CUADERNOS DE

ARTÍCULO
MEDICINA PSICOSOMÁTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE

El inicio de la psico-oncología: una breve revisión

The beginning of psycho-oncology: a short revision
Gema Costa Requena1; Rafael Ballester Arnal2

Resumen

Con este trabajo intentamos hacer una breve revisión de la historia de la psico-oncología.
Los primeros pasos de la psico-oncología se pueden remontar a la antigüedad con los principios
médicos de integración, mente-cuerpo. Gracias a las mejoras en el diagnóstico y tratamiento
médico del cáncer se empieza a plantear la consideración del bienestar emocional del paciente
oncológico, con la continuidad de atención psicológica durante todo el proceso de la enferme-
dad y la creación de unidades especializadas en el estudio de aspectos psicosociales del cáncer.
Varios acontecimientos hacen que se sitúen alrededor de 1970 los inicios formales de la
psico-oncología. Destaca la creación de una organización internacional que intenta dar cohe-
rencia y formalizar la red de conocimientos que surgían desde distintos grupos de trabajo sobre
la psico-oncología. Finalmente, se mencionan cuales han sido los inicios de la psico-oncología
en España.

Pal abras cl av e: Psico-oncología. Historia. Cáncer. Revisión.

Summary

This study presents a short review of the psycho-oncology history. The first steps of psycho-
oncology could go back to antiquity, with the principles related the integration of psycho-soma
as part of the basis of medicine. The advances in medical cancer treatment and diagnosis, have
stimulated the consideration and treatment of the emotional well-being in the oncology patient,
as well as the psychological intervention during the illness process. These advances have contri-
buted to the creation of units specialized in the research of psychosocial aspects of the cancer.
Several events indicated that the formal beginnings of psycho-oncology date around the mid-
1970s. At that point in time, an international organization is created to give some consistent
structure to the network of knowledge that grew up among different groups with interests in psy-
cho-oncology. Finally, in this study the beginnings of psycho-oncology in Spain are presented.

Key wo rds : Psycho-oncology. History. Cancer. Revision.

1
Servicio de Psiquiatría. Hospital de Mataró. Consorci
Sanitari del Maresme, Mataró (Barcelona).
2
Departamento de Psicología Básica, Clínica y
Psicobiología. Universidad Jaume I, Castellón.
Co rres po ndenci a: Gema Costa Requena. NOTA: Este trabajo no pretende la exhaustividad en la
Servicio de Psiquiatría. Hospital de Mataró revisión de todos aquellos autores que han sido relevan-
Ctra. de Cirera s/n tes en el desarrollo de la Psico-Oncología, dentro y
08304 Mataró. Barcelona fuera de nuestras fronteras, sino hacer mención de los
E-mail: gcosta@csdm.cat hitos más destacados de sus inicios.

C. Med. Psicosom, Nº 99 - 2011 21

 El médico debe curar a veces, aliviar a menu-
do y confortar siempre
Hipócrates
PRIMEROS ANTECEDENTES DE LA
PSICO-ONCOLOGÍA
Nos podríamos remontar a Hipócrates, padre
de la medicina moderna, para encontrar el énfasis
en la influencia recíproca entre cuerpo y alma.
Aunque en realidad esa idea ya existía anterior-
mente en distintas culturas como la griega y la
egipcia, Hipócrates fue el primero que materializó
una visión científica de la interacción mente-cuer-
po con su doctrina humoral. Posteriormente, Ga-
leno hizo la observación acerca de que las mujeres
“melancólicas” tienen mayor propensión al cáncer
que las “sanguíneas”. Estos planteamientos sobre
la unidad mente-cuerpo, son el inicio para enten-
der la dedicación de la psico-oncología al estudio
de los aspectos psicológicos en el cáncer (1).
La relación entre factores emocionales y cán-
cer aparece ya en las publicaciones de D. Gendron
(1701), Enquires into the Nature, Knowledge and
Cure of Cancer, donde caracteriza a la aflicción
como un posible desencadenante de tumores
malignos. Otras obras históricas son la de R. Guy
(1759), An Essay on Scirrous tumours and Can-
cers, o la de Nunn (1782), Breast Cancer. Am -
bas señalan a los factores emocionales como in-
fluyentes en el crecimiento del cáncer de mama.
Desde la medicina psicosomática, el inicio del
abordaje psiquiátrico de las enfermedades médicas,
oncológicas en este caso, se inicia con la obra de
H. Snow (1893), Cancer and the Cancer Process,
que subrayó la importancia de algunos factores
psíquicos en la etiología del cáncer de mama y de
útero (2). Se considera el primer estudio en psico-
oncología al trabajo realizado por E. Evans (1926),
A Psychological Study of Cancer, donde analizó
en 100 pacientes diagnosticados de cáncer la rela-
ción entre pérdida afectiva no elaborada y desarro-
llo del tumor maligno (2, 3).
En Europa a finales del siglo XIX, coinci-
diendo con la mejora en la utilización del trata-
miento quirúrgico del cáncer e introducción de la
anestesia, se ofrece poder curar el cáncer si el
tumor es detectado precozmente y eliminado antes
de que se extienda. En este sentido toman relevan-
22
cia las campañas de educación a la población so-
bre los síntomas premórbidos del tumor, lo que
hoy sería la prevención secundaria o detección
precoz del cáncer. Estos programas de educación
empezaron en Europa y después se desarrollaron
en EEUU a través de la Asociación Americana del
Cáncer (American Cancer Society), fundada en
1913, y encargada de divulgar a la población ge-
neral información relacionada con la prevención,
síntomas y tratamiento del cáncer. Un ejemplo de
estos programas fue el Women’s Field Army, de-
dicado a la detección precoz en las mujeres de sín-
tomas asociados al cáncer de mama y útero (4, 5).
En 1880 había sido inaugurado en Nueva York el
Memorial Sloan-Kettering Cancer Center, el pri-
mer hospital monográfico del cáncer, que desde el
inicio dedicó un gran esfuerzo a la investigación
en oncología. Alrededor de 1920, se introduce la
radioterapia como tratamiento paliativo para el
cáncer, en principio sólo como segunda opción
tras fracaso de la cirugía. Finalmente, se añade la
quimioterapia como tercera modalidad de trata-
miento, iniciada con una buena respuesta al nitró-
geno de mostaza para el tratamiento de la enfer-
medad de Hodgkin’s, y consiguiendo a principios
de 1950 la primera curación de un coriocarcinoma
con un único agente quimioterapéutico, metotre-
xate. El entrenamiento profesional en la adminis-
tración de la quimioterapia llevó a la creación de
una nueva especialidad médica, la oncología, con
sus propios estándares y capacitación profesional
dentro de la medicina interna. Se aseguraba así la
continuidad de cuidados médicos durante todo el
proceso de la enfermedad oncológica (4).
Estos avances en el tratamiento médico, esti-
mularon el interés en los aspectos psicológicos
de las secuelas del cáncer y su tratamiento. Se
impulsó la atención psicológica al paciente y su
familia. Dada esa necesidad, alrededor de 1940 la
Asociación Americana del Cáncer había puesto en
marcha el programa Visitor, que consistió en un
entrenamiento a voluntarios para que ofrecieran
información y soporte emocional a pacientes que
habían sufrido una gran pérdida funcional por el
tratamiento oncológico. Además, empezaron a
funcionar los grupos de auto-ayuda en pacientes
laringuectomizados, Laryngectomy Rehabilita-
tion, y osteomizados, Ostomy Rehabilitation, o
el programa Reach to Recovery iniciado en 1950,
C. Med. Psicosom, Nº 99 - 2011
donde mujeres mastectomizadas ofrecían apoyo a
otras mujeres en fase de post-operatorio, tras la
intervención quirúrgica del cáncer de mama (4, 5).
Estos programas se extendieron posteriormente a
otros países.
APORTACIONES DE LA MEDICINA
PSICOSOMÁTICA Y DE LA FISIOLOGÍA
EXPERIMENTAL
En general y con independencia del cáncer, los
inicios de los estudios sobre las interacciones
entre lo psicológico y lo médico surgieron de dos
líneas de trabajo: el enfoque psicosomático y la
fisiología experimental. El término psicosomá-
tico fue introducido por J.C. Heinroth en 1818,
mientras que fue F. Deutsch (1922), quien utilizó
el término de medicina psicosomática, para agru-
par un conjunto de enfermedades en las que los
factores psíquicos tenían un papel etiológico (6)
(Levenson, 2006). Desde esta orientación, el abor-
daje psiquiátrico de las enfermedades médicas si-
guió dos aproximaciones que muchas veces apare-
cían íntimamente ligadas. De una parte, se generó
una visión reduccionista de la medicina psicoso-
mática, por una exagerada importancia que se da-
ba a las emociones como factor etiológico de las
enfermedades médicas. Esto provocó que algunos
de los artículos publicados en esos momentos
sobre psicología y cáncer quedaran afincados den-
tro del campo de la psiquiatría y salud mental, sin
llegar a ser apreciados por los médicos internistas
o cirujanos que trabajaban en oncología. Algunos
de estos estudios fueron los publicados por E.M.
Blumberg et al. (1954), A Possible Relationship
Between Psychological Factors and Human Can-
cer; J.H. Stephenson y W.J. Grace (1954), Life
Stress and Cancer of the Cervix; M. Reznikoff
(1955), Psychological Factors in Breast Cancer:
A Preliminary Study of Some Personality Trends
in Patients with Cancer of the Breast; o el de S.
Fisher y S.E. Cleveland (1956), Relationship of
Body Image to Site of Cancer (5). Por otra parte,
la medicina psicosomática recogió las indicacio-
nes de la medicina humanista de finales del XIX,
relacionada con la visión antropológica de Von
Weizsäcker, que planteaba la necesidad de conside-
rar a la persona enferma tanto como a la enferme-
dad propiamente dicha (2).
C. Med. Psicosom, Nº 99 - 2011
La atención psiquiátrica a pacientes con pato-
logías médicas se inicia con las primeras unidades
de interconsulta-psicosomática, abiertas en los
hospitales generales de Massachusetts, Duke y
Colorado, por La Fundación Rockefeller en 1935.
Durante los años 1930 y 1950, los servicios de
medicina psicosomática fueron integrándose den-
tro de los servicios de psiquiatría del hospital
general (4). Al conjunto de actuaciones de la psi-
quiatría en el ámbito de otras unidades médicas,
se la denomina psiquiatría de enlace. Esta subes-
pecialidad incluye la psiquiatría de las enfermeda-
des médicas, los procesos de atención y gestión
ligados a ésta, y la implicación de los procesos
psicopatológicos en la génesis, evolución y des-
enlace de las enfermedades médicas (2).
La fisiología experimental, orientada al estu-
dio de los efectos de las emociones sobre el orga-
nismo, alcanzó su máximo auge con los estudios
de Cannon (1935) y Selye (1936, 1946) sobre la
respuesta fisiológica al estrés y su descripción del
Síndrome General de Adaptación. Posteriormente,
al intentar especificar los acontecimientos vitales
que desencadenaban reacciones de estrés, se intro-
dujeron los factores psicológicos como determi-
nantes en la manifestación de la respuesta fisioló-
gica. Dentro de este enfoque también se situaban
las aportaciones de las leyes generales del condi-
cionamiento, como ayuda para explicar el origen
o tratamiento del trastorno psicofisiológico. Des-
de esta línea de investigación surgirán los estu-
dios planteados por Solomon y Moos (1964), so-
bre las relaciones entre el estrés psicológico y el
sistema inmune. Posteriormente, estos trabajos
serán ampliados por R. Ader (1975), que acuñará
el término de Psiconeuroinmunología, para expli-
car cómo las variables psicológicas pueden influir
sobre el organismo y favorecer el proceso neoplá-
sico, dando con ello solidez científica a la psico-
oncología (3, 7).
NECESIDAD DE ATENDER LA
DIMENSIÓN PSICOSOCIAL ANTE LOS
AVANCES EN EL TRATAMIENTO DEL
CÁNCER
Alrededor de 1950 se empieza a utilizar la qui-
mioterapia en el tratamiento del cáncer, lo que per-
mitirá incrementar las tasas de supervivencia de
23
los pacientes. La agresividad de la quimioterapia
y sus efectos secundarios hace que se planteen los
primeros trabajos para valorar la calidad de vida
del paciente oncológico. Karnofsky y Burchenal
en 1949, confeccionan una escala de 11 puntos
para evaluar la capacidad funcional global del
paciente al realizar una serie de actividades de la
vida diaria.
En 1950, Arthur M. Sutherland estableció la
primera unidad de psiquiatría en un hospital mo-
ico del cáncer, el Memorial Sloan-Kettering Can-
cer Center, que hemos mencionado anteriormente.
Los primeros trabajos realizados por los psiquia-
tras J.E. Finesinger y H.C. Shands, del Boston
Massachussets General Hospital en colaboración
con el psiquiatra A Sutherland, versaron sobre la
respuesta psicológica al diagnóstico del cáncer y
su tratamiento en pacientes hospitalizados. Algu-
nos títulos de estos trabajos fueron, Guilt reac-
tions in patients with cancer (1953), Psycholo-
gical mechanisms in patients with cancer (1951),
The psychological impact of cancer and its treat-
ment (1955) (5, 8). En esos momentos, además,
se inicia la utilización de medidas cuantitativas de
evaluación en psicología, lo que supuso un
avance en la actividad investigadora de la psico-
oncología (1, 5).
Con la vigencia de la medicina psicosomática,
surgen la teoría de L. Leshan (1959) sobre el sín-
drome de pérdida-depresión, la de A. Schmale e
H. Iker (1964) sobre la relación de separación y
pérdida, depresión y desamparo-desesperanza en el
desarrollo del cáncer, y finalmente el modelo etio-
lógico del cáncer con la teoría de la complementa-
riedad psicofisiológica, desarrollada por C.B. Bahn-
son y M.B. Bahnson (1964) (1). Desde una ver-
tiente psicodinámica, en 1964 se celebra en Buenos
Aires, la I Reunión que estudia la relación entre
Psicología y Cáncer, con la publicación por J.
Schavelzon (1965) del compendio de trabajos pre-
sentados en la jornada; los temas de la publica-
ción se centraban en la ansiedad ante la muerte.
Otras publicaciones del momento sobre este tema
fueron la obra de H. Feifel (1951), The Meaning
of Death, o el trabajo de la psiquiatra E. Kübler-
Ross (1969), On Death and Dying. Estos traba-
jos abrieron el debate sobre la necesidad de los
pacientes con enfermedad avanzada de dialogar
sobre su propia muerte. En 1967 se había esta-
24
blecido en Londres el St. Christopher Hospice
dirigido por C. Saunders, dedicado al control de
síntomas y cuidados paliativos de pacientes en es-
tadio avanzado de la enfermedad, y que incorporó,
dos años después, atención domiciliaria depen-
diente de la misma institución. Posteriormente,
estos temas se irán afianzando con la creación en
1974 de un grupo de trabajo a nivel internacional,
dedicado al estudio de los cuidados paliativos y
cuidados al final de la vida en pacientes oncológi-
cos, International Working Group on Dying, Death
and Bereavement (8).
Otro área dentro de la oncología donde inter-
vino la psiquiatría en los años 60, fueron las dis-
cusiones sobre la revelación de la información del
diagnóstico de cáncer al paciente y la necesidad de
su consentimiento en la aplicación del tratamien-
to oncológico. Todo ello en unos momentos en
que el cáncer estaba envuelto por un gran estigma
social, pues el diagnóstico de cáncer estaba aso-
ciado al concepto de muerte. En 1977 se promul-
gará en EEUU la Ley de los Derechos de los En-
fermos, lo que implica la obligación del médico
de informar a los pacientes sobre el diagnóstico,
pronóstico y efectos secundarios de los tratamien-
tos. A principios de 1970, la psico-oncología se
afianza dentro de la psiquiatría de enlace a través
de las peticiones de interconsulta que se le hacían
sobre la intervención o asesoramiento al equipo
sanitario en el tratamiento de síntomas de ansiedad,
depresión o delirium en pacientes oncológicos (4).
Se empiezan a plantear otros temas en psico-
oncología: soporte psicológico al equipo sanita-
rio, dilemas éticos sobre la información que re-
cibe el paciente, trabajo multidisciplinar dentro
del equipo y relación entre paciente, familia y equi-
po sanitario.
Por otra parte, gracias a los estudios epidemio-
lógicos del momento, se pone de manifiesto la re-
lación entre los hábitos de conducta y la inciden-
cia de ciertos tipos de cánceres. Dado el reconoci-
miento que se hace de la conducta por las teorías
de condicionamiento vigentes en ese momento,
se enfatiza el papel de los estilos de vida en el de-
sarrollo o recidiva de la enfermedad oncológica, lo
que facilitará que se generen una serie de progra-
mas para la prevención o modificación de hábitos
perjudiciales de la salud. Desde la medicina com-
portamental, al introducir los aspectos sociales en
C. Med. Psicosom, Nº 99 - 2011
el desarrollo y tratamiento de las enfermedades, se
permite adoptar un modelo que integra factores
físicos, psicológicos y sociales en la conducta de
enfermedad, o salud (7). Siguiendo este plantea-
miento, en EEUU se creó en 1972 el National
Cancer Plan encargado, a través de la Division of
Cancer Control and Rehabilitation, de implemen-
tar programas de prevención o rehabilitación del
cáncer (4).
En estos años, más concretamente en 1970, el
psiquiatra sueco L. Feigenberg establece en el Ka-
rolinska Institute de Estocolmo una unidad, Psy-
chosomatic Unit, para ofrecer desde una vertiente
psicoanalítica tratamiento psicológico a pacientes
oncológicos. En 1971 se crea otra unidad en el King’s
College de Londres, Faith Courtauld Unit, bajo
la dirección de S. Greer y K.W. Pettingale, y cen-
trada en la investigación de aspectos psicológicos
en cáncer. Esta unidad será posteriormente, en
1980, trasladada al Royal Marsden Hospital para
convertirse en Psychosocial Research Unit (4).
De aquí surgen los primeros trabajos acerca de las
respuestas psicológicas manifestadas ante el diag-
nóstico de cáncer y se señala la existencia de un
posible patrón de conducta tipo C para el cáncer,
lo que permitirá introducir el estudio de los ras-
gos de personalidad como variables psicológicas
intervinientes en la enfermedad oncológica, y no
sólo centrarse en aspectos conductuales como se
planteaba hasta el momento.
También en estos años, se inician programas de
investigación multidisciplinar desde distintas ins-
tituciones. En 1976, el Cancer and Leukemia Group
B es el primer grupo de ensayos clínicos que in-
cluye una psiquiatra, J.C. Holland, dentro de su
equipo médico, para evaluar aspectos psicosocia-
les en pacientes que recibían tratamiento oncoló-
gico dentro de protocolos terapéuticos nacionales.
El Psychosocial Collaborative Oncology Group,
también fundado por el National Cancer Institute
bajo la dirección de A. Schmale, estudia a nivel
epidemiológico la prevalencia de trastornos men-
tales o sintomatología ansioso-depresiva y deli-
rium, en pacientes oncológicos. Los resultados
aparecen a principios de 1980 con los trabajos de
L.R. Derogatis (4). Destacan asimismo, las in-
vestigaciones realizadas en el desarrollo de evalua-
ciones psicométricas y calidad de vida dirigidas
desde la European Organization for Research in
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the Treatment of Cancer (EORTC). Estos esfuer-
zos culminarán, bajo la dirección de N.K. Aaron-
son, con el establecimiento de un centro colabo-
rador con la Organización Mundial de la Salud, pa-
ra la evaluación de la calidad de vida en pacientes
oncológicos, World Health Organization Colla-
borating Center in Quality of Life Measurement.
INICIOS FORMALES DE LA PSICO-
ONCOLOGÍA
Todos estos acontecimientos, hacen que se
sitúen alrededor de 1970 los inicios formales de la
psico-oncología (5). Las primeras reuniones cien-
tíficas sobre psico-oncología se celebran en 1975
en San Antonio (Tejas), I National Research Con-
ference on Psycho-oncology, bajo los auspicios
de la American Cancer Society. En esta reunión
se plantea como prioridad la necesidad de elaborar
instrumentos de medida capaces de evaluar en los
enfermos oncológicos, síntomas subjetivos como
el dolor, la ansiedad y depresión (5). En 1977 sale
publicado el libro Psychologie et Cancer, un re-
copilatorio de los trabajos presentados un año an-
tes en la reunión celebrada en París bajo el mis-
mo nombre. Otras obras del momento, que dan
relevancia a la psico-oncología, son Getting Well
Again de O.C. Simonton (1978) en el que se des-
cribe la utilización de la visualización como trata-
miento en el cáncer, y el libro de L. LeShan (1977)
You can fight for Your Life, donde plantea los be-
neficios de expresar las emociones que acompa-
ñan a las situaciones de pérdida o duelo, tanto en
la prevención de la enfermedad oncológica como
en su superación (3).
Varios factores contribuyeron a incentivar el es-
tudio y tratamiento de los aspectos psicológicos:
cambios en la actitud fatalista del cáncer hacia
una orientación como enfermedad crónica; diálo-
gos más abiertos entre médico y paciente sobre
su diagnóstico y opciones de tratamiento, partici-
pación del paciente en la toma de decisiones; de-
sarrollo de instrumentos de medida psicométrica-
mente válidos y fiables que permitirán el estudio
científico de variables psicológicas en cáncer; re-
conocimiento de que la prevención y detección
precoz del cáncer depende en gran medida de cam-
bios conductuales y actitudinales; necesidad de aten-
der al paciente en fase avanzada de su enfermedad
25
y ofrecer cuidados paliativos; énfasis en la calidad
de vida del paciente; atención del malestar emo-
cional del paciente oncológico por el psiquiatra
de enlace o psicólogo clínico (9, 10).
Dado el creciente interés que se generaba en
psico-oncología desde diferentes países, discipli-
nas o ámbitos de estudio, en 1984 se creó una or-
ganización internacional, International Psycho-On-
cology Society (IPOS), para dar coherencia, fo-
mentar la colaboración, y formalizar una red de
conocimientos que estaban surgiendo entre peque-
ños grupos multidisciplinares de investigadores
internacionales y profesionales sanitarios (8). Dos
años antes, 1982, se publicaba la primera revista
internacional dedicada a la investigación en psico-
oncología, Journal of Psychosocial Oncology. Apa-
recen los primeros manuales de psico-oncología
Handbook of Psychooncology en 1989, por J.C.
Holland y J.H. Rowland. Posteriormente, J.C.
Holland editará un nuevo manual Psycho-Onco-
logy, en 1998.
El primer encuentro entre la European Society
of Psychosocial Oncology y la IPOS, se realiza
en Hamburgo en 1990. Un año después, 1991, ba-
Fi g ura 1
Modelo de investigación en Psico-Oncología (Holland, 2004)
26
jo el auspicio de las dos organizaciones se celebra
en Nueva York el 4th Update on Psycho-On-
cology. En 1992 se celebra en Beaune, Francia,
el primer congreso mundial de Psico-Oncología,
Psychosocial World Congress, realizándose desde
entonces con carácter bianual hasta el año 2006
que empieza a ser anual.
En 1992, se edita la revista Psycho-Oncolo-
gy, avalada en principio por tres organizaciones
internacionales: International Psycho-Oncology
Society, British Psychosocial Oncology Society, y
American Psychosocial Oncology Society. Esta
revista nace con la intención de integrar los cono-
cimientos de diferentes áreas de estudio dentro de
la psico-oncología, tratando las dimensiones psi-
cológicas, sociales y conductuales del cáncer.
Otros aspectos ayudan a fortalecer la psico-on-
cología como disciplina de trabajo. Así, J.C. Ho-
lland (1998), propone un modelo de investiga-
ción en psico-oncología como punto de partida
para integrar las distintas variables a considerar
durante el proceso de la enfermedad oncológica.
Desde este modelo (Figura 1) el cáncer y su trata-
miento serían variables independientes; la calidad
C. Med. Psicosom, Nº 99 - 2011
de vida con todas sus dimensiones y la tasa de su-
pervivencia se consideran variables de medida; fi-
nalmente en las variables mediadoras, que serían
el tema de estudio de la psico-oncología, se trata-
rían las características socio-demográficas del pa-
ciente, rasgos de personalidad, estilos de afronta-
miento, apoyo social, variables relacionadas con
el estadio de la enfermedad, tipo de tratamiento...
y cualquier otra variable relacionada con la enfer-
medad que pueda generar malestar emocional (5).
Este planteamiento fomenta una visión inte-
gral en el tratamiento del paciente oncológico,
con un modelo interdisciplinar de trabajo en el
que la psico-oncología se establece como disci-
plina dentro de las unidades de Oncología médica,
superando con ello el modelo de interconsulta pro-
puesto en un principio desde la psiquiatría de en-
lace (11). Además, se busca consolidar el recono-
cimiento de la psico-oncología como subespecia-
lidad dentro de la psiquiatría y/o psicología clínica
(12). Se intenta definir cuál sería el programa de
formación o de entrenamiento para la capacitación
profesional del psico-oncólogo. El primer progra-
ma de formación en psico-oncología se inició en
el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center en
1977 dirigido a psiquiatras y psicólogos, con una
duración de dos años, enfatizándose dos objetivos,
primero la formación en la atención psicológica
al paciente oncológico y su familia, y segundo el
aprendizaje de habilidades necesarias para la im-
plementación de trabajos de investigación en psi-
co-oncología. En su momento, este programa de
formación obtuvo la aprobación de la Academy of
Psychosomatic Medicine (13). Aunque no se ha lle-
gado a un consenso de lo que constituye el pro-
grama de formación del psico-oncólogo, sí que han
surgido propuestas sobre cuál debería ser el mo-
delo de formación y ámbito de especialización de
la psico-oncología (12, 13).
INICIOS DE LA PSICO-ONCOLOGÍA EN
ESPAÑA
Por lo que respecta a nuestro país, la psico-
oncología empieza su andadura en España a co-
mienzos de la década de los ochenta con la mani-
festación de tres acontecimientos científicos: la
celebración en 1984 de las I Jornadas de Psicolo-
gía Oncológica en Barcelona, bajo el patrocinio
C. Med. Psicosom, Nº 99 - 2011
de la Asociación Española de Lucha Contra el
Cáncer; un año después se organiza en Zaragoza
el 6th International Symposium on Biobehavioral
Oncology Update’85; y en 1987 se realiza en Ma-
drid, la primera reunión científica de la European
Psycho-Oncology Society’s (ESPO) (7). Los pri-
meros trabajos sobre psico-oncología se presen-
tan, desde la psiquiatría de enlace, en la VIII Reu-
nión Nacional de la Sociedad Española de On-
cología, celebrada en Zaragoza en 1980. Aunque
previamente habían sido publicados varios estu-
dios por A. Lobo (1979) Consideraciones etioló-
gicas y psicopatológicas de los trastornos psíqui-
cos en pacientes oncológicos, o el artículo Inci-
dencia, prevalencia y detección de morbilidad
psiquiátrica en un hospital oncológico, en 1981
el mismo autor publica otro trabajo, Estudio trans-
cultural de los problemas psiquiátricos en pa-
cientes oncológicos. Empiezan a surgir desde en-
tonces, diversas investigaciones que afianzan la
psico-oncología en España, como la publicación
del libro de R. Bayés (1985, 1991) Psicología On-
cológica, o los artículos en 1984, de L. Salvador,
Morbilidad Psiquiátrica en enfermas afectadas
de Neoplasia de Mama, y E. Ibañez, Reflexiones
sobre las Relaciones entre Depresión y Cáncer.
Una de las primeras tesis doctorales sobre este
tema fue presentada en 1984 por P. Barreto con el
título, Factores Psicológicos en pacientes con Cán-
cer. En un análisis bibliométrico de publicacio-
nes realizadas en España sobre psico-oncología
durante el período 1981-2001 resultan un total de
227 trabajos, las principales áreas temáticas esta-
ban dedicadas al estudio de la intervención psico-
lógica, incluyendo la descripción de programas
terapéuticos o técnicas específicas de tratamiento
psicológico; otro grupo de temas se centraban en
reacciones emocionales del paciente; y en tercer
lugar estaban los trabajos que evaluaban calidad
de vida del paciente oncológico (14). La edición a
finales del 2003 de la revista española Psicooncolo-
gía, creada por J.A. Cruzado, ayuda a garantizar la
continuidad de producción científica en este campo.
Otros acontecimientos científicos que dan cuen-
ta de lo fructífero de la investigación en psico-
oncología, son los congresos de la Sociedad Es-
pañola de Medicina Psicosomática (SEMP), que
han incluido desde sus inicios un apartado al estu-
dio y exposición de trabajos realizados desde la psi-
27
quiatría de enlace en la psico-oncología. En 1998
se celebra el I Congreso Nacional de Psico-On-
cología organizado por la Asociación Española
contra el Cáncer. Un año antes, en 1997, se había
creado la Sociedad Española de Psico-Oncología
(SEPO). El I congreso nacional organizado por la
SEPO, se celebra en Valencia en el año 2002. Tres
años después, 2005, se realizó en Murcia. En el
2007 se celebró el III congreso nacional de la
SEPO en Bilbao, y la última convocatoria es en
noviembre del 2009 en Barcelona. Un año antes,
se había realizado en Madrid el congreso mundial
de psico-oncología, organizado por la IPOS.
ESTADO ACTUAL
Con la intención de integrar la atención psico-
oncológica a todo el proceso de la enfermedad
oncológica u otros ámbitos de actuación relacio-
nados, empiezan a afianzarse las investigaciones
en las áreas de consejo genético, cuidados paliati-
vos, psico-oncología pediátrica, o en conductas de
prevención o promoción de la salud.
Actualmente, por falta de reconocimiento ofi-
cial del título de psico-oncólogo o de la psico-onco-
logía como área de capacitación profesional, se
desaconseja la utilización de un término restrictivo
para denominar al conjunto de actividades que hoy
tienen cabida dentro de la psiquiatría de enlace (2), o
la psicología clínica (15). La evaluación, diagnós-
tico y tratamiento de los trastornos psiquiátricos en
pacientes con patologías médicas es un tema multi-
disciplinario sumamente complejo, que requiere un
amplio conocimiento de la psicopatología y de la
práctica clínica, a la par que exige un conocimiento
básico de medicina general y de los aspectos psico-
lógicos relacionados con la enfermedad oncológica,
hospitalización y tratamiento. Creemos que el reco-
nocimiento de la psicología clínica como profesión
sanitaria y su vinculación con la psiquiatría de
enlace, puede ayudar a fortalecer a la psico-oncolo-
gía como área temática y fomentar su estructura
asistencial dentro de la Oncología Médica.
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C. Med. Psicosom, Nº 99 - 2011