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PSICOLOGIA DEL APRENDIZAJE

Cuáles son los tipos de aprendizaje del ser


humano?

Aprendizaje no asociativo: habituación y sensibilización

El aprendizaje no asociativo constituye el más simple y elemental de todos,


pues sólo es necesario un elemento para que el sujeto aprenda algo: un
estímulo.

El cambio en la conducta se produce aquí gracias a experiencia repetida de


un único estímulo en el que éste no está asociado a nada (a diferencia de lo
que ocurre en el aprendizaje asociativo, del que hablaremos a
continuación)

1- Habituación
La habituación es la disminución de la respuesta que un organismo emite
ante un estímulo al que está expuesto en numerosos ensayos u ocasiones.
Esta disminución de la tasa de respuesta se debe, presumiblemente, debido
a la escasa relevancia biológica del estímulo en cuestión.

Un ejemplo cotidiano y muy claro de este fenómeno es aquel que todos


habremos experimentado cuando estamos mucho tiempo en una habitación
con un reloj de pared: al principio, el tic tac de las manecillas nos
molestará, pero al cabo de un rato simplemente dejaremos de prestar
atención al reloj y estaremos tan acostumbrados que prácticamente no
repararemos en dicho ruido.

2- Sensibilización
La sensibilización se puede entender como el fenómeno contrario a la
habituación; es decir, a causa de la exposición repetida de un sujeto ante
un estímulo, éste aumentará su tasa de respuesta.

Como ejemplos, existen algunos tipos de drogas que, en lugar de crear


tolerancia, sensibilizan al individuo que las ingiere: es el caso de la cocaína.

Los procesos de sensibilización son especialmente necesarios ante


estímulos de mucha relevancia biológica, sobre todo en situaciones en la
que hay peligro o son aversivas.

Aprendizaje asociativo

El aprendizaje asociativo conforma el segundo gran bloque de tipos de


aprendizaje y se denomina así porque el sujeto que aprende ha de asociar
dos o más elementos.
Los ejemplos más claros y de los que muchos habremos oído hablar son, en
su forma más básica, el aprendizaje pavloviano o condicionamiento clásico
y, en su forma más compleja, el condicionamiento instrumental
u operante de Thorndike, Watson o Skinner.

Sin embargo, el aprendizaje asociativo no se puede reducir sólo a las


teorías clásicas de los autores que acabamos de mencionar.

Las nuevas tendencias en disciplinas como Pedagogía o Psicopedagogía


abren mucho más el espectro e introducen nuevos términos que resultan
sumamente útiles a la hora de aplicarlos, sobre todo, a contextos
educativos, como puede ser un aula, o terapéuticos.

3- Aprendizaje significativo

Seguramente habremos oído hablar de este tipo de aprendizaje, tan de


moda (y no en vano) en el marco del aula.
El aprendizaje significativo es, según el teórico norteamericano David
Ausubel, el tipo de aprendizaje en que un estudiante relaciona la
información nueva con la que ya posee, reajustando y reconstruyendo
ambas informaciones en este proceso.

El aprendizaje significativo ocurre cuando una nueva información se


conecta con un concepto relevante preexistente en la estructura cognitiva.

Esto implica que las nuevas ideas, conceptos y proposiciones pueden ser
aprendidos significativamente en la medida en que otras ideas, conceptos o
proposiciones relevantes estén suficientemente claras, y que funcionen
como un punto de anclaje de las primeras.

Por ejemplo, nos será mucho más fácil entender cómo se despeja una
incógnita en una ecuación si ya sabemos manejar las operaciones
matemáticas básicas, al igual que seremos capaces de construir una página
web si ya tenemos conocimientos sólidos de lenguaje computacional.

La información que se va aprendiendo está constantemente sometida a un


proceso de reciclaje. Es decir, en el aprendizaje significativo no están
excluidas las ideas preconcebidas, sino justo lo contrario: se trata, en cierta
medida, de ir también desmontando éstas a partir de la nueva información
que vamos recopilando y a la que le vamos viendo el sentido y la lógica.

En otras palabras, en este aprendizaje se pone en relieve la importancia de


saber relacionar conceptos, en lugar de aprender de memoria.

4- Aprendizaje cooperativo
Se trata de un aprendizaje interactivo que organiza las actividades dentro
del aula para convertirlas en una experiencia social y académica.

Los estudiantes trabajan en equipo para realizar las tareas de manera


colectiva, de forma que confluyan las diferentes sinergias y cada miembro
haga su particular aportación.

Se hace aquí especial hincapié en los intercambios de información como


forma de enriquecer el trabajo y a la confluencia de ideas.

Uno de los precursores de este nuevo modelo educativo fue el pedagogo


norteamericano John Dewey, quien promovía la importancia de construir
conocimientos dentro del aula a partir de la interacción y la denominada
ayuda entre pares.

El aprendizaje cooperativo lo configuran tres elementos cruciales:


─La formación de grupos heterogéneos, donde se debe promover la
creación de una identidad grupal derivada de la ayuda mutua.

─La interdependencia positiva, fomentando la comunicación efectiva y el


feedback entre los miembros del grupo.

─La responsabilidad individual, entendida como el valor de cada miembro


del grupo por separado.

5- Aprendizaje emocional

Como bien se puede desprender de su propia denominación, el aprendizaje


emocional emplea estímulos con gran carga afectiva para producir algún
cambio en la conducta del sujeto. Más que en medios didácticos o en el
aula, este tipo concreto de aprendizaje se torna especialmente útil en la
clínica.

Un ejemplo claro de aprendizaje emocional es la terapia contra las fobias,


más concretamente la desensibilización sistemática.
En ella el sujeto, a través de la imaginación dirigida, se le van planteando
situaciones que para él tienen especial connotación afectiva y gran carga
emocional, todo con el objetivo de potenciar el aprendizaje de la forma más
efectiva posible.

Por supuesto, no es el único ejemplo de este tipo de aprendizaje y éste


está implícito en muchas ocasiones. Sin ir más lejos, es probable que las
canciones que asociamos emocionalmente a un contexto determinado
quedarán grabadas a fuego en nuestra cabeza.

6- Aprendizaje vicario u observacional

Este aprendizaje fue promulgado por primera vez por el archiconocido


Albert Bandura y, en resumidas cuentas, viene a decirnos que otro modo
de aprender una conducta es observando a otro sujeto haciéndola.
Si el observador advierte que la tarea que el observado está realizando es
beneficiosa o tiene consecuencias positivas, será más probable que éste la
emita.

Todos aprendemos de forma observacional en el día a día y casi sin darnos


cuenta, y a este tipo de aprendizaje también se le denomina social puesto
que es necesaria la relación entre dos personas para que éste se
desencadene.

Ejemplos muy claros de aprendizaje observacional serían los casos de


abusos o de violencia doméstica en el seno de familias con niños pequeños
y adolescentes.

Lo más probable será que el niño aprenda los patrones de violencia


relacional que siguen sus progenitores, y que éste en su vida futura imite
dichos comportamientos, más aún si estos son repetidos y reforzados.

Es por ello que es de suma importancia predicar con el ejemplo en el caso


que acabamos de poner, pues la tendencia a imitar conductas y a seguir
modelos por parte de los niños es inminente, inevitable y seguro que
hemos podido comprobarlo en numerosas ocasiones en nuestra vida diaria.

7- Aprendizaje por descubrimiento


Fue el psicólogo y pedagogo Jerome Bruner quien, a lo largo de la década
de los 60, tomó como su seña de identidad la promulgación del
denominado aprendizaje por descubrimiento.

Se trata de una nueva forma de aprender en la que el alumno, como su


nombre indica, no recibía más instrucciones sobre cómo realizar una tarea
que las que dictaba su propia curiosidad.

En otras palabras, el sujeto aprendía por sí mismo, de forma progresiva y


sin la mediación en la medida de lo posible de direcciones para acometer la
actividad. De este modo, el aprendizaje se tornaba mucho más
significativo.

De aquí podemos desprender un importante mensaje que Bruner quería


dirigir a los profesionales de la educación, sobre todo a profesores: el papel
del profesor no ha de ser otro que estimular a los alumnos a que se
interesen por la materia, a hacerla interesante y útil para su vida.
Para este pedagogo, la motivación fundamental por aprender ha de nacer
necesariamente de forma intrínseca y ha de estar movida por la curiosidad,
el interés por explorar y el descubrir cuestiones novedosas y sorprendentes
(no olvidemos que aquello que nos sorprende nos marca más)

Esta tendencia forma parte de las nuevas metodologías de enseñanza


alternativa que cada vez están pisando más fuerte por los resultados que
ofrece y por contar con beneficios probados, tales como:

─La promoción de la resolución creativa de problemas.

─El aprendizaje por aproximaciones sucesivas como contrario al


aprendizaje implosivo

─La potenciación de metacogniciones o, en otras palabras, aprender a


aprender.

8- Aprendizaje memorístico
El aprendizaje memorístico es aquel que realizamos a base de almacenar
información mediante repeticiones normalmente o las conocidas como
reglas mnemotécnicas.

Casi todos podemos pensar en ejemplos tales como el tema de la tabla


periódica o las tablas de multiplicar, que en el colegio aprendíamos
prácticamente sin entender la lógica subyacente a eso.

Aun siendo muchos aquellos que rechazan el aprendizaje memorístico, en


ciertas ocasiones es necesario y, de hecho, también habremos podido
comprobar que hay cuestiones que es imposible aprender si no es de esta
forma.

Que nos digan, si no, cómo nos aprendemos las capitales de Europa o los
distintos fármacos que pertenecen a una misma familia de medicamentos.
El aprendizaje memorístico pasa por las distintas fases del proceso de
almacenaje de información y para entenderlo, más que un enfoque
constructivista como en las  teorías de corte pedagógico, hemos de
contemplarlos desde una visión cognitiva.

De forma rápida, la información, hasta que llega al almacén de memoria,


pasa por diversas fases según el modelo de Atkinson y Shiffrin (1968),
siendo éstas las siguientes:

─ Primero percibimos el estímulo a almacenar. Si no prestamos atención,


no habrá aprendizaje.

─ Esa información pasa al almacén a corto plazo.

─Si es útil o valiosa, la retendremos.

─Si la retenemos, pasará al almacén a largo plazo y estará disponible para


ser recuperada según la relevancia que tenga y el uso cotidiano que le
otorguemos a dicha información.

Conclusiones
Cae por su propio peso el hecho de que cada materia requerirá de un
enfoque distinto y del fomento de un aprendizaje distinto, máxime si
hablamos de aprendizaje en contextos educativos.

Cada marco ha de adaptarse a los objetivos generales y curriculares que


queramos perseguir, y de ahí precisamente deriva la importancia de crear
conciencia entre los propios profesores de las alternativas que existen hoy
día a los métodos tradicionales de enseñanza

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