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Todo el mundo tiene derecho a conocer el secreto de sus vidas, aunque sea
desgraciado, aunque sea trágico. Hay que saber de dónde se viene. Reconstruir
todo eso es la única manera de comprenderlo.
Mario BENEDETTI
De todos los elementos que hay que preparar al publicar un libro, la biografía de
autor es, sin duda, el más infravalorado. Un título y una portada impactante, así
como una sinopsis atractiva hacen la mayor parte del trabajo en la venta de un
libro. Sin embargo, jamás se debe pasar por alto ni descuidar la biografía, pues los
lectores van a leerla antes que el relato que has escrito. Tu valía, reputación y
credibilidad como autor también juegan un papel importante en la compra de tu
libro.
Una biografía versa sobre ti como autor, es decir, sobre una faceta tuya de tantas
otras que puedas desarrollar en tu vida. Selecciona aquello que creas importante,
lo más relevante que hayas realizado, y deja todo lo demás atrás.
3. Sé conciso
Como puedes observar, lo primordial es incluir información oportuna sobre tu estilo
y tu libro. Y más esencial aún: hacerlo de forma concisa y veraz. ¿A qué nos
referimos con estos dos conceptos? Por ejemplo, si tu novela trata sobre la vida de
un famoso ladrón y tú has trabajado en el centro penitenciario donde está
encarcelado, este dato debería figurar en tu biografía. Si tu libro está ambientado
en California y estudiaste durante varios años allí, lo cual te ha servido para
construir la historia, no dudes en señalarlo.
De igual manera, debes lograr que tu biografía sea veraz, así que no inventes ni
exageres experiencias. Si colaboraste una vez en tal revista, no digas que
participas habitualmente. Si estuviste en China menos de dos días y nunca te ha
interesado especialmente su cultura, no lo pongas como el viaje más deseado de
tu vida ni comentes que solo esas horas bastaron para conocer el país. Son
pequeñas-grandes mentiras que se notan, sobre todo, cuando la gente lee tu libro
y comprueba que está lleno de estereotipos. Tu credibilidad como autor caerá en
picado.
Cuando escribimos sobre nosotros mismos, pueden darse dos situaciones que van
a perjudicar tu biografía. La primera es la timidez extrema y la falta de confianza,
pensar que no tenemos nada interesante que contar sobre nosotros. Siguiendo
esta línea, acabaremos haciendo una biografía-CV sosa que, como hemos
apuntado, hay que evitar por todos los medios. La segunda situación se produce al
dejarnos llevar en exceso, lo que da origen a una verborrea incansable. Y esto no
se debe necesariamente a una cuestión de ego. Más bien, ocurre que a veces
hacemos demasiadas florituras en nuestro empeño por proyectar una imagen
idílica de nosotros mismos.
4. Datos obligatorios
Con independencia de las experiencias personales de cada uno, la biografía debe
contener algunos datos indispensables. Estos son:
Fecha y lugar de nacimiento.
Premios que hayas ganado. Esta información indica que sabes lo que haces y da
un motivo para confiar en ti.
Estudios y trayectoria, solo si es pertinente. Por ejemplo, cuando el objetivo de tu
libro es proporcionar consejos para las empresas y has trabajado como director
financiero o de marketing.
¿Es tu primera novela o ya has publicado antes? En este caso, ¿qué libros son?
¿Están relacionados con el actual?
Datos atractivos que puedan generar interés en el lector. ¿Te sientes reflejado en
alguno de los personajes o los acontecimientos de la historia te tocan de cerca?
¿Por qué?
Grupos de escritores de los que eres miembro o talleres que impartes.
Tu web, blog o cualquier página profesional donde los lectores puedan reunirse
contigo. Es hora de que cedas el testigo al público y que sea este el que actúe.
Además, esto te revelará información muy útil sobre tus seguidores, como sus
gustos, lo que aumentará el feedback entre ambas partes.
Qué cursos te apasionan. No es nada interesante, así que déjalo para otros
espacios, como tu blog.
Contar a qué escritor has conocido, si fuiste su discípulo, si asististe al taller de tal
autor o persona famosa… Esto no te convierte en buen escritor ni alienta a leer tu
novela. Como mucho, la gente pensará: “pues bien por ti, chaval”, y luego
abandonará el libro donde estaba.
Datos irrelevantes del tipo “amo escribir al alba” o “tengo una casa de campo en la
que puedo concentrarme”. Aunque la biografía aporta datos sobre ti, en realidad,
no está dirigida a ti. El receptor, el ente activo es el lector. Y a él únicamente le
importa cierto porcentaje de tu vida privada, esa parte que le hará conectar con tu
libro. Ya habrá tiempo de darte a conocer más a fondo en tus páginas, en las
presentaciones…
Experiencia laboral. Ya hemos visto que, salvo que tu libro esté dedicado a la
empresa, ser director de marketing y tener la carrera de Empresariales no le
importa a nadie.
Tus influencias literarias. Deja que los lectores o los medios pregunten por este
tema si quieren, pero no lo incluyas en la biografía. Evita prejuicios como: “vaya…
Adora a Stephen King y ha escrito una historia de terror… Será una copia barata”,
“se compara con Juego de tronos. Ya quisiera…”. El único nombre que debe
quedarse en sus mentes es el tuyo.
No adjetivar u opinar. Borra ya mismo de tu cabeza las expresiones “escritor
apasionado”, “fascinante historia”, “ejemplo de creatividad”, etc.
Cuidado con usar un tono presuntuoso.