS DE DERECHO SOCIETARIO.-


DOCENTE: ALFREDO CERROTTA

INTRO:

Lamentablemente, la situación de emergencia que estamos viviendo impide el dictado


de clases presenciales que, a mi criterio, constituyen la herramienta más valiosa de un proceso
de aprendizaje. Ningún escrito ni publicación digital reemplaza el contacto directo del
docente y los alumnos. Los humanos nos entendemos cuando nos miramos a la cara. El
diálogo directo, en tiempo real, la respuesta inmediata a las dudas e interrogantes, el ida y
vuelta que se genera en una reunión presencial, no se reemplazan con ningún medio técnico.
Sobre todo cuando nuestra materia, además de extensa, a diferencia de otras, no está regulada
en un único cuerpo normativo, sino que nos encontramos ante una gran dispersión de normas,
y de temas sobre los que existe escasa o ninguna bibliografía.
Además, la materia requiere analizar conceptos económicos y contables,
generalmente repelentes al abogado, pero que, en definitiva, se refieren a actos jurídicos, y
con tal alcance es que vamos a encararlos.
Este es nuestro desafío y mi intención es que la transmisión de nuestro esquema de
aprendizaje de la materia se vea lo menos afectado posible.
Con tal finalidad, y aprovechando el aislamiento obligatorio, decidí escribir estas
líneas que resumen, a mi criterio, el esquema de fundamentos del sistema societario
argentino.
Es inevitable que mucho de lo que van a leer en este resumen refleje posiciones
personales. En tales casos trataré de destacar otras opiniones para que cada lector pueda tomar
la que considere adecuada. Cualquier posición en un debate doctrinario es válida, en la
medida que esté debidamente fundada.
En atención a la falta de tiempo por la emergencia y a que estas líneas simplemente
reflejan lo que diría en una clase presencial, no habrá notas al pie ni formato libro. Cuando
haya citas textuales el nombre del autor aparecerá entre paréntesis.
Hechas las aclaraciones, manos a la obra.

EL DERECHO SOCIETARIO:

Se ha dicho que el derecho societario es la disciplina que estudia el fenómeno de la


agrupación de personas mediante las cuales se funda un orden jurídico diferenciado con la
finalidad de obtener ciertos resultados, frecuentemente con significación económica o
patrimonial (Benseñor).
Nuestra materia abarca todas las figuras de carácter asociativo que regula nuestro
derecho positivo. Encontramos estructuras jurídicas asociativas que generan personalidad
(personas jurídicas de los arts. 141 a 192 del Código Civil y Comercial de la Nación) y
también figuras de carácter contractual asociativas que no generan personalidad (negocios en
participación, contratos de colaboración de los arts. 1442 a 1478 del mismo Código). Incluso,
incluimos una figura que no tiene carácter asociativo (la fundación regulada en los arts. 193
a 224 CCCN), pero que sí es persona jurídica.
Las diferencias estructurales y de organización entre las distintas figuras, responden
a las diversas finalidades para las que cada una de ellas es regulada. Por ejemplo, en la
sociedad se persigue fin de lucro; en la cooperativa la prestación de servicios a los asociados
a precio de costo; en la asociación civil un objeto que no sea contrario al interés general o al
bien común (ej. un club), pero que persigue un beneficio para sus miembros; en la fundación,
su objeto debe perseguir el bien común, pero -al no tener asociados- su finalidad es altruista
(ej. biblioteca, estudios científicos).
Sin bien con anterioridad se justificaba una sistematización académica del fenómeno
asociativo en general, con la unificación de la legislación civil y comercial en virtud de la ley
26.994, el derecho societario actual en la Argentina, como disciplina jurídica, debe incluir
todas las figuras de carácter asociativo existentes.
También algunos han planteado el análisis de la disciplina en el denominado derecho
empresario. Sin embargo, parece más adecuado que el estudio de la actividad empresaria se
realice respecto de la organización de sus medios, recursos y resultados, y el derecho
societario se reserve para el análisis de las estructuras jurídicas a través de las cuales se
desarrolla la actividad empresaria.

LA SOCIEDAD.-

Cuando uno piensa en una sociedad, lo primero que nos viene a la mente es un grupo
de personas que se reúnen para lograr aquello que no podrían hacer individualmente.
La palabra sociedad nos lleva a pensar en una suma de esfuerzos individuales para
lograr un objetivo posible, mejor o más efectivo y eficiente que si lo hacemos solos.
Es así que se ha dicho que, desde un punto de vista sociológico, no técnico ni jurídico,
la sociedad es un grupo de personas, de carácter estable, que reconocen una organización,
una autoridad y una finalidad que son comunes a sus miembros. Este es un concepto que
podemos considerar abarcativo de cualquier figura asociativa con personalidad jurídica.
Este concepto nos permite delinear algunos elementos:
Grupo de personas: Dos o más. Sin embargo, vamos a ver que la admisión de la
sociedad unipersonal por la ley 26.994, modificó este aspecto.
Carácter estable: La sociedad está destinada a perdurar en el tiempo. Cuánto?
Dependerá de la voluntad de las partes, según el objeto para el cual fue constituida.
Organización común: La sociedad es una persona jurídica, o como la llamaba Vélez,
de existencia ideal (arts. 31 y 32 del Código Civil derogado). Como tal, necesita de personas
humanas para manifestarse. La manera de organizar el funcionamiento de la sociedad para
que pueda actuar y que su actuación produzca efectos jurídicos, depende de su organización
y de los mecanismos que la ley determina para que los efectos se produzcan.
Autoridad común: Dentro de la organización, debe existir una autoridad que decida y
ejecute la voluntad social en aras del cumplimiento de su finalidad.
Finalidad común: Debe existir un fin común que justifique la unión de los agrupados.
La finalidad de todos los miembros al constituir una estructura jurídica determina cuál figura
de las que nos brinda el ordenamiento jurídico debemos adoptar.
Desde un punto de vista estrictamente jurídico, el concepto técnico de sociedad nos
lo brinda el artículo 1° de la Ley 19.550, Ley General de Sociedades (LGS).

La Ley 19.550 del año 1972, nació como Ley de Sociedades Comerciales e integraba
el Código de Comercio (art. 384 de la ley). Hasta agosto de 2015, nuestra normativa
distinguía la sociedad civil (regida por el Código Civil, arts. 1648 a 1788 bis del Código
derogado) de la sociedad comercial (regida por la Ley de Sociedades Comerciales 19.550).
El art. 1648 del Código Civil disponía "habrá la sociedad civil cuando dos o más
personas se hubiesen mutuamente obligado, cada una con una prestación, con el fin de
obtener alguna utilidad apreciable en dinero, que dividirán entre sí, del empleo que hicieren
de lo que cada uno hubiere aportado". El ejemplo más claro de estas sociedades eran las
sociedades de profesionales.
En cambio, el art. 1 de la Ley 19.550 exige que la sociedad se constituya para “la
producción e intercambio de bienes y servicios…”, o sea para el desarrollo de actividad
empresaria.
A su vez, la comercialidad se daba por la adopción de alguno de los tipos previstos
en la ley. Es decir, que la comercialidad no estaba dada por el objeto de la sociedad, sino por
la adopción de alguna de las estructuras que la ley prevé. Cualquiera fuera el objeto, civil o
comercial, la sociedad era mercantil por la forma, o sea por adoptar alguno de los tipos
regulados por la ley.
Con unificación de la legislación civil y comercial por la ley 26.994, se derogan los
códigos Civil y de Comercio, y se modifica la Ley 19.550 que, al desaparecer la diferencia
entre sociedades civiles y comerciales, pasa a llamarse Ley General de Sociedades.
El art. primero de la ley nos brinda su concepto: “Habrá sociedad si una o más
personas en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos en esta ley, se obligan a
realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o servicios,
participando de los beneficios y soportando las pérdidas. La sociedad unipersonal sólo se
podrá constituir como sociedad anónima. La sociedad unipersonal no puede constituirse por
una sociedad unipersonal”.
Vamos a analizar cada uno de sus elementos.
UNA O MÁS PERSONAS:
La ley permite que se constituya la sociedad por una o más personas. ¿Por qué?
Sostuvimos al principio que la sociedad se constituye para que varios -aunando
esfuerzos- puedan lograr lo que no puede cada uno individualmente. Este fue desde su origen
el fundamento de toda sociedad. Sin embargo, el avance en la actividad mercantil fue
demandando estructuras en las cuales el empresario, sobre todo en actividades de riesgo, no
comprometiera en su actividad la totalidad de su patrimonio. Como sabemos, el patrimonio
de una persona es la prenda común de sus acreedores (art. 743 del Código Civil y Comercial
de la Nación). Todos respondemos por nuestras deudas con nuestro patrimonio personal.
Esto llevó a plantear la necesidad de estructuras en las que se limitara la
responsabilidad del empresario por su actividad económica, exclusivamente a los bienes
afectados a la misma, sin comprometer la totalidad de su patrimonio.
El principal efecto de la celebración del contrato de sociedad, es la creación de un
nuevo sujeto de derecho (sociedad) distinto de sus miembros (socios). Esta sociedad contrata
con terceros, contrae obligaciones (arts. 141 y 143 del Código Civil y Comercial de la Nación
[CCCN]).
Por dichas obligaciones, los socios pueden responder o no, según la estructura
adoptada (art. 143 segundo párrafo CCCN). Es así que tenemos sociedades en las que los
socios responden por las obligaciones sociales (responsabilidad ilimitada) y otras en las que
no responden (responsabilidad limitada).
Ello permite que un mismo empresario desarrolle una o más actividades, mediante la
utilización de una sola estructura o de varias; limitando en cada una de ellas su
responsabilidad por la actividad desarrollada.
El problema que se planteaba era que la sociedad requería dos o más socios para su
constitución. Ello llevó a la utilización de estructuras societarias en las que el verdadero
dueño del negocio recurría a un testaferro para cumplir con el requisito de pluralidad de
partes, que era necesario -antes de la ley 26.994- para la constitución de la sociedad.

Estas situaciones de sociedades simuladas de dos socios, en las cuales un socio tenía
prácticamente la totalidad del capital y el otro una participación insignificante, fue
descalificada por la doctrina y la jurisprudencia. La propia exposición de motivos de la ley
19.550, al referirse al art. 94 inc. 8, consideraba la pluralidad de partes como un elemento
esencial. La jurisprudencia consideró a estas sociedades simuladas ineficaces (ver fallo
Fracchia Raymond entre el material que fue subido). La simulación de la sociedad quedaba
demostrada por la insignificancia del aporte del socio minoritario, cuya participación no
aparece como necesaria para el desarrollo de la actividad de la sociedad.

Más allá de las críticas y de los pronunciamientos judiciales, la realidad marcaba un


cambio de paradigma. Era necesario regular una figura que permitiera que un empresario
individual pudiera limitar la responsabilidad para la realización de una actividad
determinada, sin comprometer todo su patrimonio personal.

Parte de la doctrina consideró que la sociedad de un solo socio constituía una


contradicción en sí misma. Plantearon entonces mantener la sociedad con dos o más socios
y proponían legislar la figura del empresario individual con responsabilidad limitada, que
permitiera que una sola persona pudiera afectar determinados bienes al desarrollo de una
actividad, sin comprometer todo su patrimonio personal. Con la debida publicidad registral,
los acreedores del empresario respecto de la actividad registrada, sólo podían cobrar sus
créditos de los bienes afectados a la misma, sin poder atacar el resto del patrimonio del
deudor.

Otra parte de la doctrina, que fue la que terminó prevaleciendo, consideraba que la
solución era la regulación de la sociedad de un solo socio. Sostenían que la sociedad, como
contrato abierto, es una organización apta para funcionar tanto con un socio como con varios.
Así la sociedad podría nacer con pluralidad de partes y de reducirse a uno el número de
socios, continuar funcionando sin afectar su estructura. Del mismo modo a la inversa: la
sociedad puede nacer unipersonal, pero luego admitir el ingreso de nuevos socios sin alterar
su estructura y organización.

Es así que la Ley 26.994, modifica el art. 1 de la Ley 19.550 y admite la sociedad
anónima unipersonal. La intención del legislador fue permitir la unipersonalidad solamente
para la sociedad anónima, manteniendo el requisito de pluralidad de partes para el resto de
los tipos societarios que contempla la ley.

Sin embargo, más adelante veremos que la manera como quedó redactada la Ley
19.550 después de la reforma permite llegar a otras conclusiones.
FORMA ORGANIZADA:

El art. 1° dice “… una o más personas, en forma organizada…”.

Cuando la ley se refiere a la forma organizada, lo hace desde dos puntos de vista. Un
punto de vista jurídico y otro económico.

La organización desde el punto de vista jurídico:

Desde el punto de vista jurídico, la forma organizada se refiere a la naturaleza jurídica


del contrato de sociedad como contrato plurilateral y de organización.

En un contrato plurilateral, las obligaciones de los tienen una finalidad común; el


cumplimiento de las prestaciones no agota el contrato sino que permite poner en marcha la
vida del mismo; se establece una igualdad cualitativa de derechos y obligaciones; la
estructura del contrato permite el ingreso y egreso de partes (Manóvil).

Pero lo que define más claramente qué es un contrato plurilateral, en su comparación


con los contratos bilaterales o de cambio, son principalmente respecto de dos cuestiones: las
consecuencias del incumplimiento, y los efectos de la ineficacia del contrato.

Respecto de la primera cuestión, en un contrato bilateral solo podemos tener dos


partes. El ejemplo más claro es la compraventa. Pueden estar involucrados muchos sujetos
(varios compradores, varios vendedores), pero solo pueden revestir el carácter de comprador
y vendedor. En el contrato de sociedad, puede haber dos partes o más.

En el contrato bilateral, ante el incumplimiento de una de las partes, la otra puede a


su vez no cumplir con la prestación a su cargo. Ej. en la compraventa: no me das la cosa, no
te pago el precio (art. 1031 del Código Civil y Comercial de la Nación [CCCN]).

En el contrato de sociedad, esta regla no es aplicable. La constitución de la sociedad


tiene como principal efecto la creación de un nuevo sujeto de derecho distinto de sus
miembros. La principal obligación de los socios es la de realizar los aportes con los que se
formará el patrimonio de la sociedad. De manera que la prestación comprometida como
aporte, no se asume respecto de los demás socios, sino respecto de la sociedad. Tanto es así
que la única legitimada para demandar el cumplimiento del aporte es la sociedad y no los
socios.

Ello trae como consecuencia que en el contrato de sociedad, un socio no puede dejar
de cumplir la prestación a su cargo invocando el incumplimiento de otro socio.

Respecto de la segunda cuestión, en los contratos bilaterales, la existencia de un vicio


respecto de una de las partes acarrea la nulidad del contrato. En la compraventa, si el
comprador es incapaz, el contrato es nulo.

En cambio, en un contrato plurilateral como el de sociedad, la ineficacia del vínculo


de uno de los socios -como regla general- no produce la ineficacia de todo el contrato (art.
16 de la LGS). Lo mismo ocurre en un contrato asociativo que no genera personalidad (art.
1443 del CCCN). La regla en la materia es la ineficacia de carácter vincular. En la sociedad,
si uno de los socios es incapaz, es nulo el vínculo de ese socio con la sociedad, pero no afecta
la validez de todo el contrato.

Sobre el tema, ver “Contrato plurilateral y contrato bilateral” de Guillermo Moglia


Claps en http://ijeditores.com/articulos.php?idarticulo=48835&print=1

Además de plurilateral, el contrato es de organización. Estos contratos tienen


vocación de continuidad, son contratos de duración. En estos contratos, cuando no generan
personalidad jurídica, las partes manifiestan su voluntad sobre los temas que resultan de
interés común, acerca de la manera de funcionar para cumplir con la actividad que es objeto
del contrato (ej. arts. 1442 a 1478 CCCN). Cuando el contrato genera personalidad jurídica
como ocurre en la sociedad, es ésta la que manifiesta su voluntad de acuerdo a los
mecanismos que la ley y el contrato determinan.

Esto se observa claramente en el art. 11 inc. 6 LGS cuando requiere que el instrumento
de constitución de la sociedad contenga “…La organización de la administración, de su
fiscalización y de las reuniones de socios…”. El contrato debe contener las normas de
funcionamiento de la sociedad.

La particular situación de la sociedad unipersonal:


En la sociedad unipersonal, en la que concurre una sola persona para su constitución,
podemos hablar de contrato plurilateral?

Al no haber un acuerdo de voluntades entres dos o más personas, el acto de creación


de la sociedad unipersonal constituye una declaración unilateral de voluntad (art. 1800 del
CCCN: “Regla general. La declaración unilateral de voluntad causa una obligación
jurídicamente exigible en los casos previstos por la ley o por los usos y costumbres. Se le
aplican subsidiariamente las normas relativas a los contratos”).

Pero hemos dicho que la sociedad es un contrato abierto, apto para el ingreso de
nuevos socios (este fue el motivo fundamental de su recepción legislativa) y aún cuando la
sociedad puede nacer unipersonal, su instrumento de constitución debe cumplir con los
requisitos previstos en el art. 11 LGS, y allí prever, entre otras cosas:

- La organización de la administración, de su fiscalización y de las reuniones de socios;


- Las reglas para distribuir las utilidades y soportar las pérdidas.
- Las cláusulas necesarias para que puedan establecerse con precisión los derechos y
obligaciones de los socios entre sí y respecto de terceros.

Ello ha llevado a autorizada doctrina (Manóvil) a sostener: aunque unipersonal, la


sociedad es siempre un contrato o, por lo menos, una estructura plurilateral de organización,
ya que aunque haya sido celebrado por una persona única en lugar de una pluralidad de ellas,
las reglas de funcionamiento no son distintas, es idéntico el potencial pluripersonal derivado
de la aptitud de admitir infinitos nuevos socios que se seguirán relacionando, cada uno de
ellos, con el sujeto resultante del acto fundacional, siendo indiferente para el mundo
económico y jurídico en el cual ha de actuar, la cantidad de personas que participaron de
aquél.

De manera que, si bien la sociedad unipersonal nace un acto unilateral de voluntad,


genera una estructura apta para la pluripersonalidad, estructura que sigue siendo plurilateral
y de organización.

La organización desde el punto de vista económico:

La exposición de motivos de la Ley 19550 señala que el concepto de organización a


que refiere el art. primero resulta importante por su “relación con la idea económica de
empresa, que constituye la actividad normal de las sociedades mercantiles” (destaco
mercantiles porque la ley originariamente fue ley de sociedades comerciales).

De manera que, detrás de toda estructura societaria debe existir actividad empresaria.
La finalidad para la cual el legislador reguló la sociedad en la ley 19.550 fue la de desarrollar
actividad empresaria. La sociedad utilizada para cualquier otro propósito, contraría la
voluntad del legislador y desvirtúa la finalidad de la regulación en la materia.

Esto se ve claramente en el art. 2° de la LGS que establece que “La sociedad es un


sujeto de derecho con el alcance fijado en esta Ley”. La ley reconoce personalidad jurídica a
la sociedad, pero lo hace con el alcance previsto en la misma, o sea para cumplir con la
finalidad para la cual fue legislada que, dijimos antes, es el desarrollo de actividad
empresaria.

Cuando el uso de la estructura societaria tiene otros fines distintos que el desarrollo
de actividad empresaria, dicho uso es desviado y autoriza la aplicación del instituto de la
inoponibilidad de la persona jurídica, a fin de descorrer el velo de la pantalla societaria que
ha sido mal utilizada, y atribuir a los socios la actuación de la sociedad y responsabilizarlos
por los daños causados por la actuación desviada. (ver fallo de Primera Instancia en autos
"Ferrari Vasco c/ Arlington S. A.", en el que se desestimó a la personalidad societaria por fin
extrasocietario, ante la falta de actividad empresaria. Se trataba de una sociedad sin actividad,
solamente titular de bienes registrables con la finalidad de evadir el embargo de los
acreedores de un socio sobre dichos bienes).

TIPICIDAD:

Continúa diciendo el art. primero: “…conforme a uno de los tipos previstos en esta
ley…”. La importancia del elemento tipicidad merece un tratamiento especial, que justifica
su consideración al final del análisis del art. 1 de la ley.

APORTES:
“…se obligan a realizar aportes…”. La principal prestación del socio es la realización
de aportes a favor de la sociedad, para la integración del patrimonio social con el cual la
sociedad desarrollará las actividades previstas en el objeto social.

La ley dice “se obligan”, con lo cual basta el consentimiento de los socios para que el
contrato quede perfeccionado. La realización de los aportes, como veremos, puede ser hecha
al momento de la constitución o puede ser diferida en el tiempo, según la naturaleza del
aporte y el tipo social del que se trate.

Esto nos lleva a recordar dos términos que vamos a utilizar durante todo el curso:
suscripción de los aportes (que es el compromiso que asume cada socio de aportar al firmar
el contrato de sociedad) e integración (que es el efectivo cumplimiento de la prestación
comprometida).

El régimen de aportes lo analizaremos en detalle al tratar el tema del capital social.

PRODUCCIÓN E INTERCAMBIO DE BIENES Y SERVICIOS:

Los aportes se aplican a la “…producción e intercambio de bienes y servicios…”.

Esta expresión incluye toda clase de actividad económica. Dice la exposición de


motivos: “…la locución adoptada obvia todo problema cuando la actividad no sea productiva
en sentido económico, como sería el caso de las sociedades constituidas para la mera
administración o conservación de bienes, o para la investigación técnico-industrial.”

En definitiva se trata de la actividad económica empresaria a la que hicimos referencia


al tratar el requisito de la forma organizada.

PARTICIPACIÓN EN LOS BENEFICIOS Y SOPORTACIÓN DE PÉRDIDAS:

Finaliza el art. diciendo “…participando en los beneficios y soportando las


pérdidas…”.

Todo socio tiene derecho a participar en los beneficios y tiene la obligación de


soportar las pérdidas, en la medida de su responsabilidad según el tipo adoptado.
El derecho a participar en los beneficios es un derecho inderogable del socio y la
obligación de soportar las pérdidas (siempre según el régimen de responsabilidad del tipo
adoptado) es ineludible.

A su vez, para que se pueda hacer efectivo este derecho a participar en los beneficios,
la actividad de la sociedad debe arrojar ganancias, de lo contrario, nada hay para repartir.

Cualquier disposición que impida al socio participar en los beneficios o se los


garantice aún ante la inexistencia de ganancias, o lo libere de contribuir a las pérdidas, es
nula (ver art. 13 de la LGS).

TIPICIDAD:

“…conforme a uno de los tipos previstos en esta ley…”. La sociedad debe adoptar
alguno de los tipos previstos en la ley.

Por su importancia, dejamos el elemento tipicidad para el final.

En la redacción original de la ley 19.550, el tipo era el elemento sobre el cual se


basaba todo el sistema societario, a través de una regulación rigurosa del funcionamiento de
las distintas estructuras admitidas por la ley y las responsabilidades de sus miembros. La ley
26.994, so pretexto de revalorizar el principio de autonomía de la voluntad, intentó quitar
relevancia al requisito de la tipicidad. Creo que no lo consiguió, y solamente rompió con la
coherencia y razonabilidad del sistema original de la ley. Veamos.

El tipo societario es un modo de ser normativo, una estructura creada por la ley, que
tiene un contenido esencial, que no puede faltar, e inmodificable ya que las partes no pueden
modificar contractualmente los requisitos que la ley establece (Favier Dubois h).

Este contenido de cada tipo se manifiesta en tres aspectos: 1) la responsabilidad de


los socios por las obligaciones sociales; 2) la organización; 3) la representación del capital.

1.- Responsabilidad de los socios: Con la celebración del acto constitutivo los
contratantes crean un nuevo sujeto de derecho (arts. 142 y 143 del CCCN). Según estos
artículos, los miembros (socios) no responden por las obligaciones de la persona jurídica
(sociedad), excepto en los supuestos que expresamente se prevén en la ley especial (LGS).

La ley 19.550 regula distintos tipos societarios. En algunos, los socios responden por
las obligaciones sociales (tipos con responsabilidad ilimitada). En otros, los socios no
responden por las obligaciones sociales (tipos con responsabilidad limitada).

2.- La organización: Como sostuvimos antes, la sociedad es una persona jurídica, o


como la llamaba Vélez, de existencia ideal (arts. 31 y 32 del Código Civil derogado). Como
tal, necesita de personas humanas para manifestarse. La manera de organizar el
funcionamiento de la sociedad para que pueda actuar y que su actuación produzca efectos
jurídicos, depende de su organización y de los mecanismos que la ley determina para que los
efectos se produzcan.
La organización societaria requiere de varias funciones para que la sociedad pueda
manifestar su voluntad, a saber:

- Administración: es una actividad que se encarga de organizar los recursos


humanos, empresariales y materiales con la finalidad de cumplir el objeto social
previsto en el contrato. Este órgano tiene poder de decisión y dirección de los
negocios sociales. La administración es la manifestación de la voluntad de la
sociedad en el ámbito interno, no trasciende a terceros. La función de
administración también la denominamos de gestión.
- Representación: es la manifestación de la voluntad de la sociedad en el ámbito
externo. El representante es aquel que puede obligar a la sociedad frente a
terceros. El representante siempre es uno de los administradores, pero no a la
inversa: no todo administrador tiene atribuciones para representar a la sociedad.
- Gobierno: La función de gobierno es ejercida por los socios que se reúnen,
deliberan y votan sobre los temas de mayor trascendencia para vida de la sociedad.
La competencia del órgano de gobierno de una sociedad abarca dos grandes
grupos de temas: el juzgamiento de la gestión de los administradores
(nombramiento, remoción, responsabilidad, remuneración de los administradores;
consideración de los estados contables) y las modificaciones estructurales de la
sociedad (reformas del contrato o estatuto). Estos dos grandes temas, en las
sociedades por acciones, determinan la competencia de las asambleas como
órgano de gobierno: La asamblea ordinaria juzga al cierre de cada ejercicio
económico la gestión de los administradores y la asamblea extraordinaria puede
cambiar la estructura de la sociedad cuando lo crea conveniente, a través de
modificaciones del estatuto social.
- Fiscalización: La función de fiscalización consiste en el contralor que los socios,
o un órgano especialmente creado al efecto, realizan respecto de la gestión de los
administradores, velando para que éstos cumplan su función dentro del marco de
la ley y el contrato social. Mientras que el órgano de gobierno juzga la gestión ex
post facto (una vez finalizado cada ejercicio económico); el órgano de
fiscalización cumple con su función de vigilancia mientras la gestión de los
administradores es ejercida. Su función tiene un carácter preventivo, tendiente a
evitar desvíos legales y contractuales y producción de daños a la sociedad.

Es importante destacar que cada función de organización, según la estructura legal de


cada tipo, es realizada por socios, por terceros o por órganos específicamente creados por la
ley a tal efecto. Cada órgano tiene una competencia propia e indelegable (ej. arts. 266, 293
LGS), excepto cuando la ley admite la delegación (arts. 188, 202, 235 inc. 1, 270 LGS).

3.- La representación del capital: Cada socio tiene una parte en la sociedad. Esta parte
es representada -por disposición de la ley- de distintas maneras según el tipo societario que
se trate.

La ley contempla tres formas de representación del capital: partes de interés, cuotas
y acciones.

Estos son los tres aspectos del contenido esencial e inmodificable dentro de cada tipo
societario: ¿Cómo responden los socios por las obligaciones sociales?; ¿cómo se organiza la
sociedad en cuanto a su funcionamiento?; ¿cómo se representa la participación de cada socio
en la sociedad?

Como sostuvimos, la ley regula estos aspectos en cada tipo societario de manera
diferente, y no pueden faltar ni ser modificados contractualmente.
Para comprender con mayor detalle el funcionamiento de la tipicidad, vamos a
analizar estos conceptos con relación a tres tipos puros que regula la ley y que son la sociedad
colectiva, la sociedad de responsabilidad limitada y la sociedad anónima. Hablamos de tipos
puros porque contienen características propias que diferencian uno de otro. Si bien existen
más tipos en la ley, éstos son combinaciones de los tres tipos puros, por lo que, por ahora,
basta con el análisis de los mismos.

Para ello, vamos a realizar un cuadro de cuatro columnas: La primera destinada a los
requisitos a analizar, la segunda para la sociedad colectiva, la tercera para la sociedad de
responsabilidad limitada, la cuarta para la sociedad anónima. (EL CUADRO SE AGREGA
COMO ANEXO I AL PRESENTE DOCUMENTO. Reducir el zoom a 75% para poder ver
el cuadro completo).-

ANÁLISIS DEL CUADRO:

Responsabilidad de los socios:

Sociedad Colectiva:

En la sociedad colectiva los socios responden de forma ilimitada, solidaria y


subsidiaria (art. 125 LGS).

Ilimitada: Cada socio responde por las deudas de la sociedad con todo su patrimonio.
De manera que si la sociedad quiebra, se extiende la quiebra al socio (art. 160 de la ley
24.522).

Solidaria: La responsabilidad es solidaria ya que el cumplimiento total de las


obligaciones sociales puede exigirse a cualquiera de los socios (art. 827 del CCCN).

Subsidiaria: Los socios tienen beneficio de excusión (arts. 1583 del CCCN y 56 de la
LGS). El beneficio de excusión supone que el socio responderá solamente en el caso de que
la sociedad no cumpla las prestaciones a su cargo, o lo haga defectuosamente.

El art. 56 de la LGS establece: La sentencia que se pronuncie contra la sociedad tiene


fuerza de cosa juzgada contra los socios en relación a su responsabilidad social y puede ser
ejecutada contra ellos, previa excusión de los bienes sociales, según corresponda de acuerdo
con el tipo de sociedad de que se trate.

De esta norma extraemos que el acreedor social, para el cobro de su crédito, solo
puede demandar a la sociedad, no a los socios, aun cuando tengan responsabilidad ilimitada.

El único legitimado pasivo de la acción de cobro es la sociedad. Una vez firme la


sentencia obtenida contra la sociedad, previa excusión de los bienes sociales, el acreedor
podrá ejecutar la sentencia contra los socios, en la medida de su responsabilidad de acuerdo
al tipo.

Sociedad de Responsabilidad Limitada:

La responsabilidad es limitada al aporte suscripto (art. 146 LGS). De manera que si


la sociedad quiebra, lo máximo que el socio puede perder son los aportes que realizó, pero
no responde por los pasivos sociales.

Si bien su responsabilidad es limitada, los socios garantizan solidaria e ilimitadamente


a los terceros la integración de los aportes de sus consocios (art. 150 LGS). Esto se ve con
claridad en un ejemplo:

En una SRL con un capital de $ 100 en la que cada socio suscribe cuotas por $ 25
cada uno, como tienen responsabilidad limitada al aporte suscripto, si todos cumplen con su
respectiva integración y la sociedad quiebra, los socios ninguna responsabilidad tienen por
el pasivo social. A lo sumo perderán lo invertido en aportes. Pero si uno o algunos de los
socios no cumplen con la integración de sus respectivos aportes, los demás responden en
forma ilimitada y solidaria por los mismos.

A: 25 B: 25

100
ilimitadamente
de los
Los socios garantizan
a los terceros
solidaria
la integración
e
C: 25 D: 25

Si A, B y C integran sus aportes y D no lo hace, los primeros tres responden en forma


ilimitada y solidaria por los $ 25 que D no integró.
Si A y B integran sus aportes y B y C no lo hacen, todos responden por los $ 50 que
B y C no integraron.

Si A integra sus aportes y B, C y D no lo hacen, todos responden por los $ 75 que B,


C y D no integraron.

De manera que el límite de la garantía que la ley establece en el art. 150 es que todos
los socios responden por la integración de la cifra del capital social ($ 100 en el ejemplo). No
importa si el pasivo de la sociedad es mayor al capital, los socios responden hasta la
integración de los cien pesos, nada más.

Sociedad Anónima:

En la S.A., los socios limitan su responsabilidad a la integración de las acciones


suscriptas. Aquí no hay garantía por la integración de los aportes como en la SRL. Cada socio
responde exclusivamente por su aporte personal, aun cuando los demás no cumplan con el
suyo.

Ello, en virtud de que en las sociedades por acciones como la S.A., el Estado
interviene en el control de integración y valuación de los aportes (arts. 187 y 53 LGS), con
lo que el control Estatal suple la falta de garantía de los socios por la integración.

ORGANIZACIÓN:

Sociedad Colectiva:

Administración: La administración está a cargo de todos los socios salvo pacto en


contrario. El contrato puede establecer que solo uno o algunos de los socios revistan la
condición de administradores. También pueden ser administradores terceros designados por
los socios (art. 130 LGS).

Representación: Representa a la sociedad cualquiera de los socios administradores


salvo pacto en contrario (art. 127 LGS). El contrato podrá establecer una representación
unipersonal o plural, y si es plural, puede ser conjunta (deben actuar todos los designados) o
indistinta (cualquiera de los designados que intervenga, puede obligar a la sociedad) [art. 128
LGS]. También pueden representar a la sociedad los terceros administradores cuando se los
haya nombrado representantes.

Gobierno: La ley no establece reglas para el ejercicio de la función de gobierno. Los


socios se reúnen, deliberan y votan conforme lo establecido en el contrato, de acuerdo a las
mayorías previstas en los arts. 131 y 132 de la ley.

Fiscalización: La fiscalización de la administración está a cargo de cualquiera de los


socios no administradores (art. 55 LGS).

Sociedad de Responsabilidad Limitada:

Administración: La administración está a cargo de un órgano diferenciado que se


denomina gerencia. La gerencia se compone de uno o más gerentes, socios o terceros. Ya no
administra cualquier socio como en la colectiva, sino que existe la obligación de establecer
en el contrato una gerencia. La gerencia puede ser unipersonal, plural, indistinta, conjunta o
colegiada (art. 157 LGS).

Representación: Está a cargo de cualquier gerente salvo pacto en contrario. El


contrato puede establecer la representación unipersonal o plural, indistinta, conjunta, o -si la
gerencia es colegiada-, se designará un representante por parte del órgano colegiado.

Gobierno: La forma de deliberar se establece en el contrato, generalmente a través de


reuniones de socios. La ley también autoriza mecanismos que permitan la adopción de
resoluciones sociales sin una reunión presencial de los socios (art. 159 LGS).

Fiscalización: La ejercen los socios, salvo que el contrato establezca un órgano


diferenciado de fiscalización, que es obligatorio cuando la sociedad tiene un capital superior
a cincuenta millones de pesos (arts. 55 y 158 LGS).

Sociedad Anónima:

Administración: Está a cargo de un directorio integrado por uno o más socios o


terceros. El directorio es un órgano colegiado. Qué quiere decir que actúa como colegio? Un
cuerpo colegiado se reúne periódicamente en virtud de una convocatoria para las reuniones,
con un determinado quórum para poder sesionar y el requisito de que las decisiones sean
adoptadas por mayoría dentro del mismo. A diferencia de la SRL donde cada gerente
administra, en la S.A. no administra cada director, sino el cuerpo colegiado a través de las
reuniones periódicas que la ley y el estatuto social establecen (arts. 255, 260, 267).

Representación: Está a cargo del presidente del directorio (art. 268). El presidente
ejecuta las decisiones adoptadas por el directorio.

Fiscalización: Está a cargo de un órgano diferenciado de fiscalización que puede ser


sindicatura (órgano técnico) o consejo de vigilancia (integrado por socios). En las sociedades
anónimas que no tienen fiscalización permanente del Estado (art. 299), la fiscalización puede
ser realizada directamente por los socios (arts. 55 y 284 LGS).

REPRESENTACIÓN DEL CAPITAL:

Como dije antes, cada socio tiene una parte en la sociedad. Esta parte es representada
-por disposición de la ley- de distintas maneras según el tipo societario que se trate.

Sociedad Colectiva:

El capital de la sociedad se representa en partes de interés. La transferencia de la parte


de interés a otro socio, requiere el consentimiento de todos los socios, salvo pacto en contrario
que no puede establecer una mayoría inferior a la mayoría absoluta del capital (arts. 131 y
132 lgs).

Un acreedor particular de un socio de la sociedad colectiva, puede embargarle su parte


de interés, pero no puede ejecutarla, no puede hacerla subastar. Si no hay posibilidad de
sacarla a remate, qué sentido tiene el embargo de la parte? La ley establece que, una vez
embargada la parte, el acreedor particular del socio solo puede cobrarse de las utilidades que
arroje la sociedad en la parte que corresponda al socio embargado y de la cuota de liquidación
que le corresponda si la sociedad se disuelve (art. 57 LGS).

La finalidad de la restricción legal para la transferencia de la parte, y la prohibición


de subastarla en caso de ser embargada, tiene por finalidad que no ingresen a la sociedad
terceros ajenos al elenco original de socios. Esto demuestra la importancia del elemento
personal de los socios en la sociedad colectiva. El carácter de socio en este tipo es intuitu
personae.

Sociedad de Responsabilidad Limitada:

El capital se divide en cuotas de igual valor (arts. 146 y 148 LGS).

Las cuotas son libremente transmisibles, salvo que el contrato establezca un pacto de
limitación a la transmisibilidad, que puede consistir en la conformidad mayoritaria o unánime
de los otros socios y/o un derecho de preferencia a favor de la sociedad y/o los socios para
adquirir las cuotas.

Las cuotas son embargables y son ejecutables, pero en caso de subasta si las cuotas
están limitadas en cuanto a su transmisibilidad, la sociedad tiene la posibilidad de adquirir
las mismas aun después de subastadas para evitar el ingreso del adquirente en subasta y que
entre a la sociedad un tercero ajeno al elenco original de socios.

De manera que la importancia del vínculo personal de los socios en la SRL, a


diferencia de lo que ocurre en la sociedad colectiva (donde lo determina la ley), depende de
la voluntad de los socios según hayan pactado o no limitaciones a la transmisibilidad de las
cuotas.

Sociedad Anónima:

En la S.A. el capital se representa en acciones de igual valor.

Es de la esencia de la acción su circulación, por lo que son libremente transmisibles.

Son embargables y ejecutables libremente por el acreedor del socio. No tienen las
limitaciones que pueden tener en otros tipos.

Esto se debe a que el elemento personal –en teoría- es irrelevante para los socios (ej.
sociedad que cotiza en bolsa en la que los inversores no se conocen entre sí). La S.A. es la
típica sociedad de capital, donde lo que interesa es la situación económica y financiera de la
sociedad y su aptitud para generar utilidades. Se dice que la condición de accionista es
fungible porque puede modificarse con la simple transmisión de acciones, sin tener que
recabar el consentimiento de la sociedad ni de los socios, ni tampoco ser necesaria la
inscripción de la transferencia en un registro público (Broseta Pont).

Además, las acciones se representan en títulos, algo que no ocurre en los tipos no
accionarios, donde el elenco de socios surge del contrato. En cambio, en la S.A., el elenco de
socios depende de quiénes sean los titulares de las acciones en circulanción

Esto permite que en estas sociedades sus acciones coticen en bolsas y mercados de
valores, algo que no pueden hacer las sociedades no accionarias.

IMPORTANCIA DE LA TIPICIDAD:

Un sistema societario basado en la tipicidad se caracteriza por limitar la autonomía


de la voluntad (hay que respetar para cada tipo las reglas legales sin poder modificarlas
contractualmente), pero esta limitación se produce en aras de un valor superior que es la
seguridad jurídica, sobre todo para los terceros que contratan con la sociedad.

Ello ocurre principalmente con los primeros rasgos tipificantes (responsabilidad y


organización) ya que al tercero que contrata con la sociedad le interesa saber cuál es su
régimen de funcionamiento para que pueda quedar obligada, y quiénes responderán por su
crédito.

El tercer rasgo tipificante (representación del capital) interesa, no ya al acreedor


social, sino al acreedor particular del socio, a quien le importa conocer en qué medida puede
cobrar su crédito de la parte que su deudor tiene en una sociedad.

Requisito tipificante es aquél que resulta esencial en virtud del tipo adoptado y que
tiene que ver con su responsabilidad (limitada o ilimitada), organización (ej. la existencia de
gerencia en la SRL o de directorio y asamblea en la S.A.) y representación del capital (partes
de interés, cuotas o acciones.

En la redacción original de la ley, la falta de un requisito tipificante tornaba la


sociedad atípica y por lo tanto nula de nulidad absoluta. Había orden público comprometido.
La sociedad que violaba los requisitos del tipo, carecía de validez.
A partir de la vigencia de la ley 26.994, con la modificación del art. 17 de la ley
19.550, las sociedades a las que omitan algún rasgo tipificante no son nulas, sino que van a
regirse por las reglas de la sección IV de la ley, con las consecuencias que más adelante
veremos.

Hasta aquí la primera parte de los fundamentos de nuestro sistema. En los próximos
días les haré llegar material sobre fundamentos de la ley en cuanto a forma, contenido del
instrumento de constitución e inscripción registral.

Suerte y saludos para todos.

Potrebbero piacerti anche