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SEDIMENTO URINARIO
Células
Microorganismos
Cilindros
Cristales
Artefactos
Hematíes
Se puede diferenciar la presencia de hematíes y de hemoglobina con la
centrifugación. Si los hematíes se alojan en el fondo junto al sedimento
hablaríamos de hematuria. En cambio, si tras la centrifugación la muestra sigue
teniendo coloración rojiza, se trata de hemoglobinuria.
Durante el examen microscópico del sedimento se realiza un conteo de hematíes
por campo visual. Si la cifra es superior o igual a 5 hematíes por campo se deben
determinar las causas.
Puede ser de origen no patológico, debido a una menstruación. O puede tener
origen patológico extrínseco, por daños cercanos, o intrínseco, en cuyo caso se
debería determinar si el origen es glomerular o no glomerular.
Leucocitos
Células de descamación
Las células del epitelio de transición forman parte del epitelio de tres capas que
recubre el tracto urinario. Desde la pelvis renal hasta la zona proximal uretral.
Son células de menor tamaño que las del epitelio escamoso. Pueden tener forma
ovalada, redondeada o piriforme. Y si proceden de los uréteres adquieren forma
de raqueta de tenis. Puede tener uno o varios núcleos de pequeño tamaño. Su
hallazgo en grandes cantidades implica la existencia de un proceso irritativo
debido, por ejemplo, a un cálculo renal.
Las células del epitelio de los túbulos renales forman parte del epitelio que
reviste todo el sistema tubular renal.
Son las células de menor tamaño, esféricas, con un núcleo grande y redondo. Es
raro encontrarlas en el sedimento. Su hallazgo en grandes cantidades sucede en
patologías como la necrosis tubular aguda o la pielonefritis.
Células neoplásicas
Son células de grandes dimensiones con uno o varios núcleos de gran tamaño.
Además, su citoplasma es pequeño y suelen aparecer agrupadas. Su morfología
facilita su distinción respecto a las células de descamación. El hallazgo en el
sedimento puede ser un signo de la existencia de un proceso tumoral.
Espermatozoides
Pueden encontrarse espermatozoides en orinas de varones posteriores a la
eyaculación o con patologías prostáticas. También pueden encontrarse en orinas
de mujeres por contaminación vaginal post-coito.
Bacterias
Hongos
Protozoos y parásitos
Bacterias
En el sedimento se pueden encontrar cocos y bacilos, e incluso ver sus
movimientos. Si hay presencia de bacterias, pero no se visualizan leucocitos,
estaríamos ante una contaminación de la muestra. Ésta puede proceder de la
uretra, de la vagina o de las heces.
En cambio, si hay presencia de bacterias y se visualizan leucocitos, estaríamos
ante una posible infección del tracto urinario.
Escherichia coli, proteus y kleibsella son las bacterias con mayor incidencia,
especialmente la primera.
Hongos
Si Entamoeba Coli tiene presencia mayoritaria en las infecciones bacterianas, en
las fúngicas la protagonista es Cándida albicans. Se trata de una levadura, de
aspecto incoloro y que puede confundirse con hematíes.
La presencia de un hongo en orina puede ser debido a una infección fúngica por
Cándida albicans o a una contaminación con una micosis vaginal. Es decir, la
infección estaría realmente en la vagina y no en el tracto urinario.
Protozoos y parásitos
En el sedimento urinario podemos encontrar protozoos,
como Entamoeba o Giardia, debido a contaminación fecal. También podemos
visualizar Trichomonas vaginalis, que sí indicaría una infección urinaria, vaginal o
prostática.
Las Trichomonas son fáciles de identificar debido a su movilidad si la orina es
reciente. Tienen forma globular y poseen varios flagelos que le confieren su
capacidad de movimiento. Dentro de los parásitos, en el sedimento de la orina se
pueden encontrar, por contaminación fecal: larvas de Strongiloides stercolaris y
huevos de Enterobius vermicularis y Ascaris lumbricoides.
Cilindros hialinos
Son los cilindros más comunes. Están formados por proteínas de Tamm-
Horsfall secretadas desde el epitelio tubular de las nefronas.
Su apariencia es heterogénea en cuanto a longitud y anchura. Son incoloros,
transparentes y con un índice de refracción muy similar al de la propia orina. Estos
datos dificultan su observación al microscopio, teniendo que recurrir a la escasa
birrefringencia que ofrecen estos cilindros para poder visualizarlos.
Cilindros granulosos
También denominados cilindros granulares. Pueden resultar de la ruptura de
cilindros celulares. O de la inclusión de agregados de proteínas plasmáticas como
la albúmina o cadenas ligeras de inmunoglobulinas.
Cilindros céreos
Entre las teorías de formación de estos cilindros se encuentran, por una parte, su
posible procedencia de otros cilindros granulosos, y por otra, la evolución final de
los cilindros fruto de una insuficiencia renal crónica de larga duración.
Cilindros grasos
Son cilindros hialinos con gotitas de grasa libre. Estas gotitas son de diversos
tamaños, pero inferiores al de un hematíe, y proceden de la rotura de células
epiteliales ricas en lípidos.
Cilindros leucocitarios
Son cilindros cuyo contenido está compuesto por leucocitos,
generalmente neutrófilos. Si están acompañados de bacterias es un claro indicio
de infección renal (pielonefritis).
En cambio, si no están acompañados de bacterias, indica la existencia de un
proceso inflamatorio, como la nefritis intersticial aguda o el síndrome nefrótico.
Cilindros bacterianos
Son cilindros compuestos por bacterias, ya sean cocos o bacilos. Son raros de ver
y siempre van acompañados de leucocitos que indican la existencia de una
pielonefritis.
Cilindros epiteliales
Son cilindros formados por células de descamación de la región tubular. El
hallazgo de este tipo de cilindros implica un daño en el epitelio tubular. Una
infección por citomegalovirus, o por hepatitis, puede causar la muerte de este tipo
de células y su exfoliación. También es común su observación en casos por
intoxicación por mercurio o en una necrosis tubular aguda.
Uratos amorfos
Ácido úrico
Ácido hipúrico
Oxalato cálcico
Sulfato cálcico
Leucina
Tirosina
Fosfatos amorfos
Fosfato cálcico
Carbonato cálcico
Fosfato triple
Biurato amónico
Cistina
Colesterol
Creatinina
Uratos amorfos
Los uratos amorfos son sales de ácido úrico que forman pequeños precipitados sin
morfología reconocible. Estas sales pueden ser sódicas, potásicas, magnésicas o
cálcicas. Son muy pequeños, de forma granular y de coloración amarillo-
anaranjada. Son insolubles en ácido acético al 10% m/v y son solubles si se
calienta la orina a 60ºC.
Ácido hipúrico
Los cristales de ácido hipúrico se presentan como prismas alargados que pueden
adquirir forma de agujas. Tienden a estar agrupados y, pese a ser normalmente
incoloros, pueden presentar un color amarillento. Son solubles en agua caliente y
en productos alcalinos, mientras que son insolubles en ácido acético.
Están formados por la conjugación hepática de glicina con ácido benzoico. Las
orinas ácidas, una disminución de la diuresis y las dietas ricas en frutas y
vegetales son los tres factores que favorecen su cristalización.
Oxalato cálcico
Los cristales de oxalato cálcico pueden ser monohidratados, dihidratados e incluso
trihidratados. El oxalato cálcico monohidratado presenta forma de reloj de arena o
de pesas de gimnasio. El dihidratado es el más común y presenta forma de sobre
de carta. En cambio, el trihidratado es el de aspecto menos común ya que es un
claro ejemplo de cristalización medicamentosa, presentando forma de placas
cristalinas muy birrefringentes.
Estos cristales presentan tamaños variables, son incoloros, solubles en HCl diluído
e insolubles en ácido acético.
Existe un aumento de la presencia de estos cristales cuando se ingieren alimentos
ricos en oxalatos o cuando se ingieren altas dosis de Vitamina C. También existe
una predisposición genética debido a que defectos enzimáticos hepáticos
hereditarios pueden cursar con hiperoxaluria, provocando un aumento de la
excreción de oxalato por vía renal.
Sulfato cálcico
Los cristales de sulfato cálcico presentan forma de prismas alargados y son
incoloros. Pueden presentarse de manera individual o agruparse formando haces.
Son solubles en ácido acético y no tienen significado clínico debido a que no
desarrollan procesos litogénicos.
Leucina
Los cristales de leucina tienen aspecto de esferas con estrías radiales o
concéntricas. Son de color amarillento y muy birrefringentes. Por tamaño y forma
pueden confundirse con gránulos de almidón, y ante un microscopio de luz
polarizada presentan una imagen de cruz de Malta.
Tirosina
Los cristales de tirosina tienen aspecto de agujas finas amarillentas que,
normalmente, se agrupan en forma de haces. Presentan un color muy oscuro en la
zona central de las agrupaciones, y bajo luz polarizada son muy birrefringentes.
Son insolubles en ácido acético y solubles en hidróxido amónico y ácido
clorhídrico.
Estos precipitados no son solubles con calor, mientras que sí lo son con ácido
acético. Si los precipitados fuesen de carboxiapatita, al disolverse, producen
burbujas de dióxido de carbono.
Fosfato cálcico
Estos cristales están constituidos por brushita. Pueden adoptar forma de placas de
considerable tamaño, delgadas y de bordes irregulares, agrupándose en forma
estrellada. Son incoloros, y al ser característicos de orinas básicas se disuelven en
ácido acético.
El fosfato cálcico se encuentra normalmente en la orina, sin cristalizar, por lo que
su precipitación puede ser indicio de hipercalciuria y/o hiperfosfaturia. Además,
puede desarrollar procesos litogénicos con propensión a la formación de cálculos
urinarios.
Carbonato cálcico
Los cristales de carbonato cálcico son de pequeño tamaño y de aspecto romboide.
Suelen agruparse en parejas, aunque en ciertas ocasiones pueden formar masas
granulares de gran tamaño.
No tienen significado clínico, aunque algunas fuentes han descrito cálculos renales
formados por este compuesto. Por norma general, los cálculos de oxalato cálcico
son mucho más frecuentes.
Fosfato Triple
Los cristales de fosfato triple, conocidos como estruvita, son compuestos de
fosfato amónico-magnésico. Adquieren forma de prismas rectangulares de varias
caras, dando la imagen característica de tapa de ataud al microscopio.
Son incoloros, transparentes y muy birrefringentes, especialmente en el
microscopio de contraste de fase. Son insolubles con calor y solubles en ácido
acético, con desprendimiento de amoniaco.
Biurato amónico
Estos cristales pueden ser de urato amónico o de biurato amónico. Tienen forma
de gránulos esféricos, de gran tamaño, con espículas y sin ellas. Poseen color
amarillento y con frecuencia acompañan a los fosfatos amorfos.
Cistina
Los cristales de cistina tienen forma de placa hexagonal plana. Se pueden hallar
de forma aislada o superpuestos. Son gruesos, incoloros, transparentes y solubles
tanto en ácidos fuertes como en álcalis. Son insolubles en calor, en ácidos débiles
como el acético, en alcohol, eter y acetona.
Colesterol
Los cristales de colesterol tienen forma de placas con escotaduras. Son de gran
tamaño, birrefringentes, incoloros al microscopio óptico y de varios colores si
utilizamos un microscopio de luz polarizada. Presentan solubilidad en alcohol
caliente, coloroformo y éter.
Restos fecales
Gotas de grasa
Gránulos de almidón
Pelos
Polvos de talco
Restos fecales
Suelen observarse en orinas procedentes de niños o de adultos con higiene
cuestionable. También pueden aparecer en pacientes con fístulas que comunican
el tracto intestinal con las vías urinarias.
Gotas de grasa
Este artefacto es muy común en laboratorios donde los portaobjetos no son
desechables. Los laboratorios de enseñanza sufren este problema en estudios de
sedimentos urinarios y en otras preparaciones. En hospitales, o laboratorios de
investigación, los portaobjetos que no se guardan a modo de archivo, como puede
ocurrir con los frotis de médula ósea, acaban desechados.
Si la muestra de orina procede de una sonda es posible que también veamos este
tipo de artefacto. Las sondas urinarias se colocan haciendo uso de lubricantes
cuyos restos se pueden apreciar cuando visualizamos la preparación al
microscopio.
Gránulos de almidón
Los gránulos de almidón se aprecian al microscopio como artefactos redondeados
muy birrefringentes. Se pueden observar en orinas contaminadas con productos
aplicados a la ropa interior que contengan almidón. Cabe tener en cuenta la
posibilidad de que esos gránulos procedan de productos como los guantes de
vinilo.
Pelos
Los pelos, vistos al microscopio, tienen aspecto de cilindros de gran longitud y
tamaño variable. Proceden de muestras contaminadas por vello procedente de la
zona púbica del propio paciente. También pueden contaminarse, si no se
manipulan adecuadamente, con vello corporal del técnico que esté manipulando la
muestra.
Polvos de talco
Están formados por silicatos, que pueden venir acompañados en algunos casos
con gránulos de almidón. Su aspecto al microscopio no es muy definido, ya que
poseen tamaño y forma variable. Poseen bordes angulosos, son
semitransparentes y tienen cierta birrefringencia.