Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
cuyos supuestos juicios ha basado su también supuesta estrategia y en cuyas manos ha abandonado su
responsabilidad de informar debidamente a los españoles. Fernando Simón y su afirmación del 31 de
enero de que “España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado” pasará al
Guinness de los récords de la estulticia, lo cual no tendría más relevancia sino fuera por la grave
irresponsabilidad de que él era -y sigue siendo- el director del Centro de Coordinación y Alertas y
emergencia Sanitarias. Esto es, quien tenía que estar llamando la atención de los gobernantes y de la
población en general. Quien quiera justificar su desconocimiento debería chequear sus apariciones
públicas, pues todavía el 23 de febrero afirmaba con rotundidad “En España ni hay virus ni se está
transmitiendo la enfermedad”. No sólo era el mismo día que Italia bloqueaba 10 ciudades de la
Lombardía, sino que ya había habido un fallecido por coronavirus en Valencia, el 13 de febrero. Sólo que
el gobierno y los máximos responsables de Sanidad no lo sabían.
Así, mientras en Italia avanzaban hacia el confinamiento de cada vez más zonas del norte del país, el
ministerio de Sanidad decía que era suficiente que las personas que hubieran estado en zonas de riesgo
y no tuvieran síntomas, siguieran con su vida normal. Y eso que ya se conocía que el virus tardaba en
incubarse de 2 a 14 días y que los contagiados asintomáticos podían perfectamente infectar a los demás.
Por eso no es de sorprender que Simón, el 28 de febrero, ya con 41 contagiados en España, dijera que “el
riesgo está perfectamente delimitado, no es un riesgo poblacional”. Claro que el ministro de Sanidad, Illa,
ya había declarado a España zona libre de virus tras el alta de los dos positivos (un alemán en la Gomera
y el miembro de una familia británica de vacaciones en Mallorca) días antes.
En fin, trágico fue ver a la subdirectora general de epidemiología reconoce r que no tenía ni idea de que
el Valencia había viajado a la zona de contagio en Italia “porque a ella no le gusta el fútbol”. Mientras, el
112 de la comunidad valenciana no dejaba de sonar con personas que presentaban síntomas del
coronavirus.
Pero nuestros doctores de la muerte, esos que ostentan cargos que dependen del gobierno, siguieron
erre que erre. Mientras el confinamiento en China parecía ir dando resultados y en Italia se cerraban
colegios, aquí nuestros especialistas gubernamentales decían cosas como que “cerrar colegios no
reducirá riesgos, sino que los aumentaría” (Simón, 04 de marzo) en lo que se podía interpretar como una
crítica a la Comunidad de Madrid que ya había anunciado dicha medida.