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teatro
Óscar Dorado · 30 septiembre, 2019
El teatro es una perfecta herramienta para que las personas aprendan a manejar las
emociones. En este artículo, te mostramos algunos ejercicios para lograrlo, además de
contarte todo lo que deberías saber sobre este tema.
El teatro es una actividad que tiene muchos beneficios terapéuticos. De hecho, se trata
de una disciplina que permite trabajar, liberar y expresar los sentimientos. Por ello, en este
artículo vamos a repasar cómo trabajar las emociones desde el teatro.
Expresar los aspectos más oscuros de la experiencia humana puede ser extremadamente
reconfortante para las personas. Actuar brinda muchas oportunidades para explorar las
sombras y los aspectos que permanecen en el interior. El hecho de interpretar personajes
da la oportunidad de transformarse a nivel personal.
Asimismo, el aspecto más importante de expresarse a través de una forma creativa es que
brinda oportunidades para sacar al exterior los aspectos más oscuros que habitan
dentro de uno mismo.
Al interpretar personajes que son tiránicos, egoístas y destructivos, se libera la energía
negativa reprimida que ha quedado atrapada dentro de la persona. Esto, de no
exteriorizarse, podría generar grandes problemas que afectan la salud psicológica y mental.
Entre otras cosas, el teatro ofrece a los más jóvenes conocimiento del propio cuerpo, de
las propias emociones y reacciones. Además, también brinda capacidad de escucha,
trabajo en equipo, empatía, mejora de las relaciones y un aumento de la autoestima.
De hecho, cada vez más escuelas incorporan el teatro dentro del plan educativo, ya
que la educación emocional tiene un papel muy importante en el desarrollo íntegro de las
personas. La idea de contar con clases de teatro permite a los estudiantes trabajar este
aspecto, lo que representa una excelente vía para conectarlos con el mundo de las
emociones.
Para llevar a cabo el primer ejercicio, se necesita un dado grande que contenga 6 caras
representadas con cada emoción que se desea trabajar. Por ejemplo, se pueden
incluir tristeza, admiración, miedo, etc.
Los alumnos deben sentarse en un círculo y cada participante debe esperar su turno. Una
vez que tire el dado, deberá expresar la emoción que le tocó y explicar qué ha
experimentado con relación a ese estado en ocasiones pasadas.
«Expresarse a través de una forma creativa es que brinda oportunidades para sacar al
exterior los aspectos más oscuros»
2. Juego de roles
Este segundo ejercicio es, sin ninguna duda, el más divertido de los tres. Se necesitan varios
participantes, los cuales serán encargados de mantener una conversación entre ellos
representando diferentes roles y emociones.
Antes de empezar, repartiremos unos papeles en blanco con diferentes emociones a cada
uno. Luego, al final del ejercicio, se deberá descubrir qué tipo de emoción representaba
cada participante.
3. Adivina las emociones
Por último lugar, te presentamos un ejercicio muy sencillo para trabajar las emociones. Al
igual que en la primera actividad, los niños deben sentarse formando un círculo uno al lado
del otro. Cada participante debe representar una emoción y los compañeros deben
adivinarla; cuando lo logran, se pasa al siguiente joven.
Antes de acabar, cabe remarcar que el teatro es una herramienta fantástica para
trabajar la educación emocional de jóvenes, pero también de los mayores. De hecho,
todos pueden hacer uso de las habilidades que en él se practican.
Esta actividad permite a las personas controlar las emociones de manera positiva y
entrenar habilidades imprescindibles para el desarrollo personal y social. Realizando
teatro se mejora la autoestima, la empatía, la responsabilidad, el trabajo en equipo y la
confianza, tanto en los demás como en uno mismo.