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La orientación vocacional como experiencia subjetivante, Sergio

Rascovan
Capítulo 1- El campo y la intervención en Orientación vocacional
1.1.El campo vocacional
Sergio Rascovan define lo vocacional como el campo de problemáticas del ser
humano y la elección- realización de su hacer. Para el la palabra “campo
vocacional” es una expresión que da cuenta del amplio conjunto de actividades
que un sujeto realiza o puede realizar a lo largo de su vida como por ejemplo:
estudiar, trabajar, viajar, estar/ compartir con otros o hacer cualquier actividad
organizada o autogestiónada. En fin se trata de todo lo que hicimos, hacemos o
nos proponemos hacer en la vida, es la relación con el hacer en diferentes
tiempos: pasado, presente y futuro; lo vocacional es a su vez elección, acto y
proyecto, Decimos que supone de una trama, ya que la vida subjetiva esta
entrelazada con la época, con las posibilidades y limitaciones propias de la
estructura y organización social y cultural en la que vivimos. La configuración
de dichas problemáticas, es decir lo que podríamos denominar como “lo
vocacional” es necesariamente resultado de una compleja trama en la que se
conjugan variables sociales y subjetivas. La problemática existencial acerca de
que hacer en la vida se ha constituido en una problemática social a partir del
surgimiento de los estados modernos, es decir los estados de derecho, en este
sentido es heredera de la revolución industrial y del sistema capitalista. De este
modo el que hacer es decir lo vocacional entendido como el elegir y construir
trayectorias vitales esta estrechamente relacionado con el contexto económico,
político y cultural. En otras palabras está vinculado con las formas particulares
que adquiere la vida humana social en un periodo histórico determinado. Para
este autor Lo vocacional es un campo de problemáticas conformado por dos
dimensiones: social y subjetiva.
Dimensión social: supone entender la elección y realización de un hacer,
“ocupación”, como efecto de un particular escenario social, económico, político,
cultural. El contexto opera como determinante de las configuraciones que
adquiere el trabajo, el aparato productivo y el sistema educativo en cada
sociedad y en cada momento histórico.
Dimensión subjetiva: considera lo vocacional como un fenómeno vinculado
con la dialéctica del deseo. No hay un objeto necesario para un sujeto. El
proceso de búsqueda de objetos que satisfagan el deseo es interminable y
concomitante de la propia constitución subjetiva singular.
1.2. Las elecciones vocacionales
Las elecciones vocacionales son al mismo tiempo, un proceso y un acto de
elegir “objetos” la o los que convencionalmente definimos como vocacionales.
Elegir es un procesó ya que se trata de un recorrido inacabado, a través del
cual el sujeto busca, reconoce y muchas veces encuentra dentro de la gran
variedad de objetos existentes, algunos con los que establece vínculos
singulares. Logra recortar algunos entre otros, los elige, los escoge como
propios y establece con el/ellos una relación singular, el proceso de elegir
supone una configuración particular del tiempo entre pasado, presente y futuro.
Elegir es ademas de un proceso, es un acto expresado en la toma de decisión
a través de la cual el sujeto selecciona uno o varios objetos con los que
establece un vínculo particular esperando obtener algún tipo de satisfacción.
Inexorablemente la satisfacción que deviene del vínculo entre sujeto y objeto es
de carácter parcial ya que no hay un objeto ya sea este sexual, de amor o
vocacional único y absoluto para un sujeto. El proceso y el acto de elegir van a
tener aspectos conscientes e inconsciente, podemos dar cuenta
conscientemente de lo elegido aunque desconozcamos los móviles
inconscientes de ellos, por eso sostenemos que somos elegidos por el otro,
que hay algo del orden inconsciente que va a organizar nuestras inclinaciones
o nuestras preferencias y por último la dinámica de la elección de objetos
vocacionales va a reconocer diferentes momento en su gestación, es siempre
conflictiva por que supone lidiar con nuestra falta constitutiva, con el no todo,
con la castracion, entonces si elegir es dejar, siempre será conflictiva, aunque
no del mismo modo para todos los sujetos y las maneras de vivir los procesos
de elección están fuertemente relacionadas con las formas de vivir la falta y los
mecanismos que se activan alrededor de ella.
1.3. Las trayectorias vocacionales
Para el autor “itinerario” va a suponer de una hoja de ruta, un camino
señalizado que permite llegar de un punto a otro. El recorrido vital se organiza
en nuestras sociedades desde una hoja de ruta marcada centralmente por los
trayectos educativos y laborales que comportan formas de vivir moldeadas por
los rasgos de época, aunque siempre se terminan de configurar por las
maneras singulares de transitarlos, es una marca para ser trascendida. El
itinerario es una trayectoria subjetiva configurada sobre un trayecto institucional
formalizado, de este modo es un plus que reconoce la hoja de ruta como un
soporte social de los recorridos vitales. Itinerario entendido como trayectoria
subjetiva implica un plus sobre los trayectos y transiciones normalizadas en
escenarios sociales estables y lineales, ambos constituyeron entidades
separadas y diferenciadas. Para este autor las trayectorias transnacionales van
a tener un carácter dinámico, abierto y discontinuo, por qué serían la trama de
un itinerario vital que se configura siempre en una clave plus de los trayectos y
las transnaciones, se trata de experiencias que no encajan en las categorías
preestablecidas de trayecto, trayecto entendido como tramo de un recorrido
educativo/laboral ni de transición pensada como proceso a partir del corte del
trayecto y por último podemos decir que finalizar el trayecto de la escuela
secundaria conlleva iniciar un proceso de transición entendido como dinámica
temporal signada por el cambio, es decir un corte en el recorrido que produce
ruptura y reconfiguracion.
1.4. La orientación vocacional
Mientras que lo vocacional lo definimos como un campo de problemáticas
vinculados con los sujetos y los procesos de elección y despliegue de
trayectorias en relación al hacer, en cambio la orientación vocacional en un
sentido estricto sería la intervención tendiente a facilitar la elección de objetos
vocacionales, representada por proyectos de distintos tipos de actividades,
básicamente trabajo y/o estudio ya que insistimos son ellos los que producen
inclusión social. Se trata de una definición operativa, es decir de una
aproximación conceptual con fuertes implicancias en la práctica. Para sintetizar
podríamos decir que la orientación vocacional es la intervención tendiente a
acompañar a los sujetos durante el proceso y acto de elegir.
1.5. El paradigma crítico en orientación vocacional
Según El autor el paradigma critico Corresponde a la necesidad de pensar
y operar en Orientación Vocacional articulándola con el actual escenario
histórico. El mismo es resultado del profundo deterioro de las condiciones
sociales, con aumento de la pobreza y de la exclusión provocadas por la
aplicación de políticas económico sociales de carácter neoliberal. Es así
que la perspectiva crítica debe transformarse y a la vez promover una
transformación de las prácticas existentes con el objetivo de impedir que
éstas funcionen como mecanismos de reproducción y de continuidad de
un orden social caracterizado por la exclusión y la inequidad.
Comprendiendo entonces que los conflictos en la elección deben estar
articulados con el contexto social y las lógicas de poder que lo
atraviesan. Este autor también concibe a este paradigma como complejo
y transdisciplinario, ejes que también denotan los presupuestos
superadores de este enfoque. Lo concibe como una perspectiva
compleja puesto que comprende los atravesamientos entre lo singular y lo
colectivo reconociendo así el carácter multidimensional de los seres
humanos. Rascovan va a plantear entonces que se trata de diferentes
elementos que constituyen un todo y que resultan inseparables unos de
otros, donde la trama del tejido muestra indefectiblemente
interdependencia, interrelación e interactividad entre el objeto de
conocimiento y su contexto. También postula que el paradigma critico es
transdisciplinario, al igual que otros/os autores/as de los paradigmas
actuales, porque la Orientación es un campo y en este sentido está
atravesada por un conjunto de problemáticas cuyas dimensiones son de
distinto orden, ya sean políticas, deseantes, culturales, etc., y por ello
deben ser abordadas por diferentes disciplinas. En lo que respecta a los
criterios transdisciplinarios plantea, además de trascender el pensamiento
positivista que pretende encerrar a las ciencias en sus especificidades.
Rascovan, plantea con respecto a la cuestión psíquica que atañe la
identidad vocacional, que esta nunca estará acabada puesto que el
deseo indica que algo falta y esto es justamente el motor de dicho
deseo, siendo que éste se presenta como una defensa al goce, De esta
manera se explicaría entonces el por qué para los sujetos la conquista
de algo tan deseado termina por producir frustración, culpa o la
sensación de derrota. Esta concepción, aunque merece ser tomada en
cuenta, se ha discutido vastamente sobre la noción de deseo como falta
desde una perspectiva crítica, lo que será discutido en el apartado
pertinente. Desde esta perspectiva se enmarca a la Orientación como
parte del campo de la salud mental comunitaria puesto que este campo
se encuentra en la relación que existe entre individuo y sociedad,
situándose inevitablemente a la comunidad en el centro de la
problemática. Existen diferentes autores que reflexionan a la Orientación
Vocacional en este sentido, donde si bien no se denominan
pertenecientes al paradigma crítico, contribuyen a éste, el cual aún se
encuentra en construcción. Uno de estos autores es Jean Guichard
(2011), quien realiza aportes relevantes sobre la relación entre los
objetivos y las finalidades en Orientación, enfatizando en estas últimas y
de esta manera cuestionando fuertemente las teorías y prácticas de este
campo disciplinar. Postula que en paradigmas anteriores se ha tendido a
confundir objetivos y finalidades como si estuvieran intrínsecamente
relacionadas. Expone que ellos no son términos lineales y que las
demandas, por tal la relación entre éstos, no siempre han sido las
misma. Es por esto que los objetivos en Orientación se han diversificado
más que a comienzos de siglo, desde lo que el consultante quiere
ser/hacer hasta la facultad de decidir, pero enfatiza que las finalidades
éticas y sociales apenas han sido cuestionadas. De esta manera el
paradigma crítico pone en tensión dos concepciones de la Orientación
como los son: orientar para la carrera y orientar para la vida. Los/as
autores/as de este paradigma coinciden que el orientar para la carrera
se queda muy corto en el sentido restringido de este concepto y en
términos ser el objetivo último de este campo disciplinar. Se busca
entonces una práctica y una teoría, que posibilite reflexionar sobre la vida
en sentido amplio. En este sentido, la carrera podría entenderse como el
desarrollo de una persona a lo largo de su vida y no sólo con lo que
está relacionado a la demanda laboral. La crítica está puesta en que
durante mucho tiempo la Orientación estuvo dirigida a moldear, partiendo
desde una idea de sujeto a priori y en aras de un deber ser. Es así
como hasta ahora se ha dificultado logra una identidad profesional
militante, socialmente comprometida con los cambios, con
transformaciones que tengan que ver con las desigualdades sociales y la
injusticia. Es así como la Orientación va expandiendo sus alcances, y
donde la transdisciplinariedad en aras de un pensamiento crítico es
absolutamente necesaria.

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