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jocelyn Létourneau

LA CAJA DEHERRAMIENTAS

DEL JOVEN INVESTIGADOR

Guía de iniciación al trabajo intelectual

Traducción de José Antonio Amaya

Profesor asociado, Depart amento de Historia, Universi dad Naciona l de Co lombia

La C a rreta

E di tores JU J.

Medellín, 20 09
Létourneau , [ocelyn, 1956­
La ca ja de herra mientas de l joven inves tigador : guía de
ini ciación al tr abajo intelectual / [ocel yn Létournea u ; tr aducción
José A ntonio Amaya. -- Me dellín : La Ca rre ta Ed itore s, 200 7.
266 p. : il.; 16,5 x 24 cm . -- (colecció n A riadna)
T ítu lo o rigin a l : Le co ffre aou ti ls d u c he rc heur d ébutan t : guide
d'initiati on a u travail in te llec tu el [2006].
1. Re dacción de escritos técnicos 2. Investigaci ón - Me todología
3. Metod ología cien tífica 1. A maya, José A n tonio, tr. 11. Tít. III. Serie .
00 1.42 cd 21 ed.
A ll09134

C EP-Ban co de la República-Biblio tec a Luis Á ng el A rango

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BmUOTECA . F1.ACSO
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ISBN : 958-98167-1-4 orECA •FLACSO . E(
© 2009 [ocelyn Létourneau t . . o?> ­. Z..oJl::~
© 2009 La Ca rreta Edi tor es E.U.

La Carreta Editores E.U.


Edito r: Cé sa r A. Hurtado Orozco
E-m ail: lacarre ta @ un e.net.co
lacarr et a.ed @ gm ail.com
Teléfono : (57) 4 250 0684.
Medellín, Colombia .

T ítulo original: Le coffre aoutils du chercheur débutant. Cuide, d'initiatianau tm vailintellectuel, Qu ébec,
Les Editions du Boréal, 2006.

Primera edi ción: ab ril de 2007


Prime ra reimpresión: enero de 2009 .

Cará tu la: dise ño de Á lvaro Vé lez.

Impr eso y hecho en Co lomb ia / Printed and made in Co lomb ia


por N omos Impresore s, Bogot á.

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Capítulo 12

Como diseñar una estrategia de investigación

Antes de emprender una investigación, es primordial proveerse de una estrate­


gia de investigación. El asunto puede parecer una simpleza. Sin embargo, lcuántos
estudiantes víctimas del afán comienzan a trabajar sin saber lo que buscan, sin
saber cómo encontrar lo que buscan, sin tener una idea más o menos definida de
los problemas que deberán afrontar y sin saber por qué avanzan en un terreno
determinado? Al proceder de esta manera imitan a un piloto de carreras que con­
fiado en llevarse la victoria con la mano en alto, considera superfluo darle una
vuelta preliminar a la pista para tomar nota de los obstáculos del recorrido; tampo­
ca se ejercita en el análisis de los efectos del viento, ni establece un punto de
referencia ficticio para fijar el sitio donde comenzará el pique final. ¿Quién aposta­
ría por la victoria de un corredor semejante?
La elaboración de una estrategia de investigacióri supone un conjunto de decí­
siones de carácter operativo que orientan de manera decisiva el desarrollo de una
investigación y la hacen avanzar hacia un objetivo prioritario. El posicionamiento
frente al problema es el elemento central de una estrategia de investigación. Se
trata de un ejercicio analítico y justificado de presentación de un proyecto, me­
diante el cual se consagra la suficiencia intelectual de un investigador en la defini­
ción de su cometido. El posicionamiento frente al problema se expone de ordina­
rio en la introducción de un trabajo de investigación.
El objetivo de este capítulo consiste en establecer la importancia de la estrate­
gia de investigación y del posicionamiento frente al problema en el curso de la
realización de un trabajo investigativo. El propósito que aquí se expone se divide
en dos partes, a saber: por un lado, una breve presentación de lo que se entiende
por estrategia de investigación y por posicionamiento frente a un problema (sec­
ción 1), y por otro, una descripción de los componentes que se movilizan de ordi­
nario en el diseño de una estrategia de investigación (sección 2). La perspectiva
que aquí se expone se ilustra con un ejemplo (sección 3).

1. La estrategia de investigación y el posicionamiento frente al problema

El diseño de una estrategia de investigación es una de las etapas cruciales en la


realización de un trabajo de investigación. Permite que el autor domine su provee­
to y oriente el proceso investigativo hacia la culminación de sus etapas finales .
Durante esta etapa, el investigador precisa sus ambiciones, formula con claridad el
asunto que le interesa, determina sus objetivos principales y secundarios, plantea
su tema en relación con el estado del arte en su campo, le fija unos límites a su

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proyecto, proce de a las definiciones conceptuales de rigor, delimita el espacio acep­
tab le de su argum entación e indica las precau cion es que debe tomar a la ho ra de
saca r las conclusiones.
Por un a parte, el posicionamiento frente al problema consiste en una argumen­
tación analític a. En el curso de la elaboración de esta argumen tación el investiga­
dor tr an sforma su objeto de estudio en un problema que es necesario resolver. A l
mismo tiempo, ex plica y legitima su proyec to en relación con otros trabajos ya
rea lizados o simp lemente posibles. Por otra parte, se trata de una argumen tación
informada med iante la cual el investigad or define y justifica su man era de aproxi­
marse a su prob lema intelectual, propone un a respuesta parcia lmente in tuitiva a su
preg un ta inic ial (hip ótesis), y describe el conjunto de medios que se pro pone des­
plegar para responder a esta pregun ta , para verificar su hipótesis y para construir su
demostr ación (metodología).

2. El diseño de una estrategia de investigación

El diseño de un a estra tegia de invest igación es un ejerc icio intelectual que


exige del investigado r una gran coherencia en la formalización de sus intenciones.
Integra de ordina rio cerca de ocho compon en tes principales, a sabe r: un pro­
blema bien de fin ido; un proyecto de estudio delimitado en relación con los traba­
jos existe ntes ; un objetivo preciso de investigación ; un cues tion ario fecu ndo, es­
clarecedor y estimula n te; un a hipó tesis suscep tible de ser investi gad a; un a
metodología; un diagnóstico lúcido de los límit es de la investigación, y un anuncio
de la etapas de l plan de la demostración.
A contin uac ión se precisarán estos componentes un o por uno. Como se ha
dicho, la estrategia de investigación y el posicion amien to frente al prob lema se
presenta n en la introdu cción de un trabaj o invest igat ivo. A título de ejemplo y
para facilitar la asimilación de las ind icaciones exp uestas, al final de este capí tulo se
reprodu ce la introducción del .libro de Louise D ech ene, Habitants et marchands de
Montréalau XVII e siecle [Habitantes y mercaderes de Montreal en el siglo XVII] (Mon treal,
Boréal, 1988 [1974], 532 p., il., co l. "Boréal cornpact", n° 5.

Un problema bien definido


Ante todo, el diseño de un a estrategia de investigación eq uivale a fijar el punto
de partida de la empresa intelectual vista en co njun to . En la práctica, el investiga­
dor debe estab lecer de man era clara la pregunta general que lo motiva; al mismo
tiempo, debe definir el problema in te lectual qu e lo inspira. Sobre tod o, el diseño
de un a estrategia de investigación consiste en mostrar cómo un tema de investiga­
ción es también un problema que requi ere solución . De la misma manera, consiste
en definir el campo de l debate científico en el cual se quiere situar la investigación
empírica, que a par tir de este momento se er ige como un med io para profundizar,
renovar y estimular el debate intelectual.

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As í por ejemplo, el tema del libro de Lou ise De chene gira alrededo r de los
habitantes y los merc aderes de Montreal en el siglo XVII. El problema subyacen te
que interesa a la historiadora es "la form ación de un a sociedad coloni al que emergió
como conse c uencia combinada del traslado de una población euro pea sometida a
la influencia del despl azamiento, la tradición y la nueva experiencia en América".
Se trat a de un problema teórico cuyo alcance trasciende los límit es de la ciudad de
Montreal.
De esta manera, tod a la investig ación de la autora se hall a inspir ada en un a
dialéctica entre un objeto de estudio que deb e profundizarse (los habitantes y los
mer caderes de Montreal en el siglo XVII) y un problema intelec tual qu e debe ana ­
lizarse (la adaptación de pobl aciones a un nu evo espacio geográfico que las limit a
hasta cierto punto, y la formación de un a socieda d colonial).

Un proyecto definido en relación con los trabajos existentes


Elaborar un a estr at egia de investigació n co nsiste en tomar co nciencia de lo
que se está haciendo en relación con lo que otros investigadores ya han hecho.
Supone un cierto conocimiento de la producción científica qu e se ha generado
alrededo r de un objeto de estudio determinado. De la misma man era, implica un a
consulta más o menos aten ta de los trabajos de algunos autores. Así, de manera
directa o indirect a, el investigado r apr ende a con ocer su propi o tem a, logra sit uarlo
en relación co n los escritos de otros inve stigadores y establece la origina lidad o el
aporte complemen tario de su proyecto. Por este camino se logra responder los si­
guientes interrogantes: ¿Q ué han hecho otros investigadores en este campo? ¿Qué
puedo hac er yo - o qu é debe hacerse aho ra-? ¿Cómo puedo con mi proyecto con­
tribuir al avance del co nocimien to o al enriquecimiento de un debate ? C uando se
responden estos interrogantes, se justifica un tem a y se aclara un proyect o de cara
al lector.
En la introducción de Louise Dechene este ejercicio de contextualización y de
justificación se encue ntra en seguida de la definición del problem a, e incluye tre s
elemen tos claves: .
- "Problema de mud anza y ada ptación , al que la historiografía canadiense- que
suele volar dem asiado alt o- no le ha reserv ado tod a la atención que merece".
"Para ar tic ular esta imagen co n la de los habitantes [. . .]".
" [. .. ] es necesario reconstruir, etapa por etapa [... ]".

Un objetivo definido de investigación


A l mom ento de elaborar su estrategia de investig ación, el investigador debe
enu nciar de manera clara cuál es, por encima de todos los objetivos qu e persigue,
aquél que busca en primer luga r, aquél que le imprime sentido a todo s los dem ás; en
s ma , aquél al que tod os los demás deben subordinarse.
Loui e Dechene se prop on e com o objetivo principal la con sideración de la
soci dad canadiense como una realidad dinámica y mu ltiforme. Por esta razón

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plantea la hipótesis de que esta sociedad se aparta del modelo francés de Antiguo
Régimen.

Un cuestionamiento fecundo, esclarecedor y estimulante


Elaborar un a estra tegia de investigación consiste en interrogar un objeto de
estudio medi ante un cuestiona rio, esto es, con ayuda de un co njun to de preguntas
qu e presentan un a cierta un idad teórica o empírica, o que tienen fund amento en
un a metodología particular. La elaboración del cuestionario, qu e debe hacerse en
estrecha relación con un reconocimiento y un a crítica de las fuentes (manera de
saber lo que esas fuentes revel an en efecto) , determina el ángulo de aproximación
al tema. Además, fij a la perspectiva en que se ubica éste. Por último, establece los
aspec tos que privilegia el investigador y sobre los cu ales realizará su trabajo. Este
ejercicio de cuestiona mien to corresponde a la elaboración de 1problema, tal como
se la conoce de ordina rio.
En la introducción de Louise Dechene se privilegia un cuestion arniento que se
funda en las lagun as e insuficiencias de la historiografía en relación co n la sociedad
can adiense del siglo XVII. Este cuestiona mien to encuen tra su unid ad en el objetivo
qu e persigue la auto ra, el cual co nsiste en recon stru ir esta sociedad a partir de un a
perspecti va en la que se privilegia el protagon ismo del colon o y de la socied ad
local, junto con el aná lisis de las limit aciones relativas que impon e el espacio geo­
grá fico de asentamiento. Tamb ién encuentra su unidad en el procedimiento
metodológico de sarrollado por la red de inve stigadores en el seno de la cual se
formó la historiadora. Esta red se propu so explot ar el potencial informativ o de
documentos seriados, privilegiand o el estudio de fenóm en os macroscópicos (mo­
vimientos poblacion ales, estr at ificación social, condiciones de la producción eco­
nómica y del comercio, uni verso de las repre sentaciones mentales).

Una hipótesis susceptible de ser investigada


A l elaborar su estrategia de investigación , el est udioso prop on e un a hipót esis
para resolver el interrogan te qu e inspira su labor. Una hip ót esis co nsiste simple­
mente en un a respuesta prob able, plausible o posible a una interr ogación inici al.
En su formula ción básica, al comi enzo del trabajo intelectual, la hipótesis impuls a
y orien ta la inve stigación. A lo largo de modific aciones y redefinicion es sucesivas,
le descubre al investigador vetas qu e debe excavar y direcciones qu e debe -seguir,
En su versión más aca bada, la hipótesis es el sillar sobre el cua l se despliega un a
estrategia de demostr ac ión . Mientras más se prolon gue ei trabajo, más aspectos se
aborda rán en la investigación y mayor será el número de hipótesi.s formuladas. Por
otra parte, aunqu e una hipótesis puede afirmarse y conducir a una interpretación
concluyente, tambi én puede reve stir un carácter parci al, provision al o incluso
exp loratorio. En tod o caso, el investigador está obligado a hacer explícita su hipó­
tesis, a fij arle un os límites y unos grados de pertinencia a las respuestas qu e propo ­

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neoN unca debe olvidarse que una h ipótesis jamás debe operar como un par de
an teo jeras qu e le impidan al inv estigador ver la realidad en su comp lejidad y mati­
ces. H asta el fina l de la inves tigación, la hipótesis debe ser co nsidera da co mo un
medio heurístico y jamás co mo un axioma.
Lou ise Dech ene pro pone un a h ipótesis implícita en la introd ucció n de su obra.
En efecto, consid era que la sociedad can adie nse del siglo XVII se ap arta del mod elo
francés de A ntiguo Régimen, a pesar de qu e ciertas funciones y prácticas y de q ue
ciertos círculo s de influencia se asemejaban a los que operaban en la me trópoli. La
auto ra también plan tea la hipótesis de qu e Montreal co nstituye un microcosmos
de la sociedad ca n adie nse de la época.

Una metodolo gía

Elab or ar una estrategia de investigaci ón también supone qu e el investig ador


sabe preve r, recon oce r y resolver, hast a donde las co ndicio nes se lo permitan , los
princip ales obst áculos qu e p uede n pr esen tarse durante el desarrollo de la inves­
tigación (obstác ulos asociados po r ejemplo co n la formació n de un corpus docu ­
mental vá lido y cre íble, co n la definición de conceptos y de n ociones, con los
límites impl ícitos de un mét od o de análisis). En co ncreto, el in vest igador debe
ser ca paz de responder a los siguientes interrogantes que él mismo se plan te a:
¿Q ué med ios, qué es tr ategia debo util izar para verificar la h ipótesis en unciada al
co mienz o de mi in vestig ación? ¿C uá l es el me jor m edio para h acer ava nzar el
debate en este ca mpo pr eciso de la inv estigación cien tífica ? ¿Cómo supe rar los
problemas concretos qu e plan tea el est udio de mi tema? D e esta maner a define
su me to do logía.
Este ejercicio de defin ición metodológica es el aspecto mejor elabora do en la
introdu cción de Lou ise Dech en e. La autora enfatiza tres puntos, a saber:
una presen tac ión del pro cedim iento qu e considera adecuado p ara reconstituir
la socie dad ca nadiense del siglo XVII, tal como ella se lo propone , es decir, en
funci ón de sus objetivos como inv estigad ora;
un a justificació n de la selec ción de Mo ntrea l como unidad socioeconómica
representativa de la socied ad cana diense del siglo XVII, unidad que es lo bast an­
te significa tiva co mo pa ra per mitir un aná lisis de am biciones más amplias;
un a argumentación sobre la naturaleza, riqueza y límit es de las fuentes utili­
zadas.

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3. La formalización de una estrategia de investigación y de un


posicionamiento frente a un problema: un ejemplo!

Problema En la base de es te estu di o se plante a el pro blema de la formac ión de un a soc iedad colo ni al q ue
intelectual eme rgió como co n sec ue ncia com bin ada del tr asla do de una pobla c ió n eu rop e a sometid a a la
inicial in flue nc ia del desplazami ento, la tr adición y la nu ev a experie n ci a en América . Se tra ta de un
pro ble ma de muda n za y adap ta c ión, al que la historiografía c an ad ie nse -q ue suele vo lar dema­
siado a lto-- no le ha reservado toda la ate nc ión q ue mer ece, co ncen tra da co mo h a est ad o en los
D istanciamiento proy ec tos impe ria les , e n las rival id ades m e tropo lita nas y en las dec isiones admin istrativas.
crítico con la Q uie nes se han inclin ado por el estudi o de la soci ed ad de régim en francé s ha n privile giad o la
historiografía o bservación de esa brev e tregua entre dos guerras que es el siglo XVIII , peri odo d ura n te el cua l los
existente pa rti c u larismos co loniales se d efinieron casi por comp leto. Los acon tecim ientos pol ít icos y
militar es junto co n los gran d es pe rsonaj es protagonizan la esce na durante e l peri od o d e ges ta­
ción precede nte; a llí los colo nos ape nas a pa recen, pi ntados con los ras gos de c azad or es de los
Superación del bosques que las a u to ridades se esforzab an en vano por sedentar izar, Para articular esta im agen
corpus de co n la de lo s h abitantes que cien años m ás ta rde defe n d ieron de l invasor e l pa ís q ue habían
estudios logrado orga niza r - resíst íen do pa lmo a pa lmo de trás de sus gra njas-, es n ecesari o reconstruir,
disponibles: e ta pa por e ta pa, la e volu ción de una soc ieda d qu e dejó huellas d iferentes a las impr esiones de un
enunciado puñado de admin istradores , d e me moriali stas d esentendid os de lo cotidia n o, d e viaj ero s a la
inicial del caza de lo pintoresco, fuentes que han sido reeditadas hasta el cansa ncio , según las preoc upacio­
proyecto nes de m úl tipl es au tores .

El itin e ra rio del a ná lisis d eb e integrar un es tu d io de la in migrac ión y de lo s di fere nt es espacios


e n q ue se prod ujo el des pla za m ie nto ; e n segu ida , se jus ti fic a u na indagació n de las categorías
so cio -pro fesion a les qu e eme rgiero n e n el contex to colonial, del mo n to d e los ingresos y de los
Explicación y géne ros de vid a. ¿A caso proce d er de esta ma n era ga rantiza que se co no zcan las nu ev as realida­
justificacíón del d es oc u ltas bajo las etiqu etas an tiguas, e n otras palabras, el fun d am ento de es ta es tructu ra social
procedimiento dotad a d e carac te rís ticas espe cíficas? D escribir no es sufi c ie nte. En e fecto, si u n an álisis más
elegido; pro fundo co nfirm a que la sociedad can adiense se a pa rta del mod elo francés de ant iguo régi men,
principales ha bría que pr oceder a expli car esta situac ió n . La prime ra inv est igación consiste e n acl ar ar los
etapas del proc esos de produ cció n y de in te rc am bio e n la co lon ia, así co mo las rel aciones en tre estos dos
proyecto sec to res , pa ra llegar a descubrir el verdadero lugar que ocu pa n sus age ntes. De la mism a man era ,
est a in vest igac ión con sid er ar á los vínculos extraeco n órnicos, de rivados co n frecu e n c ia de un
mo do de pro du cción extranj ero, implantado, y qu e se integró de modo gradu al en la orga n iza­
ción loca!.

Conversión del El inv es tigador no se h all a frente a un reto fácil, su m ido e n t re la econo mía , la geografía, e l
problema universo mental d e los in migrantes, las pautas qu e les fueron im puestas y la respu esta col ec tiv a
intelectual en en sus manifest aciones más duraderas, los complejos circui to s de influenc ias y el des arroll o
objetivo y en pr ecipitado , pro pio del tiempo cor to en A mérica. Ca p tar est a rea lidad diná mic a y m ul ti fo rme
objeto de es un proye ct o am bic ioso, que yo no hubier a podi do cu lm inar e n la esca la d e la Nueva Francia .
estudio A pesar de se r poco numer osos , los colonos se hall aba n di sper sos, ta nt o como [as fuent es que
permiten estudia rlos. Por es ta razón , el tr abajo tomó la forma d e u na monografía so bre la isla de
Montreal. Un es tud io loc al se torna sig n ifica tivo cuand o logr a ide nt ificar en este territor io los
atributos pr inc ipa les de una reg ión más am plia. M ontreal res ponde a es te req uer imiento por ser
un es pac io de co n flue nc ia. El co me rc io de pieles es e l prime r ingredi ente e n la c reación de est e
Justificación ase ntamiento in terior, au nque la ag ricu ltu ra se desarro llab a allí de modo paralelo, en con d icio ­
nes bastantes sim ilares a las de l resto de la co lo n ia. Así se perfila un buen punto de observaci ón
par a estud iar los vínculos e n tr e la ci udad mercantil y los cam pos. Se tr a ta sin dud a de una
peque ña unidad de cin co mil habita ntes em pad ron ados en 1720, y q ue sin e mba rgo representa ­
ban un a q uin ta parte e n e l co n ju nto d e la pobl ación c a nad ie nse. En es tas co nd ic io nes, la
mues tr a adqu ie re una im po rt ancia rela tiva . En este espa c io bien de fin ido se v ue lve po sible
recoger una doc u me n tac ión lo bastante sustan c ia l co mo para es tud ia r con pro fu n d idad un
problema que tr asciende en a mplia medida los lími tes de aq ue l espac io.

1. Lo uise Deche ne, Habitants et marchands de Montréal au XVII' siecle, Montre a l, Bo ré al, 1988
[1974], S3 2 p. , iI. , col. "Boré al co rn pa c t" , N º S, p. 7-11.

202
Esclarecimiento Es pre ciso recordar q ue no ex isten es tadís ticas par a el conju n to de la co lo nia, co n excepción
del de los censos irr egulare s y pa rcos en infor mació n , sob re todo los rel ativos al siglo xvu, No
procedimiento ex iste info rmación algu na so bre los movimientos migra tor ios, ni sobre el vo lu me n del come r­
metodológico cio an tes de 172 9 , n i sobre la ocupación efec tiva de las tie rra s, ni sob re los rend imientos
ag ríco las; tampoco datos catastrales ni de ca pitac ión , ni me rc uriales, ni registros de tala. La
co rresponde ncia ge ne ra l, q ue es el eq uiva lente de los fondos de los intende nt es e n las prov in­
cias fra ncesas, es m uy incompleta pa ra las prime ras décadas y e n todo caso de u na po breza
Ejercicio de pro ve rb ial sobr e los det alle s de la vida mat erial. Po r el co n tr ario, las fuentes cuan tita tivas,
critica de ent re ot ras, son bastan te n umerosas para el te rrito rio bien ad min istrado de la isla de Montreal :
[uentes listas de in migrantes, va rios censos y regist ros de cotizac ión, los arc hivos de l Tri bu n al del
Go be rna do r y la co rrespon de ncia de los señores. Tam bién pu de efectuar un some ro an álisis de
los regist ros par ro qu iales, co n el q ue qu ise estab lece r la relaci ón en t re los parc ialme n te
co noc idos comportamie n tos dem ogr áficos y los fund am en to s de la exis tencia. El uso de la
inform ación so bre los movimientos migr at ori os es co mpl icado , en razón del vo lumen de tal es
movim ien tos. Por o t ra pa rte, hu b iera sido inútil q ue re r pr eceder a los dem ógrafos de la
Uni versidad de Montreal en la e mp resa de reco ns titu ir la totalida d de la población ca nadien­
se , labo r q ue ini ciaron hace varios años.

Recogí los ma te ria les para la presen te obra en las minut as no taria les sobre todo . Logré
reconstitui r la natu ra leza y la evol ució n de l sector com e rc ial, conside rando de maner a siste­
má tica todos los co n tratos de las socie dades , las obligaciones, los com promisos y los inv ent ario s
de los comercian tes. De la misma ma ne ra, una vez q ue han sido seriados, los ac tivos re laci o­
nados con la agric u ltu ra, los pagos de composició n (acensements), las ven tas de tierras, los
arrendam ien tos rur ales, em padronamientos, proy ect an un a n ueva claridad sob re la vida de los
ca mpos . En los arc hi vos no ta riales ta m bién encontré tes timon ios sobre los gru pos y las
relac io nes soc iales, as í co mo sobre la o rgan izac ión familiar. Tu ve q ue man ipul ar miles de
regist ros, y aunq ue co n frec uenc ia los resu ltados no es tuv iero n a la al tu ra de mis expectativas,
esta masa de documentos co n trac tua les siempre bri nda ele mentos de explicació n cu ando se la
yux tapone co n o tras fuentes.

Delimiración del Falta explicar los restantes límit es del estudio. La fronter a cro no lógica se impone de mod o
estudio na tu ral. Se trat a de la histori a de la implan tac ión de una organ ización económica, de la form a­
ció n de una sociedad, proceso que culminó en el prime r cuarto del siglo xvu. Co n ello en tiendo
que concluyó la fase ini cial de adaptació n, de tr ansformacion es rápi das, tr as unos com ienzos
ten tativos y aná rquicos , hasta la organ izació n de un as estructuras. No es qu e la col on ia ha ya
cesa do des de ent on ces de evolucio na r, sino que el ritmo se es ta bilizó, cie rtos rasgos de carácter
d urade ro se volvieron una adq uisició n .

Este tr ab ajo no pretende ser un es tu d io exh au sti vo de los pro ble mas q ue surgen en Ca nadá
d uran te es tos tr es cuartos d e siglo. Au nqu e es indud able q ue la histo ria política de Montrea l
está ligad a de manera ín tim a con los destinos del imperio francés, deb o precisar que no abor do
esta d imensión . O tros lo han hech o an tes que yo, y lo han hec ho bien; les agradezco e l
Justificación de haberme brindado las claves par a co mp re nde r la tr am a de los aco ntec imie n tos . Tampoco se
los límites del encuen tra n aquí reflexi on es sobre los fact or es que han imp edido un crecimiento par alelo al de
estudio los estableci mien tos ingleses. Las razo nes se hallan en o tra pa rte, a sabe r: en las decisiones qu e
cond ujeron a un a ubicació n desafortunad a , y en la Fra nc ia de Luis XIV, q ue no se ca racte riza
po r ser ex po rt adora de hombre s. S6 10 me importa co nside ra r la vida ec onóm ica tal co mo fue
y no como hubier a pod ido ser en o tro s lugar es y ci rcunstancias. Au nq ue el pun to de obse rva­
ció n es claro, la obs erva c ió n mism a esc ap a e n parte a mis in vest igaciones, puesto q ue los
prin cipales víncu los entre Fra ncia y Cana dá se in terrumpen en Quebec. En es te sentido, me
pa rece q ue habría que co menzar por estab lece r las articulac iones int er iores, pues to qu e en un a
perspec ti va de la rga d ur ac ió n no son las co mpa ñías met ropolita nas las qu e cue n ta n, sino la
o rgan ización local la que eng end ra una sociedad nueva . Tampoco me ha pa recido de ut ilidad
reto ma r los asp ec tos ge n er ales de las instituciones c iviles, milita res y reli giosas. Sólo me he
detenido en la considerac ión de aq uel lo q ue toca de ce rca la vida de las com un idades de
Mo nrrea ], oc upándo me apenas de lo conocido y priv ilegia ndo lo menos co nocido, a sabe r, las
se ño rías, las fami lias y las parroqu ias.

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En resum idas cue n tas, esta obra reúne vari as investigaci on es que co nve rgen en un mismo
pun to . Ca da una de ellas ha sido ade lan tada con el mayor rigor posible, aunque del con junto de
inter rogantes planteados sólo algunos recibe n un a respuesta concluyente . Por lo dem ás, cuando
el caso se prese nta , planteo hipótesis y adelan to interpre tac iones, sin disimular n unca las
debilid ades de las demostraciones. ¿Acaso no es así com o la historia proced e y presta sus
servicios? El trabajo hab rá sido útil si mis insu ficiencias tien e n por resul tado cond ucir a ot ros
inv estigadores por estas mismos send as/o

Valorar con lucidez los límites de un estudio


Al momento de diseñar una estrategia de investigación, el estudiante debe ser
conciente de sus opciones. Así podrá, de cara al lector, fijarle unos límites a su
proyecto. Procediendo de este modo demostrará su capacidad para discernir el
alcance efectivo de su análisis y conclusiones. Llegado el momento, sabrá recono ­
cer que ciertos aspectos de sus análisis no son más que una exploración, que el
valor de sus conclusiones es apenas hipotético, que su argumentación tiene el al­
cance de una sugerencia. Sólo en los tres últimos párrafo s de su introducción Louise
Dechene le revela esta intención al lector.

La exposición de las etapas del plan de demostración


Por último, elaborar una estrategia de investigación supone que el estudiante
conoce los pormenores de las etapas de su proyecto. Significa que es capaz de
prever los aspectos principales de la evolución de sus intenciones (plan de demos­
tración y de argumentación). Indica que sabe lo que es necesario hacer, lo que
debe documentar y cómo proceder para alcanzar los objetivos que se ha propuesto.
Múltiples sorpresas pueden producirse durante el desarrollo de un a investigación.
En repetidas ocasiones, las opciones iniciales requerirán ajustes, incluso cambios.
Sin embargo, un investigador que carece de una visión de conjunto de un proyec­
to, renuncia a considerarlo como un todo, le niega la posibilidad de tener un futu ­
ro ...
Aunque en su introducción Louise De chene no insiste sobre el plan de argu­
mentación y de demostración que sigue, en el parágrafo que comienza con la frase
"el itinerario del análisis debe integrar .. ." anuncia con brevedad las etapas que
desarrolla en su plan de trabajo.
La formalización de una estrategia de investigación y de un posicionamiento
frente a un problema constituye una etapa importante en el proceso de realización
en un trabajo de investigación. Una vez concluida esta operación, el investigador
puede pasar a otra etapa del proceso, a saber: la compilación definitiva y el análisis
minucioso de su corpus documental.

2. Los agrad ecimien to s que apa recen al fin al de la int roducc ión no se han rep rodu cid o.

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