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LA CAJA DEHERRAMIENTAS
La C a rreta
E di tores JU J.
Medellín, 20 09
Létourneau , [ocelyn, 1956
La ca ja de herra mientas de l joven inves tigador : guía de
ini ciación al tr abajo intelectual / [ocel yn Létournea u ; tr aducción
José A ntonio Amaya. -- Me dellín : La Ca rre ta Ed itore s, 200 7.
266 p. : il.; 16,5 x 24 cm . -- (colecció n A riadna)
T ítu lo o rigin a l : Le co ffre aou ti ls d u c he rc heur d ébutan t : guide
d'initiati on a u travail in te llec tu el [2006].
1. Re dacción de escritos técnicos 2. Investigaci ón - Me todología
3. Metod ología cien tífica 1. A maya, José A n tonio, tr. 11. Tít. III. Serie .
00 1.42 cd 21 ed.
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BmUOTECA . F1.ACSO
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ISBN : 958-98167-1-4 orECA •FLACSO . E(
© 2009 [ocelyn Létourneau t . . o?> . Z..oJl::~
© 2009 La Ca rreta Edi tor es E.U.
T ítulo original: Le coffre aoutils du chercheur débutant. Cuide, d'initiatianau tm vailintellectuel, Qu ébec,
Les Editions du Boréal, 2006.
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la distribución de ejemp lares de ella med iante alq uiler público .
Capítulo 12
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proyecto, proce de a las definiciones conceptuales de rigor, delimita el espacio acep
tab le de su argum entación e indica las precau cion es que debe tomar a la ho ra de
saca r las conclusiones.
Por un a parte, el posicionamiento frente al problema consiste en una argumen
tación analític a. En el curso de la elaboración de esta argumen tación el investiga
dor tr an sforma su objeto de estudio en un problema que es necesario resolver. A l
mismo tiempo, ex plica y legitima su proyec to en relación con otros trabajos ya
rea lizados o simp lemente posibles. Por otra parte, se trata de una argumen tación
informada med iante la cual el investigad or define y justifica su man era de aproxi
marse a su prob lema intelectual, propone un a respuesta parcia lmente in tuitiva a su
preg un ta inic ial (hip ótesis), y describe el conjunto de medios que se pro pone des
plegar para responder a esta pregun ta , para verificar su hipótesis y para construir su
demostr ación (metodología).
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As í por ejemplo, el tema del libro de Lou ise De chene gira alrededo r de los
habitantes y los merc aderes de Montreal en el siglo XVII. El problema subyacen te
que interesa a la historiadora es "la form ación de un a sociedad coloni al que emergió
como conse c uencia combinada del traslado de una población euro pea sometida a
la influencia del despl azamiento, la tradición y la nueva experiencia en América".
Se trat a de un problema teórico cuyo alcance trasciende los límit es de la ciudad de
Montreal.
De esta manera, tod a la investig ación de la autora se hall a inspir ada en un a
dialéctica entre un objeto de estudio que deb e profundizarse (los habitantes y los
mer caderes de Montreal en el siglo XVII) y un problema intelec tual qu e debe ana
lizarse (la adaptación de pobl aciones a un nu evo espacio geográfico que las limit a
hasta cierto punto, y la formación de un a socieda d colonial).
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plantea la hipótesis de que esta sociedad se aparta del modelo francés de Antiguo
Régimen.
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neoN unca debe olvidarse que una h ipótesis jamás debe operar como un par de
an teo jeras qu e le impidan al inv estigador ver la realidad en su comp lejidad y mati
ces. H asta el fina l de la inves tigación, la hipótesis debe ser co nsidera da co mo un
medio heurístico y jamás co mo un axioma.
Lou ise Dech ene pro pone un a h ipótesis implícita en la introd ucció n de su obra.
En efecto, consid era que la sociedad can adie nse del siglo XVII se ap arta del mod elo
francés de A ntiguo Régimen, a pesar de qu e ciertas funciones y prácticas y de q ue
ciertos círculo s de influencia se asemejaban a los que operaban en la me trópoli. La
auto ra también plan tea la hipótesis de qu e Montreal co nstituye un microcosmos
de la sociedad ca n adie nse de la época.
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Problema En la base de es te estu di o se plante a el pro blema de la formac ión de un a soc iedad colo ni al q ue
intelectual eme rgió como co n sec ue ncia com bin ada del tr asla do de una pobla c ió n eu rop e a sometid a a la
inicial in flue nc ia del desplazami ento, la tr adición y la nu ev a experie n ci a en América . Se tra ta de un
pro ble ma de muda n za y adap ta c ión, al que la historiografía c an ad ie nse -q ue suele vo lar dema
siado a lto-- no le ha reservado toda la ate nc ión q ue mer ece, co ncen tra da co mo h a est ad o en los
D istanciamiento proy ec tos impe ria les , e n las rival id ades m e tropo lita nas y en las dec isiones admin istrativas.
crítico con la Q uie nes se han inclin ado por el estudi o de la soci ed ad de régim en francé s ha n privile giad o la
historiografía o bservación de esa brev e tregua entre dos guerras que es el siglo XVIII , peri odo d ura n te el cua l los
existente pa rti c u larismos co loniales se d efinieron casi por comp leto. Los acon tecim ientos pol ít icos y
militar es junto co n los gran d es pe rsonaj es protagonizan la esce na durante e l peri od o d e ges ta
ción precede nte; a llí los colo nos ape nas a pa recen, pi ntados con los ras gos de c azad or es de los
Superación del bosques que las a u to ridades se esforzab an en vano por sedentar izar, Para articular esta im agen
corpus de co n la de lo s h abitantes que cien años m ás ta rde defe n d ieron de l invasor e l pa ís q ue habían
estudios logrado orga niza r - resíst íen do pa lmo a pa lmo de trás de sus gra njas-, es n ecesari o reconstruir,
disponibles: e ta pa por e ta pa, la e volu ción de una soc ieda d qu e dejó huellas d iferentes a las impr esiones de un
enunciado puñado de admin istradores , d e me moriali stas d esentendid os de lo cotidia n o, d e viaj ero s a la
inicial del caza de lo pintoresco, fuentes que han sido reeditadas hasta el cansa ncio , según las preoc upacio
proyecto nes de m úl tipl es au tores .
Conversión del El inv es tigador no se h all a frente a un reto fácil, su m ido e n t re la econo mía , la geografía, e l
problema universo mental d e los in migrantes, las pautas qu e les fueron im puestas y la respu esta col ec tiv a
intelectual en en sus manifest aciones más duraderas, los complejos circui to s de influenc ias y el des arroll o
objetivo y en pr ecipitado , pro pio del tiempo cor to en A mérica. Ca p tar est a rea lidad diná mic a y m ul ti fo rme
objeto de es un proye ct o am bic ioso, que yo no hubier a podi do cu lm inar e n la esca la d e la Nueva Francia .
estudio A pesar de se r poco numer osos , los colonos se hall aba n di sper sos, ta nt o como [as fuent es que
permiten estudia rlos. Por es ta razón , el tr abajo tomó la forma d e u na monografía so bre la isla de
Montreal. Un es tud io loc al se torna sig n ifica tivo cuand o logr a ide nt ificar en este territor io los
atributos pr inc ipa les de una reg ión más am plia. M ontreal res ponde a es te req uer imiento por ser
un es pac io de co n flue nc ia. El co me rc io de pieles es e l prime r ingredi ente e n la c reación de est e
Justificación ase ntamiento in terior, au nque la ag ricu ltu ra se desarro llab a allí de modo paralelo, en con d icio
nes bastantes sim ilares a las de l resto de la co lo n ia. Así se perfila un buen punto de observaci ón
par a estud iar los vínculos e n tr e la ci udad mercantil y los cam pos. Se tr a ta sin dud a de una
peque ña unidad de cin co mil habita ntes em pad ron ados en 1720, y q ue sin e mba rgo representa
ban un a q uin ta parte e n e l co n ju nto d e la pobl ación c a nad ie nse. En es tas co nd ic io nes, la
mues tr a adqu ie re una im po rt ancia rela tiva . En este espa c io bien de fin ido se v ue lve po sible
recoger una doc u me n tac ión lo bastante sustan c ia l co mo para es tud ia r con pro fu n d idad un
problema que tr asciende en a mplia medida los lími tes de aq ue l espac io.
1. Lo uise Deche ne, Habitants et marchands de Montréal au XVII' siecle, Montre a l, Bo ré al, 1988
[1974], S3 2 p. , iI. , col. "Boré al co rn pa c t" , N º S, p. 7-11.
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Esclarecimiento Es pre ciso recordar q ue no ex isten es tadís ticas par a el conju n to de la co lo nia, co n excepción
del de los censos irr egulare s y pa rcos en infor mació n , sob re todo los rel ativos al siglo xvu, No
procedimiento ex iste info rmación algu na so bre los movimientos migra tor ios, ni sobre el vo lu me n del come r
metodológico cio an tes de 172 9 , n i sobre la ocupación efec tiva de las tie rra s, ni sob re los rend imientos
ag ríco las; tampoco datos catastrales ni de ca pitac ión , ni me rc uriales, ni registros de tala. La
co rresponde ncia ge ne ra l, q ue es el eq uiva lente de los fondos de los intende nt es e n las prov in
cias fra ncesas, es m uy incompleta pa ra las prime ras décadas y e n todo caso de u na po breza
Ejercicio de pro ve rb ial sobr e los det alle s de la vida mat erial. Po r el co n tr ario, las fuentes cuan tita tivas,
critica de ent re ot ras, son bastan te n umerosas para el te rrito rio bien ad min istrado de la isla de Montreal :
[uentes listas de in migrantes, va rios censos y regist ros de cotizac ión, los arc hivos de l Tri bu n al del
Go be rna do r y la co rrespon de ncia de los señores. Tam bién pu de efectuar un some ro an álisis de
los regist ros par ro qu iales, co n el q ue qu ise estab lece r la relaci ón en t re los parc ialme n te
co noc idos comportamie n tos dem ogr áficos y los fund am en to s de la exis tencia. El uso de la
inform ación so bre los movimientos migr at ori os es co mpl icado , en razón del vo lumen de tal es
movim ien tos. Por o t ra pa rte, hu b iera sido inútil q ue re r pr eceder a los dem ógrafos de la
Uni versidad de Montreal en la e mp resa de reco ns titu ir la totalida d de la población ca nadien
se , labo r q ue ini ciaron hace varios años.
Recogí los ma te ria les para la presen te obra en las minut as no taria les sobre todo . Logré
reconstitui r la natu ra leza y la evol ució n de l sector com e rc ial, conside rando de maner a siste
má tica todos los co n tratos de las socie dades , las obligaciones, los com promisos y los inv ent ario s
de los comercian tes. De la misma ma ne ra, una vez q ue han sido seriados, los ac tivos re laci o
nados con la agric u ltu ra, los pagos de composició n (acensements), las ven tas de tierras, los
arrendam ien tos rur ales, em padronamientos, proy ect an un a n ueva claridad sob re la vida de los
ca mpos . En los arc hi vos no ta riales ta m bién encontré tes timon ios sobre los gru pos y las
relac io nes soc iales, as í co mo sobre la o rgan izac ión familiar. Tu ve q ue man ipul ar miles de
regist ros, y aunq ue co n frec uenc ia los resu ltados no es tuv iero n a la al tu ra de mis expectativas,
esta masa de documentos co n trac tua les siempre bri nda ele mentos de explicació n cu ando se la
yux tapone co n o tras fuentes.
Delimiración del Falta explicar los restantes límit es del estudio. La fronter a cro no lógica se impone de mod o
estudio na tu ral. Se trat a de la histori a de la implan tac ión de una organ ización económica, de la form a
ció n de una sociedad, proceso que culminó en el prime r cuarto del siglo xvu. Co n ello en tiendo
que concluyó la fase ini cial de adaptació n, de tr ansformacion es rápi das, tr as unos com ienzos
ten tativos y aná rquicos , hasta la organ izació n de un as estructuras. No es qu e la col on ia ha ya
cesa do des de ent on ces de evolucio na r, sino que el ritmo se es ta bilizó, cie rtos rasgos de carácter
d urade ro se volvieron una adq uisició n .
Este tr ab ajo no pretende ser un es tu d io exh au sti vo de los pro ble mas q ue surgen en Ca nadá
d uran te es tos tr es cuartos d e siglo. Au nqu e es indud able q ue la histo ria política de Montrea l
está ligad a de manera ín tim a con los destinos del imperio francés, deb o precisar que no abor do
esta d imensión . O tros lo han hech o an tes que yo, y lo han hec ho bien; les agradezco e l
Justificación de haberme brindado las claves par a co mp re nde r la tr am a de los aco ntec imie n tos . Tampoco se
los límites del encuen tra n aquí reflexi on es sobre los fact or es que han imp edido un crecimiento par alelo al de
estudio los estableci mien tos ingleses. Las razo nes se hallan en o tra pa rte, a sabe r: en las decisiones qu e
cond ujeron a un a ubicació n desafortunad a , y en la Fra nc ia de Luis XIV, q ue no se ca racte riza
po r ser ex po rt adora de hombre s. S6 10 me importa co nside ra r la vida ec onóm ica tal co mo fue
y no como hubier a pod ido ser en o tro s lugar es y ci rcunstancias. Au nq ue el pun to de obse rva
ció n es claro, la obs erva c ió n mism a esc ap a e n parte a mis in vest igaciones, puesto q ue los
prin cipales víncu los entre Fra ncia y Cana dá se in terrumpen en Quebec. En es te sentido, me
pa rece q ue habría que co menzar por estab lece r las articulac iones int er iores, pues to qu e en un a
perspec ti va de la rga d ur ac ió n no son las co mpa ñías met ropolita nas las qu e cue n ta n, sino la
o rgan ización local la que eng end ra una sociedad nueva . Tampoco me ha pa recido de ut ilidad
reto ma r los asp ec tos ge n er ales de las instituciones c iviles, milita res y reli giosas. Sólo me he
detenido en la considerac ión de aq uel lo q ue toca de ce rca la vida de las com un idades de
Mo nrrea ], oc upándo me apenas de lo conocido y priv ilegia ndo lo menos co nocido, a sabe r, las
se ño rías, las fami lias y las parroqu ias.
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En resum idas cue n tas, esta obra reúne vari as investigaci on es que co nve rgen en un mismo
pun to . Ca da una de ellas ha sido ade lan tada con el mayor rigor posible, aunque del con junto de
inter rogantes planteados sólo algunos recibe n un a respuesta concluyente . Por lo dem ás, cuando
el caso se prese nta , planteo hipótesis y adelan to interpre tac iones, sin disimular n unca las
debilid ades de las demostraciones. ¿Acaso no es así com o la historia proced e y presta sus
servicios? El trabajo hab rá sido útil si mis insu ficiencias tien e n por resul tado cond ucir a ot ros
inv estigadores por estas mismos send as/o
2. Los agrad ecimien to s que apa recen al fin al de la int roducc ión no se han rep rodu cid o.
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