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Este documento describe los comportamientos agresivos del suelo y el agua en el hormigón. Explica que el agua y los sulfatos son los principales agentes agresivos y pueden causar daños como la desagregación, fisuras y pérdida de resistencia en el hormigón. También detalla medidas para evitar la degradación como usar cementos especiales, compactar bien el hormigón y aplicar revestimientos protectores cuando la agresividad es muy alta.
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Titolo originale
ENSAYO COMPORTAMIENTOS AGRESIVOS DEL SUELO Y EL AGUA EN EL HORMIGON
Este documento describe los comportamientos agresivos del suelo y el agua en el hormigón. Explica que el agua y los sulfatos son los principales agentes agresivos y pueden causar daños como la desagregación, fisuras y pérdida de resistencia en el hormigón. También detalla medidas para evitar la degradación como usar cementos especiales, compactar bien el hormigón y aplicar revestimientos protectores cuando la agresividad es muy alta.
Este documento describe los comportamientos agresivos del suelo y el agua en el hormigón. Explica que el agua y los sulfatos son los principales agentes agresivos y pueden causar daños como la desagregación, fisuras y pérdida de resistencia en el hormigón. También detalla medidas para evitar la degradación como usar cementos especiales, compactar bien el hormigón y aplicar revestimientos protectores cuando la agresividad es muy alta.
ENSAYO COMPORTAMIENTOS AGRESIVOS DEL SUELO Y EL AGUA EN EL
HORMIGON.
CARLOS HUMBERTO ARENAS GARCIA
KEVIN ALBERTO GONZALEZ VERA
MECANICA DE SUELO II
INGENIERIA CIVIL
UNIVERSIDAD LIBRE DE PEREIRA
SEDE BELMONTE 13/02/2020 El terreno en el que en muchas ocasiones se construye está expuesto a agentes externos o internos que le aportan una característica, con la que hay que contar a la hora de proyectar una construcción, ya que va a condicionar algunos aspectos de la misma: esto es la agresividad. La agresividad o ataque químico del terreno puede afectar a las estructuras que están en contacto con él, en mayor o menor medida, afectando por tanto la durabilidad de esas estructuras y por tanto su resistencia y estabilidad a lo largo del tiempo. El principal agente agresivo del hormigón es el agua, bien directamente o bien como vehículo de transporte de los agentes agresivos y ya que en el terreno nos podemos encontrar agua en forma de niveles freáticos estables o colgados, condensaciones bajo cimentaciones o escorrentía subterránea por riego o lluvia. Alguno de los agentes más relativos que generan agresividad en la estructura es el ataque por sulfatos y agua del mar. El ataque de sulfatos ocurre donde hay concentraciones relativamente altas de sulfatos de sodio, potasio, calcio o magnesio, tanto en suelos como en aguas subterráneas, superficiales o en aguas de mar. También pueden ocurrir asociados a algunas instalaciones industriales, desechos, aguas fecales o subproductos de cualquier tipo, acumulados de forma incontrolada. Los sulfatos son muy solubles en agua y penetran con facilidad en estructuras de hormigón expuestas a los mismos. La agresividad del ambiente marino o agua del mar se debe fundamentalmente a las sales que lleva disuelta el agua de mar: cloruro sódico, cloruro magnésico, sulfato magnésico, sulfato cálcico, cloruro potásico, sulfato potásico y bicarbonato cálcico. Esta agresividad se divide en dos tipologías: la relativa a la degradación del hormigón por la acción de las sales agresivas y otra por los procesos de corrosión debido a la humedad ambiental y el aporte de cloruros. Los daños producidos por el terreno a las estructuras de hormigón que están en contacto con él, tales como elementos de cimentación (zapatas, pozos, losas, pilotes...), muros de contención u otros son: 1. Desagregación o destrucción química del hormigón. a) Cambio de coloración en la superficie de los elementos, ya que el cemento va perdiendo su carácter conglomerante quedando por consiguiente los áridos libres de la unión que les proporciona la pasta. Inicialmente suele presentar aspecto poroso, cambio de color, eflorescencias o manchas. b) Fisuras. c) Desintegración de la masa del hormigón. 2. Perdida de resistencia 3. Reducción de los recubrimientos. 4. Los motivos que van a llevar a una falta de resistencia del hormigón al ataque químico son: a) mala dosificación del conglomerante (según la composición mineralógica del Clinker y del tipo y proporción de la adición que contenga) disminuyendo la resistencia de éste a los agentes agresivos. b) presencia de áridos contaminados, como piritas, las cuales reaccionan con el agua contenida en los poros del hormigón formando sulfatos de hierro que provocan un aumento de volumen por reacciones expansivas c) falta de homogeneidad, compacidad o impermeabilidad por los medios de producción empleados en la ejecución de ese hormigón (bajo contenido de cemento, relación agua/cemento elevada) Para evitar la degradación del hormigón por agentes agresivos se ha de tener en cuenta las siguientes medidas que eviten la entrada de estas sustancias desde el exterior hacia el hormigón, así como la no presencia de agentes agresivos en sus componentes: 1) Que la relación agua/cemento sea lo más reducida posible (de forma compatible con la trabajabilidad de la mezcla y la hidratación del cemento). 2) Un elevado contenido de cemento. 3) Compactación y curado adecuados. 4) Para la ejecución de hormigones en ambiente marino se deberán emplear cementos con bajo contenido de aluminato tricálcico. Contra el ataque de sulfatos la utilización de cementos con el aditivo sulfuró-resistente en morteros y hormigones o la utilización también de hormigones de alta resistencia a compresión simple (alta densidad y baja porosidad), por supuesto siempre en las zonas expuestas a la acción de dichos sulfatos disueltos y cuantificándose la agresividad. 5) Si el ataque es muy fuerte se deberán aplicar revestimientos especiales que hagan el hormigón más duradero, evitando el contacto directo del hormigón con los agentes agresivos. Para evitar el ataque de los agentes agresivos al hormigón principalmente se deberán tomar las medidas adecuadas desde el propio hormigón (en su elaboración, mediante la adición de los aditivos correspondientes, etc). Previamente se deberá determinar o cuantificar el grado de agresividad, mediante la elaboración de los correspondientes ensayos en el estudio geotécnico.