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Isidro Pérez Hidalgo

Jorge Cuadros Fernández


Chema Nieto Castañón
Coordinación, Corrección y Revisión Técnica

HIPNOSIS EN LA PRACTICA CLÍNICA

Volumen I TÉCNICAS
GENERALES

EDITORIAL

Avenida Reina Victoria, 8. 2S Planta. 28003 Madrid Tel.: 91


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© Isidro Pérez Hidalgo, Jorge Cuadros y Chema Nieto (Coordinación, Corrección y Revisión Técnica)

© Editorial EOS
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I.S.B.N.: 978-84-9727-437-1
Depósito Legal: M-9292-2012

Preimpresión: Ubica-t Soluciones Creativas

Impresión: CIMAPRESS

Printed in Spain - Made in Spain


índice

Prólogo ............................................................................................ 5

Dr. José Cabrera Fomeiro

Prefacio ............................................................................................................ 9

Capítulo 1. Introducción a la hipnosis:


definiciones y situación actual .......................................................................... 11
Isidro Pérez Hidalgo

Capítulo 2. Variables psicológicas en la hipnosis ........................................... 25


Jesús Romeo Arguedas

Capítulo 3. Variables biológicas en la hipnosis ............................................... 43


Jorge Cuadros

Capítulo 4. Sugestibilidad e hipnotizabilidad ................................................... 59


Chema Nieto

Capítulo 5. Evaluación de la sugestionabilidad ............................................... 79


Carlos Conde Arranz

Capítulo 6. Técnicas de inducción hipnótica ................................................. 107


Carmen Puerta Lanzan

Capítulo 7. Técnicas de inducción naturalistas ............................................. 125


Feo. Javier Rodríguez del Valle

Capítulo 8. Técnicas de profundización ......................................................... 143


Nadia Peláez Rodelgo

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4 índice

Capítulo 9. Sugestiones poshipnóticas y


técnicas de deshipnotización.......................................................................... 171
Carlos Ramos Gascón

Capítulo 10. Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora .... 197


Matilde Santos Leal

Capítulo 11. Memoria, amnesia e hipnosis .................................................... 217


Chema Nieto, Jorge Cuadros e Isidro Pérez Hidalgo

Capítulo 12. Anestesia y analgesia ................................................................. 233


Isidro Pérez Hidalgo

Capítulo 13. Habilidades del hipnoterapeuta ................................................. 255

M3 Isabel Ladiñán Moreno

Epílogo ............................................................................................................. 287

Listado (alfabético) de autores ....................................................................... 289

Referencias bibliográficas ............................................................................... 291

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Prólogo

Desde las brumas de los tiempos más remotos en los que la ignorancia era
absoluta, hasta los tiempos modernos en los que la ignorancia ha dado paso a la
sorpresa por lo que aun ignoramos, que es casi todo, ha latido la necesidad de
conocer nuestra conducta y explicarnos el porqué de las sensaciones, sentimientos,
¡deas y todo lo que tiene que ver con el pensamiento y la afectividad.
Pues bien, en ese camino en búsqueda de nuestro interior más íntimo han
existido todo tipo de interpretaciones, hipótesis y especulaciones, que siempre han
estado en la tenue línea entre lo mágico y lo racional, línea que en ocasiones no es
tan tenue ni tan delgada como pudiera parecer, y todo el esfuerzo no nos ha llevado
demasiado lejos.

Es en este peregrinaje hacia nosotros mismos que se abrió paso la hipnosis


desde hace mucho tiempo atrás, y sobre la que ha circulado siempre un halo de
misterio y un conjunto de leyendas urbanas, que no han hecho otra cosa que alterar
la realidad de esta práctica clínica y exploratoria, que los años por el contrario han
consolidado.

Aunque existen algunos antecedentes del uso de técnicas parecidas a la


hipnosis empleadas por los médicos de los faraones en los denominados Templos
del Sueño, no vamos a tener un acercamiento aceptablemente serio a la misma
hasta el siglo XVIII con el archiconocido Franz Antón Mesmer, que formuló con su
célebre Teoría del Magnetismo Animal los primeros pasos de la posibilidad de la
terapia psíquica por medio de la sugestión.
Mesmer explicó que de todo ser vivo emanaba una forma de energía muy
parecida al magnetismo de algunos minerales y que podía transmitirse dicha
energía de unos seres a otros con posibilidades curativas para distintas
enfermedades.
Este médico austríaco, que no hizo distinción de clases sociales y se dedicó de
pleno a tratar todo tipo de afecciones, llegó a tratar al Rey de Francia, razón por la
que en un momento dado la Academia de Medicina del país más culto de aquella
Europa del XVIII en sesión plenaria estudió sus métodos y llegó a definir
taxativamente que tal energía no existía. Pero entonces, ¿por qué tuvieron lugar
tantas curaciones en aquel París extasiado por este genial médico?

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6 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Los discípulos de Mesmer llegaron a modificar las teorías de su maestro y


empezaron a hablar de "sueños magnéticos", que se debían a un peculiar estado
psíquico de las personas influenciadas, que empezaron a denominar sugestión,
pero el asunto seguía sin estar nada claro.
Casi medio siglo largo después, un médico inglés, James Braid, ya en pleno XIX,
fue el primero en acuñar el término hipnosis enunciando una de las formas que lo
explicaban: "la fijación sostenida de la mirada paraliza los centros nerviosos de los
ojos y sus dependencias que, alterando el equilibrio del sistema nervioso, produce el
fenómeno".
Y así de esta manera nos introducimos en plena psiquiatría y psicología
francesas con Charcot, maestro entre maestros, que llevaría esta hipnosis hasta los
lugares más altos de su historia, reflexionando muy seriamente sobre el origen de
estos estados de trance en los cuales las personas sufrían sensaciones que luego
no recordaban, curaban tensiones psíquicas que les atormentaban, e incluso podían
ejecutar algunas conductas ordenadas por el hipnotizador en un estado de semi
inconsciencia, razón ésta última de la que nació la leyenda de que bajo la hipnosis
un individuo podía convertirse en un mecanismo letal, leyenda que aún se conserva
en nuestros días a pesar de la aparente racionalidad con la que creemos que vemos
nuestra realidad.
De las experiencias de Charcot nacieron dos escuelas opuestas, una la de
Bernheim, que persiguió el uso de la hipnosis para la curación, y otra la de Freud,
que prefirió la interpretación psicoanalítica por él creada, y así hasta nuestro
momento histórico.
Hoy, dejados atrás siglos de oscuridad, especulación, y espectáculos de circo o
televisión (que tanto daño han hecho al estudio serio de la hipnosis), podríamos
definir la hipnosis como un estado mental peculiar, o quizás un grupo de actitudes
psíquicas generadas a través de un procedimiento llamado inducción hipnótica, que
nace de una serie de instrucciones y sugerencias preliminares generadas por un
hipnotizador o incluso pueden ser auto administradas.
O como expresa la Asociación Psicológica Americana después de un amplio
consenso de profesionales: "Estaríamos ante un procedimiento durante el cual el
sujeto es informado de que se le van a presentar experiencias imaginativas,
posteriormente por medio de la inducción hipnótica, que es una sugestión inicial
extendida para usar la propia imaginación, y puede conte-

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Prólogo 7

ner elaboraciones posteriores a la introducción, el sujeto entraría en un estado


sobre el que aun hoy hay discusión pero que se denomina "estado hipnótico", en el
cual habría cambios en la experiencia subjetiva, alteraciones en la percepción,
sensación, emoción, pensamiento, o comportamiento, para despertar con
modificaciones más o menos duraderas en alguna de las facetas psíquicas
intervenidas"

Sea cual sea la definición o plataforma intelectual sobre los fundamentos de la


hipnosis, hoy ya no estamos perdidos en la noche de las dudas, y las modernas
técnicas objetivas de investigación de los estados de la conciencia como la
Resonancia Magnética Funcional, la Técnica de Emisión de Positrones en el
Cerebro, el Mapping Bioeléctrico y los Potenciales Evocados, nos han enseñado
que existen diferentes estados de ésta y otros de la denominada inconsciencia, que
darían el sustrato teórico a la hipnosis tal y como se concibe en nuestros días.

Y por si fuera poco, hoy la hipnosis se está enfrentando con éxito aceptable en
muy distintas alteraciones, hábitos nocivos o sufrimientos psíquicos como el
tabaquismo, algunas dependencias químicas y o conductuales, determinadas
fobias, algunos estados no mórbidos de obesidad, contra el dolor (una de sus
dianas principales), para reforzar algunas facultades normales como la atención y la
memoria, afecciones psicosomáticas como el Colon Irritable, y así un largo etcétera.
La controversia actual surge no obstante en los ensayos comparados entre los
efectos de la hipnosis y la administración de fármacos placebos, encontrando los
investigadores muchas similitudes que no acaban de convencer a los detractores de
la hipnosis, sin caer en la cuenta que el componente sugestivo de las medicaciones
"reales" para algunos profesionales de la medicina, entre los que se cuenta este
prologuista, están hasta en un porcentaje del 50% del efecto total.
Por lo anterior, hoy en realidad, años después de la famosa frase "no hay
enfermedades sino enfermos", no podemos despreciar la interrelación entre el soma
y la psique, sabiendo todos los técnicos de la salud que en igualdad de
circunstancias, condiciones, enfermedad y pronóstico, dos enfermos pueden
reaccionar de forma muy distinta ante una alteración, siendo tan diferente la
respuesta que en ocasiones podríamos hablar de la misma supervivencia.

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8 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Es ahí donde la hipnosis se merece un puesto en la ayuda al hombre sano, el


hombre enfermo y la propia investigación, y no se puede sin más obviar no solo su
existencia milenaria, sino sus efectos positivos en muy distintos trastornos,
modificaciones de conducta o mejoras en las aptitudes.
Este amplio, profundo y trabajado estudio sobre la Hipnosis, que ha dirigido y
coordinado el Profesor Isidro Pérez Hidalgo con un grupo de profesionales, que
tenemos ante nosotros, es con mucho el trabajo más desarrollado que en las últimas
décadas hemos podido leer sobre este mundo apasionante.

Los autores no solo repasan todas las definiciones, todas las teorías, y todas las
escuelas que han trabajado en la hipnosis, sino que desmenuzan sus argumentos y
los contrastan con el estado actual de los conocimientos científicos, abandonando la
pura explicación psicológica para contrastar los hallazgos con los datos
neurofisiológicos y psicobiológicos, dotando al texto pues de un sólido bagaje que
de ahora en adelante deberá constar en las bibliografías en lengua hispana de
cuantos quieran investigar este mundo peculiar.
Y es encomiable el texto porque no deja de ser la continuación en nuestros días
de una línea de investigación psiquiátrica y psicológica que en España tuvo
importantes autores, hoy ya históricos, como Camino Galicia, Cesar Juarros, Vallejo
Nájera (padre), Mira y López y otros muchos que trataron esta temática.
El libro que tenemos en las manos nos va a proporcionar una información muy
valiosa, difícil de encontrar reunida, que nos va a servir para posicio-narnos ante la
hipnosis sin misterio ni prejuicios, y abrir puertas a futuros campos de trabajo cuyo
objetivo siempre será mejorar en lo posible al hombre sano, y aliviar y/o curar al
enfermo con los instrumentos que la ciencia y el estudio nos han dado hasta la
actualidad.
El que hoy desprecie la hipnosis sin conocerla, movido por prejuicios a priori, o
hastiado de un uso mediático o televisivo anormal y tendencioso, estará amputando
lamentablemente una posibilidad de conocer otro campo, y lo que es peor,
privándose de un instrumento que durante cientos de años, sino miles, ha aportado
mejoras al ser humano.
José Cabrera Forneiro
Médico Psiquiatra

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Prefacio

Hay muchas preguntas que esperamos responder en este libro. Estas preguntas
podrían surgir en la mente de cualquier clínico interesado por la hipnosis. La palabra
"hipnosis" despierta recelos, dudas y temores en no pocos profesionales de la salud.
En otros, se disparan expectativas desmedidas ante una herramienta que a veces
se nos muestra como aparentemente prodigiosa.

Vamos a tratar de aportar una visión realista y constructiva sobre esta técnica,
sabiendo que la hipnosis se aprende mediante la práctica dirigida.
Leer este libro será una ayuda, pero de ningún modo la única formación que
deba recibir el hipnólogo.

Del mismo modo que las artes marciales no se aprenden mediante la lectura, la
hipnosis necesita de la enseñanza directa.
Partiendo de este principio, hay muchos porqués y cornos que encontrarán
respuesta en la presente obra. Respondiendo a los porqués nos adentraremos en la
teoría y el estudio experimental de la hipnosis. Los "cornos" serán desarrollados de
una forma que busca ser muy didáctica y practicable.

A lo largo de los diferentes capítulos se plantean enfoques diferentes sobre


determinados aspectos de la hipnosis. Hemos pretendido sin llegar a la con-
tradicción que los diferentes autores mantengan sus puntos de vista, imprimiendo su
personalidad y aportando sus matices ideológicos con respecto a los temas que se
tratan.
Este primer volumen se referirá a todo el desarrollo del proceso hipnótico, el
siguiente nos conducirá a las aplicaciones clínicas tanto en psicología como en
medicina.
Los que hemos escrito este tratado mantenemos desde hace mucho tiempo un
apasionado interés en la hipnosis por las posibilidades que nos ha aportado en
nuestra actividad terapéutica. Esperamos trasmitir al lector estas potencialidades y
recursos.
Isidro Pérez Hidalgo
Psicólogo Clínico
Presidente de la Sociedad Hipnológica Científica

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Introducción a la
hipnosis: definiciones
y situación actual
1
Isidro Pérez Hidalgo

En el siglo XXI, la hipnosis se ha ganado merecidamente un lugar relevante


dentro del conocimiento científico. Desde Mesmer hasta hoy, se ha recorrido un
largo camino con tramos muy tortuosos, pero hoy tenemos una base mucho más
sólida para considerar esta técnica como una herramienta útil en los campos de la
psicología, la medicina y otras disciplinas, y observarla desde el rigor y la lucidez,
desprovista de lo que podríamos llamar "amari-llismo pseudocientífico".
Insistimos en la palabra "herramienta". No se puede mantener hoy por hoy que la
hipnosis sea una terapia aparte, sino que se trata de una técnica que puede ser
utilizada desde diferentes enfoques. Así, se puede hablar de hipnoterapia
cognitivo-conductual, hipnoanálisis, hipnosis ericksoniana u otras opciones. Tal
como afirma Ramos (2002), "La experiencia enseña que cuando se emplea la
hipnosis con otras técnicas terapéuticas, el proceso se hace más corto y profundo.
Utilizada de este modo, la hipnosis parece actuar como una lente de aumento, que
permite desplegar al enfoque terapéutico lo mejor de sus cualidades".

En la presente obra, seremos más bien eclécticos a la hora de considerar la


hipnosis, aún siendo conscientes de que no es el camino más fácil.

1. Definir la Hipnosis
Los clínicos no solemos preocuparnos tanto por la precisión de las definiciones
de lo que hacemos, como lo hacen los investigadores.

Nos interesa que la hipnosis sea una técnica eficaz y conocer sus protocolos de
aplicación. No obstante, debemos consensuar una serie de puntos para encuadrar
nuestro trabajo.

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12 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Spiegel y Spiegel (2004) definen la hipnosis a partir de tres componentes que


deben confluir:
- Focalización de la atención.
- Disociación.
- Sugestionabilidad.

No cabe duda de que esta definición resume muy bien lo que la mayoría de los
que practicamos la hipnosis podemos observar en nuestro ejercicio diario, porque
efectivamente encontramos en el proceso una combinación de estas tres
características en mayor o menor medida.
Pero existen definiciones más amplias tal como comenta Nieto (2009) cuando
recoge el enfoque de la Sociedad Británica de Psicología (SBP) sobre la naturaleza
de la hipnosis.

"El término 'hipnosis' denota una interacción, habitualmente entre dos


individuos, en la que un sujeto emplea comunicaciones verbales (suges-
tiones) que implican en el segundo respuestas caracterizadas por una
cualidad de involuntariedad o de carencia de esfuerzo.
El contexto hipnótico habitual implica la presencia de dos individuos. El
hipnotizador emplea una comunicación verbal que puede considerarse como
normal, a pesar del empleo de sugestiones.
Las sugestiones son comunicaciones verbales capaces de estimular res-
puestas motrices o sensoriales en quien las escucha. Por ejemplo, suges-
tiones ideomotoras son aquellas que estimulan movimientos automáticos de
alguna parte del cuerpo de quien escucha, o bien inhiben su movilidad. "Tu
mano comenzará a elevarse ahora", "los ojos se están cerrando" o "tus
párpados se pegan más y más", son ejemplos de sugestiones ideomotoras
directas.
Las sugestiones pueden implicar también sensaciones (calor, pesadez,
insensibilidad), imágenes o experiencias auditivas, olfativas o gustativas.
También se pueden sugerir experiencias complejas, como la distorsión tem-
poral (la sensación de que el tiempo se acelera o enlentece) o la regresión de
edad (la vivencia de memorias tempranas como si tuviesen lugar en el

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Introducción a la hipnosis: definiciones y situación actual 13

momento actual). Asimismo existe la posibilidad de demorar la respuesta a


una sugestión dada, de modo que el sujeto pueda experimentar cualquiera de
las sensaciones descritas después de terminado el procedimiento hipnótico.
A este efecto se le denomina 'sugestión poshipnótica'.
Normalmente una sesión de hipnosis comienza con una 'inducción'. La
inducción hipnótica consiste en una serie de sugestiones que,
habitual-mente, ayudan al sujeto a concentrarse en su propia experiencia
sensorial. Es común que la inducción hipnótica implique una relajación
progresiva, aunque la relajación no es en absoluto necesaria para inducir un
trance.
Denominamos trance hipnótico al estado de absorción interior que
normalmente acompaña a la inducción. En buena medida el trance es similar
a estados psicofisiológicos comunes, como soñar despierto o como el estado
de concentración especial que tiene lugar cuando uno se centra en la lectura
de un libro o escucha música.
Cabe recordar que en ningún caso una sugestión hipnótica puede
motivar que un sujeto actúe en contra de su voluntad. A pesar de la
sensación de involuntariedad que acompaña a las respuestas hipnóticas,
toda acción que tiene lugar como respuesta a una sugestión hipnótica es
permitida por el sujeto, siendo siempre capaz (el sujeto hipnotizado) de
interrumpir o inhibir tanto la acción como el propio contexto hipnótico.
Dice el informe de la SBP, "Los procedimientos hipnóticos no son capaces,
por sí mismos, de provocar actos en la gente contrarios a su voluntad". Y
añade, "No obstante, las demandas del contexto en el que el procedimiento
hipnótico tiene lugar pueden ejercer presión en el sujeto, de manera que
acepte las instrucciones del hipnotizador", recordando que, especialmente en
la hipnosis de espectáculo, sujetos que en condiciones normales no
mostrarían un comportamiento aberrante, pueden mostrarlo, motivados por el
contexto y no por el procedimiento hipnótico. Un ejemplo sería la imitación de
animales ("ahora te conviertes en una gallina"), casi un clásico en la hipnosis
de espectáculo que, sin embargo, constituye un comportamiento que
difícilmente se desarrollaría en una consulta. Recordar lo mencionado más
arriba; en ningún caso el procedimiento hipnótico consigue suprimir la
voluntad del hipnotizado.

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14 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Además, aunque ¡os sujetos pueden concentrarse profundamente en ¡as


¡deas o imágenes sugeridas, habitualmente no pierden ¡a atención del medio,
conservando la comprensión de dónde están, qué están haciendo y por qué,
respondiendo apropiadamente a estímulos externos."
Como afirma Weitzenhoffer (2000), en realidad deberíamos distinguir "hipnosis"
de "hipnotismo", entendiendo este último término como el uso que le damos al
proceso hipnótico; sin embargo, la palabra "hipnosis" ha significado ambos
aspectos: proceso y uso de dicho proceso.

Existe un desacuerdo marcado entre las distintas concepciones de la hipnosis. Uno


de los temas más relevantes de estas discordias es la noción de la hipnosis
considerada como un estado específico de conciencia versus la teoría del no
estado.
En general, podemos decir que existen de fondo incluso dificultades semánticas
para poner de acuerdo a los diferentes autores con respecto a cómo podríamos
definir un estado de consciencia específico (preferimos la denominación de "estado
específico" en vez de "estado alterado", que en nuestro idioma tiene distintas
connotaciones que en inglés). Si existen correlatos fisiológicos o marcadores de
estos estados es algo que se presta a opiniones encontradas, ya que la
interpretación de los datos que se han acumulado en los últimos años a partir de
diferentes técnicas de exploración de las funciones cerebrales permite todavía
componentes de subjetividad.
Recientemente, los estudios con potenciales relacionados con eventos (ERP)
evidencian que los sujetos bajo hipnosis muestran marcadores característicos en
P300 mientras que los sujetos que sólo han recibido sugestión no los presentan. A
partir de estos resultados, Barabasz y Barabasz (2008) apoyan la hipótesis de que la
inducción hipnótica produce una respuesta diferen-ciadora. Otro enfoque resalta las
diferencias encontradas en los registros encefalográficos al estudiar la frecuencia
gamma (40 Hz). Esta frecuencia parece estar relacionada con la actividad de
determinados circuitos cerebrales y con los estados de conciencia. En diferentes
estudios, las oscilaciones gamma habituales en el estado de vigilia ordinario se
alteraron en sujetos muy hipnotizables, pero no ocurrió lo mismo en sujetos
pertenecientes a grupos de control o poco hipnotizables (De Pascalis, 2007).

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Introducción a la hipnosis: definiciones y situación actual 15

También cabe destacar el estudio de McGeown et al. (2009) a través de


resonancia magnética funcional. En dicho trabajo se compara a sujetos sometidos a
inducción hipnótica, en estado de reposo, con sujetos control, observándose en los
sujetos de hipnotizabilidad alta una disminución de la actividad cortical prefrontal
que no ocurre en los sujetos en los que no se ha realizado la inducción hipnótica (ver
reseña de Cuadros, 2009). Parece que en los últimos años se están acumulando
evidencias que favorecen a la hipótesis del estado.

No obstante, esta polémica resulta relevante desde el punto de vista de la


investigación, pero no trasciende a la terapia con hipnosis en su dimensión práctica.
La realidad es que la hipnosis constituye una importante herramienta terapéutica
que puede acomodarse a diferentes enfoques (cognitivo-conductual, dinámico,
gestáltico, etc.), y como afirma Ramos (2002) "aumentando su eficacia y reduciendo
el tiempo de terapia".

La anterior afirmación se fundamenta en un gran número de investigaciones


específicas sobre diversas patologías y en varios estudios en forma de
meta-análisis, como los de Barrios (1970), Kirsch (1992), Kirsch, Montgomery &
Sapirstein (1995). Los resultados de este último trabajo indicaban que al comparar
los datos de dieciocho estudios previos con problemas tales como insomnio, dolor,
ansiedad y obesidad, los pacientes que eran tratados mediante técnicas
cognitivo-conductuales catalizadas por hipnosis mostraban en al menos un 70% de
los casos una mejoría mayor que aquellos que habían recibido técnicas
cognitivo-conductuales sin hipnosis. Además, se observa en el citado estudio que el
tratamiento hipnótico consigue incluso una mejoría más acusada que el puramente
cognitivo-conductual en el período de seguimiento. Los autores concluyen que la
formación en hipnosis debería ser habitual como parte del entrenamiento en terapias
cognitivo-conductuales.
También debemos resaltar el meta-análisis de Flammer y Bongartz (2003), que
se basaba en 444 estudios previos, de los que se llevó a cabo una selección bajo
criterios de rigor experimental. El estudio se centró en la eficacia de la hipnosis en
diferentes contextos clínicos y patologías. Concluyen que la hipnoterapia arrojaba
sobre una muestra de unos 6.000 pacientes un 74% de éxito frente a un 27% de los
que no recibieron ninguna terapia. Hay que resaltar que este estudio global se centró
sobre una mayoría de informes en

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16 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

torno a la hipnosis que podríamos denominar estándar y una minoría de hipnosis


ericksoniana (uno de cada cinco estudios).
Zarren y Eimer (2002) consideran que la relajación profunda, la involun-tariedad
y el automatismo, características fundamentales de la hipnosis, permiten que se
produzca un aprendizaje terapéutico que tiene lugar de modo más rápido a niveles
cognitivos, emocionales y fisiológicos durante la psicoterapia u otras intervenciones
clínicas.
En este sentido, muchos autores coinciden en considerar a la hipnosis como un
potenciador de técnicas muy diversas: desensibílización sistemática, modelado
encubierto, replanteamiento cognitivo, etc. Figuras como Joseph Wolpe, Albert Ellis
o Arnold Lazarus han incluido en su trabajo terapéutico la hipnosis en este sentido
potenciador.
Como ha destacado Chapman (2006), "la terapia cognitivo-conductual y la
hipnosis comparten muchos elementos que aumentan la efectividad de la
integración clínica. El modelo cognitivo-conductual puede ser también un marco
para la integración de la terapia cognitivo-conductual y la hipnosis".
El campo de aplicaciones clínicas se ha ido haciendo cada vez más amplio,
abarcando problemas psicofisiológicos como: fobias, depresión reactiva, obesidad,
tabaquismo, trastornos psico-sexuales, estrés post-traumá-tico, dolor, etc.
(Hammond, 1990; Rhue, Lynn & Kirsch, 1993; Gibbons, 2000; Preston, 2001; Yager,
2009).
Otro aspecto interesante es que, en los últimos años, diversos investigadores
han encontrado que el grado de sugestionabilidad parece asociado con el tipo de
sintomatología que presenta el paciente. Según el modelo de Wickramasekera
(1988, 1996), clasificar los sujetos por su grado de sugestionabilidad tiene un valor
predictor de la posible evolución del paciente o de la propensión a determinados
problemas; este autor resalta que en los trastornos psicofisiológicos encontramos
que los pacientes son más propensos a desarrollar una patología si presentan
niveles marcadamente altos o marcadamente bajos de hipnotizabili-dad; no ocurre
en la misma medida en pacientes moderadamente hipnotizables.
Además, las conductas problemáticas pueden interpretarse en términos de
fenómenos hipnóticos autoinducidos a partir de las interacciones con el medio
(Araoz, 1981; Wolinsky, 1991; Gafner & Benson, 2003).

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Introducción a la hipnosis: definiciones y situación actual 17

Creemos que, con independencia del mencionado debate estado-no estado, la


hipnosis presenta una serie de ventajas que los clínicos podemos apreciar
positivamente:
- La hipnosis genera expectativas positivas (Kirsch, 1985).
- La hipnosis nos permite trabajar con procesos no conscientes (Hilgard,
1977).
- La hipnosis acorta el tratamiento (Dengrove, 1973).
- Las sugestiones poshipnóticas son una parte importante del tratamiento
(Yapko, 2003).
- La hipnosis puede reforzar el ego. Este concepto desarrollado por Hartland
(1971) se utiliza frecuentemente en los tratamientos hipnóticos para
aumentar la autoconfianza y la autoestima.
- La hipnosis induce un estado de ánimo positivo (Alladin, 2007).
- La autohipnosis es un complemento muy efectivo al trabajo en consulta
(Fromm & Kahn, 1990).
- La hipnosis produce habitualmente una relajación muy profunda
(Ed-mondston, 1 981).

Estamos observando que desde la década de 1 950 hasta la actualidad se ha


producido un aumento espectacular de la literatura científica en torno a la hipnosis y
muy especialmente desde los estudios de Weitzenhoffer y Hilgard (1959) de la
Escala Stanford de Susceptibilidad Hipnótica en sus formas A y B.
También resulta especialmente interesante la tendencia a combinar la hipnosis
con las terapias de tipo cognitivo conductual (TCC). Así, mientras que a finales de
los años cuarenta se inició una convergencia entre la psicología dinámica y la
hipnosis (Wolberg, 1945; Schneck, 1953), desde los años ochenta hasta la
actualidad se ha ido desarrollando una fusión entre hipnosis y procedimientos
basados en la TCC. No obstante, ya en 1949, Salter había definido la hipnosis
desde el condicionamiento clásico y Wolpe, también desde una perspectiva de la
psicoterapia basada en el aprendizaje, utilizó la hipnosis como
contracondicionamiento a las respuestas de ansiedad en la década de los cincuenta
(véase Salter, 1949; Wolpe, 1958). Además, debemos tener en cuenta que, desde
una perspectiva ecléctica, la hipnosis ha

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18 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

tenido diferentes modos de integración en paquetes de


tratamiento (Sacerdote, 1972)
Disponemos en la actualidad de múltiples revistas especializadas en esta
materia: "International Journal of Clinical and Experimental Hypnosis", "American
Journal of Clinical Hypnosis", "Contemporary Hypnosis", son algunas de ellas.

Por todo ello, pensamos que esta tendencia al crecimiento seguirá, entre otros
motivos porque la hipnosis en sí misma está ramificándose y creciendo de forma
rápida, alejándose cada vez más de sus versiones no científicas.

2. Información al paciente
Es muy habitual que el paciente que requiere tratamiento hipnótico traiga consigo
unas expectativas poco ajustadas a la realidad. Habitualmente, encontramos en la
práctica clínica una diferencia entre los pacientes que han sido derivados por otro
especialista y aquellos que acuden por propia iniciativa. En el segundo caso es
donde encontramos más frecuentemente conceptos equivocados acerca de la
verdadera naturaleza de la hipnosis y de la aplicabilidad al problema que traen a la
clínica. En cambio, aunque también en el primer grupo es necesaria una labor
preliminar de información y de corrección de falsas expectativas, el filtraje que ya ha
hecho el especialista que nos remite el caso nos facilita la tarea de delimitación de
conceptos y del "screening" del motivo de consulta.
Un punto importante es saber por qué, si el paciente viene por iniciativa propia,
ha elegido el tratamiento con hipnosis y por qué cree que esta técnica le puede
ayudar más que otros procedimientos terapéuticos. (Aquí también es necesario que
el paciente entienda que vamos a aplicar la hipnosis dentro de un paquete de
medidas, en combinación con técnicas que podrían no estar basadas en la
hipnosis).
Las respuestas del paciente a la pregunta anterior pueden ser muy variadas, a
veces llamativas. Reflejan en muchos casos una ¡dea de la hipnosis que tiene que
ver con la omnipotencia o el carácter de panacea que el saber vulgar le atribuye. Por
ejemplo, hemos tenido consultantes que nos pedían

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Introducción a la hipnosis: definiciones y situación actual 19

regresiones a otras vidas, recuperación de poderes parapsicológicos, crecer en


estatura y otros usos exóticos. Conviene en estos casos explicar con detalle qué es
y qué no es la hipnosis, tratando de buscar alternativas más racionales al problema
que el paciente busca solucionar de una forma un tanto estrambótica. Sabemos que
detrás de esas demandas existen problemas reales que podrían mejorar con la
aplicación de la terapia, sin tener que recurrir a vias "mágicas".

¿Cuáles son los mitos más importantes acerca de la hipnosis y que por tanto
tenemos que clarificar?
Mito 1. La hipnosis equivale a estar inconsciente. Este probablemente es el
mito más habitual y que más cuesta desarraigar del sistema de creencias que nos
trae el paciente. Durante mucho tiempo se ha creído que la persona hipnotizada
está "dormida" y por tanto no es consciente de los mensajes o las maniobras que se
realizan con ella durante el proceso. Es frecuente que a pesar de que se haya
suministrado al sujeto esta información previamente al trance, una vez terminada la
hipnosis recibamos la queja de: "he sido consciente todo el tiempo".
Es bueno que el paciente entienda que sin consciencia no hay comunicación, y
que mal podríamos ayudarle si se encontrara en un estado tan profundo como el
sueño. Es más, en hipnosis se es más consciente de muchos e\emen\os
ambientales, aunque desde un cierto distanciamiento emocional, una vez que se ha
conseguido una cierta profundidad.
Podemos decir como explicación previa al paciente:

"Usted oirá perfectamente todo lo que suceda a su alrededor, incluso puede que
los sonidos los perciba con mayor nitidez, puede que incluso se sienta más despierto
aunque muy relajado".
Mito 2. En la hipnosis se doblega la voluntad del sujeto. No
cabe duda de que esta idea provoca no pocas suspicacias en el paciente, que cree
que va a abandonar.su control poniéndose en manos de otra persona sin poder
negarse a obedecer a las sugestiones que se le administren. La hipnosis de
espectáculo y algunas películas o lecturas de ficción han contribuido a que esta
creencia errónea siga estando muy difundida. Algunos autores recomiendan, para
evitar los temores del paciente, que la palabra "hipnosis" sea susti-

© Editorial EOS
20 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

tuida por "relajación", "imaginación" o similares. Pensamos que no es lo más


adecuado, ya que si el consultante descubre que estamos haciendo hipnosis,
aunque le hayamos dado otro nombre, puede sentir todavía más recelos con-
siderando que el terapeuta le ha engañado. Por ello, pensamos que es mejor que el
paciente cuente con una definición adecuada de lo que es el proceso hipnótico,
antes de recurrir a etiquetas innecesarias.
"En la hipnosis nunca se pierde la voluntad, si yo le diera una sugestión que fuera
en contra de sus deseos o de sus normas morales, usted podría negarse o
interrumpir el trance a voluntad. Este es un mito que se origina en los espectáculos
de hipnosis, pero debe entender que hay muchos trucos en el escenario que
permiten crear en el espectador la ilusión de que ocurren determinadas cosas que
en realidad no son así. Usted solo responderá a las sugestiones que sean acordes
con su voluntad y con el propósito de la terapia, aún cuando a veces pueda sentir
que sus reacciones son automáticas".

Mito 3. Todos los recuerdos que aparecen en la hipnosis son reales.


Sabemos que las memorias que surgen a lo largo del proceso hipnótico pueden
estar muy distorsionadas. Es frecuente la fabulación y la creación de falsos
recuerdos. Al mismo tiempo, la regresión tiene una utilidad clínica importante si
sabemos otorgarle su verdadera función: el aumento de recuerdos puede a veces
descubrir eventos sensibilizadores o situaciones clave fundamentales para la
terapia o para la hipnosis forense, sin embargo corremos el riesgo de confundir la
percepción subjetiva con la realidad objetiva, como ocurre en supuestas regresiones
a otras vidas o en otros contextos en los que se echa de menos un examen crítico de
los procedimientos utilizados y de los datos obtenidos.

Al paciente se le puede comunicar:


"Dentro de la hipnosis, no podemos dar por bueno cualquier recuerdo. Usted
podría tener evocaciones muy vividas, pero que no coincidan con lo que ocurrió
realmente. Por tanto, todo el material que surja lo analizaremos para ver hasta qué
punto nos ayuda a entender mejor su problema o que credibilidad le podemos dar".

Mito 4. La hipnosis es peligrosa. Es frecuente que las personas que atribuyen


a la hipnosis poderes desmedidos imaginen también peligros super-

© Editorial EOS
Introducción a la hipnosis: definiciones y situación actual 21

lativos. Aunque la prudencia ha de ser siempre nuestra primera medida, son muy
escasas las posibilidades de dañar al paciente si se ha hecho una historia clínica
adecuada. Sabemos que la esquizofrenia u otros tipos de psicosis nos van a obligar
a ser especialmente cautos por la posibilidad de potenciar delirios o alucinaciones.
También es aconsejable el uso racional de las técnicas regresivas para evitar
respuestas emocionales desequilibradoras. No obstante, como se ha subrayado
muy frecuentemente, la hipnosis presenta pocos riesgos en manos de un
profesional de la salud con una base sólida en el manejo de esta técnica.

Podemos decir al paciente:


"No debe estar preocupado, ya que la hipnosis no es peligrosa. Como todas las
técnicas, en algún caso podría originar dificultades, sin embargo es muy poco
probable que esto ocurra. Puede tener la certeza absoluta de que, en todo caso,
ninguno de esos efectos negativos sería irreversible. Sentirá una tranquilidad
especial durante todo el proceso. Una vez terminada la sesión es probable que
tenga una ligera somnolencia. También le pediré que no conduzca hasta
transcurridos unos veinte minutos, y sería bueno que camine dando un paseo antes
de montarse en su coche. No son necesarias más precauciones."

Mito 5. El sujeto hipnotizado podría no "despertar" del trance.


No se sabe de ningún caso bien documentado en el que haya ocurrido esto. Aunque
de vez en cuando nos surgen en la consulta pacientes que se encuentran tan
profundamente relajados que se resisten a salir del estado hipnótico, sabemos que
esto no es un problema demasiado complicado, en contra de lo que muchos creen.
Elman (l 964) expone formas de proceder en estos casos.

Se puede presentar esta cuestión al paciente así:


"Usted podrá salir del estado hipnótico en cualquier momento que lo desee, ya
sea que yo se lo indique o que usted tomara esa iniciativa. No existe la posibilidad de
que se quede atrapado en un estado de concentración, este mito está relacionado
con otro mito que antes le explicaba, el de la pérdida de voluntad."

Existen otros mitos, pero estos son los más importantes. Algunos autores
abogan por un modelo de consentimiento informado, lo que indudablemente puede
ahorrarnos una serie de problemas, aunque en cualquier caso la expli-

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22 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales
I
cación que le demos al usuario de la hipnosis ha de ser siempre directa y personal.
No es suficiente que lea una serie de puntos, sino que la información ha de ser
particularizada y es deseable que, antes de iniciar el tratamiento, las dudas queden
resueltas desde la confianza con el terapeuta, que responderá a las dudas desde
una actitud de comprensión.

3. Áreas de aplicación de la hipnosis


En un volumen posterior trataremos de un modo más amplio esta cuestión.
Mencionar ahora que, a lo largo de su desarrollo histórico, la hipnosis se ha hecho
relevante en las siguientes áreas:

- Medicina. Psiquiatría, dermatología, anestesiología, gastroenterología,


podrían considerarse las especialidades en las que se han publicado más
trabajos empleando la hipnosis como herramienta, aunque ha habido también
aportaciones interesantes y significativas en otras ramas.
- Psicología clínica. Trastornos por ansiedad, trastornos psicofisiológicos de
muy diversos tipos, control del dolor, problemas psicosexuales, tabaquismo y
un largo etc.
- Psicología del deporte. Para aumentar el rendimiento atlético, mejorar la
concentración, incrementar la motivación o minimizar reacciones
emocionales negativas, entre otras posibilidades.
- Pedagogía. Mejorar el rendimiento escolar, disminuir la ansiedad de
evaluación, favorecer la atención, etc.
- Desarrollo personal. En este apartado, podríamos hacer referencia a técnicas
de autoayuda muy variadas a menudo orientadas hacia la espiritualidad, la
filosofía personal y/o la obtención de prosperidad. Aunque estos métodos
puede que no se denominen como hipnóticos, presentan similitudes muy
obvias con los procedimientos que consideramos característicos de estg
técnica.
- Usos forenses. La aplicación más habitual tiene que ver con la potenciación
del recuerdo en testigos de determinados acontecimientos de gravedad.
Aunque existe una considerable controversia sobre la fiabi-lidad de la
hipnosis para algunas aplicaciones periciales, lo cierto es que sigue siendo
utilizada especialmente en países anglosajones.

© Editorial EOS
Introducción a la hipnosis: definiciones y situación actual 23

4. Fases del proceso hipnótico


La hipnosis puede decirse que tiene fases bien diferenciadas, aunque dichas
fases están más delimitadas en la hipnosis que podríamos llamar convencional o
estándar que en la hipnosis naturalista o ericksoniana.

El primer paso deberíamos adjudicarlo al proceso que no obstante es previo a la


hipnosis, las pruebas de sugestionabilidad, donde evaluamos la capacidad de
respuesta que el paciente presenta de cara a la terapia con hipnosis. Este aspecto
se tocará en el capítulo correspondiente.
El segundo paso tiene que ver con la inducción. Podríamos llamar así al
conjunto de maniobras por las que llevamos al paciente de un estado vigil a un
estado hipnótico (los partidarios de la teoría del no estado diferirían en este punto,
aunque aquí podríamos hablar en vez de "estado" de "forma de procesamiento de
la información" u otras etiquetas apropiadas para los que creen que la hipnosis no
es un estado propiamente dicho).
El tercer paso es la profundización. Entendemos que la profundización nos
lleva a la producción de fenómenos hipnóticos progresivamente más complejos y es
una forma de aumentar esas características que definimos como propias de la
hipnosis: focalización de la atención, disociación, percepción de automatismos,
cambios en la activación psicofisiológica, etc.
Un cuarto paso se refiere a la intervención terapéutica, que llevamos a cabo
desde el momento en que entendemos que contamos con la suficiente
profundización. Podemos proceder con sugestiones terapéuticas dirigidas a la
modificación de una conducta, pensamiento o proceso, pero también se puede
realizar una recogida de información o exploración, dependiendo del caso que
estemos tratando y de la utilidad que queramos darle a la sesión hipnótica. Es el
momento, además, para administrar sugestiones poshipnóti-cas, siempre con un
objetivo terapéutico, para su ejecución después de que el sujeto haya salido del
trance.'

El quinto paso sería la deshipnotización, en la que devolvemos al sujeto a la


situación previa a la hipnosis.

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24 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

ESQUEMA GENERAL DE LA HIPNOSIS

PRUEBAS DE SUGESTIONABILIDAD

i
INDUCCIÓN

i
PROFUNDIZACIÓN

i
INTERVENCIÓN TERAPÉUTICA

i
DESHIPNOTIZACIÓN

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Variables psicológicas
en la hipnosis 2
Jesús Romeo Arguedas

En el presente capítulo abordaremos el estudio de las variables psicológicas que


concurren en el proceso hipnótico y determinan o influyen en el comportamiento
hipnótico y en su utilidad (efectividad, eficacia, eficiencia), clínica o terapéutica. En
principio, en un tratamiento mediante técnicas de hipnosis concurren las mismas
variables que en cualquier otro tipo de tratamiento psicológico o proceso terapéutico
de modificación de conducta. Por un lado está el paciente, por otro el terapeuta y,
entre ambos, la relación terapéutica. En la relación están incluidos, entre otros
aspectos, las técnicas, los problemas y otros aspectos situacionales y contextúales.
Tradicionalmente, los dos aspectos más estudiados han sido las técnicas y los
problemas. Idealmente, se ha tratado de aplicar técnicas concretas a problemas
concretos (A. Gavino, en Caballo 1995), por ejemplo, relajación para tratar la
ansiedad y desensibilización sistemática o inundación para el tratamiento de las
fobias. No obstante, los resultados no siempre han sido tan satisfactorios como este
encuadre prevé. Ante este problema, desde diversos encuadres psicoterapéuticos
se ha comenzado a ampliar el campo de estudio hacia variables del terapeuta, del
paciente y de la relación entre ambos. Puesto que en el presente manual se reserva
un capítulo al estudio de las habilidades del hipnoterapeuta, en este capítulo
incidiremos de forma más específica en las características del paciente y en las
situacionales o relaciónales.
Según Aurora Gavino: "Bergin y Lambert (1978) consideraban que las variables
del paciente son las más importantes para explicar los resultados terapéuticos.
Garfield (1978), sin embargo, ha mostrado que las medidas sobre el estatus inicial
del paciente no son predictores poderosos del resultado" (A. Gavino, en Caballo
1995). La explicación a este conflicto puede atribuirse a que no hay un criterio único
a la hora de elegir las variables relevantes del paciente, hecho recurrente éste en
cuantas investigaciones se llevan a cabo en el ámbito de la psicoterapia. No
obstante, algo que todo clí-

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26 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

nico sabe de primera mano es el papel primordial que desempeñan la motivación y


las expectativas del paciente en el resultado de la intervención. Otro aspecto
importante es el relativo al estilo atribucional del sujeto y su percepción de control
sobre el problema que lo lleva a la consulta. Así pues pueden establecerse las
siguientes cuatro categorías, según el estilo atributivo sea interno o externo y se
perciba como controlable o incontrolable. De este modo, favorece un buen resultado
en la intervención la característica de control (el sujeto cree que el problema puede
ser resuelto), tanto si cree que el problema depende de sí mismo (atribución interna)
como si estima que el problema objeto de tratamiento se debe a otras personas o
circunstancias (atribución externa). Por otro lado, un sujeto que considere que su
problema no tiene solución (no control) porque depende de características propias
inmodi-ficables (atribución interna), o bien que su problema se debe a terceras per-
sonas (atribución externa) o circunstancias en las que no puede influir (no control),
da lugar a una probabilidad de éxito muy baja.

Desde este punto de vista la variable control percibida por el sujeto puede ser un
buen predictor del éxito del tratamiento. Es preciso pues que el terapeuta, ante la
percepción de incontrolabilidad, emplee los medios a su disposición para
modificarlas. Por otro lado, ante la percepción de controlabili-dad, es necesario
analizar la validez del planteamiento del paciente en la atribución de las causas de
su problema.

Centrándonos en la aplicación de la hipnosis con fines terapéuticos, Barber, en 1


969, se propuso identificar las variables sociales, cognitivas y contextúales que
tenían una relación funcional con el comportamiento del sujeto hipnotizado y su
experiencia subjetiva. Barber prestó especial atención

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Variables psicológicas en la hipnosis 27

a las actitudes, creencias y motivaciones de los sujetos y a las características de los


procedimientos hipnóticos y las sugestiones (Lynn & Rhue, 1991). Barber sostenía
que, en último término, el comportamiento hipnótico es producto de muchas
variables que interactúan de formas complejas.
Lynn y Rhue se han dedicado a examinar variables candidatos (p. ej.: ima-
ginación, rapport, expectativas) que tanto la teoría como la investigación sugerían
que podrían tener un papel prominente o determinante en las respuestas de los
sujetos hipnotizados (Lynn & Rhue, 1991). Este es un planteamiento integrador.
Estos autores se declaran en deuda con el influyente trabajo realizado por Martin
Orne en 1959 en el que se destaca la importancia de establecer las exigencias de los
parámetros de la conducta y percepciones hipnóticas, o sea, las exigencias de la
situación. Según Orne, las respuestas hipnóticas reflejan la sensibilidad a las
exigencias de rol, explícitas e implícitas, que se desarrollan en el contexto de la
interacción entre el sujeto y el hípnólogo (Orne, 1959). El análisis llevado a cabo por
Lynn y Rhue también está influido por una perspectiva sociocognitiva, y por teóricos
inte-ractivo-fenomenológicos (Sheehan & McConkey, 1982), que ven al sujeto hip-
notizable como un procesador de información activo que investiga para conocer los
requerimientos del comportamiento hipnótico y lucha por alcanzar las exigencias
percibidas en la situación (Lynn & Rhue 1991). Estos mismos autores creen que la
riqueza, diversidad y complejidad de los resultados puede ser mejor comprendida si
se examina el papel de las variables situacionales, intrapersonales e interpersonales
en la consideración de las diferencias individuales en la respuesta hipnótica. Lynn y
Rhue (1991) reconocen que frecuentemente resulta difícil, si no imposible, aislar
variables sencillas en el transcurso de la experiencia hipnótica. Imágenes, esfuerzo
orientado a metas, actitudes, representaciones del hipnoterapeuta y expectativas,
por ejemplo, son vistas en mutua interacción y quizás como facetas inseparables del
transcurso de comportamientos y experiencias del sujeto. Dada la importancia que
estos autores atribuyen a la comprensión de esta mezcla dinámica de determinantes
sociales y cognitivos y constructos derivados de la psicología social y cognitiva, han
llevado a cabo un análisis caracterizado por un enfoque integrativo, para resaltar el
hecho de que consideran al sujeto hipr\ot\z.able covr\o un agente creativo que busca
e integra información desde una colección de recursos situacionales,
intrapersonales e interpersonales. La

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28 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

investigación de laboratorio llevada a cabo por Lynn y otros ha validado la


importancia de aspectos afectivos, relaciónales y de rapport; del set de respuestas y
expectativas; de los criterios o estándares de ejecución con los que los sujetos
valoran su éxito o fracaso en su respuesta a la hipnosis; de cómo se interpretan y se
procesan las comunicaciones hipnóticas, las sensaciones y las acciones; de los
motivos y fantasías dinámicos, a veces inconscientes, que entran en juego durante
la hipnosis y, por último, de las características del contexto hipnótico que
desalientan la consciencia y el análisis de los factores personales y situacionales
que influyen en la conducta hipnótica, es decir, que incentivan el «dejarse llevar»
(Lynn & Kirsch, 2004).
Kirsch, por otra parte, plantea la teoría de la expectativa de respuesta (Kirsch,
1985, 1990). En principio no es una teoría sobre la hipnosis, sino una extensión de la
teoría del aprendizaje social (Rotter, 1954; Bandura, 1977), en la que Rotter sugiere
que el resultado de una conducta tiene un impacto en la motivación de las personas
para realizar esa conducta específica. Las personas desean evitar las
consecuencias negativas, y obtener las positivas. Si uno espera un resultado
positivo de una conducta, entonces habrá más posibilidades de ejecutar dicha
conducta. La conducta se refuerza, con consecuencias positivas, llevando a la
persona a repetirla. La teoría del aprendizaje social sugiere que la conducta es
influenciada por factores o estímulos del entorno, y no únicamente por los
psicológicos. También contempla el hecho de que las consecuencias positivas
varían de una persona a otra y por tanto algo que no supone esfuerzo para una
persona puede serlo para otra. Por su parte, la teoría de la expectativa de respuesta
(Kirsch, 1985, 1990) parte del hecho de que los estímulos externos no son el único
tipo de consecuencias que anticipamos. Nosotros también esperamos diversas
reacciones a estímulos particulares y a nuestro propio comportamiento. Por ejemplo,
esperamos sentirnos más despejados si tomamos un café. Las respuestas
esperadas de este tipo se encuentran entre las consecuencias que las personas
valoran cuando deciden llevar a cabo una acción. Las respuestas esperadas tienden
a ser autoconfirma-das. Habitualmente esperamos consecuencias como quemarnos
si tocamos un objeto demasiado caliente, sentirnos cansados después de hacer un
esfuerzo físico, o algo somnolientos después de una copiosa comida. De algún
modo, podríamos decir que constantemente hacemos cálculos o previsiones de los
resultados de nuestros comportamientos. Asimismo, cuando esperamos sentir-

© Editorial EOS
Variables psicológicas en la hipnosis 29

nos ansiosos, deprimidos, relajados, alegres o aburridos, por ejemplo, nuestras


expectativas tienden a generar esos sentimientos. Es lo que se denomina profecía
autocumplida, si creo que no voy a poder levantarme de mi asiento, no podré
levantarme. Esta observación es la base de la teoría de la expectativa de respuesta:
las expectativas pueden generar respuestas no volitivas. En esta teoría se
consideran respuestas no volitivas a aquellas que surgen sin un esfuerzo deliberado
directo por parte del sujeto (p. ej.: una respuesta fóbica), sin tener en cuenta el
control percibido por el sujeto sobre su respuesta ni si es realmente posible tal
control. Por lo que la diferencia entre respuestas volitivas y no volitivas depende
únicamente de la vivencia del sujeto, de su atribución a la naturaleza de la
respuesta. Las respuestas no volitivas tienen en sí mismas un valor positivo o
negativo para el sujeto, más como resultados ante un contexto estimular
determinado que como acciones deliberadas. Las expectativas de su ocurrencia
afectan a la probabilidad con que una persona iniciará una conducta voluntaria
particular de acercamiento o evitación. (Jara & Martínez, 1999). Dado que las
expectativas de ocurrencia de una respuesta no volitiva influyen en la probabilidad
de inicio de conductas volitivas y que, además, las respuestas no volitivas tienen un
valor para el sujeto, éstas pueden considerarse como un reforzador de la conducta.
Básicamente, la diferencia entre respuestas volitivas y no volitivas radica en que las
primeras son fruto de la intención del sujeto, mientras que las segundas pueden ser
desencadenadas por la mera expectativa de su ocurrencia. La expectativa influye
pero no determina, mientras que la intención determina. Si, por ejemplo, lanzo un
dardo a una diana, el hecho de lanzar el dardo es una conducta volitiva, 100% de
probabilidad de ocurrencia, una vez que he decidido lanzarlo lo lanzo. Ahora bien,
dar en la diana es una conducta sujeta en parte a mi expectativa de éxito o fracaso
pudiendo ejercer esta expectativa una influencia decisiva. Obviamente, también
influyen otros aspectos como la práctica. Lo que destaca la teoría de la expectativa
de respuesta es la influencia de las expectativas en el comportamiento de las
personas.
Las respuestas no volitivas son, de algún modo, uno de los sellos distintivos de la
hipnosis y de fenómenos como el efecto placebo, al que Kirsch considera prototípico
de la confirmación de la expectativa de respuesta (Kirsch, 1990). Ahora bien,
llegados a este punto, en el que observamos que las expectativas de respuesta
generan respuestas no volitivas en estado de vigilia

© Editorial EOS
30 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

o en ausencia de inducción hipnótica, es razonable esperar que las expectativas de


respuesta tengan el mismo efecto en sujetos hipnotizados (Kirsch & Council, 1989).
Encontramos una primera evidencia en la alta correlación entre autoinformes de
respuestas no voluntarias de los sujetos y el número de sugestiones a las que los
sujetos muestran una respuesta observable (Bowers, Laurence & Hart, 1988). Por
otra parte, está demostrado que las expectativas de respuesta producen cambios en
la percepción y tolerancia al dolor, estado de alerta, relajación, tasa cardíaca,
presión sanguínea, excitación sexual, agresividad, funcionamiento gástrico,
agorafobia y depresión entre otros (Kirsch, 1990). Este tipo de respuestas
constituyen el foco de interés de la teoría del aprendizaje social. No hay muchas
variables psicológicas que puedan reclamar un espectro de efectos tan amplio y
bien documentado como la expectativa de respuesta (Kirsch, 1 990).
Tradicionalmente, las teorías sobre la hipnosis consideraban los efectos de las
expectativas de los sujetos como artefactos experimentales que debían ser
distinguidos de la esencia de la hipnosis (Orne, 1 959). Hoy en día las expectativas
de respuesta se consideran una parte fundamental del proceso hipnótico puesto que
contribuyen a él y son objeto de estudio de forma empírica, más aún, Kirsch y
Wickless (1989) demostraron experimentalmente que la sugestionabilidad puede
modificarse si influimos en las expectativas del sujeto.
El peso de las expectativas del sujeto cobra especial importancia en la práctica
clínica, donde la clarificación de conceptos y expectativas erróneas que el sujeto
puede tener acerca de la hipnosis es un asunto primordial, ya que es mucho más
probable que los individuos desarrollen sentimientos positivos y empleen mejor el
trance si piensan que han tenido una primera experiencia satisfactoria (Dowd, en
Caballo, 1995). De igual modo, muchos pacientes acuden a la consulta esperando
entrar en trance inmediatamente. Es recomendable satisfacer esas demandas,
puesto que los pacientes que obtienen aquello que piden tienden a mejorar más
(Lazarus, 1973), máxime teniendo en cuenta el papel que desempeñan las
expectativas del paciente en el proceso hipnótico. Por ejemplo, en el caso de
pacientes depresivos la mera expectativa de continuar deprimidos puede ser
suficiente para que se mantengan deprimidos.

Continuando con el estudio de las variables susceptibles de influir en la


sugestionabilidad hipnótica, una de las más prometedoras a priori fue la absorción.
Este constructo es un rasgo de personalidad que posibilita a la persona

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Variables psicológicas en la hipnosis 31

involucrarse en experiencias vividas a través de la imaginación hasta el extremo de


llegar a perder su sentido del yo. Dicho de otro modo, las personas altas en
absorción tienen gran facilidad para concentrarse en una tarea. Este cons-tructo
nace en los años sesenta, cuando se empiezan a encontrar correlaciones
consistentes entre sugestionabilidad hipnótica y medidas de la capacidad
imaginativa obtenidas mediante escalas que contenían ítems relacionados con
experiencias imaginativas, ensoñaciones y experiencias similares al trance en la
vida cotidiana (Council, 2004). La escala que dio origen al constructo absorción es la
Escala de Absorción de Tellegen (EAT), en su versión original de 1974 desarrollada
¡unto a Atkinson, posteriormente perfeccionada por Tellegen en 1981 (Council,
2004). Esta escala pretende medir la capacidad de un sujeto para dejarse absorber
por una tarea. Para un abordaje más profundo de esta escala ver Robles, Nieto,
Cuadros y Pérez Hidalgo (2010). Según Tellegen, los sujetos con puntuaciones
altas en la EAT: «responden emo-cionalmente a imágenes y sonidos atrayentes;
son cautivados fácilmente por estímulos fascinantes; piensan en imágenes y tienen
experiencias sinestésicas; pueden evocar y dejarse absorber por imágenes y
recuerdos muy intensos; presentan episodios de expansión de consciencia (estados
místicos, percepción extrasensoríal y otros; Edmondston, 1986)». En principio, la
investigación en absorción y variables relacionadas fue un punto de encuentro entre
enfoques teóricos opuestos, en el que todos coincidían en admitir que la capacidad
imaginativa era una clave para la respuesta hipnótica. No obstante, en un experi-
mento realizado en 1 983 por Council, Kirsch, Vickery y Carlson se encontró que la
correlación entre absorción y sugestionabilidad hipnótica estaba influida por las
expectativas (Council, 2004). En un estudio posterior de 1986, Council, Kirsch y
Hafner, administraron la EAT en dos situaciones experimentales diferentes: en la
primera situación, se administraba junto a una escala de hipnosis en la misma
sesión; en la segunda situación, las escalas se administraban en sesiones
diferentes de modo que no podían ser relacionadas por los participantes. Sólo
aparecieron correlaciones significativas entre absorción y sugestionabilidad en la
primera situación; es decir, cuando había relación entre ambas escalas. Council y
colaboradores explicaron este resultado argumentando que los sujetos usaron sus
respuestas a la EAT (34 ítems, formulados positivamente y de forma autodescriptiva
a los que hay que contestar si-no) para inferir sus niveles de sugestionabilidad lo
que generaría una expectativa

© Editorial EOS
32 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

que influiría en su respuesta a sugestiones hipnóticas de prueba. Este estudio


evidencia la influencia del contexto en la sugestionabilidad, ya que cuando ambas
escalas son administradas en la misma situación se obtienen correlaciones más
altas que cuando se administran en situaciones independientes. En estudios
posteriores se administró la EAT con posterioridad a la escala hipnótica en la misma
situación y se obtuvieron correlaciones significativas. Obviamente, la EAT no pudo
influir en las pruebas de sugestionabilidad. Council y colaboradores, propusieron
que la tendencia de los sujetos a mostrarse de forma congruente pudo contribuir al
efecto contexto (Council, 2004). «Sea evaluada primero la absorción o la
sugestionabilidad hipnótica en la misma situación de investigación los sujetos deben
formular apreciaciones de sí mismos basadas en su comportamiento durante la
primera medida. Los sujetos, basándose en su forma de entender las medidas,
tratarán de hacer consistente su actuación en la segunda medida con lo realizado en
la primera.» (Council, 2004). Otra estrategia experimental llevada a cabo por Council
y Green (2004) fue cambiar el enunciado de los ítems de la EAT formulándolos en
sentido negativo para averiguar cómo la redacción y el sistema de puntuación de la
EAT podían influir en la correlación entre absorción y sugestionabilidad. Sin
embargo, este cambio no afectó a la correlación entre la EAT y la sugestionabilidad
(Council, 2004). Este resultado es contrario a la hipótesis de que los ítems
afirmativos de la EAT influyen en la expectativa de respuesta. Otro aspecto
abordado por Council y Green (2004) es la posible influencia del prejuicio de
contestación de conformidad, sesgo por el que los sujetos responden un gran
número de ítems afirmativamente, en las puntuaciones de la EAT. Council y Green
encontraron una correlación significativa entre la EAT y la Escala de Respuesta de
Acuerdo, de Couch y Keniston (1960), que mide la conformidad en la respuesta
(Council, 2004). Por último, Council y Green (2004) elaboraron un cuestionario que
imitaba la EAT por la forma de sus ítems (autodescriptivos, afirmativos y con
respuesta si-no) pero cuyo contenido no tenía nada que ver con el de la EAT, es
decir, no estaba relacionado con la ensoñación, la hipnosis o episodios de
expansión de conciencia. Pues bien, «este cuestionario no sólo correlacionó
positivamente con la EAT, sino que también lo hizo con la sugestionabilidad
hipnótica cuando se administraba antes de la escala de hipnosis. Sin embargo, no
había correlación significativa cuando el cuestionario falso se administraba después
de la hipnosis. En contraste,

© Editorial EOS
Variables psicológicas en la hipnosis 33

la EAT correlacionó positivamente con la sugestionabilidad hipnótica en ambos


órdenes de administración. Council y Green interpretaron estos resultados indi-
cando que, además de la expectativa, la tendencia de la aceptación del estímulo y
efectos de consistencia pueden contribuir en la correlación de la absorción y la
sugestionabilidad hipnótica» (Council, 2004).

Otra variable a la que también ha prestado atención la investigación académica


ha sido la propensión a la fantasía. Wilson y Barber, en 1981, se interesaron por las
cualidades que distinguían a los sujetos hipnóticos excelentes de los normales. Una
de las características aparentes de los primeros, frente a los segundos, era tener
una gran facilidad para soñar despiertos, quedar ensimismados o abstraerse de la
realidad hasta quedar ausentes. Wilson y Barber denominaron a este tipo como
«personalidad propensa a la fantasía» que se distinguía por «tener un tipo de
personalidad caracterizado por una profunda implicación en un mundo privado de
fantasía, ensoñamiento vivido, recuerdos, experiencias sensoriales y
verbalizaciones de experiencias paranormales» (Council, 2004). Uno de los
aspectos clave de las personas propensas a la fantasía es su habilidad para
experimentar alucinaciones vividas que se experimentan como si fueran situaciones
reales. Estas experiencias no siempre tienen lugar de forma voluntaria y pueden
llegar a interferir con la actividad normal de la persona. Una mujer entrevistada por
Wilson y Barber declaró que el mero hecho de imaginar, mientras conducía, que un
niño se lanzaba a su coche podía desencadenar esa alucinación. Las
investigaciones de Wilson y Barber permitieron a éstos la elaboración del
«Inventario de Recuerdos e Imaginaciones de la Infancia» (IRII), en formato de
autoinforme, instrumento que ha facilitado otras investigaciones. Estudios
posteriores arrojaron resultados que respaldaban la postura de Wilson y Barber. No
obstante, una investigación de Council y Huff (1990) arrojó resultados contrarios, al
igual que el llevado a cabo por Council, Chambers, Jundt y Good (1990-1991).
También la influencia de la variable contexto ha sido investigada en este campo.
Green y colaboradores, en 1991, encontraron que la propensión a la fantasía
correlacionaba con la sugestionabilidad hipnótica, de forma baja pero significativa,
cuando se medían en situaciones distintas (Council, 2004). Pese a que se
eliminaron dos ítems del IRII referidos a la hipnosis, Silva y Kirsch, en 1992,
encontraron de nuevo un resultado favorable a la relación entre sugestionabilidad y
el IRII con independencia del contexto. No obstante, dada la amplitud

© Editorial EOS
34 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

del contenido del IRII, no está claro cuál de sus componentes es responsable de la
relación (Kirsch & Council, 1992).

A partir de la publicación en 1977 del influyente trabajo de Hilgard titulado:


«Conciencia dividida: Controles múltiples en el pensamiento y la acción humana» se
despertó el interés por comprender la relación de la disociación con la
sugestionabilidad hipnótica (Hilgard, 1977). En este libro Hilgard propone la teoría
neo-disociativa, basándose en un modelo cognitivo de escisión de la conciencia.
Esta teoría postula la existencia de un «Ego Ejecutivo» a modo de estructura de
«control central», que ocuparía el puesto más alto de una jerarquía de estructuras
cognitivas (subsistemas). El «Ego Ejecutivo» sería pues la estructura encargada de
supervisar y coordinar el resto de funciones de la personalidad. Bajo hipnosis, los
subsistemas, en lugar de ser activados por el control ejecutivo (control consciente)
se disocian de éste para ser directamente activados por las sugestiones del
hipnotizador. Esta reducción del control consciente, o ejecutivo en la terminología
empleada por Hilgard, sería la causa de la sensación de involuntariedad que
atribuyen los sujetos a las respuestas hipnóticas. Por otra parte, la reducción del
control ejecutivo dependería a su vez, en buena medida, de algún proceso que
actuara a modo de barrera mnésica y relegara las ideas, pensamientos y fantasías
del sujeto al inconsciente (Lynn & Kirsch, 2004). Basándose en la teoría de Hilgard,
Sanders, en 1986, elaboró la Escala de Alteración Perceptiva (EAP) para ser
empleada en la investigación de la hipnosis. Utilizando esta escala, por un lado,
Nadon, Register y Kihlstrom, en 1991, hallaron una correlación significativa, aunque
baja, entre sugestionabilidad y disociación. Por otro lado, Green, Kvaal, Lynn, Mare
y Sandburg, en el mismo año, informaron que la correlación era significativa,
únicamente, cuando la EAP era administrada en el mismo contexto en que se medía
la sugestionabilidad (Lynn & Kirsch, 2004). Otra escala que también ha sido utilizada
en el estudio de la correlación entre sugestionabilidad y disociación, aunque fue
diseñada en un principio para la medida de la disociación patológica con población
clínica, es la escala de Experiencias Disociativas (EED) de Bernstein y Putnam.
Nuevamente, con este instrumento, aparece el efecto contexto (Kirsch & Council,
1992). Estos autores destacaron que la EED también se solapa con medidas de
absorción y propensión a la fantasía (Council, 2004). Según Pedro Jara y Francisco
Martínez (1999): «El principal foco de debate en el tema que nos ocupa se centra
alre-

© Editorial EOS
Variables psicológicas en la hipnosis 35

dedor de una serie de aptitudes como la implicación imaginativa, disociación,


absorción o propensión a la fantasía. Cada uno de estos constructos ha sido
evaluado con escalas diferentes, del tipo autoinforme, y puesto en relación con la
hipnotizabilidad, pero es muy importante apreciar que se trata de conceptos tan
emparentados unos con otros que resulta difícilmente defendible que representen
constructos distinguibles. Nosotros pensamos que ha habido una excesiva
diferenciación al estudiar estas variables aptitudinales y que, con algún que otro
matiz, más bien están haciendo referencia a una tendencia y capacidad cognitiva
general para aislarse atencionalmente mediante la focali-zación en una pequeña
porción de la experiencia subjetiva, representada habitualmente por imágenes y
fantasías que de forma espontánea o sugerida elabora el sujeto. El hecho es que, lo
que proponemos sintetizar como un factor general de absorción, no ha mostrado de
forma consistente ni destacada unas corre/aciones significativas con ía
susceptibilidad hipnótica cuando en ía investigación han sido controlados los
efectos del contexto».

Continuando con la investigación de laboratorio, a través de medidas de


cuestionario, González Ordi y Miguel-Tobal (1999) publicaron los resultados de un
estudio en el que analizaban la correlación de la sugestionabilidad, medida a través
del Inventario de Sugestionabilidad (I.S) con otras variables psicológicas, en
concreto, el Locus de Control, el rasgo de ansiedad, la hipocondría y la deseabilidad
social. Uno de los focos de interés de los autores al realizar este estudio era
comprobar si la sugestionabilidad era independiente, o no, de las variables citadas
con anterioridad, ya que tradicionalmente éstas se han asociado a la
sugestionabilidad. El I.S fue desarrollado por los citados autores para lograr los
siguientes requisitos: « (a) que su administración fuese simple y rápida, tanto para
aplicaciones individuales como colectivas; (b) que pudiera recoger y evaluar un
amplio rango de reacciones de sugestionabilidad en relación con las experiencias
cotidianas de los individuos y no solamente dentro del contexto de la hipnosis; y (c¡
que sirviera como herramienta de trabajo para futuros estudios dirigidos hacia la
progresiva clarificación y definición del constructo de sugestionabilidad como
variable psicológica» (González Ordi & Miguel-Tobal, 1999). El apartado (c) es un
aspecto importante de nuestra área de estudio, ya que como hemos visto más
arriba, y González Ordi y Miguel-Tobal explicitan en su trabajo, existe actualmente
una gran confusión, o falta de claridad, en la terminología y conceptos referidos a

© Editorial EOS
36 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

fenómenos relacionados con la sugestionabilidad y la hipnosis. El I.S está cons-


tituido por 22 ítems. El formato de respuesta es de tipo Likert en una escala de cinco
puntos, en la que los sujetos reflejan la frecuencia con que experimentan las
reacciones citadas en el cuestionario (0=casi nunca, 1 = pocas veces, 2= a veces sí,
a veces no, 3= muchas veces, 4= casi siempre). El I.S consta de cuatro factores en
su estructura: (1) Fantaseo, tendencia del sujeto para dejarse llevar por la
imaginación, o a soñar despierto, tal y como proponen Wilson y Barber (1981, 1983)
y Lynn y Rhue (1988); (2) Absorción o concentración, entendido como capacidad del
sujeto para focalizar su atención, concentrarse en sus propias fantasías y
experimentar con viveza las sensaciones asociadas a las mismas, de acuerdo con el
planteamiento de Sheehan y Robertson (1996); (3) Implicación emocional,
capacidad del sujeto para responder emo-cionalmente al mensaje estimular, por
ejemplo: "Las películas emotivas me hacen llorar fácilmente" y (4) Influenciabilidad,
valora la medida en la que el sujeto permite que los demás influyan en su estado de
ánimo, opiniones, etc.. Las relaciones entre sugestionabilidad y las variables objeto
de estudio fueron obtenidas mediante el estudio de las correlaciones entre el I.S y
otras pruebas que evalúan a las segundas. En el caso del Locus de Control,
González Ordi y Miguel-Tobal utilizaron la versión española de la Escala de Locus
de Control de Rotter (escala I-E) (1966), adaptada por Pérez García (1984). Los
resultados mostraron correlaciones, de ambos signos, muy bajas aunque
estadísticamente significativas en algunos casos dado el tamaño de la muestra (n=
267), por lo tanto González Ordi y Miguel-Tobal (1999) concluyen que lo medido por
el I.S es prácticamente independiente de lo medido por la escala I-E. Por lo que
podemos suponer que el Locus de Control es independiente, en gran medida, de la
sugestionabilidad. En cuanto a la variable ansiedad, González Ordi y Miguel-Tobal
aplicaron el Inventario Estado-Rasgo de Ansiedad STAI (Spielberger, Gorsuch &
Lushene, 1988) a la misma muestra a la que aplicaron la escala I-E. González Ordi y
Miguel-Tobal sólo consideraron las puntuaciones correspondientes al rasgo de
ansiedad. Estos autores habían observado en estudios anteriores que los sujetos
más fácilmente hipnotizables se mostraban más ansiosos (González Ordi, 1994),
mediante la aplicación del STAI los autores pretendían eliminar claves contextúales
que pudieran influir en la respuesta de ansiedad de los sujetos. De modo que
centraron su análisis en la ansiedad rasgo, diferencias individuales en propensión a
la ansiedad. En este

© Editorial EOS
Variables psicológicas en la hipnosis 37

caso los resultados arrojaron correlaciones moderadas positivas, estadísticamente


significativas, tanto para la muestra total como para hombres y mujeres por
separado. Estos resultados respaldan las observaciones anteriores (González Ordi,
1994), es decir, los sujetos más sugestionables muestran una tendencia más
acusada a reacciones de ansiedad de forma habitual y a percibir situaciones
cotidianas como más amenazantes que los menos sugestionables. No obstante,
González Ordi y Miguel-Tobal destacan que, dada la moderación de la correlación
entre rasgo de ansiedad y sugestionabilidad, la cova-rianza entre el STAI y el I.S. es
tan sólo del 1 3%. Puede concluirse que ambos instrumentos son bastante
independientes. En otro estudio González Ordi y Miguel-Tobal aplicaron la
subescala de Hipocondría (Hs) del Inventario de Personalidad Multifásico de
Minnesota (MMPI) y la adaptación española de la Escala de Deseabilidad Social
(Crowne & Marlowe, 1960) realizada por Ávila Espada y Tomé Rodríguez en 1988 a
una misma muestra (n= 333) para analizar la correlación de la sugestionabilidad con
la hipocondría, por un lado, y de la deseabilidad social por otro. La escala de
hipocondría del MMPI mide la tendencia del sujeto a preocuparse en exceso por sus
funciones corporales y cambios psicofisiológicos, exista o no un cuadro clínico real,
mostrando quejas somáticas con las que, por lo general, tratan de influir en las
personas de su entorno. González Ordi (1994) encontró, que entre la población
normal, las personas más sugestionables mostraban una mayor tendencia a
preocuparse por cambios en sus funciones corporales que los menos
sugestionables. Este estudio encontró correlaciones positivas, moderadas y
estadísticamente significativas entre la subescala de hipocondría del MMPI y los
cuatro factores del I.S., tanto para la muestra como si tomamos hombres y mujeres
por separado. Es decir, los sujetos con mayor sugestionabilidad también muestran
una tendencia más acusada a preocuparse de forma excesiva por su salud. En
cuanto a la deseabilidad social, es decir, la tendencia del sujeto a presentarse de
una forma socialmente adecuada, grata, deseable, los resultados obtenidos no
permiten establecer una relación importante con la sugestionabilidad. González Ordi
y Miguel-Tobal también se han interesado por las diferencias en sugestionabilidad
entre hombres y mujeres. Los primeros estudios sistemáticos tuvieron lugar a finales
del siglo XIX, en el seno de la Escuela de Nancy, donde encontraron que las
mujeres obtenían puntuaciones superiores a las de los hombres (Bernheim,
1886). Estos resultados se han replicado en otras ocasiones

© Editorial EOS
38 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

(González Ordi & Miguel-Tobal, 1999), evidenciando que las mujeres muestran
valores medios más elevados que los hombres, no sólo en sugestionabili-dad sino
también «especialmente» en implicación emocional. Por otra parte, Hilgard (1965)
no halló diferencias significativas en estudios de laboratorio, ni tampoco en estudios
longitudinales a veinticinco años (Piccione, Hilgard & Zimbardo, 1989; González
Ordi & Miguel-Tobal, 1999). González Ordi y Miguel-Tobal concluyen que: «A través
de los datos obtenidos con el I.S. podemos decir que los individuos altamente
sugestionables se caracterizan por ser personas con una marcada tendencia a
dejarse llevar por la imaginación y fantasear acerca de las cosas que ¡es ocurren o
podrían ocurrirles, por tener una buena capacidad para focalizar su atención y
abstraerse con sus propios pensamientos o sensaciones, por implicarse
emocionalmente en sus experiencias cotidianas y dejar que los demás influyan en
sus actitudes, pensamientos y estado de ánimo, en ocasiones, más de lo que ellos
mismos consideran conveniente» (González Ordi & Miguel-Tobal, 1999)
Otro foco de interés tradicional para los investigadores ha sido cómo la hipnosis
influye en la memoria. En este punto topamos con las denominadas «terapias
regresivas». Es comúnmente sabido que la hipnosis se utiliza para recuperar
recuerdos. No obstante, no existe evidencia empírica de que lo que es recordado
bajo hipnosis no pueda ser recordado en ausencia de ésta. Por otra parte, sí existe
evidencia empírica de que bajo hipnosis se generan tantos recuerdos falsos como
verdaderos (Dinges, Whitehouse, Orne, Powell, Orne & Erderlyl, 1992), así como de
un incremento de la confianza del sujeto en el material recuperado (Scoboria,
Mazzoni, Kirsch & Milling, 2002). Está igualmente demostrado que la influencia de
terapeutas poco profesionales, con una acusada tendencia a confirmar sus hipótesis
personales acerca de los problemas de los pacientes a los que atienden, puede,
mediante preguntas tendenciosas, influir en el recuerdo de los pacientes en el
sentido esperado por el terapeuta. Ofshe y Watters (1994) en su obra «Haciendo
monstruos: Memorias falsas, psicoterapia e histeria sexual» llama la atención sobre
los riesgos que entrañan las denominadas «terapias regresivas». A mediados de los
ochenta del siglo XX en EEUU, tiene lugar una oleada de recuperación de recuerdos
de víctimas de abusos sexuales infantiles. Un número creciente de personas se
sometían a tratamientos psicológicos en los que aparentemente rememoraban
horribles agresiones sexuales en el seno familiar, casi siempre por parte del

© Editorial EOS
Variables psicológicas en la hipnosis 39

padre. Con frecuencia, tales «descubrimientos» dieron lugar a procesos judiciales


contra sus familias. Para un abordaje más extenso véase Ceci, Huffman, Smith &
Loftus (1994); Hyman, Husband & Billings (1995); Pendergrast (1995) y Ofshe y
Watters (1994). Los estudiosos de la memoria han puesto de manifiesto la
imprecisión de los recuerdos, en general. En un estudio clásico, citado por Roediger
& McDermott (1995), los sujetos estudiaban listas de doce palabras (p.ej.: cama,
descanso, despertar), las palabras de cada lista estaban asociadas a una palabra
no presentada (p.ej.: dormir). En una prueba de recuerdo libre, inmediata a la
aplicación de la prueba, el término no presentado era recordado en un 40% de los
casos con un gran nivel de confianza. Este resultado pone de manifiesto que las
personas pueden recordar palabras que no estaban en la lista o, de forma más
general, pueden recordar cosas que nunca han sucedido. En estos estudios no se
utilizó la hipnosis pero no faltan razones para suponer que, bajo hipnosis, la
influencia de la sugestión en el sujeto pueda producir recuerdos falsos lo
suficientemente vividos como para que sean tenidos por ciertos con gran
determinación y convencimiento por el sujeto.

Otro paquete de estudios procede del ámbito clínico y se centra en la relación


entre hipnotizabilidad y determinadas características psicopatológicas. La
investigación en este ámbito es menos rigurosa que la académica, ya que las
relaciones se basan en observaciones e impresiones clínicas y, en parte, carecen
de validación empírica. En otros casos, como los trastornos disociativos y las fobias,
sí han obtenido respaldo empírico (Council, 2004). Ya en el siglo XIX, Charcot
consideraba que tanto la histeria como la sugestionabi-lidad hipnótica eran debidas
a un trastorno neurológico, y aunque actualmente la sugestionabilidad ha perdido el
carácter patológico que se atribuía en el siglo XIX se han encontrado relaciones
bastante interesantes entre la hipnotizabilidad y la psicopatología. En 1978 Spiegel
y Spiegel definieron el Síndrome del 5Q Grado. Este término se debe a la máxima
puntuación (5) que puede alcanzar un sujeto en el Perfil de Inducción Hipnótica PIH
(Spiegel & Spiegel, 1978). Las personas que alcanzan esta puntuación se
caracterizan por ser excelentes sujetos hipnóticos, en el sentido clásico, (por
ejemplo, ejecución de respuestas poshipnóticas a la señal convenida, literalidad en
la respuesta a las sugestiones, suspensión del juicio crítico, amnesia poshipnótica,
empleo del presente cuando experimentan regresiones en edad, etc.).

© Editorial EOS
40 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales Varia

Además, Spiegel y Spiegel (1978) señalan que las personas que responden a este
perfil también presentan síntomas de histeria clásica tal como la definían en el siglo
XIX Freud, Breuer, Charcot o Janet (conversión, disociación, comportamiento sexual
inapropiado...). Spiegel (1974) definió al 5Q Grado con las siguientes características:
1) Son personas con gran confianza y expectativa de apoyo en los demás; 2)
Tendencia a reemplazar viejas ideas con otras nuevas; 3) Atracción, gusto, por las
novedades; 4) Experimentan la regresión en edad como si sucediera realmente,
pérdida del sentido del tiempo; 5) Pérdida del sentido crítico durante el trance; 6)
Excelente memoria; 7) Excelente capacidad de concentración, hasta el punto de
perder el sentido del ego; 8) Núcleo de personalidad fijo bajo una apariencia muy
influencia-ble; 9) Tendencia a la confusión, es consecuencia de lo anterior; la
interacción entre el núcleo de personalidad fijo y la influenciabilidad superficial, hace
sentir a estas personas que no están al mando de su propia conducta, esto se
agrava con las tendencias disociativas propias de este perfil; 10) Lentitud y dificultad
para aplicar su propio conocimiento y sentido crítico en situaciones sociales, lo que
les lleva a participar en relaciones autodestructi-vas. Esto también es consecuencia
del conflicto entre el núcleo de personalidad fijo y la maleabilidad del
comportamiento superficial. En el caso del Síndrome del 5Q grado las relaciones se
basan ampliamente en impresiones clínicas y carecen de validación empírica
(Council, 2004). De hecho, el Síndrome del 59 grado no está reconocido ni en el
CIE-10, ni en el DSM-IV. Otros cuadros clínicos de interés por su relación con la
sugestionabilidad han sido el Trastorno Disociativo de Identidad (TDI) o trastorno de
identidad múltiple (F44.81, DSM-IV; 300.14 CIE-10), anteriormente se le
denominaba trastorno de personalidad múltiple; el Trastorno de Estrés
Postraumático (F43.1, DSM-IV; 309.81, CIE-10); las fobias, fobia específica (F40.02,
DSM-IV; 300.29, CIE-10) y fobia social (F40.1, DSM-IV; 300.23, CIE-10) y los tras-
tornos de la alimentación, anorexia nerviosa (F50.0, DSM-IV; 307.1, CIE-10) y
bulimia nerviosa (F50.2, DSM-IV; 307.51, CIE-10). En el caso del Trastorno
Disociativo de Identidad, tradicionalmente la hipnosis ha tenido un papel destacado
en el diagnóstico y tratamiento de casos bien documentados de personalidad
múltiple. Por ejemplo, Sally Beauchamp (Prince, 1906) y Eve (Thigpen y Cleckley,
1957, 1984). Habitualmente los pacientes de TDI puntúan en el 1 0% superior de las
escalas de sugestionabilidad (Council, 2004),

> Editorial EOS


Variables psicológicas en la hipnosis 41

lo que permite diferenciar a pacientes con TDI de otros grupos, por ejemplo,
esquizofrénicos. Para el Trastorno por Estrés Postraumático (TEP), Spiegel, Hunt y
Dondershine (1988) y Stutman y Bliss (1985) encontraron que los veteranos de
Vietnam diagnosticados con TEP eran significativamente más hipnotizables que los
que no lo padecían u otros pacientes psiquiátricos con otros cuadros clínicos
(Council, 2004). Stutman y Bliss (1985) se preguntaron si la sugestionabilidad era
causa, o predisponía a padecer el trastorno, o bien, al contrario, el trastorno
incrementaba la sugestionabilidad de quienes lo padecían. A falta de datos
empíricos, el consenso apunta en la dirección de que una sugestionabilidad
hipnótica elevada puede predisponer al sujeto a desarrollar el TEP tras exponerse a
situaciones traumáticas (Council, 2004). En cuanto a las fobias, Frankel y Orne
(1976) encontraron que los pacientes fóbicos eran más sugestionables que un grupo
control y, además, los pacientes con fobias múltiples lo eran más que aquellos con
fobia simple (Council, 2004). Estos resultados han sido replicados en repetidas
ocasiones (Foenander, Burrows, Gerschman & Horne, 1980; Gerschman, Burrows
& Reade, 1987; Gerschman, Burrows, Reade & Foenander, 1979; John, Hollander &
Perry, 1983; Kelly, 1984); igualmente, el resultado de que los fóbicos múltiples eran
más altamente hipnotizables también fue replicado (Gerschman et al. 1987; Kelly,
1984). Según Crawford y Barabasz (1993) el mecanismo subyacente a la relación
entre sugestionabilidad hipnótica y fobia se debe a la tendencia de la persona
altamente hipnotizable a absorberse intensamente en recuerdos de una experiencia
de miedo inicial, que desencadena una evitación fóbica (respuesta no volitiva). Por
último, en relación con los Trastornos de la Alimentación, Pettinati, Horne y Staats
(1985) encontraron que pacientes psiquiátricas con bulimia nerviosa eran altamente
hipnotizables, frente a las que padecían anorexia nerviosa, que arrojaron
puntuaciones en torno a la media. Pettinati et al. (1985) encontraron que las
anoréxicas que recurren a vómitos o laxantes para controlar su peso tienden a ser
más hipnotizables que las que controlan su peso a través de la privación de
alimento. Barabasz (1991) también halló que las bulimicas eran significativamente
más hipnotizables que las controles no bulimicas. Estos resultados respaldan las
impresiones clínicas de que las bulimicas tienen menos control sobre su conducta, y
que los comportamientos de ingesta compulsiva y purgantes pueden tener lugar en
un estado tipo disociado o hipnótico.

© Editorial EOS
42 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Conclusiones
Actualmente podemos distinguir dos corrientes entre los investigadores. Por un
lado están los defensores de los determinantes intrasujeto, por otro los defensores
de las variables situacionales. Los primeros postulan que el comportamiento
hipnótico está determinado por habilidades, capacidades, aptitudes u otras
características psicológicas internas del sujeto, p. e¡.: imaginación e implicación
emocional, focalización de la atención, flexibilidad cogni-tiva, absorción. Otros
investigadores, por el contrario, sostienen que es la situación de "hipnosis" la que
determina el comportamiento hipnótico, las variables ambientales que influirían en
ciertos aspectos relaciónales entre hipnotizador e hipnotizado dando lugar a una
modificación de, por ejemplo, actitudes y expectativas, compromiso o en los roles
que cada uno desempeña en la relación. No faltan, en este terreno, las propuestas
integradoras, como la de Lynn y Rhue (1991), que intentan conciliar ambos
enfoques (intrasujeto y contextual). La tendencia a estudiar por separado las
variables personales y las contextúales puede suponer un obstáculo a la hora de
explicar una importante porción de covarianza de ambos tipos de variables. De cual-
quier modo, actualmente carecemos de un modelo que explique de forma
satisfactoria la influencia de las distintas variables en el proceso hipnótico. De
acuerdo con Jara y Martínez (1999): «Es perfectamente admisible entender que
existe una interacción habilidad-situación, y más bien la indudable influencia del
contexto admite diversas interpretaciones según el posiciona-miento teórico. Así,
aunque el conjunto de los datos presentados parece negar el sustrato disposicional
de la hipnotizabilidad, creemos que sólo puede hacerse esa interpretación cuando
no se considera la posibilidad de que estemos ante un constructo que puede
responder a un modelo de múltiples variables interactivas. Personalmente no
creemos que ninguna variable o conjunto simple de variables, aptítudinales o
contextúales, pueda explicar suficientemente la hipnotizabilidad, y cuando se
defiende la influencia de la expectativa de respuesta no podemos olvidar que se
trata de una variable "aglutinadora", aunque aun así creemos que es todavía
insuficiente por sí sola».

© Editorial EOS
Variables biológicas
en la hipnosis 3
Jorge Cuadros

1. Introducción
¿Qué es la hipnosis? Una pregunta sencilla, con una respuesta nada sencilla. Ya
se ha mencionado con anterioridad que la hipnosis es un tema de estudio válido y
de interés científico, especialmente en los campos de la psicología y de la medicina.
También se han descrito las dificultades que existen para definir la hipnosis de un
modo unívoco. Si ensayáramos una definición, podríamos decir que la hipnosis
estimula un estado de consciencia especial, natural en el organismo humano. Un
estado de consciencia en el que entramos y salimos de forma espontánea,
probablemente varias veces al día, y con una periodicidad que coincide con los
ritmos ultradianos de 90-120 minutos. Desarrollaremos esta tesis a lo largo de este
capítulo.
En todo caso, la aceptación o no de la existencia de estados de consciencia
particulares o diferenciados es uno de los problemas centrales al intentar
consensuar una definición de la hipnosis. Desde un punto de vista experiencia!, no
abrigamos dudas sobre la capacidad de la hipnosis para estimular estados
especiales de consciencia, lo que nos posiciona entre los defensores de la que ha
dado en llamarse "Teoría del Estado". A pesar de no existir aún pruebas
concluyentes que puedan dirimir la cuestión de forma inequívoca, en este capítulo
describiremos diversos estudios que, basados en investigaciones biológicas,
sugieren precisamente la posible existencia de dichos estados especiales de
consciencia, que la hipnosis podría ayudar a estimular.

2. Estado natural
Entendemos el estado hipnótico como un estado de consciencia diferente,
natural e inherente al ser humano. A lo largo del día podemos entrar en este

© Editorial EOS
44 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

estado especial de forma espontánea. Si desconocemos los signos que lo hacen


evidente, tal vez ni siquiera nos demos cuenta. Un ejemplo claro, para la gente que
conducimos, es cuando realizamos trayectos largos y, de repente, nos damos
cuenta de que ha trascurrido un tiempo que no hemos percibido. Se trata de un
fenómeno hipnótico que llamamos "distorsión del tiempo", y funciona en ambos
sentidos. Una cena agradable y amena, se hace corta, mientras que una reunión
aburrida se hace eterna. Ocurre algo similar cuando escuchamos una música que
nos embelesa, o leemos un libro que nos resulta muy interesante; el arte y la belleza
son grandes generadores de estados hipnóticos, como lo demuestra el conocido
síndrome de Stendhal, del cual hablaremos luego. Son numerosos los fenómenos
hipnóticos que experimentamos a diario, sin saberlo, y a veces el desconocimiento
nos asusta, como cuando estamos a punto de dormirnos (estado hipnagógico) y
sentimos que nos hundimos en la cama, o cuando estamos despertando (estado
hipnopómpico) y sentimos como si "algo" o "alguien" nos sujetara y no pudiésemos
movernos. Muchos de estos fenómenos hipnóticos se han achacado a la presencia
de espíritus, presencias, o posesiones demoníacas, cuando la explicación
fisiológica podría ser bastante sencilla en la mayoría de los casos. En general, cada
90-120 minutos, al finalizar lo que se denomina el Ciclo Básico de
Actividad-Descanso de Kleitman (Rossi, 2002, 2004), las personas suelen
experimentar signos de fatiga, ganas de bostezar, y una sensación como si el
organismo estuviera pidiendo a gritos una pausa. Esta sensación que es
absolutamente normal y fisiológica, suele ser malinterpretada y desatendida, de
forma que se evitan estas invitaciones al descanso. Si siguiéramos las señales de
nuestro organismo, éste sería el momento ideal para dejarnos llevar por un pequeño
trance hipnótico de 15-20 minutos, que nos permitiría recuperarnos completamente
y comenzar un nuevo ciclo ultradiano en condiciones óptimas. Los ritmos ultradianos
son aquellos cuya periodicidad es inferior a las 24 horas. En el caso específico del
ciclo básico de actividad-descanso, la periodicidad es de 90-120 minutos.
Así, podemos plantear la siguiente teoría. Durante un día completo, un orga-
nismo humano puede estar despierto, durmiendo o en un estado de conscien-cia
especial, que consideramos similar o equivalente al estado hipnótico. Como
sabemos, mientras estamos despiertos, no siempre estamos "igualmente despier-
tos"; el ciclo de actividad-descanso de 90-120 minutos muestra cómo hay una curva
de aumento de la actividad hasta un máximo, luego del cual comienza

© Editorial EOS
Variables biológicas en la hipnosis 45

la fase de reposo, que finalmente acaba el ciclo con la "respuesta curativa


ultra-diana" de 15-20 minutos. Este ciclo se hace evidente también durante la
noche, mientras dormimos, con el aumento de la actividad en el ciclo que
desemboca en la fase de sueño REM, donde se producen la mayor parte de las
ensoñaciones, y con la posterior disminución de la actividad hasta la fase de sueño
profundo. Es por esto que es común que mucha gente se despierte durante la
noche "cada dos horas". El hecho de saber que si la persona se diera la vuelta en la
cama se dormiría en 15 minutos, da seguridad y relajación. Por el contrario, el
desconocimiento de la existencia de estos ritmos ultradianos provoca que, cuando
la gente se despierta a la medianoche, luego a las 2, y luego a las 4 de la
madrugada, se genere una sensación de malestar por "no haber dormido en toda la
noche", por "no haber descansado nada", y es esta sensación al despertar de
madrugada la que es una fuente real de insomnio. Finalmente, es de esperar que
no exista "un" estado hipnótico, sino más bien una secuencia continua de estados,
donde la primera fase correspondería a un estado activo, en el cual se pueden
realizar actividades de forma aparentemente "normal" (sin que otras personas
perciban el estado hipnótico), que alcanzaría un máximo, que coincidiría en el mejor
de los casos con un momento creativo (el momento Eureka, la iluminación), que
continuaría con la fase de relajación, que es lo que se asocia más con un estado
hipnótico clásico (la persona está en reposo, relajada, no se mueve, "como
dormida"). Consideramos que el estado hipnótico puede entenderse como un
proceso fisiológico normal, sobre cuya base es posible desarrollar un abordaje
terapéutico.

3. El proceso creativo de 4 estadios


El enfoque propuesto es el que llevó a Ernest Rossi a establecer una correlación
entre el estado hipnótico, el ciclo básico de actividad-descanso de 90-120 minutos,
y el Proceso Creativo de 4 Estadios, que Rossi resumió de forma brillante en su libro
"The Psychobiology of Gene Expression" (Rossi, 2002)'.

1 Lamentablemente, este libro no ha sido traducido al español. Sin embargo, en 2008, Rossi actualizó sus teorías
publicándolas en un libro accesible de forma gratuita en su página web www.ernestrossi.com. Nosotros tuvimos el
privilegio de traducir este libro al español como "La Nueva Neurociencia de la Psicoterapia, la Hipnosis Terapéutica y la
Rehabilitación: Un Diálogo Creativo con Nuestros Genes" y puede ser descargado libremente en el
enlace http://www.ernestrossi.eom/ebook:/index.html#SpanishVersion (Rossi & Rossi, 2008).

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46 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Rossi, llama a este nuevo enfoque científico Genómica Psicosocial, que estudia
"cómo las experiencias subjetivas de la consciencia humana, nuestra percepción del
libre albedrío y la dinámica social, pueden modular la expresión génica y viceversa"
(Rossi, 2002).
En palabras de Eric Kandel, ganador del Premio Nobel de Medicina de 2000,

"En la medida en que la psicoterapia o el asesoramiento psicológico es


efectivo y produce cambios a largo plazo en el comportamiento, presu-
miblemente lo hace a través del aprendizaje, produciendo cambios en la
expresión génica que alteran la firmeza de las conexiones sinópticas y
cambios estructurales que alteran el patrón anatómico de las interconexiones
entre las células nerviosas del cerebro. A medida que la resolución de los
sistemas de imagen del cerebro aumente, debería eventual-mente permitir la
evaluación cuantitativa del resultado de la psicoterapia...Formulado de una
manera sencilla, la regulación de la expresión génica por los factores sociales
hace que todas las funciones del cuerpo, incluyendo todas las funciones del
cerebro, sean susceptibles a las influencias sociales. Estas influencias
sociales serán incorporadas biológicamente en la expresión diferente de
genes específicos, en células nerviosas específicas, de regiones específicas
del cerebro" (Kandel, 1998).

Es decir, los pensamientos, los sentimientos, los hábitos, las actitudes, las
experiencias cotidianas en general, provocan un cambio que se traduce en última
instancia en una modificación de la expresión de los genes de nuestras células.
Nuestros genes, los que se encuentran en nuestro ADN nuclear, son los encargados
de la formación de las proteínas que son como los ladrillos con los que se
construyen las propias células y todo nuestro organismo; y la modificación de la
expresión de dichos genes en nuestro cerebro es lo que finalmente se traducirá en la
síntesis de proteínas nuevas que promoverán, entre otros procesos, la formación de
conexiones neuronales novedosas y la plasticidad cerebral correspondiente (Rossi
et al., 2010b).

Este es el fundamento celular y molecular que justifica la afirmación de que


mente y cuerpo son una unidad indivisible. El dilema cartesiano ha sido un

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Variables biológicas en la hipnosis 47

lastre por el cual mente y cuerpo se han abordado clásicamente de forma separada
en la terapia. Ante la sospecha de una úlcera duodenal, por ejemplo, el médico se
ocupa de averiguar si el paciente tiene Helicobacter pylo-r¡, sin preocuparse por la
ansiedad o el estrés que pueda estar experimentando el paciente, mientras que si el
mismo paciente acude al psicólogo por ansiedad o estrés, éste quizás no piense en
la posibilidad de la presencia de la bacteria, que puede predisponer al paciente a
desarrollar una úlcera.
El "Proceso Creativo de 4 Estadios con Reflejo de Manos" es el protocolo
diseñado por Ernest Rossi (Rossi et al., 2010a)2. En este enfoque, el terapeuta
modela el procedimiento (poniendo en marcha las neuronas espejo del paciente) y
dirige el trabajo del paciente hasta la consecución de ese momento de la
iluminación, el "Eureka", donde encontramos la solución a nuestro problema. El
sistema de neuronas espejo es el que permite no sólo la empatia sino también
predecir la intencionalidad de quien tenemos en frente, observando su
comportamiento y sintonizándose con su actividad cerebral (Rossi & Rossi, 2006).
Pero, si la propuesta implica que este procedimiento va a provocar un cambio
que llega a nivel celular, modificando la expresión de nuestros genes, ¿qué
evidencias existen de que esto esté ocurriendo de verdad?
También en 2008, Rossi publicó un estudio piloto, realizado en Italia, donde
aplicó el Proceso Creativo de 4 Estadios con Reflejo de Manos, en 3 estudiantes
sanos voluntarios, a quienes midió la modificación de la expresión génica en
leucocitos de sangre periférica mediante microarrays de DNA (Rossi et al., 2008b).
En este estudio demostraba cómo una hora después de la intervención hipnótica,
15 genes se expresaban de forma diferente. Recientemente, Rossi ha actualizado
este estudio piloto (Atkinson et al., 2010), en un artículo que también firma el autor
de este capítulo, donde se demuestra cómo los 15 genes que se expresan de forma
diferente una hora después de la aplicación del proceso creativo de 4 estadios,
provocan a las

2 Firmado también por el autor de este capítulo y disponible para su aplicación en la investigación
en http://www.ernestrossi.eom/ernestrossi/Research%20Group%20Papers/Protocol%20CPGHE%20vl.3.pdf como la
"Experiencia Curativa de la Genómica Psicosocial Creativa" (CPGHE, por sus siglas en inglés).

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48 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

24 horas una cascada de modificación de la expresión de 73 genes, que mediante


un programa de análisis bioinformático (GSEA, Gene Set Enrich-ment Analysis) se
pueden agrupar en tres grupos funcionales: genes relacionados con la plasticidad
sinóptica, genes relacionados con el crecimiento y la maduración de células madre,
y genes relacionados con la disminución del estrés oxidativo y la inflamación.
Es decir, con este estudio se demuestra por primera vez cómo una única
intervención hipnótica de una hora, mediante el Proceso Creativo de 4 Estadios con
Reflejo de Manos, es capaz de modificar la expresión de genes relacionados con
tres procesos biológicos fundamentales para el mantenimiento de la salud y para la
curación de enfermedades.

Pero, si esto es realmente así, ¿qué otras evidencias científicas hay, al menos
con procedimientos similares a la hipnosis?

4. La respuesta de relajación
Desde nuestro punto de vista, la "respuesta de relajación" que se desarrolla por
ejemplo con la meditación, supone una aproximación distinta, pero equivalente, al
espectro de procesos fisiológicos que ocurren en la hipnosis. Se han publicado
diversas investigaciones que abordan la respuesta de relajación sin mencionar la
hipnosis. Así, un buen ejemplo es el trabajo de Dusek et al. (2008), donde se
comparan los perfiles de expresión génica de medi-tadores de largo plazo con los de
sujetos control sin experiencia en meditación. Un perfil de expresión génica es aquel
en el que se registra la actividad de los genes de las células. Coincidentemente, el
análisis mediante el GSEA demuestra que los meditadores de largo plazo muestran
un perfil de expresión génica diferente, más eficiente para controlar el estrés
oxidativo y la inflamación, característicos del estrés. Más sorprendente aún puede
ser que los sujetos control sin experiencia en meditación fueron entrenados en esta
técnica durante sólo 8 semanas, y, al final de este periodo, su perfil de expresión
génica ya había cambiado, respecto de los controles sin experiencia, asemejándose
más bien al de los meditadores de largo plazo. Por lo tanto, un entrenamiento en
técnicas que nos permitan conseguir un estado de relajación se convierte en una
herramienta útil para combatir el estrés, cuya cro-

© Editorial EOS
Variables biológicas en la hipnosis 49

nificación es una fuente de enfermedad, como demostraron Epel et al. (2004), en un


trabajo que firma también Elizabeth H. Blackburn, ganadora del Premio Nobel de
Medicina 2009. En este trabajo, las mujeres que sufrieron el estrés de cuidar a un
hijo enfermo crónico durante años, habían sufrido el acortamiento de los telómeros,
los extremos de los cromosomas que se ocupan de su protección y que son un
marcador de envejecimiento. En estas mujeres, sus telómeros se habían acortado
de tal manera que sus células eran el equivalente a 10 años más viejas.

Y, en relación con las diversas técnicas para alcanzar este estado de relajación,
otro estudio reciente, donde se comparó hipnosis y meditación mediante
electroencefalografia, resonancia magnética funcional (fMRI) y tomografía de
emisión de positrones (PET), encontró algunas diferencias importantes entre estos
enfoques. Mediante hipnosis se demostraban cambios a nivel de plasticidad
cerebral, mientras que con la meditación se encontraban sólo diferentes cambios
neurofisiológicos (Halsband, Mueller, Hinterberger & Strickner, 2009). Estos
resultados, aunque interesantes, pueden ser discutibles, dados los diferentes
enfoques mediante los que se puede inducir el estado hipnótico, así como los
diversos estilos de meditación, que podrían generar diversos estados de
consciencia diferentes, con diversas consecuencias anatómicas y fisiológicas.

En el artículo de Dusek et al. (2008), dicen los autores:

"Planteamos la hipótesis de que la obtención de la respuesta de relajación


está asociada con cambios sistémicos en la expresión génica en vías
moleculares y bioquímicas implicadas en el metabolismo celular, la
fosforilación oxidativa, la generación de especies reactivas de oxígeno y la
respuesta al estrés oxidativo, y que esos cambios en cierto grado sirven para
mejorar el impacto negativo del estrés"

Para nosotros, la investigación de Dusek et al. (2008) es una evidencia más de la


existencia de una capacidad intrínseca e inherente al ser humano de responder a
las agresiones cotidianas del entorno, de una manera positiva y saludable, y a la
cual recurrimos sólo de una manera espontánea y subconsciente, cuando
desconocemos su existencia, o a la que accedemos gra-

© Editorial EOS
50 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

cias a un entrenamiento en diversas técnicas mente-cuerpo. ¿Sería ésta la


capacidad de entrar en un estado hipnótico?

5. El estado hipnótico
Quizás el error de los defensores de la existencia de "un estado hipnótico" radica
en la propuesta misma de "un estado", con unas características únicas. Los intentos
de demostrarlo han fracasado porque probablemente el estado hipnótico sea un
sistema complejo, con un abanico de posibilidades de manifestación, lo cual lo hace
difícil de abordar de forma experimental. Pero no imposible.

Una de las mayores críticas a los intentos de demostrar la existencia del estado
hipnótico se basa en la discusión de si los cambios observados por ejemplo en la
actividad cerebral durante la hipnosis, mediante fMRI o PET, son provocados por el
supuesto "estado hipnótico" o por las tareas que se asigna a los sujetos mediante
las sugestiones hipnóticas.
McGeown, Mazzoni, Venneri y Kirsch (2009) realizaron un experimento que
podría ayudar a resolver este dilema. Estos investigadores midieron la actividad
cerebral espontánea en reposo, el "modo por defecto", mediante fMRI, y
encontraron que la actividad en el "modo por defecto" disminuía al inducir la
hipnosis, en reposo, y antes de administrar alguna sugestión, y sólo en los sujetos
altamente hipnotizables.

En palabras de McGeown et al. (2009):

"Hasta donde sabemos, este estudio es el primero donde se ha observado


una reducción en la actividad cerebral espontánea por defecto durante una
condición de estado de reposo, sin aumento simultáneo de otras áreas, en
participantes sanos. Por lo tanto, este hallazgo único podría reflejar un
cambio en el estado cerebral, específico de la inducción hipnótica, en sujetos
que son susceptibles a sus efectos"

La clave en este estudio es la alta hipnotizabilidad de los sujetos; porque éste es


un detalle fundamental que hay que tener en cuenta, y es que no todas

© Editorial EOS
Variables biológicas en la hipnosis 51

las personas son igualmente hipnotizables. A lo largo de este libro se mencionará


con frecuencia la "sugestionabilidad", como la capacidad de un sujeto de responder
a una orden, a una sugestión. Según Gruzelier (1999), la puntuación alta en las
escalas de susceptibilidad hipnótica implica una capacidad de concentración
mayor, pero que sin embargo no tiene relación con los efectos terapéuticos de la
hipnosis, aun cuando sí se demuestra un funcionamiento más eficiente del sistema
inmune.
La hipnotizabilidad, sin embargo, aunque evidentemente relacionada con esa
capacidad de responder a una sugestión, la entendemos más bien como la
capacidad de desarrollar un estado hipnótico.

Finalmente, mientras escribíamos este capítulo, se publicó un estudio de Kallio


et al. (201 1), donde se presenta un estudio de caso con un sujeto altamente
hipnotizable. En este estudio se demostraría la existencia del estado hipnótico
mediante la realización de mediciones de movimientos oculares (movimientos
sacádicos, reflejo pupilar y reflejo optocinético) en las que el sujeto en hipnosis
mostraba cambios objetivos en dichos movimientos oculares que los controles no
eran capaces de imitar de forma voluntaria.

6. Hipnotizabilidad
Algunas personas entran en trance con una facilidad asombrosa. Se calcula que
alrededor de un 10% de la población tienen una alta susceptibilidad, y de eso se
valen por ejemplo los hipnotizadores de espectáculo. Es relativamente fácil para un
hipnotizador con experiencia, con un auditorio de 40 personas, iniciar una charla
desenfadada, y, observando cuidadosamente, seleccionar a las 4 personas que
sabe que le darán un resultado espectacular en sus juegos. No tiene por qué haber
fraude. Un buen hipnotizador de espectáculo no necesita "ganchos". Insistimos,
además, en que en ningún caso se va a forzar la voluntad de los sujetos. Ellos
responderán a las sugestiones dadas con un comportamiento que, en ocasiones,
podría considerarse ridículo, pero al que probablemente nos sumaríamos de buen
grado en una fiesta o en unos carnavales.
Pero, ¿es la hipnotizabilidad una característica que se pueda mensurar
realmente, además de con los test de sugestionabilidad?

© Editorial EOS
52 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Los trabajos de Lichtenberg et al. (2000, 2004) evidencian la presencia de


diferentes polimorfismos en la expresión del gen de la catecol-O-metiltrans-ferasa
(COMT), cuya variante met correlaciona con una alta hipnotizabilidad en mujeres.
Las enzimas producidas por las variantes val/meto met/met, son menos eficientes
en la degradación de la dopamina que la variante val/val, más común. Y esta
correlación entre la hipnotizabilidad y una predisposición genética sólo en mujeres,
no deja de ser sorprendente, como lo es también que, en un estudio independiente,
Gursoy et al. (2003) encontraran una correlación entre la variante met/met de la
COMT y las mujeres con fibro-mialgia. Esta fue una de las evidencias que nos
permitió proponer un nuevo enfoque para el tratamiento de la fibromialgia basado en
el Proceso Creativo de 4 Estadios con Reflejo de Manos (Cuadros & Vargas, 2009).
El alelo met también ha sido asociado a un desempeño cognitivo mejorado (Blasi et
al., 2005; Egan et al., 2001; Malhotra et al., 2002), mostró respuestas disminuidas en
el sistema regional u-opioide (Zubieta et al., 2003) y menor resistencia emocional al
estrés en estados de ánimo negativos (Smolka et al., 2005).

7. Resistencia al estrés
Si se trata de fundamentar la propuesta de una "capacidad mente-cuerpo" del ser
humano, para mantener la salud y curar la enfermedad, hay que hacer referencia a
un artículo publicado en 2010 en Nature Neuroscience. Vialou et al. (2010b), del
grupo de Eric Nestler, de New York, han demostrado cómo la expresión de AFosB,
una variante del factor de transcripción FosB, aumenta la resistencia al estrés en el
ratón. Los factores de transcripción son moléculas que regulan la expresión de otros
genes, haciendo que se expresen en mayor o en menor medida.
En este trabajo, se estudiaron ratones que eran, de forma natural, resistentes al
estrés producido por pruebas de rechazo social, medido luego mediante conductas
de evitación. Encontraron que los ratones resistentes al estrés expresaban en
mayor cantidad AFosB en el cerebro, en el nucleus accumbens (NAc), uno de los
centros importantes relacionados con la recompensa, el placer y el miedo, y que la
inducción de AFosB en el NAc era también el mecanismo requerido por la fluoxetina
para llevar a cabo su acción antidepresiva.

© Editorial EOS
Variables biológicas en la hipnosis 53

Resulta interesante, además, que el factor de transcripción AFosB ejerce su


acción mediante diversos genes diana (que son aquellos cuya expresión es
modificada por el factor de transcripción), entre ellos la subunidad GluR2 del
receptor AMPA de glutamato, que hace que las neuronas respondan menos a este
neurotransmisor. Y otro gen cuya expresión se ve incrementada por la acción de
AFosB en el NAc es el de SCI.

SCI es una molécula antiadhesiva de la matriz extracelular, que cumple una


función importante en la plasticidad sinóptica. Si, mediante el aumento de AFosB,
se incrementa la expresión del gen de SCI, el espacio entre las células se hace
más fluido, facilitando la formación de nuevas sinopsis. Así, la sobreexpresión de
AFosB aumenta la expresión de SCI en el NAc, promoviendo la plasticidad
cerebral.
Hay que llamar la atención sobre otro aspecto interesante de este trabajo, y es
que, aunque los resultados obtenidos en el modelo animal son muy importantes,
los investigadores utilizaron también cortes de cerebro humano de la Dallas Brain
Collection, demostrando que en los tejidos de individuos diagnosticados de
depresión, la cantidad de AFosB y de SCI, determinada mediante
inmunocitoquímica, era significativamente menor que en los cerebros de adultos
sanos. Se sugiere que un nivel basal elevado de AFosB haría que el individuo fuera
capaz de responder mejor ante un estímulo estresante.

Dicen Vialou et al. (2010b):

"Proponemos que las concentraciones de AFosB en el NAc son importantes


en el establecimiento del nivel de motivación de un individuo y en los
comportamientos motivados orientados hacia estímulos de recompensa
prominentes. La supresión de los estímulos ambientales durante el aisla-
miento prolongado reduce las cantidades básales de AFosB en el NAc del
ratón, disminuyendo la motivación de los ratones y aumentando su
vulnerabilidad al estrés social crónico. Las cantidades menores de AFosB
observadas en el NAc post-mortem de individuos deprimidos es consistente
con esta hipótesis, y sugiere que el AFosB cumple un rol en la reducción de la
motivación y la recompensa vistas en mucha gente con depresión. Por el
contrario, la capacidad para inducir AFosB en el NAc en respuesta al estrés
crónico capacita a un individuo para aumentar la moti-

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54 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

vación y la recompensa natural a pesar del estrés en curso, una hipótesis


consistente con la visión actual de la resistencia al estrés en humanos"

Y la pregunta que haríamos nosotros sería, ¿una intervención hipnótica, por


ejemplo el proceso creativo de 4 estadios, podría incrementar la expresión de genes
relacionados con la resistencia al estrés, como el de AFosB? Una hipótesis en este
sentido sería difícil de abordar experimentalmente en humanos, a menos que
tuviéramos acceso a algún recurso como la Dallas Brain Collection, y donde además
tuvieran registrados, por ejemplo, cerebros humanos de medi-tadores de largo plazo
o de sujetos con entrenamiento en hipnosis. Otros trabajos publicados durante 2010
por el mismo equipo han mostrado el papel del factor de transcripción
dependiente-de-actividad serum response factor (SRF) en la modulación de AFosB
inducida por estrés (Vialou et al., 2010a), así como también la acción de AFosB en
los efectos reforzadores de la recompensa sexual en ratas (Pitchers et al., 2010), y
la reducción de la expresión del gen zif-268 en los cerebros post-mortem de sujetos
diagnosticados de depresión clínica (Covington et al., 2010). La reducción del estrés
a través de comportamientos placenteros, como la ingesta de comida sabrosa y la
actividad sexual en ratas, a través de mecanismos de plasticidad neuronal, ha sido
propuesta también recientemente por Ulrich-Lai et al. (2010).

8. Eliminando temores
La utilización de la hipnosis y la psicoterapia en general para eliminar las
conductas de temor es parte del trabajo cotidiano de los psicólogos. Pero, ¿qué
podemos decir acerca de los mecanismos celulares y moleculares mediante los
cuales esto ocurre?
Uno de los trabajos más interesantes publicados al respecto en 2010 ha sido el
de Daniella Schiller y colaboradores en la revista Nature (Schiller et al., 2010). Este
trabajo, inspirado en el de Nader, Schafe and LeDoux (2000), ha demostrado cómo
una terapia para eliminar una conducta de temor, realizada 10 minutos después de
haber evocado dicha respuesta de temor, provoca el "borrado" definitivo de la
conducta en humanos. Previamente, el mismo equipo había publicado en la revista
Science un resultado similar en ratas (Monfils, Cowansage, Klann & LeDoux, 2009).

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Variables biológicas en la hipnosis 55

Es sabido que, por ejemplo, una intervención cognitivo-conductual puede


eliminar una conducta de temor mediante un procedimiento de extinción. Sin
embargo, es común también que la conducta de temor se restablezca, de tal
manera que se deduce que mediante el procedimiento de extinción realmente no
se habría eliminado el recuerdo de temor, sino que se habría generado uno nuevo.
Por el contrario, con esta nueva aproximación, el evocar el recuerdo de temor
antes del procedimiento de extinción hace que se abra la "ventana de
reconsolidación", aquella que permite que los recuerdos se actualicen cada vez que
los evocamos. Y es la apertura de esta ventana de reconsolidación la que hace que
el recuerdo se vuelva lábil, y que pueda ser eliminado de forma definitiva mediante
la terapia (Quirk et al., 2010).

En palabras de Schiller et al. (2010):

"En conclusión, el presente estudio mostró que la actualización de recuerdos


de temor con información carente de temor a través de un entrenamiento de
extinción llevó al bloqueo de las respuestas de temor aprendidas previamente
y a un cambio duradero en el recuerdo de miedo original. Estos resultados
tienen implicaciones importantes para el tratamiento de los trastornos de
ansiedad... El presente estudio propone que (las) técnicas invasivas no son
necesarias. La utilización de una intervención más natural que utilice la
propuesta adaptativa de la reconsolidación permite una manera segura y de
fácil implementación para impedir el retorno del miedo".

El exponer a los pacientes a sus temores, antes de eliminarlos, es el pan de cada


día para los psicoterapeutas, con y sin hipnosis. Sólo que ahora sabemos algo más
sobre cómo funciona. La posibilidad de modular, actualizar, e incluso eliminar
recuerdos supone un sugerente campo de investigación que se desarrolla
rápidamente. Para muestra, el artículo publicado en la revista Science por Clem &
Huganir (2010), donde se evidencia cómo la apertura de la ventana de
reconsolidación tendría relación con la supresión en la sinopsis del receptor AMPA
de glutamato permeable al calcio, en la amígdala lateral. Un mecanismo molecular
más que aporta luz al entendimiento de cómo y por qué funciona la psicoterapia.

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56 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

9. El sueño
En la introducción mencionamos también el sueño y las ensoñaciones dentro del
ciclo de actividad-descanso de 90-1 20 minutos, y ahora queremos resaltar su
importancia en el establecimiento de la memoria a largo plazo. En el apartado
anterior hablamos de cómo cada vez que evocamos un recuerdo se abre la "ventana
de reconsolidación", durante la cual el recuerdo se vuelve lábil y puede ser
actualizado. Creemos que recordamos "un hecho", cuando realmente recordamos lo
que actualizamos la última vez que evocamos ese recuerdo. Pero para la
"consolidación" de un recuerdo reciente, el papel del sueño y las ensoñaciones es
realmente importante (Rossi, Erickson-Klein & Rossi, 2008a). Todas las
experiencias llamativas, interesantes, novedosas, que ocurren durante el día, son
consolidadas durante la noche, mientras dormimos.

Si hemos tenido este tipo de experiencias estimulantes mientras estamos


despiertos, durante el sueño se activará la expresión génica de zif-268, un gen
dependiente-de-actividad, para que ocurra la consolidación de la memoria. Si
durante el día nuestras actividades han sido poco interesantes, durante el sueño no
se activaría zif-268 (Ribeiro et al., 2002). Esto nos hace pensar en la importancia de
realizar a diario actividades que nos resulten novedosas, curiosas, sorprendentes,
para potenciar la capacidad creativa de la mente humana.

Dice Ribeiro:

"Debido a que la consolidación de los recuerdos requiere muy probablemente


la modificación, adición y/o extinción de sinopsis, es plausible que la
reactivación cerebral dependiente-de-la-experiencia durante el sueño REM
contribuya a la formación de la memoria de largo plazo a través de la
activación de genes dependientes-de-actividad asociados con la plasticidad
sinóptica" (Ribeiro et al., 2002).

Fue el investigador brasileño Sidarta Ribeiro quien propuso un enfoque


constructivo respecto del sueño y las ensoñaciones, donde las ensoñaciones son
simulaciones probabilísticas de eventos pasados y expectativas futuras.
Como dice Rossi al respecto:

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Variables biológicas en la hipnosis 57

"Brevemente, los sueños y las ensoñaciones se vuelven un estadio interno


para la integración de eventos pasados con experiencias novedosas
actuales, para simular y repetir creativamente el presente, como un ensayo
para un comportamiento adaptativo futuro" (Rossi et al., 2008a).

Esa orientación al futuro de la memoria constructiva sería la base


psicofisio-lógica de la pseudo-orientación al futuro de un paciente, uno de los
enfoques "naturalistas" de la hipnosis terapéutica desarrollados por Erickson (Rossi
et al., 2008a).

10. Arte y ciencia


Es quizás en las artes y en las ciencias donde se manifiesta el proceso creativo
de forma extraordinaria. Desde la experiencia del artista en la creación de su obra,
hasta la del científico haciendo un descubrimiento (¡Eureka!), el proceso creativo
muestra su potencial para generar cambios en el cerebro a través de la plasticidad
neuronal.

En el artista, su sensibilidad le hace percibir los estímulos del entorno de una


manera especial, diferente. El "síndrome de Stendhal" recuerda el malestar y la
confusión experimentados por el escritor francés en una visita a Florencia. La
saturación provocada por el exceso de belleza puede inducir esa sensación; puede
inducir un "estado de consciencia diferente", un estado hipnótico.
Ocurre algo parecido en la ciencia. El "sueño de Kekulé" es una anécdota donde
se muestra cómo el trabajo realizado durante el sueño puede ayudar a resolver un
problema en la vida real. August Kekulé, químico alemán del siglo XIX, al igual que
los científicos de su época, no conseguía entender y describir la estructura
molecular del benceno, hasta que, en un sueño, vio la imagen de un Uróboro, la
serpiente mítica que se muerde la cola, y esta imagen circular lo inspiró para el
descubrimiento del anillo del benceno.
Pero, si bien es cierto que el artista o el científico pueden interactuar con el
entorno con resultados extraordinarios, creando arte o haciendo descubrimientos
científicos, esta capacidad es común a todos los seres humanos. Todos

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58 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

somos susceptibles de experimentar el proceso creativo, todos los días, varias


veces al día, lo que nos permite en general resolver problemas cotidianos, que, al
ser resueltos, realmente no llegamos a experimentar como "un problema". Es
cuando nos quedamos atascados en una de estas situaciones, y no conseguimos
resolverla, que tenemos la sensación de que existe un problema. Y un problema sin
solución genera estrés, y el estrés genera enfermedad, sobre todo al reducir la
eficiencia de nuestro sistema inmune (Rossi, 2002).

El conocimiento y la práctica de técnicas para combatir el estrés, como la


hipnosis, la meditación, el yoga, o la práctica de un arte, la danza, el canto, al menos
como un hobby, nos permiten preparar nuestra mente-cuerpo para los embates de
la vida; nos permiten, de hecho, utilizar los mecanismos celulares y moleculares de
nuestro organismo que conducen a la modificación de la expresión de nuestros
genes, para generar la plasticidad neuronal, y hacer que nuestro cerebro sea cada
día mejor.

11. Resumen
En este capítulo abordamos la hipnosis desde el punto de vista de la biología,
señalando aquellas investigaciones que describen procesos biológicos
relacionados con la práctica de la hipnosis y con técnicas afines, como la
meditación, planteando la existencia del estado hipnótico.

Por otro lado, se hace hincapié en cómo estos mecanismos biológicos re-
lacionados con la hipnosis actúan en última instancia a nivel celular y molecular,
modificando la expresión de nuestros genes y promoviendo la plasticidad neuronal.
Estas evidencias nos permiten afirmar que la práctica de la hipnosis y de
técnicas afines puede favorecer el funcionamiento óptimo mente-cuerpo, tanto para
el mantenimiento de la salud, como para curar la enfermedad.

© Editorial EOS
Sugestibilidad e
hipnotizabilidad 4
Chema Nieto

1. Preámbulo
Uno de los principales problemas que plantea el estudio científico de la hipnosis
es la ausencia de una definición clara y definitiva del fenómeno en sí. Por ejemplo,
los argumentos teóricos contrapuestos, aún hoy no resueltos en torno a la
existencia o no de un estado hipnótico, enfrentan modelos y constructos teóricos
que limitan la posibilidad de consensuar siquiera una definición operativa de la
propia hipnosis. Esta dificultad básica genera una complejidad todavía mayor al
tratar de definir conceptos asociados como la sugestibilidad o la hipnotizabilidad, y
alcanza el paroxismo al intentar interpretar los resultados obtenidos a partir de
escalas psicométricas construidas a partir de ellos (Kirsch et al., 1989; Nieto et al.,
2009).

Sin embargo, las dificultades no terminan aquí. No se trata únicamente de que,


dependiendo del punto de vista teórico del investigador, se utilicen los mismos
nombres para hacer referencia a conceptos diferentes. En una declaración
consensuada, Irving Kirsch et al. (201 1) describe que existe una disociación, en la
literatura experimental, entre las definiciones operativas de hipnosis y de
hipnotizabilidad. Esto es, un investigador puede estar utilizando una definición
operativa de hipnotizabilidad que no se corresponda con su propia concepción de la
hipnosis. Para complicar aún más las cosas, los hispanohablantes sufren una
dificultad añadida por utilizar nombres (sugestión, sugesfionabilidad) y verbos
(sugestionar) que están negativamente marcados (ver Nieto & Aguirre de Cárcer,
201 1) y así su significado se encuentra desviado, explícita o implícitamente, por
matices y connotaciones que no están presentes en otros idiomas y que no se
corresponden con su utilización en este ámbito de estudio. De ahí que, en este
capítulo al menos, se hable de sugestibilidad, de sugerencias, o que se utilice el
adjetivo sugestible (ver Anexo con definiciones).

© Editorial EOS
60 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

En este contexto excesivamente enrarecido, ¿es factible buscar una definición


consensuable de sugestibilidad o de hipnotizabilidad? ¿Es necesaria una definición
unívoca de hipnosis? ¿Es relevante definir estos conceptos? Desde un punto de
vista exclusivamente clínico, la tendencia al eclecticismo en la mayor parte de
intervenciones psicológicas favorece que las cuestiones teóricas sean relegadas a
un segundo plano y que se atienda, casi en exclusividad, a la efectividad de una
herramienta terapéutica, ante un problema de salud concreto. Sin embargo, la
excesiva laxitud teórica motiva a su vez problemas, también de orden práctico,
dificultando la comprensión y la comunicación, tanto entre profesionales como con
los propios pacientes. La multiplicidad de información, en muchos casos
contradictoria, genera malestar y desconfianza, especialmente en un campo tan
complejo y controvertido como la hipnosis, que roza cuestiones delicadas que
atañen al yo más íntimo, al concepto mismo de voluntad, al inconsciente, al
conocimiento implícito o a los estados especiales de consciencia.

Así pues, sí, es relevante definir la hipnosis y los conceptos asociados a ésta. El
problema, como adelantábamos, no estriba en una ausencia de definiciones válidas
sino en que existen demasiadas definiciones y decantarse por una de ellas hoy
parece ser más una cuestión de educada intuición científica que de conocimiento
objetivo.
La hipnosis puede definirse básicamente como una interacción especial en la
que un sujeto atiende a sugerencias que le invitan a modificar su experiencia
perceptiva, su memoria, su pensamiento o determinados aspectos de su
comportamiento. Se trata, intencionadamente, de una definición abierta, ambigua.
¿Es necesario un procedimiento de inducción para considerar una interacción de
este tipo como hipnótica? ¿Una respuesta adecuada a una sugerencia hipnótica
implica necesariamente la presencia de un trance o de un estado especial de
consciencia? Respuestas afirmativas o negativas a estas preguntas generarán a su
vez nuevas preguntas y diferentes conclusiones y abordajes científicos en la
investigación de la hipnosis. Por ende, también implicarán diferencias más o menos
relevantes en la definición misma de los conceptos sugestibilidad e hipnotizabilidad.
Probablemente, y como veremos más adelante, una de las mejores formas de
acercarse a una comprensión adecuada de la hipnosis sea entenderla

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 61

como una capacidad cognitiva. Así, el procedimiento hipnótico constituiría una


forma de estimular, activar o potenciar dicha capacidad. Esta ¡dea entronca con las
concepciones naturalistas que entienden la hipnosis como un estado especial pero
al mismo tiempo normal de la actividad mental humana. La sugestibilidad o la
hipnotizabilidad supondrían aproximaciones, más o menos indirectas, utilizadas
para medir o valorar esa capacidad cognitiva.
En todo caso, la dificultad a la hora de objetivar qué es y qué no es hipnosis, de
delimitar el procedimiento hipnótico, el estado de trance o su propia existencia,
como algo diferenciado de la relajación, la distracción, la mera obediencia, la
motivación, las expectativas o las creencias del sujeto, es un problema que
subyace a toda la investigación y teorización en el campo de la hipnosis.
En este capítulo se abordarán cuestiones conceptuales básicas relacionadas
con la sugestibilidad y la hipnotizabilidad que tal vez puedan ayudar a entender de
forma más clara el propio fenómeno hipnótico.

2. Sugestión
Resulta pertinente mencionar que la sugestión se ha convertido en parte rele-
vante de la investigación en torno a la hipnosis. La sugestión, desde un punto de
vista psicológico, abarca más ámbitos que aquellos relacionados con la hipnosis.
En el contexto de la hipnosis, suele entenderse como una comunicación particular
caracterizada por su capacidad para generar respuestas acordes.
Como se puede apreciar, esta forma de entender la sugestión, que por otro lado
es generalmente aceptada, implica ya una definición de la hipnosis en la que la
propia sugestión se convierte en el catalizador que permite generar las respuestas
hipnóticas características. Esta perspectiva supone una forma de reducir los
fenómenos hipnóticos a aquellos relacionados con la sugestión. La aceptación de la
sugestión como eje explicativo central podría implicar que la propia hipnosis
quedase supeditada a los efectos de ésta. Diversos autores concluyen que lo que
caracteriza al procedimiento hipnótico, o a la inducción hipnótica en particular, es su
capacidad de mejorar las respuestas a las sugestiones, a pesar de que esta mejora
se muestra, como

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62 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

mucho, discreta. Ciertamente, y como ya se ha mencionado, es precisamente el


problema a la hora de identificar o aislar adecuadamente cuándo un sujeto se
encuentra hipnotizado y cuándo no, lo que facilita que, sin un fundamento más
sólido, se tienda a reducir los fenómenos hipnóticos a fenómenos de sugestión.

En este capitulo se tratará de evitar esta reducción. Así, a partir de este punto se
deben entender las sugerencias (antes que las sugestiones) como comunicaciones
que pretenden estimular cambios en la forma de percibir, pensar o comportarse del
sujeto; comunicaciones que invitan a un individuo a permitir la aparición de dichos
cambios. Que un individuo consiga o no producir modificaciones efectivas en
respuesta a sugerencias dependerá de características del sujeto, de características
particulares del contexto, incluido el propio procedimiento hipnótico, y de
características específicas de las sugerencias utilizadas.

3. Sugestibilidad
La sugestibilidad puede definirse como la capacidad de un individuo de
responder a sugerencias con sensaciones y comportamientos acordes. Hilgard
(1973) la describe como "la medida del talento o habilidad de un individuo para
generar comportamientos y experiencias comprendidas en el complejo dominio de
la hipnosis". Incide, en su definición, en situar al sujeto como agente activo cuya
habilidad le capacita para generar comportamientos y experiencias como respuesta
a sugerencias. Existe, entre la definición propuesta y la de Hilgard, una diferencia de
matiz, de forma que la primera entiende la sugestibilidad como capacidad, mientras
que para Hilgard se trataría de la medida de esa misma capacidad. Consideramos
que ambas acepciones deben complementarse e incluirse en una definición
adecuada de sugestibilidad, que debería entenderse como 1. Capacidad, habilidad
o talento para responder a sugerencias con experiencias y comportamientos
acordes, y 2. Medida, grado o nivel de dicha capacidad.
En la literatura actual es relativamente común la confusión entre los términos
sugestibilidad e hipnotizabilidad, que son utilizados como equivalentes y

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 63

en algunas ocasiones con un sentido difícil de determinar. El propio Hilgard (1973)


se refiere a los conceptos de sugestibilidad, susceptibilidad hipnótica y capacidad
de respuesta a la hipnosis como sinónimos y equipara la habilidad de ser
hipnotizado con la capacidad de responder a sugerencias. Otros autores, en
cambio (por ejemplo Weitzenhoffer o el mencionado Irving Kirsch), prefieren
diferenciar estos términos, en tanto que se refieren a cons-tructos distintivos que
sólo estarían relacionados por inferencia. Las implicaciones al decantarse por uno
u otro espectro teórico son ciertamente significativas y en este caso consideramos
más adecuado entender la diferencia que existe entre sugestibilidad e
hipnotizabilidad.
Podemos encontrar diversas escalas psicométricas estandarizadas diseñadas
para determinar el modo en que un sujeto responde a sugerencias (Kumar et al.,
1996; Robles et al., 2010; Weitzenhoffer & Hilgard, 1962). Estas escalas evidencian
diferencias ¡nter-individuales en las puntuaciones obtenidas. Así, es clásico
distinguir a individuos con alta, media o baja capacidad de respuesta a
sugerencias, y encontrar que la distribución de esta característica en la población
sigue un patrón normal, ofreciendo la típica imagen de una campana de Gauss (ver
el Capítulo 5).

Estas escalas de sugestibilidad a las que se hace referencia se basan en la


medida de las respuestas de un sujeto a sugerencias, tras una inducción hipnótica o
no. Esto permite, entre otras cosas, distinguir o comparar la sugestibilidad sin
hipnosis de la sugestibilidad con hipnosis. También se acepta, clásicamente, que
existe una dificultad diferente según el tipo de sugerencia, y las escalas
psicométricas, generalmente, son capaces de ordenar, según su dificultad, las
sugerencias propuestas. La sugerencia más difícil que el sujeto sea capaz de
superar será identificada como su nivel de sugestibilidad. De forma habitual, se
tiende a interpretar la capacidad de los sujetos para responder a una y no a otra
sugerencia como el grado, o la profundidad, que pueden alcanzar en hipnosis,
aunque como ya se ha dicho, equiparar sugestibilidad e hipnotizabilidad no parece
lo más correcto.

Las escalas de sugestibilidad con hipnosis intentan medir las respuestas


características a sugerencias en el contexto hipnótico -respuestas motrices
(ideodinámicas, ritmo respiratorio, relajación muscular, catalepsia), cogniti-vas
(hipermnesia, amnesia, ensoñaciones, alucinaciones, fenómenos disocia-

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64 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

tivos, distorsión temporal), sensitivas (analgesia, anestesia, hiperestesia) u otras


(tasa cardiaca, hiper o hipohidrosis, alteraciones metabólicas o bioquímicas). Cabe
destacar, como señala Weitzenhoffer (2000), la diferencia que existe todavía entre
medir las respuestas a las sugerencias y medir la capacidad para responder a las
sugerencias. En todo caso, y llegados a este punto, parece razonable inferir que las
respuestas a sugerencias podrían ser una medida indirecta de la sugestibilidad,
entendida como capacidad.
En general se acepta que la hipnosis es capaz de aumentar, en cierto grado, la
capacidad de los sujetos para responder a sugerencias. El nivel de sugestibilidad
puede servir, también, para identificar a qué tipo de sugerencias será capaz de
responder un sujeto particular. Como se verá, este hecho podría resultar relevante
en el contexto clínico.

4. Hipnotizabilidad
La hipnotizabilidad hace referencia a los efectos diferenciales de la hipnosis en
distintos individuos. Operativamente, y siguiendo a Kirsch, podría definirse como la
aparición de algún cambio, consecuencia del procedimiento de inducción hipnótica.
O siguiendo la fraseología de Weitzenhoffer, la hipnotizabilidad podría definirse
como la capacidad de un individuo para ser hipnotizado. En uno y otro caso se hace
referencia a la producción necesaria de alguna modificación específica,
consecuencia del procedimiento hipnótico. Así, mientras que la sugestibilidad se
refiere a la capacidad de responder a sugerencias, la hipnotizabilidad se relacionaría
con la capacidad de responder a la propia hipnosis, de ser hipnotizado o de
desarrollar un "estado hipnótico". Esto entra en conflicto, como se comentó con
anterioridad, con aquellas definiciones de la hipnosis que reducen el valor de ésta al
de la sugestión. Además, esta conceptualización se encuentra en el centro de la
polémica entre los defensores y detractores de la existencia de un estado de trance
hipnótico (Teoría del Estado).
Hay quien supone que las respuestas a sugerencias en el contexto hipnótico
(sugestibilidad con hipnosis) podrían servir como medida indirecta de la capacidad
de un sujeto para ser hipnotizado (hipnotizabilidad), o como pre-dictores de la
profundidad o el nivel de hipnotizabilidad que ese sujeto

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 65

podría alcanzar. En este sentido, si bien suponen conceptos diferenciados, podría


darse una correlación razonable entre ambos. Como veremos, sin embargo, esta
correlación entre sugestibilidad e hipnotizabilidad probablemente no exista. Parece
relevante en cualquier caso diferenciar adecuadamente ambos conceptos.

La correlación que se suele encontrar entre las respuestas a sugerencias con y


sin hipnosis y la tendencia a reducir los fenómenos hipnóticos a los de la sugestión
han llevado a diversos autores a poner en entredicho la existencia de efectos
hipnóticos genuinos, más allá de los propios de la sugestión, o de aquellos
relacionados con la conformidad y obediencia, o con aspectos motivacionales o de
expectativas de respuesta, con lo que el concepto mismo de hipnotizabilidad no
sería necesario. Desde una perspectiva más naturalista se defiende en cambio la
posibilidad de generar trances naturales, que no requerirían de un procedimiento
de inducción, lo que justificaría la ocasional relación de efectos entre las
condiciones con y sin hipnosis. De nuevo, la pertinente identificación del propio
fenómeno hipnótico, o la presencia de un estado especial de consciencia, se revela
significativa.

También, históricamente al menos, se ha tratado de relacionar la hipnotizabilidad


y la sugestibilidad en el contexto hipnótico con ciertas peculiaridades individuales, o
rasgos de personalidad, en concreto patológicos, aunque no se han encontrado
factores o rasgos en las escalas de personalidad, como el MMPI y otros, capaces
de aislar el componente de sugestibilidad (Barber, 1964; Tellegen & Atkinson,
1974), ni se ha hallado relación entre patología psiquiátrica y la alta sugestibilidad
(Spiegel et al., 1982; Goldstein et al., 2000).

Es significativo recordar, finalmente, que en la actualidad no existen escalas


adecuadas que puedan valorar la hipnotizabilidad, ni como capacidad para ser
hipnotizado, ni como habilidad para desarrollar un estado hipnótico.

5. Escalas psicométricas de sugestibilidad


Como se verá en el próximo capítulo, existen numerosas escalas psicométricas
diseñadas para medir la sugestibilidad. Estas escalas, tras un procedimiento
estandarizado de inducción hipnótica o no, utilizan sugerencias y

© Editorial EOS
66 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

miden las respuestas del individuo a las mismas. Según sus respuestas, los
individuos se catalogan como altamente sugestibles (altos), medios o bajos (con
pobres respuestas a las sugerencias). Las SHSS (Escalas Stanford de
Susceptibilidad Hipnótica), en sus formas A, B o C, son utilizadas frecuentemente
como referencia (por ejemplo, Weitzenhoffer & Hilgard, 1 962). Como se verá más
adelante, el término susceptibilidad, o susceptibilidad hipnótica, debe entenderse
siempre como equivalente a sugestibilidad.
Existen otro tipo de escalas, como el inventario de experiencias Wickram (ver
capítulo 5) o la escala de absorción de Tellegen (Robles et al., 2010), que miden la
sugestibilidad de forma indirecta, mediante encuestas estandarizadas, sin la
utilización de sugerencias o de hipnosis. Se trata de cuestionarios sobre
experiencias vitales que buscan evaluar la capacidad de fascinación, de
concentración o de absorción y cuyos resultados correlacionan positivamente con la
posterior respuesta del individuo a sugerencias.
Cabe recordar que las medidas de sugestibilidad -o de absorción- no se han
encontrado como factor aislable en las escalas de personalidad, lo que sugiere
limitaciones de estas últimas (revisar Tellegen & Atkinson, 1976).
Las medidas obtenidas en las escalas de sugestibilidad muestran una alta
estabilidad temporal, obteniéndose resultados similares 25 años después de una
primera evaluación, y a pesar de los numerosos y significativos cambios vitales que
pudieran haber tenido lugar durante ese tiempo (Piccione et al., 1989; Morgan,
1973). También ha sido demostrada la capacidad de individuos, con puntuaciones
de sugestibilidad bajas o medias, de mejorar sus índices hasta el punto de
convertirse en altamente sugestibles tras un entrenamiento adecuado (Gfeller et al.,
1987). En este estudio, Gfeller y colaboradores evidenciaron la posibilidad de
convertir en altamente sugestibles (puntuaciones en la HGSHS:A de 9-12) hasta a
un 50% de los sujetos con puntuaciones previas bajas (individuos considerados no
sugestibles, o poco sugestibles, con puntuaciones iniciales entre 0 y 4), y a un 83%
de los sujetos con puntuaciones iniciales medias (5-8).

Los datos de estabilidad y capacidad de mejora de la sugestibilidad no son


contradictorios. La sugestibilidad, en tanto que capacidad cognitiva, podría
entenderse como un rasgo o componente estable del individuo que, a su

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 67

vez, podría ser desarrollada con un entrenamiento adecuado. En condiciones


básales, esto es, sin entrenamiento, un porcentaje significativo de sujetos podría
no expresar todo su potencial, lo que justificaría la significativa proporción de
individuos que mejoran en los tests de sugestibilidad en el estudio de Gfeller et al.
(1987). Por otro lado, sería razonable pensar que algunos de los sujetos no
experimentarán mejora alguna, bien por no adecuarse el entrenamiento a sus
necesidades, bien por haber alcanzado el techo de su capacidad en su primera
evaluación, aunque estas posibilidades requieren corroboración experimental.

En el mencionado estudio, Gfeller et al., que considera sinónimos sugestibilidad


e hipnotizabilidad, afirma que la capacidad de respuesta a la hipnosis estaría
determinada por otros factores interrelacionados, como la capacidad de absorción
o la sensación de realidad que produce la imaginería visual, las actitudes y las
creencias con respecto a la hipnosis, la adecuada interpretación de las sugerencias
hipnóticas, así como el nivel de confort y empatia con el hipnotizador. Y de la misma
forma, sugieren que la ausencia de mejoría de algunos sujetos podría deberse a la
falta de habilidades imaginativas requeridas y a la incapacidad para renunciar al
pensamiento vinculado a la realidad en el contexto hipnótico. De hecho, se ha
considerado que la incapacidad para dejarse llevar, la sensación de o el miedo a la
pérdida de control, o la injerencia hipercrítica del pensamiento lógico o realista,
podrían interferir en el desarrollo de la capacidad hipnótica o limitarla
considerablemente.

6. Susceptibilidad hipnótica
Se ha mencionado con anterioridad que el término susceptibilidad debe
entenderse como sugestibilidad, esto es, como capacidad de responder ade-
cuadamente a sugerencias. Las también mencionadas escalas Stanford de
susceptibilidad hipnótica (SHSS) miden, a pesar del nombre, las respuestas a
sugerencias, con y sin hipnosis. Esto es, aunque se denominen escalas de sus-
ceptibilidad, las escalas Stanford miden la respuesta a sugerencias, y por
inferencia, estiman la sugestibilidad de los sujetos. De este modo, cuando se hace
referencia a individuos con alta o baja susceptibilidad, se está aludien-

© Editorial EOS
68 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

do, siempre, a su capacidad de responder a sugerencias. El hecho de que muchos


autores identifiquen o equiparen la sugestibilidad con la hipnotizabilidad no debe
llevar a error. Como ya se ha explicado, y salvo que se expli-cite de forma diferente,
todas las referencias a susceptibilidad o a capacidad de respuesta a la hipnosis se
basan en realidad en estudios de sugestibilidad.

En ocasiones, sin embargo, sí se utiliza el nombre susceptibilidad con el sentido


de hipnotizabilidad, tal y como se ha definido con anterioridad. Su uso con este
significado no se recomienda. Por un lado, por añadir complejidad,
innecesariamente, a un tema suficientemente enmarañado. Por otro lado, porque el
propio nombre susceptibilidad parece implicar, semánticamente, una debilidad. Es
por esto que Weitzenhoffer (2000) defiende la utilización de capacidad hipnótica
(hipnotizabilidad) antes que susceptibilidad a la hipnosis.
Muchos diseños experimentales incluyen, además de las escalas estandarizadas
de sugestibilidad, cuestionarios creados ad hoc, en los que los sujetos deben
cuantificar su sensación de no intencionalidad y/o falta de esfuerzo al responder a
sugerencias. La no intencionalidad (la sensación de que no es el sujeto quien
determina la acción) y la sensación de falta de esfuerzo se consideran
características, incluso definitorias, de las respuestas a sugerencias en el contexto
hipnótico. Al incluir cuestionarios que exploran específicamente estas cualidades se
pretende aprehender la hipnotizabilidad. De esta forma, se especula que la
aparición de dichas sensaciones acompañantes, características de las respuestas
hipnóticas de individuos sugestibles, podría definir la presencia, hasta cierto punto,
de un contexto hipnótico para el sujeto. Se ha especulado con la posibilidad de
utilizar el nombre susceptibilidad para crear un concepto intermedio entre
sugestibilidad e hipnotizabilidad, que identifique la capacidad de respuesta a
sugerencias (sugestibilidad) más la presencia de las sensaciones características de
no intencionalidad y falta de esfuerzo. No obstante, y como ya se ha dicho, parece
innecesario complicar aún más la cuestión.

En cualquier caso, la inclusión de estos aspectos subjetivos de las respuestas a


sugerencias en el contexto hipnótico (no intencionalidad, falta de esfuerzo),
característicos de las respuestas de individuos altamente sugestibles, parece
relevante por la posibilidad de aproximarse a un efecto genuinamente hip-

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 69

nótico que podría sugerir la presencia de un trance o de un estado hipnótico.


Obviamente éste es un aspecto particularmente conflictivo. Además, la inclusión
de valoraciones introspectivas en la definición de la respuesta hipnótica también
encuentra seria oposición desde diversas escuelas psicológicas.
Por último, la susceptibilidad podría entenderse como la medida de la capacidad
de responder a sugerencias. De esta forma, sugestibilidad haría referencia a la
capacidad misma, mientras que susceptibilidad se referiría a su medida. Aunque
supone añadir un nuevo grado de complejidad, es cierto que cuando,
habitualmente, se habla de alta o baja susceptibilidad se hace referencia
precisamente a este concepto, a la medida de la sugestibilidad, entendida como
capacidad de producir respuestas a sugerencias. A lo largo de este capítulo, sin
embargo, se hará referencia a la sugestibilidad tanto en su acepción de capacidad,
habilidad o talento como en la de medida, grado o nivel de dicha habilidad. Se
evitará así utilizar el nombre susceptibilidad. Cabe recordar una vez más que en la
literatura habitual sobre el tema, y salvo indicación explícita en otro sentido, el
nombre susceptibilidad, o el concepto susceptibilidad hipnótica, se utilizan siempre
como sinónimos de lo que aquí hemos definido como sugestibilidad.

7, No intencionalidad versus involuntariedad; una


digresión
Una acción involuntaria sería aquella que se realiza en contra de la voluntad del
sujeto, mientras que con un acto no intencional nos referimos a aquel que se inicia
sin que el sujeto tenga una motivación consciente para realizarlo o mantenerlo.
Aunque la diferencia es sutil, puede resultar significativa por sus implicaciones en el
contexto de la hipnosis. Generalmente, se hace referencia a una sensación de
involuntariedad que acompaña a las acciones-respuesta hipnóticas. Aquí se ha
preferido utilizar el concepto de no intencionalidad, por cuanto la referida sensación
de involuntariedad tiende a ser confundida con una pérdida de voluntad real por
parte del sujeto hipnotizado.
Cuando Milton Erickson le pregunta a Aldous Huxiey, durante una sesión de
hipnosis, por qué no se levanta, Huxiey responde que "evidentemente,

© Editorial EOS
70 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

debo estar respondiendo a una sugerencia de inmovilidad, que ciertamente no


recuerdo [conscientemente]" (Bandler & Grinder, 1975). Resulta obvio que la
inmovilidad de Huxley es voluntaria. En el contexto descrito, Huxley escoge vivir la
experiencia hipnótica y sus peculiares consecuencias, permitiendo el desarrollo de
respuestas no intencionales, de cuya motivación no es consciente (aunque sea
perfectamente capaz de inferir su origen o su causa en el propio contexto hipnótico).
Resulta característico, de las respuestas no intencionales producidas en el
contexto de la hipnosis, que puedan ser interferidas, moduladas o inhibidas por el
sujeto. Es más, el sujeto es capaz en todo momento de interrumpir voluntariamente
la hipnosis, no sólo sus respuestas. Pero lo paradigmático no es tanto la capacidad
de detener voluntariamente las acciones-respuesta a la hipnosis, como la necesidad
de que el sujeto permita su aparición para que éstas puedan tener lugar.

Así, entendemos como respuestas no intencionales aquellas acciones que


requieren del permiso del sujeto para tener lugar, voluntarias (en tanto que pueden
ser inhibidas a voluntad), y que son percibidas por el sujeto como no determinadas
por él mismo. Ejemplos de este tipo de respuestas, fuera del contexto hipnótico,
serían aquellas acciones complejas, consecuencia de un contexto estimular
determinado, que producen sensaciones que se describen como "no sé cómo lo
hice", "me salió solo", "lo hice sin necesidad de pensar". Estas acciones parecen
disociar el control ejecutivo consciente de la actividad motriz en curso, reduciendo
posibles interferencias lógico-racionales y permitiendo melodías cinéticas de gran
naturalidad y efectividad.
Cuando algunos defensores del estado hipnótico hablan de trances naturales se
refieren precisamente a este tipo de situación o contexto mental en el que el
individuo parece actuar sin sensación de esfuerzo y con la impresión de no ser él
mismo quien determina la acción.

8. Multidimensionalidad de la habilidad hipnótica


Es un hecho relevante, en el estudio de la sugestibilidad, entender la habilidad
hipnótica como compuesta por distintas dimensiones o habilidades par-

ís) Editorial EOS


Sugestibilidad e hipnotizabilidad 71

ticulares (Spiegel et al., 1989; Dienes et al., 2009; Crawford et al., 1990; Rainville et
al., 2002; Blakemore et al., 2003). Como ya se ha dicho, las escalas psicométricas
de sugestibilidad proponen a los sujetos sugerencias de dificultad creciente, que
éstos serán o no capaces de superar. Es posible que la capacidad para superar
unas u otras sugerencias esté relacionada con diferentes habilidades
neurocognitivas.

El estudio de Szechtman y colaboradores (Szechtman et al., 1 997) evidencia


cómo sólo algunos sujetos, entre los altamente sugestibles, son capaces de
generar alucinaciones auditivas, y demuestra diferencias neurofisiológicas entre
aquellos sujetos que escuchan un sonido real, entre los que imaginan un sonido y
entre aquellos capaces de generar una alucinación auditiva (sólo estos últimos
muestran una actividad elevada en el cingulado anterior derecho cuando alucinan
un sonido, con hipnosis, pero no cuando simplemente lo imaginan).

La capacidad para controlar el dolor también resulta paradigmática (Derbyshire


et al., 2004; Crawford et al., 1993). Parece que tanto las características del propio
sujeto como de las sugerencias determinarán qué procesos, a nivel
neurofisiológico, se activarán para producir analgesia en el contexto hipnótico
(Rainville et al., 1999; Crawford et al., 2000; Raz et al., 2005; Vanhaudenhuyse et
al., 2009). Así, se ha observado que es posible controlar o reducir con hipnosis la
intensidad del dolor alterando la vía talámica (reduciendo la actividad de la corteza
sensorial), y también que es posible reducir el malestar producido por el dolor ("el
dolor sigue ahí, pero ya no me importa") mediante la activación de la corteza
cingulada anterior (Rainville et al., 1997). En definitiva, parece ser posible, con
hipnosis, controlar de forma independiente la intensidad del dolor y el desagrado o
molestia asociados al dolor, lo que implicaría dos habilidades cognitivas diferentes.
Lo que también parecen evidenciar las escalas de sugestibilidad es la posibilidad
de ordenar las respuestas a sugerencias en el contexto hipnótico. Cuando un sujeto
no responde a dos sugestiones consecutivas en las escalas Stanford, se considera
que el sujeto no será capaz de responder a las siguientes. La posibilidad de ordenar
las respuestas a sugerencias en un continuo de dificultad creciente podría
relacionarse con la existencia de una capacidad general diferenciada. Algunos
autores argumentan que la capacidad del suje-

© Editorial EOS
72 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

to para superar las sugestiones más difíciles, como alucinar un sonido o una
imagen, por ejemplo, requeriría la presencia de hipnosis, o de un cierto grado de
profundización hipnótica, mientras que para superar las sugestiones más fáciles no
sería necesaria la hipnosis, o bien bastaría con un nivel superficial de
profundización. Se trata, sin embargo, de mera especulación. De nuevo, las
limitaciones a la hora de determinar la presencia de un trance hipnótico hacen que
valorar la profundidad del mismo no sea razonable, más allá de las propias
respuestas a sugerencias (lo que convierte el argumento en tautológico).
Cabe señalar finalmente que, desde la perspectiva del estado, la habilidad
hipnótica puede también imaginarse como una capacidad unidimensional,
relacionada con la capacidad de generar un estado o contexto mental particular, que
facilitaría la activación o desarrollo de otras habilidades neu-rocognitivas específicas
y características (dimensiones cognitivas, perceptivas, motrices, experienciales).

9. Sugestibilidad y neurofisiología
En los últimos años se han realizado importantes avances relacionando la alta y
la baja sugestibilidad con diferencias neurofisiológicas medibles. La esperanza es
que este tipo de estudios sea capaz, en último término, de identificar y diferenciar el
contexto hipnótico de otros. No obstante, y como apunta M. Heap, es importante ser
extremadamente cauto a la hora de interpretar los hallazgos de los estudios
electroencefalográficos, de matrices de ADN, o de resonancia magnética funcional,
por poner algunos ejemplos, y "no caer en la tentación de validar sus resultados por
el grado de sofistica-ción técnica utilizada para conseguirlos" (Heap, 2009).
Parece que los individuos según su grado de sugestibilidad podrían evidenciar
distintos estilos cognitivos o distintos modos de procesamiento de la información
somatosensorial. Por ejemplo, se han objetivado diferencias básales entre los
umbrales que presentan al dolor los altamente sugestibles y los poco sugestibles
(McGlashan et al., 1969). Se ha señalado también que la flexibilidad cognitiva podría
ser un factor que aparecería de forma predominante en los altamente sugestibles
(Aikins & Ray, 2001; Gruzelier & Warren, 1993), existiendo diferencias
neurofisiológicas básales de la activi-

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 73

dad fronto-límbica entre los muy sugestibles y los poco sugestibles (Crawford,
1994; Lichtenberg et al., 2004).

Son reseñables las características descritas por Gruzelier (1998), cuando


describe que los sujetos con puntuaciones altas en las escalas psicométricas de
sugestibilidad muestran una disociación funcional, en condiciones básales, de la
región frontolateral del hemisferio izquierdo y una mayor actividad del lóbulo
temporal anterior en el hemisferio derecho, en comparación con los sujetos con
puntuaciones bajas. También Pascalis (1999) describe mayores cambios
interhemisféricos con actividades distintas en mediciones electro-encefalográficas
para los altos (ver también Ray, 1997), y Crawford (1994) concluye que existe una
mayor habilidad de filtrado atencional en los sujetos que puntúan alto en las
escalas de sugestibilidad.
Este último punto resulta de especial relevancia. En otros estudios de Gruzelier
(Gruzelier & Venables, 1972; Gruzelier & Brow, 1985), se pudo determinar,
midiendo respuestas electrodermales con hipnosis, que existía una mayor y más
rápida habituación a tonos en sujetos sugestibles que en simuladores. Se trata de
respuestas de orientación disminuidas con hipnosis que podrían relacionarse con
inhibición de la amígdala y con activación del hipocampo (De Benedittis & Sironi,
1988). La amígdala parece ejercer una influencia estimuladora de la actividad de
orientación, mientras que la acción inhibitoria del hipocampo facilitaría la
habituación de la respuesta de orientación con la repetición de estímulos (Gruzelier
& Venables, 1972; Pribram & McGuinness, 1975). Los valores de mismatch
negativity (MMN) también mostraron diferencias, tanto básales como en hipnosis,
entre sujetos con alta y baja sugestibilidad (Gruzelier, 1996).
Cuando un sujeto escucha un sonido (s) se detecta una respuesta en forma de
onda electroencefalográfica denominada ERP (event related potential). Si se
escucha el mismo tono (s) de forma repetida, a intervalos fijos (s, s, s, s), es posible
calcular la media de la actividad eléctrica de esa onda ERP(s). Ante un tono distinto
intercalado, de distinta duración, tono o intensidad (s, s, /', s, s), es posible medir la
onda producida ante el estímulo diferente, ERP(j), y compararla con la medida
obtenida como media ante el estímulo constante, ERP(s). La diferencia entre una
medida y otra es lo que se conoce como Mismatch Negativity (MMN).

© Editorial EOS
74 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

En condiciones básales (sin hipnosis), los sujetos con baja sugestibilidad


mostraron valores básales prácticamente iguales a cero de MMN, mientras que los
altamente sugestibles evidenciaron valores más altos, entre +3 y +4 Uv (Gruzelier,
1996).

MMN MMN CON


BASAL HIPNOSIS
ALTA SUGESTIBILIDAD +3, +4 1
BAJA SUGESTIBILIDAD 0 i

Se trata de un hecho particularmente significativo que apoya firmemente la idea


de que las medidas de sugestibilidad evidencian estilos cognitivos diferenciados.
Efectivamente, estas diferencias básales parecen implicar distintas estrategias
neurológicas de orientación a estímulos entre los muy sugestibles y los pobremente
sugestibles. De hecho, puede argumentarse que los muy sugestibles (valores altos
de MMN) son capaces de orientar su atención a estímulos salientes (diferentes),
probablemente inhibiendo su atención a estímulos conocidos, previsibles o
irrelevantes. Esto concuerda, por ejemplo, con la mayor habilidad de filtrado
atencional descrita en estos sujetos. Por otro lado, los individuos con baja
sugestibilidad (valor cero de MMN) mostrarían dificultad a la hora de inhibir sus
respuestas de orientación a estímulos poco relevantes, atendiendo a todo estímulo
por igual.

Con hipnosis, los sujetos con valores altos y bajos en sugestibilidad también
mostraron diferencias, esta vez en sentido contrario. Los muy sugestibles, con
hipnosis, reducen su MMN y los poco sugestibles la elevan. Parece factible
argumentar que la reducción de MMN en los muy sugestibles se relacionaría con
una inhibición global de las respuestas de orientación a estímulos exteroceptivos, lo
que sería concordante con la mayor facilidad de estos sujetos para desarrollar y
percibir la hipnosis como un estado diferente de cons-ciencia, en el que la propia
experiencia estaría incrementada por la mencionada inhibición de las respuestas de
orientación a estímulos provenientes del

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 75

exterior. También resulta concordante con la reducción, con hipnosis, de las


respuestas de orientación y con una más rápida habituación (Gruzelier & Venables,
1972; Gruzelier & Brow, 1985).
Finalmente, los individuos con una baja sugestibilidad muestran con hipnosis
una elevación de su MMN, lo que de nuevo concuerda con un incremento de su
capacidad de concentración, o con una mejora de su procesamiento atencional con
hipnosis, que podría estar mediado, a su vez, por una inhibición de sus respuestas
a estímulos predecibles.

Resumiendo, diversos estudios neurofisiológicos parecen evidenciar que las


medidas de sugestibilidad podrían estar definiendo estilos neurocogniti-vos, de
atención y orientación a estímulos, diferenciados. De la misma forma, estos
estudios sugieren que la propia hipnosis evidencia efectos tanto en sujetos muy
sugestibles como poco sugestibles. La escasa relación entre sugestibilidad y efecto
terapéutico con hipnosis también apoyaría esta idea. En efecto, la acción
terapéutica de la hipnosis no parece supeditada o limitada a la alta sugestibilidad,
como sugiere también la experiencia clínica.

Parece especialmente relevante valorar la importancia que pudiera tener en la


clínica la adaptación, por parte del profesional, de las herramientas terapéuticas,
del contexto hipnótico y de las propias sugerencias, al particular estilo cognitivo que
evidencia cada paciente en función de su grado de sugestibilidad. No cabe duda
que la experiencia clínica estimula de forma natural esta adaptación al paciente por
parte del profesional, muy particularmente en la terapia psicológica. No obstante, el
hecho de evidenciar ciertos parámetros, como el estilo cognitivo preferente de
atención a estímulos del paciente, puede constituirse en una poderosa herramienta
de ayuda terapéutica en la planificación, organización y desarrollo de la propia
terapia.

10. Consideraciones finales


La sugestibilidad parece evidenciar distintos estilos cognitivos de atención a
estímulos. La búsqueda de diferencias entre la alta y la baja sugestibilidad sugiere
la existencia de efectos específicos y diferenciados del procedimiento hipnótico,
según el grado de sugestibilidad de los sujetos. Aunque no se

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76 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

puede hablar aún con propiedad de un estado hipnótico, los estudios de


sugestibilidad apuntan a que, con hipnosis, los altamente sugestibles podrían
desarrollar un contexto mental particular en el que destaca la inhibición aten-cional a
estímulos periféricos y la disociación cognitiva a nivel frontal.
La comprensión de la existencia de estilos cognitivos diferentes y de modos de
respuesta particulares a la hipnosis, según el grado de sugestibilidad, podría
suponer un nuevo paradigma en la investigación con hipnosis. La constatación de
efectos hipnóticos genuinos en individuos con baja sugestibilidad debe servir, como
poco, para diferenciar claramente los conceptos de sugestibilidad e hipnotizabilidad.
Efectivamente, no debería resultar extraño encontrar sujetos con baja sugestibilidad
y alta hipnotizabilidad. Las implicaciones clínicas de este hecho son particularmente
relevantes. Resulta evidente la necesidad de poder determinar con claridad la baja o
alta hipnotizabilidad, independientemente del grado de sugestibilidad.
Para hablar con propiedad, probablemente sea necesario referirse a la
hipnotizabilidad como compuesta por al menos dos modalidades diferentes. La
capacidad de ser hipnotizado parece depender del estado hipnótico final que puede
desarrollarse según la sugestibilidad del sujeto. Para los altamente sugestibles, la
hipnotizabilidad supondría el desarrollo de un contexto mental de disociación frontal
y focalización interoceptiva. Para los individuos con un estilo de baja sugestibilidad,
la hipnotizabilidad estaría determinada por la habilidad de incrementar la propia
capacidad de concentración, objetiva-ble por ejemplo por un aumento de la
habituación a estímulos predecibles.

Se ha desarrollado brevemente la teoría de que la sugestibilidad podría ser una


habilidad doble y entrenable. Doble en tanto que parece evidenciar al menos dos
estilos cognitivos diferenciados, y entrenable en tanto que podría modificarse el
estilo cognitivo preferente de un individuo. La tendencia en la investigación actual es
a sesgar los estudios de manera que el entrenamiento se dirige siempre a
desarrollar un estilo equiparable con la alta sugestibilidad. De ser correcta esta
teoría, debería ser posible entrenar a sujetos para desarrollar un estilo cognitivo
similar al de aquellos que evidencian una baja sugestibilidad. Para ello sería
necesario incrementar la relevancia subjetiva de estímulos considerados, a priori,
predecibles o poco salientes. O dicho de otra forma, debería poder estimularse a los
sujetos para orientar su

© Editorial EOS
Sugestibilidad e hipnotizabilidad 77

atención a todo estímulo, independientemente de su predictibilidad o saliendo. En


distintos contextos, la capacidad de modificar el propio estilo de atención podría
revelarse como importante. Por poner dos ejemplos extremos, la baja
sugestibilidad sería importante para, al entrar en una habitación no conocida, poder
identificar, catalogar y recordar tras un solo vistazo, todos los objetos visibles en
ella. Por otro lado, un estilo de alta sugestibilidad sería fundamental para
concentrarse en la reparación de una aeronave en vuelo y con un motor en llamas.
La posibilidad de que un individuo pueda modificar su estilo cognitivo hacia una alta
o baja sugestibilidad según el contexto requiere corroboración experimental. Por
otro lado, si se reinterpreta la sugestibilidad como una capacidad que evidencia un
rango de estilos cogni-tivos de atención a estímulos, debe reinterpretarse también
la mejora en los resultados de sugestibilidad con entrenamiento como una
modificación del estilo preferente de atención a estímulos del sujeto.
Las pruebas de sugestibilidad han sido criticadas por farragosas, obsoletas y por
demostrar una limitada relevancia clínica. Además, desde un punto de vista
práctico, desligado de la investigación, la intuición clínica se muestra capaz de
predecir la capacidad de un individuo para responder a sugerencias, en muchos
casos adecuadamente y sin necesidad de otras medidas más precisas. Sin
embargo, se ha sugerido en este capítulo que la medida de la sugestibilidad podría
tener cierta relevancia en el contexto clínico. La utilización de cuestionarios de fácil
aplicación que valoran de forma indirecta la sugestibilidad podría constituir una
herramienta potente y sencilla con la que obtener información sobre el paciente,
con la que seleccionar y organizar posibles estrategias terapéuticas, con la que
mejorar la comunicación de resultados y casos entre profesionales y con la que,
finalmente, contribuir al desarrollo de una mejor comprensión de los fenómenos
hipnóticos, de su significación y de sus implicaciones, teóricas y prácticas.
Por último, se ha mencionado que la sugestibilidad podría tener una implicación
directa en el éxito terapéutico de la hipnosis clínica. Cabe suponer que la capacidad
del terapeuta para adaptarse al particular estilo cognitivo del paciente podría
suponer un elemento relevante en la eficacia de la terapia con hipnosis. Parece en
cualquier caso una dirección experimental suge-rente en el ámbito clínico.

© Editorial EOS
80 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Figura 1. La Baquet de Mesmer

Los que estaban en primera fila tocaban unas varillas conectadas a las cubetas
(Fig. 2); los demás se ponían en contacto con ellos a través del contacto con las
manos o a través de cuerdas mojadas. Mesmer, acompañado de suaves y
monótonas notas de piano, vestía de forma majestuosa con una bata de seda de
colores suaves y portaba una vara de hierro en la mano con la que hacía "pases"
alrededor del cuerpo de los sujetos.

En el curso del tratamiento los pacientes experimentaban una "crisis" magnética


a partir de la cual decían experimentar una recuperación. Posteriormente, James
Braid (1765-1 860) explicaría todos estos fenómenos casi "mágicos" a través del
concepto de sugestión hipnótica al que él llamó "sueño nervioso, neuro-hipnotismo
o hipnosis", provocado por el estado de sugestión que producía la concentración de
la atención en un estímulo único o monótono.

Figura 2

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 81

H. Bernheim (1840-1919) y A.A. Liébeault (1823-1904) definieron la sugestión


como "un acto por el cual una idea es introducida en el cerebro y aceptada por el
mismo". Yapko (2008) dice al respecto que "La esencia de la sugestionabilidad
humana es la receptividad a la sugestión, es decir, a los mensajes directos e
indirectos que imparten información perspectiva y la vulnerabilidad asociada a la
influencia de otros (y a nuestra propia sugestión). En definitiva, y atendiendo a los
aspectos que relacionan la hipnosis y sugestión, la hipnosis tiene lugar porque las
personas son sugestionables y las personas son sugestionables porque se hallan
en estado hipnótico". "La sugestionabilidad es la capacidad de producir respuestas
involuntarias a la sugestión". Spanos define las sugestiones hipnóticas como
formas de comunicación que invitan al sujeto a construir imaginariamente
situaciones, a visualizarlas "como si" fueran reales.

El término sugestionabilidad ha sido históricamente relacionado con conceptos


como persuasión, obediencia, imitación, influencia social, y con la hipnosis. En
algunos casos se le ha dotado de una connotación negativa relacionada con un
cierto grado de susceptibilidad o incluso debilidad mental, influenciabilidad,
personalidad débil, etc., habiendo demostrado diversos estudios una correlación
negativa con algunos de estos conceptos. El ser sugestionable, susceptible a la
sugestionabilidad e hipnotizable se define como la capacidad para ser hipnotizado,
para tener experiencias características de una persona hipnotizada y para mostrar
tipos de conductas asociadas a este estado (Hilgard, 1968). Sheehan y McConkey
(1 982) indican que "la hipnotizabilidad o susceptibilidad a la hipnosis refleja una
característica de rasgo en el individuo que denota su habilidad para responder a las
sugestiones". La División 30 del APA (American Psychological Association, 1993)
relaciona también de forma clara los términos sugestión e hipnosis al definir esta
última como un proceso que "implica procesos cognitivos (como la imaginación) en
el cual el sujeto es guiado por un especialista a responder a sugestiones para
provocar cambios en sensaciones, percepciones, pensamientos, sentimientos y
comportamientos".

Resulta evidente que la sugestión desempeña un papel de vital importancia en


los métodos habituales de hipnosis. En su intención de comprender con mayor
profundidad los fenómenos de la sugestión utilizados en los procesos

© Editorial EOS
82 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

hipnóticos, Baudouin (1922), en su obra "Suggestion et Autosuggestion", ¡unto con


E. Coué, formularon una serie de leyes a través de las cuales afirmaban se regían
las sugestiones:
• Ley de la atención sostenida.
Cuando una persona concentra su atención en una idea o pensamiento,
dicha idea tiende a realizarse, es decir que tenderá a manifestarse en forma
espontánea. Coué decía que "la idea de sueño crea sueño; la ¡dea de
insomnio crea insomnio; la idea de asma crea el asma; la idea de mejoría crea
mejoría". "Cada vez que hay un conflicto entre la imaginación y la voluntad,
finalmente predomina la imaginación".
• Ley del efecto inverso o del esfuerzo reversible.
Cuando se instala una ¡dea en la mente, todos los esfuerzos que el sujeto
haga para contrarrestar dicha idea o sugestión, no surtirán efecto sino que
provocarán el efecto contrario, paradójico, en el que el exceso de intención
por lograr un objetivo se traduce en el efecto inverso. Cuanto más intenta
dormir por la noche una persona con insomnio, más se sobre-activa. Cuanto
más se quiere recordar un nombre, menos se recuerda.
• Ley de la emoción asociada o del afecto dominante.
Una emoción fuerte siempre tiene tendencia a sustituir a una emoción débil.
Cuando una sugestión (idea) es asociada a una emoción fuerte, ésta tiende a
producirse. Cualquier sugestión vinculada a una emoción predominará sobre
cualquier otra sugestión que se encuentre en la mente en ese momento. De
los procesos asociativos entre imágenes y emociones pueden encontrarse
aplicaciones prácticas semejantes, en estado de trance, en la técnica de
sensibilización encubierta de Cautela (1975).

Posteriormente, A.M. Weitzenhoffer amplió estas tres leyes, enunciando otras


tres más:
• Ley de la precedencia en el tiempo.
Las sugestiones iniciales y finales tienen mayor probabilidad de realizarse
que las centrales en el proceso hipnótico.
• Ley de la precedencia de la impresión (esquemas previos).
Las sugestiones basadas en experiencias previas del individuo tienen una
mayor probabilidad de éxito. De hecho, cuando se hipnotiza va-

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 83

rías veces a una persona, los esquemas previos se van consolidando con
cada experiencia hipnótica y la hipnosis resulta más fácil.
• Ley de precedencia de la profundidad.
Cuanto mayor es la profundidad del estado hipnótico de una persona, más
receptivo resulta a las sugestiones que se le den y mayor probabilidad de
éxito tienen éstas.

En general, en lo que sí parece haber acuerdo es en que las sugestiones deben


ser sencillas, afirmativas, claras. Una sugestión negativa puede llegar a producir el
efecto contrario al deseado de acuerdo con la ley del efecto inverso.

2. Pruebas de evaluación de la sugestionabilidad


La magnitud en que una persona es hipnotizable es un rasgo dimensional,
diferencial en la población general y relativamente estable a lo largo de la vida del
sujeto. Como afirma Hilgard, hay personas con diferentes grados de
receptividad hipnótica, desde los poco sugestionables o hipnotizables hasta los fácilmente
hipnotizables o "virtuosos hipnóticos". Es obvio que también
existen profesionales de la hipnosis más hábiles y experimentados que otros, más
observadores y más intuitivos, permitiendo que personas difícilmente hipnotizables
puedan llegar a serlo. Hay diferencias importantes en la responsi-vidad de los
sujetos a las sugestiones en función de la naturaleza de éstas; así, de acuerdo con
los datos aportados por Heap et al. (2004), aproximadamente el 92% de los sujetos
(referido a población estadounidense) responden a la sugestión de descenso de la
mano, alrededor de un 43% a las de regresión en edad y sólo un 9% a las de
alucinación negativa, lo que según dichos autores permite hablar de unas
sugestiones más difíciles que otras en función del grado de sugestionabilidad de los
sujetos. En cualquier caso, alrededor de las tres cuartas partes de la población son
hipnotizables y alrededor de un 10% muy hipnotizable (los llamados virtuosos
hipnóticos), capacidades éstas que pueden cuantificarse y valorarse mediante
algunas herramientas y escalas de evaluación que posteriormente desarrollaremos
en un caso y mencionaremos en otro (Heap, 1991).

© Editorial EOS
84 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Antes de comenzar a inducir un trance hipnótico es conveniente realizar una


evaluación del grado de sugestionabilidad del paciente. Hilgard afirmaba que "la
sugestionabilidad y el comportamiento hipnótico están altamente correlacionados",
de tal modo que el resultado de las pruebas de sugestionabilidad nos puede aportar
información sobre cuáles serán el comportamiento y profundidad del trance
hipnótico en el individuo. Asimismo, las pruebas de sugestionabilidad aportan
también información sobre el grado de confianza del paciente en el terapeuta,
permitiendo adaptar las sugestiones a las características del sujeto y ayudando a
incrementar la empatia y por ende, a mejorar la alianza terapéutica.
Las pruebas de sugestionabilidad se pueden catalogar en función del método y
criterio de evaluación, pudiendo diferenciar entre pruebas de observación o clásicas
y escalas de autoinforme estandarizadas. Tanto las pruebas de observación como
las escalas de sugestionabilidad, generalmente comprenden una inducción
hipnótica seguida de una serie de pruebas de sugestión y una evaluación de la
responsividad del sujeto a cada una de ellas. El número total de respuestas positivas
a las sugestiones son sumadas, arrojando una puntuación total que denota la
capacidad de respuesta del sujeto a las sugestiones o sugestionabilidad.

3. Pruebas de evaluación por observación o


clásicas
3.1. Balanceo postural hacia atrás (E. Coué)
Para realizar esta prueba pediremos que se coloque de pie, erguido en el centro
de la habitación y de espaldas al terapeuta, con los pies ¡untos y los brazos caídos
¡unto a los costados. Se le pide que dirija su mirada al frente, a un punto
determinado y fijo; a continuación se le pide que cierre los ojos y se le pide que
intente continuar "dirigiendo" su mirada a dicho punto, señalándole incluso con el
dedo índice el centro de su frente. Seguidamente el terapeuta se coloca detrás del
paciente colocando sus manos en la espalda del sujeto a la altura de los omóplatos
(Fig. 3), suministrándole a continuación las siguientes sugestiones:

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Evaluación de la sugestionabilidad 85

"Escuche atentamente lo que mi voz le va diciendo. Mientras lo hace respire


profunda y lentamente. Voy a contar de I a 5 y a medida que lo haga retiraré
progresivamente mis manos de su espalda; usted va a sentir que su cuerpo cae
hacia atrás, como si una potente fuerza le hiciera caer hacia atrás, como si mis
manos le fuesen atrayendo hacia atrás a medida que las retiro. No se preocupe, no
tenga miedo a caerse porque yo estaré aquí, detrás de usted para sujetarle. Uno...
siente su cuerpo totalmente rígido, desde los pies a la cabeza. Dos... siente como
si una fuerza indescriptible tirase de su cuerpo hacia atrás a medida que voy
retirando las manos. Tres... su cuerpo está cayendo hacia atrás, como si quedase
pegado a mis manos y a medida que voy intentando separar mis manos de su
espalda usted cae hacia atrás. Cuatro... su cuerpo cae hacia atrás. Está cayendo
hacia atrás. Cinco... su cuerpo cae hacia atrás ya".

Figura 3

© Editorial EOS
86 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

3.2. Balanceo postural hacía adelante (E. Coué)


Esta prueba constituye una variante del balanceo postural de espaldas. Del
mismo modo que en la prueba anterior, se repetirá la operación pero esta vez en
caída hacia delante, situándose el terapeuta delante del sujeto y apoyando las
manos en sus hombros hacia las clavículas. Pediremos al paciente que nos mire a
los ojos fijamente y a continuación se le pide que cierre los ojos del mismo modo que
se hiciera en la anterior prueba. "Ahora, volveré a contar de 1 a 5 y a medida que lo
haga iré retirando mis manos de sus hombros y a la cuenta de cinco su cuerpo caerá
hacia delante. No se preocupe, no tenga miedo porque yo estaré aquí para sujetarle
en su caída. Uno... siente su cuerpo rígido de los pies a la cabeza. Dos... siente
como si una fuerza indescriptible tirase de su cuerpo hacia delante a medida que voy
retirando las manos. Tres... su cuerpo está cayendo hacia delante, como si quedase
pegado a mis manos y a medida que voy intentando separar mis manos de sus
hombros usted nota como su cuerpo cae hacia delante. Cuatro... su cuerpo cae
hacia delante. Está cayendo hacia delante. Cinco... su cuerpo cae hacia delante
ya".
En ambas pruebas de balanceo postural se considerará que han sido un éxito si
el sujeto se ha dejado caer hacia el terapeuta sin oponer ningún tipo de resistencia.
En algunos casos puede producirse cierta reticencia del sujeto a cerrar los ojos, en
cuyo caso simplemente le sugeriremos que mire fijamente a un punto en la primera
prueba y a nuestros ojos en la segunda.

3.3. Técnica del retroceso forzado


Pediremos al sujeto que se coloque de espaldas al terapeuta, a una cierta
distancia, con los pies ligeramente separados (no más de diez centímetros) y los
brazos extendidos y relajados a ambos lados, pidiéndole a continuación que cierre
los ojos y que a partir de ese momento, se resista mentalmente con todas sus
fuerzas a caminar hacia atrás. Después, el terapeuta mirará al sujeto a la nuca
diciéndole lo siguiente:
"Ahora estoy mirándole fijamente a la nuca y es posible que lo sienta, que tenga una
sensación especial, tal vez de calor, tal vez de hormigueo en la parte superior de la
espalda o en ¡a nuca; observe sus sensaciones en esa

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 87

zona porque pronto pueden aparecer; es muy posible que aparezcan a partir de
este momento".
Pasados uno o dos minutos aproximadamente se percibirá rigidez y un ligero
balanceo en el sujeto.

"Ahora sienta como si algo tirase con fuerza de usted hacia atrás, como si un
fuerte hilo de acero tirase de usted hacia atrás, provocando un impulso cada vez
más intenso, cada vez más intenso; no puede resistirse; nota como una fuerza
intensa tira de usted hacia atrás cada vez con más fuerza, y usted no puede oponer
resistencia porque nota que su cuerpo se va hacia atrás y comenzará a retroceder
automáticamente..., su cuerpo siente esa fuerza y necesita seguir caminando hacia
atrás".

Cuando el sujeto ha dado más o menos cinco pasos hacia atrás, el terapeuta
extenderá las manos y detendrá al sujeto diciéndole: "ya puede detenerse, ahora
todo vuelve a la normalidad y deja de sentir esa fuerza; se siente relajado y
tranquilo".

3.4. Levitación de brazo (M.H. Erickson)


Esta prueba puede utilizarse como técnica de inducción en sí misma (de hecho
será desarrollada en el capítulo correspondiente a las técnicas de inducción); sin
embargo, históricamente ha sido utilizada también como prueba de
sugestionabilidad, dentro de un paquete de pruebas entre las que podemos incluir
el resto de las mencionadas, razón por la cual también es desarrollada en este
capítulo.

Pediremos al sujeto que se siente cómodamente en un sillón y que coloque los


brazos apoyados en los apoyabrazos del sillón o sobre sus piernas si el sillón no
tiene apoyabrazos. "Ahora cierre sus ojos y respire profundamente, así, muy bien.
Quiero comprobar su capacidad para imaginar algunas cosas, para imaginar todo
aquello que yo le diga. Aunque usted tenga los ojos cerrados, si se siente molesto
podrá abrirlos en cualquier momento si así lo desea; no obstante, para imaginar
más vividamente cuanto yo le diga, es mejor que los tenga cerrados. Ahora relájese
y preste atención a cuanto le vaya diciendo. Imagine que empieza a tener la
sensación de que su brazo derecho (o

© Editorial EOS
88 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

izquierdo si es zurdo) se va haciendo más ligero, cada vez más ligero; cada vez más
y más ligero. Cada vez va pesando menos y puede que empiece en algún momento
a elevarse levemente. Tal vez sienta alguna sensación diferente en sus dedos,
algún cosquilleo, algún movimiento; es posible que sus dedos se sientan cada vez
más ligeros y comiencen a moverse, a separarse levemente del brazo del sillón,
como sintiéndose más ligeros; no lo interfiera, no lo impida, sólo obsérvelo y deje
que suceda; sus dedos se elevan cada vez más y más, separándose cada vez más
del brazo del sillón. Su mano cada vez es más ligera, cada vez más, como si un fino
hilo tirase de ella hacia el techo, como si un globo tirase de su mano hacia el techo,
como si una fuerza impulsara desde debajo de su mano hacia arriba (utilizar la
metáfora deseada), elevándola cada vez más y más. Su mano cada vez es más y
más ligera, cada vez más, cada vez más. Es una sensación muy agradable; como si
el brazo comenzase a flotar en el aire. Su brazo está flotando cada vez más y más.
Cada vez se eleva más, hasta la altura de su hombro. Su brazo está flotando en el
aire; sienta como su brazo flota en el aire; cada vez más, cada vez más" (Se
continuará con las sugestiones hasta que el brazo se eleve al menos 9 o 10
centímetros; si al cabo de unos minutos no se produce ningún efecto, habrá que dar
por finalizada la prueba). Si el brazo se eleva podemos continuar con otra sugestión,
"tu brazo se acerca progresivamente a tu frente, cada vez más, cada vez más. Tu
brazo se va acercando ya a tu frente y cuando tu mano toque tu frente, entrarás en
un sueño muy profundo..., sueño..., sueño..., sueño...". En este momento habrá que
estar preparado para coger su brazo, porque posiblemente caiga nuevamente.
Podemos darle una instrucción para que descanse durante unos minutos, tras los
cuales reanudaremos con la siguiente instrucción: "Ahora voy a contar hasta 5 y
cuando cuente 5 despertarás y estarás muy relajado y muy agradable", "Uno...
mueve ligeramente la cabeza, dos... mueve tus brazos, tres... mueve tus piernas,
cuatro... mueve el cuerpo, cinco... tú estás totalmente despierto, tú estás
totalmente despierto". En este punto daremos por finalizada la prueba.

3.5. Descenso de brazo


Pediremos al sujeto que eleve su brazo dominante hacia arriba de modo que
quede paralelo al suelo y en ángulo recto respecto a su cuerpo, a la altu-

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 89

ra de los hombros. A continuación le diremos: "Ahora imagina que tu brazo se va


haciendo cada vez más y más pesado; cada vez más pesado. A medida que tu
brazo se siente más y más pesado notarás que comienza a descender
progresivamente. Tu brazo cada vez está más y más pesado. Sientes tu brazo más
y más pesado. Tu brazo pesa como si hubieran puesto un gran peso sobre él, como
si una fuerza enorme tirase de él con un hilo hacia abajo. Se va haciendo cada vez
más pesado y progresivamente va bajando más y más...más y más. Cada vez
desciende más y más y se va haciendo mucho más pesado...más pesado. Tu
brazo desciende más y más. Cada vez está más abajo". Cuando el brazo ha
descendido notablemente damos por terminada la prueba, diciendo: "Bien, ahora
puedes relajar tu brazo totalmente y colocarlo sobre tu regazo".

3.6. Bloqueo de manos


Previamente a la ejecución de esta prueba, es conveniente que sugiramos al
paciente desprenderse de sortijas y anillos que puedan interferir durante la
ejecución de la prueba. Cualquier sensación molesta puede dificultar la
focali-zación de la atención y el resultado de la prueba de sugestión. Si realizamos
la prueba con el sujeto sentado, le pediremos que cierre los ojos; nos situaremos
frente a él, mirándole al entrecejo y en ambos supuestos le pediremos que extienda
los brazos con las palmas de las manos unidas y entrelace los dedos entre sí con
fuerza (Fig. 4). A continuación le diremos con voz enérgica: "Apriete sus manos
entre sí con los dedos bien entrelazados, sintiendo como ambas manos están
perfectamente unidas la una con la otra, tal como si estuvieran soldándose. Sus
manos progresivamente se van pegando, cada vez más y más y a medida que yo le
voy hablando sus manos parecen ir soldándose hasta formar una sola pieza. Sus
manos van pegándose, soldándose cada vez más y más, de tal forma que va
costándole trabajo distinguir qué dedos corresponden a la mano izquierda y cuáles
a la derecha. Cada vez están más y más soldadas, duras, sólidas y rígidas; cada
vez más, siendo imposible para usted separarlas aunque quiera. Dentro de un
momento contaré hasta tres y a la cuenta de tres le pediré que intente despegar sus
manos y a pesar de que usted quiera separarlas no podrá, no le responderán y
permanecerán totalmente unidas, totalmente soldadas. Uno... dos... tres... Ahora
intente separar sus manos.

© Editorial EOS
90 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Es totalmente imposible que usted separe sus manos. Sus manos están tan
pegadas, tan soldadas que usted no puede separarlas por mucho que quiera
hacerlo. Cuanto más intenta separar sus manos más se sueldan entre sí, resul-
tando totalmente imposible para usted despegarlas. Inténtelo... inténtelo...
inténtelo... y verá que no puede separarlas". Esperar 5 segundos y si el paciente no
consigue abrir las manos, continuar con la sugestión un poco más y en los mismos
términos. Esperar 10 segundos. Si el paciente no consigue abrir las manos,
terminaremos la prueba diciendo "muy bien, ahora ya puede separar sus manos y
relajarse por completo". En líneas generales se suele aplicar como criterio para
considerar la prueba superada que el sujeto no consiga separar las manos durante
10 segundos en el segundo reto. Si después de dos ensayos el resultado de la
sugestión es negativo, no se repetirá la prueba y se pasará a otra prueba de
sugestionabilidad.

Figura 4

3.7. Manos entrelazadas


Esta técnica es una variante de la anterior, por lo que las condiciones de
ejecución son semejantes. Le pediremos al sujeto que extienda las manos y los
brazos al frente de tal modo que las palmas de las manos queden enfrentadas.
Posteriormente se le pide que entrelace sus dedos y rote las manos de tal modo
que las puntas de sus dedos queden hacia adentro (mirando hacia el sujeto) y las
palmas de las manos hacia fuera. Una vez entrelazadas y rotadas se le pide que
eleve sus brazos con las manos entrelazadas y con las palmas rotadas hacia fuera,
por encima de la cabeza, y que estire los brazos tanto como le sea posible.
Una vez alcanzada la posición, se le dice:

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 91

"Mantenga, por favor las manos y los brazos en esa posición, con sus dedos
entrelazados y los brazos bien extendidos. Piense que sus dedos se ponen cada
vez más y más tensos y sus brazos se van endureciendo cada vez más y más. Los
músculos de sus manos cada vez están más y más tensos, más y más tensos. Sus
brazos se están endureciendo cada vez más; cada vez están más duros y rígidos,
como si fuera barras de hierro. Sus manos y sus brazos cada vez están más
tensos, más duros, más rígidos. Sus manos están cada vez más y más tensas, sus
brazos se hacen cada vez más y más rígidos. Dentro de unos momentos voy a
contar hasta tres y a la cuenta de tres usted no podrá separar sus dedos ni sus
manos, porque estarán como soldadas. Uno... sus manos están cada vez más
rígidas y soldadas; tan soldadas que no podrá separarlas cuando cuente tres.
Dos... sus brazos y sus manos se están poniendo cada vez más rígidos, cada vez
están más rígidos y soldados, tan rígidos que no puede separarlos por mucho que
lo intente. Tres... sus manos están como pegadas, y sus dedos entrelazados están
como soldados. No puede separar las manos. Inténtelo y no podrá. No importa con
cuanta fuerza lo intente porque cuanto más lo intente más firmemente soldados
quedarán. Inténtelo, inténtelo...". Si pasados aproximadamente 10 segundos el
sujeto no consigue separar sus manos daremos la prueba por superada y con-
cluida, diciéndole; "Muy bien, ahora ya puede abrir sus ojos (si le pedimos que
realizase la prueba con los ojos cerrados), bajar los brazos, separar sus manos sin
ninguna dificultad, sintiéndose perfectamente".

3.8. Bloqueo de párpados


Pediremos al sujeto que se siente y cierre sus ojos diciéndole: "Ahora cierra tus
ojos, y dentro de unos instantes comenzarás a sentir una sensación de pesadez en
tus párpados. Una sensación muy agradable. Tus párpados se van haciendo cada
vez más y más pesados. Tan pesados que parecen estar soldándose entre sí. Tus
párpados se van sintiendo cada vez más pesados, tan pesados que parecen
estarse soldando entre sí, sintiéndolos muy agradablemente cerrados. Sientes
como si tus párpados estuvieran soldados, totalmente soldados, de tal modo que si
quisieras abrirlos ahora, no podrías, porque están soldados, muy pesados y
soldados entre sí. Siente tus párpados cada vez más pesados y soldados, cada vez
más pesados y soldados, más y más pesa-

© Editorial EOS
92 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

dos y soldados. Tus párpados están totalmente soldados. A la cuenta de tres fe


pediré que abras tus ojos y te costará mucho trabajo, tanto que probablemente no
podrás hacerlo, porque tus párpados se han soldado totalmente. Uno... tus
párpados están soldados. Dos... tus párpados están muy pesados y soldados entre
sí. Tres... intenta abrir tus ojos y probablemente no podrás porque tus párpados
están muy pesados y soldados entre sí" (Fig. 5). Si el sujeto ha tenido dificultades
para abrir sus ojos daremos la prueba por superada y concluida diciendo: "muy
bien, ahora puedes abrir tus ojos sin ninguna dificultad, sintiendo tus párpados muy
relajados y sintiéndote muy bien".

Figura 5

3.9. Técnica de la silla o de inmovilidad corporal


Pediremos al sujeto que se siente en una silla o en un sillón y que cierre los ojos.
En esta ocasión le hablaremos suavemente y ralentizando progresivamente las
sugestiones, diciéndole: "Mientras permanece con ¡os ojos cerrados, hágase
consciente de su cuerpo, de la posición de su cuerpo; sienta el peso de sus pies, de
la presión que ejercen sobre el suelo por su peso... sienta sus piernas cada vez más
pesadas, haciendo que sus pies se peguen cada vez más al suelo. La sensación de
pesadez se va extendiendo a todo el cuerpo y cada vez, con cada respiración
profunda su cuerpo se va hundiendo más y más cómodamente en el sillón... cada
vez más... mucho más... Sus tobillos y sus rodillas están cada vez más y más
relajados y pesados, su espalda, cada vez más y más pesada, se adhiere cada vez
más al sillón". (Reforzar la sugestión apoyando las manos sobre los hombros del
paciente,

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 93

presionando ligeramente hacia abajo varias veces y haciéndolo coincidir con la


espiración del sujeto). "Dentro de unos instantes usted intentará levantarse, pero
observará que no puede, que le resulta muy difícil porque sus piernas y sus pies
pesan mucho. Sus pies están fuertemente adheridos, como hundidos en el suelo
debido a su peso. Cuando intente levantarse sus piernas y sus pies no le
responderán porque se sentirá como pegado al suelo y al sillón. ¡Ahora ya no
puede levantarse! ¡Está pegado al sillón y aunque lo intente es prácticamente
imposible levantarse!". "Bien, muy bien, ahora (en tono más pausado y calmado),
ya puede levantarse, la sensación de pesadez se disipa, desaparece. Cuando
cuente de uno a diez usted podrá levantarse sin ningún problema. Uno... respire
profundamente... Dos... la sensación de pesadez se disipa... Tres, usted puede
mover y levantar sus pies y sus piernas del suelo...Va desapareciendo la sensación
de pesadez... Cuatro, cinco, seis, siete, ocho... nueve... cuando cuente diez
usted se levantará sin ningún problema y de forma natural... diez... puede usted
levantarse ahora, sintiéndose perfectamente". Si el sujeto ha tenido dificultades
objetivas para levantarse del sillón, daremos por superada y finalizada la prueba.

3.10. El péndulo de Ghevreul (M.E. Chevreul)


Para realizar esta prueba, el terapeuta deberá proveerse de un círculo dibujado
en una hoja y dividido en cuatro partes iguales (Fig. 6). Cada división del círculo
deberá estar identificada con una clave, ya sea norte, sur, este y oeste; 1, 2, 3 y 4,
etc. También deberá proveerse de un objeto pequeño (crucifijo, medalla, etc.) que,
atado a una cuerda o cadena, pueda ser utilizado como un péndulo. (Fig. 7).
Se le indicará al paciente que apoye el brazo en el codo, sujete el péndulo por la
cadena, situándolo en el centro del círculo, a unos centímetros del mismo y
cuidando que quede suspendido por encima del centro del papel pero sin tocarlo y
concentrando su atención en el mismo. Se le explica al sujeto que el péndulo
tenderá a moverse por efecto de las sugestiones proporcionadas por el terapeuta o
por las propias órdenes que el paciente se dé internamente, es decir, la mente
tiende a traducir en órdenes motrices las sugestiones o pensamientos producidos,
lo que provocará el movimiento del péndulo (Fig. 8). El movimiento se producirá ya
sea por este motivo, por fatiga del brazo, o por las

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94 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

expectativas del sujeto por "seguir el juego" (González-Ordi, 1998). En algún


momento comenzarán a producirse movimientos en algún sentido, lo que el
terapeuta aprovechará para comenzar a suministrar las sugestiones del siguiente
modo: "Ahora concentra tu atención en el péndulo; fija tu mirada en él sin perderle
de vista, sin distraerte; dentro de unos instantes verás como el péndulo comienza a
moverse, a oscilar suavemente siguiendo la dirección de las agujas del reloj... cada
vez con más claridad... cada vez con más amplitud... cada vez con más rapidez. El
péndulo va moviéndose más y más claramente en esa dirección... siguiendo la
dirección de las agujas del reloj, como si alguna fuerza le impulsase a hacerlo...
como si tuviese vida propia". Cuando se haya conseguido el movimiento deseado,
se cambiará de dirección, proporcionándole la sugestión siguiente: "muy bien...
ahora el péndulo se irá parando suavemente y cambiando su dirección... esta vez
moviéndose de norte a sur... de norte a sur... de norte a sur... cada vez más
claramente... cada vez con más amplitud... siguiendo la dirección norte-sur... eso
es... norte-sur... cada vez más y más claramente; es imposible detenerlo... como si
tuviera nuevamente vida propia... esta vez en dirección norte-sur... norte-sur...
norte-sur". Conseguidos los resultados perseguidos, se dará por concluida la
prueba.

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 95

Figura 7 Figura 8

3.11. Técnica de la sugestión de sed


Le pediremos al sujeto que cierre los ojos y, sentado cómodamente en la silla o
sillón, concentre toda su atención en nuestras palabras, sugiriéndole lo siguiente:
"Imagina que te encuentras dando un largo paseo, en un día muy caluroso de
verano, a pleno sol. Estás expuesto al sol durante tu paseo sin la posibilidad de
encontrar sombra alguna. El calor es intenso, denso y te hace sudar
abundantemente porque llevas varias horas caminando. No has podido beber ni una
sola gota de agua durante todo tu recorrido. Tu boca se reseca cada vez más
porque no has podido ingerir ni una sola gota de agua. Tu boca se vuelve pastosa,
reseca, tremendamente reseca y tu sensación de sed es cada vez mayor... cada vez
mayor... Tus labios se resecan cada vez más y más... Tu lengua parece pegarse a tu
paladar porque está muy seca y pastosa. Tu boca está completamente seca y
necesitas un sorbo de agua... pero no tienes nada que puedas beber. Tu garganta
está muy seca... cada vez más

© Editorial EOS
96 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

seca y la sensación es de una sed insoportable. Necesitas beber de inmediato un


sorbo de agua. Cada vez notas más sequedad en la boca y en la garganta. Tienes
sed... mucha sed... Cada vez tienes más sed y tu garganta y tu boca están más y
más resecas... más y más resecas... más y más resecas...
Ahora imagina que, por fin, estás bebiendo un vaso de agua helada, refrescante,
agradable, que hidrata y refresca tu boca y tu garganta".
Si se ha producido sensación de sed en el sujeto, la prueba se da por concluida
con éxito.

3.12. Inhibición verbal


Pediremos al sujeto lo siguiente: "Imagina que toda la musculatura de tu gar-
ganta y tu mandíbula se ponen totalmente rígidos, rígidos y duros, de tal modo que
te impide hablar. Te resulta imposible articular ninguna palabra porque los músculos
de tu garganta y de tu boca están completamente tensos... tan tensos y rígidos que
no puedes hablar... Y cuanto más lo intentas más rígidos se ponen de tal modo que
te impiden articular cualquier palabra. Están tan tensos que no puedes articular ni tu
nombre. Cuanto más lo intentas más difícil te resulta pronunciar tu nombre. No
puedes hablar... no puedes hablar... no puedes hablar... Tu garganta está
completamente bloqueada, completamente paralizada de tal modo que te impide
articular cualquier palabra. Toda la musculatura de tu laringe, de tu garganta, de tu
boca de tu mandíbula está completamente rígida y bloqueada de tal modo que te
impide articular ninguna palabra... no puedes decir tu nombre... Cuanto más lo
intentes más difícil te será... ¡¡¡Te es imposible hablar!!! Ahora intenta decir tu
nombre... inténtalo... pero no podrás decirlo porque tu garganta está totalmente
bloqueada... (dejar una pausa de 5 segundos)... Inténtalo nuevamente pero no
podrás porque tu garganta está bloqueada... (esperar 10 segundos).
Muy bien... Ahora tu garganta, la musculatura de tu garganta se afloja, se relaja y
ya puedes decir tu nombre".

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 97

3.13. Escalas de autoinforme estandarizadas


Tal como sucede con otras medidas de sugestionabilidad, la utilización de las
escalas estandarizadas constituye un tema controvertido por la discutida utilidad de
su uso en la práctica psicoterapéutica cotidiana. Entre los profesionales de la
hipnosis pueden encontrarse desde defensores que proponen su utilización
protocolaria en la evaluación general del paciente, hasta detractores de su uso que
las trivializan basándose en algunos trabajos que ponen en cuarentena su
capacidad predictiva (Yapko, 2008). No es menos cierto que resulta conveniente la
utilización de alguna medida que ayude a inferir la capacidad, índice o variable de
sugestionabilidad del sujeto, no como predictor del éxito terapéutico, dado que
dichas escalas no fueron pensadas para ello, sino con objeto de conocer con mayor
exactitud la capacidad del individuo para generar respuestas de carácter ideomotor,
cognitivo o psicofisiológico durante el proceso hipnótico y con ello facilitar la forma
de proceder del terapeuta en la elección, diseño y utilización de los procesos de
inducción, sugestión y pro-fundización (Barber, 1988, 1999). En definitiva, como
afirmase Hilgard, estas escalas pueden ser consideradas "instrumentos de medida
que permiten medir la habilidad o capacidad de una persona para producir
comportamientos y experiencias que caen dentro del complejo dominio de la
hipnosis". En contra de esto, Diamond, en 1989, defendía que "las pruebas
estandarizadas sólo pueden dar un índice genérico de la capacidad hipnótica
general, más que medidas objetivas de capacidades concretas que influyan en las
respuestas reales en las terapias con hipnosis" (sic. Yapko 2008, p.239). Hilgard,
por su parte, se mostraba partidario de la evaluación formal y protocolarizada como
"un medio para sacar mayor partido de la capacidad hipnótica estimada del sujeto",
en línea con lo mencionado anteriormente respecto de la utilidad de dichas escalas.
No obstante, y a pesar de todo ello, en numerosas ocasiones el mejor predictor
resulta ser el clima de colaboración y confianza, el rapport, la buena alianza
generada entre paciente y terapeuta, como marco de referencia, tal como sucede
con cualquier otra herramienta a utilizar en el proceso de conocimiento, análisis y
cambio en psicoterapia.
Dentro de las escalas estandarizadas más conocidas pueden citarse las
siguientes:

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98 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Barber Suggestibility Scale (BSS, Barber & Calverley, 1963; traducción de


González-Ordi, 1987)

La escala BSS, diseñada para su administración con o sin inducción hipnótica


previa, intenta predecir el comportamiento del sujeto en las inducciones hipnóticas
que se le apliquen posteriormente y el comportamiento del sujeto en cualquier
proceso de inducción hipnótica, así como para valorar la modificación del perfil de
responsividad hipnótica a lo largo de un tratamiento con hipnosis. Consta de ocho
ítems, que se corresponden con la respuesta del sujeto a ocho pruebas clásicas de
sugestión estandarizadas, durante aproximadamente 1 minuto para cada una. El
tiempo total de aplicación no suele superar los 15 minutos. Las pruebas que la
componen son: levitación de brazo, descenso de brazo, bloqueo de manos,
sugestión de sed, inhibición verbal, inmovilidad corporal, respuesta poshipnótica
(sugestión de tos tras palmada: "...cuando terminemos la prueba, abrirás tus ojos a
los pocos segundos. Daré una palmada e inmediatamente toserás irremediable y
automáticamente; cuando yo de la palmada, tú toserás de forma inmediata..."), y
amnesia selectiva ("tus ojos aún están cerrados. Cuando yo te sugiera que los abras
te pediré que me relates algo sobre los ejercicios que hemos hecho. Recordarás
todos excepto uno. Sobre uno de ellos no recordarás nada, habrás olvidado todo
respecto a él, como si nunca lo hubiéramos realizado. No recordarás el ejercicio en
el que te decía que tu brazo cada vez sería más y más ligero, elevándose más y
más. Incluso olvidarás cuando trataste de acordarte de él. Todos los recuerdos
respecto a este ejercicio desaparecerán por completo de tu mente. Recordarás
perfectamente todos los demás ejercicios, sin embargo, cuanto más intentes
recordar que tu brazo era cada vez más ligero y se elevaba, más difícil te será
recordarlo. Olvidarás incluso las indicaciones que ahora te estoy dando. Tan sólo
podrás recordarlo cuando yo te indique "ahora puedes recordarlo". Entonces y sólo
entonces podrás recordarlo").
La puntuación total está en función del sumatorio de las puntuaciones obtenidas
en cada una de las pruebas, medidas a través de dos escalas: una observacional
(puntuada por el evaluador) y otra autoinformada (puntuada por el sujeto). En la
escala observacional, el evaluador puntuará 0, 0.5 ó 1 (puntuación máxima 8
puntos) el comportamiento del sujeto ante las sugestiones suministradas, de
acuerdo con los siguientes criterios (Tabla 1):

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Evaluación de la sugestionabilidad 99

ÍTEM EJECUCIÓN DEL SUJETO PUNTOS

Descenso de brazo • El movimiento del brazo es inapreciable 01


• Descenso de aprox. 9 cms.

Levitación de brazo • El movimiento del brazo es inapreciable 0


• Elevación de aprox. 9 cms. 1

Bloqueo de manos • Separación de manos en el primer intento 0


• 5 seg. sin separación 0.5 1
• 10 seg. sin separación

Sugestión de sed • Sin respuesta observable 0


• Deglución, humedecimiento de labios o 1
movimientos de boca

Inhibición verbal • Pronuncia su nombre al primer intento 0 0.5


• 5 seg. sin decir su nombre con claridad 1
• 10 seg. sin decir su nombre con claridad

Inmovilidad • Se levanta al primer intento 0


corporal • 5 seg. sin poder levantarse 0.5 1
• 10 seg. sin poder levantarse

Respuesta • No hay respuesta al presentar la palmada 01


poshipnótica • Toser o carraspear al presentar la palmada

Amnesia selectiva • Recordar el ítem 2 inmediatamente después


de preguntarle cuántos ejercicios recuerda
haber realizado 01
• No hacer referencia al ítem que ha de olvidar
o recordar al menos 4 de los otros ítems rea
lizados antes de referirse al ítem en cuestión.

Tabla I. (Tomado de González Ordi (2007). Módulo 2. Curso de Experto en


Hipnosis Clínica. Sociedad Española de Medicina Psicosomática y
Psicología Médica)

En cuanto se refiere a la escala autoinformada, la puntuación se obtiene a través


de las respuestas a un cuestionario en el que se le pregunta al sujeto respecto de
sus sensaciones subjetivas en cada una de las ocho pruebas anteriormente
mencionadas, utilizando el siguiente rango de puntuaciones (Tabla 2):

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100 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

ÍTEM SENSACIÓN INTENSIDAD DE LA


AUTOINFORMADA SENSACIÓN
Sensación de peso • Ninguna sensación 0 puntos
del brazo • Ligera sensación l punto 2
• Sensación puntos
• Sensación muy intensa 3 puntos
Sensación de • Ninguna sensación 0 puntos
ligereza del brazo • Ligera sensación l punto
• Sensación 2 puntos
• Sensación muy intensa 3 puntos
Sensación de • Ninguna sensación 0 puntos
bloqueo de manos • Ligera sensación 1 punto 2
• Sensación puntos
• Sensación muy intensa 3 puntos
Sensación de sed • Ninguna sensación 0 puntos
• Ligera sensación 1 punto 2
• Sensación puntos
• Sensación muy intensa 3 puntos
Sensación de • Ninguna sensación 0 puntos
inhibición verbal • Ligera sensación 1 punto 2
• Sensación puntos
• Sensación muy intensa 3 puntos
Sensación de • Ninguna sensación 0 puntos

inmovilidad • Ligera sensación 1 punto 2


• Sensación puntos
corporal
• Sensación muy intensa 3 puntos
Sensación hacia • Ninguna sensación 0 puntos
la respuesta • Ligera sensación 1 punto
pos-hipnótica (tos tras • Sensación 2 puntos
palmada) • Sensación muy intensa 3 puntos
Sensación de • Ninguna sensación 0 puntos
amnesia • Ligera sensación 1 punto
• Sensación 2 puntos
• Sensación muy intensa 3 puntos

Tabla 2. Puntuaciones en la escala autoinformada

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Evaluación de la sugestionabilidad 101

El rango de puntuaciones posibles en la escala autoinformada (Tabla 2) oscila


entre 0 y 24 puntos.
Los niveles de sugestionabilidad de las puntuaciones totales (observacio-nal +
autoinformada) se distribuyen de la siguiente forma (las instrucciones no indican si
estos niveles varían según la condición con/sin inducción hipnótica previa):
• Entre 0 y 5: NIVEL BAJO
• Entre 6 y 9: NIVEL MEDIO BAJO
• Entre 10 y 15: NIVEL MEDIO - ALTO
• Entre 1 6 y 24: NIVEL ALTO

Escala Tellegen & Atkinson TAS (Tellegen Absortion Scale, 1974) (Traducción
de Robles, Nieto, Cuadros & Pérez-Hidalgo (2010) Escala de Absorción Tellegen)

Publicada por Tellegen & Atkinson (1974) tiene como finalidad la medida en que
un individuo es capaz de dejarse absorber por una tarea. Consta de 34 ítems de
respuesta dicotómica (V/F), en las que se evalúan diferentes aspectos
autoinformados, como capacidad de imaginación vivida, capacidad de disociación o
experiencias disociadas previas, capacidad de observación y focalización de la
atención, capacidad intuitiva, etc. Robles et al. (2010) definen la absorción como "un
rasgo de la personalidad que permite que el individuo se implique en una serie de
experiencias mediante la imaginación, hasta el punto de perder momentáneamente
la percepción del yo". Para Hilgard, existe una relación clara entre la capacidad que
tienen los sujetos de absorción o implicación profunda en áreas como la lectura, la
música, la religión y la hipnotizabilidad. Este constructo, definido como receptividad,
abstracción de la realidad y estrechamiento de la atención y la consciencia, se
superpone considerablemente con el de Absorción (Tellegen & Atkinson, 1974).
La TAS mide nueve categorías definidas del siguiente modo:
1. El sujeto responde a estímulos atrayentes.
2. El sujeto responde a estímulos inductivos, como quedar absorto escuchando
música o viendo una película.

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102 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

3. El sujeto frecuentemente piensa en imágenes.


4. Puede evocar imágenes vividas y sugerentes.
5. Tiene experiencias sensoriales cruzadas (sinestesia: puede escuchar
colores, ver sonidos, etc.).
6. Puede quedar absorto en sus propios pensamientos e imaginaciones
7. Puede reexperimentar vividamente el pasado.
8. Refiere episodios de expansión de conciencia, como en experiencias
parapsicológicas o experiencias extrasensoriales.
9. Experimenta estados de conciencia alterada.

Escala Gudjonsson
La Escala de Sugestionabilidad Interrogativa Gudjonsson permite una medida
objetiva de la sugestionabilidad en contextos de interrogación. En la escala original
se miden diferentes tipos de sugestionabilidad. Para Gudjonsson "la
sugestionabilidad interrogativa es la extensión por la cual, dentro de una interacción
social cerrada, las personas tienden a aceptar los mensajes comunicados durante
un interrogatorio formal, con el resultado de que sus respuestas conductuales
subsecuentes sean afectadas" (Gudjonsson & Clark, 1986; p. 84). Específicamente,
Gudjonsson propuso que "la sugestionabilidad en el contexto de interrogación es el
resultado de la combinación de un número de características del contexto las cuales
están separadas y llevan a la persona a responder en un camino particular. Primero,
se tiene la estructura o tipo de pregunta y, segundo, la presión interpersonal
aplicada por quien interroga". En este sentido, Linton y Sheehan, en 1994, indicaron
que cuando se pregunta acerca de eventos previamente presenciados, las
respuestas de las personas se ven marcadamente afectadas por el tipo de
preguntas que se usan para obtener la información y por la aplicación explícita de
presión ¡nterpersonal. En estos términos, parece razonable distinguir entre dos tipos
de sugestionabilidad: una forma primaria, basada en la hipnosis y en los actos
¡deomotores de carácter automático producidos por los estímulos auditivos
monótonos, y una sugestionabilidad secundaria, caracterizada por la influencia de
los distintos factores subjetivos inducidos experi-mentalmente mediante estímulos
auditivos con contenidos sociales, personales o impersonales (Angelucci, 2005). En
opinión de algunos autores hay una

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 103

relación entre estas dos medidas, defendiendo la existencia de correlaciones


notables entre las medidas de susceptibilidad hipnótica y la sugestionabilidad
interrogativa, arrastrando ello la conclusión de que ambas son características
comunes al nivel de sugestionabilidad del individuo.

Inventario de Experiencias Wickram


El inventario de experiencias Wickram consta de 24 ítems de respuesta
dicotómica (V/F) en los que se trata de evaluar la capacidad del individuo para el
fantaseo, la imaginación y visualización de fantasías, frecuencia y realismo de las
mismas, intuiciones, experiencias sensoriales, capacidad de focalización de la
atención, etc., todos ellos factores de algún modo también relacionados con la
sugestionabilidad del sujeto.

Escala de Sugestionabilidad de Kappas


El autor de este cuestionario hace una distinción entre la sugestionabilidad física
y la sugestionabilidad emocional. Esta segunda estaría presente en un 5 % de la
población. Según esto, todas las personas serían sugestionables; algunos ante
sensaciones físicas, otros a estímulos emocionales. En el pasado, sólo se
reconocía la sugestionabilidad desde el punto de vista físico. Según Kappas los
estadios ligero, medio, profundo o sonambúlico son muy diferentes en los sujetos
con predominancia de la sugestionabilidad emocional, respecto de los sujetos con
predominancia física. Cada persona puede presentar una combinación de las dos
tipologías en un tanto por ciento determinado. Así por ejemplo, podrían ser 70%
físicos y 30% emocionales. Las personas con predominancia emocional
representan al menos un 60% de las personas sometidas a terapia, ya que, según
este autor, la mayoría de los conflictos surgen a raíz de la sugestión emocional.

Escala de Stanford (Weitzenhoffer & Hiigard, 1959)


Elaboradas por Ernest R. Hiigard y André M. Weitzenhoffer, las Stanford
Hypnotic SuscepUbility Scales (SHSS), Escalas de Susceptibilidad Hipnótica de
Stanford, tienen dos formas paralelas, la SHSS.A y la SHSS:B. La escala A, una de
las históricamente más utilizadas, fue ampliamente criticada debi-

© Editorial EOS
104 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

do a que las sugestiones que la componen parecen no constituir una muestra


representativa de la variedad de fenómenos hipnóticos posibles, dado que nueve de
sus doce ítems son sugestiones motoras, representando tan sólo tres a las
alteraciones cognitivas como alucinaciones, amnesia, etc. (Lamas, Valle-Inclán &
Albo Díaz, 1996) y el nivel de dificultad de los ítems no es muy alto, favoreciendo un
sesgo de la medida hacia las categorías más altas (Sheehan & McConkey, 1982;
González Ordi, 2007). Debido a ello, tres años más tarde publican la forma C con
ítems de mayor carácter cognitivo y dificultad. La escala SHSS:C se compone de l 2
ítems; seis de ellos, cuatro motores y dos cognitivos, similares a los de la escala A, y
otros seis que atienden a diferentes alteraciones perceptivas, siguiendo el siguiente
criterio:

1. El ítem 1 se corresponde con la caída de brazo, en el que al sujeto se le


induce a imaginar un gran peso en la mano.
2. El ítem 2 se corresponde con la separación de manos, en el que el sujeto
¡unta sus manos e imagina una gran fuerza que las separa.
3. El ítem 3 se corresponde con la llamada "Alucinación del Mosquito", en el que
el sujeto debe oír y espantar un mosquito que es fruto de su imaginación.
4. El ítem 4 se corresponde con la alucinación de sabores, en el que el sujeto ha
de imaginar en su boca algo dulce en primer lugar y posteriormente algo
amargo.
5. El ítem 5 se corresponde con la rigidez de brazo, en el que el sujeto ha de
mostrarse incapaz de doblar el brazo.
6. El ítem ó se corresponde con el sueño, en el que el sujeto debe tener un
sueño durante dos minutos.
7. El ítem 7 se corresponde con la regresión de edad, en el que el sujeto se
imagina a sí mismo en 5S curso de EGB y posteriormente en 2° curso.
8. El ítem 8 se corresponde con la inmovilización de mano, en el que el sujeto ha
de ser incapaz de levantar la mano.
9. El ítem 9 se corresponde con la anosmia (pérdida o disminución del sentido
del olfato), en el que el sujeto no debe ser capaz de reconocer el olor del
amoniaco al ser acercado a su nariz. En experimentos más modernos, se ha
utilizado hierbabuena en lugar de amoniaco.

© Editorial EOS
Evaluación de la sugestionabilidad 105

10. El ítem 10 se corresponde con una alucinación de voz, en el que el sujeto


debe escuchar y responder a una voz inexistente.
1 1. El ítem 1 1 se corresponde con una alucinación visual, en el que el sujeto
sólo debe ser capaz de ver tres cajas de colores de cuatro que se le
presentan.
1 2. El ítem 1 2 se corresponde con la amnesia, en el que el sujeto no debe ser
capaz de recordar más de tres ítems de la escala que se le ha presentado.

Las escalas A y B también constan de 1 2 ítems ordenados en dificultad cre-


ciente y emplean aproximadamente una hora en su administración. En todos los
casos, cada ítem de la escala correspondiente es evaluado con un punto, si es
superado, dando un rango de hipnotizabilidad entre 0 y 1 2 puntos, quedando los
sujetos distribuidos en los siguientes términos:

• 0-4 puntos. Bajos en Hipnotizabilidad


• 5-7 puntos. Hipnotizabilidad media
• 8-10 puntos. Hipnotizabilidad alta
• 11-1 2puntos. Hipnotizabilidad muy alta o "virtuosos"

Existen muchas más escalas de medición de la sugestionabilidad, que no por no


ser enumeradas en este capítulo ha de colegirse que carezcan de importancia, si
bien sí es cierto que las mencionadas y definidas suelen ser las más utilizadas
habitualmente. En cualquier caso y como conclusión, sí es necesario reseñar que
aunque gran cantidad de profesionales no dedican demasiado tiempo a la medición
previa de la sugestionabilidad del sujeto, como paso previo al proceso hipnótico,
resulta aconsejable tanto para conocer dicha variable como para hacer acopio de
información respecto de la posible respuesta del individuo, así como de la
naturaleza y dirección de las inducciones y sugestiones dedicadas a utilizar con
cada paciente, lo que puede redundar en una mayor profundidad, calidad y
operatividad del trance hipnótico y por ende en un mayor rendimiento y efectividad
de la hipnosis como herramienta implícita en el proceso psicoterapéutico.

© Editorial EOS
Técnicas de
inducción hipnótica 6
Carmen Puerta Lanzan

1. Inducción hipnótica
Cuando hablamos de inducción hipnótica, nos referimos a una serie de
maniobras que tienen como objetivo cambiar el estado del sujeto. Entendemos que
el estado de alerta y concentración vigil se modifica para dar lugar al estado
hipnótico. En otros capítulos de esta obra ya se ha comentado el debate entre los
teóricos del "estado" y los del "no estado", por ello no vamos a abundar en este
punto. Tan solo resaltar que para algunos partidarios de la hipnosis desde el punto
de vista del "no estado" la inducción no es un paso necesario para trabajar con
hipnosis clínica. En los últimos años, no obstante, se ha revalorizado el papel de la
inducción hipnótica como parte fundamental del trabajo en trance.
Las técnicas de inducción son casi siempre maniobras de focalización de la
atención que implican un cierto grado de automatismo o disociación. Sabemos lo
importante que es en la hipnosis la concentración en un determinado estímulo, y
este estímulo puede tomar muchas formas. Así, podemos buscar que el sujeto se
centre en un estímulo visual, auditivo, kinestético o de otras modalidades. El
estímulo puede ser interno o externo (como ejemplo, el paciente puede mirar a un
punto en el techo u observar uno de sus dedos fijamente). Debemos adaptarnos en
la medida de lo posible a la individualidad del sujeto (este punto es especialmente
importante si vamos a practicar hipnosis ericksoniana, pero en todo caso muy
importante si aplicamos hipnosis convencional).

La inducción es el primer paso de cada sesión hipnótica. Algunos autores


prefieren utilizar siempre el mismo ritual para que el paciente esté condicío-

© Editorial EOS
108 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

nado a una serie de claves, otros dan importancia a la variación para introducir un
elemento de novedad y favorecer la atención. Cada terapeuta elegirá con qué
enfoque se siente más cómodo.
Nada impide que el terapeuta experimentado diseñe sus propios procedimientos
de inducción, aunque lo cierto es que no es fácil ser original y existen puntos en
común entre las diferentes técnicas a pesar de que los autores de dichas técnicas
provengan de abordajes distintos.
Es importante que el paciente se sienta cómodo, el ambiente donde se realice la
inducción conviene que esté libre de elementos de distracción, aunque también
pueden servir como ayuda, introduciéndolos en la propia inducción.
Hay que estar atento a todas las manifestaciones involuntarias y voluntarias para
reforzar sus expectativas y creencias de que la hipnosis sea lograda.
La hipnosis puede ocurrir sin que haya una inducción previa. Esto sorprende a
los neófitos en la materia, sin embargo podemos considerar que de forma cotidiana
entramos en hipnosis ante determinados estímulos
Cheek (1994), señala que la hipnosis espontánea puede darse en las siguientes
circunstancias:
• En momentos de miedo muy intenso o desgracias personales.
• Cuando nos encontramos desorientados espaciotemporalmente como con-
secuencia de un trauma, anestesia general, drogas alucinatorias o alcohol.
• En condiciones de aislamiento sensorial, privación de alimentos u oxígeno.
• Mediante la repetición sensorial (estímulos repetitivos y monótonos como el
sonido de un motor, el movimiento del limpiaparabrisas de un coche, los rayos
de sol entre las hélices de un helicóptero, etc.).

Desde este punto de vista, podemos entender que en tales situaciones la


persona reacciona de un modo hipnótico sin que haya habido una situación de
producción del proceso hipnótico. No obstante, este estado que ocurre de manera
inesperada puede ser aprovechado clínicamente para determinados usos como el
mismo Erickson señala en algunos casos. El sujeto que llega por ejemplo a una
consulta de urgencias con un trance espontáneo de este tipo responderá de forma
muy automática a las sugestiones que reciba, incluso podría darse una amnesia con
posterioridad.

© Editorial EOS
Técnicas de inducción hipnótica 109

Existen pacientes que vienen con una motivación tan elevada y con una
sugestionabilidad de base tan intensa que prácticamente no es necesaria la
inducción. Con este tipo de sujetos, la instrucción más sencilla bastará para iniciar
el proceso hipnótico.
No obstante, la práctica nos indica que deberíamos contar con diversas técnicas
de inducción basadas en principios distintos y adaptarnos a cada paciente según
sus necesidades y sus variables de personalidad. Hay cientos de inducciones
posibles. Aquí reproduciremos guiones muy habituales en la práctica clínica, pero el
terapeuta debe estar abierto a otras inducciones y adaptaciones de cada una de
estas técnicas.
Veamos ahora las diferentes modalidades de inducción:

- Técnicas poco usadas en la actualidad:


• Mesmerismo. La inducción se produce mediante pases repetitivos con o
sin contacto físico con el paciente. Estos pases se supone que actúan
sobre la polaridad de los campos eléctricos que rodean al organismo.
• Estimulación luminosa (con ayuda de determinados dispositivos que
emiten descargas de luz con una periodicidad regulable). Su efectividad
es dudosa, aunque en los años noventa se popularizó para el gran público.
Se supone que las frecuencias empleadas producen una sincronización
de la actividad cerebral con el estímulo luminoso y/o auditivo que
suministra una máquina.
• Electronarcosis. Procedimiento usado fundamentalmente en Rusia en el
que se aplicaba una corriente eléctrica pulsante al cerebro. Es discutible si
este modo de terapia se puede denominar hipnosis. Habi-tualmente se
produce un sueño parcial en sesiones que duran unos veinte minutos.
• Inducción química. Se han empleado determinadas sustancias con la
intención de provocar una disminución de la actividad consciente y la
voluntad. Se ha utilizado Pentobarbital, Oxido Nitroso, Escopo-cloralosa
(una mezcla de Escopolamina y Cloralosa) y Evipan Sódico, entre otras
sustancias. En muchos casos, la terapia hipnótica se realiza dos horas
después de la administración del fármaco. Hoy esta técnica es muy poco
usada y requiere en todo caso medidas de seguridad estrictas, incluyendo
equipos de reanimación.

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110 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

- Técnicas preferentemente usadas en la actualidad:


• Inducciones por sugestión directa. La palabra es el instrumento principal y
el mensaje se transmite de una manera clara, en muchos casos con un
componente de autoridad que era típico en la hipnosis hasta la mitad del
siglo XX. No obstante, las sugestiones directas pueden ser también
permisivas.
• Inducciones por sugestión indirecta. Es más habitual en la hipnosis de tipo
naturalista; el mensaje se plantea de manera que la mente consciente no
pueda oponerse. Se entiende que a más resistencia por parte del
paciente, menos directividad.
• Inducciones por sugestión poshipnótica. Una vez que el paciente ha sido
hipnotizado con alguno de los procedimientos anteriores, se puede
administrar una sugestión para reinstaurar el trance.

En otros capítulos de la presente obra, se definen con más amplitud los


diferentes tipos de sugestiones.

2. Preparación del terapeuta


Como han comentado numerosos autores, en la hipnosis se produce un estado
de trance también en el terapeuta, si entendemos el concepto de "trance" como una
focalización de la atención que a veces va acompañada de una serie de fenómenos
hipnóticos.
Por ello, es aconsejable que el terapeuta se prepare para el hecho de la hipnosis
como una comunicación diferente de la intervención no hipnótica. En primer lugar,
deberíamos instaurar un pequeño silencio antes de proceder con la inducción. Este
es un indicativo de que se pasa a una fase distinta de la sesión, aunque ya se le ha
advertido al paciente que vamos a trabajar con hipnosis. El terapeuta adoptará una
concentración pasiva en la que fijará su vista en el paciente, en actitud de captar las
señales que éste transmite y que a veces pueden resultar muy sutiles. La voz
debería tener una sonoridad distinta de la que se ha empleado hasta ese momento;
debe ser una "voz hipnótica", lo que no significa que deba ser una voz monótona en
todo momento. El componente pa-ralingüístico debe ser acorde con la finalidad y la
intención de las sugestiones.

© Editorial EOS
Técnicas de inducción hipnótica 111

Nos situamos preferentemente al lado izquierdo del paciente en oblicuo, aunque


a veces pueda resultar interesante una posición abiertamente frontal. El terapeuta
se sentirá relajado, teniendo en mente el guión de la inducción que va a practicar,
pero permitiéndose variaciones sobre la marcha sin realizar un esfuerzo de
memoria. En general debemos estar con los ojos abiertos, aunque puede ser
ventajoso que el hipnólogo cierre los ojos momentáneamente para aumentar su
implicación en el desarrollo de las sugestiones o en ocasiones para sugerir
indirectamente al paciente que haga lo mismo.
En caso de un error o confusión en las palabras se puede pedir perdón por el
error y continuar con naturalidad. Si el terapeuta se queda sin ideas, casi siempre
podrá permanecer en silencio hasta que le aparezca el argumento que busca; es
muy poco probable que el paciente se dé cuenta de este bloqueo.
Las pruebas de sugestionabilidad y la historia clínica nos dan siempre pistas
interesantes para seleccionar el tipo de inducción que pueda ser más adecuado
para un paciente concreto. Podemos hablar de sujetos que responderán
presumiblemente mejor a inducciones autoritarias o permisivas, motoras o
sensoriales, directas o indirectas, etc.

3. Preparación del paciente


Como se ha resaltado en otros capítulos de esta obra, el paciente deberá estar
informado previamente de qué es la hipnosis, qué no es y por qué se utiliza en el
contexto terapéutico. Deberá resaltarse también que no debe forzar el resultado
que se busca. Se le hace ver que la hipnosis depende en gran parte de mecanismos
automáticos y que lo ideal es mantener una actitud neutral y permitir que las cosas
ocurran. Se insiste en que la experiencia va a ser muy relajante y que muy
probablemente recordará una buena parte o todo lo acontecido mediante el proceso
hipnótico. También se da al paciente la oportunidad de hacer las preguntas
necesarias que le hayan podido surgir después de las explicaciones anteriores,
para asegurarnos de que no va a existir ningún miedo o falsa expectativa que pueda
deteriorar el trabajo terapéutico.

4. Técnicas de fijación ocular


Comenzamos con una de las técnicas más habituales en la práctica clínica y que
se basa en los procedimientos que ya se empleaban en el siglo XIX.

© Editorial EOS
112 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

El paciente se tumba sobre una camilla o un sillón de manera que pueda fijar su
vista en un punto situado en el techo o por encima de sus ojos (un objeto brillante,
una chincheta, una pequeña linterna pueden ser variaciones sobre la misma ¡dea)
(Fig. I).

La verbalización puede construirse asi:


"Fíjate en ese punto, míralo fijamente... trata de parpadear lo menos posible. .. la
visión se hace borrosa y puede que veas cambios de forma o de color alrededor de
ese punto... continúa mirando fijamente... date cuenta de cómo tu cuerpo se vuelve
más pesado y tus músculos se relajan... lo estás sintiendo en los párpados, que
quieren cerrarse, pero enseguida lo vas sintiendo también en otros músculos de tu
cara, siente las aletas de la nariz, las mandíbulas, los labios aflojándose... tus ojos
quieren cerrarse... cada vez cuesta más esfuerzo mantenerlos abiertos... se van
cerrando, enseguida se habrán cerrado del todo... permite que se cierren
automáticamente (puede ocurrir que el sujeto cierre sus ojos de manera involuntaria
o que tengamos que pedirle que los cierre de un modo más voluntario, aunque
después de una fijación ocular prolongada el efecto va a ser prácticamente el
mismo)... eso es... a partir de este momento, permanece con los ojos cerrados...
siente como esa relajación que ha empezado en tu cara se va trasmitiendo a tu
cuello, a tus hombros y poco a poco a todo el resto de tu cuerpo... ahora no te
apetece abrir los ojos y puedes continuar relajándote cada vez más
profundamente..."

Figura 1

© Editorial EOS
Técnicas de inducción hipnótica 113

A partir de este momento se podría proceder a la profundización como tal,


aunque es frecuente que algunos autores incluyan la profundización posterior
dentro del proceso de inducción. En este caso, hemos preferido separar claramente
la inducción y la profundización (véase en este mismo volumen el capítulo
correspondiente a profundización).

Este proceso puede durar unos segundos o varios minutos. Es interesante


comprobar las reacciones del sujeto, siendo el aleteo de los párpados y la relajación
facial indicadores particularmente relevantes. Dependiendo de la susceptibilidad
hipnótica del paciente, las reacciones podrían ser más o menos rápidas. Si después
de cinco minutos de fijación, no hubiera parpadeo ni entornamiento ocular, se puede
interpretar como una resistencia, aunque podría darse también un estado
sonambúlico, que no requeriría prácticamente de profundización posterior; esta
distinción la haríamos enseguida, al administrar otras sugestiones y ver la respuesta
del paciente: el sujeto sonambúlico emitirá fácilmente conductas hipnóticas
complejas, mientras que el sujeto resistente permanecerá seguramente en esa
actitud de escasa respuesta a las sugestiones. En todo caso, no hay reglas fijas y se
puede optar por cerrar los ojos del sujeto a partir de ese momento, para continuar
profundizando, o si tenemos un estado sonambúlico no hay problema en mantener
los ojos abiertos.

Sobre esta técnica de inducción existen muchas versiones y cada hipnó-logo


puede introducir variaciones siempre que sean coherentes con el resto del proceso.

5. Técnica de levítación del brazo


Se le indica al paciente que coloque los brazos en el sillón, a continuación se le
pide que esté concentrado en sus dedos: "... sienta como aumenta la sensibilidad en
la punta de sus dedos, a continuación cierre los ojos y visualice que uno de sus
dedos de una de sus manos se hace más ligero que los de la otra; a medida que se
va haciendo más ligero quizá comience a levantarse... (Se observa cuál de los
dedos tanto de la mano izquierda como de la mano derecha se encuentra más
ligero. Cuando se tiene localizado el dedo, se indica por ejemplo si fuera el dedo
índice el que se moviera)... el dedo índice se siente muy ligero, ligero y esa
sensación de ligereza se extiende a su mano

© Editorial EOS
114 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

derecha, su mano derecha se siente más y más ligera, va notando como una
sensación de flotación, su mano derecha se levanta... (se puede asociar a la imagen
de un objeto ligero) como un globo, una pluma, muy, muy ligera... Su mano derecha
se va dirigiendo a la cara... cuando su mano toque su frente se sentirá muy, muy
relajado, su brazo se va levantando, levantando, con cada movimiento de su brazo
se va relajando más y más... puede visualizar un globo y traerlo a su mano derecha,
observar que el globo va tirando hacia arriba de su muñeca, va tirando, tirando hacia
arriba, cuando su mano toque su frente, caerá más profundamente relajado. Una
vez que su mano ha tocado su frente... su brazo irá descendiendo lentamente, muy
lentamente, a medida que el brazo desciende, el trance se irá haciendo más y más
profundo, profundamente relajado, lo irá dejando caer y a la cuenta de tres lo dejará
caer completamente y usted se encontrará profundamente relajado..." (Fig. 2).

Figura 2

Esta técnica es también de las más utilizadas en un contexto terapéutico. El


entrenamiento hace que la levitación sea cada vez más rápida; no obstante, cuando
es muy prolongada puede producir fatiga, por ello puede estar desaconsejada en
pacientes con fibromialgia o de edad avanzada. Conviene expli-

© Editorial EOS
Técnicas de inducción hipnótica 115

car al paciente que la palabra "levitación" es una forma de denominar ese


movimiento involuntario, pero que no supone ningún proceso mágico; esta
aclaración es necesaria porque en muchos casos el sujeto se sorprende de la
ligereza con la que percibe su brazo y la aparente involuntariedad de sus
movimientos. Cuando se emplea como técnica de autohipnosis puede ser también
muy útil. No obstante, es aconsejable haber practicado en consulta un número
suficiente de veces para que la respuesta ¡deomotora sea fácil.

6. Técnica del paciente resistente de Watkins


Esta técnica comienza con una fijación ocular (Fig. 3), como en otros casos, pero
se desarrolla con importantes variaciones:
"Ahora, mira a un punto en el techo, empezaré a contar y con cada número impar
mantendrás los ojos abiertos y los cerrarás con cada número par.
Uno... Manten los ojos abiertos y mirando fijamente al punto elegido, así muy
bien... dos... cierra los párpados... tres.... abrimos de nuevo los párpados y
volvemos a mirar fijamente al punto... cuatro... cerrados los párpados... así a medida
que voy contando vas entrando en un estado muy agradable, te encuentras muy
relajado, cada vez te resulta más difícil abrir los párpados porque tus párpados
pesan, pesan, cada vez más... seis... siente como tus párpados pesan, cada vez
más y comienzas a sentir más relajación cuando te encuentras con los ojos
cerrados...siete... la dificultad de abrir tus párpados va siendo mayor..." (a
continuación comienza a contar rápido... ocho, nueve, diez... hasta un número, que
puede ser veinte, con la finalidad de generar cierta confusión, así como que las
sensaciones de pesadez sean más precisas).

Al hacer que abra y cierre los ojos de forma repetida, el objetivo de contar
rápidamente es el bloqueo de párpados. Si la persona a la que le realizamos esta
técnica de inducción fuera muy resistente a las pruebas de suges-tionabilidad, el
bloqueo de párpados se perseguirá de forma indirecta, provocando confusión con
los números. Cuando se ha producido el cierre de los párpados, se continúa con la
técnica de profundización que consideremos adecuada para cada persona.

© Editorial EOS
116 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Figura 3

7. Atracción de manos
Para realizar la inducción con esta técnica hipnótica, se le pide a la persona que
se siente cómodamente, que estire sus brazos a la altura de sus hombros con las
palmas de las manos mirándose entre sí (Fig. 4).

Figura 4

A continuación se le dice:
"Quiero que mantengas los ojos abiertos y mires a la línea imaginaria de
separación de tus manos, es decir al espacio que hay entre una mano y otra. A la
vez que vas escuchando mi voz, lo vas acompasando con un ritmo de

© Editorial EOS
Técnicas de inducción hipnótica 117

respiración lento, tranquilo y pausado. Y vas observando cómo tus manos van
atrayendo la una a la otra, cómo el espacio de separación entre ellas se va
haciendo más pequeño, y la línea de separación se va acortando de una forma
automática, sin hacer ningún movimiento consciente, observa cómo tus manos se
van atrayendo más y más...
1. Se atraen.
2. Cada vez más de forma automática.
3. Ya están muy cerca la una de la otra.
4. Tus manos se ¡untan, se ¡untan cada vez más y más, al mismo tiempo tus
párpados te van pesando, pesan, pesan y se van cerrando y te vas sintiendo
muy a gusto.
5. Tus manos están unidas, ¡untas, tus párpados se cierran y te encuentras en
un trance hipnótico muy agradable".

Cuando la persona está inducida se puede provocar una prueba de reto.


Esta prueba se realizará a las personas que hayan respondido positivamente a
alguna prueba de reto. En esta técnica de atracción de manos se diría:

"Muy bien ahora tus manos están ¡untas la una a la otra, se sienten muy
pegadas como si hubiéramos echado un pegamento en las palmas de las manos, a
la cuenta de tres vas a intentar separarlas y observarás que no puedes, que tus
manos han quedado unidas la una a la otra... uno... pegadas, completamente
pegadas, dos... se unen cada vez más la una a la otra... tres... muy bien, o intenta y
observa que no puedes, cuanto más lo intentas más se ¡untan. Muy bien.

8. Repulsión de manos
Continuando con el movimiento automático de atracción de manos, se procede a
sugestionar que se van a repeler la una a la otra.
I. "Tus manos se ¡untan, se ¡untan cada vez más y más, al mismo tiempo tus
párpados te van pesando, pesan, pesan y se van cerrando y te vas sintiendo
muy a gusto.

© Editorial EOS
118 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

2. Tus manos están unidas, juntas, tus párpados se cierran y te encuentras


en un trance hipnótico muy agradable".

Cuando la persona está inducida se puede proceder a una prueba de reto.


Esta prueba se realizará con personas que hayan respondido positivamente a
alguna de las pruebas de reto. En esta técnica de atracción de manos se diría:
"Muy bien, ahora tus manos están juntas la una a la otra, dentro de unos
instantes comenzarás a sentir el efecto inverso. Cómo tus manos se repelen, cómo
de forma automática se separan, se repelen como si de dos imanes se tratara. Se
van repeliendo cada vez más y más. Muy bien, siente cómo tus brazos se van
separando lentamente, tus ojos cerrados y vas entrando de esta manera en un
estado hipnótico, cada vez más y más profundo".
Una vez que las manos se han separado, se procede a dar sugestiones
3. Relajar los brazos. Una vez que las manos se han unido, puede conti
nuarse dando sugestiones de relajación y tranquilidad.
"Muy bien, a continuación, a tu propio ritmo, tus brazos se van a ir relajando e
irás notando cómo van descendiendo lentamente con cada respiración. Siente
cómo pesan... pesan... pesan...

A medida que van descendiendo, vas entrando en un trance hipnótico cada vez
más profundo".

9. Técnica de la moneda
Se indica a la persona que se siente cómodamente y extienda su brazo
dominante al nivel de los hombros y paralelo al suelo. La palma de su mano debe
estar hacia arriba con los dedos extendidos y se deposita una moneda, a ser posible
de un euro (Fig. 5).

© Editorial EOS
Tea Técnicas de inducción 119
hipnótica

Figura 5

Las inducciones comienzan diciendo:


"Respire tranquila y pausadamente, centre su atención en la moneda y escuche
atentamente mi voz... Ahora voy a empezar a contar del uno al diez y a medida que
vaya contando su mano empezará a girar, volviendo la palma de la mano hacia
abajo y haciendo que la moneda caiga al suelo. Cuando la moneda caiga, usted se
sentirá muy relajado. Entrará en un estado muy profundo, el brazo se sentirá
relajado y pesado y descenderá lentamente hacia el cuerpo."

Se comienza a contar del uno al diez.

"Uno... a medida que cuento, la moneda va pesando más y más en su mano...


dos... el brazo se siente cada vez más pesado y cansado... pesado y cansado...
tres... nota como su muñeca empieza a girar lentamente hacia un lado... cuatro... el
brazo pesa cada vez más por efecto de la moneda... cinco... su muñeca va girando
más y más deprisa y deja que la moneda caiga al suelo... seis... cuando note que la
moneda cae usted se sentirá profundamente relajado, como adormecido ... siete...
su muñeca sigue girando cada vez con más claridad... ocho... su brazo se siente aún
más pesado que antes, su brazo está cansado y su cuerpo se relaja... nueve... la
moneda está a punto de caer... diez... la moneda cae, cae... (si la moneda no se ha
caído se le repite varias veces)... la moneda pesa, pesa y se desprende de su mano,
su brazo va girando más y más... y su brazo desciende completamente hacia su
cuerpo.

© Editorial EOS
120 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

La sensación de peso desaparece y su cuerpo se relaja lentamente, sus ojos se


cierran lentamente, ya no puede mantenerlos abiertos y se cierran y usted se
adormece más y más. Usted se encuentra en un estado de relajación profundo y
agradable."
También se le puede decir al paciente que extienda su brazo hacia adelante y
coja la moneda en su puño, una moneda con peso. Se le pide que levante
lentamente el dedo pulgar. Se le pide al paciente que fije la moneda en la uña del
dedo pulgar. Se le indica que empiece a contar del uno al diez y que a medida que
vaya contando empezará a ir sintiendo cómo los dedos de la mano se van abriendo,
hasta que la moneda caiga al suelo, entonces sus ojos se cerrarán y su brazo
descenderá lentamente hacia su cuerpo entrando en un profundo estado de
relajación.

10. ¡.evitación de brazo invertida


Esta técnica parte de la posición en la que la mano toca la frente en la técnica de
levitación de brazo (de ahí le viene el nombre que se le ha dado de levitación del
brazo invertida). Se le pide a la persona que se toque la frente con el dorso de la
mano.

En esa posición, se le dice que sienta el dorso de su mano, en contacto con su


frente; mientras va respirando lenta y pausadamente, se continúa diciéndole:
"Dentro de unos instantes tu mano empezará a separarse de tu frente de forma
automática y el brazo empezará a descender lentamente hasta que toque tu pierna.
Iré contando del uno al diez y a medida que voy contando vas notando cómo tu
mano se va separando cada vez más y más de tu frente automáticamente, y a
medida que desciende, tú vas entrando en un trance hipnótico cada vez más
agradable.
Uno... tu mano se separa de tu frente... dos... siente cómo se va despegando tu
brazo de forma automática... tres... con cada respiración va descendiendo más y
más... cuatro... vas entrando en un trance hipnótico cada vez más agradable...
cinco... desciende cada vez más y más relajado... desciende cada vez más
relajado... seis... a medida que voy contando vas entrando en un trance hipnótico
muy agradable... siete... muy bien, siente cómo tu brazo

© Editorial EOS
Técnicas de inducción hipnótica 121

desciende... ocho... te sientes muy relajado, tranquilo, disfrutando de este


agradable estado hipnótico en el que te encuentras ahora... nueve... vas des-
cendiendo en cada respiración, vas notando cómo tu brazo desciende... diez... tu
brazo reposa en el sillón y tú te encuentras profundamente relajado".
A continuación se procede a profundizar el trance hipnótico.

11. Técnica confusional de Kubie


Se pide al paciente que permanezca de pie junto a un sillón o camilla.
Se le dice que cierre los ojos, se le toma por los hombros, haciéndole
balancearse; al mismo tiempo comienza un fraseo similar al que sigue:
"Ahora comienza a contar en voz alta de cien a uno de dos en dos de este modo
(100, 98, 96, 94, 92...)". Según va contando el paciente sigue el balanceo, y se le
induce pesadez en los brazos: "tus párpados pesan, están muy pesados, cada vez
te cuesta más trabajo contar y te equivocas en la cuenta, sientes sueño, mucho
sueño, te vas equivocando y saltando números 2. ..3. ..4. ..5... con cinco números te
sientes muy confuso, no te apetece pensar".
Se le puede decir el fraseo muy deprisa o despacio, o invertir el orden de la
cuenta. Se logra la confusión del sujeto, también se consigue que el sujeto se
bloquee con los números, se le deja caer sobre el sillón y se continúa la técnica de
profundización.
Es una técnica de inducción fundamentalmente rápida, oscila entre los dos y
cinco minutos, depende de la velocidad del fraseo. El sujeto intenta escapar de la
confusión y la única forma de la que dispone es entrar en trance. En muchos
aspectos esta técnica resulta ventajosa para pacientes que son demasiado
analíticos.
Debemos asegurarnos de que el peso de la persona a la que vamos a hipnotizar
mediante esta técnica podamos manejarlo en los giros, pues a veces el paciente se
desploma de modo súbito.

© Editorial EOS
122 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

12. Inducción dicótica


Esta inducción es conveniente practicarla para vencer las resistencias de
aquellos pacientes que racionalizan en exceso. Se acorta el tiempo necesario para
la obtención del estado hipnótico. La técnica se lleva a cabo con dos terapeutas que
se colocan uno a cada lado del paciente (Fig. 6). Para conseguir un efecto dicótico,
se recomienda que lleve auriculares estereofónicos, de modo que escuche una voz
por el canal derecho y la otra por el izquierdo (Fig. 7). De ese modo se consigue que
el sujeto no pueda procesar conscientemente uno de los dos mensajes,
permaneciendo esta característica aun cuando se realicen cambios rápidos de
atención de una voz a otra.

Figura 6

Figura 7
i Editorial EOS
Técnicas de inducción hipnótica 123

VOZ IZQUIERDA VOZ DERECHA


A partir de este momento, puedes poner Puedes escuchar esta voz o la voz que
tu atención indistintamente en cualquiera de está a tu izquierda y cambiar la atención a la
las dos voces. Puedes cambiar tu derecha o la izquierda de nuevo cuando tú
concentración de una a otra cuanto tú lo quieras, notando cómo tus pupilas se van a
desees. un lado o a otro.
Ahora puedes mirar fijamente a un punto, Pero ahora tus pupilas se van a ese
dándote cuenta de cómo tus párpados se punto al que miras fijamente. Tus párpados
van haciendo cada vez más pesados; pesan, son como de plomo, tus ojos se
también te das cuenta de que tus globos cierran, se van cerrando. Te concentras en
oculares se vuelven rígidos, tiesos. La visión ese punto y tus párpados pesan. Te
se hace borrosa a medida que continúas concentras en ese punto y tus párpados
mirando a ese punto mientras experimentas pesan. Y esa pesadez se extiende al resto de
pesadez en tus brazos y piernas. tu cuerpo, llenando todo y cuando volvamos
a hablarte sentirás que nos escuchas desde
(Silencio de un minuto) un nivel más profundo. (Silencio de un
Ha sido un minuto que quizás subje- minuto)
tivamente ha sido más largo y ahora sientes Puede que este minuto te haya resultado
todavía más esas señales de trance y corto, y sabes que es un cambio que
nuestras voces van a continuar acompaña una mayor profundidad de tu
acompañándote en este trabajo interno. trance. Consigues ahora el nivel suficiente
para hacer ese cambio positivo.

13. Inducción rápida de Mottin


Esta inducción se lleva a cabo con el paciente en pie. Los pies deberán estar ¡untos y los
brazos relajados. Colocamos nuestra mano sobre el hombro del paciente y administramos
las siguientes sugestiones:

"Voy a contar de cinco a uno. A la cuenta de uno permita que sus ojos se cierren. Desde el
momento que cierre los ojos todo su cuerpo se sentirá relajado. Sentirá que su cuerpo va
cayendo hacia delante. Yo voy a sujetarle así que no se caerá. Si está de acuerdo, asienta
con la cabeza /esperamos una respuesta). Cinco, mantenga los ojos abiertos hasta que
lleguemos al uno. Cuatro, quizá sus ojos parpadeen y sienta pesadez, pero manténgalos
abiertos hasta

© Editorial EOS
124 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

la cuenta de uno. Tres, a la cuenta de uno dejará que sus ojos se cierren y su
cuerpo se sentirá totalmente relajado. Dos, ya falta poco. Mantenga sus ojos
abiertos todavía un poco más. Prepárese. Uno.... ¡SUEÑO!"
A la cuenta de uno el hipnoterapeuta emite la orden "sueño", al mismo tiempo
que tira del paciente hacia delante usando la mano derecha que se apoyaba sobre
el hombro del paciente. A continuación se le deja suavemente en el suelo o se le
apoya sobre el terapeuta.
Según este autor, la palabra clave es SINCRONIZACIÓN. Las sugestiones y el
movimiento de desequilibrio del paciente deben ser ejecutados en el mismo instante
en que los ojos se cierran. Si se hace demasiado tarde o demasiado pronto el
paciente se asustará.

Es muy importante que el hipnólogo mantenga una pierna retrasada en ángulo


amplio, con el objeto de prevenir una caída hacia atrás.

14. Conclusión
Existen otras alternativas de inducción que no hemos incluido en este capitulo.
Hay cientos de técnicas para iniciar un estado hipnótico y lo cierto es que puede
haber técnicas que se consideren de inducción y que aparezcan también como
pruebas de sugestionabilidad. Dependerá de la opinión del autor considerar dichos
procedimientos como pertenecientes a uno u otro apartado.
A efectos prácticos, estas distinciones no son especialmente relevantes.
Seguramente, hacer cesuras dentro del proceso hipnótico nos lleva a cierta
imprecisión. En parte por eso, algunos autores de tendencia naturalista huyen de un
esquema con partes diferenciadas y consideran el trabajo en hipnosis de manera
global.

© Editorial EOS
Técnicas de inducción
naturalistas 7
Feo. Javier Rodríguez del Valle

1. Introducción
A diferencia de las Técnicas Clásicas o tradicionales, las Técnicas Naturalistas o
Ericksonianas no están determinadas previamente. Se parte de la idea del trance
como un fenómeno cotidiano. La mayoría de los profesionales que comparten esta
filosofía reconocen que la hipnosis puede ocurrir espontáneamente, sin necesidad
de rituales preparados previamente.
Según esta orientación, todos los seres humanos tenemos la capacidad natural
de entrar en trance hipnótico, por lo que el trabajo del terapeuta se convierte en
guiar al sujeto hacia esa actitud de consciencia interna.

Otra importante diferencia de esta nueva hipnosis es que, al contrario que en la


hipnosis tradicional, no se consideran necesarias, para identificar el estado de
trance, las señales de relajación física y mental, la desaceleración en las
respuestas, la amnesia por la experiencia hipnótica y la sensación de pérdida más o
menos completa del control consciente. Sin estos factores, una vez considerados
típicos de la experiencia hipnótica, el trance se acerca aún más al estado de vigilia,
confirmándose como un estado fisiológico del organismo (Nardone et al., 2006). Se
puede considerar ese estado de trance, no como un "estado de características
definidas", sino como una situación variable, con características variables. Como
cuando se está despierto, que no siempre se está igual de despierto (en función de
los ritmos ultradianos), o cuando dormimos, que podemos estar en fase Lenta, en
fase REM, o no-REM. El estado de trance podría tener así diferentes características,
dependiendo del momento, el tiempo, el espacio, etc., y, sobre todo, dependiendo
del individuo, por lo que

© Editorial EOS
126 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

otra particularidad de estos procedimientos es la de organizar procesos hipnóticos


en torno a las características del cliente, adaptando los métodos a su propio estilo
de relacionarse, pensar y comportarse. No se adapta el cliente al método (ej: ahora
contaré del uno a diez, y con cada número usted se va a ¡r relajando), sino que el
método es el que se esfuerza en producir, desde el interior del paciente, las
imágenes, diálogos, sentimientos y comportamientos importantes para la persona,
como base para la inducción de la terapia.

Las estrategias y métodos naturalistas funcionan perfectamente y ofrecen una


clara ventaja a la hora de trabajar con los pacientes que ofrecen resistencias. No
obstante, la exhaustiva individualización de los tratamientos, la adaptación de las
técnicas hipnóticas al paciente, el dominio sobre los nuevos (a veces ambiguos)
conceptos terapéuticos (prescripción del síntoma, confusión, reencuadre,
disociación, metáforas, etc.), además de una observación minuciosa de las
respuestas hipnóticas, sin pedirlas directamente, hacen que la práctica de estos
procesos suela ser en esencia más difícil de dominar y ejercer para el profesional.
Así, mediante la "Inducción conversacional", habrá que estar muy pendiente de
cambios sensibles en la postura corporal (relajación, catalepsia...), la respiración
(abdominal, superficial...), la dilatación o contracción pupilar, o la velocidad y el tono
de la voz, entre otros patrones psicofisiológicos.

En este enfoque, no es necesario que el sujeto tenga consciencia de que la


inducción del trance ya se ha iniciado o está en curso de ejecución. Además, como
el método es natural, y el paciente no es plenamente consciente de lo que ocurre,
no puede oponer resistencia, como podría ocurrir cuando se emplean técnicas más
directas. Por lo tanto, dado que el proceso es natural, cualquier crítica con respecto
a los procedimientos éticos no puede ser discutida lógicamente. Es evidente que el
paciente participa en una relación terapéutica colaboradora y que ha acordado
cooperar en el proceso de hipnoterapia (Hawkins, 2007).
Milton Erickson definía del siguiente modo el enfoque naturalista:
"La aceptación y utilización de la situación hallada sin esforzarse por
reestructurarla psicológicamente. Al hacerlo de este modo, la conducta
presente del paciente se convierte en un recurso definitivo y una parte real
para la inducción del trance, y no en un posible obstáculo."

© Editorial EOS
Técnicas de inducción naturalistas 127

"La adaptación de las técnicas hipnóticas a los pacientes individuales y a sus


necesidades conduce inmediata y fácilmente a resultados terapéuticos
efectivos" (Erickson, 1958).

2. La escuela ericksoniana y el nuevo


establecimiento de psicoterapia
Se denomina así por la influencia de M.H. Erickson (1901-1980), que a partir de
la década de los años cuarenta introduce concepciones radicalmente distintas
sobre la hipnosis.
Erickson empezó su práctica clínica a finales de los años veinte, periodo en el
que empezaba a emerger en Estados Unidos de Norteamérica Clark L. Hull
(1844-1952). Hull había escogido el camino de la metodología experimental para
investigar la naturaleza de la hipnosis y de sus fenómenos. Con este fin, llevó a
cabo una sorprendente serie de experimentos de laboratorio en la Universidad de
Wisconsin. Milton Erickson, que en aquella época era un estudiante suyo, se
convierte en su principal colaborador.

No obstante, la colaboración entre ambos no llegó a funcionar, entre otras cosas,


debido a la importancia que Hull ponía en la figura del hipnotizador, ya que le
atribuía un papel esencial y dominante a la hora de ejecutar las técnicas clásicas de
inducción. Erickson, por el contrario, atribuía una importancia determinante al
complejo proceso interno que se desarrollaba en la persona en estado de hipnosis y
en la necesidad de adaptar los métodos inductivos a las características individuales
de cada uno.

Hull, psicólogo de corte conductual, empleaba la hipnosis de un modo directo y


autoritario para su investigación de laboratorio. Sin embargo, Erickson se dio cuenta
de que ese método no era tan eficaz, por lo que comenzó a crear y elaborar un
método permisivo e indirecto.

En aquellos años, la psicoterapia estaba aún en sus comienzos, en la búsqueda


de una estructura formal propia. Las reglas del tratamiento y del nuevo
establecimiento en que había de tener lugar (todavía en vías de definición) eran, al
menos, de ortodoxia psicoanalítica y, de todas formas, acuñadas a la observancia
estrecha de un ceremonial rígido y repetitivo.

© Editorial EOS
128 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Milton Erickson introduce por entonces una profunda innovación: el nuevo


concepto de "estado de trance", "la modificación del proceso terapéutico" y "la
modificación de las técnicas utilizadas tradicionalmente por los hipnotizadores
antes que él". Esta revolución de la perspectiva hipnótica hizo que Daniel Araoz
definiera el modelo Ericksoniano como "nueva hipnosis" (Araoz, 1985) y otros
autores han reconocido esta definición (Nardone et al., 2006).

Los principales representantes de este enfoque son M. Erickson, E. Rossi y M.


Yapko.

2.1. Conceptos básicos de la hipnosis ericksoniano


En cuanto a las características del trance terapéutico, Erickson y Rossi deli-
mitan los siguientes puntos:
1. Focalización interna de la atención. Para ello, se procede a una serie de
maniobras que implican un aumento de la concentración pasiva y una
reducción del pensamiento divergente.
2. Ruptura del funcionamiento consciente. Mediante la confusión, la
sobrecarga sensorial, los dobles vínculos y otra serie de técnicas, se reduce
la actividad consciente favoreciendo un procesamiento automático.
3. Búsqueda inconsciente de nuevos significados o experiencias que
conduzcan a la solución de problemas. Una vez disminuida la actividad
consciente y la capacidad analitico-lógica, mantenemos un clima que
posibilita nuevas asociaciones y, por tanto, la solución de problemas.
4. Procesamiento inconsciente con activación de asociaciones y
mecanismos de reorganización. Este punto es el resultante de la
búsqueda previa a la que aludíamos.
5. Conducta hipnótica. Por todo lo anterior, se deduce que la terapia tiene
unas claves diferentes con respecto al Psicoanálisis por una parte, y a la
hipnosis tradicional por otra:
- Lo inconsciente no necesita hacerse consciente. Los procesos incons-
cientes pueden facilitarse de tal manera que permanezcan fuera del
alcance consciente y sean utilizados para la solución de problemas.

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Técnicas de inducción naturalistas 129

- Los mecanismos mentales y características de la personalidad no tienen


por qué ser analizados por el paciente, sino que pueden ser usados como
procesos favorecedores de los objetivos terapéuticos.
- Las sugestiones no tienen por qué ser directas. Las sugestiones indirectas
permiten aprovechar mejor los recursos propios del paciente y reducen las
resistencias.

2.2. El nuevo concepto de trance


Como referimos anteriormente, Erickson considera el estado de trance como un
estado natural que se experimenta de manera espontánea en diferentes momentos
del dia, y que puede ser inducido de manera artificial, en la consulta del clínico, con
la misma naturalidad, respetando siempre las necesidades, facultades y cualidades
de la persona.
Así pues, todos hemos tenido experiencias en las que nos hemos quedado
abstraídos en una conversación, en una lectura, escuchando música o cuando,
absortos en nuestros propios pensamientos, nos hemos encontrado, de repente, en
un lugar inesperado, sin recordar cómo hemos llegado. O sentir que el tiempo ha
volado sin darnos cuenta, o que no nos hemos percatado del ruido o del barullo
formado ¡unto a nosotros. Es una sensación temporal, en la que hemos sido
testigos de cómo el mundo ha desaparecido ante nosotros, sin darnos cuenta, sin
intención, ni predisposición para ello.

No es que nos hayamos quedado dormidos. En ocasiones como éstas, estamos


despiertos y podemos mantenernos erguidos, caminar, cruzar de acera o conducir
sin problema, aunque seamos poco conscientes de lo que hacemos mientras lo
hacemos, abstraídos como estamos en nuestros pensamientos, hasta que, de
repente, surge algún estímulo que requiere una decisión consciente, o que supone
un problema que no podemos resolver automáticamente, y nos "saca" de ese
estado.
La mayoría de la gente desconoce la normalidad de estas situaciones e incluso,
a veces, suele asustarse por lo "extraño" de la experiencia.

Estos trances cotidianos son equivalentes a los trances hipnóticos que podemos
desarrollar en una consulta. Cuando entramos en trance, estamos

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130 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

estimulando y aprovechando precisamente esa capacidad de abstraemos. V al


hacerlo, facilitamos que esa atención focalizada que desarrollamos pueda ser
estimulada en direcciones terapéuticas. Y, espontáneamente, es más probable que
aparezcan cada 90-120 minutos, durante las pausas curativas ultradianas. Se
estima que una persona normal vive alrededor de doce trances naturales al cabo
del día. En el trabajo Ericksoniano, se aprovecha esa capacidad natural de los
seres humanos para rescatar los recursos internos y ponerlos al servicio consciente
de la persona. Milton Erickson, intuitivamente, procuraba que sus sesiones
terapéuticas tuviesen una duración con ese intervalo de tiempo. No obstante, para
este terapeuta, no había una regla fija en lo que a la duración de sus sesiones se
refiere, ya que algunas podían durar segundos (sesiones relámpago) y otras
podían tener una duración mayor: una de éstas parece ser que llegó a dieciséis
horas.

Desde sus primeras investigaciones, Erickson no concebía el trance ligado a


técnicas hipnóticas particulares o a sugerencias para su inducción, sino como un
estado obtenible en condiciones muy similares a las que se instauran de forma
natural cuando se desarrollan ciertas tareas (Nardone et al., 2006).

3. La inducción naturalista
El reconocer que las experiencias hipnóticas surgen espontáneamente en las
personas, permite una transición más fácil a la fase de inducción de la hipnosis
(Yapko, 2003). Todo el mundo ha experimentado de modo natural "trances
cotidianos", aunque no haya sido consciente de ello. No obstante, hay mucha gente
que ha sentido de forma intencionada y elaborada esta experiencia. Puede haber
sido en la consulta de un psicólogo, o en un centro donde se practique y se trabaje,
por ejemplo, la meditación trascendental.
Se comprenden así dos categorías de experiencias hipnóticas a partir de las
cuales es posible elaborar:
1. Experiencias informales con la hipnosis, en particular las experiencias de
"hipnosis cotidiana" que todo el mundo tiene en su vida diaria.
2. Experiencias formales con la hipnosis, en concreto la vez (o veces) anterior
que el cliente haya experimentado positivamente la hipnosis.

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Técnicas de inducción naturalistas 131

Un ejemplo de la primera inducción podría desarrollarse así:


"Antes me comentaste que disfrutas mucho escuchando música... a mí también
me gusta mucho la música, sobre todo cuando llega el fin de semana, que es
cuando tengo más tiempo libre para mí, para estar tranquilo... y es en esos ratos, en
los que sé que nadie me va a interrumpir, que me puedo recostar cómodamente en
el sofá y dejarme llevar... y es una maravilla tomar consciencia de esos momentos
tan especiales, de placer, de paz... sin pensar en nada... y ¿qué ocurre cuando, a
veces, te apetece escuchar esa música?... esa, que te trae sensaciones de
comodidad, de serenidad mental... que te permite abstraerte tanto, que pierdes
hasta la noción del tiempo... y quince o veinte minutos te pueden parecer un
instante... de esa manera agradable... prestando toda tu atención a la música... las
melodías, los matices, los distintos instrumentos, los graves, los agudos,
percusión... y ¿cómo puede tu mente estar tan activa mientras tu cuerpo está cada
vez más cómodo?... y sabes perfectamente que, cuando cierras tus ojos, el sentido
auditivo se agudiza y todo se oye mejor... y disfrutas mucho más, y te relajas más y
el placer es mayor aún... y así te dejas llevar hasta donde tú ahora quieres estar...
disfrutando de esta experiencia cómoda y agradable... en la que tu mente está tan
relajada que puedes comprender todo lo que has aprendido en otro momento
anterior..."

A través de la concentración en ese recuerdo empiezan a surgir naturalmente


respuestas hipnóticas (ideodinámicas). El paciente no necesita cerrar los ojos para
experimentar la hipnosis, si bien el terapeuta puede querer que lo haga mediante
una sugestión directa o indirecta. A medida que el paciente va quedándose absorto
en el recuerdo de relajarse y aprender mientras escucha la música, sus respuestas
fisiológicas pueden crear la base para pasar a la hipnosis que haya que trabajar en
esa sesión.

En el segundo método de elaborar una experiencia formal de hipnosis, en la fase


de inducción, se utiliza la práctica previa que al respecto tiene el cliente sobre estos
aprendizajes. Para ello, le preguntamos sobre cómo era su terapeuta, qué técnicas
empleó, en qué ambiente, etc. El mecanismo de inducción es estructuralmente el
mismo que en el de las experiencias hipnóticas informales anteriores.

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132 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

A medida que el cliente se va abstrayendo en el recuerdo de la hipnosis, las


respuestas ideodinámicas asociadas con ese recuerdo se desarrollan en el aquí y
el ahora. El clínico observa, acepta y utiliza esas respuestas, fomentando la
capacidad de respuesta hipnótica orientada hacia los objetivos marcados (Yapko,
2003).

He aquí un ejemplo de inducción:


Terapeuta: Me ha dicho que ya ha experimentado el placer y la comodidad en la
hipnosis ¿no?
Cliente: Sí, recuerdo que hace unos cuatro años tenía ansiedad con los estudios
y mi psicólogo me habló de la posibilidad de emplear la hipnosis por sus
propiedades beneficiosas en estos asuntos.
T: Al pensar y recordar aquellos momentos ahora, ¿puede recordar lo
tranquilizadora que fue esa experiencia?
C: Sí, recuerdo que, casi sin darme cuenta, me encontraba en un estado muy
placentero en el que perdía la sensación de mi cuerpo. Era increíble...
T: Sí, la experiencia con la hipnosis puede ser muy relajante, ¿puede recordar
cómo estaba colocado?
C: Sí, era un sillón muy cómodo, como éste más o menos.
T: Ahora, que está cómodamente sentado, ¿recuerda lo bien que se sentía
cuando respiraba profundamente y cerraba los ojos?
C: (respiración profunda y cierra sus ojos)
T: Y, seguramente, puede recordar lo que oyó entonces, que le permitió relajarse
tan profundamente ¿no?, ¿y qué es lo que oyó que le recuerda que puede
ahora sentirse cómodo?
C: Simplemente la voz del psicólogo... diciéndome que me relajara más y más
profundamente... como si estuviera flotando.
T: Eso está bien, y ¿puede recordar cómo es esa sensación de comodidad e
ingravidez en todo su cuerpo... ?

En verdad es el propio cliente quien actúa como su propio hipnotizador, dándose


las mismas sugestiones del pasado y trayéndolas al presente. Como se puede
observar en esta recreación, el terapeuta no conoce su experiencia

© Editorial EOS
Técnicas de inducción naturalistas 133

formal previa con la hipnosis, ni le hace ninguna falta, siempre y cuando tenga la
certeza de que dicha experiencia fue buena para el cliente, según sus propias
palabras.

4. Fomentar la focalizarían interior


El proceso de inducción para lograr la concentración interior consiste en hacer
declaraciones "acompasadas" a los estímulos externos de los que es consciente el
paciente, ¡unto con otras declaraciones "directivas" que describan las respuestas
internas que puede empezar a desarrollar el cliente (Gilligan, 1987; Grindler &
Bandler, 1981).

El número de sugestiones orientadas externamente por cada sugestión orien-


tada internamente depende sólo de la receptividad del paciente (Yapko, 2003), por
lo que habrá que considerar que la persona tenga cierta facilidad o receptividad a la
hora de focalizar a un nivel interno o externo en las interacciones rutinarias. Para
ello, el terapeuta puede realizar preguntas que le indiquen claramente si el sujeto
posee un locus de control interno, o externo. Hay gente que focaliza tanto a nivel
interno, que no necesita más inducción que decirle "puede entrar en hipnosis
ahora". Sin embargo, otros pueden estar tan focalizados externamente que tal vez
necesiten incluso hasta diez declaraciones externas de acompasamiento antes de
darles una directiva interna.
No obstante, según va avanzando la inducción, se hacen cada vez menos
declaraciones orientadas externamente y se proponen más sugestiones orientadas
internamente.

Un ejemplo de este tipo de proceso de inducción sería así:


"Ahora se encuentra cómodamente sentado en el sillón (s. externa), y puede oír
perfectamente los sonidos que hay aquí, fuera de la consulta (s. extema), y mientras
se da cuenta de lo fácil que es discriminar todos los sonidos que hay aquí ahora,
dentro de la consulta (s. externa), como por ejemplo el zumbido del ordenador o la
música que le ayuda y le lleva, lentamente, a un estado agradable de serenidad
mental (s. interna), y siente cómo sus pies están apoyados cómodamente sobre el
suelo (s. externa), y su espalda descansa confortablemente sobre el respaldar del
sillón (s. externa), y le lleva a descubrir

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134 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

ahora, que su respiración, inspirar y espirar, le produce una sensación muy


agradable en todo su cuerpo, una relajación muy placentera (s. interna), sintiendo
sus manos reposadas suavemente sobre su regazo (s. externa), mientras va
experimentando esa sensación agradable de ingravidez, como cuando estuvo en
esa playa de pequeño y que parecía que podía dormirse flotando sobre el agua (s.
interna), y quizás en este momento haya partes de su cuerpo que sientan de nuevo
esa agradable flotación (s. interna) y puede que le venga ese otro recuerdo, de esa
época, ese que ahora desea, ese recuerdo agradable donde se sentía muy seguro
de sí mismo... (s. interna)"

5. Inducciones metafóricas
Si los anteriores métodos de inducción minimizaban el efecto de resistencia del
paciente, el empleo de metáforas, al ser aún menos directo, facilita el rapport, y
produce en el paciente cierta comodidad a la hora de hablar, por lo que éste puede
sentirse más a gusto y liberado a la hora de profundizar en la comunicación interna.

Cuando se realiza una metáfora para lograr una inducción, es importante


conocer el estilo de vida del paciente, así como sus intereses y aficiones, porque de
esta forma se captará mejor su atención. Así, al paciente le llegará una información
importante a través de una historia, que el subconsciente se encargará de
descodificar, de lo superficial a lo profundo.

La metáfora como método de inducción puede introducir al cliente en las


experiencias de otros clientes, ayudarle a crear "rapport" con el clínico, a
identificarse con los personajes de la historia, confundirle sobre por qué se está
contando la historia y, en consecuencia, estimular la búsqueda de significados y
relevancias, todo ello mientras se va logrando la concentración interior y la
receptividad para la intervención subsiguiente (Zeig, 1980).
Probablemente las metáforas más recurrentes son las que empiezan por "No
hace mucho tuve a un cliente que me contaba cosas muy parecidas a las que a
usted le ocurren...". Cuando se narra la experiencia de un paciente anterior, el sujeto
actual puede llegar a identificarse con él y reforzar así su confianza en la experiencia
del terapeuta para resolver con éxito casos como el suyo.

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Técnicas de inducción naturalistas 135

"No hoce mucho tenía una paciente a la que le ocurría lo mismo que a usted...
me decía que no podía relajarse... que nunca lo había conseguido... decía que
estaba muy ocupada... muy estresada, y que por ello su cuerpo no sabía qué era
estar en ese estado... sin embargo, cada vez que venía aquí... y se tumbaba en ese
cómodo sillón... tal como lo hace usted ahora... todo su cuerpo experimentaba una
agradable sensación de descanso... y cuando se centraba en su exhalación... cada
vez que expulsaba el aire de sus pulmones... tenía la sensación de que se hundía
cómodamente en el sillón... y esto hacía que su estado de ánimo mejorara, ya que
poco a poco se iba encontrando más a gusto y más tranquila... y entonces fue más
feliz... porque descubrió que podía relajarse profundamente... y aprendió a relajar-
se en su casa... en su sofá, en su cama..."

Por regla general, cualquier experiencia, anécdotas, chistes, analogías o


cualquier otra forma de comunicación indirecta, puede servir de inducción
metafórica a la hipnosis si es capaz de interesar, abstraer, tranquilizar y dar sentido
a lo que está haciendo. Captar la atención de la persona en el contenido de la
narración permite que los mensajes insertados en ella estimulen las asociaciones
inconscientes en el paciente.

6. Inducción medíante sugestión negativa


Las sugestiones negativas emplean una especie de "psicología inversa" cuando
se realizan bien. Se aplican para sugerir a un paciente que no responda de una
determinada manera.

Esto se debe, por una parte, a los procesos ideodinámicos y de búsqueda


transderivacional (mecanismo que hace que la persona asocie a escala
inconsciente dos ¡deas diferentes) y, por otra, a la aceptación y utilización de las
resistencias de los clientes.
Tanto nuestra personalidad como nuestro carácter se han formado mediante la
base de todos los acontecimientos que hemos vivido. Así se construyen nuestros
valores, la necesidad de control y el sentido de autonomía. Son pocos los pacientes
que suelen someterse y aceptar ciegamente las sugestiones del terapeuta.
Normalmente existe cierto rechazo (resistencia) a la hora de dejarse llevar por éste,
aunque lo que se le diga sea en su propio beneficio.

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136 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

En pacientes preocupados en relación al tema del control, podemos encontrar


una tendencia habitual a responder negativamente u oponerse, no solamente en el
contexto terapéutico, sino como un patrón general de respuesta que emplean en
cualquier ámbito o situación social. Suelen ser personas con tendencia a la
inestabilidad e inseguridad y que se han aleccionado en la necesidad de
permanecer constantemente a la defensiva.
"Uno siempre trata de usar todo lo que el paciente lleva a la consulta. Si lo
que lleva es resistencia, agradezcamos esa resistencia. Haga un montón del
modo que ellos quieren que lo haga, ¡realmente acumule!" (Erickson & Rossi,
l 981)
Si sabemos que el paciente tiene la tendencia a llevar la contraria, en la
inducción hipnótica emplearemos sugestiones negativas para conseguir así la
respuesta contraria, es decir, la deseada.

"... no es necesario que ahora piense en relajarse... prefiero que no descubra


que puede hacerlo aquí y ahora... olvídese de cómo puede sentirse si esto ocurriese
naturalmente... no piense en lo que ocurre un instante antes de conciliar un sueño
profundo... no me gustaría que ahora recordase qué ocurre cuando está en su cama
leyendo y las letras comienzan a enturbiarse... y no deje que se le cierren los ojos
cuando pueden haberse cansado mucho de estar abiertos..."
El uso de sugestiones negativas en la fase de inducción de la interacción
hipnótica, tiene como objetivo convertir la resistencia del paciente en algo útil, para
ayudarle a entrar en hipnosis. Curiosamente, el cliente descubre que esas
sugestiones de no relajarse, no sentir comodidad... producen indirectamente la
experiencia de trance.

7. Inducción mediante técnicas de confusión


¿Quién no ha oído que "la confusión forma parte del camino hacia la aclaración"?
Visto así, es algo positivo. Pero seamos sinceros, a casi nadie le gusta experimentar
este estado. De hecho, no solemos cuestionarnos los conceptos que tenemos
claros, quizás por temor a entrar en confusión.

© Editorial EOS
Técnicas de inducción naturalistas 137

La técnica de la confusión tiene como finalidad facilitar la inducción al trance


mediante un lenguaje indirecto, y superar así al pensamiento racional y consciente
del sujeto.
Según M.D. Yapko, las personas en este estado se bloquean, y entonces se
focalizan internamente (hipnosis espontánea), buscando en su mente, lo más
rápido que pueden, todo lo que saben para resolver su problema. Precisamente es
en ese momento cuando el subconsciente está más dispuesto a aceptar cualquier
sugestión, con tal de reducir esta disonancia. Este es el mecanismo esencial del
funcionamiento de esta técnica.
Las técnicas de inducción mediante la confusión generalmente se dividen en
dos categorías:
- Técnicas de interrupción de patrones.
- Técnicas de sobrecarga.

Las técnicas de interrupción de patrones consisten en decir y/o hacer algo


deliberadamente para interrumpir el estilo rutinario de respuesta de alguien en
algún área: pensamiento, sensación, conducta o cualquier otra, según el resultado
que se persiga.

Se trata de interrumpir los hábitos mentales de la persona, para así conducirla


por un nuevo camino, que realmente produzca el que se rompa el viejo heurístico de
funcionamiento mental. Pese a todo, el bloquear ese antiguo patrón requiere
innovar con una nueva respuesta.
La interrupción del patrón de respuesta de una persona se puede conseguir de
varias formas, tales como: confusión, sorpresa (shock), humor, reencuadre, doble
vínculo, paradojas (prescripción del síntoma), asignación de tareas directivas
conductuales inspiradas en el marco de referencia del cliente (utilización),
confrontación, hipnosis y fenómenos hipnóticos, ordalías, metáforas, amplificación
de polaridades y externalizaciones (Yapko, 2003).
Un ejemplo de "reencuadre" para cambiar un antiguo patrón:
"Erickson atendió en terapia a una enfermera soltera; observó que la mujer tenía
un trasero grande y también amor a los niños. Le dijo: "YO SE que tiene el trasero
más grande de toda la creación. SE que no le gusta, pero

© Editorial EOS
138 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

es el suyo. Y le gustan los niños, de modo que querría casarse, tener hijos propios. Y
tiene miedo de que ese gran trasero constituya un obstáculo... Este es su error.
Usted no ha leído el Cantar de los Cantares, de Salomón. TIENE que leer su Biblia.
Se habla de la pelvis como de la cuna de los niños. El hombre que quiera casarse
con usted no verá un gran trasero gordo... verá una cuna maravillosa para los niños"
Aquí vemos el reencuadre, nueva equivalencia: gran trasero gordo = cuna; sólo
la cuna. Los hombres que quieren ser padres QUIEREN también una linda cuna
para el hijo (reencuadre, nueva significación y evaluación: Usted tiene una linda
cuna que les gustará a los hombres que quieren ser padres) (Gordon &
Meyers-Anderson, 1981, págs.67-69, citado por O'Hanlon, 1995).
A parte de un particular sentido del humor, Erickson empleaba adivinanzas para
cuestionar la rigidez de sus pacientes, para romper sus pautas habituales de
pensamiento y encontrar así una solución. Giorgio Nardone, en el enfoque de la
Terapia Breve Estratégica, de la que sin duda Milton Erickson es el padre, emplea
con frecuencia estas estrategias de cambio.

"Sabe, yo siempre digo que a veces cuando se entra en estos círculos se


puede comparar a aquel Ciempiés que caminaba muy bien, subía y bajaba,
subía a los árboles, y hacía evoluciones extraordinariamente, y que un día se
encontró con que tenía que responder a una pregunta muy embarazosa
hecha por una hormiga, que le dijo: ¿Me puedes explicar cómo lo haces para
andar tan bien con cien pies a la vez?". El ciempiés empezó a pensar en lo
difícil que era andar con cien pies a la vez (pausa) y ya no consiguió caminar
jamás" (Nardone, 1 997).

Por otra parte, la técnica de la sobrecarga sensorial consiste en atiborrar la


mente consciente del paciente con tanta información en múltiples formas que sea
imposible de asimilar. Mientras la mente consciente hace esfuerzos por mantener la
concentración, el inconsciente puede responder a un nivel más intenso (Yapko,
2003).
Uno de los métodos que se pueden emplear para conseguir este objetivo es la
técnica de la "doble inducción" (inducción dicótica, explicada en el capítulo anterior),
que consiste en comenzar la hipnosis con dos terapeutas a

© Editorial EOS
Técnicas de inducción naturalistas 139

la vez, hablándole simultáneamente a un solo paciente. Este, lógicamente, se


esfuerza en seguir ambas voces, pero enseguida descubre que es imposible
mantener esa doble atención, por lo que el esfuerzo mental, la lucha que tiene que
realizar para ello (confusión), no le merece la pena, produciéndose en él una
tendencia a la entrega y al dejarse llevar.

Hay que tener en cuenta que, para el desarrollo de la inducción mediante esta
técnica, tanto el paciente como el profesional tienen que tener cons-ciencia y control
sobre lo que están haciendo, ya que así es más fácil salir del estado de disociación
que se está produciendo.
Se pueden emplear diferentes temas para crear confusión por sobrecarga:
recuerdos, días de la semana, el tiempo en minutos, palabras o frases inconexas,
etc., o incluso en otras modalidades sensoriales como con sonidos, olores o
imágenes.

Un ejemplo de esta modalidad podría desarrollarse de la siguiente manera:


"...y con cada respiración, se va encontrando más y más a gusto, más tranquilo...
aquí, hoy, en este momento... en el presente, en este presente que ayer era futuro, y
que más tarde será pasado... mientras que este pasado fue presente, y usted
estaba bien, tanto en el futuro del pasado como en el presente que era futuro... y
¿qué parte de su cuerpo está ahora más relajada ahora, en este presente que será
pasado?... ¿su parte izquierda o su parte derecha?, ¿su parte superior o su parte
inferior?... ayer estaba tranquilo pensado en el futuro que se convirtió en pasado...
futuro que es presente y que será pasado en el futuro... y su parte inferior derecha
se encuentra muy relajada, y quizás aún más está la parte posterior derecha, que es
igual que trasera derecha... ¿o la parte derecha de su parte izquierda superior?...
cada vez más a gusto... en el futuro, hoy, y ayer de mañana... que otra vez será
pasado... y puedes olvidar toda esta confusión y relajarte ahora más que antes..."
Las técnicas de confusión suelen funcionar muy bien con pacientes consi-
derados muy cognitivos, en particular los que tienden a intelectualizar sus
problemas y sensaciones.

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140 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

8. Mílton H. Eríckson (1901-1980)


Milton H. Erickson ha sido descrito como "uno de los psicoterapeutas más
influyentes de todos los tiempos y probablemente el más importante de nuestra
época". En una encuesta de The Psychotherapy Networker (marzo, 2006) se
publicó que Milton Erickson está considerado entre los 10 terapeutas más
importantes, ¡unto a Sigmund Freud, Cari Jung y otros.
Uno de sus discípulos, Jeffrey Zeig, comentó sobre él: "El no era el tipo de
persona con la que podías sólo sentarte y charlar, él estaba sistemáticamente
trabajando, sistemáticamente siendo Milton Erickson, lo que suponía tener la
experiencia más profunda que pudiera, con quien quiera con el que estuviera
sentado. En este sentido, él era constantemente hipnótico, constantemente
terapéutico, estaba constantemente enseñando" (Rossi & Rossi, 2008).
El estado físico de este genio requería del foco completo de todas sus
facultades. Disléxico, sordo para los tonos, daltónico, propenso al vértigo y a la
desorientación, aquejado por la polio a los 17 y otra vez a los 51, pasó los últimos 1
3 años de su vida (periodo en el cual muchos de sus destacados estudiantes lo
conocieron) dolorosamente confinado a una silla de ruedas. Mientras intentaba
modelar la flexibilidad y los métodos verbales sutiles que había pasado toda su vida
desarrollando, hizo eso con los labios parcialmente paralizados y la lengua
dislocada (Rossi & Rossi, 2008).
Erickson se doctoró en Medicina y Psicología en la Universidad de Wisconsin.
Fue director de Investigación Psiquiátrica en el Hospital General del condado de
Wayne, Michigan. Creó la Sociedad Norteamericana de Hipnosis Clínica (American
Society of Clinical Hypnosis). Fundó y dirigió The American Journal of Clinical
Hypnosis.
Diseñó técnicas alternativas a la hipnosis convencional, como la técnica de
confusión, las metáforas y el uso de anécdotas, cuya eficacia ha sido ampliamente
demostrada en el uso clínico.
Fue una autoridad mundial en hipnosis y en psicoterapia estratégica breve,
acuñándose los términos de Psicoterapia Ericksoniana e Hipnosis Ericksoniana.
Formó parte y acogió en su propia familia a prometedores profesionales (Haley,
Rossi, Zeig, Yapko, Lankton, etc.). Algunos de ellos son ahora miembros directivos
de su fundación.

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Técnicas de inducción naturalistas 141

Mantuvo relaciones con los psicoterapeutas más importantes del siglo, quienes
tuvieron en él a un amigo dispuesto a compartir experiencias (Hull, Rogers,
Bateson, etc.).
Murió a los 79 años habiéndose convertido en una autoridad mundial en el
campo de la psicoterapia.
M. H. Erickson ha sido uno de los psicoterapeutas más influyentes de todos los
tiempos, ampliamente admirado por su creatividad y eficacia, y, a veces, también
criticado como el enfoque de un genio excéntrico, imposible de aprender y de
enseñar (O'Hanlon, 1995).
Erickson expresó en cierta ocasión: "Confíe en su subconsciente. Es una manera
deliciosa de vivir, una manera deliciosa de conseguir cosas". Y: "No intente usar la
técnica de otro... Descubra la suya propia" (Rossi & Rossi, 2008).

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Técnicas de
profundización 8
Nadia Peláez Rodelgo

1. Introducción
Se denominan técnicas de profundización a aquellas que, tras una inducción,
permiten desarrollar un trance de mayor complejidad, permitiendo al sujeto alejarse
de su consciencia vigil habitual (Grenet, 1992).
Las técnicas de profundización se basan en un conjunto de frases sugestivas
estructuradas adecuadamente, dirigidas al sujeto con el objetivo de guiarlo
progresivamente hacia un estado hipnótico cada vez más profundo, ofreciéndole así
la oportunidad de familiarizarse con la esfera subjetiva de los sentimientos
asociados al trance hipnótico (Ramos Gascón, 2002).

Erickson define la hipnosis profunda como el estadio de trance que permite al


sujeto funcionar a un nivel inconsciente sin interferencia de la mente consciente,
resultando más fácil el control de las funciones somáticas y vegetativas. Afirma,
además, que existen diferencias individuales al tratar la hipnosis profunda, ya que
cada sujeto posee su propio ritmo de desarrollo idiosincrásico que es necesario
tener en cuenta, ya que la hipnosis profunda resulta de la interacción de las
relaciones intrapsíquicas con las interpersonales del sujeto. La profundidad de la
hipnosis sería inversamente proporcional al grado de interferencia de la esfera
consciente.
Es necesario distinguir las técnicas de profundización de los métodos de
inducción, ya que las técnicas de profundización sólo son aplicables tras el inicio del
estado hipnótico. Es decir, para profundizar en dicho estado, primero habría que
inducirlo en el sujeto. Es reseñable destacar que el grado de profundidad alcanzada
es fluctuante, y la línea que divide la inducción de la profundización hipnótica es muy
difusa.

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144 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

No es necesario que los niveles de profundización sean progresivos ni es


imprescindible pasar de un trance ligero a un trance medio para alcanzar un estado
hipnótico profundo, sino que el sujeto puede entrar en una hipnosis profunda
directamente a través del método y el procedimiento de inducción empleado.
Otro aspecto que debemos tener en cuenta es que un mayor nivel de pro-
fundización del trance hipnótico no siempre es necesario para la consecución de los
objetivos terapéuticos, que pueden alcanzarse con un trance medio o ligero. En este
sentido, las escalas de profundidad hipnótica pueden ser útiles para inferir el nivel
de profundidad suficiente, que permita la aplicación de una técnica en particular
(Grenet, 1992).
En cuanto al desarrollo de la profundidad hipnótica en un sujeto, debemos
distinguir entre la profundidad dentro una misma sesión y la profundidad dentro de la
evolución del tratamiento.
En una misma sesión, la profundidad, en muchos casos, puede verse
aumentada a medida que ésta avanza y producirse momentos de pérdida de
conciencia y posterior reorientación consciente, seguida de una fase de inten-
sificación del comportamiento hipnótico. Asimismo, el nivel de profundidad puede
aumentar en relación con el número de sesiones. Erickson señalaba que un sujeto
que ha logrado cierta profundidad de trance, generalmente tenderá a salir de él casi
siempre hacia los niveles más leves, mientras que los sujetos que experimentan
hipnosis repetidas veces, durante un período prolongado, son los mejores sujetos,
considerando este fenómeno como un proceso de aprendizaje, ya que aprenden a
operar con creciente efectividad durante el estado hipnótico.
Salvo excepciones, no es necesario mantener a una persona hipnotizada más de
una hora. Se considera que, en general, cuanto más profundo es un trance hipnótico
mayor lentitud y detalle ha de utilizarse al frasear las sugestiones, y la técnica de
deshipnotización habrá de ser más precisa. Asimismo, cuanto más tiempo
permanezca el sujeto hipnotizado, más lento y gradual tendrá que ser el proceso de
deshipnotización, permitiéndole así reorientarse adecuadamente, como en el
ejemplo que sigue a continuación, descrito por Weitzenhoffer:

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Técnicas de profundización 145

"Dentro de unos momentos vas a despertar. Contaré hasta cinco y entonces


te encontrarás completamente despierto. Te sentirás muy bien,
perfectamente descansado por el sueño. No tendrás dolores de cabeza ni
mareos. Te sentirás fresco, tu mente estará clara y te hallarás perfectamente.
Ahora comenzaré a contar y tú te despertarás lentamente: Uno... te
despertarás muy pronto... Dos... comienzas lentamente a despertar... Tres...
te despiertas un poquito más... Cuatro... en la cuenta próxima estarás
completamente despierto... ¡Cinco! ¡Ya estás despierto! ¡Te sientes muy bien,
tu mente está clara! No te sientes de ningún modo adormilado. Estás
totalmente despierto".

El hipnotizador debe ser cuidadoso con lo que dice al sujeto inmediatamente


después de la deshipnotización, ya que lo que diga puede tener el poder de una
sugestión hipnótica. Por otra parte, hay individuos que se resisten a ser despertados
por diferentes motivos, como pueden ser la incompatibilidad de las respuestas de
vigilia con una sugestión que el sujeto se niega a realizar, aspectos psicodinámicos
como sumisión o necesidad de dependencia, huida de la realidad, escapar a un
conflicto o rechazo a abandonar un estado reductor de tensiones (Weitzenhoffer,
1964). Esto sucede en pocas ocasiones y bastaría con la utilización de algunas
variantes de las sugestiones encaminadas al despertar (Ramos Gascón, 2002).

2. Descripción de las técnicas de profundización


Existen distintas y variadas técnicas de profundización que consisten gene-
ralmente en emitir sugestiones con el objetivo de que el sujeto profundice en el
trance hipnótico ya inducido.

Vamos a describir algunas de estas técnicas a modo orientativo, teniendo en


cuenta que el hipnotismo es un arte y cualquier técnica de profundización requiere
cuando menos habilidad y conocimientos por parte del hipnólogo, y su aplicación
dependerá además de la creatividad de éste, que ha de tener en cuenta la
personalidad del sujeto al que hipnotiza. Para Kroger, cada sujeto profundizará en la
hipnosis a su propio ritmo (Kroger, 1965). Se podría

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146 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

utilizar por ejemplo la siguiente frase: "...irás profundizando en tu estado a tu propio


tiempo... a tu manera...".
Weitzenhoffer y Erickson coinciden en que el éxito de la profundidad en la
hipnosis estará en función de la técnica elegida y el tiempo dedicado al proceso. Es
interesante destacar que Erickson, en su experiencia, se encontró a sujetos cuyo
intervalo de tiempo para alcanzar un trance profundo osciló, respectivamente, entre
menos de 30 segundos y 300 horas.

3. Técnica de profundizarían hipnótica por


aplicación de sugestiones directas
El objetivo de esta técnica consiste en sugerir en el sujeto inducido una hipnosis
cada vez más profunda mediante la repetición de frases. Es la base de las demás
técnicas y constituye el método más elemental de profundización.
Se pueden utilizar frases simples sugiriéndole al sujeto a cada momento: "y
ahora entras en un estado, cada vez más profundo...". También pueden emplearse
un conjunto de frases con el mismo objetivo, como por ejemplo: "... y entras en un
estado cada vez más profundo de concentración mental... más profundo... cada vez
más... dejándote llevar por esa agradable sensación de paz... y de total
tranquilidad... que invade todo tu cuerpo... y hace que entres en un estado, cada vez
más profundo... muy profundo... donde abandonas, todo tu cuerpo... y te pones en
armonía... con tu mente inconsciente... la que ahora te llevará a un estado más
profundo todavía... déjate llevar... por tu mente inconsciente... a ese estado... de
pro-fun-da con-cen-tra-ción men-tal" (Grenet, 1997).

4. Técnica de profundización hipnótica por


medio de pausas y silencios
En muchas ocasiones la profundización se produce de manera espontánea
cuando el hipnólogo establece un silencio que en determinado momento del
proceso provoca que el sujeto la desarrolle por sí mismo. De hecho, no es necesario
que hable en todo momento, sino que se han de ir intercalando

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Técnicas de profundización 147

silencios de cuando en cuando, de forma que el sujeto tenga tiempo de procesar la


sugestión o de reaccionar a ella.
Los intervalos de silencio pueden ser desde unos segundos a 30 minutos y, en
este último caso, lo adecuado sería anticipárselo al sujeto con frases como las
siguientes: "Dentro de unos momentos dejaré de hablar. Tú continuarás durmiendo.
En realidad continuarás en un sueño cada vez más profundo, de manera que
cuando vuelva a hablarte te encontrarás profundamente dormido... mucho más de lo
que estás ahora. No prestarás atención a nada hasta que te hable nuevamente.
Estarás muy cómodo y nada te alterará. No te despertarás hasta que te lo indique.
Cuando te hable de nuevo no te sorprenderá mi voz. Ahora dejaré de hablarte, pero
continuarás en un sueño más y más profundo." (Weitzenhoffer, 1964).

Los tiempos de silencio deben de ser utilizados con cautela por el hipnó-logo, ya
que algunos sujetos aprensivos podrían presentar ansiedad y pérdida de rapport,
que podría llevarles a salir del trance. También los tiempos de silencio demasiado
largos podrían hacer que el sujeto pasase a un estado de sueño natural, por lo que
es aconsejable utilizar intervalos de silencio más cortos y frecuentes, generalmente
de 10 minutos, y no mayores de 15.
Por lo tanto, el tiempo de silencio debería adaptarse al paciente y al nivel de
profundidad necesario en cada caso, siendo de gran importancia su uso adecuado
tanto en lo referente a los silencios entre frases, como a las pausas dentro de las
palabras: "pro-fun-da-men-te".

5. Técnica de profundización hipnótica por


modulación del tono y el volumen de voz
Esta técnica es de gran importancia por su eficacia en la profundización del
trance hipnótico. Difiere en su esencia de la anterior en la manera de aumentar la
fuerza sugestiva mediante el aumento o disminución del volumen de voz y/o la
modulación de algunas vocales, palabras o frases (Grenet, 1997).
En general suele ser más recomendable el tono de voz bajo, sobre todo por las
implicaciones psicológicas que suelen ir asociadas. Sin embargo, se

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148 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

puede utilizar también un volumen de voz alto, normal o muy bajo, casi en susurro.
Estos cambios en el tono de voz pueden contribuir a reforzar el objetivo que
pretendemos alcanzar dentro del estado hipnótico. Así, por ejemplo, si utilizamos
una sugestión de rigidez del brazo puede que nos sea útil emplear un tono de voz
alto y enérgico, del siguiente modo:

"Te estás durmiendo profundamente...mucho más profundamente. Levanta tu


brazo. Extiéndelo derecho... Cierra la mano en forma de puño... un puño bien
cerrado... (Se eleva el volumen de voz) ¡MÁS CERRADO! Tu brazo se está
endureciendo, ¡todo tu brazo se está poniendo rígido! ¡Como una barra de
hierro! No puedes doblarlo, no puedes moverlo. Prueba... No puedes... (El
volumen es de nuevo, más alto) ¡PRUEBA FUERTE!...
En otro momento del proceso de profundización, será coadyuvante a nuestro
objetivo un volumen de voz bajo, como en el ejemplo que sigue:
"Ahora comenzaré a contar. Uno... Vas a dormirte profundamente, mucho
más profundamente... Dos... te duermes cada vez más y más profundamente.
Cada vez que cuento te duermes más profundamente. Con cada palabra que
digo, te duermes cada vez más profundamente. Tres... Duérmete, profunda,
totalmente, duérmete. Mi voz te hace desear el sueño. Sientes que te vas
deslizando hacia un sueño cada vez más profundo, en el cual no oyes nada
más que mi voz, como si llegara desde muy lejos (al comenzar con "tres" se
suaviza y baja la voz de modo que al llegar al último "muy lejos" se esté ya
hablando muy suavemente pero lo suficientemente alto para que el sujeto lo
oiga claramente)"

La modulación de la voz aumenta también el poder de las sugestiones,


alargando en momentos adecuados el tiempo de emisión de determinadas vocales,
sílabas o palabras, de la manera siguiente:

"Te dormirás profuuundamente... d-or-m-i-r-á-s p-r-of-u-n-d-a-m-e-n-t-e.


Ahora estás p-r-o-f-u-n-d-a-m-e-n-t-e dormido-
¡D-or-mi-d-o!¡P-r-o-f-u-n-d-a-m-e-n-t-e dormido!... Tu cuerpo está ahora
totalmente relajado. No sientes deseos de moverte. Todo lo que quieres es
dormüir... profuuundameen-te... compleetameente." (Weitzenhoffer, 1964).

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Técnicas de profundización 149

6. Técnica de vinculación de la profundidad a


la actuación del sujeto
Erickson asigna mucha importancia al comportamiento del sujeto, y para él este
comportamiento sería la llave del éxito de la hipnosis.

En esta técnica se establece una relación de causa-efecto entre el compor-


tamiento del sujeto y su nivel de profundidad en el estado hipnótico. Las
sugestiones para provocar el comportamiento del sujeto se emiten en combinación
con las que profundizan el trance.

En realidad, el efecto es sugerido por el hipnólogo, ya que se trata de una


sugestión, aunque el sujeto asume la existencia de una relación causal. Este
método suele obtener muy buenos resultados. Un ejemplo de ella podría ser una
adaptación de la experiencia de la levitación de mano, donde la elevación de ésta
estaría asociada a una profundidad cada vez mayor. Se le podría decir al sujeto: "tu
mano se levantará hasta que llegue a tocarte la cara y a medida que se levanta
caerás en un sueño cada vez más y más profundo, tanto que cuando la mano llegue
a la cara estarás en un trance muy profundo".

La provocación en el sujeto de distintos fenómenos hipnóticos ideomotores o


ideosensoriales puede ser utilizada por el hipnólogo para contribuir a profundizar el
estado hipnótico. Además de la levitación del brazo, pueden utilizarse la hipotonía o
atonía muscular, la hipertonía muscular, la catalepsia braquial, el movimiento
automático o estereotipado, la hiperalgesia, las ilusiones sensoriales y las
alucinaciones, entre otros.

7. Técnica de profundización por disminución


del umbral de atención del sujeto hacia las
palabras del hipnotizador
Esta técnica se basa en la necesidad de que el sujeto vaya aumentando
progresivamente su nivel de concentración para profundizar en la hipnosis,
aumentando el umbral de atención hacia los estímulos externos, al tiempo que
disminuye el umbral hacia las palabras del hipnotizador. Puede realizarse mediante
el siguiente procedimiento:

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150 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

"... escúchame bien... a partir de ahora, los estímulos provenientes del


ambiente irán desapareciendo... dejarás de oírlos... como cuando bajas el
volumen a la radio que no está transmitiendo ninguna señal... y dejas de
oírlo... pues no tienen ninguna significación para ti... sólo te concentras en mi
voz... que cada vez la escuchas con más claridad y nitidez... porque estás
muy interesado en escuchar lo que te voy a decir... lo demás no te interesa...
solo mi voz... que te produce paz y total tranquilidad... escúchame bien...".

Si además el hipnotizador va disminuyendo el volumen de voz progresivamente


hasta que se convierta en susurro, contribuirá a aumentar el umbral de atención del
sujeto hacia los estímulos ¡rrelevantes y a disminuir el umbral de atención hacia sus
palabras (Grenet, 1997).

8. Técnica de profundizarían mediante la


utilización de procesos fisiológicos
En esta técnica se vincula la profundización del estado hipnótico a un efecto
fisiológico espontáneo. Incluso puede utilizarse en los casos en que el sujeto pre-
senta signos de nerviosismo, transformando éstos en positivos. Por ejemplo,
"Respira hondo... Muy bien, respira profunda y lentamente... A cada inspiración te
sumerges en un sueño cada vez más profundo... Un sueño total, un sueño pro-
fundo... Continúa respirando lentamente...". "... Cada vez que sientas ese temblor
será una señal que te indique que estás profundamente dormido."

9. Técnica de profundización hipnótica con


inducción del sueño
Esta técnica utilizada por Erickson permite utilizar los propios recursos del
sujeto, especialmente si éste es imaginativo y tiene facilidad para recordar sus
sueños. Consiste en inducir al sujeto hipnotizado un sueño que ha tenido o similar,
preferiblemente a partir de un sueño nocturno, aunque puede inducirse también a
partir de fantasías diurnas, y es recomendable que sus com-

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Técnicas de profundización 151

ponentes sean positivos. Se puede empezar con las siguientes sugestiones:


"Cuando cuente hasta cinco, vas a comenzar a soñar, como cuando duermes, vas
a soñar algo muy agradable. Yo estaré en silencio mientras tanto. Cuando vuelva a
hablarte, dentro de dos minutos, ese sueño terminará suavemente, y estarás en
una hipnosis más profunda... uno... dos... tres... cuatro... cinco... empiezas a
soñar".

Es una de las mejores formas de hablar con el inconsciente del sujeto, tiende a
movilizar los recursos internos del paciente de manera que éste aprenda a
utilizarlos en diversas situaciones (Ramos Gascón, 2002).

10. Técnica de profundización por hipnosis


fraccionada
El método fraccionado, descrito por Vogt en 1 896, resulta muy eficaz para
profundizar el estado hipnótico y es especialmente útil en aquellos casos en que
suponemos que el sujeto no alcanzará el nivel de profundidad que precisamos, o en
aquellos en que el sujeto, en experiencias anteriores, ha tenido dudas acerca de si
ha sido hipnotizado realmente.

El objetivo fundamental es garantizar que el sujeto alcance un nivel de pro-


fundidad hipnótica cada vez mayor mediante la aplicación de frases sugestivas
hipnóticas y poshipnóticas. Una vez que el sujeto se encuentra en estado hipnótico,
se le sugiere que, cada vez que sea hipnotizado, entrará en un estado hipnótico
mucho más profundo que en el que se encuentra en ese momento. A continuación
es deshipnotizado y se dialoga con él para obtener información referente a las
sensaciones, ideas y sentimientos experimentados en ese estado y en especial en
los momentos de máxima profundidad. Podría comenzar de la siguiente manera:
"Dentro de unos momentos te diré que te despiertes. Cuando lo hagas
despertarás, pero volverás inmediatamente a sentirte somnoliento. Te
costará mantener los ojos abiertos y permanecer despierto. Sentirás los ojos
muy pesados, y se pondrán cada vez más y más pesados hasta no poder
mantenerlos abiertos, y no podrás evitar que parpadeen y se cierren.
Entonces te sentirás más adormecido y somnoliento, tus ojos se

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152 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

cerrarán y te dormirás profundamente, mucho más profundamente que


ahora. Contaré hasta tres, y entonces te despertarás y abrirás los ojos. Pero
te sentirás adormecido y somnoliento y tus ojos pesarán tanto que no podrás
mantenerlos abiertos y volverás a dormirte... Ahora... uno... dos... tres.
¡Despiértate!".

Si permanece adormilado o con los ojos semicerrados, le preguntaremos qué le


ocurre en los ojos. Lo más probable es que se sienta extrañado y que no sepa qué le
pasa... En cualquier caso después de unos segundos, le decimos: "Te sientes algo
adormecido, ¿verdad? ¿Te cuesta tener los ojos abiertos? Tus ojos están cada vez
más pesados, te sientes adormilado y somnoliento. Cierra los ojos, vas a dormirte.
¡Duérmete! ¡Duérmete profundamente!... Te duermes profunda y totalmente".
A continuación, se puede seguir profundizando por alguno de los procedimientos
habituales, o se le despertará casi inmediatamente, aplicando este procedimiento
varias veces. Después de que el sujeto cierre los ojos, se le pueden dar sugestiones
para profundizar el trance, añadiendo otras, para que cuando se le sugiera "sueño"
se duerma profundamente hasta que se le diga. Se le informa de que después se
despertará y se sentirá muy bien, pero que en cuanto se le vuelva a hablar, sus ojos
volverán a estar pesados y cansados y se cerrarán cayendo en un sueño todavía
más profundo. Seguidamente se le despierta y se le pregunta cómo se encuentra,
diciéndole del siguiente modo: "¿Cómo te sientes? (el sujeto responde que se
encuentra bien) ¿Te sientes adormecido?... Pareces estarlo. Parece que tienes los
ojos pesados y cansados y te resulta muy difícil abrirlos... tienes mucho sueño y
quieres dormir... cierra los ojos... duérmete... duérmete profundamente.... Ahora no
puedes abrir los ojos. Si probaras, verías que no puedes hacerlo, pero no lo
deseas... Te estás relajando... relajando... cada vez más y más, te hundes en un
sueño profundo y total..." Luego se le darán sugestiones referentes al despertar y le
diremos que en cuanto oiga la palabra "dormir", notará un deseo irresistible de
cerrar los ojos y dormir.

El tiempo de aplicación de esta técnica depende del tipo de sujeto, del tiempo
disponible y del nivel óptimo de profundización que precisamos en cada caso
(Weitzenhoffer, 1964).

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Técnicas de profundización 153

11. Técnica de profundización hipnótica por


cuenta progresiva
Aunque esta técnica se utiliza como método de inducción, también se utiliza muy
frecuentemente como método de profundización, por su eficacia. Una vez se ha
inducido al sujeto, lo más recomendable es alternar sugestiones de profundización
con el conteo progresivo. Podemos decirle al sujeto las siguientes frases:
"... Ahora contaré del I al 10... y mientras yo vaya contando... tú irás
entrando en un estado, cada vez más profundo de concentración mental...
recuerda... mientras más me acerque al 10... tal vez sin darte cuenta,
alcanzarás un estado... muy profundo... de concentración mental... I, te dejas
llevar por esa agradable sensación de paz... 2, de total tranquilidad... 3, que
invade todo tu cuerpo... 4, y hace que entres, en un estado cada vez más
profundo... 5, muy profundo... 6, donde abandonas todo tu cuerpo... 7, ahora
tu mente inconsciente te transporta... 8, y te sumerge en un estado, mu-cho
más pro-fun-do... 9, com-ple-ta-men-te... 10" (Grenet, 1997).

Es recomendable que, si se ha empleado la cuenta como técnica de profun-


dización, para despertar se utilice la cuenta inversa a la utilizada inicialmente.

12. Técnicas de profundización hipnótica por


deseo y por confianza
Esta técnica se basa en la presunción de que la persona hipnotizada desea
profundizar en el trance y consiste en vincular este deseo del sujeto a alguna
actividad que debe realizar. Con la finalidad de que el sujeto no responda
negativamente (no desee entrar en un trance más profundo), es recomendable
sugerirle que desea profundizar más aún; por ejemplo, se le podría decir: "Ahora,
como deseas entrar en un estado más profundo todavía...".

En la técnica de profundización por confianza, el hipnólogo confía plenamente en


las posibilidades reales del sujeto basándose en el trabajo realiza-

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154

Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

do anteriormente y en la alianza terapéutica. Consiste en vincular la seguridad que


tiene el hipnólogo en que el sujeto va a profundizar más en su estado hipnótico, con
alguna actividad específica que debe realizar éste, para que las sugestiones se
lleven a cabo. Podría decírsele así: "Estoy seguro de que puedes entrar en un
estado mucho más profundo y para eso es necesario que tú..." (Grenet, 1997).

13. Técnica de profundizarían hipnótica por


confusión
El objetivo de esta técnica es que el sujeto profundice en el estado hipnótico sin
resistencias ni reservas, y consiste en darle al sujeto secuencias de sugestiones
rápidas, provocándole confusión y, por lo tanto, una reorientación constante.
Con esta técnica se consigue un aumento de la sugestionabilidad, ya que
responde acomodándose a la confusión. El sujeto, al intentar colaborar, se
concentra en la sugestión intensamente para llevarla a cabo. Si el nivel de
confusión es muy alto, sentirá la necesidad de escapar de dicha confusión, lo que
puede ser aprovechado por el hipnotizador hábilmente para darle una sugestión
positiva que aceptará totalmente.

La habilidad del hipnotizador resulta de importancia crucial y es importante que


el sujeto tenga la sensación de que las frases contradictorias que le sugiere
contienen un mensaje muy valioso. Estas frases han de ser contradictorias y el
sujeto dispondrá de muy poco tiempo para darse cuenta de que el contenido de las
sugestiones es irracional.
Pueden emplearse diversas variantes, como la metáfora del hemisferio izquierdo
y derecho, en la que se parte de la proposición de que el hemisferio derecho es el
ilógico, el no verbal, el afectivo, el que está relacionado con la información
inconsciente, mientras que el izquierdo es lógico, racional, verbal y relacionado con
la información consciente, sugiriéndole al sujeto, al final, que entrará en un estado
hipnótico más profundo.

Otra variante, descrita por Erickson, consiste en sugerirle al sujeto la levita-ción


de la mano derecha, al mismo tiempo que la inmovilidad de la mano

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Técnicas de profundización 155

izquierda. En seguida se le sugiere la inmovilidad de la mano derecha y la levi-tación


de la izquierda, después la inmovilidad de las dos manos seguida de sugestiones de
que una mano se eleva mientras que la otra presiona hacia abajo, terminando
siempre con la sugerencia de que entrará en un estado más profundo. Una
secuencia de tales verbalizaciones podría ser: "...te resulta imposible mover tu mano
derecha... tu mano izquierda es ligera como una pluma... se eleva... se eleva... tu
mano derecha se eleva cada vez más... mientras sientes un peso cada vez mayor
en tu mano izquierda... a medida que vas entrando en un estado más profundo".
Según Erickson esta técnica funciona muy bien con personas inteligentes e
interesadas en ser hipnotizadas, y que aunque conscientemente ofrecen
resistencia, lo desean inconscientemente.
LeCron describió la variante de la cuenta hacia atrás. Se le pide al sujeto que
cuente desde 100 hacia atrás lentamente, a continuación se le dan sugestiones de
relajación, pesadez de párpados y cierre de ojos y, mientras continúa contando, se
le sugiere la levitación de la mano, momento en que al sujeto ya confundido se le
dirá que perderá la cuenta dentro de 10 números o más, al tiempo que entrará en un
nivel más profundo de hipnosis (Weitzenhoffer, 1964).

14. Técnica de profundización medíante la


visualizacion del estado de trance
Esta técnica, desarrollada por Erickson, consiste en sugerirle al sujeto que se
visualice y experimente mentalmente con el mayor detalle posible, efectuando paso
a paso una experiencia hipnótica concreta que se debe realizar momentos
después.
Resulta muy efectivo, especialmente en aquellos sujetos que encontrándose en
un trance medio o ligero, su estado de relajación les impide realizar ciertas
acciones como abrir los ojos o hablar. Mediante este procedimiento, además de
inducir al sujeto a realizarlas sin salir del trance, se facilita la profundización a
medida que realiza dichas acciones (Ramos Gascón, 2002).

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156 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

15. Técnica de profundizarían


mediante disociación
Esta técnica es considerada por Erickson muy útil, no solo para inducir y man-
tener el trance, sino también para los estados hipnóticos profundos. Consiste en el
empleo repetido del fenómeno de disociación para crear "un momento psicológico"
al que el sujeto se entrega sin vacilar (Weitzenhoffer, 1964).

Es importante que el hipnólogo posea conocimientos y experiencia sobre la


dinámica del fenómeno de la disociación.
Los métodos utilizados pueden ser varios. De entre ellos el más conocido es el
de la disociación de la mente consciente y la mente inconsciente. Por ejemplo: "...es
indiferente que escuches mis palabras o no, porque yo no estoy hablando para tu
mente consciente, sino que estoy hablando para tu mente inconsciente... Una parte
de ti se queda aquí conmigo... profundamente dormida... y otra parte de ti se está
yendo más lejos, en tu fantasía...".
Otra variante es la disociación saliendo del cuerpo descrita por Shone (1982), en
la que dicha disociación se establece entre el nombre propio y la vivencia del cuerpo
o esquema corporal. Se podría decir: "Puedes verte sentado muy tranquilo...
profundamente dormido... mientras tú, Pablo, permaneces completamente
despierto... observándolo todo... tu cuerpo profundamente dormido... las lámparas
de la habitación... las sillas... la mesa... los cuadros... y puedes observar, Pablo,
cómo me voy dirigiendo a tu cuerpo profundamente dormido, y le hablo, y le diré
cosas que tu cuerpo comprenderá y sentirá".

La disociación respiratoria, asociando determinadas sugestiones a la inspiración


y otras a la espiración, pone en juego una disociación de las dos fases principales
del proceso respiratorio que produce un efecto hipnótico profundo (Ramos Gascón,
2002).

16. Técnica de profundizarían por aplicación


de frases sugestivas poshipnóticas
Consiste en darle al sujeto sugestiones hipnóticas que le propiciarán una mayor
profundidad hipnótica en las próximas inducciones que se realicen, en

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Técnicas de profundización 157

la misma sesión o en sesiones sucesivas. Para Erickson, cada vez que se lleva a
cabo un acto poshipnótico, se desarrolla un trance espontáneo. Al emitir una
sugestión poshipnótica, una vez se inicia el trance, el hipnotizador puede
profundizar el trance espontáneo asociado. Este proceso se puede repetir varias
veces para profundizar cada vez más el trance (Weitzenhoffer, 1 964).
El momento más óptimo para emitir estas sugestiones suele ser cuando el sujeto
comienza a salir del estado hipnótico, puesto que se ha comprobado que en esta
fase se alcanza el máximo nivel de profundidad. Se emplea también de una sesión a
otra, sugiriéndole al sujeto, por ejemplo: "... el próximo día, entrarás en trance más
rápidamente y todavía mucho más profundo que en el que te encuentras ahora...".
Otro ejemplo: "...comprobarás que, cada vez que entres en hipnosis, alcanzarás un
estado cada vez más profundo...". Resulta especialmente eficaz en la tercera o
cuarta sesión.

17. Técnica de profundización hipnótica por


visualizarían de imágenes mentales
La evocación de imágenes mentales, especialmente las que contienen
representaciones visuales, auditivas, gustativas, olfativas y táctiles, sobre todo
cuando se relacionan con un mayor nivel de profundización, es una de las
estrategias más habituales. Es recomendable que las imágenes le sugieran al
sujeto relajación, y que éste las asocie con experiencias positivas de su vida, por lo
que es necesario tener en cuenta sus características y preferencias.

El siguiente script muestra cómo, una vez que el sujeto ha sido inducido
mediante esta técnica, se profundiza en el trance:

"Imagínate que te encuentras paseando por una playa. Es verano, quizás


julio, agosto, por lo que hace calor y sientes ese calor en tu cuerpo. Estás
descalzo y al caminar sientes la arena seca bajo tus pies, la arena está
caliente, muy caliente. Observa el cielo que está totalmente despejado. De un
azul intenso. El sol resplandeciente ilumina todo tu cuerpo y sientes el calor
del Sol sobre tu cara, sobre todo tu cuerpo. Hace mucho calor. Continúas
caminando por la arena seca de la playa, te vas aproximando a la orilla y vas
sintiendo como la arena parece quemar tus pies

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158 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

descalzos, pero ya te encuentras muy cerca de la orilla donde desaparecerá


esa sensación de calor, de un calor intenso en la planta de los pies. Ya te
encuentras a solo diez pasos de la orilla. Uno, dos, tres, con cada paso vas
entrando en un estado cada vez más y más profundo de relajación cuatro,
cinco, seis, tu concentración aumenta y puedes seguir imaginándote y
profundizando aún más, siete, sientes el calor cada vez más intenso bajo tus
pies, la arena quema, se hace casi insoportable. Ocho, ya estás cerca, muy
cerca de la orilla. Nueve y diez, ahora tus pies descansan al tomar contacto
con la arena húmeda y fría, esa arena prensada por efectos del agua. Te
sientes muy a gusto con una sensación muy agradable bajo tus pies. ¡Qué
relax al sentir cómo desaparece poco a poco esa incómoda sensación de
calor!
Mira ahora hacia el horizonte, hacia el mar y siente esa humedad en tus
labios e incluso ese agradable sabor a salinidad. Cerrando los ojos escucha
el batir de las olas, el choque rítmico, hacia delante y hacia atrás. Sientes el
frescor del agua cada vez que una ola viene y moja tus pies descalzos. Te
sientes muy a gusto, muy relajado y muy tranquilo. Escucha los gritos agudos
e intensos de las gaviotas que revolotean.
Continúas dando un paseo tranquilo por la orilla sintiendo el contacto del
agua en tus pies, tus tobillos... con cada paso cubierto de musgo verde como
si de terciopelo se tratase. Te tumbas en ese montículo a descansar. Mirando
hacia el mar. Observas, como si de un espejo se tratase, cómo se refleja el
sol en el agua, comienzas a ver puntos luminosos sobre el mar. ¡Qué
descanso y qué paz!
Ahora empieza a ponerse el Sol. Con cada movimiento del Sol hacia el mar te
relajas más y más intensamente... y cuando el Sol se haya puesto, entrarás
en un profundo, muy profundo estado de hipnosis.
A medida que se va poniendo el Sol, observa cómo el cielo va cambiando su
coloración; cómo se vuelve rojo, carmesí, escarlata...
El Sol continúa bajando, descendiendo, y a medida que lo hace, tú te vas
encontrando más y más profundamente relajado. Ya casi se ha puesto el Sol,
queda muy poco. Baja, baja, baja... bajó. El Sol acaba de desaparecer en el
horizonte y una calma parece invadir todo el cielo mientras va oscureciendo y
van apareciendo las primeras estre-

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Técnicas de profundización 159

lias. Escucha con una mayor intensidad el sonido que producen las olas en el
mar. Estás total y completamente relajado, tranquilo, profundamente
hipnotizado... profundamente... en un estado de hipnosis muy agradable y
muy profundo" (Sezler, 1991).

18. Técnica de profundización hipnótica por


descenso
Generalmente, el movimiento de descenso tiende a asociarse mentalmente con
la ¡dea de profundización y, basándose en este principio, se desarrolla este
procedimiento de descenso para profundizar el estado hipnótico. Con el objetivo de
recrear imágenes de descenso, se utilizan distintas variantes, de las cuales la más
conocida es la técnica del ascensor, que consiste en decirle al sujeto que se
encuentra en una planta alta de un edificio, sugiriéndole que el ascensor irá
bajando. Se le indicará el número de cada piso y se le anunciará que, a medida que
vaya descendiendo, irá entrando en un trance más profundo.
Otra modalidad de esta técnica es la de la escalera, en la que se le sugiere al
sujeto que desciende por un número determinado de escalones, especificándole el
número de los mismos, uno a uno.

Otra técnica mediante la que también se emplean imágenes sugestivas de


descenso es la técnica de la cueva, en la que se le comunica al sujeto que entrará
en una cueva y bajará desde la superficie hasta lo más profundo de ella.
Todas estas variantes tienen en común relacionar la idea del descenso con la
profundización del estado hipnótico. Aunque el nivel de profundidad alcanzado con
cualquiera de ellas sea el óptimo para trabajar con el objetivo terapéutico, es
importante continuar reforzando el trance obtenido durante la sesión e incluso
mantener el nivel de reforzamiento en las sesiones posteriores.
A fin de evitar una disminución de la profundidad alcanzada en algún momento
del proceso hipnótico, teniendo en cuenta que el nivel de profundidad del trance
hipnótico no es estático sino que puede variar, es sumamente importante el
reforzamiento, que constituye uno de los principios de la sugestión hipnótica, ya se
haga de forma directa o indirecta (Grenet, 1992).

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160 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

A continuación haremos una exposición de esta técnica descrita por Kroger


(1965), que consigue la profundización mediante metáforas, a través de los
números del marcador de un ascensor. Es desaconsejable utilizarla en sujetos que
padecen claustrofobia dado su contenido ansiógeno:
"Imagínate que te encuentras en el descansillo de un edificio. Está en la planta
veinte y te dispones a coger el ascensor para descender a la planta baja. Se abren
las puertas del ascensor. Entras en el ascensor. Es un ascensor amplio, muy
iluminado, con un gran espejo. Dentro del ascensor hay un cómodo y confortable
sillón. Te sientas en él. Te encuentras muy a gusto escuchando la música del hilo
musical que hace que te sientas tranquilo. El ascensor está elegantemente
decorado, con un olor muy agradable. Miras hacia el indicador digital de los pisos,
marca el 20. Observa cómo se cierran las puertas y notas cómo el ascensor
comienza a descender lentamente mediante una sensación peculiar en el
estómago. 19... el ascensor va descendiendo, y a medida que lo hace te vas
sintiendo más profundamente relajado e hipnotizado. 18... vas profundizando cada
vez más. 17... cada vez te encuentras mejor. 16... más profundamente relajado. 15...
el ascensor desciende lentamente, sin paradas ni movimientos bruscos. 14... a
medida que continúa descendiendo vas entrando en un trance hipnótico cada vez
más y más profundo. 13... más profundamente tranquilo. 12... cada vez más y más
profundamente hipnotizado. 11... vas entrando en un agradable estado de hipnosis.
10... te encuentras ahora diez veces más hipnotizado que antes. 9... pero continúas
entrando en un estado cada vez mucho más profundo. 8... cada vez más y más pro-
fundo. 7... más y más profundamente hipnotizado, ó... más y más. 5... desciendes
más y más .4... a medida que el ascensor se va acercando a la planta baja tú te
encuentras más cerca de ese estado de profundidad completamente agradable y
relajante. 3... más y más profundo. 2... pro-fun-da-men-te hipnotizado. 1...
hipnotizado, en un estado de trance totalmente profundo. Planta 0, ahora te
encuentras mucho mejor. Puedes escuchar y escuchar todas las sugestiones que a
continuación te transmita".

19. Medida del nivel de profundidad hipnótica


Se han elaborado múltiples escalas no solo para predecir la susceptibilidad
hipnótica, sino también para determinar el nivel de profundidad de trance

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Técnicas de profundización 161

alcanzado por el sujeto, ya sea ligero, medio o profundo, en términos cuantitativos y


cualitativos de los fenómenos hipnóticos. Todas las escalas presentan variaciones
en cuanto al número de niveles y en cuanto al tipo, cantidad y calidad de los
fenómenos descritos en cada uno de ellos. A continuación describiremos algunas
de las escalas de profundidad hipnótica más conocidas.

19.1. Escala de Davis-Husband


Ideada en 1931, resulta una escala práctica al dividir la hipnosis en cinco niveles
mayores de profundidad hipnótica, subdivididos en un total de treinta grados.

PROFUNDIDAD GRADO SIGNOS OBSERVABLES


Insensible hipnoidal 0
1
2 Relajación
3 Temblor en los párpados
4 Cierre de los ojos
5 Relajamiento físico total
Trance leve ó Catalepsia ocular
7 Catalepsia de las extremidades
10 Catalepsias rígidas
11 Anestesia de guante
Trance medio 13 Amnesia parcial
15 Anestesia poshipnótica
17 Cambios de personalidad
18 Sugestiones poshipnóticas simples
20 Alucinaciones sensoriomotoras; amnesia total
Trance profundo 21 Capacidad para abrir los ojos sin afectar el trance
23 Sugestiones poshipnóticas caprichosas
25 Sonambulismo completo
26 Alucinaciones visuales poshipnóticas positivas
27 Alucinaciones auditivas poshipnóticas positivas
28 Amnesias poshipnóticas sistematizadas
29 Alucinaciones auditivas negativas
30 Alucinaciones visuales negativas, hiperestesia

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162 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

La medición de la profundidad mediante esta escala consiste en comprobar a


partir de la sugestión de la catalepsia ocular, la reacción del sujeto a las sucesivas
sugestiones. Si el sujeto responde favorablemente a la sugestión de un grado
determinado, se pasaría al próximo sucesivamente, hasta que emita una respuesta
negativa, lo que finalizaría la medición. El nivel de profundidad lo determinaría el
grado correspondiente a la última sugestión a la que el sujeto responde
positivamente.
Aunque es una escala fácil de utilizar, como apunta Weitzenhoffer presenta
desventajas, como la influencia de cada medición por las anteriores y la alteración
de las siguientes, además de que la capacidad discriminatoria de cada grado no es
la deseable y las sugestiones no están estandarizadas.

19.2. Escala de Friedlander y Sarbin


Esta escala desarrollada por Friedlander y Sarbin en la década de los años 30,
es para Weitzenhoffer la única que tiene validez. Se basa en un procedimiento
estandarizado y está construida con sugestiones inductoras al trance y una serie de
sugestiones de varios efectos.

La puntuación total (un máximo de 20) será la suma de cuatro subpuntuacio-nes


obtenidas de los valores de las respuestas de los sujetos a las sugestiones. Cuanto
mayor sea ésta, mayor será el nivel de profundidad de la hipnosis.

Presenta algunos inconvenientes. Es rígida y es necesario un procedimiento


determinado de inducción y de prueba de sugestionabilidad, que en algunos casos
no es posible ni lo más recomendable.

19.3. Escala de LeCron-Bordeaux


Desarrollada en 1947, utiliza seis divisiones, siendo la última el trance más
profundo (producido excepcionalmente), consta de 50 grados y es de construcción
más finamente subdividida.

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Técnicas de profundización 163

PROFUNDIDAD GRADO SIGNOS OBSERVABLES


Insensible hipnoidal 0 El sujeto no presenta ninguna reacción
l Relajación física
2 Relajación
3 Temblor en los párpados
4 Cierre de los ojos
5 Relajamiento mental
6 Pesadez de las extremidades
Trance leve 7 Catalepsia ocular
10 Respiración más lenta y profunda. Pulso lento.
11 Laxitud acusada (dificultad de movimiento, pensa-
miento o acción)
12 Contracciones espasmódicas de la boca o mandí-
bula durante la inducción
13 Rapport entre sujeto y terapeuta
14 Observación de sugestiones poshipnóticas sencillas
15 Movimientos convulsivos oculares en vigilia
16 Cambios de personalidad
17 Sensación de pesadez en todo el cuerpo
18 Sugestiones poshipnóticas simples
Trance medio 19 Reconocimiento del trance (dificultad para definirlo
pero conciencia del mismo)
20 Inhibición muscular completa (alucinaciones
senso-riomotoras)
Trance profundo 21 Amnesia parcial
22 Anestesia parcial (de guante)
23 Ilusiones táctiles
24 Ilusiones gustativas
25 Ilusiones olfatorias
26 Percepción aumentada de los cambios ambientales
27 Catalepsia completa del cuerpo y las
extremidades
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164 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

28 Capacidad para abrir los ojos sin salir del trance


29 Mirada fija con los ojos abiertos;
dilatación pupilar
30 Sonambulismo
31 Amnesia completa
32 Amnesia poshipnótica
32 Amnesia sistematizada poshipnótica
33 Anestesia completa
34 Anestesia poshipnótica
35 Obediencia a sugestiones poshipnóticas complejas
36 Movimientos incontrolados de las pupilas. Pérdida
de coordinación ocular
37 Sensación de ingravidez, flotación, balanceo, sen-
tirse inflado. Sentimientos de desinterés
38 Rigidez y lentitud en los movimientos y reacciones
musculares
39 Sensación de que el volumen de la voz del tera-
peuta aumenta y disminuye aleatoriamente
40 Percepción y control de las funciones fisiológicas
del cuerpo (ritmo, cardiaco, presión, digestión)
41 Rememoraciones (hipermnesia)
42 Regresión en el tiempo
43 Alucinaciones visuales poshipnóticas positivas
44 Alucinaciones visuales poshipnóticas negativas
45 Alucinaciones auditivas poshipnóticas positivas
46 Alucinaciones auditivas poshipnóticas negativas
47 Estimulación de los sueños
48 Hiperestesias
49 Experimentación de sensaciones coloreadas
50 Condición estuporosa en la cual está dividida
toda actividad espontánea

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Técnicas de profundizado/! 165

La medición se realizaría adjudicando dos puntos a cada signo y la suma total


indicaría el nivel de profundidad alcanzado.
Los autores de esta escala admiten ciertas deficiencias en cuanto a su apli-
cación a casos individuales, ya que los sujetos pueden no evidenciar claramente
los signos específicos del nivel de profundidad en el que se encuentran. No
obstante puede resultar satisfactoria en los casos en los que no sea imprescindible
un gran nivel de precisión.

19.4. Escala de profundidad hipnótica de Duprat


Desarrollada en 1958, presenta una escala de cinco grados de profundidad
hipnótica con sus respectivas manifestaciones objetivas, dándole un número a
cada una de ellas.
PROFUNDIDAD N- M ANIFESTACIONES OBJETIVAS
Muy leve 1 Relajación muscular
(Hipnoldeo) 2 Pesadez general
3 Cierre de los párpados
Leve 4 Catalepsia de los párpados
5 Catalepsia de los miembros
Mediano 6 Catalepsia general
7 Movimiento automático
Profundo 8 Anestesia de planos superficiales
9 Alteración de la sensibilidad
10 Sugestiones poshipnóticas simples
11 Alucinaciones simples
12 Conversar sin despertar
13 Amnesia parcial
Muy profundo 14 Abrir los ojos sin despertar
15 Alucinaciones complicadas
16 Rememoración
17 Movimientos involuntarios
18 Sugestiones poshipnóticas complicadas
19 Alucinaciones poshipnóticas complicadas
20 Anestesia de planos profundos
21 Amnesia total

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166 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

19.5. Inventario de profundidad hipnótica de Field


El Field Depth Inventory (FDI), lleva el nombre de su autor (Field, 1965). Se
administra después de la hipnosis y consta de 38 items a contestar verdadero o
falso y su puntuación refleja el nivel hasta el cual un sujeto experimenta alteraciones
en la conciencia durante la hipnosis.

V F
1. Me pareció como si el tiempo se hubiera detenido
2. Mi brazo tembló y se agitó cuando intenté moverlo.
3. Me sentí aturdido/a.

4. Era consciente solo de aquellas partes de mi cuerpo que se encontraban en


contacto con el sillón (sofá, camilla, diván, etc.)
5. Me pareció que podría haber tolerado el dolor con más facilidad mientras
me encontraba en estado hipnótico.
ó. Podría haberme despertado en el momento en que hubiera querido.
7. Fue una experiencia especialmente agradable para mí.
8. La voz del psicólogo parecía provenir de muy lejos.

9. Intenté resistirme a las sugerencias que el psicólogo me dirigía, pero no pude


conseguirlo.

10. Todo pareció ocurrir de forma automática, sin participación directa de mi


voluntad.
1 1. A veces no sabía en dónde me encontraba.

12. Sentí las mismas sensaciones que generalmente tengo antes de


despertarme por la mañana.
13. Cuando me desperté me sorprendí de que hubiera pasado tanto tiempo.
14. Salí del estado hipnótico antes de que me lo dijeran.

15. Durante el estado hipnótico, sentí que podía comprender mejor y más
profundamente las cosas.
16. Fui capaz de superar algunas o todas las sugestiones.

17. A veces, me sentí profundamente hipnotizado/a y en otros momentos sólo


ligeramente hipnotizado/a.

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Técnicas de profundización 167

l 8. Durante la "cuenta atrás" final, para salir del estado hipnótico, me sentí, por
un momento, profundamente hipnotizado/a.

19. A veces, perdía la noción de que me encontraba en la sesión hipnótica.


20. No perdí en ningún momento el sentido del tiempo.

21. Me pareció una experiencia completamente distinta a la experiencia ordinaria


(vigilia).
22. Podría definir el nivel de profundidad como "mediano".
23. Las cosas me parecieron irreales.
24. Partes de mi cuerpo se movieron sin mi consentimiento voluntario.
25. Me sentí como separado/a de las cosas mundanas.
26. Me pareció como si hubiera pasado mucho tiempo.
27. Me sentí sin ninguna inhibición.
28. En ocasiones, me sentí como si estuviera durmiendo.

29. Fui bastante consciente de lo que ocurría a mi alrededor durante toda la sesión.

30. Todo lo que hice mientras estuve hipnotizado/a podría haberlo realizado sin
haberlo estado.

31 .Aunque lo intenté, no pude evitar hacer las cosas que el psicólogo me


sugirió.

32. Fue una experiencia muy extraña para mí.


33. En ocasiones, me sentí asombrado por lo que ocurría en la sesión.
34. De vez en cuando abrí los ojos.
35. No podía parar mis movimientos una vez que éstos habían comenzado.
36. Me costó mucho mantener la cabeza erguida durante toda la sesión.
37. Mi mente parecía vacía.
38. Me pareció una experiencia misteriosa.

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168 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

19.6. Escala larga de Standford


Denominada también LSS: Long Standford Scale, es descrita por C. T. Tart en
1970. Es una escala de valoración subjetiva que el mismo sujeto puntúa y que le
aporta información inmediata de la profundidad hipnótica en una escala entre los
valores 0 y 10, en la que 0 indica un estado de vigilia normal y 10 un estado
hipnótico muy profundo.

La LSS presenta la ventaja de que su aplicación no distrae a los sujetos ni


interfiere con sus otras respuestas a las sugestiones.

19.7. Escala de Granone


Desarrollada en 1973, establece las siguientes etapas sucesivas para distinguir
los diversos grados de hipnosis:
1. Torpeza general, dificultad en alzar los párpados, pesadez de los miembros
por sugestión.
2. Torpeza general más profunda con principio de catalepsia de breve duración.
3. Sueño ligero y catalepsia de larga duración.
4. Sueño más profundo: Atención concentrada sobre el hipnotizador. El
hipnotizado sólo puede recordar lo que ha transcurrido con el hipnotizador,
cuando se da tal sugestión.
5. Rigidez sugestiva; en este grado también aparece ordinariamente analgesia
sugestiva y cierta amnesia.
ó. Obediencia automática; se opone a la obediencia pasiva absoluta la particular
personalidad del sujeto; amnesia más profunda, pero no siempre absoluta.
7. Alucinación positiva, sonambulismo, amnesia completa espontánea.
8. Alucinación positiva durante el trance y poshipnótica; posibilidad de realizar a
una distancia de bastante tiempo de la sesión hipnótica, las órdenes que se
han dado durante la misma sesión, y de efectuar intensas "somatizaciones"
sugestivas.

© Editorial EOS
Técnicas de profundización 169

20. Utilidad de las medidas de profundidad


A pesar de que las escalas muestran ciertas deficiencias, resultan útiles
especialmente en investigación. En cuanto a su utilidad terapéutica quedará a
criterio del clínico la utilidad de la elección de una determinada escala que le
permita determinar el nivel de profundidad hipnótica para alcanzar sus objetivos
terapéuticos.
Resulta interesante tener en cuenta la valoración subjetiva del sujeto respecto al
nivel de profundidad alcanzado, aún cuando la información puede no ser fiable por
estar condicionada por sus necesidades, deseos, motivaciones, etcétera, ya que
puede aportarnos información.

Con frecuencia, la profundidad de la hipnosis no tiene por qué ser paralela a los
resultados terapéuticos logrados por medio de las sugestiones. Generalmente,
exceptuando algunos casos, resulta suficiente un nivel medio de hipnosis para
llevar a cabo el tratamiento terapéutico. Lo cierto es que ninguna medida suplirá la
pericia y experiencia del terapeuta que le permitirá saber el nivel de profundidad en
el que se encuentra el paciente y decidir qué técnicas hipnóticas ha de utilizar en
cada caso.

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Sugestiones poshipnóticas
y técnicas de
deshipnotización
9
Carlos Ramos Gascón

Consideramos que, siempre desde un punto de vista psicoterapéutico, las


sugestiones poshipnóticas y el proceso de deshipnotización constituyen en realidad
una de las fases esenciales de la sesión de hipnosis, si bien existe una bibliografía
mucho más amplia de otras fases, particularmente de la inducción y profundización
del estado de trance.
Tal como las hemos definido en una obra anterior, Ramos (2002), consideramos
que las sugestiones poshipnóticas son aquellas que se imparten dentro del estado
de trance para ser ejecutadas fuera de éste; es decir, una vez el sujeto ha
despertado.
En cuanto al proceso de deshipnotización o del despertar del trance hipnótico,
como explicaremos en el apartado correspondiente, lo consideramos de
importancia capital para un adecuado aprovechamiento de la sesión de hipnosis, en
el contexto de una psicoterapia coherente.

Desarrollaremos, pues, el presente capítulo en dos apartados:


1) Las sugestiones poshipnóticas.
2) El proceso de deshipnotización.

1. Las sugestiones poshipnóticas


A diferencia de lo que sucede con el despertar del trance, la bibliografíca
específica referente a las sugestiones poshipnóticas es muy numerosa Referencias
como las de Cass (1942), Furst (1969), Bowers & Brennenman (1976), Jackson,
Gass & Camp (1979), Van Denburg & Kurtz (1989) o, más recientemente, Tobis &
Kihlstrom (2010), entre otros muchos autores, nos ilus-

© Editorial EC
172 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

tran sobre el interés -por otra parte, merecido- por investigar desde múltiples
enfoques la importancia de las sugestiones poshipnóticas.
Por su claridad expositiva, y tal como hicimos en nuestra obra anterior, nos
guiaremos por la contribución de Furst (1969) sobre el tema.
Las sugestiones poshipnóticas tienen un valor terapéutico esencial. La
explicación radica en que constituyen el medio más directo para establecer un
puente entre el dentro y fuera del estado de trance, y, lo que tiene una importancia
aún mayor, entre el dentro y fuera de la sesión clínica.
En nuestra experiencia clínica, hemos observado con frecuencia que incluso
pacientes que caen casi espontáneamente en trance hipnótico de notable
profundidad, sin embargo, al emerger de su estado y reintegrarse a su vida diaria,
su buen desempeño hipnótico no se ve por sí mismo acompañado -como
ingenuamente cabría esperar- de la correspondiente mejoría en sus problemas
motivo de consulta, excepto si tenemos cuidado de impartir sugestiones
poshipnóticas con un cierto proceder, y siempre teniendo en cuenta la idiosincrasia
de cada caso.
Este hecho lo hemos venido observando especialmente en el tratamiento
mediante hipnosis de determinadas disfunciones sexuales, así como en casos de
fobia social.
Específicamente en los casos de fobia social, nos hemos encontrado con
frecuencia que suelen ser lo que se viene denominando "buenos sujetos hip-
nóticos", y sin embargo presentan una gran resistencia a actualizar en su vida diaria
las sugestiones que se les imparte durante el trance hipnótico.
En este sentido el valor principal de las sugestiones poshipnóticas radica en que
posibilitan salvar esta brecha entre el estado de trance y su vida diaria en la que se
debe ir reflejando el progreso terapéutico.
Dicho de otro modo, las sugestiones poshipnóticas deben ser facilitadoras de
nuevas experiencias enriquecedoras para el paciente, tanto en el estado de trance
como en su conducta fuera de la sesión y, precisamente, en aquellos aspectos
disfuncionales que han motivado la solicitud de terapia.

Escribimos "tanto en el estado de trance" porque, en efecto, una de las más


importantes -y no suficientemente señaladas- aplicaciones de las suges-

© Editorial EOS
Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 173

tiones poshipnóticas consiste en el acondicionamiento del paciente con vistas a


futuras sesiones de hipnosis, a fin de ir mejorando su desempeño durante el estado
de trance.
Pero, en definitiva, lo que importa es la progresiva superación de sus síntomas, y
que ello le permita un comportamiento más libre y una mayor calidad de vida.

Puede ocurrir que el paciente durante la sesión de hipnosis se sienta liberado de


sus manifestaciones patológicas, pero se muestre incapaz de transferir este
progreso a su conducta cotidiana, es decir, a su vida personal, familiar y social. Las
sugestiones poshipnóticas cobran aquí todo su valor para ayudarle a transferir y
actualizar en su vida exterior lo que ha podido ya experimentar en el contexto de la
sesión de hipnosis.

Furst (l 969), en un excelente trabajo sobre el tema, especifica las características


que deben tener las sugestiones poshipnóticas correctamente empleadas:
a) Deben estar formuladas en términos positivos. Lo correcto es sugerirle al
paciente que "...en la situación X, usted va a actuar con seguridad...", siendo
un error sugerirle "...no se va a poner nervioso..."
b) Las sugestiones poshipnóticas deben estar claramente orientadas al com-
portamiento futuro del paciente, y estando ya fuera del trance hipnótico.
c) Asimismo, continúa Furst, las sugestiones poshipnóticas deben enfocarse en
un único problema, lo más concreto posible, cada vez.

Las recomendaciones de Furst son de gran utilidad para el buen desarrollo de


las sugestiones poshipnóticas. A nuestro juicio, el punto fundamental que subyace
-y que en ocasiones se olvida- es el siguiente: La persona bajo trance hipnótico
tiende a recibir los mensajes que se le imparten de forma literal y afirmativa. Esto
quiere decir que, aunque conscientemente se entienda sin dificultad la formulación
negativa de la sugestión, inconsciente y emocio-nalmente no se procesa así. Al
contrario, tenderá a asumir la intranquilidad ante la situación X, pongamos por caso,
como si así se hubiera afirmado. La formulación negativa de sugestiones
-poshipnóticas o no- únicamente tiene sentido en los casos de sugestiones con
intencionalidad paradójica y/o en los que se pretende inducir determinados estados
de confusión, con finalidad

© Editorial EOS
174 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

terapéutica, evidentemente. Lo habitual y más aconsejable es impartir sugestiones


positivas.
Siguiendo con nuestras interpretaciones a propósito de las recomendaciones de
Furst, creemos oportuno hacer algunas observaciones en cuanto a la temporalidad
de la sugestión poshipnótica, en razón de la literalidad que, según hemos apuntado,
suele presentar el sujeto bajo trance.
Según esto, es erróneo, o al menos no lo más aconsejable, sugerirle "...se
sentirá cada vez más tranquilo..." siendo más correcto impartirle sugestiones del
tipo siguiente: "A partir de ahora, y cuando despierte, y cada vez que se encuentre
en la situación X, se va a sentir más tranquilo".

Es, pues, importante perfilar y concretar todo lo posible el contexto de la


sugestión poshipnótica, evitando formulaciones ambiguas. Nuestro criterio en este
punto es que debemos concretar el marco en el que ha de funcionar la sugestión
poshipnótica, tanto en el aspecto situacional (¿dónde, en qué lugar o situación debe
sentirse y actuar el paciente con tranquilidad y seguridad?, "...en la situación X"),
como, especialmente, en el temporal.

En lo que se refiere al aspecto temporal de la sugestión poshipnótica, es


preferible utilizar una temporalidad próxima y concreta, en lugar de una formulación
temporal indefinida. Es por esto por lo que, en nuestro ejemplo, hemos utilizado la
forma temporal "...se va a sentir...", considerándola mucho más eficaz que la de
"...se sentirá...", o "...sintiéndose..." o formulaciones similares.
Estas formulaciones verbales, además, tienen un componente de actividad -en
concreto, la activación psicomotriz- que nos parece de la mayor importancia, tanto
para el éxito de las sugestiones hipnóticas, en cualquiera de sus fases, como en el
tema que nos ocupa, o para el proceso del despertar, tal como expondremos en el
siguiente apartado.
El tercer consejo de Furst, en cuanto a impartir sugestiones poshipnóticas
enfocadas a un único problema por vez, también merece nuestro comentario. En
efecto, lo más frecuente es que el paciente acuda en demanda de terapia por un
conjunto de síntomas, y no uno único. Enredarnos en toda la constelación de
síntomas, situaciones vitales problemáticas y quejas en el siempre delicado proceso
de impartir sugestiones poshipnóticas, sería escasamente

© Editorial EOS
Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 175

productivo. Por esta razón es correcto, en principio, pensar que lo más eficiente
desde el punto de vista terapéutico, es orientar las sugestiones poshipnóticas a la
superación de una dificultad concreta.
Ahora bien, consideramos que tampoco es lo más aconsejable formularlas
enfocándolas a un único problema -el problema oficial- o, dicho de otra manera,
apuntándolas a tiro fijo.
Según nuestras observaciones, existe el riesgo de que al impartir sugestiones
poshipnóticas se coloque al paciente en una situación artificialmente unidireccional.
Es inverosímil, como demuestra una y otra vez la experiencia, que el paciente acuda
a terapia con un único problema en abstracto. Todo lo contrario: el problema oficial
de consulta y demanda de terapia se inserta y entreteje con otros factores
problemáticos que le preocupan igualmente.
La explicación es que cada problema que el paciente trae a terapia se inscribe,
como acabamos de explicar, en un contexto humano de notable complejidad. Esta
complejidad -que en la mayoría de los casos deberíamos denominar complicación-
obliga al paciente a orientarse como puede en la circunstancia orteguiana que le es
propia. Esta es la realidad. Por ello pensamos que lo más aconsejable es combinar
la concreción de las sugestiones poshipnóticas con un cierto marco de expectante
inconcreción.
Así, en el ejemplo que hemos expuesto más arriba, en el caso de que la situación
X consista en la dificultad para hablar en público, será más constructiva la sugestión:
"...cuando hable ante un grupo de personas va a sentirse y actuar..." que
sugerirle: "... cuando hable con dos o más personas desconocidas actuará..."
La clave está en que el sujeto pueda elaborar por sí mismo y con flexibilidad el
marco en el que tendrá efecto la sugestión poshipnótica. Esto le permitirá irla
ajusfando espontánea e inconscientemente a cada situación problemática que se le
presente.

El cuarto consejo de Furst se refiere a la importancia de que la sugestión


pos-hipnótica implique "un cierto grado de progreso". Aquí nos encontramos con
dos factores: una gradualidad inherente a la sugestión y, de nuevo, una actitud
expectante en la que la sugestión se va a poder cumplir. Esto se explica porque

© Editorial EOÍ
176 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

el paciente responde a las sugestiones en función de un complejo conjunto de


variables, por lo que es aconsejable formularla en un contexto situacional flexible,
debiéndose cumplir a corto plazo. Concretando lo que exponemos:
a) Combinar dos o más factores problemáticos que el paciente haya asociado,
aun sin darse cuenta, al explicar su problema. Dicho de otra manera, suele
ser más eficiente orientar la sugestión poshipnótica a la interacción entre dos
o más variables del problema planteado. Este proceder puede permitir a la
sugestión poshipnótica tener un mayor radio de acción.
b) Establecer una finalidad específica de la sugestión. No con una intención
racionalmente explicativa, sino orientada a la dinamización emocional del
paciente.

Conforme a estas indicaciones, puede ser una buena sugestión poshipnótica la


siguiente:
"A partir de mañana, y cada vez que se encuentre en la situación X, se va a
sentir más tranquilo, y va a respirar plácidamente, al hablar
con aplomo a Luis, para lograr con más facilidad su objetivo Y"

Las expresiones clave implicadas en las sugestiones poshipnóticas, como, por lo


demás, en cualquier otro tipo de sugestiones, deben ajustarse en función del propio
estilo y vocabulario habitual del paciente. Expresiones como "respiración plácida" o
"aplomo", pueden ser sustituidas por formulaciones sinónimas, de acuerdo con las
palabras que el paciente utilice normalmente para explicar su problema.

Lo que queremos transmitir en nuestro análisis es que es importante cuidar la


estructura y vocabulario de las sugestiones, especialmente las pos-hipnóticas, ya
que de ellas depende que el paciente pueda obtener beneficios terapéuticos.
Asimismo, como subrayamos en nuestro trabajo anteriormente citado, las
sugestiones poshipnóticas deben contribuir a crear una situación nueva en el
contexto del problema oficial que el paciente trae a consulta. Se trata, más
concretamente, de crearle la expectativa de un nuevo clima emocional que le
permita un comportamiento más constructivo y espontáneo.

© Editorial EOS
Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 177

En cuanto a la profundidad del trance versus eficiencia de las sugestione: poshipnóticas,


autores del prestigio de Wolberg (1948) y de Weitzenhoffe (1964) sostuvieron el criterio de
que a mayor profundidad hipnótica, mejo cumplimiento de las sugestiones poshipnóticas.

Nosotros mismos, en nuestra obra anteriormente citada, exponíamos que las


sugestiones poshipnóticas, para su adecuado desarrollo, requieren ur grado de hipnosis
más profundo que las habituales impartidas en el interior de trance, lo que podríamos
denominar sugestiones intrahipnóticas, es decir, k que clásicamente denominamos
sugestiones, en distinción de las poshipnóti cas. La realidad, a la luz de nuestra experiencia
actual, es que aún cuandc pueda ser cierto en determinados casos, no es necesariamente
cierto en otros

Nuestra postura actual es que existe un mito en cuanto a la profundidac de la hipnosis,


dependiendo en mucha mayor medida del proceder que s< ha seguido a lo largo de todo el
desarrollo de la dinámica del trance. Ei algunos casos puede ser determinante el grado de
profundidad. Pero er otros, pensamos que es más importante formular las sugestiones
poshipnóti cas en un contexto de hipnosis activa.

Creemos importante comprender lo que sigue:

- Tanto las sugestiones poshipnóticas que se suelen impartir al final de le sesión, como
el proceso del despertar de la hipnosis deben ser cor, gruentes con todo el curso que
se haya seguido desde la inducción, c la profundización, sugestiones en trance y,
muy en particular, con e contexto poshipnótico en el que estas sugestiones se deben
realiza para cumplir su finalidad terapéutica.
- Tal como expusimos minuciosamente en nuestra anterior obra, si segui mos, por
ejemplo, el ritmo respiratorio del paciente para todo el desarre lio hipnótico anterior, lo
aconsejable es que lo sigamos igualmente pare impartir las sugestiones
poshipnóticas y para el proceso de despertar.
- Igualmente podemos afirmarlo, por poner otro ejemplo, respecto de lo procesos de
imaginería mental que propone Fezler (1989). El sentide común aconseja seguirlos
de forma coherente de principio a fin, pen también asegurándonos de que el paciente
sigue con cierto grado di atención el desarrollo de las imágenes que se le van
sugiriendo.

© Editorial EO:
Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 177

En cuanto a la profundidad del trance versus eficiencia de las sugestiones


poshipnóticas, autores del prestigio de Wolberg (1948) y de Weitzenhoffer (1964)
sostuvieron el criterio de que a mayor profundidad hipnótica, mejor cumplimiento de
¡as sugestiones poshipnóticas.
Nosotros mismos, en nuestra obra anteriormente citada, exponíamos que las
sugestiones poshipnóticas, para su adecuado desarrollo, requieren un grado de
hipnosis más profundo que las habituales impartidas en el interior del trance, lo que
podríamos denominar sugestiones intrahipnóticas, es decir, lo que clásicamente
denominamos sugestiones, en distinción de las poshipnóticas. La realidad, a la luz
de nuestra experiencia actual, es que aún cuando pueda ser cierto en determinados
casos, no es necesariamente cierto en otros.

Nuestra postura actual es que existe un mito en cuanto a la profundidad de la


hipnosis, dependiendo en mucha mayor medida del proceder que se ha seguido a lo
largo de todo el desarrollo de la dinámica del trance. En algunos casos puede ser
determinante el grado de profundidad. Pero en otros, pensamos que es más
importante formular las sugestiones poshipnóticas en un contexto de hipnosis
activa.

Creemos importante comprender lo que sigue:


- Tanto las sugestiones poshipnóticas que se suelen impartir al final de la
sesión, como el proceso del despertar de la hipnosis deben ser congruentes
con todo el curso que se haya seguido desde la inducción, a la
profundización, sugestiones en trance y, muy en particular, con el contexto
poshipnótico en el que estas sugestiones se deben realizar para cumplir su
finalidad terapéutica.
- Tal como expusimos minuciosamente en nuestra anterior obra, si seguimos,
por ejemplo, eí ritmo respiratorio del paciente para todo el desarrollo hipnótico
anterior, lo aconsejable es que lo sigamos igualmente para impartir las
sugestiones poshipnóticas y para el proceso de despertar.
- Igualmente podemos afirmarlo, por poner otro ejemplo, respecto de los
procesos de imaginería mental que propone Fezler (1989). El sentido común
aconseja seguirlos de forma coherente de principio a fin, pero también
asegurándonos de que el paciente sigue con cierto grado de atención el
desarrollo de las imágenes que se le van sugiriendo.

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178 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

En el manejo de las sugestiones poshipnóticas consideramos como lo más


adecuado evitar la pasividad, favoreciendo la actitud activa del sujeto que
experimenta el trance hipnótico.
Hay que tener en cuenta que la persona que acude en demanda de terapia, sufre
por lo general su problema -el que sea- en vivo, despierto y en movimiento, mal que
le pese, con independencia de cómo lo verbalice.
Esto quiere decir que experimentará y actuará en el contexto de su problema unas
veces hablando, otras en silencio, escuchando a los demás o a sí mismo,
moviéndose o estando quieto... y casi siempre con los ojos abiertos.
Sin embargo, en la situación hipnótica clásica, nuestro paciente se encuentra
con que estamos tratando de actuar sobre ese mismo problema sumiéndole en una
praxis hipnótica que nada tiene que ver con su praxis cotidiana. De hecho, en
muchas ocasiones, el clínico que utiliza la hipnosis debería preguntarse si el
paciente se duerme en virtud de su presunta habilidad hipnótica o en función de lo
que, con toda propiedad, podemos denominar proceso de hipnoaburrimiento, en el
que consiente sumirse muelle y agradablemente, con la ingenua creencia de que la
hipnosis es necesariamente así, y esto redundará en su beneficio.
Esta praxis hipnótica clásica, por su frecuente ineficacia terapéutica -al menos en
los tiempos actuales- ha recibido merecidas críticas, y como consecuencia se han
venido desarrollando otros enfoques.
Partiendo de los anteriores trabajos de Wells, en 1924, nos referimos,
específicamente, a la denominada hipnosis activa-alerta (Bányai & Hilgard,l97ó;
Araoz, l 985; Bányai, Zseni & Túri, 1993) también llamada hipnosis despierta, y sus
variantes, en la que se pretende conjugar el estado hipnótico con una actitud
-precisamente- "despierta" por parte del paciente. En España ha experimentado
desarrollos conceptuales posteriores que pueden englobarse bajo el Modelo de
Valencia de Hipnosis Despierta (Alarcón & Capafons, 2006).
En el caso concreto del Modelo de Valencia, las características son:

- Que la persona mantenga los ojos abiertos.


- Evitar las sugestiones de sueño o relajación, y en su lugar, actividad y
expansión mental.

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Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 179

- Que la persona hipnotizada pueda hablar con fluidez, caminar y realizar


tareas cotidianas, mientras experimenta las sugestiones hipnóticas.
- Evitar sugestiones relacionadas con trance, alteración de conciencia y
expresiones similares, vigilando el vocabulario para presentar la hipnosis
como una estrategia general de afrontamiento.

En nuestra opinión, estos modelos brindan alternativas que pueden ser


realmente útiles respecto del modelo hipnótico clásico, cuyo trasfondo deci-
monónico y militar encaja difícilmente en los tiempos que corren: el sujeto o paciente
debía dormirse, mostrarse típicamente pasivo y obedecer sumisamente las
sugestiones -hipnóticas o poshipnóticas, o de cualquier otro tipo-por absurdas que
fueren.
Ahora bien, dicho lo anterior, tampoco nos acaban de convencer modelos
hipnóticos como el de Valencia, en el que nos parece observar una actitud ambigua
ante la hipnosis, quedando ésta diluida en un proceder cuyos límites quedan aún
más borrosos que en los de la polémica cuestión de estado: ¿Qué podemos
entender por "expansión mental"? ¿Y por "una estrategia general de
afrontamiento"?

En cuanto a la cuestión de que "la persona mantenga los ojos abiertos", nuestro
parecer es que una cosa es tenerlos "abiertos" (o "cerrados"), por principio y
sistema, y otra como recurso. Pensamos que lo más indicado es tener una postura
flexible, utilizando tanto los recursos hipnóticos clásicos como los modernos según
convenga en cada caso y situación particulares, sin necesidad de fundar ningún
nuevo sistema hipnótico en particular. Por ello, consideramos que con frecuencia, y
siempre en función de cada caso, es útil emplear la metodología tradicional en las
fases de inducción y primera parte de la profundización hipnótica, para, a
continuación, y como desarrollo natural del proceso hipnótico, ir entrenando al
paciente en la progresiva movilización dentro del estado de trance, abordando
posteriormente el proceso poshipnótico y el proceso de despertar. Por nuestra parte,
el conjunto del proceso hipnótico en todas sus gradaciones, y sin ánimo de
protagonismos intentando acuñar ningún nuevo término, preferimos denominarlo
-por sencillas razones de comodidad- hipnosis activa.

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180 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Es decir, en nuestra opinión, una vez logrado el encendido hipnótico -en


acertada expresión de Othmer & Othmer (201 1)- y alcanzado un adecuado grado
de profundización, el paciente debe experimentar y colaborar de forma activa en el
proceso de trance comportándose con naturalidad. Con lo que podríamos
denominar su propia naturalidad hipnótica, que en la mayoría de las personas tiene
un estilo propio y diferente a su naturalidad cotidiana, como puede ser relacionarse
con su familia o compañeros de trabajo, por no mencionar conducir el coche.
Numerosos autores, entre ellos algunos del prestigio de Erickson o Weitzenhoffer,
han venido señalando que el sujeto hipnótico, en su actuación, suele comportarse
con una cualidad flotante, como si estuviese narcotizado, y probablemente con un
tiempo de reacción más lento.
Desarrollando nuestro proceder y enfocándolo a las sugestiones poshipnó-ticas,
aconsejamos -una vez logrado el encendido hipnótico y el conveniente grado de
profundización- impartir al sujeto sugestiones del tipo siguiente:
"... cuando yo dé la señal Z sus párpados se van a sentir, más ligeros y abrirá los
ojos. Y va a experimentar su estado actual más libre y luminoso (o brillante). Y
entonces vamos a hablar de cómo puede actuar (o sentirse) en la situación X".
Nuestra postura, como venimos exponiendo, es que de la misma forma que el
paciente experimenta el problema que le lleva a consulta actuando, su proceso de
terapia hipnótica debe desarrollarse asimismo dentro de una determinada actividad.
Dicho con otras palabras, esto significa que la práctica hipnótica habitual,
sumergiendo al paciente en lo que ya hemos denominado hipnoaburrimiento
("...cierre los ojos, duérmase, relájese profundamente, etc.") y dejándole en este
estado a lo largo de la sesión hasta el momento de despertar, debe ser sustituida
por un proceso hipnótico progresivamente activo.
Activo en todas sus fases (pues aun con los ojos cerrados, debemos asegurarnos
que atiende y colabora mentalmente en la dinámica de las sugestiones) y
particularmente en la correspondiente a las sugestiones poshipnóticas. Lo mismo
podemos decir del proceso de despertar, que abordaremos en el apartado
siguiente.

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Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 181

Evidentemente, cada caso requiere una estrategia particular. Pero hemos de


comprender que la vastísima bibliografía en el campo de la hipnosis se refiere, por lo
general, a la profunda hipnopasividad del paciente, es decir, lo que hemos
denominado el tedioso y escasamente productivo hipnoaburrimiento.
Consideramos, pues, incongruente desarrollar un proceso hipnótico clási-
camente pasivo y, sin mayor preparación, impartirle al paciente sugestiones
poshipnóticas que deberá poner en práctica una vez hayamos procedido a
despertarle del trance hipnótico.

Aconsejamos, por el contrario, que las sugestiones poshipnóticas se impartan,


en la mayoría de los casos, teniendo el paciente los ojos abiertos, y desarrollando
algún tipo de actividad.

Ahora bien: ¿Qué actividad hipnótica puede ser ésta?


Repasando la bibliografía sobre esta cuestión, la que denominamos hipnosis
activa -el sujeto actúa en estado de trance y sin despertar, incluso sugiriéndole que
al actuar su proceso hipnótico se hará más profundo- nos encontramos que en la
mayoría de los tratados sobre hipnosis clínica se pasa de puntillas sobre este tema.
Sí podemos citar a autores del prestigio de Wolberg (l 948, 1964), Weitzenhoffer (l
964) o Edgette & Edgette (l 995), quienes lo trataron de forma explícita y con cierto
detalle: cómo el paciente puede abrir los ojos, hablar o moverse permaneciendo en
trance hipnótico, o igualmente, produciendo ilusiones y alucinaciones hipnóticas.
Dado que lo esencial es que el paciente colabore en el contexto de la interacción
hipnótica, uno de los procedimientos más frecuentes y utilizados actualmente es el
de la señalización ideomotora que, aunque suele mencionarse con mayor
frecuencia en las fases intermedias de la hipnosis, aquí nos interesa subrayar su
utilidad para la correcta administración de las sugestiones poshipnóticas y su
cumplimiento en la vida cotidiana del paciente. Los métodos ideodinámicos cuentan
con una amplia bibliografía: LeCron (1967), Weitzenhoffer (1964), Elman (1964),
Rowley (1986), Karle & Boys (1987), Rossi & Cheek (1988), Yapko (2003), entre
otros, se han ocupado del tema.

En concreto, la señalización digital ideodinámica ofrece, entre otras posi-


bilidades, tal como han señalado Rossi y Cheek (1988), la de facilitar el acceso a
contenidos inconscientes, o bien brindar información a la que es

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182 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

difícil acceder verbalmente. Asimismo, es posible con esta técnica, en palabras de


Hawkins:
"Al usar los métodos ideodinámicos, el terapeuta, en colaboración con el
paciente, puede "controlar" el nivel de disociación y, por consiguiente, el
grado de distanciamiento emocional y de catarsis asociada". (Hawkins, l 998).

Ahora bien, tratándose de las sugestiones poshipnóticas y el acondicionamiento


del paciente para después del trance, en nuestra práctica procuramos actuar como
sigue:

- Tratándose de este tipo de sugestiones, las poshipnóticas, debemos evitar su


formulación sin aviso previo. Al contrario, obraremos juiciosamente
asegurándonos que el paciente da su consentimiento, encontrándose
preparado para recibirlas y colaborar de forma activa en el proceso
poshipnótico.
- Aclarado el punto anterior, lo más adecuado es formularlas mientras el
paciente se halla realizando actividades sencillas en consulta. Por actividades
sencillas entendemos comportamientos que impliquen un cierto grado de
activación psicomotora, ya se trate de la motricidad global como, por ejemplo,
pasear lentamente por el despacho, o realizar alguna actividad sistemática
simple -principalmente, implicando la motricidad fina- con actividades tales
como realizar determinados ejercicios de grafomotricidad, seguir unos
compases musicales imaginarios, o, sencillamente, escribir o dibujar... en
tanto que el paciente atiende a las sugestiones poshipnóticas que se le van
impartiendo. En cierta ocasión, a una paciente aficionada a hacer ganchillo, le
sugerimos que sus dedos podían reproducir por sí mismos, de manera
automática y autónoma -disociada- los movimientos propios de esta labor. El
punto clave es comprender que estas actividades las realiza el paciente en
buena parte en función de los automatismos asociados a la memoria
fisiológica. Siguiendo con este ejemplo y ampliándolo a otros similares, uno
puede "no saber o recordar" cómo se realizan determinados movimientos
habituales que se tienen ya interiorizados por una larga práctica -atarse los
zapatos, hacer el nudo de la corbata o marcar determina-

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Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 183

dos pasos de baile- pero el cuerpo, y con frecuencia, los dedos, "sí lo saben y
recuerdan". Aprovechar estos automatismos cotidianos en el contexto de la
disociación hipnótica, puede ser de gran utilidad a la hora de impartir
sugestiones poshipnóticas. En palabras de Yapko (l 999), lo que caracteriza a
los fenómenos hipnóticos de disociación es la separación -disociación- entre
la mente consciente y la inconsciente: así, la atención consciente y voluntaria
puede ser captada por el proceso hipnótico, pudiendo irse liberando, de forma
controlada, determinados automatismos y procesos inconscientes.
- Una vez establecido el condicionamiento ideomotor ("...cada vez que se le
levante el dedo índice izquierdo va a sentir bienestar y aplomo..."), le
sugerimos la realización de cualquier actividad sencilla de las ya descritas, sin
relación con su problema, y que ha de ser ejecutada con mayor lentitud de lo
habitual.
- Mientras el paciente se halla realizando estas actividades bajo trance,
procedemos a impartirle las sugestiones poshipnóticas. Al mismo tiempo,
debe colaborar evocando y activando la vivencia ideomotora sugerida que le
servirá de "puente" para su vida diaria.

Evidentemente, este procedimiento implica que el paciente haya sido pre-


viamente entrenado en la práctica de la señalización ideomotora en movimiento, es
decir, dentro del proceso hipnótico, pero fuera del estado clásico de pasividad. De
esta forma, tendemos un puente a fin de que las sugestiones poshipnóticas que se
impartan dentro del proceso de trance puedan materializarse fuera, es decir,
posteriormente y sobre la marcha, en la vida cotidiana del paciente, actuando con
naturalidad.
Así pues, aconsejamos que el clínico aborde las sugestiones poshipnóticas de
forma decidida y natural, en el contexto del comportamiento normal y activo del
paciente en el que se inscribe el problema que le trae a consulta.
Si, por ejemplo, se trata de una persona cuyo motivo de consulta es su
incapacidad para hablar en público, le ayudará muy poco que le impartamos
sugestiones poshipnóticas en el estado clásico y antes descrito, cuando en su
situación real experimenta -de forma muy doloroso, por cierto- su problema con los
ojos abiertos, teniendo que gesticular y hablar con normali-

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184 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

dad, etc., ante sus oyentes. Lo congruente y aconsejable es que reciba y


metabolice las sugestiones poshipnóticas con una actitud activa -y no pasiva,
como ya hemos explicado que es lo que suele suceder en la hipnosis tradicional o
formal- que le facilite incorporar nuevas estrategias para desenvolverse mejor en
su conducta problemática.

Además de las ventajas terapéuticas que hemos explicado, se reconocen por la


mayoría de los autores otras dos ventajas de las sugestiones poshipnóticas:
Posibilita un mejor y más profundo rendimiento hipnótico en futuras induc-
ciones. Esto se pone particularmente de relieve en el método de hipnosis frac-
cionado descrito por Weitzenhoffer (l 964), en el que, justo antes del despertar, se
le sugiere al paciente que en la rehipnotización que tendrá lugar breves minutos
después, caerá más rápida y profundamente en estado de trance. Es igualmente
interesante emplearla de una sesión a otra, sugiriendo que «... en la próxima
sesión, para el día X, usted caerá más rápidamente en hipnosis y en un trance
mucho más profundo...».
Otra de sus aplicaciones más frecuentes es la del entrenamiento en
autohipnosis. Se proporciona al sujeto una señal que, a partir de ese momento, le
permitirá entrar en trance hipnótico siempre que lo necesite. Hay que advertir que
el proceso de la autohipnosis es más difícil que el de la hipnosis inducida por un
experto, por lo que en este caso, mediante una sugestión poshipnótica dada, el
proceso de la autohipnosis se realiza con una mayor fluidez. El método clásico es
llevar al paciente a un trance profundo y suministrarle entonces las sugestiones
poshipnóticas que, en lo sucesivo, le permitirán entrar en autohipnosis. Como
juiciosamente aconseja Weitzenhoffer, la señal poshipnótica (palabra, frase,
imagen, gesto...) debe ser sencilla, pero de tal naturaleza que no pueda ser
inconsciente o casualmente utilizada por el sujeto o personas que lo rodean con
resultados imprevisibles. Deben, por tanto, evitarse desencadenantes hipnóticos
que aparezcan con frecuencia en la vida normal del paciente.
Asimismo, cuestión a tener en cuenta es que las sugestiones poshipnóticas no
tienen un efecto permanente, sino que su eficacia tiende a disminuir con el
transcurso del tiempo. Por ello, hay necesidad de un refuerzo periódico para que
no se vaya diluyendo. Por el contrario, reiterando la misma sugestión pos-hipnótica
dentro del mismo trance y de una sesión a otra, su efecto suele verse

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Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 185

incrementado. De esta forma, este tipo de sugestiones contribuyen a la adquisición


de nuevas pautas de conducta, a la eclosión de cambios emocionales y a su
estabilización en la vida cotidiana del paciente. Ni qué decir tiene, el contenido de
las sugestiones debe estar en armonía con la personalidad del paciente, su escala
de valores y expectativas terapéuticas, pues de otro modo se pueden generar
resistencias que hagan imposible su cumplimiento.

Como regla general, las sugestiones poshipnóticas requieren un grado más


profundo de hipnosis que las sugestiones normales cuyo cumplimiento tiene lugar
en el contexto del trance hipnótico. Como hemos dicho antes, es recomendable
repetir su formulación dentro de la misma sesión de hipnosis para crear la adecuada
dinámica que asegure su ejecución después del trance. Se debe empezar con
sugestiones poshipnóticas sencillas, que se irán haciendo progresivamente más
difíciles. La alternancia sueño/vigilia, típica del método fraccionado, se basa en el
efecto de las sugestiones poshipnóticas.
Ahora bien, aunque, como hemos dicho antes, es recomendable que las
sugestiones poshipnóticas se impartan en un mayor grado de profundidad, en tanto
que norma general, lejos de ser absoluta, conviene matizarla. En efecto, en muchas
ocasiones sigue gravitando sobre la práctica hipnótica el mito de la profundidad,
cuando es perfectamente posible proceder a sugestiones poshipnóticas eficientes
desde un nivel medio, incluso ligero, de hipnosis. Lo esencial aquí, más que el grado
de profundidad, es la calidad de la interacción hipnótica, entendiendo el proceso de
la hipnosis como una especial relación y colaboración entre el terapeuta y el
paciente.
También tienen importancia clínica las cuestiones relacionadas con la amnesia y
la hipermnesia. Aunque no es imprescindible, la realidad es que la mayor parte de
los autores están de acuerdo en que las sugestiones pos-hipnóticas son más
eficaces si van acompañadas de la correspondiente amnesia de la sugestión
formulada. De hecho, la amnesia constituye un fenómeno poshipnótico en sí mismo.
Una de las razones obedece a que de esta forma es más fácil sortear las posibles
resistencias del paciente al cumplimiento de la sugestión poshipnótica.
La amnesia puede ser total o parcial, espontánea o provocada. Si el sujeto ha
alcanzado un nivel profundo de hipnosis, es más probable que se presente al
despertar la amnesia espontánea que si el trance ha sido medio o

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186 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

ligero. Algo análogo puede decirse de la amnesia total o parcial. Sin embargo, no se
trata de reglas absolutas, y puede ocurrir que algún sujeto despierte de la hipnosis
profunda con una amnesia ligera y parcial, en cambio, otro que solo ha alcanzado un
nivel medio de hipnosis desarrolle una amnesia poshipnótica prácticamente
completa.

Aunque buena parte de los sujetos declaran al despertar que lo recuerdan


«todo», un interrogatorio hábil -hábil porque se evitarán las preguntas demasiado
frontales y directas- con frecuencia pone de relieve que generalmente se ha
producido una amnesia parcial espontánea. Tanto en tales casos, como en los que,
efectivamente, el sujeto al despertar lo recuerda todo, puede recu-rrirse en las
siguientes sesiones a la inteligente táctica de Wolberg (citado por Weitzenhoffer,
1964), antes de despertarlo del trance hipnótico, con el siguiente procedimiento:

a) El paciente debe experimentarse sumergido en un profundo dormir, en su


cama. Estando así, tendrá un determinado sueño.
b) Cuando lo esté soñando, y dada una señal, abrirá rápidamente los ojos,
despertando rápidamente.
c) Tendrá la sensación de despertar de un sueño profundo y recordará con
claridad ese sueño. Pero conforme vaya despertando, sus recuerdos de los
acontecimientos anteriores que han tenido lugar a lo largo del trance
hipnótico, se irán haciendo cada vez más borrosos, incluso llegando a
olvidarlos parcial o totalmente.
d) Al evocar cada vez con más claridad el sueño, justo antes de despertar, se
irán borrando los recuerdos previos del estado de trance hipnótico.

Otra técnica, sugerida por Wolberg (1948), es la siguiente: Antes de despertarle


del estado de trance, le explicaremos al sujeto que olvidar es un fenómeno normal,
que puede producirse por un sencillo cambio de atención.
La realidad es que, de acuerdo con nuestra experiencia, este cambio de atención
-denominado misdirection en el campo de la prestidigitación- no es tan sencillo de
producir como afirmaba Wolberg, excepto que se trate de sujetos hipnóticos muy
ingenuos y dúctiles, lo cual es más difícil de encontrar en la actualidad que en
tiempos anteriores.

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Sugestiones poshipnótícas y técnicas de deshipnotización 187

La misdirection, opinamos, es un concepto muy útil, englobado en el de timing.


Ambos, que sepamos, proceden del ámbito del ilusionismo, donde existe al respecto
una importante bibliografía. Pensamos que siempre que haya conceptos útiles y que
se puedan transferir con una mentalidad abierta y creativa, debemos ajustados a la
práctica de la hipnosis clínica, y especialmente a la cuestión de las sugestiones
poshipnóticas y de la producción de amnesia.

Respecto del tim'mg y la misdirection, podemos citar a Wonder y Minch (2002),


Etcheverry (2000), Ortiz (1999), Corinda (1997) o el clásico de Fitzkee (1987). Los
diversos autores que se han venido ocupando de estos fenómenos -verdaderas y
sofisticadas estrategias hipnóticas en las que llegan a alcanzar una destreza
ejemplar, aunque estos autores, procediendo de un campo muy distinto, las
denominen de otra manera-, coinciden en que se trata de conceptos difíciles de
definir, pero que, en cualquier caso, sirven para subrayar, respectivamente, la
importancia del ritmo, la cadencia, y de la desviación de la atención (esencial para
evitar el ingenuo error de la formulación de sugestiones negativas).
Precisamente, como afirman Wonder y Minch en la obra ya citada, uno de los
puntos básicos para explicar la utilidad de la misdirection consiste en lo siguiente:
"...el subconsciente sólo puede captar el significado positivo de las cosas. Ello
se debe a su capacidad para pensar por medio de imágenes concretas en
lugar de palabras abstractas (...) Las palabras no tienen poder sobre la mente
(...) Imagina que quieres pedir a tu ¡efe un aumento de sueldo. Sin embargo,
mentalmente, ves una escena en la que te dice que no y te echa de su
despacho (...) Imagina ahora que te concentras en un escenario más positivo:
ves a tu ¡efe respondiendo que mereces el aumento y concediéndotelo. Esta
imagen mental genera un comportamiento interior que emite señales
distintas."

De todas formas, y volviendo a la idea básica de Wolberg, en cuanto a la


sugestión del cambio de atención, nos parece interesante. Basándonos en ella,
podemos impartir al paciente las siguientes sugestiones:
Usted sigue tranquilamente dormido.
Dormido, es frecuente tener sueños.

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188 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Con los sueños, desaparecen (o se borran)


algunos recuerdos.
Dentro de un corto espacio de tiempo, va a despertar.
Y va a despertar con facilidad.
Porque así va a recordar
su último sueño antes de despertar.
Este sueño lo va a recordar
Con especial claridad al despertar.

Aconsejamos seguir una secuencia parecida a la de estas sugestiones, y con un


ritmo similar. En nuestra experiencia, las expresiones en negrita -que en si mismas
no suponen ninguna fórmula sugestiva completa- son particularmente eficaces
poniendo una mayor intensidad en su formulación, y acompañadas de un
determinado lenguaje corporal, cuando el sujeto se halla espontánea e
inconscientemente en la fase respiratoria de inspiración.
Por lo demás, dejamos a la consideración del lector el análisis crítico del texto
que le proponemos. Únicamente deseamos, en este punto, señalar que la
orientación de Wolberg tiene sus peligros si las sugestiones que formulemos con el
propósito de producir amnesia en el paciente no sortean la contradicción implícita
de olvidar aquello que se recuerda.
En nuestra opinión, la amnesia hipnótica -que sería más apropiado denominarla
amnesia de intencionalidad poshipnótica- constituye un proceso particularmente
sofisticado, siendo necesario cuidar el lenguaje, la secuencia y el ritmo que se
emplean para su formulación.

Por su parte, Weitzenhoffer (1964) expone otra técnica, utilizando el método


fraccionado. Recomienda hipnotizar-despertar-rehipnotizar-etc, en lo que
podríamos denominar varios ciclos hipnóticos, sugiriéndole al sujeto que cada vez
que entre en trance la amnesia se hará más profunda.

De acuerdo con nuestras observaciones, la respuesta del sujeto a este proceder


hipnótico es bastante aceptable. Pero siempre que evitemos formular sugestiones
que incidan explícitamente sobre los términos amnesia, olvido, y sinónimos. Nos
remitimos, para explicarlo, a lo que hemos expuesto más arriba.

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Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 189

En nuestra experiencia, otro aspecto importante en la producción de la amnesia


poshipnótica se relaciona con los procedimientos que se empleen para despertar al
paciente. Sobre este tema trataremos en el siguiente apartado de este capítulo.
Yapko (1999), en unas inteligentes consideraciones sobre el tema -y con una
postura similar a la que hemos expuesto más arriba-, advierte que es desa-
consejable intentar la producción de la amnesia con sugestiones directas del tipo
«Usted va a olvidar todo lo sucedido durante la sesión». Resultan mucho más
eficaces los enfoques indirectos y permisivos que pueden adoptar diversas formas:
sugestiones indirectas, cambios de atención y técnicas de confusión.
Análogamente, podemos citar la obra de O'Hanlon (1995), excelente y creativa
síntesis de la aportación de Erickson a la terapia hipnótica, con una esclarecedora
exposición de sus técnicas para producir la amnesia utilizando técnicas
alternativas: técnica de la confusión, de la intercalación, o técnica de la sorpresa.
Siempre sorteando la ingenua tentación de utilizar las técnicas directivas -es decir:
directas, explícitas- para producirla.
Como comprobaremos a continuación, un clínico con la experiencia y autoridad
de Weitzenhoffer, en su obra reiteradamente citada, sostiene también un enfoque
parecido.
Este autor recomienda encarecidamente que se evite llamar la atención del
paciente sobre la posibilidad de la amnesia mediante hipnosis. De acuerdo con su
criterio, deben evitarse preguntas del tipo «¿Recuerda la situación o tema X?», ya
que una consideración demasiado frontal, directa, puede echar a perder el efecto de
la amnesia poshipnótica.
Weitzenhoffer aconseja, en cambio, que una vez despierto el paciente, se debe
distraer su atención durante un cierto lapso de tiempo, 5 ó 1 0 minutos, hablando
con él de temas completamente ajenos al contenido de las sugestiones dadas bajo
hipnosis. Este proceder, afirma este autor, facilita la consolidación de la amnesia.

En nuestra experiencia, también suele ser de utilidad formularle al paciente,


llegados a este punto, preguntas que se refieran a cualquier otro momento o tema,
como: "¿Con qué personas se encontró por la calle esta mañana? ¿Qué programas,
de radio o televisión, le gustan más?", etc. Poco después

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190 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

pueden precisarse más las preguntas, siempre que se mantenga un margen de


indeterminación y no se descienda a detalles muy particulares. En ciertos casos,
podemos decirle: «Es posible que usted recuerde algo de lo sucedido bajo hipnosis
en esta sesión, como si hubiera tenido por la noche un sueño que al despertar
recuerda más o menos borrosamente... ¿Qué nos puede decir al respecto?».

Respecto de la utilidad de la amnesia hipnóticamente inducida, pocos autores


pueden hablar de ella con más autoridad y expresividad que Erickson (Rossi, Ryan
& Sharp, 1983, citados por O'Hanlon, 1995):
7a/ vez -manifiesta Erickson, refiriéndose a la variedad de los fenómenos
hipnóticos- el mejor ejemplo sea la amnesia. Si tuviera que pedirle a alguno
de ustedes que olvide un ítem específico, a esa persona le resultaría muy
difícil hacerlo en su estado común, de vigilia. Pero (...) el olvido instantáneo
es tan fácil en estado ordinario de vigilia (a pesar de lo que uno desee) como
lo es en el estado hipnótico.

Como hemos señalado anteriormente, es frecuente que los sujetos al despertar


declaren que recuerdan todo lo sucedido bajo hipnosis, pero si se les interroga con
habilidad puede comprobarse que en la mayoría de los casos existe al menos cierto
grado de amnesia parcial, siempre y cuando el trance haya sido de un nivel, cuanto
menos, medio. Además, la amnesia puede en algunos casos ser inconsciente, en el
sentido de que el sujeto "no registre" que se ha producido el fenómeno. Con otras
personas, puede suceder que el comprobar sus lagunas de memoria les resulte una
vivencia angustiante, y para controlarla fabulen sobre ellas, afirmando convencidos
que durante el trance hipnótico se produjeron unos hechos que en realidad no
tuvieron lugar.

En cuanto al fenómeno contrario, el de la hipermnesia, actualmente son


numerosas las investigaciones que muestran que la memoria es más frágil de lo
que se venía considerando. La memoria es únicamente fiable hasta cierto punto.
Qué punto sea éste, no es fácil de determinar. Los trabajos del neurólogo Oliver
Sacks (2001, 2010) así lo señalan. Igualmente, podemos citar al también neurólogo
F. J. Rubia (2000), analizando con detalle lo que denomina las trampas de la
memoria. En su obra, Rubia cita oportunamente a André Maurois:

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Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 191

"la memoria es un gran artista: hace de la propia vida una obra de arte y un
documento falso".

Sin embargo, no queremos significar con esto que la hipermnesia y su relación


con el proceso hipnótico sea siempre un fenómeno engañoso. Pero en cualquier
caso, será necesario realizar en este sentido investigaciones más rigurosas. Sí la
consideramos posible en algunos casos, desde el punto de vista terapéutico, y
siempre que la hipermnesia hipnótica -con relativa independencia de su fiabilidad-
se haya manifestado dentro de un marco realista y razonable, y pueda ser
emocionalmente beneficiosa para el paciente.

2. El proceso del despertar hipnótico o


deshipnotización
Es ésta una cuestión que, a nuestro juicio, se ha venido tratando con ligereza en
los trabajos sobre hipnosis. Existen numerosas referencias sobre otros aspectos,
como la inducción, profundización del trance, las sugestiones pos-hipnóticas, etc.
Pero en lo que se refiere al proceso de deshipnotización o despertar del trance
hipnótico, la bibliografía específica sobre este tema brilla, prácticamente, por su
ausencia. Desde este punto de vista la deshipnotización parece ser la cenicienta de
la bibliografía sobre hipnosis. Otra cosa es que el tema del despertar hipnótico se
trate, y casi siempre de pasada, en el conjunto de un tratado sobre hipnosis. Con
todo, podemos citar el artículo de Williams (l953), y aun así, se refiere a la dificultad
de despertar al paciente hipnotizado.
Sin embargo, lo mismo que apuntábamos sobre las sugestiones poshipnóticas
en el apartado anterior del presente capítulo, consideramos que el proceso de
deshipnotizar tiene una importancia crucial para el buen desarrollo y alcance
terapéutico de la sesión de hipnosis.
Siguiendo la misma línea de exposición del apartado anterior, el paciente debe
participar activamente a lo largo de toda la interacción hipnótica, si queremos que se
obtengan los mejores beneficios terapéuticos. Incluyendo, por supuesto, la fase de
deshipnotización, que pasamos a comentar.

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192 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

En nuestra opinión, la fase de "profundización hipnótica" no es, como se podría


ingenuamente suponer, la etapa "central", nuclear, del proceso hipnótico. Tal como
venimos exponiendo, nos parecen igualmente importantes las fases posteriores
correspondientes a las sugestiones poshipnóticas y al proceso de deshipnotización
o despertar.

El proceso del despertar hipnótico podemos denominarlo asimismo, y con todo


derecho, el trance del despertar. Como nuestro interés es eminentemente práctico,
y enfocado a la utilidad de la hipnosis en el contexto terapéutico, consideramos de la
mayor importancia tener en cuenta los dos puntos siguientes:
a) Debe existir una solución de continuidad entre la fase anterior, de
sugestiones poshipnóticas, y ésta, correspondiente al trance del desper
tar. Si aquélla ya se realizó activamente, con los ojos abiertos y el
paciente haciendo algo, ésta no debería ser menos. Nos referimos,
ciertamente, a la mayoría de los casos, admitiendo que puede haber
otros, o sesiones particulares, en determinadas fases de la terapia, que
aconsejen proceder de modo diferente.
Lo importante es comprender por qué, cómo y con qué finalidad, estos
procesos hipnóticos deben ser abordables, por parte del paciente: con los
ojos abiertos, hablando, moviéndose y relacionándose con su terapeuta con
naturalidad. La clave está en que el paciente aprenda a conjugar el proceso
hipnótico -incluyendo el trance del despertar- con una actuación similar a la
que tendrá en su vida diaria. Así enfocada, la salida de la hipnosis reforzará el
efecto de las sugestiones poshipnóticas al realizar una adecuada transición
de la hipnosis al estado de conciencia que el sujeto siente como habitual.
b) Asimismo, consideramos de una especial importancia abordar el tran
ce del despertar previo acuerdo con el paciente. Es decir, éste debe
expresar de una u otra forma su consentimiento para abordar el trance
del despertar, evitando que sienta, con toda razón, que su terapeuta le
impone este nuevo acontecer. No debemos olvidar que el trance hipnó
tico es, siempre, una interacción humana. En este sentido, suele ser de
gran utilidad acordar con el paciente una señal intrahipnótica con la
que pueda expresar su disposición a emerger del estado de trance.

© Editorial EOS
Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 193

Esta señal puede consistir en una respuesta ¡deomotora, una verbaliza-ción


sencilla, un cambio de ritmo respiratorio, o también, la simple ver-balización
de su deseo, si el paciente ha sido adecuadamente entrenado para hablar en
estado hipnótico.

Lógicamente, debemos tener en cuenta que no existe un único estilo ni tipo de


despertar, ya que cada persona tiene lo que podríamos denominar un estilo
hipnótico propio. Pero es que esto sucede también con un mismo paciente,
comparando unas sesiones de hipnosis con otras. De la misma forma que cada
sesión de hipnosis con un mismo sujeto tiene una cualidad única, si bien
concordante con el conjunto de las demás sesiones, cada despertar tiene su sello
propio.

Por otra parte, en nuestra obra antes citada, al tratar del despertar del trance
hipnótico establecimos la distinción entre el despertar espontáneo y el despertar
sugerido, siendo éste el que se denomina tradicionalmente despertar del trance
hipnótico.
Respecto del despertar espontáneo, como su denominación indica, su nota
fundamental es la imprevisibilidad, ya que tiende a aparecer de forma involuntaria y
repentina, sin que guarde relación explícita con las sugestiones que en ese
momento se estén formulando y sin que se haya previsto en el contexto de la
relación hipnótica. Generalmente, se presenta de forma repentina en pacientes con
escaso entrenamiento hipnótico, si bien es cierto que también puede acontecer en
cualquier momento, sorprendiendo tanto al hipnotizador como al propio sujeto.
De todas formas si se produce el fenómeno del despertar espontáneo lo principal
es que el terapeuta tenga claro cómo debe proceder. Lo mejor que puede hacer es
adaptarse rápida y fluidamente a la nueva situación como si la estuviera esperando.
Esto es cierto en el caso del hipnotizador experimentado, que siempre debe tener
presente esta posibilidad.

En nuestra opinión, en el caso del paciente propenso al fenómeno del despertar


espontáneo, es que en realidad quiere seguir con el proceso hipnótico -es decir, no
se trata de una verdadera resistencia- pero, por alguna razón éste no está
desarrollándose de acuerdo con sus verdaderas necesidades

© Editorial EOS
194 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

terapéuticas. Lo más frecuente, en nuestra experiencia, es que se deba a que el


paciente sienta que se le está reduciendo a un excesivo estado de pasividad, y lo
que precisa es aprender a combinar el estado de trance con un mayor grado de
participación. Precisamente, lo que venimos aconsejando -la participación activa del
paciente a lo largo de todo el proceso hipnótico-tiende a evitar que se desconecte
mediante el despertar espontáneo.

Es decir, consideramos la hipnosis no como un "estado", sino un proceso de


aprendizaje hipnótico que acontece en la interacción terapeuta-paciente.
El fenómeno contrario al despertar espontáneo sería el de la resistencia a
despertar. El clínico imparte las sugestiones correspondientes, pero el paciente no
parece reaccionar y sigue en trance hipnótico.

Una posibilidad que mencionan la mayoría de los autores, es que el sueño


hipnótico se haya convertido, inadvertidamente, en sueño natural (¿resultado del
hipnoaburrimiento que mencionábamos en el apartado anterior?) Pero como
apuntábamos en nuestra obra ya citada, Ramos (2002), es más frecuente que se
trate, en efecto, de una resistencia: de la misma forma que pueden presentarse
resistencias para la inducción hipnótica, se pueden producir para despertar.
Asimismo, pueden producirse resistencias más difíciles de calibrar, como la
posibilidad de que el paciente se halle aparentemente despierto, pero ciertos
matices en su conducta "...el paciente actúa como si estuviera narcotizado..." en
palabras de Erickson, nos pueden advertir que en realidad continúa bajo hipnosis.
En ocasiones, puede suceder que el clínico no haya dado las sugestiones
correctas para el despertar, o las haya dado de forma ambigua y el paciente
necesita aclararlas, o no se le estén impartiendo en el momento oportuno. Es por
esto por lo que nos parece la mejor táctica solicitar el permiso del paciente, antes de
proceder al proceso de despertar. Otra posibilidad que apuntábamos en nuestro
trabajo anterior, es que se le hayan dado al paciente, a lo largo del proceso
hipnótico, sugestiones que estén en desacuerdo con el sentir y la personalidad del
paciente, y éste, con su resistencia a despertar, le está dando a su terapeuta la
oportunidad de rectificarlas.

Existe un acuerdo general en que la resistencia a despertar no constituye

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Sugestiones poshipnóticas y técnicas de deshipnotización 195

una dificultad especial, resolviéndose por sí misma pasado un tiempo que puede
llegar a un par de horas (Weitzenhoffer, 1964).
En cualquier caso, nuestra opinión es que si se sigue el proceso de una hipnosis
activa, como venimos aconsejando, es tanto más difícil que se produzcan este tipo
de resistencias.

Centrándonos en el despertar sugerido, despertar hipnótico o más senci-


llamente, despertar, no constituye realmente la fase final del proceso hipnótico,
aunque así pudiera parecerlo. Por el contrario, consideramos que la hipnosis en
muchos casos no se resuelve, sin más, en su despertar puramente técnico y
aparente, sino que tiene su continuidad en una fase posterior sobre la que
actualmente no existe ninguna referencia bibliográfica, que nosotros sepamos, y
que denominamos fase de elaboración poshipnótica.

Nuestro criterio es que esta fase de elaboración poshipnótica, bien llevada, es,
en el conjunto del proceso hipnótico, la que tiene una significación terapéutica más
auténtica y esencial. Esto es debido a que transcurre en buena parte de forma
inconsciente, espontánea, sobre la marcha (es decir: en el transcurrir de la vida
diaria). Todo ello combinándolo con la activación consciente mediante el uso de
señales ideomotoras o de otro tipo, elaboradas en el proceso de trance y que deben
servir de refuerzo al paciente, como recursos emocionales fuera de la sesión de
hipnosis.
Esta es, pues, la esencia del valor terapéutico de la hipnosis en cuanto a las
sugestiones poshipnóticas y el proceso del despertar: su orientación hacia la
elaboración poshipnótica de las sugestiones impartidas, y que se deben elaborar y
actualizar en la vida diaria.
Con lo anteriormente expuesto, nos remitimos a la necesidad de abordar el
proceso poshipnótico y del despertar en tanto mantenemos al paciente en las
condiciones generales ya explicadas: dentro del estado de trance, manteniéndole en
un cierto grado y calidad de actividad hipnótica que, sin salir de su estado de trance,
pueda naturalmente asimilar a sus actividades cotidianas.

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Fenómenos hipnóticos
de naturaleza motora 10
Matilde Santos Leal

1. Definición de fenómenos hipnóticos


¿Qué le ocurre a una persona cuando está en estado hipnótico? Cada persona
experimenta el trance hipnótico de forma diferente, pues la hipnosis es una
experiencia altamente subjetiva. Apreciar la individualidad de cada persona con la
que ¡nteractuamos en nuestra vida diaria es algo que merece la pena, muy
especialmente si queremos aplicar la hipnosis de forma efectiva, ya que, en este
caso, se convierte en un requisito imprescindible.

Cada persona tiene una historia personal única e irrepetible que le ha llevado a
aprender a funcionar en el mundo de un modo también particular y único. Nuestra
forma de relacionarnos con los demás, nuestra forma de reaccionar ante cada una
de las circunstancias a las que nos enfrentamos cada día, tiene que ver con nuestra
historia personal, pues todo lo que hemos aprendido condiciona nuestra peculiar
manera de estar en el mundo. Asimismo, cada persona experimenta la hipnosis de
un modo también único y particular.
Es importante también tener en cuenta que la experiencia hipnótica es
multi-dimensional. Sea lo que sea que la persona experimente va a tener
componentes cognitivos, comportamentales, emocionales, espirituales, relaciónales
y físicos. El clínico elegirá amplificar unas u otras de estas dimensiones en función
de su propio estilo de intervención y de su propósito al utilizar la hipnosis.
Cuando se hipnotiza a una persona, ¿en qué momento pasa de su estado normal
de alerta al estado de absorción hipnótica? ¿Cómo sabemos que está en trance
hipnótico? La respuesta es que no lo sabemos. No es algo que podamos evaluar
con precisión científica. Sin embargo hay una serie de indi-

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198 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

cadores observables que el clínico puede percibir para saber si una persona está en
ese estado de absorción o no. Se producen una serie de cambios físicos que lo
indican, entre ellos los siguientes (Yapko, 2003; Cheek, 1994):
• Relajación muscular: Para que una persona esté en estado hipnótico no es
imprescindible que esté relajada, sin embargo la relajación del cuerpo y de la
mente es una característica que la mayoría de las personas asocian al estado
hipnótico. De hecho, muy a menudo se utilizan sugestiones de relajación para
que la persona entre en el trance hipnótico y para conseguir que disocie la
mente consciente de la mente subconsciente. Se puede comprobar el grado
de relajación de una persona levantando su brazo. Cuanto más relajada esté,
más pesado y suelto lo sentiremos.
• Al igual que en el resto del cuerpo, se produce habitualmente relajación de la
mandíbula que normalmente es más fácilmente apreciable.
• En ocasiones se producen, asimismo, pequeños espasmos musculares,
similares a los que ocurren durante el sueño, que son totalmente invo-
luntarios.
• Cuando una persona se relaja se puede producir algo de lagrimeo. En estos
casos algunos clínicos inmediatamente presuponen que la persona está
llorando porque está experimentando algo doloroso, sin embargo ésta puede
ser una conclusión errónea. Siempre que haya dudas es importante
cerciorarse preguntándole a la persona con lenguaje neutro (ej. "¿Puedes
describir qué estás percibiendo ahora?"].
• Se puede producir también aleteo de los párpados cuando los ojos están
cerrados. A medida que la persona se relaja se puede producir un movimiento
muy rápido de los párpados que es totalmente involuntario y que en muchas
ocasiones es inconsciente. Se producen muy a menudo también movimientos
rápidos de los ojos, como los que ocurren durante el período de sueño REM.
Esto es especialmente apreciable cuando se dan muchas sugestiones de
visualización durante la hipnosis.
• Durante el trance hipnótico a menudo se producen cambios en el ritmo
cardiaco. Puede aumentar, aunque lo más habitual es que disminuya. Se
puede observar el pulso en el cuello de la persona, o sostener su muñeca en
un gesto de apoyo y aprovechar para comprobar su frecuencia cardiaca.

© Editorial EOS
Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 199

• Normalmente se producen también cambios en la respiración, que se acelera


o se ralentiza. Cualquier cambio que se produzca en la respiración implica un
cambio interno de la persona. Es recomendable observar la respiración del
sujeto antes de hipnotizarlo y durante todo el proceso hipnótico, para valorar
la diferencia entre unos momentos y otros. Puede haber variaciones en
cuanto al ritmo, en cuanto a la profundidad e incluso en cuanto a si la
respiración es pectoral o diafrag-mática. Lo que es importante tener en cuenta
es que se haya producido un cambio, independientemente del tipo de cambio
producido.
• Normalmente, durante el trance hipnótico se producen alteraciones sen-
soriales, como sensaciones de pesadez exagerada, de todo o de una parte
del cuerpo, o sensaciones de ligereza extrema. Puede haber sensaciones de
hormigueo o de cosquilleo. Puede producirse un aumento de la sensibilidad
corporal, o todo lo contrario, llegando incluso a haber analgesia o anestesia
espontáneas. Puede ocurrir que la persona sienta su cuerpo más grande o
más pequeño de lo habitual. Puede incluso tener la sensación de estar más
en contacto con su cuerpo, o todo lo contrario, la sensación de estar
completamente separado de su cuerpo y no percibirlo en absoluto.
• A medida que la persona va profundizando en el trance hipnótico, el campo
visual se reduce si la persona tiene los ojos abiertos. Esto se puede
comprobar pidiéndole a la persona que indique cuándo ve la mano del
terapeuta, que colocado detrás irá adelantando su mano a un lado del sujeto
hipnotizado. Si realiza esta comprobación antes y durante la hipnosis podrá
observar la diferencia.

Todos estos fenómenos pueden utilizarse como indicadores del trance hipnótico.
Sin embargo, cada persona es diferente y el clínico debe aprender a observar
cuidadosamente a cada sujeto, antes y durante el trance hipnótico, para poder
valorar la profundidad del mismo. Asimismo, todos estos fenómenos se pueden
utilizar para profundizar el trance o para facilitar la efectividad de las sugestiones.
Cuanta más experiencia tenga el hipnólogo, más facilidad tendrá para percibir todos
estos cambios y más fácil le será valorar cuál es el momento idóneo para pasar a la
siguiente fase de la hipnosis.

© Editorial EOS
200 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Se denominan fenómenos hipnóticos a toda esa serie de cambios, de muy


diversa naturaleza, que se producen en el sujeto hipnotizado, que se manifiestan
durante el trance hipnótico y que son característicos del mismo. Algunos son
observables a simple vista y otros son subjetivos y es la persona hipnotizada la que
puede verbalizar sobre ellos durante el trance o al salir de él.

Erickson y Rossi (1981) consideran todos los fenómenos hipnóticos como


aspectos o derivados del comportamiento normal, y mencionan, por ejemplo,
formas espontáneas de catalepsia que podemos observar en la vida diaria.

Estos fenómenos hipnóticos de la vida diaria ocurren en esos momentos a lo


largo del día en que estamos en un estado de absorción de la mente tal que no nos
enteramos de lo que ocurre a nuestro alrededor. Por ejemplo, cuando estamos
viendo una película y estamos absortos en la pantalla y nos metemos en el
personaje, en la historia que estamos viendo, especialmente en momentos de
tensión. En esas circunstancias nos podemos quedar completamente quietos, como
paralizados, o se nos olvida ese dolor de cabeza que teníamos, o nos parece que
han pasado 5 minutos cuando realmente ha pasado media hora... Asimismo,
cuando vamos conduciendo, realizando un trayecto muy conocido para nosotros,
puede ocurrir que, cuando nos queremos dar cuenta, hemos llegado a nuestro
destino y no hemos sido conscientes de la mayor parte del trayecto. En esas
ocasiones se produce una amnesia espontánea de una parte del trayecto. Este tipo
de fenómenos ocurren igualmente durante el trance hipnótico y es entonces cuando
los denominamos "fenómenos hipnóticos". Son señales que nos indican que la
persona ha alcanzado ese estado de trance hipnótico y podemos utilizarlas para
comprobar en qué medida la persona sigue las sugestiones que le damos.

2. Tipos de fenómenos hipnóticos


Los fenómenos hipnóticos pueden ser de diversa naturaleza. Para facilitar su
estudio los vamos a clasificar en:

• Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora


• Fenómenos hipnóticos de naturaleza cognitiva
• Fenómenos hipnóticos de naturaleza perceptiva

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Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 201

En este capítulo nos vamos a centrar en los fenómenos hipnóticos de naturaleza


motora.

3. Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora


Como se ha dicho anteriormente, los fenómenos hipnóticos pueden ser de
naturaleza muy diversa, pues la experiencia hipnótica abarca todos los aspectos de
la persona a todos los niveles, tanto cognitivo, como físico, emocional, psicológico,
comportamental, espiritual y relacional. Se han descrito más arriba algunos de los
fenómenos más fácilmente observables. Ahora nos vamos a centrar en otros, que
además de ser indicativos del trance hipnótico, pueden ser utilizados de forma muy
efectiva para conseguir potenciar los fines terapéuticos de la hipnosis. Son los
fenómenos hipnóticos de naturaleza motora, entre los cuales los más destacables
son la catalepsia y las respuestas ideomotoras.

3.1. Catalepsia
Definiciones desde una Perspectiva Histórica
Desde una perspectiva histórica, la catalepsia fue considerada como una de las
características tempranas definitorias del trance.
Esdaile (1 808-1 859) utilizaba pases mesméricos para conseguir el estado de
catalepsia en el cual los pacientes eran capaces de experimentar anestesia
quirúrgica. Era un proceso que requería paciencia y tiempo (hablaba de una a dos
horas), aunque en algunos casos se conseguía en unos minutos. Se le daba
importancia al elemento sorpresa, pues el conocimiento de las intenciones del
doctor era destructivo. La utilización de la catalepsia como un test de adecuación del
estado de trance era también una característica del período de Esdaile. Este creía
que había algún tipo de "influencia mesmérica" física que se transmitía al paciente
desde todos los órganos del operador. Creía que el agua podía ser "cargada" con el
fluido mesmérico y que la influencia mesmérica podía ser transmitida a través del
aire a considerables distancias e incluso a través de metales densos.

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202 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Otros pioneros en hipnosis como Braid (1795-1860) establecieron que el trance


no requería de fluidos o imanes y que era simplemente un "estado de abstracción o
de concentración de la atención".
Mientras Braid tenía claro el aspecto psicológico de la hipnosis, otros
investigadores continuaban buscando sus bases fisiológicas. En sus primeros
esfuerzos por establecer la hipnosis como un fenómeno somático, Charcot
(1825-1893) indicó tres estadios progresivos: el estado cataléptico, el estado
letárgico y el estado de sonambulismo artificial. Charcot utilizaba la palabra
"fascinado" para caracterizar la temprana fase de catalepsia, de acuerdo con
nuestra moderna visión de la catalepsia como un estado de sensibilidad y
receptividad aumentadas (Erickson & Rossi, 1981). Su descripción general no daba
la suficiente importancia a las diferencias individuales. Los diferentes sujetos
experimentan en diversos grados los fenómenos asociados de mirada fija, lagrimeo,
anestesia, ligereza o rigidez de miembros y alteraciones de las percepciones y
sensaciones visuales y auditivas.

Muchos de los contemporáneos de Charcot fueron incapaces de reproducir sus


resultados y por lo tanto pensaban que eran producto de las sugestiones o de una
preeducación del sujeto. Bernheim (1840-1919) dio una descripción clásica de la
"catalepsia sugestiva" como un estado hipnótico temprano en su "Suggestive
Therapeutics: A Treatise on the Nature of Hypnotism" que difícilmente se podría
superar hoy en día:

"Esto es lo que se denomina catalepsia sugestiva. Estas palabras significan el


siguiente fenómeno. Si tan pronto como el paciente se queda dormido, con
los miembros relajados, levanto su brazo y se queda levantado; si levanto su
pierna y se mantiene levantada. Los miembros mantienen pasivamente la
posición en que son colocados. Llamamos a esto catalepsia sugestiva,
porque es fácil reconocer que es algo puramente físico, ligado a la condición
pasiva del paciente, quien automáticamente mantiene la actitud dada, lo
mismo que mantiene la ¡dea recibida. (...) Finalmente, para otros, la
catalepsia solamente se obtiene mediante sugestiones formuladas
verbalmente. A la persona hay que decirle "tus brazos se mantienen arriba.
Tus pies se quedan arriba". Ese es el único modo en que se quedan así.
Algunos mantienen la nueva posición pasivamente, si no se les dice nada
más, pero si se les reta a que

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Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 203

cambien recuperan la consciencia, por así decirlo, invocando a su fuerza de


voluntad embotada, y dejan caer el miembro. En ese momento a menudo se
despiertan" (citado en Erickson & Rossi, 1981).

La visión moderna de la catalepsia enfatiza que se trata de una función de


aceptación activa y de actitud receptiva, más que una condición pasiva debida a una
fuerza de voluntad embotada. El paciente que rápida y fácilmente responde a un
suave toque del terapeuta, en realidad está en actitud de cooperar y de responder.
El paciente está en una actitud de sensibilidad exquisita respondiendo a la más
ligera insinuación del terapeuta. Por lo tanto, podemos esperar que los pacientes
que aprenden rápidamente a mantener la catalepsia experimentan una actitud
favorable y de aceptación respecto del posterior trabajo del trance. Quizás ésta sea
la razón por la cual Erickson desarrolló tantos y tan ingeniosos enfoques respecto de
la catalepsia, no solo en la selección de buenos sujetos hipnóticos para las
demostraciones, sino para la inducción y profundización del trance hipnótico. En la
actualidad se considera que la facilidad con la que los individuos aprenden a
mantener un miembro en un estado de equilibrio con tonicidad muscular indica su
sensibilidad y receptividad a las sugestiones (Erickson & Rossi, 1981).
Erickson y Rossi definen la catalepsia como una suspensión voluntaria del
movimiento, y la reconocen como uno de los más característicos fenómenos del
trance hipnótico. Erickson, asimismo, define la catalepsia de forma funcional como
un estado de equilibrio con tonicidad muscular.

Yapko (1999, 2003) define la catalepsia como inhibición del movimiento vo-
luntario asociado al hecho de centrarse intensamente en un estímulo específico.

Cómo reconocer la catalepsia espontánea


La catalepsia espontánea es lo que Erickson llamaba trance de la vida diaria.
Momentos en los que se da un ensueño espontáneo, momentos de reflexión o de
atención focalizada en algo concreto. Momentos en los que la persona momentánea
y espontáneamente se queda completamente inmóvil, con la mirada perdida, como
ajena a la realidad. La cara normalmente pierde SL expresión, el cuerpo se queda
quieto en la posición en que estuviera y cierto:

© Editorial EOS
204 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

reflejos, como el de tragar o la respiración, se ralentizan. En esos momentos la


persona se queda completamente quieta, como ajena a todo lo que le rodea hasta
que recupera la orientación a la realidad. Erickson y Rossi (1979) hipo-tetizan que
en la vida diaria la conciencia está en constante flujo entre la orientación a la
realidad y micro-trances momentáneos. Existe investigación sobre el ciclo de sueño
de 90 minutos mientras dormimos que indica que este ciclo también está presente
durante el día en lo que se han llamado Ritmos Ultradianos (Hiatt & Kripke, 1975).
Momentos de intensidad de fantasías, ondas alfa, movimientos oculares y hambre
que están todos relacionados con estos ciclos de descanso-actividad a lo largo del
día. Hipotetizan que estos momentos de trance de la vida diaria, en los que la
catalepsia tiende a manifestarse de forma espontánea, coinciden con las porciones
de descanso, de ondas alfa y de fantasía intensa del ciclo circadiano. Pudiera ser
que al menos una parte del éxito de Erickson a la hora de facilitar un trabajo de
trance profundo, fuera debido a que solía realizar sesiones terapéuticas que se
extendían durante varias horas y aprovechaba de forma intuitiva los momentos del
ciclo circadiano en los que el paciente espontáneamente manifestaba tendencia a la
catalepsia, a la fantasía y a la focalización interna.

Hay gran diversidad de fenómenos descritos como catalepsia en la literatura


sobre hipnosis (Weitzenhoffer, 1953). Estos fenómenos incluyen prácticamente
cualquier inmovilidad humana o animal, ya sea debida a la fascinación, al miedo, a
la enfermedad o a la fatiga. Diversos autores describen varias formas de hipnosis
animal (más apropiadamente llamada ¡nmovilidad tónica) que parecen tener valor
para la supervivencia en la naturaleza. Muchos animales se quedan inmóviles ante
la presencia de depredadores, o cuando son apresados, para que el depredador
crea que están muertos y libere a su presa. Milechnin (1962) describe la similitud
entre humanos y animales en cuanto a la ¡nmovilidad tónica cuando los humanos
son expuestos a condiciones de máxima amenaza. Erickson y Rossi (1980) indican
que es la asociación entre la catalepsia y niveles profundos no verbales de la
personalidad lo que hace que su utilización durante la hipnosis tenga tanto valor
potencial.

Cuando las catalepsias espontáneas se ven en la consulta se convierten en


señales importantes en relación con el estado interno del paciente, y son un
importante modo de inducir el trance terapéutico de una manera natural. Una

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Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 205

simple mención sobre estos momentos de catalepsia de la vida diaria puede ser
una manera excelente de comenzar una inducción hipnótica, evocando aspectos
ideodinámicos de catalepsia y trance, incluso antes de que el paciente se dé cuenta
de que se le está hipnotizando.
Ya que la catalepsia es esencialmente un proceso no verbal, se convierte en un
modo inusualmente efectivo de evitar las limitaciones aprendidas de muchos de
nuestros modernos pacientes excesivamente racionales, que quieren experimentar
el trance hipnótico pero tienen creencias erróneas que interfieren con su desarrollo.
Momentos de trance de la vida diaria pueden ocurrir cuando escribimos en el
ordenador y momentáneamente paramos para pensar en lo siguiente que vamos a
escribir. Cuando vemos un partido de tenis, en esos momentos de tensión en que
nos echamos hacia delante, expectantes ante lo que puede ocurrir después.
Cuando alguien nos pregunta algo mientras realizamos uno actividad como cocinar,
leer, escribir y momentáneamente nos quedamos inmóviles pensando en la
respuesta. Cuando ocurre una emergencia y nos quedamos inmóviles pensando en
qué hacer hasta que alguien grita "¡no te quedes ahí parado, llama al médico!" Es
en esos momentos en los que suele haber una laguna en la conciencia del sujeto,
mientras espera una respuesta apropiada de dentro de sí mismo o del exterior. En
esos momentos está abierto y receptivo a los estímulos apropiados. En esos
momentos una sugestión apropiada puede ser recibida y ejecutada de forma
aparentemente automática. Esta laguna momentánea en la conciencia es
esencialmente un trance momentáneo y la elevada receptividad durante ese
momento es lo que indica la palabra hipnótico.

Cómo facilitar la catalepsia


De acuerdo con Erickson y Rossi (1981) la catalepsia se puede facilitar de
cualquier modo que (1) detenga la atención y (2) que guíe hacia la inmovili dad
progresiva con (3) una actitud interna de interrogación, receptividad ) expectación
respecto de un estímulo directivo posterior del terapeuta. La recep tividad que
permite que una parte del cuerpo quede inmovilizada refleja une correspondiente
receptividad mental hacia las sugestiones posteriores del tera

© Editorial EOÍ
206 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

peuta. De ese modo la catalepsia se convierte en un importante medio para facilitar


el estado mental receptivo del paciente ante el estímulo apropiado.

Cuando Erickson utiliza la catalepsia, su objetivo es asegurarse de que el


paciente focaliza su atención hacia dentro, y estimular una actitud expectante hacia
sugestiones posteriores.
- La catalepsia se puede conseguir de forma indirecta simplemente ofreciendo
al sujeto un objeto cualquiera, por ejemplo un libro, y después retirándolo
cuando el sujeto alarga la mano para cogerlo, mientras se le hace un
comentario distractor. El brazo del sujeto quedará momentáneamente
suspendido en una posición cataléptica, como si todavía esperara el libro.
Durante ese instante, cuando el brazo y la mano del sujeto están
suspendidos, su mente está también suspendida y abierta. Esta laguna en la
consciencia puede ser llenada con cualquier sugestión apropiada ofrecida
por el terapeuta en ese preciso momento (Erickson & Rossi, 1980).
- Técnica distractora: Consiste en tocar con mucha suavidad la muñeca del
paciente, colocando el dedo pulgar por debajo de la muñeca mientras se
ejerce una presión hacia arriba muy sutil, y al mismo tiempo, con los demás
dedos, se hacen ligeros toques que distraen la atención del paciente. Esto
lleva a que el paciente vaya levantando inconscientemente el brazo mientras
su atención está en preguntarse cuál es el objeto de aquellos ligeros toques.
Esto lleva a su vez a que el paciente alcance un estado de equilibrio con
tonicidad muscular, lo cual hará que no sea consciente de la fatiga o de
cualquier otra sensación perturbadora, pues es difícil mantener esa tonicidad
muscular y al mismo tiempo prestar atención al dolor.
"Quieres que el paciente ponga toda su atención en el equilibrio con tonicidad
muscular porque eso le distrae del dolor y de otras señales propioceptivas de
manera que la insensibilidad, la analgesia y la anestesia se experimentan
normalmente asociadas a la catalepsia. Si obtienes tonicidad muscular por
todo el cuerpo, catalepsia por todo el cuerpo, habrás reducido las
sensaciones corporales para prestar atención a aquellas otras sensaciones
necesarias para mantener la catalepsia. Entonces es cuando el paciente está
decididamente preparado para responder a otras ideas" (Erickson & Rossi,
1981)

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Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 207

- También se puede conseguir la catalepsia mediante sugestiones verba


les que evoquen imágenes visuales de ligereza del brazo. Por ejemplo,
indicando al paciente que imagine que tiene atada a su muñeca una
cuerda que al otro extremo tiene atado un globo de helio, que se infla
cada vez que el paciente respira, cada vez que sopla. Esto hará que
el paciente levante su brazo y lo mantenga levantado.
"En hipnosis lo que quieres que el paciente haga es responder a una idea. Es
tu tarea, tu responsabilidad, aprender cómo dirigirte al paciente, cómo
hablarle al paciente, cómo asegurarte su atención, y cómo dejarle abierto a la
aceptación de una ¡dea ajustada a la situación.
(...) La hipnosis no es el resultado de la mera repetición. Proviene de facilitar
que el paciente acepte una ¡dea y responda a esa ¡dea. No tienen que ser un
montón de ideas, puede ser una única ¡dea presentada en el momento
oportuno, de manera que el paciente pueda prestarle toda su atención a eso
en particular. Al tratar a los pacientes, todo tu objetivo es asegurar su
atención, asegurar su cooperación y asegurarte de que responden lo mejor
que pueden hacerlo." (Erickson & Rossi, 1981).

Utilización de la catalepsia
Erickson, en una carta a Weitzenhoffer, expone que la catalepsia es un fenómeno
general que puede ser utilizado como:
- Un procedimiento de comprobación de la susceptibilidad hipnótica.
- Un procedimiento de inducción.
- Un procedimiento de reinducción.
- Un procedimiento de profundización.

Asimismo, dice que son requisitos imprescindibles para la facilitación y la utilización


exitosa de la catalepsia:

- Disposición por parte del sujeto.


- Una situación apropiada.
- Que la situación sea idónea para continuar con la experiencia.

© Editorial EOS
208 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

3.2. Respuestas ideomotoras


Definiciones desde una Perspectiva Histórica
De acuerdo con Erickson y Rossi (1980), se pueden considerar tres períodos en
relación con los movimientos y señales ideomotoras a lo largo de la historia:

- La Edad Antigua y la Edad Media: profecía, adivinación y magia.


- Chevreul y los movimientos ideomotores: Teorías sobre la hipnosis en el siglo
XIX.
- Investigación clínica sobre respuestas ideodinámicas en el siglo XX.

- La Edad Antigua y la Edad Media: período de profecía, adivinación y


magia
Que la mente pudiera producir respuestas aparentemente fuera del control
consciente fue siempre un misterio y se asociaba con lo oculto, con la magia y
con aquellos "poderes especiales" relacionados con los dioses. Son los
llamados automatismos. Comportamientos aparentemente útiles que se
llevan a cabo sin control consciente. El sonambulismo, las visiones, las
profecías, hablar lenguas desconocidas, posesiones, rituales y danzas
místicas, se observaban con fascinación. Frecuentemente se asociaban a la
soñación, tanto en el plano físico como en el espiritual. Hay menciones de
soñaciones estando las personas en estados alterados en las culturas egipcia
(Papiro Ebers, 1500 a.c.) y griega. En la Edad Media se utilizaba el "toque
sanador" cuando la medicina no podía ayudar. Alberto Magno (1 193-1280),
Paracelso (1493-1541) y Robert Fludd (1574-1637) utilizaban las
encantaciones, el magnetismo y la fe para realizar curaciones. El común
denominador de todos estos enfoques, reconocido por numerosos autores
durante la Edad Media, era la imaginación (Ludwig, 1964). Hoy en día
podemos reconocer las respuestas ideomotoras e ideosensoriales como la
base de estos efectos de la imaginación. Una ¡dea puede dar lugar a
respuestas motoras y sensoriales a las cuales se asocia. Por ejemplo, la idea
de mover una parte del cuerpo da lugar a respuestas motoras medibles en
esa parte del cuerpo; la palabra limón evoca una imagen y respuestas
sensoriales en la mayoría de las personas.

© Editorial EOS
Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 209

- Chevreul y los movimientos ideomotores: teorías sobre la


hipnosis en el siglo XIX
Esta primera fase, en la que las respuestas ¡deomotoras e ¡deosensoria-les
se tomaban como "poderes especiales", finalizó en 1 854, cuando Chevreul
publicó su crítica experimental del péndulo exploratorio y dispositivos
adivinatorios. En esta crítica proporcionaba una correcta interpretación de los
movimientos ideomotores como minúsculas respuestas musculares
provocadas por los pensamientos del sujeto. Este período es el clásico
período del mesmerismo e hipnosis temprana. Los trabajos de Chevreul
prepararon el terreno para investigadores como Braid y Bernheim, quienes
reconocían que la naturaleza esencial del trance y la sugestión podía ser
explicada como acciones ¡deomotoras e ideosen-soriales. Chevreul
documentó diversos ejemplos de la utilización de respuestas ¡deomotoras,
aunque es difícil saber dónde se originaron. Por ejemplo, se dice que en el
Black Forest de Alemania, durante la Edad Media, era tradicional detectar el
sexo de un bebé antes de nacer haciendo que la madre sujetara su anillo de
boda suspendido de una cuerda sobre su abdomen. El movimiento
aparentemente espontáneo en una dirección indicaba sexo masculino del
bebé, mientras que el movimiento en otra dirección indicaba sexo femenino.
- Investigación clínica y experimental sobre respuestas ¡deo
motoras en el siglo XX
Todas estas formulaciones sobre los fenómenos ideomotores e
ideosen-soriales del siglo XIX fueron la base de la investigación experimental
del siglo XX. Erickson comenzó sus estudios sobre fenómenos hipnóticos en
1923, trabajando en el laboratorio de Hull, en la Universidad de Wisconsin
(Erickson, 1964). Estos estudios contribuyeron a iniciar un programa de
investigación que se tradujo en la publicación del importante libro de Hull
"Hypnosis and Suggestibility - An Experimental Approach", en 1933. El
objetivo fue investigar experimentalmente los fenómenos hipnóticos con los
métodos de la psicología experimental que se estaban empezando a
desarrollar, e integrar el concepto de hipnosis con la teoría básica del
aprendizaje y de la conducta. Por ejemplo, los movimientos ideomotores
proporcionaron muchos de los funda-

© Editorial EOS
210 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

mentos del comportamentalismo, cuando se postuló que el lenguaje subvocal


realmente era la base del pensamiento (Watson, 1919). Sin embargo la
utilización de señales ideomotoras en la práctica clínica no comenzó hasta
más avanzado el siglo XX con los trabajos de Erickson. La evolución del
desarrollo de la utilización de señales ideomotoras por parte de Erickson,
desde la escritura automática, la levitación de manos y las señales
ideomotoras propiamente dichas, está recogida en su trabajo "Historical Note
on the Hand Levitation and Other Ideomotor Techniques" de 1 961. En dichos
escritos queda patente que dominaba la dinámica de la utilización de señales
ideomotoras de cabeza y mano, tanto experimentalmente como en la práctica
clínica, en 1938. En diversos seminarios sobre hipnosis, que se impartieron
en los años 1952 y 1953 en Los Angeles, se registraron las primeras
menciones sobre la utilización de señales ideomotoras con dedos.

Yapko (2003) define las respuestas ideomotoras como las manifestaciones


físicas de la experiencia mental, o, en otras palabras, las reacciones inconscientes
del cuerpo ante los pensamientos de la persona. A diferencia de otros fenómenos
hipnóticos, los ideodinámicos (y en especial los ideomotores) se producirán con
independencia de lo que haga el clínico. Es prácticamente imposible que el sujeto
evite los movimientos corporales inconscientes, o que se abstenga de
reexperimentar sentimientos y sensaciones asociados a las cosas de las que el
clínico habla.

Cómo reconocer las respuestas ideomotoras espontáneas


Todas las formas de lenguaje corporal pueden ser entendidas como sistemas de
señales ideomotoras. En multitud de situaciones de la vida diaria utilizamos gran
variedad de señales ideomotoras:
- Asentir o negar con los respectivos movimientos de cabeza, son señales
ideomotoras que se realizan de forma inconsciente y automática la mayoría
de las veces, y que en muchas ocasiones preceden a la verba-lización de una
respuesta. La persona observadora puede saber, antes de que su interlocutor
se exprese verbalmente, si éste va a dar una res-

© Editorial EOS
Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 211

puesta afirmativa o negativa, simplemente observando sus ligeros movi-


mientos de cabeza.
- En el colegio nos enseñaron a levantar la mano para preguntar, lo cual era
acompañado de una leve elevación de la cabeza e inclinación hacia delante
del cuerpo, que en la edad adulta se ha convertido en un movimiento más
sutil y sin embargo claro gesto ideomotor.
- En determinadas circunstancias de la vida diaria realizamos movimientos
automáticos inconscientes, por ejemplo cuando vamos en el asiento del
copiloto en el coche y pisamos un freno imaginario en un momento de peligro.
Cuando observamos un evento deportivo y realizamos movimientos de forma
inconsciente.
- Erickson era capaz de predecir quién ganaría y quién perdería en un evento
deportivo observando las señales ideomotoras inconscientes de los atletas
cuando entraban en el campo de juego y se preparaban para el evento.
Simplemente observando si el atleta estaba con su atención focalizada hacia
sí mismo o hacia su contrincante durante los calentamientos preliminares.

Cómo facilitar las respuestas ideomotoras


Alrededor de 15 años después de los estudios sobre técnicas ideomotoras
expuestas en los seminarios de la Universidad de Wisconsin, Erickson comenzó
otro estudio. Inicialmente con la observación de que, especialmente en charlas
sobre tópicos controvertidos, había personas entre la audiencia que movían la
cabeza afirmativa o negativamente. Esto se observaba también en algunos
pacientes, que mientras explicaban sus problemas, movían la cabeza afirmativa o
negativamente, contradiciendo sus propias palabras. Estas manifestaciones
informativas sugirieron la posibilidad de utilizar este tipo de actividad ideomotora
como técnica hipnótica, particularmente con sujetos resistentes (Erickson & Rossi,
1981).
La técnica en sí es relativamente simple. Se le explica al sujeto que se puede dar
una respuesta afirmativa o negativa con un simple movimiento de la cabeza. Se le
explica también que el pensamiento consciente y el inconsciente pueden ocurrir de
forma separada e independiente, y que esos pensa-

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212 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

mientos pueden no ser acordes los unos con los otros. A continuación se formula
una pregunta que requiera una respuesta independiente de lo que el sujeto piense
conscientemente. Por ejemplo: "¿Piensa tu subconsciente que puedes aprender a
entrar en un trance?" Tras la pregunta se le pide al sujeto que espere paciente y
pasivamente la respuesta mediante un movimiento de cabeza que será la respuesta
de su "subconsciente". Un movimiento rápido o forzado significará que es una
respuesta consciente. Un movimiento lento y ligero, a veces no percibido por el
sujeto, constituye una comunicación directa del subconsciente. Con esa respuesta
se desarrollará catalepsia que llevará rápidamente al estado de trance (Erickson &
Rossi, 1981).
Una variación puede ser sugerir que la levitación de una mano (o de un dedo)
significa una respuesta afirmativa, la levitación de la otra (o de otro dedo) una
respuesta negativa, y la levitación de ambas manos (o de otro dedo diferente a los
anteriores) la respuesta de "no sé". Entonces se formula la pregunta del apartado
anterior o una similar. El desarrollo del estado de trance es concurrente con el
desarrollo de la levitación, independientemente del significado de la respuesta.
Estas técnicas son muy útiles con pacientes que quieren hipnosis, que podrían
beneficiarse de la hipnosis, pero que son muy resistentes a inducciones más
formales y que necesitan técnicas que sobrepasen esas resistencias. La consi-
deración fundamental en la utilización de técnicas ideomotoras no está en lo
novedosas o elaboradas que sean, sino simplemente en la iniciación de actividad
motora, ya sea real o alucinada, como forma de fijar la atención del sujeto en sus
experiencias y capacidades internas (Erickson & Rossi, 1981).
Para que este tipo de señales ideomotoras sean realmente autónomas e
inconscientes, es necesario que el paciente esté en trance o que se le distraiga de
alguna manera, de modo que no tenga oportunidad de observar sus propios
movimientos.
Es sorprendente observar cómo en muchos casos los pacientes dan respuestas
motoras que contradicen sus verbalizaciones incluso sin ningún tipo de enseñanza
previa sobre señales ideomotoras.

En algunas ocasiones, con señales ideomotoras con movimientos de dedos,


puede ocurrir que la respuesta del dedo tarde, y sin embargo el tera-

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Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 213

peuta puede observar un ligero temblor o contracción en el dorso de la mano. Esto


se le debe de comentar al paciente que será animado a relajarse y a aprender a
permitir que el dedo se mueva libremente. En ocasiones conviene que el paciente
ayude al dedo las primeras veces moviéndolo voluntariamente, cuando parezca que
se quiere mover por sí mismo, porque en ocasiones aparecen primero señales
ideosensoriales en el dedo que se quiere mover. Entonces se debe animar al
paciente para que manifieste estas señales ideosensoriales como un primer paso
para que se transformen en señales ¡deomotoras (Erickson & Rossi, 1981).

Puede ocurrir que se mueva algún dedo al que no se le había asignado


respuesta alguna. ¿Qué significa esto? Obviamente, una respuesta diferente de las
asignadas. Cheek y LeCron (1968) consideran que esas respuesta pueden
significar "quizás" o "es posible" o que no se ha entendido la respuesta, o que la
respuesta no puede ser contestada con sí o no. Frecuentemente significa que la
pregunta es ambigua y debe ser reformulada de modo que no haya dobles
significados. En algunas ocasiones el paciente puede tener una ¡dea de lo que esas
respuestas significan. Algunos pacientes han comentado que esas respuestas
coincidieron con cambios de sentimientos o de pensamientos. Esos cambios
pueden tener que ver con recuerdos que afloran.
Erickson prefería utilizar, siempre que fuera posible, las señales ¡deomotoras
propias de cada paciente. Cualquier movimiento que un paciente realice durante
una conversación puede ser estudiado por su valor metacomunicati-vo:
movimientos de manos, de cabeza, parpadeos rápidos o lentos, ladeos corporales,
movimientos de piernas, posición de los brazos, tragar, movimientos faciales,
pueden ser estudiados para completar lo que el paciente dice verbalmente.
Cuando se establece una forma de señal ideomotora con un paciente, puede
ocurrir que esas señales aparezcan después espontáneamente cuando no se
esperan, por ejemplo estando el sujeto en su casa. Esto ocurre como una forma de
generalización de las respuestas ¡deomotoras, de igual manera a como se
generaliza cualquier otro tipo de aprendizaje. Los pacientes en ocasiones se
sorprenden de que estas respuestas ideodinámicas ocurran cotidianamente en
momentos en los que la persona está en un estado de trance de la vida diaria.

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214 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Utilización de las respuestas ideomotoras


Las respuestas ideomotoras son sin duda los mejores indicadores del trance. Se
pueden utilizar prácticamente con cualquier persona y para explorar prácticamente
cualquier circunstancia de interés, tanto para el paciente como para el terapeuta.
De acuerdo con Ewin y Eimer (2006) se pueden utilizar para:

- Terapia orientada al "insight".


- Profundización del trance.
- Revisión de los contenidos subconscientes.
- Confirmación de la profundidad del trance.
- Conclusión de la terapia.
- Regresión a recuerdos preverbales.
- Escucha bajo anestesia.
- Interpretación de sueños.
- Prevención del suicidio.

3.3. El péndulo de Chevreul


Una forma de introducir al sujeto a la hipnosis y a las respuestas ideomotoras es
mediante la utilización del péndulo de Chevreul. Se puede utilizar para realizar una
prueba de sugestionabilidad o para obtener información del subconsciente de la
persona.
La forma de utilizarlo es con un objeto, que puede ser un anillo, una piedra o
cualquier otra cosa, colgado de un hilo o de una cadena fina. Se le pide al sujeto que
sostenga el extremo del hilo o la cadena entre sus dedos pulgar e índice, sobre un
papel o superficie plana. En el papel se pueden dibujar un círculo y dos líneas
perpendiculares que se cruzan en el centro del círculo, una que va de lado a lado y
otra de arriba abajo. Se le pide al sujeto que mire fijamente al péndulo y que repita
mentalmente la palabra "sí" varias veces, mientras espera a que el péndulo se
mueva en alguna dirección. Una vez que esa respuesta está clara, se hace lo
mismo con la palabra "no", y se espera de nuevo a que haya un movimiento claro
del péndulo. Se hace lo mismo con "no sé". De este modo cada una de las
respuestas (sí, no

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Fenómenos hipnóticos de naturaleza motora 215

y no sé) serán las que de forma espontánea haya manifestado el subconsciente de


la persona, tal y como recomienda Erickson. Cuanto más amplios sean los
movimientos del péndulo, tanto más sugestionable será la persona.
Otros autores (Yapko, 2003) establecen con anterioridad las respuestas. "Sí"
cuando el péndulo se mueve de arriba abajo, "no" cuando se mueve de lado a lado y
"no sé" cuando el péndulo se mueve en círculos. Yapko utiliza estas respuestas por
asemejarse a las de los movimientos de la cabeza para asentir y disentir.
Como los movimientos sutiles que hacen que el péndulo se mueva son la
mayoría de las veces inconscientes, la prueba del péndulo en muchas ocasiones
sorprende al sujeto, y sirve para que se convenza de sus capacidades hipnóticas y
también de las del terapeuta.

3.4. La escritura automática


Consiste en que, estando el sujeto en estado hipnótico, escriba de forma no
consciente lo que su mente vaya produciendo. La escritura automática es otra forma
de respuesta ideomotora utilizada ampliamente por Erickson. El menciona que, en
las primeras ocasiones en que se ponga al sujeto a realizar escritura automática, es
importante que éste se sienta seguro y a salvo, escriba lo que escriba, pues muy a
menudo saldrán cosas muy personales que el sujeto podría no estar preparado para
afrontar. Por este mismo motivo, si se quiere utilizar la escritura automática, es
importante permitir que el sujeto diga "no puedo". Inicialmente hay que enseñarle a
permitir que su mano se mueva haciendo garabatos. Gradualmente, tras varios
garabatos, pondrá información secreta que no será legible en alguno de ellos. Luego
escribirá otras cosas legibles como "es un día precioso de Junio". Y, finalmente, con
un poco de práctica, podrá escribir información personal que sea útil para conseguir
el objetivo terapéutico (Erickson & Rossi, 1981).

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Memoria, amnesia
e hipnosis 11
Chema Nieto
Jorge Cuadros
Isidro Pérez Hidalgo

1. Introducción
La investigación experimental sobre la formación de los recuerdos ha
demostrado que, para fijar cualquier hecho en la memoria, es necesario que ocurra
una síntesis proteica. Si se inhibe dicha síntesis proteica, el recuerdo no se
consolida y luego no es posible recuperarlo. Por lo tanto, la consolidación del
recuerdo es un proceso indispensable para que éste se fije en la memoria a largo
plazo (Cuadros & Nieto, 2009).
Por otra parte, cuando se evoca un recuerdo, se produce una "reconsolidación"
de dicho recuerdo. No se forma uno nuevo, sino que se reconstruye el recuerdo ya
existente, para lo que, una vez más, es necesaria la síntesis proteica. De esta
manera, cada vez que evocamos un recuerdo, lo reconstruimos y actualizamos. La
consecuencia de este hecho es que cuando recordamos algo, no recordamos el
hecho original, sino la última actualización.
En el estudio de Nader et al. (2000), se demostró que la inhibición de la síntesis
proteica durante la rememoración producía en ratas el olvido del recuerdo original.
El proceso de reconsolidación de la memoria convierte el recuerdo en lábil,
permitiendo que se pueda modificar o incluso eliminar, mediante la inhibición de la
síntesis proteica. Posteriormente, Schiller et al. (2010) demostraron cómo un
recuerdo aprendido de temor podía ser eliminado en voluntarios sanos simplemente
evocando el recuerdo de temor diez minutos antes de un procedimiento de
extinción.

© Editorial EOS
218 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Rossi (2002) relaciona estos descubrimientos con la capacidad terapéutica de la


hipnosis, y dice del trabajo de Nader et al. (2000),
"Sin embargo, la mayoría de los paradigmas de la psicoterapia de los últimos
siglos, desde la hipnosis y el psicoanálisis clásico hasta las terapias
cognitivas y conductuales, implican una combinación de los mismos dos
pasos del proceso que es la esencia del diseño de la investigación de Nader
y colaboradores. La dinámica central de las psicoterapias clásicas y
modernas envuelve típicamente ( I ) una reactivación de recuerdos
traumáticos antiguos, lo que (2) inmediatamente es seguido por alguna forma
de intervención terapéutica diseñada para curar la vieja herida de una
manera u otra. Muchos rituales curativos tradicionales, espirituales y
chamanísticos, donde esta dinámica de dos pasos ha sido evidente desde
hace mucho, implica ( I ) una fase inicial de excitación emocional elevada (...),
lo que es seguido por (2) un ritual de relajación que es experimentado como
curación dentro del sistema cultural de creencias del paciente. Este proceso
de dos pasos de excitación y relajación (...) es la base psicobiológica del
proceso creativo de 4 estadios (...). En el habla común de los psicoterapeutas
de hoy, se dice que 'cada acceso es un reencuadre'. Esto es, cada
recuperación de un recuerdo automáticamente lo reencuadra o modifica de
alguna manera. Esta investigación provee una fuerte validación experimental
de esta experiencia psicotera-péutica a nivel molecular de la expresión
génica y la síntesis proteica"

En este capítulo trataremos de aproximarnos al tema de la memoria y la hipnosis


desde la descripción de fenómenos asociados, como la amnesia, la memoria
dependiente de estado o la hipermnesia.

2. Amnesia poshipnótica
Cuando hablamos de amnesia poshipnótica (APH) nos referimos a un fenómeno
hipnótico producido de forma intencional y con un objetivo terapéutico (Kihlstrom,
1997). No se trata de una amnesia espontánea dependiente de estado, donde el
paciente recuperaría los recuerdos al volver a ser hipnotizado, sino de un proceso
por el cual el terapeuta da una orden espe-

© Editorial EOS
Memoria, amnesia e hipnosis 219

cífica para que el paciente "olvide" alguna parte del procedimiento hipnótico que
posteriormente podrá recordar. En determinados contextos terapéuticos, la APH
puede facilitar procesos de mejora al evitar que el paciente cuestione o analice
racional o lógicamente el propio procedimiento hipnótico.
La pérdida de memoria que se produce como consecuencia de sugerencias en
hipnosis (APH) tiene varias características interesantes. Por un lado, se trata de una
amnesia temporal y reversible; en cuanto se revierte la sugerencia (cancelación), la
memoria se recupera completamente. La APH refleja así una incapacidad temporal
para recuperar información que el sujeto ha almacenado correctamente. Por otro
lado, la APH implica una disociación entre la memoria explícita y la implícita, de
forma que aunque el sujeto no consigue acceder (conscientemente) al material
olvidado, éste puede ejercer influencia en su comportamiento, su pensamiento y sus
acciones (memoria implícita).
Curiosamente, la realidad del efecto amnésico en la APH se demuestra por la
persistencia de la memoria implícita. La memoria implícita hace referencia, como se
acaba de mencionar, a los efectos que evidencia, en el comportamiento,
pensamiento o acciones de un individuo, material mnésico del cual no se es
consciente (por ejemplo, como ayuda en la resolución de una tarea). Es sabido que
un sujeto expuesto a material visual subliminal (material que no es consciente de
haber visto) responde acertadamente en tests de familiaridad, sintiendo que
"prefiere" el ítem previamente expuesto antes que otros, igualmente desconocidos
para él (lo que ha tenido una relevancia considerable en el campo de la publicidad,
por ejemplo). El conocido efecto del priming, léxico o semántico, supone otro
ejemplo paradigmático. Los sujetos, de forma preferente, completan una pista (p.ej.
PEL-) con la palabra a la que han sido expuestos con anterioridad (p.ej. "Pelo",
"Pelota" o "Película"), o con una con un significado relacionado (priming semántico),
aun cuando no sean conscientes de haber visto o leído anteriormente la palabra
clave.
Cuando se sugiere olvidar una lista de palabras y se comparan las respuestas de
sujetos hipnotizados y sujetos control que "simulan" estar hipnotizados, se observa
que los simuladores "olvidan" tanto el material explícito como el implícito (esto es,
evitan responder en los tests de priming con las palabras a las que han sido
expuestos previamente). Los sujetos hipnotizados, sin embargo, se muestran
incapaces de recordar gran parte del material

© Editorial EOS
220 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

previo pero responden con "acierto" a los tests de prim'mg, demostrando la


persistencia de la memoria implícita a pesar del olvido explícito.
Las características descritas de la APH la hacen equivalente a las amnesias
funcionales que se producen, por ejemplo, tras eventos traumáticos o estresantes.
En ambos casos se trata de amnesias temporales, potencialmen-te reversibles y
que no pueden explicarse en base a lesiones cerebrales manifiestas. Además, en la
amnesia funcional suele darse también la disociación descrita entre memoria
explícita e implícita, evidenciándose en los pacientes respuestas que demuestran
recuerdos no conscientes y reacciones emocionales congruentes con el material
olvidado. De hecho, la APH ha sido utilizada como modelo con el que reproducir los
efectos de amnesias funcionales.
La evidencia de memoria implícita, no sólo en pacientes con amnesias fun-
cionales o en la APH, sino también en amnesias retrógradas orgánicas o en el
Síndrome de Korsakoff, sugiere que la representación de eventos previos, a pesar
de no ser recordados conscientemente, es codificada y almacenada en la memoria,
permitiendo que ésta influya en la experiencia, pensamientos y acciones del sujeto.
Neurofisiológicamente, la APH parece producirse por dos mecanismos dife-
renciados. En sujetos con baja sugestibilidad, la APH, cuando se produce, consume
recursos cognitivos y evidencia un efecto rebote, con mayor recuerdo del material
inhibido tras la supresión de la amnesia. Es conocido el efecto rebote, por ejemplo,
al intentar suprimir conscientemente determinado material. Ante la sugerencia "no
pienses en un oso blanco", se produce de forma natural un incremento de imágenes
intrusivas con el material que se pretende suprimir, bien durante la propia supresión,
o bien tras ésta, cuando es efectiva. Sin embargo, en sujetos con alta sugestibilidad
la APH no produce el efecto rebote (Oakley & Halligan, 2009), lo que podría sugerir
un menor consumo de recursos cognitivos. Por otro lado, la APH en sujetos
susceptibles parece producirse como consecuencia de una inhibición de procesos
de monitorización previos a la recuperación. Un estudio pionero en este campo ha
demostrado que la APH activa regiones de la corteza prefrontal e inhibe la
activación de regiones básicas para la reproducción de material mnésico, como la
corteza occipital (Mendelsohn et al., 2008), lo que sugiere un efecto genuino de la
hipnosis no sólo sobre el comportamiento y la experiencia subjetiva del individuo
sino también sobre la propia actividad cerebral.

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Memoria, amnesia e hipnosis 221

En este estudio (Mendelsohn et al., 2008), individuos con alta sugestibilidad que
demostraron capacidad para desarrollar amnesia poshipnótica fueron comparados
con sujetos control y con un tercer grupo a los que se instó a "simular" una amnesia.
Se les mostró primero un documental en vídeo sin ninguna información o instrucción
previa y, una semana más tarde, se testó el recuerdo bajo hipnosis y se sugirió la
amnesia, estudiando las respuestas de todos los sujetos con resonancia magnética
funcional. Inmediatamente después de este primer test, se revirtió la amnesia y se
reprodujo de nuevo el mismo cuestionario. Los resultados evidenciaron, primero, un
efecto amnési-co genuino. Mientras que los sujetos con APH respondieron, en la
condición de amnesia, a nivel de azar, los simuladores respondieron
significativamente peor, demostrando una ocultación deliberada de información.
Además, los sujetos con APH demostraron patrones de activación diferenciales en
la condición de amnesia, en el sentido que ya se ha indicado (activación prefron-tal e
inhibición occipital y del lóbulo temporal izquierdo). Tras la cancelación de la
amnesia, los patrones de activación en todos los sujetos se mostraron equivalentes.
Finalmente, es interesante reseñar también la especificidad de la APH. En el mismo
estudio se sugirió una amnesia específica sobre el material del vídeo. Las preguntas
incluidas sobre el contexto en el que la película fue vista fueron respondidas con
acierto por los sujetos del grupo APH, a pesar de la inhibición del recuerdo sobre el
contenido del documental.
La APH parece demostrarse pues como un fenómeno hipnótico genuino que
podría resultar útil en la práctica clínica y que, a nivel experimental, resulta
particularmente sugerente por suponer un modelo válido de amnesias funcionales.
Además, la confirmación de patrones diferenciales de activación en la APH podría
apoyar las teorías que sugieren que la hipnosis es capaz de estimular estados
mentales particulares.

3. Memoria dependiente-de-estado
Como se ha dicho, la amnesia poshipnótica es un fenómeno hipnótico provocado
por el terapeuta, por lo general buscando un objetivo terapéutico. Sin embargo,
ocasionalmente, sobre todo con sujetos altamente susceptibles a la hipnosis, puede
ocurrir una amnesia espontánea, que sí es dependiente-deestado. Como recuerda
Rossi (l 993), fue James Braid quien originó el con-

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222 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

cepto de estado "alterado" o teoría de la dependencia-de-estado en la curación


mente-cuerpo y la hipnosis. Braid definía la hipnosis como un proceso de
disociación o amnesia reversible que da lugar al "estado de doble conciencia". En la
actualidad, se llama a este proceso memoria y aprendizaje
dependientes-de-estado; lo que es aprendido y recordado depende del estado
psicofisiológico de la persona en el momento de la experiencia. Los recuerdos
adquiridos durante la hipnosis podrían en ocasiones ser olvidados al despertar,
pero éstos serían recuperados al entrar nuevamente en trance. Por lo tanto, si los
recuerdos son dependientes y están limitados al estado en el que fueron
adquiridos, decimos que es una "información ligada-a-estado".
Por otra parte, Pierre Janet usó el fenómeno de la amnesia reversible como base
de la "teoría de la disociación" de los problemas mente-cuerpo. Una disociación o
"bloqueo" entre las mentes consciente y subconsciente se con-ceptualizó como la
fuente de una psicopatología que puede ser accesible y curada mediante la
hipnosis. Freud asumió este punto de vista y usó la "asociación libre", antes que una
inducción formal de hipnosis, para acceder a los recuerdos disociados o reprimidos
que son la base de los problemas psicológicos o psicosomáticos. Freud decía que
una escena traumática que pudiera generar un síntoma histérico debía tener dos
características, tener una "cualidad determinante" y que le demos un "poder
traumático". Las circunstancias que cumplieran estos dos requisitos, generarían los
complejos. El efecto de estos complejos sobre los recuerdos y el comportamiento
fue investigado experimentalmente por C.G. Jung en sus experimentos de
asociación. De esta manera, se puede decir que el psicoanálisis descansa sobre el
esfuerzo de explicar cómo el trauma da lugar a los complejos emocionales iniciando
la disociación, la represión y la amnesia. Los teóricos del psicoanálisis reconocen
que los conceptos de disociación, represión y amnesia tienen a la memoria,
aprendizaje y comportamiento dependientes-de-estado como común denominador
clínico en los desórdenes del estrés post-traumático, la personalidad múltiple y los
desórdenes disociativos asociados con el abuso sexual y el abuso infantil (Rossi,
1993).
Milton H. Erickson demostró cómo las amnesias provocadas por eventos
traumáticos son disociaciones psico-neuro-fisiológicas que se pueden resolver
mediante una "resíntesis interna" con hipnoterapia. David Cheek, discípulo de
Erickson, sistematizó el enfoque de la señalización ideo-motora para la inves-

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Memoria, amnesia e hipnosis 223

tigación de los traumas emocionales, el estrés y los síntomas psicosomáticos. El


trabajo de Cheek le permitió postular la teoría de que el estrés severo provoca
invariablemente un estado "alterado", ¡dentificable como una forma de hipnosis
espontánea que codifica los síntomas ligados-a-estado. Erickson y Rossi, en 1974,
plantearon que las investigaciones clínicas y naturalistas sugerían que la hipnosis
era un estado de conciencia diferente y que la amnesia era una consecuencia
natural de ese estado (amnesia ligada-a-estado). De acuerdo con este punto de
vista, lo que usualmente experimentamos como un estado cotidiano normal de
conciencia son realmente patrones habituales de recuerdos, asociaciones y
comportamientos dependientes-de-estado. Por esto, Rossi ha conceptualizado los
"momentos creativos" en los sueños, en la creatividad artística y científica, y en la
vida cotidiana, como rupturas de estos patrones habituales. La nueva experiencia
que ocurre durante los momentos creativos se puede considerar como "la unidad
básica del pensamiento original y la percepción, así como del cambio en la
personalidad" (Rossi, 1993).
Por otra parte, el trabajo de Hilgard, utilizando la hipnosis para el alivio del dolor,
dio soporte experimental para la identificación entre los procesos de disociación
psicológica y el aprendizaje dependiente-de-estado. En su teoría neo-disociativa de
la hipnosis, Ernest Hilgard integró los datos clínicos y experimentales para
documentar cómo los fenómenos clásicos más importantes de la hipnosis se
pueden conceptualizar como formas de "conciencia dividida".
El siguiente paso en la comprensión de la relación entre la hipnosis y el
aprendizaje dependiente-de-estado lo dio Rossi a principios de los 80', cuando
relacionó las características psicobiológicas de los ritmos ultradianos y los "trances
cotidianos" que Erickson utilizaba en la hipnoterapia. Rossi propuso la teoría
ultradiana de la curación hipnoterapéutica en base a dos argumentos: 1) la fuente de
los problemas psicosomáticos es la alteración inducida por el estrés de la
periodicidad normal de los ciclos ultradianos y 2) la aproximación naturalista de la
hipnoterapia facilita la curación permitiendo la normalización de estos procesos
ultradianos (Rossi, 1993, 2002).

Poco después, Rossi conoció el trabajo de McGaugh sobre la neurobiología de la


memoria y el aprendizaje. En estos trabajos se afirmaba que las hormonas liberadas
durante los periodos de estrés modulaban la memoria y el aprendizaje en el sistema
límbico. Rossi se dio cuenta de que: 1) éstas eran las mis-

© Editorial EOS
224 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

mas hormonas del sistema hipotalámico-hipofisario-endocrino a las que Selye se


refería como la fuente de los problemas psicosomáticos relacionados con el estrés
y 2) que la nueva investigación neurobiológica sobre la memoria y el aprendizaje, y
la investigación psicosomática clásica de Selye, eran ambas esencialmente
fenómenos de memoria y aprendizaje dependientes-de-estado.
La primera referencia a una hipótesis de la dependencia del estado endógeno
fue hecha por Zornetzer en 1978, que dijo: "En la formación normal de la memoria,
el patrón específico de excitación presente en el cerebro en el momento del
entrenamiento puede convertirse en un componente integral de la información
almacenada. La representación neural de este patrón de excitación específico
podría depender del patrón de actividad generado por los sistemas cerebrales de
acetilcolina, catecolaminas y serotonina. Es este estado cerebral idiosincrático
único, presente en el momento de la formación de la memoria, el que podría ser
necesario reproducir o al menos aproximarse en el momento de la recuperación,
para que la información almacenada sea elaborada". La hipótesis psicobiológica de
Zornetzer seria para Rossi el más claro precursor de su "teoría de la
dependencia-de-estado de la curación mente-cuerpo y la hipnosis terapéutica"
(Rossi, 1993).

Aunque la memoria, aprendizaje y comportamiento dependientes-de-estado


(SDMLB, por sus siglas en inglés, State-Dependent Memory, Learning and
Behavíourj han sido objeto de investigación experimental desde los años 50', estos
fenómenos son menos conocidos que el condicionamiento clásico pavioviano y el
condicionamiento operante skinneriano. Incluso se puede cometer el error de
considerar la SDMLB como una variante y una forma de aprendizaje altamente
especializada del condicionamiento clásico o del operante. Sin embargo, es
justamente lo contrario; la SDMLB es un tipo genérico de aprendizaje que ocurre en
todos los organismos que tienen corteza cerebral y sistema límbico-hipotalámico.
Los condicionamientos Pavioviano y Skinneriano son variantes específicas de
SDMLB, pero los pioneros en esta investigación no se percataron de estos factores
SDMLB del sistema límbico-hipotalámico en sus experimentos sobre el aprendizaje
(Rossi, 1993).

Pavlov, por ejemplo, no tuvo en cuenta todas las respuestas "internas" del
estrés de sus perros condicionados a salivar con la asociación "externa" de la
comida y el sonido. Investigaciones psicobiológicas más modernas están

© Editorial EOS
Memoria, amnesia e hipnosis 225

de acuerdo en que hay al menos dos clases de respuesta interna implicadas en la


memoria y el aprendizaje de todos los organismos superiores: 1) hay un locus
específico de trazas de recuerdo a un nivel molecular-celular-sinápti-co y 2) hay una
implicación de la amígdala y del hipocampo del sistema lím-bico-h i pótala mico en el
procesamiento, codificación y recuperación de las trazas de memoria específicas,
que pueden ser localizadas en cualquier parte del cerebro. Es este segundo factor
que implica al sistema límbico-hipo-talámico el que engarza la memoria, el
aprendizaje y el comportamiento con los factores dependientes-de-estado que
codifican los problemas psicosomáti-cos, que a su vez se pueden resolver mediante
la hipnosis terapéutica y otros métodos de curación mente-cuerpo (Rossi, 1993,
2002).
Una comparación de los trabajos de Selye y Erickson indica que ambos estaban
tratando con el mismo fenómeno básico del condicionamiento de estado de la
memoria y el aprendizaje como génesis y resolución de los problemas
psicosomáticos: Selye desde la perspectiva de la fisiología y Erickson desde la
perspectiva psicológica. A pesar de ello, ninguno tuvo en cuenta el concepto de la
memoria y aprendizaje dependientes-de-estado y de cómo éste era el común
denominador entre sus trabajos (Rossi, 1993).

4. Hipermnesia
La posibilidad de que la hipnosis pueda mejorar la capacidad de un sujeto para
recuperar recuerdos reprimidos, suprimidos o de mejorar su memoria, ha sido
estudiada con interés aunque las conclusiones al respecto no son concluyentes.
Parece que la hipnosis puede facilitar un incremento de los recuerdos,
especialmente de imágenes visuales y palabras con sentido (Catena y Verdejo,
1994). Sin embargo, la investigación experimental sugiere que la hipnosis también
puede incrementar los falsos recuerdos así como estimular la confabulación.
Además, parece incrementarse también el nivel de confianza que los sujetos
atribuyen al material recordado con hipnosis, independientemente de su veracidad
(Kihlstrom, 1997).
Se ha argumentado que la hipnosis podría mejorar la capacidad de recordar
gracias a factores de tipo social o cognitivo, como expectativas positivas, aspectos
motivacionales o mediante una inhibición de la actividad lógico-

© Editorial EOS
226 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

analítica del sujeto. Por otro lado, también se plantea la posibilidad de que la
hipnosis facilite la habilitación de estados congruentes, mejorando los procesos de
memoria dependientes de estado. Y también se sugiere que la hipnosis podría
estimular contextos ricos en claves circunstanciales que permitirían superar
limitaciones de codificación y almacenamiento mnésico.

Por ejemplo, la regresión de edad es una herramienta utilizada en la clínica que


busca estimular la revivificación, en tiempo presente, de un evento pasado. Milton
Erickson utilizó esta técnica con eficacia en distintos contextos terapéuticos. Cabe
señalar en cualquier caso que tal revivificación no implica necesariamente que los
recuerdos así obtenidos sean precisos, o al menos no más precisos de lo que sería
recordar en vigilia. En la práctica clínica es necesario tener presente este hecho. De
la misma forma, la posibilidad de generar nuevos recuerdos (confabulaciones) ha
de considerarse seriamente y todo paciente debe ser adecuadamente informado en
este sentido. El mencionado aumento de la confianza con que los sujetos
interpretan los recuerdos generados con hipnosis y la posibilidad de crear falsos
recuerdos o confabulaciones debe, de nuevo, ser tenido en cuenta.

En cualquier contexto clínico, pero particularmente con la utilización de la


hipnosis para estimular el recuerdo del paciente, el terapeuta debe ser capaz,
primero, de evitar, en la medida de lo posible, la generación de falsas memorias,
evitando preguntas capciosas o dirigidas y comentarios que puedan invitar o
estimular éstos, al tiempo que debe controlar la intensidad de las respuestas
emocionales ante las declaraciones del paciente, ya que pueden servir de estímulo
indirecto para producir confabulaciones. En segundo lugar, el terapeuta debe ser
capaz de contrarrestar los efectos derivados de la posible aparición de falsos
recuerdos en toda recolección del paciente. Además, debe tenerse en cuenta la
posibilidad de utilizar las declaraciones del paciente, sin necesidad de considerarlas
veraces, en un contexto terapéutico. Como señala Joseph Barber, cabe recordar
que en cualquier contexto clínico "no es necesario desarrollar una actitud crédula
sobre las declaraciones del paciente para ofrecer un tratamiento efectivo" (Barber,
1998). En todo caso, teniendo en cuenta estas consideraciones, la estimulación del
recuerdo en hipnosis o la regresión en edad son técnicas de gran utilidad clínica
(Volumen II).

© Editorial EOS
Memoria, amnesia e hipnosis 227

Diversos casos anecdóticos también han llamado la atención sobre las posi-
bilidades de la hipnosis en el ámbito forense. La rememoración, mediante hipnosis,
de la matrícula de un coche implicado en un secuestro, que facilitó la captura del
delincuente (Waxman, 1983) se encuentra confrontado con otros casos
equivalentes con resultados negativos, como el caso del robo de un furgón
acorazado en Boston donde un testigo "recordó" en hipnosis la matrícula de un
coche que resultó ser el de su jefe y director de la Universidad de Harvard, quien (se
asegura) nada tenía que ver con el robo (Kihlstrom, 1997).
Como ya se ha dicho, la hipnosis podría favorecer el recuerdo. En el caso de
testigos, parece reducir las omisiones. Sin embargo, es pertinente recordar que la
hipnosis no incrementa la precisión de los recuerdos y puede incluir información
falsa que el sujeto estimaría con un alto nivel de confianza. En realidad, no existe
una diferencia franca con la calidad de los recuerdos obtenidos sin hipnosis y
supone, por ello, una herramienta que podría utilizarse en este contexto, siempre
que no se le atribuya al recuerdo con hipnosis una veracidad o una precisión que no
le corresponde. La propia configuración de la memoria como una actualización
constante de los recuerdos (teoría de la reconsolidación mnésica) implica que, en
todo caso, lo que recordamos es una reconstrucción de eventos pasados y no una
reproducción fiel de éstos.
Resumiendo, la posibilidad de incrementar el recuerdo con hipnosis merece ser
tenida en cuenta, también en el contexto clínico, asumiendo las consideraciones y
precauciones mencionadas sobre la posible producción de falsas memorias y
confabulaciones, unas precauciones por otro lado comunes a toda práctica clínica,
especialmente en el ámbito psicológico. Citando de nuevo a Barber, "tal vez un
cierto grado de desconfianza sobre nuestra capacidad para hacer frente a estos
casos suponga un grado saludable de buen juicio clínico" (Barber, 1998).

5. Guiones hipnóticos para la producción de


amnesia
En primer lugar, debemos considerar la distinción entre amnesia espontánea y
amnesia sugerida. En la amnesia espontánea dependemos casi exclusi-

© Editorial EOS
228 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

vamente de la profundidad del trance y ocurre aproximadamente en un 7% de los


casos. La creencia de que en la hipnosis se produce un estado de inconsciencia se
deriva de este fenómeno. Obviamente, no es lo mismo inconsciencia que amnesia,
pero cuando el sujeto no recuerda lo que ha sucedido en el trance puede interpretar
erróneamente que ha perdido el contacto con el entorno, a pesar de haber
respondido a las sugestiones emitidas en ese periodo. No hay por tanto necesidad,
en sujetos que llegan a un trance sonambúlico, de articular sugestiones dirigidas a
la producción de amnesia.
Para intentar la amnesia sugerida, existen diferentes modalidades de
sugestiones y vamos a reproducir algunos ejemplos tomados directamente de la
práctica clínica:

1. Sugestiones Directas
"... Te encuentras en hipnosis profunda y vas a continuar en este estado
todavía durante un tiempo, pero cuando salgas de esta especie de sueño,
habrás olvidado lo que yo te he estado diciendo, será como si se hubiera
borrado de tu mente, sabrás que yo te he estado hablando, pero aunque
hagas el esfuerzo de recordar será inútil..." *
2. Sugestiones Indirectas
Pueden adoptar múltiples formas; la indirectividad nos facilita que no se
produzcan efectos paradójicos, ya que puede ocurrir que las sugestiones
directas de amnesia surtan en el sujeto el efecto contrario, que recuerde con
todo detalle lo que pretendemos que olvide.
"... Cada día, olvidamos muchos datos... incluso cosas que estamos
hablando ahora habrá un momento en el que quizá se olviden con inde-
pendencia de la importancia que tengan y esto es así porque tenemos dos
mentes... y a veces es necesario que una mente olvide para que la otra pueda
recordar mejor, así a veces nuestro inconsciente olvida mejor cuando la
mente consciente ha olvidado total o parcialmente lo que hemos dicho... es
muy curioso cuando tenemos algo en la punta de la lengua y sabemos que
está ahí, pero al mismo tiempo no está... cada día muchos materiales pasan a
nuestro subconsciente... ahora mismo está ocurriendo y puede que nuestro
cerebro olvide conscientemente hechos y también pensamientos... mis
pensamientos o tus pensamientos... o incluso los pensamientos que tienes
acerca de tus propios pensa-

© Editorial EOS
Memoria, amnesia e hipnosis 229

mientos, lo que llamamos metapensamientos... y entre los pensamientos


aparecen espacios en blanco que invaden nuestra atención excluyendo
momentáneamente otras cosas y pasan los minutos y parecen aumentar
esos silencios en nuestra mente a medida que el trance es más profundo y
pueden aparecer preguntas sin responder cuando nuestra mente se cansa...
una fatiga agradable que nos impide pensar y no nos apetece saber qué es lo
que va a pasar después ni lo que ha pasado en los últimos minutos... ahora
podemos llegar un poco más allá para que puedas disfrutar más adelante de
cosas que te he dicho pero que la mente inconsciente ha querido retener o
conservar y hay cosas que es mejor que aparezcan como silueta sin definir...
como una forma sin concretar aunque luego esa silueta desaparecerá en el
momento adecuado... y yo sé y tú no sabes tampoco qué es lo que hace que
algo se olvide, es más, el consciente no sabe olvidar, pero a veces tampoco
sabe recordar y tan solo observa lo que el subconsciente le trae... ahora
dejemos que todo ocurra de la mejor forma posible, permitamos que la otra
mente se encargue de todo y que oculte o desplace lo que no sea relevante..."
*
Otro ejemplo podría ser el siguiente:
"Algunas personas cuando están en trance hipnótico creen que pueden
recordar fácilmente todo lo que se les está diciendo, aunque al salir del
estado hipnótico pueden darse cuenta de que ha transcurrido más tiempo de
lo que ellos pensaban, a veces media hora parece haber pasado en tan solo
cinco minutos... La persona que hasta ese momento creía recordar todo se da
cuenta de lo poco que en realidad recuerda, aunque intuyen que en ellos se
han producido cambios muy importantes y que se ha dejado la semilla para
que otros cambios ocurran... Olvidar es muy fácil cuando no lo pretendemos y
ni siquiera nos damos cuenta de que hemos olvidado aunque se nos haya
dicho que quizá olvidaríamos determinadas cosas..." *
3. Confusión
Sabemos que la confusión es uno de los recursos utilizados en la hipnosis
naturalista. A veces como inducción y en otros casos, como el presente, sirve
de facilitador de la amnesia. Reproducimos un ejemplo recogido de Yapko
(2003).

© Editorial EOS
230 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

"Y ahora usted ha tenido la oportunidad de descubrir nuevas posibilidades...


Mientras puede aprender de las experiencias del pasado... su mente
consciente puede empezar a preguntarse... cómo sabrá lo que tiene que
recordar... y qué cosas necesita que sólo el inconsciente conozca... y
entonces puede recordar... olvidar... o puede elegir acordarse de olvidar...
pero cuando usted se acuerda de olvidar aquello que ha olvidado recordar...
su memoria del recuerdo olvida lo que ha sido olvidado... pero usted sólo
puede olvidar lo que ha olvidado cuando se da cuenta de que de todos modos
recordar es demasiado difícil... y entonces puede olvidar toda la confusión y
relajarse todavía más profundamente..."
4. Amnesia Estructurada
En algunos casos no es necesario emitir sugestiones que conlleven la idea de
olvido, sino que se sitúan una serie de comunicaciones en medio del trance
hipnótico, de manera que se aprovecha el efecto de recuerdo basado en la
primacía y la recencia (para una descripción más amplia de las distintas
estrategias para inducir amnesia bajo hipnosis, véase Erickson y Rossi,
1974). A menudo buscamos que se produzca una conexión entre dos partes
del guión hipnótico de manera que las sugestiones intermedias sean
olvidadas, entre otros motivos porque parecen desconectadas de la
argumentación principal.
"... Mientras continúas en un estado hipnótico muy agradable, puedes
recordar lo agradable que resulta observar las nubes, con formas que varían
constantemente, pero de un modo tan lento y armonioso que abandonamos
cualquier ¡dea de esfuerzo... dejándonos llevar... observando el cielo azul
entre las nubes... y a medida que el tiempo avanza, con el paso de las horas
o los minutos se van produciendo pequeños cambios en el colorido de esas
nubes... el color blanco algodonoso va convirtiéndose en un blanco
ligeramente rosado...
(Aquí podríamos introducir sugestiones terapéuticas que pueden después
ser enmascaradas por la situación en medio del guión hipnótico)
... Y sientes que la confianza en ti mismo va aumentando de día en día, con
pensamientos que corresponden a esa nueva persona en la que te estás
convirtiendo... oye ahora esos pensamientos en tu mente y siente el impacto
positivo que esos pensamientos generan en tu cuerpo...

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Memoria, amnesia e hipnosis 231

(Volveríamos a desarrollar las ¡deas del principio, en una transición que de


algún modo ignora el párrafo intermedio y facilita la amnesia)
... las nubes tienen ese color rosado que resulta tan relajante y van formando
imágenes que te pueden recordar objetos, animales o personas y se van
fragmentando en esa flotación agradable... " *
Al ensayar estas técnicas productoras de amnesia no es estrictamente
necesario comprobar que dicha amnesia ha tenido lugar. En todo caso,
puede resultar conveniente preguntar al paciente de un modo general sus
impresiones; debemos evitar que nuestro interrogatorio posterior rompa
procesos de amnesia espontánea.

*Verbal¡zaciones de Isidro Pérez Hidalgo.

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Anestesia y analgesia
12
Isidro Pérez Hidalgo

Hemos seleccionado para este capítulo fenómenos que producen alteraciones


de la percepción (anestesia, analgesia, hiperestesia) y pseudo-percep-ciones
(alucinaciones positivas y negativas).
Ya en el siglo XIX, cuando la hipnosis iniciaba sus pasos en la era moderna, se
verificó la importancia que tenía su aplicación a la hora de controlar el dolor. Así,
podríamos retroceder a la Francia de aquella época, cuando Cloquet realizó una
mastectomía con la hipnosis como único anestésico. Era 1 829, una época en la que
la hipnosis se extendía como una nueva práctica médica por toda Europa y también
por EEUU. A pesar de una primera etapa de escepticismo, la ciencia de aquel
tiempo se sorprendía ante la eficacia que mostraba la hipnosis como reductor del
dolor, y los cirujanos empezaban a cambiar su consideración de esta técnica ante
los éxitos de lo que hoy son nombres clásicos en la historia de la hipnosis, como
Esdaile o Elliotson. El advenimiento posterior del cloroformo y la morfina
disminuyeron radicalmente el impacto positivo que la hipnosis estaba produciendo
como coadyuvante en las intervenciones quirúrgicas.
A lo largo del siglo XX hubo otra serie de desarrollos importantes de la
hipnoanestesia, empleándola no solo en cirugía, sino también en odontología,
obstetricia, dermatología, rehabilitación y un largo etcétera. Además, el estudio del
dolor ha desvelado importantes hallazgos en cuanto a las relaciones que existen
entre el dolor como tal y el sufrimiento desde un punto de vista más psicológico, y se
ha destacado el estrés neuroendocrino en su relación con el dolor.
En todos estos años, la hipnosis ha demostrado de forma muy clara su eficacia
para reducir el dolor, aunque todavía persisten controversias acerca de

© Editorial EOS
234 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

qué es lo que ocurre a nivel fisiológico cuando comprobamos su efecto terapéutico.


Se ha intentado explicar el efecto hipnoanestésico desde el punto de vista de la
alucinación positiva, como defiende Barber (1982), mientras que Hilgard, en 1977,
incide sobre el aspecto disociativo, entendiendo que los sujetos bajo el efecto de la
hipnoanalgesia pueden mantener niveles altos de dolor a un nivel inconsciente,
postulando un "observador oculto" de la intensidad álgica. En general, puede
decirse que ha habido dos paradigmas explicativos del efecto reductor de la
hipnosis sobre el dolor: la Teoría Disociativa y el Paradigma Socio-cognitivo.
Spanos (1992) explica que la respuesta del dolor está influida por la situación social
en la que se encuentra la persona y sus demandas, y también por sus expectativas
en lo que concierne a sus habilidades de afrontamiento.

Se han ido produciendo una serie de hallazgos experimentales acerca de la


analgesia hipnótica que conviene resaltar:

- La analgesia hipnótica está relacionada con sugestiones específicas. Se


considera que la hipnosis por sí sola no tiene efectos de reducción del dolor,
como demuestran las investigaciones de Knox et al. (1974) o Zachariae et al.
(1998). No obstante, algunos autores, desde el punto de vista de la aplicación
clínica, consideran que la hipnosis en sí puede conducir a la anestesia
espontánea, como ocurría en los tiempos de Esdaile en el siglo XIX. Cheek
(1994) defiende además el uso de respuestas ideodinámicas como parte de
una exploración que intentaría descubrir eventos sensibilizadores del dolor.
Elman (1964) considera que existe también una anestesia que ocurre sin
aplicación de sugestiones cuando el trance es lo suficientemente profundo.
- La analgesia hipnótica no está asociada a un aumento de endorfinas. En un
estudio clásico realizado por Goldstein y Hilgard (1975), se comprobó que al
administrar Naloxona, un antagonista de los opiáceos, a los pacientes
sometidos a un dolor experimental, no se reducía la efectividad de la
analgesia hipnótica.
- La analgesia hipnótica no depende de la relajación. Habitualmente, en el
estudio del dolor es fundamental entender el círculo de retroalimentación
que se establece entre tensión y dolor. Aunque ésta es una realidad
indiscutible, y aunque reconocemos que

© Editorial EOS
Anestesia y analgesia 235

la hipnosis es una técnica que entre otros efectos produce una relajación
psicofísica muy profunda, el estudio de Miller et al. (1991) demuestra que la
sugestión hipnótica de nuevo es el elemento fundamental de la
hipnoanalgesia y no la relajación.
Sin embargo, un estudio anterior (Malone et al., 1989) introduce matices
interesantes a la hora de entender mejor este punto. En su trabajo muestran
que hay dos dimensiones del dolor que podemos diferenciar. Distinguen
hipnoanalgesia e hipnorrelajación. Los sujetos en grupo de hipnoanalgesia
cambiaron la percepción del dolor en cuanto a intensidad, pero seguían
percibiendo el estímulo como desagradable, mientras que los sujetos que
estaban en el grupo de hipnorrelajación encontraban el estímulo menos
desagradable pero igualmente doloroso.
- La analgesia hipnótica no guarda relación con las imágenes mentales.
Aunque Kroger y Fezler (1976) han destacado la importancia de las imágenes
mentales en el trabajo con hipnosis, y a pesar de que cualquier clínico puede
corroborar este punto, de nuevo la investigación experimental parece
contradecir, al menos en el tratamiento del dolor, que el uso de imágenes sea
relevante como refuerzo a las sugestiones hipnóticas. Así se desprende de
los trabajos de Hargadon et al. (1995).
- La hipnosis puede producir dolor mediante el uso de sugestiones empleando
circuitos neuronales específicos.
El estudio de Derbyshire et al. (2004) demostró que el dolor inducido
mediante hipnosis producía una activación relevante de determinadas áreas
como el tálamo, la ínsula, el córtex cingulado anterior o el cór-tex prefrontal,
compartiendo estos canales con el dolor inducido por medios físicos.
Además, se observó en el dolor inducido mediante hipnosis una activación
significativa del córtex somatosensorial primario.

Por otra parte, en una revisión de Stoelb et al. (2009) en la que se resu men
estudios previos sobre el tratamiento de dolor crónico y agudo en adul tos, estos
autores extraen las siguientes conclusiones:
- La analgesia hipnótica produce mayores efectos analgésicos en una
amplia gama de trastornos al compararla con tratamientos estándar o
grupos sin tratamiento.

© Editorial EOí
236 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

- La hipnosis habitualmente consigue mejores resultados en la reducción del


dolor que las intervenciones no hipnóticas.
- La hipnosis consigue resultados similares a otros tratamientos no denomi-
nados hipnóticos, pero que se caracterizan por componentes hipnóticos.

En el segundo volumen de esta serie hablaremos de aplicaciones clínicas


concretas.

1. Estrategias hipnóticas para el control del dolor


Podemos distinguir una amplia variedad de intervenciones hipnóticas dirigidas a
reducir el dolor. Tendremos para ello que llevar a cabo un minucioso proceso de
selección entre alternativas muy variadas, dependiendo de:

A. Grado de sugestionabilidad del paciente.


B. Localización del dolor.
C. Características subjetivas del dolor.
D. Tipo de patología asociada al dolor.
E. Características de personalidad del paciente.
F. Presencia de otros tratamientos farmacológicos o no farmacológicos.
G. Contingencias sociales o ambientales asociadas al dolor.

Todas estas consideraciones anteriores tendrían que ver con el plan de


intervención que podemos llevar a cabo delineando un tratamiento debidamente
individualizado. Desarrollaremos estos aspectos en un segundo volumen. Ahora,
vamos a centrarnos en técnicas que pueden producir analgesia o anestesia sin
entrar en profundidad en cuestiones clínicas.

Existen diferentes técnicas o enfoques para el control del dolor mediante


hipnosis.
A. Sugestiones directas.
B. Sugestiones indirectas y metáforas.
C. Sustitución del síntoma.

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Anestesia y analgesia 237

D. Desplazamiento del síntoma.


E. Disociación.
F. Reencuadre.
G. Regresión a un periodo anterior a la aparición del dolor.
H. Distorsión temporal.
I. Amnesia.
J. Proyección temporal.
K. Imaginería termal.

En la presente obra, sólo entraremos en detalle en algunas de las estrategias


más importantes.

1.1. Sugestiones directas


Son las más sencillas y pueden funcionar muy bien en pacientes con una
sugestionabilidad alta. Se basan en mensajes habitualmente cortos que buscan
producir acorchamiento, insensibilidad o analgesia.

Una de las formas más habituales de proceder a la hora de inducir analgesia o


anestesia es comenzar por una parte del cuerpo que no necesariamente ha de ser la
parte afectada por el dolor. La "anestesia de guante" es una técnica muy usada
especialmente en una primera fase del tratamiento. Se entiende que una vez que
conseguimos las sugestiones de anestesia en una mano, pueden generalizarse a
otras partes del cuerpo.
A continuación, un ejemplo de verbalización para producir anestesia de
guante
"A medida que va relajándose más profundamente, siente que uno de sus dedos
de la mano derecha (o izquierda) se vuelve cada vez más insensible, como si
hubiéramos inyectado anestesia en ese dedo. La insensibilidad es la misma aunque
esta anestesia es natural y mucho más agradable... va sucediendo de manera fácil,
poco a poco ese dedo se encuentra cada vez más acorchado, adormecido...
observe cómo podemos transferir esa anestesia a otro dedo de la mano y después a
otro más... la mano entera va quedando anestesiada desde la muñeca hasta la
punta de los dedos.

© Editorial EOS
238 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Ahora, pellizcaré su mano y sentirá que su piel se retuerce pero que la anestesia
continúa ahí... (Se pellizca entonces la mano y se observa si hay alguna reacción de
incomodidad o se le pregunta al sujeto). ¡Bien!, ahora estamos comprobando que la
mano está anestesiada y podemos apoyar la mano sobre una parte del cuerpo
dolorida y transmitirle esta anestesia (también se puede, si la parte dolorida no está
al alcance de la mano anestesiada, emitir una sugestión para pasar ese
acorchamiento o generalizarlo sin hacer ningún tipo de movimiento). Ahora estás
sintiendo ese alivio que va aumentando... continúa muy relajado, se encuentra cada
vez mejor". (Ver-balización del autor).

Otra muestra, también con sugestiones directas, puede ser la técnica que
Hammond (1990) denomina "anestesia progresiva":

"Concéntrate en tu mano derecha y notarás que empieza a producirse una


sensación de pesadez. Cuando notes esa pesadez asiente con la cabeza (pausa)
¡Muy bien! Ahora sigue concentrándote en esa mano; cuando yo la toque
empezarás a notar una sensación de acorchamiento (golpear suavemente una
mano y esperar a la respuesta). Asiente con la cabeza cuando percibas que
empieza a producirse ese acorchamiento (pausa), eso es, y me gustaría que te
dieras cuenta cómo, curiosamente, esa anestesia empieza a extenderse por toda tu
mano, a través de los dedos, la palma y el dorso de la mano. (Pausa)
Observa cómo ese acorchamiento se profundiza más y más ¡unto con la
sensación agradable de que no te apetece ni siquiera mover un dedo. Tu mano se
siente pesada, relajada, inmóvil, como si fuera a dormirse. Empieza a dormirse,
como si no formara ya parte de ti. Cuando lo percibas, asiente de nuevo con tu
cabeza (pausa).

Cuando toco tu antebrazo, el acorchamiento empieza a extenderse por él con la


misma sensación de inmovilidad (al decir esto, golpear suavemente desde el dorso
de la mano hasta el codo 2 ó 3 veces), te sientes fascinado por este curioso
acorchamiento. Cuando sientas que todo ese acorchamiento llega hasta tu codo
asiente. (Pausa). (Pueden repetirse las sugestiones si es necesario).

¿Deseas que esa anestesia agradable continúe extendiéndose? (Después de


una respuesta afirmativa) muy bien, (golpear suavemente desde el codo

© Editorial EOS
Anestesia y analgesia 239

hasta el hombro). Poco a poco la anestesia y la inmovilidad continúan subiendo a su


propio ritmo hasta tu codo y tu brazo, llegando al bíceps y al tríceps y después al
músculo deltoides. Enseguida empiezas a sentir como si tu brazo estuviera dormido
(pausa) como si el brazo, estuviera desconectado (pausa) como si no fuera parte de
ti, como si estuviera descansando inmóvil. Cuando esta sensación haya llegado
hasta tu hombro, puedes asentir de nuevo. (De nuevo usar la repetición si es
necesario) (La anestesia puede transferirse entonces a los hombros, al otro brazo.
Para evitar después más toques que podrían conllevar connotaciones sexuales, la
anestesia se lleva a todo el resto del cuerpo. Obsérvese si es necesario facilitar el
cierre de ojos si el paciente parpadea. Si no es así, se puede esperar hasta la parte
del procedimiento en que la anestesia se extiende a la cabeza y al rostro).

Ahora siente ese confort y ese descanso extendiéndose por tus hombros
(pausa), tu pecho (pausa), tu estómago (pausa), la parte inferior de tu espalda
(pausa) y tu abdomen. Con una sensación de descanso, comodidad, inmovilidad y
rigidez. Descansando tan profundamente que es como si esas partes de tu cuerpo
se durmiesen ahora".
(Se continúa hasta cubrir todas las partes del cuerpo. Pueden usarse señales
¡deomotoras en cualquier momento de esta progresión).

1.2. Sugestiones indirectas y metáforas


Son aquellas en las que el efecto de la sugestión no es evocado de una manera
manifiesta, sino encubierta. Se derivan fundamentalmente del trabajo de Erickson y
buscan que se produzca un procesamiento inconsciente del problema, en este caso
del dolor. A continuación reproducimos una metáfora.

"Introdúcete ahora en un trance, como tú ya sabes hacerlo. Encuentra el lugar


más confortable de tu cuerpo, y usa tu respiración para extender ese sentimiento
agradable por todo tu cuerpo.

Recuerdas que hemos estado hablando acerca de una metáfora inusual para
tratar tu dolor: hablábamos de la coreografía de ese dolor, y has reconocido que sin
lugar a dudas algunos aspectos de tu vida parecían girar en torno al dolor como si no
hubiera escapatoria.

© Editorial EOS
240 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Así que permítete o ti mismo reposar incluso más confortablemente y empieza a


explorar esta metáfora. Veamos lo que puedes descubrir acerca de esta danza. Y
después ¿cómo quieres empezar a cambiarla?
Lo primero, veamos quiénes son los bailarines. Pueden ser miembros de tu
familia, amigos, compañeros de trabajo, vecinos. Todas las personas que de alguna
manera se sienten influidas o influyen en este dolor crónico que ha estado contigo
durante tanto tiempo.

Después encontremos algo incluso más intrigante ¿qué ocurre con los bailarines
internos? ¡Eso es una ¡dea diferente! ¿Qué haces con eso? Quizá podamos hablar
de ello, cuando salgas de la hipnosis, pero por ahora descubre lo que significa para
ti cuando digo "¿quiénes son los bailarines internos?", estaré callado durante un
tiempo para darte la oportunidad de explorar esa ¡dea. (Mantener un silencio de
unos treinta segundos).

Hmmm, es intrigante como hemos dicho.


Ahora hay otros en este escenario a quienes necesitamos conocer más. En
primer lugar, ¿quién es el director? ¿O hay más de uno? ¿Y quién es el coreógrafo?
Quizá haya también más de uno.
Esta puede ser una tarea para tu subconsciente. Pide a esa parte sabia de tu
mente inconsciente que localice algo de esa información que puede estar oculta
para tu mente consciente. Por supuesto esa parte de tu mente sabe mucho acerca
de esto también. Invoca a esa sabiduría interna para que actúe. Entonces,
podremos hablar más del tema la próxima vez o podrás trabajarlo en tu propia
autohipnosis.

¿Eres tú el coreógrafo? ¿Cómo vas a cambiar la danza?"


Obsérvese en el ejemplo anterior cómo la indirectividad típica de la hipnosis
naturalista busca que el subconsciente produzca nuevas asociaciones. La
reducción del dolor se produce creando por tanto un clima terapéutico adecuado
para ese trabajo interno.

Hay muchas metáforas posibles que pueden servir para usos anestésicos,
veamos otro ejemplo de Edgette y Edgette (1 995).

"Puedes recordar cómo hacías ese hombre de nieve y lo disfrutabas tanto que
permanecías al aire libre demasiado tiempo. Y notabas que tus manos y

© Editorial EOS
Anestesia y analgesia 241

puede que también tus pies se iban haciendo cada vez más fríos e insensibles, pero
era un frío muy agradable y una insensibilidad muy agradable porque sabías que
duraría un periodo de tiempo que podías controlar. A lo mejor te sentabas en la tierra
y construías una parte de ese hombre de nieve y sentías que tus posaderas se
volvían también frías e insensibles. Más tarde entrabas en la casa y sentías todavía
más esa insensibilidad que se extendía más por tu cuerpo y que podía ser una
insensibilidad fría o caliente. Ahora, puedes recordar esa experiencia y recrearla tú
solo".

A este respecto, estos autores señalan que "la anestesia y la analgesia pueden
inducirse recordando a los pacientes situaciones de su vida en que experimentaron
esos fenómenos de forma natural. Recordemos que Erickson creía que la mayoría
de los fenómenos hipnóticos ocurren en la vida cotidiana con cierta frecuencia y que
incluso la hipnosis es una experiencia natural y diaria"

1.3. Disociación
Otra de las estrategias más utilizadas para evocar la analgesia o la anestesia es
la disociación. Aunque la palabra "disociación" se puede entender de modos
diferentes dentro de la terapia con hipnosis, en este caso el término disociación hace
referencia a un desdoblamiento que podríamos llamar Visokinestético, en el que el
paciente bajo hipnosis puede trasladarse mentalmente a otras situaciones
separadas por el tiempo y/o el espacio. Esta maniobra se traduce habitualmente en
una disminución de la sensibilidad aunque no se empleen sugestiones específicas
de anestesia o analgesia.
"Ahora, puedes sentir que una parte de ti puede desplazarse a través del espacio
y el tiempo, puedes encontrarte en una playa disfrutando del sol, del aire limpio con
ese ligero olor a sal, caminar y explorar ese lugar tan agradable con tus cinco
sentidos... disfrutando intensamente mientras tu cuerpo duerme profundamente y se
queda aquí conmigo, tu cuerpo sigue las instrucciones que yo le estoy dando
mientras tu mente y tus sentidos están muy lejos gozando de una tranquilidad
especial, dejándose absorber por ese ambiente tan grato, el cuerpo cada vez más
relajado en un sueño cada vez más profundo... (podrían hacerse aquí algunas
pruebas para verificar la insensibili-

© Editorial EOS
242 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

dad y continuar con el proceso profundizando más si es necesario) ...sientes muy


separadas esas dos partes de tu ser, pero resulta muy agradable" (ver-balización
del autor).

Con respecto a la disociación en el tratamiento del dolor, Yager (2009) expone:


"en un momento dado no podemos pensar conscientemente en más de una cosa a
la vez. Si prestamos atención a esta sensación no podemos prestar atención
simultáneamente a aquella sensación. Podemos, por supuesto, saltar de un tema a
otro, creando la impresión de dualidad, pero solo puede estar presente la conciencia
de una cosa en cada momento. Por tanto si la persona que siente dolor puede ser
distraída de su autoconsciencia inmediata, se evita la sensación de dolor".

Algunos autores, como el mismo Erickson, consideran la disociación como una


forma de sugestión indirecta de anestesia, mientras que otros se refieren a la
disociación como una modalidad en sí dentro de las estrategias para inducir
disminución del dolor o de la sensibilidad.

1.4. Hiperestesia
Cuando hablamos de trances oposicionales, podemos decir que la hiperestesia
es un fenómeno contrario a la anestesia, que se caracteriza por un aumento de la
sensibilidad, a veces hasta extremos insospechados. Cuando aparece este
fenómeno en la historia clínica del paciente, no suele denominarse de este modo
por los clínicos que han tratado el caso, aunque el estudio de la hipnosis nos lleva a
considerar la importancia de la hiperestesia en muchos de los problemas que vemos
en consulta. Determinados tipos de dolor, la eyaculación precoz, la hipocondriasis y
otros trastornos habituales en la práctica clínica pueden tener componentes
hiperestésicos que en la exploración vemos claramente relacionados con eventos
sensibilizadores. La sensibilidad excesiva no cabe duda que está sujeta también a
factores aten-cionales, ya que como afirmó Wolinsky (1991): "no puede haber
fenómenos de trance profundo y por tanto síntomas sin que se produzca un
estrechamiento del foco de atención". En su trabajo, este autor habla en general de
distorsión sensorial refiriéndose a este aspecto como una experiencia física en la
que las sensaciones son o bien amplificadas enormemente o disminuidas

© Editorial EOS
Anestesia y analgesia 243

de forma considerable con objeto de proteger al sujeto de una amenaza. Distingue


tres tipos diferentes de distorsión sensorial:

A. Distorsión psicofisiológica sensorial, en la que las sensaciones indesea


bles son disminuidas o ampliamente intensificadas.
B. Distorsión hiper o hiposensorial, en la que los estímulos ambientales son
amplificados u omitidos.
C. Distorsión sensorial doloroso, en la que solo se percibe la parte afecta
da por el dolor.

En general, puede decirse que la hiperestesia es un fenómeno hipnótico al que


no se le ha prestado la atención que merece. Habitualmente se habla de este
fenómeno exclusivamente como contraposición a la anestesia. Kroger (1965)
destaca las diferencias en la respuesta a la hiperestesia entre las diferentes
categorías psiquiátricas, postulando la hipótesis de que el dolor no es una respuesta
preestablecida a un estímulo desencadenante, sino una sensación modificada por
las experiencias pasadas, las expectativas y las actitudes culturales.
El estudio de Arendt-Nielsen et al. (1990) demostró que los sujetos más
hipnotizables y con mejor respuesta a las sugestiones de hiperestesia podían
disminuir los umbrales de dolor y sensibilidad en casi un 50%. Se utilizó un láser con
intensidad variable como herramienta para producir estímulos. Resulta un estudio
particularmente interesante, porque se evidencia que las sugestiones de
hiperestesia pueden al mismo tiempo hacer descender los umbrales de dolor y
sensibilidad e incrementar la amplitud álgica. En este trabajo se midieron
potenciales evocados en las respuestas a la estimulación.
Es importante desde el punto de vista clínico comprender esta dualidad
anestesia-hiperestesia. A través de la hipnosis podemos influir sobre la sensibilidad
de formas muy variadas. Para ilustrar este punto, podemos hacer referencia al
trabajo de Erickson, tal como se reproduce en la obra de recopilación de O'Hanlon y
Hexum (1990):
"Un hombre que había participado previamente en estudios experimentales
sobre hipnosis y había resultado ser un excelente sujeto, fue incapaz de
desarrollar la anestesia oral que se necesitaba para hacer un

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244 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

trabajo odontológico sin anestesia química. Él desarrolló fácilmente una


anestesia de guante, pero cada vez que se intentaba transferir la anestesia a
su boca, se producía un fallo. Erickson fue consultado después de que varios
dentistas e hipnólogos fracasaran en su intento de producir la anestesia oral.
Erickson indujo un trance y recordó al hombre su deseo de encontrarse
cómodo en el sillón del dentista. Después sugirió al hombre que su mano se
haría hiperestésica (extremadamente sensible) y que el facultativo tendría
mucho cuidado durante su trabajo odontológico para evitar el contacto con la
mano sensible. El hombre experimentó hiperestesia en la mano y después,
espontáneamente, anestesia oral. Erickson comentó que el hombre mantenía
la creencia fija de que el trabajo dental estaba forzosamente asociado con la
hipersensibilidad; una vez que esta creencia fue tenida en cuenta, se pudo
proceder".

Podemos ver a continuación un guión para producir hiperestesia (verbali-zación


del autor):

"Mientras permanece en este estado de relajación hipnótica, lleve su atención al


dedo índice de la mano derecha, sienta que aumenta la sensibilidad de tal manera
que es como si ese dedo despertara... mueva el dedo cuando sienta el efecto que le
estoy describiendo... (esperamos a que se produzca la señal) ...ahora tocaré ese
dedo con la punta de un lápiz... sienta como el lápiz estimula la sensibilidad en
diferentes puntos, puede incluso sentir el más leve roce sobre su piel... aumenta la
sensibilidad, con cada respiración todavía más. Ahora estamos comprobando que
el dedo está muy sensible de modo que es como si se encendieran muchos
pequeños puntos que normalmente están apagados... aumenta la sensibilidad y la
vamos llevando al resto de los dedos de la mano, también a la palma y a la
muñeca... si paso mi mano a una cierta distancia de la suya podrá sentir calor u
hormigueo, su mano se siente cada vez más viva, son miles de puntos los que se
están activando y podemos llevar o transferir esta sensibilidad aumentada a
cualquier otra parte del cuerpo... sienta que usted puede aumentar o disminuir las
sensaciones y que encarga esa tarea a la mente subconsciente. En su interior se
producen los cambios necesarios para dar lugar a esa modificación, como un
termostato que pudiera regular la sensibilidad en vez de la temperatura... más y más
sensibilidad..."

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Anestesia y analgesia 245

1.5. Alucinaciones positivas y negativas


Las alucinaciones inducidas mediante hipnosis están fuera de las conside-
raciones patológicas que conllevarían otro tipo de alucinaciones. Como ha resaltado
Wickramasekera (1988), los buenos sujetos hipnóticos pueden producir
alucinaciones incluso de forma espontánea, sin que padezcan un cuadro psicótico.
En las patologías, las alucinaciones positivas son más frecuentes que las negativas,
aunque en hipnosis no necesariamente se establece la misma proporción. También
se sabe que en la psicosis las alucinaciones auditivas son las más frecuentes,
mientras que en la hipnosis de nuevo podemos decir que no se cumple una norma
general, sino que depende de factores ídiosincráticos del sujeto. Por otra parte,
mientras que en las patologías se puede hablar del carácter espontáneo de las
alucinaciones, en hipnosis es posible inducir y moldear las percepciones del
paciente cuando entendemos que se encuentra en el grado de profundidad idóneo.

Conviene tener claro que las alucinaciones positivas o negativas no conllevan un


juicio de valor (hacemos esta aclaración, ya que incluso entre los profesionales
hemos encontrado a veces una confusión a partir de los términos; entendían que la
alucinación positiva implicaba una estimulación de consecuencias agradables,
mientras que la negativa llevaba asociados efectos aversivos). La alucinación
positiva podríamos denominarla "sumatoria", porque añade elementos irreales al
campo perceptual (oír una voz, ver un paisaje, sentir calor...). En cambio, la
alucinación negativa resta elementos al campo perceptual (dejar de ver a una
determinada persona, dejar de oír un determinado sonido, perder el olfato
momentáneamente...).
En cualquier caso, este concepto de "alucinación" ha sido empleado en la
literatura especializada de forma un tanto imprecisa. A veces se ha utilizado este
término cuando se podría hablar más bien de "imaginación", o al contrario, se hace
referencia a "omisiones" para evitar hablar de alucinaciones negativas.
Ya en el siglo XIX llamaban la atención, dentro de la fenomenología hipnótica, las
distorsiones perceptivas a las que eran sometidos los sujetos bajo hipnosis.
Bernheim, en 1891, consideraba que las alucinaciones aparecían de forma
intrahipnótica en el grado ocho de su escala de profundidad hip-

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246 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

nótica, mientras que las alucinaciones poshipnóticas eran propias del grado nueve,
el más profundo de su escala. Otros autores de la época como Bertrand, en 1923,
llegaban a incluir en sus escalas la idea de que el sonambulismo hipnótico no solo
incluía alucinaciones como tal, sino también fenómenos de clarividencia o éxtasis.

En la actualidad se ha despojado a la hipnosis de estas concepciones


espiritualistas, y se ha estudiado el tema de las alucinaciones como una de las
manifestaciones más llamativas del proceso hipnótico y con las implicaciones en
torno a la forma de hacer terapia.
Podemos decir que el concepto de "condicionamiento encubierto" tendió un
puente entre el conductismo más estricto y la hipnosis y otras técnicas que emplean
la imaginación. Cautela, en los años sesenta, fue uno de los autores que más
difundió esta apertura de la psicología más comportamental hacia la representación
subjetiva de la realidad.

Kroger y Fezler (1976) destacan la importancia del condicionamiento encubierto


en relación con la hipnosis, resaltando la "evocación sensorial" como una parte muy
importante del proceso hipnótico; el sujeto recupera vivencias de modo que se
podría hablar de estímulos imaginarios a los que el subconsciente reaccionaría
como si fueran reales.
A pesar de ello, Kroger (1965) dudaba de la posibilidad de que las alucinaciones
positivas tuviesen un correlato orgánico y prefería entenderlas como simulaciones o
asunciones de rol. Esta postura contrastaba con la de Erickson (1980), que entendía
que este fenómeno hipnótico iba acompañado de cambios neurofisiológicos.
Spiegel et al. (1985) realizaron una investigación sobre los correlatos fisiológicos
de las alucinaciones negativas, comprobándose que en sujetos muy hipnotizables
una alucinación de obstrucción iba acompañada de una disminución de los
potenciales evocados correspondientes.
El estudio de Barabasz et al. (1999) demostró que sujetos muy hipnotizables
mostraban un aumento en la amplitud de los potenciales evocados ante las
sugestiones de alucinación negativa y una reducción en la amplitud ante las
alucinaciones positivas de obstrucción.

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Anestesia y analgesia 247

Bryant y Mallard (2003) confirmaron en su estudio que los sujetos con mayor
capacidad hipnótica reaccionaban concediendo una atribución de realidad externa
más marcada que los sujetos menos hipnotizables cuando son sometidos a
sugestiones hipnóticas.
Spiegel (2003) insiste en que la alteración perceptual influye sobre el fun-
cionamiento del cerebro. Destaca que aquellas sugestiones hipnóticas que reducen
la percepción, creando una obstrucción ilusoria, tienen efectos sobre el córtex que
son medidos con técnicas de potenciales evocados (ERP) y flujo sanguíneo
regional (PET). Dichas sugestiones parecen activar el sistema aten-cional anterior,
sobre todo el córtex cingulado anterior.
Oakley y Halligan (2009) señalan que "existen claras similitudes entre la
fenomenología de la ceguera inducida mediante hipnosis y casos clínicos de
pérdida de visión después de lesiones del córtex visual. Esto no nos lleva en
cualquier caso a asumir que la misma forma de patología orgánica observada en
pacientes neuropsicológicos es replicada funcionalmente en hipnosis. Podría ser
que esos signos y síntomas puedan generarse medíante procesos descendentes de
importancia recogidos y amplificados por los procedimientos hipnóticos con objeto
de producir una actividad o experiencia clínicamente similar. Las posibilidades de
una convergencia estructural próxima no deberían excluirse y es interesante
señalar, por ejemplo, que las áreas cerebrales suprimidas en respuesta a las
sugestiones hipnóticas de pérdida de la percepción cromática se corresponden
estrechamente con las áreas occipitales ventrales identificadas independientemente
como implicadas en aquellas lesiones que producen acromatopsia."
De todo lo anterior, deducimos que la investigación nos lleva a pensar que para
el sujeto bajo hipnosis las alucinaciones están muy próximas a la realidad y que
tendríamos que considerar que en su cerebro se producen variaciones significativas
ante la emisión y asimilación de ese tipo de sugestiones. Aquí tendríamos que
distinguir las alucinaciones como un fenómeno que va más allá de lo que
llamaríamos "ensoñación en vigilia". Esta diferencia puede ser de grado y desde
luego el sujeto que ha pasado por la experiencia alucinatoria la narra como muy
próxima a la realidad y frecuentemente indistinguible.
En general, dentro de la práctica clínica podríamos estudiar si el paciente tiene
ya una propensión a producir alucinaciones, y a menudo encontramos en

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248 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

la historia clínica que pacientes que no podrían ser catalogados como psicóti-cos
manifiestan haber pasado a lo largo de su vida por percepciones inusuales. En
muchos casos, estas alucinaciones ocurren coincidiendo con épocas de intenso
dolor emocional, por ejemplo en un periodo de duelo ante el fallecimiento de un ser
querido, cuando es relativamente habitual que se produzcan visiones fugaces del
difunto. También podríamos encontrar alucinaciones coincidentes con una
personalidad "tendente a la fantasía", como observaron Wilson y Barber (1981,
1983), que refieren habitualmente un mundo interior fantasioso, a menudo con
experiencias paranormales. Como señalan Parra y Espinoza (2009), existen
muchos casos de personas que experimentan alucinaciones que no acuden a
servicios psiquiátricos, y comentan que "la presencia de alucinación no es
equivalente de esquizofrenia. Las condiciones de vida pueden generar este
fenómeno. Las alucinaciones son síntoma de trastorno psicóti-co sólo cuando el
individuo cree firmemente en estas como verdaderas, menospreciando lo que la
gente dice a su alrededor". La Escala de Absorción de Tellegen (Tellegen &
Atkinson, 1974) y el Inventario de Experiencias Wickram (Wickramasekera, 1988)
nos proporcionan un modo sistemático de entresacar de la historia clínica del
paciente lo que podríamos llamar "sucesos hipnóticos naturales". Existen versiones
en castellano de estas dos escalas (Robles, Nieto, Cuadros & Pérez, 2010; y Pérez
Hidalgo, 1992, respectivamente).
Podemos llegar incluso al punto de considerar que las alucinaciones producen
cambios fisiológicos, como en los estudios de Chertok (1985), en los que estudia las
vesicaciones, es decir la formación de quemaduras a partir de un estímulo falso.
Según este autor, la experiencia de la vesicación demuestra que la sugestión
provoca modificaciones en los tejidos que sólo se producen en respuesta a
estimulaciones trasmitidas por los órganos receptores. Más desconcertante todavía
resulta la descripción de Weitzenhoffer (2000) de la producción de una señal
alucinada en un naipe puesto boca abajo, que es reconocido por el sujeto bajo
hipnosis después de haber sido mezclado con otras cartas de una baraja nueva.
Este autor señala que esta demostración en realidad indicaría un aumento
espectacular de la agudeza visual, pero que al mismo tiempo muestra algunas de
las características de las alucinaciones positivas. En esta experiencia se supone
que el sujeto es capaz de distinguir la carta "marcada" por las pequeñas diferencias
de impresión en el reverso de unas y otras cartas pertenecientes a una misma
baraja.

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Anestesia y analgesia 249

Dentro de la situación clínica, la producción de alucinaciones puede estar


contraindicada en pacientes con esquizofrenia u otros procesos psicóticos.
También es conveniente ser cautos con personas que en su historial hayan
padecido alucinaciones inducidas por drogas, que sabemos que en muchos casos
producen post-efectos.
En general, la respuesta a las alucinaciones poshipnóticas es satisfactoria en tan
sólo un 5% de los pacientes, aunque esto puede depender de diferentes factores,
siendo el entrenamiento fundamental. Las alucinaciones intra-hip-nóticas suelen
tener un porcentaje cercano al 10%, aunque también esta proporción debe tomarse
de forma aproximativa.
Veamos ahora un ejemplo de un script tomado de la práctica clínica:
"Te encuentras en un estado de profunda tranquilidad, con los ojos cerrados,
disfrutando de este trance hipnótico... todo ocurre automáticamente, como en un
sueño, dentro de poco comenzarás a escuchar una música... una música que has
escuchado en otros momentos de tu vida, al principio la música sonará muy lejana...
poco a poco se irá acercando y a medida que se va acercando sientes una emoción
positiva... los sonidos de los instrumentos se vuelven más claros, las notas
musicales se hacen más presentes... cuando oigas con claridad esa música,
levanta el dedo índice de la mano derecha..."

Otro ejemplo, esta vez afectando a dos modalidades sensoriales:


"En este trance hipnótico puedes tener una sensibilidad especial y disfru-ar de
muchas sensaciones distintas... ahora, mientras permaneces tumbado, tientes que
la mano de una persona que siempre te da ánimo se apoya sobre u hombro
derecho y te dice unas palabras que te alientan y que resuenan on fuerza en la
habitación..."
Los dos ejemplos anteriores corresponden a la estimulación de alucinacio-es
intra-hipnóticas, mientras el sujeto se encuentra casi siempre con los ojos errados
y tumbado o recostado. También sería posible, si el paciente se ncuentra en
profundidad sonambúlica, sugerir una gran variedad de ilusio-es perceptivas
aunque se encuentre en movimiento con los ojos abiertos. En ste estado, la
reacción a estas sugestiones suele ser muy rápida y casi siem-re con amnesia
poshipnótica espontánea.

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250 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Detengámonos ahora en las sugestiones poshipnóticas. Las alucinaciones


pueden condicionarse del mismo modo que otros fenómenos hipnóticos, aso-
ciándolos a una señal o situación. En la consulta, podrían probarse sugestiones de
este tipo:
"Cuando yo esté hablando con usted dentro de algunos minutos, aunque usted
esté totalmente despierto, en el momento en el que toque mi oreja derecha dejará
de oír mi voz, aunque yo hable como lo estoy haciendo ahora; a partir de ese
momento puede verme pero no oírme... resultará una experiencia sorprendente,
volverá a oírme perfectamente cuando toque mi oreja de nuevo".
El anterior sería un ejemplo de alucinación auditiva negativa. Conviene, ante
este tipo de sugestiones, asegurarnos de que el sujeto bajo hipnosis se mantenga
tranquilo ante lo llamativo de estas experiencias. Cuando el sujeto percibe que no
oye, que no ve o que no percibe determinados estímulos, puede ver amenazado su
sentido de la realidad y reaccionar con pánico. Podemos administrar sugestiones
previas de tranquilidad para compensar esta posible alteración y, en todo caso, no
deberíamos forzar demasiado las situaciones. Algunos hipnólogos noveles pueden
sentirse entusiasmados ante la riqueza de las respuestas de un buen sujeto
hipnótico y provocar situaciones extremas que después no saben manejar. La
prudencia ha de ser la norma.
En algunos casos, podemos combinar los estímulos presentes en la consulta
con elementos pertenecientes a la alucinación. Véase el ejemplo de Preston (2001):
"Mientras usted estaba sentado aquí, mi gato ha entrado en la habitación y se
ha sentado al lado de la silla en la que usted está. Ya sé, por la conversación
que tuvimos antes en la entrevista, que a usted le gustan los gatos. Ahora
mientras permanece profundamente relajado, abra los ojos y mire al gato. (El
sujeto abre los ojos y mira hacia abajo). ¿Por qué no se agacha a coger el
gato y lo pone en su regazo? (El sujeto se agacha y coge al supuesto gato).
Desde que mi vecino me dio este gato, no estoy seguro de qué edad puede
tener. Así que ¿por qué no lo examina y me dice qué edad cree que tiene?

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Anestesia y analgesia 251

(El sujeto responde).


Deje el gato en el suelo y cierre los ojos, dejándose llevar entrando cada vez más
profundo en esta relajación".

Aunque las alucinaciones pueden tener una finalidad clínica, ahora nos estamos
ocupando fundamentalmente de su inducción con motivo de comprobar la
profundidad. Si sabemos que un sujeto puede desarrollar este tipo de fenómenos
hipnóticos, contamos ya con la posibilidad de aplicar en el tratamiento hipnótico
propiamente dicho distorsiones perceptivas que puedan tener un valor terapéutico.
Por ejemplo, si tuviéramos que tratar un caso de aerofobia, podríamos crear un
escenario que el sujeto percibirá como real de modo que puede sentirse como si
estuviera realmente en un avión, y podemos controlar esa realidad virtual mediante
una serie de sugestiones. No sería necesario en una primera instancia que el
paciente suba a un avión, sino que podemos trabajar en esa situación imaginaria. La
alucinación hipnótica tendría más poder de influencia que la mera imaginación, por
todo lo que mencionábamos arriba.
Otro ejemplo de alucinación poshipnótica negativa sugerida de forma directa
sería el siguiente:
"Cuando abras los ojos y ya estés fuera de trance, mirarás a tu alrededor... todo
está en su sitio, pero ya no ves la lámpara que estaba sobre la mesa, ha
desaparecido. Podrás verla de nuevo cuando yo te diga ahora...".
El ejemplo anterior incluye una contra-sugestión para anular la alucinación. En
muchos casos, podemos utilizar esta modalidad de contra-sugestiones cuando
comprobamos que el paciente está respondiendo en el sentido deseado. A veces la
expresión de sorpresa puede ser un indicador suficiente de que la sugestión ha
dado resultado, o los movimientos de la cabeza u otro tipo de señales corporales.
También se puede preguntar al consultante de forma directa si está percibiendo ya
el efecto buscado.
Podría hablarse asimismo de las alucinaciones sugeridas de manera indirecta.
Yapko (2003) explica que las sugestiones indirectas para producir alucinaciones a
menudo toman la forma de sugestiones positivas que buscan experimentar lo que
podría excluir la experiencia no deseada: "más que

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252 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

sugerir directamente no sabrás si alguien más está contigo, con objeto de que el
cliente alucine negativamente sobre la presencia de otras personas en su entorno,
conseguimos esa alucinación negativa de forma indirecta sugiriendo directamente,
puedes estar solo o mediante la sugestión indirecta ¿Dónde se han ido todos?".

De forma indirecta podríamos emitir sugestiones alucinatorias de muy diversos


modos:

- "... ¿De quién es ¡a mano que sientes sobre tu hombro derecho?..."


- "... ¿De dónde viene ese frescor?..."
- "... Todo el mundo es capaz de ver en la oscuridad, de ver incluso cuando
tenemos los ojos cerrados. La oscuridad completa no existe. Si continúas en
este estado de relajación cada vez más profundo puedes ver que aparecen
algunas manchas de luz, o que se insinúan colores cambiantes. Al principio
no son formas definidas, sin embargo si esperas pacientemente puedes
divertirte descubriendo muchas cosas sobre ti que podrían mostrarse ante
tus ojos de una forma curiosa, tan intensa como te ocurría cuando eras niño,
aunque es posible que una parte de ti haya olvidado esto, aunque no la
capacidad que por otra parte siempre ha estado ahí, quizá cada noche...".

Orne (1962) distingue cuatro tipos de respuestas a la alucinación sugerida,


refiriéndose concretamente a la modalidad visual. En primer lugar, cuando a un
sujeto en hipnosis profunda se le pide que observe a alguien en una silla en realidad
vacía, tendrá dos posibilidades de respuesta: mirar y actuar de modo que podemos
inferir que percibe la alucinación o por el contrario mostrar su incomodidad por no
ver a nadie.

En el primer caso es cuando podemos entrar a considerar las cuatro posi-


bilidades de respuesta:
1. El sujeto puede manifestar que no vio nada, que era plenamente consciente
de que la silla estaba vacía, pero al mismo tiempo se sentía impulsado a
actuar como si viera una persona en ella.
2. El sujeto expresa que ha percibido la imagen sugerida en la imaginación,
siendo consciente en determinados momentos de que estaba cre-

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Anestesia y analgesia 253

ando la experiencia en su mente. El fenómeno no sería muy distinto de una


ensoñación vigil.
3. Un tercer tipo de sujetos puede relatar que la alucinación le ha parecido real
con la cualidad perceptiva con la que ve otros elementos reales. No obstante,
la alucinación le parecerá ilógica en algunos aspectos; por ejemplo el sujeto
podría ver la silla a través del cuerpo de la persona.
4. Un cuarto sujeto describiría alucinaciones indistinguibles de la percepción
real.

Orne considera que solo deberían catalogarse como verdaderas alucinaciones las
de los tipos 3 y 4.
Las observaciones de Orne pueden en mayor o menor medida extenderse de la
percepción visual a otras modalidades.

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Habilidades
del
hipnoterapeuta

M" Isabel Ladinan Moreno

1. Introducción
Admitiendo como punto de partida que la hipnosis no es en sí misma una terapia
(Lankton,l 982; González Ordi & Miguel-Tobal, 1993; Kirsch et al., 1993; Jara &
Martínez, 1999; Yapko, 1999), sino una herramienta terapéutica (Yapko, 1 999,
p.52), y que, por su plasticidad, se adapta prácticamente a cualquier enfoque
terapéutico, por lo que es posible utilizarla en combinación con el psicoanálisis,
gestait, focusing, terapia cognitiva de Beck, terapia racional-emotiva de Ellis, etc.
(Ramos Gascón, 2002, p.17), consideramos que las habilidades de un terapeuta
que decida incorporar la hipnosis como una herramienta más en su práctica clínica,
no difieren, en su base, de aquellas que ha de manifestar cualquier terapeuta clínico
en otros abordajes de tratamiento.
En consonancia con la prescripción de Hawkins (2007, p.57), en la que indica la
necesidad de ser primero un buen terapeuta, para poder llegar a ser un buen
hipnoterapeuta, relatamos a continuación algunas de las habilidades generales que
ha de mostrar un terapeuta, indicadas por expertos en distintas líneas de trabajo
clínico:

- Capacidad de escucha y evitar hacer juicios de valor, como las dos


principales de las seis condiciones para generar el cambio terapéutico
(Rogers, 1957).
- Empatia, proximidad y sinceridad, como características de la personalidad del
terapeuta que fortalecen la alianza terapéutica (Truax & Carkhuff, 1967)

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256 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

- Sensibilidad, flexibilidad, objetividad, empatia y mantenimiento de una salud


mental satisfactoria, como características básicas de cualquier terapeuta
(Wolberg, 1977).
- Motivos personales (voyeurismo-búsqueda de poder-autoterapia),
autoco-nocimiento, experiencia vital, conocimiento de contextos
socio-culturales y consideraciones éticas y profesionales, como factores del
terapeuta que contribuyen al desarrollo del proceso terapéutico (Kanfer &
Schefft, 1988).
- Apto para abstenerse de juzgar a su paciente, suficientemente informado
acerca de los fenómenos psicopatológicos subyacentes a la sintoma-tología
de los pacientes, sincero interés hacia el paciente, despertando y
manteniendo la confianza de éste, y escuchar la comunicación del paciente,
sin reaccionar de acuerdo con sus propios problemas, sentimientos o juicios
de valor, como cuatro de las catorce capacidades que ha de desarrollar un
psicoterapeuta (Coderch, 1990).
- Interés por la persona y su bienestar, creencia de que hay estilos de vida
diferentes, todos buenos y útiles, tanto como el que el terapeuta desea seguir,
y creencia de que la mayoría de las personas tienen algún aspecto positivo
que puede desarrollarse, como los 3 requisitos previos que han de cumplir las
personas que se quieren dedicar a la psicoterapia como profesión (Ruiz
Fernández & Villalobos Crespo, 1994).
- Rigurosidad y flexibilidad en sus planteamientos -dominando, sin caer en el
sincretismo, una amplia gama de herramientas terapéuticas-, y com-
portamiento natural y cálido en el trato con los pacientes, como notas en
común que tienen los mejores terapeutas (Ramos Gascón, 2002).

Como colofón, y siguiendo nuevamente las recomendaciones de Hawkins (2007,


p.56), se muestran las 6 categorías de intervención terapéutica descritas por Heron
(2001) y cuyas destrezas deberían ser apropiadamente manejadas por cualquier
buen terapeuta.
Intervenciones autoritarias
(i) Prescriptiva- dar consejo, ser enjuiciador/crítico/evaluador. (i¡)
Informativa- ser didáctico, informativo, interpretativo, (iii) Confrontador-
desafiante, proporcionar feedback directo.

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Habilidades del hipnoterapeuta 257

Intervenciones facultativas
(¡v) Catártica- animar al paciente a liberar tensión a través de la risa, el llanto,
el temblor o el tartamudeo.
(v) Catalítica- reflejar, animar la resolución auto-dirigida del problema.
(vi) De apoyo- aprobar, confirmar y validar al paciente como ser humano. Una
intervención de apoyo afirma el valor y el merecimiento del paciente.

El autor señala que este modelo ofrece al profesional diferentes formas de


conducta de ayuda que puede usar al trabajar con un paciente, considerando que el
conocer los factores terapéuticos comunes a todas las terapias, incluyendo las
condiciones nucleares necesarias para una ayuda efectiva, es fundamental para el
ejercicio clínico.

Sin embargo, al categorizarse la hipnosis clínica como la habilidad para usar las
palabras y los gestos de manera particular y conseguir resultados específicos,
enfatizándose el uso de procesos hipnóticos como agentes de comunicación y
cambio efectivos (Yapko, 1 999, p. 15), cabe señalar algunas peculiaridades que
¡remos abordando en las siguientes páginas, y que, por su importancia, ha de tener
en cuenta el terapeuta que aplique técnicas hipnóticas, ya que "adquirir habilidades
hipnóticas es una manera de aumentar las habilidades clínicas, y puede ayudar a
obtener resultados más duraderos en el trabajo terapéutico realizado".

2. Empezando a aplicar la hipnosis


"Aprender sobre hipnosis y saber emplearla no es difícil; sin embargo, su
uso para asuntos de investigación y terapéutica requiere destreza, habilidad y
dominio; de ahí que si es esta última su finalidad, asegúrese de tener un pleno
control" (Cobián Mena, 2004, p. 281).

En este sentido, se ha encontrado que los clínicos noveles en la aplicación de la


hipnosis presentan generalmente los siguientes miedos (Finegold & Edelstein,
1986):

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258 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

- Miedo a fracasar.
- Miedo al poder o autoridad.
- Miedo a que otros terapeutas dispongan de mejores técnicas.
- Miedo a lo inesperado.
- Miedo a la reprobación por parte de otros clínicos.

Estos miedos pueden superarse mediante técnicas de afronta miento, basadas


en varias estrategias de actuación que comentaremos a continuación.

3. Formación en hipnoterapia
"Recibir adecuada formación en hipnoterapia, de manos de buenos clínicos,
siendo aconsejable que los estudios procedan de universidades, colegios
profesionales, o de profesionales colegiados con dilatada experiencia en el
tratamiento con hipnosis, así como mantener un aprendizaje permanente,
actualizando los conocimientos y habilidades de manera continuada, son
condiciones indispensables para el adecuado ejercicio de esta importante
habilidad" (Pérez Hidalgo, 2006).

Para abordar esta cuestión, resulta del máximo interés para el lector tanto el
conocer la valoración sobre el estado de la formación en hipnosis para psicólogos
en España de Vallejo & Capafons (2005, pp. 41-42), como las recomendaciones
para profundizar en la hipnosis indicadas por Yapko (1999, Cap.25, pp. 217-219) y
las orientaciones de la División 30 de la American Psychological Association
"Society of Psychological Hypnosis".

4.Práctica de la hipnosis
Según palabras de Cobián "el problema de hipnotizar no es complejo en sí
mismo; sólo requiere algunos elementos que, a mi modo de ver, son muy
importantes y están relacionados con la técnica o las técnicas, con la voluntad
expresa del terapeuta y el paciente (o del experimentador y del sujeto que se
hipnotizará, en otros casos) y, por último, con determinados rasgos de per-

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Habilidades del hipnoterapeuta 259

sonalidad de ambos participantes. La selección del método depende muchas veces


de la experiencia concreta del hipnólogo, así como de su marco refe-rencial
informativo, pues sobre ésta se han elaborado muy diversos procede-es que casi
siempre, sobre la base de un elemento sugestor muy fuerte, dan un buen resultado.
Atendiendo particularmente a las características del suje-to que se va a hipnotizar o
a tratar y a la pericia del hipnólogo, se destacan algunas condiciones que se
deben tener en cuenta para el buen lesempeño de la hipnosis" (Cobián Mena,
2004, pp. 256-257):

1. No hipnotizar nunca sin haber hecho una evaluación psicológica del sujeto o
paciente, pues su no realización puede conducir a errores de aplicación y a la
ineficacia del método. Debe explicársele, asimismo, qué es la hipnosis, sus
posibilidades en función de sus necesidades y obtener la aceptación por parte
de éste.
2. Una vez lograda la disposición, aplicar pruebas o técnicas de
sugestio-nabilidad muy sencillas, que permitan asegurar la evaluación de
objetos diagnósticos de una manera rápida y que no impliquen procesos
angustiantes para el paciente.
3. En todo momento, el hipnólogo debe poseer y expresar atributos tales como
seguridad y confianza en sí mismo, dominio de la técnica o técnicas,
serenidad y plasticidad en su conducta, manejo ético de la situación. Todo
ello llevará al paciente a recibir de un modo muy positivo la influencia del
terapeuta, lo que a su vez le brindará confianza y seguridad.
4. Si en el momento del proceder, bien con las técnicas diagnósticas de
sugestionabilidad o con las hipnóticas propiamente dichas, el paciente o
sujeto se muestra tenso o intranquilo, y no se logran los objetivos propuestos
porque hay resistencia o temores por parte de éste, nunca deberá forzarse la
situación, lo cual no quiere decir que no se realicen nuevos intentos (1 o 2), en
los que el hipnólogo debe mostrarse siempre relajado e inspirar confianza. Es
importante, no obstante, no insistir demasiado, pues vale la pena interrumpir y
dejarlo para otra nueva sesión o incluso para otro día. Este aplazamiento
evitará la frustración para el hipnólogo, sobre todo cuando es novel, y que
aparezcan elementos de incredulidad en el paciente o que éstos se
exacerben si ya existen en alguna cuantía.

© Editorial EOS
260 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

5. Como en toda relación terapéutica, deben mantenerse niveles de comu-


nicación importantes entre el hipnólogo y el sujeto, pues han de concurrir en
el primero los atributos de buen comunicador. Ello le permitirá establecer una
adecuada relación médico-paciente y así obtener toda la información
necesaria sobre éste, sus características personales, los motivos reales de
consulta y sus verdaderos objetivos. Siempre habrá de comunicar
equilibradamente afecto y efectividad.
6. Requisito indispensable en toda acción de hipnosis terapéutica ha de ser su
sustentación con fines de ayuda, curativos y de investigación. Toda acción
que se aparte de esos tres elementos es en sí morbosa y ajena a intenciones
humanistas.
7. Deberá existir siempre el complejo aptitud-actitud para mantener una efectiva
relación con el paciente, basada en componentes tales como buena relación
y adecuada simpatía. Dicho complejo también servirá para eliminar las más
mínimas señales de dependencia por parte del paciente hacia el terapeuta, lo
cual significa establecer y conservar una relación a la vez humana y técnica.
8. Como en toda relación terapéutica, ha de mantenerse un buen rol profe-
sional. Ello viene dado tanto por elementos estéticos relativos a la buena
presencia física, la higiene personal y la adecuada expresión verbal, como
por técnicas que son, de hecho, las más importantes para lograr los objetivos
propuestos y para satisfacer la expectativa del paciente.

5. Evaluación y mejora de las propias


habilidades hipnoterapéuticas
Una vez iniciada la andadura del aprendizaje de la hipnosis, resulta importante
valorar el grado en que se poseen las características que muestran los buenos
hipnoterapeutas (Pérez Hidalgo, 2006), identificadas en los estudios de Lazar y
Dempster (1984), mostrándose como personas sensibles, cálidas, amistosas,
competentes, seguras de sí mismas, relajadas, flexibles y creativas, pudiéndose
establecer la línea-base actual y revisarla posteriormente a los 2 meses, para
comprobar la mejora en dichas habilidades.

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Habilidades del hipnoterapeuta 261

MEDIDA PRE (0-10) MEDIDA POST (0-10)


FECHA: FECHA:
SENSIBILIDAD
CALIDEZ
AMABILIDAD
COMPETENCIA
SEGURIDAD
ESTILO RELAJADO
FLEXIBILIDAD
CREATIVIDAD

También es conveniente evaluar también la propia capacidad de comunicación


en torno a las siguientes modalidades que todos los terapeutas tienen (Pérez
Hidalgo, 2006), siguiendo el mismo procedimiento indicado en el párrafo anterior.

MEDIDA PRE (0-10) MEDIDA POST (0-10)


FECHA: FECHA:

EMPLEO DE LA MIRADA
MANEJO DE LA VOZ
GESTUALIDAD

SUGESTIONES DE
CONTACTO FÍSICO
ACOMPASAMIENTO
GLOBAL

Para mejorar las posibles carencias de estilo de comunicación o pautas de


sugestión recomendamos utilizar las siguientes estrategias:

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262 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

- Grabar en audio o vídeo las sesiones de hipnosis para mejorar la voz y la


postura (Yapko, 2008, p. 305)
- Presenciar numerosas inducciones de trance llevadas a cabo por expertos en
la materia, con diferentes procedimientos, y observando cuidadosamente las
reacciones de los sujetos de experimentación, con la seguridad de que, más
allá de la variedad de reacciones, se acabará captando intuitivamente la nota
fundamental de ingreso en el trance (Ramos Gascón, 2002, p. 27).
- Experimentar en sí mismos, y en reiteradas ocasiones, la experiencia del
trance hipnótico, con técnicas de heterohipnosis y autohipnosis.
- Practicar ampliamente las distintas modalidades de inducción, profundizaron
y deshipnotización, en los tres estilos básicos de presentación de las
sugestiones -directivo, permisivo e indirecto (Pérez Hidalgo, 2006).
- Confeccionar un programa de autohipnosis para mejorar esas carencias de
estilo de comunicación o pautas de sugestión (Pérez Hidalgo, 2006). En este
sentido, recomendamos tanto la lectura de libros sobre autohipnosis (Alman
& Lambrou, 2000; Eimer, 2004; Revenstorf & Zeyer, 2003; Sheehan, 1997a;
Simpkins & Simpkins, 2006), el desarrollo personal de técnicas específicas
para alcanzar los resultados deseados, así como el uso de herramientas de
audio1.
- Adquirir habilidades en la construcción de metáforas, para emplearlas
durante los procedimientos de inducción hipnótica e intensificación del trance,
pudiendo utilizarse los guiones como una estructura sobre la cual ir
construyendo exitosas sesiones de terapia (Alien, 2002). "Aprender a contar
historias de manera hipnótica (es decir, significativamente, utilizando las
respuestas del cliente, entremezclando sugestiones, etc.) es una habilidad de
un valor incalculable" (Yapko, 1999, p. 168). Para este aprendizaje
nuevamente aconsejamos la lectura; en

1 Por ejemplo, la sesión de relajación del Dr. Jorge Cuadros, disponible de forma gratuita en la página web de
Hipnológica (http://www.hipnologica.com/audios/78-relajacion.html), que además de permitirnos en su primera parte
alcanzar un estado agradable de bienestar, en su segundo tramo facilita la generación de soluciones creativas a
nuestros problemas, mediante el Proceso Creativo de 4-Estadios (Rossi, 2002).

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Habilidades del hipnoterapeuta 263

este caso, tanto del artículo sobre las metáforas en la psicología


cogni-tivo-conductual de Moix Queraltó (2006), como de los libros de Burns
(2007a, b), Alien (2002), Erickson & Rossi (1992) y Rosen (1986) y la ulterior
práctica, de modo que esta forma de comunicación vaya automatizándose en
el sistema de interacción terapéutica con los pacientes.
- Tener en cuenta en la práctica clínica los Consejos útiles para la práctica de la
hipnosis (Yapko, 2008) y los Elementos de influencia en el proceso hipnótico
(Jara Vera, 2005), que describiremos en el apartado referido a "Habilidades
para aplicar la Hipnosis".
- Practicar la hipnosis de grupo, una vez garantizada suficiente experiencia
previa en hipnosis individual, como herramienta importante para incrementar
las habilidades de intervención clínica (Pérez Hidalgo, 2006).

6. Empleo de la técnica de autohipnosis


"Consideramos imprescindible el aprendizaje de la autohipnosis por parte del
terapeuta, ya que esta herramienta le ayudará a aumentar su creatividad en la
resolución de los casos clínicos que esté llevando a cabo, le servirá como
modelado para después enseñarla a los pacientes, facilitará la existencia de
un trance sincronizado, fomentando la empatia y la comunicación, y le
permitirá el establecimiento de objetivos terapéuticos, al poder visualizar que
el paciente entrará en un trance profundo, en el que se gestionará la
resolución del problema" (Pérez Hidalgo, 2006).

En palabras de Yapko (1999, pp. 161-162) "La autohipnosis permite a la persona


utilizar cualquier parte de sí mismo que le ayude a beneficiarse más de una situación
dada. Define la relación con uno mismo como cooperativa y respetuosa y no como
un conflicto interno y devaluado. Para actuar bien como persona, al igual que como
terapeuta, el 'ambiente interno' se debe desarrollar y proteger. Es muy cómodo
saber que uno puede usar sus habilidades hipnóticas para mejorar no sólo las vidas
de los clientes, sino también la propia".

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266 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

"vosotros/nosotros", y pasando a "tú", conforme se vaya avanzando en el


proceso hipnótico.
- Se ha de obtener un feedback por parte de cada uno de los integran
tes del grupo, para mejorar su adaptación al mismo, ya que no todos
los grupos experimentan el trance hipnótico de la misma forma, tenien
do cada uno su propia "personalidad", a la que habrá que atender
adecuadamente.

8. Habilidades para aplicar la hipnosis


8.1. Consejos útiles para la práctica de la hipnosis (Yapko,
2008, pp. 287-310)
- Utilizar sugestiones sencillas y fáciles de seguir, que permitan al cliente
dejarse llevar por el proceso sin tener que analizar, interpretar y juzgar
críticamente (es decir, conscientemente) los méritos de dichas sugestiones.
- Emplear el lenguaje del cliente tanto como sea razonablemente posible,
procurando usar el lenguaje de las experiencias internas del cliente sin darles
nuestro propio significado, sin trasladarlas a nuestro propio lenguaje y sin
comunicarnos desde nuestro propio estilo lingüístico, y sin dar por hecho que
para el cliente significa lo mismo que para el terapeuta.
- Hacer que el cliente defina los términos expeñencialmente, sin temor a pedir
aclaraciones al cliente, ya que las palabras no dan nunca una idea completa
de lo que una persona está experimentando subjetivamente, por lo que
cuanta más definición y descripción haya mayores serán las probabilidades
de éxito en la intervención. Dejando que los clientes definan el significado de
los términos que emplean, el clínico puede a menudo ayudarles a redefinirlos
y, en consecuencia, a alterar la experiencia que representan, siendo esta la
esencia de la técnica denominada "Reencuadre".
- Emplear el presente de indicativo y una estructura positiva, formulando las
sugestiones en tiempo presente, en términos de lo que la persona está
experimentando, y de manera positiva, refiriéndonos a lo que la persona
puede hacer en vez de lo que no puede hacer (Grinder & Bandler, 1981;
Hammond, 1990).

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Habilidades del hipnoterapeuta 267

- Fomentar y elogiar las respuestas positivas del cliente, guiándolo hasta un


punto en el que pueda identificar y reconocer fuerzas y recursos personales
que antes le pasaban desapercibidos, acercándonos a él con respeto,
aceptando y utilizando sus respuestas para descubrir una forma de utilizarlas
que facilite el cambio. Aceptar la situación sin reproches críticos es bueno
para animar al cliente a utilizar el puente de la intervención para alcanzar los
objetivos deseados.
- Definir la responsabilidad del problema y los recursos para solucionarlo,
guiando al cliente a la aceptación de cierta responsabilidad por lo que está
experimentando, abandonando el papel de víctima o culpable, y ayudándolo a
descubrir que tiene poder para controlar los hechos de su vida, en el mejor de
los casos, o, en el peor de ellos, sus reacciones ante dichos hechos, siendo
parte esencial del tratamiento el que el cliente se defina como participante y
dueño de los recursos para resolver sus problemas.
- Emplear selectivamente las modalidades sensoriales, logrando identificar el
sistema de experiencias sensoriales predilecto de una persona: visual,
auditivo, kinestético o multisensorial (Bandler & Grinder, 1979), adaptando
nuestra comunicación a dicho sistema y aumentando la probabilidad de influir
de manera significativa a través del logro de un rapporf mayor. "Lo relevante
desde el punto de vista clínico es qué modalidad sensorial es la dominante en
un contexto dado, particularmente en el contexto de los síntomas. Cuando un
clínico sabe identificar el sistema preferido de experiencia sensorial de una
persona, está en condiciones de adaptar los mensajes a dicho sistema y
aumentar con ello las probabilidades de influir en ella mediante una mejor
relación de comunicación".
- Informar al cliente según sus deseos y en función de lo que sea necesario
para el éxito de la terapia, sin brindar al cliente la oportunidad de desarrollar
defensas analizando y criticando lo que está haciendo el clínico, respetando la
práctica ética y apoyándonos en la confianza, el rapport y el respeto por la
integridad del cliente.
- Dar al cliente el tiempo que necesite para responder, dejando que elabore las
respuestas sugeridas al ritmo que decida, sin fijar un límite de tiempo a las
mismas, con especial énfasis en la fase de deshipnotización.

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268 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

- Utilizar el contacto sólo selectivamente y siempre con permiso del cliente,


solicitándolo tanto antes de que empiece la sesión de hipnosis, como durante
la misma, evitando invasiones en su espacio personal, reorientaciones del
cliente hacia el exterior y sobresaltos.
- Emplear señales de anticipación para anunciar intenciones, que permiten al
cliente conocer de manera efectiva qué acción va a emprender el clínico
(dentro de un momento voy a....), sin que esto le asuste. También tiene la
función de hacer que el cliente se sienta cómodo y no creer que tiene que
prestar atención a todo lo que el terapeuta está diciendo o haciendo, evitando
un análisis consciente que resultaría contraproducente para el desarrollo de
la sesión hipnótica.
- Utilizar la voz y el comportamiento de forma consistente con las intenciones,
teniendo el terapeuta control de su voz y de su cuerpo al comunicarse,
usándose a sí mismo como mecanismo para que las sugestiones lleguen al
cliente, y prestando especial atención a los componentes no verbales de la
comunicación (contacto visual, postura corporal, gestos, ritmo, empleo del
espacio, volumen y tono de voz y expresión facial).
- Enlazar las sugestiones de forma estructurada, construyendo un vínculo
entre lo que está haciendo el cliente y lo que el terapeuta querría que hiciera,
correspondiendo la primera parte de la frase a la experiencia actual del
cliente, y la segunda a la sugerencia de una experiencia posible pero no
actual, utilizando los tipos de enlace (Bandler & Grinder, 1975) relativos a
"conjunción simple" (y, pero,...), "causal implícito" (según, mientras,
durante...) y "predicativo causal" (haciendo que uno sea causa del otro...),
siendo estos vínculos la base para que el proceso hipnótico sea fluido y
conectado.
- Emplear sugestiones de proceso para alentar proyecciones, evitando dar
demasiados detalles que podrían ser contradichos por el cliente,
aprendiendo a "ser concretamente genérico".
- Construir poco a poco conjuntos de respuestas, alentando al cliente a
desarrollar un estilo pautado de respuestas más plenas y consistentes con
las sugestiones. Esta etapa de la creación deliberada de un conjunto de
respuestas es la que más influye en el éxito general de la sesión de hipnosis.
El conjunto de respuestas comúnmente utilizado se conoce

© Editorial EOS
Habilidades del hipnoterapeuta 269

como el "conjunto de síes" (Erickson & Rossi, 1979), siendo este un patrón de
respuestas afirmativas a las sugestiones que se le hacen, construyendo un
estado mental favorable a la aceptación, yendo de lo general a lo particular,
utilizando una serie de truismos mediante la formulación de 3 o 4 tópicos
seguidos que han de ser aceptados por el cliente en silencio, pudiendo entonces
incorporar más tópicos que también serán aceptados. También se puede
propiciar el rechazo a las sugestiones mediante el uso del "conjunto de noes",
o estimular el escepticismo y la incertidumbre empleando un conjunto de "no
sé". - Si procede, sustituir la palabra hipnosis por otros términos, si al cliente le
inspira temor y dudas, pudiendo cambiarla por otros términos apro-ximativos
(visualización, fantasía guiada, relajación controlada, imágenes mentales), ya
que lo importante para garantizar que la hipnosis esté presente es que exista un
estado de concentración mental ceñido a las sugestiones recibidas, una
experiencia disociada y una influencia como resultado, siendo lo de menos el
nombre que tenga.

8.2. Elementos de influencia en el proceso hipnótico (Jara


Vera, 2005)
El prestigio y las preconcepciones sobre la hipnosis
"Las preconcepciones que tenga el cliente sobre la hipnosis pueden actuar
como efecto placebo o nocebo. Si éste considera que la hipnosis es
misteriosa, poderosa y sensacionalista, sus creencias y actitudes constituirán
un factor placebo muy importante para facilitar la disposición y las
expectativas del cliente hacia la terapia. Por el contrario, si cree que la
hipnosis supone una experiencia ansiógena, temible o frustrante, el prestigio
de la hipnosis actuará como factor nocebo, empobreciendo el rendimiento del
cliente si no son adecuadamente combatidas por el terapeuta (Spanos, Brett,
Menary & Cross, 1987)".
Identificación y reestructuración de creencias limitantes
"La primera tarea del terapeuta, si detecta inicialmente algunas actitudes y
expectativas limitantes para la aplicación de la hipnosis referidas a la idea de

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270 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

la hipnosis como ¡nductora de estados de inconsciencia, de pérdida de control, de


sumisión, de dependencia del hipnotista, o de resultados ilusoriamente rápidos y
espectaculares (por negativas, excesivamente positivas o incorrectas) es
reestructurarlas y dirigirlas hacia una orientación más realista y favorecedora
(Cangas, 2001; González Ordi & Molina del Peral, 2000), proveyéndole de
información pertinente y utilizando algunos ejercicios sugestivos sencillos (p.e. el
péndulo de Chévreul) con los que ilustrar y reforzar tal reestructuración. La
experiencia tanto clínica como experimental demuestra que este cambio de
creencias resulta a menudo moderado y posiblemente tan resistente como cambiar
otro tipo de creencias disfuncionales que el cliente trae a terapia (Gfeller, 1993). Si
las actitudes y expectativas negativas se muestran resistentes a un cambio
significativo y en un tiempo prudencial para la rentabilidad del esfuerzo, podría
optarse por el uso de métodos no hipnóticos y/o el empleo de estrategias hipnóticas
no catalogadas abiertamente como tales, y desarrolladas con poca apariencia del
prototipo formal de hipnosis".

Prestigio, carísma y habilidades para generar confianza del terapeuta


"La hipnosis es frecuentemente experimentada como una relación extre-
madamente intima, que requiere de un buen nivel de confianza en el
hipnotista y que, al tiempo, eleva dicho nivel (Gilí & Brenman, 1961). Resulta
siempre improcedente intentar que el cliente siga las sugestiones y se oriente
a la tarea si el aspecto básico de relación no está previa y adecuadamente
establecido y, para ello, también el prestigio que precede al terapeuta e
incluso elementos externos como la apariencia de su despacho pueden
contribuir de forma no desdeñable a la influencia placebo. Pero, entre los
elementos que contribuirán al facilitamien-to del rapport quizá nada resulta
tan efectivo como un primer encuentro agradable y positivo con la hipnosis,
por lo cual el hipnotista debe cuidar muy especialmente el procurar una buena
y agradable experiencia en la primera inducción." (Gfeller, Lynn & Pribble,
1987).

Pautas y principios clave para mantener y estrechar el "rapport"


- Mensajes de refuerzo e instrucciones motivacionales, antes de iniciar la
primera inducción, dando instrucciones motivacionales
específicas

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Habilidades del hipnoterapeuta 271

para activar la concentración y capacidad de visualización del cliente (Barber


& Calverley, 1965), "así como ánimo y refuerzo en varios momentos del
proceso hipnótico, y al final del mismo, contingentemente al esfuerzo
cognitivo y al rendimiento del sujeto, para aumentar su sensación de
competencia y autoeficacia (p.e.: "muy bien, me siento orgulloso de cómo
estás colaborando", "estás concentrándote realmente bien", "has respondido
muy adecuadamente tratándose de la prime-
•í ft\lf
ra sesión ) .
- Manipulación verbal de expectativas, efectuando comentarios que aumenten
la confianza inicial en el proceso hipnótico, las expectativas de sencillez de los
ejercicios y la confianza del sujeto en su propia capacidad de respuesta (p.e.:
"verás cómo es bastante fácil", "vas a sentirte muy cómodo e involucrado",
"aprecio que tienes una buena capacidad para la hipnosis, y seguro que vas a
experimentarla de un modo intenso"...), haciendo un ajuste realista de
expectativas al potencial de respuesta del cliente. "Considerando que tal
ajuste y optimiza-ción en la generación verbal previa de expectativas es algo
sumamente difícil a priori, dado que conocer el potencial de respuesta del
cliente, según la evaluación clásica de la hipnotizabilidad, implica de hecho
iniciar la aplicación de ejercicios hipnóticos, el uso de los instrumentos de
autoinforme para la medida de la sugestionabilidad (Escala de Imaginación
Creativa de Wilson & Barber, 1978; Inventario de Sugestionabilidad de
González Ordi y Miguel-Tobal, 1997), puede suponer una aportación muy
interesante para guiar la estrategia de influencia del terapeuta arriesgando
mínimamente en la predisposición inicial del cliente".
- Evaluación previa del nivel y tipo específico de sugestionabilidad (mayor
facilidad o dificultad para imaginar en determinada modalidad sensorial,
diferencias de rendimiento en ejercicios motores, sensoriales o cognitivos).
Esta estrategia supone también una contribución importante para establecer
un criterio de decisión sobre los procedimientos a emplear, para la
individualización de las sugestiones y, de este modo, para aumentar la
sintonía y favorecer el principio de verificación o confirmación verbal de
experiencias.

© Editorial EOS
272 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

- Focalización y orientación continuada de la atención del cliente, a través de


las sugestiones, como factor clave para reducir la crítica hacia el contenido de
las sugestiones y para la integración de la ideas.
- Manipulación experiencia! de expectativas mediante el empleo de "trucos
hipnóticos" con los que el hipnotista trata de producir experiencias que
facilitan la verificación o confirmación de las sugestiones dadas.
- Repetición masiva, variada y resuelta de las sugestiones, aprovechando el
contexto desinhibidor que supone la hipnosis, tanto para el cliente como para
el terapeuta (Sarbin, 1950), permitiendo una serie de licencias poco usuales y
un recurso a ciertas estrategias útiles, como la repetición de las sugestiones,
de forma congruente con el contexto en que se aplican, otorgando así una
extraordinaria flexibilidad de acción al terapeuta para hacer o decir cualquier
cosa y de cualquier manera, con el único criterio de que resulte útil para
favorecer la respuesta del sujeto.
- Verificación o confirmación verbal de experiencias, explicitando
verbal-mente, de forma casi sincrónica, la experiencia que el sujeto está
teniendo, para aumentar la sintonía, el acompasamiento y el rapport.
- Conducción o guía hacia otras experiencias sugeridas, conectando de un
modo natural la expresión de "lo que está ocurriendo de hecho" con la
expresión de "lo que queremos que ocurra", mediante relaciones de
yuxtaposición, causalidad e implicación, dando así a la experiencia del sujeto
el significado que nos interesa y tratando de respetar para ello el "tempo" de
respuesta del sujeto (acompasamiento).
- Inducción hacia un cambio en los niveles de activación, ya sea hacia la
relajación y somnolencia o hacia la activación y el estado de alerta
concentrada (Bányai, Zseni & Túry, 1993; Capafons, 1999).
- Uso de estrategias de imaginación congruentes, induciendo al sujeto a la
recreación interna de las sugestiones de la manera más vivida posible,
apoyándose en la memoria sensorial y en estrategias de imaginación, como
el uso de metáforas, que facilitan la experiencia deseada.
- Empleo de un Lenguaje de pasividad, para crear la experiencia en el sujeto
de no volición y el desarrollo de atribuciones de control externo o de
respuesta inconsciente.

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Habilidades del hipnoterapeuta 273

- Uso tanto de un Lenguaje especificador (sugestiones de contenido) para


crear una experiencia imaginaria más plena y de completa implicación, como
de un Lenguaje abstracto (sugestiones de proceso) en las que se dejará la
responsabilidad del detalle al cliente, pudiéndose emplear las metáforas "para
expresar cuestiones nuevas, complejas y cargadas emocionalmente,
propiciando la conexión del cliente con las propias habilidades ahora
requeridas... y facilitando el uso de la imaginación, el pensamiento holístico y
la implicación emocional".
- Manejo cuidadoso del Lenguaje temporal, "usando los tiempos verbales para
reordenar los sucesos en un tiempo interno subjetivo, utilizando la confusión y
la reorientación temporal para lograr el proceso de cambio, desplazando la
atención del cliente en la línea subjetiva del tiempo (pasado, presente y
futuro) según las conveniencias de la intervención, y creando distorsiones
temporales que favorecen los objetivos terapéuticos (Fraisse, 1 984; St. Jean,
1989)".
- Empleo de una Comunicación paraverbal (tono, ritmo, cadencia, musicalidad,
volumen) acompasada y emocional, con el propósito de cargar afectivamente
el contenido de las sugestiones, para facilitar su integración.
- Uso de las Presuposiciones como sugestiones indirectas, para llevar la
atención consciente del sujeto sobre lo más ¡rrelevante, dando por asumido lo
que verdaderamente importa, contribuyendo a que el cliente asuma el rol
adecuado y tenga la experiencia deseada, haciendo el terapeuta un continuo
"como si" (Watzlawick, 1993): habla como si el cliente ya estuviera
hipnotizado, como si estuviera reviviendo una edad anterior, como si existiera
un observador oculto..., formuladas de manera muy congruente por el
terapeuta.
- Incorporación de Sugestiones para la generalización de lo aprendido,
"induciendo asociaciones imaginarias de los recursos desarrollados en la
sesión con los contextos particulares en que el cliente requiere de esos
recursos, ofreciendo sugestiones poshipnóticas que contribuyan a esa
generalización situacional y temporal de las respuestas desarrolladas en la
sesión de gabinete".
- Lograr la Congruencia del terapeuta, creyendo que es efectivamente capaz
de inducir en el cliente los efectos deseados y creyendo también

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274 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

que se tiene la capacidad de reorientarlos en caso de fracaso, asumiendo y


compartiendo como propia la información terapéutica transmitida en la
sesión. "La empatia, la flexibilidad de respuesta y la orientación constructiva
por parte del terapeuta que tienden a alcanzar su máxima expresión en el
trabajo hipnótico, no pueden entenderse simplemente como estrategias o
elementos técnicos, sino que han debido alcanzar cierto nivel de integración
en el estilo de comportamiento del terapeuta, también fuera del contexto
formal de la hipnosis. Dejo aquí la reflexión crítica sobre si éste es quizás uno
entre los motivos por los que muchos terapeutas se siente incómodos e
incompetentes manejando técnicas hipnóticas, y reniegan de ellas en base a
otro tipo de racionalizaciones, y a su vez, uno de los motivos por los que el
entrenamiento en habilidades hipnóticas podría resultar tan provechoso para
todo tipo de terapeutas" (Jara Vera, 2005).

8.3. Aprendiendo del maestro


Milton H. Erickson fue el primero en introducir en la psicoterapia una orientación
de futuro, procurando apartar a los pacientes del pasado que no se podía cambiar,
volcándolos hacia el presente y el futuro, donde era factible abordar las dificultades
de modo más adecuado: "orientando la psicoterapia se orienta de modo apropiado
con respecto a la vida de hoy, al preparar el mañana, el mes próximo, el año
próximo, el futuro, que en sí mismo impondrá muchos cambios en el funcionamiento
de la persona en todos los niveles de su conducta" (O'Hanlon, 1995, p. 24).

Erickson no se orientaba hacia el problema, sino hacia la solución, buscando


soluciones y fuerzas que existían en la persona en el presente, o que podían
desarrollarse y utilizarse en el futuro, conceptuando en el terapeuta las siguientes
características distintivas:

Flexibilidad. "Cada persona es un individuo. Por lo tanto, la psicoterapia debería


formularse para hacer frente a la singularidad de las necesidades del individuo, y no
recortar la persona para que se adecúe al lecho de Procusto de una teoría hipotética
de la conducta humana" (Erickson & Rossi, 1979). Erickson descubrió la
importancia de la flexibilidad en la conducta

© Editorial EOS
Habilidades del hipnoterapeuta 275

del terapeuta, encontrando que si éste cambia su conducta y comunicación, ello


tiene un efecto acentuado en las experiencias de sus sujetos, hallando también que,
a veces, cambios ligeros en las palabras, la conducta y las comunicaciones del
terapeuta o del hipnotizador, pueden producir alteraciones espectaculares de la
experiencia de los sujetos en trance (O'Hanlon, 1995, p. 25). Si un procedimiento no
da resultado, él prueba con otros, hasta que alguno resulta eficaz (Haley, 1973, p.
203).

Observación. Siguiendo el mismo lineamiento del énfasis en la formulación


flexible de las hipótesis, Erickson también hizo hincapié en que el terapeuta no
conoce con seguridad el significado de lo que observa. Dio importancia al empleo
por el profesional de todas las modalidades sensoriales, en especial las de mirar
atentamente y escuchar, para descubrir las claves de la terapia eficaz y del modo en
que la terapia actúa. El lenguaje del paciente, los cambios en la dinámica vocal, las
alteraciones en el tono muscular y los gestos, son algunos de los elementos que
mencionó como de observación importante (O'Hanlon, 1995, p. 26).
Erickson cuestionó algunos supuestos tradicionalmente sustentados por los
terapeutas, partiendo de su propia experiencia clínica (O'Hanlon, 1995, pp. 28-31):

- No estimó necesario conocer la causa de un problema para resolverlo, por


considerar la etiología como una materia compleja y no siempre pertinente
para superar un problema (Haley, 1973, p.106)
- No creyó preciso que el paciente comprenda o tome conciencia (insight,
awareness) de la naturaleza de su problema para que se produzca el cambio
terapéutico, ya que el inconsciente tiene un inconmensurable papel que
desempeña en la vida experiencia! total de una persona, desde la infancia en
adelante, esté despierta o dormida, por lo que cabe esperar que solo se
vuelvan conscientes algunas pequeñas partes de él, considerando como
esencial para el funcionamiento psicológico la parte inconsciente no
transformada en consciente (Rossi, 1980, vol.4, p. 246).
- Tampoco consideró que fuera necesario contar con una teoría coherente
especial ni hipótesis generales acerca de los problemas, prefiriendo

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276 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

tomar cada caso tal como le llegaba, formulando hipótesis específicas para
cada cliente en particular.
- Albergó dudas razonables sobre la inmutabilidad del carácter/personalidad,
asumiendo una posición pragmática sobre la determinación genética de la
personalidad desde una edad muy temprana, basando su terapia en la
existencia de aspectos alternativos de la personalidad susceptibles de
sacarse a la luz y utilizarse para beneficio del individuo.
- Dudó de la funcionalidad de los síntomas, admitiendo que, aunque fuera
posible que los problemas hubieran surgido por razones funcionales,
después de cierto tiempo tal vez dejarían de cumplir esa función y persistirían
solamente porque los seres humanos quedan pautados de esa manera.
- También desplazó la responsabilidad por los resultados en la terapia, desde
el terapeuta hasta el cliente, considerando que la responsabilidad de este
último estriba en hacer algo, en términos de experiencia, de conducta, o de
unos y otros. Es el paciente quien realiza la terapia. El terapeuta sólo
proporciona el clima, la atmósfera que favorece el cambio, dando forma (por
medio de palabras y acciones) a una expectativa de éxito, y utilizando e
incorporando al tratamiento las objeciones, el estilo y la "resistencia" del
paciente.

Erickson observó a menudo que la conducta y el pensamiento de las personas


están pautados con rigidez, pero, en lugar de extraer la conclusión de que como
consecuencia de esa rigidez el cambio es imposible (según lo consideran muchas
terapias), él pensaba que las pautas son modificables. Su hipnosis y su terapia
presentaban 3 concepciones principales para intervenir en las pautas (O'Hanlon,
1995)

- Utilización de las pautas presentes al servicio del cambio, subrayando


la utilización del lenguaje del paciente, sus intereses y motivaciones,
sus creencias y marcos referenciales, su conducta, su/s síntoma/s y su
resistencia, emparejándolos con las pautas de conducta y lenguaje de
sus pacientes, haciendo que la conducta, vocabulario e ¡deas del tera
peuta copiaran la conducta, la experiencia y la comprensión del
paciente, o que se emparejaran con ellas, destacándose especialmen-

© Editorial EOS
Habilidades del hipnoterapeuta 277

te la copia de las pautas respiratorias, en las que Ericicson alineaba el ritmo


de su voz, sus movimientos o su propia respiración en concordancia con el
ritmo respiratorio del paciente.
- Alteración u obstrucción de tales pautas presentes, empleando las siguientes
modalidades:
Ij Cambiar la frecuencia/velocidad del síntoma o de la pauta-síntoma.
2) Cambiar la duración del síntoma o de la pauta-síntoma.
3J Cambiar el momento (del día, de la semana, del mes, del añoj del
síntoma o de la pauta-síntoma.
4) Cambiar la ubicación (en el cuerpo o en el mundo] del síntoma o
de la pauta-síntoma.
5) Cambiar la intensidad del síntoma o de la pauta-síntoma.
ój Cambiar alguna otra cualidad o circunstancia del síntoma.
7) Cambiar la secuencia (el orden) de los acontecimientos que rodean al
síntoma.
8] Crear un cortocircuito en la secuencia (por ejemplo, un salto del principio
al final).
9) Interrumpir o, de alguna otra manera, impedir que se produzca
toda la secuencia, o parte de ella ("descarrilamiento"). 10) Agregar o suprimir
(por lo menos) un elemento en la secuencia. ) 1) Fragmentar algún elemento
completo, en elementos más pequeños.
12) Hacer que se presente el síntoma, sin la pauta-síntoma.
13) Hacer que se presente la pauta-síntoma, excluyendo el síntoma.
14) Invertir la pauta.
15) Vincular la aparición de la pauta-síntoma con otra pauta, habitual-mente
una experiencia indeseada, una actividad evitada, o una meta deseable
pero difícil de obtener ("tarea condicionada por el síntoma").
Establecimiento de pautas nuevas, apoyándose en las siguientes estrategias:
1) "Tendencia al Sí", generando un hábito o tendencia al acuerdo, para
hacerlos más receptivos a las ideas y a la cooperación, formu-

© Editorial EOS
278 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

lando inicialmente una serie de preguntas que con toda probabilidad


tendrían una respuesta afirmativa, para plantear después un interrogante
cuya respuesta no era tan obvia, pero que, teniendo gran importancia para
la terapia, se precisaba que el paciente respondiera de modo afirmativo.
2) "Tendencia Invertida", haciendo que los sujetos o pacientes nieguen con
la cabeza cuando la respuesta que quieren dar es "sí", y que afirmen con
la cabeza cuando la respuesta es "no", generando los efectos de
confusión, facilitación de la ruptura de una pauta antigua, estableciendo
una pauta nueva coherente con las metas de la terapia (si una pauta
habitual puede cambiar, también lo puede otra -la pauta-síntoma), y
generación de una fisura o desconexión entre el pensamiento y la acción
del sujeto (el pensamiento del paciente no tiene por qué determinar su
conducta en esta área ni en el área del síntoma).
3) "Tendencia al No", permitiendo al cliente discutir todo lo que el terapeuta
le dice, limitándose a ordenarle que haga lo opuesto a lo que se desea.

Con estas estrategias Milton H Erickson conseguía "canalizar" la conducta y la


experiencia del paciente, en beneficio de otras metas terapéuticas o bien para
modificar pautas inaceptables y eliminar el síntoma.
"Considerado, con justicia, uno de los mejores terapeutas que han existido,
M.H. Erickson no siempre utilizaba la hipnosis, sino que se adaptaba a las
características de cada caso, trabajando de una forma que podríamos
considerar artesanal. Su creatividad era tal que, en realidad, diseñaba una
terapia específica para cada paciente. Y de esta forma, usaba libremente la
hipnosis, tomándola o dejándola según lo aconsejara la situación terapéutica"
(Ramos Gascón, 2002).

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Habilidades del hipnoterapeuta 279

9. Corolario
Concluimos este capítulo con las aseveraciones de varios psicólogos clínicos,
expertos en hipnosis, con la confianza de haber generado en el lector el anhelo por
aprender y profundizar en el conocimiento de esta excelente herramienta
terapéutica, deseándoles un feliz y fructífero viaje.
"El entrenamiento específico habitual en técnicas de hipnotismo o, en general,
en técnicas sugestivas (p.e.: terapia de autorregulación) pone quizás un
excesivo énfasis en la tecnología y demasiado escaso en la metodología y
epistemología. Comprender más ampliamente el cómo y el por qué
subyacentes a las técnicas hipnóticas puede dar mayor autonomía y dominio
al practicante, facultándole de un modo claro para la improvisación bien
fundamentada, para el desarrollo y refinamiento de nuevas técnicas y para la
traslación de los fundamentos pertinentes del trabajo hipnótico a otros
momentos y apartados de su trabajo. Resulta importante para todo terapeuta,
independientemente de su corriente teórica dominante, conocer y manejar
ciertas "habilidades hipnóticas", aunque sea para utilizarlas en un contexto
diferente a la hipnosis formal, si quiere mejorar su eficiencia en la inducción de
las nuevas representaciones y cambios útiles para el cliente. En definitiva,
quizá bastante más importante que el aprendizaje de unas técnicas estándar,
sea comprender en qué consiste liderar una relación y cómo es estar en
posición de influencia. La hipnosis se muestra indudablemente muy
reveladora en ese sentido, y acercarse a ella con este enfoque puede resultar
mucho más fructífero que estudiarla como algo demasiado cerrado y
estandarizado. El entrenamiento en hipnosis y habilidades de la hipnosis para
profesionales podría verse mejorado con la atención consciente, más
detallada y sistemática, a los diferentes elementos tecnológicos,
metodológicos y epistemológicos que en el proceso hipnótico entran en juego"
(Jara Vera, 2005).

"La hipnosis como herramienta terapéutica es asimismo excelente porque


hace compatible el necesario rigor en su aplicación con la libertad terapéutica,
lo que posibilita al clínico, sin pérdida de su eficacia, a tomar o dejar la
hipnosis como medio de terapia, utilizando otras téc-

© Editorial EOS
280 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

nicas -en combinación o por separado- según lo aconseje cada circunstancia


o fase de la terapia. Es más, puede afirmarse que el clínico que utilizase única
y exclusivamente la hipnosis, sería un mal terapeuta. Posiblemente, uno de
los escasos riesgos que la hipnosis tiene para el terapeuta es que éste se
quede hipnotizado por esta técnica, empleándola rígidamente, con exclusión
de todas las demás. El buen terapeuta domina una variedad de técnicas y se
siente igual de cómodo tanto si está utilizando la hipnosis como si está
trabajando con el paciente en situación normal de vigilia" (Ramos Gascón,
2002).

"Mantenga vivo el principio de "No hacer daño". Ello le evitará caer en errores
éticos y a la vez fortalecerá su capacidad humana y voca-cional hacia el
sujeto que requiere su atención. Sea honesto y reconozca las limitaciones
propias, lo que ensalzará su estatura humana y científica; se verá impelido a
profundizar sus conocimientos y experiencias. Recuerde que la hipnosis es
válida y posible de aplicar, pero no una que sirva para todo y para todos, por
lo que no debe forzar su uso donde no tenga posibilidades. Si se decide por
un método o una escuela, recuerde que los otros también son útiles. Acudir a
ellos no significa en modo alguno modificar su postura. No olvide que
mientras más sepa y destine su conocimiento a los fines más nobles de la
humanidad, más podrá hacer por ella y para ella" (Cobián Mena, 2004).

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Habilidades del hipnoterapeuta 281

APÉNDICE 1
Estructura para la autohipnosis. E. Sheehan, 1997.
1. Siéntate y ponte cómodo/a. Cierra los ojos. Date permiso a ti mismo/a para
usar este inapreciable período de tiempo única y exclusivamente en tu
beneficio.
2. Concéntrate en tu respiración. Permite que tu mente vaya siendo consciente
de las distintas sensaciones que experimentas a medida que respiras. Esto
incluye el subir y bajar de la caja torácica y el que el aire sea un poco más frío
cuando lo inhalas y un poco más caliente cuando lo exhalas. Dejarte absorber
por el ritmo de tu respiración puede llegar a ser una experiencia sumamente
relajante. Deja que tu respiración se vaya haciendo más lenta hasta que se
vuelva apacible y tranquila, sin tratar de forzar el proceso.
3. Sé consciente de cualquier tensión que haya en tu cuerpo o en tu mente y
permite que salgan de tu cuerpo y de tu mente cuando EXHALES. Cada
nueva exhalación hará que cualquier tensión que pueda haber dentro de ti se
vaya disipando a medida que eliminas las tensiones de tu cuerpo con este
método tan especial.
4. Cuando INHALES, permite que la calma y el bienestar entren en tu cuerpo.
Poco a poco, y a medida que vayas expulsando las tensiones de tu cuerpo
con cada exhalación y dejes entrar la calma y el bienestar con cada
inhalación, te bastará con seguir respirando para sentirte lleno/a de calma y
paz. Da permiso a cada nervio, músculo y fibra de tu cuerpo para que se
relajen.
Por ejemplo, puedes imaginar que inhalas y exhalas el aire a través de la piel
de tu cuerpo, permitiendo que la piel se sienta tonificada y vigorizada con
cada inhalación y dejando que se relaje con cada exhalación.
También puedes ir tensando muy lentamente los músculos de los pies y
mantener esta tensión durante un momento, dejando después que la tensión
se vaya disipando de manera muy gradual, continuando con la tensión y la
relajación, mientras vas ascendiendo poco a poco por los grupos musculares
del cuerpo: Pantorrillas, Muslos, Nalgas, Estómago, Pecho, Espalda, Manos,
Brazos, Hombros, Cuello, Cara y Cráneo. Mien-

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282 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

tras lo haces, puedes visualizar mentalmente el aflojamiento de cada área y


mirar cómo se van relajando los músculos y los tejidos. Disfruta de la
sensación de bienestar y relajación que produce el ejercicio.
Anima a las sensaciones de bienestar de la parte más relajada de tu cuerpo a
que se vayan extendiendo poco a poco hasta que acaben difundiéndose por
todo tu cuerpo.
5. Visualiza en tu mente 5 escalones que descienden hacia un lugar que te
resulte especialmente relajante: una playa, un jardín o un bosque. Permítete
sentir cómo la calma y la relajación se intensifican con cada escalón que
bajas.
Ve contando los escalones, del 1 al 5, con cada exhalación, o cada dos
exhalaciones. Esto puede reforzar el efecto de relajación y hacer que la
respiración se vuelva todavía más tranquila y profunda.
ó. Cuando hayas llegado a ese lugar especial, utiliza todos tus sentidos para
explorarlo dentro de tu mente. Haz que parezca lo más real posible: ve lo que
verías allí, oye los sonidos que podrías escuchar en un lugar de esas
características, aspira los aromas que flotan en el aire. Siente las
maravillosas sensaciones que tu cuerpo podría sentir en ese lugar. Disfruta al
máximo de tu visita mental a ese lugar tan maravilloso.
7. Busca un sitio cómodo para sentarte en tu paisaje mental y trabaja sobre tus
objetivos de cambio positivo, utilizando las sugestiones y las imágenes
mentales que hayas elegido.
8. Sube por los escalones. Cuenta del 5 al 1 con cada inhalación, para ayudarte
a salir de este estado de profunda relajación.
9. Díte a ti mismo/a antes de que abras los ojos. "Cuando abra los ojos podré
sentirme muy descansado/a, tranquilo/a y lleno/a de calma y seguridad".
10. Abre los ojos. ¡Percibe lo maravillosamente bien que puedes llegar a sentirte,
y estírate como si acabaras de levantarte de un sueño reparador!

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Habilidades del hipnoterapeuta 283

APÉNDICE 2
Proceso orientado a los objetivos. Yapko, 1999*
*Esta transcripción figura en el vídeo "Using hypnosis in the treatment of depression",
realizado por Michael D. Yapko (Brunner/Mazel, 1992)

Ahora vamos a empezar... se puede poner en una posición cómoda y empezar a


orientarse... en lo que probablemente ahora es una experiencia familiar...
permitiéndose relajarse cómodamente... permitiendo que le absorban diferentes
ideas... y diferentes maneras de experimentarse a sí mismo/a... se da cuenta
gradualmente... de lo claro que empieza a ser para usted... lo interno... lo que le
define a usted como que es usted... y lo que está fuera... que sigue estando en el
mundo externo... del que usted siempre forma parte... pero del que paradójicamente
siempre está separado/a... Por lo tanto, ahora y al inicio de esta experiencia... a
medida que deja que sus ojos se cierren... y deja que su atención vague sin rumbo
en su interior... puede ser consciente de que hay diferentes elementos en la
experiencia... que puede centrar su atención en... una parte de quién es usted... está
representada por los diferentes pensamientos que pasan por su mente... Cualquier
cosa en la que piense... que se le ocurra... en respuesta a lo que yo describo... y
también en respuesta a sus propios pensamientos... a medida que un pensamiento
provoca otro, que a su vez provoca otro... Toda esa experiencia mental...
experiencia consciente... que es una parte muy importante de quién es usted...
También hay otra parte de usted que vale la pena reconocer... es decir, el aspecto
físico de su experiencia... la sensación de su cuerpo... mientras se relaja
cómodamente en la silla... ¿qué parte de su cuerpo... parece relajarse primero?... ¿y
en qué momento empieza a darse cuenta... de que su respiración se vuelve más
lenta... de que su pulso se enlentece?... ¿qué parte de su cuerpo empieza a sentir
más distante?... ¿y qué parte más cercana?... Hay tantos aspectos diferentes de la
experiencia física... Y otra parte valiosa de usted... es la parte que tiene
sentimientos... respecto a lo que estoy diciendo... curiosidad respecto a lo que va a
poder descubrir... y usar... para su propia satisfacción... Sus sentimientos de
bienestar... y de ser capaz de adaptarse... y disfrutar... de los momentos tranquilos
como éste... sin tener que pensar... sin tener que analizar... un momento para poder
"estar" simplemente... Sentimientos de bienestar... de orgullo por lo que sabe...

© Editorial EOS
284 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

de confianza de poder aprender... de relajación por no tener que decir nada... ni


hacer nada... ¿y cuántas partes de usted están allí?... Hay partes optimistas... y
partes pesimistas... partes que quieren trabajar... y otras que quieren jugar...
algunas que les gusta pensar en el futuro... y otras en lo que pasó... algunas a las
que les gusta estar con los demás... y otras a las que les gusta estar solas... partes
que piensan... partes que sienten... y tantas otras que podría nombrar cientos de
ellas... y lo que va a descubrir ahora...es que cada parte de su experiencia... tiene un
maravilloso potencial... de ser valiosa... alguna vez... en algún lugar... Saber que
puede entrar... y quedar abierto/a a una parte de la experiencia... es un
conocimiento valioso... es como si la luz de su conciencia... encendiera una parte
concreta de sí mismo/a... en una situación... en la que pudiera controlar la
habilidad...
También está descubriendo... la facilidad con la que el mal acoplamiento entre
una parte suya y una situación... puede generar problemas... Sabe, por ejemplo, que
si va a ir a una fiesta... es importante que pueda ir a su interior y sacar su parte
social... la parte a la que le gusta la gente y disfruta estando con otras personas...
que le gusta reír y bromear... y oír las perspectivas de otras personas... y compartir
las experiencias de otros... éstas son las cosas que pueden hacer que una fiesta sea
divertida... pero ¿qué ocurriría si alguien fuera a ir a una fiesta... y estuviera muy
absorto en su experiencia interna... como el mal humor... separándose de manera
efectiva... a sí mismo/a de los demás?... Y ahora se da cuenta... de que a veces está
absorto/a en cosas internas...introspectivamente... y que a veces está absorto/a en
cosas externas... estar absorto/a internamente en una fiesta... no encaja mucho... y
los sentimientos serán dolorosos... y negativos... al evaluarse a uno/a mismo/a... de
camino a casa... al volver de la fiesta... preguntándose de forma autocrítica... por
qué no pudo entrar... en el encuadre mental de la fiesta... Hay muros en todas las
personas... que uno puede construir... y que uno puede derribar... cuando se da
cuenta... Muros que separan... diferentes partes de su experiencia entre sí... como si
cada una estuviera en un compartimento...
Y se puede imaginar con facilidad que camina por un vestíbulo... que tiene
muchas puertas a ambos lados... de manera que si abre una puerta en particular
puede entrar en sus pensamientos... o si abre una puerta diferente puede entrar en
sus sentimientos... e incluso si abre otra puede entrar en sus vulnerabilidades... o si
abre otra puede entrar en sus puntos fuertes... Qué extraordi-

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Habilidades del hipnoterapeuta 285

naria sensación de control... de poder personal... cuando conoce y valora todas las
partes de usted mismo... y sabe cómo... entrar y salir de cada una... ¿Y no es
valioso poder aprender de la experiencia de los demás?...
Recuerdo que no hace mucho tiempo trabajé con una persona... que describía
que vivía con una mujer a la que quería mucho... pero se daba cuenta de que
muchas veces por la mañana... antes de irse a trabajar... y dirigirse hacia caminos
diferentes durante el día... tenían pequeñas discusiones... conflictos simples como
quién recogería la leche al volver a casa... o quién se pararía y compraría el
periódico antes de volver... Y se decían entre sí cosas que no eran particularmente
agradables ni educadas ni cariñosas... Estaba hundido... y estaba tan triste que
decía que ni siquiera podría ir a trabajar... y estaba tan confuso respecto a cómo
podían tener esas discusiones... y su novia podía seguir yendo a trabajar... Qué
importante fue que aprendiera... a separar su vida personal... de su vida laboral...
sus sentimientos personales... de su capacidad para funcionar... en el trabajo... E
incluso dentro de sí mismo... necesitaba aprender a separar su frustración y su
enfado... de las cosas que decía a su novia... para afrontar las diferencias entre
ellos... sean grandes o pequeñas... de manera respetuosa...
Los sentimientos internos de rabia se pueden separar de... decir cosas que son
mezquinas o destructivas... Hay un muro que separa las emociones de las
acciones... la rabia de la violencia... los sentimientos de deseo o atracción de las
conductas irresponsables... y usted está descubriendo ahora... que puede separar
diferentes partes de su experiencia... que incluso puede separar la experiencia que
tiene normalmente de usted mismo de la que tiene cuando está hipnotizado/a... y
puede separar todas las cosas que tiene que hacer más tarde hoy... de esta
experiencia que está teniendo ahora... de relax... y escucha... y aprendizaje...
Ahora sabe... que todos los países... todos los Estados... tienen sus fronteras...
Existe una línea... que separa... Estados Unidos de Canadá... y Estados Unidos de
México... Hay una línea que separa... el Estado en el que usted vive... del Estado
vecino... y la ciudad en la que vive... de la ciudad de al lado... Estados Unidos...
incluso tiene... patrullas de aduanas... que tienen la tarea de mantener la integridad
de nuestras fronteras... para dejar dentro lo que debe quedar dentro... y dejar fuera
lo que se debe quedar

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286 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

fuera... Y una de las misiones de nuestra nación... es ser capaz de proteger


nuestras fronteras... para que nos puedan definir a nosotros... como nosotros... A
cualquier lugar que vaya... cada país tiene sus fronteras... y su propia manera de
definirse... su cultura... su lenguaje... sus costumbres... Ahora, usted sabe tan bien
como yo... con cuánta frecuencia... un grupo de personas invade a otro grupo... y
cruza los límites... e intenta imponer sus deseos y su forma de vivir... No es diferente
a nivel individual... usted puede empezar a ver claramente... las personas que le
buscan... las cosas que quieren... Y ahora está usted... y sus límites... y su
capacidad para proteger dichos límites... que impiden que le absorban los planes de
otra persona... siendo capaz de resistir con facilidad... sus tácticas de culpabilizar...
o de intimidación... o de lo que sea... para poderse proteger... de manera hábil...
cuidadosa... poderosa...
Y está aprendiendo... más deprisa de lo que es consciente... que cada parte es
valiosa... en algún lugar... en algún momento... Ya sea una parte enfadada... o una
parte alegre... una parte afectuosa... o una crítica... tiene un propósito valioso...
cuando la usa bien... Y lo que está aprendiendo ahora... es que puede tener la
capacidad... de entrar deliberadamente en una parte de usted mismo... esto es
siempre una elección suya... Así que cuando hace algo que no va muy bien... puede
encontrar su parte compasiva... y quedar absorto en ella... Y cuando experimenta
tensión... puede encontrar la parte de usted que sabe cómo relajarse... Y cuando
descubra que está siendo autocrítico... puede encontrar la parte que es paciente... y
aceptar... y deleitarse en ella... Su experiencia es suya y de nadie más... Y cuando
se da cuenta de que... no importa cuánto le quiera alguien... si se rompe una
pierna... usted tendrá que llevar la escayola... nadie más la llevará por usted...
siempre hay... un límite que le separa a usted de los otros... Y qué afortunado es de
que la vida sea así... de manera que usted puede ser usted... y puede desarrollar
todas las partes de usted mismo plenamente... Saber cómo y cuándo usar cada una
de ellas... de maneras que le hagan sentir bien... Y así, disfrutar... de los
sentimientos de bienestar... y tomarse algún tiempo para procesar la experiencia...
integrando nuevos conocimientos... y usando dicha experiencia cómodamente...
reorientándose gradualmente cuando se sienta preparado/a... y reorientándose
plenamente y abriendo los ojos cuando le parezca un buen momento para hacerlo...

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Epílogo

Todos los autores del presente volumen pertenecen a la Sociedad Hipnológica


Científica. La Sociedad tiene como objetivo difundir la hipnosis desde una
perspectiva rigurosa, considerando desde su naturaleza científica la aplicación en la
clínica. Sabemos de la importancia de ser flexibles cuando afrontamos el trabajo con
el paciente. Hemos comprobado a lo largo de los diferentes capítulos de esta obra
que existen unas reglas y esquemas sobre los que apoyarnos, pero que a partir de
ahí cada caso es único y que, por tanto, debemos mantenernos abiertos a caminos
diferentes. Por ello, dentro de los diferentes enfoques que podrían considerarse con
respecto a la hipnosis (cognitivo-conductual, hipnoanalítico, naturalista, etc.) nos
sentimos más bien eclécticos, y asumimos en el seno de nuestra Sociedad
sensibilidades muy diversas que nos sirven de estímulo para desarrollar y ampliar
nuestros conocimientos sobre la hipnosis y su aplicabilidad en la clínica.
En el segundo volumen, también reflejaremos este punto de vista para exponer
abordajes clínicos que según nuestra experiencia y la de otros autores resultan
eficaces; nuestra Sociedad, integrada por profesionales de la salud e
investigadores, es en sí un foro de diferentes discursos acerca del hecho hipnótico
en sus muchas vertientes.
La Revista Hipnológica, en nuestra página web www.hipnologica.com, es una
revista electrónica que antecedió a la consolidación de nuestra Sociedad como tal y
que pretende acercarse a los profesionales y también al público en general,
proporcionando información veraz, y esperemos que amena, sobre toda esta
temática. El lector puede exponer las cuestiones que considere pertinentes a
nuestra redacción, tanto si es un profano en la materia como si es una persona con
conocimientos amplios. Desde Hipnológica animamos a todos los lectores a remitir
no sólo comentarios sino también contenidos (artículos, reseñas, traducciones,
enlaces) que puedan ampliar nuestra base de conocimiento y servir a nuestro
objetivo de dar a conocer la hipnosis de forma clara y rigurosa. También encontrarán
en nuestra web información sobre consultas médicas o psicológicas de nuestros
asociados y formación para profesionales de la salud en Hipnosis Clínica.

© Editorial EOS
288 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

A destacar que nuestra Sociedad mantiene un foro público de discusión,


"Hipnosis Clínica (Foro Público)", en www.facebook.es, moderado por nuestros
miembros, además de un foro privado sólo para asociados.
En nuestros planes, prevemos colaboraciones con otras sociedades y rela-
ciones de alcance internacional con autores y profesionales que compartan nuestro
interés.

© Editorial EOS
Listado (alfabético) de Autores

Carlos Conde Arranz


Psicólogo
Máster en Psicología Clínica
Experto en Tratamiento de Ansiedad y Estrés, Psicodiagnóstico e Hipnosis
Profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia UNED
Ejercicio privado en gabinete propio - Guadalajara
Jorge Cuadros Fernández
Doctor en Ciencias Biológicas
Profesor Titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Peruana
Cayetano Heredia (1981-1994)
Autor de diversas investigaciones de publicación internacional
Colabora con Ernest L. Rossi en un proyecto experimental
Ma Isabel Ladiñán Moreno
Licenciada en Psicología
Formada en Hipnosis Clínica
Chema Nieto Castañón
Médico y Psicólogo Clínico
Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria
Formado en Hipnosis Clínica
Actualmente (2012) trabaja como Médico en el Hospital de Cabueñes
(Servicio de Salud del Principado de Asturias)

Nadia Peláez Rodelgo


Psicólogo Especialista en Clínica y Psicoterapeuta Secretaria de la
Asociación Gallega de Peritos Calígrafos Consulta privada en
Santiago de Compostela (Coruña)
Isidro Pérez Hidalgo
Psicólogo Especialista en Clínica
Director de CHC Psicólogos - Madrid
Director del Departamento de Psicosomótica Instituto Reumatología Barcelona
Colaborador Universidad Rey Juan Carlos - Madrid

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290 Hipnosis en la práctica clínica. Técnicas generales

Carmen Puerta Lanzan


Psicólogo Especialista en Clínica Formada en
Hipnosis Clínica Codirectora de CHC
Psicólogos - Madrid
Carlos Ramos Gascón
Psicólogo especialista en Clínica
Director de CEIP (Centro de Investigación en Psicoterapia) - Madrid Autor del libro
"Hipnosis y Psicoterapia" (EDAF) y de numerosas investigaciones en este área.
Francisco Javier Rodríguez del Valle
Psicólogo Especialista en Clínica
Formado en Hipnosis Clínica
Consulta privada en Jerez de la Frontera (Cádiz)

Jesús Romeo Arguedas


Psicólogo
Práctica privada en Zaragoza
Matilde Santos Leal
Licenciada en Psicología y Derecho
Instructora Internacional de PSYCH-K
Formada en Hipnosis Clínica

© Editorial EOS
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