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Practica que trata de influir en las personas y los hechos por medios ≪sobrenaturales≫ u
ocultos. El Antiguo Testamento la condena por ser una forma velada de ® IDOLATRIA. En
efecto, quien recurre a la hechiceria muestra que no confia en el Dios de Israel, sino en otros
poderes misteriosos. El Antiguo Testamento, sin embargo, no da a entender que tales poderes
no existan, y que por tanto la hechiceria sea un engano. Mas bien, en 1 S 28.3–20, por ejemplo,
Saul logra hablar con el difunto Samuel, y el texto no dice explicitamente que esto haya sido un
engano de la bruja (® PITON). Pero Dios condeno la accion de Saul, pues toda hechiceria se
opone a la Ley. En Dt 18.10ss se expresa la prohibicion general: ≪No sea hallado en ti quien
haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique ® ADIVINACION, ni agorero, ni
sortilego, ni hechicero, ni ® ENCANTADOR, ni adivino, ni ® MAGO, ni quien consulte a los
muertos≫.
Como puede verse en Dt 18.9–14, la hechiceria toma muchas formas. Sus objetivos son
principalmente dos: predecir el futuro e intervenir en el mediante algun poder oculto.
Otro medio de predecir el futuro era examinando las entranas de animales sacrificados (Ez
21.21), u observando el vuelo de ciertas aves. Tambien se acostumbraba invocar a los espiritus
de los muertos (Is 8.19), con miras a averiguar algo del futuro o recibir consejos al respecto.
Mucho menos perniciosa era la seudociencia de la interpretacion de ® SUENOS.
Pero la hechiceria no se limitaba a predecir el futuro, sino que tambien intentaba influir en el
mediante sortilegios y otras ® MAGIAS. Estas practicas se basaban en una concepcion del mundo
y de los dioses segun la cual estos (que eran muchos y peleaban entre si) no pueden, o no
quieren, cumplir ciertas funciones, y resulta entonces necesario que los hombres los estimulen
o los fortalezcan. Un gesto, pues, de magia, un sacrificio, o una formula pronunciada ayuda u
obliga a los dioses a hacer un favor, o bien debilita a sus enemigos. Otras veces, se teme que
algun ser maligno pueda hacerle dano a la persona, y entonces el devoto de la hechiceria usa
amuletos u otros medios para ahuyentar a tales seres (® EXORCISTA).
Aunque las leyes mas antiguas (Ex 22.18) hablan solo de hechiceras, los hechiceros hombres se
incluyen en las menciones posteriores (Is 47.12; Dn 2.2; Miq 5.12). Las campanas de Saul (1 S
28.3) y Josias (2 R 23.24) no lograron su completo exterminio en Israel (2 R 17.17; 21.6; Is 3.2;
8.19; Jer 27.9; 28.9; Os 4.12).