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UNIVERSIDAD POLITÉCNICA DE FRANCISCO

I. MADERO

ING. EN PRODUCCIÓN ANIMAL

BROMATOLOGÍA

INGREDIENTES ENERGETICOS Y PROTEÍCOS.

ALUMNA: HALISSON DEYANIRA PERCASTEGUI


CUENCA.

CATEDRATICO: MVZ JUAN DIEGO NAVARRETE


d_navarreter@hotmail.com

3 IPA G3
CONSUMO DE MATERIA SECA.

La materia seca, MS, es el alimento (forraje) al cual se le ha quitado el agua. Su


función principal es la de nutrir las bacterias del rumen para producir carne o
leche. El consumo de MS depende del peso y la edad del animal.
"Dentro de la materia seca están los nutrientes que necesitan las bacterias del
rumen como por ejemplo las fibras, proteínas, grasas, minerales y vitaminas".
Aguirre explicó que entre mayor cantidad de materia seca de buena calidad
consuma el bovino, mayor será la ganancia de peso y producción.
 
Si se tienen 100 kilos de pasto, por ejemplo, este puede tener en promedio 20 %
de materia seca. Apuntó que como esta cantidad es muy grande, el animal no va a
alcanzar a comerlo, entonces si se seca, el bovino podrá consumirlo y se le sacará
el mayor provecho. Para calcular cuánto materia seca se obtiene de la pastura se
debe pesar una cantidad de pasto verde hasta completar 100 gramos. Luego se
debe someter a calor moderado, en un horno, para que el agua se evapore.
 Lo que queda es la porción de materia seca de ese alimento. Si quedan 20
gramos de los 100 iniciales, eso significa que en ese momento se obtiene un 20 %
de materia seca.
 
Javier Ardila Mateus, zootecnista y ganadero de lechería especializada, indicó
que las vacas deben recibir 3 % de materia seca o entre un 10 y 15 % de su peso
vivo y sin restricciones de agua.  En ese mismo sentido se manifestó
el especialista en nutrición animal quien indicó que los requerimientos de materia
seca dependen de la edad y del peso del bovino. A menor edad, el bovino
consume menos materia seca y por cada 100 Kg de peso, el animal debe comer
un equivalente de materia seca de 1.8 a 3.5 Kg, es decir, de 1.8 a 3.5 % del peso
vivo. Una vaca en producción lechera debe consumir en promedio 3,2 %, una vaca
adulta entre 3.3 % o 3.4 % y una novilla 2.8 %.  
 
El consumo de materia seca también depende de los requerimientos básicos del
bovino, es decir, lo que necesita para su mantenimiento, y para la producción. 

BIBLIOGRAFÍA:
1) Requerimientos de consumo de materia seca de los bovinos, Revista,
Contexto Ganadero. Eduardo Aguirre, zootecnista y especialista en
nutrición animal, 10/Agosto/2017

2) Correa H. Efecto del manejo del pastoreo y la suplementación alimenticia


en vacas lactantes de sistemas especializados sobre su metabolismo
energético y proteico y el contenido de proteína en la leche [tesis doctoral].
Colombia: Universidad Nacional; 2011
CONSUMO VOLUNTARIO DE FORRAJE.

La cantidad de materia seca de forraje consumida es el factor más importante que


regula la producción de rumiantes a partir de forrajes, señala que el valor de un
forraje en la producción animal depende más de la cantidad consumida que de su
composición química. Se define al consumo voluntario como la cantidad de
materia seca consumida cada día cuando a los animales se les ofrece alimento en
exceso.

Se justifica la realización de estudios tendientes a analizar el consumo voluntario


de forraje en el hecho de que el estado nutricional del animal en pastoreo, puede
verse más afectado por una disminución en el consumo, que por el bajo valor
nutricional del forraje; de tal manera que si pudiera manipularse la cantidad
consumida por el animal, sería posible mejorar el estado nutricional del ganado,
incrementando por lo tanto sus índices de productividad. Igualmente, el Consejo
Nacional de Investigación de los Estados Unidos de Norteamérica (NRC, 1987)
señala que en bovinos productores de carne, el consumo voluntario se debe
conocer o predecir para determinar la proporción de sus requerimientos que
pueden ser cubiertos vía forrajes de baja calidad y así la cantidad de concentrado
suplementario necesario por día puede ser calculada.

El NRC señala que en el negocio de la producción animal, las utilidades dependen


enormemente del éxito en la habilidad para maximizar el consumo de alimento.
Por lo tanto, es esencial comprender los factores que influyen sobre el consumo
de alimento. El consumo final diario de alimento por un animal en pastoreo es el
resultado de la integración de una gran variedad de estímulos por el sistema
nervioso central, y sus mecanismos de regulación son muy complejos, por lo que
algunos de estos procesos aún no se conocen totalmente.
Existen varias revisiones que documentan los factores que controlan el consumo
voluntario de forraje.
Coincidiendo en dos teorías responsables de la regulación del consumo: la teoría
física, relacionada con la capacidad del tracto digestivo, y la teoría quimostática,
basada en la densidad calórica de la dieta. Se menciona que el consumo de
forraje por animales en pastoreo es controlado por factores propios del animal, del
forraje y del ambiente. La mayoría de éstos son iguales para animales en
estabulación que en pastoreo; sin embargo, enfatiza en dos aspectos específicos
para animales en pastoreo, la selectividad y la disponibilidad de forraje. Dadas las
características de la dieta de rumiantes en pastoreo, alta en fibra y baja en energía
digestible, cobran importancia los efectos físicos de la distensión digestiva como
limitantes del consumo voluntario, señalan evidencias de que el consumo
voluntario es limitado por la capacidad del retículo-rumen y por la velocidad de
desaparición de la digesta en este órgano. La velocidad de desaparición depende
de la velocidad de paso y de absorción, que a su vez dependen de las
propiedades físicas y químicas del forraje.
Grovum (1988) señala que el consumo voluntario de forraje puede también ser
limitado por la osmolaridad, concentración de hidrógeno y ácido acético en la
digesta en el retículo-rumen, por la concentración del ácido propiónico en las
venas ruminales e hígado o por algunas hormonas, como la insulina, glucagón,
gastrina y colecistoquinina. Debido al paso tan rápido del agua por el rumen, la
adición intraruminal de agua no afecta el consumo; sin embargo, se ha evaluado el
efecto del nivel de humedad de los forrajes sobre el consumo voluntario; y al
parecer se concluye que no tiene efecto significativo sobre el consumo; pero, el
nivel de humedad sí puede afectar la selectividad durante el pastoreo, ya que el
animal prefiere los forrajes suculentos sobre los forrajes secos.

BIBLIOGRAFÍA:

1) Kawas, J. J. (1995). Factores que afectan el consumo voluntario


de forrajes por bovinos en pastoreo. En: Curso-
Taller Internacional de Actualización sobre Consumo
Voluntario de Alimentos. U.A.A.A.N. Saltillo, Coah.

2) Chávez, M. G. (1990). Consumo voluntario de forraje, valor


nutritivo de la dieta y gasto energético de vacas gestantes
y lactantes en pastoreo. Tesis. Maestría. Universidad
Autónoma de Chihuahua. Chihuahua, Chih.
TEORÍAS QUE REGULAN EL CONSUMO VOLUNTARIO.

Teoria quimiostatica (Regulación a corto plazo).

Los estudios iniciales se concentraron en los niveles de glucosa en sangre. Las


dosis bajas de insulina, que reducen la concentración de glucosa en sangre,
provocan en los animales la sensación de avidez, y por consiguiente, empiezan a
comer. Se han sugerido la existencia de glucoreceptores, localizados en el
hipotalamo, los cuales controlan la concentración de glucosa sanguínea. En
trabajos más recientes se han estudiado receptores localizados mas cerca del
punto de origen de la glucosa (y otros nutrientes) en el intestino y el hígado, que
podrían dar una repuesta mas rápida a la ingestión de alimento. Se ha
comprobado que glucosa en el duodeno genera señales que se transmiten por vía
nerviosa y pueden hacer que se detenga el flujo de alimento desde el estomago,
con lo que se reduce el consumo de alimento. Otros medios de comunicación con
el cerebro, como la hormona colecistoquinina, asi como metabolitos que se oxidan
en el hígado, tales como la glucosa y otros nutrimentos, envían tambien señales al
hipotálamo. El control de la ingesta a corto plazo en aves, no se afecta en el
mismo grado por los niveles de glucosa u otros nutriementos en sangre, puesto
que las señales se reciben directamente del buche.

Teoría termostática.

Durante la digestión y el metabolismo de los alimentos se produce calor,


considerándose que este incremento termico constituye una de las señales
empleadas en la regulación del consumo a corto plazo. Se ha comprobado la
existencia de termoreceptores sensibles a los cambios térmicos en el hipotalamo y
zonas periféricas de la piel. Esta teoría tiene cierto soporte en una serie de
especies, de que el consumo voluntario aumenta si el medio ambiente es frió y
disminuye si es caluroso.

Teoría lipostatica.

Se ha sugerido que los depósitos de grasa, actúan como señal para la regulación
del consumo a largo plazo. Estos estudios tienden a apoyar esta teoría. Pollos
jóvenes forzados a consumir el doble de alimento depositaron grasa en abdomen
y el hígado. Al cesar la alimentación forzada, las aves ayunaron durante 6-10 días,
siendo baja la ingestión de alimento al recomenzar el consumo voluntario. En
cerdos no parece existir un mecanismo de retroalimentación, procedente de la
grasa corporal, para los centros que controla la ingestión, tan sensible como en las
aves y otros animales. Esto se suguiere como resultado de la selección gentica en
esta especie, para un rapido aumento de peso.
BIBLIOGRAFÍA:

1) Zorrilla, J. (1979). Determinación del consumo voluntario en condiciones de


libre pastoreo.
En: Manual de Técnica de Investigación en Nutrición de Rumiantes.
Depto. de Nutrición Animal. INIP-SARH.

2) Chávez, M. G. (1995). Consumo voluntario de forraje de rumiantes en libre


pastoreo. En: Curso-Taller Internacional de Actualización Sobre Consumo
Voluntario de Alimentos. U.A.A.A.N. Saltillo, Coah.

3) Chávez, A., M. H. González y L. C. Fierro. (1981). Consumo voluntario de


forraje en vacas gestantes durante la época de sequía. Pastizales. XII-3.
EFICACIA ALIMENTICIA.
La eficiencia alimenticia es un parámetro clave para la rentabilidad. Con precios
altos del alimento, resulta rentable incrementar la eficiencia alimenticia mediante la
mejora de la digestibilidad del alimento.

Una mejor digestibilidad del alimento implica una mayor producción de leche sin
un balance energético negativo (BEN). Un BEN afecta de manera adversa la salud
y la fertilidad, dependiendo de la relación densidad energética, digestibilidad y
consumo de alimento. Una mejor eficiencia alimenticia y rendimiento lechero
también se correlacionan con menores emisiones de metano (CH 4).

Mejorar la eficiencia alimenticia requiere de un enfoque holístico. Digestarom® aumenta


la eficiencia alimenticia lo que resulta en un mejor rendimiento lechero y balance
energético, mientras que Levabon® mejora la digestibilidad del alimento actuando
en el rumen.

Existen dos formas de mejorar la eficiencia alimentaria: la primera está


relacionada con incrementar la cantidad de leche producida con el mismo
consumo de materia seca, mientras que la segunda con disminuir el consumo de
materia seca, manteniendo el mismo nivel productivo. Muchas modificaciones de
la dieta que incrementan la producción de leche también incrementan la eficiencia
alimentaria. En general, en la medida que las vacas producen más leche, la
proporción de nutrientes que se utilizan para mantención es menor. En otras
palabras, los costos fijos de alimentación del animal se diluyen en más litros de
leche producida, haciendo al animal más eficiente en términos energéticos y de
costos. Una vez que los costos fijos se optimizan en una vaca lechera, la
producción adicional de un kilo de leche requiere de menos energía y proteína. Sin
embargo, aparece un problema con los costos fijos, ya que no son fijos
propiamente tal. A medida que el consumo de materia seca aumenta existe una
disminución en la digestibilidad del alimento, y por lo tanto la vaca de cierto modo
es menos eficiente en extraer la energía desde la ración. Esta disminución en la
digestibilidad se incrementa en la medida que el consumo de alimento aumenta y
llega a ser un problema real en vacas lecheras de muy alta producción con altos
consumos de materia seca.
GANANCIA DIARIA DE PESO.

GDP (Ganancia Diaria Promedio): También conocida como ganancia media diaria,
es la cantidad de peso que un animal gana por día.

 Definición: Medida calculada con la intención de conocer cuánto peso está


ganando el animal diariamente, ya que es a partir de éste y otros cálculos que se
puede conocer la conversión alimenticia que el animal presenta en cierta etapa.
Nos sirve para relacionar cuánto alimento y de qué tipo requiere un animal para
ganar cierta cantidad de peso al día, y así poder lograr un peso objetivo después
de cierto tiempo.

BIBLIOGRAFÍA:

1) CONCEPTOS DE CRECIMIENTO APLICADOS A LA PRODUCCIÓN DE


CARNE Dr. Oscar N. Di Marco. 2007. Unidad Integrada Balcarce (INTA-
FCA Balcarce). www.produccion-animal.com.ar

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