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Elementos de estilo: precisión, claridad, concisión

En más de una ocasión se ha hablado de los elementos característicos del estilo científico, y es que estos
elementos son primordiales para que las ideas fluyan exactamente como queremos expresarlas. El
desorden en la exposición de las ideas y la discontinuidad del pensamiento atentan contra la precisión
del enunciado.

Precisión

La precisión, es decir, la palabra adecuada en el contexto adecuado es uno de las características que
debe tener el texto científico. El significado depende de la palabra y su contexto y de la posición que
ocupa en la oración.

1. Hay que evitar términos vagos que no aportan datos precisos a la información, tales como: mucho,
grande, superior, mayor que, rápido, caliente, prolongado, etc.

2. Hay que evitar los vocablos rebuscados y debe aclararse el significado de las voces técnicas cuando
sea necesario, es decir, cuando el término no sea muy común.

3. Debe evitarse el uso de extranjerismos innecesarios, pues introducen, algunas veces, imprecisiones.

Hay casos en que es posible, y se recomienda, utilizar la traducción del término al español; ante esta
posibilidad se prefiere traducir todo lo que sea traducible.

Claridad
Un párrafo simple aporta más claridad al texto y es más fácil de comprender que uno complejo en el que
las ideas no guardan relación unas con otras y es evidente el desorden del pensamiento. La habilidad
para lograr la claridad está en transmitir ideas complejas con palabras y construcciones sencillas.

1. Debe eliminarse del texto científico todo vestigio de lenguaje figurado (metáforas, símiles) y reducirse
el número de oraciones que contienen varias subordinadas y yuxtapuestas.

2. Una sólida y adecuada estructura posibilita que los contenidos fluyan y se interrelacionen para dar
significado y facilitar la comunicación con el lector.

3. Las frases deben ser naturales y claras. Dos frases cortas pueden ser mejor que una larga.

Concisión

Para lograr la concisión hay que evitar mencionar datos irrelevantes, obvios, que no aportan información
o ya se conocen. Debe prestarse atención en este caso a las veces que se repiten las mismas ideas sin
justificación.

1. Deben escribirse oraciones cortas, afirmativas y sencillas. Los enunciados afirmativos son preferibles a
la doble negación.

2. No deben emplearse dos palabras donde es suficiente una.

3. Los párrafos deben ser cortos y contener la información necesaria y relacionada entre sí.

4. No debe abusarse de las conjunciones que alargan o entorpecen el ritmo de la frase (que, pero,
aunque, sin embargo) si no son estrictamente necesasrias.

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