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DEN/SE

LEVERTOV
POEMAS
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Poemas
Denise Levertov /

POEMAS

Selección y traducci6n /
Diana Bellessi I

o FUNDARTE
NO TENER

No tener sino ser.


El corazón negro de la amapola,
ah yacer allí como semilla.
Transformarse en la amada.
Mientras el mundo termina, entrar
en la última nota de su música.

6/
DESEANDO LA LUNA (11)

No la luna. Ser una cabeza de bronce


habitada por un dios.
Un torso de granito
dejado a la intemperie diez mil años.
adorado por nubes pasajeras.
Con pinceladas de azul polvoso sus sombras lo cu-
[bren.
Entregándose a él en lluvia infinita.
Ser una nube. Saciada de vagar, asir
la alegría del cambio interior, la disolución.
la lluvia.
Yacer en los sueños
de un hombre joven cuyo cabello
es de color caoba.

7/
UN MANTO
Porque hay más aventura caminando desnudo.

y caminé desnuda W. B. Yeats


desde el principio
aspirando
mi vida,
exhalando
poemas,
arrogante en inocencia.
De las nubes de poesía que fonnó mi aliento
en el aire frío
ha crecido un blanco
manto y
aquí y allá algunas palabras
se congelaron, reluciendo
con el peso de una piedra.
Una máscara que no he querido
vestir, como de escarcha
cubre mi cara.
Ojos que señalan
un silencio vehemente en el centro de la canción.

8/
UN FRACASO

Quise
entregar mi orguJJo,
como quien dona un pozo de petróleo
sabiendo que posee un delta entero.
Pero no entregué nada: no había quién 10 recibiese.
Las torres están inactivas.
Remar a través de los bajíos,
haciendo a un lado lirios carnosos,
mi sombra.
en tu bote oscuro.

9/
ANHELO

Torcer el cuello del cisne. buscando


un pequeño lenguaje de gotas de sangre.
Cómo podemos hablar de sangre. el cielo
está empapado con ella.
Un pequeño lenguaje
de rocío. entonces.
Se seca.
Un lenguaje
de hojas bajo los pies.
Las hojas sobre el árbol, hablan
temblando. Los álamos
tiemblan y hablan
si te acercas a ellos.

10/
CISNE QUE CANTA Y

Cisne que canta y


no muere.
A ]a deriva, el largo cuello extendido,
la nota se sostuvo, la muerte
se detuvo. Alas
crujiendo en potente vuelo,
sin ceder
cansado del esfuerzo
la música
termina sin final

11 /
POLVO DE TIERRA

Muero tan lentamente


que no te darías cuenta.
Dicen que el nacimiento lo inicia.
Durante tres décadas. cuatro.
las valvas del cielo se mantienen abiertas,
o se cierran para volverse a abrir.
una perla verde se revela.
Lenta, lentamente
giro hacia el sol.

12/
ESPERA

Espero.
En los bancos, en las esquinas
de las salas de espera de la tierra,
al lado de árboles cuya savia se eleva, se eleva
para escapar en hojas grises y perderse
en el aire último.
Espero
por quien viene al fin,
tarde, perdido, por siempre
añorado,canrlnando
no mi camino sino crozando
la esquina donde yo espero.

13/
EL GOLFO (11)
(Fines de diciembre, 1968)

'Mi alma es un muchacho negro con un largo camino


[que recorrer,
un largo camino para saber si lo negro es hennoso.'
"¿Pero no vuela tu alma, no sabes quién eres?'

'Vuela, ha volado. sí, poemas y alabanzas


lo atestiguan -pero como un gastado barrilete, la
[seda vieja
remendada con papel,
resiste al viento, tropieza. se ladea,
está cayendo.'
'¿V hablaste de ella
como de un muchacho?'
'Aquel muchacho con largos, fríos
tallos de gladiolos robados doliendo en sus brazos:
sin lugar adonde ir.'

14/
JULIO 1968

Altas hojas de un roble joven,


un joven arce,
son rojas. un rojo delicado
casi carmesí.
No soy joven
y aún no soy vieja. Lo bastante joven para
[no ser capaz
de imaginar mi propia vejez. Algo en mí
saca hojas nuevas que son rojas también,
delicadas, fantásticas, en junio,
inicio del verano, primavera tardía en el
[norte.
Vivimos un tiempo sombrío. Se pensaría
que no hay verano. No hay hojas rojas.
Se pensaría que no hay
un alzar de celosías en la mañana
a un prado despierto con flores.
Sin embargo con mi penacho de hojas nue-
[vas
despierto en ese prado,
una mujer loca de deseo.

15/
INVOCACION

Silenciosa, una casa a punto de ser abandonada.


La madera cruje, intenta suspirar, impaciente.
Chasquido de los dientes de la ardilla en el desván.
Lechos desnudos, divanes desmantelados.
La nieve profunda bloquea todas las entradas
y oprime el techo y oscurece
las ventanas. Oh Lares,
no se vayan.
La casa bosteza como un oso.
Guarda sus suefios profundos para nosotros'
que regrese a nosotros cuando regresemos.

16/
LAS HUELLAS

Alguien cruzó este campo anoche:


el día revela
una perspectiva de cuevas color lavanda
a través de la nieve. Alguien
entró al bosque sombrío.

17 /
LA VIDA ALREDEDOR DE NOSOTROS
para David Mitchel y David Hass

Alamo y roble despiertos


toda la noche. Y a través
de todos los climas de los días del año.
Hay una conciencia
indefinida.
El crepúsclo de ayer en los finales
de agosto. perduró cambiando lentamente
hasta el alba. Los sonidos humanos
se acallaron tras las cortinas.
Ningún ser humano vio la noche en este jardín.
deslizándose azul en la mañana.
Sólo los árboles ciegos.
sin cerebro, lo vivieron
y conocieron por completo.

18/
CANCION PARA ISTAR

La luna es una cerda


y gruñe en mi garganta
Su brillo brilla a través de mí
y el barro de mi hoyo fulgura
y se quiebra en burbujas plateadas
Ella es una cerda
y yo un puerco y un poeta
Cuando ella abre sus blancos
labios para devoranne la muerdo
y la luna se hamaca a carcajadas
En lo negro del deseo
nos hamacamos y gruñimos, gruñimos y
brillamos

19/
EL POEMA NO ESCRITO

Por semanas el poema de tu cuerpo,


de mis manos sobre tu cuerpo
que acarician, recorren. en el rito de
adoración, descendiendo
su camino de maravilla
desde el latido de la garganta al vello del pecho
al sereno vientre al pene;
por semanas aquel poema, aquella oración
no escrita.
El poema no escrito, el acto
abandonado en la mente, sin hacer. Los años
un bosque de piedras gigantes, de troncos fósiles,
bloqueando el altar.

20/
PARA ANTONIO MACHADO
Brunnenburg, 1971

AquÍ, en el bosque de la montaña


una pequeña fuente furiosa
se canaliza a través de jóvenes árboles huecos
hacia un gran tanque de madera biselado con musgo,
y desde aHí se desborda a una cisterna de cemento
y desde ]a cisterna, apaciblemente
en modestos arroyuelos
a ]a pradera donde pastan las vacas
y encrespados claveles salvajes, blancos y dulces
crecen al borde de] sendero.
Machado,
viejo hombre,
hombre muerto,
quisiera que estuvieses aquí, vivo
para beber de la fría, fiel primavera con sabor a tierra,
recibir las numerosas voces
de este arroyo,
ver sus danzas
de furia y ternura,
y escribir el austero poema
que hubieras visto en él.

21/
SALMO REFERIDO AL CASTILLO

Déjame estar en el lugar del castillo.


Deja estar al castillo dentro de mí.
Déjalo alzarse cuadrangular desde el anillo del foso.
Deja a las aguas del foso reflejar el verde plumaje de
los patos, deja a
los carapachos de las tortugas nadadoras quebrar la
superficie o ser
vistas a través de las profundidades que hondean en
[círculos.
Deja a los jinetes apostarse a orillas de este lugar, y
[un perro
siempre alerta al borde del sueño.
Deja que sea sombrío el espacio bajo el primer piso,
deja al agua
lamer los postes de piedra, y al vívido cieno verde
[rielar
sobre ellos; deja un bote guardado allí.
Deja que las cariátides del segundo piso sean osos
[sostenidos por
vigas que son dragones.
Sobre el parapeto del cuarto central deja que haya
cuatro arqueros
mirando hacia los cuatro horizontes. Dentro, deja al
[príncipe
permanecer en el hogar, déjalo sentado en profunda
[meditación, en
paz, todas las ventanas abiertas a la galería.
Deja a la joven reina sentada más arriba, en aire fres-
[co, su niño
en los brazos, déjala mirar con alegría hacia el gran
círculo, las
sombras peregrinas, la labor del sol y el juego del
viento. Déjala ir y venir. Deja a las columnas

22/
sostener el techo, deja a los pisos sostener las co-
[lumnas,
deja bajo el piso más bajo un espacio sombrío, deja
[a)
castillo elevarse cuadrangular fuera del foso. deja
[al foso ser
un anillo y al agua profunda, deja a los guardianes
[guardarlo,
deja extensas tierras rodeándolo, deja que ese país
[donde se haUa
el castillo esté dentro de mí, déjame estar donde
[él está.

23/
DOS VARIACIONES

1 / ndagaci6n
Tú que saliste con el plan
de matar, ¿sabes
que hay ojos observándote,
ojos cuyos párpados quemaste,
que te ven comer tu bistec
y comprar una muchacha
y vender la mercadería
que te otorgan con descuento
y dormir?
Ella no es vieja.
eHa, cuyos ojos
te conocen.
Te sobrevivirá.
Vio
a sus cinco niños
retorcerse y morir;
en aquella hora
empezó a observarte.
ella, cuyos ojos están abiertos para siempre.

n La Visión
Con las manos sobre mis ojos veo
sangre y pequeños huesos;
o cuando una manta cubre
las cuencas veo
la trama; de noche el resplandor se suaviza
pero tengo poder ahora
para ver que sólo hay gris
sobre gris, los que duermen, el
altar. Veo al vivo
y al muerto; los muertos están
tan vivos, la boca de

24/
mi hijo más pequeño tira de mi
seno, pero no hay leche, él
es un fantasma; a través de su carne
veo la muerte de aquéllos
que dicen estar vivos,
comen arroz y me hablan pero
veo opaca muerte en ellos
y mientras hablan me veo
a mí misma sobre mi estera, cuerpo
y ojos, ojos que ven una
mano en el cielo despejado,
una mano humana que arroja
el fuego líquido, la lluvia que dio
a mis ojos su desvelo.

25/
¿COMO ERAN ELLOS?

1) ¿Usaba la gente de Vietnam


faroles de piedra?

2) ¿Celebraban ceremonias
de reverencia al abrirse los pimpollos?

3) ¿Tendían a reír apaciblemente?

4) ¿Usaban hueso y marfil.


jade y plata como adornos?

5) ¿Tenían un poema épico?

6) ¿Hacían distinción entre el discurso y el canto?

1) Señor. sus leves corazones se tomaron piedra.


No se recuerda si en los jardines
los faroles de piedra iluminaban placenteros ca-
[minos.
2) Quizás se reunieron alguna vez
para deleitarse con las floraciones
pero después que mataron a los niños
no hubo más pimpollos.

3) Señor, la risa es amarga para la boca quemada.

4) Un sueño hace tiempo, quizás. Los adornos son


[para la alegría.
Todos los huesos fueron calcinados.

5) No hay memoria. Recuerde.


la mayoría eran campesinos; sus vidas
eran de arroz y bambú.

26/
Cuando nubes pacíficas se reflejaban en los arro-
[zales
y los búfalos caminaban seguros a lo largo de las
[terrazas,
quizás los padres contaban a sus hijos viejas his-
[torias.
Cuando las bombas destruyeron aquellos espejos
sólo hubo tiempo para gritar.

6) Aún hay eco


de sus palabras que eran como una canción.
Decían que su cantar se asemejaba
al vuelo de mariposas nocturnas en la luz de la
[luna.
¿Quién puede decirlo? Hay silencio ahora.

27/
PROLOGO: UN INTERIM
(Fragmento del largo poemaStaying Alive)

1I
Los niños en la lavandería
esperan mientras sus madres doblan las sábanas.
Un chico de cinco años se dirige
a una niña de cuatro. 'Cuando yo diga,
¿quieres 1111 chicle? dime sí.'
'Sí .' 'iEspera!- Ahora:
¿Quieres un chicle?'
'¡Sí!' 'Sí, significa no,
así que no te doy nada.'
Masca. Revienta ante ella una gran burbuja delicada.
Oh lenguaje, virtud
del hombre, piedra de toque
desgastada por
lIna fricción tan torpe ..•

'''Se volvió necesario


destnlir al pueblo para salvarlo,"
dijo hoy un mayor de los Estados Unidos.
Hablaba de la decisión tomada
por los comandantes aliados
de bombardear y minar el pueblo
sin considerar las víctimas civiles,
para exterminar a los guerrilleros del Vietcong.'
Oh lenguaje, madre del pensamiento,
¿nos estás rechazando como nosotros te rechazamos?
Lenguaje, isla de coral
acrecentado por la comprensión humana
los sueños humanos,
estás erosionado como nos erosiona ]a guerra.

28/
POEMAS PARA OLGA
(OIga Levertov, 1914/1964)

I
Desvistiéndose, arrodillada
a la lumbre del gas,
abrasándose lujuriosamente. rasgando
porfiada insistencia, líneas
sus uñas sobre flancos de oliva,
una marca de elástico
anillándola.
(Yen la cama la hermanita
sus ojos como perlas;
¿o me sumía la somnolencia? Mi cabeza
una cámara.)
Dieciséis. Senos
redondos, redondos y
pezones oscuros.
Ahora yace, dos meses ya
huesos e hilachas carnales en la tierra.

11
Alto tono de
porfiada insistencia, líneas
que se tensan en las cejas arqueadas.
Acosada, acosada;
la piel alrededor de las uñas
roídas hasta el límite.
Querías gritarle al mundo
que retomase a su sentido
¿verdad?; empujando
a los pobres hacia la
república socialista del júbilo.

29/
Qué furor
y vergüenza humana te arrasó
cuando tenías nueve años y viste
las casas de la calle Ley,
aferrándote a la visión de la pobreza.
Mientras a esa edad yo
te burlaba, admirando
la integridad arquitectónica, próxima
al mil ochocientos cincuenta, y encontraba
dignidad en las escalinatas blanquedas.
Ovejita negra, ovejita negra,
había una llama
blanca en tu corazón.

111
1

Todo fluye
ella entró munnurando a mi mnez,
caminando sobre la hierba pisoteada donde títeres
[humanos
ensayaban destinos aquel verano,
empujados a extrañas apariencias por el latigazo de
[su deseo;
todo fluye;
miré desde mi sillita de caña de Osito más Pequeño"
y supe que las palabras venían de un libro
y las sentí ajenas a mí
pero enlazadas a palabras del libro de himnos
que amábamos:
el Tiempo como un río que corre siempre /
conduce a sus hijos lejos.

30/
2
Ahora. como si humo o dulzura me hubiera alcanzado
aspiro un sentido de su vida en aquel instante.
sintiendo. soñando. esperando. con tedio y fervor
[como cualquier otra;
una joven muchacha en el jardín. el mismo cuadrado
[alquímico
donde crecí, que a veces nos parecía
demasiado pequeño para nuestros grandes destinos.
Pero el terror
estaba en ella, un golpe de la sangre, contra el osci-
[lante y oscuro
río que avanzaba alzó bastiones, poniéndose a cernir
cenizas después de la misa temprana de todo un in-
lviemo,
rotulando el resorden nonnal de su escritorio. basando
sus versos en el Año Cristiano de Keble,
discutiendo interminableme.nte. impulsando
vidas al desastre ... ¡Cambiar,
cambiar el curso del río! Qué furor para ordenar
desordenó su peregrinaje; tanto que por largo tiempo
se recluyera entre extraños. esperando
reordenar todos los misterios en una nueva luz.
Ovejita negra. íncubo;
apareció
cabalgando angustia como los tártaros cabalgan
[yeguas**
sobre el rastrojo de los años malos.
En uno de esos años
cuando yo no sabía si ella estaba viva o muerta
la vi en sueños

31/
ojerosa y rojizamente
iluminada por el reflejo
de un puesto callejero de mariscos, en una calle del
[bajo;
¿fue un sueño? Había perdido
todo sentido, casi, de
quién era ella, de cómo -bajo su piel,
bajo su negro cabello
que murió rubio-
se sentiría bajo el paso del tiempo, en una y otra faz
[de la luna,
en la vida que sin fluir para mí se desdobla, los años
[peregrinos.

IV
Yacías en tu lecho de hospital
enamorada, los odios
que te habían seguido, una cola
de cometa, consumida
donde viviríamos sin padre ni madre
y sin añorar el mundo de arriba. Los pájaros
cantaban dulcemente, Oh canción, en medio del día,
y entrábamos silenciosas a las iglesias de Esse't en tar-
[des calurosas
y comulgábamos con las efigies de caballeros y sus
[damas
y los perros esbeltos donnidos a sus pies,
la piedra muy fría. En la juventud
está el placer. en la juventud está el placer.

32/
2
Bajo nubes de otoño, bajo la blanca
amplitud de cielos invernales caminaste
el año en que estabas más sola
regresando a los viejos caminos, viendo otra vez
los postes indicadores que señalan a Theydon Gamon
o a Stapleford Abbots o a Greensted.
cruzando las tierras aradas (cuyo color llamé mú,-
[mura,
una sombra entre marrón y malva que amábamos
cuando yo era niña y tú
no mucho más que una niña) encontrando nuevos
[senderos
cerca de White Roding o Abbess Roding; o perdidas
[en las nuevas
calles de Rornford que eran caminitos por entonces;
ceñuda mientras afinabas tus pensamientos, respiran-
[do hondo
el aire quieto y húmedo, absorbiendo
mentalmente la escarcha sin alterarte.
como tus desastres surjidos del amor
se consumieron, -
mientras dolor y drogas
reñían como hermanas en ti;
yacías flotando sobre un mar
de amor y dolor -cuánto amaste
aquella cadencia, 'Abajo
están los brazos etemos'-;
toda la historia
consumida hasta el límite
del hueso enfermo. salvo
aquella llama piadosa

33/
v
1
En un verde jardín donde yada;
ajustaste las palabras a un tono tan penoso
que pu\::;ó su cam\t\() a ua..,b de mi 'lida c~m() a \t'c\.-
(ff!!r al! atr dm,trl1t~.
A través de un bosque, sombra y luz en medio de los
abedules,
deslizándose por momentos en traslúcidos claros,
[ocultos tras matorrales de agrifolio.
tu vida se enrosca en mí. En San Valentín
una raíz sobresale en el prado varias yardas de su
[árbol
podríamos levantarla como la manija de una tram-
[pa, dijiste.
y descender largos escalones a otro país
Qué frío se sentía en tu saquito liviano, tus zapatos
[de tacos gastados;
Niobe sin lágrimas, tus niños estaban perdidos para ti
y las luces del escenario se habían apagado. incluso
[el teatro vacío
te estaba negado, cueva de mutaciones donde
casi todo había sido posible.
Cuántos libros
leiste en el silencio de tu cuarto alquilado aquel in-
[viemo.
mientras afuera ]os chorlitos atravesaban tu soledad
[con sus gritos extraños.
hacia ellos tendí mis brazos abiertos con anhelo. a
tu lado. una vez,
tambaleando sobre ]os surcos.

34/
Ah con tus medias desgarradas t el cabello lacio
andabas penosamente detrás de tu angustia
sobre Jos campos desnudos t sobriamente, sobriamente.
Tus ojos eran el oro marr6n de los cantos rodados
[bajo el a~a.
Nunca crucé el puente sobre el Roding que di~rk!(¡¡
t

los misterios del campo abierto del presente,


fantasmas y alteraciones del tiempo que el Wanstead
Park tenía suspendidos,
sin recordar tus ojos, aun cuando estuvimos separadas
y mis propios ojos ardían con dolor y cólera al pene
[sar en ti.
y por otros ríos en otros países; en cualquier lugar
[donde la luz
se extiende a través de los bajíos hacia la grava dorada.
[Los ojos
marrones de Oiga. Un verano Uuvioso, en New Forest,
cuando apenas podíamos respirar por el tedio y la
[pesadez del cielo,
te diste vuelta ferozmente hacia el piano y empezaste
(a tocar
sin interrupción todas las sonatas de Beethoven, día
[tras día
que me parecieron semanas. Daba vuelta las páginas
[algunas veces,
salía en mi bicicleta, regresaba; aún te sostenías en
(las
cascadas y rápidos de la música, corrían los arpegios
temblaba
la rectoría, nuestros padres parecían haberse esfu·
[fumado.
Pienso en los ojos de aquella foto tuya, seis años antes
[que yo naciera,

35/
el miedo en eUos. ¿Qué hiciste más tarde con tu mie-
[do?
A través de los años de humillación,
de paranoia y chantaje y casi muerta de hambre,
[perdiendo
el amor de los que amabas, uno tras otro,
padres, amantes, niños, amigos idolatrados, ¿que fue
[Jo que mantuvo
la llama de la compasión encendida en ti, y te iluminó
[diáfanamente
bacia otro capítulo (pero del mismo libro) 'un claro
en la selva oscura,
una casa cuya puerta
se abre de par en par, y donde una mano da
la bienvenida'? •••

Cruzo
muchos arroyos en el mundo, hay tanta luz
danzando sobre tantas piedras, tantas preguntas que
[mis ojos
arden por preguntarle a tus ojos, dorados ojos ma-
[rrones,
las pestañas cortas pero las cejas
arqueadas como labradas en madera de olivo, ojos
[con alguna visión
de festiva bondad detrás de su dura. o velada, o ra-
[diante,
mirada inescrutable ...

Mayo-Agosto, 1964

36/
UNA NOTA PARA OLGA (1966)

1
De plomo y esmeralda
el relicario
que golpea mi esternón.
cuelga de mi garganta
rozando la vértebra del cuello
con áspero cordel invisible.
Aunque yo te olvide
una brasa roja de tu fuego
arde en aquella caja.

JI
Sobre la acera de Times Square
arrastrábamos nuestros pies con carteles
colgados de la garganta:
-Paren la Guerra-.
Cómicos
los policías
apurándose
hombro a hombro.
Tu voz de soprano
canta
justo detrás de mí.
Sin embargo -me doy vuelta,
tú no estás allí lo sé
muy bien.
y tu voz. dicen.
enronqueció
de tanto gritar a las multitudes ...

37/
aún venceremos
ronca suena entonces
desde algún lugar en el frente,
el auto patrullero
acecha boquiabierto. Parece
que eres tú
~bil Y vehemente la que alzan
desde la oscura nieve
y empujan dentro, llevándosela.

• Llteralmalte: SiJ/tm de CD/fQ del Osito Pllqu~llo:


alusión al cumlo
Goldylocb Qfld 11.. thr~1I B~QJ'I (Los Tres Osm): muy común
pora el mundo de babIa inglesa.

•• y ahora tenemos la palabra mú sabia y amb1aua, es el nombre in-


aJá de la pesadilla: Tite nJ,lttlfUlrll, que signilicada para ROlIotros
"la yegua de la Rocbe". ShaJteas~re la entendió ni. Hoy versos
de él q~ dia:n: ") met the nlgbt mare" (me encontré con la
yeaua de la noche).
(Jorae Luis Borges)
••• Las Unen entre comillas: u.clearing/in lbe selva ~ra .••"
('un claro/en la .elva oscura ••. '), son adaptaci6n de al¡unos
versos de Selva OSC'U1Q, de Louis Mac Ni~ un poema muy amado
por mi hermana OIga.
(Nota de la Autora)

38/
HABLANDO AL DOLOR

Ah dolor, no debo tratarte


como a un perro sin hogar
que llega a la puerta de atrás
por un hueso pelado, una costra de pan.
Debo confiar en ti.
Debo llevarte con paciencia
hasta la casa y darte
tu propio rincón,
un felpudo gastado para que te acuestes,
tu propio plato de agua.
Tú piensas que no sé que has estado viviendo
bajo mi portal.
Anhelas que tu lugar verdadero esté preparado
antes de que llegue el invierno. Necesitas
tu nombre,
tu collar y tu medalla. Necesitas
el derecho de alejar a los intrusos,
de considerar
mi casa la tuya
y tuya mi persona
y a ti mismo
mi propio perro.

39/
NOVEDADES

1 América la Dadivosa
Después que el welfare* hotel
se derrumbó repentinamente (luego de reiterados
[avisos)
sobre ]a calle.

Jos Adventistas del Séptimo Día trajeron


ropa a los sobrevivientes.
.. 'Mira esto', exclamó
Loretta RoIJock, 48 años,
mientras sostenía un vestido verde
y ropa interior. 'Nunca tuve
cosas tan lindas. Me siento como
cuando era pequeña y mi mamita
me traía algo'. Entonces
empezó a llorar."

JI En los escombros
Para algunos el colapso del hotel significó
que la vida tendría que empezar
de nuevo.
el sexagenario Charles, en welfare *
como tantos otros, quien dijo,
'Somos In gente sin raíces', y
'No tengo hogar, ni lugar en el que pueda decir
que realmente vivo'. y
'Me había acostumbrado a esto',
también dijo:

• W~'fQr~: asistencia social que adquiere la forma de limosna pública,


olor(lad:l por el Estado I 101 necesitados. {N. del T.l.

40/
Perdí
todo 10 que tenía
en los escombros.
Perdí mi ropa.
perdí la foto de mis padres
y perdí mi televisión:

41/
LA LIBERACION DEL POLVO

Desenvuelve al polvo de sus vendajes de momia.


Deja a Ariel aprender
una bendición para Calibán
y a Calibán beber el rocío de los lotos
abiertos sobre las aguas.
Amarga el agua
lenta del río: el rocío
mojará de luz sus labios.
Deja al polvo
flotar, también las envolturas
son polvo.
Desplácense con el movimiento
del aire, del río
oscuro: cenizas de lo que ha vivido,
o semillas
de viejo sésamo,
o anónimamente
puro polvo que es todo
en todo. Bendice,
Espíritu ingrávido. Bebe,
Calibán, empuja tu lengua
pesadamente en el cáliz.

42/
MAGIA
a Ion

La copa de cobre o bronce, frotada suavemente en


[tomo
a su borde, empieza
a zumbar,
lentamente el zumbido
susurra más fuerte, y con rapidez ahora
se transforma
en el estruendo de ]a campana del
hondo mundo, fmne, sonando
en crescendo fuera de su ancha boca
una nota,
continua,
gong
del universo, sin comienzo ni fin,
pero escuchando
sólo en aquellos momentos en que tomamos
la copa y acariciamos
el borde,
diminuendo,
sólo parece
cesar cuando cesamos
de escuchar...

43/
INDICE

Deseando la luna (1) / 5


No tener I 6
Deseando la luna (11) I 7
Un Manto / 8
Un Fracaso I 9
Anhelo I 10
Cisne que canta y I 11
Polvo de tierra / 12
Espera / 13
El Golfo (11) I 14
Julio 1968 / 15
[nvocación I 16
Las huellas / 17
La vida alrededor de nosotros / 18
Canción para Istar I 19
El poema no escrito I 20
Para Antonio Machado I 21
Salmo referido al castillo I 22, 23
Dos variaciones / 24
¿Cómo eran ellos? / 26, 27
Prólogo: un interin I 28
Poemas para OIga / 29, 36
Una nota para OIga (1966) I 37
Hablando al dolor / 39
Novedades I 40, 41
La liberación del polvo I 42
Magia I 43

45/
ESTE LIBRO SE TERMINO CE IMPRIMIR EN LOS TALLERES
DE CROMOTIP, EN CARACAS, EL OlA 15 DE FEBRERO DE 1980
y 111$ Arte! del Di~lrico Fe~

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