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de máxima prioridad de nuestra agenda sindical de estas próximas semanas la forma en que la
cuarentena decretada a nivel nacional determinará nuestras condiciones laborales. En particular,
proponemos poner en discusión e intervenir en cuestiones que la Res. Rectoral 2020/389 (replicada
en diferentes resoluciones decanales) no prevé en lo referido al trabajo remoto y licencias otorgadas.
Es de público conocimiento, y numerosas investigaciones lo demuestran, que las tareas de los
cuidados mantienen una carga desigual en especial en familias de conformación nuclear con roles
sexo-genéricos asignados. En este sentido, suelen ser las mujeres y corporalidades feminizadas
quienes realizan la mayor cantidad de tareas de cuidados con sus hijes y/o familiares con
situaciones de salud crítica o discapacidad. Algo que también se ha dejado en evidencia en la
capacitación de la Ley Micaela promovida por nuestra Universidad. Por lo cual, es llamativo cómo
esta dimensión queda desdibujada en las resoluciones rectorales y decanales que disponen el trabajo
remoto, exigiendo que en esta condición de excepcionalidad planteada por la situación sanitaria del
COVID-19 se adecúen los contenidos a una modalidad virtual.
Reconocemos la necesidad de pensar estrategias de contención y enseñanza en este contexto
de crisis, sobre todo si continúa la situación actual de aislamiento, pero por el momento la
cuarentena absoluta esta dictada hasta el 31/03, punto en el cual se deberán re-evaluar como se
continúa no solo en el nivel superior de educación, sino en general primaria y secundaria. En estas
dos últimas lo que se realizó fue la entrega de tarea a las familias para que con sus propios recursos
puedan continuar el desarrollo de los contenidos en casa. Esta situación no puede ser emulada en el
nivel superior debido a que muchas cátedras tienen masividad en su matriculación, son prácticas o
bien la complejidad de los contenidos exigen mediaciones pedagógicas como parte de la función
docente. Mediaciones y estrategias pedagógicas que tienen fundamentalmente el medio cara a cara
como enlace y sostenedor del encuadre.
Exigirnos a les docentes desarollar estrategias virtuales, en una semana o dos y en
muchísimos casos sin ninguna experiencia previa, en este cuadro de excepcionalidad y pandemia
mundial es al menos problemático. Asimismo, hemos recibido numerosas quejas de docentes que
tienen a cargo hijos/as y otras situaciones de cuidado, por lo que solicitarles además “creatividad”
para cumplir con las exigencias de modalidad remota a docentes a cargo de tareas del cuidado, es
una situación que propende a incrementar las desigualdades y malestar psico-físico de nuestros/as
trabajadores/as, diferencialmente en mujeres y disidencias. Cabe destacar que todas estas exigencias
que se le suman a les docentes no están contemplando en absoluto la dimensión psicológica que
supone esta situación de crisis sanitaria sin precedentes que estamos atravesando como sociedad.
También otros/as docentes no tienen buena conectividad, ni siquiera a través del celular, y en
muchos casos la velocidad de la fibra óptica solo puede soportar tareas mínimas de conectividad,
por lo que proponer conexiones virtuales vuelve a ser al menos problemático.
También nos preocupa la situación del claustro estudiantil: n virtud de la crisis alimentaria
declarada por el rectorado en el año 2019, como resultado de la profunda recesión de los últimos 4
cuatro años 2015-2019 (identificado por numerosos observatorios universitarios), tenemos
conocimiento que dentro del claustro estudiantil conviven numerosas situaciones de estratificación
social donde algunos/as estudian con cierto privilegios de clase y otros/as estudiantes son
empleados/as del sector informal, tienen hijos/as a cargo así como a otros/as familiares, sin acceso a
una pc personal en muchos casos y ni que hablar de acceso internet oportuno y asequible. Estas
exigencias ponen de relieve dos cuestiones: la escasez de los análisis contemplando la visión
interseccional (Viveros Vigoya, 2018) de los procesos enseñanza aprendizaje en el nivel superior,
donde las medidas propuestas frente al COVID-19, parecen desoír todas estas dimensiones sociales.
En lugar de estar preocupados/as por la situación de cuarentena de nuestros/as estudiantes, a
quienes aún no hemos tenido la chance de conocer, por la postergación del inicio de clase, solo pone
de relieve que la Universidad pese a ser pública y gratuita, sigue representando a aquellas personas
que tienen ciertas posiciones de privilegio de clase. Nadie se preguntó si nuestros/as estudiantes
pudieron volver a sus casas, cuántas/os están empleados/as en el sector informal, cuántos comían en
el comedor universitario y como harán para comer ahora? A pesar de tener numerosas
investigaciones que abordan estas cuestiones como objeto de estudio -incluso dentro de nuestra
propia Universidad- se sigue manteniendo una visión clasista no solo de quienes somos los/as
docentes universitarios/as sino quienes son nuestros/as estudiantes.
Por todo esto proponemos que nuestro gremio realice las acciones necesarias para que se
postergue en todo sentido, en todas las unidades académicas, el inicio de clase hasta el 31/03, en
todas sus modalidades, aprovechando este tiempo para poder pensar/reflexionar acerca de cómo
construir estrategias de cuidado y reconocer aquellas que han sido históricamente asignadas a las
mujeres. De mantenerse esta situación a futuro debemos repensar cómo continuar con la tarea
docente -donde se respeten y garanticen los derechos de todos/as los/as trabajadores/
universitarios/as y estudiantes-, sin exigir que se continúe con la actividad remota y sin contemplar
la dimisión psicológica que implica atravesar estos momentos, tal como se plantea en la resolución
rectoral.
Entendiendo que las intenciones de las autoridades están centradas en que les estudiantes no
vean peligrar el semestre y acompañando plenamente este sentimiento, creemos muy necesario que
se incorporen todas estas cuestiones en la toma de decisiones. No solo debemos enseñar contenidos,
también debemos ser capaces de contener y acompañar a les estudiantes y para eso se necesitaremos
más tiempo y tranquilidad como docentes y como seres humanos.
Un par de propuestas adicionales: