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ESTRUCTURAS DIVERSAS HALLADAS EN EL

SEDIMENTO URINARIO

¿Qué es el Sedimento Urinario?


Se denomina así al conjunto de elementos microscópicos que se forman, por
sedimentación, en el recipiente que contiene la muestra de orina.

Composición del Sedimento Urinario


En el sedimento de la orina podemos encontrar las siguientes estructuras:

 Células
 Microorganismos
 Cilindros
 Cristales
 Artefactos

Células en el sedimento urinario

En una preparación podemos observar diversos tipos de células:


 Hematíes
 Leucocitos
 Células de descamación
 Células neoplásicas
 Espermatozoides

Hematíes
Se puede diferenciar la presencia de hematíes y de hemoglobina con la
centrifugación. Si los hematíes se alojan en el fondo junto al sedimento
hablaríamos de hematuria. En cambio, si tras la centrifugación la muestra sigue
teniendo coloración rojiza, se trata de hemoglobinuria.
Durante el examen microscópico del sedimento se realiza un conteo de hematíes
por campo visual. Si la cifra es superior o igual a 5 hematíes por campo se deben
determinar las causas.
Puede ser de origen no patológico, debido a una menstruación. O puede tener
origen patológico extrínseco, por daños cercanos, o intrínseco, en cuyo caso se
debería determinar si el origen es glomerular o no glomerular.
Leucocitos

El sedimento urinario puede contener leucocitos, mayoritariamente neutrófilos.

Cuando se realiza una preparación y se visualiza al microscopio, se pueden


apreciar leucocitos intactos, células centelleantes, que son leucocitos hinchados
debido a orinas hipotónicas, o piocitos, que son neutrófilos que han realizado una
fagocitosis y han perdido la mayor parte de su granulación.

Para diferenciarlos de los hematíes se puede recurrir al uso de ácido acético al


2%. Unas simples gotas bastan para lisar los hematíes y para poner de manifiesto
los leucocitos, resaltando sus núcleos.
Las cifras normales son de 1-2 leucocitos por campo en varones y de 2-7 en
mujeres. Si la cifra es superior estaríamos hablando de leucocituria, y en el caso
de que sean piocitos hablaríamos de piuria.
La infección urinaria es la causa más común de leucocituria/piuria. Si en el
sedimento se encuentran cilindros leucocitarios significa que la infección está
situada a nivel renal.

Células de descamación

En la visualización de un sedimento urinario es común encontrarse con células de


descamación. Estas células pueden clasificarse según su origen y morfología. Su
presencia en pequeñas cantidades se corresponde al proceso normal de
renovación celular de todo el trayecto por el que circula la orina.

Las células del epitelio escamoso o pavimentoso son las células que revisten


la vejiga y la uretra anterior. En el laboratorio reciben nombres como células de las
vías bajas o células del tracto urinario inferior.
Son las células de mayor tamaño, con forma poligonal o aplanada.

Las células del epitelio de transición forman parte del epitelio de tres capas que
recubre el tracto urinario. Desde la pelvis renal hasta la zona proximal uretral.
Son células de menor tamaño que las del epitelio escamoso. Pueden tener forma
ovalada, redondeada o piriforme. Y si proceden de los uréteres adquieren forma
de raqueta de tenis. Puede tener uno o varios núcleos de pequeño tamaño. Su
hallazgo en grandes cantidades implica la existencia de un proceso irritativo
debido, por ejemplo, a un cálculo renal.
Las células del epitelio de los túbulos renales forman parte del epitelio que
reviste todo el sistema tubular renal.
Son las células de menor tamaño, esféricas, con un núcleo grande y redondo. Es
raro encontrarlas en el sedimento. Su hallazgo en grandes cantidades sucede en
patologías como la necrosis tubular aguda o la pielonefritis.

Células neoplásicas

Son células de grandes dimensiones con uno o varios núcleos de gran tamaño.
Además, su citoplasma es pequeño y suelen aparecer agrupadas. Su morfología
facilita su distinción respecto a las células de descamación. El hallazgo en el
sedimento puede ser un signo de la existencia de un proceso tumoral.

Espermatozoides
Pueden encontrarse espermatozoides en orinas de varones posteriores a la
eyaculación o con patologías prostáticas. También pueden encontrarse en orinas
de mujeres por contaminación vaginal post-coito.

Microorganismos en el sedimento urinario

En el sedimento de la orina se pueden encontrar microorganismos tales como:

 Bacterias
 Hongos
 Protozoos y parásitos

Bacterias
En el sedimento se pueden encontrar cocos y bacilos, e incluso ver sus
movimientos. Si hay presencia de bacterias, pero no se visualizan leucocitos,
estaríamos ante una contaminación de la muestra. Ésta puede proceder de la
uretra, de la vagina o de las heces.
En cambio, si hay presencia de bacterias y se visualizan leucocitos, estaríamos
ante una posible infección del tracto urinario. 
Escherichia coli, proteus y kleibsella son las bacterias con mayor incidencia,
especialmente la primera.
Hongos
Si Entamoeba Coli tiene presencia mayoritaria en las infecciones bacterianas, en
las fúngicas la protagonista es Cándida albicans. Se trata de una levadura, de
aspecto incoloro y que puede confundirse con hematíes.
La presencia de un hongo en orina puede ser debido a una infección fúngica por
Cándida albicans o a una contaminación con una micosis vaginal. Es decir, la
infección estaría realmente en la vagina y no en el tracto urinario.

Protozoos y parásitos
En el sedimento urinario podemos encontrar protozoos,
como Entamoeba o Giardia, debido a contaminación fecal. También podemos
visualizar Trichomonas vaginalis, que sí indicaría una infección urinaria, vaginal o
prostática.
Las Trichomonas son fáciles de identificar debido a su movilidad si la orina es
reciente. Tienen forma globular y poseen varios flagelos que le confieren su
capacidad de movimiento. Dentro de los parásitos, en el sedimento de la orina se
pueden encontrar, por contaminación fecal: larvas de Strongiloides stercolaris y
huevos de Enterobius vermicularis y Ascaris lumbricoides.

Cilindros en el sedimento urinario


En el sedimento urinario podemos apreciar cilindros de diversas clases. Estos
cilindros tienen la forma redondeada característica de los túbulos renales.

Pueden tener contenido acelular o celular. Dentro de los acelulares encontramos


cilindros hialinos, granulosos, cereos o grasos. Y dentro de los celulares
encontramos cilindros hemáticos, leucocitarios, bacterianos y epiteliales.

Cilindros hialinos
Son los cilindros más comunes. Están formados por proteínas de Tamm-
Horsfall secretadas desde el epitelio tubular de las nefronas.
Su apariencia es heterogénea en cuanto a longitud y anchura. Son incoloros,
transparentes y con un índice de refracción muy similar al de la propia orina. Estos
datos dificultan su observación al microscopio, teniendo que recurrir a la escasa
birrefringencia que ofrecen estos cilindros para poder visualizarlos.
Cilindros granulosos
También denominados cilindros granulares. Pueden resultar de la ruptura de
cilindros celulares. O de la inclusión de agregados de proteínas plasmáticas como
la albúmina o cadenas ligeras de inmunoglobulinas.

Tienen forma similar a la de un cigarrillo y se visualizan mejor que los cilindros


hialinos. Esto es debido a que su índice de refracción es superior al del cilindro
hialino.

Entre los cilindros granulosos o granulares, más significativos, se encuentra


el cilindro marrón oscuro. Este cilindro es característico de la necrosis tubular
aguda. El hallazgo de otro tipo de cilindros granulosos puede significar la
existencia de otra patología renal.

Cilindros céreos
Entre las teorías de formación de estos cilindros se encuentran, por una parte, su
posible procedencia de otros cilindros granulosos, y por otra, la evolución final de
los cilindros fruto de una insuficiencia renal crónica de larga duración.

Morfológicamente poseen un mayor índice de refracción y mayor rigidez, con


bordes marcados y/o fracturados. También pueden exhibir extremos de aspecto
roto. Son anchos y cortos, pudiendo exhibir una coloración que va desde la
transparencia hasta la amarillez.

Cilindros grasos
Son cilindros hialinos con gotitas de grasa libre. Estas gotitas son de diversos
tamaños, pero inferiores al de un hematíe, y proceden de la rotura de células
epiteliales ricas en lípidos.

Al microscopio de contraste de fase se muestran muy birrefringentes. Para su


visualización al microscopio óptico, si las gotas están compuestas de triglicéridos,
se puede recurrir a la tinción de Sudán III. Si, por el contrario, las gotas son de
colesterol, se pueden visualizar en forma de cruz de malta bajo un microscopio de
luz polarizada.
Se pueden encontrar en el sedimento urinario, en cantidades considerables, en
patologías como el síndrome nefrótico.
Cilindros hemáticos
Son cilindros hialinos que contienen hematíes. El hallazgo de un cilindro
eritrocitario, o hemático, indica una patología renal a nivel glomerular o vascular.

A simple vista tienen un color marrón/castaño amarillento. Para su visualización es


recomendable recurrir a un colorante.

Cilindros leucocitarios
Son cilindros cuyo contenido está compuesto por leucocitos,
generalmente neutrófilos. Si están acompañados de bacterias es un claro indicio
de infección renal (pielonefritis).
En cambio, si no están acompañados de bacterias, indica la existencia de un
proceso inflamatorio, como la nefritis intersticial aguda o el síndrome nefrótico.

Cilindros bacterianos
Son cilindros compuestos por bacterias, ya sean cocos o bacilos. Son raros de ver
y siempre van acompañados de leucocitos que indican la existencia de una
pielonefritis.

Cilindros epiteliales
Son cilindros formados por células de descamación de la región tubular. El
hallazgo de este tipo de cilindros implica un daño en el epitelio tubular. Una
infección por citomegalovirus, o por hepatitis, puede causar la muerte de este tipo
de células y su exfoliación. También es común su observación en casos por
intoxicación por mercurio o en una necrosis tubular aguda.

Cristales en el sedimento urinario


Los cristales son estructuras con una morfología reconocible y están constituidos
por compuestos químicos. Poseen un elevado índice de refracción que facilita su
visualización al microscopio.

Su composición se halla generalmente disuelta en la orina, pero pueden ocurrir


una serie de cambios que favorecen su precipitación dentro del tracto urinario.
Estos cambios pueden ser un aumento de la concentración del compuesto
químico o cambios en el pH.
En función de la acidez o basicidad/alcalinidad de la orina, se pueden encontrar
una serie de cristales cuya solubilidad se encuentra disminuida debido a este
factor.
Los cristales de orinas ácidas son:

 Uratos amorfos
 Ácido úrico
 Ácido hipúrico
 Oxalato cálcico
 Sulfato cálcico
 Leucina
 Tirosina

Los cristales de orinas básicas, o alcalinas, son:

 Fosfatos amorfos
 Fosfato cálcico
 Carbonato cálcico
 Fosfato triple
 Biurato amónico

Los cristales de compuestos anfóteros son:

 Cistina
 Colesterol
 Creatinina

Uratos amorfos
Los uratos amorfos son sales de ácido úrico que forman pequeños precipitados sin
morfología reconocible. Estas sales pueden ser sódicas, potásicas, magnésicas o
cálcicas. Son muy pequeños, de forma granular y de coloración amarillo-
anaranjada. Son insolubles en ácido acético al 10% m/v y son solubles si se
calienta la orina a 60ºC.

Debido a que una disminución de la temperatura facilita su precipitación, se


recomienda su estudio en orinas frescas. Por idéntico motivo, su aparición también
se puede ver influenciada por la refrigeración previa de las muestras.

La agregación de uratos puede desencadenar la formación de complejos, siendo


éste el paso previo para la formación de un cálculo. Por este motivo es
recomendable un seguimiento de la actividad litogénica en pacientes con
presencia de este tipo de cristales.
Ácido úrico
Los cristales de ácido úrico son de tamaño variable y morfología romboide.
Pueden observarse en acúmulos y tienen una coloración que oscila entre el
amarillo y el color cobre. Son solubles en soluciones básicas/alcalinas e insolubles
en alcohol, ácido acético y ácido clorhídrico.

Su hallazgo en el sedimento implica la posibilidad de litiasis urinaria de este


compuesto. También se halla presente en dietas ricas en carne y en patologías
como la gota.

Ácido hipúrico
Los cristales de ácido hipúrico se presentan como prismas alargados que pueden
adquirir forma de agujas. Tienden a estar agrupados y, pese a ser normalmente
incoloros, pueden presentar un color amarillento. Son solubles en agua caliente y
en productos alcalinos, mientras que son insolubles en ácido acético.

Están formados por la conjugación hepática de glicina con ácido benzoico. Las
orinas ácidas, una disminución de la diuresis y las dietas ricas en frutas y
vegetales son los tres factores que favorecen su cristalización.

No tienden a agruparse ni a presentar formaciones, ya que se visualizan de forma


aislada con normalidad. Ésto es debido a que en las orinas existe normalmente
una pequeña cantidad de estos cristales.

Pese a su apariencia no tienen significado clínico alguno, debido a que no


desarrollan procesos litogénicos.

Oxalato cálcico
Los cristales de oxalato cálcico pueden ser monohidratados, dihidratados e incluso
trihidratados. El oxalato cálcico monohidratado presenta forma de reloj de arena o
de pesas de gimnasio. El dihidratado es el más común y presenta forma de sobre
de carta. En cambio, el trihidratado es el de aspecto menos común ya que es un
claro ejemplo de cristalización medicamentosa, presentando forma de placas
cristalinas muy birrefringentes.

Estos cristales presentan tamaños variables, son incoloros, solubles en HCl diluído
e insolubles en ácido acético.
Existe un aumento de la presencia de estos cristales cuando se ingieren alimentos
ricos en oxalatos o cuando se ingieren altas dosis de Vitamina C. También existe
una predisposición genética debido a que defectos enzimáticos hepáticos
hereditarios pueden cursar con hiperoxaluria, provocando un aumento de la
excreción de oxalato por vía renal.

Otras patologías que provocan aumento de la presencia de estos cristales son


la oxaluria, la diabetes mellitus y las hepatopatías.

Sulfato cálcico
Los cristales de sulfato cálcico presentan forma de prismas alargados y son
incoloros. Pueden presentarse de manera individual o agruparse formando haces.
Son solubles en ácido acético y no tienen significado clínico debido a que no
desarrollan procesos litogénicos.

Leucina
Los cristales de leucina tienen aspecto de esferas con estrías radiales o
concéntricas. Son de color amarillento y muy birrefringentes. Por tamaño y forma
pueden confundirse con gránulos de almidón, y ante un microscopio de luz
polarizada presentan una imagen de cruz de Malta.

Presentan solubilidad en sustancias alcalinas, alcohol caliente y ácido acético


caliente. Debido a que un aumento de temperatura facilita su disolución, es
recomendable realizar su estudio en orinas frescas.

Su aparición en el sedimento urinario puede significar la existencia de una


enfermedad hepática grave (hepatitis vírica o cirrosis hepática).
No desarrollan procesos litogénicos.

Tirosina
Los cristales de tirosina tienen aspecto de agujas finas amarillentas que,
normalmente, se agrupan en forma de haces. Presentan un color muy oscuro en la
zona central de las agrupaciones, y bajo luz polarizada son muy birrefringentes.
Son insolubles en ácido acético y solubles en hidróxido amónico y ácido
clorhídrico.

Su aparición en el sedimento tiene el mismo significado clínico que los cristales de


leucina. Además, tampoco desarrollan procesos litogénicos.
Fosfatos amorfos
Están constituidos por hidroxiapatita o carboxiapatita. Estas sustancias, disueltas,
se excretan normalmente por la orina, permitiendo la eliminación de calcio y
fósforo.
En condiciones anormales, con orinas básicas, estas sustancias forman unos
precipitados amorfos que se agrupan de forma similar a los uratos amorfos.

Estos precipitados no son solubles con calor, mientras que sí lo son con ácido
acético. Si los precipitados fuesen de carboxiapatita, al disolverse, producen
burbujas de dióxido de carbono.

Su presencia continua en orina puede significar una tendencia al desarrollo de


procesos litogénicos, con la consecuente creación de cálculos renales.

Fosfato cálcico
Estos cristales están constituidos por brushita. Pueden adoptar forma de placas de
considerable tamaño, delgadas y de bordes irregulares, agrupándose en forma
estrellada. Son incoloros, y al ser característicos de orinas básicas se disuelven en
ácido acético.
El fosfato cálcico se encuentra normalmente en la orina, sin cristalizar, por lo que
su precipitación puede ser indicio de hipercalciuria y/o hiperfosfaturia. Además,
puede desarrollar procesos litogénicos con propensión a la formación de cálculos
urinarios.

Carbonato cálcico
Los cristales de carbonato cálcico son de pequeño tamaño y de aspecto romboide.
Suelen agruparse en parejas, aunque en ciertas ocasiones pueden formar masas
granulares de gran tamaño.

No tienen significado clínico, aunque algunas fuentes han descrito cálculos renales
formados por este compuesto. Por norma general, los cálculos de oxalato cálcico
son mucho más frecuentes.

Fosfato Triple
Los cristales de fosfato triple, conocidos como estruvita, son compuestos de
fosfato amónico-magnésico. Adquieren forma de prismas rectangulares de varias
caras, dando la imagen característica de tapa de ataud al microscopio.
Son incoloros, transparentes y muy birrefringentes, especialmente en el
microscopio de contraste de fase. Son insolubles con calor y solubles en ácido
acético, con desprendimiento de amoniaco.

Su presencia en el sedimento indica la existencia de infección en el tracto urinario


y/o el desarrollo de un proceso litogénico con formación de cálculos urinarios.

Biurato amónico
Estos cristales pueden ser de urato amónico o de biurato amónico. Tienen forma
de gránulos esféricos, de gran tamaño, con espículas y sin ellas. Poseen color
amarillento y con frecuencia acompañan a los fosfatos amorfos.

Son solubles al calor, al ácido acético y al hidróxido sódico, generando éste el


desprendimiento de amoniaco tras su disolución.

Cistina
Los cristales de cistina tienen forma de placa hexagonal plana. Se pueden hallar
de forma aislada o superpuestos. Son gruesos, incoloros, transparentes y solubles
tanto en ácidos fuertes como en álcalis. Son insolubles en calor, en ácidos débiles
como el acético, en alcohol, eter y acetona.

Su presencia en el sedimento urinario es un claro indicio del desarrollo de un


proceso litogénico. Para su visualización se recomienda el uso de orinas frescas,
ya que la presencia de bacterias puede acarrear su rápida desaparición.

Colesterol
Los cristales de colesterol tienen forma de placas con escotaduras. Son de gran
tamaño, birrefringentes, incoloros al microscopio óptico y de varios colores si
utilizamos un microscopio de luz polarizada. Presentan solubilidad en alcohol
caliente, coloroformo y éter.

Su hallazgo en el sedimento urinario es un indicativo patológico de obstrucción


linfática a nivel torácico y/o abdominal. También puede significar la existencia de
una patología que provoque la ruptura de los vasos linfáticos presentes en la
pelvis renal.
Creatinina
Los cristales de creatinina tienen forma de prismas biaxiales pseudohexagonales.
Son muy birrefringentes, especialmente si se utiliza un microscopio de contraste
de fase.

Se encuentran en el sedimento urinario de forma fisiológica en mujeres


embarazadas, personas de edad avanzada y niños. Tienen significado clínico en
patologías que produzcan destrucción muscular.

Artefactos en el sedimento urinario


Se considera artefacto a todo elemento presente en el sedimento urinario que no
forma parte de la propia orina. Es decir, procede de una contaminación de la
muestra o de una mala recolección de la misma.

Algunos de estos artefactos son:

 Restos fecales
 Gotas de grasa
 Gránulos de almidón
 Pelos
 Polvos de talco

Restos fecales
Suelen observarse en orinas procedentes de niños o de adultos con higiene
cuestionable. También pueden aparecer en pacientes con fístulas que comunican
el tracto intestinal con las vías urinarias.

Al microscopio óptico se observan fibras musculares o restos digeridos de origen


vegetal.

Gotas de grasa
Este artefacto es muy común en laboratorios donde los portaobjetos no son
desechables. Los laboratorios de enseñanza sufren este problema en estudios de
sedimentos urinarios y en otras preparaciones. En hospitales, o laboratorios de
investigación, los portaobjetos que no se guardan a modo de archivo, como puede
ocurrir con los frotis de médula ósea, acaban desechados.

En laboratorios de centros educativos los portaobjetos se lavan con una disolución


de agua y lejía al 10% a la que se le añade un desengrasante. Posteriormente se
dejan secar en gradillas ataviadas con papel de filtro. Pese al esfuerzo y la
dedicación en la reutilización, los resultados no siempre son óptimos y la grasa
hace su aparición cuando se visualiza la preparación en el microscopio.

Si la muestra de orina procede de una sonda es posible que también veamos este
tipo de artefacto. Las sondas urinarias se colocan haciendo uso de lubricantes
cuyos restos se pueden apreciar cuando visualizamos la preparación al
microscopio.

Gránulos de almidón
Los gránulos de almidón se aprecian al microscopio como artefactos redondeados
muy birrefringentes. Se pueden observar en orinas contaminadas con productos
aplicados a la ropa interior que contengan almidón. Cabe tener en cuenta la
posibilidad de que esos gránulos procedan de productos como los guantes de
vinilo.

Pelos
Los pelos, vistos al microscopio, tienen aspecto de cilindros de gran longitud y
tamaño variable. Proceden de muestras contaminadas por vello procedente de la
zona púbica del propio paciente. También pueden contaminarse, si no se
manipulan adecuadamente, con vello corporal del técnico que esté manipulando la
muestra.

Polvos de talco
Están formados por silicatos, que pueden venir acompañados en algunos casos
con gránulos de almidón. Su aspecto al microscopio no es muy definido, ya que
poseen tamaño y forma variable. Poseen bordes angulosos, son
semitransparentes y tienen cierta birrefringencia.

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