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La política fiscal es una política económica que usa el gasto público y los
impuestos como variables de control para asegurar y mantener la estabilidad
económica, amortiguando las oscilaciones de los ciclos económicos y
contribuyendo a mantener una economía creciente, de pleno empleo y sin inflación
alta.
El sector publico absorbe ingresos privados por medio de impuestos, los traslada a
otras manos, crea inversiones y gastos el cual es el propósito fundamental Para
crear el ahorro público suficiente y para hacer frente al volumen de inversiones
planeadas y adquirir recursos adicionales mediante endeudamiento interno y
externo.
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3. La función estabilizadora: Es donde se encuadra la política fiscal, se trata de
conseguir la estabilidad del sistema económico y evitar los desequilibrios y
provocar los ajustes necesarios en la demanda agregada para superar en cada
caso las situaciones de inflación o desempleo
Sin duda, el poder político es responsable ante toda la sociedad, de defender sus
intereses, y debe orientar su política económica a la búsqueda del desarrollo
social, poniendo énfasis en disminuir las tasas de desempleo, invertir en salud,
educación, y actualización de su tecnología.
Cada vez que se inicia un periodo presidencial, el gobierno respectivo diseña y fija
los objetivos de su plan nacional de desarrollo, los cuales dan a los agentes
económicos, la orientación sobre la intervención del Estado en la actividad
económica del país durante su gobierno.
Demuestran que Colombia es hoy un país que necesita una urgente reforma de
su sistema político en el sentido no solo de adecuar sus instituciones a las
necesidades sino, mucho más importante, en preguntarse la nueva participación o
intervención que debe tomar el Estado para lograr estabilizar y regular la vida
económica del país, un juego multifactorial de variables, realizar una discusión
pública y aumentar los niveles de información de la sociedad sobre los temas
presupuéstales y fiscales, parece ser un camino inteligente para comenzar a
eliminar la indolencia de la población. Pues los problemas de tipo estructural tales
como la pobreza y la violencia no se deben dejar en manos del mercado.
La política fiscal está en cabeza del gobierno, del ministerio de Hacienda no del
Banco de la República, como en el caso de la política monetaria, y se centra en el
crecimiento económico a través del manejo de dos instrumentos el gasto público y
los impuestos. Su lógica se apoya en la siguiente ecuación del Producto Interno
Bruto PIB:
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hacer crecer el tamaño del Estado y luego se vuelve inmanejable, como el caso de
la crisis griega de hace algunos años, con la que tuvo que lidiar toda Europa.
Todo lo anterior suena muy bien, sin embargo, como siempre en economía no se
puede mover una variable económica sin descuadrar otra, en este caso el principal
problema que tiene la política fiscal es que los recursos que obtiene un gobierno o
van para esos planes de política o para su funcionamiento y es ahí donde la cosa
empieza a enredarse.
Gráfico 1. Elaboración propia Fuente Banco de la República
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El gráfico 2 muestra cómo es el esquema de vencimientos de todas las emisiones
de los TES emitidos en UVR y en pesos organizados por vencimientos. Lo que
muestra es que del total de la deuda de vía bonos públicos, los mayores niveles
de pagos están concentrados en el corto plazo, es decir en los próximos 8 años,
con lo que cualquier emisión de bonos debe hacerse con vencimientos por encima
de 2026.
Los ingresos del Estado provienen en mayor medida de los impuestos, así que si
se busca una reducción en estos debe venir soportado en un aumento bien sea en
otras fuentes de ingreso o una reducción en el gasto de funcionamiento del
Estado. Lo cual tiene sentido, salvo que queramos continuar aumentando el déficit
del Estado.
Por lo cual es necesario tener una política fiscal real que se articule con la
política monetaria del Banco de la República y que busque el crecimiento
económico, pero lo que no necesitamos son más reformas tributarias para que el
gobierno pueda pagar su funcionamiento.
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Estados unidos en el gobierno de Donald Trump a finales del año pasado y el
posible costo para el gobierno y la economía estadunidense que pueda acarrear.
Y ese es el gran dilema de la política fiscal.