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1Pe 4:1  Por tanto,  ya que Cristo sufrió en el cuerpo,  asuman también

ustedes la misma actitud;  porque el que ha sufrido en el cuerpo ha roto con


el pecado,
Que texto tan revelador, creo haberlo leído en varias ocasiones pero siempre
se revela y completa cada vez más el entendimiento de las escrituras. El
sufrimiento nos conecta con Dios, así como Cristo sufrió, no se nos dice que
no sufriremos, sino que sufriremos igualmente, pero con una actitud que
surge de una mentalidad renovada. El sufrimiento corta todo lazo que el
pecado quiera poner a nuestras vidas, nos perfecciona o purifica.
1Pe 4:2  para vivir el resto de su vida terrenal no satisfaciendo sus pasiones
humanas sino cumpliendo la voluntad de Dios.
Se sufre en el momento en el que se decide no satisfacer las pasiones y deseos
que surgen en nuestro corazón para ir en pos de la voluntad divina. El
enfrentamiento por que no se satisfaga la voluntad propia es intenso y lleva
tiempo, la negación de aquello que hemos creído ser, para ir en pos de lo
verdadero causa sufrimiento, pero solo hasta cuando se comprende la
verdad y el propósito del mismo.
1Pe 4:3  Pues ya basta con el tiempo que han desperdiciado haciendo lo que
agrada a los incrédulos,* entregados al desenfreno,  a las pasiones,  a las
borracheras,  a las orgías,  a las parrandas y a las idolatrías abominables.
No adentrarnos en lo divino, es perder el tiempo, perder la vida, este precioso
don que nos ha sido dado por igual a todos. Lo desperdiciamos cuando
vamos en pro del desenfreno en las drogas, la comida o los vicios, cuando
alimentamos la pasión desbordada y una sexualidad insana, cuando nos
excedemos en el consumo de bebidas alcohólicas o lo hacemos con
frecuencia, cuando nos entregamos a tener sexo con extraños o personas
diferentes en orgias, o cuando lo gastamos en las fiestas y en todo aquello
que idolatramos que le quita el primer lugar a Dios en algunos pueden ser
los deportes, la música, la pareja o la adoración a otros dioses.
1Pe 4:4  A ellos les parece extraño que ustedes ya no corran con ellos en ese
mismo desbordamiento de inmoralidad,  y por eso los insultan.
Es cierto, quien no ha tenido que enfrentar a familiares, y amigos entonces no
vive un verdadero testimonio de la verdad.
1Pe 4:5  Pero ellos tendrán que rendirle cuentas a aquel que está preparado
para juzgar a los vivos y a los muertos.
Todos sin lugar a dudas daremos cuenta de aquello que hemos hecho, es algo
de lo que todo podemos estar seguros.
1Pe 4:6  Por esto también se les predicó el evangelio aun a los muertos,  para
que,  a pesar de haber sido juzgados según criterios humanos en lo que
atañe al cuerpo,  vivan conforme a Dios en lo que atañe al espíritu.*
Pedro reconoce como verdadero el testimonio de la predicación del evangelio a
los muertos por parte de Cristo mismo cuando descendió a las partes bajas
de la tierra (Efesios 4:9). Porque es necesario que se viva conforme a Dios
en lo que es referente al espíritu.
1Pe 4:7  Ya se acerca el fin de todas las cosas.  Así que,  para orar bien, 
manténganse sobrios y con la mente despejada.
Si queremos orar y conocer la voluntad divina, nos es necesario mantenernos
sobrios, libres del influjo de cualquier sustancia que pueda afectar nuestra
mente, para que ella pueda ser despejada de todo pensamiento, todo
engaño y adentrarse en la verdad.
1Pe 4:8  Sobre todo,  ámense los unos a los otros profundamente,  porque el
amor cubre multitud de pecados.
Pedro trata los asuntos de la iglesia de manera particular, antes estaba de
acuerdo con la circuncisión pero ahora, reconoce que el amor cubre el
pecado, ya no son las obras de la ley, es el amor como ley que se impone en
el corazón del hombre para ir en pos de lo divino.
1Pe 4:9  Practiquen la hospitalidad entre ustedes sin quejarse.
La queja como hemos mencionado en otros estudios surge de un corazón que
no ha sido trasformado, que necesita ser sometido bajo el dominio propio
para que sirva con gusto a la causa de Dios.
1Pe 4:10  Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, 
administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas.
Si se ha recibido un don espiritual, este debe ser puesto al servicio de la iglesia,
para que como administradores fieles de esa gracia derramada sobre
nuestro ser, podamos dar cuentas a Dios.
1Pe 4:11  El que habla,  hágalo como quien expresa las palabras mismas de
Dios;  el que presta algún servicio,  hágalo como quien tiene el poder de
Dios.  Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo,  a quien sea la
gloria y el poder por los siglos de los siglos.  Amén.
Esta exhortación debe estar clara y debe ser meditada con frecuencia, pues no
todos se expresan como si expresaran las palabras de Dios mismo. Algunos
otros sirven a su acomodo y con la ley del mínimo esfuerzo, desdeñando el
poder de Dios. Servimos como instrumentos que dan gloria a Dios, todo lo
que hacemos y decimos debe ser honrado por aquel que sirve como si lo
hiciera Dios mismo y contara con su poder ilimitado.
1Pe 4:12  Queridos hermanos,  no se extrañen del fuego de la prueba que
están soportando,  como si fuera algo insólito.
La prueba ha de venir, como no estar preparados?, lo insólito seria no estarlo,
aunque parezca difícil de entender Pedro nos exhorta a vivir preparados
para enfrentar la prueba que vendrá acompañado con un fuego que
consumirá todo aquello que no pertenece a Dios. Si queremos crecer, y
aunque no lo queramos, el Padre si lo quiere y dispondrá en la medida de la
gracia que haya dispuesto para nosotros pruebas que nos obligaran a
confiar cada día más en él, pruebas que nos permitirán reconocer aquello
que nos ha sido imposible discernir o reconocer. No es fácil estar
preparados para la prueba, pero si podemos estarlo, primero reconociendo
que ella vendrá, segundo estando alertas, meditativos y conscientes cuando
ella llegue, de esta manera podemos vivirla y experimentarla de manera
diferente, no es lo mismo vivirla desde la inconsciencia a vivirla siendo
conscientes de lo que sucede.
1Pe 4:13  Al contrario,  alégrense de tener parte en los sufrimientos de Cristo, 
para que también sea inmensa su alegría cuando se revele la gloria de
Cristo.
Gócense, regocíjense de tener parte en Cristo en medio del sufrimiento, el
padecimiento, la aflicción o la adversidad. Porque cuando vivimos estas
cosas la gloria de Cristo se revela en nosotros y será perfecta cuando el
haya de revelarse. Nos gozamos porque el sufrimiento nos hace participes
de la verdad, nos hace más como el, nos bendice aunque no lo parezca, y
por ultimo nos gozamos porque los frutos del Espíritu se hacen más
evidentes con el sufrimiento y el gozo es uno de ellos.
1Pe 4:14  Dichosos ustedes si los insultan por causa del nombre de Cristo, 
porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre ustedes.
Pedro recuerda las bienaventuranzas y nos recuerda que cualquier vituperio,
insulto, humillación, degradación o desprecio por causa de la verdad que es
Cristo, genera más paz, más gozo, más limpieza de nuestro corazón por
causa del Espíritu que mora en nosotros.
1Pe 4:15  Que ninguno tenga que sufrir por asesino,  ladrón o delincuente,  ni
siquiera por entrometido.
Se nos exhorta a vivir una vida en donde nuestras emociones vivan bajo el
dominio propio, pues quien mata lo hace motivado por sus emociones
desbordadas, por temor o por venganza; para que nos seamos codiciosos y
avaros en donde el robo o la delincuencia pueden surgir; y que por ultimo
dejemos de entrometernos en aquello que no nos incumbe para evitar
conflictos innecesarios.
1Pe 4:16  Pero si alguien sufre por ser cristiano,  que no se avergüence,  sino
que alabe a Dios por llevar el nombre de Cristo.
Si alguien sufre por ser de Cristo, por predicarle, por hablar de él, por ser como
él, entonces que alabe el nombre del Señor, porque su sufrimiento se
revelara en gloria.
1Pe 4:17  Porque es tiempo de que el juicio comience por la familia de Dios;  y
si comienza por nosotros,  ¡cuál no será el fin de los que se rebelan contra el
evangelio de Dios!
Pues el Juicio eterno se revela primero en la familia de Dios, eso es justicia,
nosotros somos los primeros en experimentar el juicio de Dios sobre
nuestras vida, por eso no debemos temer a lo que nos sucede, sino que
entreguémonos voluntariamente a ese justo juicio que nos hace participes
de la bondad, el amor y el perdón de Dios, para que el juicio sobre aquellos
que se rebelan contra la verdad tengan al final el justo pago por sus
acciones.
1Pe 4:18  "Si el justo a duras penas se salva,  ¿qué será del impío y del
pecador?"*
Y hace referencia a Proverbios 11:31 en donde el salmista reconoce una
tremenda verdad, si penosamente el justo puede experimentar la salvación,
que será de aquellos que no practican la justicia y la verdad?. Notemos que
Pedro hace diferencia entre el impío o incrédulo y el pecador que es aquel
que desobedece a Dios, porque los nombra aparte?, ambos se encuentran
lejos de la salvación ofrecida por Dios, el uno porque en su mente ha
decidido no creer y confiar en sí mismo, y el otro porque aunque conoce
abiertamente prefiere desobedecerlo, dos cosas aparentemente diferentes
que confluyen en un mismo fin, ser apartados de Dios.
1Pe 4:19  Así pues,  los que sufren según la voluntad de Dios,  entréguense a
su fiel Creador y sigan practicando el bien.
Sé que cuando practicamos el bien parece ser que las cosas fuesen peor, las
cosas no salen, las dificultades aumentan, las adversidades igualmente,
pero es necesario que aquel que se entrega a Dios, reconozca que su
sufrimiento tiene un propósito, su entrega no será en vano y que el morir es
ganancia en Cristo nuestro Señor y Salvador.

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