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El príncipe de las mareas

  
La historia de la película comienza con el intento de
suicidio de Sabanah, la hermana de Tom. Pero este
hecho se remonta a muchos años antes, a la infancia de
los tres hermanos, con una madre bellísima pero que
no hizo nada con su vida, más que buscar ser aceptada
aun exponiendo a sus hijos; y un padre violento. De
niño, Tom idealizó a su madre, la consideraba
extraordinaria, pero a medida que fue creciendo se fue
desilusionando. Esto es así porque su madre les enseñó
a ocultar sus sentimientos, a hacer “como si nada
hubiese pasado”, a disimular el dolor. Nunca se hizo
cargo de la responsabilidad en la crianza de sus hijos.

La vida actual de Tom no es como lo hubiese querido.


Trasladó sus problemas con su madre hacia su esposa,
y esto generó problemas matrimoniales. 

Los conflictos que deben enfrentar los personajes de la


película, especialmente Tom y Sabanah, se deben a
cuestiones de su vida infantil que no han podido
superar, por los secretos y silencios que debieron
aprender a sobrellevar durante su vida. Estos conflictos
son a nivel intrapersonal (los internos que se
encuentran reprimidos y deben sacar a la luz) e
interpersonales (ya que generan desequilibrios en la
relación con los demás). Hasta que no resuelvan esos
conflictos internos, no podrán relacionarse bien con las
personas de su entorno.

Los conflictos son sensaciones desagradables que nos


advierten sobre un desequilibrio en nuestro psiquismo.
Se muestran en forma de angustia y/o ansiedad. Se
produce un desacuerdo entre las pulsiones (Ello) que
luchan por salir y el superyó que las reprime. Ante esto,
el Yo intenta volver a un estado de equilibrio
disminuyendo la tensión, y lo logra a través de los
mecanismos adaptativos (conscientes) y mecanismos
de defensa.

En el caso de Tom, el personaje principal, ha intentado


durante toda su vida olvidar el pasado, al igual que la
madre, que siempre repetía: “Aquí no ha pasado nada”,
“Estoy cerrada al pasado”. Tom también intentaba no
“tener memoria”, por lo cual se reprimió durante tantos
años. Según sus mismas palabras a la psiquiatra de su
hermana, “o los evitamos o nos reímos. Nunca
lloramos”, refiriéndose a los conflictos y a los
recuerdos.

Ya desde niños, Tom, Sabanah y Luck intentaban evitar


el dolor. A través de un rito (meterse al agua con la
ropa puesta, haciendo un círculo con las manos
entrelazadas) que realizaban cuando sus padres se
peleaban, lograban por un rato encontrar un mundo
relajante donde no existía el dolor, un mundo sin
padres ni madres. 
Ante la muerte de Luck, Tom se cerró aún más,
Sabanah volvió a intentar suicidarse y su madre
prefirió ocultar el dolor como siempre lo hizo. Al igual
que cuando Sabanah intentó quitarse la vida por última
vez, Tom fue el único que se hizo cargo de su
tratamiento y de intentar ayudarla. 

Los mecanismos defensivos encontrados en Tom son:


la proyección (“mi hermana nunca confió en mi madre”
cuando en realidad es él el que no confía en ella), la
introyección (incorpora el mismo mecanismo de su
madre de ocultar el dolor y seguir adelante), el
desplazamiento (dice que todas las mujeres son
mentirosas, intentan controlarlo todo, desplazando lo
que hizo su madre a su esposa y su psiquiatra), la
idealización (hacia su hermano, porque era quien lo
defendía) y la sublimación (cultivar su mente para no
sentirse culpable: correr, ver películas, leer, escribir).

En cuanto a Sabanah, los mecanismos más notorios


son la sublimación (contar lo que sentía y lo que vivió
por medio de poesías), la negación (bloqueo de los
hechos traumáticos) y la represión. Sabanah había
reprimido todos esos sucesos infantiles que la
lastimaron, bloqueó ciertas partes de su niñez, por lo
tanto, la psiquiatra le pide a Tom que sea su memoria. 

En su infancia, en Luck predominaba el ataque o la


agresión cuando se presentaban hechos violentos (ej.,
cuando rompió el televisor porque el padre no quería
ver soplar las velitas en el cumpleaños a sus hermanos,
o cuando le gritó a su padre porque estaba humillando
y maltratando a Tom), conducta que mantuvo durante
toda su vida y que lo llevaron a la muerte. Mientras
Sabanah lo manifestaba escribiendo y Tom huía.

También es importante nombrar que los reiterados


intentos de suicidio de Sabanah formaban parte de su
pasión. La pasión es un estado de ánimo que se
caracteriza por tener la intensidad de la emoción y la
duración del sentimiento. Es un tipo de afecto intenso y
permanente, que domina tanto a la razón como a la
voluntad. En su desarrollo, se puede llegar a lo
patológico; la pasión se convierte en obsesión. Tanto a
ella como a Luck los movía la pasión; mientras que a
Tom lo mueve el sentimiento. El sentimiento es el
estado de ánimo habitual por el que pasa la afectividad
humana. Es perdurable en el tiempo y deja huella en la
memoria y el pensamiento.

A su vez, tanto el sentimiento como la pasión son


maneras de manifestar, en este caso, la frustración de
no haber tenido una madre “suficientemente buena” y
un padre sostén del hogar. La frustración es la
sensación que queda cuando a una persona se le niega
la satisfacción de un deseo.

Los personajes citados, por medio de la represión,


alojaron en su Inconsciente los hechos traumáticos de
su niñez. Dentro de estos hechos, además de la
violencia del padre, las peleas diarias, se ocultaba un
grave secreto, que fue lo que más perturbó la vida de
estos niños. Durante muchos años, Tom convivió en su
interior con el recuerdo de la noche en que tres
hombres entraron a su casa, y violaron a su madre, a su
hermana y a él. Este hecho impactó en su vida sexual
adulta, hasta que pudo hablarlo y liberarse. 

La niña, intentó hacer caso a su madre y comportarse


como si nada hubiese pasado, pero a los pocos días
intentó suicidarse. Sin embargo, sus conflictos
comenzaron mucho antes; Leyla tuvo un hijo que nació
muerto y les dijo a sus hijos que la culpa era de ellos
porque eran malos. Tom vio a Sabanah, en ese entonces
de 8 años, con el bebé en brazos, diciéndole “Tú tienes
suerte, porque no has de vivir con nosotros”. Al otro día
no lo recordaba.

Los conflictos de esta familia se deben a la falla en la


función de los padres. El padre estaba ausente, cuando
se encontraba en la casa maltrataba a sus hijos. Como
dice Winnicott, la madre debe ser “suficientemente
buena” y el padre sostenerla para que ésta se pueda
dedicar a sus hijos. En este caso, el padre no cumplía su
papel de sostén familiar, y la madre tampoco actúa
como debería, al no hacer que sus hijos puedan
identificarse con ella o su padre, sino que los aleja con
sus acciones y sus palabras, no les permite crecer (dice
que Luck y Sabanah no son inteligentes) y a Tom lo
presiona (él es su preferido, “vas a ser alguien en la
vida, porque sos inteligente como yo”) y no se corre
para que él pueda hacer su vida.
También es importante el concepto de las defensas de
Melanie Klein. Para luchar con la culpa de la
ambivalencia de amor-odio hacia su madre, el niño
utiliza la disociación depresiva. Si bien esto es normal
en el desarrollo de un niño, en el caso de los personajes
de la película, esta ambivalencia no se restaura y
continúa aún en la vida adulta. 

Esto es así porque la madre no cumplió con su rol, sino


que con sus palabras marcó a sus hijos al silencio
absoluto que fue sucediendo en sus vidas. No los dejó
expresarse, a la hija le quemó el diario por ser “desleal”
y escribir lo despreciable de la familia. Sabanah
terminó esquizofrénica, con intentos de suicidio varios
y tratando de vivir una vida que no era la suya. Pero
esto (la poesía, el escribir) fue tal vez lo que le salvó la
vida.

En cuanto a las series complementarias, se puede ver


cómo los tres factores desencadenan la vida adulta. El
factor constitucional (lo heredado, lo innato) junto con
las experiencias infantiles (lo sucedido en los primeros
cinco años de vida) olvidadas y convertidas en huellas
mnémicas, marca el destino de las personas, y depende
de cómo estén estructurados esos factores para que el
factor desencadenante (las situaciones actuales que
rompen el equilibrio) pueda o no provocar conflictos
neuróticos que desestructuren la personalidad. 

En el caso de estos adultos, sus experiencias familiares


en la infancia más los hechos traumáticos del presente
provocaron un desequilibrio, que tuvieron que superar
con un proceso terapéutico.

Mediante este proceso, la psiquiatra trabajaba con Tom


para que pusiera en palabras todo lo acontecido, y
poder así hablar con Sabanah que lo había bloqueado.
De esta forma, pudieron ambos superar sus silencios.
El trabajo de la terapeuta es analizar las formas en que
el Inconsciente se intenta mostrar. 

El Inconsciente encuentra distintas vías para


manifestarse. En Tom fue por medio de los chistes. No
toca temas que no le gustan, cuando debe hablar de
problemas, cambia de tema o hace comentarios
irónicos o graciosos, para no pensar o para que no le
duela. Su padre lo maltrataba y humillaba si lloraba,
porque decía que era de niñas. Aprendió a no sentir y a
guardar el dolor. Pero esos chistes mostraban rastros
de los recuerdos reprimidos.

Por su parte, el Inconsciente de Sabanah intentaba salir


por medio de los sueños y del síntoma. Fue
desarrollando una personalidad esquizofrénica simple,
sin alucinaciones ni delirios. Pero mediante esta
enfermedad estaba alejada del mundo, ya que uno de
sus síntomas es la disociación entre la realidad y su
mundo. Esto se produce porque niega la realidad de
modo inconsciente.

El método terapéutico logró que Tom pudiese hablar


acerca de su secreto, y de esta forma aliviar su angustia,
que era el motivo por el que no disfrutaba su vida, su
familia, su trabajo. Si bien la paciente era su hermana,
él también de algún modo lo era. Al principio se
produjo con la psiquiatra una transferencia negativa,
de resistencia a hablar y a mostrar sus sentimientos;
pero luego dio lugar a una transferencia positiva, al
identificarse con el trabajo de la terapeuta. Gracias a
poder confiar en ella y contarle lo que sentía y lo
sucedido en su infancia, hizo posible un cambio en su
vida. Según sus mismas palabras, “estaba como
dormido y ni siquiera lo sabía”.

También la terapia fue muy positiva para Sabanah, ya


que las palabras de Tom hicieron posible su
recuperación. Ella había bloqueado el pasado y gracias
a la ayuda de su hermano, pudo comprender hechos de
su historia que creía olvidados pero que por medio de
los síntomas no la dejaban vivir y la seguían
atormentando.

Producto de esta recuperación, escribirá un próximo


libro “El príncipe de las mareas”, dedicado a su
hermano Tom, su memoria.

También la historia muestra la vida de otros


personajes, como la de la psiquiatra, que no estaba
conforme con su vida, que no era feliz y que tenía
problemas con su hijo. La compañía de Tom y el
proceso de transferencia producido, hizo que
solucionara ciertos aspectos de su vida personal. Su
marido, violinista, no dejaba que su hijo jugara al
fútbol, sino que se dedicara a estudiar música. Aquí se
muestra el hecho de hacer lo que a uno le gusta y no la
imposición de los padres, como también la necesidad
de afecto de un hijo adolescente, que no ve seguido a su
padre y tiene una madre sobreprotectora.

Si bien la historia infantil familiar ha marcado la vida


de estas personas, se llega a la conclusión que no hay
que juzgar a los padres, y quererlos con sus defectos
aunque sean terribles, y lograr el perdón, porque como
el mismo protagonista lo dice “en las familias no hay
delitos que sobrepasen el perdón”.

Cuando se llega a entender esto, y comprender que el


silencio es el peor compañero, se llega a disfrutar
totalmente de la vida, superando el pasado y tratando
de vivir con esa experiencia de la mejor manera posible.

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