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ÉTICA

Primera Unidad: Fundamentos filosóficos de la ética

Alcanzar un estilo de vida agradable y cómo mantenerlo son temas que, desde
siempre, han sido objeto de la especulación humana; la multiplicidad de actos posibles para
el ser humano pueden concretarse de dos formas: buena o mala. Desde sus inicios, la
humanidad ha formulado diversas interrogantes sobre la vida en su conjunto: ¿existe una
forma buena o mala de vivir? ¿Existe un tipo o método ideal de la buena vida? ¿Dónde
podemos encontrarlo? ¿Cuán imperativa es la exigencia de seguirlo? Si bien no se tienen
registro de estas especulaciones, podemos suponer que ya en la prehistoria la humanidad
encontró algún tipo de respuesta, por ejemplo, mediante la elaboración de códices que
registraban las costumbres de aquellas tribus. Se trata de un conocimiento pre-científico;
aún atada a los errores y vicisitudes del pensamiento, a partir del material sugerido por
estos códigos primitivos de conducta, una inteligencia despierta podría trazar una ciencia de
la buena vida.
El paso del conocimiento no-científico al científico comenzó en la cultura
occidental, con lxs griegxs. En el siglo IV antes de Cristo, habían reducido las
especulaciones primitivas a una especie de orden o sistema, integrándolo en un cuerpo
general de sabiduría llamado filosofía; en el tiempo de los sofistas y de Sócrates, el
cuestionamiento sobre el entorno y el universo comenzó a recaer en el sujeto, en la vida
humana y la sociedad. Así, nada sería demasiado sagrado para impedir que fuera
cuestionado. Más tarde, en cuanto los navegantes y colonizadores entran en contacto con
diversos pueblos, con sus propias leyes, costumbres e instituciones, comienzan a
preguntarse a sí mismos si las suyas realmente eran tan superiores y, de ser así, por qué. Su
estudio llevaría, con el tiempo, a un exhaustivo examen de toda la conducta humana, pilar
central de aquella parte de la filosofía conocida como ética.

Origen de la ética:
La palabra ética proviene de ethos, esto es, la forma alargada de ethos. Si bien
ambas palabras denotan „costumbre‟, ethos indica un mayor grado de inmovilidad y se
utiliza a menudo para designar el carácter del hombre.
La palabra latina para costumbre es mos; su plural, mores, es el equivalente del
ethos griego. De mores derivan las palabras moral y moralidad.
La ética, por derivación, también es conocida como filosofía moral, ya que se
refiere al estudio de las costumbres humanas. Ahora bien, se debe diferenciar entre dos
ideas: por un lado, existen ciertas convenciones sociales (o maneras) que varían de acuerdo
a un lugar y época determinada y que podemos modificar a voluntad: modales, modos de
vestir, formas del lenguaje, etc.; por otro, encontramos costumbres fundamentales que
marcan el deber ser, lo correcto, y que derivan de un principio inherente al propio ser
humano antes que de un capricho antojadizo: decir la verdad, honrar a nuestrxs
progenitorxs, respetar la vida, etc. En el último caso se habla de moral, el objeto de estudio
de la ética. En otras palabras, la ética puede definirse como el estudio de lo que ésta bien y
lo que está mal, de lo bueno y de lo malo, en la conducta humana.
Su relación con otras disciplinas
Si bien la ética se vincula tanto con las demás ramas de la filosofía, a la que pertenece,
como con otras ciencias sociales y humanas, pues todas abarcan el mismo objeto de estudio, su
punto de vista es específico, diferenciador.

1. La ética y la antropología:
a. Similitud: ambas se b. Diferencia: la antropología estudia el origen y el
ocupan de las costumbres desarrollo de las costumbres humanas sin formular juicio
humanas características en alguno sobre ellas, simplemente atestigua su existencia; la
diversas culturas y ética, por el contrario, recurre a los datos recabados por
civilizaciones. la antropología para criticar su valor moral.

2. La ética y la psicología:
a. Similitud: ambas se b. Diferencia: la psicología estudia de qué modo se comporta el
ocupan de la conducta ser humano y por qué (sanidad/locura o excentricidad psíquica),
humana, esto es, de las mientras que la ética reflexiona en torno al cómo debería hacerlo
capacidades y actos del y analiza el carácter del acto mismo (santidad/pecado o
ser humano. depravación moral). Así, la ética dependa de la psicología para
comprender el funcionamiento de la mente humana.

3. La ética y la sociología/economía/ciencia política:


a. Similitud: b. Diferencia: la sociología/economía política/ciencia política se
todas estudian ocupan de las instituciones sociales, económicas y políticas creadas
la vida social por la humanidad (cuáles son, cómo son/funcionan, etc.), mientras que
del individuo. la ética se centra en cómo deberían ser, basándose en los derechos
humanos y los deberes de la humanidad. Para lograr solucionar los
males que aquejan a la humanidad, se requiere que las tres acudan a la
ética, dando origen a la filosofía social, económica o política.

4. La ética y el derecho:
a. Similitud: ambas se b. Diferencia: el derecho civil solo se ocupa de los actos externos
ocupan de lo que y la legalidad positiva (crimen, inmunidad legal, respetabilidad
debería ser, si bien el externa, etc.), en tanto la ética se ocupa de los actos internos de
derecho civil y la ley la voluntad y del tribunal de la conciencia (pecado, valor moral,
moral no siempre se virtud del alma, etc.). La filosofía del derecho (o jurisprudencia)
corresponden de conjuga ambos saberes al estudiar cómo se deberían elaborar e
manera exacta. interpretar las leyes.

Naturaleza y objeto de la ética

1. Definición de ética

Las ciencias humanas estudian al ser humano y sus acciones desde diversas aristas.
La lógica, por ejemplo, se interesa por el orden a la verdad y la corrección formal de los
actos cognoscitivos; la psicología considera los actos humanos como acciones vitales que
proceden del alma, según determinado proceso; la gramática busca la corrección
lingüística; y, la retórica, la eficacia persuasiva del discurso.
La ética, por su parte, se ocupa de la moralidad. Esta cualidad solo atañe a los actos
humanos, en tanto proceden de la libertad en orden a un fin último, y determina si un acto
es bueno o malo en un sentido muy concreto (no abarca aquellos actos o movimientos
obligados o coaccionados).
La inteligencia advierte de modo natural la bondad o maldad que subyace en los
actos libres; cualquiera puede experimentar cierta satisfacción o remordimiento por las
acciones realizadas. Sin embargo, ¿qué es el bien y el mal? ¿Por qué algo se define como
bueno o malo? La contestación de tales interrogantes deriva en el estudio científico de los
actos humanos en términos de bondad o maldad. Esto es la ética: aquella parte de la
filosofía que estudia la moralidad del obrar humano.

Objeto material de la ética Objeto formal de la ética


Los actos humanos, diferenciándolos de los El punto de vista desde el cual estudia los actos
actos del hombre. Los primeros corresponden a humanos es el de su rectitud moral (moralidad).
las acciones libres que el ser humano es dueño Si bien tenemos una idea espontánea o
de hacer u omitir, de realizar de un modo u otro. inconsciente de la existencia y naturaleza de la
Estos actos proceden de la voluntad libre y moralidad, su definición constituye uno de los
deliberada; son racionales. Por tanto, los actos primeros problemas de la ética. Al respecto,
humanos son aquellos que realiza un individuo basta considerar que la bondad o rectitud moral
de la especie humana en el uso de su razón del acto humano:
(tiene conciencia de lo que hace y de sus I. debe entenderse a la luz de la relación que
consecuencias, por lo que puede ser establece cierto acto libre con el fin último del
responsabilizado por ello): amar, desear, hablar, ser humano.
trabajar, etc. Los segundos, los actos del II. se distingue de: a) la bondad ontológica que
hombre, no son libres, bien porque son tiene todo acto, en cuanto a que es; b) la bondad
involuntarios o fruto del desconocimiento (los técnica o útil, es decir, la utilidad para un fin
actos de una persona enferma, por ejemplo). restringido y particular, según las reglas de un
También pertenecen a esta categoría los actos arte o una técnica determinada; y c) del agrado
derivados de la fisiología: crecimiento, o placer que pueda producirnos una actuación.
circulación de la sangre, respiración, etc.

2. Características de la ética
Ética: ciencia práctica de carácter filosófico.

a. Es ciencia: dado que una ciencia b. Es práctica: porque no se c. Es de carácter


supone un conjunto ordenado de detiene en la contemplación de filosófico (debido a
verdades universales, sustentadas en la verdad, sino que aplica ese ello, también es
su demostración y fundamentadas en saber a las acciones humanas. conocida como
el conocimiento de sus causas, la ética, Mientras las ciencias filosofía moral): pues
en tanto expone y fundamenta especulativas se limitan a recurre a verdades
científicamente los principios conocer realidades que no encontradas por otras
universales que rigen la moralidad de dependen de la voluntad disciplinas filosóficas,
los actos humanos, se distingue del humana, la ética se ocupa de la especialmente la
conocimiento moral espontáneo. Así, condición libre del ser metafísica y la teología
existen criterios válidos para cualquier humano, proporcionándole las moral; la ética no
tiempo, lugar y circunstancias: el normas necesarias para obrar podría determinar el
asesinato es malo, los impulsos bien. Se transforma entonces orden moral que los
sensibles deben moderarse a través de en una ciencia normativa que actos libres del ser
la razón, etc. Si bien ciencia y ética regula conductas y prohíbe humano deben cumplir,
difieren en la forma en que alcanzan y ciertos actos en aras de sin atender a lo que el
explican la verdad, solo se opondrán impulsar el recto actuar de una resto de la filosofía
cuando uno de ellas -o ambas- se persona. enseña sobre Dios, la
equivoque, en cuyo caso podrá Aristóteles afirma que la creación, el bien y el
corregirse en base a la otra. finalidad de la ética no es mal, la naturaleza
En cuanto conocimiento universal, la “saber qué es la virtud, sino humana, etc. Además,
ética se distingue del conocimiento [enseñarnos] a hacernos la ética sigue un
moral particular (juicio de la virtuosos y buenos”. La método afín al de la
conciencia, dictámenes de la voluntad juega, en este metafísica; partiendo de
prudencia, etc.), referida a la sentido, un papel esencial en la la experiencia sensible,
moralidad de una acción concreta, adquisición del saber moral y llega al conocimiento
realizada por una persona determinada la comprensión de la ética, racional del ser de las
en unas circunstancias específicas, como tal: no es fácil considerar cosas. Esta
aunque esta diferencia solo se refiere a el recto orden de las acciones característica la
la oposición universal/particular; el si la voluntad no está dispuesta diferencia de la teología
recto conocimiento particular no es a aceptarlo. La influencia de la moral, fundamentada en
más que la aplicación de conceptos voluntad es aún más decisiva la revelación
universales y verdaderos a casos en el conocimiento moral sobrenatural, y de las
concretos, ya fueran obtenidos de particular (conciencia y ciencias positivas, que
manera científica o espontánea. prudencia). no suelen trascender el
plano de los hechos o
fenómenos.

3. División de la ética

La ética constituye una sola ciencia dado que estudia todos los ámbitos en que
interviene la libertad humana bajo los mismos principios fundamentales o criterios morales
generales, válidos para distintos aspectos de la vida humana (personal, familiar, social,
etc.). No obstante, suele dividirse en varias partes. Los antiguos, siguiendo a Aristóteles,
hablaban de ética monástica o personal, económica o familiar y política o social; a partir
de Grocio, Thomasius y Kant, se instaura la costumbre de separar la moral del derecho con
la intención de señalar que la moralidad interior y la justicia exterior se rigen por principios
diferentes. Desde una perspectiva actual, esta división no parece aceptable en tanto lesiona
la unidad de la ética: aunque la moral y el derecho no se identifiquen plenamente, el
derecho y el orden de la justicia tienen una esencia moral. En este caso, se distinguirá entre
dos aspectos inseparables: el ser humano es social por naturaleza y, por ello, busca el fin
último de unirse con los demás.

a. Moral general: estudia los b. Moral especial o social: aplica los principios de la
principios básicos que determinan la moral general a la vida del ser humano en sociedad. En
moralidad de los actos humanos: el fin razón de ello, sus principales temas son: la familia, el
último, la ley moral, la conciencia, las bien común, la autoridad y el gobierno, las leyes civiles,
virtudes, etc. la ordenación moral de la economía, etc.
Segunda unidad: la moral

Los problemas asociados al ámbito laboral no solo se instalan en el plano lógico o


estructural, sino que también abarcan una dimensión valórica referida a la toma de
decisiones en las que se comprometen capacidades intelectuales y de orden moral,
problemáticas en tanto no se diferencia claramente entre la valoración y desvalorización de
las acciones. De allí la importancia de que exista un estudio de transversalidad valórica que
busque una reflexión sistemática en torno a la dimensión moral del ser humano.

2.1 Conceptos generales:

Origen etimológico de la palabra „moral‟:


La palabra moral proviene del latín mos (costumbre o carácter), utilizada por lxs
romanxs. Para lxs griegxs, el concepto de moral equivalía al de ética (del griego ethos); así,
ética y moral serán usadas indistintamente. Nuestra cultura, bajo el influjo de España y su
concepción de las costumbres, la concibe con un carácter más amplio que considera los
problemas trascendentales, opuestos a lo físico, es decir, el objeto de estudio de la moral es
la producción del espíritu subjetivo (aquello que una persona es capaz de producir en
términos de sentimientos, valoraciones y formas de actuar).
No obstante, si bien podemos hablar de una moral personal, los pueblos, como
colectivo humano, también poseen una moral que les es propia; sus costumbres y leyes se
fundan en un concepto de moralidad que define una actuación de acuerdo al bien común.
La moral se opone a veces a lo intelectual, en el sentido de que proviene más de lo
emocional (facultad de la inteligencia). Sin embargo, finalmente abarca todos los actos y
pensamientos humanos.
Lo moral es aquello subordinado a un valor; lo inmoral, aquello sujeto a un desvalor; y, lo
amoral, aquello indiferente a un valor.

Por ejemplo, al analizar un acto sujeto a un valor, como respetar la vida, podemos
afirmar que quitar la vida a alguien (matarlo) supone violar un derecho fundamental, por lo que
sería considerado un acto inmoral en nuestra cultura; mientras que, un hecho cotidiano, como
usar sombrero o un pañuelo, constituiría un acto amoral debido a que no existe ningún valor
comprometido.

Otros ejemplos:

1. Peinarse: acto amoral 4. Eludir: acto inmoral 7. Hurtar: acto inmoral


2. Abortar: acto inmoral 5. Saludar: acto amoral 8. Mentir: acto inmoral
3. Legislar: acto moral 6. Solidarizar: acto moral

La moralidad puede variar de un sujeto a otro; si bien posee una base de universalidad,
otorgada por la concepción cristiana que entrega las bases del mundo occidental, supone
aspectos contextuales e históricos. Por ejemplo, la poligamia (régimen familiar en que se le
permite al varón tener varias esposas) es castigada por nuestras leyes, empero, en Medio
Oriente, siempre que un varón pueda mantener económicamente a sus esposas no será
castigado o sancionado, ni por las leyes ni por la sociedad. En China, el robo es castigado con
pena de muerte, mientras que en Chile recibe una sanción que supone privación de libertad por
un tiempo determinado.

¿Cómo podemos entender entonces la moral?


El concepto posee varias acepciones, dependiendo de la perspectiva elegida. Para la
teología, trata la ordenación de los actos humanos, orientados hacia un fin sobrenatural (o
trascendental); para la filosofía, corresponde a aquella parte de sus saberes que trata del bien en
general y de las acciones humanas en particular, analizadas en torno a la bondad o maldad que
las inspira. Para nosotros, la moral es el conjunto de acciones humanas, fundadas en valores
humanistas, que tienden al bien común.
La moral se centra en el ser humano y sus actos, pero también abarca aquello que
sustenta estos actos, es decir, el pensamiento. El psiquiatra vienés Víktor Franki señala que la
persona espiritual es el núcleo en torno al cual se fundan y realizan la unidad y totalidad del
ente humano en su triple dimensión: corpórea, anímica y espiritual. Lo corpóreo constituye el
componente físico de la persona, el cuerpo que posee, su materialidad visible; lo anímico se
refiere al estado psicológico donde opera la voluntad; y lo espiritual a la inmaterialidad
humana, también llamada alma o tendencia al bien o al mal.

¿Qué se entiende por bien común?


Aquello de lo que se beneficia toda la comunidad. Supone la satisfacción de una
necesidad, a nivel espiritual, de todas las personas. En otras palabras, es todo lo que favorece y
no daña, sin excepción. El concepto de “bien” corresponde a aquello que ayuda a que el ser se
realice en su totalidad; tender a él naturalmente supone un estado de inocencia o virginidad
característica de la niñez. Rosseau sostenía que “todos los hombres nacen buenos, siendo la
sociedad la que los corrompe”. En este sentido, el ser humano poseería naturalmente una
tendencia al bien y sería la cultura la que generaría las condiciones que instan a las personas a
obrar mal.

¿Qué hace que una persona decida actuar de una u otra forma?
El ser humano es el único ser capaz de poseer moral, en tanto adquiere la capacidad de
discernir entre el bien personal y el bien común.

2.2. El problema moral

En el plano de la moral no existe neutralidad: todas las acciones humanas contienen


un imperativo categórico del deber ser, suponiendo algún tipo de valoración. Un problema
moral se funda en valores, mientras que un problema lógico se vincula a aspectos
intelectuales o estructurales que no se relacionan con actos humanos.
Nos enfrentamos a un problema cuando debemos decidir qué es bueno y qué no o,
en términos de moralidad, cuando debemos decidir entre un valor y un desvalor. Sin
embargo, no siempre es posible reconocerlos; todo depende de nuestro grado de autonomía
moral.
La autonomía moral supone elegir siempre de modo que nuestra voluntad abarque
todo lo que pueda traducirse como una ley universal. En otras palabras, se trata de optar por
aquella opción que favorece a todas las personas, discerniendo cuándo se está siendo
solidario y cuánto se actúa como cómplice de una situación inmoral. Si no opera la
voluntad, la conciencia y una convicción absoluta sobre lo que es correcto, no se trata de
una acción moral, pues una fuerza externa está ejerciendo presión al momento de la
elección.
En resumen, el problema moral es la decisión justa entre un valor y un desvalor.

2.3 Estructura de la moralidad


La moralidad supone una actitud humana frente a la vida estructurada en función de
las relaciones y los vínculos existentes entre las condiciones naturales de una persona y el
medio en que se desenvuelve. Por tanto, el ejercicio de aquella moralidad que tiende al bien
común abarca los actos humanos, las actitudes frente al mundo y el carácter de las
personas.
En un mundo donde la falta de sentido existencial se refleja en una cantidad
creciente de suicidios, la falta de conocimiento de sí mismx, la infelicidad derivada de las
tareas cotidianas, un elevado nivel de frustración y violencia, etc., Frank I. buscó los
fundamentos del sentido de la vida; para él, esta desorientación se relaciona con un brote de
neurosis colectiva. Esta neurosis colectiva sostiene la existencia de una disociación en las
personas entre lo que quieren y lo que efectivamente hacen. Tal disociación conlleva una
frustración creciente en este sujeto incapaz de armonizar correctamente sus anhelos y las
imposiciones del sistema; cuando la imposición supera el anhelo de realización, las
personas pueden adoptar conductas agresivas o manifestar un estado de retraimiento y
apatía. De hecho, suele ocurrir que cuando alguien debe realizar un trabajo que no desea,
expresa su disconformidad realizándolo mal, mostrando poco compromiso o abandonando
la tarea que se le encomienda, llegando al extremo de generar una suerte de enajenación
que lleva al sujeto fuera de sí. La enajenación laboral genera una predisposición a la
enfermedad, desencadenando patologías psicológicas que conllevan diversos malestares
físicos (reumáticos, estomacales, pulmonares, etc.). De allí la importancia de mantener
cierto equilibrio entre los deseos o expectativas y las tareas realizadas; solo así se podrá
internalizar una moral que procure el bien para la comunidad y una vida de calidad para
todxs.
Muchos de los juicios y acciones morales se fundan en el tipo de vida en el que se
está insertx. Por ejemplo, desde el punto de vista de un profesional realizado, el concepto
de libertad diferirá mucho del que posee quien esté privadx de ella en una cárcel: siempre
se condiciona, por exceso de algo o por defecto/carencia, la estructura moral de las
personas.

2.3.1 Actos
Un acto humano es aquella acción o hecho realizado por una persona, ya sea movilizada
por su voluntad, su visión acerca del mundo o por alguna acción ajena a ella. Puede ser
merecedor de un cuestionamiento moral o ético o simplemente ser aceptado como natural
(actos inherentes a la vida); como las acciones no se presentan desvinculadas de un motor que
las impulse, no existen actos neutrales, pues todos son consecuencia de lo que alberga el alma o
la mente de las personas, de acuerdo a su conocimiento respecto del bien y el mal.
Las acciones suelen depender de la satisfacción de una necesidad: comer, caminar,
reír, escribir, etc. Se trata de tareas cotidianas que no requieren de una reflexión mayor. Sin
embargo, cuando los actos comprometen a otras personas, opera necesariamente el
discernimiento, es decir, la capacidad de sopesar la acción. Nuestros actos son reflejos de
nuestra conciencia y, como tal, surgen asociados a algún valor, ya sea el que nosotros le
adjudiquemos o el sentido que el resto le conceda. Ninguna acción surge de manera aislada;
siempre se involucra a otro. De ahí la necesidad de pensar en sus consecuencias para
nosotros pero, especialmente, para lxs demás.
El filósofo español José Ortega y Gasset afirmó: “Yo soy yo y mis circunstancias, si
no las salvo a ellas, no me salvo yo”. Esta célebre frase define muy bien el vínculo que une
al sujeto y el mundo que habita (circunstancias= medio, aquello externo al sujeto y que le
rodea; el mundo y las demás personas). Si bien “salvar las circunstancias” puede ser
interpretado de muchas formas, podría referir al hecho de que no existimos solxs,
independientes de lxs demás, de modo que, cuando logramos entendernos, respetarnos,
ayudarnos, acogernos y comprometernos con el resto también lo hacemos con nosotrxs
mismxs. Igualmente, estas circunstancias involucran el concepto de eventualidad, de
cambio, y el hecho de que siempre puede ser de otra forma. Así, nuestras circunstancias
vitales están en constante variación y cambio. Ahora bien, las personas, por el contrario,
son, existen, son esenciales en tanto humanas y capaces de formular juicios morales y
discernir entre ellos, aunque parezcan (in)coherentes en relación a las acciones tomadas.
Algunxs autorxs describen tres actos fundamentales en la vida humana: nacer, vivir
y morir. Otrxs, profundizan en aquellos actos de carácter discursivo o intuitivo. Los
primeros se presentan a lo largo de nuestra vida del modo más simple y manifiesto:
caminar, dormir, leer, conversar, etc. Los intuitivos descansan en la persona y constituyen
la unidad de la vida: instante, repetición y eternidad (siempre).
El instante es un acto momentáneo que puede suponer un cambio radical en la vida
de alguien. Este momento, único e irrepetible, involucra un despertar de la conciencia y se
manifiesta en el momento preciso en que algo queda en evidencia, despertando
sentimientos de angustia, éxtasis, serenidad o plenitud según la situación (psicología).
La repetición consiste en la asunción de la totalidad de la vida. Este instante suele
presentarse en experiencias cercanas a la muerte, donde es común escuchar frases como: “la
vida pasa ante mis ojos”. Esta repetición (re-vivir algo), dice Aranguren, no involucra una
postura pasiva: en ese momento, nos reconocemos como autorxs responsables, lo que
provoca una variación en nuestro estado anímico al suscitar sentimientos de pena, alegría,
arrepentimiento, etc.
El siempre es un estado permanente, en donde el sujeto tiene conciencia de ser el
mismo, aun cuando cambien las condiciones externas, biológicas o materiales que lo
constituyan o lo rodeen. Esto le entrega una noción de continuidad, de presencia
extratemporal; a pesar del paso del tiempo, el ser sigue siendo el mismo.
Para diferentes autorxs, el momento de la muerte supone el acto definitivo en el que
estos tres actos se encuentran. Lo importante es saber que, en tanto estemos vivos, las
personas contamos con la posibilidad de cambiar y modificar nuestras costumbres, nuestra
moral, pero, para ello, debemos entender que existen múltiples alternativas para asumir una
conducta moral que favorezca el bien común (reflexión permanente, modificar pautas de
conductas dañinas, transformar rasgos culturales retrógrados, etc.).
2.3.2 Actitudes
Una actitud es una disposición interna de nuestro estado anímico que se expresa en
una conducta más o menos estable o permanente. Una actitud religiosa manifiesta la forma
en que una persona expresa su credo; una actitud filosófica se vale de la indagación y la
exploración permanente respecto de las causas de las cosas; una actitud recelosa se muestra
como un sentimiento de desconfianza ante el mundo, etc.
La actitud moral corresponde entonces a la disposición de nuestro ánimo, expresada
en conductas que respeten la moralidad del entorno y sus consecuencias, siempre en aras
del bien común. Se relaciona con el aprendizaje, la incorporación de elementos de juicio
que promoverán en nosotrxs una disposición interna al cambio, el respeto a las diferencias,
un comportamiento engañoso, el ocultamiento de la verdad, etc. Por ello, al hablar de la
actitud al aprendizaje debemos saber que este se produce entre los miedos básicos que están
arraigados en la conciencia.
Según la psicología social, existen dos miedos básicos e inconscientes vinculados al
aprendizaje:

a. Miedo a la pérdida: sensación que se presenta al b. Miedo al ataque: temor a quedar


perder aquello que se conoce (certeza). Por vulnerables ante la pérdida de certezas. Toda
ejemplo, al comenzar en un nuevo trabajo situación nueva supone cierto grado de
podríamos experimentar ansiedad, de modo que amenaza, derivado del desconocimiento.
tenderemos a aferrarnos lo más posible a lo Este miedo se vincula al anterior y, de igual
conocido, hasta el punto de impedir todo nuevo modo, se gatilla a partir de situaciones
aprendizaje. nuevas.

Ambos miedos aparecen simultáneamente pero, si somos capaces de reconocerlos,


los superaremos y podremos generar el aprendizaje; si, por el contrario, permanecen, de
manera que las circunstancias logren sobrepasarnos, se genera un proceso de resistencia al
aprendizaje, lo que nos impide avanzar. Es en este devenir incesante donde tiene lugar
nuestra existencia y se va formando el carácter, aquella expresión tan propia que
observamos en nuestra vida cotidiana, actuando incluso como el elemento rector de la
misma.

2.3.3 Carácter

Desde un punto de vista psicológico, corresponde al conjunto de cualidades


psíquicas y afectivas que condicionan la conducta de una persona, distinguiéndola de las
demás. A partir de ello, podemos inferir que el carácter se forma, es decir, puede
modificarse y educarse en función de lo que se desea; un carácter amable, condescendiente,
agresivo, violento y transgresivo se desarrolla a partir de ciertas condiciones, compuestas
por factores de incidencia.

2.4 Factores que intervienen en el campo moral

Cuando hablamos de la conducta, actitud y carácter humano, debemos saber que no


todo viene dado por la naturaleza propia del ser humano: existen ciertas disposiciones
genéticas y herencias culturales que también los determinan. Así, podemos afirmar que
quien pase su infancia en un ambiente agresivo presenta una alta probabilidad de replicar
tales conductas en su vida adulta (mecanismo de defensa que Freud denominó
„identificación con el agresor‟: para sobrevivir, se tiende a buscar la superación de quien
lastima, dañando a otros; tal cadena solo puede romperse con la conciencia de la herencia
cultural/genética que determina tal tipo de comportamientos).
La influencia del medio cultural, social y económico, aunque no absolutamente
determinante, tiende a perfilar conductas que llegan a ser características de ciertos grupos,
aunque muchas veces, al naturalizarlas, sus integrantes no son conscientes de ellas. Esta
línea de reflexión nos lleva a sostener que todas las acciones humanas se insertan dentro del
ámbito moral.
La cultura actúa como un factor preponderante en la conducta de las personas al
constituir un elemento que predispone al sujeto a vivir de un determinado modo. Por ejemplo,
una cultura que privilegie cierto tipo de estética direccionará la mente de las personas hacia
determinadas formas; en los países latinos, los rasgos indígenas suelen ser excluidos de los
cánones de belleza, determinados por atributos europeos u occidentales. La moral actúa del
mismo modo. Ejemplo de ello son la disposición al consumo de algunos productos, la
acumulación de objetos materiales, exaltación del deseo de comodidad y confort, etc.; si bien
esto no se considera inmoral, para las culturas orientales podría suponer una conducta errónea
de ser ostentada por algún sacerdote o sus seguidores.

2.4.1 Libertad y responsabilidad: ¿hasta dónde se extiende la libertad de una


persona? Por siglos, esta pregunta a acosado a filósofxs, pedagogxs,
sociólogxs, psicólogxs y estudiosxs del comportamiento humano.

La RAE define libertad como la facultad del hombre de obrar de una manera o de
otra; estado o condición del que no es esclavo; facultad de decir y hacer lo que no se
oponga a las leyes y a las buenas costumbres. El término responsabilidad, por su parte, es
definido como el cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en
cosa o asunto determinado; capacidad existente en todo sujeto para reconocer y aceptar las
consecuencias de un hecho realizado libremente. De ello, se sigue que una persona
responsable es aquella que pone atención en lo que hace o decide. La palabra
responsabilidad proviene del latín respondere, unión de dos palabras: res (cosa u objeto) y
spondere (sopesar); así, responsabilidad correspondería a la capacidad de sopesar las cosas,
proceso reflejado en una respuesta consciente. Su ejercicio constituye uno de los actos de
mayor injerencia del ser humano, por ello, es visto negativamente quien actúa por mero
capricho, sin evaluar las consecuencias de su acción.
La tesis que sostenemos es que no existe verdadera libertad sin responsabilidad.
Las personas son libres en la medida en que su ejercicio de autodeterminación no tropiece
con los espacios de libertad de lxs otrxs; si la libertad consiste en la capacidad de
autodeterminación de los actos, entonces estos, a su vez, deben ubicarse en una dimensión
en donde no alteren al resto. De ser así, estaríamos ante una libertad responsable.

2.4.2 Tipos y niveles de libertad


Para Frank I. la libertad es una condición necesaria de la existencia personal:
nuestro sentido común nos permite afirmar que somos libres pues se descubre básicamente
en el ámbito de la intimidad personal como aquello que se siente, se anhela y se vive.
Ahora bien, ¿de qué fenómeno deriva nuestra libertad? ¿Cómo la hemos heredado, obtenido
o ganado? Hay quien sostiene la existencia del destino, fuerza que condiciona la vida
(sentido restringido de libertad), mientras que otrxs se enfocan en la capacidad que tenemos
de liberarnos de nosotrxs mismxs. Si bien esto puede suponer una gran contradicción,
podría ayudar a desentrañar el misterio que supone.
Existen dos planos de libertad: por una parte, aquel donde el sujeto habita consigo
mismo y su verdad (libertad psicológica); por otra, aquella en relación con el mundo
(libertad sociológica). En ambos casos originan una estructura de carácter que supone
ciertos actos y los traduce en actitudes vitales. Una alberga la posibilidad de entender el
mundo, juzgarlo y decidir, la otra alberga la forma en que se expresa ese entendimiento,
juicio y actuación; un alto grado de coherencia entre ambas dará forma a una persona
mentalmente saludable y, si concuerda con el bien común, moldeará a una persona cabal
(honrada), moralmente hablando.
Si definimos „justicia‟ como sinónimo de bien común estaremos abordando un tipo
de libertad responsable que tiene algunas características propias que la diferencian de las
acciones caprichosas de quienes tienen poder y no lo ostentan desde una perspectiva
humanista.

2.4.3 Características de la libertad


1. La libertad responsable, aquella que se ejerce a través de actos que provienen de un
carácter formado para hacer el bien, es aquella que presenta una intencionalidad moral. Una
persona es libre para construir su propia existencia día a día. Esta obra es una mezcla de
determinaciones biológicas y sociales y una capacidad de autoentendimiento que permite que el
sujeto busque los caminos de la justicia.

2. La libertad es un valor por el cual la humanidad lucha constantemente, bajo la idea de


que es necesaria para alcanzar la felicidad; la historia de la humanidad no es más que la
eterna búsqueda de la felicidad a través de la libertad. Sin embargo, así como las personas
equivocan los caminos para esa búsqueda, muchos son los pueblos que han errado en su
accionar, en un intento por ser libres.

Es en nuestro actuar cotidiano cuando ponemos en ejercicio nuestra voluntad,


nuestra moral y nuestra libertad.

Taller N°1

1. ¿Cuál es la definición de moral que ha extractado del estudio?


La moral es el ordenamiento del conjunto de acciones humanas que tienden al bien
común.

2. Explique qué actos corresponden a los llamados morales, amorales o inmorales.


Los actos morales son aquellos que contienen o se refieren a un valor, sea personal o
colectivo, por ejemplo, respetar la vida, ser solidario y leal, ser transparente en las
relaciones humanas, etc. Los actos inmorales son aquellos en que la acción humana va
en contra del bien común y que, como tal, implican desvalores, por ejemplo: conducir
ebrio, robar, quitarla vida, mentir, etc. Los actos amorales son aquellos en que no está
comprometido ningún valor, sino que corresponden al plano lógico o estructural de la
vida, como por ejemplo, comer, vestirse, caminar, leer, etc.

3. ¿De qué modo podemos entender la autonomía moral?


La autonomía moral supone elegir sobre la base de nuestra voluntad, sin que ello
perjudique a alguien. Esto significa que una opción debe tomarse luego de considerar
cómo afectará al resto, no solo a sí mismx: la autonomía implica responsabilidad
consigo mismo y el mundo. En este sentido, emplear la coacción para obtener una
conducta moral no tiene valor, puesto que no ha operado la voluntad y no constituye
un acto auténticamente elegido. Por ejemplo, si alguien es inducido a decir la verdad
frente a una situación de injusticia, la presión de una ley para que lxs ciudadanxs sean
honrados u otras formas de coacción, no revisten carácter moral.

4. ¿Cómo definiría la moral de nuestro tiempo?


La moralidad de nuestro tiempo es relativista, es decir, todo puede ser considerado
válido o inválido, dependiendo de la situación; esto se conoce como doble estándar, la
contradicción entre el hacer y el decir. Del mismo modo, las acciones están cada vez
más expuestas a la interpretación subjetiva y menos a valores objetivos. Por ejemplo,
abundan los discursos sobre el valor de la solidaridad, la situación de pobreza en que
viven muchas personas, la exigencia de veracidad y la necesidad de mentir respecto de
sí mismx, etc.

5. ¿En qué sentido lo moral puede oponerse a lo intelectual?


Lo moral puede considerarse opuesto a lo intelectual, en tanto proviene más de los
sentimientos de las personas que de su intelección, aunque esto no supone que en un
acto moral no se encuentre comprometida la inteligencia humana. Cuando el rey
Salomón se enfrenta a dos mujeres que afirmaban ser madres de un mismo niño, el
monarca resuelve partir al bebé por la mitad: la falsa madre estuvo de acuerdo,
mientras que la verdadera, producto de su amor, prefirió que se lo dieran a la otra con
tal de que conservara la vida; sin duda, este acto expresa no sólo la justicia, sino la
inteligencia que el rey Salomón poseía. Dentro de esta misma idea, podemos
reflexionar sobre lo que Pablo Neruda sostuvo: “prefiero más la bondad que la
inteligencia”.

6. ¿Qué característica hacen de una persona un ser moral?


La capacidad de discernimiento que, a su vez, le entrega la posibilidad de elegir sus
actos libre y responsablemente.

7. ¿Qué implica un problema moral para las personas?


El problema moral implica la justa decisión entre un valor y un desvalor. Por ejemplo,
frente a problemas como el aborto, la eutanasia, el divorcio, etc., la persona se
enfrenta a valores opuestos entre los que debe decidir: vida o muerte, felicidad
personal o conyugal, etc. Este problema se deriva del contexto cultural e histórico,
religioso y legal, al que pertenece.
8. ¿Podría usted imaginar una situación de aprendizaje en que está siendo resistente?

9. ¿De qué modo entiende usted las circunstancias en la vida?


Una circunstancia es una coyuntura, momento o evento que se da en la vida y no
presenta carácter de necesariedad, en tanto podría darse o no u ocurrir de un modo o
de otro.

10. ¿Qué rol juegan los actos, las actitudes y el carácter en la moralidad de las personas?
La moralidad no sólo puede ocuparse de los actos en tanto acciones humanas, sino
también de las disposiciones internas de la persona (actitud y carácter); todos juntos
constituyen la moralidad, como cuerpo orientador de vida.

11. Exponga brevemente la relación que existe entre responsabilidad y libertad.


La libertad que se ejerce en beneficio de un bien colectivo considera al otro como un
auténtico ser, con dignidad y derechos. La responsabilidad, por su parte, implica un
acto de conciencia que permite ejercitar la autodeterminación, procurando no causar
daño ni a sí mismx ni a lxs demás.

Taller N°2

1. ¿Cómo entiende usted la moral de nuestro tiempo?


La moral se ha relativizado, vale decir, no es igual para cada persona y tiene como
centro la satisfacción personal. Ello da pie a una sociedad que marcha con prisa hacia
su autodestrucción; por un lado, existe un gran desarrollo tecnológico y científico; por
otro, este crecimiento no lleva aparejado una conciencia respecto del daño ocasionado
al planeta. Un ejemplo de ello es el agotamiento de los recursos naturales, en
contradicción con los avances en el área de la salud.

2. Desde su perspectiva, ¿un profesional debe regirse por principios morales elaborados por
sí mismo o por los de la sociedad?
Toda persona tiene el deber de desarrollar una conciencia ética que le permita actuar
en consecuencia con los principios morales sustentados en el bien común. Los
profesionales, debido al desarrollo intelectual que implica su carrera, tienen una mayor
responsabilidad moral y social de guiar su vida por principios fundados en valores más
universales; si bien no siempre la sociedad se sustenta en tales principios, la autonomía
moral permite decidir qué es lo mejor y más justo.

3. Cuando pensamos en problemas morales, ¿a qué situaciones cree usted que se enfrenta la
persona?
Ya hemos visto cómo un problema moral nos desafía a realizar una elección entre el
polo positivo de un valor y su polo negativo. Por ejemplo, si asocia esta reflexión a
alguna situación cotidiana encontrará que durante su vida muchas veces ha estado
entre el bien y el mal, elección que reside en nuestra conciencia.
4. ¿De qué forma expresaría usted la necesidad de organizar moralmente a la sociedad de
nuestro tiempo?
Todxs tendemos a la felicidad, empero, debemos cuidar que esta no se funde en un
sentimiento egoísta, preocupado únicamente de su satisfacción personal, sino en una
felicidad colectiva y, por qué no decirlo, universal.

5. ¿Cómo define usted la libertad?


La libertad es un valor que implica un alto nivel de autodeterminación. No existe como
una dimensión puramente intelectual o psicológica, sino que además se relaciona con
una dimensión práctica: ambas se reúnen en cada acción de la vida humana. Por esta
razón, resulta un imperativo moral que la libertad no se confunda con un libre ejercicio
de nuestras necesidades personales o, aún más, suponga el daño a otras personas.

6. Señale si las siguientes afirmaciones le parecen morales, inmorales o amorales:


a) Tu libertad termina donde empieza la libertad del otro: moral (sentido de respeto a una
persona).
b) Todos los hombres son iguales en dignidad y derecho: moral (refiere un principio
universalmente aceptado; dignidad y derecho ante la ley, la sociedad y la religión).
c) A mí deben quererme tal y como soy, les guste o no: inmoral (aunque todxs debemos
aceptarnos en nuestra diferencia, resulta en la imposición de nuestra forma de ser/vivir,
sin buscar ser mejores, para el resto y para nosotrxs mismxs).
d) Cada día preparo mi maleta para el viaje: amoral (no reviste ningún juicio de valor, ya
que desconocemos el para qué de la acción).
e) Dime con quién andas y te diré quién eres: amoral (no hay valores comprometidos; solo
su uso podría ser definido como moral o no).
f) Has lo que bien digo, no lo que mal hago: inmoral (debe existir cierta coherencia entre el
decir y el hacer; cualquier discurso puede invalidarse moralmente con una mala acción).
g) Vuelvo siempre a mi casa y descanso: amoral (no existe juicio de valor).
h) Caminante no hay camino, sino estelas en la mar: amoral (esta bella metáfora solo
puede ser asociada a algún juicio de valor a no ser que se especifique el contexto).
Tercera unidad: los valores y la moral
Los valores, como elementos rectores de vida, se analizan desde sus características
más universales para propiciar un entendimiento estructural y reflexivo.

3.1 Conceptos generales

El concepto de moral remite inevitablemente al de valor; la sociedad señala los


valores como el sustento que organiza todas las conductas humanas, es decir, cada acción
posee una carga valórica tanto para quien la realiza como para lxs que reciben sus efectos.
La conciencia es el continente de toda la reflexión humana, de modo que su fuerza
moral y su estructura reside en y en torno a la incorporación o introyección de valores y su
disposición, que se expresarán en los comportamientos del sujeto (introyección: proceso
psicológico a través del cual se hacen propios rasgos del mundo que nos rodea,
especialmente de la personalidad de otros sujetos).
Los valores son posibilidades de ser que se dan a la conciencia con la exigencia de
ser realizadas y preferidas (Jorge Millas). En otras palabras, se trata de juicios de valor o
ideas que guían nuestra acción, haciéndonos preferir y desear una manera de actuar o una
cosa en lugar de otra, definiendo el curso de nuestra vida; en tanto juicios de valor, no solo
actúan como formas intelectualizadas, sino también como imperativos de vida, como
exigencias respecto del deber ser a las que se ve sometido todo ser consciente. Estos
conceptos actúan sobre la realidad al transformarse en comportamientos.
La ética sostiene que los valores pueden ser positivos (valor) o negativos (desvalor).
Toda cultura conlleva, en este sentido, una estructura natural de valores, transmitidos de
generación en generación, que van conformando modos de ser característicos; por ello se
habla de valores trascendentes o culturales.
Los valores surgen en la vida misma y actúan como guías que dirigen la conducta
humana; según Simón Raths Hamin sufren transformaciones según las experiencias
adquiridas, determinando la dirección de la vida de un individuo.
Un valor se manifiesta en tres instancias significativas (fases conceptuales o
teóricas) que conforman un proceso único:

a. Selección: implica una operación intelectual b. Estimación: querer o preferir c. Actuación: implica el
al tiempo que constituye un atributo de una algo. Implica un atributo ejercicio de la voluntad
conciencia libre, única manera de elegir entre emocional que supone verse de hacer o actuar; puesto
varias posibilidades de ser; si, por naturaleza, el afectado por algo, aunque en que el ser humano es, por
ser humano es un ser pensante, su conciencia este proceso no intervenga, definición, activo, solo a
constituye una serie de juicios y conceptos necesariamente, la conciencia través de su conducta
inherentes a la conciencia y necesarios para el del sujeto. En relación a lo logra expresar
ejercicio de la inteligencia. El individuo valórico, esta fase psicológica plenamente su ser. Las
consciente, quiéralo o no, vive “valorando” al por sí sola no supone el arraigo actitudes, intereses y
mundo y a lxs demás. En relación a lo valórico, de determinado valor en una motivaciones serán
esta fase psicológica por sí sola no supone el persona, es decir, una persona consecuencia de la
arraigo de determinado valor en una persona, es no posee cierto valor por el solo proyección de
decir, una persona no posee cierto valor por el hecho de percibirlo a través de determinados valores,
solo hecho de percibirlo a través de su su inteligencia o haberlo elegido luego de que la
inteligencia o haberlo elegido conscientemente; conscientemente; para que sea conciencia haya
para que sea internalizado es necesario que se internalizado es necesario que seleccionado y
refleje en una acción. se refleje en una acción. deseado/estimado algo.
La enseñanza de un valor es una pretensión que solo puede concretarse en el campo
de la teoría o la abstracción pues, entre otros problemas:
a. supone la dificultad de elaborar una taxonomía o clasificación de los valores y la elección
de una forma de operativizar su instrucción.
b. zanjar la discusión axiológica respecto de su subjetividad u objetividad, su grado de
trascendencia y la internalización de quien se prepara para la enseñanza; basta consultar
sobre la prioridad que alguien da a los valores de justicia, honestidad y solidaridad para
exponer lo complejo del asunto.

Los valores como fundamento de la ética y la moral

Los diccionarios suelen definir ética como aquella parte de la filosofía que trata de
las obligaciones del ser humano y, moral, como la ciencia de las costumbres. A simple
vista, observamos que el concepto de ética se reviste de cierto “barniz filosófico”, mientras
que el moral se reduce a una serie de normas que permiten una mejor convivencia.
La verdad, estos conceptos son hermanos gemelos: si bien ética proviene del griego
“ethos” y moral del latín “mores”, ambos significan lo mismo: costumbre. Así, en su origen
los dos eran equivalentes. El problema es el siguiente: en la antigüedad no se concibió la
separación entre un sistema de costumbres y uno filosófico, pues toda la filosofía tenía
como meta su aplicación práctica (no se podía hablar de una forma y actuar de otra). Su
teorización, por tanto, constituiría un logro de la época moderna; ética (teoría) y moral
(práctica) eran dos aspectos de una misma cosa.
El tiempo y las diferentes interpretaciones históricas irían forjando la división entre
ambos conceptos y su desarrollo. ¿Cómo recordamos a la civilización griega? A través de
sus grandes artistas y filósofos, convirtiendo lo intelectual en su rasgo característico.
¿Cómo recordamos a los romanos? Mediante su acción bélica, su fuerza y voluntad
guerrera. Entonces, el que ética provenga del griego y moral del latín supondría su
identificación respectiva: la ética se asocia al campo de la teoría, de lo elevado, pues
supone aquello digno de ser plasmado en los grandes libros, mientras que la moral se
refiere al campo de la práctica, en tanto abarca aquello que presenta efectos directos, digno
del hombre de acción.
Claro que esta concepción deja de lado un punto importante: tanto lxs griegxs como
lxs romanxs, sus sucesores, poseían convicciones religiosas muy arraigadas; ya por el
camino de la razón, la acción, la fe o el acatamiento de las leyes naturales, buscaban
comprender y encontrarse con aquellas divinidades que habitaban en lo alto, como si
alentaran el ascenso de los hombres. Entonces, si el ideal de ambas civilizaciones fue la
virtud como medio para llegar a lxs diosxs, tanto lxs unxs como lxs otrxs se referían a lo
mismo cuando hablaban de ética o moral. Se trataba de que el hombre alcanzara la armonía,
de ayudarle para que brotaran de él las fuentes de justicia y el bien que les permitiese beber
de las aguas de lo divino.
La vida cotidiana se estructura en torno a una sucesión ininterrumpida de problemas. Un
caso común tiene lugar cuando descubrimos un vínculo peculiar que nos une a ciertas cosas,
destacándolas por sobre las demás. Así, llamamos interés al movimiento de nuestro ánimo que
propende hacia ellos o atracción si el tirón con que nos arrastran influye en nuestro ánimo. En
cualquiera de los dos casos, reconocemos objetos, personas o situaciones por algo que va
mucho más allá de su apariencia física y nuestro sentido de la vista: observo claramente una
cualidad de la que el resto carece y comprendo que este deleite o preferencia surge de este
reconocimiento. Se trata de dos pensamientos diferentes, sustentados en la teoría de los valores.
Así, si decimos:

a. Este animal es un caballo: b. Este animal es hermoso: describimos y calificamos a partir de


expresamos pura y una de sus cualidades; lo valoramos (le otorgamos un valor) y, al
simplemente el ser del animal, hacerlo, lo ponemos en relación con nosotros, en tanto sujeto
lo que es. Elaboramos una capaces de valorar. Este juicio de valor no solo expresa nuestra
descripción neutral que no preferencia a partir de un valor (la belleza), sino que sitúa al
refiere nuestro mundo interior animal frente al deber ser. Se trata de un juicio estimativo, es
ni supone juicio alguno. decir, aquel que se refiere al deber ser y declaran un valor
determinado. En otras palabras, no solo se sostiene que algo vale
y debe ser preferido, sino que vale y debe ser preferido por una
modalidad (razón) determinada: por ser hermoso, justo, bueno o,
lo que es lo mismo, por emular un ideal específico: la belleza, la
justicia, la bondad.

Muchxs son quienes afirman que “los valores no son sino que valen” pero, en realidad,
los valores poseen una esencia, una estructura susceptible de ser descrita e incluso de ser
definida. La dificultad radica en que se trata de esencias unidas a un requerimiento de
realización o preferencia, como una exigencia de primacía (un deber ser). Los valores son
entonces posibilidades de ser (esencias) que se dan a la conciencia con la exigencia de ser
realizadas o estimadas.
Los valores sirven de fundamento para toda concepción del mundo: si bien carecen de
corporalidad (por ello también son conocidos como cualidades irreales), en tanto fundamento
adquieren realidad, ya que provocan que las personas asuman determinadas formas de vida.
La axiología, disciplina que se desprende de la filosofía y trata sobre los valores y sus
características, elabora diferentes teorías al respecto (la palabra axiología proviene del griego
axos, norma y logos, ciencia; de ahí que corresponda al estudio de los valores). En este campo,
diversxs autorxs establecen ciertas características comunes (concepción ecuménica o universal
que abarca aquellos aspectos sobre los que existe acuerdo):

1. Valer o ser valente: un valor se ubica en un plano diferente del ser, que es real y válido, y del
mundo ideal; en otras palabras, reside entre ambas esferas, ubicándose en la dimensión del valer.
Así, un valor no estará en el plano de lo real hasta ser vivido y no estará en el plano de lo ideal
debido a que es posible vivir de acuerdo a ellos. Solo les cabe, entonces, valer por sí mismos.
2. Objetividad: algo objetivo es aquello reconocido por el sujeto en tanto que está fuera de él. Un
valor es objetivo pues sabemos no es producto de una conciencia individual, sino universal,
independientemente si esta es entendida como Dios, una fuerza motora del mundo o una
convención amplia entre las personas; un valor vale por sí mismos y no depende de las preferencias
individuales. Aunque existen posturas que señalan lo contrario, al indicar que un valor es subjetivo
en tanto son las personas quienes dotan de valor a las cosas, las cuales no poseen valor por sí
mismas (por ejemplo, un objeto de arte no será bello en sí mismo sino que es una persona la que
aprecia su atractivo), existe un acuerdo universal que los dota de objetividad (como el valor de la
vida).
3. Dependencia: más que a las cosas, se refiere al ser, a las personas: no existe un valor
independiente, necesitan de las personas, únicos seres capaces de valorar.
4. Polaridad (Risieri Frondizi): es el desdoblamiento de cada cosa valente en un polo positivo y
otro negativo: belleza/fealdad, bueno/malo, justo/injusto, lealtad/deslealtad, etc. Este valor
negativo (desvalor o disvalor) existe por sí mismo, no por ausencia del valor positivo. Este rasgo
implica la ruptura de la indiferencia: podemos mostrarnos impávidos frente a un objeto, pero tan
pronto como entra en la discusión un valor genera en nosotrxs una reacción (positiva, negativa, de
aproximación o rechazo). Por ello, no existe obra de arte “neutra” ni quien pueda mantenerse
insensible al escuchar una sinfonía o leer un poema.
5. Cualidad: no se refiere a cuánto (cantidad), sino a qué: es una cualidad pura que establece
relaciones entre las cosas (se trata de valoraciones, no cantidades: no es posible obtener un kilo de
honradez o medir el amor que se siente).
6. Jerarquía (Johannes Hessen): al igual que la distinción entre valores positivos y negativos, la
diferencia entre valores superiores e inferiores reside en su misma esencia. Inclusive el orden
axiológico posee una estructura jerárquica que expresa un orden de grado o importancia:
abajo/arriba, alto/bajo. Las teorías relativistas y objetivistas difieren en cuanto a la forma en que se
determina tal posición: para las primeras, es la propia persona quien establece la dependencia o el
orden de mayor valía; para las segundas, existen categorías universales organizadas en torno a lo
lógico (conocimiento), lo ético (conductas humanas) y lo estético (belleza). A pesar de ello, es
claro que se pueden elaborar escalas de valores de acuerdo a los parámetros morales de cada
cultura para determinar la moralidad de los comportamientos humanos.

3.1.1 Conciencia
Es el continente de la acción y opción humana; tener conocimiento de algo.
Popularmente, suele concebirse como una voz interior o divina que nos dice qué hay que
hacer o evitar. Sin embargo, de hacer caso a estas metáforas, deberíamos precisar que esta
“voz” es la nuestra. La mayoría de las personas sin duda experimenta una reacción del
subconsciente basada en el medio ambiente y la educación recibida durante la niñez, la cual
marca cierta tendencia a (des)aprobar ciertos actos y se manifestará como un vago
sentimiento de malestar o de culpa al apartarnos del patrón establecido. También existe
cierta relación con el súper ego (Freud), referido a la conciencia moral que realiza juicios
específicos.
La conciencia no es una facultad especial, distinta del intelecto; de lo contrario,
nuestro juicio siempre sería irracional, producto de algún instinto ciego. En otras palabras,
la conciencia no es más que el propio intelecto (función del intelecto práctico: ¿qué es lo
que debo hacer ahora?) encargado de juzgar la bondad o maldad de nuestros actos y de
guiar aquello que ha de hacerse o evitarse en la vida diaria (negocios, salud, administración,
educación, etc.). Tal como ocurre con los demás juicios humanos, la conciencia puede
equivocarse y formar juicios morales erróneos lo que desemboca en conductas
desfavorables, sin embargo, al efectuar cualquier juicio práctico, el individuo no tiene más
guía que su intelecto. Así, nuestra concepción respecto de algo puede ser definida como el
juicio práctico de la razón acerca de un acto individual, juzgando si es bueno y debe
ejecutarse o si, por el contrario, resulta malo y ha de evitarse.
En definitiva, el término conciencia se aplica al:

1. Intelecto, en cuanto facultad de formar juicios acerca de los actos individuales (¿es bueno o
malo?).
2. Proceso de razonamiento que sigue el intelecto para llegar a cierto juicio.
3. Juicio mismo como conclusión del proceso discursivo.
3.1.2 Tipos de conciencia
En general, hablamos de conciencias estrictas o relajadas, blandas o duras, agudas o
embotadas, delicadas o burdas según propendan a respetar o ignorar los valores morales;
esta diferencia se presenta en una sensibilidad moral distinta que confiere características
habituales a los juicios de los individuos.

a.1) Conciencia antecedente: guía de a.2) Conciencia consecuente: emite juicios sobre
acciones futuras, induciendo o evitando acciones pasadas (aprobación o remordimiento). Sus
su ejecución (emite juicios prácticos). elementos propis son: paz interior, remordimiento,
La ética se preocupa especialmente por culpabilidad y arrepentimiento.
este tipo. Sus actos son principalmente
cuatro: ordenar o prohibir (cuando el
acto debe hacerse o eludirse) persuadir
o permitir (cuando se trata de la mejor o
peor opción).
b.1) Conciencia correcta: juzga como b.2) Conciencia errónea: supone la adopción de falsas
bueno aquello que realmente es bueno premisas, cierta ignorancia o la extracción de
y, como malo, aquello que realmente lo conclusiones ilógicas. Juzga como bueno aquello que en
es; la moralidad subjetiva y objetiva realidad es malo y viceversa (juicio falso). Si el error
coinciden. puede superarse y el juicio corregirse, se habla de
conciencia venciblemente errónea; si el error no puede
superarse y el juicio no logra enmendarse, al menos por
medios „normales‟, se habla de conciencia
invenciblemente errónea.
c.1) Conciencia cierta: juzga sin temor c.2) Conciencia dudosa: provoca vacilación al hacer un
a que lo opuesto pueda ser juicio o su realización, acompañada de la sospecha de
verdad/correcto. que lo opuesto puede ser cierto/correcto. En el primer
caso, el intelecto permanece en suspenso porque no ve
motivos que lo inclinen hacia alguno de los lados,
concibiéndolos como iguales; en el segundo caso, si se
juzga con miedo lo opuesto, se está optando por una
opción aunque solo se trate de una opinión probable.
Existen diversos grados de probabilidad que van desde
la ligera sospecha hasta los bordes de la certeza.
d.1) Conciencia perpleja: pertenece a d.2) Conciencia escrupulosa: atormenta a su poseedor,
quien no logra decidirse, permaneciendo despertando una duda constante, suscitando nuevas
en un estado de ansiedad, especialmente fuentes de culpabilidad, aun cuando se trate de actos
si considera que cualquiera de las pasados que es conveniente ignorar, y persiguiendo una
alternativas supone resultados especie de certidumbre absoluta en el estado de ánimo.
indeseados. En casos extremos, se convierte en un medio de
(auto)tortura espiritual que puede desencadenar una
ansiedad neurótica (estado psicológico antes que ético).
Las personas deben, por tanto, aprender a dejar de
atormentarse con miedos infundados o a poner fin a este
arduo (auto)examen antes que centrarse en la distinción
entre lo bueno y lo malo, que suele conocerse
razonablemente bien.
Problemas de conciencia:
Solo el sujeto es capaz de determinar o saber hasta qué punto es responsable de sus
actos o es juzgado por ellos, comparando ambos juicios y pronunciando un juicio final sobre
estos. Este tipo de conocimiento reflexivo, de percepción de la propia responsabilidad, suele
confundirse con la conciencia, pero se trata más bien de una forma de estado consciente.
El individuo juzga tanto si es o no responsable (y en qué medida) de sus actos, como si
estos son buenos o malos; solo la experiencia podrá ayudarle a determinarlo (el que estos
juicios sean (in)correctos es otra cuestión). Esta facultad se llama conciencia.

Moralidad: se presenta primero como un juicio reflexivo sobre nuestros actos, mucho antes de que
hayamos identificado los principios en que estos deberían apoyarse.

Todos los individuos, independientemente de su sistema moral, formulan juicios de


conciencia. Sin embargo, cuando se trata de establecer una base objetiva para su estudio los
sistemas éticos comienzan a divergir: ¿Qué es la conciencia? ¿Qué es la moralidad? ¿Cómo se
forma el juicio de la conciencia? ¿Hemos de seguir siempre los dictados de la conciencia?
¿Podemos actuar con una conciencia dudosa? ¿Cómo pueden resolverse las dudas de la
conciencia? Dado que estas respuestas son variables, lo realmente importante es que el sujeto
sea sincero y fiel a sí mismo.

Conciencia: facultad del sujeto que juzga, dirigida hacia sí mismo y a los demás, para determinar
si sus actos son (in)morales.

3.1.3 Formación de la conciencia


Se logra a través de la reflexión. Quien duda hasta el extremo de no llegar a un
conocimiento, tiene en sus manos una doble interrogante:

1. ¿Cuál es la verdad real en el asunto considerado?: duda teórica o especulativa imposible de


resolver si el método directo no da resultado.
2. ¿Qué estamos obligados a hacer en semejante situación?: duda práctica u operativa que
puede resolverse en cualquier situación.

Aunque muchas dudas sean teóricamente invencibles, toda duda es prácticamente


superable. Independientemente de ello, una persona puede saber qué debe hacer, cómo se
espera que actúe o qué se le exige y aun así permanecer en un estado de duda teórica no
resuelta: a pesar de que la bondad o la maldad del acto no se resuelva en el plano abstracto, el
individuo adquiere la certidumbre de aquello que está obligado/autorizado a realizar, por lo que
actúa con una conciencia cierta. En otras palabras, es capaz de encontrar la clase de conducta
que es ciertamente correcta y buena para quien duda. Este proceso de resolución que involucra
una duda práctica, sin incorporar la duda teórica, es conocido como la formación de nuestra
conciencia.
El proceso formativo se lleva a cabo mediante la aplicación de principios reflexivos,
utilizados para meditar sobre el estado de duda e ignorancia del sujeto ante determinada
situación. En este caso, solo existen dos cursos posibles de acción, casi siempre opuestos: hacer
lo correcto o seguir el camino más fácil. La elección descansa precisamente en la formación de
una conciencia correcta.
Seguir el curso moralmente más seguro, aquel que con mayor seguridad conserva el
bien moral y evita la acción mala: con frecuencia, se trata del curso más peligroso en términos
físicos; muchas veces, ninguna de las opciones mantiene cierto grado de resguardo de la
seguridad, caso en el que podemos elegir cualquier curso de acción. Uno simplemente está
autorizado a elegir el curso moralmente más seguro: si el sujeto no está obligado a actuar, pero
duda si está o no autorizado para ello, el curso moralmente más seguro sería abstenerse de
realizar cualquier acción; si el sujeto está autorizado, pero duda sobre su obligación de hacerlo
o no, el curso moralmente más seguro es realizar el acto (aunque implique una acción repetida
como volver a pagar algo).
Algunas veces nos vemos obligadxs a seguir el curso moralmente más seguro, por
ejemplo, cuando existe una obtención segura, de modo que la duda solo se refiere a la
eficacia de los medios para alcanzarla. Para conseguir el fin se tiene la obligación de
emplear medios ciertamente eficaces: un médico podrá evitar usar un remedio dudoso con
su paciente si dispone de otro seguro a su disposición; un cazador podrá abstenerse de
disparar al dudar si aquello que se mueve entre los arbustos es una persona o un animal. No
obstante, existen otros casos en donde la obligación misma es aquello sobre lo que se duda;
el curso moralmente más seguro suele ser costoso e incómodo (hasta heroico). Si bien
solemos optar por este sin objeción, si estuviéramos obligadxs a hacerlo en cada ocasión, la
vida se tornaría bastante intolerable; para estar seguros moralmente habríamos de ceder
ante toda reclamación dudosa, incluso las realizadas por estafadorxs o impostorxs. Este tipo
de dificultades se evita mediante el uso del segundo principio reflexivo: una obligación
dudosa no es de utilidad.
El principio que señala que una obligación dudosa no debe ser realizada solo aplica
cuando dudamos si estamos comprometidxs o no a ella, cuando la duda se refiere a su
carácter (i)legal, ya se trate de leyes morales o humanas. Este principio nos permite
enfrentar las siguientes situaciones:

1. Duda acerca de si la obligación existe o no 2. Duda acerca de si la obligación se aplica o no


(legalidad o permisividad del acto). a nuestro caso.

Podemos dudar de si las leyes de caza nos prohíben disparar a un conejo dentro de
nuestra propiedad, sobre si la fruta que cuelga en mi lado de la cerca me pertenece, aunque
el árbol sea de la casa vecina o de si estamos o no lo suficientemente enfermxs como para
faltar al trabajo/escuela. Si el método directo no proporciona prueba alguna, entonces
estamos moralmente justificados sobre el entendido de que una obligación dudosa no nos
compromete a nada.
La razón subyacente a este principio es que la promulgación resulta una parte
esencial de la ley; una ley dudosa no ha sido debida o suficientemente difundida. La ley
impone una obligación que, por regla general, es gravosa; aquel que quiera imponer sobre
otro alguna obligación o restringir su libertad/derecho ha de probar que puede hacerlo en
tanto se presume que el sujeto es libre hasta que se sabe limitado (una restricción o ley que
existe en forma dudosa pierde su fuerza). En otras palabras, si la obligación misma es
aquello que está en duda, no existe obligación mientras que si la obligación es cierta y solo
los medios para llevarla a cabo son dudosos, debemos abstenernos de usarlos y optar por
otros.
1. No podré hacer rodar piedras cerro abajo, 2. No podré dejar por allí alimentos
esperando que no alcancen a nadie en la envenenados suponiendo que nadie tratará de
carretera que transita debajo, pero puedo comerlos, pero puedo manufacturar veneno
transportar piedras fuera de un terreno que claramente etiquetado si semejante manufactura
probablemente es mío. Aquí no existe duda probablemente está prohibida por ley. Aquí la
acerca de la obligación pues no estamos ley misma señala que no debemos apoderarnos
autorizadxs para arriesgar vidas humanas de la propiedad de otros o manufacturar
innecesariamente; aunque el daño no sea algo determinados productos. Se trata, por tanto, de
seguro, existe un peligro razonable, de modo una aplicación dudosa de la cual se puede sacar
que debemos elegir el curso de acción provecho pues, como tal, no sirve.
moralmente más seguro.

¿Cuán dudosa ha de ser una ley o un deber para que pierda su fuerza de
obligatoriedad? ¿Bastará cualquier duda para eximirnos de esta obligación? Tales
cuestiones fueron discutidas acaloradamente, durante los siglos XVII y XVIII, por los
éticos filosóficos y, especialmente, por los teólogos morales. El punto de vista que se
consolidó en el campo teórico y el único operante en la práctica se conoce como
probabilismo. Bajo esta doctrina no se requiere un estudio estadístico, ya que depende
únicamente de que exista una probabilidad sólida de que el derecho o el deber no existan o
no se apliquen a nuestro caso para que estemos libres de su obligación. Una probabilidad
sólida requiere que las razones contra la existencia o aplicación de la obligación sean
válidas y de peso, aunque este sea menor al de las razones a favor de la obligación.
Ninguna posición puede estar cierta de si hay o no razones válidas y de peso contra ella; si
algo no es cierto es dudoso y, si es dudoso, no obliga.
Enumerar todas las razones en favor y en contra, ponderando méritos relativos, se
erige como una tarea desesperada que desconcierta; el individuo corriente no posee ni el
tiempo ni los conocimientos necesarios para concretar semejante comparación. En la
práctica, las decisiones han de adoptarse prontamente y de manera seria, al menos con
cierto grado de conciencia; la teoría del probabilismo permite hacerlo así (Probabilismo:
doctrina de teología y filosofía moral cristiana, basada en la idea de que es justificado
realizar una acción, aún en contra de la opinión general o el consenso social, si es que
existe alguna probabilidad de que sus resultados sean buenos).
La formación de nuestra propia conciencia parece implicar una gran cantidad de
sutilezas. ¿Esto no se contradice con la simplicidad y la sinceridad espontáneas? Siempre
podemos seguir el curso moralmente más seguro pero la ética no solo estudia lo que es
mejor, más noble o heroico, sino que se centra en aquello que el ser humano está obligado a
hacer.
Una distinción moral precisa permite juzgar la conducta de los demás. En nuestra
vida, tal vez podamos disponer prescindir de nuestros derechos e ir más allá de lo que nos
impone el deber pero no tenemos el derecho de imponer a otros la obligación de hacerlo. La
línea que separa aquello que está bien de lo que está mal es difícil de trazar.

En resumen: la moralidad abarca el carácter bueno o malo de los actos humanos. Es


tanto objetiva como subjetiva, según considere o no las peculiaridades personales de quien
la ejerce. La norma de la moralidad subjetiva es la conciencia.
La conciencia no es una facultad especial sino que corresponde a una función del
intelecto práctico que juzga el acto concreto de la persona individual en cuanto moralmente
bueno o malo. El razonamiento utilizado por el intelecto suele ser el silogismo deductivo:
por una parte, existe una premisa mayor que equivale a un principio moral aceptado; por
otra, una premisa menor que corresponde a la aplicación de este principio a un caso
particular. Así, el juicio de la conciencia sería la conclusión obtenida de su enfrentamiento.
La conciencia antecedente constituye una guía para actos futuros; la conciencia
consecuente supone el juicio de actos pasados; la conciencia correcta juzga lo bueno como
bueno y lo malo como tal; la conciencia errónea juzga lo bueno como malo y viceversa; la
conciencia cierta juzga sin temor de lo opuesto; la conciencia dudosa no formula juicio
alguno o, de hacerlo, juzga con temor de lo opuesto. Del mismo modo, la conciencia será
estricta o relajada según tienda a percibir o ignorar los valores morales.
Se debe obedecer siempre a la conciencia cierta, aun si es invenciblemente errónea:
una conciencia cierta y correcta no es más que la percepción clara de nuestro deber moral.
Una conciencia cierta, pero errónea ha de seguirse igualmente porque la gente no puede
distinguirla de la conciencia correcta y no posee otro tipo de guía, de modo que el acto será
subjetivamente correcto aunque sea objetivamente erróneo. Lo importante es no actuar
nunca bajo una conciencia dudosa ya que hacerlo equivale a realizar un acto indeseable,
independientemente de si es correcto o no; el agente solo se niega a buscar otros medios
para evitar el mal.
La certeza prudencial, esto es, la exclusión de todo temor prudente de lo opuesto, es
todo aquello que puede operarse en materia moral.
La persona que duda debe utilizar, en primer lugar, el método directo de indagación
e investigación en aras de disipar su incertidumbre. Si este no da resultado se debe recurrir
al método indirecto para formar nuestra conciencia. Este supone resolver la duda práctica
(¿cómo debo obrar en este caso?), dejando de lado la duda teórica (¿cuál es la verdad real?).
La duda práctica se resuelve empleando uno de los siguientes principios reflexivos:

a. El curso moralmente más seguro es b. La obligación dudosa no sirve: este principio


preferible: siempre está permitido, aunque suele solo puede emplearse cuando se trata de la
resultar costoso. Debe utilizarse cuando no se obligación misma, esto es, cuando la existencia
trata de la existencia o aplicación de una o aplicación de una obligación es puesta en
obligación, sino de la eficacia de los medios duda. Una ley dudosa supone una escasa
empleados para alcanzar cierto fin. promulgación, por consiguiente, no cuenta con
la fuerza de obligar (la promulgación es uno de
los elementos esenciales de toda ley).

El probabilismo sostiene que, para poder obligar, la obligación debe ser cierta y que
ninguna obligación puede serlo si existen razones sólidamente probables contra ella,
independientemente de cuan fuerte pueda ser la probabilidad. Como resulta muy difícil
apreciar los grados de posibilidad de cada lado, el probabilismo se convierte en una opción
válida.
Si bien en la actualidad existe una mayor sensibilidad ética en el entorno laboral,
esta no es tan sólida como podría suponerse; el enorme aumento de libros publicados al
respecto no implica un incremento en la moralidad empresarial. Ya desde las escuelas y
universidades, lxs estudiantes no aprecian su importancia, por lo que faltan a sus clases de
éticas o las relegan al último lugar dentro de su formación.
La conciencia implica el saber común acerca de un mismo hecho. Aunque es
personal y opera de manera diferenciada en cada sujeto, parece provenir de la relación entre
las personas; de allí las continuas disputas teóricas y las diversas concepciones de la
conciencia moral.
Algunxs autorxs sostienen que la conciencia es como una página en blanco que va
llenándose a medida que atravesamos diferentes experiencias. Esto supone que, para
formarse, recurre a diversas fuentes: religión, fuerzas sociales, familia, estructura personal,
emocional y cognitiva, etc. Se puede sostener entonces que todas las experiencias,
temporales y naturales, junto con las herencias genéticas y culturales (resultado de la
humanidad) son formadoras de conciencia, convirtiéndonos en seres humanos.

3.1.4 Conciencia psicológica

Psicólogos e investigadores de la mente humana la definen como la facultad del


sujeto de conocer y juzgar al mundo y a sí mismo. El sí mismo abarca el conocimiento que
tenemos sobre nuestra temporalidad y nuestro yo; a pesar del paso de los años, tenemos la
certeza de que seguimos siendo nosotrxs mismxs. En otras palabras, consiste en nuestra
noción del yo y constituye aquella conciencia psicológica que nos permite operar en el
mundo, ser responsables de nuestras acciones, independientemente del tiempo en que las
ejecutamos, etc. En esta conciencia psicológica se producen las certezas que determinan la
(a)normalidad de nuestros actos. Los límites son difusos y se superponen, ya que no existe
un acuerdo absoluto que determine aquello que es normal o que no lo es; muchas conductas
reprobadas o castigadas en nuestra cultura son absolutamente normales en otras. Solo
existirá una disyuntiva moral cuando se busque establecer qué es lo normal/sano y lo
anormal/insano.
Lo normal es aquello que tiene lugar siempre, siendo aceptado como correcto; es un
asunto de frecuencia, de modo que muchos comportamientos, aun siendo considerados
anormales, en tanto inocuos, no son sancionados. En sociedades totalitarias, la concepción
de normalidad difiere, empero, de la de sociedades democráticas, siendo mucho más
restringida y estricta. Por ejemplo, encontramos sociedades que aceptan la disidencia
sexual, considerándola normal o inocua, es más, la legislación empieza a amparar tales
comportamientos permitiendo, entre otros, el matrimonio o la adopción homoparental; en
Latinoamérica se castigan estas conductas y se discrimina de múltiples formas a lxs sujetos
disidentes. La historia de la humanidad está llena de otros ejemplos de discriminación y
aceptación; por ende, la conciencia psicológica también estará determinada por la historia y
su devenir.

3.1.5 Conciencia moral (moralidad)


La moralidad es la calidad de los actos humanos en cuya virtud son signados como
buenos/acertados o malos/erróneos. Se trata de un término común, relativo a la bondad y la
maldad de un acto humano. Su opuesto es lo no moral que señalan la ausencia absoluta de
moral de un acto. La palabra amoral se aplica con mayor frecuencia a personas que carecen
de un sentido de responsabilidad moral, mientras que lo inmoral refiere a aquello
moralmente malo, es decir, un acto que posee una calidad moral definida. De este modo,
moral e inmoral son términos contradictorios por cuanto marcan los extremos del bien y el
mal en el campo de la moral, excluyendo lo moralmente neutro o insignificante.
Al juzgar la moral de un acto consideramos las peculiaridades subjetivas de quien lo
concreta al entender que se encuentra condicionado por su conocimiento y consentimiento,
sus antecedentes, su preparación, sus prejuicios, estabilidad emocional y otros rasgos
personales. Cuando nos preguntamos si dicha persona obró bien o mal, tomando como
parámetros si el acto considerado supuso un bien o un mal para ella, hacemos referencia a
una moralidad subjetiva, condicionada por el hecho de que el acto concuerda o discrepa
con la conciencia del agente: ¿El sujeto sabía lo que hacía al matar a aquel hombre? ¿Se
proponía decir la verdad en aquel momento? De igual forma, podemos omitir tales
condiciones abstractas debido a que, aunque siempre estén presentes, solo pueden ser
conocidas por quien realiza la acción. Al considerar la clase de acto realizado y las
circunstancias externas involucradas, preguntándonos si el sujeto debe asumir su
responsabilidad o si una persona cualquiera, en condiciones normales, está autorizada o no
a cometer deliberadamente aquel tipo de actos, juzgando el carácter objetivo del acto antes
que el estado subjetivo de quien lo realiza, nos referimos a una moralidad objetiva: ¿El
asesinato es malo? ¿Es buena la sinceridad?
No tiene caso cuestionar cuál de las dos, la subjetiva o la objetiva, es más
importante: a menos que los actos posean una naturaleza bondadosa o malvada intrínseca
que debiera coincidir con la conciencia, el juicio de alguien puede ser tan bueno como el de
cualquier otro. Por un lado, la ética se centra en el estudio de la moralidad objetiva; por
otro, la individualidad y la experiencia del sujeto, la forma en la que actúa y piensa, cobran
relevancia (moralidad subjetiva).

Acercamiento a la clasificación de la conciencia moral en relación a diversos enfoques


históricos:

1. Conciencia moral como innata: supone que la persona nace con la facultad de decidir sobre el
bien y el mal. Por el mero hecho de existir, todas las personas poseerían una conciencia moral que
les permitiría reconocer cuándo han obrado bien y cuándo no.
2. Conciencia moral adquirida: supone que la persona desarrolla la facultad de juzgar el bien y el
mal a medida que aprende sobre su cultura, la sociedad que la rodea y los valores que predominan
en su entorno. Esta postura señala que la educación y la evolución histórica de las relaciones
sociales provocan que el sujeto adquiera elementos de juicio que le permiten desarrollar el
potencial moral de su conciencia.
3. Conciencia proveniente de una entidad divina: supone que la conciencia es un regalo que Dios
ha depositado en el ser humano; la divinidad entrega una chispa de conciencia, por medio de la
cual el sujeto descubre si un acto es justo o injusto.
4. Conciencia originada en una fuente humana (como producto humano): supone que la
conciencia deriva de un proceso evolutivo, social o individual, que facilita el desarrollo de la
facultad de diferenciar entre el bien y el mal. La fuente, social o individual, educa a las personas,
inculcándoles qué es lo más conveniente.
5. Conciencia que procede de fuentes racionales: supone que la conciencia surge de la búsqueda
de formas de existencia más legítimas, comunitarias, la cual le otorga inteligencia y moralidad, en
tanto conjunto de normas que posibilitan la convivencia.

3.1.6 Tipos de conciencia moral o juicios:


1. Conciencia moral activa: opera con conocimiento de las cosas que ocurren en la persona, vale
decir, está siempre en ejercicio y alerta a las conductas. Corresponde al juicio que siempre
emitimos frente a aquello que atenta contra la moral pública y las llamadas buenas costumbres
(convenciones sociales).
2. Conciencia moral adquirida: se va construyendo a partir de una intención educativa que busca
comprometer al sujeto con ciertas actitudes y conductas apropiadas. Abarca aquellos valores
transmitidos por la escuela, la familia, la iglesia, etc. aceptados cono tales, aunque no siempre
actuados, o con polaridad positiva.
3. Conciencia moral colectiva: compuesta por las concepciones que se adquieren en la vida en
comunidad; aunque no siempre se explicitan, cuando alguien las rompe sufre la sanción social. Por
ejemplo, no existen leyes que regulen la intimidad de una persona, pero si alguien se desvistiera en
una reunión de trabajo el grupo lx sancionaría de diversas formas.

3.2 Principios claves para la actuación en conciencia


Un principio es un aspecto fundamental, el punto de partida o base sobre la que actúa la
conciencia. Está dado por aspectos más globales (filosofías, ideologías, teorías); ejemplos de
principios serían entonces:

1. La religión: del latín religare, vínculo. Aquel vínculo que une a las personas con una deidad o con
la divinidad. Supone obediencia a sus mandatos, los que regirán la vida de sus seguidorxs (sus
principios variarán de una religión a otra). En el mundo occidental, la principal religión es la católica,
cuyo sustento filosófico es el cristianismo. El cristianismo acepta a Jesús como el hijo de Dios; sus
enseñanzas deberán ser asumidas, como tal, por el creyente. La filosofía cristiana supone que la
historia es lineal; su punto de partida es Jesús y, el de llegada, Dios. Considera igualmente que el
hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, quien le dio la vida; en tanto padre, se le debe
obediencia y gratitud. Todo lo que atente contra sus mandatos será considerado un pecado o una
falta; los designios de Dios solo pueden ser acatados. En resumen, el principio en que se sustenta es
la obediencia de los mandatos inscritos en la Biblia y promovidos por los apóstoles; sus fundamentos
morales, son los diez mandamientos heredados por uno de sus profetas, Moisés. La subordinación del
hombre, en tanto humano, a los designios divinos propone la búsqueda de la virtud y su perfección,
solo posible a través del pensamiento y la acción: la caridad humana es reflejo de la caridad divina.
La religión cristiana, nutrida de la tradición y la doctrina, posee la mayor cantidad de adeptxs a nivel
mundial.
2. La(s) ideología(s): una ideología es un conjunto de ideas o concepciones en torno al ser humano,
el mundo y la relación existente entre ambos. Generalmente, provienen de pensadores centrados en el
orden social, apoyándose necesariamente en principios o ideas fundamentales. Ejemplos de ellas son
el idealismo y el materialismo. La primera, sustentada en la filosofía humanista, concibe al hombre y
la mujer como seres únicos, encarnaciones de valores sublimes; al centrarse en estos ideales, carentes
de realidad empírica, realza la idea de trascendencia y la necesidad de organizar la vida social. La
segunda, se sustenta en la materia, definiéndola como el punto de origen de la existencia. Así, se basa
en la idea de temporalidad como parte de un proceso evolutivo. Si bien las ideologías siempre han
animado las conductas de las sociedades a través de la historia, la postmodernidad se caracterizaría
por su “derrumbamiento” (Postmodernidad: concepto acuñado en los círculos intelectuales, quienes
señalan como sus principales características la oposición crítica a los sistemas de consumo y la
deshumanización de las sociedades. Supone, por tanto, la superación de la razón como único
elemento de conocimiento humano).
1. ** Las creencias: producto de un razonamiento sobre la realidad (idea); disposición a actuar,
potencia del sujeto; idea o pensamiento que se asume como verdadero; conjunto de creencias, normas
de comportamiento y ceremonias propias de un determinado grupo.
3. Los valores: elementos rectores de la vida. Existe una serie de escalas valóricas, llegando al
extremo de su total relativización en el mundo actual.
Valores religiosos: Valores morales: Valores estéticos: Valores utilitarios: Valores intelectuales:
fe, piedad, caridad, pudor, belleza, armonía, higiene, salud, sabiduría,
sacrificio, solidaridad, equilibrio, comodidad, perseverancia,
humildad, perdón, responsabilidad, sensibilidad, economía, dinero, tenacidad, valentía,
religiosidad, etc. amistad, amor, placer o goce, alimentación, conocimiento, ocio,
honradez, verdad, hermosura, etc. desarrollo, trabajo, etc.
justicia, etc.
sinceridad,
dignidad, respeto,
generosidad, etc.

3.3.1 Valores: formación y educación


Cada sociedad educa a sus integrantes conforme a sus intereses, en aras de su
preservación; como inconsciente colectivo, guarda y registra en su memoria histórica los
aspectos que han facilitado su vida o los quiebres que la han perjudicado. Por ejemplo, es
común que en sociedades del tercer mundo exista cierta xenofobia, enraizada en la
colonización.
Este espíritu de preservación muchas veces impide la formación de sujetos
(auto)críticos; los mecanismos defensivos suelen terminar en actitudes de discriminación o
segregación de quienes no logran responder adecuadamente a sus patrones de aceptación.
Aiain Tourain, sociólogo francés, señala al respecto que las posturas a favor de la defensa
de los pueblos indígenas son formas de discriminación inconsciente ya que cuando se
pretende la convivencia de diferentes culturas dentro de una nación, existe riesgo de
abandono o indiferencia sobre ciertos grupos; no se les combate, pero tampoco se les
integra. Se trata de la doble dimensión de la interculturalidad, omitida en el debate con
mucha frecuencia. Del mismo modo, la transculturalidad (situación en la cual dos culturas
en contacto se influyen mutuamente y sobreviven como tales) supone múltiples formas de
dominio antes que de respeto a la diversidad. El riesgo de caer en un juego de poder en el
que un pueblo se sitúe por sobre otro para hacer prevalecer aquello que le es propio, está
siempre al acecho.
La educación es el mecanismo mediante el que la sociedad forma a los sujetos de
manera acorde a su proyecto. Posee dos dimensiones o formas de producirse: sistemática
(escuela, escolarización) y asistemática (convivencia, familia). La primera intenta crear
condiciones para someter la naturaleza humana a la cultura (construcción humana). Freud,
psiquiatra vienés, sostenía que la cultura es profundamente represiva al encauzar los
impulsos hacia fines productivos. Tal consideración lo lleva a elaborar su teoría sobre la
base de los elementos rectores o mecanismos de defensa del sujeto. Estos operarían
continuamente en las personas, aunque un exceso supondría la existencia de alguna
patología; por ejemplo, la proyección (ver inconscientemente en otrxs lo que quisiéramos
erradicar de nosotrxs mismxs; ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio; notaren
el otro los defectos que también poseemos y queremos cambiar, sin asumirlo).
Cuando Freud instala su teoría psicoanalítica propone un nuevo orden moral al
sostener que aquello que moviliza a la humanidad es una lucha entre contrarios, Eros y
Tánatos, amor y muerte. Esta tesis estremece a la sociedad de su época; el siglo XIX vio
tales ideas con mucha suspicacia y desconcierto, ya que se trataba de nociones extrañas que
traspasaban aquello que conocían. El mayor aporte freudiano supone actuar como el
innegable precursor de las teorías psicológicas posteriores; aun cuando no compartan sus
postulados, maestrxs y psiquiatras, artistas y científicxs reconocen su importancia.

Observaciones:
1. Las personas, según su herencia cultural y concepción de mundo, ya sean asumidas
conscientemente o no, establecen las prioridades respecto de aquello que posee más o menos valor
para el sujeto y su entorno. Por ello, podemos hablar de diferentes escalas valóricas a nivel personal,
aunque existan parámetros de comportamientos característicos de la mayoría de las sociedades.
2. La conciencia es la parte del ser humano en la que reside el saber y la posibilidad de elegir/actuar.
En ella se inscriben todas las experiencias que el sujeto vive, permitiéndole seleccionar aquello que le
es de utilidad; la conciencia se va construyendo a partir de la relación que se establece entre el sujeto
y la sociedad a la que pertenece.
3. Las concepciones de mundo determinan la conciencia, estableciendo principios que rigen la
conducta. Estas concepciones pueden ser tres: religiones, ideologías y creencias, teorías que
atraviesan la historia de las sociedades y determinan el comportamiento de las personas.
4. La religión influyó fuertemente en la conducta de las personas en la Antigüedad; por el contrario,
la actual sociedad de consumo parece alejarse bastante de lo que espera el cristianismo. Claro que lo
anterior no implica una pérdida total de su influencia, en tanto sigue prescribiendo formas de
convivencia en materia política y moral; el actual Papa incluso adopta el rol de mediador en muchos
conflictos a nivel internacional, ya sea directamente o mediante la representación de personas
autorizadas por el Vaticano. Otras religiones, como la musulmana, presentan estructuras cerradas e
incluso promueven conflictos bélicos contra aquellos que profesan otro credo (Guerra del Golfo
pérsico).
5. Una ideología instala una forma de convivencia determinada. Se expresa comúnmente a través de
partidos políticos, organizaciones encargadas de concretar sus principios en la práctica. Algunas
ideologías propician o promueven conductas fanáticas que llevan a sus adherentes a considerar al
resto como enemigo, llegando incluso a su eliminación. Por esta razón, es crucial mantener un
espíritu crítico frente a este tipo de pensamientos que buscan uniformar la conciencia.
6. Una educación sistemática busca conducir procesos de formación de las personas. Uno de los
debates actuales al respecto es determinar qué tipos de valores ha de promover: una educación
autoritaria promueve valores como la obediencia, la sumisión, la falta de respeto a la diversidad, etc.;
una educación democrática incorpora el respeto a la vida y la libertad, la dignidad, la honestidad y el
bienestar como sus principales pilares.
7. Cualquier persona lúcida guiará su comportamiento por ciertos valores. Aunque el sujeto no
siempre será capaz de encontrar o mantener la coherencia entre sus actos y dichos valores, si es
moralmente consciente poseerá una escala de acuerdo a la necesidad de mantener el bien común y el
bienestar personal.
8. Polaridad valores: los valores son considerados como entidades absolutas, sin embargo, nuestra
sociedad se caracteriza por un alto grado de relatividad e inestabilidad en nuestros paradigmas
valóricos: aunque creamos ser personas aptas moralmente, consecuentes a muchos principios, es
probable que detectemos cierta tendencia a ejecutar actos asociados a valores de carga negativa, en
tanto se apoyan en una racionalidad que los justifica. La universalidad de los valores no es algo que
nos preocupe especialmente; podemos ejecutar actos heroicos y, al instante siguiente, otros de gran
mezquindad. Esta relatividad, característica de la edad contemporánea, tiende a la justificación antes
que al deber ser moral.
9. Aunque la moral no es un ejercicio desligado de lo intelectual, la conciencia, en tanto continente
de nuestras experiencias, no puede desvincularse de ella; el sujeto siempre toma posición, frente a sí
mismo y frente al mundo. Esta relación dialéctica, indisoluble y de movilidad permanente, está
presente a lo largo de toda nuestra historia.
Cuarta unidad: el ejercicio profesional

4.1 Conceptos
Profesión viene de profesar, ejercer, practicar, desempeñar, etc. Aunque no existe una
definición única, existe acuerdo en que se derivan del desarrollo histórico de los oficios; a
principios del siglo XX, surgen algunas ocupaciones en función de una creciente demanda
social y una exigencia de competencia en la misma, transformación progresiva que deriva en el
ejercicio más o menos constante de preparación y sistematización de diferentes trabajos. Una
profesión demandará determinadas conductas, una fiel adecuación a ellas, rigiéndose por los
cambios sociales observados en el contexto en que se insertan.

Características:

1. Son actividades que obedecen a un proceso de formación sistemática en tiempo y espacio.


2. Se desarrollan conforme a un programa de contenidos y secuencias lógicas de profundidad.
3. Se rigen por patrones más o menos similares.
4. Su ejercicio práctico está normado por la legalidad vigente.
5. Sus áreas de desempeño son relativamente parecidas.
6. Se sustentan teóricamente en diversas disciplinas de estudio.
7. Están orientadas a servir a la sociedad.
8. Están acreditadas y poseen tanto derechos como obligaciones.
9. Se rigen por un código ético que regula y prescribe el campo de acción de quienes profesan
cierta ocupación.

4.1.1 Cambio social y profesional


Sin duda, asistimos a un importante y acelerado proceso de cambio en la sociedad
producto de la globalización económica y el desarrollo en el ámbito de las telecomunicaciones.
El concepto de “aldea global” surge, en este contexto, vinculado a las conductas humanas y las
demandas o exigencias laborales.
No obstante, reducir el desarrollo de la humanidad, omitiendo su aspecto integral, es un
error. Esta tendencia a reducir el valor de la vida humana y sus actividades más elevadas (arte,
política) se arrastra hace siglos; rebajar el rango de alguien en función de la actividad que
realiza es una actividad común, basada en el pretexto de desenmascarar los falsos triunfalismos
y las vanas ilusiones. Este afán también busca reducir las experiencias de creatividad o éxtasis,
entendiéndolas como experiencias de fascinación o vértigo, lo que supone reducir el amor
conyugal a una muestra de erotismo, el deporte a una competición, etc.
Una persona reduccionista considerará los ámbitos como objetos. Esta falta de respeto
imposibilita el (re)encuentro o entreveramiento de las esferas que componen la vida; al no
permitir el encuentro, el reduccionismo empobrece la vida humana y el desarrollo de la
personalidad.

4.1.2 Elección profesional y moral


Elegir algo siempre implica renunciar a otra cosa; en la medida en que seamos
conscientes de nuestras opciones y sus consecuencias, producirá satisfacción y no frustración.
Una elección profesional implica que el sujeto analice los aspectos intelectuales, las
capacidades y reflexión que conlleva en relación al sentido que adquirirá respecto del contexto
social en que se desenvuelve. La pérdida de sentido social o colectivo lleva al sujeto a tomar
decisiones en base al estatus social o retribución material. Una adecuada orientación vocacional
se convierte, en el mundo actual, en una necesidad en medio de la tarea de ayudar al sujeto a
descubrir sus capacidades e identificar su necesidad de realización personal.
La sociedad del conocimiento llama a instalar nuevos paradigmas en torno al saber, las
personas y el conocer. Las certezas absolutas comienzan a desaparecer, siendo reemplazadas
por acercamientos progresivos a la verdad; los antiguos paradigmas del conocimiento son
desterrados, para dar paso a un saber más integral. Se reconoce entonces la incapacidad de toda
disciplina de dar respuestas globales sobre los fenómenos, enfatizando la capacidad de
aprendizaje del ser humano, quien nunca terminará de instruirse. Esta humildad ante el saber
origina una nueva categoría de sujeto, una persona dispuesta a aprender, reconocer sus procesos
y facilitar su aprendizaje.
La soberbia que animó al ser humano moderno, poseedor de la razón y una absoluta
confianza en la certeza de sus conocimientos, da paso a una actitud post-moderna, esto es, una
postura que entiende que el ser humano está dotado de razón y de un amplio espectro de
emociones (inteligencia emocional; se abarca la totalidad del ser humano). La elección
profesional entonces debe considerar tanto la capacidad intelectual como el desarrollo de la
inteligencia emocional y cómo estas se integran al campo en que se desempeñará el sujeto.

3.1.2 Vocación profesional

Vocación viene del latín vocatio, llamado de Dios. Su significado, especialmente en


el medioevo, fue definido como la voz interior que se produce en las personas que eran
llamadas para desarrollar una actividad, conforme a las virtudes humanas y las exigencias
de la deidad. Esta concepción se ha mantenido, aunque hoy también designa la orientación
o inclinación afectiva e intelectual de las personas para realizar determinadas tareas
sistemáticas que le producen satisfacción; se desmitifica el trabajo como fuente de dolor y
se comienza a hablar paulatinamente de realización personal. Paulo Freire, pedagogo
brasileño contemporáneo, habló de la vocación ontológica (ontos=ser) para referir la
capacidad del sujeto de realizar su proceso de humanización. A esta vocación ontológica
(del ser) se une a la vocación gnoseológica (del saber); para que un sujeto alcance su
realización, debe valerse tanto del ser (acción) como del saber (teoría).
Todas estas tendencias, orientaciones e intereses personales corresponden a las
aptitudes individuales para el desarrollo de ciertas tareas; conforme a la cantidad de estímulos a
la que nos veamos sometidxs, nuestro nivel educacional y el entorno que nos rodea, se
desarrollarán en diferentes grados. Howard Gardner, psicólogo y educador norteamericano,
instala a finales de los años 80 el concepto de inteligencias múltiples, revolucionario dentro de
la esfera educativa. Su idea cambia la noción tradicional que sostenía que la inteligencia era
una sola (lógica-matemática, acompañada de un desarrollo lingüístico-verbal), mediante la
incorporación de la inteligencia corporal, musical, espacial y la intra e interpersonal. Esto
significó concebir a toda persona como sujeto de conocimiento (poseedor de inteligencia); la
diferencia es que en ciertas personas unas están más manifiestas que en otras. El sistema
educativo formal, empero, mantiene una gran deuda con quienes presentan un grado deficiente
de la inteligencia tradicional. El enfoque de este tipo de educación, alejada de un desarrollo
integral, orienta su actividad en torno a parámetros rígidos que solo reconoce varios tipos de
inteligencia cuando aparece un sujeto de gran genialidad (genixs) que destacan por la gran
versatilidad y profundidad de todo tipo de inteligencia.
4.1.4 Aptitud profesional
Aptitud supone pericia, competencia, maestría o disposición hacia una tarea, en este
caso, la disposición a ser profesional. Se trata de una actitud, una disposición interna de
convicción al realizar una tarea de forma sistemática, organizada y según ciertos cánones, ya
sea a partir de un organismo colegiado (colegios profesionales), asociaciones gremiales u otras.
Una aptitud profesional puede desarrollarse a voluntad en el entendido de que todo
comportamiento humano puede ser corregido y perfeccionado en atención al bienestar personal
o social (bien común).

4.2 Moral/ética profesional:


Se caracteriza entonces porque, si bien queda a conciencia de quien la ejerce, también
posee un carácter de obligatoriedad.
La ética no debiera ser un obstáculo para el desarrollo libre de ninguna empresa u
organización sino su condición de posibilidad; ni siquiera la falta de ética de una empresa
supone o evita, necesariamente, su nivel de éxito. Claro que la existencia de este tipo de
organizaciones es relativa y cuestionable, ya que donde existan humanos no habrá neutralidad
ni falta de conciencia (podría hablarse de una ética poco clara o una práctica de desvalores).
Ninguna persona u organización carece completamente de ética; incluso quienes delinquen
tienen sus propias normas y códigos. Por ejemplo, la mafia se sustenta en la „cosa nostra‟
(agrupación en torno a familias) y la omerta (lealtad; ley del silencio); a pesar de que su
negocio es inmoral, funciona y subsiste gracias a un sentido de lealtad muy hondo; las guerras
de pandillas perjudican a la mafia y favorecen a los intocables. Las organizaciones que
funcionan al margen de la ética requieren de otras que sí se rijan por principios morales; un
estafador difícilmente puede ganar dinero a costa de otro estafador.
La ética de los negocios no puede fundamentarse apelando a las utilidades (intereses). El
utilitarismo y pragmatismo anglosajón (J. Dewey y W. James) intentaron cimentar la ética, el
derecho e incluso la religión en torno a un valor utilitario, sin embargo, la utilidad no es
garantía suficiente ni para la ética ni para la religión; transgredir una norma puede reportar
provecho al transgresor, aunque dañe a la sociedad.
No es correcto hablar como si la ética fuera un accesorio dentro de las organizaciones.
Los parámetros éticos no obstaculizan la eficacia, sino que la impulsan; mientras la falta de
ética supone riesgos y costos, su fortalecimiento redunda en el bien económico de todxs. Basta
pensar en los gastos que supone instalar sistemas y personal encargado de la vigilancia, dirigido
a proteger a la empresa y sus bienes de sus propios miembros. Tampoco es correcto despreciar
el valor de las virtudes de quienes integran la organización; responsabilidad, lealtad y
compromiso solo adquieren sentido cuando existen parámetros éticos, e incluso cualidades tan
devaluadas como la templanza suponen cierto beneficio. Ni altos sueldos, ni un régimen de
terror serán suficientes al momento de cambiar/impulsar estas cualidades; es necesario la
articulación de un buen ambiente laboral, con una fuerte ética, y el fortalecimiento de las
virtudes ya existentes.

4.2.1. Ética y justicia


La justicia es un concepto que aparece ligado a otros, tales como equidad, ecuanimidad,
imparcialidad, legalidad o legitimidad (acto justo).
La ética no puede entenderse sin la base de la justicia, mientras que esta se sustenta
en la virtud que suponen las conductas fundamentadas en la moral. En otras palabras, la
justicia, ya sea entendida en términos de equidad o igualdad, entrega el respaldo necesario
para que el marco de actuación instaurado por la ética (deber ser) establezca las mismas
restricciones y posibilidades para todos y todas.
Toda organización se articula, implícita o explícitamente, en torno a patrones de
conductas que permiten preservar la organización. Para que estos sean viables y no
terminen como un conjunto de normas muertas o códigos de conducta inertes, se deben
seguir dos principios fundamentales:

a. Principio de totalidad: la ética solo b. Principio de consistencia: un sistema es consistente


tiene sentido cuando se aplica al todo. cuando carece de contradicción interna. La consistencia
No pueden (co)existir dos morales: es la coherencia entre principios (ideario) y conclusiones
una interna/externa, para lxs (acciones concretas). Ejemplo: una empresa que habla de
trabajadorxs/ejecutivxs, clientes y dignidad e igualdad, pero prefiere contratar a personas de
proveedores, etc. cierta nacionalidad.

El modo de abordar la ética empresarial hasta ahora ha resultado bastante


desafortunado y cuestionable. Las escuelas de negocios norteamericanas y las grandes
corporaciones han invertido importantes sumas de dinero en un „proyecto‟ ético, sin
mayores frutos: por un lado, no se siguen los principios de totalidad y consistencia; por
otro, existe un gran desconocimiento sobre la naturaleza del saber ético. La ética no supone
un saber teórico o técnico-productivo. Constituye un saber político-prudencial que permite
sustentar las políticas de una organización cualquiera en un concepto de respeto que no se
aparta ni de la eficiencia ni la efectividad.
Ni existe un manual ético ni, de hacerlo, sería capaz de resolver todos los
problemas. Tampoco se trata de un conjunto de reglas generales que puedan aplicarse a
casos singulares sin mayor cavilación, ni de su memorización.
Aristóteles estudió a fondo el asunto de la enseñanza de la ética. El filósofo griego
reconoció tres grandes tipos de conocimiento humano:

a. Conocimiento b. Conocimiento c. Conocimiento político-prudencial: quien se transforma es el


teórico: no técnico-productivo: sujeto que conoce o ejerce tal conocimiento (similar a un acto
transforma la transforma la realidad de habla); la ética perfecciona al hombre en su dimensión
realidad, solo la produciendo algo, propiamente humana. Saber ética equivale a ser prudente. La
contempla (por una obra externa al prudencia es una cualidad de la inteligencia, como una segunda
ejemplo, al realizar sujeto (por ejemplo, naturaleza o una nueva facultad. Es versátil, permitiéndonos
algún cálculo, este no la piedra se abordar situaciones nuevas (resolución planteamientos éticos).
modifica en nada el transforma en Se trata de una disposición con dos cauces que confluyen en el
mundo empírico). escultura). mismo punto: por una parte, supone el conocimiento de
principios generales (reglas, idearios); por otro, abarca el
conocimiento de un caso concreto (como ejemplo de un
principio universal).

Alguien sin ética en los negocios solo dispondrá de un conjunto de buenos consejos;
como una especie de Manual de Carreño, la ética no será más que un conjunto de normas
de buenos modales. La ética de los negocios no es algo que se pueda aislar de la vida; es
imposible ser ético en los negocios y un rufián en casa o viceversa, lo que constituiría un
ejemplo de esquizofrenia. Tarde o temprano se tenderá a unificar, ya sea quitando la ética o
colocándola en todos los ámbitos vitales.
Para ser ético en la esfera de los negocios se debe ser prudente. La prudencia:

1. Es, ante todo, un hábito, una conformación de la inteligencia, antes que una base de datos o un
conjunto de buenos consejos. En tanto hábito, se adquiere por repetición y, de no practicarse,
puede llegar a perderse.
2. Se refiere a lo concreto, pero requiere un conocimiento mínimo de principios generales.
3. Es integral, es decir, no se parcializa (principio de totalidad: abarca cada aspecto de la vida).
4. Constituye un saber político: un buen político sabe conciliar y coordinar. La prudencia es un
saber político porque no solo se trata de la aplicación unilateral de reglas; una persona prudente no
es un rigorista miope (aplicación ciega de la regla), ni un acomodaticio (aplicación oportunista de
la regla).
5. Es un hábito falible, es decir, incurre en equivocaciones.

En resumen, cualquier ética debe articularse a partir de principios (reglas, leyes,


normas), pero también en virtudes (capacidades operativas) y, especialmente, de las
relaciones que sostienen los miembros de la comunidad.

4.2.2 La ética profesional y su problemática

En la vida cotidiana, constantemente surgen problemas cuya solución afecta tanto al


sujeto al que aqueja como al resto; en el caso de los profesionales, es común escuchar todo
tipo de denuncias sobre su mal proceder y cómo este perjudica a lxs demás. Si, por un lado,
tenemos a médicos que explotan a sus pacientes, abogados dedicados a actividades ilícitas,
profesorxs que maltratan a sus estudiantes y, por el otro, robos, asesinatos y violencia, no es
de extrañar que el tema ético se convierta en un aspecto central de nuestra supervivencia
como sociedad.

Ejemplos de problemas éticos:

1. Abuso de poder: supone utilizar el puesto que se posee para agobiar, maltratar, favorecer o ayudar a otrxs.
2. Conflicto de intereses: consiste en emitir normas laborales que redundan en el propio beneficio del sujeto,
como participar de un proceso de selección, cuando uno de lxs candidatxs es un familiar directo.
3. Nepotismo: reclutar a miembros de una misma familia en una institución, sin considerar realmente su
preparación. Lo anterior no impide que parientes puedan asociarse en torno a un proyecto común,
especialmente si existe una ética firme y una clara preparación para desarrollar las tareas requeridas y ocupar
cargos de importancia.
4. Soborno: implica aceptar dádivas, obsequios o regalías a cambio de un trato especial o favorable a alguien,
como retribución por actos inherentes a sus funciones.
5. Lealtad excesiva: supone mentir para encubrir alguna conducta impropia por parte de un supervisor o
funcionarix u obedecerlx en todo, aún en contra de los propios principios morales.
6. Falta de dedicación y compromiso: evitar dar el máximo esfuerzo en el trabajo, perdiendo el tiempo
repetidamente.
7. Abuso de confianza: implica extraer materiales desde la institución para uso personal o hacer una utilización
indebida de los recursos disponibles en la misma.
8. Encubrimiento: consiste en callar para evitar denunciar a alguien, decisión motivada por un sentimiento de
amistad, interés o temor.
9. Egoísmo: supone buscar el bienestar propio en detrimento del beneficio de lxs demás.
10. Incompetencia: conlleva una falta de autocrítica respecto de un rol o tarea realizada de manera ineficiente.
Problemas de tal magnitud requieren de la acción enérgica y concertada de lxs
profesionales, en aras de elaborar una nueva ética.

¿Por qué un código de ética?

La regulación moral del ejercicio profesional se relaciona con la existencia de un código


de ética formulado y diseñado en función del bien común y las características particulares de
cada profesión, sobre la base de que el futuro profesional utilizará su conocimiento, habilidad,
sensibilidad y voluntad para promover el bien común.
Para evitar los problemas de índole ético-moral que surgen en el ejercicio de una
profesión u oficio, se deben poner en práctica principios éticos que establezcan los parámetros
y reglas que describirán aquellos comportamientos que una persona puede exhibir o no en
determinado momento. Es sencillo ponerlos en práctica y, de hecho, no hacerlo redundará en
perjuicios para el sujeto y las personas que interactúan con él.

4.2.3. Práctica profesional y moral


Todxs lxs trabajadores tienen la obligación o deber de desarrollar una ética profesional
que defina la lealtad para con su ocupación, profesión, empresa/institución y colegas. Esta ética
constituye un conjunto de normas que definen como buena o mala una serie de prácticas y
relaciones. En este contexto, cuando se habla de bien se hace referencia al logro de la finalidad
de la comunidad, compuesta por todxs lxs trabajadorxs de cierto campo: la correcta prestación
de un servicio. Algunxs autorxs señalan que existen tres condiciones o imperativos éticos
profesionales:

1. Competencia: exige que la 2. Servicio al cliente: la 3. Solidaridad: se refiere a las


persona posea los actividad profesional solo será relaciones de respeto y
conocimientos, destrezas y buena moralmente si se pone al colaboración que se establecen
actitudes requeridas para servicio del cliente. entre sus miembros.
prestar el servicio.

Para lograr una conciencia ética profesional bien desarrollada en lxs empleadxs, resulta
imprescindible establecer cánones o códigos de ética que concentren los valores
organizacionales, es decir, aquello hacia lo que el trabajador deberá orientar su
comportamiento, transformándose en las directrices que lo llevarán a cumplir con los deberes
de su profesión. La concreción de tales deberes implica a su vez la tenencia de ciertos derechos.
Esta dialéctica (cumplir los deberes para ejercer mis derechos y viceversa) evitará conflictos
innecesarios. Por ejemplo, si tenemos el deber de ser buenxs compañerxs para ayudar a cumplir
los objetivos de la organización, podremos ejercer nuestro derecho de rehusar alguna tarea
inmoral sin ser víctima de represalias, aun cuando esto también hubiera sido para alcanzar
alguna meta. El sujeto demuestra entonces su asertividad en la toma de decisiones éticas y, al
mismo tiempo, cumple con sus deberes y hace valer sus derechos.

4.3 Desempeño profesional


El desempeño de cualquier profesión, si bien cuenta con un código de ética por el cual
regirse, creado por agentes externos o internos a la propia profesión o institución, propone a su
vez una conciencia que debe operar en el trabajo; no solo debemos actuar por obligación, sino
por un imperativo moral (actuar consecuente).
Ninguna condición justifica un desempeño deficiente, excepto que se trate de factores
externos a la práctica y la labor misma.

4.3.1 Diligencia
Presteza, viveza, agilidad; implica acción. Este concepto se refiere tanto a una conducta
como a una actitud que dice relación con la disposición hacia las tareas: un trabajador diligente
no es más que la expresión de una conciencia respecto del trabajo y su valor para la realización
de las personas. Sin embargo, no son pocos los casos en los que la diligencia solo se estima en
relación a algún tipo de estímulo. Se trata entonces de un valor a recuperar en lxs profesionalxs.

4.3.2 Espíritu de servicio


Esta actitud no es un mero don o tendencia natural: supone, como cualquier capacidad,
la profesionalización con que se entiende una tarea. Hasta ahora, ninguna profesión u oficio,
independientemente de si se desarrolla en el ámbito público o privado, no se orienta al servicio
de la comunidad. Este valor de servicio constituye, por tanto, un valor indispensable en
cualquier profesión, por lo que debe ser considerado dentro de las pautas éticas de conducta; si
el espíritu es aquello que anima la vida, la animación hacia el servicio es una conducta
éticamente probada en tanto tiende al bien común.

4.4. Profesionalismo de rostro ético: ¿el profesionalismo puede desvincularse


de la ética?
Ninguna conducta humana está exenta de valores, por lo mismo, cuando hablamos de
profesionales en ejercicio, solo podemos referirnos a una persona con juicios y actitudes éticas.
Esta concepción no solo proviene de la voluntad, pues también debemos entenderla como un
acto intencionado de la conciencia que busca instalarse como forma de existencia de una
organización o institución.
La ética debe convertirse en un proceso planificado, con plena conciencia de lo que se
quiere lograr. Para ello, desarrollamos al máximo el juicio práctico y profesional para activar el
pensamiento ético, reconocer qué es lo (in)correcto y poder contar con el compromiso personal
que permita mantener el honor y el deber. Esto, claro, supone un esfuerzo continuo y una
disposición constante de seguir el orden que decidimos acatar. Tal disposición (deber ser), se
deriva directamente de la relación que mantenemos con otrxs y con el mundo. Este vínculo liga
al sujeto con la sociedad a través de lazos de necesidad, gratitud, utilidad, derecho y deber; de
aquí derivan, a su vez, los deberes sociales de trabajo, cooperación, unión, abnegación,
conciliación, solicitud y derecho.

4.4.1 Deberes profesionales ineludibles


Un profesional posee ciertos valores y principios ineludibles que debe defender,
comunicar y practicar en todo momento. En la actualidad, las instituciones deben incluir la
ética como una parte de su filosofía gerencial, empleando los medios más propicios para
comunicar pautas que sirvan como referencia al establecer un modelo de comportamiento
adecuado que se articule de manera integral con la cultura organizacional.
Sugerencias de reglas de conducta:

De ser dependientes Con los proveedorxs/usuarixs: Con otras personas:


(profesionales o trabajadores):
1. Asegurar el uso económico y 1. Informarles que es política de la 1. Respetarlas a ellas y a las
efectivo de los recursos que nos empresa no aceptar regalos y posiciones que tengan o
han sido confiados. animarlos a reportar a gerencia si representen, evitando mostrar
consideran que reciben un desprecio o excluir a alguien con
tratamiento injusto por parte de lxs comportamientos racistas,
dependientes, empleadxs o disociadores o sexistas.
funcionarixs.
2. Proteger a las personas y 2. Seleccionar y mantener una 2. Ser leal y cooperativo en el
objetos que estén bajo su actitud con lxs usuarixs, clientes o trabajo, se trate de un superior,
responsabilidad de accidentes, proveedorxs basada en la compañero o subordinado.
robos, pérdidas o acciones calidad/precio/servicio ofrecido.
indebidas (ilegales).
3. Estar pendiente de sugerir 3. Tener valor para decir las cosas Con nuestra institución/
mejoras en la organización de su de manera cordial, tratando de organismo/empresa:
labor al tomar y/o facilitar el mantener un equilibrio entre
1. Abstenerse de mostrar actitudes
desarrollo de diferentes iniciativas. alabar y realizar una crítica
arrogantes o presumidas.
constructiva.
4. No exagerar los beneficios de 4. Mantener un interés constante 2. Practicar siempre un juego
su área en detrimento de los del en la capacitación y desarrollo del limpio, cara a cara, con la
grupo. personal, considerando sus competencia.
cualidades, potenciales y
necesidades, a fin de facilitar el
progreso de sus carreras dentro del
grupo.
5. No usar información financiera 5. Estar preparadx para ascender a Con la prensa:
que esté a su acceso para el propio quien lo merezca, aunque pueda
beneficio. representar una desventaja o 1. Solo hablar acerca del particular
pérdida para la unidad de trabajo. campo de acción cuando sea
necesario.
6. No aceptar dinero o regalos de 6. Cuidar que las decisiones 2. Remitir a lxs periodistas a la
parte de terceros que puedan respecto de las compensaciones gerencia, departamento de
influir en la toma de decisiones (a monetarias sean justas en tanto comunicación o presidencia,
no ser que se trate de costumbres o consideren adecuadamente dirección o rectoría, según sea el
sean de valor nominal). desempeño y resultados. caso.
7. Asegurar que la información 7. Informar, explicar y escuchar Con el gobierno:
suministrada dentro y fuera de la tanto a lxs funcionarixs como a lxs 1. Respetar la ley y hacer que
organización sea precisa y clientes y público en general. otrxs lo hagan, buscando abolir
confiable. aquellas que promuevan la
ineficiencia o estén obsoletas.
8. Guardar confidencialmente del 8. Respetar los términos 2. Pagar los impuestos locales y
mundo externo toda la contractuales o de otro tipo gubernamentales que
información relativa al negocio o establecidos con lxs clientxs, en correspondan y exigir/lograr
servicio ofrecido. relación al producto/servicio o su aquellas deducciones aseguradas
calidad. por derecho.
9. Saber que no existen puestos 9. Practicar la cultura del lenguaje 3. Respetar a las autoridades
eternos que duren toda la vida. explícito en la publicidad o elegidas y hacer notar claramente
información producida y utilizada. si existen disidencias respecto de
alguna materia o política.
10. Ser capaz de y estar dispuesto Con la política:
a admitir los propios errores. 1. Abstenerse de cualquier forma
de actividad militante que vaya en
detrimento de la institución; más
que neutralidad, se espera poner
atención al bien común.
11. No tolerar ningún tratamiento 2. Hacer todo el esfuerzo posible
preferencial o soborno. para tomar parte en organizaciones
que representen intereses
económicos, culturales y
humanitarios respecto de la propia
región.
12. Abolir las prácticas que
conduzcan a pagos para obtener o
mantener un contrato o lograr un
acuerdo (dentro de la propia
responsabilidad) y asegurarse de
que las normas y procedimientos
internos sean respetados, a fin de
controlar las comisiones pagadas a
terceras personas (no aceptar
delegar funciones).

Un comportamiento ejemplar por parte de gerencia, dirección o rectoría es esencial; se


requiere ser una buena persona para actuar como un buen líder. Sin embargo, es más fácil
describirlo que ponerlo en práctica. Un factor importante es la voluntad de actuar. Todo mundo
adopta determinados valores sí desea hacerlo o, en otras palabras, la ética solo es posible
cuando existe libertad de elección: la ética es parte integral de la facultad de escoger.

4.4.2 Comunidad y aplicación de la ética

Una comunidad es un conjunto de personas o seres que comparten un espacio y


época determinada, en función de un proyecto común, sea implícito o explícito; para
satisfacer estas mutuas necesidades se debe contar con ciertos valores. Los valores pueden
determinarse de dos formas: surgimiento espontáneo a partir de ciertos problemas o
necesidades comunes o por la formulación de leyes que regulen directamente la
convivencia humana mediante su obligatoriedad (por conciencia o penalidad); ninguna ley
está exenta de algún sustrato valórico.
Muchas personas son conscientes de que necesitan del resto para vivir; basta con
sentir la presencia de otrxs para alejar sentimientos de miedo o soledad. La comunidad
también tiene el poder de reforzar conductas gregarias o mitos que separen (referidos a la
discriminación racial, mantenimiento de la pobreza, violencia, sexismo, etc.).

4.5. Los valores rectores de la convivencia en la relación institucional


1. Honestidad: implica aprender a conocer las propias debilidades y limitaciones para intentar
superarlas, por medio del consejo de lxs colegas con mayor experiencia.
2. Integridad: supone defender las propias creencias y valores, rechazando la hipocresía y la
negligencia (rechaza la idea de que el fin justifica los medios).
3. Compromiso: conlleva cumplir las promesas y obligaciones adquiridas, no justificar las faltas ni
rehuir responsabilidades.
4. Lealtad: implica actuar honesta y sinceramente al momento de ofrecer apoyo en los momentos
adversos, rechazando influencias indebidas y evitando conflictos de intereses.
5. Ecuanimidad: supone ser imparcial y justo; ofrecer un trato igualitario a lxs demás y mantener
una mente abierta para aceptar cambios y admitir los propios errores.
6. Dedicación: conlleva estar dispuesto a entregarse, sin condición, al cumplimiento del deber con
la máxima atención, cortesía y espíritu de servicio.
7. Respeto: implica demostrar aprecio por la dignidad humana, la intimidad y el derecho a la libre
determinación.
8. Responsabilidad ciudadana: supone respetar y obedecer las leyes y tener conciencia social.
9. Excelencia: conlleva diligencia, preparación y un espíritu emprendedor para ejercer la labor
encomendada con responsabilidad y eficacia.
10. Ejemplo: implica actuar como modelo de honestidad y moral, mediante la asunción de
responsabilidades y la defensa de la verdad.
11. Conducta intachable: supone ser un ejemplo irreprochable de ética y, como tal, ser depositarix
de la confianza del resto.

4.5.1 Valores vitales

Aquellos con los que se vive; como tal, constituyen una necesidad para la persona.

Existen tres factores generales que influyen en el individuo al momento de tomar una
decisión:

1. Valores individuales: 2. Comportamientos y 3. Código oficial de ética: dirige el comportamiento


la actitud del sujeto, sus valores ajenos: la ético del trabajador. Un aumento en las regulaciones
experiencias, buena o mala laborales, expresado en el código de ética, permitirá
conocimientos y la influencia de personas disminuir problemas (aunque no los eliminará). Esto,
cultura en que se importantes para el debido a que la ética varía de persona a persona y de
encuentra le ayudarán a sujeto (padres, amigos, cultura a cultura; en otras palabras, al estar
determinar qué es compañeros, líderes parcialmente determinada por el sujeto y su contexto
(in)correcto. políticos, etc.) lo cultural, es extremadamente variable. A pesar de ello,
guiarán al tomar una todx profesional debe asumir que necesita de la ética
decisión. para ser sensible a las interrogantes morales, saber
cómo definir conflictos valóricos, analizar disyuntivas
y tomar decisiones en la resolución de problemas.
ESTADÍSTICA
Primera unidad: análisis de datos

La estadística corresponde a aquella ciencia capaz de recolectar y analizar datos de


tal modo que termina por transformarlos en información útil para la toma de decisiones.
Está ligada al método científico y sirve de apoyo a las investigaciones desarrolladas en
diversas disciplinas (biología, medicina, economía, educación, psicología, ingeniería, salud,
administración, etc.) a través de la recopilación, organización, presentación y análisis de
datos. El estudio de datos recopilados a través de métodos y técnicas estadísticas permite
describir el comportamiento de ciertos fenómenos, pronosticar situaciones relacionadas a
ellos, etc.; gracias a la estadística es posible pronosticar el tiempo, prevenir accidentes,
establecer proyecciones de la demanda de un producto, conocer las necesidades de la
población, evaluar la situación de una empresa, planificar a corto, mediano y largo plazo,
etc.

1.2. Estadística descriptiva e inferencial, población y muestra

La estadística busca transformar datos en información; en este proceso se distinguen


dos formas estadísticas: descriptiva e inferencial. La estadística descriptiva es aquella que,
una vez recolectados, organizados y analizados los datos de determinado grupo o situación,
se preocupa de proporcionar información sobre estos, describiendo sus características. En
otras palabras, recopila, organiza, presenta, analiza e interpreta datos de manera tal que se
logra describir fácil y rápidamente sus características esenciales. La estadística inferencial
es aquella que, a partir del análisis de datos de una muestra representativa y aleatoria de la
población en estudio, extiende las conclusiones obtenidas a la totalidad de la población a la
que pertenece, en aras de realizar pronósticos más confiables.
Una población es el conjunto de elementos de los que se requiere información o
desde el que se extrae; el número de elementos determinará su tamaño (se designa con la
letra N). Puede ser finita (camisas producidas por una fábrica en un día, número de
estudiantes en una sala de clases, cantidad de libros de una biblioteca, etc.) o infinita
(trabajo con probabilidades; su tamaño o cantidad es desconocida).
Cuando requerimos información sobre los habitantes de un país es necesario realizar
un censo. Se trata de una actividad compleja, de un alto costo económico y gran lentitud en
el procesamiento de datos, que solo permite medir aspectos generales de la población. Este
tipo de dificultades nos impulsa a trabajar solo con ciertos elementos o aspectos de la
población, es decir, a seleccionar una muestra. Una muestra es un subconjunto (parte) de
una población en estudio; el número de elementos que la componen determinan su tamaño
(se designa con la letra n). La desventaja de trabajar con muestras reside en que se corre el
riesgo de obtener valores que después podrían diferir respecto de los obtenidos al
considerar la población en su conjunto. En este caso, nos enfrentamos a un problema
estadístico denominado sesgo estadístico; con la finalidad de reducirlo al máximo, debemos
seleccionar una muestra representativa a través del método de muestreo aleatorio simple, en
el que cada integrante de la población tiene igual posibilidad de ser seleccionado para
formar parte de la muestra.
Para seleccionar los elementos que constituirán la muestra se puede recurrir al
método del sorteo: se le asigna un número a cada integrante de la población, se colocan en
una bolsa o urna fichas, bolitas o papeles con los números y se van sacando de uno en uno
hasta completar la cantidad requerida. Otra forma es usar una tabla de números aleatorios,
construida especialmente para ello, seleccionando una serie de dígitos generados
aleatoriamente (al azar) y enumerados en el orden en que fueron generados.
Dado que nuestro sistema numérico consta de diez dígitos (0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8,
9), la probabilidad de generar aleatoriamente cualquier dígito en particular es igual a la
probabilidad de generar cualquier otro dígito, es decir, una entre diez. Así, de generarse una
secuencia de 500 dígitos, aproximadamente 50 de ellos serían el 0,50, el dígito 1, etc.
Para usar una de estas tablas, en lugar del tradicional sorteo en una pecera para
seleccionar la muestra requerida, se debe:
1) Asignar números de código a los miembros individuales de la población.
2) Obtener una muestra al azar leyendo la tabla de números aleatorios, seleccionando
aquellos individuos cuyos números de código asignados concuerden con los que se
encuentran en la tabla.
Si la población en estudio se encuentra separada en grupos o diferenciada por
alguna característica, se puede aplicar este mismo muestreo aleatorio dentro de cada
agrupación; se trata de un muestreo aleatorio estratificado.
En cualquier caso, mientras más grande sea el tamaño de la muestra seleccionada,
menor será el sesgo estadístico que podría producirse.

Ejemplo:
1. Se quiere obtener información sobre el promedio de personas que asisten a una
determinada biblioteca en cierto periodo de tiempo. En este caso, supondremos que el
tamaño de la población es de 32.000 personas. Si se selecciona una muestra de solo el 2%
de la población (640 personas), existirá mayor riesgo de sesgo que si se trabajara con el
10% (3.200 personas); en esta ocasión, se trabajará con la muestra de 640 personas.
2. Una vez decidido el tamaño de la muestra, existen dos alternativas para seleccionarla: el
muestreo aleatorio simple y el muestreo aleatorio estratificado (en esta ocasión los estratos
se separan en hombres y mujeres). Si se opta por el primero, de toda la población definida
(32.000 personas), se seleccionarán las 640 primeras que resulten del sorteo
correspondiente; si se elige el segundo, se tiene que las 32.000 personas se dividen en dos
estratos: hombres y mujeres. En cada grupo deberá aplicarse entonces la selección por
muestreo aleatorio simple, eligiendo uno de cada grupo alternadamente, hasta completar las
640 personas. Una muestra representativa de una población permite deducir importantes
conclusiones a partir de su análisis.

Recuerda que:
La parte de la estadística encargada de las condiciones en que las inferencias son
válidas se denomina estadística inferencial; dado que es difícil confiar absolutamente en la
veracidad de las inferencias realizadas, con frecuencia se recurre al término “probabilidad”
al redactar las conclusiones del análisis. Aquella que se dedica a describir y analizar un
grupo determinado, sin sacar conclusiones o inferencias aplicables a un grupo mayor, es
conocida como estadística descriptiva.

1.4 Variables discretas y continuas


Una variable es una característica que nos interesa medir o determinar en cada uno
de los elementos de la población en estudio. Se puede representar por un símbolo o una
letra mayúscula como X, Y o H y puede tomar un valor cualquiera dentro de un conjunto
determinado; si la variable asume siempre un mismo valor, se denomina constante.

Ejemplo:
En un sector poblacional cualquiera, se está realizando un estudio respecto del
número de hijos que tiene cada una de las familias que habita en el lugar. Luego de aplicar
una encuesta, se sabe que la cantidad fluctúa entre 0 y 10 hijos; en tal caso, la variable sería
el número de hijos. Así, una variable podría asumir cualquier valor del conjunto D:

D = {0,1,2,3,4,5,6,7,8,9,10}

Esto implica que nunca asumirá valores intermedios, ya que sería absurdo hablar de
3,8 hijos.
En casos como este, en que la variable solo puede tomar valores enteros y positivos,
diremos que se trata de una variable discreta; las enumeraciones o conteos suelen originar
datos discretos. No obstante, también existen situaciones donde la variable sí puede asumir
valores intermedios, decimales o fraccionarios, en cuyo caso se trataría de una variable
continua; en general, las medidas dan origen a este tipo de datos (estatura, peso, edad, etc.).

Ejemplo:
a. Un número N de hijos de una familia puede tomar cualquiera de los valores 0, 1, 2, 3,
4… pero no 0.1, 0.25, 1.4…; se trata entonces de una variable discreta y los datos definidos
por ella reciben el nombre de datos discretos.
b. La altura H de un individuo puede ser 62 pulgadas, 60,4 o 65,8341 pulgadas
dependiendo de la exactitud que se requiera; se trata entonces de una variable continua y
los datos definidos por ella reciben el nombre de datos continuos.

Ejercicios:
1. De las siguientes variables, señale cuáles representan datos discretos y cuáles datos
continuos:
a) Número de alumnos matriculados en la carrera de Bibliotecología en el Discreta
IPDP.
b) Temperaturas registradas cada media hora en un observatorio. Continua
c) Periodo de duración de los tubos de televisión producidos por una Continua
compañía.
d) Censos anuales del colegio de profesores. Discreta
e) Longitud de 1000 cerrojos producidos en una fábrica. Continua

2. Determine los valores que asume la variable en cada uno de los siguientes ejemplos y
señale si es continua o discreta.

a) Número de litros de agua en una Variable Cualquier valor, entre cero litros y hasta
máquina de lavar. continua la capacidad máxima de la máquina.
b) Número de libros en un estante de Variable Desde cero hasta el mayor número de
biblioteca. discreta libros que puedan entrar en el estante.
c) Suma de puntos obtenidos en el Variable Los puntos obtenidos en un sólo dado
lanzamiento de un par de dados. discreta pueden ser 1,2,3,4,5 ó 6. Entonces la
suma de puntos del par de dados podrá
ser: 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, que
son los valores que puede asumir la
variable.
d) Diámetro de una esfera. Variable Si consideramos un punto como una
continua esfera de diámetro cero, el dominio de
D son todos los valores de cero a más
infinito.
e) Países de Europa. Variable Dominio: Inglaterra, Francia, Alemania,
discreta etc., que pueden representarse
numéricamente por 1, 2, 3, etc.

3) Responda con sus palabras a las siguientes inquietudes:

a) ¿Para qué le sirve en su trabajo “en biblioteca” la estadística descriptiva? Ejemplifique.


Una respuesta podría ser: "para conocer el comportamiento general del personal en sus
diferentes acciones, como por ejemplo: el uso de textos, los atrasos producidos en la
entrega de libros, etc.".
b) Al comprender los conceptos de muestra y población, ¿podría señalar al menos tres
situaciones que identifique como posibilidad de aplicar estos conceptos?
Se relaciona con la respuesta anterior, en tanto permitiría estudiar la población o una
muestra, en cada caso.
c) ¿Qué utilidad le presta el manejo de los conceptos: variable, variable discreta y variable
continua?
Posible respuesta: para ampliar mi vocabulario, para comprender mejor lo expresado por
otras personas en una conversación, para aplicarlo en situaciones de trabajo en biblioteca,
etc.

SEGUNDA UNIDAD: presentaciones estadísticas

Las presentaciones estadísticas abarcan las distribuciones de frecuencias, intervalos


y marcas de clase, las cuales nos ayudarán a (re)presentar gráficamente los datos que
debemos operar. La idea, en este sentido, es agrupar datos dispersos y, a partir de ese
ordenamiento, reconocer dónde se produce la mayor concentración o dispersión de estos.
Tales elementos permiten realizar inferencias, conclusiones válidas y aplicables a la
población en estudio; la representación visual de datos entrega una mayor claridad respecto
de los mismos, suponiendo un importante apoyo en la interpretación de la información
procesada.

2.1 Cálculo de distribuciones, frecuencias, intervalos y marca de clase


Cuando disponemos de un gran número de datos resulta útil distribuirlos en clases o
categorías y determinar el número de casos perteneciente a cada una. Esto es lo que se
conoce como frecuencia de clase: el acto de concentrar el número de veces que se repite el
caso o la característica estudiada.
La ordenación tabular de los datos, con sus correspondientes frecuencias, constituye
una distribución o tabla de frecuencias. Una conocida técnica para construir una
distribución de frecuencias, si solo se conoce la nube de datos a presentar, es la siguiente:
Los datos representan el número de libros albergados en 40 áreas diferentes de
estudio en una determinada biblioteca penquista; aparecen ordenados de mayor a menor.

El rango o recorrido de la variable está dado por:

Para decidir el número de clases o intervalos a considerar se sugiere emplear el siguiente


criterio:

Entonces se obtiene el tamaño del intervalo:

Se seleccionan los límites de clase que definen los intervalos de manera que las
clases sean del mismo tamaño y se cuenta el número de observaciones para cada una, es
decir, las frecuencias absolutas respectivas.

Observación: Los límites 32-41 o 42-51 son aparentes (límites reales o fronteras: variable
cuantitativa continua; en este caso, se presentan en la última columna).

Intervalos de clase: se emplean si las variables abarcan un gran número de valores o si la


variable es continua. Se agrupan los valores en intervalos de igual amplitud denominados
clases, a cada una de las cuales se le asigna su frecuencia correspondiente. El símbolo que
define una clase, tal como 32-41, se conoce como intervalo de clase; 32 y 41 corresponden
a sus límites aparentes.

Marca de clase: se designa con la letra X y corresponde al punto medio de cada intervalo
de clase. Se obtiene sumando el límite inferior y el superior de cada clase y dividiendo
dicha suma en dos. También recibe el nombre de punto medio de la clase.
2.3 Presentación gráfica de datos estadísticos
a. Histograma: representación gráfica de datos agrupados mediante intervalos. Se
construye mediante un conjunto de barras rectangulares verticales cuya altura es
proporcional a las frecuencias absolutas de cada intervalo. Entonces:
- Las bases de estos rectángulos se ubican sobre el eje horizontal (eje X) y sus centros en
las marcas de clase, mientras que su longitud iguala al tamaño de los intervalos de clase.
- Si los intervalos de clase poseen igual tamaño, la altura de los rectángulos será
proporcional a las frecuencias de clase; en tal caso, se toman las alturas numéricamente
iguales a las frecuencias de clase. Si los intervalos de clase difieren en tamaño, las alturas
deben ser calculadas.

b. Polígono de frecuencias: gráfico de línea trazado sobre las marcas de clase. Puede
obtenerse uniendo los puntos medios de cada columna del histograma.

Se acostumbra prolongar el polígono con PQ y RS hasta las marcas de clase inferior


y superior inmediatas que corresponderían a la clase de frecuencia cero. En este caso, la
suma de las áreas de los rectángulos del histograma equivale al área total limitada por el
polígono de frecuencias y el eje X.
La siguiente tabla y sus correspondientes gráficos pueden utilizarse para múltiples
casos, por ejemplo:
a. Muestra de usuarios frecuentes en 100 bibliotecas a nivel nacional.
b. Muestra de salarios semanales de 100 trabajadores.
Curvas de frecuencia
Es razonable esperar que las curvas de frecuencia provengan de los polígonos de
frecuencia; por ello, se consideran un polígono de frecuencias suavizado.
El conjunto de datos empleado para elaborar un gráfico suele pertenecer a una
muestra extraída de una gran población. A raíz de esto, es teóricamente posible (en el caso
de datos continuos), elegir intervalos de clase muy pequeños y aun así obtener un adecuado
número de observaciones dentro de cada clase. Por esta razón, el polígono de frecuencias o
de frecuencia relativa, para una población grande, puede estar formado por muchos
segmentos rectos pequeños que aproximen el conjunto a una curva (curva de frecuencia o
de frecuencia relativa).

Tipos de curvas de frecuencia


a. En términos de asimetría, una curva puede ser:

1. Asimétrica negativa: no simétrica, con la „cola‟ a la


izquierda.

2. Simétrica.

3. Asimétrica positiva: no simétrica, con la „cola‟ a la


derecha.
b. En términos de curtosis (medida de apuntamiento), una curva de frecuencia puede ser:

1. Platicúrtica: plana, con las observaciones


distribuidas en forma relativamente pareja entre
las clases.

2. Mesocúrtica: ni plana ni afilada en términos de


la distribución de los valores observados.

3. Leptocúrtica: afilada, con las observaciones


concentradas en un estrecho rango de valores.

2.4 Distribución de frecuencias acumuladas


Este tipo de distribución identifica el número acumulado de observaciones incluidas
bajo el límite exacto superior de cada clase de la distribución. Las frecuencias acumuladas
de una clase pueden determinarse sumando las frecuencias observadas de esa clase a las
frecuencias acumuladas de la clase anterior.

Reconoceremos dos tipos de frecuencia acumulada:

La gráfica de una distribución de frecuencias acumuladas se llama ojiva. En el caso de


distribuciones acumuladas del tipo “menor que” (Fi (-) ), indica las frecuencias acumuladas
bajo cada límite exacto de clase de la distribución de frecuencias; si esa gráfica de líneas se
suaviza, se obtiene una curva llamada ojiva.

2.5 Distribución de frecuencia relativa


La frecuencia relativa de una clase o intervalo es la frecuencia de la clase dividida
por el total de los casos (N); generalmente se expresa en forma porcentual y la suma de las
frecuencias relativas de cada clase evidentemente corresponde a 1 o 100%, según esté
expresado. Permite hacer comparaciones de muestras de distinto tamaño.
Las representaciones gráficas de distribuciones de frecuencia relativa pueden
obtenerse del histograma o del polígono de frecuencias, sin más que cambiar
la escala vertical de frecuencia a frecuencia relativa, conservándose exactamente el
mismo diagrama. Los gráficos que resultan se llaman histogramas de frecuencias
relativas o histogramas porcentuales y polígonos de frecuencias relativas o polígonos
porcentuales, respectivamente.

Ejercicios
1. La tabla muestra una distribución de frecuencias del número de libros utilizados por área
de estudios (clases = número de filas = área estudio). En este caso, tenemos siete filas
(código de siete áreas de estudio).

A partir de esta tabla, determinar:


a) El límite inferior de la sexta clase: 100
b) El límite superior de la cuarta clase: 89,99
c) La marca de clase (o punto medio) de la tercera clase:
d) Los límites reales de la quinta clase:

e) Tamaño del quinto intervalo de clase:

f) Frecuencia de la tercera clase: 16

g) Frecuencia relativa de la tercera clase:

h) Intervalo de clase que tiene mayor frecuencia.

i) Porcentaje de libros con áreas utilizadas menores a 80:

j) Porcentaje de libros con áreas utilizadas menor de 100 pero con 60 al menos.

2. Si las marcas de clase en una distribución de frecuencias referente a las ciudades de


origen de estudiantes son 128, 137, 146, 155, 164, 173 y 182 hallar:

a) El tamaño de intervalo de clase:

b) Los límites reales de clase:

c) Los límites de clase:


3. Construir una distribución de frecuencias acumuladas del tipo “menos que “y “más que”
a partir de la distribución de frecuencias formulado por usted; interprete la tercera clase.

TERCERA UNIDAD: medidas de tendencia central

Los valores de las variables posibilitan la aplicación y el cálculo respecto de cómo


se divide la distribución. Las medidas de tendencia central –media aritmética, moda,
mediana, cuartiles, deciles y percentiles- son indicadores estadísticos que permiten describir
el comportamiento típico de un conjunto de valores o puntajes.

3.1 Media aritmética (o media) para datos no agrupados


Corresponde al promedio de los valores que asume la variable. La media aritmética
de un conjunto cualquiera, con N elementos, se representa por x y se define como la
sumatoria (se anota con la letra sigma, ∑) de todos los xi dividida por el total de datos, N.
Es decir:

Por ejemplo, para calcular la media aritmética de los números 5, 8, 10, 15 y 12 aplicamos la
fórmula:
Ejemplo: La edad de un grupo de 10 niños se distribuye de la siguiente forma: dos niños
tienen 6 años; cuatro, 9 años; 3 tienen 7 años y uno tiene 3 años.
Se requiere conocer la edad promedio de los niños, es decir, estadísticamente se solicita
calcular la media aritmética. Para ello, primero ordenaremos los datos en una tabla:

Así, la edad promedio del grupo es 7,2 años. Como se puede apreciar, ningún niño tiene,
efectivamente, esta edad; es algo que suele ocurrir en diferentes contextos, en cuyo caso
conviene señalar que la media es un valor representativo de la variable, por lo que no debe
ser asumido necesariamente por alguna de las personas que integran el grupo en estudio.

3.2 Media aritmética para datos agrupados


En este caso, el valor de la variable se presenta en intervalos, por lo que, para
calcular la media aritmética se hace necesario usar la marca de clase y asignarle la letra
Para calcularla, utilizaremos la siguiente fórmula:

Cada marca de clase se multiplica por su correspondiente frecuencia. Luego, se


suman los productos obtenidos y se divide por N (total de casos).

Ejemplo:
En 50 bibliotecas de distintos colegios se distribuyen entre 200 y 699 textos (ver
tabla):

Si se requiere conocer el promedio de libros en existencia:


Por lo tanto, el promedio de libros en las bibliotecas
señaladas es de 487, 500 (488 aprox).
3.3. Moda
Valor de la variable que registra la mayor frecuencia absoluta, es decir, es el valor
más común, el que más se repite. Puede presentarse el caso de que exista más de una moda
o que esta no exista. En una distribución de frecuencias con datos agrupados, la moda se
encuentra en el intervalo donde se registra la mayor frecuencia; para calcular su valor
exacto se utiliza la fórmula:

Donde:
Li = límite real inferior del intervalo en que se encuentra la moda.
d1 = diferencia entre la frecuencia en que se ubica la moda y la frecuencia del
intervalo anterior.
d2 = diferencia entre la frecuencia en que se ubica la moda y la frecuencia del
intervalo siguiente a ella.
C= tamaño o amplitud del intervalo

Calcularemos la moda en la siguiente distribución de frecuencias que muestra los


libros utilizados por 400 estudiantes en toda su educación (Básica, Media y Universitaria)

Sabemos que, en una distribución de datos agrupados, la moda se encuentra en el intervalo


de mayor frecuencia. En este caso, la frecuencia más alta es 76, por lo que la moda estará
entre los 400 y los 499 libros.

Para la fórmula, los datos serán:

Si la moda es 468, 73 significa que el número de libros que más se repitió entre lxs alumnxs
en el estudio fue: 468,73 libros utilizados (aprox. 469 libros).
3.4 Mediana
Valor de la variable que divide la distribución en dos partes iguales, es decir, deja
sobre y bajo sí al 50% de los casos.

En datos no agrupados:

a. Si el estudio considera un número de b. Si el número de datos es par, corresponderá al


elementos impar, será el valor central. promedio de los dos valores centrales.

Ejemplo:
En el conjunto de datos M = {4, 5, 5, 6, 7, 8, 8, 10, 11} la mediana es 7. Lo anterior, porque
se trata de un conjunto de nueve elementos (impar) y 7 es su valor central.
En el conjunto de datos T = {6, 6, 7, 10, 12, 14, 17, 22}, la mediana será 10+12 = 22/2 =
11, pues el conjunto está compuesto por un número par de elementos.
Al igual que sucedía con la media, puede ocurrir que no seamos capaces de determinar qué
valor asume la mediana.

En datos agrupados, aplicaremos la siguiente fórmula:

Donde:
Li = límite real inferior del intervalo en que se encuentra la mediana
N = número total de datos de la distribución
Fi – 1= frecuencia absoluta acumulada del intervalo anterior al que contiene la mediana
fi = frecuencia (no acumulada) del intervalo que contiene la mediana
C = tamaño o amplitud del intervalo

Los límites reales son valores que unen a las clases y se forman únicamente de números
enteros. Se obtienen al restar 0.5 a los límites de la izquierda y sumar 0.5 a los límites de
la derecha. Cuando las clases tengan un decimal, habrá que restar 0.05 a los límites de la
izquierda y sumar 0.05 a los límites de la derecha.

Ejercicio:
El número de libros utilizados en 100 colegios, en un determinado tiempo, fue:

Lo primero es ubicar el intervalo que


contiene la mediana. Para ello, debemos
buscar el valor igual o mayor al 50% en la
columna de las frecuencias acumuladas (Fi);
como son 100 casos, deberá ser superior o
igual a 50. En la tabla, la frecuencia
acumulada que marca 60 indica entonces el
intervalo en que se encuentra la mediana, es
decir, el valor de la mediana se ubicará entre
2800 y 3000. Luego, para calcularla,
aplicamos la fórmula (antes habrá que
ordenar los datos):
La mediana será entonces 2.939 lo que implica que, en la distribución, ese es el
valor que la divide en dos partes iguales. Las conclusiones al respecto pueden expresarse
así:

a. El 50% de los casos utiliza menos de 2.939 b. De los 100 colegios considerados, 50 de ellos
libros, mientras que el otro 50% usa más que ocupan entre 2.400-2.939 libros y 50 de ellos
esa cantidad. más de 2.939, con un máximo de 3.600.

3.5. Cuartiles, deciles y percentiles


En un conjunto de datos, el valor medio (mediana) divide al conjunto en dos partes
iguales. Siguiendo esta lógica, podemos calcular aquellos valores de la variable que dividen
la distribución en cuatro partes iguales; son los llamados cuartiles. Se designan con la letra
Q y cada uno de ellos separa la distribución en 25%. Así tenemos que:
a. El cuartil uno o Q1 es el valor de la variable que marca el límite del primer cuarto (1/4)
de la distribución o, lo que es lo mismo, el primer 25% de ella, dejando sobre sí al 75%
restante.
b. El cuartil dos o Q2 es el valor de la variable que divide la distribución en dos partes
iguales, por lo tanto, coincide con la mediana (2/4=1/2)  Q2 = Me
c. El cuartil tres o Q3 es el valor de la variable que marca el límite de los tres cuartos (3/4)
de la distribución, es decir, es el valor en que se ubica el 75% de la distribución, dejando
sobre sí al 25% restante.

Para calcularlos usaremos la misma fórmula de la mediana, con los ajustes


correspondientes:

Usando el ejemplo anterior, calcularemos los


cuartiles:
Como el cuartil uno es 2.780, este valor marca el primer 25% de la distribución, dejando
sobre sí al 75% restante. Esto nos permite concluir que:

a. El 25% de los colegios b. El 25% de los colegios c. El estudio revela que un cuarto de
contemplados en el estudio ocupan ocupan menos de 2.780 los colegios considerados ocupan una
una cantidad de libros, que va libros, en tanto el 75% de cantidad que va desde los 2.400 hasta
desde los 2.400 hasta los 2.780, establecimientos utiliza más los 2.780, mientras que los tres cuartos
mientras que el 75% de los de tal cantidad. de ellos usan más de 2.780, con un
establecimientos usa más de 2.780, máximo de 3.600, en el tiempo
con un máximo de 3.600 señalado.

Como la mediana ya fue calculada, sabemos que Q2 = 2.939 (cantidad de libros


utilizados). El tercer cuartil se ubica en el intervalo donde la frecuencia absoluta acumulada
marca 85 (la frec.ac. debe ser igual o mayor al 75% del total de casos), lo que implica que
corresponderá a una cantidad ubicada entre 3.000 y 3.200. De este modo,

Así, podemos concluir que:


a. El 75% de los colegios b. El estudio revela que 75 de
considerados ocupa una los establecimientos ocupa entre
cantidad de libros que oscila 2.400 y 3.120 libros, en tanto el
entre los 2.400 y 3.120, 25% restante recibe más de tal
mientras que solo un 25% cantidad, aunque menos de
utiliza más de esta cantidad, 3.600.
con un tope de 3.600.

Resulta importante señalar que entre el cuartil uno (25%) y el tres (75%) se
encuentra el 50% de los casos en estudio. En el ejemplo, Q1 = 2.780 y Q3= 3.120, de modo
que es posible sostener que: el número de libros utilizados en distintos colegios, los cuales
representan el 25%, reveló que las cantidades más bajas fluctúan entre 2.400 y 2.780, en
tanto el 50% de los establecimientos utiliza entre 2.780 y 3.120 textos y solo el 25% supera
tal cantidad, con un máximo de 3.600.

Los valores de la variable que dividen la distribución en diez partes iguales se denominan
deciles y se representan por

El decil uno es el valor de la variable correspondiente al 10% de la distribución.


El decil dos es el valor de la variable correspondiente al 20%, el tercero al 30% y así
sucesivamente. Entonces, ocurre que:

Las variables que dividen la distribución en cien partes iguales se denominan percentiles y
se representan por
El percentil uno corresponde al 1% de la distribución, el dos, al 2%, el tres al 3% y así
sucesivamente. Así,

Recordemos que, en la fórmula, lo único que varía es el factor de N (porcentaje que señala
el decil o percentil a calcular): si corresponde a un decil se divide por 10 y si es un
percentil, por 100.

Ejemplifiquemos usando la tabla de datos anteriores:

1. Para D3 tenemos que el 30% de 100 es 30, por lo tanto, D3 se ubicará en el intervalo
cuya frecuencia acumulada marca 60 y corresponderá a un valor entre 2.800 y 3.000.

2. Para P42 tenemos que el 42% de 100 es 42, por lo tanto, P42 se ubicará en el intervalo
cuya frecuencia acumulada marque 60 y corresponderá a un valor entre los 2.800 y 3.000
Ejercicio interesante (uwu)
A una muestra de 212 usuarios de diferentes bibliotecas, se le aplicó un test que buscaba
medir el uso adecuado que hacían de la biblioteca.

En este caso, interesa determinar qué % de usuarios obtuvo un resultado entre 620 y 680
puntos.
Así, el porcentaje buscado sería: 82.84% - 48.49% = 34.4% de usuarios.

Ejercicios

1. Las calificaciones de un estudiante de bibliotecología en seis pruebas fueron: 84, 91, 72,
68, 87 y 78. Encuentre la media aritmética de las calificaciones.

2. Los salarios anuales de cuatro personas fueron: $5.000, $6.000, $6.500 y $30.0000.
Encuentre la media aritmética de los salarios.

3. De un total de 100 números, habían 20 cuatros, 40 cincos, 30 seis y 10 sietes. Encuentre


la media aritmética de los números.

4. Cuatro grupos de estudiantes, formados por 15, 20, 10 y 18 individuos registran los
siguientes pesos: 162, 148, 153 y 140 libras, respectivamente. Encuentre el peso medio de
todos los estudiantes.

5. Los puntajes de un deportista en seis de sus pruebas fueron: 84, 91, 72, 68, 87 y 78.
Calcule la mediana de los puntajes.

6. Los puntajes que cinco alumnos obtuvieron en una determinada tarea fueron: 2,52; 3,96;
3,28; 9,20 y 3,75. Encuentre:
a) la mediana de los puntajes.

b) la media de los puntajes.

7. Calcule la media, mediana y moda en las siguientes colecciones de libros:


(a) 3, 5, 2, 6, 5, 9, 5, 2, 8, 6 y (b) 51,6; 48,7; 50,3; 49,5; 48,9

8. Calcule los cuartiles Q1, Q2 y Q3 y los deciles D1, D2 y D9 de los libros utilizados en
65 colegios en un determinado tiempo, tal como se presentan en la siguiente tabla:

9. Determine el percentil 35 y 60 para la distribución anterior.


10. Considerando los siguientes puntajes de un test de habilidades aplicado a 212
estudiantes:

a) Calcule P5 y P95

b) Determine el percentil al que corresponde el valor


582.4 puntos
c) Señale qué % de alumnos obtuvo entre 400 y 600
puntos.

Cuarta unidad: medidas de dispersión


En esta unidad se utilizarán fórmulas para calcular las medidas de dispersión de
datos agrupados con el fin de determinar la desviación media. Esta medida dará a conocer
un valor absoluto a través del conjunto de datos, definido como la sumatoria de los
cuadrados de las desviaciones, dividida por el total de casos. También se dará a conocer la
desviación estándar o típica que permite obtener un promedio diferente al de la media
aritmética.

Cálculo de medidas de dispersión para datos agrupados

4.1 Rango (R): diferencia entre el dato mayor y el menor. Por ejemplo, si tenemos el
siguiente rango de números: 3, 4, 4, 6, 6, 9, 11, 13 R= 13-3 = 10.

4.2 Desviación promedio o media: promedio de las desviaciones


(alejamientos) de cada uno de los valores respecto de un valor
referencial (generalmente, la media aritmética). Su fórmula es:

En donde:
Es el valor absoluto (sin signo, entre dos barras) de las diferentes Xi respecto de

Ejemplo:
Hallar la media aritmética de los números: 4, 6, 8, 10, 12

Ordenemos la información:
4.3 Varianza
Sumatoria de los cuadrados de las desviaciones, dividida por el total de casos en estudio.

Si el estudio se refiere a una varianza muestral, se representa por s² y se divide por n-1. Si
se refiere a la varianza poblacional se designará por y se divide por N.

Al sacar la raíz cuadrada de la varianza obtenemos la desviación estándar (o desviación


típica):

Cuando los datos vienen dados por una distribución de frecuencias queda dado por la
siguiente fórmula:

Al igual que en la varianza, cuando se trata de la desviación estándar de una población se


divide por N; en cambio, si se trata de calcular la desviación estándar de una muestra se
divide por n-1.

4.4 Aplicación de medidas de dispersión considerando también el cálculo de la desviación


estándar

Cálculo de medidas de dispersión de datos agrupados

a) Media aritmética:

- Con este valor, debemos construir la columna de las desviaciones


- Como se trata de datos agrupados, construimos la columna
b) Desviación media:

El promedio de los alejamientos de la muestra en estudio respecto del valor referencial


es igual a 19.6.

-Construyamos ahora la columna

-Como se trata de una distribución de datos agrupados, también hemos de fabricar la


columna

-Entonces, calculamos la desviación típica o estándar:

- La varianza es:

Si calculamos el cuartil inferior (Q1) y superior (Q3):


- Luego, se tiene la medida de desviación: rango semi-intercuartil o desviación cuartil
(mitad del rango comprendido entre el 50% de los términos centrales de la distrib.).

- Nótese que el 50% de los casos cae entre Q1 y Q3, es decir, en 50 bibliotecas el
número de usuarios fue entre 277,5 y 311, 5:

como medida de centralización

Puntajes tipificados
Corresponde a un puntaje cualquiera de una distribución (x). Puede expresarse en términos
de la desviación típica o estándar.
En un conjunto de datos, si la media aritmética es y la desviación típica s, entonces el
valor tipificado o estandarizado (z) de un dato x es:

Es claro que el puntaje z correspondiente a es 0, ya que:

Ejemplo:
Considerando que las notas de Juan son: 2 – 3,9- 5- 5,9 -6,2, calculemos la media aritmética
y la desviación típica.

a) Media aritmética:

b) Desviación típica:

Así, para cada nota:

1) 2 =

2) 3,9 =

3) 5=
4) 5,9=

5) 6,2=

Resulta claro que las notas quedan ordenadas en referencia a la cantidad de desviaciones
estándar o típicas respecto de .

Ejemplo nro. 2:
Un alumno obtuvo un 5,9 en Estadística y un 6,5 en Álgebra. Si los promedios generales de
las asignaturas fueron 5,5 y 6,2 y las desviaciones típicas 0,4 y 0,6 respectivamente ¿en qué
asignatura obtuvo un mejor lugar relativo?
En este caso:

Respuesta: a pesar de que se obtiene un mejor promedio en álgebra, se establece que


alcanza un mejor lugar relativo en la asignatura de estadística (1 sobre 0,5).

4.5 Coeficiente de variación (CV)


Cociente (resultado división) entre la desviación típica y la media de la distribución:
Este parámetro permite relativizar el valor de la desviación típica para comparar la
dispersión de dos poblaciones estadísticas con gamas de valores muy discretas.

Ejemplo:
En una compañía chilena, los salarios tienen una media de x1= 400.000 pesos y una
desviación típica s1= 100.000 pesos; mientras que, en una empresa española, la media es
x2= 300.000 pesetas y la desviación típica s2= 30.000 pesetas ¿qué diferencia existe entre
ambas?
CV1= 100.000/400.000 = 0,25
CV2= 30.000/300.000 = 0,10
Respuesta: en la segunda compañía los salarios presentan una menor dispersión respecto
de la primera.

Ejercicios:

1. Hallar el rango de cada serie de números:


a) 12, 6, 7, 3, 15, 10, 18, 5 = 15

b) 9, 3, 8, 8, 9, 8, 9, 18 = 15

2. Encuentre la desviación media de las anteriores series.


a) DM= 4,25
b) DM= 2,25
3. Encuentre la desviación estándar de cada serie de números.
a) s= 4,87
b) s= 3,87

4. Encuentre la varianza de cada serie.


a)
b)

5. Dadas las series: 2, 5, 8, 11, 14 y 2, 8, 14, encontrar:


a) Medica de cada serie:
b) Varianza de cada serie:

6. Sea la distribución

a) determine la desviación típica


b) determine la varianza

Quinta unidad: correlación y regresión lineal


Al efectuar el estudio estadístico de una muestra podemos revisar simultáneamente
dos caracteres, por ejemplo, altura y peso, para analizar si existe alguna relación entre
ambos. Este proceso da origen a lo que se conoce como distribución estadística
bidimensional.

Correlación y regresión lineal

5.1 Coeficiente de correlación: medida que permite conocer el grado de asociación lineal
entre dos variables cuantitativas (X, Y).
La primera opción es calcular las variables por separado mediante las fórmulas ya
revisadas:
Definimos la covarianza de dos variables como la media aritmética de los productos de las
desviaciones de cada variable respecto de su media:

Ejemplo:
Se contabilizó la cantidad de números utilizados en dos áreas de la carrera de
bibliotecología en la biblioteca del Instituto DP, dentro de un período de 15 meses:

Para estudiar la relación entre ambas áreas, debemos construir una tabla de frecuencias,
donde A1=x1/ A2=y1:
Al cociente entre la covarianza y el producto de las desviaciones típicas de ambas variables
se le denomina coeficiente de correlación. Para nuestro ejemplo, su cálculo será:

5.2 Dependencia estadística


El estudio simultáneo de dos caracteres estadísticos induce a pensar en la existencia
de una posible relación entre ellos. Si a cada valor de xi le podemos asignar solo un valor
yi, mediante la relación diremos que existe una dependencia
funcional entre ambas. Sin embargo, también es posible observar que aunque ciertas
características se relacionan de manera evidente, no podemos establecer una función, en el
sentido matemático. La relación que no puede expresarse por medio de una fórmula recibe
el nombre de dependencia estadística. En este caso, la posible dependencia estadística entre
dos variables se puede observar en una nube de puntos. Se trata de un conjunto de vértices
ubicados en un sistema de coordenadas tridimensional; en el eje de abscisas (distancia
horizontal al eje vertical o de coordenadas), colocamos los valores de la primera variable y
en el de ordenadas (distancia vertical al eje
horizontal o de abscisas) los de las segunda.
Cada par (xi, yi) se representará por un punto
del plano. Cuanto más agrupados estén los
puntos de la nube, mayor será el grado de
dependencia entre variables. Si consideramos el
ejemplo anterior, su nube de puntos sería algo
así:

En caso de que exista alguna dependencia


estadística lo interesante será ajustar la nube de puntos a otros que estén ligados entre sí por
una función matemática que se aproxime a ellos lo más posible. A continuación,
analizaremos cómo ajustar una recta a la nube de puntos, recta denominada recta de
regresión.

5.3. Recta de regresión


Corresponde a aquella a la que mejor se ajusta la nube de puntos. Se dice que una línea se
ajusta lo mejor posible a una nube de puntos cuando la suma de las desviaciones de los
puntos de la nube a dicha recta es la menor posible.
Podemos determinar dos rectas de regresión diferentes. Si deseamos saber el
comportamiento de la variable Y, según los valores que tome la variable X, la recta se
denomina recta de regresión de Y sobre X y, al contrario, si nos referimos al
comportamiento de la variable X, según los valores de la variable Y, recibe el nombre de
recta de regresión de X sobre Y. La ecuación para ambos casos son las siguientes:

Con estas rectas podemos aproximar el número de libros solicitados en las áreas de
especialidad A1 y A2, en un periodo de 15 meses. En otras palabras, a través de este
ejercicio podremos conocer los libros solicitados de A2 al conocer los libros solicitados en
A1 y viceversa.

Aplicación para el área de la bibliotecología:

a) Si sabemos que los libros de A2=83 y queremos conocer la posible cantidad de libros
solicitados de A1 en un periodo de tiempo aplicamos la recta de regresión (A1=x; A2=y):
b) Si sabemos que los libros de A1=134 y queremos conocer la posible cantidad de libros
solicitados en A2 en un periodo de tiempo aplicamos la recta de regresión:

Ejercicios de aplicación:

1) Completar las siguientes tablas:


Sexta Unidad: Probabilidades
La probabilidad busca estimar la ocurrencia de un suceso. La aplicación de un
conocimiento como este permite prever situaciones y crear condiciones para evitar que
ocurran, en el caso de que se trate de un suceso no deseado, o contribuir a que determinada
situación se desarrolle; accidentes, fenómenos catastróficos, etc.

6.1 Elementos de teoría de conjuntos


Todas las personas manejan una concepción acerca del término “conjunto”. Desde
diferentes disciplinas, esta palabra permite entender la relación existente entre los
miembros o componentes de un grupo, es decir, se trata de un grupo de elementos que
poseen características comunes.

Relación entre teoría de probabilidad y conjuntos


En la teoría de la probabilidad se consideran todos los posibles resultados de un
experimento, juego, hecho, etc. que pasan a ser puntos de un espacio muestral (S), de una,
dos o más dimensiones. Si S contiene solamente un número finito de puntos, entonces cada
punto puede asociarse con un número no negativo, llamado probabilidad; la suma de todos
los números correspondientes a todos los puntos de S, será uno.
Un suceso es un sistema o conjunto de puntos de S, tal como se indica en la figura
(diagrama Euler o Venn: manera diagramática de representar a los conjuntos y sus
relaciones) mediante las letras A o B.
De acuerdo a esta concepción, una variable aleatoria es una función definida en
cada punto del espacio muestral.

En el caso de que S tenga un número infinito de puntos, las ideas anteriores pueden
extenderse por medio de conceptos que necesitan cálculos.

6.2 Teoría elemental de la probabilidad


Existen tres enfoques conceptuales diferentes acerca de la probabiidad para
determinar su valor: clásico, de frecuencia relativa y subjetivo.

Definición de probabilidad:
Cálculo matemático de las posibilidades que existen de que una cosa se cumpla o suceda al
azar. Supóngase un suceso A que, de un total de n casos posibles, todos igualmente
factibles (equiparables), puede presentarse en h de los casos. La probabilidad de aparición
del suceso, llamada ocurrencia, vendría dada por:

Ejemplo:
Experimento aleatorio: lanzamiento de un dado no sesgado.

Calculemos la probabilidad de ocurrencia de los siguientes sucesos:


A: que se obtenga un número primo
B: que se obtenga un número par
Lo anterior se explica porque A y B no son mutuamente excluyentes (hay un par primo, el
2), por lo que se debe quitar la probabilidad conjunta.

Definición de probabilidad como frecuencia relativa


La definición anterior de probabilidad tiene el inconveniente de que las palabras
“igualmente factibles o probables” son poco concretas. En efecto, puesto que parecen
sinónimas a las de “igual probabilidad” se cae en una definición circular, en tanto se define
en términos de ella misma. Por esta razón, se busca una definición de mayor rigor. La
probabilidad estimada o empírica de un suceso es la frecuencia relativa de la aparición del
suceso, cuando el número de observaciones es muy grande; la probabilidad por sí misma
corresponde al límite de la frecuencia relativa cuando el número de observaciones crece
indefinidamente. Por ejemplo:

De acuerdo con la definición estadística, nos acercaríamos más y más al número que
puede llamarse la probabilidad de cara en el lanzamiento de una moneda; de los resultados,
se deduce que esta sería 0,5 con una cifra significativa. Para obtener más cifras
significativas habrán de hacerse observaciones posteriores.
La definición estadística, aunque útil en la práctica, supone ciertas dificultades
desde el punto de vista matemático, puesto que puede no existir un número límite. Por ello,
la teoría moderna de la probabilidad se desarrolla axiomáticamente; la probabilidad es un
concepto no definido, tal como el punto y la línea en geometría.

Análisis combinatorio

Para obtener la probabilidad en sucesos complejos, suele dificultarse la enumeración


de los casos. Para facilitar esta tarea se precisa emplear los principios básicos del análisis
combinatorio.

Principio fundamental
Si un suceso puede presentarse de n1 maneras distintas y, una vez ocurrido, otro suceso
puede presentarse de n2 maneras distintas y así sucesivamente, entonces el número de
maneras en que todos los sucesos podrían presentarse en el orden especificado es

Ejemplo:
Si hay 3 candidatos para el cargo de director de la carrera de bibliotecología y cinco para la
carrera de administración, los dos cargos pueden ocuparse de 15 formas distintas (3x5).

Factorial de n
El producto de todos los números enteros positivos desde 1 (es decir, los números
naturales) hasta n.
6.3 Permutaciones
Una permutación de n objetos, tomados de r en r, corresponde a una ordenación de r objetos
entre los n dados, atendiendo a la situación de cada objeto en la ordenación. El número de
permutaciones de n objetos tomados de r en r se representa por P (n, r) y viene dado por:

a. Primer caso: permutación con repetición

Ejemplo:
El número de combinaciones de libros con los códigos a, b, c, d, e tomadas de dos en dos
es:

Una combinación de n objetos diferentes, tomados de r en r, es una selección de r de los n


objetos sin atender a la ordenación de los mismos. El número de combinaciones de n
objetos tomados de r en r se presenta por C (n, r) y viene dado por:

b. Segundo caso: permutación sin repetición

6.4 Probabilidad condicional: sucesos independientes y dependientes


Si A y B son dos sucesos, la probabilidad de que ocurra B, dado que ha ocurrido A,
se denota por P (A/B) y recibe el nombre de probabilidad condicional de B dado que A se
ha presentado (sucesos dependientes).
Si la ocurrencia o no ocurrencia de A no afecta a la probabilidad de ocurrencia de B,
entonces P (B/A), en cuyo caso A y B son sucesos independientes.
6.5 Sucesos mutuamente excluyentes
Dos o más sucesos se dicen mutuamente excluyentes si la ocurrencia de cualquiera de ellos
imposibilita la ocurrencia del otro.
Ejemplo:
Si A es el suceso extracción de un as de una baraja de cartas y B es el suceso extracción de
un rey:

Así:

Ejercicios

1. Determinar la probabilidad p, o un estimador de ella, para cada uno de los siguientes


sucesos.

a) La aparición de un número impar en una tirada de un dado equilibrado.


b) La aparición de al menos una cara en dos lanzamientos de una moneda.
c) La aparición de un as, el diez de diamantes o el dos de corazones en una sola extracción
de una baraja de 52 cartas.
d) La aparición de cruz en el siguiente lanzamiento de una moneda, si en 100 lanzamientos
previos aparecieron 56 caras.

2. ¿De cuántas formas pueden 10 personas estar sentadas en un banco, con capacidad para 4
personas? (Permutación con repetición).

3. Hallar el valor de (a) P (8,3), (b) P (6,4), (c) P (15,1), (d) P (3,3).

4. Se quieren sentar 5 hombres y 4 mujeres en una fila de modo que las mujeres ocupen los
sitios pares. ¿De cuántas formas pueden sentarse?
5. De un total de 10 libros de diferentes áreas de estudio en la carrera de bibliotecología ¿de
cuántas formas pueden combinarse, con y sin repetición si…?

a) Se combinan de 3 libros diferentes


b) Se combinan de 5 libros diferentes
c) Se combinan de 8 libros diferentes

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