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UNIÓN DE LOS PUEBLOS SOVIÉTICOS

Konstantín Chernenko

¿COMO NACIO NUESTRO ESTADO SOCIALISTA?


A la Rusia zarista solían llamar cárcel de los pueblos. Las nacionalidades no rusas, que
constituían el 57% de la población, carecían en absoluto de derechos y eran objeto de despiadada
explotación, de vejaciones y agravios. En las periferias nacionales de Rusia que, en realidad, eran
colonias o semi-colonias, mangoneaban los gobernadores zaristas. Los trabajadores estaban
sometidos aquí a doble opresión: a la de los terratenientes y capitalistas locales y a la de los rusos.
El gobierno zarista atizaba el odio racial y la enemistad entre las naciones, porque, esta política
ayudaba a las clases dominantes a mantener sojuzgados a los trabajadores.
Sólo la unión de los trabajadores de todas las naciones en la lucha común por un nuevo régimen
social, libre de todo tipo de opresión y explotación, haría posible resolver la cuestión nacional,
sostenían los bolcheviques (comunistas). Pero esta unión podía ser sólida a condición de que fuera
voluntaria y se basara en la confianza reciproca. Por ello, el derecho a la auto determinación de todas
las naciones que formarían parte del futuro Estado socialista, fue refrendado en el Primer Programa del
Partido (1903), cuyas bases teóricas y planteamientos prácticos fueron elaborados por Lenin.
El triunfo de la Revolución Socialista de Octubre (1917) hizo posible la realización de este
Programa.
Ya en los primeros años posrevolucionarios en el territorio de lo que fue el Imperio Ruso
empezaron a surgir repúblicas soviéticas independientes. La primera de ellas –la de Rusia– fue
instituida como una federación, como una unión libre de naciones libres. Luego se formaron las
repúblicas de Ucrania y de Bielorrusia, y más tarde las de Azerbaidzhán, Armenia y Georgia.
Aparecieron también formaciones estatales autónomas de otros pueblos. «Hemos dado a todas las
nacionalidades no rusas sus propias repúblicas o regiones autónomas», constató Lenin en 1921, quien
consideraba la creación de diferentes estructuras estatales nacionales en el marco del Estado soviético
como una de las mas grandes realizaciones de la Revolución de Octubre.
En la primera etapa, en que los trabajadores de distintas nacionalidades se sintieron por primera
vez independientes, su colaboración no tenía aún formas determinadas. Pero durante la guerra civil y
la intervención extranjera (1918-1920), la colaboración tomó la forma de solida alianza político–militar.
La reunificación de los recursos económicos y militares garantizó la victoria sobre la contrarrevolución
interior y exterior.
En el período posbélico, cuando se promovieron al primer plano las tareas de restablecimiento de
la economía del país destruido por la guerra, la alianza militar se complementó con la alianza
económica. En 1920-1921 estas relaciones entre las repúblicas soviéticas independientes fueron
refrendadas en toda una serie de convenios.
Al mismo tiempo, la defensa de los logros de la revolución frente a los enemigos internos y
externos, la lucha con el desbarajuste económico, la edificación del socialismo imponían la necesidad
de la unión estatal de las repúblicas soviéticas. En medio del cerco capitalista hostil ninguna de ellas
podía garantizar su seguridad por separado como tampoco podía considerarse garantizada contra el
agotamiento económico y la derrota militar por parte del imperialismo mundial.
El I Congreso de los Soviets de toda la Unión, que tuvo lugar el 30 de diciembre de 1922,
basándose en la voluntad de los pueblos libremente expresada, proclamó la fundación de la Unión de
Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). La primera Constitución de la URSS, aprobada en 1924,
refrendó la unificación de las repúblicas soviéticas en un solo Estado multinacional, sobre la base de
su soberanía y plena igualdad de derechos.
Toda la experiencia posterior de la construcción nacional–estatal soviética confirmó la fuerza vital
de dichos principios.

GARANTIAS DE LA SOBERANIA E IGUALDAD DE DERECHOS


De acuerdo con la Constitución de la URSS, todas las repúblicas federadas son Estados
socialistas soviéticos soberanos. Ello significa que son independientes y autónomas en el ejercicio del
poder estatal en todas las vertientes de la vida política, económica, cultural y social, exceptuando los
aspectos que son de competencia del Soviet Supremo y el Gobierno de la URSS.
El ejercicio de los derechos soberanos de las repúblicas está garantizado de facto. Cada una tiene
su Constitución, que toma en cuenta las peculiaridades nacionales de la república; su propia
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ciudadanía; resuelve por cuenta propia los problemas de la división territorial–administrativa, tiene
derecho a establecer relaciones con otros Estados. No pueden ser modificados los límites de la
república federada sin su consentimiento. Cada república federada tiene derecho a separarse de la
URSS.
El Soviet Supremo de la república federada es su único órgano legislativo investido del poder de
resolver todos los problemas de competencia de la república federada de acuerdo con la Constitución
de la URSS y la Constitución de la república.
En territorio de algunas repúblicas federadas, además de las nacionalidades que les dieron
nombre, viven otros pueblos y grupos étnicos con distintas costumbres, cultura y desarrollo económico.
Poseen la autonomía nacional-territorial a uno u otro nivel.
La república autónoma es un Estado socialista soviético que forma parte de la república federada.
Tiene su Constitución, así como el derecho a aprobar leyes dentro de su competencia, que
correspondan alas constituciones y las leyes de la URSS y la república federada; tiene sus órganos
supremos de poder estatal y los órganos de administración del Estado, su ciudadanía. Los límites de la
república autónoma no pueden ser variados sin su consentimiento.
La región autónoma también forma parte de la república federada. Tiene derecho a administrar
sus asuntos interiores y sus órganos nacionales de poder estatal y de administración del Estado.
La comarca autónoma es una forma de estatalidad soviética autónoma de las etnias del Extremo
Norte. Les garantiza su autoadministración. Las comarcas autónomas tienen sus órganos nacionales
locales de poder estatal y su administración. Los derechos delas regiones y las comarcas autónomas
están refrendados en las leyes de las repúblicas federadas de que forman parte.
De acuerdo con la Constitución, la Unión Soviética se basa en el principio de igualdad de
derechos de las repúblicas federadas, independientemente del número de habitantes, la extensión
territorial, el nivel de desarrollo económico o cualesquiera otros índices.
Garantiza la igualdad de derechos el Soviet Supremo de la URSS, órgano superior de poder
estatal del país, que está constituido por dos Cámaras iguales en derechos: el Soviet de la Unión y el
Soviet de las Nacionalidades. Ambas Cámaras están integradas por un número igual de diputados, con
la peculiaridad de que cada república federada tiene representación igual en el Soviet de las
Nacionalidades. Además, cada república, región o comarca autónoma está también representada en el
Soviet de las Nacionalidades por un número igual de diputados (once, cinco y tres respectivamente).
La igualdad de derechos de las nacionalidades la garantiza, ademas el que cada república
federada tiene derecho a participar en el Soviet Supremo de la URSS, el Presidium del Soviet
Supremo, el Gobierno de la URSS y otros órganos en la solución de los problemas que son de
incumbencia de la Unión de RSS. Las repúblicas federadas tienen derecho a iniciativa legislativa. Cada
república federada tiene su representación en el Presidium del Soviet Supremo de la URSS (un
vicepresidente) y en otros órganos del país.
Todas las repúblicas, regiones y comarcas autónomas están representadas en los Soviets
Supremos de las repúblicas federadas correspondientes. Cuantitativamente, esta representación
depende del número de habitantes. Un representante de la república autónoma es vicepresidente del
Presidium del Soviet Supremo de la república federada.
Los ciudadanos de la URSS tienen iguales posibilidades jurídicas para hablar su lengua materna o
los idiomas de los otros pueblos del país, y emplearlos en las escuelas, la prensa, la radio y la
televisión. Las leyes de la URSS, las disposiciones y otras actas del Soviet Supremo de la URSS se
publican en los idiomas de las repúblicas federadas. Este principio se respeta al pie de la letra también
en los tribunales.
En nuestro país se ha establecido la responsabilidad penal y otras por violación de la igualdad de
derechos de las nacionalidades. De acuerdo con la Constitución de la URSS, se castiga toda
restricción directa o indirecta de los derechos, el establecimiento de privilegios directos o indirectos de
los ciudadanos por motivos de raza o nacionalidad, lo mismo que toda prédica de exclusivismo, de
enemistad o desdén racial o nacional. «Es deber de todo ciudadano de la URSS –reza la Constitución–
respetar la dignidad nacional de los demás ciudadanos y fortalecer la amistad de las naciones y etnias
del multinacional Estado soviético».

DE LA IGUALDAD JURIDICA A LA DE FACTO


La igualdad de derechos establecida ya en los primeros días del Poder soviético no significaba, sin
embargo, la solución plena y definitiva del problema de las nacionalidades. Uno de los principales
objetivos políticos del Partido fue acabar con la desigualdad de facto, superar el atraso económico y
cultural de las naciones y etnias antes oprimidas. Para ello se requirió mucho tiempo.
Punto de partida de esta política fue el firme convencimiento de que la igualdad económica es la
base de la igualdad fáctica. Era necesario potenciar la economía de las periferias nacionales atrasadas
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y, en cumplimiento de esta tarea, empezaron a asimilar ampliamente los recursos naturales y construir
complejos industriales en el Asia Central, Kazajstán y Transcaucasia, en Siberia y Lejano Oriente, en
los Urales y la cuenca del Volga, es decir, en las regiones don de vivían preferentemente naciones y
grupos étnicos antes oprimidos.
Con la formación de la URSS se ampliaron las posibilidades y los recursos de todas las
repúblicas, lo que aceleró el crecimiento económico en cada una de ellas y la igualación de los niveles
de este crecimiento. Durante un largo período las dotaciones provenientes del presupuesto estatal alas
repúblicas del Asia Central y Kazajstán fueron superiores a los beneficios que ellas obtenían.
La ayuda material, política y organizativa de la clase obrera y todos los trabajadores de las zonas
desarrolladas de la URSS fue la condición decisiva del crecimiento económico acelerado de las
repúblicas del Asia Central, Kazajstán y Transcaucasia. Esta ayuda desinteresada conformó la política
económica nacional elaborada por el Partido.
Si en 1940 el producto industrial global de la Federación Rusa había crecido 6 veces en
comparación con el año 1928, en Kazajstán y Georgia ese aumento fue de 8, Tadzhikistán y Armenia
de 9 y Kirguizia de 10 veces.
La superación del atraso cultural de los pueblos antes oprimidos era una de las más importantes
tareas a cumplir para dar solución al problema de las nacionalidades. Se podía lograrlo sólo a
condición de que se prestara una ayuda multifacetica y fuesen elevados los ritmos de la construcción
cultural. En las periferias nacionales se acabó en poco tiempo con el analfabetismo de las masas. El
Partido y el Estado enviaban allí a especialistas técnicos, médicos, pedagogos, etc. A los jóvenes de
las periferias nacionales se les daban grandes facilidades para matricularse en centros de enseñanza
superior. Gracias a estas medidas, las repúblicas federadas han alcanzado relevantes éxitos en su
desarrollo cultural.
La creación de una industria moderna, la transformación socialista del agro, la construcci6n
cultural, to do esto permitió a los pueblos antes sojuzgados y faltos de derechos, que se encontraban
en distintos niveles de la evolución social -desde el régimen gentilicio hasta el capitalista-, liquidar su
atraso económico y cultural y progresar en todas las esferas.
Hemos de destacar en especial que la amistad indestructible de los pueblos de la URSS es un
importantísimo logro del socialismo. Esta amistad es fruto de la superación de los vestigios heredados
de los tiempos de opresión nacional.
La lucha decidida con las manifestaciones del nacionalismo y, especialmente, del chovinismo de
gran potencia –que era reflejo de la situación privilegiada de la nación rusa– fue una de las tareas
básicas de nuestro Partido. Al cohesionar a los trabajadores en torno al internacionalismo proletario se
requería tratar con todo cuidado los sentimientos nacionales de cada pueblo. Como resultado de la
política nacional leninista aplicada consecuentemente durante todos los años de la construcción
socialista, desapareció para siempre la desconfianza entre los pueblos dando paso a los sentimientos
de la amistad y fraternidad.
La Gran Guerra Patria fue una dura prueba de la solidez del multinacional Estado soviético, La
amistad de nuestros pueblos, cimentada en los eños de construcción del socialismo, fue una de las
principales fuentes de la victoria de la URSS en su lucha contra el fascismo hitleriano.

UNA NUEVA COMUNIDAD HISTORICA


En los años de Poder soviético la fisonomía de cada república federada ha cambiado
radicalmente. En contados decenios ellas recorrieron el camino para el cual en otras condiciones
históricas se requerirían varios siglos. Y como fruto de los profundos cambios operados en la vida
material y espiritual de nuestra sociedad, de su internacionalización se ha venido desarrollando una
nueva comunidad histórica: el pueblo soviético. Esta comunidad simboliza un nuevo grade –más alto–
de la unión política y social de todas las naciones y étnias de la URSS, comunidad que se expresa en
conceptos tales como “el hombre soviético”, “la economía soviética", “el carácter soviético”, “el
patriotismo soviético”, “el modo de vida soviético”, conceptos que surgieron en los años de la
construcción socialista. La palabra “soviético” significa común, inherente a cada nación y a cada étnia
de nuestro país.
En la actualidad, el problema de las nacionalidades -tal como se planteaba antes de la revolución-
está resuelto definitivamente. La opresión nacional, la desigualdad y el antagonismo son cosas del
pasado.
Ello no significa, naturalmente, que en el terreno de las relaciones entre las naciones hayamos
solucionando todos los problemas. La dinámica del desarrollo de un Estado multinacional tan grande
como el nuestro engendra problemas que requieren atención del Partido.
Los comunistas nos oponemos alas tendencias de borrar artificialmente las peculiaridades
nacionales. Pero consideramos inadmisible en igual medida exagerarlas.
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En las condiciones del socialismo maduro las naciones y grupos étnicos siguen desarrollandose y
acercandose unos a otros. Estos dos procesos objetivos, mutuamente vinculados, son expresión de la
esencia internacionalista de nuestra sociedad, en la que la aproximación de las naciones se ha
convertido en la tendencia rectora. La igualdad nacional, la amistad fraternal, la colaboración y el
enriquecimiento recíproco con valores espirituales: tal es el resultado de las seis décadas que las
naciones y étnias del país vienen viviendo agrupadas en la Unión, tal es el resultado de la política
nacional leninista del Partido Comunista.

K. Chernenko, El país, la sociedad, los derechos humanos,


Ed. de la Agencia de Prensa Novosti, Moscú, 1981.
K. Chernenko, “Unión de los pueblos soviéticos”,
en Socialismo–Teoría y Práctica: Selecciones de la prensa soviética,
4 (abril)/1982, págs. 41-49.

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