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ÍNDICE

1. Noción de fraude …………………………………………………….……..3
1.1 Fraude a la ley …………………………………………………….……4
1.2 Fraude a los acreedores …………………………………………….…..7
1.2.1 Mecanismos de tutela ………………………………………….…8
1.3 Relación de fraude a la ley con frade a los acreedores. ……………….10
2. La acción pauliana ………………………………………………………...12
2.1 Antecedentes históricos y evolución. ……………………………..12
2.2 Naturaleza jurídica de la acción pauliana …………………………14
2.2.1 Sobre los acreedores …………………………………..14
2.2.2El acreedor ejerce su propio nombre …………………..15
2.2.3 Es individual …………………………………………..15
2.2.4Es subsidiario …………………………………………..15
2.2.5 Es un remedio indirecto …………………………….....16
2.2.6 Es conservativo o cautelar .………….…………….…..17
2.2.7 Es facultativo ………………………………………….17
2.2.8 Es renunciable …………………………………………17
2.2.9 Cualidad patrimonial ………………………………….18
2.2.10 Protege la buena fe …………………………………..18
2.2.11 De naturaleza personal …………………………...….18
3. La acción pauliana en el ordenamiento jurídico peruano  ………………...20
3.1 Conceptos y nociones previas …………………………………….20
3.1.1 Actos que pueden ser impugnados ……………………………...22
3.1.2 Naturaleza del crédito …………………………………………...24
3.1.3 Legitimación activa y pasiva ……………………………………25
3.1.4 Requisitos particulares y generales ……………………………..26
3.1.5 Efectos ………………………………….………………..……...27
3.1.6 Carga de la prueba ………………………………………………28
3.2 Presunción de onerosidad y las garantías reales ………………….29
3.3 Derechos del tercero sub adquiriente ……………………………..29
3.4 mprocedencia de la acción pauliana  ……………………………..30
3.5Limitaciones al derecho de un tercero adquiriente ..………………31
3.6 Remisión………………………………………………………......32
4. Acción Pauliana en el Derecho Comparado……….……………………....35
4.1 Acción Pauliana en Alemania…………………………………….35
4.2 Acción Pauliana en Francia………………….…………………...38
4.3 Acción Pauliana en Italia…………………….…...………………40
CONCLUSIONES……………………………………………………………45
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………..…………46
CAPÍTUL
O I

2
1. NOCIÓN DE FRAUDE.

La palabra fraude, se configura de las voces latinas, fraus y fraudis que hacen
referencia al engaño. No es sorpresa que sus raíces sean latinas, puesto el origen
histórico del fraude (como de otras tantas figuras comunes en el Derecho
occidental) se remonta al Derecho Romano, y la lex poetelia papiria aprobada el
326 a.C durante el tercer consulado de Gaius Poetelius Libo Visolus juega un
papel muy importante en la aparición de dicha figura, puesto ella modificó de
forma indirecta el nexum que unía al acreedor (accipiens) y deudor (solvens), y
que permitía al primero cobrar con la persona del segundo. Esto significaba, que
el deudor podía ser sometido a esclavismo, a sufrir golpes o incluso a morir a
manos de su acreedor, sin embargo, con la lex poetelia papiria, se pasará a
cobrarse ya no con la persona, sino con su patrimonio (bonurum venditio), en
tanto ésta prohibía la esclavitud por deudas.

Fue así cuando se pasa a cobrar con el patrimonio de las personas, y estas, para
evadir que su patrimonio le sea arrebatado, emprendían conductas desleales con
el fin de mantenerlo intacto, conductas que necesitaban ser contrarrestadas con
el Derecho con el fin de proteger a los acreedores o al mismo ordenamiento
jurídico vulnerado.

Entonces tenemos que, para una noción de fraude nos acercamos a la relación
jurídica entre un acreedor y un deudor, del cuál surgen obligaciones. El fraude
está vinculado, pues, a las obligaciones que tienen su fuente en […] un acto
jurídico bilateral de carácter patrimonial, que implica, en el deudor, la
responsabilidad que es inherente a toda obligación. 1 Aunque cabe aclarar que el
último concepto relacionado, “la responsabilidad”, no es constitutivo de toda
obligación, sino, solo de aquella que cae en incumplimiento, es decir, es
constitutivo solo en obligaciones incumplidas, como es el caso del fraude.

Sin embargo, esta conducta fraudulenta no solo se daba en contra de los


acreedores, como hemos estado viendo, sino que, también se da contra la ley.

1
VIDAL RAMIREZ, F., Teoría general del acto jurídico, Lima, 1985, p.450

3
Teniendo así dos tipos de fraude que serán abordados en las siguientes
secciones, y estas son: El fraude a la ley y el fraude a los acreedores.

1.1 Fraude a la ley


El fraude a la ley no es un concepto novedoso en el derecho, por lo que
podremos hacer uso de distintas concepciones ubicadas a lo largo del tiempo
para perfilar el tema y darnos una visión más amplia de aquella figura con el
fin de tener un mejor entendimiento. El primero a ser mencionado es el gran
jurista romano Paulo quien le dedica las siguientes palabras al sujeto de
conducta fraudulenta: “Obra contra la ley el que hace lo que la ley prohíbe;
en fraude ella el que, respetando las palabras de la ley, elude su sentido.” 2
haciendo referencia que, con el fraude a la ley, se obedece a las palabras
establecidas en él, pero no a su intención o sentido.

Puig peña, por otro lado, intenta definir el fraude a la ley como “todas
aquellas conductas aparentemente lícitas por realizarse al amparo de una
determinada ley vigente, pero que producen un resultado contrario o
prohibido por otra norma."3

Para Jean Paul Niboyet, el Fraude a la Ley es “el remedio necesario para
respetar el carácter imperativo de la ley, y su sanción en aquellos casos en
que cesa de ser aplicable a una relación de derecho, debido a que los
interesados se han colocado, fraudulentamente bajo el imperio de una nueva
ley”4, él a diferencia de Paulo y Puig Peña, no define al fraude a la ley, como
el acto o conducta desleal, sino como el remedio dado por el derecho a tal
conducta.

Ahora, intentando construir desde lo más básico una concepción más propia
del fraude a la ley, notamos que la ley persigue determinados fines, ya sea
prohibir, permitir u obligar a realizar determinadas conductas para conseguir
determinadas consecuencias, estas a la vez, pueden entenderse de la lectura
2
DIGESTO. 1.3.29: “contra legem facit, qui id facit quod lex prohbet, in fraudem vero qui salvis verbis
legis sentetiam eius circumvenit”
3
PUIG PEÑA, F., Tratado de derecho civil español Tomo I, Madrid, 1957, p.398
4
NIBOYET, J, Manual de Derecho Internacional Privado, Paris, 1928, p. 158.

4
literal de la norma escrita o entenderse por su sentido amplio, encontrado en
la razón de ser de la norma. Por ejemplo, y para que se entienda de mejor
forma este punto, tenemos el artículo 1366.1 encontrado en nuestro código
civil que expresa que el Presidente de la República está imposibilitado de
adquirir bienes nacionales, esa prohibición “de adquirir bienes nacionales”
sería la encontrada en el sentido literal de la ley, mientras “evitar el
enriquecimiento a partir del bienes estatales” vendría siendo otro fin
encontrado en la misma ley y el evadir el fin encontrado en el fondo de la ley
imposibilita que tal conducta sea respaldada.

Volviendo al punto a tratar, podemos afirmar que las leyes a veces, prohíben
determinados actos jurídicos en determinadas circunstancias o determinados
sujetos (ej. prohibir al presidente adquirir bienes nacionales), pero estas
prohibiciones guardan a la vez en el fondo, un fin acorde con los principios
del ordenamiento jurídico (ej. evitar el enriquecimiento del presidente a
partir de los bienes del Estado), por lo que cualquier intento de conseguir
dichos fines prohibidos por otro acto decaería en invalidez y se subsumiría
en lo que llamamos fraude a la ley.

Puesto, aunque la ley no diga que haya fines prohibidos, sino negocios
prohibidos5, hay que inducir que el fin se prohíbe para aquel caso y para
cualquier otro: o sea, que el mismo fin tampoco puede ser conseguido por
otro negocio; salvo que haya razones para decidir que lo prohibido es el
medio (negocio) y no el fin.”6

Torres Vásquez, en simples palabras, resume lo que intentamos abordar de la


siguiente forma: El acto en fraude a la ley constituye el medio por el cual el
sujeto persigue indirectamente un resultado prohibido; la obtención del
resultado prohibido se realiza mediante la combinación de actos en sí lícitos,
pero que su conjunto cumple una función ilícita.7

5
El presente trabajo entiende al acto jurídico como sinónimo de negocio jurídico. Se harán las
aclaraciones respectivas al citar fuentes extranjeras cuyo entendimiento de negocio jurídico difiera de la
postura adaptada en el presente documento.
6
ALBADEJO, M., Derecho civil I: Introducción y parte general, Madrid, 2002, p.697
7
TORRES VÁSQUEZ, A, Acto Jurídico volumen II, Lima, 2015, p.797

5
En este sentido, al referirnos al fraude a la ley, encontramos una primera ley
imperativa que prohíbe determinado acto, y otra ley que permite el acto de
forma aparente, y es usada por el sujeto de derecho para evadir la
prohibición encontrada en la ley imperativa, a esta ley se le atribuye el
nombre de ley de cobertura.

Para ejemplificar, lo que tenemos hasta el momento podemos citar el artículo


1366.1 comentado con anterioridad y el artículo 1529 del mismo código que
habla sobre el contrato de compraventa, acto jurídico que está protegido y es
lícito. Cuando el Estado vende un bien a un particular, por ejemplo, en una
subasta pública, tenemos que el contrato de compraventa es lícito, en tanto
ese particular no tiene prohibido adquirir tal bien, pero supongamos que
poco tiempo después, ese mismo particular, vende dicho bien al presidente,
acto de compraventa que superficialmente también es lícito. Entonces
tenemos que en un primer momento el acto jurídico realizado es lícito y
válido, en tanto se encuentra permitido por una norma y no se encuentra
prohibido por ninguna norma imperativa. Pero, en el segundo momento, es
el presidente quien está adquiriendo el bien nacional de las manos del
particular, conducta que si se encuentra prohibida por la norma imperativa
(artículo 1366 cc), y por tanto se configura como fraude a la ley.

Antes de continuar, cabe advertir que no debemos confundir el fraude a la


ley con los actos contra ley, puesto estos actos no se configuran con el uso de
una ley de cobertura para violentar una ley imperativa, sino, simplemente
son actos que van en contra de la ley. En el ejemplo que hemos estado
viendo a lo largo de la sección encontraríamos el fraude a la ley haciendo
uso del artículo 1528 para realizar el acto prohibido por el artículo 1366.1,
pero en la conducta contra ley, sería la violación directa del artículo, es decir,
el desacatamiento directo del 1366.1.

Ahora, en la experiencia normativa, esta figura también ha tenido cabida en


el ámbito internacional, siendo regulado de la siguiente forma en su artículo
6 por la Convención Interamericana sobre Normas Generales de Derecho
Internacional Privado: No se aplicará como derecho extranjero, el derecho de

6
un Estado Parte, cuando artificiosamente se hayan evadido los principios
fundamentales de la ley de otro Estado Parte.

Sin embargo, y aunque parezca disparatado, a pesar de los alcances que ha


tenido y que fueron mencionados en el párrafo anterior, el fraude a la ley no
se encuentra regulado expresamente en nuestro ordenamiento jurídico, pero
si se encuentra en otros códigos tales como el español 8 y el salvadoreño9. El
respaldo legislativo que tenemos a la incurrencia al fraude a la ley, lo
encontramos en el fondo del artículo V del título preliminar de nuestro
código civil que establece: “Es nulo el acto jurídico que contrario a las leyes
que interesan al orden público o a las buenas costumbres.” Por lo que, a
pesar de que no haya un artículo que lo contenga, no dudamos en afirmar
que el fraude a la ley va en contra de nuestro ordenamiento jurídico y
encuentra respuesta en el derecho para evitar perjudicar a los afectados por
dichos actos fraudulentos.

1.2 Fraude a los acreedores


Podemos hablar de “Fraude a los acreedores” cuando estemos en presencia
de determinados actos que son celebrados por un deudor con los cuales esté
disminuyendo de su patrimonio o renuncie a derechos de tal forma que entre
en estado de insolvencia en perjuicio de sus acreedores.

Sobre el estado de insolvencia Renzo Provincialli la define como


“impotencia patrimonial del deudor para satisfacer regularmente sus propias
obligaciones, manifestada con incumplimiento u otros hechos exteriores. Tal
impotencia se concreta en una relación de desequilibrio entre los elementos
activos y pasivos del patrimonio conjuntamente considerado bastando esta
situación para que sobrevenga la quiebra”10

8
Artículo 6, inc 4 del cc español: Los actos realizados al amparo del texto de una norma que persigan un
resultado prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se considerarán ejecutados en fraude
de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que se hubiere tratado de eludir
9
Artículo 11 del cc salvadoreño: Cuando la ley declara nulo algún acto, con el fin expreso o tácito de
precaver un fraude, o de proveer a algún objeto de conveniencia pública o privada, no se dejará de
aplicar la ley, aunque se pruebe que el acto que ella anula no ha sido fraudulento o contrario al fin de la
ley.
10
PROVINCIALLI, Renzo. Tratado de Derecho de Quiebra, Volumen II, Madrid, 1958, p.247

7
Cabe aclarar también que como señala Vial Herrera, que dicha insolvencia
“nada tiene que ver con la voluntad del deudor respecto de cumplir sus
obligaciones, ya que, aunque el deudor hiciera la mejor gestión posible con
su masa patrimonial impotente, no podría llegar a pagar a sus acreedores de
manera íntegra y oportuna.” 11

En resumidas cuentas, el estado de insolvencia vendría siendo la situación


del deudor en la que su capital pasivo es superior al activo, imposibilitándose
de proceder con el cumplimiento de su obligación.

Es necesario hacer una acotación antes de continuar, sobre la calidad de


acreedores, cuando hablamos de fraude, nos referimos especialmente al
acreedor quirografario, este es aquel que no goza de ninguna garantía más
que el patrimonio general del deudor, conocido como garantía patrimonial
común. Otro tipo de acreedores, los acreedores privilegiados, son los que en
contraste tienen alguna garantía específica ya sea garantía mobiliaria o
hipotecaria. Así la norma se enfoca en los primeros en tanto no es seguro,
que, debido dichos actos desleales realizados por su deudor, puedan cobrar
sus créditos. Mientras los segundos son objetos de protección en tanto dicha
garantía especial no sea suficiente para cubrir todo su crédito y de esta
forma, los actos fraudulentos del deudor pudieran también perjudicarlo.

1.2.1 Mecanismos de tutela

Dichos actos realizados en perjuicio del acreedor pueden expresarse en


distintas formas, por ejemplo, pueden manifestarse en una disposición
simulada de sus bienes, esto es cuando el deudor mediante un acto
simulado traspasa su propiedad o parte de ella a una tercera persona para
imposibilitar que su acreedor cobre con sus propiedades, también es el
caso de los actos en los que dicha disposición, no es aparente sino real, o
cuando renuncia a un derecho de crédito, este caso en este caso, el deudor
11
VIAL HERRERA, Francisca. Efectos de la quiebra en las obligaciones preexistentes y en
Algunos contratos del fallidos [Tesis], Santiago de Chile, 2013, p.46

8
llega a renunciar a cobrarle a su deudor, es decir, se comporta como
acreedor de ese segundo deudo, y niega cobrarse para que su propio
deudor no pueda cobrar su respectivo crédito.

Es así como ante la existencia de dichos casos, el Derecho brinda


mecanismos en protección del acreedor tras la puesta en peligro de cobro
de su crédito, y estos son:

A) Acción de simulación
Esta procede contra el acto simulado por el deudor. Siendo que
entendemos por esta figura como “la creación de una ficción, una
apariencia de acto jurídico no conforme con la realidad
efectivamente querida por las partes otorgantes”.12 Con esa
simulación el deudor pretende crear una aparente insolvencia para
que así su acreedor no pueda cobrarse, es decir, con el fin de
engañarlo. Esta figura se encuentra regulada en el Título VI del
libro segundo de nuestro código civil actual.

B) Acción subrogatoria
Esta procede cuando el deudor omite reclamar un derecho con el
fin o como consecuencia no querida el de perjudicar a su
acreedor, las razones pueden ser múltiples, como el simple
desistimiento del deudor para evitar inmiscuirse en un proceso
con su propio deudor (con este, el primer deudor se comporta
como acreedor), o un odio jurado entre deudor y acreedor.
Con este mecanismo el acreedor está facultado de ejercer los
derechos de su deudor, sea vía acción o defensa.
Esta figura se encuentra regulada en el artículo 1219 inciso cuarto
de nuestro código civil actual.

C) Acción pauliana
A grandes rasgos, porque abordaremos la figura con mayor
profundidad en la extensión del presente documento, esta figura
12
TORRES VÁSQUEZ, Aníbal, op. cit, p.727

9
procede cuando el acreedor pide que se declaren ineficaces
respecto a él los actos de su deudor con los que renuncie a
derechos o con los que disminuya su patrimonio de tal forma que
se perjudique el cobro de su crédito.
Adicionalmente, con esta acción se tutela no solo “el derecho de
los acreedores sino también el de los derechos de los terceros
adquirientes de buena fe”. 13

1.3 Relación de fraude a la ley con frade a los acreedores.


Los puntos en común entre ambas formas de fraude es que, tanto la primera
como la segunda se configuran como conductas desleales, en las que se
pretende causar un perjuicio.
En el caso del fraude a la ley, el sujeto de derecho hace uso de una ley de
cobertura para vulnerar una ley imperativa, es decir, con dicha primera ley se
busca evadir el sentido real de la segunda ley y de esta forma ir en contra del
ordenamiento jurídico en tanto se encuentra prescrito en el título V del
código civil.
Por otro lado, en el fraude a los acreedores, el deudor configura su conducta
desleal disminuyendo su patrimonio o renunciando a derechos para
perjudicar a su acreedor, y esto porque con dichos actos le imposibilitaría el
cobrar su crédito o cuando menos, se lo haría más difícil.

13
Ibidem, p.805

10
CAPÍTUL
O II

11
2. LA ACCIÓN PAULIANA

La acción Pauliana o de ineficacia es un medio legal de conservación de la garantía


patrimonial consistente en el poder del acreedor de demandar judicialmente para que se
declaren ineficaces respecto de él los actos con los cuales su deudor renuncia a sus
derechos (renuncia a legados, constitución de patrimonio familiar, etc.) o con lo que
disminuya su patrimonio conocido, disponiéndolo (donación, venta, etc.) o gravándolo
(hipoteca, garantía mobiliaria, etc.), de tal forma que le cause un perjuicio,
imposibilitando o dificultando el recupero de su crédito. Declarando el acto ineficaz, el
acreedor accionante podrá ejecutar su crédito sobre los bienes objeto del acto
fraudulento; no obstante, que ya no pertenezcan al deudor. La ineficacia declarada vía
acción pauliana equivale a la inoponibilidad del acto al acreedor vencedor en dicha
acción. 14

2.1 Antecedentes históricos y evolución.

La acción Pauliana es un medio legal muy remoto, pues las culturas de la Edad
Antigua ya lo usaban, en especial las civilizaciones clásicas. Según Trincavelli, el
origen de la acción pauliana se encuentra en el Derecho griego. Demóstenes hizo
referencia a ella en sus alegatos, sosteniendo la existencia de un acuerdo
fraudulento entre Onstor y Aphobos, para evitar el pago de las indemnizaciones a
que este fue condenado15 Esta podría ser la manifestación más antigua, sin
embargo, esta institución fue desarrollada en Roma, ya que se señala como uno de
sus antecedentes a la Lex Aelia Sentia, que prohibía las libertades dadas por un
insolvente que tuviese créditos pendientes, siendo consideradas como concluidas
en fraude de acreedores. Este es el contenido esencial que aportaría la ley sobre la
calificación de una libertad como fraudulenta –aunque no la única– y principal
innovación en la regulación del fraus creditorum. Ahora bien, al relacionarse la
insolvencia (solvendo non esse) con el concepto del fraude de acreedores, surge la
necesidad de delimitar esta situación de hecho respecto a uno de los dos elementos
característicos y definidores del concepto técnico del fraus creditorum: el elemento

14
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, pp. 804-805
15
ALTERINI, AMEAL Y LOPEZ CABANA, Derecho de obligaciones civiles y comerciales, 4°ed, Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, 1993, p.333

12
objetivo o eventus damni, que junto al elemento subjetivo o consilium fraudis son
la base teórica del fraus creditorum en Derecho clásico.16

Afirma Solazzi que en el Derecho romano clásico existían tres medios a disposición
de los medios de los acreedores: a) una acción pauliana poenalis con previo
arbitratus de restituendo, que nacía del ilícito constituido por el fraus creditorum
que daba lugar a una reparación pecuniaria; el deudor podía liberarse restituyendo
cuanto se le exigía en el arbitratus; b) un interdictum fraudatorium que era un
remedio recuperatorio del bien salido del patrimonio; y c)una integrum restitutio,
resolución rescisoria emitida por el magistrado con iuris dictio, con la cual se
eliminaba el acto de disposición.17

Según Maynz, contra los actos realizados en fraude de los acreedores, el pretor
había creado dos acciones: la pauliana actio y el interdictum fraudatorium, las que
probablemente se originaron en causas distintas y para fines diferentes, pero
resultando casi imposible establecer la distinción entre ellas18 Otros autores, como
Kipp, sostienen que el Derecho romano clásico conoció dos recursos: la integrum
restitutio y un interdictum, siendo posible también una actio in factum. Los
compiladores justinianeos unificaron estos dos recursos en la actio in factum,
designación sustituida después por las glosas con la de actio pauliana.19

La influencia romana en esta institución perduro por mucho tiempo es asi que en
la Alta Edad Media con el apoyo del florecimiento del comercio la actio pauliana
reapareció para desenvolver una función práctica digna de ser estudiada por la
nacida Escuela de Glosadores (Irnerio, Azón, Accursius, etc) y luego los Post
Glosadores o Conciliatores (Cino de Pistoya, Bartolus de Saxoferrato, Baldus de
Ubaldis, etc)20

16
DEL PINO, Felipe, La sistematización de la insolvencia en el Digesto, Derecho y conocimiento, vol. 1,
Universidad de Huelva, España, 2001, p.348
17
Citado por BETTI, Emilio, Teoría general de las obligaciones, trad. de José Luis de los Mozos, Editorial
Revista de Derecho Privado, Madrid, 1970, T. II, p.394
18
MAYNZ, Charles, Curso de Derecho romano, trad. de Antonio J. Pou y Ordinas, Jaime Molinas editor,
Barcelona, 1887, t. ii, p. 657
19
OBAL, Carlos, Acción Revocatoria o Pauliana, Enciclopedia Jurídica Omeba, T. I, Driskill, Buenos Aires,
1979, p.252
20
MOLITOR-SCHLOSSER. Perfiles de la nueva historia del Derecho Privado, Bosch, Barcelona, 1980, Pág.
24-28.

13
Con la entrada en vigor del Codice Civile de 1942, se recogió la evolución
presenciada en la primera mitad del siglo XX, dejando de lado las indagaciones
sobre los motivos aunque aquí pareciera ser transformada en simple negligencia, ya
que se afirmaba que “es negligente aquel deudor que persiguiendo cualquier fin,
también lícito, enajena unos bienes, sin tener presente que, así obrando, hace venir
a menos la garantía de los acreedores en modo que a ellos puedan sufrir daño.”21

2.2 Naturaleza jurídica de la acción pauliana

La naturaleza jurídica de la acción pauliana es un tema que genera mucho debate,


pues aún no hay un consenso si es una acción de revocatoria, de nulidad, de
rescisión o de ineficacia relativa. Según Colin y Capitán, la acción pauliana está
destinada a revocar los actos del deudor que causan perjuicio a los acreedores
cuando presentan carácter fraudulento22 Barbiera señala que “se connota pues
como una situación subjetiva activa del acreedor, del tipo del derecho potestativo,
que reúne en sí la posibilidad de hacer recurso de los varios medios legales, sea
sustanciales o procesales para satisfacer sus intereses, modificando las situaciones
subjetivas del deudor, sin que éste pueda hacer nada para impedirlo.23

La doctrina mayoritaria establece que se deriva el mecanismo denominado acción


pauliana (del desarrollo anterior, queda claro que la palabra “acción” no lo hace un
remedio procesal, ya que no se refiere a la acción en términos procesales) de un
derecho potestativo de la parte afectada24 El acreedor que ejercita la acción pauliana
no pide la revocación, nulidad, resolución o rescisión del acto de disposición, de
gravamen o de renuncia a derechos sino que su petitorio (petitum) es para que tal
acto se declare ineficaz únicamente frente a él.25

21
COSATTINI, Luigi. La revoca degli atti fraudolenti, Seconda Edizione aggiornata da Carraro, Cedam,
Padua, 1950, Pág. 121,
22
COLIN y CAPITANT, Curso elemental de Derecho Civil, T. III, Reus, Madrid, 1924, p.82
23
BARBIERA, Lelio. Responsabilità Patrimoniale, Disposizioni generali. In Commentario del Codice Civile.
A cura di Pietro Schlesinger (Artt. 2740-2744), Giuffrè, Milano, 1991, Pág. 24.
24
PROTO PISANI, Andrea. Le tutele giurisdizionali dei diritti. Studi Jovene, Nápoles, 2003, Pág. 207,
25
Cas n° 2150-98- Lima, El Peruano, 13.3. 1999: La acción pauliana no importa la de nulidad, sino la
ineficacia del acto, esto es que el acto fraudulento no será oponible al acreedor accionante, y solo a él,
de tal modo que sus efectos no se hace extensible a otros acreedores

14
2.2.1 Sobre los acreedores

Para que proceda esta acción es necesaria la existencia de un crédito. Los


acreedores posteriores al acto de disposición patrimonial no pueden alegar
perjuicio alguno, por cuanto al nacer su crédito el bien o bienes enajenados no
figuraban en el patrimonio que les sirvió de garantía, salvo que el acto de
disposición se hubiera realizado para substraerse a las consecuencias
pecuniarias de un crimen o de una deuda futura. Con esta acción el acreedor
persigue únicamente que se declare ineficaz respecto de él, el acto de
disposición o gravamen realizado por su deudor o el acto por el cual este
renuncia a derechos. Entre el deudor y el tercero, el acto es válido e
inexpugnable.26

2.2.2El acreedor ejerce su propio nombre

El acreedor perjudicado con el acto de su disposición de su deudor ejercita la


acción en su nombre y la dirige contra quienes la celebraron. Con la acción
pauliana, el acreedor ejerce un derecho propio y no un derecho de su deudor.27

2.2.3 Es individual

En el Derecho Romano, la acción pauliana era ejercida por un curator en


nombre de todos los acreedores del fraudator. Pero debido a la evolución que
ha sufrido desde sus orígenes hasta nuestros días, ha perdido ese carácter de
medida colectiva que tenía. En consecuencia, cada acreedor perjudicado tiene
el derecho de ejercerla individualmente.28

2.2.4Es subsidiario

Es subsidiaria en el sentido en que no procede si en el patrimonio del deudor


hay bienes suficientes para satisfacer el crédito. Está subordinada a que con el

26
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 809
27
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 809
28
HERNANDEZ, Ana Beatriz. La acción pauliana simple. Tesis para optar el grado de licenciatura en
Derecho. San José, Universidad de Costa Rica, 1987, p.6

15
acto de renuncia a derechos o de disminución de su patrimonio, el deudor cause
un perjuicio al acreedor. Por su carácter subsidiario, la acción pauliana no
procede si los acreedores de otro modo pueden obtener la satisfacción de sus
créditos, como sucedería, por ejemplo, si el acreedor no se ha dirigido todavía
contra los fiadores del deudor o los bienes que le quedan al deudor le permiten
asistir convenientemente a su deuda con el acreedor.29

Dicha característica se manifiesta en tres vertientes30:

-Jurídica: Es subsidiaria frente a la acción de simulación y de la nulidad.

- Económica: No procedería la acción pauliana si el acreedor dispone de


otras posibilidades económicas de cobrar, porque el deudor tenía otros
bienes no reclamados.

- Procesal: Porque el acreedor cuenta con otros remedios procesales a su


disposición, sin que esto pueda comportar haber tenido que ejercer una
acción previa a la pauliana.

2.2.5 Es un remedio indirecto

Constituye una vía auxiliar apropiada en el caso de necesidad, cuando el


deudor con el acto de renuncia a derechos ha impedido que determinados
bienes ingresen a su patrimonio (ej. renuncia a una herencia) o que queden
libres para embargos (ej. constitución de patrimonio familiar) o con los actos
de disminución de su patrimonio ha logrado substraer el bien del alcance de la
acción para el cobro del crédito, el cual queda en suspenso hasta que la
pauliana despeje el camino si llegare a prosperar. Con el éxito de la acción
pauliana se obtiene que se declare que los mencionados actos del deudor son
ineficaces frente al acreedor demandante, esto es, que al no le son oponibles.
Luego en la acción principal para el cobro del crédito, el acreedor puede
embargar el bien objeto del acto ineficaz a fin de que con el producto del
remate se cancele su crédito.31
29
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 810
30
FERNÁNDEZ CAMPOS, Juan Antonio. El fraude a los acreedores: La acción pauliana, Publicaciones del
Real Colegio de España, Bolonia, 1998, pp. 79-80
31
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 811

16
2.2.6 Es conservativo o cautelar

La finalidad de la acción pauliana es tutelar el crédito, limitando al deudor la


facultad de renunciar a derechos o de disponer de su patrimonio- facultad que
no desaparece por el hecho de haber asumido una obligación- en cuanto afecte
la garantía general de las deudas que lo gravan, en el sentido de que si el
deudor no ejecuta su prestación, los acreedores pueden embargar los bienes que
lo integran para hacer efectivo sus créditos. La conservación del patrimonio del
deudor es el presupuesto necesario para la recuperación del crédito, constituye
un prius de la ejecución. 32 Asimismo, en nuestra jurisprudencia se ha señalado
que “la acción revocatoria es de naturaleza conservativa, recuperatoria y no
nulificante”33

Respecto a su regulación en nuestro Código Civil, se encuentra dentro del


título “el fraude de los actos jurídicos” error evidente, arrastrado del Código
Civil de 1936. Y no es erróneo en el sentido que Lohmann señala que “no hay
fraude de los actos jurídicos sino más bien fraude a través o por medio de actos
jurídicos34

2.2.7 Es facultativo

La acción pauliana es un derecho optativo del cual el acreedor puede valerse o


no según convenga a sus intereses.35

2.2.8 Es renunciable

Es renunciable, siempre que no se perjudique el derecho de terceros


acreedores. La renuncia fraudulenta puede ser declarada ineficaz a instancia de
los acreedores del renunciante, quienes mediante la acción oblicua están
facultados para ejercer los derechos de su deudor.36
32
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 811
33
Casación N° 3284-98-Lima.
34
LOHMANN LUCA DE TENA, Guillermo. Apuntes para una distinta aproximación a la acción pauliana.
En: Revista General de Legislación y Jurisprudencia, 1984, p. 397
35
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 812
36
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 812

17
2.2.9 Cualidad patrimonial

La acción pauliana solamente recae sobre aquellos actos jurídicos cuyo objeto,
el bien sea susceptible de valoración económica, de transformación en dinero
mediante su venta judicial. Trata de remediar la garantía patrimonial común.37

2.2.10 Protege la buena fe

El deudor puede gobernar su patrimonio como mejor le parezca con tal que se
conduzca con buena fe, con lealtad frente a sus acreedores, sin violar el deber
que tiene tanto de cumplir con sus obligaciones como de no impedir el pago de
las mismas. La función de la acción pauliana, al igual que la oblicua y la de
nulidad por simulación, es la de combatir la mala fé y la deslealtad de los
deudores que defraudan y traicionan a sus acreedores.38

2.2.11 De naturaleza personal

Ha existido toda una discusión sobre si la acción pauliana es personal o real e


incluso se ha llegado a considerar que es una acción mixta. La duda surgió
desde el Derecho Romano, puesto que en el Digesto se calificó como acción
personal y en las Instituciones de Justiniano como acción real. Sin embargo,
actualmente la mayor parte de la doctrina se inclina por estimar que es una
acción personal. La lógica de esta publicación estriba en que tal acción se le
concede a un acreedor para proteger su derecho de crédito; en la base de que
existe una relación obligatoria, crediticia y no un derecho real. Si bien es cierto
que el acreedor se dirige contra un tercero, el adquiriente o subadquiriente del
bien enajenado, no persigue al bien en sí, más bien pretende atacar el acto en
que dicho tercero fue parte y por el cual aquel salió del patrimonio del
deudor39

37
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 812
38
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 812
39
HERNANDEZ, Ana Beatriz. La acción pauliana simple. Tesis para optar el grado de licenciatura en
Derecho. San José, Universidad de Costa Rica, 1987, pp.7-8

18
CAPÍTUL
O III

19
3. LA ACCIÓN PAULIANA EN EL ORDENAMIENTO JURÍDICO
PERUANO

3.1Conceptos y cuestiones previas

Nuestro código civil regula la figura de la acción pauliana en su libro segundo,


título VII, Artículo 195, de la siguiente forma:

“El acreedor, aunque el crédito esté sujeto a condición o a plazo, puede


pedir que se declaren ineficaces respecto de él los actos gratuitos del deudor
por los que renuncie a derechos o con los que disminuya su patrimonio
conocido y perjudiquen el cobro del crédito. Se presume la existencia de
perjuicio cuando del acto del deudor resulta la imposibilidad de pagar
íntegramente la prestación debida, o se dificulta la posibilidad de cobro.

Tratándose de acto a título oneroso deben concurrir, además, los siguientes


requisitos:

1.- Si el crédito es anterior al acto de disminución patrimonial, que el


tercero haya tenido conocimiento del perjuicio a los derechos del acreedor
o que, según las circunstancias, haya estado en razonable situación de
conocer o de no ignorarlos y el perjuicio eventual de los mismos.

2.- Si el acto cuya ineficacia se solicita fuera anterior al surgimiento del


crédito, que el deudor y el tercero lo hubiesen celebrado con el propósito
de perjudicar la satisfacción del crédito del futuro acreedor. Se presume
dicha intención en el deudor cuando ha dispuesto de bienes de cuya
existencia había informado por escrito al futuro acreedor. Se presume la
intención del tercero cuando conocía o estaba en aptitud de conocer el
futuro crédito y que el deudor carece de otros bienes registrados.

Incumbe al acreedor la prueba sobre la existencia del crédito y, en su caso,


la concurrencia de los requisitos indicados en los incisos 1 y 2 de este
artículo.

20
Corresponde al deudor y al tercero la carga de la prueba sobre la
inexistencia del perjuicio, o sobre la existencia de bienes libres suficientes
para garantizar la satisfacción del crédito.”

3.1.1 Naturaleza jurídica de la acción pauliana

Hay un debate en la doctrina sobre la clasificación de la acción pauliana


como revocatoria, de nulidad, de rescisión o de ineficacia relativa.

Aunque su carácter puede ser discutible, considero que bajo análisis resultan
posibles de ser descartadas algunas posturas, como la que concibe a la acción
pauliana como acción de nulidad, puesto, en nuestra ley destaca la siguiente
expresión: “El acreedor (…) puede pedir que se declaren ineficaces respecto
de él los actos (…) del deudor…” (el subrayado es nuestro), lo que implica
que, como menciona Llambías 40, “el acto fraudulento es perfectamente
válido y eficaz, tanto respecto de las partes cuanto respecto de los terceros en
general.” Agregando el jurista argentino que el acto es ineficaz frente a “los
acreedores anteriores del enajenante de los bienes” al respecto, cabe hacer
una acotación, y es que el jurista afirma que el acto es ineficaz para todos los
acreedores con los que se contrajo la obligación antes del acto de
disposición, en tanto el código argentino de 1869 (que estaba vigente cuando
escribió su Tratado de Derecho Civil), así lo establecía.

En comparación, en nuestro código vigente, establece que dicha ineficacia es


solo respecto al acreedor demandante, esta idea concuerda también con la
doctrina italiana, Messineo41 afirma por ejemplo que la acción pauliana es
una acción individual que resuelve en beneficio al acreedor que la insta, esto
es, se excluye de su alcance a los otros acreedores que pudiese tener el
deudor.

Y retomando un poco la idea de la última sección también sería descartable


la idea de la acción pauliana como acción de revocación, en tanto, como
observa Aníbal Torres analizando la concepción de revocación y
anulabilidad que le daba el código civil derogado a la acción pauliana: “La
40
LLAMBÍAS JOAQUÍN, Jorge., Tratado de Derecho Civil, T. II, Buenos Aires, 1997, p.484
41
MESSIENEO, Francesco., Manual de Derecho Civil y Comercial, T. IV, Buenos Aires, 1979, p. 155

21
revocación, al igual que la declaración de nulidad de un acto anulable, priva
al acto de sus efectos erga omnes, el acto se disuelve y los bienes enajenados
vuelven al dominio del deudor.” Añadiendo, además, que bajo esta
concepción (de revocación), se desprotegía al acreedor demandante en tanto
otro acreedor más sagaz podía embargar antes que el acreedor que llevó a
cabo la acción (en tanto ganada la acción pauliana, la propiedad pasaba
nuevamente a ser garantía general).

Es decir, si bien esa concepción resultaba compatible con nuestro anterior


código, no podemos afirmar lo mismo con el vigente, pues, volvemos a
recalcar, la ineficacia dice el texto legal que es solo respecto al acreedor
demandante y, consecuencia de ello sería entender que el patrimonio no
vuelve al deudor para ser provecho a todos los acreedores.

Con lo dilucidado en esta sección, si nos apegamos al sentido de la norma


que la regula, podemos afirmar que nuestra postura se inclina por concebir a
la acción pauliana como una acción de ineficacia relativa.

3.1.1 Actos que pueden ser impugnados

Los actos que pueden ser objetos de impugnación son todos aquellos
realizados por el deudor que disminuyan su patrimonio o renuncien a
derechos, de tal forma que, el acreedor demandante vea afectado la
posibilidad actual o futura de recuperar su crédito.

En general, el acto más común del deudor para ser sometido a la acción
pauliana es el simple contrato de compraventa entre este y un tercero
adquiriente, pero la norma es más general al respecto haciendo referencia a
que pueden ser objetos de impugnación todos los actos de disposición
onerosos o gratuitos, como: “venta, donación, remisión de deuda, sociedad,
seguro de vida, actos de liquidación, de comunidad, aceptación de un
sucesión o de un comunidad insolvente, renuncia a un derecho adquirido,
legado, dación de pago, constitución de un derecho de superficie, el
arrendamiento y el usufructo que dificulten la ejecución del bien; la
constitución de garantías como la hipoteca, garantía mobiliaria, anticresis,

22
warrant; pagos a deudas no vencidas”42. Adicionalmente hemos de aclarar
que no puede ser impugnado el pago de una deuda vencida, este supuesto se
encuentra regulado en el artículo 198 y también será tocado más adelante.
Esta encuentra una excepción en tanto dicha deuda esté prescrita, es decir, se
haya convertido en una obligación natural, Giorgi43 concuerda afirmando que
podemos encontrar el frauden cundo el autor satisface dicha obligación
moral aún teniendo conciencia de que su acreedor civil queda sin ser pagado.

Otra idea desprendida del artículo 195 es que, no es necesario la afectación


del cobro actual del crédito, sino también es posible impugnar actos que
afecten una oportunidad futura de cobrarlos.

Nuevamente recurriremos de un ejemplo para comprender dicha afirmación.

Ahora X es el acreedor de B, quien pide un crédito de 100 000 dólares que se


compromete a pagar dentro de dos meses. X accede en tanto el patrimonio de
B está valorado en 150 000 dólares. Al mes B dona su terreno valorado en
80 000 dólares. X se siente angustiado al respecto, en tanto a pesar de faltar
un mes para cobrar, hay posibilidad de que B no pueda pagar el crédito. Pero
el Derecho, como hemos mencionado, le permite iniciar la acción pauliana
para declarar ineficaz dicho acto frente al acreedor que ve perjudicado su
posibilidad de cobrar vencido el plazo.

Luego no pueden ser impugnados los actos que disminuyan su patrimonio o


renuncien a derechos mientras el crédito del acreedor no se vea perjudicado
de forma actual o futura. Dilucidemos al respecto con un ejemplo:

X presta a Z un total de un millón de soles, en tanto el patrimonio de Z


haciende el millón y medio de soles, entonces Z dispone de medio
millón para comprarse un nuevo auto.

La acción pauliana no sería necesaria en tanto, aún con el gasto realizado por
Z, X tiene su crédito garantizado el patrimonio restante de Z.

Ahora supongamos que Z en vez de disponer de sus bienes, renuncia a una


herencia valorizada en 100 000 soles. Esta renuncia tampoco sería objeto de

42
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, Lima, 2015, p. 839
43
GIORGI, Teoría de las obligaciones, Vol. II, Madrid, 1930, p.334

23
la acción pauliana siguiendo la misma lógica, porque X, no vería afectado su
posibilidad de cobrar su crédito.

3.1.2 Naturaleza del crédito

El crédito puede ser puro o encontrarse sujeto a condición o plazo, pero cabe
destacar que a pesar de que dicho crédito posea alguna modalidad, no
recibirá un trato distinto al de uno simple y puro.

El crédito puro es el clásico caso en el cuál un acreedor puede pedir la


ineficacia de un acto de disposición de su acreedor que afecte la posibilidad
de cobrar

Ya que el primer supuesto no causa mayor dificultad, pasaremos al segundo


supuesto de crédito, para ello aglomeraremos la condición y el plazo en el
siguiente caso:

Carolina le presta a su hermana mayor 100 000, bajo dos cláusulas


particulares, la primera es que tendrá que devolver dicho crédito cuando su
hija que actualmente tiene 19 años alcance los 25 años de edad, y una
segunda aclara que deberá devolver dicha suma si su hija se casa antes de
haberse cumplido la primera cláusula. Podemos ver que la primera parte
versa de un plazo, mientras la segunda de una condición.

Sin embargo, pocos meses después su hermana empieza a disponer de sus


propiedades haciendo que el crédito que tiene con ella se vea perjudicado.
Entonces, Carolina no puede exigirle el pago en tiempo presente, pero puede
mediante la acción pauliana pedir que se declaren ineficaces frente a ella
dichos actos. De ganar la acción pauliana, ella no podría rematar los bienes
en el tiempo presente, sino tendría que esperar a que se cumpliera o la
condición o plazo que propuso, pero cuando menos, su crédito se encontraría
seguro de ser cobrado en un futuro.

Sobre crédito también el artículo 195 se coloca en dos supuestos:

El primer supuesto es el más común contextualizándose en el típico caso en


el que el deudor dispone de sus bienes o renuncia a derechos después de

24
haber contraído una obligación de pago con su acreedor. (Cuando el crédito
es anterior al acto de disposición)

El otro supuesto es el cuál el dispone de sus bienes o renuncia a derechos


antes de haber contraído una obligación de pago frente a su acreedor.
(Cuando el crédito es posterior al acto de disposición)

Ambos se ubican en el caso de que el deudor haya dispuesto sus bienes a


título oneroso y cuya acción para declararla ineficaz requiere de ciertos
requisitos particulares que se revisarán en un próximo apartado.

3.1.3 Legitimación activa y pasiva

Corresponde la legitimación activa al titular de la acción pauliana, esto es al


acreedor, este puede ser quirografario, es decir, no contar con ninguna
garantía más que la general o común a todos los acreedores; o, ser un
acreedor privilegiado, lo que implica que tenga una garantía específica que
resguarde su crédito, pero que dicha garantía no sea suficiente para cubrirla.

Pondremos el siguiente caso: A presta a B 100 000 dólares y B deja en


garantía un auto valorizado en 40 000 dólares, en tanto el patrimonio de B
asciende los 150 000 dólares.

Si B dispusiera de 100 000 dólares, es decir, le quedaran solo 50 000 en la


garantía general, A no podría cobrar todo su crédito en tanto esos 50 000
dólares y el auto solo completarían el 90 % de su crédito. Por tanto, A podría
presentar una acción pauliana sobre dicho acto de disposición de B.

Si B no dispusiera de 100 000, sino solo de 90 000, esto es, le quedan 60 000
dólares en su patrimonio, A no podría hacer valer la acción pauliana en tanto
su crédito se encuentra debidamente asegurado con la suma de la garantía
general y su garantía específica.

Por otro lado, corresponde la legitimación pasiva al deudor que ha realizado


dicho acto de disposición en perjuicio de su acreedor y al tercero adquiriente.

25
3.1.4 Requisitos particulares y generales

El texto legal contempla como requisitos para ejercer la acción pauliana unos
generales aplicables tanto a actos de disposición del deudor a título gratuito u
oneroso, y adicionalmente unos requisitos particulares aplicables solo a, los
actos onerosos.

Los requisitos generales son:

A) Que el deudor renuncie a derechos o disminuya (esto es, total o


parcialmente) su patrimonio conocido.

B) Que con los actos del deudor de renuncia o disminución se se


perjudique el cobro del crédito.

Al respecto cabe destacar que, si bien los dos elementos clásicos de la acción
pauliana que persisten en las formas más tradicionales son el consilum
fraduis (conciencia del fraude) y el eventus damni (perjucio al acreedor, en
nuestra legislación no es necesaria la presencia del animus nocendi, es decir
la intención de causar daño del deudor o conciencia del fraude, pues puede
que este haya actuado sin intención y aún así causar perjuicio. Este es el caso
de la persona que, confía en que recibirá una determinada herencia y por
tanto dispone de sus bienes sin saber que fue removido en un posterior
testamento.

Como hemos mencionado, en el caso de pedir ineficacia sobre actos


onerosos son aplicables dichos requisitos generales añadiéndose algunos
requisitos particulares, estos dependiendo de si el acto del deudor es anterior
o posterior al crédito.

Si el acto de disminución patrimonial es posterior al crédito se requiere que


el adquirente actuara con mala fe, esto es, que haya tenido conocimiento del
perjuicio el acreedor o, estado en razonable situación de conocer la
existencia del crédito o de no ignorarlo.

Si el acto de disposición patrimonial es anterior al surgimiento del crédito, se


requiere que tanto el deudor como el tercero hubiesen celebrado con el
propósito de perjudicar la satisfacción de crédito del acreedor futuro, es

26
decir, solo en este supuesto se requiere de ambos elementos clásicos de la
acción pauliana el consilum fraduis y el eventus damni, pero debido a la
dificultad de probar que el deudor y el tercero celebraron el acto con el
propósito de causar un perjuicio, la ley también añade dos presunciones que
serán vistas más adelante.

3.1.5 Efectos

El principal efecto de la acción pauliana, esto es, declarar ineficaz el acto de


disposición del deudor, recae solo en el acreedor demandante. Entonces, en
sentido contrario afirmamos que, el acto de disposición resulta eficaz para el
resto de acreedores, para el deudor y para los terceros.

En lo que respecta en la relación entre el accionante y el adquiriente o


subadquiriente del bien, el primero de haber ganado la acción puede
embargar dichos bienes objetos de los actos de disposición discutidos en la
acción pauliana. En esta relación, es necesario aclarar que dicho embargo
procede en caso el acto sea a título gratuito, o que de haber sido a título
oneroso hubiera la presencia de la mala fe, esto es concurran los requisitos
previstos en los incisos 1 y 2 del artículo 195, porque como vimos la acción
pauliana se detiene en cuanto encuentra a un subadquirente a título oneroso
y de buena fe.

En lo que respecta a la relación entre el deudor y el subadquirente, el acto es


eficaz, es por ello que, cuando ya admitida la acción se pase a embargar el
bien, el excedente (remanente) que aparece cuando el crédito del acreedor
ya fue pagado en su totalidad, pertenecerá a dicho adquirente del bien,
habiendo sido este a título oneroso o gratuito en tanto se supone la presencia
de un daño.

De la misma forma, cabe destacar también que dicho acto es eficaz frente a
terceros.

Sobre si el fin principal de la acción es cobrar el crédito es necesario


detenernos, en tanto se podría confundir, si bien la persona que inicia la
acción pauliana tiene como fin último satisfacer su crédito, el carácter de la

27
acción se detiene el restablecimiento de la garantía común. Como afirma
Torres, su carácter es “conservatorio, no ejecutivo”.

Es por ello que nos vemos a veces en los supuestos en los que una persona
que habiendo iniciado un proceso contra su deudor moroso, pida finalizado
este que se pause la ejecución hasta que vía acción pauliana se restituyan los
bienes de los que pudo disponer el deudor en pleno proceso.

Por ejemplo, A inicia un proceso a B quien tiene con el primero una deuda
ya vencida, este casi finalizando el proceso y al ver que está por perderlo,
dispone de sus bienes en perjuicio de su acreedor, donando parte de su
patrimonio a la universidad donde estudió para que así A no pueda cobrar su
crédito. A puede pedir que se pause tal ejecución e iniciar la acción pauliana
de tal forma, que una vez restituidos los bienes A pueda cobrar su crédito.
Esto porque caso contrario, de haber ejecutado la sentencia sin recurrir a la
acción pauliana se vería imposibilitado de cobrar su crédito en su totalidad.

3.1.6 Carga de la prueba

El artículo 195 en su último párrafo se regula lo concerniente a la carga de


la prueba: “Incumbe al acreedor la prueba sobre la existencia del crédito y,
en su caso, la concurrencia de los requisitos indicados en los incisos 1 y 2 de
este artículo. Corresponde al deudor y al tercero la carga de la prueba sobre
la inexistencia del perjuicio, o sobre la existencia de bienes libres suficientes
para garantizar la satisfacción del crédito”.

Dicha sección hace referencia a que se deben probar los requisitos


establecidos en el mismo artículo, para los actos de disposición a título
gratuito, probar la existencia del crédito y la existencia de los actos de
disminución o disposición corresponde al acreedor; por otro lado, probar la
ausencia de perjuicio la tienen los pasivamente legitimados (deudor y
subadquirente)

Para los actos a título oneroso es necesario, en primer lugar si nos


encontramos en el supuesto del inciso 1, probar que el acto se haya realizado

28
con posterioridad al aparición del crédito y también probar que el tercero ha
actuado de mala fe.

Para el segundo supuesto encontrado en el inciso 2, se debe probar que el


acto es anterior al crédito, y además probar que “tanto el deudor como el
tercero que han celebrado de disposición con el propósito de perjudicar el
cobro del futuro crédito”44. Sin embargo, ante la dificultad de probar dicha
intención común, y con el fin de no desproteger al acreedor, se presume en
el deudor cuando ha dispuesto de bienes de cuya existencia había informado
por escrito al futuro acreedor. Y presume en el tercero adquirente cuando
este conocía (o estaba en aptitud de conocer) el futuro crédito, siendo que el
deudor carece de otros bienes registrados.

3.2Presunción de onerosidad y las garantías reales

Artículo 196.- Para los efectos del artículo 195, se considera que las garantías,
aun por deudas ajenas, son actos a título oneroso si ellas son anteriores o
simultáneas con el crédito garantizado.

El acreedor, como mencionamos en los actos que pueden ser impugnados, puede
pedir que se declaren ineficaces respecto de él los actos por los cuales su deudor
otorga garantías de tal forma que la posibilidad de cobrar su crédito sea afectado.
Este artículo se colocan el supuesto de que las garantías reales que el deudor
pudiese entregar para cubrir deudas propias o ajenas, se presumen onerosas si
son anteriores o simultáneas con el crédito garantizado. Estas bajo la necesidad
de probar la mala fe del acreedor beneficiario de la garantía.

3.3Derechos del tercero sub adquiriente

Artículo 197.- La declaración de ineficacia del acto no perjudica los derechos


adquiridos a título oneroso por los terceros subadquirentes de buena fe.

44
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, Lima, 2015, p. 832

29
Es común escuchar lo siguiente: “La acción pauliana se paraliza en tanto
aparezca un subadquiriente a título oneroso de buena fe” Y dicha frase verdadera
se relaciona con el artículo citado.

Cuando, por ejemplo, A presta determinada cantidad a B, y B dispone de sus


bienes a título oneroso, A tendría que probar la mala fe de ese tercero, si él es un
adquirente de buena fe, la acción pauliana no procede.

Tampoco procede la acción pauliana si, por ejemplo, B dispone de sus bienes a
título gratuito, esto puede ser, donar un determinado inmueble, y su donatario
vende dicho inmueble a C, esto es un adquiriente a título oneroso de buena fe. El
acreedor pudo haber impuesto una acción contra el donatario de B, pero como el
dispuso del bien y cayó en manos de la persona prevista en el artículo 198, la
acción de A resulta improcedente.

Entonces, pudo haber pasado que A le presto a B, B vende su propiedad a C, C


lo dona a D, D lo vende a E, E lo vende a F. A pesar de que en el anterior caso,
D fuese adquiriente de mala fe, al igual que E, A no podría presentar la acción si
el último adquiriente, F, fuera de buena fe. En sentido contrario, a pesar de que
D y E actuaran de buena fe, si el adquiriente actual, F, actuara de mala fe, la
acción pauliana si procede contra él. Esto se simplifica de la siguiente forma:
“En la transferencia de derechos a título oneroso, el subadquirente de mala fe no
se puede beneficiar de la buena fe de su transferente, así como el subadquirente
de buena fe no se puede perjudicar por la mal fe de su transferente.” 45

Para evitar aquellas engorrosas cadenas de subadquirientes que pueden


desembocar en alguno de buena fe, es recomendable que el acreedor solicite una
medida cautelar de anotación de demanda en los Registros Públicos, que se
regula en el Artículo 673 de nuestro vigente Código Procesal Civil, esto con el
fin de que, un vez anotada la demanda, el subadquirente no puede alegar la buen
fe en tanto se presume sin prueba en contrario (presunción iuris et de iure) que
toda persona tiene conocimiento del contenido de dichas inscripciones.46

45
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, Lima, 2015, p. 835
46
CC del 34, art. 2012.- Principio de publicidad. - Se presume, sin prueba en contrario, que toda persona
tiene conocimiento del contenido de las inscripciones

30
3.4 Improcedencia de la acción pauliana

Articulo 198.- No procede la declaración de ineficacia cuando se trata del


cumplimiento de una deuda vencida, si esta consta en documentos de
fecha cierta.

La acción pauliana no puede impedir que el deudor cumpla con sus


obligaciones ya vencidas, aun cuando con ello perjudique el pago de sus
deudas no vencidas. El vencimiento del plazo de una obligación es un hecho
natural en el cual el deudor no pone nada propio para perjudicar a los otros
acreedores y porque el acreedor pagado suum recepit47

3.5Limitaciones al derecho de un tercero adquiriente

Artículo 199.- El acreedor puede ejercitar frente a los terceros


adquirientes las acciones que le correspondan sobre los bienes objeto del
acto ineficaz.

El tercero adquiriente que tenga frente al deudor derechos de crédito


pendientes de la declaración de ineficacia, no puede créditos pendientes de la
declaración de ineficacia, no puede concurrir sobre el producto de los bienes
que han sido objeto del acto ineficaz, sino después que el acreedor haya sido
satisfecho.

Se señala que la ineficacia es doblemente relativa: principalmente relativo


porque la realización de la acción pauliana sólo beneficia al acreedor que la ha
propuesto y no a toda la masa crediticia; relativa, también, porque no se ven
afectadas los principales efectos del acto, sino sólo aquellos que impedirá al
acreedor actuar en vía ejecutiva sobre un bien ya extraño a la esfera
patrimonial del deudor48

Fundada la acción pauliana, el adquirente a título oneroso se encontrará


colocado en la posición de poseedor de mala fe, respondiendo por el deterioro

47
MESSINEO, Francesco, Manual de Derecho civil y comercial, trad. de Santiago Sentís Melendo, Ejea,
Buenos Aires, 1979, T IV, p. 151
48
COSTANTINI, Cristina. Gli effetti dell´azione revocatoria. En: The Cardozo Electronic Law Bulletin, Vol.
12, 2006, pág. 1. (http://www.jus.unitn.it/cardozo/Review/home.html).

31
o destrucción del bien, deberá asimismo reparar los daños y perjuicios que se
sigan al acreedor accionante, en los supuestos de transmisión posterior de los
bienes a un subadquirente de buena fe o cuando se le haya perdido el bien,
estando ante el supuesto de una responsabilidad aquiliana del tercer adquirente
contra el acreedor.49

Se añade, además, que la ineficacia pauliana se extiende al tercer adquirente a


título gratuito o a título oneroso de mala fe, no perjudica, por el contrario, al
adquirente a título oneroso de buena fe al momento de la adquisición.50

Como el acto es eficaz entre el deudor y el adquirente, si después de pagado el


crédito con el producto del remate queda algún remanente, este pertenece al
tercero adquiriente. Con la declaración de ineficacia vía acción pauliana, del
acto de enajenación, el bien no retorna más al patrimonio del deudor, sino que
permanece definitivamente el patrimonio del adquiriente, quien, al ser
despojado de dicho bien como consecuencia del remate, en aplicación del
artículo 1122, tiene derecho a que el deudor enajenante le restituya el valor del
bien en la parte que ha servido para la satisfacción del crédito. Por tanto, el
segundo párrafo del artículo 199 va contra el sentido común, por lo cual debe
ser suprimido51

3.6 Remisión

Articulo 200.- La ineficacia de los actos gratuitos se transmita como


proceso sumarísimo; la de los actos onerosos como proceso de
conocimiento. Son especialmente procedentes las medidas cautelares
destinadas a evitar que el perjuicio resulte irreparable.

Quedan a salvo las disposiciones pertinentes en materia de quiebra.

El articulo 200 regula el trámite procesal de los distintos casos de las acciones
paulianas. Cuando la transferencia es a título gratuito, el proceso sumarísimo es

49
LUCCHINI GUASTALLA, Emanuele. Voce: Revocatoria ordinaria (azione). En: AAVV. Il Diritto,
Enciclopedia giurídica, Volume 13, diretta da Salvatore Patti, Del Sole 24 ore, Milano, 2007, Pág. 469.
50
TORRENTE, Andrea y SCHLESINGER, Piero. Manuale di Diritto Privato, diciannovesima edizione, Giuffré
Editore, Milano, 2009, Pág. 452.
51
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, 5°ed, Instituto Pacífico SAC, Lima, 2015, p. 838

32
suficiente para acreditar la existencia de crédito, la gratuidad del acto de
disposición del deudor y la falta de bienes libres conocidos. La existencia del
perjuicio a los derechos del acreedor se presume cuando del acto del deudor
resulta la imposibilidad de pagar íntegramente la prestación debida o se
dificulta la posibilidad del cobro (art 195).52

Si el acto de disposición es un presupuesto de la declaración de quiebra del


deudor, son de aplicación las disposiciones del Derecho concursal), regido por
los principios de universalidad, colectividad y el principio de proporcionalidad
entre los acreedores.53

52
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, Lima, 2015, p. 839
53
TORRES, Aníbal, Acto jurídico, Vol. II, Lima, 2015, p. 841

33
CAPÍTUL
O IV

34
4. ACCIÓN PAULIANA EN EL DERECHO COMPARADO.

4.1. La acción pauliana en Alemania

En el Derecho alemán, la acción pauliana o revocatoria, de acuerdo con Nadja


Hoffmann, profesora de la Univeridad de Humboldt de Berlín, en el ordenamiento
germano, la institución referida, presenta históricamente varios elementos,
mismos que, de una manera u otra se ajustan a los exigidos por los sistemas latino
romanos, en este caso la doctrina alemana habla de los siguientes elementos para
el ejercicio de la pauliana:

Alienatio (Alienación)

Eventus fraudis (Perjuicio)

Fraus (Fraude)

Participatio fraudis (conocimiento del fraude)

De esta primera aproximación, se puede rescatar de primera entrada, en lo que


concierne a los requisitos formales para el ejercicio de la acción revocatoria 54,
cuales en la doctrina alemana, se encuentran más esquematizados que en nuestro
ordenamiento y (de lo que se puede rescatar de lo dicho por la doctrina, como
parte de un sistema escrito con influencia latino-romana) que si bien y es cierto
tienen semejanzas en tanto que, del eventus damni y consilium fraudis, se pueden
extraer los cuatro elementos que recoge la doctrina alemana, lo interesante es que
de una manera legal establecida por el legislador, esquematiza en cuatro los
requisitos para poder concretar, eficazmente, el ejercicio de la acción pauliana o
revocatoria, reconociendo, individualmente, el fraude; la alienación, algo
importante, que exista un perjuicio, y el conocimiento por parte del tercero de los
hechos o (como cita la autora) el participatio Fraudisk.

En nuestra doctrina y legislación también son reconocidos, sin embargo, se llega a


la misma conclusión, pero por doctrina no por una clasificación formal echa de
antemano. La acción pauliana, en el contexto normativo del Derecho alemán para
su ejercicio, tiene sus bases, en dos cuerpos normativos distintos,
esquemáticamente hablando habrá que determinar si se trata de un proceso de

54
FORNER Delaygua Joaquín. La protección del crédito en Europa: La acción pauliana. Pág. 17

35
ejecución colectiva, sea este un juicio universal, llámese quiebra o cesación de
pagos, por una parte, cuyas normas se encuentran contenidas en respectivo
Reglamento de Insolvencia o bien llamado InsO, mientras que, si por otro lado, se
trata de un acreedor que desea realizar la impugnación de un acto en contra de su
deudor debe utilizar las normas que se encuentran en la Ley sobre la impugnación
de actos jurídicos de un deudor fuera del procedimiento de insolvencia, o también
conocida como AnfG.

Ante esto explica Hoffmann55, existen similitudes y diferencias entre ambas leyes,
aunque en ambas leyes la impugnación tiene los siguientes presupuestos: se
refiere a actos jurídicos, a un momento concreto respecto a dichos actos, exige que
los acreedores se hayan visto perjudicados por dichos actos y, contiene requisitos
subjetivo; estos requisitos, así como lo relativo a las partes implicadas y a la
aplicabilidad, se pueden tratar de forma conjunta. Respecto a la naturaleza de la
impugnación la controversia es también prácticamente idéntica, así es que a partir
de la función de la impugnación de la insolvencia como protección de la masa y
del principio del par conditio creditorum se han desarrollado supuestos de hecho
adicionales que van más allá de los recogidos en el AnfG de este modo, la
diferencia esencial entre la impugnación según la AnfG y la InsO, consiste en que
la AnfO surte efectos respecto a acreedores individuales, mientras que en la InsO
el centro de interés está en los intereses de la masa y, por tanto en el beneficio de
todos los acreedores.

Con estas palabras se puede observar, claramente, como el esquema de la


legislación alemana quiebra en dos cuerpos normativos distintos, que regulan de
manera especializada un tema, en este caso, las relaciones que se dan entre
acreedores y deudores, que se materializará de forma individual o colectiva, según
sea el caso, siendo en igual forma la legislación aplicable y por ende, el uso de la
pauliana, terminará sujeto a que se generen o no presupuestos para su uso, es
decir, el ejercicio de la pauliana, quedara sujeto a que se trate de acreedores
quirografarios o bien, acreedores individuales, así como que se trata de un
comerciante o no.

55
Óp. Cit. La Protección de crédito en Europa… Pág. 20 178

36
4.1.1 Requisitos Generales de la impugnación de la insolvencia y de los
acreedores

Se analizan los requisitos necesarios para el ejercicio de la pauliana en el


Derecho alemán, desde la óptica de AnfG e InsO, donde se encuentra nuestra
herramienta protectora de créditos. En este sentido: la gran diferencia, que
existe entre estos dos procedimientos es que en la AnfG participan tres
personas (deudor, beneficiario y acreedor), en cambio en la InsO, solo
participan en el procedimiento el síndico y el beneficiario, lo anterior de
acuerdo con las partes interesadas. De acuerdo con la doctrina consultada 56 se
observa: Las transacciones realizadas antes de la apertura de un procedimiento
de insolvencia y perjudicar a los acreedores del procedimiento de insolvencia
puede ser impugnada por el administrador de la insolvencia en virtud de los
artículos 130 a 146. No es necesario que exista una imposibilidad material de
pago.

Lo decisivo es que el órgano encargado de la ejecución haya realizado la


notificación correspondiente al acreedor. Por otra parte, solo cabe demandar al
receptor de la prestación impugnada si se trata de prestaciones indirectas solo
se puede actuar contra el intermediario; si este ha obtenido alguna
contraprestación que a su vez sea impugnable.

Tipológicamente se establecen tres tipos de perjuicios:

a) actos jurídicos que producen una disminución patrimonial,

b) aquellos que aumentan las deudas y

c) aquellos que producen reestructuraciones del patrimonio.

Las denominadas causas de reserva, actos jurídicos, que se hubieran realizado


al margen del cuestionado, no han de ser, en principio, tenidas en cuenta,
aunque no excluyen la impugnación, lo mismo es válido para las obligaciones
personales del deudor, como por ejemplo las derivadas del contrato de trabajo.

En lo que queda por hablar del derecho alemán, basta con revisar lo
concerniente a la Vorsatzanfechtung, como presupuestos de hecho para

56
Óp. Cit. La protección de crédito en Europa… pág. 23. 179

37
situaciones especiales contemplados en la legislación alemana. 57 Este hecho, de
verdad resulta ser interesante en el derecho comparado, ya que limita a un
espacio temporal limitado, las adquisiciones a título gratuito, pudiendo quedar
liberados dichos traspasos, sino se logran probar al momento de la
impugnación.

De esta manera, podría ocurrir perfectamente que, antes de que se decrete una
quiebra, o se realice una impugnación por parte de un acreedor, eventualmente,
no podrá recuperar los bienes que hayan sido traspasados a título gratuito por
parte del deudor tiempo atrás, sino solo al momento de la impugnación. Esto
deja prácticamente reducidas las armas y estrategias probatorias para evitar la
salida de donaciones, en lo que respecta a probar un posible eventus damni y
concilium fraudis.

Como dice la doctrina alemana, a través de Hoffmann58 , los legitimados


pueden ejercer esta institución, cuando se trate de un acto realizado con la
intención de perjudicar a los acreedores y el beneficiario conociera tal extremo,
así como el periodo para interponer la impugnación, que pasó de 30 a 10 años.

4.2.- La acción Pauliana en Francia

Si bien no ha sido mencionado expresamente por el artículo 1167 del Code Civil
francés (que exclusivamente se refiere al fraude), el eventus damni ha sido y es
considerado presupuesto esencial de la acción pauliana59. El artículo 1167 del
Código Napoleónico es la única norma que hace referencia a este mecanismo de
defensa, siendo la jurisprudencia francesa la que ha asumido el desarrollo del
régimen jurídico del fraude a los acreedores. 60 Dicho artículo se ubica
legislativamente entre los efectos del contrato (efectos respecto a terceros), siendo
criticada por la doctrina francesa, debido a que la considera efecto de todas las
obligaciones y no solo las nacidas del contrato.

57
Óp. Cit. La Protección del Crédito en Europa… pág. 29 322
58
Ibídem. Pág. 31
59
LUCCHINI GUASTALLA, Emanuele. Op Cit. Pág. 333.
60
JEREZ DELGADO, Carmen. Op Cit. Pág. 63

38
Según la doctrina francesa, que ha desarrollado el tema a falta de mayor
regulación del Code Civil, señala que la acción va dirigida contra el tercero
adquirente, y contra los eventuales subadquirentes, pero no contra el deudor
porque resultaría inútil, pues es insolvente, aunque se da potestad al tercero para
pedir su participación61.

Como presupuestos para la ejercicio de la acción pauliana, están que exista un


derecho de crédito (el cual debe ser cierto, líquido, exigible y anterior al acto
impugnado, no incluyendo por ello a los acreedores con crédito condicional, a
diferencia de nuestro Código Civil), que el mismo haya sufrido un perjuicio como
consecuencia de la realización del acto impugnado62.

La doctrina francesa (MAZEAUD, CHABAS, GHESTIN), distingue dos


hipótesis: empobrecimiento real (appauvrissement réel), que se requiere el
empobrecimiento del deudor por efecto del acto impugnado; y, empobrecimiento
aparente (appauvrissement apparent), considerando la disminuida posibilidad de
satisfacción del crédito, sea por una sustitución de bienes fácilmente atacables por
el acreedor con bienes fácilmente ocultables por el deudor. Respecto al aspecto
subjetivo, aún el fraude es un requisito esencial para el ejercicio de L´action
paulienne, pero no existe en el Code Civil presunciones de fraude, es la
jurisprudencia que ha diseñado el régimen según se trate de actos a título oneroso
o gratuito, siguiendo el sistema italiano. No hay consenso en doctrina y
jurisprudencia francesa respecto al contenido del fraude, si basta con el
conocimiento o hace falta la intención de perjudicar, optándose alternativamente
por ambas fórmulas: el primero para actos gratuitos y el segundo para actos
onerosos.

“Si el acto impugnado se realizó a título oneroso, su revocación exige que el


acreedor pruebe que el deudor obró con voluntad de defraudar y en
colaboración con el tercero; mientras que si se trata de un acto gratuito es
suficiente la prueba de que el deudor tuvo conocimiento del daño.”63

61
DE PAGE, PLANIOL/RIPERT, según cita FERNANDEZ CAMPOS, Juan. Estudio comparado de la
impugnación de actos jurídicos realizados en fraude de acreedores. En: Anales de Derecho, N° 13,
Universidad de Murcia, 1995, Pág. 42.
62
Conforme SINAY, GHESTIN, LOUSSOURAN, MAZEUD, MARTY, RAYNAUD, JESTAZ,
MESTRE, según indica JEREZ DELGADO, Carmen. Op Cit. Pág. 64 y 65.
63
Ibidem, Pág. 65.

39
FERNANDEZ CAMPOS advierte que en el terreno de la prueba, la intención de
dañar será necesaria, pero no se exigirá la prueba directa, sino que se deducirá
dicho propósito del simple conocimiento de un perjuicio causado a un acreedor64.

Como tema especial, la doctrina francesa duda respecto a impugnar los pagos,
excluyendo de la acción el pago de deudas vencidas y exigibles, aunque
GHESTIN, con razón, observa que el pago de uno de los acreedores en estado de
insolvencia supone para los demás un daño si la disminución patrimonial
imposibilita que cobren la totalidad de su crédito, admitiendo por tanto la
impugnación de pagos, pero deberá probarse que fueron hechos y aceptados con
intención de dañar a los restantes acreedores.

Sobre su naturaleza la doctrina después de mucho debate ha optado por una línea
ecléctica atribuyendo a la acción pauliana un carácter de nulidad pero con
finalidad de reparar un perjuicio. Respecto a sus efectos, la doctrina francesa hace
referencia, en relación a sus efectos, como una action en inopposabilité, teniendo
un efecto de ineficacia solo frente al acreedor impugnante, como en Italia,
partiendo de la evolución de la teoría de la nulidad.

4.3.- La acción Pauliana en Italia

Regulada en el artículo 2901 del código civil italiano, y es entendida como un


medio para tutelar el interés de los acreedores en contra de los actos fraudulentos
del deudor, tendentes a disminuir o alterar su patrimonio de tal modo que se vea
frustrada la realización coactiva del crédito por parte de los acreedores.
MESSINEO considera que

“la acción revocatoria (arts 2901 y sigtes.) -denominada también pauliana-


presupone igualmente, como la subrogatoria, un daño (“perjuicio”) proveniente al
acreedor del comportamiento del deudor; pero, mientras en el caso de la
subrogatoria, éste es meramente pasivo (omisivo), el comportamiento del deudor
(que legitima el ejercicio de la acción revocatoria) es, por el contrario, activo, en
cuanto conduce (o puede conducir) a la pérdida del patrimonio, poniendo en
64
FERNANDEZ CAMPOS, Juan. Op Cit. Pág. 43.

40
peligro la posibilidad del cumplimiento. Tal comportamiento se concreta en actos
de disposición de elementos de patrimonio, ya sean los mismos bienes muebles
(comprendidos los derechos de crédito) o (más a menudo) inmuebles (nexo de
causalidad entre el acto de disposición y el perjuicio o daño)”65.

Es distintiva la regulación que se da en este país de la acción en comento, debido


a que esta es abordada por el código civil italiano en cuatro artículos (2901-2904):

I.- En el artículo 290166, en su primer inciso, encontramos lo esencial de esta


acción, y en sus numerales se establecen sus requisitos, dentro de los cuales
se encuentra, en el numeral primero, expresamente consagrada la hipótesis
en que el fraude fue cometido con anterioridad al nacimiento del crédito,
exigiendo que el acto haya sido dolosamente preordenado con el fin de
perjudicar a su acreedor;

II.- El artículo 2902 se refiere a los efectos de la admisión de la demanda;

III.- El artículo 2903 establece un plazo de prescripción de 5 años para esta


acción;

IV.- Por último, el artículo 2904 marca el límite de aplicación de las normas
referentes a la acción revocatoria, diferenciando la regulación en materia
concursal y penal que de esta misma se hace.

Se puede apreciar de esta manera, el distinto tratamiento que se da de la acción


pauliana en el derecho civil italiano, especialmente si lo comparamos a la
regulación normativa en nuestro ordenamiento civil, y como ya mencioné, esta
acción se aborda en un solo artículo.

A) Requisitos de ejercicio:

I.- En cuanto al acto susceptible de atacar por medio de esta acción:

En cuanto a esto, el 2901 habla de actos de disposición, los cuales deben


“(…) entenderse en su mayor amplitud, en el sentido de sustracción, aun
65
MESSINEO, F.: Manual de derecho civil y comercial, (Traducción de SENTIS MELENDO, S.), Buenos
Aires, Ediciones Jurídicas Europa-América, Tomo IV, 1979, p. 150.
66
Article 2902: Toutes les actions, tant réelles que personnelles, sont prescrites par trente ans, sans que
celui qui allègue cette prescription soit obligé d'en rapporter un titre ou qu'on puisse lui opposer
l'exception déduite de la mauvaise foi –“Todas las acciones, tanto reales como personales, prescriben en
treinta años, pero el que alega esta prescripción es obligado a llevar un título, se podrá oponerse a ella
deduciendo la excepción de mala fe”- (Traducción libre).

41
virtual, de elementos al patrimonio del deudor, como actos de enajenación o
de renuncia (…)”67.Este mismo artículo, da un ejemplo de esto en su apartado
segundo cuando “(…) enumera, entre los actos de disposición, las
prestaciones de garantía, también por deudas ajenas (prenda, hipoteca, fianza)
(…)”68.Como regla general, se exige la anterioridad del crédito respecto del
acto fraudulento. Esto por las mismas razones señaladas con anterioridad,
pues antes del crédito, el acreedor no ostentaba esa calidad, por tanto no
tendría interés ya que no tiene derecho a contar con los bienes que formaban
parte del patrimonio del deudor antes de tener un crédito en su contra.

Pero esto tiene una excepción, y es el caso en que, aunque el acto fraudulento
sea anterior al nacimiento del crédito, el fraude haya sido preordenado
dolosamente por el deudor con el objeto de impedir la satisfacción de los
derechos de su acreedor futuro. Esto es muy destacable, puesto que se
consagra expresamente esta hipótesis en la normativa civil italiana, lo que no
ocurre así en nuestra legislación civil69.

II.- Respecto a la situación del acreedor:

El acreedor tendrá interés, cuando concurra el eventus damni, al cual me he


referido, y en que en el ordenamiento italiano goza de cierta particularidad.
En efecto, “(…) no es indispensable que el perjuicio (o daño) a los derechos
del acreedor sea actual; es suficiente que sea meramente virtual, siempre que
sea tal que permita prever que, por el empobrecimiento que se determinará en
el patrimonio del deudor, aun cuando éste no llegue a ser insolvente, el
acreedor, en el momento del vencimiento de la obligación, no encontrará en
los bienes que resten materia suficiente para satisfacer los propios derechos
(…)”70.

Esto último indica que el eventus damni es entendido como un peligro de


daño, no es requerido un perjuicio actual, o que el patrimonio del deudor sea
insuficiente para satisfacer su interés, sino que en verdad este mero peligro de
daño es suficiente motivo para impetrar la acción pauliana. Se presentará este

67
MESSINEO, F.: Op. cit. (n. 113), p. 151.
68
Ibídem.
69
Cfr. Ídem, p. 152.
70
Ibídem.

42
peligro cuando por un acto de disposición, las expectativas del acreedor
corran riesgo de ser frustradas, parcial o totalmente. 71 Por esta razón, es que
se permite expresamente (primer inciso del 2901) a los acreedores
condicionales y a término el ejercicio de esta acción, aunque para estos no ha
habido incumplimiento ni posibilidad de ejecución forzosa.72

La Corte di cassazione se ha referido a este aspecto en diversos fallos. En


efecto, estima que no es necesario el estado de insolvencia del deudor para
ejercer la acción en comento, basta que existe un peligro en la realización del
crédito por parte del acreedor.73 En el mismo sentido, se considera presente el
eventus damni, incluso cuando es más dificultoso la ejecución coactiva del
crédito, como también cuando existe una pérdida parcial del derecho de
garantía general.74

III.- Respecto del deudor fraudulento:

El requisito subjetivo que se exige es el consilium fraudis. Este se entiende


por parte de la doctrina italiana como “(…) el conocimiento (o conciencia), o
previsibilidad de fraude (consilium, o scientia, o conscientia fraudis) -con
mayor razón, si se trata de intención dolosa- de disminuir, mediante actos de
disposición, la garantía constituida por sus bienes”75.

IV.- Terceros adquirentes:

La misma lógica, respecto a este punto hay que hacer la distinción entre actos
a título oneroso y a título gratuito, con los mismos fundamentos, por ello me
remito a lo anteriormente dicho.

Esta acción conlleva una declaración de ineficacia respecto del acto


impugnado, y además sólo frente al acreedor impugnante. Por ende, en este
ordenamiento se la considera como una acción de inoponibilidad. Esto
producto del código de 1942, ya que en la legislación anterior se consideraba

71
Cfr. FERNÁNDEZ CAMPOS, J.: Op. cit. (n. 112), pp. 644-645.
72
Cfr. FERNÁNDEZ CAMPOS, J.: Op. cit. (n. 112), p. 646.
73
Corte di cassazione, número 8930, 1 de diciembre de 1987
74
Corte di cassazione, número 2400, 22 de marzo de 1990
75
MESSINEO, F.: Op. cit. (n. 113), p. 153.

43
a esta acción como un medio para invalidar el acto de disposición efectuado
por el deudor.76

B. Efectos de esta acción:

I.- Va en exclusivo beneficio del acreedor que la ejerce, por ello es una acción
individual;

II.- Operará en contra del tercer adquirente del cual se ha verificado el


consilium fraudis;

III.- Respecto de los subadquirentes, se sigue la misma solución de nuestra


doctrina, esto es, distinguir entre actos gratuitos (en que la buena o mala fe
del tercero y del subadquirente es irrelevante) y los actos onerosos;

IV.- Opera sólo en los límites del daño declarado;

V.- Se establece una prelación en favor del acreedor impugnante, en contra


del tercero adquirente que tenga derechos de resarcimientos en contra del
deudor, producto de la revocatoria.

C. Prescripción:

Es sustancialmente menor el tiempo de prescripción de esta acción en el


derecho italiano, en contraposición con lo que se establece en la órbita
francesa. El código civil italiano, en su artículo 2903 establece un plazo de
prescripción de 5 años para esta acción contados desde la fecha del acto.77

76

77
Article 2903: L'azione revocatoria si prescrive in cinque anni dalla data dell'atto –“Esta acción
prescribirá contados cinco años desde la fecha del acto”

44
CONCLUSIONES

A lo largo del presente trabajo se revisó el estado actual de esta acción en nuestro
ordenamiento, esto es: su concepto, objeto, elementos, requisitos, carácter y efectos. Se
pudo dar cuenta de que en nuestra doctrina y jurisprudencia nacional, aún no hay
espacio para que los acreedores cuyos créditos no sean actualmente exigibles, ya sea por
un plazo o condición pendiente, tengan la posibilidad de ejercer la acción pauliana.

Esto por simples razones, en cuanto a que estando pendiente la condición no hay
obligación, y estando pendiente el plazo el crédito no es exigible, pero también por el
carácter propio de esta acción.

No es concebible la acción revocatoria en términos conservativos, es decir, no se


admite el ejercicio de esta acción para efectos de mantener la integridad del patrimonio
del deudor, puesto que su ejercicio se supedita a un momento más crítico; cuando el
deudor no tenga con qué pagar sus deudas. Distinto es en legislaciones como Italia y
Francia o Alemania, en que se permite el ejercicio de la acción en comento por parte de
acreedores cuyos créditos no sean actualmente exigibles (esta posibilidad se consagra de
manera expresa en la órbita italiana), en razón a que basta un atentado al derecho de
garantía general de los acreedores (con actos efectivos y que realmente pongan en
peligro la satisfacción de sus créditos) -para el caso italiano-, como también por
atribuírsele un carácter conservativo del patrimonio del deudor -en tales países-.

En cuanto a la preordenación del fraude, falta un mayor desarrollo doctrinal y


jurisprudencial en nuestro país, teniendo en cuenta la relevancia práctica que esta
hipótesis puede llegar a tener. Relevancia que si es tomada en cuenta en Francia, Italia y
Alemania, en que no es extraño para estos ordenamientos que los deudores puedan
celebrar actos fraudulentos teniendo el preciso objetivo de perjudicar a su acreedor
futuro.

Cabe señalar que, en todas esas órbitas, la regla general es la anterioridad del
crédito al fraude, lo cual es aceptado en doctrina y jurisprudencia, sin embargo puede
ser relativo. Sin embargo, en nuestro país, este principio actualmente pareciera gozar de
carácter absoluto.

45
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