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Los animales siempre nos deleitarán

¡QUÉ enorme variedad de animales existe, y cada uno entiende tener su propia personalidad y sus
atributos particulares! Sentir amor y compasión por ellos puede ser un factor que nos acerque al
Creador. Así lo ilustra el caso de Maria.

Hace unos tres años, cuando Maria vivía en Lisboa (Portugal), su querido perro se extravió, por lo
que ella puso un anuncio en la radio. Una testigo de Jehová, que estaba segura de haber visto uno
que encajaba con la descripción dada, se puso en contacto con la señora. Entre las dos lo
encontraron, y la Testigo comentó que puesto que a Maria le gustaban tanto los animales, sin
duda disfrutaría de vivir en el nuevo mundo que Dios ha prometido, un lugar donde humanos y
animales vivirían en paz.

Maria aceptó una invitación para asistir a una reunión de los Testigos. Lo que vio y escuchó allí
estimuló su interés al valor que solicitó un curso personal de la Biblia. A medida que estudiaba, se
sentía profundamente motivada por lo que aprendía de Jehová Dios y por su promesa de vida
eterna en la Tierra en un nuevo mundo de justicia (Salmo 37:29; Juan 17:3). Con el tiempo, el 16
de febrero de 2002, simbolizó su dedicación a Jehová mediante el bautismo en agua.

El propósito original de Dios

Al igual que Maria, muchas personas se emocionan al comprobar que en el futuro se cumplirá el
propósito original de Dios de que los humanos vivan para siempre en un paraíso terrestre y cuiden
de todos los animales (Génesis 1:28). La Biblia dice que Dios no “creó [la Tierra] sencillamente para
nada” sino que “la formó aun para ser habitada”. Según esta declaración, la humanidad habría de
disfrutar de nuestro planeta y de los animales para siempre (Isaías 45:18).

Las Escrituras vuelven a enfatizar la decisión de Dios de llevar a cabo su propósito original de
contar con una Tierra paradisíaca. Jehová declara: “Hasta lo he hablado”, y añade: “También lo
haré”. Además establece: “Así resultará ser mi palabra que brota de mi boca. No volverá a mí sin
resultados, sino que ciertamente hará aquello en que me he deleitado, y tendrá éxito seguro en
aquello para lo cual la he enviado” (Isaías 46:11; 55:11).

Está claro que el propósito original de Dios era que los humanos disfrutaran para siempre de un
paraíso terrestre. Podemos estar absolutamente seguros de que ese propósito se cumplirá en el
futuro. Examinemos las breves descripciones que suministra la Biblia respecto a cómo será la vida
en el nuevo mundo de Dios. Veremos que, de hecho, todos los animales, tanto domésticos como
salvajes, estarán en paz entre sí y con la humanidad (Isaías 65:17, 21-25; 2 Pedro 3:13).

Los animales en el nuevo mundo

En el nuevo mundo de Jehová, la gente podrá tocar la espesa melena del león, acariciar la piel
rayada del tigre, e incluso dormir en el bosque sin temer el ataque de ningún animal. Fíjese en esta
promesa de Dios: “Y de veras haré que la bestia salvaje dañina cese de la tierra, y [los humanos]
realmente morarán en el desierto en seguridad, y dormirán en los bosques” (Ezequiel 34:25; Oseas
2:18).

De hecho, los animales salvajes serán sumisos, incluso a los niños pequeños. La Biblia dice: “Y el
lobo realmente morará por un tiempo con el cordero, y el leopardo mismo se echará con el
cabrito, y el becerro y el leoncillo crinado y el animal bien alimentado todos juntos; y un simple
muchachito será guía sobre ellos”.

Pero eso no es todo. El texto sigue diciendo: “Y la vaca y la osa mismas pacerán; sus crías se
echarán juntas. Y hasta el león comerá paja justamente como el toro. Y el niño de pecho
ciertamente jugará sobre el agujero de la cobra; y sobre la abertura para la luz de una culebra
venenosa realmente pondrá su propia mano un niño destetado. No harán ningún daño ni causarán
ninguna ruina en toda mi santa montaña; porque la tierra ciertamente estará llena del
conocimiento de Jehová como las aguas cubren el mismísimo mar” (Isaías 11:6-9).

En el nuevo mundo que traerá Jehová no existirá el problema de tener que vivir apiñados en
grandes ciudades que resulten inhóspitas tanto para nosotros como para los animales de
compañía. Lo cierto es que, incluso en la actualidad, muchas personas disfrutan de tener mascotas
y muestran equilibrio en su actitud hacia ellas y en el cuidado que les brindan. Pero piense en la
maravillosa perspectiva de disfrutar de la compañía de los animales para siempre en un nuevo
mundo justo. El cuidado amoroso que se les brinde sin duda honrará al Gran Creador de todos los
seres vivos.

Si usted aún no sabe cuáles son los asombrosos propósitos de Dios —como hasta hace poco le
sucedía a Maria, mencionada al principio—, lo invitamos cordialmente a ponerse en contacto con
los publicadores de esta revista o con cualquier testigo de Jehová, quienes con gusto le ayudarán a
aprenderlos.

En el nuevo mundo de Dios disfrutaremos de los animales para siempre

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