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- AÑO XLV - Nº 494

PSICOLOGICA
Periódico Mensual
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Lic. Miguel Kohan
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ISSN 0325-2590
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Pandemia
angustia y contención
Nora Merlin - Beatriz Janin - Sebastián Plut - Sergio Zabalza - Ana María Gómez - Mario Pujó - Marcelo Pakman
Jorge Eduardo Catelli - Héctor R. Fischer - Liliana Colautti - Analía Verónica Losada
Jorge Marincioni - Rosalía Julia Rowensztein - Claudio Edelstein - Federico Fort - Marcelo Rocha
Silvio Bodnar - Andrea Y. Fernández Pumilla - Alejandra Libenson - Jorge Garaventa
Página 2 • Abril 2020 Actualidad Psicológica

Conmoción en
E
l coronavirus desencadenó una nazado por la enfermedad y la muerte. Después
pandemia y la tierra comenzó a del estallido de esta pandemia, ya nadie se atreve
girar alrededor de él. Sociedades a poner en duda la necesidad de un Estado fuerte
enteras en cuarentena, aisla- -que no es sinónimo de autoritario- que conciba
miento, reclusión en las casas, a la salud pública como un derecho, y no como un

la subjetividad suspensión casi total de las actividades, contagios,


muertes, y angustias. Se desorganizó la vida a nivel
mundial, colapsaron los sistemas de salud en va-
gasto o una mera inversión.

Desde que apareció el coronavirus y, junto a su


rios países y se produjo un quebranto económico centralidad y reproducción, surgieron teorías fi-
que, según los entendidos, será mayor al que ge- losóficas, científicas, conspirativas y geopolíticas
Nora Merlin neró la crisis del 30. sobre el origen de la pandemia y las consecuencias
acarreará.
La pandemia rompió el automatismo de las
costumbres sociales, perdiéndose la aparente nor- En el artículo Encerrar y vigilar, publicado en
malidad con la que circulábamos hasta hace solo el diario El País el 28 de marzo pasado, Paul Pre-
unos días. La vida se volvió extraña; de un día ciado analiza la pandemia partiendo de la concep-
para otro nos convertimos en protagonistas de ción biopolítica de Foucault. Foucault sostenía
una distopía que hizo que regresemos a viejas for- que el cuerpo vivo es el objeto central de toda po-
mas del cuidado, desde extremar escrupulosa- lítica y que no hay política que no sea de los cuer-
mente medidas de higiene, hasta guardarse del pos. El filósofo francés no se refería al organismo
peligro externo en las cavernas contemporáneas. biológico, sino a la producción del cuerpo reali-
El virus maldito, mostrando a todas luces la im- zada por el poder, entendido este como un dispo-
potencia del sistema para contener a las mayorías, sitivo que penetra y se hace carne en la
destrozó varias certezas, como la supuesta forta- singularidad. Preciado, orientado por el prisma
leza del neoliberalismo que se desplomó de la que ofrecen Michel Foucault, Roberto Espósito y
noche a la mañana. También se quebró, con la ve- Emily Martin, revisa la historia de algunas de las
locidad del estornudo, la supuesta omnisapiencia epidemias mundiales de los cinco últimos siglos:
y omnipotencia del saber científico, que “todo lo lepra, peste, sífilis, sida y coronavirus. Concluye
sabe” y “todo lo puede”. Se desconoce la causa de con lo que podría tomarse como una ecuación:
la pandemia, tratándose de un virus de altísima dime cómo tu comunidad construye su soberanía
capacidad y velocidad de contagio, para el cual política y te diré qué formas tomarán las epide-
aún no hay vacuna; los expertos no tienen mucho mias y cómo las afrontarás. Esto implica que el
mas qué decir. virus no se concibe como un fenómeno natural,
sino que replica en la población las formas domi-
La irrupción del coronavirus constituye un nantes de gestión biopolítica.
acontecimiento que agujereó a la ciencia y a los
cimientos del sistema global. De un día para otro, Preciado dividió las estrategias que los países
cambió la escena del mundo y se produjo en la han tomado frente a la extensión de la Covid-19,
subjetividad una desestabilización fantasmática, mostrando dos tipos de tecnologías biopolíticas.
conmoviéndose identificaciones y fijaciones neo- La primera, vigente sobre todo en Italia, España y
liberales sedimentadas en la cultura. Una emer- Francia, aplica medidas estrictamente disciplina-
gencia de lo real lacaniano, en tanto imposible al rias, que implican el confinamiento domiciliario
saber y a lo simbólico, no es sin angustia. de la totalidad de la población. El filósofo español
no menciona que el aislamiento, en esos países,
La pandemia emergió con la fuerza de un fue realizado tardíamente en medio de la tragedia
acontecimiento que grita verdades, por ejemplo y luego de esperar la autorregulación y consuma-
que la desinversión en salud pública propia del ción natural del virus. En resumidas cuentas, esa
neoliberalismo trae como efecto necesario siste- es la concepción neoliberal, el darwinismo social
mas de salud precarios, que no dan abasto para de los más vulnerables.
atender a todxs. Que la salud pública no es un
gasto ni una inversión, sino un derecho. Que las La segunda estrategia, puesta en marcha por
sociedades organizadas por la lógica del mercado Corea del Sur, Taiwán, Singapur, Hong-Kong,
no cuidan a su gente, sino que la dejan a la intem- Japón e Israel, se basa en técnicas de biovigilancia.
perie, en angustiosa indefensión. Que solo los es- El énfasis está puesto en la detección individual
tados fuertes son los que amparan. del virus a través de la multiplicación de los tests,
el control social y la vigilancia digital constante.
Esta tragedia permitió que se caigan de un plu- Por alguna razón que desconocemos, Preciado
mazo muchos slogans neoliberales que funciona- omite el modelo argentino que constituye una ter-
ron como certezas ideológicas, tales como el cera posibilidad y es ejemplar. En la Argentina el
estado burocrático, la libertad individual, el ideal aislamiento se produjo con planificación y pre-
privatizador, etc. Del mismo modo, quedaron vención cuando la epidemia no estaba desencade-
como anacrónicas las frases neoliberales del estilo nada. La Argentina tomó una tercera vía para
“achicar el Estado para agrandar la nación” o el enfrentar la pandemia, la estrategia consistió en
ideal de la meritocracia. Constatamos que si achi- politizar el virus, organizar la comunidad po-
camos el Estado lo único que aumenta es el coro- niendo el Estado al servicio de la salud y del bie-
navirus y que sólo con el capital y sin la salud nestar pueblo.
pública nadie se salva. Un sistema basado en la
maximización del beneficio y en la reducción de Sabiendo que las epidemias son también labo-
los costos deja al cuerpo -singular y social- ame- ratorios de innovación social y de las tecnologías
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del poder, hay un gran debate entre los filósofos lugar de contener expulsa y que decide quién vive realizar esa experiencia pedagógica? ¿Cómo trans-
acerca de los cambios que traerá al mundo el co- y quién muere. Desde esa captación nada vuelve a formar el odio al otro en amor y en conflicto po-
ronavirus. Por ejemplo, Byung-Chul Han sostiene ser lo mismo lítico?
que el capitalismo actual puede mutar en un ré-
gimen riguroso de vigilancia social, control y ges- La pandemia tomó el cuerpo y desarrolló en Arriesgamos la hipótesis que el coronavirus
tión de las vidas: un totalitario virtual. Por el pleno aislamiento una suerte de angustia global, está llamado a funcionar como el significante que
contario, Zizek afirma que esta pandemia produ- activando una nueva sensibilidad que revaloriza marca un límite y nombra el fin de la época neo-
cirá una salida del capitalismo. la igualdad, la solidaridad y lo público. Hasta liberal, siempre y cuando haya una construcción
ahora, ninguna prédica política lo había podido política emancipatoria orientada por lo nacional
Preferimos descolonizar nuestro pensamiento producir como esta vez, que se presenta con la y popular.
y no adherir a los fantasmas y conjeturas eurocén- fuerza de una nueva hegemonía.
tricas que plantean filósofos de otros países, con Psicoanalista
otras tradiciones. El coronavirus es una pesadilla, pero es posible Magister en Ciencias Políticas
que permita el despertar del sueño neoliberal. Se
En la Argentina y en el tiempo de la urgencia, rompió el pacto entre capitalismo y democracia,
se entendió que el Otro no es ni mi enemigo ni el hay que reinventar la democracia. También sabí-
culpable, sino mi prójimo. Que la suerte y el cui- amos que con las argumentaciones racionales no
dado de él también es el mío, ya que es imposible iba a ser suficiente, que había que involucrar afec-
salvarse sólo. Que el amor es político y que el ais- tos, cuerpos para lograr un despertar. Pero, ¿cómo
lamiento nada tiene que ver con el individualismo
neoliberal, en el que cada uno, indiferente al pró-
jimo, se enfrasca en su tribu mientras se mira el
ombligo. Se configuró en el país un aislamiento
que no fue exclusión ni identificación al resto,
sino un acto de amor político, de cuidado de sí y
de la comunidad, porque la solidaridad no es ca-
ridad, sino la base de lo colectivo.

El cuidado o el control del Estado no siempre


es persecutorio y hostil; puede consistir en una
acción política democrática de intentar frenar la
muerte, no sólo para la élite, sino para todxs.
Tampoco la obediencia indica siempre servilismo;
puede significar, como sucedió mayoritariamente
en la Argentina en las actuales circunstancias, la
decisión responsable y colectiva de asumir que el
cuidado propio implica también el de todxs, y vi-
ceversa.

La crisis desencadenada por el coronavirus no


hizo más que mostrar intempestivamente lo que
hace años estaba agonizando, pero velado por la
pantalla del marketing y los medios de comunica-
ción corporativos. Cuando el mundo supere esta
pandemia ya nada será igual. El virus podrá ser
sólo una mala noticia que paralizó al mundo y
arruinó economías que estaban en terapia inten-
siva o ser también una gran oportunidad. Lo que
sucederá dependerá de las fuerzas vivas populares
y sus deseos

El debilitado poder intentará, como hasta


ahora, aprovechar la crisis para engrosar sus
arcas. Utilizará el terror para que nada cambie y
para capturarnos en los dispositivos de control.
Intentará atacar la solidaridad que se tejió en la
cuarentena, retornando con el cuento de la meri-
tocracia, el individualismo, el consumo y la auto-
ayuda. Sin embargo, luego de pasar por la
experiencia de vulnerabilidad singular e indefen-
sión colectiva, esta vez podrá ser distinto.

No es por una adhesión a videncia o futurolo-


gía, sino porque cuando un acontecimiento pro-
duce un padecimiento en el cuerpo que
desestabiliza la identidad singular y social, ese
daño se convierte en corte, en una marca inolvi-
dable que hace posible captar la propia estupidez,
como eslabón cómplice de un sistema que en
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Niños,
E
stamos viviendo una situación iné- rece ser fundamental. Y esto para niños, adolescentes
dita, que tiene características muy y adultos.
particulares: por un lado estamos Quiero hacer algunas reflexiones sobre lo que
en estado de incertidumbre, no sa- ocurre con niñas, niños y adolescentes en esta situa-
bemos qué es lo que puede ocurrir ción.

adolescentes y ni cuándo vamos a volver a la “normalidad” (¿nor-


malidad?) y es más, suponemos que todo puede em-
peorar por lo menos durante un tiempo… En ese
Sobre padres e hijos en la pandemia

sentido, es muy diferente a una catástrofe como una Ser niña o niño en esta situación no es fácil.

padres en inundación o un terremoto, en que lo temido ya


ocurrió (a lo sumo puede volver a ocurrir).
A la vez, esa espera angustiosa de lo que puede
Si toda situación se torna traumática cuando no
puede ser metabolizada, ¿qué posibilidades tienen
los niños hoy de procesar lo que nos ocurre? Han
suceder remite como sociedad y en cada uno, a las perdido sus lugares habituales, sus posibilidades de
historias previas, a lo que para cada uno fue lo inso- encontrarse con otros niños y con familiares, de co-
épocas de portable, es decir, la historia cae sobre uno. He dicho
otras veces (tomando a Gerard Stein) que si uno no
rrer en la plaza y de jugar y también pelearse con sus
compañeros.
puede planear un futuro, el pasado le cae encima. Es Y se vienen planteando sugerencias muy intere-
frecuente así que uno tema lo que ya sufrió, una re- santes y muy buenas, tales como que les mantenga-

coronavirus… petición de lo terrorífico.


Las noticias, que pueden resultar a veces un
bombardeo de estímulos difíciles de procesar, se
mos sus rutinas, que juguemos con ellos, podríamos
agregar: que compartamos cuentos y canciones y
que no los asustemos.
transforman por momentos en sobreinformación Me parece muy importante hablarles, explicarles
con un efecto traumático permanente, en tanto el con tranquilidad lo que pasa, que hay una situación
Beatriz Janin aparato psíquico no esté preparado para metaboli- transitoria (ellos no tienen muchas veces la misma
zar todo lo que llega. dimensión del tiempo que tenemos los adultos) y
que tenemos que tener una actitud solidaria y cui-
Otra cuestión particular de esta situación es que darnos entre todos.
el modo de cuidarnos es aislarnos, lo que resulta
contradictorio con la tendencia a enfrentar las difi- Sin embargo, es posible que esto termine siendo
cultades poniéndose en una posición activa. Gene- una exigencia imposible de cumplir.
ralmente, nos hemos protegido estando con otros, Ni todos los padres ni todos los niños son esos
saliendo a la calle… Ahora, no podemos salir ni en- niños y adultos ideales disponibles a jugar y contar
contrarnos con personas queridas ni abrazarnos. cuentos y a veces las exigencias superyoicas sólo
Esto ya marca un punto importante. Sabemos complican la situación. Me pregunto ¿qué puede
que el encierro con uno mismo e inclusive en el nú- ocurrir con los niños sin escuela y los padres con dis-
cleo familiar suele traer dificultades. Freud plantea, tanciamiento social y en medio de una pandemia?.
en Más allá del principio de placer, que un orga- Los adultos estamos angustiados, preocupados y
nismo librado a sí mismo termina comiéndose sus asustados (cuando no hemos entrado en pánico)
propios desechos. Es claro que el otro es fundamen- por una situación inédita y universal. Frente a esto,
tal no sólo como aquel con quien intercambiar fun- no siempre estaremos en condiciones de sostener la
cionamientos eróticos sino también como aquél en paciencia ni las ganas necesarias para jugar con los
el que se pueden descargar las pulsiones hostiles. Es niños o ayudarles a hacer la tarea. Y esto sin la posi-
decir el otro ayuda a tramitar el erotismo y la hosti- bilidad de llevarlos a la plaza o a un cine. Adultos
lidad. Aquel que queda encerrado termina intoxi- que solemos fluctuar entre la omnipotencia y la sen-
cado…por sus propias pulsiones. Y sabemos que las sación de desamparo, que no podemos terminar de
familias endogámicas terminan intoxicadas por las comprender cómo repentinamente todo lo cono-
propias pulsiones y las de los otros miembros de la cido se quebró (y esto me parece fundamental: hay
familia, en tanto no hay intercambio con el contexto. un quiebre del mundo conocido) ¿qué resto tene-
Esto puede derivar en tensiones insostenibles que mos para hacernos cargo de las demandas, de las an-
pueden derivar en accionares francamente violentos. gustias y temores de los niños?
Si bien hay una idea de que los lazos familiares pue-
den afianzarse (y esto puede ser así en algunos A la vez, están las exigencias de las tareas escolares.
casos), el no tener respiro, el no estar con otros en la Quizás al tratar de sostener la escuela fuera del
vida cotidiana que ayuden a procesar la angustia, el edificio de la escuela (lo que aplaudo), se ha olvi-
dolor, la tristeza y el enojo, puede ser asfixiante y dado que los padres tienen otro rol que cumplir y
hacer resurgir los rencores y resentimientos que pa- no el docente y que la escuela es mucho más que la
recían superados. transmisión de contenidos, que es un lugar de en-
] cuentro, de crecimiento, de armado de lazos sociales,
Y todos nos preguntamos: ¿qué modificaciones de descubrimiento del saber... en el que el vínculo
en la subjetividad traerá aparejada esta pandemia? con el docente y con los otros chicos es crucial. En-
tonces, quizás sería interesante que en lugar de tan-
Por eso, una cuestión fundamental en este tiempo tas tareas que las niñas y los niños no pueden hacer
de aislamiento necesario es cómo podemos estar con solos, se les propongan actividades lúdicas, creativas,
otros sin salir de casa, cómo podemos seguir tejiendo que niñas y niños puedan realizar sin ayuda o ha-
lazos, cómo nuestra voz, nuestra mirada, nuestros blando con otros (los niños aprenden mucho unos
afectos y pensamientos traspasan las paredes de la vi- de otros), más acordes con los modos de “salir” de
vienda e intercambiamos con otros…. casa en estos días de aislamiento. Pensar que pueden
Entonces, sostener los vínculos con otros (fuera probar y compartir resultados entre todos, sin que
del entorno familiar) del modo en que se pueda pa- los padres tengan que corregir ni que las y los do-
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centes tengan que trabajar sábado y domingo resol- Ser adolescente en tiempos que frecuentan, de los espacios que se inventan
viendo dudas. del Coronavirus como diferentes a los de sus padres.
Las niñas y los niños están angustiados, con di- Convivir permanentemente con los progenito-
ficultades para sostener la atención (como nos ocu- La adolescencia se caracteriza por ser un mo- res, sin poder estar con otros que impliquen la op-
rre a todos, en tanto estamos en estado de alerta mento de separación de los padres y armado de una ción de tramitar las situaciones que se generan, no
constante). En este contexto, tener algunas activida- historia propia. estar con los grupos de amigos centrado en los ava-
des es algo que organiza el día pero quedar atibo- Los vínculos con los pares y con otros externos tares de las amistades, los amores, la escuela, las pe-
rrado de consignas difíciles de cumplir o que al núcleo familiar son imprescindibles para poder leas con los adultos y sus propias inquietudes y
requieren mucha disposición, puede traer mayores transitar ese pasaje sin grandes dificultades. deseos, puede resultar insoportable y transformar la
angustias. Es muy importante que se sostenga el vín- Los sufrimientos compartidos, las identificacio- convivencia cotidiana en un infierno.
culo con la escuela, pero me animo a decir que hay nes, los ideales, todo se va tramando en esos víncu- A la vez, los padres de los adolescentes se deses-
que ubicar esto en un tiempo de incertidumbre. los, claves para el despegue. peran porque no soportan que estén todo el día en
En este momento, en el que el mandato es que pijama, que se conecten con otros por las redes y
A la vez, los niños detectan los temores, las an- nadie se mueva de su casa, tenemos que pensar qué miren series como única actividad, que no les hablen
gustias, el malestar de los padres y quedan angustia- implica esto para los adolescentes, cómo tolerar la aunque estén todos en la misma casa, que se nieguen
dos y asustados. Muchas veces no se les explica lo ausencia de “la calle”, de la vida social, de los lugares a realizar las tareas escolares.
que ocurre pensando que no entienden y eso los
puede llevar a suponerse responsables del mal
humor o la tristeza de sus padres. Otras veces, que-
dan sujetos a la sobreinformación de los medios que
actúa como un golpeteo constante indigerible.

Lo que escucho de mis pequeños pacientes es el


temor a la muerte de los adultos. Suelen repetir
(como desmentida del terror) “A los chicos no nos
hace nada este virus”. Pueden preguntarse si a su
mamá y a su papá les alcanza la categoría de adultos
mayores y lloran por sus abuelos (a los que suponen
en riesgo inminente).

Pero no todos los niños pueden expresar clara-


mente estos sentimientos. El modo en que los niños
muestran su sufrimiento es particular. Y quisiera
enumerar algunas de las posibilidades:
- Pueden estar muy demandantes, pidiendo
atención permanente

- Pueden llorar de modo aparentemente inmo-


tivado y con frecuencia

- Pueden moverse sin parar

- Pueden enfurecerse por cualquier cosa

- Pueden negarse a hacer todo lo que se les pide

- Pueden estar agresivos por momentos

- Pueden comer en exceso

- Pueden retraerse

- Pueden intentar contentar a los adultos (y ex-


plotar en estallidos por momentos)

- Pueden regresionar a conductas ya superadas


(con el control de esfínteres por ejemplo)

Y hay muchas otras reacciones posibles.

Considero que es muy importante que entenda-


mos que son modos de decirnos que ellos también
están golpeados por la situación, que no salir a la
calle es difícil, que han perdido sus ámbitos habitua-
les, pero sobre todo por sentir que los adultos están
mal. No tienen elementos para digerir solos esta si-
tuación y suelen no tener adultos disponibles para
ayudarlos a procesarla, en tanto también para noso-
tros ha habido un quiebre con nuestra vida habitual.
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Escuchándolos, voy viendo que cuando los ado- era imposible trabajar con niños muy pequeños de un detonador de múltiples conductas y traer dife-
lescentes toman conciencia de lo que ocurre, entran modo virtual. Pero he podido. Esto sobre todo con rentes consecuencias. Creo que la disyuntiva que se
en pánico. El cuerpo es siempre en la adolescencia aquellos con lo que estaba establecido un vínculo presenta es entre 1) la solidaridad, el armado de
una especie de extraño y suponerlo enfermos los in- transferencial muy fuerte. Así, es posible continuar redes afectivas, la colaboración y el cuidado mutuo
quieta. Suelen fluctuar entre la omnipotencia abso- el tratamiento con un niño de tres años que me o 2) el individualismo, el repliegue sobre sí mismo,
luta, con la desmentida de la situación y la sensación muestra sus juguetes (y yo estoy con los que él utiliza el temor al otro y la ruptura de los lazos. Esto remite
de fragilidad y de muerte inminente. El temor no es en el consultorio) y él se alegra cuando me ve y du- claramente a la disyuntiva entre Eros y Tánatos. Por
ya tanto a la muerte de los adultos sino de la propia. rante un tiempo (que es variable), nos comunica- un lado la fuerza inscriptora, ligadora, de armado de
Un cuerpo cambiante, al que sienten frágil en el mo- mos a través de la pantalla. U otro de cinco que juega nuevos recorridos y la consideración del diferente
mento en que se toma conciencia de la posibilidad a aparecer y desaparecer con el celular y me va mos- como semejante y por otro la ruptura de lazos, el
de la propia muerte, se contrapone a la idea siempre trando las diferentes partes de la casa. Los que están quiebre de ligaduras, la irrupción del “sálvese quien
presente en esta etapa de la vida: “a mí no me va a en edad escolar generalmente pueden sentarse frente pueda” y el otro como enemigo potencial. Me preo-
pasar nada, haga lo que haga”. a la pantalla y pueden hablar, dibujar y hasta com- cupa que en la desesperación por no enfermar de un
partir algunos juegos de mesa o un juego dramático. virus terminemos enfermando de terror, odio, ego-
¿Cómo acompañarlos? ¿Cómo comprender que Muchos niños vienen hablando mucho, contán- ísmo y soledad. En definitiva, una nueva versión de
necesitan sostener las redes con amigues (de manera dome lo que no pueden decir en la casa, por temor la dificultad para convivir, tolerar las dificultades y
virtual), que muestran la angustia del modo en que a destruir a sus padres. afrontar el sufrimiento colectivo. Nuevamente, un
pueden y que ellos también están saturados de una A la vez, en momentos en que los padres suelen problema global se vive como puramente individual,
información que les cuesta procesar? ¿Cómo dar desbordarse, están agotados y desorientados, es muy predominando una actitud de alerta y terror al ex-
lugar a los temores por su vida y por la de la gente importante escucharlos a ellos y a su desesperación. traño. Y creo que la única manera de salir adelante
que los rodea? El encierro puede resultar una segunda situación in- todas y todos es armando redes solidarias, enten-
Quizás haya que tener en cuenta de que cuando tramitable y cuando esto se da con los niños, puede diendo que no es metiéndose en una isla que se
toman conciencia de esto se desesperan y es posible traer complicaciones. puede resolver sino intentando estar con los otros,
que se enojen. Quizás sea un momento para abrir cuidándonos y cuidando. La salida es colectiva y es
canales de escucha más que para exigir cumpli- Escucharlos, intentar sostenerlos, puede ser una importante que sostengamos Eros, como ligazón, ar-
miento de tareas… Y de darse cuenta de la fragilidad salida para que las niñas y los niños no queden solos mado de nuevos caminos, lazos con otros… Y tra-
que sienten en medio de la tormenta. y, sobre todo, para que al virus no se le sume la vio- bajar en la clínica y frente a las urgencias del
lencia, que es el riesgo del encierro endogámico. La momento con la idea de que todo esto tiene que ir
Sobre los tratamientos durante la violencia contra los niños es una cuestión clave a armando un tejido y en algún momento poder ser
pandemia: lo virtual… prevenir. historizado, es decir, que esta sucesión de situaciones
vividas como golpes se transformen en historia.
No tengo duda de que es muy importante soste- Estamos en una encrucijada…
ner los tratamientos en estas circunstancias. Pero el
modo ha variado mucho. A la vez, he tenido muchas Me parece que nos encontramos en una encru-
sorpresas. Por una parte, siempre he pensado que cijada, que el virus que nos amenaza puede resultar

Los
A
escala planetaria todos padece- ración de la vivencia traumática. No obstante,
mos una situación común: el ambas metas quedan hipertrofiadas cuando se
temor por la pandemia, el abru- transforma información en abrumamiento y elabo-
mamiento por la cuarentena y, a ración en repetición masoquista.
su vez, la incertidumbre que

Coronautas: cruza de uno a otro término. Lo planteo así para


sintetizar, aunque soy conciente que los afectos se-
ñalados (temor, abrumamiento e incertidumbre)
II. El modelo defensivo para Freud se da en dos
tiempos: la fuga ante un conflicto y la sustitución.
Si no hay opción de fuga las alternativas son recu-
tienen matices e intensidades diversos en cada rrir a modalidades defensivas más nocivas o pensar

pacientes y quien. Hoy somos todos coronautas, navegamos


una espacialidad signada por la presencia amena-
zante del COVID-19, aunque como anticipa el tí-
la realidad de modo más sofisticado.

III. Se condensan tres posiciones complejas en


tulo me referiré específicamente al vínculo su simultaneidad: cuidarme a mí, cuidar al otro y
terapéutico. cuidarme del otro. Preservar la propia salud pugna

analistas en La restricción para salir con la consiguiente re-


tracción respecto de la realidad resulta lo más sobre-
en cada quien con las singulares alteraciones de la
autoconservación; cuidarse del otro puede despa-
bilar vivencias persecutorias de diversa intensidad.
saliente, es decir, queda temporalmente suspendido Finalmente, cuidar al otro exige un esfuerzo de re-

cuarentena uno de los escenarios en que, según Freud, desple-


gamos y resolvemos nuestros sufrimientos. ¿Cuáles
son, entonces, los efectos posibles en nuestras con-
nuncia pulsional cuyos límites Freud detectó en los
sifilíticos. Su angustia, dice, “proviene de su violenta
lucha contra el deseo inconciente de propagar su in-
ductas autoplásticas cuando están limitadas las ac- fección a los demás; en efecto, ¿por qué debían estar
ciones aloplásticas? infectados ellos solos, y apartados de tantos otros? ¿Por
Sebastián Plut qué no deberían estarlo estos?”
Aspectos globales
IV. La desconfianza se une con fantasmas sobre
I. Hablar sobre la pandemia es comprensible y la propia supervivencia (el otro me contagiará o se
necesario para estar informados y porque nos em- llevará todos los alimentos del almacén) o puede
puja nuestra pulsión de sanar que solicita la elabo- encender la xenofobia. Poco contribuye a atempe-
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rar esta versión la retórica belicista: “casos sospecho- estados propios y por ende que exijan más trabajo las sesiones de ese modo, otros prefieren no hacer-
sos”, “enemigo invisible”, “denunciar al que no cum- singular; por otro lado, tratar a los estados propios las, por falta de privacidad, por preocupaciones eco-
ple las normas”, “estamos en guerra” e, incluso, como si fueran la realidad, en cuyo caso nos defen- nómicas o por entender que no están pasando un
distinguir entre “autóctonos e importados”. Tam- deremos de lo propio como si fuera del mundo ex- momento conflictivo. En cualquier caso el analista
bién puede enseñorearse en versiones conspirativas terno. Ya hace muchos años W. Reich aludió a la puede mantener un contacto periódico, un mensaje
(un ataque del Pentágono a China, un invento de identificación con una realidad frustrante. preguntando cómo están, pues así cumplirá dos
los laboratorios, etc.). funciones: ante quienes sienten que la realidad los
VII. Vivir supone sentirse amado desde dos ha abandonado, no formar parte de esa presunta re-
V. David Maldavsky propuso tres parámetros fuentes: el superyó-ideal del yo y la realidad. Desde alidad; antes quienes sienten que no hay malestar
para pesquisar el alcance de un trauma social: a) ambos lugares el ello significa su amor al yo, y si alguno, no representar a un personaje banalizante,
si es posible el nexo con lo diverso: aquí cobran tales tributos no ocurren el yo padece una desinves- a un personaje que cree que no pasa nada.
importancia la inundación monotemática y la res- tidura (tanto desde el narcisismo como desde la au-
tricción en nuestras actividades. La imposibilidad toconservación) que puede conducirlo hacia el II. Los imperativos, en el mejor de los casos, son
de “hacer otra cosa” reúne prohibiciones decreta- dejarse morir. eficaces en el campo de la acción, pero no logran
das y la urgencia por zambullirnos en todo dato gran cosa en el terreno del pensamiento y, mucho
sobre la pandemia; b) cuánto se ve trastornada la VIII. Tres políticas se combinan en un precario menos, en el afecto, al que precisamente Freud en-
cotidianeidad: resulta de dejar de hacer todo aque- equilibrio: la sanitarista, para que el número de con- tendía como no domeñable por el yo. Es decir, los
llo que hacíamos a diario, de la supresión de nues- tagiados y muertos sea el menor posible; la econó- profesionales de la salud mental no debemos sugerir
tros trayectos habituales, laborales, familiares y mica, para que los problemas que sobrevendrán (¿imponer?) “no tenés que tener miedo”, pues nadie
sociales.; c) la relación entre incitación exógena y produzcan la menor cantidad de estragos. Por úl- disipa un malestar por obra de un consejo. Si per-
coraza de protección antiestímulo: el virus ocupa timo, la referida a la salud mental, para que al final sistimos en esos propósitos corremos el riesgo de
el primer puesto entre las incitaciones exógenas, el estado de los ciudadanos no sea como el de aquel convertirnos en representantes de una instancia sá-
no obstante muy de cerca lo acompañan el bom- jasen (cantor de sinagoga) que Freud describió en dica ante la cual el sujeto angustiado no solo con-
bardeo informativo y la catarsis alarmista a los que una carta a Arnold Zweig: “vivir, va vivir; pero can- servará su pena sino que, además, sentirá que es
estamos expuestos. tar, no va a cantar más”. juzgado de inútil. Es posible que lo central en quie-
nes padecen sea la necesidad de dar cabida a los
VI. Hay múltiples variedades en la medida en Problemas clínicos afectos penosos y disponer de algún testigo e inter-
que la retracción de la realidad conduce a una re- locutor y no tanto un consejero de buenas prácticas.
tracción libidinal, cuando ya ganan terreno el de- I. Es casi nula, a mi juicio, la importancia del de-
sinterés por el mundo y/o la sensación de que el bate sobre la validez de la terapia por video llamada. III. Tres películas evocadas, tres vivencias res-
mundo no se interesa en uno. ¿Cuáles son, entonces, Más bien los analistas debemos reflexionar sobre pecto de la realidad:
los riesgos a los que estamos expuestos, más allá del nuestra función en ese encuadre y bajo las condi- a) Gravity: expresa la vivencia de quien se ha
virus? Por un lado, pueden tornarse más visibles los ciones actuales. Algunos pacientes desean sostener quedado afuera, que habría lugar donde volver pero
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el sujeto ha quedado absolutamente ajeno a esa po- Freud, dirige sus investiduras egoístas (que permi- deseante por pensar que hay un futuro.
sibilidad; ten identificar las propias necesidades) y de interés Guillermo Saccomano señala que si Pablo Pi-
b) Terminal: la parálisis del sujeto ya no es por (que se dirigen al objeto capaz de satisfacer tales re- casso pintó la guerra en el Guernica, Francis Bacon
su propia posición sino porque ya no existe lugar querimientos) para resolver las exigencias de aque- se ocupó en sus cuadros de las consecuencias ínti-
donde retornar; llas pulsiones del yo. También decía Freud que el mas de aquélla. Este es, pues, el mundo que nos
c) El pianista: el sujeto no se encuentra alejado, trabajo une firmemente al sujeto a la realidad, de ocupa en las sesiones a los analistas, un terreno pri-
afuera de su lugar, sino que forma parte de la deso- modo que la autoconservación –que precisa de vilegiado para conocer, entender e intervenir en esa
lación. Esta última vivencia es similar a la que co- nuestro trabajo- es un estímulo para evitar la ten- intimidad que también es la nuestra.
mentó un sujeto en los hechos concretos: salió a dencia a la desconexión. Un problema clínico, en- Hoy todos somos coronautas, todos estamos
comprar unas bolsas de residuos y en el primer ne- tonces, es el posible conflicto entre ética y unidos por el temor y la incertidumbre. Pero
gocio que preguntó no había. Luego fue a otro co- autoconservación, es decir, entre los imperativos luego, cuando recuperemos nuestra diversidad
mercio y lo desalentó la extensa fila que había en la que nos orientan en la clínica y las necesidades del ¿podrá la especie humana hallar algún otro factor
calle. Finalmente, en un pequeño almacén le ven- analista. Diré solamente que la autoconservación de afinidad?
dieron solo dos, pues no tenían más. Estimo que su opera, siempre, como telón de fondo y desde ella,
vivencia se fue alimentando desde el momento en transformaciones mediante, debemos elaborar cuá-
que pensó conseguir tales bolsas, ya que posterior- les son los modos pertinentes –según las premisas
mente la sensación que lo invadió es que en la calle de nuestro trabajo y la singularidad del paciente-
todo era residuos. para sostener el vínculo analítico. Si no lo hacemos
el riesgo será el abandono del paciente y el arruina-
IV. Rostros y tonos de voz de los pacientes dan miento económico e intelectual del analista, sola-
cuenta del paso de los días. A su vez, la monotonía mente para disimular un interés que, ni más ni
se advierte en lo que relatan. He propuesto a algu- menos, corresponde a la realidad de todo sujeto.
nos colegas un recurso valioso: preguntar si el pa-
ciente recuerda algún sueño. El propósito es la Cierre
reconexión con algo más propio, más genuino de su
subjetividad y que permita rescatarse de la mencio- No me cuento entre quienes imaginan que luego
nada monotonía. de la pandemia el ser humano será más bondadoso,
menos egoísta, más solidario. Sin embargo, intuyo
V. Entra en juego también la autoconservación que en el fondo de los pronósticos que anuncian un
del analista, esto es, el modo en que, como decía mundo pacificado se halla algo genuino, el esfuerzo

La experiencia
de la alteridad
Q uizás uno de los ejes más con-
venientes para abordar la iné-
dita experiencia que hoy
estamos atravesando sean las
diferentes formas en que se
presenta la alteridad. Tomemos el tiempo, por ejem-
plo. Eso que se da en llamar el tiempo subjetivo -un
del virus y la pandemia: ésa impuesta por el Otro
vértigo, el de producir, correr, estar, jamás hacer
falta.

Una experiencia: el Otro cuerpo

Por ejemplo, desde que comenzó la cuarentena


rumiar que corre muy diferente del que marcan las han emergido los sonidos de mi hogar: el ruido de
agujas del reloj-, hoy se escapa de toda estadística, un pájaro, los quejidos de la madera que se hincha

en tiempos de información, dato duro o como quiera llamarse a la


“realidad objetiva”: ésa, que como bien sabemos,
por la humedad, el zumbar de alguna mosca, la
gota de alguna canilla, los pasos de la gata, hasta
puede ser cualquier cosa menos objetiva. Es que el el sonido del auto que pasa parece remoto, como
contraste entre el tedio, el aburrimiento, el vacío de si viniera de otro barrio o ciudad. No sé si es

cuarentena las horas que pasan sin que se les pueda encontrar
utilidad o tarea alguna, contrasta con el vértigo
que impone el avance de la pandemia en nuestras
mejor o peor, poco importa de hecho. Digo que
me sorprende. Me sorprende los diferentes cuer-
pos que uno puede portar. El cuerpo apurado,
cabezas. Una avalancha de posibilidades, por lo apremiado,
general nefastas, que nuestra imaginación –puesta
Sergio Zabalza de rodillas ante el miedo o el terror- produce de cuyos sonidos no van más allá del teclado de la
manera vertiginosa y que nos deja… alterados. compu, y este cuerpo, no sé si relajado pero…
Al respecto, muchos comparan el confina- como atento, quizás a una finitud, porque lo que
miento al que la cuarentena obliga con la expe- se vive es esto, lo que hay es este momento, la exis-
riencia de los astronautas en sus vuelos espaciales. tencia está aquí, en este Otro cuerpo detrás del
Bien podríamos decir que en nuestro caso la nave cuerpo. Este Otro cuerpo pasea por lugares dife-
es la imaginación viajando a la velocidad del rayo rentes, habita los espacios. Conoce sus habitantes.
mientras nuestros cuerpos se inmovilizan en pe- Descubre rincones. Ayer advertí que el bastón de
queños receptáculos a los que se los suele llamar mi madre me miraba entre dos robustos muebles.
hogares. Tomé el bastón, caminé unos pasos, adopté la po-
sición que ella solía emplear para transitar en su
El hogar se ensancha, sin embargo, cuando casa. Caminé con ella, solía estar orgullosa de su
aparecen las palabras, sobre todo aquellas que se fuerza para vivir, para pelearla, ponerle el pecho
animan a sacarse la escafandra para así decir algo. a las adversidades. No sé usar un bastón. Hay que
Es que uno de los más sorprendentes hallazgos en usar el Otro cuerpo, dejarse ayudar, aceptar que
estos días tan particulares es darnos por enterados solo no se puede. Ayer conocí cosas de mi madre
de la cuarentena a la que estábamos sujetos antes que no sabía, hablé con ella, creo. Estaba ocupada,
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 9

en otra cosa, fueron instantes. De hecho, en el ámbito de la práctica psicoa- como analista conviven con el propio rostro en un
Creo que estaba cansada de esos papeles y nalítica se suele trazar a grandes rasgos una divi- rincón de la pantalla, más de una vez he interve-
cosas viejas que guardo sin saber para qué. Me sión entre las problemáticas del Otro y aquellas nido para decir: “¿Y, cómo anda mimismo/a?”. Lo
pidió que la deje ir, que necesita estar más liviana, propias del sujeto. cierto es que cuando un sujeto advierte que el
que está en otra cosa. Y si, es cierto, para estar con Las primeras refieren, por ejemplo, el sufri- principal desafío de la cuarentena reside en la re-
el Otro cuerpo hay que estar liviano, casi vacío, en miento resultante del abandono, los enojos o el lación con el Unomismo/a, se abre un interesante
cuarentena. Es que habitar los rincones del hogar desprecio que el paciente relata respecto de su margen de maniobrabilidad; se disipa la nefasta
te hace extranjero, de visita, dispuesto a dejarte vida de efectiva y actualizada relación. En el se- amenaza de estar sujeto a los vaivenes de las noti-
tomar por una suerte de novedad que tiene su gundo caso se trata de esa torturante murmura- cias; de los agoreros; de los haters; de los caprichos
propio idioma, su propio tiempo. ción que impide dormir, tomar decisiones, del Otro y sobre todo del terrorismo del “ ¿Y si…
Costumbres muy singulares. Hay que entrar concentrarse en el trabajo, que alimenta pensa- ?”: en cuyos puntos suspensivos entra cualquier
con sumo respeto, allí hay gente que está en lo mientos funestos, autoreproches, y otras tantas absurda tontería: “ ¿Y si el tipo que estornudó es-
suyo, nobles, dedicados. No pierden ni un se- desgracias que las psique nos suele dedicar. Si bien taba contagiado?”; “ ¿ Y si la manija que toqué es-
gundo, están en cosas importantes, saben que no es cierto que ambas presentaciones (aquellas re- taba infectada?”; “¿ Y si me enfermo?”. Una suerte
saben, por eso escuchan. Y así hablan, tejen histo- feridas al Otro y al sujeto) remiten en definitiva al de deriva insensata cuyo empuje lleva al desánimo
rias remotas, lejanas, desde otro tiempo. Como esa sujeto, en la vida “normal” las personas logran de- y la inacción y para la cual el corte de sesión suele
vecina que yo nunca había visto antes de la cua- positar en el semejante muchas de los sinsabores ser un muy buen recurso.
rentena, pero que había escuchado a mi gata que que en realidad no son más que reflejos de sus
se había perdido, porque la había visto en el ma- propios fantasmas. A modo de conclusión
cetero que había en el escaloncito de madera que Sin que esto suponga desconocer las efectivas
había en lo del vecino, porque la había escuchado ofensas que el entorno nos pueda haber infligido, Se habla de que este tiempo puede ser una
y que entonces había tocado para decirme que la siempre hay un jefe, un padre/madre o pareja a oportunidad, de que la pandemia asestó un golpe
había visto, que se había perdido porque la había quien atribuirle el origen de nuestras amarguras mortal al neoliberalismo, que el estado va a reco-
escuchado. y así no darnos por anoticiados de la responsabi- brar protagonismo en la vida de las naciones; que
Si. Claro que esta persona que ahora me habla lidad que nos cabe por nuestros reveses anímicos. podremos lograr una convivencia más humana o,
desde la vereda que da a mi ventana escucha. Es- Ocurre que en estos días de encierro a los que la si se quiere, menos tonta y cruel (de hecho el pre-
cucha muchas cosas. De otra manera. Habita Otro cuarentena nos conmina, en muchos casos (por sidente francés ha dicho que el estado de bienestar
espacio, Otro tiempo, Otro cuerpo. Tanto que no ejemplo: los que viven solxs) ese Otro pierde ac- y la salud pública son bienes preciosos); y varios
sé si la gata se perdió para que la vecina la escu- tualidad para dejar lugar a una identidad que el etcéteras más. Pero si es verdad que “lo colectivo
chara. Tanto que no sé si en realidad el perdido lenguaje ha dado en llamar: Unomismo/a. no es nada sino el sujeto de lo individual” (3),
era yo que nunca supe de los paseos de mi gata, Un partenaire cuya primera cualidad consiste poco podremos avanzar sin dar un paso hacia
de las ventanas, de la noche, ni de que mi madre en parecerse muy poco a la persona. (¿Por qué cierto nivel de conciencia en lo común, esa expe-
está cansada de las cosas que guardo para no de- justo a mí me tocó ser yo? – se preguntaba Feli- riencia de la alteridad que nos permita sacarnos
jarla ir. Spinoza decía: “no he creído que erraba al- pito, el amigo de Mafalda para probar que cuando la escafandra sin la necesidad de encerrarnos
guien a quien, hace poco, oí gritar que su patio de develar las encrucijadas subjetivas se trata, tanto.
volaba sobre la gallina del vecino, a saber, porque nada mejor que un artista: Quino, en este caso).
me parecía asaz claro su pensamiento (…) de ma- Ahora bien, ese Unomismo/a es un virus de cui- Referencias Bibliográficas
nera que lo que creen ser errores y absurdos en el dar. Por lo general se presenta como insatisfecho,
prójimo, no lo son” (1). Si, hay otras maneras de mala onda, ortiva, irritable, es huacho: te empuja (1) Spinoza, Baruch, “Ética demostrada según el orden
percibir la existencia, otras maneras de escuchar a hacer cosas que después te recrimina, te hace geométrico”, México, FCE, 2002, pp. 93 y 94.
y experimentar, y de estar atentos. Otra sensibili- sentir culpable si te va bien, insignificante si te va (2) Jacques Lacan, “Hablo a las Paredes”, Buenos Aires,
dad. Pero no se puede vivir sin la escafandra mal. Tanto que muchas de las cosas que hacemos Paidós, 2012,
mucho tiempo. O sea que este momento de alte- en nuestra vida están para no escuchar a este par- (3) Jacques Lacan, “El tiempo lógico y el aserto de certi-
ridad terminó cuando tomé nota de la hora para tenaire insaciable, demandante, capaz de vestir dumbre anticipada. Un nuevo sofisma”, en Escritos 1, Bue-
practicar mis ejercicios. Hay que cuidar el cuerpo. todo tipo de disfraces con tal de sumergirnos en nos Aires, Siglo XXI, 1988, p. 203, nota 7.
Convivir con diferentes demandas. el desasosiego. En psicoanálisis lo llamamos par-
tenaire/síntoma y todo el trayecto de una expe-
Cómo convivir con el Unomismo/a riencia terapéutica no consiste más que en afinar
esta tan particular compañía, a punto tal que para
Por ejemplo, la pandemia pone en primer Lacan un fin de análisis consiste en identificarse
plano los desafíos más básicos a los que la existen- con el síntoma para así servirse de él. Es que el
cia nos enfrenta. Y no me refiero tanto a las deno- neurótico no hace más que pelearse con Uno-
minadas necesidades básicas desde ya mismo/a: “Hablo a las paredes” (2), decía Lacan al
imprescindibles (comida, techo, educación, salud, ilustrar el muro con que el lenguaje encierra al su-
etc.) sino en este caso a la convivencia con una en- jeto en la cárcel de sus fantasmas: una por demás ASOCIACIÓN ARGENTINA
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Página 10 • Abril 2020 Actualidad Psicológica

Del miedo al
P
etición respetuosa para un acuerdo Y también hay una variación en la emergencia
previo: los seres humanos lo somos de la angustia.
también de miedos. Y celebramos Es Freud quien así lo distingue cuando en el año
que así lo sea porque es ese miedo 1932 vuelve a ocuparse de la angustia en la 32ª de
el que ha ayudado –y ayuda– a las “Nuevas conferencias de introducción al psico-

espanto: la nuestra supervivencia.


Si no tuviéramos ningún temor –como alguno
lo afirma en palabras tales como “No le tengo
análisis: “La angustia y la vida pulsional”, cuando re-
aliza su más acabada síntesis teórico-clínica de la
angustia, formula la hipótesis del “instante traumá-
miedo a nada”– no podríamos prever el peligro tico” o “factor traumático” y hace ésta, su exposición

angustia eventual y actuar en consecuencia.


A este miedo lo llamaríamos lógico. Vale un
ejemplo banal pero de la cotiianeidad: si no temie-
de sus teorías sobre la angustia.
No duda en calificarla como un afecto y pone
el acento en el llamado por otros psicoanalistas
ramos quemarnos apoyaríamos nuestras manos “trauma del nacimiento”.
sobre los fuegos. Alguna vez nos habremos que- Habrá una angustia real – ante un estímulo ne-
Ana María Gómez mado, o sabremos lo que provoca el fuego, y ello gativo del mundo exterior – y la angustia neurótica.
hará que le temamos y nos cuidemos. Martínez Verdú lo resume así:
1) como “angustia flotante o expectante” (neu-
Pero en estos tiempos peculiares que, con casi rosis de angustia).
seguridad quedarán en la historia de la humanidad 2) “vinculada” fijamente a determinadas repre-
como “la pandemia del coronavirus”, los miedos sentaciones (fobias).
pueden escalar y hacer una gradación hasta el es- 3) Acompañando a los síntomas o como “ac-
panto o el horror. Y algo muy diferente es la huida ceso” o “estado” más duradero (histeria y otras neu-
ante el peligro o su evitación a la parálisis del terror. rosis).
Y en toda esa gradación, la angustia. ¿Qué modos y formas de la angustia esta-
¿Por qué la angustia? mos escuchando los psicoanalistas primordial-
mente en estos momentos?
Jacques Lacan dedicó a ella todo un seminario
así titulado – “La angustia” – y en él hace una preci- En primer lugar hay una angustia real – que
sión extraña y reveladora: “ La angustia no es sin ob- Lacan diría deriva de un Real imposible de simbo-
jeto”, o sea: no carece de objeto. lizar, añadimos en su totalidad y que, por ahora, se
Pero ese objeto es peculiar o, más bien, aparece llama “Coronavirus”. Es un peligro que está, existe
de modo peculiar: allí adonde no debe haber nada y nos acecha desde el mundo exterior. Y por ello nos
aparece, en el horizonte apacible, un ente que no es precavemos. Es invisible, intangible, imprevisible y,
esperado. sobre todo incontrolable. Con ella se combina la
Y no, el COVID 19 no era esperado en sus con- angustia flotante o expectante, propia de las neuro-
secuencias. sis. Pero en algunos seres también se vincula a de-
A eso Freud lo llamó lo ominoso, lo Unheimlich. terminadas representaciones haciendo que no sólo
Ese es, precisamente, el objeto de la angustia- se produzcan situaciones fobígenas por doquier,
Angustia: desamarra de los significantes, y agre- sino que recudrezcan ciertos síntomas de las otras
garemos a lo dicho por el psicoanalista fracés, y des- neurosis, como la obsesividad o la histeria.
construcción de las imágenes.
Todo ello va desde esa angustia señal o señal de
En este modo peculiar, a través del cual se pro- angustia hasta las más profundas crisis de la misma.
siguen muchos análisis llamado “on line” o “a dis- ¿Qué hacer desde nuestra práctica, cómo hacer,
tancia”, escuchamos situaciones que escalan esa cuando una frase muy usual es “Si me pasa algo…”
gradación desde el miedo, el susto, el temor, hasta un eufemismo muy extendido en nuestro lazo social
el espanto y el terror. También la desesperación. que ocupa el lugar de “Si me muero…”
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 11

George Duby escribió en su momento un libro zando, amarrando significantes, configurando nue- virus causan una amplia variedad de enfermedades
extraordinario en el cual revisa 1.000 años de mie- vas escenas para morigerar el estrago que ella ha en plantas y animales, incluido el SIDA, el saram-
dos para la humanidad. Conclusión: son los mis- provocado con los unos y las otras. pión, la viruela y la poliomielitis”. Algunas de esas
mos, idénticos. ¿Es tarea fácil? No, no la es pero para ello nos enfermedades ya erradicadas por las vacunas o los
preparamos, nos instruimos, proseguimos nuestro fármacos.
Desde la Edad Media hasta ahora el miedo / los estudio, supervisamos, lo compartimos con colegas, Pues en este caso el huésped somos, como en
miedos, son iguales lo que ha variado fundamental- recurrimos a nuestros propios dispositivos de escu- otros casos, los seres humanos y este virus se ha ex-
mente – y alí sí hay que destacar los progresos que cha, todo tal cual lo ha propuesto Freud para los psi- pandido hasta el límite de la llamada globalización.
ha hecho esa misma humanidad en el territorio del coanalistas. El ensueño de compartir un mundo. Sí, es una
conocimiento – son los medios para combatir los bella ensoñación. La enorme pregunta es qué
agentes causales de uno de los miedos fundamen- Pero en este momento, además de la pandemia forma, modo y manera de mundo queremos com-
tales: el miedo a la enfermedad. El cual en realidad del COVID 19, hay una pseudo epidemia de angus- partir.
no es el miedo a la enfermedad misma, que antes tia que debemos tratar de encaminar en su mode-
mataba por millones sino a la propia muerte. ración a través de un dispositivo que no es el Mientras tanto nos abocamos a nuestra tarea ac-
En el lazo social el miedo a la muerte es tan te- habitual. tual: apaciguar, disminuir, morigerar, SIMBOLI-
mido como la muerte en sí y por tanto hasta se evita Este virus –sin lugar a dudas algo de lo Real que, ZAR las situaciones angustiosas que están
nombrarla. Como decíamos o se sustituye por “si seguramente, ingresará en el territorio de lo Simbó- aquejando, en medio, además, del aislamiento, las
me pasa algo…”, cuestión vital porque en todo mo- lico y de lo Imaginario – no reconoce diferencias ni soledades o la imposición de las compañías, a nú-
mento nos pasa algo, pero se sabe y se conoce que étnicas, ni sociales ni de ningún tipo y su expansión merosos (¿a todos?) los humanos-
no se refiere a cualquier algo, o la negación: “No le de epidemia a pandemia es, también, una conse-
tengo miedo a la muerte sino a sufrir”. cuencia de algo que ilustra claramente Werner Her- Tenemos restringidas nuestras libertades bási-
Retomemos la pregunta: ¿qué hacemos los psi- zog en su documental del año 2016: “Lo and cas; pero el resguardo lo impone en tanto atravesar
coanalistas en estos momentos de modos de la an- Behold: ensueños de un mundo conectado”. esta crisis de la cual, como lo indica la historia de
gustia extendida? nuestra especie, también saldremos.
“Un virus (según el National Human Genome
La propuesta que se nos hace es CONTENER. Research Institute) es un agente infeccioso que está Un anhelo: que salgamos modificados con una
Pero, ¿qué es contener? Según los amigos dicciona- en el límite de lo que consideramos un organismo pretensión de mayor humildad para seguir – al
rios: “Reprimir o moderar una pasión” vivo. Es una partícula mucho más pequeña que una modo de Nicolás de Cussa – avanzando hacia el
Y bien: supongamos que además “del afecto que célula bacteriana, y consiste en un pequeño genoma mayor saber/conocer protagonizado por la Docta
no engaña” la angustia fuese pasional. ¿La reprimi- de ADN o ARN rodeado por una cubierta proteica. Ignorancia, aquélla, precisamente que nos hará más
mos? Ciertamente NO. ¿La moderamos? Sin duda. Los virus entran en las células huésped y secuestran ricos en nuestro patrimonial intelectual y afectivo.
¿Cómo? Como siempre lo hemos hecho: escu- las enzimas y los materiales de dichas células hués-
chando e interviniendo, apaciguando, tranquili- ped para producir más copias de sí mismos. Los

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Página 12 • Abril 2020 Actualidad Psicológica

Pandemonium
H
ace algunas semanas circulaba misma humanidad se encuentra hoy, voluntaria o
en las redes un breve meme de involuntariamente, en situación de aislamiento pre-
texto: «Se ruega a mis amigues ventivo. Esa historia y esa humanidad se ven encau-
y colegas de las asociaciones zadas de ese modo en el túnel indefinido de una
psicoanalíticas no empezar a pausa témporo-espacial sin precedentes. Estado de
Mario Pujó emitir comunicados sobre el coronavirus del tipo suspensión existencial que induce una diversidad
‘algo del lazo social se ve obturado por la presencia inabarcable de posicionamientos subjetivos de los
de lo real, no sin angustia…’, que ya bastante tenemos que, analistas contemporáneos de un genuino acon-
con soportar la cuarentena». Aunque, desde luego, la tecimiento mundial, tenemos el raro privilegio de
advertencia llegaba inevitablemente tarde. Porque ser testigos. Asistimos así a un amplio abanico de
desde el minuto uno, ante semejante emergencia co- reacciones que se despliegan entre el temerario de-
lectiva de angustia, para cada psicoanalista la invoca- safío de la desmentida hasta la perplejidad parali-
ción a lo real era ya una referencia transitada. zante del pánico, pasando por la congoja que duela
En efecto, repentinamente ha aparecido en la re- en su llanto la cotidianeidad de un mundo repenti-
alidad algo que desborda intrusivamente el marco namente esfumado. La pandemia evidencia poder
de esa realidad. Un ente extraño, súbito, imprevisi- convertirse así, subjetivamente, en un verdadero
ble, una criatura ajena al saber que no puede ser en- pandemonium.
cuadrada, por esas buenas razones, en las
coordenadas que configuran lo que aceptamos co- El mientras tanto
tidianamente como constituyendo nuestra realidad.
Y cuya incidencia tiene paradójicamente sobre esa Me refiero solo a una parte de la sociedad, esa
realidad un efecto de irrealización, que a más de porción privilegiada de la población que puede
uno escuchamos experimentar azorado como una transitar el día a día en el confort de sus hogares.
vivencia de pesadilla. Un ‘enemigo invisible’, un en- Una primera observación. El homeworking ha
voltorio proteico microscópico, minúsculo, una advenido impensadamente al ejercicio práctico ha-
nada que revela la fragilidad del ser, una presencia bitual de cada psicoanalista. Llamadas de celular,
que no se sabe muy bien en qué consiste, de dónde audios de whatsapp, videollamadas, zoom, han-
viene, cómo debe ser tratada, cuánto se expandirá, gouts meet, el casi obsoleto teléfono de línea. Cierta
el tiempo que durará, qué consecuencias tendrá, a singularidad propiamente argentina, una generali-
cuántos de nosotros se llevará, interrogantes todos zada transferencia con el psicoanálisis, hace posible
que pujan hacia el fondo del vacío sin fondo de la la prosecución sostenida de las sesiones aún en con-
incertidumbre. diciones de rigurosa cuarentena.
Somos precipitados así, inermes, en el vértigo de Segunda observación. Contra todo lo que podría
la angustia. Lo que en el idioma de los lacanianos esperarse, el paso de los días tiende a transformar la
sitúa el punto de encuentro con el enigma del deseo previsible claustrofobia inicial en una progresiva
del Otro: no tanto qué quiere, sino más éxtima- agorafobia. Los días pasan a gran velocidad en el in-
mente qué quiere de mí, qué me quiere… ¿seré terior de la vivienda, al ritmo de rutinas que se im-
acaso objeto de sus apetencias? Una alteridad abso- plementan espontáneamente en torno a la
luta que se corporiza inesperadamente en una en- preservación de las condiciones de higiene, los ri-
tidad sin cuerpo, una laminilla tanática propensa a tuales de la alimentación, la gimnasia, el descanso,
infiltrarse en las mínimas fisuras de nuestra fami- el cuidado de sí. El celular ha devenido un compa-
liaridad, hasta trastocar el sentido de un beso amo- ñero del alma. Audios, videos, grupos de chat. Dis-
roso, un abrazo fraterno, el apretón de una mano cusiones interminables, música que se intercambia,
amiga. El resultado previsible, un efecto expansivo declaraciones amorosas, sexo virtual, amigos que se
de distanciamiento, aprensión, desconfianza e in- recuperan, familiares alejados que vuelven a comu-
quietante extrañeza. Por esa razón, efectivamente, nicarse. La distancia acerca.
‘el lazo social se ve obturado por la presencia de lo No hay dos sin tres. El balcón ha pasado a ocu-
real, no sin angustia’: la angustia ante lo real de la par un lugar destacado en la topografía de los ho-
muerte. No la muerte simbólica, no la muerte ima- gares que lo poseen. La ausencia de tránsito no solo
ginaria, sino la muerte real, la muerte irrepetible, ha disminuido el ruido de la calle, sino purificado
irrebasable, irrepresentable, la muerte propia. el aire y reducido la polución. La luz es más lumi-
nosa, los cielos más diáfanos. Apertura hacia el ex-
Pero debemos admitir que la imposibilidad de terior y hacia la vecindad, el balcón deviene el
simbolización de lo real no constituye en sí una no- ámbito prioritario de expresión política de la comu-
vedad, cuando esa imposibilidad define precisa- nidad enclaustrada. Pañuelos blancos, banderas por
mente lo que en ese mismo idioma denominamos Malvinas, aplausos que rinden homenaje al al-
real. Lo novedoso a tener en cuenta no es por tanto truismo sanitarista, cacerolazos oposicionistas, con-
su irrupción, siempre imprevisible, sino la contun- trapuntos de la famosa marchita partidaria… El
dente respuesta propuesta a su actual emergencia espacio de la polis encuentra en el remoto aisla-
intempestiva: el estado de alarma, el estado de sitio, miento de pocos metros cuadrados el ámbito de su
el confinamiento, la cuarentena… «¡Quedáte en recreación. La expresión de artistas, tenores y sopra-
casa!» Son los epidemiólogos y no los hombres de nos, grupos de rock, celebraciones cumpleañeras
negocios los que ahora comandan y orientan la convierten también a esos pocos metros en un im-
tarea. provisado tablado. El aplauso colectivo, acto de uni-
En la historia de la humanidad ha habido, lo sa- dad y de comunión, encuentra en ese lugar
bemos, una serie abrumadora de pandemias devas- recuperado la ocasión de un reconocimiento implí-
tadoras. La peste negra, la viruela, la gripe cito del propio esfuerzo a través del reconocimiento
española… Pero de modo inédito en esa larga his- explícito del esfuerzo de los demás.
toria, una proporción más que considerable de esa La pausa del Aislamiento Social Preventivo Obli-
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 13

gatorio transcurre así en la duración indeterminada vacío de antecedentes y de experiencia previa a es- valoración financiera se hunden con una rapidez
del mientras tanto. cala planetaria, empujara a una suerte de ejercicio aún mayor que la de la transmisión del virus. Lo que
compulsivo de adivinación, en una carrera que, al lleva a pensar a muchos estudiosos, en sentido con-
¿Y después? pretender anticiparse a los demás, termina siendo trario a la tendencia de los últimos cuarenta años,
desmentida por la propia velocidad de los aconte- en un resurgimiento del papel del estado y de su in-
«¿Qué importa del después?» –se preguntaban cimientos. En primer lugar, los líderes de distintos tervención regulatoria en los intercambios econó-
Homero y Virgilio Exposito en un tango antológico. países centrales, quienes debieron retroceder ante micos y en la distribución de la rentabilidad. ¿Se
Quizás ese despreocuparse sería el modo más apro- un primer impulso renegatorio, a riesgo de conver- saldará esta crisis de un modo distinto a todas las
piado para atravesar el presente continuo del stand tirse en las mayores víctimas políticas de la pande- últimas crisis, y en lugar de una mayor concentra-
by que nos impone el encierro. Pero lo cierto es que mia. Pero también, una serie notable de ción veremos resurgir la figura protectora del lla-
el después importa, e importa mucho. Un después intelectuales de reconocido prestigio internacional, mado Estado de bienestar?
que no solo remite a los resultados de la pandemia, que parecen haberse sentido impelidos a tener que Un cierto optimismo advertido nos permite qui-
sino también a los resultados económicos de la cua- anticipar una interpretación de los hechos previa a zás anhelar que la actual pandemia deje la definitiva
rentena con la que, a falta de mejor instrumento, se su ocurrencia efectiva. Lecturas que van desde la enseñanza de que la salud es un bien común, así
la contiene más o menos exitosamente. Una incer- maquiavélica conjura conspirativa a una distopía como la cultura y la educación constituyen un pa-
tidumbre que concierne a cada cual en la interro- propia de la ciencia ficción, pasando por alguna trimonio común, y la preservación del medio am-
gación por su supervivencia y la de su seres profecía que augura el advenimiento de un mundo biente exige el cuidado de la casa común. Salud,
queridos, como por la eventualidad del futuro de luminoso que consumaría finalmente una gran re- educación, medio ambiente, no deberían entonces
planes, proyectos, ambiciones, deseos, en fin, esos conciliación comunitaria. administrarse desde ningún espíritu particular de
sueños que han demostrado entrar en cuarentena Por cierto, el aislamiento poblacional a escala rentabilidad, sino quedar en manos de la organiza-
junto a sus soñantes. No hay certezas, no hay garan- mundial es un hecho sin antecedentes en la historia. ción colectiva de nuestra propia comunidad. Es un
tías, no hay previsibilidad, el después es apenas una Un acontecimiento solo viable por la participación anhelo que daría razón al ideograma chino según el
conjetura. Una conjetura oscurecida por los temo- y la decisión de los diversos estados que, como tal, cual una crisis es una oportunidad.
res y coloreada por los anhelos. Una conjetura con marcará previsiblemente un antes y un después en Aunque la experiencia también enseña que al
la que muchos no pueden dejar de torturarse. Una la administración de la economía global. Evidente- optimismo de la voluntad es necesario contraponer
conjetura fantasmática. mente, ha sido la sumatoria del poder de esos esta- el pesimismo de la razón. Para tener presente que,
La dinámica de la pandemia, la rapidez de pro- dos y no la mano invisible del mercado la que ha parafraseando a Hobbes, en las actuales circunstan-
pagación del virus y del contagio de la infección, hecho factible la concreción de semejante conjun- cias podríamos asimismo afirmar: homo virus ho-
deja en falsa escuadra a una legión de predictores y ción planetaria. Y lo ha hecho en contra de los inte- minis. El hombre es el virus del hombre.
vaticinadores de un orden variopinto. Como si el reses del mercado, cuya producción, comercio y

P
areciera que, contra Freud, del trío ciada reducción a lo biológico que floreció en la dé-
de heridas infligidas a nuestro nar- cada del cerebro de los años 90.
Vivir a la cisismo por él mentadas, hubiéra-
mos olvidado las infligidas por
No es raro que, en estas condiciones, la inter-
pretación caiga en una repetición que Freud supo
Copérnico y por Darwin quienes, ver como un fenómeno tanático mal integrado a la
descentrándonos en el universo y en el mundo de corriente vital de Eros. Con ello, el inconsciente
lo viviente, respectivamente, precedieron a la infli- vuelto texto interpretable se desligó del lugar cós-
intemperie gida por el inconsciente al quitarnos la ilusión de
ser “dueños en nuestra propia casa” (Freud, 1917).
mico y biológico de nuestra existencia material y
sensual en un mundo que encontramos, que nos
Como si Copérnico y Darwin hubieran sido pasos hace y que nos excede, por más que nuestra aven-
progresivos, una vez mencionadas las tres heridas tura vertical en el planeta logre transformarlo a tra-
se deslizaron post Freud hacia ser vistas como una vés de la acción, la razón y la palabra.
Marcelo Pakman *
cronología que culminaba en el inconsciente freu- El privilegio de contar con nuestras tecnologías
diano. El olvido de esos pasos precursores, afian- de comunicación a distancia en estos días, mientras
zado por el giro lingüístico del pensamiento del nos aleja de las condiciones de aislamiento extremo
siglo xx, volvió más difícil sostener la continuidad en que nuestros antepasados vivieron otras pande-
entre el mundo copernicano, el darwinista y el freu- mias y epidemias, suplementa al refugio narcisista
diano, que son simultáneos y entrelazados concep- en la reiteración de lo consabido y transforma a
tualmente. Sin esa continuidad efectiva, en lugar de nuestras pantallas, ventanas virtuales, en espejos
asegurar el sostén permanente y enriquecedor de también desvitalizados de nosotros mismos. Al
esas heridas narcisistas se facilita una inversión de mismo tiempo, lo que retorna en estos días como
carácter justamente narcisista. ominoso en la naturaleza que logramos aún ver
Distanciados o disociados de nuestra propia in- más allá de nuestras puertas y ventanas, es el espec-
serción filogenética, de carácter físico-químico, en tro de la materialidad sensual rechazada que nos
el universo, por una parte, y del sentido corporal constituye y excede, embrujando la nube de inter-
primario que inaugura las primeras distinciones pretaciones en la que aprendimos a refugiarnos,
onto-genéticas previas a la adquisición del habla,
por la otra, el camino se abre para el encierro en
una versión desvitalizada de nosotros mismos, Atención psicológica on line
como si sólo fuéramos seres hablantes instalados en
el mundo del significado y la interpretación. Esta whatsapp ­ skype
reducción de nuestra condición a ser texto omni-
presente enrareció la atmósfera que respiramos
mucho antes que el virus de la presente pandemia Psicólogos de Buenos Aires
lo hiciera en nuestros cuerpos y tiene consecuencias +54 11 3 049 1305
tan malas como las más frecuentemente denun-
Página 14 • Abril 2020 Actualidad Psicológica

aunque puede llegar a agobiarnos como el callejón la palabra divina hoy tan vergonzante en el mundo méricas (importantes para quienes piensan la epi-
sin salida del romance especular de Narciso y Eco. intelectual, o bien de reemplazarla por otra palabra demiología pero no para cuidar de los nuestros),
cuasi divina de base científica. asegurando una actividad física que desentumezca
¿Pero qué queda si logramos contener la inter- el cuerpo, respirando el aire que casualmente va ga-
pretación de lo consabido? Para quienes todo es in- No se trata de repetir interpretaciones abstractas nando en pureza a medida que la actividad indus-
terpretación no quedará nada, una mera utopía. de significados que se agotan en callejones sin sa- trial y el transporte se ralentiza, asegurando la
Pero esa misma formulación puede ser parte del en- lida, ni de abandonar el campo para refugiarse en alimentación, pidiendo y brindando ayuda, ha-
globamiento narcisista que sufrió el argumento una supuesta biología a la que pudiéramos acceder ciendo si podemos nuestros trabajos, acompañando
freudiano con el que partimos. La interpretación sin mediación alguna de un modo directo e incon- en la incertidumbre de lo que está por venir, etc.
florece en el interior de la palabra que con acento taminado. Ahora que debemos permanecer ence-
en el significado crea un mundo textual cuya única rrados nos llega con esa intemperie temida el aire Vivir a la intemperie es vivir en el sentido de la
materialidad pareciera ser la del significante, el fresco pero escaso de alejarse de lo consabido y re- experiencia, lo nuevo que aturde y no cesa y su
mundo hecho signo. Y es proclive también a florecer encontrarse con el sentido corporal que está en la com-posibilidad con lo consabido, haciéndolo po-
en los interiores a través de cuyos marcos conectores raíz del significado, a mitad de camino entre una sible a la luz de la aparición, la llegada o naci-
(puertas y ventanas) nos vinculamos y alejamos del corporalidad inanimada y una mente desencarnada. miento a la presencia de aquello que nos trae a
mundo, hoy amenazante como nunca, arquitecturas El significado verbal reflexivo es el modo más nosotros como existentes más allá de lo que sole-
de la representación que termina de condenar la efectivo de comunicar acerca de lo específico pero mos ser y decir, reacomodando lo que considerá-
presencia como utopía. esta ventaja conlleva una abstracción que se aleja de bamos esencial. Se trata de encontrar en el sentido
los mecanismos corporales sensorio-motrices que señales de vida que el englobamiento tanático en la
Sin embargo, encerrados en nuestros refugios y inauguran el sentido como inclinación temprana palabra consabida excluye como posibilidad. De
realidades virtuales nos sentimos, paradójicamente, que permite aprender, por ejemplo, que no todo lo vivir en el sentido corporal, material y sensual que
a la intemperie, devueltos a la presencia del mundo, que vemos puede ser tomado con nuestras manos, habitamos como infantes sin habla, que no es el
presentes de un modo que vivimos como irreal que no todo lo alcanzado puede ser comido si bien del significado sino el de su raíz en la corporalidad
como si la realidad de la naturaleza nos resultara ex- lo intentamos en el seno de la díada temprana, y temprana que encarna al mismo tiempo una incli-
cesiva. Como todo lo que nos señala que llegamos tantas otras cuestiones que hacen a nuestras orien- nación ética hacia una vida mejor. De vivir en el
tarde, que no estamos en el centro de un mundo taciones básicas como aprendizaje a habitar un afuera de nosotros mismos, en lo abierto, el evento
hecho a nuestra medida, el evento pandémico nos mundo material y sensual. De allí que, para habitar ambiguo e integrarlo en la imaginación como una
enfrenta a una singularidad a la que, sin embargo, la intemperie sea importante contener la interpre- búsqueda inmanente a una vida que valga la pena
tendemos a enfrentar con repeticiones de lo consa- tación abstracta y retornar, por así decir, a nuestras de ser vivida.
bido propias de quien extraña la ceguera anterior. habilidades de sentido facilitadas por una situación
Contener la repetición de interpretaciones de en la que la atención a nuestras necesidades corpo-
una Psicología que creció con frecuencia a la som- rales permite reflotar nuestras sensibilidades a lo * Me he dedicado a pensar articulaciones entre filosofía,
bra del giro lingüístico y solo atinó a mentar lo real singular, que tienden, cuando se adquiere el habla epistemología, arte y pensamiento crítico con la práctica clínica
como un borde definido negativamente, no implica que se transforma en un atractor poderoso, a ha- de la psicoterapia, la terapia familiar y las intervenciones sociales
que debamos entregarnos a la palabra médica a la cerse invisibles, aunque nunca desaparecen y con- en ámbitos diversos. Soy el autor de Palabras que permanecen,
que, con razón, dirigimos nuestras esperanzas, pero tinúan siendo un fundamento de la comunicación palabras por venir: micropolítica y poética en psicoterapia
puesta al servicio de políticas reaccionarias al ser en contra de lo afirmado por los culturalismos ra- (2011); y los dos primeros volúmenes de la trilogía “El espectro y
usada estos días para no hablar más de inmigrantes, dicales. el signo”: Texturas de la imaginación (2014) y El sentido de lo
de elecciones que probablemente será más fácil Contener la representación de lo significados justo (2018) todos en Editorial Gedisa.
robar en desmedro de la democracia, de crisis eco- consabidos al encontrarnos a la intemperie, es equi-
nómicas que ya estaban en ciernes o haciendo es- valente a lo que decía Walter Benjamin, contra
tragos antes de la pandemia, de las tantas causas Marx, que las revoluciones no son las locomotoras
justas que nos ocupaban, reemplazadas ahora por de la historia sino más bien el acto de usar el freno
un único desvelo. de emergencia para aquellos que viajamos en ese
No se trata entonces de seguir la vía repetitiva tren. Y así dar lugar a prestar atención a nuestras
de la interpretación que descubre lo consabido, corporalidades en situación de emergencia, nuestras
aceptada tantas veces como un regalo que quien la necesidades de cuidado afectivo básico, facilitando
recibe le hace a aquel que diciéndola, nos da de paso el contacto frecuente con gente querida, dosificando
el solaz de estar ante un avatar, por cierto menor, de la lectura de informaciones con intoxicaciones nu-
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 15

Coronavirus: «La palabra es un virus. Quizás el virus de la


gripe fue una vez una célula sana.
Ahora es un organismo parasitario que invade y
absoluta y esmerada negación respecto de hablar
de los efectos del encierro, de acuerdo a la estruc-
tura en que cada uno ha quedado organizado y en
daña el sistema nervioso central. relación con la singularidad subjetiva -valga la re-
El hombre moderno ya no conoce el silencio. In- dundancia conceptual-. Y así se pretende sostener

Pandemia, tenta detener el discurso subvocal.


Experimenta diez segundos de silencio interior.
Te encontrarás con un organismo resistente te
la salud desde el encierro: ¿qué salud?... ah, sí, la
de los cuerpos que no deberían contagiarse con el
coronavirus. ¿Y dejaremos la salud reducida a esa
impone hablar. dimensión orgánica?

angustia y Ese organismo es la palabra.»

William Burroughs, El boleto que explotó


2. Coronado de “prójimo” sea el
semejante.
cit. de Franco Berardi. 2020, p. 35.
Nuevamente surgen, estimulados por las estig-

desencuentro 1. Irrupción. “Como yo has de ser,


matizaciones y la violencia inherente al ser hu-
mano, la desconfianza ante quien está del otro
como yo no has de ser”. lado del “river”. Así se distinguía en algún tiempo
Algunas preguntas iniciales. medieval quién era “de los propios” y quién era un
“rival”.
Jorge Eduardo Catelli

D
e un momento a otro ingresa- La experiencia con el semejante, siguiendo los
mos en una serie distópica: el lineamientos de pensamiento de Freud, puede ser
COVID19 irrumpió y pro- comprendida como la acción inaugural del lazo
dujo efectos a nivel mundial. social. Aquella afirmación freudiana acerca del su-
Día a día surgen nuevos datos, frimiento, que “nos amenaza por tres lados”, pare-
conteo de contagios, de muertes en escaladas es- ciera cobrar un renovado sentido, en la
calofriantes y las indicaciones entre contradicto- intersección de esas tres fuentes: el propio cuerpo,
rias y apabullantes de “quedarse en casa”, “no el mundo exterior y las relaciones con otros seres
tocarse”, “no tocar”, “lavarse muchas veces las humanos. La vivencia de un cuerpo frágil, amena-
manos”, “mantener distancia”, “usar barbijos”, “no zado por la posibilidad de hospedar a un virus que
usarlos”, “hacer máscaras de plástico caseras”, “no inocula un programa “informático” certero y en-
hacerlas porque de nada sirven”, además de las úl- fermante, respecto del que hay que defenderse,
timas sugerencias del Dr. Fauci, de “no volver a porque proviene de un mundo exterior peligroso,
darse la mano nunca más”. constituido justamente por los otros seres huma-
La evidente transformación política y del nos, que repentinamente se erigen como poten-
mundo a la que estamos asistiendo, efecto -¿y ciales transmisores de la peste, cobra renovada
causa?- a su vez de esta misma pandemia, que in- intensidad y presencia cotidiana. La angustia que
tentan capitalizar muchos de quienes encarnan el ya no se agota en sus señales, anticipándose al pe-
ejercicio del poder, muestran reacciones dispares ligro, comienza a presentarse en un modo conti-
y por momentos desesperadas: decretos cuyas fir- nuo y agobiante. Y ahora un poco más alertada,
mas son empujadas por la opinión pública, la bús- ante la proximidad de los otros. Es el último factor
queda de una suba de la popularidad, junto a referido, “los otros seres humanos”, el que es plan-
videos circulantes de épicas proezas que muestran teado por Freud como “el sufrimiento [que] quizá
a los mismos políticos en un rictus a veces maní- nos sea más doloroso que cualquier otro”.
aco, otras presumiblemente serenos, pero con ras-
gos disociados que expresan terror, desconcierto Así como “vecino” es la palabra que usamos
o actuaciones patéticas de estudiantes de teatro de para designar a la persona que vive en el mismo
nivel inicial. barrio o aquellas cosas que están cerca, nuestro
Los cuerpos vuelven a ser, cada vez en un vecino es aquel que habita una vivienda cercana a
mayor primer plano, bastiones sitiados del biopo- la nuestra y las ciudades vecinas son aquellas que
der y renovados objetos de la biopolítica, siendo están situadas en los alrededores de la propia. El
nuestras casas -para quienes alguna tienen- las vecino, cercano, el siguiente, el próximo, el Nach-
nuevas celdas del panóptico. La convocatoria ma- bar, es como neighbour, aquél que está a continua-
siva desde el poder en su biocontrol, es eficaz en ción, al lado, cerca. Cada uno sabe cuántos
el desarme de la colectivización, la instalación de problemas podemos tener con los vecinos y todos
la sospecha respecto del otro, la estimulación de los sufrimientos que pueden y suelen provenir de
la denuncia y la vigilancia cada vez más aguda de esos vínculos con esos otros seres humanos, junto
las poblaciones, ahora a condición del terror di- también, con la potencial solidaridad, cercanía y
fundido por los medios masivos de comunicación, lazo social. El vecino puede oficiar de represen-
asociados con la singularidad del morbo de cada tante de ese semejante (símil) en quien reencon-
quién y bajo la aparentemente saludable convoca- trar algo conocido, solidario y amable, que puede
toria al encierro y al llamado “home office”. despertar el deseo de cercanía que define ese lazo
Y allí mismo, ante las determinaciones desde –una dimensión del “Nebenmensch”-; o bien re-
el poder, las órdenes contradictorias del extracto presentar al prójimo, (próximo pero ajeno) en
de superyó externalizado en diversas voces de “la tanto el extranjero temido, algo del desconocido
última verdad”, cobran la más contundente reali- que despierta el terror del encuentro con lo irre-
zación, junto a la sumisión generalizada ante el ductible de “lo otro del otro” –otra dimensión de
encierro, el control y la vigilancia, legitimadas por aquél “Nebenmensch”- que despierta el narcisismo
la fuerza pública, con pequeños burócratas enca- de las pequeñas diferencias. La presencia amena-
ramados en su pequeño y autoritario poder, la casi zante del COVID19 soportado por el cuerpo de
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los otros, potencia la peligrosidad de éstos, con lo dad, convocado por la urgencia de otro huésped, cámaras. Al menos la mía, seguro. Tal como ad-
cual surge la primera respuesta: defenderse del quien infructuosamente protagonizaba una es- vertía Freud, me agoto ante la mirada permanente
otro. cena de amenaza de suicidio. del analizante, quien me deja permanentemente
Casi en simultáneo a la llamada “gripe espa- escrutado, como el paciente que no puede dejar
ñola”, Freud cita un trabajo de 1902 de Ernest Se trataba efectivamente de un compañero de darse vuelta en el diván, controlando al ana-
Crawley, quien con expresiones que difieren poco griego, ahora viviendo en aquél edificio en lista. Claro que esto es del orden de la singulari-
de la terminología empleada por el psicoanálisis, común, que -tal vez a condición de la diferencia dad: algunos piden verme más tiempo, otros
señala que cada individuo se separa de los demás de edad, y siendo yo el único profesional gra- llaman directamente sin cámara, algunos mues-
mediante lo que él llama un “taboo of personal iso- duado y más “viejo” a los veintipico de años, de tran las resistencias y sus escenarios transferencia-
lation” {«tabú de aislamiento personal»} y que jus- esa comunidad- había desplegado ciertas transfe- les en olvidos propios de las mejores expresiones
tamente, en sus pequeñas diferencias, no obstante, rencias imaginarias, recuperándolo a posteriori, inconscientes, con teléfonos sin carga, cables de
su semejanza, en todo el resto, se fundamentan los por un rasgo semejante, “ser también del sur”. En carga olvidados y otras delicias de las tecnologías
sentimientos de ajenidad y hostilidad entre ellos. aquél entonces, “extrañar el clima”, “odiar la nieve y su castración, con la que también en estos terri-
En este sentido, se puede tomar la figura del “pró- en el calzado” y soñar una y otra vez con los mares torios, nos vamos encontrando y haciendo tejidos
jimo”, en su dimensión de ajenidad, ¡y respecto del azules de su Grecia natal, eran tema permanente diversos.
cual hay que aislarse! de conversación.
Surge entonces, creo que necesariamente, la Luego de resolver aquella situación de intento Hay pacientes que transfieren la frustración y
pregunta acerca de cómo pasar de “cuidarse del de pasaje al acto, de aferrarse a algo de un discurso el enojo de modo directo y sin escalas. El virus de
otro” a “cuidarse con los otros”. compartido y de haber literalmente “abierto las la transferencia sigue contagioso, activo y dura-
puertas”, pude recibirlo en un improvisado con- dero. Algunos dicen “no poder” por las vías digi-
3. Y el psicoanálisis, aún. Un sultorio armado en aquél edificio, hasta que final- tales, a distancia. Otros “no querer”, como un
deseo decidido. mente regresé a Buenos Aires, mientras que él sintagma determinado y cristalizado por un su-
siguió en Alemania, con la perspectiva de conti- puesto sujeto aparentemente unificado. Es ahí que
La práctica psicoanalítica no dejó de quedar nuar con los proyectos, aún por aquél entonces, voy tentando en cada caso, cosas diversas. En al-
afectada por la cuarentena establecida. El virus ajenos a su deseo, de los negocios de su familia en gunos, envío un mensajito “entre la cita y el
afectó también a nuestros tratamientos y en esa aquél país. enigma”, leyendo las últimas asociaciones escritas
misma afección, las diversas posiciones de quienes en el WhatsApp, en su hora vacía, o más bien llena
llevamos adelante el trabajo analítico con nuestros Con extrañeza, con cierta creencia superyoica de silencio. En otros, llamo y escucho. Otras veces,
analizantes: desde las posiciones más radicales, - de estar intentando algo que no estaba permitido espero.
cada vez las menos- se plantea no poder seguir por la ortodoxia psicoanalítica -que de hecho no Indefectiblemente pienso en Freud en tiempos
adelante sin la asistencia presencial, no sin entrar lo estaba- y aún sin saberlo, comencé así mi pri- de guerra y de posguerra, un tiempo llamativa-
en conflicto con la autoconservación más prima- mer tratamiento psicoanalítico telemático. Era un mente fecundo y productivo en su vida científica.
ria y en franca expresión de una ortodoxia infle- tratamiento complejo por las razones formales de Y una y otra vez, ante las preguntas por los míni-
xible y/o tal vez, de un analfabetismo tecnológico. no ser en mi lengua materna, y a la vez, simultá- mos ruiditos que voy interpretando on line, y voy
Los cuerpos inmóviles, con la mirada apartada, neamente sencillo, por no tratarse tampoco de la agudizando en mi registro de mi propia necesidad
recostados en el diván, son hoy los mismos cuer- lengua materna del otro. Su acento en alemán era de autoconservación, las resistencias desplegadas
pos que estamos extrañando en nuestros consul- muy similar al mío, porque el español rioplatense y los universos que la escucha abre, evoco una y
torios y preguntándonos cómo poner en juego a tiene la cadencia y la pronunciación parecidas a la otra vez, aquélla cita que veinticinco años des-
través de las plataformas que las tecnologías ofre- del griego actual. Era otra tierra en común: la de pués, agregara Freud a su obra magna de 1900:
cen. Skype, Zoom, Facebook, Whatsapp, Han- un idioma que visitábamos para encontrarnos, o
gouts y otros, son los nombres posibles de la para ir a sabiendas, a ese desencuentro, con el ho- “La tesis tan perentoriamente formulada aquí,
continuidad cierta de los análisis y, junto a éstos, rizonte de esa nueva imposibilidad, con un acento ’Todo lo que perturba la prosecución del trabajo es
las preguntas formuladas en voz baja entre los similar y con errores de declinaciones que nos una resistencia’ podría dar origen con facilidad a un
mismos analistas, acerca de qué hacer o cómo ha- perdonábamos mutuamente para avanzar en el malentendido. Desde luego, sólo tiene el valor de
cerlo: con o sin cámara, con saludo con cámara o desciframiento de las situaciones inconscientes, una regla técnica, de una advertencia para el ana-
sin él, con o sin auriculares, etc. El deseo decidido políglotas y llenas de lágrimas y sollozos que difi- lista. No debe dudarse de que durante un análisis
del analista, vuelve a producir algo de un encuen- cultaban sus frases y mi esfuerzo por acceder a pueden producirse diversos hechos ajenos a la inten-
tro definido por su imposibilidad, de un sujeto aquellos sintagmas. ción del analizado. Puede morir el padre del pa-
que no es individuo y que nunca acude a la cita, Ése y otros tratamientos a distancia que se fue- ciente sin que él lo haya matado, también puede
ya sea en el consultorio, por skype o por whatsapp ron sucediendo, requirieron de ciertas condicio- estallar una guerra que ponga fin al análisis. Pero
y, de este modo, vuelve la palabra a ser el virus que nes para que no creciera demasiado mi propia tras la manifiesta exageración de esa tesis se esconde
infecta al organismo, transformándolo una vez angustia ante la realidad de mis pacientes a miles un sentido novedoso y correcto. Por más que el su-
más en cuerpo erógeno, en un recorte de esa ex- de kilómetros de distancia. Percibir que el otro “se ceso perturbador sea real e independiente del pa-
periencia en un “entre”, que inaugura otro conta- estaba desangrando en una hemorragia de angus- ciente, a menudo depende de este el grado de
gio necesario de nuestra práctica clínica: la tia”, conmigo a una distancia medida en horas de perturbación a que da lugar, y la resistencia se evi-
transferencia. Ha de ser esa otra escena, la trans- vuelo, era una representación perturbadora, que dencia inequívocamente en el pronto y desmedido
ferencial, la que alojará al virus que habita y vehi- debía reinterpretar una y otra vez para compren- aprovechamiento de una oportunidad tal.”
culiza nuestra práctica clínica. der los materiales y poder intervenir, disolviendo
-a menos en parte- mi propio costo de angustia.
4. De una experiencia lejana,
resignificada en tiempos de Todo era -visto en perspectiva de “Nachträ-
Coronavirus. glichkeit”-, una preparación y entrenamiento para
mis sesiones de estos tiempos, en la época del
Desde hace algunas décadas comencé el tra- COVID19. Hoy continúo con mis pacientes que
bajo “a distancia”, en una suerte de consultorio sui viven a poquitas cuadras, como con aquellos que
generis, que había comenzado en mi hospedaje están a varios miles de kilómetros: nos saludamos
universitario en la ciudad de München, cuando con la cámara, habiendo acordado un cierto en-
hace más de veinticinco años, me encontraba, lle- cuadre a la distancia, mi paciente se ubica en un
vando a cabo estudios de posgrado en aquélla ciu- lugar también cómodo, privado y apagamos las
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 17

Tiempos
T
iempos difíciles los que vivimos. nes de Profesionales, Universidades, Obras Sociales,
Difíciles por lo que nos ocurre y Pre pagas etc. convocan a profesionales para la cru-
de lo cual somos ajenos, lo recibi- zada heroica, a la cual se agregan profesionales auto
mos pasivamente sin haber hecho convocados.
nada para merecerlo. También di-

difíciles fíciles por lo que podemos llegar a hacer, y de esto


sí que somos absolutamente responsables. De ésta
mezcla de saberes y de ignorancias, de potenciales
Nuestra larga experiencia profesional nos hace
recordar que, por ejemplo Buenos Aires, desde
siempre, no es una plaza psicológica muy interesada
conocidos o inventados, de ansiedades productivas a éste tipo de abordaje terapéutico y hasta muchas

(Iatrogenia a y de otras descontroladas, de angustias económicas


y resignaciones o renuncias operativas, de temores
y de controles contra fóbicos, estamos constituidos
veces hasta descalificado. No conocemos ningún
pos-grado en Atención Psicológica a Distancia, que
sí existe en otros países como España por ejemplo y
Alguno diría, muchas cosas para un sólo aparato otros más. Es decir que la oferta es de profesionales
psíquico!!! jóvenes, no formados y enfrentándose a circunstan-
distancia?) Es así, como coordinar tantas ideas y pasiones,
cias no conocidas, siguiendo a Freud, diríamos a LO
SINIESTRO.
pensamientos y rupturas deseantes, se hace compli-
cado y entonces surgen ideas de acción, como que La voluntad de los/las/les jóvenes profesionales
algo tengo que hacer para no vivir todo lo que está empujada por la fuerza del “yo puedo” ante lo
Héctor R. Fischer(1) siento y padezco. cual uno queda un poco desarmado. Existe un viejo
Pero no solamente son los sujetos los que entran y erróneo refrán que sostiene que “Querer es poder”,
en crisis sino también las instituciones, por su- cuando en realidad es que si uno puede por su cons-
puesto al ser integradas por personas tiene que ocu- titución, experiencia y formación, está en condicio-
rrir lo mismo, pero la sumatoria de varias nes de querer y hacer.
confusiones generan cierta anarquía. Viene a mi memoria un W A de un grupo de
médicos, que perfectamente sirve también para los
De golpe aparecen preocupaciones por gente psicólogos, quienes afirman: “ Es ahora que están
que debe permanecer en cuarentena, y hasta puede buscando voluntarios inexpertos para cubrir accio-
llegar a estar solo/a/e. La soledad despierta solida- nes (o prácticas) que sólo los muy formados pueden
ridades, ganas de acompañar a quien se encuentra hacer. Llamando a médicos/as/es o psicólogos/as/es
solo/a/e y suponemos que puede sentirse mal. Tam- recién recibidos, sin manejo de la urgencia (o la
bién se presume que mucha gente puede tener di- emergencia) ni experiencia ante las crisis persona-
ferentes fobias, claustro, noso, agora, y hasta gnoso. les”
Esto moviliza a ciertos espíritus inquietos que creen
que deben actuar para resolver los problemas de los Tiempos difíciles, donde comenzamos a recurrir
otros. Es como una combinación espuria que puede al voluntarismo y no a la formación, la experiencia,
convertirse en delincuencial. La Institución y el su- y la solidez emocional.
jeto. La institución intentando cubrir sus falencias
con actitudes socialmente consideradas solidarias y Tiempos difíciles en los cuales una inmensa can-
el sujeto que cubre sus propias necesidades solida- tidad de estudiantes de psicología y profesionales,
rizándose con la institución. nunca paso por la experiencia terapéutica, primer
Entonces como en los cuentos infantiles comie- contacto con un paciente que es uno mismo.
ron perdices. Las dos partes contentas.
Volviendo a los refranes recuerdo uno que decía
Tiempos difíciles decíamos al comienzo, el mi sabia abuela materna, pero que es muy conocido
tiempo como momento cultural y el tiempo reloj o y afirma “El camino del infierno está empedrado de
almanaque. Los dos convocan a los gritos “hay que voluntades”, en ésta dirección un gran amigo mé-
hacer algo por la gente”, “la gente” siempre el genti- dico y de muchos años de trabajo, refiriéndose al
licio de la gente implica una barrera de protección, mismo tema, afirma que “Toda buena acción, en
si lo dice la gente es lo que corresponde y yo soy el algún momento tiene su…justo castigo”
que lo hace. Doble mérito respaldado por la gente y
por nuestra vocación que en muchas ocasiones No queremos ser apocalípticos, pero en los tiem-
tiene el sostén de la institución. pos difíciles surge lo profundo de cada uno, aquello
no conocido o no trabajado en análisis, que confor-
Pero volvamos a los tiempos difíciles en los cua- man puntos o agujeros negros en nuestro incons-
les una amenaza se cierne sobre nosotros/as/es. Ante ciente.
la amenaza, quienes responden? Las/los/les jóvenes,
que tienen energía, tiempo y voluntad. No puede ser que surjan debajo de cada baldosa
un/a/e pseudo especialista en Atención Psicológica
De repente, en medio de los tiempos difíciles, a Distancia, no puede ser que aquellos/as/es que
surgen los guardianes del país, las instituciones, hasta hace un rato se conducían con principios
quienes convocan con solidaria convicción a, en éste freudianos o kleineanos o lacanianos, en un consul-
caso, sagrado motivo por miedo, a profesionales de torio con diván o no, de golpe estén ligados a un te-
la salud. Como se trata de una pandemia de gripe a léfono desde el cual no pueden percibir nada del
médicos/as/es, y por implicancias de la cuarentena lenguaje no verbal (gestos, mímicas, posturas de su
aplicada, a psicólogos. Pero de repente se produce interlocutor/a/e) que quedan fuera.
una gran y no tanto sorpresa, los profesionales
deben asistir a la gente o las consecuencias psicoló- Por otro lado los/as/es que se manejan con tec-
gicas del encierro, a distancia. Es así que Asociacio- nología visual, saben de cómo se establecen las co-
Página 18 • Abril 2020 Actualidad Psicológica

municaciones, de usar un programa encriptado, de el espacio temporal y poniendo el problema en el sado/a/e por razones exclusivamente económicas.
la decoración de su hábitat y del ropaje que con- otro, cuando las generales de la ley los/as/es tiene
viene usar, además de la iluminación acorde. Inter- incluidos/as/es. Volviendo a los refranes, recordamos uno que
pretar o no interpretar, comprender, intelegir, nos marco a fuego y signó nuestra vida profesional.
explicar sin mezclar líneas teóricas. Pareciera que el Haciendo una síntesis afirmamos que no puede En latín dice: “Primun non nocere” y en castellano,
tema propuesto es acompañar. Y en ese caso, no se- atender situaciones límites quienes no están entre- “Lo primero no hacer daño”
rían más útiles Asistentes Sociales, Acompañantes nados para hacerlo. No pueden asistir a pacientes De ahí el subtítulo, para pensar, de éste trabajo:
terapéuticos u otras profesiones? solitarios quienes la soledad es uno de los motores “Iatrogenia a distancia”
que la impulsan para ofrecerse. No puede atender
Por si todo lo que me pregunto fuera poco, ha- quien vive la misma situación que el demandante y (1)Prof. Titular Consulto de Psicología Clínica(UAJFK), Dr.
bría que agregar el tener un título profesional con no tiene elaborado los propios puntos ciegos. No en Medicina (UBA), Dr. en Psicología Clínica (UAJFK), Colabo-
grandes esfuerzos, y que el mismo no le aporte lo puede atender quien no tenga una formación clí- ración Dra. María Carlota Piaggio. Profesora Titular de Historia
indispensable para vivir dignamente. No genera an- nica sólida. No puede atender quien en muchos de la Psicología (UMSA), Dra. En Psicología Social, Especialista
gustia también? por lo que trabajar implica ocupar momentos descartó esa práctica por no ser de su en Tratamientos Psicológicos a Distancia, Universidad Nacional
un poco su tiempo ocioso, cubriendo por lo menos, pensamiento. No puede atender quien esté impul- de España a Distancia- (UNED)

U
n día nosotros, sí nosotros, los nera experiencial, inédita, por lo tanto será como
Y en el argentinos, quedamos inmer-
sos junto al resto de los pue-
lo es en los espacios analíticos no virtuales: inau-
gural, única, pero la espera de esa producción será
blos del mundo, en una nube a través de una cámara, un teléfono o un chat.
de circulación invisible, ingrá-

diván… vida… o no tanto, y con capacidad de esparcir entre


otras cosas, la enfermedad y la muerte. Después
llegó el aislamiento y de pronto la omnipotencia
¿Es posible un psicoanálisis en el que las varia-
bles del encuadre no sólo modifiquen el despliegue
de la regla fundamental, la inscripción de la trans-
humana se vio cercenada en su despliegue por un ferencia, la aparición de resistencias o la irrupción

la pandemia microorganismo tan minúsculo como vigoroso.

Sin que nos diéramos cuenta se instaló en nues-


del inconsciente, en un contexto histórico y social
que nos abarca a todos en un tiempo casi detenido?
El psicoanálisis siempre es con la historia. Hoy
tras vidas, casi como una cuestión de estado, una el marco histórico es la pandemia, y cada sujeto se-
frase tan simple como necesaria: “Quedáte en casa”. guirá portando además su propia historia única,
Liliana Colautti Con el paso de los días en un tiempo sempiterno como es única la posibilidad de elaborar la angus-
esa frase nacional se transformó en una sola pala- tia, el dolor, en definitiva la imposibilidad de inscri-
bra: “Quedáteencasa”, ese significante como un ri- bir en lo representacional la propia muerte.
tual, como un rezo implorante quién sabe a quién
y con la ilusión que todavía nos acompaña, de que Pero en estos días no solo se pone en juego la
ese tiempo deje de ser eterno para que de alguna subjetividad de los que nos toca cuidar, sino más
manera el orden simbólico establecido, un tanto que nunca la nuestra propia. La demanda por estos
resquebrajado, vuelva a encontrarnos, por ejemplo, tiempos de virus, resitúa a la sociedad en un posi-
en un abrazo. cionamiento de vulnerabilidad que es imprescindi-
ble contemplar.
Ser analista en estos tiempos virales, que supone
desde el vamos la necesidad del no contacto, puede Freud nos enseñó entre tantas cosas a ser flexi-
tornarse complejo tanto para unos como para bles con su propia técnica, lo hizo caminando por
otros. Analistas y analizantes se ven obligados a los jardines con sus pacientes, lo hizo a través de in-
crear un encuadre que no solo permita el encuentro numerables cartas, hizo de la escucha un arte, que
con la palabra sino que se adapte a las posibilidades nosotros, muchas veces obstinadamente y en fun-
subjetivas de cada persona. Crear, en el sentido am- ción de sostener tal vez, una idealización analítica
plio del significante, que conlleve una creatividad como única identificación posible en estos tiempos
donde la angustia tenga permitido circular. Se des- modernos, salvaguardamos a rajatabla.
pliegan entonces un abanico de dispositivos que La historia nos pone a prueba. Un organismo
bien lejos de la seguridad resguardada del diván, minúsculo vino a resquebrajar esa identidad de
nos coloca en una suerte de extimidad compartida analista que será necesario re crear, para que circule
en la que, por ejemplo, se escucha el lloriqueo le- la palabra de cualquier modo posible hasta que lo
jano de un niño en la habitación contigua a la que que deje de circular sea el virus, y el orden simbó-
la madre, el padre o el hermano se refugian para re- lico social vuelva al quicio, pero habiendo dejado
armar su espacio virtual analítico. la huella necesaria que todo aprendizaje requiere.
Es imprescindible repetir hasta el cansancio queda-
En tiempos en los que irrumpe la angustia, el teencasa….si…, pero no lo es el aislamiento cuando
pánico y en los que la vivencia de prescindibilidad lo que predomina es el silencio de un virus mudo,
y finitud se hacen reales, es necesario que el análisis, que no cesa de inscribirse.
sea. La palabra discurre también en diferentes for-
matos, no sólo lo oral sino lo escritural se hacen Referencias bibliográficas
presentes en ese abanico a través del cual se va a
buscar ni más ni menos que la producción del in- Freud, S. (1923) “Sobre la iniciación del tratamiento” Obras
consciente. La espera de esa aparición será una es- Completas. Tomo XII. Amorrortu editores. Buenos Aires.
pera particular. El analista deberá disponerse a Nasio, J. (2006) “Cómo trabaja un psicoanalista”. Editorial
percibir el inconsciente, propio y ajeno, de una ma- Paidós. Buenos Aires.
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 19

Cuando jugar
N
os levantamos. El apuro para les se les obstaculiza o imposibilita hacer aquello
desayunar. Se vuelca el vaso, que desean, se manifiestan frustrados e irritados; en
lo limpio rápido. A nuestros cambio, aquellos niños con un mayor control vo-
hijos todavía les cuesta des- luntario son capaces de subyugar el impulso de ma-
pertarse y en apariencia van nifestar emociones negativas en situaciones

es cosa seria en cámara lenta. La mochila ¿Cómo puede alguien


olvidarse la mochila?. ¿Y el celular? Superado
todo, salimos de casa.
inapropiadas. Los padres como redes atencionales
contribuimos al desarrollo o no de la autorregula-
ción emocional.
Hasta hace unos días este esquema que nos 5. Para afianzar los vínculos entre las personas
acompañó de lunes a viernes y de marzo a diciem- con quienes estoy jugando. La interacción es vital
Analía Verónica Losada* bre con la excepción de las vacaciones de invierno. frente al desarrollo humano, condición sine qua
Desde el jardín de infantes nos formamos en hábi- non para el crecimiento y desarrollo del individuo.
tos. Adquirimos costumbres. Repetimos nuestras En el juego este intercambio posibilita afianzar y
conductas. consolidar los vínculos.
El COVID – 19 llegó a las sociedades del mundo 6. Para divertirse y disminuir el aburrimiento.
con una celeridad en su propagación. La Organiza- La risa, el humor y la alegría son pilares resilientes.
ción Mundial de la Salud declaró a esta afección El niño y todos nosotros lo necesitamos.
pandemia y en Argentina se dictó el Decreto de Ne- 7. Para desarrollar autoconfianza. El aprendi-
cesidad y Urgencia 297/2020 estableciendo el aisla- zaje, el logro adquirido, el proceso y los resultados
miento social, preventivo y obligatorio hasta el 13 contribuyen a la confianza en sí. La comunicación
de abril de 2020 para todas las personas que se en- asertiva entre padres e hijos genera y aumenta los
cuentren en el país. procesos de autoconfianza infantil.
De repente nuestra rutina se rompió: los chicos 8. Para que el niño reciba modelos saludables de
no van al colegio y en muchos casos debemos tra- reacción ante las dificultades y frustraciones. ¿Cómo
bajar en casa. Pasamos en un instante del mundo resolvemos las dificultades? ¿Qué hacemos ante si-
globalizado a una especie de vivencia de anacoreta tuaciones que nos generan frustración? El juego se
urbana. No al colegio, pero tampoco a la plaza, al constituye como un laboratorio. Un espacio único
shopping, o a la casa de los abuelos. para el ensayo y error donde se pueden elaborar las
¿Qué sucede con los chicos? ¿Muestran mayor an- situaciones que el niño siente que son mayores que
siedad? ¿Comen todo el día? ¿Comen por aburri- los recursos con los que cuenta para resolverlas.
miento? ¿No cuentan con recursos de descarga física, 9. Para aumentar la concentración y el aprendi-
en los casos en los que la vivienda posee espacios re- zaje. La concentración y la atención se postulan
ducidos? ¿Se aburren? ¿Están hiperactivos? ¿Están como instancia de grado imprescindibles frente al
todo el día utilizando dispositivos electrónicos?. proceso de aprender. Por el contrario la dispersión
¿Qué hacemos con los chicos? Les propongo aquí imposibilita la apropiación del contenido.
disminuir nuestra ansiedad para descender la de 10. Para desarrollar al máximo sus potenciali-
ellos. La mejor herramienta frente a ello es el juego. dades y capacidades. El juego como espacio emo-
Desde hace más de setenta años la Psicología ha cional privilegiado permite la construcción en una
postulado al juego y nos ha ilustrado acerca de sus sinergia sin igual. Todos los recursos son validos a
beneficios. la hora del jugar. En todas las etapas evolutivas
¿Para qué sirve jugar? Lejos de una perdida del desde el juego con el bebe hasta el compartir un
tan valioso recurso como es el tiempo, jugar es una juego de consola digital con los más grandes.
inversión emocional a corto, mediano y largo plazo.
¿A que jugar?
1. Para el crecimiento sano. Los aprendizajes ad-
quiridos a través del juego se emplean a posteriori De acuerdo con la edad del niño un abanico de
en el resto de las actividades de la vida. Como adul- juegos tomará su lugar de relevancia. Según la etapa
tos. Borges señaló que todo esta destinado a olvi- evolutiva pueden considerarse:
darse, salvo aquello que atesoramos a través de la 1) Desde bebes hasta el año: Juegos de estimula-
memoria ya sea por el impacto negativo o por lo ción sensorial. ¡Todos los sentidos están en juego!
significativo positivamente, o por la utilidad y ne- Cantarles, leerles, estimulación de los movimientos,
cesidad humana. hacer de la hora de la comida y el baño un mo-
2. Para expresar las emociones. El atravesa- mento de juego.
miento de la situación de aislamiento social nos 2) 1 y 2 años: La palabra y el movimiento. Fo-
afecta a todos y más aún a un niño que carece por mentar la expresión oral y la manipulación de los
su nivel de maduración con la comprensión y alcan- objetos. Juegos de apilar, aunque rápidamente todo
ces del fenómeno por ello el juego ofrece un mo- termine en el piso otra vez.
mento propicio para la expresión de las emociones. 3) 3 y 4 años: Clasificación por colores y el dibujo.
3. Para elaborar situaciones negativas y traumá- Proveerles de materiales para expresarse gráfica-
ticas. Ante una disponibilidad de 24/7 de sus padres, mente, nombrar los colores, escribirles su nombre.
el niño puede dar cuenta de situaciones no narradas Juegos para lograr la presencia del objeto en su au-
anteriormente o incluso elaborar a través del juego las sencia, escondiendo un objeto en la habitación y que
vivencia actuales. Ayer recibí un dibujo de una niña el niño lo buque. Buscar un juguete de un color y el
de siete años donde dragones soplaban virus a su casa niño tiene que buscar otros del mismo tono.
y por eso no salía y tenía las ventanas cerradas. 4) 5 y 6 años: ¡A seguirlos a ellos! Tomar sus pro-
4. Para la autorregulación emocional. Se consi- pios interés como los personajes que conoce y
dera a la autorregulación emocional como la capa- armar historias sobre ello. Dibujarlos. Escribir his-
cidad de alterar la conducta frente a las exigencias torias sobre ellos. Crear poster pegando hojas entre
de situaciones específicas. Aquellos niños a los cua- sí. Incluirse a sí mismos en la vida de esos persona-
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jes. Incluir operaciones matemáticas sencillas. Jugar y juguetes no son sinónimos. Jugar es un una situación diferente y nueva para todos noso-
¡Dibujar y leer cuentan como juego! una acción. El aislamiento no es sinónimo de quie- tros. Sin duda un desafío. Pero sin abandonar el ob-
5) 7, 8 y 9: Comienza la autonomía. Puede par- tud. Es estar muy activos con nuestros niños pero jetivo de construir para nuestros hijos un mundo
ticipar en juegos reglados como los de mesa. Pode- de un modo diferente. mejor.
mos utilizar los clásicos o inventar otros. ¿Y si les
enseñamos un juego de cartas que jugábamos ¿Y la tarea? ¡Los deberes! Ese ratito de mucho es- * Analía Verónica Losada es Psicopedagoga. Lic. en Psicolo-
cuando eran chicos? ¿Y el Tuti fruti? trés que nos ocupaba luego del trabajo, preparando gía. Dra. en Psicología. Pos Doctora en Psicología. Especialista y
6) Desde los 10 en adelante: Ahora sí lo virtual. la cena y charlando un poco con nuestra pareja, Magíster en Metodología de la Investigación. Especialista en Psi-
El atravesamiento tecnológico permite un acerca- mientras que respondíamos un mensaje que había cología Clínica. Profesora titular de grado y posgrado. Autora de
miento distinto. Pone una silla al lado de la suya. quedado pendiente ahora implica aulas virtuales, artículos científicos, capítulos de libros y libros. Vicedecana de la
¿Los videojuegos cuentan? ¿Valen? ¿Sirven?. Si. Los participar activamente ayudando con temas que facultad de Psicología y Ciencias Sociales de UFLO Universidad.
niños nos ven en el uso del celular y la computa- aprendimos de modo totalmente diferente hace
dora. Y para ellos la computadora también es cone- treinta años. Allí debe activarse lo que llamamos
xión con su medio social de pares, recibir la tarea y plasticidad familiar.
hasta la biblioteca. Miremos con ellos un video de
YouTube. Aquí llegamos entonces debiendo adaptarnos a

E
l momento actual que estamos atra- diferentes momentos temporales y discursivos que

El momento vesando es de suma complejidad.


Temores, angustias, determinados
por la significante pandemia, ator-
estos atraviesan, y me respondía afirmativamente.
Su endeble subjetividad se presentaba todo el
tiempo, preocupaba a su madre y ambos ingresaban
menta a gran parte de la población. en un reclamo de calma ante tanta complejidad.
Para algunos implica la enorme dificultad de Luego de cada encuentro, pasadas algunas horas, o
de actuar ana- una convivencia de 24 X 24 con toda su familia,
para otras la dificultad de estar frente a los reclamos
a veces al otro día, me comunico con la madre para
que me cuente el momento en el cual se encuentra
de niños que incesantemente demandan, para otros ella y su hijo, esto se convirtió de forma no planifi-
el imaginario de la riqueza construida se desmo- cada una forma de apaciguamiento de las manifes-

líticamente. rona, y así muchos casos que uno va escuchando en


estos tiempos por el dispositivo de video llamada –
construcción posible para continuar los análisis en
taciones desesperadas de ambos.

Facundo tiene 20 años, una estructura psíquica


los momentos que corren –. compatible con la psicosis, asiste a una escuela de

Psicosis y Pero atiendo pacientes donde la construcción de


la realidad estaba muy pautada por ciertas rutinas
formación laboral, a raíz de la cuarentena impuesta
a nivel nacional, se encuentra en su casa junto a sus
padres –único hijo-. La situación lo tiene muy triste,
que le organizaban la vida y que de repente se caen, extraña a sus compañeros, le molesta no poder
y deben estar todo el tiempo confinados a sus ho- tomar el colectivo para cumplir sus obligaciones, y

autismo. gares, con las dificultades que esto conlleva.


Las madres son las primeras en comunicarse
bajo el alo de la desesperación sin saber qué hacer,
manifiesta un enorme desacuerdo a todas las indi-
caciones que sus padres le hacen en este momento
de convivencia. La indicación del médico era au-
porque a la endeble rutina-realidad que habían mentar la medicación, para que esté más tranquilo
construido, hoy se les impone un drástico cambio. (?), se niega a tal indicación. Él se rehúsa a hablar
Jorge Marincioni Mercedes, la madre de un niño autista, me decía “… conmigo –soy su analista hace 4 años…
¿Cómo le explico que no tiene que ir a la escuela, ni Frente a ello le dejo audio por whatsapp, si no
a sus espacios terapéuticos?... para él eso era su re- quiere hablar, que me escuche…luego de la primera
corrido semanal...” semana me devuelve un audio donde me comenta
Mientras tanto su hijo, me ve del otro lado del su profundo malestar, su enojo y que siente un pro-
celular y se sorprende buscando si atrás del equipo fundo enojo con el presidente de la Nación, porque
no estaría yo escondido. Entonces hablo, y con las lo obliga a no ir a su lugar de trabajo (así lo llama al
dificultades que esto conlleva para el menor, co- centro de formación laboral…)
mienza a escuchar y le propongo que sigamos nues- Los padres le habían dicho que ellos no tenían
tros encuentros de análisis por medio de estas nada que ver, lo había indicado el presidente –bus-
llamadas. No fue fácil las primeras veces, se enojaba cando una ley que los exceda a ellos y tranquilice a
con el teléfono porque yo no estaba en presencia, su hijo–, y Facundo se enoja. ¿Con quién se enoja
pero luego mi voz comenzaba a ser una especie de Facundo? Se enoja con la ley que le impone un
apaciguamiento y entonces me mostraba su casa, su orden diferente al que él estaba acostumbrado. Lo
cuarto, su mesa de juegos y yo tarareaba algunas sacaron de su armado endeble pero seguro hasta el
melodías que solíamos cantar en mi consultorio. 19/3/2020. Entonces se niega a mantener un dia-
Las reconoció, y cuando dejaba de tararear, miraba logo, pero no se niega a hablar por audios, donde el
la pantalla del celular que estaba firmemente to- decide cuándo contestarlos. Otra forma de diálogo,
mado por su madre, como exigiendo que la música de encuentro.
prosiga. Entonces entendí el reclamo –No te vayas– Así me llegan audios en cualquier momento del
y continué tarareando. día, a la madrugada, al mediodía, a la tarde… Yo los
Significar nuevos espacios, dialectizar lo nuevo contesto, sin apuro ni inmediatez, pero contesto…y
con su historia; mi voz era parte de él, y solo hubo esta forma de encuentro en el enojo de mi paciente
que ponerla en juego bajo otras circunstancias. con la ley, sostiene la posibilidad de intercambio.
Me preguntaba si nuestro trabajo no tiene que Facundo no acepta en este momento una video
ver permanentemente con articular nuestra voz, llamada, ni tampoco una llamada telefónica. No
nuestro decir en la escucha de cada paciente, en los quiere hablar con sus padres y estos se angustian.
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 21

Sólo me transmite sus molestias por un audio que cuentro particular hace que él pueda mediar ese pacientes también. Debimos acomodarnos a formas
me envía en los momentos de dificultad. Luego son acto que suele imponérsele y transformarlo en otra de abordaje distintas. Debimos ubicarnos y realizar
respondidos bajo la misma forma, y así nos conec- cosa. Él se encontraba desprovisto de su rutina or- cosas sin previo calculo, sólo echamos mano -como
tamos, bajo un dispositivo supletorio. ganizada, ahora construye otra con Otro, con algo siempre lo hacemos…-, a la transferencia y con ella
Los padres me llaman y me cuentan que esta que no estaba pre fabricado ni programado. nos guiamos en el camino del encuentro clínico-te-
algo menos enojado, pero que no quiere hablar. Se rapéutico, conformamos límites, otro posible para
queda en su pieza mirando videos en youtube, o Hace muchos años en mi formación universita- cada quien en el momento preciso. Acompañamos,
bien jugando con algunos videojuegos… ria alguien me decía “…no pierdan jamás su capa- alojamos, construimos, analizamos.
Cuando Facundo se enoja suele ponerse muy cidad de sorprenderse…”, este momento que Nuevos tiempos, nuevos desafíos clínicos.
agresivo, con él y con los que lo rodean. Este en- transitamos nos ha sorprendido a todos. A nuestros

La terapia psicoanalítica, el padecimiento subje- condiciones temporales de un modo firme, aún

Un método tivo, el origen de su abordaje y su contexto.


Nace el tratamiento psicoanalítico en el encuentro
cuando los representantes a cargo de llevar el cum-
plimiento de la ley encuentran trasgresiones, des-
entre dos sujetos, la corporalidad forma parte de este mentidas y rechazos, como mecanismos que traen a
origen, cuando Freud pone la mano en la frente de la superficie subjetiva de modo abrupto de acuerdo

terapéutico, en una paciente al abandonar la hipnosis, apelando a la


aparición del relato sobre su padecimiento.
Discurren algunas décadas y da comienzo un
a las series complementarias de la singularidad. ¿En
este contexto regresivo qué valor tiene la demanda de
un sujeto? ¿No se encuentra de manera invertida una
cambio que da sus primeros pasos sin prisa y sin demanda del contexto?
pausa y en nuestro siglo, aumenta la velocidad de José Van Dijk, (2013), afirma en La cultura de la
el contexto de apariciones novedosas en el campo virtual a una
velocidad inusitada. El punto central en cuyos bor-
conectividad que “las plataformas de los medios so-
ciales alteraron sin duda alguna la naturaleza de la
des transitaremos esta reflexión, se sitúa en la ma- comunicación pública y privada”. Un exceso de
terialidad corporal en la cuarentena frente al oferta psi, en un marco inédito. La oferta de de-

la pandemia mundo invisible.


Si la carencia es el encuentro contacto y afectivi-
dad, qué valor tiene el tratamiento on line, allí al
manda telefónica, puede llegar a tergiversar la nece-
saria temporalidad de elaboración en gran escala.
Una inusitada demanda institucional masiva de di-
menos está la mirada, pero fundada en la distancia y versas organizaciones psicoanalíticas que supone y
si es la voz que acentúa la frustración que impone la anticipa la demanda de los sujetos. Queda así sosla-
Rosalía Julia Rowensztein cuarentena, que incluye castigo de la ley. yada la elaboración psíquica, que requiere una tem-
La cuarentena como toda prohibición implica la poralidad semejante a un duelo ante una
aparición de angustia, frustración y regresión. experiencia inaudita que implica una serie de pér-
En la teoría Freud considera la frustración como didas yoicas y lazos libidinales.
un factor fundamental en la vida psíquica. Se consi- .
dera la frustración, en la medida que la situación es Dra. en Psicología Social (UK), Prof., en Enseñanza Superior
impuesta como prohibición. La cuarentena impone (UBA), Especialista en Psicología Clínica (UK), Maestranda en
una serie de prohibiciones que afectan los caminos Salud Publica (UBA), Dirección de Investigación (UK).
libidinales primarios. La indefensión y prematura-
ción constitutiva introduce el abrazo y el contacto Bibliografía
corporal durante varios meses. Esta inscripción sos-
tiene luego la constitución del yo y los lazos libidina- Chul Han B. 2019.El aroma del tiempo. Herder España (Ori-
les del objeto. ginal publicado en 2009)
Los aportes Freudianos agregan sobre este tema Freud, S. (2004). Inhibición, síntoma y angustia. En J. Strat-
la noción de ausencia, ausencia de objeto amplia- chey (Ed.) y J.L. Etcheverry (Trad.). Sigmund Freud Obras Com-
mente presente en la cuarentena. pletas (Vol. XX, pp. 71-161) Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo
“Los intervalos o los umbrales forman parte de la original publicado en 1925).
topología de la pasión. Son zonas de olvido, de pér- Freud, S. (2006). Duelo y melancolía. En J. Stratchey (Ed.) y
dida, de muerte, de miedo y de angustia, pero tam- J.L. Etcheverry (Trad.). Sigmund Freud Obras Completas (Vol.
bién de anhelo, esperanza, de aventura, de promesa y XIV, pp. 237-255) Buenos Aires: Amorrortu (Trabajo original pu-
de espera” Chul Han B. (2019) blicado en 1917)
Esta falta recae sobre el sujeto como imposibili- Harari, J (2017) Homo Deus. Editorial Debate (Original pu-
dad de encuentro con objetos centrales en la vida so- blicado en 2014)
cial. Es imposible el encuentro entre generaciones. Van Dijk, J (2016) La cultura de la conectividad. Siglo Vein-

U
Se opone al formato metodo- Padres, hijos, nietos. Amistades. Actividades laborales. tiuno Editores México. (Original publicado en 2013)
lógico que creó el psicoanáli- Actividades placenteras en un amplio abanico. Se
sis de la mano de Freud a lo constituyen funciones del yo: 1. Cumple la función
largo de su teoría. Se forjaron de observar al ME. 2. Precipita una fiel copia en las
los conceptos especialmente huellas mnémicas de las percepciones. 3. Aparta me- CURSO DE FORMACIÓN EN
en la dirección de la cura como el de transferencia. diante Examen Realidad lo que el interior le añadió. PSICODIAGNÓSTICO
Un factor no se encuentra en esta propuesta vir- 4. Vínculo con el tiempo es proporcionado por la per-
tual, la materialidad del cuerpo, que instala dimen- cepción. 5. Tendencia a la síntesis de contenidos. 6. • Formación en Psicodiagnóstico Clínico
• Formación en Psicodiagnóstico Laboral
siones ausentes en la virtualidad. Reunión y unificación de procesos anímicos como • Formación en Psicodiagnóstico Infantil
En ese marco, es importante situar el naci- alto grado de organización. • Formación en Psicodiagnóstico Vocacional
miento de la terapia psicoanalítica, sólo para men- ¿Cuál es el destino de esa libido? La regresión. Un • Supervision y asesoramiento en Evaluaciones
Psicológicas
cionar las variables que la instituyen y se ven duelo transitorio, necesario para configurar sustitu-
Inscripción e información: psicodiagnostico@fibertel.com.ar
modificadas en el contexto actual. ciones en el encierro. La castración, debe operar bajo Visítanos en: www.angelfire.com/ak/psicodiagnosticoclinico.html
Página 22 • Abril 2020 Actualidad Psicológica

Iatrogenia, Contexto Actual no conviven, no se les permite verse, prohibir y au-


ditar la sexualidad.

M
e pregunto porque nace su Capitalismo en crisis, y los efectos psicológicos
nombre de CORONAVI- de esta pandemia?.
RUS, por su aspecto, su fiso- Cronificación de las fobias, además del desborde

Coronavirus, nomía?, su fisonomía,


también asemeja a una pe-
lotita con sopapitas, (juguete de época pasada, donde
de, nosofobias, bacterofobias, fobias sociales, ago-
rafobias, claustrofobias, procesamientos hipocon-
dríacos, insomnio, alteraciones en la alimentación.
se las tiraba contra una pared de azulejos y quedaba El aumento de depresiones, desbordes de ansie-

el psicólogo pegada), la cara de un marciano, o de un dibujo ani-


mado, porque “Corona”, en su dimensión Real, no-
bleza?, robar para la Corona, morir para la Corona,
dad, ataques de angustia (ataque de pánico DSM
IV), ingesta desmedida de alcohol, consumo de sus-
tancias, ideación suicida, violencia de genero.
matar para la Corona? La importancia de evitar una atención psicoló-
gica, sin la formación adecuada y las acciones acor-
clínico y la Freud en el su trabajo “el por qué de la guerra”
nombra a la Corona como los dueños invasores y
des de las técnicas vigentes para tratar de evitar la
Iatrogenia
conquistadores, para el usufructo del tabaco y la sal,
entre otras cosas, aludiendo a que la esperanza de Psicólogos

virtualidad. que las naciones potentes y educadas, pudiesen ser


el ejemplo para que la guerra no fuese necesaria. No
me parece muy feliz el término Corona para el
Encontramos una oferta desmedida, tanto en
forma individual, como en forma grupal, que de-
Covid 19. Como si dividiera ricos de pobres, some- nuncia un grupo de psicólogos, con juventud y
timiento y sometidos. buena voluntad, que se “juntan” para ofrecer aten-
Claudio Edelstein ción clínica, con honorarios institucionales o en
El arte, el cine, la realidad. forma gratuita, nos preocupamos con respecto al
encuadre y su abordaje clínico.
El cine nos permite, despertar, recrear, vivenciar, Estos ofrecimientos, diversos, múltiples, que no
como en el soñar, diferentes posicionamientos de son sostenidos por dispositivos interdisciplinarios,
sus guiones, héroe, villano, protagonistas de histo- colegios de psicólogos, asociaciones, hospitales, ni
rias de amor, épicas y porque no también apocalíp- universidades.
ticas. Ébola, SARS, MERS, (ficción o realidad). Sabemos del trabajo en equipo, donde la super-
Las películas clase B, norteamericanas, apocalíp- visión, la interconsulta, la derivación, el intercambio
ticas, la destrucción del mundo que llega en forma profesional clínico y su funcionamiento.
inminente, por fenómenos naturales, sociales, bac-
teriológicos, enfermedades, que ponen al mundo al Demanda y virtualidad
borde de su desintegración y cuando sucede, orga-
nizarnos en la supervivencia como en las hordas, sal- Ante las demandas de los pacientes, en este con-
vajes y destructivas. ¿Instinto de supervivencia?, no, texto, con atención virtual, desde el video llamado
se explica mejor desde la pulsión, que no es prefijada o quien no puede manejar este dispositivo, el lla-
y donde el objeto pueda ser contingente. Domeñar mado telefónico.
la pulsión, como herramienta, desde la educación, Motivos de consulta que se manifiestan, entre
el afecto, el amor, la solidaridad, y no considerar al otros, que son cotidianos y de importancia para la
otro como un elemento a eliminar para la supervi- clínica, donde la respuesta debe ser cuidadosamente
vencia. Muerte como estadística y la singularidad? abordada:
“Estoy separada y mi hijo quedó con su padre,
Espacios en los medios de con quien tiene una pésima relación” “Mi pareja
comunicación y la Corona. está muy tensa, me amenaza y ayer me golpeó, estoy
aterrada” “Tengo lo que llaman ataque de pánico,
Podemos ver en multiplicidad de programas in- no sé cómo manejarlo y estoy sola” “Tengo miedo a
formativos, el tratamiento del COVID 19, donde se contagiarme todo el tiempo, tomo precauciones y
habla del aislamiento social, pero también sobre la no lo puedo evitar” “Voy a perder mi trabajo, hoy
angustia, la ansiedad, la opresión, la prohibición, el apenas me alcanza, estoy a veces pensando si suici-
confinamiento, y lo que genera estas situaciones, in- darme” “En todos lados veo el contagio, no puedo
cluyendo la crisis laboral y financiera. Nos encon- dormir, sé que me voy a morir” “Empecé a consu-
tramos que en los paneles formados por periodistas, mir nuevamente y hacía 2 años que había parado”
políticos, actores, médicos infectólogos, algunos “Me encuentro tomando mucho alcohol y me
ellos opinando sobre los estados psicológicos, cua- pongo violento con mi pareja” “tengo la intención
dros, ofreciendo tips (consejos), y abordajes, en de matarme, no tiene sentido mi vida, mis hijos lo
todo esto, no hay presencia, salvo breve y ocasional, van a entender” “No hago nada hace tres días que
de psicólogos y psicoanalistas, también sociólogos, no cómo, ni me puedo levantar de mi cama, mi pa-
antropólogos, asistentes sociales, filósofos, entre reja no sabe lo que hacer y yo la maltrato”.
otros profesionales de la salud.
Una propuesta
Lo que no se comunica está cada vez
más presente y se manifiesta Las epidemias, guerras, situaciones límites (per-
sonas sanas que se encuentran súbitamente ante un
Nos preguntamos: peligro de muerte, ante situaciones de fenómenos
Dónde el sujeto, familia, hijos, quedaron en el individuales, naturales, sociales) y las pandemias no
momento de la crisis? Padres separados, parejas que nos enseñan?
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 23

La Universidad Kennedy disponen de atención 2) Desde otra lectura, también psicoanalítica, téc- Sería importante, como políticas de estado, la
gratuita a la comunidad desde la Unidad Académico nicas como asociación, interpretación, confrontación; inclusión de Universidades, Asociaciones, Colegios,
Asistencial, Centro de Formación de la Especializa- y Hospitales, en la constitución de equipos de inter-
ción en Psicología Clínica cuyo Director es el Dr. 3) apoyo, donde el esclarecimiento, la puntua- vención en situaciones de crisis. Hoy el asesora-
Héctor Fischer, funciona hace más de 20 años en asis- ción, el señalamiento son herramientas a utilizar, en miento al Presidente de la Nación, por parte de
tencia investigación y docencia, con atención gratuita un entrecruzamiento entre el psicoanálisis y la te- profesionales acreditados en sus áreas de trabajo, es
a la comunidad y convenios con DECAEP, (ex patro- rapia cognitiva, una forma de comienzo limitada y acotada.
nato de liberados), con Veteranos de guerra de Mal- No olvidar nunca que el trabajo de psicoterapia Psicólogo. Especialista en Psicología Clínica. Prof. Asociado. Psi-
vinas, víctimas de Cromañón, tragedia del tren en a distancia es una especialidad, de posgrado dentro copatología Psicología Clínica UK. Grado. Pos- Grado Practica
once, y más espacios. Desde el trauma de guerra, del marco de la psicología clínica. Hay países del he- Clínica II. Clínica de las patologías borderline.
trauma acumulativo, trauma transgeneracional. misferio norte (EEUU, España, etc.) donde es obli-
gatorio que el psicólogo, para poder ejercer, tenga Bibliografía
En nuestro trabajo cotidiano las líneas de trabajo un posgrado. Por ejemplo en España, los que egre-
se implementan, de acuerdo a la singularidad de la de- san como psicólogos, son titulados como psicólogos FISCHER, H. R. & COLS. (2000a). Situaciones Límite. Bue-
manda, dado que no hay pacientes estándares como sanitarios, luego de que obtengan el posgrado, po- nos Aires: Centro Editor Argentino.
no hay tratamientos estándares, son las siguientes: drán ejercer su profesión como clínicos. En nuestro FREUD, S. (1998). De guerra y de muerte. Temas de Actua-
1) Lo tomado de Winnicott, como holding y país en enero del 2015, el conjunto de ministros de lidad (7º reimp). En Obras Completas. (Vol. XIV). Buenos Aires:
handling, es decir poder acompañar, sostener, con- salud de todas las provincias acordaron, que la única Amorrortu Editores.
tener, en momentos de una producción de angustia especialización vigente para psicólogos, es la de psi- (1998). Más allá del principio de placer. (7º reimp). En
donde el sostener es una de las herramientas; cología clínica. Obras Completas. (Vol.XVIII). Bs Aires: Amorrortu Editores.

Lo siniestro:
E
l virus mutó. Me temo que, sin ser cuerpos-mercancías). Lo que resulta angustiante, es
especialista en la materia, gran –sencilla o complejamente– que el virus, como dice
parte de dicha mutación se debe al Bifo Berardi, “escapa a nuestro saber. Y lo ignoto de
azar, en el sentido en que la misma repente detiene la máquina.”: es decir, es la vuelta

Pandemia, es una posibilidad impredecible.


Ahora bien, que haya sido azarosa no implica la
inexistencia de causas que la propiciaron. Habla-
de un real sobre nuestra realidad. Un vacío, esco-
toma o agujero que logra (también retomando a
Berardi) desacelerar a la máquina capitalista a nivel
mos aquí de condiciones de posibilidad, en las cua- mundial, sobre todo en lo que hace al sentido ma-
les el azar se expresa. No tenemos herramientas terial de la reproducción de la riqueza (sabemos

angustia y para establecer las causas inmediatas de dicha mu-


tación, pero sí intuyo ciertas condiciones que la
propiciaron. Remitiéndonos a la información ofi-
que el capitalismo, aún más en su fase contempo-
ránea, no se reduce sólo a la reproducción material
de la riqueza).
cial: ¿Era tan improbable la mutación de un virus Es paradójico que un virus que se expande de

precarización en el país con mayor población a nivel mundial y,


en sus mercados populares, con nulas prácticas bro-
matológicas en la comercialización y consumo de
forma rizomática aseste tal golpe a la reproducción
del capital, siendo que el mismo también procede
de dicha forma. De algún modo, podemos pensar
alimentos? ¿Era imposible la propagación de una
zoonosis a escala planetaria? ¿Era quimérica la po-

de los lazos sibilidad de la expansión del virus y su consecuente


escalada epidemiológica en un capitalismo que per-
mea cada uno de los puntos del globo? ¿Era tan im-
probable la gran diseminación de la infección y su

sociales consecuente pérdida de vidas con estados que se


han retirado, neoliberalismo mediante, de la salud
pública?
De alguna manera el virus, al igual que el capi- Escuela del pensamiento y
tal, precisa barreras laxas, interconexiones fluidas y autoconocimiento
Federico Fort parasitar a un huésped. Vive a costa del trabajo de
otro organismo, llevándolo, en el peor de los casos, ABIERTA LA INSCRIPCION
hasta la muerte. Claro que ello al virus “no le im-
porta”, simplemente es. El mismo no es ni parásito,
ni infección, ni recesión económica, ni cuarentena, • Curso de Tarot Junguiano
ni ejército al cual nosotros, como humanos, debe-
mos librar una guerra. Pero sabemos que, reto- Teórico/Vivencial ­ Niveles I, II y III
mando a Spinoza, el virus desea perdurar en su ser:
ello a costa de destruir relaciones de otro cuerpo ON LINE
para constituir las propias. Construye sus relacio- • Se realizan prácticas grupales a lo largo del
nes, pervive, a medida que destruye. curso y al finalizarlo.
Ahora bien, ¿qué es, entonces, lo aterrador? No
• Se dicta una clase semanal de dos horas.
era difícil prever la emergencia de una nueva pan-
demia, ya las hubo hace solo unos años o en otras
etapas de la humanidad. Lo que sí es específico de • Sesiones individuales
nuestra época es el vértigo con el cual el virus se ha
disipado a lo largo de todo el globo, ello se debe a Informes: +54 11 65 32 48 43
la velocidad frenética que adquieren los flujos de http://www.epya.net
circulación del capital (lo que implica obviamente irenesfungaristos@gmail.com
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al virus como otra vuelta (no es la primera) del ca- como el retorno de los muertos), y lo ominoso con- ciales) es pretender “mostrar la realidad”... como si
pitalismo sobre sí mismo. Ello no implica, por su- figurado en la realidad psíquica, en donde se en- aquella cámara del móvil televisivo (o fotografías
puesto, que estemos avizorando el fin de dicho cuentra plenamente el accionar de la represión. En que aparecen en las portadas de algún matutino)
modo de producción. Como cientista social, no la primera se “cancela” cierta objetividad de la reali- que filma a aquellos cadáveres y/o seres agonizando
tengo las herramientas para afirmar tal sentencia y, dad y en la segunda se reprime el contenido de una no propusiera un cierto encuadre, plano y recorte
posiblemente, las ciencias sociales se destacan más determinada representación. Lo que es común a de la realidad que pretende “reflejar”. Por más aten-
por sus reflexiones sobre hechos pasados o contem- ambas es que lo siniestro se produce cuando se rea- tos que estemos sobre la intencionalidad de tal o
poráneos que por su carácter profético. Si adquieren nima, mediante una nueva impresión, una represen- cual medio informativo, la carga de “realidad” que
la posibilidad de divisar futuros posibles es debida, tación reprimida, o bien la “realidad” se encarga de trasladan dichas imágenes, nos afecta. La imagen es
generalmente, a lúcidas elaboraciones sobre estados re-actualizar aquella creencia animista que se pen- el medio de transporte que hace presente, para no-
de la cuestión. saba superada. La pandemia que nos azota dispara sotros, espectadores, la vivencia de la realidad.
ambos registros de lo siniestro: es una realidad efec- Ante esta situación, impera contener. Con ello
Como ejemplo, citemos a dos pensadores total- tiva que se nos impone y reaviva temores arcaicos me refiero a que se debe apuntalar, y cuidar el tejido
mente disímiles, tanto por la época en la que escri- que hacen a la historia de la humanidad así como social; en otras palabras, resguardar el lazo social.
bieron como por el enfoque de sus pensamientos: también es disparadora de vivencias reprimidas que No solo se debe desde los estados tomar medidas
Karl Marx y Ulrich Beck. Es innegable la actualidad constituyen la realidad psíquica de cada ser. contracíclicas en el sentido macroeconómico (como
del pensamiento del primero, considerado uno de En este sentido, es un lugar común la compara- inyecciones monetarias que estimulen el consumo y
los mentores de la sociología: se me hubiera hecho ción de la situación actual con films, series u obras que “protejan” a los sectores postergados) sino tam-
imposible escribir estas líneas sin citar o retomar al- literarias. Cuando se afirma que la “realidad supera bién prestarnos permanente escucha. El psicoanáli-
guna de sus nociones (modo de producción, repro- a la ficción” justamente se alude a lo siniestro viven- sis, en este sentido, es una herramienta fundamental;
ducción del capital, circulación, explotación etc.). ciado a diferencia de aquellas situaciones ficcionales la escucha es un elemento nuclear, esencial, del
Por otro lado, el segundo, sociólogo contemporá- que, por más horrorosas que sean, no se configuran mismo. La misma permite hacer, re-hacer y contener
neo, construye una noción central que nos permite como siniestros o bien lo son en menor medida res- el lazo social, en tanto habilita el soporte de aquel
entender algo de lo que está aconteciendo en el pecto a aquellas que se atraviesan en la “realidad”. otro. Es importante darle la entrada, la bienvenida a
mundo: vivimos en sociedades del riesgo. Citemos En este sentido, Freud también nos advierte sobre ese otro, a partir de la escucha. La misma permite
brevemente un fragmento de su obra, en donde se el efecto de lo siniestro cuando se “borran los lími- algo que el “distanciamiento social” imposibilita: la
destaca con gran lucidez nuestra situación actual, tes entre fantasía y realidad” (Freud, 1992: 244) voz traslada también al cuerpo; cuerpo que está (en
afirmando que los riesgos contemporáneos Dado estos elementos, en última instancia, po- tiempos de cuarentena) parcial o totalmente aislado.
“ya no se limitan a lugares y grupos, sino que demos pensar que la angustia desprendida por la Si las condiciones actuales del capitalismo llevan a
contienen una tendencia a la globalización que mayoría de los seres frente a la situación que esta- una radicalización del individualismo y a ver a los
abarca la producción y la reproducción y no respeta mos atravesando es a la muerte. Recordemos, ade- otros como extraños o amenazas latentes, la pande-
las fronteras de los Estados nacionales, con lo cual más, que Freud da como uno de los ejemplos más mia actual acrecienta aún más dichas tendencias. Tal
surgen unas amenazas globales que en este sentido claros de lo siniestro, “nuestra relación con la como afirma Paul Preciado, “el virus, como nos en-
son supranacionales y no específicas de una clase y muerte” siendo que la misma es efecto “de la inten- señó Derrida, es, por definición, el extranjero, el
poseen una dinámica social y política nueva” (Beck, sidad de nuestras reacciones afectivas originarias y otro, el extraño.” Ello no implica la disolución del
1998: 19) la incertidumbre de nuestro conocimiento cientí- lazo social, dado que dicho suceso significa el fin de
fico.” (Freud, 1992: 241). Dado que, como mencio- las sociedades que, por el momento, siguen en mar-
Ahora bien, volvamos sobre ciertos puntos que namos anteriormente, cualquiera de nosotros es cha. Pero sí marca una profunda precarización de las
hemos bosquejado: El COVID-19 nos angustia por- pasible de ser infectado por el COVID-19, todos es- relaciones con los otros, el lazo social comienza a
que se configura como un real. Todos podemos ser tamos en riesgo. Incluso por más que no seamos “sostenerse” precariamente en soportes endebles.
afectados por el mismo, apela a nuestra composi- parte de la “población de riesgo” sabemos que cual- La escucha se revela, así como una de las herra-
ción biológica en tanto humanos. Incluso, el virus quier afecto cercano puede verse infectado o, even- mientas inmediatas para paliar algo, no solo de la
ya habita en lo más íntimo de todos nosotros (este- tualmente, muerto. pandemia y urgencias actuales, sino de las condicio-
mos o no infectados): en tanto posibilidad y, sobre A todo ello se suma el permanente aluvión (des) nes en las que vivimos día a día. Debemos seguir ha-
todo, en el lenguaje que nos atraviesa; se constituye informativo, principalmente a partir de imágenes, ciendo y rehaciendo lazos, no para volver
en nuestra más profunda intimidad. que recubiertas de cierto halo “periodístico” nos imaginariamente a algún tipo de comunidad mítica
muestran féretros, cadáveres en las calles e incluso perdida sino para seguir existiendo junto a los otros,
Sigamos a Freud y a lo Unheimlich. ¿Qué es lo si- cremaciones de los mismos. Por más que la tasa de configurando así nuevas realidades posibles.
niestro? Esquemáticamente diremos que es lo más mortalidad del COVID-19 no pareciera exagerada,
propio, lo familiar (Heimlich) que ha sido reprimido, ¿cómo evitar que las afecciones que nos genera el Bibliografía
que reaparece en su repetición (recordemos que el impacto de esas imágenes no se configuren como
principio de repetición va más allá del principio del un real para aquellos que las consumimos? ¿Cómo Beck, U. (1998). La Sociedad del riesgo. Paidós: Barcelona
placer) y, además de ello es vivenciado. Freud esta- mitigar la carga de angustia que nos imprime la ex- Berardi, F. (2020). Crónica de la psicodeflación. En Sopa de
blece una distinción teórica de gran importancia: posición a dichas imágenes? Sabemos que la opera- Wuhan (pp. 35-55). ASPO: Buenos Aires.
existe lo ominoso desprendido de cierto “yerro” del ción periodística-televisiva (que incluso hoy abarca, Freud, S. (1992). Lo ominoso. En De la historia de una neu-
juicio de realidad (por ejemplo creencias animistas, sobre todo, a las imágenes compartidas en redes so- rosis infantil y otras obras. Amorrotu: Buenos Aires.

Actualidad Psicológica
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Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 25

Pandemia, la resistencia del deseo y el sostén del afecto nos ayu-


dan para atravesar la tempestad y subsanar el dolor.
El virus ya está entre nosotros, y abruptamente,
entre-dos transferencial. Donde no existe el juego, es
decir, cuando no aparece la imagen del cuerpo de un
niño en la escena lúdica, será preciso donar algo de
ha logrado cambiar nuestra vida. Ya nada es igual nosotros para que eso advenga. Nada de esto será po-
que ayer, debemos quedarnos en casa a la espera que sible si no se crea un escenario para que la experiencia

angustia y todo pase. Pero mientras millones de personas rea-


justan sus hábitos y conductas al reducir su circula-
ción, para un porcentaje –precisamente el quince
acontezca. ¿Cómo reemplazar el juego, el despliegue
de lo imaginario y lo simbólico por una video-lla-
mada? En la clínica de adultos esto ya es un hecho, sa-
por ciento de la población mundial-, los costos serán bemos que podemos apelar a una comunicación

contención: mucho más altos.


Vivir con una condición discapacitante no es tan
sencillo en un mundo donde reina el consumismo
telefónica para sostener el espacio terapéutico, pero
en los casos de perturbaciones graves esto no siempre
es posible.
salvaje, propio de un sistema capitalista colapsado que El virus ha ingresado a los vínculos humanos y
tiene por costumbre dejar a muchas personas afuera pretende contaminar un espacio muy necesario para
Los efectos del de su interior. Las personas con discapacidad vienen
soportando todas las fallas de una cultura que sigue
nuestra clínica. ¿Cómo rescatar la transferencia cre-
ada con un niño que no nos hablaba, que no nos mi-
reinventando sus formas de excluir lo diferente. En raba, que sólo producía estereotipias ante nuestro
relación a esto, podemos decir que, a pesar de que hoy encuentro o que quedaba atrapado ante la imagen,

virus en las se utilice el término inclusión de manera compulsiva


para generar la falsa idea de que todos y todas tienen
un lugar en este mundo, eso está muy lejos de lo que
la sensación y el sonido del ventilador de nuestro
consultorio? ¿Podremos recuperar esa pequeña co-
nexión que habíamos logrado luego de un tiempo de
observamos en la realidad. Decir que todos somos in- encuentros físicos y simbólicos? La pandemia infecta
clusivos oculta cada vez más el verdadero problema e interfiere el encuentro y nos propone distancia y
personas con humano: las grandes dificultades existentes en torno a
la convivencia.
encierro. Intentamos, entonces, conectarnos con los
padres para introducir algo del orden de lo terapéu-
La discapacidad es una situación real que porta un tico desde un dispositivo móvil. Le hacemos frente a
sujeto en un momento y lugar sociocultural dado, un enemigo invisible y proponemos jugar, nos me-

discapacidad. ésta, puede o no generar efectos en: su propia subjeti-


vidad, su contexto familiar y sobre las relaciones que
se establezcan con el entorno social. En suma, una
temos en la casa, en la habitación, conocemos a las
mascotas y acompañamos a la familia para que el
virus no contamine lo que nos importa: la subjetivi-
condición discapacitante no tiene que ver sólo con el dad en construcción del niño.
déficit que tenga un sujeto, ya sea motriz, sensorial, Desde hace mucho tiempo planteo a la clínica con
Marcelo Rocha visceral, intelectual o mental, sino que se constituye – sujetos con discapacidad como clínica de los efectos.
primordialmente- por el tipo de interacción que éste ¿Qué significa esto? Que como terapeutas no traba-
construye con su contexto; es decir, a mayores barre- jamos con la condición discapacitante, ni pretende-
ras sociales para circular mayor será el impacto de la mos “curar” la discapacidad. Simplemente nos
discapacidad. (Rocha, 2010). abocamos a recibir al sujeto que despliega en el acto
En tal sentido, abordar a la discapacidad implica analítico los efectos que dicha condición ha produ-
ingresar en aspectos que tocan temas muy diversos, cido en su propia subjetividad, en sus lazos sociales y
ya sea, clínicos, rehabilitativos, educativos, terapéuti- en su estructura familiar. Para ello, nos resulta im-
cos y sociales. Entre ellos podemos resaltar algunos: prescindible revisar la teoría y la práctica continua-
el duelo familiar, las adaptaciones, los sistemas de mente. Necesitamos deconstruir e interrogar varios
apoyos, las relaciones vinculares de cuidado parasita- de los conceptos psicoanalíticos que, tal como vieron
rio, la importancia de las instituciones especializadas, la luz en las prácticas de quienes los crearon, se vuel-
las carencias existentes en las prestadoras de salud, etc. ven obsoletos o no llegan a poder ser aplicados en
La situación de aislamiento por la que estamos muchas de las realidades y sufrimientos psíquicos que
atravesando se convierte en el principal enemigo para presentan las personas con discapacidad. Entre otros
la vida social de muchos niños, jóvenes y adultos con temas, con el que más nos encontramos en deuda, es
discapacidades; pues, a las barreras arquitectónicas seguir indagando acerca de los efectos de lo orgánico
que constantemente deben enfrentar ahora se les en lo psíquico, tal es el caso de las parálisis cerebrales,
suma el distanciamiento y el aislamiento. Pero, para nos preguntamos ante ellas: ¿cómo impacta el déficit
quienes tienen discapacidades intelectuales, mentales orgánico en la construcción de la subjetividad? Mu-

E
stamos ante una situación nunca o pluridiscapacidades la realidad es mucho más com- chas cosas quedan aún por revelar.
antes vista, se trata de una película pleja. Éstos, son quienes reciben una mayor condena, La situación de las personas con discapacidad en
de ciencia ficción de la cual todos debido a que uno de los principales objetivos en el mundo siempre fue compleja. Ya en el informe
ya somos protagonistas. Semanas cuanto a sus terapéuticas o procesos institucionales mundial de 2011 (OMS-Banco Mundial) se reportaba
atrás, transitábamos este mundo tienen que ver con el fortalecimiento del lazo social, los pésimos resultados relevados en torno a la condi-
de una forma desinteresada ante aquellas cuestiones que es justamente uno de los blancos que atacó con ción y calidad de vida. En tal sentido, no corresponde
que siempre deberían haber sido prioritarias: la mucho más fuerza el virus pensar tal realidad desde aspectos estrictamente tera-
salud, la otredad, lo simple, los afectos, el bien En estos tiempos que corren los terapeutas nos péuticos sino también sociales y políticos. Es claro, en-
común, el respeto por lo diferente. preguntamos acerca de posibles intervenciones en la tonces, que la presente pandemia producirá más
Atravesamos una fuerte tormenta, muy peli- clínica con niños con perturbaciones graves. Debe- complejidad en este sector de la población.
grosa, sostenidos por nuestro deseo e impulsados mos ser creativos en cuanto a pensar estrategias que El virus, sin duda, nos expone a pensar nuevos
por la pulsión de vida. Lo traumático sucede, con- sirvan para seguir acompañando el proceso terapéu- modos de intervención. Pero no podemos entregar-
vulsiona nuestra estabilidad y se enquista en el in- tico de aquellos que han quedado atrapados en el lodo nos y dejarnos vencer debido a la distancia real que
consciente como un parásito. El psiquismo se resiste, del sufrimiento. Sabemos que es muy difícil cambiar nos impone, nos negamos y nos revelamos a bajar los
pretendiendo defender su soberanía, recurriendo a el encuentro presencial por lo virtual, porque es allí brazos. Tenemos un arma fundamental para hacerle
diferentes tipos de defensas. Pero no hay opción, donde se despliega todo lo ligado al orden del acon- frente a este mal y es nuestro deseo de analistas, que
cuando lo inesperado llega, sólo el paso del tiempo, tecimiento de las escenas que se van gestando en el siempre será sensible a la sensibilidad del otro.
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Pandemia, términos de infectados, fallecidos y curados, y para


salir deben tener un permiso de un Gran Otro, que
sin erigirse en el saber total, ha pasado a ser prácti-
pacientes del Centro, aunque también de los con-
sultorios particulares: Los miembros de cada grupo
socio económico descendió un escalón en la moda-
camente la única autoridad que define cuándo em- lidad de asistencia, (aunque, obviamente y como
pieza, cómo sigue, cuándo terminará esta situación siempre, no todos): Nuestra disciplina, al igual que

angustia, de “aislamiento social”.


Los hospitales no son la excepción. Parece ser
el sistema de salud, reconoce su labor dentro de
cada uno de los tres sub sectores: El sub sector pri-
cierto eso de que “el miedo no es zonzo”, y los pasi- vado, muchas veces mediatizado por efectores co-
llos y consultorios del hospital se hallan, en estos nocidos como pre pagas (aunque en este último

contención días, inusualmente despoblados. Menos pacientes,


menos profesionales…
Los tratamientos que basan su eficacia en la
caso con particularidades específicas por la impo-
sición de un co seguro). Quienes no podían abonar
los montos de los honorarios o los co seguros pasa-
emergencia de la palabra se encuentran en su ma- ron al sub sector conocido como de la seguridad so-
yoría suspendidos (replicando lo que sucede en los cial, cubierto por las Obras Sociales de los
Silvio Bodnar consultorios particulares, aunque en este caso en sindicatos. En este caso, quienes no pudieron soste-
menor medida). Obviamente no hay líneas telefó- nerlos por dificultades económicas se volcaron al
nicas para que todos los profesionales puedan pro- sub sector público, a cargo de los hospitales, Centros
piciarlos con esta modalidad, pero aún en los casos de salud y salitas barriales, en tanto que una buena
en que los mismos los ofrecen utilizando sus pro- parte de los pacientes que se atendían en este marco
pios celulares, no todos, pero la gran mayoría se ha dejó e atenderse porque, podría usarse el eufe-
discontinuado. ¿Podríamos adjudicar esto a la resis- mismo: “se cayó del sistema”, porque sencillamente
tencia de cada uno de los pacientes? En algunas épo- no tenían trabajo ni dinero para trasladarse con la
cas se discutía si el psicoanálisis puede llevarse a frecuencia que en cada tratamiento se definía. A
cabo en una institución hospitalaria, pensando en cambio, en esta crisis, la cuarentena que por un lado
las diferencias inevitables de las características del impide estar presentes, y la negativa al tratamiento
dispositivo allí posible en relación al de los consul- por vía telefónica hicieron que la enorme mayoría
torios, a la falta de circulación del dinero y lo que se interrumpa, repentinamente, además.
ello implica en tanto significante metaforizable. Así, si el discurso con que los analistas que en
¿Será esta discontinuidad una respuesta a esa pre- aquellos años intentábamos dar cuenta de lo que
gunta? ¿Será que en la transferencia, en esas condi- sucedía a través de los ateneos o de los trabajos te-
ciones, deben tenerse en cuenta factores que en los óricos hablábamos del arrasamiento del psiquismo,
dispositivos habituales no se ponen en juego? Lo del arrasamiento subjetivo, y vimos crecer en nues-
cierto es que, al menos transitoriamente (esto se tros analizantes el montante de angustia hasta lími-
verá al finalizar el apotegma “Quedate en casa”) la tes insospechados por la falta de trabajo, o por el
mayoría de los análisis está en suspenso. miedo a perderlo, y por la pérdida del valor adqui-
Hay una buena parte de otros tratamientos que sitivo del dinero que tenían, y los diagnósticos ma-
se instituyen en el hospital que, sin embargo, conti- yormente eran crisis de angustia y síndromes
núan. Se trata de aquellos (o de aquella parte de los depresivos, hoy a cambio, encontramos que la ma-
tratamientos que) sólo pueden estar a cargo de mé- yoría de los pacientes, por las dificultades propias o
dicos/as psiquiatras, porque incluyen una medica- definidas por el aislamiento social impuesto por el
ción. La explicación a este fenómeno parece más gobierno nacional o por cuestiones de sus propias
sencilla, y es que la toma de la medicación no debe patologías neuróticas han dejado vacantes los con-
discontinuarse bajo ningún concepto. No olvide- sultorios hospitalarios.
mos que entre los efectos de algunas de las drogas Podemos suponer que es un efecto del miedo al
que componen los psicofármacos se encuentra el contagio, y la desconsistencia del otro, que produce
acostumbramiento y la adicción. De tal modo, si se una gran angustia, pero no deja de ser nuestra cons-

¿
priva repentinamente a un organismo de este tipo trucción y no un efecto de la escucha.
Qué sucede con los individuos cuando de drogas, podría producirse un síndrome de abs- Es frecuente escuchar, por estos días, a nuestro
la sociedad toda atraviesa una situación tinencia del mismo modo que se producen con las presidente, que la elección a la que la coyuntura po-
de excepción? Cuando hoy alguien sale drogas prohibidas o el alcohol. Quienes tienen in- lítica lo lleva entre cuidar la vida, y cuidar la econo-
a la calle se encuentra con una sensación dicado algún fármaco de esas características lo mía lo encuentra y lo encontrará siempre con una
de extrañeza ante lo que lo rodea. Du- saben, y evitan interrumpir su administración para misma posición. “Elijo, dice, cuidar la vida”. En el
rante el día, la poca cantidad de vehículos en circu- no padecerlo. año 1964, en ocasión de dictar el seminario de Los
lación, los pocos semejantes con los que se cruza, Esto ha producido una modificación muy im- cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis,
los negocios cerrados en su enorme mayoría (con portante en el perfil que por estos días tiene el hos- Lacan toma un concepto extrañamente similar
excepción de aquellos pocos que se ocupan de los pital para el cual trabajo “el Ameghino” (Centro de cuando habla de la entre la bolsa o la vida. Imposi-
rubros esenciales permitidos con colas en la calle en Salud Mental N° 3), situación cuyos profesionales ble, ya que cualquiera sea la opción que se tome, se
las que las personas se paran a distancia)… y al caer venimos poniendo, con mucho esfuerzo, intentando perdería la bolsa: De optar por la vida, sería sin
la noche, se va transformando en… la nada. En las evitar desde hace mucho tiempo, vale decir, que se bolsa, y de elegir la bolsa, el elector se quedaría sin
avenidas, durante la madrugada se ve un vehículo transforme en un hospital exclusivamente para pa- ninguna de las dos. Lo llama vel de la alienación, y
cada algunos minutos. No es comparable con los cientes medicados. No son los únicos pacientes que de esto se trata en este caso.
días no laborables, ni con los feriados. concurren, pero sí una buena parte de ellos. Falsa dicotomía porque, ¿de qué serviría la bolsa
La hora pico sería las 21:00, cuando los balcones No es la primera vez que una crisis atraviesa los preservada sin la vida para hacer con ella? Por ello
convocan para aplaudir, y así homenajear a los que pasillos de los hospitales. La anterior fue hace dos es que precisamente se apela a la alienación a lo cual
les toca trabajar. décadas, cuando la crisis económica de 2001 dijo se opone el vel de disyunción.
La gente está encerrada en sus casas por ley, por presente en nuestra sociedad. Y también produjo y Sin ninguna duda: los humanos deberemos
miedo a los efectos que pueden tener sus salidas – mostró modificaciones en la habitualidad del tra- hacer un importante trabajo de análisis al final de
nada menos que el contagio de coronavirus del que bajo en el Centro. Por un lado cambiaron las carac- esta situación para dejar atrás los efectos que la pan-
aún se sabe muy poco, pero al que se menciona en terísticas económicas de la población de los demia y la cuarentena dejarán en nosotros.
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 27

C
uando el afuera que sentimos nuestro yo. Un modo de presentarnos a los otros.
Desafíos tan lejano e inalcanzable en estas
épocas de pandemia se nos pre-
Tanto los pacientes como nosotros somos de-
mandantes de un otro que nos sostenga a través de
senta implacable y urgente en lo la mirada, de la escucha y desde la emisión de la voz.
referido al ejercicio profesional, Pues de ellas nos valemos en nuestra constitución

clínicos, la nos obliga a modificar el encuadre que mantenía-


mos con nuestros pacientes el cual queda desdibu-
jado y obsoleto (al menos por estos días).
subjetiva.
La angustia real es la que hoy nos aparece en este
contexto de pandemia. Angustia que no tiene signi-
A tal efecto, se trazan nuevas coordenadas tem- ficación. Angustia producto de la sorpresa que se
pero espaciales para la continuidad no solo de nues- nos presento así, de golpe y sin aviso.
praxis en tra labor sino para la continuidad de sus
tratamientos, una continuidad discontinua me atre-
Debemos sostener a ese consultante o paciente
que acude a nosotros con esa angustia que lo invade
vería a llamarla dado que la emergencia es un hecho y lo paraliza.
sin precedentes en la época contemporánea. Nos ha

tiempos de quitado lo continuo de nuestra vida cotidiana inte-


rrumpida y quedó en un estado de incertidumbre y
latencia. Nadie escapa a este hecho tan excepcional.
Sostener y contener desde la escucha, la palabra
y la mirada, en una nueva versión de trabajo, donde
la distancia física se nos impone.
Es por esto que la clínica nos convoca a enfrentar No se trata de una generalización, porque bien

pandemia. nuevos desafíos. Desafíos que no son ajenos a una


nueva flexibilidad técnica, flexibilidad que nos ayu-
dara a trazar encuadres diferentes. La tecnología en
sabemos que cada sujeto es propietario de una sin-
gularidad particular y única. Por tanto la atención
on line, o por vía telefónica no la considero apta
este sentido se ha convertido en una herramienta de para todos los pacientes, dependerá de su estructura
gran valor habilitando espacios virtuales tales como psíquica, de su demanda y de su deseo.

Modos de video llamadas, Skype, etc. Lo virtual remite a la


descripción del aparato psíquico que postulara
Freud en la Carta 52 en el esquema del peine.
La praxis clínica nos convoca y hoy más que
nunca a ser creativos y nos invita a transitar nuevos
caminos. Revelándonos que no todo está escrito,
que podemos ser capaces de re escribir la historia

operar en el La RAE al respecto nos ofrece la siguiente defi-


nición de virtual, que tiene virtud para producir un
efecto, aunque no lo produce de presente. Frecuen-
tan importante y fundamental del ejercicio de nues-
tra profesión. De construir nuevos espacios y nue-
vos tiempos.
temente en oposición a efectivo o real.
Por lo tanto, podríamos pensar una posibilidad La realidad con su cara más cruel y tanática nos

escenario de la diferente a la conocida en lo que refiere a la clínica.


Producir un efecto en presente virtual. Efecto que es
el resultado del encuentro entre dos sujetos en el aquí
puso una barrera física, pero de ninguna manera
nos puso un freno o un obstáculo para pensar y
pensarnos en realizar un ejercicio profesional dis-
y ahora a través de una escucha distinta y diversa, tinto, novedoso. En cuanto a estos nuevos encuadres

emergencia donde la gestualidad se pierde en un llamado telefó-


nico, por ejemplo. Así es en este otro espacio, en una
dimensión totalmente novedosa de nuestra praxis.
que nos vimos obligados a aceptar y porque no, ani-
marnos a ser un poco más rebeldes y subversivos
cuando, cuando la pasión y el deseo nos motorizan
a seguir trabajando.
Estamos ahí para el paciente, ya no en cuerpo
Andrea Y. Fernández Pumilla real presente sino de una presencia que comienza a Referencias bibliográficas
dibujarse en una ausencia. Y aquí me remito a la se-
gunda parte de la definición, en oposición a efectivo Freud, S., (1924/1993), Obras Completas Tomo XIX: El Yo y el
o real, lo virtual nos conduce en el sendero de lo lin- Ello. Madrid. España: ed. Amorrortu
dante con lo irreal. En esta situación es un irreal en Freud, Cartas a Whilhem Fliess (1887-1904). Ed Amorrortu.
cuanto a la presencia física, pero de ninguna manera RAE, disponible en www.rae.es, recuperado 20 de marzo de 2020
nos arroja al abismo de pensarnos como inexisten- *

tes, pues estamos ahí para ese paciente que nos de-
manda atención.
Estamos en la corporeidad de una imagen vir-
tual. imagen que no deja de ser un reflejo del yo, de
Página 28 • Abril 2020 Actualidad Psicológica

La violencia
L
as violencias no se toman vacaciones contacto con el otro. Ese es el peligro mayor.
ni entran en receso escolar, ni se de- Y estos escenarios cotidianos probablemente no
tienen con el aislamiento social pre- difieren de los tiempos “des acuarentados”. Los in-
ventivo obligatorio. Todo lo tensifica.
contrario, nada las frena y más aún La violencia en casa, encierra y pone paredes in-

familiar si el ejecutor o la ejecutora están dentro de casa.


El impacto que producen en las familias se
puede incrementar en tiempos de cuarentena. El
visibles más rígidas, opacas y duras que las mismas
paredes de la casa no elegida. El hogar se vuelve
amenazante cuando supuestamente es para guar-
hecho de convivir 24 por 7 con otras personas hace darse y habitar hasta que todo esto pase.

liquida. tal vez, que se visibilicen más sus aspectos oscuros


y ocultos, por el hecho de la hiper convivencia.
Las violencias se pueden potenciar y vibrar
Pero mientras tanto, “todo pasa” dentro de casa,
lo bueno y lo malo el amor y el odio. El dolor invi-
sible acecha.
como réplicas a la manera de un terremoto o volcán Los roles y funcionamientos familiares se en-
en inminente erupción. quistan y rigidizan a la hora de habitar espacios
Entre el amor En ocasiones son tan invisibles a los ojos de los
compartidos no elegidos en un tiempo sin tiempo
cuando hay violencias.
demás, que circulan primero como el gas o los fan- Los niños son espectadores pasivos de escenas
tasmas, sin un cuerpo físico que las descubra, pero temidas que imaginaban, escuchaban o padecían en

y el dolor de a poco se instalan sigilosamente en las personas


y en los vínculos.
Este proceso no es mágico. Las violencias en
relatos y ahora tienen la vida violenta en vivo y en
directo sin fin. Sin puerta de salida para ir a jugar.
Es preciso romper el silencio interno frente a los
todos sus disfraces, se introducen, pero no como un inevitable que grita a viva voz. ¿Pero cómo? Aten-
virus contagioso que irrumpe a la manera de un diendo a las necesidades y registros del propio
Alejandra Libenson trauma, sino que van gestándose, desde los prime- cuerpo.
ros años de vida, durante la crianza y se van espar- Por ejemplo
ciendo a tal punto de poder convivir en la mesa - Me siento incómoda, esto no va más así, no me
familiar, en el living, en las habitaciones y/o en la gusta. Y en este contacto interior con el malestar ya
cama, como un invitado más, sin cuerpo real pre- dar el primer paso.
sente, como un participante, que no fue citado. - Estoy gritando mucho a mis hijos, los chirlos
Violencia, por lo tanto, es en cualquiera de las se deslizan por mis manos y no lo puedo evitar.
formas que adquiere, actos dirigidos en principio Estoy superada.
hacia otro, con el propósito de producir un daño, - Mi pareja me hostiga o me obliga a tener sexo
ya sea físico, emocional, simbólico y hasta incluso ahora que está en casa sin poder ir a trabajar.
patrimonial. - No tengo tiempo para mí. No me aguanto más.
Y la violencia intrafamiliar es aquella que, den-
tro del hogar, hace los primeros estragos. Estas son las diversas formas o formatos a través
Por eso es preciso estar atentos y visibilizarlas de los cuales, si se logra estar en contacto al menos
para poder resguardarse de ellas, las propias y las por un rato a solas con uno mismo, aunque la casa
ajenas. esté llena, se pueden ver al menos en un flash, cómo
Ejercer violencia es vulnerar los derechos del se expresan las violencias familiares. Activas y pasi-
otro donde el otro en tanto otro, no es considerado vas pasean de miembro en miembro hasta incluso
como tal sino un objeto de mi uso, control o perte- en la boca del más chiquito gritando o golpeándose
nencia. la cabeza contra la pared.
La violencia puede dañar la salud física emocio- Llanto, angustia, miedos nocturnos, inapetencia,
nal, el desarrollo cognitivo, la edificación de la au- ausencia de deseo, cambios de rutinas que desorde-
toestima y pone graves obstáculos en la creación de nan hábitos y desacomodan todo, es el menú a la
lazos afectivos interpersonales. carta de este enigmático juego de poder que impo-
Es una violación a los derechos del otro porque tentiza al grupo familiar donde se expresan. Cam-
atenta contra su libertad e igualdad con consecuen- bios de rutinas, incertidumbre.
cias tanto en el tiempo presente como así en el de-
sarrollo a largo plazo de los niños y niñas, ¿Cómo hacer para contrarrestar esta situación
adolescentes, que las padecen en primera instancia. inédita que pone en la lupa el malestar el riesgo y la
Y luego lo más probable, que, si no se piensan y ela- “oportunidad” de desactivarlas?
boran, impactarán en la salud mental de los adultos No hay una vacuna, cura o inmunización efec-
en sus diversas manifestaciones producto de sus tiva al día de hoy pero sí, ciertas conductas preven-
efectos. tivas que pueden ayudar a transitar esta explosión
. y desborde.
El fuego latente de las violencias familiares son Primero comprender que las violencias son la
la impulsividad, la no aceptación de no, la imposi- expresión más carnal del odio de cada uno. De este
bilidad de demorar el deseo propio, la concepción sentimiento derivado de la pulsión de muerte que,
del otro como objeto de mi pertenencia y una edu- si no entra en equilibrio con el amor, derivado de la
cación y crianza posiblemente atravesada por cier- pulsión de vida, gana la supuesta “batalla”, palabra
tos modelos de machismo y masculinidad que bélica que se insiste en utilizar cuando hablamos del
hacen naturalizar ciertas prácticas cotidianas supo- virus con corona como enemigo invisible que hay
niendo que es lo que se debe o hay que hacer, sin que acabar.
cuestionamientos. Pues, no lo es para mí.
La cuarentena impide revisar con el afuera estos Es preciso que el sentido del otro adquiera otro
modelos que entran en acción reiteradamente si sentido y cuerpo frente a esta pandemia que tam-
perdemos el contacto con el mundo exterior. El bién se está incrementando a pasos agigantados in-
Actualidad Psicológica Abril 2020 • Página 29

cluso hasta llegar la escalada final de la violencias, estoy viviendo para cuando se pueda salir, poder cional de quienes la están viviendo y sus vínculos.
que es el femicidio, que ya se cobró muchas vidas salir. El tiempo puede estar a favor o en contra según
desde que comenzó esta cuarentena con corona. Y que entre el dolor y el amor gane el amor hacia nuestras historias
Crear lazos, pedir ayuda, no aislarse son los mí- uno mismo. Mientras tanto, dosificar los intercambios para
nimos recursos necesarios para contrarrestarla al Las violencias familiares en cuarentena están sin no consolidar lo que ya está latente, respetando es-
menos por ahora mientras debamos quedarnos horarios, pero no pierden las mañas, la rutina ni la pacios y tiempos internos e íntimos y de libertad
dentro de casa memoria. Sin impase, sin novedad, recorren los aun dentro de 4 paredes será una buena opción.
La ansiedad, el estrés y el miedo que pueden ser mismos caminos de la repetición. Construir un afuera adentro.
elementos protectores que se expresan sin palabras El desafío es crear una secuencia, rutinas y actos Las violencias familiares pueden darse entre las
al registrarlos, aunque no se nombren a viva voz, cotidianos protectores. No es tiempo de sincerici- parejas, hacia lo hijos, entre los chicos, hacia los
también pueden protegernos de estos estímulos que dios, de planteos filosóficos que aviven la turbulen- adultos mayores, manifestadas expresamente pero
ser reciben o generan cargados de agresión que se cia ni que los niveles de exigencias nos ganen. también a través de el alejamiento, el aislamiento, el
tornan tan virulentos cuando actúan como espejos La flexibilidad no es parte de este combo vio- silencio, la queja constante, el sarcasmo, el destrato,
tal vez de las propias oscuridades. lento, pero es necesaria. Recluir la violencia sería lo el abandono de persona, la ironía, el hostigamiento,
Todos queremos volver a la “normalidad”, pero ideal, pero lamentablemente las violencias rompen también derivados sutiles de estas violencias donde
¿cómo normalizar la amenaza y el peligro? la cuarentena y siguen haciendo su “vida normal”. tánatos, superó a eros y el amor cedió el paso al odio
Posiblemente no salgamos iguales de esta pan- Duelo y dolor van de la mano. Duelar las expec- y al dolor.
demia por coronavirus ni de esta pandemia de la tativas, pasar de la perplejidad, la negación, el re- El gran desafío es ser un gran barman emocional
violencia familiar tardo de lo que sucede intentará imponerse. con una buena mezcla donde ni el amor absoluto,
El tema es que salgamos preservados y mejor pa- El tema es como luego, traspasar esa barrera y manifestación de “el odio reprimido” ni su ausencia,
rados. pasar a la tristeza y aceptación y la acción cuando invadan el sabor logrando una delicada y estén en y
Que el guardarnos no nos encierre más aun, y sea posible. equilibrada combinación con dosis justas, que te
nos exponga a modos de destrucción contagiosa e Que la intensidad de respuesta sea la posibilidad hagan disfrutar los tragos de la vida. No te olvides
invisible que no se retira cerrando a puerta para cui- de encontrarse con quien cada uno es, la identidad de agregarle dos ingredientes básicos para el mari-
darnos. Convive. perdida, salirse de ese ideal de poder narcisístico o daje. La solidaridad y la empatía.
Que la incertidumbre de no saber hasta cuándo, la negación sintiendo que todo está bien. Quédate en casa, yo me quedo en casa.
no se naturalice y se normativice como natural. La Es un compromiso con uno mismo, complejo y
violencia no es natural. difícil que implica salir de una zona de confort de una @alejandralibenson
Para ello es preciso mantener en caja y no enca- realidad que de continuar así, cuando todo esto ter-
jonada la pregunta sobre cómo me siento y que mine, no lastime o termine destruyendo la vida emo-

El Estado Desde siempre supimos, que el Psicoanálisis tra-


baja ahí, donde no se piensa.
El fracaso del pensamiento que permite la emer-
tismo; ataque de pánico, desborde traumático, crisis
de angustia. Si el farmakon silencia, y no hay abre-
acción significante, dejamos el terreno minado para
gencia de lo descontrolado reprimido, ocurre en el que estallen siempre los dos tiempos del trauma.
terreno del anti cogito cartesiano. El inconciente se Algunas disquisiciones quedarán para otros

Maternante, la sabe refractario a ser atrapado por el pensamiento.


El Yo boicotea pero también vigila y se hace el es-
tricto, condición de la que carece, como bien sabe-
tiempos. En el mientras tanto hablamos del hecho
traumatizante, y siguiendo a Bleichmar optamos
por lo que dio en llamar “traumatismo en el sentido
mos cuando nos adentramos decididamente en un estricto”, porqué más allá del supuesto origen ani-

Urgencia y el análisis. En todo caso negocia su supervivencia con-


tra la instancia que amenaza ahogarlo en la culpa o
los desbordes libidinales que intenta prodigarle la
mal del Covis-19 que devenga pandemia tuvo que
ver con la intervención directa del hombre. Lo dis-
tintivo, además, es que nos encontramos con un
otra. aparato psíquico que ante la irrupción de lo desco-
No estamos frente a nada que no haya antici- nocido amenazante tambalea frente al terror de
Psicoanálisis pado Freud y que luego Lacan etiquetara con cele-
ridad con ese modo tan particular que tenía de
destrucción plena.
Un fenómeno colectivo como el que hoy pade-
patimar conceptualmente para que lo dicho pare- cemos no necesariamente desencadena trauma-
ciera reliquia antigua. tismo clásico inmediato: Puede haber una reacción
Si el Coronavirus es un acontecimiento, enton- masiva pero que en todo caso potencia el efecto
Jorge Garaventa ces transitamos el terreno del trauma que está por conmocionante. Luego, cada quien armará respues-
verse si es un psicotrauma o algo más siniestro que tas singulares de acuerdo a sus posibilidades sim-
termina envolviendo todo. Lo siniestro de cualquier bólicas.
manera siempre retorna, aunque el virus dice con- ¿Ante qué estamos, socialmente, y que puede
frontarnos con algo que nunca vivimos y que ame- aportar el psicoanálisis sobre esto, sin tropezar con
naza con un desconocido después del antes que nos el vicio de la extensión impropia de los conceptos
era tan familiar, decimos con inocencia. de la doctrina que sostenemos?
¡Como si lo familiar nos fuera conocido! Costó Hay tres significantes propuestos: pandemia,
mucho Psicoanálisis entender que la familia no es angustia, contención.
necesariamente el lugar más seguro para la niñez. ¿La pandemia es un impensable? Es Freud quien
Y costó porque además porque sigue siendo el es- subrepticiamente introduce el «Impensable», (Un-
pacio más necesario. Y el más añorado, aún en casos bedenklich). Y más allá de que aún tenemos una
en que nunca haya estado. Historizaciones monta- deuda de profundización con el concepto, no refiere
das en el deseo que se resiste a pegarnos la etiqueta a lo que queda afuera sino lo incluido, como dirá
de la inermidad. Ya veremos que, hablando de trau- en “¿Pueden los legos ejercer el análisis?”. En sus
mas, esta regresa disfrazada de terror de actualidad. propias palabras: “en la teoría admitimos sin dudar,
La psiquiatría tradicional tendrá a cargo el bau- sin pestañear, sin pensar (subr. mío) que el curso de
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los procesos psíquicos se regula automáticamente hay función paterna, pero como siempre, tributa-
Sumario I 494 por el principio del placer».
Juan Carlos de Brassi nos auxilia: “Por eso es
«impensable» querer entender el inconciente sin el
ria de aquella.
La maternalización protege del afuera amena-
zante, y hasta puede incluir defendernos del padre.
trabajo que lo produce y la «puesta a prueba» —as- Y del riesgo que podrían significar otros hermanos
pecto docimásico de lo dogmático— que lo consti- díscolos que nos ataquen, (infecten).
tuye. «Impensable» y «dogmáticamente» se funden, En términos de recuperar desarrollos, pense-
así, en un tiempo de insistencia, de perseveración, mos en los aspectos protectores del Superyó, tan
no de la exclusión que atraviesa las obstinaciones olvidados teóricamente.
corrientes…el término rehúsa cualquier prohibi- El Estado maternante permitió licuar parte del
ción en beneficio de una creación indeclinable.” pánico. El psicoanálisis ha de vérselas entonces con
Hay un prejuicio basado en el desconocimiento los remanentes. Es una gran oportunidad para la
y la banalización, aunque, tal vez, ¿por qué no? En tarea porque, mal que nos pese, los pacientes se en-
las resistencias que el Psicoanálisis despierta a su cuentran tuteándose con la angustia temprana, que
paso. Se mal dice que en catástrofes, acontecimien- no se resuelve con el vuelo gallináceo del fortaleci-
tos, hechos traumatizantes, nuestro trabajo debería miento del Yo.
ser puesto entre paréntesis para dar paso a interven- Oportunidad única de elaborar la desmentida.
ciones que den cuenta de la urgencia. Y otra vez de No sea cosa que, como diría Hannah Arendt, ampa-
Brassi: “Por eso el trabajo de Freud no satisface una rados en la banalización del mal, nos quedemos toda
urgencia, sino que la «urgencia» es puesta en pers- la pandemia haciendo estadísticas de cadáveres, por-
pectiva desde lo urgente para el campo analítico.” que esto también pasará como otras cosas, y lo trau-
Hace unos años Piera Aulagnier afirmaba que mático no tramitado será una carga incómoda.
una de las tareas del analista es ayudar a mitigar la
angustia del analizante. Es necesario saber de qué se Bibliografía de referencia
Abril 2020 trata. El efecto narcotizante de una intervención pos-
Ilustración de tapa:
pone y hasta puede entrar en complicidad con el Hannah Arendt- Eichmann en Jerusalén. Editorial Lumen
Rodolfo López Martino hecho traumático creando bolsones de pólvora que Jorge Garaventa- El malestar en la cultura de la crisis.
Distribución en Interior: D.I.S.A
estallarán a futuro. Por eso hablamos de “farmakon”, http://www.jorgegaraventa.com.ar/malestar.htm
en el sentido de cancelación tóxica del dolor. Juan Carlos De Brassi- Qué significa dogmático e impensable
Los artículos firmados son de exclusiva
responsabilidad de sus autores, No se trata de propiciar la asociación libre ante en Freud. Espacio psicoanalítico de Barcelona.
y no reflejan necesariamente la opinión los primeros efectos de la pandemia sino de tener https://www.epbcn.com/textos/2005/11/a-proposito-de-psicoa-
de la dirección.
en claro que estamos ante la exteriorización secun- nalisis-y-medicina-que-significa-dogmatico-e-impensable-en-
daria de traumas ineludibles que han sido consti- freud/
tuyentes de la psiquis temprana y reprimidos por Sigmund Freud- Lo ominoso- Obras completas. Tomo XVII.
fuerza del avance de la vida…y de la cultura. Amorrortu Editores
2 Conmoción en la subjetividad . Cuando irrumpe el Coronavirus, el Estado, de- Sigmund Freud. ¿Pueden los legos ejercer análisis? Obras com-
Nora Merlin
sarrolla una tarea que facilita, no simplifica, nues- pletas. Tomo XX. Amorrortu Editores
tras intervenciones. Sale a cobijar, a ofrecer Silvia Bleichmar- La Fundación de lo inconciente. Amorrortu

4 Niños, adolescentes y padres en épocas contención colectiva. Termina ahijando millones Editores
de coronavirus… de niños asustados. Lo que calmó y permitió me- Sylvie Le Poulichet-Toxicomanías y psicoanálisis. Amorrortu
Beatriz Janin ternos adentro a casi todos, fue, al decir de Rita Se- Editores
gato, la aparición del Estado maternando. También

6 Los Coronautas: pacientes y analistas en


cuarentena . 17 Tiempos difíciles
Sebastián Plut (Iatrogenia a distancia?). 25 Pandemia, angustia y contención:
Héctor R. Fischer Los efectos del virus en las personas
con discapacidad.
8 La experiencia de la alteridad en 18 Y en el diván…la pandemia Marcelo Rocha
tiempos de cuarentena Liliana Colautti
Sergio Zabalza
26 Pandemia, angustia, contención.
19 Cuando jugar es cosa seria
Silvio Bodnar
Analía Verónica Losada
10 Del miedo al espanto: la angustia
Ana María Gómez 27 Desafíos clínicos, la praxis en tiem-
20 El momento de actuar
pos de pandemia.
analíticamente. Psicosis y autismo.
Andrea Y. Fernández Pumilla
12 Pandemonium Jorge Marincioni
Mario Pujó
21 Un método terapéutico, en el 28 La violencia familiar liquida. Entre
contexto de la pandemia. el amor y el dolor
13 Vivir a la intemperie. Rosalía Julia Rowensztein Alejandra Libenson
Marcelo Pakman
22 Iatrogenia, Coronavirus, el psicólogo
29 El Estado Maternante, la Urgencia y
clínico y la virtualidad.
el Psicoanálisis.
15 Coronavirus: Pandemia, angustia y Claudio Edelstein
Jorge Garaventa
desencuentro.
Jorge Eduardo Catelli 23 Lo siniestro: Pandemia, angustia y
precarización de los lazos sociales
Federico Fort

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