¿Cuál es el rol de los abogados, colegios profesionales y de las facultades

de derecho en la resolución de conflictos?

Durante tiempos atrás y desde las propias universidades de Derecho, sobre todo en
Latinoamérica, los abogados han sido formados para litigar, es decir, se convertían en
expertos procesalistas que percibían la solución de un conflicto solo a través del sistema
judicial, en una lucha de ganar y perder. Pero que esto no otorgaba la mera satisfacción del
interés de sus clientes.

En principio, la reacción de un abogado frente al problema que le expone un cliente es la de

definir los preceptos legales que deben aplicarse a ese conflicto, es decir la visión que el
abogado tiene para la solución del conflicto gira en naturaleza jurídica, es decir no analiza
en su totalidad el conflicto que tiene en sus manos, no percibe los sentimientos, conducta y
economía del cliente, sino que está enfocado en la posición jurídica que va a aplicar para la
solución de ese conflicto, generándose así un mayor conflicto.

El derecho, desde todo punto de vista se conoce que es evolutivo y más aún ahora con la
realidad actual que nos encontramos, la cual necesita de nuevos métodos que permitan
solucionar los conflictos entre personas y sociedad, de manera más rápida, pacífica y
económica, permitiendo así, el descongestionamiento de nuestro sistema judicial.

Entonces es aquí donde la labor de los abogados modernos con la incorporación de las
MARCS en distintos países del mundo, deben de observar que la solución de un conflicto
no es meramente de naturaleza jurídica, sino también humana y social. El abogado es una
pieza fundamental en el sistema de Justicia; es el primer proveedor de Justicia para
el ciudadano, al que asesora en primer lugar cuando surge un conflicto, por lo que
habrá de evaluar el caso y proponer la vía de resolución de conflictos más adecuada
al cliente. Es aquí donde las escuelas de derecho cumplen un rol importante en la
formación de los nuevos profesionales del derecho, los cuales deben ser educados no solo,
en técnicas procesales y de litigación, sino de habilidades y destrezas comunicacionales,
técnicas de negociación, ética, responsabilidad profesional y formación humanista que le
permita a su cliente reconocer sus verdaderos intereses y necesidades, es decir, el abogado
moderno debe ser un asesor que analice cada caso en concreto y pueda orientar y
recomendar a su cliente las formas más viables y armoniosas de solución a su conflicto, lo
cual permitirá una mayor satisfacción emocional en la persona que se encuentra en
conflicto, puesto que, las MARCS permiten llevar a cabo un proceso más corto, con menor
costo económico, flexible; y donde prima la voluntad de las partes, es decir garantiza a los
sujetos de derecho el respeto y la protección de sus derechos fundamentales.

Es por ello que cada estudiante de derecho, desde la universidad debe aprovechar al
máximo los cursos que tienen competencia en la solución de conflictos, como son los
MARCS, y que esto les permita ser profesionales con ética, humanidad, capacidad de
interpretación, valores, comunicación, y estrategias que en el futuro les permita ser parte de
la solución de los conflictos de las personas y sociedad con igualdad y equidad, para que
así, tengamos una sociedad de paz y armonía. Pero que esta tarea no solo es un rol que
deben cumplir los estudiantes de derecho, sino que cada escuela universitaria de la carrera
de derecho debe mantener dentro de su plan académico las cátedras correspondientes a la
teoría de valores, filosofía, lengua, comunicación, psicología, teología, doctrina social de la
iglesia católica, ética, lógica jurídica, medios alternativos de resolución de conflictos
sociales y otros afines.

Por ultimo quiero expresar que, el abogado que precisa el ciudadano del siglo XXI
es un profesional que sea capaz de obtener los mejores resultados para su cliente a
todos los niveles, incluido el emocional.

ALUMNO: MIGUEL ÁNGEL BARBOZA CALDERON

DERECHO 5D1