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"El SÍnthoma Operaciones Nodales (i)"

(*) Escuela Lacaniana De PsicoanÁlisis. Buenos Aires. 1996

Ricardo Rodríguez Ponte

(**) (*) Este texto contiene la transcripción, revisada, de mis intervenciones de los días 3 y 17
de Septiembre, y 1º de Octubre de 1996, en el Taller de Lectura de «Le Sinthome», conducido
por Juan Carlos Piegari en la ESCUELA LACANIANA DE PSICOANÁLISIS. Por razones de
índole personal, no tuvo lugar una última intervención, de las cuatro programadas
previamente, la que quedó entonces para otra ocasión. Una segunda revisión del mismo, en
Noviembre de 2000, me permitió corregir parcialmente la desgrabación anterior, ampliar
algunas citas y añadir algunas notas.

Siguiendo el ejemplo de Juan Carlos Piegari en nuestras últimas reuniones, (1) yo también me
construí una suerte de "grilla", que me sirviera para hacer con ustedes algo así como un
"mapeo" del Seminario El sínthoma. Como soy un poco perezoso, no voy a transportar ahora
esta "grilla" al pizarrón; tampoco me parece que haga falta, al menos durante un rato.

Les menciono, en cambio, los tres items de los que me serví como guía para rehacer con
ustedes un recorrido entre otros del Seminario, lo que me permitiría entonces situar algunos
problemas, no sé si soluciones, pero sí determinados puntos donde sería interesante ?dado
que estas reuniones nuestras tienen una estructura que nombramos como “taller”? que
algunos de ustedes se pudieran prender. Los tres items que he tomado en consideración son
los siguientes:

Empleos no inmediatamente nodales de la palabra sínthoma.


Referencias a Joyce, Joyce-el-síntoma o Joyce-el-sínthoma, y a sus libros, en la medida en
que, en términos muy generales, se pueden establecer algunas correspondencias, en el
sentido que ?repito: en t?rminos muy generales? Lacan se suele referir a tal libro de Joyce

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para interrogar tal problema. Por ejemplo, la referencia al Finnegans Wake suele remitir al
saber-hacer de Joyce con el lenguaje, a operaciones relativas al goce, al arte, al artificio, a la
posibilidad del arte de desbaratar algo de lo que está en juego en el síntoma, etc... El Ulises
parece ser la referencia fundamental para interrogar la cuestión del padre. Y el Retrato del
artista adolescente parece ser la referencia fundamental para interrogar la cuestión del
narcisismo, de la relación al propio cuerpo, el ego, etc...
En cuanto al tercer item que tomé en consideración, que es aquel en el que más me voy a
demorar, es el de las operaciones nodales, acompañadas éstas por el subrayado de algunos
términos, y de algunas correspondencias de términos, que se pueden encontrar a lo largo del
Seminario. Por ejemplo, se tratará de puntuar dónde aparece la palabra "suplencia", dónde
aparece la palabra "reparación", en relación a qué problemas aparecen una y otra, dónde
aparecen otras palabras importantes como "corregir", "restituir", "reconstituir", "compensar", y
esto en relación a términos a términos como "desanudamiento", "indistinción", "falta" o
"lapsus", "error"... El Seminario es tan complejo que alguna correlación se me habrá
escapado, sin duda, pero en términos generales estoy razonablemente seguro de que, por
ejemplo, la palabra "compensación" no aparece referida a un nudo, sino que más bien
aparece ligada a la relación entre Joyce y su padre; pareciera entonces que la palabra
"compensación" apuntara más a algo del orden de la subjetividad joyceana, que a lo que
podríamos situar en tal o cual nudo. En cambio, "suplencia", "reparación", "corrección", son
términos que apuntan más a un problema estrictamente nodal.

UN TESTIMONIO

Bueno, después les voy a hacer la puntuación de todo esto, pero antes me gustaría leerles
algo que leí en mi seminario del año pasado,(2) por lo que para algunos de ustedes, que
estuvieron ahí entonces, será una repetición. Me pareció interesante. Lo que les quería leer,
es algo que el año pasado encontré un poco por casualidad. Diría que es del orden de un
testimonio, y quisiera transmitírselos, en la medida en que tal vez podría situar algunas de las
dificultades relativas a este Seminario El sínthoma. Como es un testimonio, precisamente, no
tiene demasiado sentido que lo discuta ni que lo comente. Se los leo, nada más.

Se trata de un texto de Charles Melman, quien, por otra parte, no es que sea santo de mi
devoción, pero es cierto que, leyendo este texto, encontré interesantes en él un par de cosas.

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(3)

Les cuento primero algo del contexto de esto que yo leo como un testimonio. Resulta que
hace unos años se realizaron unas jornadas en la institución a la que pertenece este
psicoanalista, la Association Freudienne, en Francia, jornadas dedicadas a la lectura del
Seminario R.S.I. Esto fue en el año 1988, y según deduzco del texto de Melman, esas
jornadas fueron en gran medida promovidas y sostenidas por los "jóvenes", digamos, de esa
institución. El resultado de ese esfuerzo, en conjunto, por lo menos por lo que transmite la
publicación de las ponencias, no carece totalmente de interés. Pero no era esto lo que me
interesaba referirles, sino lo que me parece que constituye el testimonio de Melman.

En el curso de esas jornadas, Melman dice algo interesante, dice ?para retomar sus palabras?
que estos “jsvenes" percibieron, en los "viejos" de la Association una cierta dificultad, incluso
una cierta repugnancia para abordar estos temas sobre los cuales Lacan pasó los últimos
años de su trabajo en su Seminario. Es decir, Melman constataba un hecho: que los "viejos"
de la institución, que por otra parte eran precisamente los que habían tenido un contacto
directo con la palabra de Lacan en su Seminario, se mostraban poco proclives a trabajar la
cuestión del nudo borromeo. Constataba un hecho, y trataba entonces de proponer alguna
explicación del mismo. Ahí está lo que me parecía a mí interesante transmitirles. Les leo
entonces, salteando frases aquí y allá, y traduciendo sobre la marcha, algunas partes de su
texto:

Las dificultades del nudo son numerosas, no voy a retomarlas.

?menciona, no obstante, un par de ellas, que podr?an acompa?arnos en nuestras propias


cuitas en relación al Seminario? dice:

Es cierto que una de ellas se sostiene probablemente en el hecho de que, finalmente, no


esperamos gran cosa de lo que somos llevados a ver. Esto es incluso muy enigmático.
Nuestra visión está sin duda, de una cierta manera, habituada de tal modo que no vemos,
incluso cuando se trata de cuadros, nuestra visión no se espera más que volver a encontrar lo
que conoce, lo que ella ya sabe.

Y en esta línea comenta, por ejemplo, un caso gracioso, lo que le pasaba a Freud cuando fue
a Roma, o a Goethe, también... Goethe, por ejemplo, le escribe a sus hermanas y les dice
?luego de narrarles su recorrido de Italia?: “ustedes saben de eso, hay grabados de cobre
que ustedes conocen perfectamente, y entonces no tengo por qu? hablarles de eso". Y
entonces Melman comenta: bueno, entonces uno se preguntaría para qué fue Goethe a Italia,
si todo lo que había para ver él ya lo conocía. Y sigue diciendo:

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Lo que se presenta provisoriamente aquí como enigma, no nos es traído más que para
señalar que, sin duda, no esperamos de lo que podríamos ver, no digo escuchar, una puesta
en cuestión de nuestra manera de ver y todavía mucho más de nuestra manera de pensar.
¿No es éste uno de los motivos de nuestra dificultad para leer ese seminario, puesto que
leerlo es ser remitido sin cesar a unas figuras, las cuales, además, hay que manipular?

Esta sería, entonces, una de las dificultades. Y continúa diciendo Melman, ahora hablando
decididamente como uno de los "antiguos" de su institución:

Me contentaré todavía con evocar otra razón: cuando hemos escuchado a Lacan pensar esas
historias de nudo, bruscamente, ha sucedido que su palabra no remitía más a su decir, esto
es, a aquél que estaba presente, provisto del nombre de Lacan, y que era el emisor de un
discurso. En efecto, con esos nudos, sus palabras no eran ya sino la consecuencia de una
figura; y a ese Uno, al que esperábamos legítimamente atribuirle, como a cualquiera, a ese
Uno, soporte de ese decir que nosotros amábamos, con ese nudo él venía, al contrario, a
significarnos que lo que lo hacía hablar era una figura, y que él se volvía casi como el
comentador de esa figura. Quizá haya, en cada uno de nosotros, una repugnancia a remitirnos
a eso, en lo que concierne al organizador de nuestro destino, a lo que sería, no el Verbo, pues
nosotros adoramos remitirnos al Verbo, con el cual estamos muy familiarizados, incluso al
símbolo, sino que nuestro destino estaría sellado por una figura, la cual no estaría comandada
por otra cosa que por reglas topológicas, de geometría.

Bueno, esto es un testimonio, y por eso les decía ?como alguna otra vez el propio Melman
dijo, a propósito de otro testimonio? que no tiene sentido discutirlo.(4) Incluso es interesante lo
que dice, porque a uno le pasa todo el tiempo, que el gran problema con estos años nodales
de Lacan es que la clínica que debe acompañar y que legitimaría estos desarrollos está
todavía, en gran medida, por hacerse. De todas maneras hay algo que vale la pena todavía
subrayar, en este testimonio, y es la oposición que Melman establece entre un discurso
soportado en un decir y un discurso soportado en una figura.

Dejo por ahora de lado la cuestión de que, para Lacan, no hay verdaderamente oposición
entre el decir y el nudo, y esto precisamente en la medida en que "especificamos el decir por
ser lo que hace nudo", (5) y tomo el enunciado de Melman de una manera ficcionalmente
ingenua. Digo que vale la pena subrayarlo por lo siguiente, porque uno podría decir que
?hecha esta salvedad? hay algo de verdad, en eso. ?En qué sentido? En el sentido de que,
por un lado, tenemos que, en la medida en que el nudo no es modelo ?como insiste en ello
Lacan?, el nudo no supone lo real... y por eso sería legítimo soportar el discurso en una figura.
En la medida, justamente, que el nudo no supone, sino que soporta lo real: lo real está ahí, no

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en otra parte: es uno de los redondeles del nudo, y es el nudo mismo en su triplicidad. Eso es
lo real, y por lo tanto no hay por qué interrogar ningún real más allá del nudo. Esto, como les
decía, de alguna manera legitimaría esa posición de Lacan que lo dejaba un poco perplejo y
desasosegado a Melman ?en un efecto del que no estaba ausente el amor?, quiero decir, la
de dejarse interrogar por una figura, comentar una figura, incluso buscar respuestas en una
figura.

Pero al mismo tiempo, esto, me parece a mí, no puede prescindir del momento de la
validación clínica, (6) en la medida en que ?esto es algo que parece perder de vista Melman?,
si el discurso de Lacan se apoyaba en las figuras del nudo, el nudo mismo se soportaba en el
decir de Lacan. (7) Quiero decir, que hay como un supuesto básico en el discurso de Lacan
sobre las figuras del nudo ?supuesto básico pero en general no explicitado como tal, tal vez
por los problemas que implicaba para algunas de las "intenciones" de ese discurso mismo?,
(8) y ?ste es que ese discurso no se sostiene de otra cosa que del decir de Lacan, de ese
decir que dice que el nudo borromeo es la estructura del sujeto.

Entonces, una vez que uno parte de ahí, de esto que quizá un poco abusivamente de mi parte
denomino "supuesto básico", ¿por qué se prohibiría después interrogar a la figura, en la
medida en que, ya, la figura, en tanto tal, no supone nada? ? Pero, no obstante, subrayo que
hay ah? como un supuesto basico, como un punto axiomático ?no sé cómo denominarlo, en
verdad?, principial, que de todos modos requiere de nuestro decir para que opere como tal,
que es el decir de Lacan que posiciona al nudo como "soporte de toda especie de sujeto". (9)

Bueno, éste era el testimonio que les quería leer. Retomo entonces mi "grilla". Comienzo,
porque es algo que puedo despachar más rápidamente, con el punto 1, referido a los empleos
no inmediatamente nodales de la palabra sínthoma, punto que a su vez he subdividido en dos
apartados que denominé como pude, a saber, el de los empleos problemáticos de la palabra
sínthoma, y el de los empleos de la palabra sínthoma indicativos de la búsqueda de Lacan.
Por supuesto, estos son términos como cualquier otro, que no aspiran a otro valor que el de
introducir ahí alguna distinción que permita ordenarnos en nuestro recorrido.

EMPLEOS PROBLEMÁTICOS DE LA PALABRA SÍNTHOMA

El primero de los empleos problemáticos de la palabra sínthoma es que symptôme, "síntoma",

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y sinthome, "sínthoma", son homofónicos. Al respecto, hay un primer problema que es un
problema de establecimiento del texto, es decir, un problema relativo a la transcripción del
Seminario. Pero, además, me parece que este problema relativo a la transcripción del
Seminario se potencia porque Lacan juega a veces, creo que deliberadamente, con esa
ambigüedad proporcionada por la homofonía. Por ejemplo, cuando dice que "el padre es un
síntoma o un sínthoma, como ustedes quieran". (10)

Y dentro de este mismo problema relativo a la ambigüedad que surge de la homofonía,


tenemos la afirmación de Lacan referida a Joyce, o al arte de Joyce: "las dos ortografías le
conciernen". (11)

Otro empleo problemático de la palabra sínthoma que podría ser, o no, un problema de
transcripción, es cuando Lacan remite a "no sé qué sínthoma que llamamos, en psiquiatría, la
manía" (12)... y entonces uno ya no sabe si el sínthoma es el remedio o la enfermedad. Lo
que es cierto, es que llamar "sínthoma" al síntoma o sindrome psiquiátrico denominado
"manía" no parece llevar a ningún lado, al menos a ningún lado que parezca interesante,
mientras que, en este sentido, llamar "sínthoma" a la nominación, o a la reparación, parece
prometer un mayor desarrollo.

En el mismo sentido que el anterior, otro empleo problemático de esta palabra es que Lacan
llama "sínthoma" a la palabra impuesta, por ejemplo cuando, refiriéndose al caso de su
presentación de enfermos, el del llamado Gérard Primeau,(13) en la clase del Seminario
siguiente a esa presentación, la del 17 de Febrero de 1976, habla de "un caso de locura que
comenzó por el sínthoma palabras impuestas". (14) Ahí tampoco queda claro si el sínthoma es
la palabra impuesta o si el sínthoma es lo que vendría a remediar algo de esa imposición
?sentida? de la palabra. Tambi?n aqu? podríamos presumir un problema de transcripción,
aunque en este caso los dos textos-fuente consultados, tanto el de Miller,(15) , (16) como el
de Chollet, (17) dan la palabra con "h"... a lo que se agrega lo que dije anteriormente respecto
de la ambigüedad deliberada por parte de Lacan.

Otro empleo problemático de la palabra sínthoma ?no en el mismo sentido que los anteriores,
pero s? en el sentido de que se trata de afirmaciones que enuncia Lacan como al pasar y que
concitan de nuestra parte un trabajo para desarrollarlas, ya sea para justificarlas o para
contradecirlas? es el que encontramos en la afirmacisn: "una mujer es un s?nthoma". (18) En
verdad, esta afirmación viene del Seminario anterior, R.S.I., salvo que ahí, en el Seminario
anterior, esta afirmación venía sin la "h": "¿qué es una mujer? Es un síntoma". (19)

Y en un sentido, no diría semejante, pero sí tal vez paralelo al anterior, tenemos que el
psicoanalista es un sínthoma: "efectivamente, el psicoanalista no puede concebirse de otro
modo que como un sínthoma". (20) Lo cual permitiría seguirle la pista a, por un lado, desde el

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punto de vista del sínthoma, cuál sería el lugar del analista en la cura, y, por otro lado, daría la
pista para considerar los distintos momentos de la cura en términos nodales. Pero salvo en un
artículo, no he visto desarrollos en esta dirección.

Por último, en este recorrido sumario dentro de los empleos problemáticos de la palabra
sínthoma, encontramos la afirmación de Lacan en cuanto a que lo real es su ?o sea, la de
Lacan? “respuesta sinthomatica" al inconsciente freudiano. (21) Es interesante, porque ah?
hay como una alternativa explícita entre el inconsciente freudiano como "enteramente
reductible a un saber", y el sínthoma, más ligado a lo real. Es una perspectiva interesante por
lo que va a aparecer en el Seminario siguiente, L’insu que sait de l’une-bévue s’aile à
mourre, cuando plantee, con l’une-bévue, "algo que va más lejos que el inconsciente".(22)

Ven ustedes que, con estos empleos problemáticos de la palabra sínthoma, hay bastante
trabajo por hacer. Pasemos al segundo punto de este item:

EMPLEOS DE LA PALABRA SÍNTHOMAINDICATIVOS DE LA BÚSQUEDA DE LACAN

En cuanto a lo que he denominado "empleos de la palabra sínthoma indicativos de la


búsqueda de Lacan", me pareció oportuno subrayar ?sin avanzar mucho en el Seminario, en
relacisn a este punto, pues aquí me he limitado a las dos primeras clases?, me pareció
oportuno subrayar, en primer lugar, que la cuestión del sínthoma, con "h"... ? permítanme un
breve paréntesis.

Acá, revisando unas clases desgrabadas de mi seminario del año pasado, me apareció un
problema... La conferencia que Miller publicó con el título de «Joyce el síntoma I», como
ustedes saben, es del 16 de Junio de 1975, (23) es decir, cinco meses antes del comienzo del
Seminario El sínthoma. En esa conferencia, en el título de la misma, la palabra "síntoma"
aparece sin "h", pero en cambio aparece con "h" ?sínthoma? dentro del texto. Ahora bien,
seg?n he le?do en alguna parte, creo que en algún texto de Allouch, pero en este momento se
me borró de la memoria la referencia, parece que la inclusión de la "h" en la palabra

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"sínthoma" resulta también ?además de su remisión a la ortografía antigua? de algo así como
de un juego de lapsus entre Lacan y su secretaria, en el momento mismo de la redacción del
afiche de convocatoria del Seminario. Lacan envía a su secretaria el título del Seminario que
debía ir en el afiche, y escribe Le sintome, es decir, ni symptôme ?la ortograf?a habitual? ni
sinthome ?la que promover?a el Seminario?, y para colmo a?ade al margen una nota donde
indica: "respetar esta ortografía"; pero al día siguiente telefonea para indicar que la palabra del
título debía escribirse sinthome.(24) Bueno, entonces, como ven, hubo ahí un lío medio raro,
pero no importa ahora este lío, lo que me parece interesante destacar en este lío es que, si
efectivamente esta "h" problemática ?que como toda "h" será muda, pero igualmente nos hace
hablar? es, como parece, el resultado "fortuito", digamos, de un lapsus, entonces no
estaríamos autorizados a trasladarla retroactivamente al texto de la conferencia del 16 de
Junio, que, por otra parte, no es de puño y letra de Lacan, sino que consiste en una
transcripción de Éric Laurent que, autorizada por Miller, fue publicada luego de la muerte de
Lacan... A diferencia de la versión que conocemos con el título de «Joyce el síntoma II», que
sí fue redactada por Lacan, pero fue publicada recién en 1979, sin que conozcamos la fecha
cierta de su redacción.(25) ? Bueno, cierro este par?ntesis y sigo con...

ALFREDO SILVA: Una cosita. ¿Tenés alguna idea, ya que seguiste los dos textos-fuente, por
qué en algún momento Miller plantea el síntoma con "h", y a veces sin "h", y vos marcás
diferencias con la Versión Crítica? ¿Tenés alguna idea, más allá de cierta homofonía que
pueda aparecer en el Seminario hablado o...?

No, no tengo la menor idea. Pero te corrijo un poquito. No es que yo confronté las diferencias
entre la versión de Miller y la Versión Crítica. Lo que yo, un poco irónicamente, denominé
Versión Crítica, resulta de la confrotación entre la versión Miller y la versión Chollet. Por
razones que no vienen al caso y que hoy ya no me guiarían, en ese momento opté por
atenerme siempre a la versión Chollet en el cuerpo del texto de la traducción ?incluso cuando
personalmente no estaba de acuerdo con la versión Chollet?, indicando en notas lo que
aportaba de diferente la versión Miller publicada en Ornicar? y en el libro Joyce avec Lacan.

En cuanto a lo que me preguntás, añado que el problema de la homofonía no es solamente


entre symptôme y sinthome, sino también entre éstos y saint homme, lo que igualmente
promueve diferencias entre las versiones de Miller y de Chollet.

Yendo ahora directamente a lo que me preguntabas, te respondo que no he logrado pesquisar


algo así como un uso razonado en los transcriptores, que me permitiera anticipar, a partir del

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contexto en que aparece, cuándo la palabra "síntoma" irá con o sin "h", y esto es lo que me
lleva a sospechar que Lacan mismo jugaba deliberadamente con esa ambigüedad que le
facilitaba la homofonía ? no sé por qué, a lo mejor para no atarse las manos anticipadamente,
antes de poder precisar incluso para sí mismo la noción que estaba introduciendo, y entonces
poder inventar más libremente... No lo sé... En tiempos de este Seminario El sínthoma, no
estamos ya en la época en que Lacan daba para sí mismo la fórmula de Picasso: "yo no
busco, encuentro"; ahora Lacan busca... y tal vez no encuentra, o no siempre encuentra...

Bueno, volviendo a lo que estaba diciendo, antes de este paréntesis, les decía, les estaba por
decir, que el primer empleo indicativo de la búsqueda de Lacan con la palabra sínthoma
aparece referido a un desvío: "me he dejado desviar de mi proyecto".(26) Es decir, él había
concluido su Seminario R.S.I. con el proyecto de interrogar, a partir de inhibición, síntoma y
angustia ?esto es, el ternario clínico freudiano que, añadido al ternario lacaniano de los
registros, proporcionaba un cuarto término al nudo?, qué sustancia darle al Nombre-del-Padre.
Esto es de la última clase del Seminario R.S.I. ? y en la primera clase del Seminario El
sínthoma lo que encontramos es, directamente, la cuarta consistencia como sínthoma, pero
que ya no es exactamente la nominación de lo simbólico postulada en el Seminario anterior, y
tampoco es que sea algo completamente diferente...

Me explico, porque tal vez he avanzado demasiado rápidamente. Primero veamos en qué se
parecen el síntoma del Seminario R.S.I. y el sínthoma del Seminario El sínthoma, luego
veremos cómo introducir las diferencias. En lo que se parecen es que, efectivamente, tanto el
síntoma del Seminario R.S.I. como el sínthoma del Seminario El sínthoma, están en relación a
la consistencia de lo simbólico: así como el síntoma, todavía sin "h", del Seminario R.S.I.,
como nominación, Nombre-del-Padre, es relativo a lo simbólico ?"nominación de lo
Simbólico... bajo la forma del síntoma", decía Lacan en ese Seminario (27)?, así el sínthoma,
ahora con "h", del Seminario El sínthoma, aparece acoplado a lo simbólico (28).

¿Cuáles son las diferencias? Bueno, una de las diferencias es la inclusión de la "h", el cambio
en la ortografía, con lo que esto pueda comportar. Segunda diferencia: en el Seminario R.S.I.
el síntoma aparecía como resultado de una especie de división interna a lo simbólico mismo,
como resultado de un desdoblamiento de lo simbólico ? es como que lo simbólico se divide, se
desdobla, y de ahí salta la nominación. En cambio, en el Seminario El sínthoma, no digo que
esto está ciento por ciento claro, pero se puede leer, y se puede argumentar a favor de esta
lectura, que el sínthoma no resultaría de un desdoblamiento de lo simbólico, sino que, al
contrario, en tanto que el sínthoma introduce el nombre, no habría simbólico como tal antes
del acto de nominación por el sínthoma. Pero entonces: el sínthoma no sería el resultado de
un desdoblamiento, sino que, de su acoplamiento, como consistencia cuarta, resulta la
distinción y el nombre.

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Bueno, como luego, cuando me refiera a las operaciones nodales, voy a tener que volver
sobre esto, por ahora, simplemente, me limito a dejar indicado lo siguiente: que el sínthoma es
indicativo de un desvío en relación a cierto proyecto de Lacan. En vez de considerar el 4, 5, 6
tal como lo había adelantado pocos meses antes, en la última clase del Seminario R.S.I.,
ahora, en la primera clase del Seminario El sínthoma, dice que se contenta con el 4, etc...

No obstante ?dado que la cuarta consistencia con la que finaliza el Seminario R.S.I.,
Nombre-del-Padre, puede ser nominación de lo simbólico, nominación de lo imaginario o
nominación de lo real, es decir: síntoma, inhibición o angustia?, uno podría legítimamente
preguntarse: bueno, ¿y por qué en el Seminario El sínthoma se contenta Lacan con este 4, y
no con otro? ¿Por qué tomó la nominación de lo simbólico, el síntoma, para introducir ahí la
"h" del sínthoma, y no alguna de las otras dos nominaciones?

Bueno, aprovecho para decirles que ahí, en la primera clase del Seminario El sínthoma,
tenemos el problema, o la solución, de una conectiva que aparece en la versión Miller, pero
que no aparece en la versión Chollet, y que a mí se me escapó cuando redacté las notas de
traducción de esa primera clase del Seminario. Luego de decir Lacan que "esto no quiere
decir que el 4 del que se trata me sea por eso menos pesado", (29) Miller transcribe, o agrega
de su cosecha: "pues" (30) ? y ah? contin?an igual los dos textos-fuente: "yo heredo de
Freud", etc... Es decir, que si aceptamos esta conectiva ?“pues”?, de ello se podr?a deducir
que, en ese desv?o que resulta de que la interrogación del 4, 5, 6 pase a contentarse con "el
4", en ese desvío, que se trate de ese 4, y no de cualquier otro 4, eso proviene de que Lacan
se sitúa en posición de heredero de Freud.(31)

De todas maneras, es cierto que, aun sin este "pues", las dos afirmaciones de Lacan están en
continuidad. Lo que daría a pensar que la elección de ese 4 del sínthoma ?y no la del 4 de la
inhibición, ni la del 4 de la angustia? tiene alguna referencia a este heredar de Freud. Y a
favor de esta conjetura, podríamos argumentar que uno de los nombres del sínthoma en el
Seminario El sínthoma ?al rev?s de lo que podemos leer en el Seminario R.S.I.? es... “el
padre”.(32) Me explico: si en el Seminario R.S.I. teníamos que uno de los Nombres-del-Padre
era "síntoma", (33) uno está autorizado a decir que, en el Seminario El sínthoma, encontramos
que uno de los nombres del sínthoma es "padre", Nombre-del-Padre.

Otro empleo indicativo de la búsqueda de Lacan podría ser el hecho de que el sínthoma es
introducido como relativo a una "primera falta",(34) y al respecto Lacan precisa: "la falta de la
que es la ventaja de mi sínthoma comenzar por ahí. Sin en inglés es el pecado, la primera
falta". (35) Ya, entonces, desde el comienzo mismo de este Seminario, aparece la cuestión de
la falta, no una falta cualquiera, sino una "falta primera", y no todavía en tanto falta referida a
la escritura nodal, sino una falta ligada a lo que ahí, en lo que contextúa este "primera falta",
es llamado "la castración".

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Otro empleo indicativo de la búsqueda de Lacan es el "pero no eso" de la mujer, y esto dicho
de una manera que no se puede más explícita:

El "pero no eso", es lo que yo introduzco bajo mi título de este año como el sínthoma. (36)

Bueno, ésta es una frase muy interesante porque, digamos que, ya con esto solo... debiera
alcanzar ?digo que “debiera” alcanzar, porque evidentemente no alcanzs, pero con esto solo
debiera alcanzar? para comprender que esta lectura que venimos discutiendo desde nuestras
primeras reuniones de este a?o, la de plantear al s?nthoma como parche, remiendo o
reparación de no sé qué psicosis, y además limitar su noción a eso, es una lectura
insostenible. Porque si "El «pero no eso» ?de la mujer? es lo que yo introduzco bajo mi t?tulo
de este a?o como el sínthoma"... ¡no sé por qué diablos estamos hablando del tratamiento de
la psicosis y sólo de eso!

JUAN CARLOS PIEGARI: Pero eso es la primera clase...

Es cierto, eso es la primera clase. Pero resulta que toda la lectura de Éric Laurent y compañía
venía del "desabonado del inconsciente" de la conferencia del 16 de Junio de 1975 y de
plegar esa conferencia a la última clase del Seminario, del 11 de Mayo de 1976. Entonces,
¿cómo hacen para no tropezar en esta piedra?

PIEGARI: Sí, cuando Lacan habla del "desabonado del inconsciente", eso, en el contexto
todavía del 18 de Noviembre, no podría imputársele, al "desabonado del inconsciente", que es
desabonado porque es psicótico. Porque en la primera clase, todavía, si Joyce en junio era
"desabonado del inconsciente", ahora tiene una mujer que es un sínthoma, tiene equívoco
?porque la dimensión esa del "no es eso" es la del equívoco...? y la del pecado, y el pecado
es uno de los nombres de la falta... Bueno, la primera es complicada, muy complicada, pero
me parece que hay una diferencia entre la falta, en ese contexto de Joyce, evidentemente
Joyce era una cosa, cuando salió era otra.

Bueno, sigo con esta especie de "scaneo" del Seminario. Aparece también la referencia del

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sínthoma a la cuestión de la herejía, el "ser hereje de la buena manera". (37) El ser hereje de
la buena manera, bueno, se puede entender de muchas maneras, si me disculpan esta
manera ripiosa de hablar, pero, en principio, habría que pensar que la herejía está en relación
a la ortodoxia, y no habría que desestimar la cuestión de que Lacan mismo se sitúa por
relación a cierta herejía respecto de lo que podría ser la ortodoxia freudiana. ? Pero centrando
más específicamente en Joyce, esto de la herejía, de "la buena manera", podría conectarse
con intervenciones de Lacan que apuntan no solamente a lo que Joyce se cree ?en la clase 6
del Seminario, la del 10 de Febrero de 1976, Lacan se pregunta: “?csmo saber, a la lectura de
Joyce, lo que él se creía?", pregunta íntimamente relacionada con otra inmediatamente
anterior: "¿Joyce estaba loco?" (38) ?, no solamente a lo que Joyce se cree, sino a qué cree
él, cómo lo ve él, Lacan mismo, en el sentido de que, efectivamente, además de que él, Joyce,
se creería que "artista, él es el único, que en eso él es singular",(39) también Lacan lo ve con
cierta singularidad, hasta el punto de proponer llamarlo Joyce-el-síntoma: "en lo cual, doy a
Joyce, formulando este título, Joyce el síntoma, nada menos que su nombre propio, aquel
donde yo creo que se habría reconocido en la dimensión de la nominación" ?dice en su
conferencia del 16 de Junio?,(40) y esto en la medida en que, por su arte, habr?a alcanzado
algo en cierta forma paradigmatico: no solamente que a este "síntoma [que] es puramente lo
que condiciona lalengua... Joyce lo lleva a la potencia del lenguaje", sino que "es en tanto que
el inconsciente se anuda al sínthoma, que es lo que hay de singular en cada individuo, que
podemos decir que Joyce, como está escrito en alguna parte, se identifica a lo individual".(41)

Otro empleo indicativo de la búsqueda de Lacan podría ser la cuestión de que el equívoco ?y
este equ?voco en la medida en que tiene que ver con la resonancia en el cuerpo de la voz y la
presencia en ?ste de las pulsiones: "el eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir" (42) ?,
el equ?voco es algo "que podría liberar del sínthoma". (43) ? ?Del s?ntoma con "h", sin "h"? ?
La transcripcisn de Chollet lo da con "h", la transcripción crítica de la e.l.p., también, pero es
un lío... Aprovechemos la ambigüedad que nos proporciona el hecho de que estoy hablando, y
en mis palabras, salvo que yo lo aclare, ustedes no pueden saber si lo digo con "h" o sin "h"...

En cambio, la palabra síntoma aparece sin “h” ?tanto en los textos-fuente de la Versión
Crítica como en la transcripción de la e.l.p.? cuando Lacan dice que el arte ?ya no el
equ?voco? “el arte, el artesanado, puede burlar, si se puede decir, lo que se impone del
s?ntoma, a saber, ?qué? Lo que he figurado en mis dos tetraedros: la Verdad". (44)

Subrayo, para contrastar esta frase con la anterior: ahora no se trata de "liberar del sínthoma",
eventualmente "del síntoma", sino de "burlar... lo que se impone del síntoma... la verdad". En
este sentido, ésta es la única frase que aparece en la primera clase del Seminario, pero hay
en el Seminario desarrollos que tienden a oponer verdad y real. Por ejemplo:

...la fórmula que es la que les he propuesto: la distinción de lo verdadero y de lo real. En Freud

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? esto es patente, es incluso as? que se ha orientado ? lo verdadero, eso produce placer, y es
precisamente eso lo que lo distingue de lo real ? en Freud al menos ? es que lo real, eso no
produce placer forzosamente.(45)

y luego:

Lo real se encuentra en los embrollos de lo verdadero.(46)

Y para terminar por hoy con esto que he denominado "empleos de la palabra sínthoma
indicativos de la búsqueda de Lacan", les dejo algo que me queda como pregunta, una más
de las tantas. Se trata de algo que aparece en la segunda clase del Seminario, la del 9 de
Diciembre de 1975, y es que este cuarto término del sínthoma es muy relativo a la
Urverdrängung, es decir, al agujero de lo simbólico. Lacan dice, como respuesta a una
pregunta que le formularon en esa clase:

No hay ninguna reducción radical del cuarto término, es decir que incluso el análisis, puesto
que Freud ? no se sabe por qu? v?a ? ha podido enunciarlo: hay una Urverdrängung, hay una
represión que jamás es anulada. Es de la naturaleza misma de lo Simbólico comportar ese
agujero; y es este agujero lo que yo apunto, que yo reconozco en la Urverdrängung misma.
(47)

Esto, entonces, en cuanto a este primer item que he designado "empleos no inmediatamente
nodales de la palabra sínthoma".

JOYCE EL SÍNTHOMA, SU ARTE Y SUS LIBROS

En cuanto al segundo item que he seleccionado, es decir, el de las referencias a Joyce, su


síntoma o su sínthoma, su arte y su saber hacer, sus libros... una primera observación que se
puede hacer es aquella que creo haberles ya adelantado: que en términos muy generales... ?
Hay dos observaciones. La primera es que, en t?rminos muy generales, el acento, el hincapi?
que pone Lacan, sigue un orden inverso al de la redacción de los textos de Joyce: empieza
con el Finnegans Wake, que es de 1939 ?esto, tanto en la conferencia del 16 de Junio como

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en las dos primeras clases del Seminario?, y termina con el Retrato del artista adolescente,
que fue publicado en forma íntegra en 1916, pero que empezó a publicarse por entregas, en
una revista, en 1914. Y en el medio, uno puede ubicar, más o menos, la interrogación por el
padre, cuya referencia principal es el Ulises, publicado en 1922. Toda la cuestión del "cargado
de padre", de compensar una carencia paternal, de que a este padre Joyce debe sostenerlo,
etc..., todas estas cuestiones están ligadas a referencias al Ulises.

Bueno, si bien se observa esta secuencia, digamos, esta marcha inversa a la redacción de
Joyce, eso no excluye que haya cruces. Por ejemplo, en la primera clase del Seminario las
tres novelas están consideradas. El Finnegans Wake, fundamentalmente cuando plantea que
Joyce escribe en un inglés que hace que el inglés no exista más, y ahí aparece la referencia a
l’élangues, que proviene de Phillippe Sollers. (48) Está la referencia al Ulises, cuando dice,
justamente, que Joyce está "cargado de padre", (49) y que a este padre él debe sostenerlo
para que subsista ? y ah?, en relacisn a esto, aparece una referencia a una "misión que él se
da", una misión medio extraña, porque no es exactamente la misión de sostener al padre, sino
más bien algo que tiene que ver con "el espíritu increado de su raza", que no se sabe bien qué
es, pero digamos que a Lacan, esta palabra, "misión", lo hace cabalgar entre el Ulises y el
Retrato del artista adolescente.

En cuanto a este último, el Retrato del artista adolescente, la referencia en la primera clase del
Seminario es que Joyce "piensa que, artista, él es el único, que en eso él es singular". (50)

Bueno, en cuanto a esta unicidad, o unariedad, que Joyce se cree... Una de las preguntas que
había retomado Juan Carlos Piegari en una de las últimas reuniones de nuestro taller era la de
"¿qué se cree él?", no solamente que él, Joyce, "cree en todos sus síntomas", sino "¿qué se
cree él?", ¿por quién se toma? ? la referencia a este rasgo de "único" es interesante porque,
justamente, lo que va a estar en juego en la última clase del Seminario es la cuestión del
narcisismo, del yo, del ego...

Y en la segunda clase del Seminario hay, al respecto, una acotación interesante, cuando
Lacan dice que "Joyce, de una manera privilegiada, resulta que ha apuntado por su arte al
cuarto término" (51) ? está la palabra "apuntado" ? ¿y cómo ha apuntado? ? Me llamó la
atención la palabra, inesperada, que emplea Lacan: "en tanto ?dice? que completa el nudo de
lo Imaginario, de lo Simbólico y de lo Real".(52)

El empleo de este verbo, "completar", a mí me descalabró, y por suerte lo emplea una sóla
vez. Justamente porque la idea de "completud" es la problemática, ¿no? ¿En qué sentido un
nudo podría ser "completo"? Sin contar con que la palabra "suplementario", en el Seminario
R.S.I., está justamente, me parece, para eludir lo "complementario" y la "completud".(53) Pero
bueno, honestidad intelectual obliga: al menos una vez, Lacan dice que este cuarto término

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completa el nudo... ¿Qué quiere decir ahí "completar"? No lo sé...

Bien, esto se está haciendo largo, y va siendo hora de interrumpir y pasar al debate, para
continuar la vez que viene con las operaciones nodales. Pero no quería terminar sin hacer
antes esta indicación. Solemos hablar de "el nudo de Joyce", y cuando nos ponemos
exquisitos decimos: "los nudos de Joyce", para referirnos a el o los dos nudos de la última
clase del Seminario. (54) Pero yo quiero destacar esto: que, en realidad, en el Seminario hay
un montón de "nudos de Joyce" ?no sslo el o los dos de la ?ltima clase?, y al respecto Lacan
menciona distintos tipos de fallas. Por ejemplo, un tipo de “falla” ?llam?moslo as?, por ahora,
la próxima vez haré alguna precisión al respecto? es la puesta en continuidad de las tres
consistencias, lo cual implica tres “errores” ? esto lleva al nudo de tr?bol, etc... Un segundo
tipo de falla, y expl?citamente referido a Joyce, es cuando Lacan dice que puede haber dos
errores en el nudo borromeo de tres cuerdas: dos errores en sendos cruces entre simbólico y
real. Un tercer tipo de falla es cuando Lacan habla del sínthoma como suplencia, en Joyce,
referido al anillo que hace falta para reparar... ¡un nudo de trébol! ?nudo de trébol que, de lo
contrario, se transformaría en un nudo trivial?. Cuarto y ?ltimo tipo de falla, bueno, los que ya
conocemos, los de la última clase del Seminario, que implica un solo error, en el cruce entre
simbólico y real, lo que deja ?dejaría? libre el imaginario.

PIEGARI: Había algo en lo que hablaste, que por suerte lo hablaste, que es que en algún
momento, entre el 18 de Noviembre y el último nudo, Lacan introduce algo que no estaba: lo
que era la falla, que era pecado, etc., de repente se empieza a transformar en una falla en el
nudo. Resulta que, no me acuerdo las fechas, pero Lacan empieza a probar con las fallas en
los nudos; entonces, hay como una caída de la falla en un sentido estructural, metida en el
cuarto nudo...

¡Eso! Muy importante, lo que acabás de subrayar. Cuando Lacan introduce el sínthoma en la
primera clase del Seminario, no habla de ninguna falla de nudo. El problema, ahí, es el de la
distinción de las consistencias, el del nombre. La falla que plantea como falla relativa al
sínthoma, todavía no está referida al nudo...

PIEGARI: Eso mismo. O, en todo caso, está encajada ahí adentro. Porque podríamos ver que
la misión que compensa la falla del padre, etc., lo compensa de algún modo la falla. Pero sin
embargo, hay pecado, por así decirlo, y mientras haya pecado no hay ninguna sospecha de

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psicosis, no hay ninguna sospecha de forclusión ni nada. De repente algo produce un salto,
que no sé en qué época, y empieza como a probar los nudos fallados...

Eso empieza en la clase 3...

PIEGARI: La 3. La 3 introduce el trébol. Pero después aparecen otros nudos, los de la relación
sexual, donde Lacan introduce una reparación en el lugar de la falta, o una reparación no en el
lugar de la falta. Esto dio lugar a un texto de Porge, quien se ocupó de este problema, y de ahí
sacó la distinción entre el nudo del sínthoma y el nudo del fantasma; cuando la reparación es
en el lugar de la falta y cuando no es en el lugar de la falta, y abrió ese terreno. Pero se nota
que ahí ya estaba buscando reparar nudos. Y después sobreviene otra manera de introducir la
falla en el nudo, la de la última clase. Quiere decir que, primero, hubo que introducir la falla en
los nudos, y luego lo estabilizó en esta última. Ahora, yo te pregunto: la sensación tuya ¿es
que esta falla dejó de lado, hizo caducar toda la teoría de la relación sexual, y la equivalencia,
etc...?

No. No, y además venimos hablándolo entre nosotros a lo largo de todo el año, tal vez no
específicamente respecto del nudo de la relación sexual, pero sí, por ejemplo, cuando
comentábamos esto: esto de la última clase, y prácticamente todo el Seminario El sínthoma,
es como que pertenece a otro planeta que el de la clase 3. Es decir, que el problema de la
folie à deux, ligada al anudamiento de los nudos de trébol, a la cuestión de la "paranoia
común", etc., va en una dirección muy difícil de articular con esta otra, por ejemplo, del ego de
Joyce. Por ese lado, me parece que un planteo no liquida al planteo anterior. No había
pensado este problema en términos del nudo de la relación sexual, pero sí lo pensé en
relación a la cuestión de la paranoia y la paranoia común.

PIEGARI: Entonces es como que hubiera varios Seminarios en uno...

Sí, me parece que sí... o pistas para muchas direcciones distintas.

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PIEGARI: El Seminario no tendría un desarrollo lineal, que hace que del principio al fin haya
como una narrativa única. Porque otros Seminarios vos los podés organizar: empieza con un
problema y lo resuelve al final.

Sí, por ahora... Tampoco quiero decidir ya que se trata de varios Seminarios... Digo que
encuentro difícil de articular, de compatibilizar... ? Afirmar que s?, que el Seminario es uno,
implica estar en condiciones de efectuar una lectura retroactiva desde la última clase, por
ejemplo, una lectura retroactiva que deje caer lo caduco. La otra posibilidad es decirse: bueno,
no sabemos todavía, trabajémoslo un poco más. ? Ese es, por ahora, el momento en el que
estoy.

ENVÍO

En fin, y para terminar por hoy, e ir abriendo el camino hacia la vez que viene, quiero decirles
una cosa más, que no sé qué valor tiene, pero que no obstante llamó mi atención. Es lo
siguiente. Hay una diferencia de presentación entre el nudo de cuatro del sínthoma, el de la
clase del 18 de Noviembre de 1975, y el nudo de cuatro del Nombre-del-Padre del Seminario
R.S.I. Aunque no sé bien cuál podría ser la importancia de esto, no obstante podría tenerla, y
me pareció oportuno entonces, dado que estamos trabajando en la modalidad del taller,
señalarles esto, para ver si luego alguien, con esta indicación que voy a hacerles, cree poder
sacar alguna consecuencia.

En el Seminario R.S.I., y más específicamente en la clase del 14 de Enero de 1975, algo a lo


que Lacan da un valor ?aunque no sepamos bien qué valor, es indudable que le da un valor?
es al hecho de que, en su presentación del nudo borromeo, el anillo de lo real está debajo del
anillo de lo simbólico. Se trata de la clase en la que él formula que Freud no es lacaniano, que
por eso a Freud le es necesario un cuarto término, etc... Dice, también, que el análisis opera
anudando de otro modo. (55) Y a propósito de esto formula lo que sería necesario "para
prescindir del cuarto" (56): para prescindir del cuarto "es preciso que lo real surmonte” ? que
ah? no quiere decir "dominar", como he visto en alguna traduccisn, sino "pasar por encima" ?
pero tal vez convenga que retome la cita un poco mas arriba:

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Eso por lo cual, con el tiempo, he tenido que proceder, viene de esto, que yo creo que de lo
que FREUD ha enunciado, no digo que hay que rechazar el complejo de Edipo: él está
implícito ? y este año se los mostraré ? está implícito en el nudo tal como lo figuro, de lo
Simbólico, de lo Imaginario y de lo Real. Está implícito ? y esto se demuestra, y cada uno de
sus puntos puede en sí mismo precisarse ? está implícito en esto, que para tener el mismo
efecto, y esta vez como mínimo, es suficiente allí pasar en estos dos puntos lo que estaba
abajo arriba. En otros términos, es preciso que lo Real pase por encima {surmonte}, si puedo
decir, de lo Simbólico, para que el nudo {de tres} sea realizado. Esto es lo que, por tener
cuatro términos, FREUD mismo no ha podido hacer. Pero es muy precisamente de eso que se
trata en el análisis, es de hacer que lo Real, no la realidad en el sentido freudiano, que lo Real,
en dos puntos que nombraré como tales, que lo Real, en dos puntos, pase por encima
{surmonte} de lo Simbólico. (57)

He aquí la figura de este nudo:

[gráfico. Ver versión impresa biblioteca de la EFBA]

Ahora bien, cuando introduce el sínthoma en la clase del 18 de Noviembre del mismo año, ya
en el Seminario sobre El sínthoma, las posiciones relativas de real y simbólico se invierten:
Esta es la figura del nudo del sínthoma: (58)

[gráfico. Ver versión impresa biblioteca de la EFBA]

Ahora la disposición de los anillos no es la misma: en esta presentación del nudo del
sínthoma, lo real está encima del anillo de lo simbólico, de movida. Esto quiere decir que aquí
no se podría plantear la cuestión de que, "anudando de otro modo", lo real pasara por encima
de lo simbólico, etc... ? Aunque, en verdad, qué implica para Lacan este pasar por encima de
un anillo respecto de otro, ligado esencialmente a la puesta en el plano... no tengo la menor
idea. ? Bueno, aquí, en el nudo del Nombre-del-Padre, no marqué los dos puntos que señala
Lacan en el Seminario, pero son obvios: son los dos puntos en los que el anillo de lo simbólico

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pasa por encima del anillo de lo real, o, de otro modo, los dos puntos en los que, si hacemos
que el anillo de lo real pase ahora por encima del anillo de lo simbólico, es decir, si anudamos
de otro modo, se efectúa un nudo borromeo de tres anillos, prescindiéndose entonces del
cuarto anillo del Nombre-del-Padre, o complejo de Edipo, o realidad psíquica, etc..., es decir,
los distintos nombres que da Lacan a la cuarta consistencia que Freud necesitaba para
sostener el nudo de lo simbólico, de lo imaginario y de lo real. ? Creo que tampoco hace falta
aclarar que en esta otra presentación del nudo de cuatro, la presentación del nudo del
sínthoma, aunque la relación entre el anillo de lo real y el anillo de lo simbólico se haya
invertido respecto del arriba-abajo, aquí también, "anudando de otro modo", es posible
prescindir del cuarto. (59), (60), (61), (62)? Pero en cuanto a la significacisn para Lacan de la
disposición de "pasar por encima" de un anillo en relación a otro...

PIEGARI: Puede ser una pista de lo que él buscaba, que ya está en la primera clase de
L’insu..., que, de alguna manera, viene molesto por el primado de lo simbólico. Porque
plantea en L’insu... algo, con los dos cortes, la segunda tranche... el contrapsicoanálisis, un
segundo corte que se trata de oponer al primado de lo simbólico. Evidentemente, a lo mejor
eso que señalás es una prefiguración de algo que lo viene trabajando. Me parece que el clima
de estos años es ese. Viste que hay un debate con el Echt de Heidegger, lo verdaderamente
real... Hay un debate, ahí, con lo real, permanente. La realidad del inconsciente, ¿no?

Claro, esa frase que les cité hace un rato, que es justamente de la misma clase en la que
plantea que la hipótesis del inconsciente no puede sostenerse más que al suponer el
Nombre-del-Padre, y que el Nombre-del-Padre es Dios, y que el psicoanálisis, de tener éxito,
prueba que es posible prescindir del Nombre-del-Padre, etc., (63) es justamente la misma
clase en la que plantea su objeción al inconsciente freudiano en tanto es "enteramente
reductible a un saber" y en tanto "no supone para nada obligatoriamente ?dice? lo real del que
yo me sirvo”, (64) por lo que ?a?ade? “lo real es mi respuesta sintomatica", lo que "es
también reducir toda invención al sínthoma". (65) Es la misma clase, la del 13 de Abril.

PIEGARI: ¿Qué dice del saber?

Dice que el inconsciente freudiano es enteramente reductible a un saber.

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PIEGARI: ¿El inconsciente freudiano? ¿El de él no?

Parece que no... o parece que él necesitaba decir otra cosa que inconsciente. Esa sería la
alternativa. Las dos cosas, digamos. Por un lado, tenemos el texto de la «Apertura de la
Sección Clínica», que es contemporáneo del Seminario L’insu..., donde él dice: "en el campo
freudiano, el inconsciente es de Lacan".(66) Ahí Lacan mantiene la palabra inconsciente, pero
precisando que se trata del inconsciente de él, que ya no es exactamente el de Freud. Y
luego, en el curso del Seminario L’insu..., el hecho de traducir, transliterar, trans... no sé qué,
el Unbewusste de Freud por su une-bévue...

ADRIAN ORTIZ: En relación a lo que decías antes, esa cuestión del Seminario R.S.I., de
cambiar el lugar de lo real y de lo simbólico, como operación que debía hacer un análisis,
Lacan dice al mismo tiempo que en Freud real, simbólico e imaginario serían más una
suposición, una intuición, pero no anudamiento...

Bueno, en verdad... Esas son unas clases del Seminario R.S.I. en las que yo me he detenido
bastante, hace unos años, a partir de un seminario que dicté en mi Escuela. (67) El asunto es
así: Lacan dice que Freud tenía la idea ? o más bien: no tenía la idea de lo simbólico, de lo
imaginario y de lo real, pero a pesar de todo tenía de eso como una sospecha, salvo que él no
vió que eso podía hacer nudo. Ahora bien, esto no quiere decir que, no obstante, en Freud no
haya anudamiento. Esto me parece importante precisarlo. Al mismo tiempo que dice que en
Freud los tres "no se sostienen", al mismo tiempo hay algo así como una especie de "axioma
de consistencia", que implica que esos tres que no se sostienen, no obstante se sostienen...
por una cuarta consistencia que es la realidad psíquica. En esos tres que "no se sostienen", al
mismo tiempo está operando como una especie de axioma de consistencia, que aparece
formulado por Lacan ?salvo que la palabra axioma es mía, en este caso? de esta manera:
"con tal que haya tres, habrá nudo". Como que es inevitable que tenga que haber
consistencia. Entonces, esto que yo llamo "axioma de consistencia" hace que los tres que no
se sostienen, sin embargo se sostienen... por un cuarto.

Ahora bien, la propuesta de Lacan en esa clase del Seminario R.S.I., propuesta que

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evidentemente no mantiene, porque más adelante sigue con el nudo de cuatro, es que el
análisis, en la medida en que consiste en "anudar de otro modo", podría prescindir de esta
cuarta consistencia. ¿Cómo? Haciendo pasar lo real por encima de lo simbólico en esos dos
puntos del nudo de cuatro en los que lo simbólico pasaba por encima de lo real. Entonces,
esos tres anillos apilados que no se sostienen, o que sólo se sostienen por el agregado de la
cuarta consistencia ? si anudando de otro modo hacemos pasar lo real por encima de lo
simbslico, se forma el nudo borromeo de tres consistencias con lo real, lo simbslico y lo
imaginario, pudiéndose retirar, prescindir de, la cuarta consistencia ?freudiana? nombrada por
Lacan como realidad psíquica, complejo de Edipo o Nombre-del-Padre.

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