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Víctor Codina sj
Introducción ......................................................................................................... 3
1 La crisis del cristianismo europeo ............................................................ 6
2 Mistagogía: una iniciación a la fe ............................................................ 13
3 Ser cristiano en Europa: condiciones de posibilidad ......................... 17
Conclusión narrativa: la iglesia quemada ................................................. 29
Notas ......................................................................................................................... 31
Preguntas para la reflexión ............................................................................ 32
Víctor Codina. Jesuita. Doctor en Teología. Desde 1982 hasta 2018 residió en Bo-
livia donde ha ejercido de profesor de teología en la Universidad Católica Bolivia de
Cochabamba alternando con el trabajo pastoral en barrios populares Ha publicado
con Cristianisme i Justícia: Acoger o rechazar el clamor del explotado (Cuaderno 23,
abril 1988), Luis Espinal: Gastar la vida por los demás (Cuaderno 64, marzo 1995),
Hace 50 años hubo un concilio (Cuaderno 182, diciembre 2012).
INTRODUCCIÓN
5
1 LA CRISIS DEL CRISTIANISMO EUROPEO
12
2 MISTAGOGÍA: UNA INICIACIÓN A LA FE
16
3 SER CRISTIANO EN EUROPA: CONDICIONES
DE POSIBILIDAD
17
dad, en lugar de disminuir, aumenta a Algunos europeos no solo recha-
medida que se le va conociendo mejor, zan la fe cristiana, sino que incluso han
a medida que Dios se acerca a nosotros apostatado y pedido ser borrados de la
en su amor que se da a sí mismo.12 Iglesia. Otra gran mayoría de europeos
fueron cristianos de origen, fueron bau-
No iniciamos ahora a la novedad tizados e iniciados en la fe, pero luego
de la fe; no evangelizamos –como su- abandonaron la Iglesia y, tal vez, tam-
cedió al comienzo de la predicación bién la fe cristiana y la creencia en los
apostólica– a una comunidad religiosa valores trascendentes. Pero hay un gru-
de tradición judía. Tampoco seguimos po creciente de personas que abandonó
los pasos de los misioneros de la Iglesia la Iglesia y posiblemente la fe, pero que
que iniciaban en la fe a los miembros hoy día está buscando algo nuevo, que
de grandes religiones gentiles o paga- no elimine las dimensiones humanas ni
nas, como Pablo en Atenas o Javier espirituales positivas que han vivido en
en la India y Japón. Tampoco se trata estos años, sin que ello signifique volver
de evangelizar a miembros de religio- a la Iglesia de antaño. No es una marcha
nes minoritarias autóctonas originarias atrás, sino un camino hacia adelante.
como los primeros evangelizadores Si para algunos que han vivido en
de América Latina. Ahora se trata de un mundo secularizado y poscristiano,
evangelizar a ciudadanos de una región por ejemplo, los jóvenes, la iniciación
que ha tenido raíces y cultura cristiana, cristiana es simplemente una iniciación
pero que se halla en un contexto secu- a la novedad de la fe cristiana nunca
larizado, poscristiano, plurirreligioso, conocida ni vivida; para otros muchos,
indiferente, agnóstico, inmerso en una provenientes de la anterior tradición
especie de ateísmo posmoderno sin el cristiana, la tarea es una reiniciación y
vigor de los ateísmos del siglo xix, pero no una vuelta a una tradición del pasa-
que contamina todo el ambiente. do ya olvidado, sino el descubrimiento
Como ya hemos visto, hoy día una de algo nuevo que dé sentido y hori-
gran mayoría de los ciudadanos euro- zonte a su vida.
peos vive pacíficamente en una socie- Ahora bien, tanto para unos como
dad que fue cristiana en sus orígenes, para otros, hay algunos pasos previos
pero que ya no lo es; una sociedad lai- y de algún modo comunes a toda mis-
ca y muchas veces laicista (contraria tagogía.
a la religión), pero que posee grandes
valores humanos y sociales.
Para muchos jóvenes, hayan sido 3.1 Segregación
o no iniciados en la fe cristiana, el
cristianismo y la Iglesia son algo des- La segregación típica de toda inicia-
conocido, extraño, una reliquia de ción no ha de entenderse solamente en
un pasado, algo digno de un museo sentido geográfico, sino también exis-
de antigüedades, similar a los dioses tencial. El encuentro vital con el Jesús
egipcios o griegos. Viven en el mun- de Nazaret del Evangelio únicamente
do secular, técnico, científico, con otro será verdadero para un europeo si está
lenguaje y simbología. estrechamente ligado al mundo de los
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pobres, al de las víctimas, al mundo del ciente si no se explicita ni se completa
Sur que Europa ha explotado y domi- afirmando que el cristiano europeo del
nado durante siglos, y que hoy conti- siglo xxi ha de ser místico a la vez que
núa dominando a través de estructuras profeta, denunciar vitalmente toda in-
y empresas multinacionales. La cultu- justicia del pasado y del presente, re-
ra del bienestar y del progreso euro- chazar y apartarse en lo posible de las
peo tiene oscuras raíces coloniales del estructuras de pecado que contaminan
pasado y neoliberales del presente. Es nuestra realidad occidental (nuestras
necesario un giro poscolonial. “pompas”). O, si se quiere formular
Dicho de otro modo, este encuen- desde J. B. Metz, nuestra mística ha de
tro con Jesús de Nazaret implica una ser «de ojos abiertos», ha de ser recuer-
conversión no solo personal (siempre do de la pasión de Jesús y de los cru-
necesaria), sino también social y es- cificados de este mundo. No podemos
tructural respecto a una sociedad y una estar al margen de la historia de pasión
cultura colonial, machista, neoliberal, del pueblo, de su Leidensgechichte.
con un paradigma tecnocrático que ha Sin una cierta experiencia vital de
excluido a personas de otras etnias, los horrores del mundo moderno –tan
culturas y orientación sexual, y que ha brillante en sus ciudades lujosas, en
destruido y sigue destruyendo la crea- sus progresos técnicos y mediáticos–,
ción, nuestra casa común. es muy difícil sentir la indignación, la
No podemos acercarnos a Jesús compasión ante las víctimas, la necesi-
desde el mundo europeo occidental sin dad de cambiar el mundo actual. Así,
escuchar la voz de los pobres, de los mientras se viva anestesiado en una
mártires, de los inocentes, de las vícti- burbuja de bienestar e indiferencia, no
mas de las estructuras de pecado, unas es posible abrirse a los otros y al Otro.
víctimas cuyo clamor llega al cielo. No basta maravillarse ante la belleza
Como afirma el obispo de Tánger, del paisaje nevado de las cumbres o
Santiago Agrelo, no se puede ser cris- extasiarse ante la maravilla del oleaje
tiano y poner concertinas en los muros marino o de una gran sinfonía musical,
que hieren la carne de los hermanos ni pacificarse interiormente con las
que desean migrar a Europa. Tampoco técnicas orientales de concentración
si cerramos los puertos a los refugia- como el yoga o el zen. Si la contem-
dos que huyen de sus países en pateras plación es el comienzo de la sabiduría,
o barcazas por el Mediterráneo. Hay cierta indignación crítica ante el pre-
que sentirse de algún modo avergon- sente es necesaria para abrirse hoy al
zado y culpable por la indiferencia y la Misterio real.
falta de compasión.
Por esto hay que desconfiar de toda
iniciación al misterio cristiano que se 3.2 Apertura a la Trascendencia
reduzca a una mera mística espiritual y al Misterio
personal. La conocida frase de Karl
Rahner –«el cristiano del siglo xxi o Esto supuesto, pueden aprovecharse
será místico, o no será cristiano»– es ciertas rendijas de la realidad que nos
positiva y válida, pero hoy es insufi- abren al Misterio. Xavier Morlans enu-
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mera algunas de estas posibles apertu- vida, la mistagogía cristiana ofrece
ras a la trascendencia:13 la experiencia gozosamente elementos para que esta
de los padres ante el nacimiento de su Trascendencia no se convierta en algo
primer hijo, la valoración del mundo difuminado y vago, sino que se concre-
afectivo más allá de lo racional y ló- te en un encuentro personal que pueda
gico, una actitud fiducial o de apertura dar un horizonte y un sentido nuevo a
a la confianza que va más allá de las nuestra vida. No iniciamos simplemen-
limitaciones humanas, la dimensión de te en el pluralismo religioso y en el diá-
la relacionalidad con otros, más allá logo interreligioso –tan necesario hoy–,
del individualismo. sino en la tradición judeocristiana.
Pero pueden añadirse otras rendi- Aquí los “ancianos” desempeñan
jas: además de la actitud de maravilla una función muy importante; es decir,
ante la belleza de la creación o del arte, al ser testigos de la tradición espiritual
está el vivir la indignación ante el mal cristiana de la Iglesia, ofrecen una sa-
del mundo, no solo la enfermedad y biduría espiritual e inician personal-
vejez, sino ante la injusticia, la guerra, mente en el misterio de Jesús, antes de
la destrucción de la naturaleza, la im- toda referencia eclesial institucional,
punidad de los delitos, la corrupción, doctrinal, moral o ritual.
la mentira y el egoísmo de dirigentes En términos clásicos, se trata de
políticos, las víctimas de abusos se- ofrecer unos preámbulos a la fe cris-
xuales, la hipocresía de personajes con tiana, muy concretamente presentar
aura religiosa... ¿No habrá, entonces, el Evangelio en alguna de sus formas.
justicia en el mundo? Asimismo, se trata de iniciar en el Je-
Hay otra última rendija, temida sús histórico. Es la iniciación a los mi-
y un tanto tabú: la muerte. ¿Qué nos tos originarios de la tradición cristiana,
sucederá al final de la vida?, ¿qué hay al Jesús histórico de Nazaret.
después?, ¿todo se acaba aquí?, ¿tiene Una lectura pausada, meditada y
sentido la vida?, o ¿es el suicidio lo orante del Evangelio es el camino para
único válido ante el mal del mundo? que el Espíritu atraiga al lector hacia
Sin estas u otras aperturas, interro- el misterio último de Jesús de Nazaret,
gantes, preguntas y cuestionamientos, muerto y resucitado, hacia su encuen-
no es posible una iniciación cristiana. tro espiritual, un encuentro que no es
En realidad, no estamos ante un pro- meramente racional sino vital, afecti-
blema o un enigma, sino ante un Mis- vo, lleno de simpatía, sintonía, gozo
terio, el Misterio, llámesele como se le interior, novedad, apertura a un estilo
llame, Trascendencia, Absoluto, Todo, de vida nuevo.
Uno, Ser, Causa, Dios. Comenzar por la narrativa de los
evangelios sinópticos (Mateo, Marcos,
Lucas) puede ayudar; luego, acabar
3.3 Un encuentro personal con con el Evangelio de Juan, que nos abre
la figura de Jesús de Nazaret desde su prólogo al misterio de Jesús,
su filiación divina y su encarnación
Si cierta apertura a la Trascendencia para comunicarnos su luz y su vida. Y,
nos cuestiona el sentido de nuestra continuar, con los Hechos de los após-
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toles, la historia del nacimiento de la «Señor mío y Dios mío»; es la expe-
Iglesia bajo la fuerza del Espíritu. riencia de Agustín de haber encontrado
Esto requiere un clima de silencio y una hermosura siempre antigua y siem-
oración. Es el paso del Jesús histórico pre nueva; la alegría de Edith Stein que
al Cristo de la fe, con un conocimiento descubre, leyendo de un tirón la vida
interno, lleno de afecto y de compro- de Teresa de Jesús durante toda una
miso hasta el seguimiento.14 noche, que «esto es la verdad».
Jesús no solo nos ofrece una vida
plenamente humana con valores como
3.4 Muerte y vida iniciática: justicia, solidaridad, compasión, per-
abrirse a la fe dón, compromiso por un mundo me-
jor, sino que nos abre a una dimensión
Hay un antes y un después del encuen- vertical y trascendente, al misterio del
tro con el Señor, es pasar de una vida Padre creador de cielo y tierra, y al
satisfecha y autorreferencial a un cier- don del Espíritu. No solo nos humani-
to vacío existencial, a una apertura os- za, sino que nos permite llamar a Dios
cura y, de algún modo, mortal del ser Padre (Madre); es decir, nos hace par-
humano limitado y pecador; es la an- ticipar del misterio comunitario de la
gustia de un nuevo parto, de un nuevo vida de Dios, nos diviniza, lo cual es la
nacimiento, de una nueva vida que se plenitud de la humanidad.
nos ofrece como gracia y don. La respuesta a este encuentro no ha
Hay que morir a un pasado autosu- de ser simplemente racional, sino vital;
ficiente, meramente terreno y humano, no es solo creer en él, sino creerle a él y
y abrirse a una vida nueva, diferente, abrirnos a una realidad nueva que nos
nacer de nuevo, abrirse a Alguien, po- supera. Es pasar de la muerte a la vida,
nerse en sus manos, confiar en él. Todo una vida nueva del Espíritu que nos
es gracia, don y atracción interior; es impulsa a seguir a Jesús dondequiera
sentirnos hombres y mujeres nuevos, que vaya, como los primeros discípu-
desde una experiencia vital que supera los y discípulas de Jesús de Nazaret.
todo moralismo y racionalismo, con un Esta fe no deja de ser una apues-
gozo interno que llena de luz toda la ta (Pascal), como también lo es la in-
existencia y abre nuevos horizontes de creencia; no elimina dudas, sino que
futuro. nos abre a «la maravillosa inseguridad
Es la experiencia de los ciegos del de la fe» (Marcel Légaut).
Evangelio que comienzan a ver, de los
enfermos y atribulados que son sana-
dos, de los pecadores que han sido per- 3.5 Un descubrimiento gradual
donados, de los muertos que resucitan de la dimensión eclesial de la fe
y tienen una nueva opción de vida. No
hay palabras para expresar esta expe- Este largo proceso de encuentro gozo-
riencia: alegría, gozo, ilusión, conso- so de Jesús nos conduce a reconocer
lación, luz y calor, levedad y ligereza que ha sido una comunidad cristiana
interior. Es la experiencia de Tomás la que nos ha ofrecido la memoria de
al tocar las llagas de Jesús y exclamar Jesús a través de los evangelios y que,
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gracias a la comunidad de Jesús, que solamente por la ley sociológica que
es la Iglesia, hemos llegado al encuen- afirma que todo carisma necesita una
tro con él, transmitido por la tradición cierta institucionalización para perma-
eclesial de sus testigos, los santos an- necer en el tiempo. Se trata de ver a
tiguos y contemporáneos; esto es, los la Iglesia desde la fe, como el cuerpo
“ancianos” de la iniciación cristiana. histórico y real de Jesús, su imagen y
El seguimiento de Jesús es perso- sacramento, su presencia viva en la
nal, pero no individual; es comunitario, historia.
es formar parte de una comunidad que
desde el pueblo de Israel ha caminado
hasta la Pascua de Jesús, orientando su 3.6 Una vida nueva
vida alrededor del misterio de Jesús.
La Iglesia es el pueblo de Dios que Si el iniciando no ha sido bautizado, es
camina conjuntamente, sinodalmente, el momento de disponerse a recibir el
hacia el Reino movida por el Espíritu bautismo, enriquecido con el don del
de Jesús. No estamos solos, pues for- Espíritu en la confirmación y de parti-
mamos el Pueblo de Dios, una comu- cipar de la Eucaristía. Si el iniciando,
nidad, una comunidad humana y divi- en cambio, es un cristiano “viejo” que
na, santa y pecadora, casta y prostituta retorna a la fe y a la Iglesia, bastará
en afirmación patrística, que necesita con actualizar los sacramentos de ini-
continuamente acudir a la misericordia ciación cristiana que le dieron vida y
divina y comenzar de nuevo. También hacer de la eucaristía el centro de su
es la Iglesia de Pedro que negó a Jesús, vida eclesial.
de Pablo que, al perseguir a los cristia- La eucaristía no es simplemente
nos, perseguía a Jesús. Pero es la Igle- una obligación o un rito social, sino el
sia del Espíritu que prosigue la misión centro de la vida cristiana; sin eucaris-
de Jesús hacia el Reino y que nunca la tía no hay Iglesia, pues el núcleo de la
abandona. Iglesia es el misterio pascual que se ac-
Hay que descubrir la dimensión tualiza y celebra en la eucaristía, sobre
profundamente espiritual y mística de todo dominical. Se anticipa el banquete
la Iglesia, que no es simplemente orga- del Reino y se encuentra la fuerza para
nización y burocracia, ni se identifica poder vivir la fe en la vida cotidiana.
con sus líderes jerárquicos, sino que Los primeros cristianos afirmaban que
es un permanente Pentecostés, imagen no podían vivir sin eucaristía y estaban
de la comunidad Trinitaria, Pueblo de dispuestos a morir antes que renunciar
Dios y Cuerpo de Jesús en la historia, a esta profunda convicción de fe, a la
Templo del Espíritu. Por ello, es un en- eucaristía dominical.
gaño querer seguir a Jesús al margen Tanto en el caso de una primera
de la Iglesia y, por eso, el seguimiento iniciación en la fe como de una re-
de Jesús comienza con la celebración iniciación y vuelta a la fe cristiana y
sacramental del bautismo, inserción en eclesial en el caso de antiguos alumnos
el misterio pascual de la muerte y resu- del cristianismo y creyentes en el exi-
rrección de Jesús como punto de entra- lio y la diáspora, se trata de comenzar
da en la comunidad eclesial. Y esto no una vida nueva, de tomarse en serio
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el ser cristianos en la Europa de hoy, escritura y los dogmas, con una visión
en el mundo occidental. También hay diferente de la moral, la escatología y
que actualizar desde la fe las renuncias con un nuevo estilo de ser Iglesia.15 Es
bautismales de la primera tradición del toda la teología, la liturgia, la moral y
catecumenado cristiano al pecado, al la pastoral que hay que renovar desde
mal y a las estructuras de pecado. Hoy otras categorías y paradigmas. Y todo
día supone renunciar a la injusticia, la ello no simplemente desde el despa-
insolidaridad, la corrupción, el machis- cho teológico, sino desde la cercanía
mo, la destrucción de la naturaleza, la al pueblo pobre y descartado, desde la
violencia y el armamentismo, el racis- escucha de las víctimas, desde la com-
mo, el consumismo, la idolatría del pasión.
dinero y la anestesia social. Hay que Sintetizando de modo esquemático
acoger a los emigrantes y respetar su alguna de estas propuestas, que debe-
cultura y religiosidad. rán ser explicitadas, podemos señalar
Y es necesaria una apertura creyen- algunos puntos conflictivos que hoy
te al misterio trinitario de Dios, al Pa- deben ser clarificados:
dre creador del cielo y la tierra; a Jesús,
el Hijo encarnado en Nazaret que pasó • Es necesaria una introducción a
haciendo el bien y fue crucificado y re- una lectura de la Escritura, tanto
sucitado; al Espíritu Santo, vivificador del Antiguo como del Nuevo Tes-
Señor de vida, presente en la Iglesia y tamento, que no sea literalista ni
el mundo. Esto implica un compromi- fundamentalista, sino que tenga en
so por el Reino de Dios, por un mundo cuenta los avances de la exégesis
más justo y el cuidado de la creación. crítica histórica, los géneros lite-
rarios, las enseñanzas de Dei Ver-
bum y otros documentos bíblicos
3.7 Una nueva presentación del magisterio eclesial. La fe no se
de la fe opone a la razón; es necesario un
diálogo entre la fe y la ciencia mo-
El equivalente de las catequesis mis- derna.
tagógicas posbautismales de la Iglesia • La cristología ha de empezar des-
primitiva sería la formación cristia- de abajo, desde el acercamiento
na, bíblica, teológica, moral, litúrgi- a Jesús de Nazaret para abrirse al
ca, pastoral y espiritual de los nuevos misterio Pascual de su divinidad y
iniciados en un proceso de formación su revelación trinitaria, y no consi-
permanente o catecumenado de adul- derar la encarnación simplemente
tos, pero a la luz de la teología del como el remedio al pecado (“oh fe-
Vaticano II y del posconcilio, muy liz culpa”), sino como parte central
concretamente del magisterio del papa de proyecto creador del Padre que,
Francisco en Evangelii gaudium, Lau- a través de Jesús y el Espíritu, quie-
dato si’ y Amoris laetitia. re comunicar su vida y su amor a la
Hay que presentar la fe en el len- humanidad y al mundo.
guaje y cultura modernos y posmoder- • La muerte de Jesús en la cruz no
nos de hoy con una lectura crítica de la es fruto de la venganza del honor
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del Padre ofendido por el pecado y mesa de comunión y de vida, fa-
humano, que exige la reparación milia abierta, fuente de unidad, de
infinita de la sangrienta muerte del diversidad y de gozo.
Hijo en la cruz, sino fruto del amor • La Iglesia no fue fundada por el Je-
y entrega de Jesús a la humanidad, sús histórico como una institución
de su proexistencia histórica, al religiosa estructurada, sino que es
servicio del Reino de Dios, del pro- el fruto del misterio pascual y del
yecto amoroso del Padre. don del Espíritu del Resucitado,
• Más aún, como afirma Máximo que convierte a los discípulos de
Confesor: el Padre al ver a Jesús Jesús, símbolo de las doce tribus de
resucitado pudo decir: «por esto he Israel, en misioneros y evangeliza-
creado el mundo». El Resucitado es dores de todo el mundo, y les ayuda
el alfa y omega, el principio y fin de a buscar las estructuras necesarias
la creación, primicia de una nueva para comunicar la vida de Jesús a la
humanidad, de los nuevos cielos y humanidad, a lo largo de la historia.
la nueva tierra de la transfiguración • Pasar de una Iglesia jerarcológica
del cosmos, del Reino escatológico. y clerical a una Iglesia Pueblo de
• Pasar de una visión del Padre to- Dios, formada por todos los bauti-
dopoderoso y omnipotente a una zados, que caminan conjuntamente
teología del Dios Padre-Madre, hacia el Reino de Dios. Esta Igle-
misericordioso y amor, creador del sia hoy quiere ser Iglesia en salida,
cielo y de la tierra –que quiere que con puertas abiertas, Iglesia pobre
conservemos la creación y la desa- y de los pobres, hospital de cam-
rrollemos dentro de los cauces del paña, Iglesia samaritana, profética
respeto y la justicia–, y que ha en- y pascual, alegre y misionera, que
viado a su Hijo en la humildad de evangeliza por la fuerza del Es-
nuestra carne y de nuestro mundo píritu, con pastores que huelan a
para comunicarnos su vida. oveja, una Iglesia sinodal; es decir,
• Frente al silencio teológico y pasto- una Iglesia en camino y diálogo
ral sobre el Espíritu Santo, propo- conjunto, donde todos enseñan y
ner una teología del Espíritu como aprenden.
Señor y dador de vida, que vivifica • Explicar que lo que ofende a Dios
y dinamiza la Iglesia, y se derrama de nuestro pecado es aquello que
sobre toda la humanidad, no solo daña y perjudica a la persona.
sobre la Iglesia. Además, un Es- • Pasar de una concepción del peca-
píritu que está presente en las tra- do original como mancha que todo
diciones culturales, espirituales y recién nacido hereda desde la pro-
religiosas de todos los pueblos y va creación al pecado original como el
transfigurando el mundo hacia su pecado del mundo que contamina
plenitud escatológica de los cielos la historia y nos afecta personal y
nuevos y la tierra nueva. comunitariamente, pero del que Je-
• Abrirse al misterio de una Trinidad sús nos libera, pues es el cordero de
comunidad de amor que se autoco- Dios que quita el pecado del mundo
munica al mundo, verdadero hogar (Jn 1,29).
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• Concebir el bautismo no como el ría añadírsele una tercera pidiendo
lavado de una mancha original, que el Espíritu transfigure toda la
sino como la inserción en el miste- creación en el cuerpo de Cristo cós-
rio pascual de Jesús, que es el que mico.
quita el pecado del mundo y nos • Los ministerios ordenados de la
da su Espíritu para que a través del Iglesia no deberían reducirse a
ingreso en la comunidad eclesial hombres célibes, sino abrirse tam-
podamos vivir una vida plena y tra- bién a varones casados, puesto
bajemos por el Reino de Dios. que existe una tradición antigua y
• Aunque el bautismo infantil tie- la tradición católica de las Iglesias
ne sentido para expresar la prio- orientales que separa celibato y
ridad de la gracia de Dios y la fe presbiterado. Más todavía, no hay
de la Iglesia, en el mundo europeo argumentos bíblicos ni teológicos
poscristiano de hoy y en la actual serios que prohíban el ministerio
agonía de la Iglesia de cristiandad, ordenado a las mujeres, lo cual da-
debería ofrecerse la posibilidad e ría a la Iglesia un rostro muy dife-
incluso favorecer el bautismo de rente.
personas más adultas que, previa- • En la elección, selección y forma-
mente catequizadas, puedan asu- ción de ministros ordenados, debe-
mir libre y maduramente su fe en ría contarse con la presencia activa
la Iglesia. de toda la comunidad, que debería
• La eucaristía no puede centrarse ser consultada sobre todo en los
únicamente en la dimensión de la nombramientos de obispos, como
presencia del Señor y en el recuer- acontecía en la tradición antigua.
do de su pasión, sino que ha de asu- • No debe considerarse el episcopado
mir la dimensión de la presencia como un honor o un premio a una
pascual del Resucitado y reconocer carrera eclesiástica, sino como un
que el símbolo central de la euca- servicio pastoral al Pueblo de Dios,
ristía es el convite o cena del Señor, imitando al Señor pobre y humilde
donde la fracción del pan nos abre a que lavó los pies a sus discípulos y
la comunión con el Señor y con los dio la vida por las ovejas.
hermanos, sobre todo los más nece- • Así como hay que revalorizar la
sitados. Es el partir, repartir y com- misión de los obispos, las confe-
partir de la vida Jesús con nosotros rencias episcopales y los sínodos,
y nosotros con nuestros hermanos. también habría que cuestionar ins-
Más aún, la eucaristía posee una tituciones ligadas al pasado, como
profunda dimensión ecológica: es cardenales y nuncios.
la materia de este mundo que se • Hay que revalorizar la misión del
convierte en cuerpo y sangre del Papa como obispo de Roma, sede
Señor, anticipando el banquete del martirial de Pedro y Pablo, que
Reino, la comunión de los santos y como obispo de Roma preside en
la transfiguración del cosmos. A las la caridad; pero también cuestionar
dos invocaciones del Espíritu sobre las adherencias históricas que han
el pan y sobre la comunidad, debe- convertido al papado en jefe del
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Estado Vaticano y buscar otras for- dad del discernimiento, en diálogo
mas de organización del papado y interdisciplinar con la antropología
de la curia más evangélicas y adap- y las ciencias sociales y científicas.
tadas al mundo de hoy.
• Es necesario revalorizar la vida re- Y, en todo este proceso de incul-
ligiosa, apostólica y contemplati- turación y diálogo intercultural, han
va como carisma del Espíritu que de ser los laicos, hombres y mujeres,
ofrece la posibilidad de un un se- sobre todo jóvenes, quienes ayuden a
guimiento profético de Jesús. Un esta reformulación del cristianismo y
seguimiento al servicio de los más de la Iglesia, no para romper con la
marginados, de la confesión profé- tradición, sino para poder vivirla hoy
tica de la fe y de la oferta de espiri- de forma actualizada y renovada. Pre-
tualidad en un mundo secularizado. cisamente la juventud que se ha apar-
Para ello, hay que revisar muchas tado de la Iglesia por considerarla algo
estructuras y tradiciones obsoletas extraño, decadente y sin interés son
y trabajar en estrecha colaboración quienes pueden ayudar a esta nueva
con los laicos; ser más fermento imagen de Iglesia. Pero intentar la for-
que cemento, desde la minoridad y mación cristiana sin haber pasado por
pequeñez. el proceso iniciático previo, es perder
• Es necesario repensar toda la esca- el tiempo y, a la vez, es contraprodu-
tología; es decir, la doctrina de los cente. ¿No será esto lo que ha sucedi-
llamados novísimos (cielo, infier- do con poco éxito con tantos centros
no...), desde una profundización de formación cristiana y religiosa para
del misterio pascual del Resucitado laicos?
y de la esperanza en el Dios-Padre Ahora bien, todo ello, como ya he-
(Madre) misericordioso, cuya justi- mos dicho, ha de realizarse en comu-
cia es la misericordia, que es capaz nión, en compañía, en comunidad, en
de perdonarnos y recibirnos en el una comunidad con otros cristianos y
banquete del Reino, desde los últi- cristianas que han redescubierto la fe y
mos que serán nuestros jueces. que no son simplemente el resto deca-
• Consiguientemente, hay que pasar dente de una Iglesia de cristiandad en
de una moral y una pastoral del pá- agonía. Desde estas bases tiene sentido
nico y del miedo al castigo; de una el diálogo ecuménico e interreligioso,
moral que parecía centrarse solo en el enriquecerse con todo lo positivo de
la sexualidad a una visión de una tradiciones espirituales ajenas al cris-
vida cristiana responsable y abier- tianismo, sobre todo el diálogo interre-
ta a lo eclesial, a los pobres, a lo ligioso que, en Europa, se dará espe-
social y a lo ecológico. Una moral cialmente con el islam.
llamada a una continua conversión No se trata de proselitismo, sino de
al Señor y a los valores del Reino enriquecerse mutuamente con el inter-
como justicia, libertad, igualdad, cambio de los dones que el Espíritu ha
fraternidad; una moral que tenga en derramado a cristianos y no cristianos
cuenta la dignidad del santuario de para colaborar todos juntos para me-
la conciencia personal y la necesi- jorar una sociedad justa y pacífica, y
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salvaguardar el planeta tierra. Aunque allí, comienza una etapa de estudios
todo ello es imposible sin haber pasado (Barcelona, Alcalá, Salamanca, París)
por este proceso iniciático, por la mis- para poder ayudar a los demás. De una
tagogía. experiencia más personal, va pasando
a otra más comunitaria: reunir compa-
ñeros, amigos en el Señor, para traba-
3.8 Una mistagogía: jar en Jerusalén. Al no poder viajar, se
los Ejercicios ignacianos ponen en manos del Papa, quien asume
al nuevo grupo de la Compañía de Je-
Ignacio de Loyola (1491-1556) es or- sús al servicio de la Iglesia universal.
dinariamente apreciado por sus dotes En el libro de los Ejercicios espi-
de organización y liderazgo apostóli- rituales, Ignacio desea compartir con
co, y misionero en una sociedad y una otros su proceso y experiencia espiri-
Iglesia que pasaban del ocaso de la tual, su conversión e iniciación a la fe,
Edad Media a un nuevo mundo moder- su mistagogía. De este modo, Ignacio,
no. Sin embargo, Ignacio es ante todo que fue iniciado por sus confesores,
un místico, un hombre de Dios, abierto pero sobre todo por Dios mismo, se
al Misterio de la Divina majestad tri- convierte en un mistagogo y los Ejer-
nitaria, un enamorado de Cristo al que cicios se convierten en una mistagogía
quiere seguir y servir en la Iglesia. para iniciar en el encuentro con Dios y
En lo personal, Ignacio vivió un en la fe cristiana.
largo proceso iniciático, una verdade- Los Ejercicios no son simplemente
ra mistagogía en sus diversas etapas.16 un libro para ser leído ni una serie de
Tras una vida mundana y vana en me- instrucciones doctrinales magistrales,
dio de la corte y del mundo caballeres- sino una iniciación espiritual que reco-
co, experimenta una profunda segrega- rre las diversas etapas de la mistagogía
ción y ruptura de su mundo anterior: a lo largo de cuatro semanas en un cli-
herido en Pamplona y regresado a su ma de silencio y oración.
casa natal de Loyola, experimenta una Tras una separación local del lu-
profunda conversión leyendo la vida gar del ejercitante, hay una apertura al
de Cristo y de sus santos. A partir de Misterio del Dios creador (Principio y
ahí, comienza una larga peregrinación fundamento) y una llamada a la con-
que le llevará de Loyola a Montserrat versión de vida bajo la misericordia
–donde se confiesa y deja su vestido del Señor Crucificado (1.ª semana),
noble y su espada– y luego a Manre- para pasar luego a la contemplación
sa. Aquí vive una etapa de oración y de la vida de Jesús de Nazaret, pobre
penitencia, con grandes tentaciones, y humilde desde la infancia a la vida
incluso de suicidio, pero también con pública, pasión y resurrección (2.ª, 3.ª
grandes iluminaciones espirituales, y 4.ª semanas), siempre pidiendo el co-
que cambiarán y orientarán su vida nocimiento, el amor y el seguimiento
hacia un nuevo horizonte misionero y de Jesús y de su proyecto del Reino.
apostólico. Pero el punto álgido de los Ejer-
Viaja a Palestina para vivir donde cicios es la elección, el momento del
vivió Jesús y, al no poder permanecer parto, experiencia radical de muerte al
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pasado y nacimiento a algo nuevo: po- desde la gozosa atracción interior del
nerse abiertos y totalmente disponibles Espíritu consolador.
ante Dios, para discernir y elegir lo que Habría que completar la iniciación
Dios quiere de cada uno. ignaciana de los Ejercicios con otras
Si en los Ejercicios clásicos se trata dimensiones que, por condicionamien-
de elegir el estado de vida, actualmen- tos históricos de su época, no están su-
te se trataría de algo más radical: pasar ficientemente presentes en los Ejerci-
de la cerrazón, del agnosticismo o la cios ignacianos: la dimensión cósmica
negación de Dios, al Misterio que se y ecológica de la creación, la conver-
nos revela a través de Jesús de Nazaret. sión a Dios no solo del pecado perso-
Esta elección no es simplemente nal, sino también del pecado estructu-
fruto de una decisión ética ni de una ló- ral, el completar el tema de la pobreza
gica racional, sino de la atracción sua- y la humillación de Jesús con su op-
ve interior –lo que Ignacio llama con- ción por los pobres, el ampliar el dis-
solación–, que lleva a un aumento de cernimiento personal al discernimiento
fe, amor y esperanza, al gozo interior comunitario, una mayor explicitación
y a la alegría vital de encontrar el ho- de la Iglesia de Jesús y una mayor pre-
rizonte y sentido de la vida, para luego sencia del misterio del Espíritu Santo
poder amar y servir en todo al Señor que Ignacio silencia en los Ejercicios
(contemplación para alcanzar amor). para no ser acusado de alumbrado.
Esta mistagogía ignaciana, acom- Con estas limitaciones, pero tam-
pañada por “el que da los Ejercicios”, bién con todas sus virtualidades, la
puede ser hoy día un camino muy apto experiencia de los Ejercicios, bien
para reiniciarse en la fe cristiana, para acompañada por alguien experto, y
esta conversión de la cerrazón y el pe- acomodada al ritmo y situación de
cado al Misterio del Dios misericor- cada ejercitante, puede ser un instru-
dioso; pero sobre todo para encontrarse mento muy válido –ciertamente no el
con Jesús de Nazaret que lleve a hacer único– para una reiniciación cristiana
una opción de fe en su seguimiento, en el mundo de hoy.
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CONCLUSIÓN NARRATIVA: LA IGLESIA QUEMADA
1. En Cataluña, la situación también es muy crí- 8. Sosa, Arturo, Preferencias apostólicas Uni-
tica. Cfr. Nogués, Ramon M. (2018). «Quin versales de la Compañía de Jesús, 2019-2029,
futur té la religió a casa nostra?», El Pregó, Roma 19 de febrero 2019.
n.º 558, pp. 1-9; Codina i Mas, Pere (2018). 9. Eliade, Mircea (1959). Naissances mystiques,
«Els nostres fills no segueixen», El Pregó, París: Gallimard.
n.º 558, pp. 10-39. 10. Codina, Víctor y Irarrázabal, Diego (1987).
2. Godin, Henri y Daniel, Yvan (1943). France Sacramentos de iniciación, Madrid: Paulinas.
pays de missión?, París: Le Cerf. 11. Dios es amor, n.º 1.
3. Duch, Lluís (2007). L´exili de Déu, Barcelo- 12. Rahner, Karl (1966). «Espiritualidad antigua
na: Fragmenta Editorial. y nueva», Escritos de teología, VII, Madrid:
4. Taylor, Charles (2014-2015). La era secular, Taurus, pp. 25-26.
Barcelona: Gedisa. 13. Morlans i Molina, Xavier (2018). Escletxes
5. Sequeiros, Leandro (2019). «50 años de la en el jo impermeable a Déu. La proposta cris-
teoría Gaia, en el centenario del nacimiento de tiana en un món secular, Barcelona: Facultat
James Lovelock (1919-2019)», Razón y Fe, de Teologia de Catalunya.
n.º 1439, pp. 335-346. 14. Cfr. Pagola, José Antonio (2007). Jesús.
6. García Mourelo, Santiago (2019). «Bús- Aproximación histórica, Madrid: PPC.
queda de una espiritualidad sin Dios», Razón 15. Cfr. Codina, Víctor (2017). Sueños de un
y Fe, n.º 1439, pp. 312-322, donde se citan viejo teólogo, Bilbao: Mensajero; Gil Ribas,
obras como la de Jager, Willigis (2002), La Josep (2018), Cristians, tanmateix, Lleida:
ola es el mar, Bilbao: Desclee de Brouwer y Pagès.
la de Melloni, Javier y Cobo, Josep (2017), 16. Codina, Víctor (2009). «La mistagogía ig-
Dios, sin Dios. Una confrontación, Barcelona: naciana», Revista Iberoamericana de Teo-
Fragmenta. logía, México, n.º 9, pp. 7-26; Melloni,
7. Cfr. Codina, Víctor (2019). La religión del Javier (2007), «Mistagogía», Diccionario de
pueblo. De cuestionada a interpelante, San- Espiritualidad ignaciana, Bilbao: Mensajero,
tander: Sal Terrae. pp. 1247-1250.
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PREGUNTAS PARA LA REFLEXIÓN
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Cristianisme i Justícia (Fundació Lluís Espinal) es un centro de estu-
dios creado en Barcelona el año 1981. Agrupa un equipo de voluntariado
intelectual que tiene por objetivo promover la reflexión social y teológica
para contribuir a la transformación de las estructuras sociales y eclesia-
les. Forma parte de la red de centros Fe-Cultura-Justicia de España y de
los Centros Sociales Europeos de la Compañía de Jesús.