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Alcanzar un estilo de vida agradable y cómo mantenerlo son temas que, desde
siempre, han sido objeto de la especulación humana; la multiplicidad de actos posibles para
el ser humano pueden concretarse de dos formas: buena o mala. Desde sus inicios, la
humanidad ha formulado diversas interrogantes sobre la vida en su conjunto: ¿existe una
forma buena o mala de vivir? ¿Existe un tipo o método ideal de la buena vida? ¿Dónde
podemos encontrarlo? ¿Cuán imperativa es la exigencia de seguirlo? Si bien no se tienen
registro de estas especulaciones, podemos suponer que ya en la prehistoria la humanidad
encontró algún tipo de respuesta, por ejemplo, mediante la elaboración de códices que
registraban las costumbres de aquellas tribus. Se trata de un conocimiento pre-científico;
aún atada a los errores y vicisitudes del pensamiento, a partir del material sugerido por
estos códigos primitivos de conducta, una inteligencia despierta podría trazar una ciencia de
la buena vida.
El paso del conocimiento no-científico al científico comenzó en la cultura
occidental, con lxs griegxs. En el siglo IV antes de Cristo, habían reducido las
especulaciones primitivas a una especie de orden o sistema, integrándolo en un cuerpo
general de sabiduría llamado filosofía; en el tiempo de los sofistas y de Sócrates, el
cuestionamiento sobre el entorno y el universo comenzó a recaer en el sujeto, en la vida
humana y la sociedad. Así, nada sería demasiado sagrado para impedir que fuera
cuestionado. Más tarde, en cuanto los navegantes y colonizadores entran en contacto con
diversos pueblos, con sus propias leyes, costumbres e instituciones, comienzan a
preguntarse a sí mismos si las suyas realmente eran tan superiores y, de ser así, por qué. Su
estudio llevaría, con el tiempo, a un exhaustivo examen de toda la conducta humana, pilar
central de aquella parte de la filosofía conocida como ética.
Origen de la ética:
La palabra ética proviene de ethos, esto es, la forma alargada de ethos. Si bien
ambas palabras denotan „costumbre‟, ethos indica un mayor grado de inmovilidad y se
utiliza a menudo para designar el carácter del hombre.
La palabra latina para costumbre es mos; su plural, mores, es el equivalente del
ethos griego. De mores derivan las palabras moral y moralidad.
La ética, por derivación, también es conocida como filosofía moral, ya que se
refiere al estudio de las costumbres humanas. Ahora bien, se debe diferenciar entre dos
ideas: por un lado, existen ciertas convenciones sociales (o maneras) que varían de acuerdo
a un lugar y época determinada y que podemos modificar a voluntad: modales, modos de
vestir, formas del lenguaje, etc.; por otro, encontramos costumbres fundamentales que
marcan el deber ser, lo correcto, y que derivan de un principio inherente al propio ser
humano antes que de un capricho antojadizo: decir la verdad, honrar a nuestrxs
progenitorxs, respetar la vida, etc. En el último caso se habla de moral, el objeto de estudio
de la ética. En otras palabras, la ética puede definirse como el estudio de lo que ésta bien y
lo que está mal, de lo bueno y de lo malo, en la conducta humana.
Su relación con otras disciplinas
Si bien la ética se vincula tanto con las demás ramas de la filosofía, a la que pertenece,
como con otras ciencias sociales y humanas, pues todas abarcan el mismo objeto de estudio, su
punto de vista es específico, diferenciador.
1. La ética y la antropología:
a. Similitud: ambas se b. Diferencia: la antropología estudia el origen y el
ocupan de las costumbres desarrollo de las costumbres humanas sin formular juicio
humanas características en alguno sobre ellas, simplemente atestigua su existencia; la
diversas culturas y ética, por el contrario, recurre a los datos recabados por
civilizaciones. la antropología para criticar su valor moral.
2. La ética y la psicología:
a. Similitud: ambas se b. Diferencia: la psicología estudia de qué modo se comporta el
ocupan de la conducta ser humano y por qué (sanidad/locura o excentricidad psíquica),
humana, esto es, de las mientras que la ética reflexiona en torno al cómo debería hacerlo
capacidades y actos del y analiza el carácter del acto mismo (santidad/pecado o
ser humano. depravación moral). Así, la ética dependa de la psicología para
comprender el funcionamiento de la mente humana.
4. La ética y el derecho:
a. Similitud: ambas se b. Diferencia: el derecho civil solo se ocupa de los actos externos
ocupan de lo que y la legalidad positiva (crimen, inmunidad legal, respetabilidad
debería ser, si bien el externa, etc.), en tanto la ética se ocupa de los actos internos de
derecho civil y la ley la voluntad y del tribunal de la conciencia (pecado, valor moral,
moral no siempre se virtud del alma, etc.). La filosofía del derecho (o jurisprudencia)
corresponden de conjuga ambos saberes al estudiar cómo se deberían elaborar e
manera exacta. interpretar las leyes.
1. Definición de ética
Las ciencias humanas estudian al ser humano y sus acciones desde diversas aristas.
La lógica, por ejemplo, se interesa por el orden a la verdad y la corrección formal de los
actos cognoscitivos; la psicología considera los actos humanos como acciones vitales que
proceden del alma, según determinado proceso; la gramática busca la corrección
lingüística; y, la retórica, la eficacia persuasiva del discurso.
La ética, por su parte, se ocupa de la moralidad. Esta cualidad solo atañe a los actos
humanos, en tanto proceden de la libertad en orden a un fin último, y determina si un acto
es bueno o malo en un sentido muy concreto (no abarca aquellos actos o movimientos
obligados o coaccionados).
La inteligencia advierte de modo natural la bondad o maldad que subyace en los
actos libres; cualquiera puede experimentar cierta satisfacción o remordimiento por las
acciones realizadas. Sin embargo, ¿qué es el bien y el mal? ¿Por qué algo se define como
bueno o malo? La contestación de tales interrogantes deriva en el estudio científico de los
actos humanos en términos de bondad o maldad. Esto es la ética: aquella parte de la
filosofía que estudia la moralidad del obrar humano.
2. Características de la ética
Ética: ciencia práctica de carácter filosófico.
3. División de la ética
La ética constituye una sola ciencia dado que estudia todos los ámbitos en que
interviene la libertad humana bajo los mismos principios fundamentales o criterios morales
generales, válidos para distintos aspectos de la vida humana (personal, familiar, social,
etc.). No obstante, suele dividirse en varias partes. Los antiguos, siguiendo a Aristóteles,
hablaban de ética monástica o personal, económica o familiar y política o social; a partir
de Grocio, Thomasius y Kant, se instaura la costumbre de separar la moral del derecho con
la intención de señalar que la moralidad interior y la justicia exterior se rigen por principios
diferentes. Desde una perspectiva actual, esta división no parece aceptable en tanto lesiona
la unidad de la ética: aunque la moral y el derecho no se identifiquen plenamente, el
derecho y el orden de la justicia tienen una esencia moral. En este caso, se distinguirá entre
dos aspectos inseparables: el ser humano es social por naturaleza y, por ello, busca el fin
último de unirse con los demás.
a. Moral general: estudia los b. Moral especial o social: aplica los principios de la
principios básicos que determinan la moral general a la vida del ser humano en sociedad. En
moralidad de los actos humanos: el fin razón de ello, sus principales temas son: la familia, el
último, la ley moral, la conciencia, las bien común, la autoridad y el gobierno, las leyes civiles,
virtudes, etc. la ordenación moral de la economía, etc.
Segunda unidad: la moral
Por ejemplo, al analizar un acto sujeto a un valor, como respetar la vida, podemos
afirmar que quitar la vida a alguien (matarlo) supone violar un derecho fundamental, por lo que
sería considerado un acto inmoral en nuestra cultura; mientras que, un hecho cotidiano, como
usar sombrero o un pañuelo, constituiría un acto amoral debido a que no existe ningún valor
comprometido.
Otros ejemplos:
La moralidad puede variar de un sujeto a otro; si bien posee una base de universalidad,
otorgada por la concepción cristiana que entrega las bases del mundo occidental, supone
aspectos contextuales e históricos. Por ejemplo, la poligamia (régimen familiar en que se le
permite al varón tener varias esposas) es castigada por nuestras leyes, empero, en Medio
Oriente, siempre que un varón pueda mantener económicamente a sus esposas no será
castigado o sancionado, ni por las leyes ni por la sociedad. En China, el robo es castigado con
pena de muerte, mientras que en Chile recibe una sanción que supone privación de libertad por
un tiempo determinado.
¿Qué hace que una persona decida actuar de una u otra forma?
El ser humano es el único ser capaz de poseer moral, en tanto adquiere la capacidad de
discernir entre el bien personal y el bien común.
2.3.1 Actos
Un acto humano es aquella acción o hecho realizado por una persona, ya sea movilizada
por su voluntad, su visión acerca del mundo o por alguna acción ajena a ella. Puede ser
merecedor de un cuestionamiento moral o ético o simplemente ser aceptado como natural
(actos inherentes a la vida); como las acciones no se presentan desvinculadas de un motor que
las impulse, no existen actos neutrales, pues todos son consecuencia de lo que alberga el alma o
la mente de las personas, de acuerdo a su conocimiento respecto del bien y el mal.
Las acciones suelen depender de la satisfacción de una necesidad: comer, caminar,
reír, escribir, etc. Se trata de tareas cotidianas que no requieren de una reflexión mayor. Sin
embargo, cuando los actos comprometen a otras personas, opera necesariamente el
discernimiento, es decir, la capacidad de sopesar la acción. Nuestros actos son reflejos de
nuestra conciencia y, como tal, surgen asociados a algún valor, ya sea el que nosotros le
adjudiquemos o el sentido que el resto le conceda. Ninguna acción surge de manera aislada;
siempre se involucra a otro. De ahí la necesidad de pensar en sus consecuencias para
nosotros pero, especialmente, para lxs demás.
El filósofo español José Ortega y Gasset afirmó: “Yo soy yo y mis circunstancias, si
no las salvo a ellas, no me salvo yo”. Esta célebre frase define muy bien el vínculo que une
al sujeto y el mundo que habita (circunstancias= medio, aquello externo al sujeto y que le
rodea; el mundo y las demás personas). Si bien “salvar las circunstancias” puede ser
interpretado de muchas formas, podría referir al hecho de que no existimos solxs,
independientes de lxs demás, de modo que, cuando logramos entendernos, respetarnos,
ayudarnos, acogernos y comprometernos con el resto también lo hacemos con nosotrxs
mismxs. Igualmente, estas circunstancias involucran el concepto de eventualidad, de
cambio, y el hecho de que siempre puede ser de otra forma. Así, nuestras circunstancias
vitales están en constante variación y cambio. Ahora bien, las personas, por el contrario,
son, existen, son esenciales en tanto humanas y capaces de formular juicios morales y
discernir entre ellos, aunque parezcan (in)coherentes en relación a las acciones tomadas.
Algunxs autorxs describen tres actos fundamentales en la vida humana: nacer, vivir
y morir. Otrxs, profundizan en aquellos actos de carácter discursivo o intuitivo. Los
primeros se presentan a lo largo de nuestra vida del modo más simple y manifiesto:
caminar, dormir, leer, conversar, etc. Los intuitivos descansan en la persona y constituyen
la unidad de la vida: instante, repetición y eternidad (siempre).
El instante es un acto momentáneo que puede suponer un cambio radical en la vida
de alguien. Este momento, único e irrepetible, involucra un despertar de la conciencia y se
manifiesta en el momento preciso en que algo queda en evidencia, despertando
sentimientos de angustia, éxtasis, serenidad o plenitud según la situación (psicología).
La repetición consiste en la asunción de la totalidad de la vida. Este instante suele
presentarse en experiencias cercanas a la muerte, donde es común escuchar frases como: “la
vida pasa ante mis ojos”. Esta repetición (re-vivir algo), dice Aranguren, no involucra una
postura pasiva: en ese momento, nos reconocemos como autorxs responsables, lo que
provoca una variación en nuestro estado anímico al suscitar sentimientos de pena, alegría,
arrepentimiento, etc.
El siempre es un estado permanente, en donde el sujeto tiene conciencia de ser el
mismo, aun cuando cambien las condiciones externas, biológicas o materiales que lo
constituyan o lo rodeen. Esto le entrega una noción de continuidad, de presencia
extratemporal; a pesar del paso del tiempo, el ser sigue siendo el mismo.
Para diferentes autorxs, el momento de la muerte supone el acto definitivo en el que
estos tres actos se encuentran. Lo importante es saber que, en tanto estemos vivos, las
personas contamos con la posibilidad de cambiar y modificar nuestras costumbres, nuestra
moral, pero, para ello, debemos entender que existen múltiples alternativas para asumir una
conducta moral que favorezca el bien común (reflexión permanente, modificar pautas de
conductas dañinas, transformar rasgos culturales retrógrados, etc.).
2.3.2 Actitudes
Una actitud es una disposición interna de nuestro estado anímico que se expresa en
una conducta más o menos estable o permanente. Una actitud religiosa manifiesta la forma
en que una persona expresa su credo; una actitud filosófica se vale de la indagación y la
exploración permanente respecto de las causas de las cosas; una actitud recelosa se muestra
como un sentimiento de desconfianza ante el mundo, etc.
La actitud moral corresponde entonces a la disposición de nuestro ánimo, expresada
en conductas que respeten la moralidad del entorno y sus consecuencias, siempre en aras
del bien común. Se relaciona con el aprendizaje, la incorporación de elementos de juicio
que promoverán en nosotrxs una disposición interna al cambio, el respeto a las diferencias,
un comportamiento engañoso, el ocultamiento de la verdad, etc. Por ello, al hablar de la
actitud al aprendizaje debemos saber que este se produce entre los miedos básicos que están
arraigados en la conciencia.
Según la psicología social, existen dos miedos básicos e inconscientes vinculados al
aprendizaje:
2.3.3 Carácter
La RAE define libertad como la facultad del hombre de obrar de una manera o de
otra; estado o condición del que no es esclavo; facultad de decir y hacer lo que no se
oponga a las leyes y a las buenas costumbres. El término responsabilidad, por su parte, es
definido como el cargo u obligación moral que resulta para alguien del posible yerro en
cosa o asunto determinado; capacidad existente en todo sujeto para reconocer y aceptar las
consecuencias de un hecho realizado libremente. De ello, se sigue que una persona
responsable es aquella que pone atención en lo que hace o decide. La palabra
responsabilidad proviene del latín respondere, unión de dos palabras: res (cosa u objeto) y
spondere (sopesar); así, responsabilidad correspondería a la capacidad de sopesar las cosas,
proceso reflejado en una respuesta consciente. Su ejercicio constituye uno de los actos de
mayor injerencia del ser humano, por ello, es visto negativamente quien actúa por mero
capricho, sin evaluar las consecuencias de su acción.
La tesis que sostenemos es que no existe verdadera libertad sin responsabilidad.
Las personas son libres en la medida en que su ejercicio de autodeterminación no tropiece
con los espacios de libertad de lxs otrxs; si la libertad consiste en la capacidad de
autodeterminación de los actos, entonces estos, a su vez, deben ubicarse en una dimensión
en donde no alteren al resto. De ser así, estaríamos ante una libertad responsable.
Taller N°1
10. ¿Qué rol juegan los actos, las actitudes y el carácter en la moralidad de las personas?
La moralidad no sólo puede ocuparse de los actos en tanto acciones humanas, sino
también de las disposiciones internas de la persona (actitud y carácter); todos juntos
constituyen la moralidad, como cuerpo orientador de vida.
Taller N°2
2. Desde su perspectiva, ¿un profesional debe regirse por principios morales elaborados por
sí mismo o por los de la sociedad?
Toda persona tiene el deber de desarrollar una conciencia ética que le permita actuar
en consecuencia con los principios morales sustentados en el bien común. Los
profesionales, debido al desarrollo intelectual que implica su carrera, tienen una mayor
responsabilidad moral y social de guiar su vida por principios fundados en valores más
universales; si bien no siempre la sociedad se sustenta en tales principios, la autonomía
moral permite decidir qué es lo mejor y más justo.
3. Cuando pensamos en problemas morales, ¿a qué situaciones cree usted que se enfrenta la
persona?
Ya hemos visto cómo un problema moral nos desafía a realizar una elección entre el
polo positivo de un valor y su polo negativo. Por ejemplo, si asocia esta reflexión a
alguna situación cotidiana encontrará que durante su vida muchas veces ha estado
entre el bien y el mal, elección que reside en nuestra conciencia.
4. ¿De qué forma expresaría usted la necesidad de organizar moralmente a la sociedad de
nuestro tiempo?
Todxs tendemos a la felicidad, empero, debemos cuidar que esta no se funde en un
sentimiento egoísta, preocupado únicamente de su satisfacción personal, sino en una
felicidad colectiva y, por qué no decirlo, universal.
a. Selección: implica una operación intelectual b. Estimación: querer o preferir c. Actuación: implica el
al tiempo que constituye un atributo de una algo. Implica un atributo ejercicio de la voluntad
conciencia libre, única manera de elegir entre emocional que supone verse de hacer o actuar; puesto
varias posibilidades de ser; si, por naturaleza, el afectado por algo, aunque en que el ser humano es, por
ser humano es un ser pensante, su conciencia este proceso no intervenga, definición, activo, solo a
constituye una serie de juicios y conceptos necesariamente, la conciencia través de su conducta
inherentes a la conciencia y necesarios para el del sujeto. En relación a lo logra expresar
ejercicio de la inteligencia. El individuo valórico, esta fase psicológica plenamente su ser. Las
consciente, quiéralo o no, vive “valorando” al por sí sola no supone el arraigo actitudes, intereses y
mundo y a lxs demás. En relación a lo valórico, de determinado valor en una motivaciones serán
esta fase psicológica por sí sola no supone el persona, es decir, una persona consecuencia de la
arraigo de determinado valor en una persona, es no posee cierto valor por el solo proyección de
decir, una persona no posee cierto valor por el hecho de percibirlo a través de determinados valores,
solo hecho de percibirlo a través de su su inteligencia o haberlo elegido luego de que la
inteligencia o haberlo elegido conscientemente; conscientemente; para que sea conciencia haya
para que sea internalizado es necesario que se internalizado es necesario que seleccionado y
refleje en una acción. se refleje en una acción. deseado/estimado algo.
La enseñanza de un valor es una pretensión que solo puede concretarse en el campo
de la teoría o la abstracción pues, entre otros problemas:
a. supone la dificultad de elaborar una taxonomía o clasificación de los valores y la elección
de una forma de operativizar su instrucción.
b. zanjar la discusión axiológica respecto de su subjetividad u objetividad, su grado de
trascendencia y la internalización de quien se prepara para la enseñanza; basta consultar
sobre la prioridad que alguien da a los valores de justicia, honestidad y solidaridad para
exponer lo complejo del asunto.
Los diccionarios suelen definir ética como aquella parte de la filosofía que trata de
las obligaciones del ser humano y, moral, como la ciencia de las costumbres. A simple
vista, observamos que el concepto de ética se reviste de cierto “barniz filosófico”, mientras
que el moral se reduce a una serie de normas que permiten una mejor convivencia.
La verdad, estos conceptos son hermanos gemelos: si bien ética proviene del griego
“ethos” y moral del latín “mores”, ambos significan lo mismo: costumbre. Así, en su origen
los dos eran equivalentes. El problema es el siguiente: en la antigüedad no se concibió la
separación entre un sistema de costumbres y uno filosófico, pues toda la filosofía tenía
como meta su aplicación práctica (no se podía hablar de una forma y actuar de otra). Su
teorización, por tanto, constituiría un logro de la época moderna; ética (teoría) y moral
(práctica) eran dos aspectos de una misma cosa.
El tiempo y las diferentes interpretaciones históricas irían forjando la división entre
ambos conceptos y su desarrollo. ¿Cómo recordamos a la civilización griega? A través de
sus grandes artistas y filósofos, convirtiendo lo intelectual en su rasgo característico.
¿Cómo recordamos a los romanos? Mediante su acción bélica, su fuerza y voluntad
guerrera. Entonces, el que ética provenga del griego y moral del latín supondría su
identificación respectiva: la ética se asocia al campo de la teoría, de lo elevado, pues
supone aquello digno de ser plasmado en los grandes libros, mientras que la moral se
refiere al campo de la práctica, en tanto abarca aquello que presenta efectos directos, digno
del hombre de acción.
Claro que esta concepción deja de lado un punto importante: tanto lxs griegxs como
lxs romanxs, sus sucesores, poseían convicciones religiosas muy arraigadas; ya por el
camino de la razón, la acción, la fe o el acatamiento de las leyes naturales, buscaban
comprender y encontrarse con aquellas divinidades que habitaban en lo alto, como si
alentaran el ascenso de los hombres. Entonces, si el ideal de ambas civilizaciones fue la
virtud como medio para llegar a lxs diosxs, tanto lxs unxs como lxs otrxs se referían a lo
mismo cuando hablaban de ética o moral. Se trataba de que el hombre alcanzara la armonía,
de ayudarle para que brotaran de él las fuentes de justicia y el bien que les permitiese beber
de las aguas de lo divino.
La vida cotidiana se estructura en torno a una sucesión ininterrumpida de problemas. Un
caso común tiene lugar cuando descubrimos un vínculo peculiar que nos une a ciertas cosas,
destacándolas por sobre las demás. Así, llamamos interés al movimiento de nuestro ánimo que
propende hacia ellos o atracción si el tirón con que nos arrastran influye en nuestro ánimo. En
cualquiera de los dos casos, reconocemos objetos, personas o situaciones por algo que va
mucho más allá de su apariencia física y nuestro sentido de la vista: observo claramente una
cualidad de la que el resto carece y comprendo que este deleite o preferencia surge de este
reconocimiento. Se trata de dos pensamientos diferentes, sustentados en la teoría de los valores.
Así, si decimos:
Muchxs son quienes afirman que “los valores no son sino que valen” pero, en realidad,
los valores poseen una esencia, una estructura susceptible de ser descrita e incluso de ser
definida. La dificultad radica en que se trata de esencias unidas a un requerimiento de
realización o preferencia, como una exigencia de primacía (un deber ser). Los valores son
entonces posibilidades de ser (esencias) que se dan a la conciencia con la exigencia de ser
realizadas o estimadas.
Los valores sirven de fundamento para toda concepción del mundo: si bien carecen de
corporalidad (por ello también son conocidos como cualidades irreales), en tanto fundamento
adquieren realidad, ya que provocan que las personas asuman determinadas formas de vida.
La axiología, disciplina que se desprende de la filosofía y trata sobre los valores y sus
características, elabora diferentes teorías al respecto (la palabra axiología proviene del griego
axos, norma y logos, ciencia; de ahí que corresponda al estudio de los valores). En este campo,
diversxs autorxs establecen ciertas características comunes (concepción ecuménica o universal
que abarca aquellos aspectos sobre los que existe acuerdo):
1. Valer o ser valente: un valor se ubica en un plano diferente del ser, que es real y válido, y del
mundo ideal; en otras palabras, reside entre ambas esferas, ubicándose en la dimensión del valer.
Así, un valor no estará en el plano de lo real hasta ser vivido y no estará en el plano de lo ideal
debido a que es posible vivir de acuerdo a ellos. Solo les cabe, entonces, valer por sí mismos.
2. Objetividad: algo objetivo es aquello reconocido por el sujeto en tanto que está fuera de él. Un
valor es objetivo pues sabemos no es producto de una conciencia individual, sino universal,
independientemente si esta es entendida como Dios, una fuerza motora del mundo o una
convención amplia entre las personas; un valor vale por sí mismos y no depende de las preferencias
individuales. Aunque existen posturas que señalan lo contrario, al indicar que un valor es subjetivo
en tanto son las personas quienes dotan de valor a las cosas, las cuales no poseen valor por sí
mismas (por ejemplo, un objeto de arte no será bello en sí mismo sino que es una persona la que
aprecia su atractivo), existe un acuerdo universal que los dota de objetividad (como el valor de la
vida).
3. Dependencia: más que a las cosas, se refiere al ser, a las personas: no existe un valor
independiente, necesitan de las personas, únicos seres capaces de valorar.
4. Polaridad (Risieri Frondizi): es el desdoblamiento de cada cosa valente en un polo positivo y
otro negativo: belleza/fealdad, bueno/malo, justo/injusto, lealtad/deslealtad, etc. Este valor
negativo (desvalor o disvalor) existe por sí mismo, no por ausencia del valor positivo. Este rasgo
implica la ruptura de la indiferencia: podemos mostrarnos impávidos frente a un objeto, pero tan
pronto como entra en la discusión un valor genera en nosotrxs una reacción (positiva, negativa, de
aproximación o rechazo). Por ello, no existe obra de arte “neutra” ni quien pueda mantenerse
insensible al escuchar una sinfonía o leer un poema.
5. Cualidad: no se refiere a cuánto (cantidad), sino a qué: es una cualidad pura que establece
relaciones entre las cosas (se trata de valoraciones, no cantidades: no es posible obtener un kilo de
honradez o medir el amor que se siente).
6. Jerarquía (Johannes Hessen): al igual que la distinción entre valores positivos y negativos, la
diferencia entre valores superiores e inferiores reside en su misma esencia. Inclusive el orden
axiológico posee una estructura jerárquica que expresa un orden de grado o importancia:
abajo/arriba, alto/bajo. Las teorías relativistas y objetivistas difieren en cuanto a la forma en que se
determina tal posición: para las primeras, es la propia persona quien establece la dependencia o el
orden de mayor valía; para las segundas, existen categorías universales organizadas en torno a lo
lógico (conocimiento), lo ético (conductas humanas) y lo estético (belleza). A pesar de ello, es
claro que se pueden elaborar escalas de valores de acuerdo a los parámetros morales de cada
cultura para determinar la moralidad de los comportamientos humanos.
3.1.1 Conciencia
Es el continente de la acción y opción humana; tener conocimiento de algo.
Popularmente, suele concebirse como una voz interior o divina que nos dice qué hay que
hacer o evitar. Sin embargo, de hacer caso a estas metáforas, deberíamos precisar que esta
“voz” es la nuestra. La mayoría de las personas sin duda experimenta una reacción del
subconsciente basada en el medio ambiente y la educación recibida durante la niñez, la cual
marca cierta tendencia a (des)aprobar ciertos actos y se manifestará como un vago
sentimiento de malestar o de culpa al apartarnos del patrón establecido. También existe
cierta relación con el súper ego (Freud), referido a la conciencia moral que realiza juicios
específicos.
La conciencia no es una facultad especial, distinta del intelecto; de lo contrario,
nuestro juicio siempre sería irracional, producto de algún instinto ciego. En otras palabras,
la conciencia no es más que el propio intelecto (función del intelecto práctico: ¿qué es lo
que debo hacer ahora?) encargado de juzgar la bondad o maldad de nuestros actos y de
guiar aquello que ha de hacerse o evitarse en la vida diaria (negocios, salud, administración,
educación, etc.). Tal como ocurre con los demás juicios humanos, la conciencia puede
equivocarse y formar juicios morales erróneos lo que desemboca en conductas
desfavorables, sin embargo, al efectuar cualquier juicio práctico, el individuo no tiene más
guía que su intelecto. Así, nuestra concepción respecto de algo puede ser definida como el
juicio práctico de la razón acerca de un acto individual, juzgando si es bueno y debe
ejecutarse o si, por el contrario, resulta malo y ha de evitarse.
En definitiva, el término conciencia se aplica al:
1. Intelecto, en cuanto facultad de formar juicios acerca de los actos individuales (¿es bueno o
malo?).
2. Proceso de razonamiento que sigue el intelecto para llegar a cierto juicio.
3. Juicio mismo como conclusión del proceso discursivo.
3.1.2 Tipos de conciencia
En general, hablamos de conciencias estrictas o relajadas, blandas o duras, agudas o
embotadas, delicadas o burdas según propendan a respetar o ignorar los valores morales;
esta diferencia se presenta en una sensibilidad moral distinta que confiere características
habituales a los juicios de los individuos.
a.1) Conciencia antecedente: guía de a.2) Conciencia consecuente: emite juicios sobre
acciones futuras, induciendo o evitando acciones pasadas (aprobación o remordimiento). Sus
su ejecución (emite juicios prácticos). elementos propis son: paz interior, remordimiento,
La ética se preocupa especialmente por culpabilidad y arrepentimiento.
este tipo. Sus actos son principalmente
cuatro: ordenar o prohibir (cuando el
acto debe hacerse o eludirse) persuadir
o permitir (cuando se trata de la mejor o
peor opción).
b.1) Conciencia correcta: juzga como b.2) Conciencia errónea: supone la adopción de falsas
bueno aquello que realmente es bueno premisas, cierta ignorancia o la extracción de
y, como malo, aquello que realmente lo conclusiones ilógicas. Juzga como bueno aquello que en
es; la moralidad subjetiva y objetiva realidad es malo y viceversa (juicio falso). Si el error
coinciden. puede superarse y el juicio corregirse, se habla de
conciencia venciblemente errónea; si el error no puede
superarse y el juicio no logra enmendarse, al menos por
medios „normales‟, se habla de conciencia
invenciblemente errónea.
c.1) Conciencia cierta: juzga sin temor c.2) Conciencia dudosa: provoca vacilación al hacer un
a que lo opuesto pueda ser juicio o su realización, acompañada de la sospecha de
verdad/correcto. que lo opuesto puede ser cierto/correcto. En el primer
caso, el intelecto permanece en suspenso porque no ve
motivos que lo inclinen hacia alguno de los lados,
concibiéndolos como iguales; en el segundo caso, si se
juzga con miedo lo opuesto, se está optando por una
opción aunque solo se trate de una opinión probable.
Existen diversos grados de probabilidad que van desde
la ligera sospecha hasta los bordes de la certeza.
d.1) Conciencia perpleja: pertenece a d.2) Conciencia escrupulosa: atormenta a su poseedor,
quien no logra decidirse, permaneciendo despertando una duda constante, suscitando nuevas
en un estado de ansiedad, especialmente fuentes de culpabilidad, aun cuando se trate de actos
si considera que cualquiera de las pasados que es conveniente ignorar, y persiguiendo una
alternativas supone resultados especie de certidumbre absoluta en el estado de ánimo.
indeseados. En casos extremos, se convierte en un medio de
(auto)tortura espiritual que puede desencadenar una
ansiedad neurótica (estado psicológico antes que ético).
Las personas deben, por tanto, aprender a dejar de
atormentarse con miedos infundados o a poner fin a este
arduo (auto)examen antes que centrarse en la distinción
entre lo bueno y lo malo, que suele conocerse
razonablemente bien.
Problemas de conciencia:
Solo el sujeto es capaz de determinar o saber hasta qué punto es responsable de sus
actos o es juzgado por ellos, comparando ambos juicios y pronunciando un juicio final sobre
estos. Este tipo de conocimiento reflexivo, de percepción de la propia responsabilidad, suele
confundirse con la conciencia, pero se trata más bien de una forma de estado consciente.
El individuo juzga tanto si es o no responsable (y en qué medida) de sus actos, como si
estos son buenos o malos; solo la experiencia podrá ayudarle a determinarlo (el que estos
juicios sean (in)correctos es otra cuestión). Esta facultad se llama conciencia.
Moralidad: se presenta primero como un juicio reflexivo sobre nuestros actos, mucho antes de que
hayamos identificado los principios en que estos deberían apoyarse.
Conciencia: facultad del sujeto que juzga, dirigida hacia sí mismo y a los demás, para determinar
si sus actos son (in)morales.
Podemos dudar de si las leyes de caza nos prohíben disparar a un conejo dentro de
nuestra propiedad, sobre si la fruta que cuelga en mi lado de la cerca me pertenece, aunque
el árbol sea de la casa vecina o de si estamos o no lo suficientemente enfermxs como para
faltar al trabajo/escuela. Si el método directo no proporciona prueba alguna, entonces
estamos moralmente justificados sobre el entendido de que una obligación dudosa no nos
compromete a nada.
La razón subyacente a este principio es que la promulgación resulta una parte
esencial de la ley; una ley dudosa no ha sido debida o suficientemente difundida. La ley
impone una obligación que, por regla general, es gravosa; aquel que quiera imponer sobre
otro alguna obligación o restringir su libertad/derecho ha de probar que puede hacerlo en
tanto se presume que el sujeto es libre hasta que se sabe limitado (una restricción o ley que
existe en forma dudosa pierde su fuerza). En otras palabras, si la obligación misma es
aquello que está en duda, no existe obligación mientras que si la obligación es cierta y solo
los medios para llevarla a cabo son dudosos, debemos abstenernos de usarlos y optar por
otros.
1. No podré hacer rodar piedras cerro abajo, 2. No podré dejar por allí alimentos
esperando que no alcancen a nadie en la envenenados suponiendo que nadie tratará de
carretera que transita debajo, pero puedo comerlos, pero puedo manufacturar veneno
transportar piedras fuera de un terreno que claramente etiquetado si semejante manufactura
probablemente es mío. Aquí no existe duda probablemente está prohibida por ley. Aquí la
acerca de la obligación pues no estamos ley misma señala que no debemos apoderarnos
autorizadxs para arriesgar vidas humanas de la propiedad de otros o manufacturar
innecesariamente; aunque el daño no sea algo determinados productos. Se trata, por tanto, de
seguro, existe un peligro razonable, de modo una aplicación dudosa de la cual se puede sacar
que debemos elegir el curso de acción provecho pues, como tal, no sirve.
moralmente más seguro.
¿Cuán dudosa ha de ser una ley o un deber para que pierda su fuerza de
obligatoriedad? ¿Bastará cualquier duda para eximirnos de esta obligación? Tales
cuestiones fueron discutidas acaloradamente, durante los siglos XVII y XVIII, por los
éticos filosóficos y, especialmente, por los teólogos morales. El punto de vista que se
consolidó en el campo teórico y el único operante en la práctica se conoce como
probabilismo. Bajo esta doctrina no se requiere un estudio estadístico, ya que depende
únicamente de que exista una probabilidad sólida de que el derecho o el deber no existan o
no se apliquen a nuestro caso para que estemos libres de su obligación. Una probabilidad
sólida requiere que las razones contra la existencia o aplicación de la obligación sean
válidas y de peso, aunque este sea menor al de las razones a favor de la obligación.
Ninguna posición puede estar cierta de si hay o no razones válidas y de peso contra ella; si
algo no es cierto es dudoso y, si es dudoso, no obliga.
Enumerar todas las razones en favor y en contra, ponderando méritos relativos, se
erige como una tarea desesperada que desconcierta; el individuo corriente no posee ni el
tiempo ni los conocimientos necesarios para concretar semejante comparación. En la
práctica, las decisiones han de adoptarse prontamente y de manera seria, al menos con
cierto grado de conciencia; la teoría del probabilismo permite hacerlo así (Probabilismo:
doctrina de teología y filosofía moral cristiana, basada en la idea de que es justificado
realizar una acción, aún en contra de la opinión general o el consenso social, si es que
existe alguna probabilidad de que sus resultados sean buenos).
La formación de nuestra propia conciencia parece implicar una gran cantidad de
sutilezas. ¿Esto no se contradice con la simplicidad y la sinceridad espontáneas? Siempre
podemos seguir el curso moralmente más seguro pero la ética no solo estudia lo que es
mejor, más noble o heroico, sino que se centra en aquello que el ser humano está obligado a
hacer.
Una distinción moral precisa permite juzgar la conducta de los demás. En nuestra
vida, tal vez podamos disponer prescindir de nuestros derechos e ir más allá de lo que nos
impone el deber pero no tenemos el derecho de imponer a otros la obligación de hacerlo. La
línea que separa aquello que está bien de lo que está mal es difícil de trazar.
El probabilismo sostiene que, para poder obligar, la obligación debe ser cierta y que
ninguna obligación puede serlo si existen razones sólidamente probables contra ella,
independientemente de cuan fuerte pueda ser la probabilidad. Como resulta muy difícil
apreciar los grados de posibilidad de cada lado, el probabilismo se convierte en una opción
válida.
Si bien en la actualidad existe una mayor sensibilidad ética en el entorno laboral,
esta no es tan sólida como podría suponerse; el enorme aumento de libros publicados al
respecto no implica un incremento en la moralidad empresarial. Ya desde las escuelas y
universidades, lxs estudiantes no aprecian su importancia, por lo que faltan a sus clases de
éticas o las relegan al último lugar dentro de su formación.
La conciencia implica el saber común acerca de un mismo hecho. Aunque es
personal y opera de manera diferenciada en cada sujeto, parece provenir de la relación entre
las personas; de allí las continuas disputas teóricas y las diversas concepciones de la
conciencia moral.
Algunxs autorxs sostienen que la conciencia es como una página en blanco que va
llenándose a medida que atravesamos diferentes experiencias. Esto supone que, para
formarse, recurre a diversas fuentes: religión, fuerzas sociales, familia, estructura personal,
emocional y cognitiva, etc. Se puede sostener entonces que todas las experiencias,
temporales y naturales, junto con las herencias genéticas y culturales (resultado de la
humanidad) son formadoras de conciencia, convirtiéndonos en seres humanos.
1. Conciencia moral como innata: supone que la persona nace con la facultad de decidir sobre el
bien y el mal. Por el mero hecho de existir, todas las personas poseerían una conciencia moral que
les permitiría reconocer cuándo han obrado bien y cuándo no.
2. Conciencia moral adquirida: supone que la persona desarrolla la facultad de juzgar el bien y el
mal a medida que aprende sobre su cultura, la sociedad que la rodea y los valores que predominan
en su entorno. Esta postura señala que la educación y la evolución histórica de las relaciones
sociales provocan que el sujeto adquiera elementos de juicio que le permiten desarrollar el
potencial moral de su conciencia.
3. Conciencia proveniente de una entidad divina: supone que la conciencia es un regalo que Dios
ha depositado en el ser humano; la divinidad entrega una chispa de conciencia, por medio de la
cual el sujeto descubre si un acto es justo o injusto.
4. Conciencia originada en una fuente humana (como producto humano): supone que la
conciencia deriva de un proceso evolutivo, social o individual, que facilita el desarrollo de la
facultad de diferenciar entre el bien y el mal. La fuente, social o individual, educa a las personas,
inculcándoles qué es lo más conveniente.
5. Conciencia que procede de fuentes racionales: supone que la conciencia surge de la búsqueda
de formas de existencia más legítimas, comunitarias, la cual le otorga inteligencia y moralidad, en
tanto conjunto de normas que posibilitan la convivencia.
1. La religión: del latín religare, vínculo. Aquel vínculo que une a las personas con una deidad o con
la divinidad. Supone obediencia a sus mandatos, los que regirán la vida de sus seguidorxs (sus
principios variarán de una religión a otra). En el mundo occidental, la principal religión es la católica,
cuyo sustento filosófico es el cristianismo. El cristianismo acepta a Jesús como el hijo de Dios; sus
enseñanzas deberán ser asumidas, como tal, por el creyente. La filosofía cristiana supone que la
historia es lineal; su punto de partida es Jesús y, el de llegada, Dios. Considera igualmente que el
hombre está hecho a imagen y semejanza de Dios, quien le dio la vida; en tanto padre, se le debe
obediencia y gratitud. Todo lo que atente contra sus mandatos será considerado un pecado o una
falta; los designios de Dios solo pueden ser acatados. En resumen, el principio en que se sustenta es
la obediencia de los mandatos inscritos en la Biblia y promovidos por los apóstoles; sus fundamentos
morales, son los diez mandamientos heredados por uno de sus profetas, Moisés. La subordinación del
hombre, en tanto humano, a los designios divinos propone la búsqueda de la virtud y su perfección,
solo posible a través del pensamiento y la acción: la caridad humana es reflejo de la caridad divina.
La religión cristiana, nutrida de la tradición y la doctrina, posee la mayor cantidad de adeptxs a nivel
mundial.
2. La(s) ideología(s): una ideología es un conjunto de ideas o concepciones en torno al ser humano,
el mundo y la relación existente entre ambos. Generalmente, provienen de pensadores centrados en el
orden social, apoyándose necesariamente en principios o ideas fundamentales. Ejemplos de ellas son
el idealismo y el materialismo. La primera, sustentada en la filosofía humanista, concibe al hombre y
la mujer como seres únicos, encarnaciones de valores sublimes; al centrarse en estos ideales, carentes
de realidad empírica, realza la idea de trascendencia y la necesidad de organizar la vida social. La
segunda, se sustenta en la materia, definiéndola como el punto de origen de la existencia. Así, se basa
en la idea de temporalidad como parte de un proceso evolutivo. Si bien las ideologías siempre han
animado las conductas de las sociedades a través de la historia, la postmodernidad se caracterizaría
por su “derrumbamiento” (Postmodernidad: concepto acuñado en los círculos intelectuales, quienes
señalan como sus principales características la oposición crítica a los sistemas de consumo y la
deshumanización de las sociedades. Supone, por tanto, la superación de la razón como único
elemento de conocimiento humano).
1. ** Las creencias: producto de un razonamiento sobre la realidad (idea); disposición a actuar,
potencia del sujeto; idea o pensamiento que se asume como verdadero; conjunto de creencias, normas
de comportamiento y ceremonias propias de un determinado grupo.
3. Los valores: elementos rectores de la vida. Existe una serie de escalas valóricas, llegando al
extremo de su total relativización en el mundo actual.
Valores religiosos: Valores morales: Valores estéticos: Valores utilitarios: Valores intelectuales:
fe, piedad, caridad, pudor, belleza, armonía, higiene, salud, sabiduría,
sacrificio, solidaridad, equilibrio, comodidad, perseverancia,
humildad, perdón, responsabilidad, sensibilidad, economía, dinero, tenacidad, valentía,
religiosidad, etc. amistad, amor, placer o goce, alimentación, conocimiento, ocio,
honradez, verdad, hermosura, etc. desarrollo, trabajo, etc.
justicia, etc.
sinceridad,
dignidad, respeto,
generosidad, etc.
Observaciones:
1. Las personas, según su herencia cultural y concepción de mundo, ya sean asumidas
conscientemente o no, establecen las prioridades respecto de aquello que posee más o menos valor
para el sujeto y su entorno. Por ello, podemos hablar de diferentes escalas valóricas a nivel personal,
aunque existan parámetros de comportamientos característicos de la mayoría de las sociedades.
2. La conciencia es la parte del ser humano en la que reside el saber y la posibilidad de elegir/actuar.
En ella se inscriben todas las experiencias que el sujeto vive, permitiéndole seleccionar aquello que le
es de utilidad; la conciencia se va construyendo a partir de la relación que se establece entre el sujeto
y la sociedad a la que pertenece.
3. Las concepciones de mundo determinan la conciencia, estableciendo principios que rigen la
conducta. Estas concepciones pueden ser tres: religiones, ideologías y creencias, teorías que
atraviesan la historia de las sociedades y determinan el comportamiento de las personas.
4. La religión influyó fuertemente en la conducta de las personas en la Antigüedad; por el contrario,
la actual sociedad de consumo parece alejarse bastante de lo que espera el cristianismo. Claro que lo
anterior no implica una pérdida total de su influencia, en tanto sigue prescribiendo formas de
convivencia en materia política y moral; el actual Papa incluso adopta el rol de mediador en muchos
conflictos a nivel internacional, ya sea directamente o mediante la representación de personas
autorizadas por el Vaticano. Otras religiones, como la musulmana, presentan estructuras cerradas e
incluso promueven conflictos bélicos contra aquellos que profesan otro credo (Guerra del Golfo
pérsico).
5. Una ideología instala una forma de convivencia determinada. Se expresa comúnmente a través de
partidos políticos, organizaciones encargadas de concretar sus principios en la práctica. Algunas
ideologías propician o promueven conductas fanáticas que llevan a sus adherentes a considerar al
resto como enemigo, llegando incluso a su eliminación. Por esta razón, es crucial mantener un
espíritu crítico frente a este tipo de pensamientos que buscan uniformar la conciencia.
6. Una educación sistemática busca conducir procesos de formación de las personas. Uno de los
debates actuales al respecto es determinar qué tipos de valores ha de promover: una educación
autoritaria promueve valores como la obediencia, la sumisión, la falta de respeto a la diversidad, etc.;
una educación democrática incorpora el respeto a la vida y la libertad, la dignidad, la honestidad y el
bienestar como sus principales pilares.
7. Cualquier persona lúcida guiará su comportamiento por ciertos valores. Aunque el sujeto no
siempre será capaz de encontrar o mantener la coherencia entre sus actos y dichos valores, si es
moralmente consciente poseerá una escala de acuerdo a la necesidad de mantener el bien común y el
bienestar personal.
8. Polaridad valores: los valores son considerados como entidades absolutas, sin embargo, nuestra
sociedad se caracteriza por un alto grado de relatividad e inestabilidad en nuestros paradigmas
valóricos: aunque creamos ser personas aptas moralmente, consecuentes a muchos principios, es
probable que detectemos cierta tendencia a ejecutar actos asociados a valores de carga negativa, en
tanto se apoyan en una racionalidad que los justifica. La universalidad de los valores no es algo que
nos preocupe especialmente; podemos ejecutar actos heroicos y, al instante siguiente, otros de gran
mezquindad. Esta relatividad, característica de la edad contemporánea, tiende a la justificación antes
que al deber ser moral.
9. Aunque la moral no es un ejercicio desligado de lo intelectual, la conciencia, en tanto continente
de nuestras experiencias, no puede desvincularse de ella; el sujeto siempre toma posición, frente a sí
mismo y frente al mundo. Esta relación dialéctica, indisoluble y de movilidad permanente, está
presente a lo largo de toda nuestra historia.
Cuarta unidad: el ejercicio profesional
4.1 Conceptos
Profesión viene de profesar, ejercer, practicar, desempeñar, etc. Aunque no existe una
definición única, existe acuerdo en que se derivan del desarrollo histórico de los oficios; a
principios del siglo XX, surgen algunas ocupaciones en función de una creciente demanda
social y una exigencia de competencia en la misma, transformación progresiva que deriva en el
ejercicio más o menos constante de preparación y sistematización de diferentes trabajos. Una
profesión demandará determinadas conductas, una fiel adecuación a ellas, rigiéndose por los
cambios sociales observados en el contexto en que se insertan.
Características:
Alguien sin ética en los negocios solo dispondrá de un conjunto de buenos consejos;
como una especie de Manual de Carreño, la ética no será más que un conjunto de normas
de buenos modales. La ética de los negocios no es algo que se pueda aislar de la vida; es
imposible ser ético en los negocios y un rufián en casa o viceversa, lo que constituiría un
ejemplo de esquizofrenia. Tarde o temprano se tenderá a unificar, ya sea quitando la ética o
colocándola en todos los ámbitos vitales.
Para ser ético en la esfera de los negocios se debe ser prudente. La prudencia:
1. Es, ante todo, un hábito, una conformación de la inteligencia, antes que una base de datos o un
conjunto de buenos consejos. En tanto hábito, se adquiere por repetición y, de no practicarse,
puede llegar a perderse.
2. Se refiere a lo concreto, pero requiere un conocimiento mínimo de principios generales.
3. Es integral, es decir, no se parcializa (principio de totalidad: abarca cada aspecto de la vida).
4. Constituye un saber político: un buen político sabe conciliar y coordinar. La prudencia es un
saber político porque no solo se trata de la aplicación unilateral de reglas; una persona prudente no
es un rigorista miope (aplicación ciega de la regla), ni un acomodaticio (aplicación oportunista de
la regla).
5. Es un hábito falible, es decir, incurre en equivocaciones.
1. Abuso de poder: supone utilizar el puesto que se posee para agobiar, maltratar, favorecer o ayudar a otrxs.
2. Conflicto de intereses: consiste en emitir normas laborales que redundan en el propio beneficio del sujeto,
como participar de un proceso de selección, cuando uno de lxs candidatxs es un familiar directo.
3. Nepotismo: reclutar a miembros de una misma familia en una institución, sin considerar realmente su
preparación. Lo anterior no impide que parientes puedan asociarse en torno a un proyecto común,
especialmente si existe una ética firme y una clara preparación para desarrollar las tareas requeridas y ocupar
cargos de importancia.
4. Soborno: implica aceptar dádivas, obsequios o regalías a cambio de un trato especial o favorable a alguien,
como retribución por actos inherentes a sus funciones.
5. Lealtad excesiva: supone mentir para encubrir alguna conducta impropia por parte de un supervisor o
funcionarix u obedecerlx en todo, aún en contra de los propios principios morales.
6. Falta de dedicación y compromiso: evitar dar el máximo esfuerzo en el trabajo, perdiendo el tiempo
repetidamente.
7. Abuso de confianza: implica extraer materiales desde la institución para uso personal o hacer una utilización
indebida de los recursos disponibles en la misma.
8. Encubrimiento: consiste en callar para evitar denunciar a alguien, decisión motivada por un sentimiento de
amistad, interés o temor.
9. Egoísmo: supone buscar el bienestar propio en detrimento del beneficio de lxs demás.
10. Incompetencia: conlleva una falta de autocrítica respecto de un rol o tarea realizada de manera ineficiente.
Problemas de tal magnitud requieren de la acción enérgica y concertada de lxs
profesionales, en aras de elaborar una nueva ética.
Para lograr una conciencia ética profesional bien desarrollada en lxs empleadxs, resulta
imprescindible establecer cánones o códigos de ética que concentren los valores
organizacionales, es decir, aquello hacia lo que el trabajador deberá orientar su
comportamiento, transformándose en las directrices que lo llevarán a cumplir con los deberes
de su profesión. La concreción de tales deberes implica a su vez la tenencia de ciertos derechos.
Esta dialéctica (cumplir los deberes para ejercer mis derechos y viceversa) evitará conflictos
innecesarios. Por ejemplo, si tenemos el deber de ser buenxs compañerxs para ayudar a cumplir
los objetivos de la organización, podremos ejercer nuestro derecho de rehusar alguna tarea
inmoral sin ser víctima de represalias, aun cuando esto también hubiera sido para alcanzar
alguna meta. El sujeto demuestra entonces su asertividad en la toma de decisiones éticas y, al
mismo tiempo, cumple con sus deberes y hace valer sus derechos.
4.3.1 Diligencia
Presteza, viveza, agilidad; implica acción. Este concepto se refiere tanto a una conducta
como a una actitud que dice relación con la disposición hacia las tareas: un trabajador diligente
no es más que la expresión de una conciencia respecto del trabajo y su valor para la realización
de las personas. Sin embargo, no son pocos los casos en los que la diligencia solo se estima en
relación a algún tipo de estímulo. Se trata entonces de un valor a recuperar en lxs profesionalxs.
Aquellos con los que se vive; como tal, constituyen una necesidad para la persona.
Existen tres factores generales que influyen en el individuo al momento de tomar una
decisión:
Ejemplo:
1. Se quiere obtener información sobre el promedio de personas que asisten a una
determinada biblioteca en cierto periodo de tiempo. En este caso, supondremos que el
tamaño de la población es de 32.000 personas. Si se selecciona una muestra de solo el 2%
de la población (640 personas), existirá mayor riesgo de sesgo que si se trabajara con el
10% (3.200 personas); en esta ocasión, se trabajará con la muestra de 640 personas.
2. Una vez decidido el tamaño de la muestra, existen dos alternativas para seleccionarla: el
muestreo aleatorio simple y el muestreo aleatorio estratificado (en esta ocasión los estratos
se separan en hombres y mujeres). Si se opta por el primero, de toda la población definida
(32.000 personas), se seleccionarán las 640 primeras que resulten del sorteo
correspondiente; si se elige el segundo, se tiene que las 32.000 personas se dividen en dos
estratos: hombres y mujeres. En cada grupo deberá aplicarse entonces la selección por
muestreo aleatorio simple, eligiendo uno de cada grupo alternadamente, hasta completar las
640 personas. Una muestra representativa de una población permite deducir importantes
conclusiones a partir de su análisis.
Recuerda que:
La parte de la estadística encargada de las condiciones en que las inferencias son
válidas se denomina estadística inferencial; dado que es difícil confiar absolutamente en la
veracidad de las inferencias realizadas, con frecuencia se recurre al término “probabilidad”
al redactar las conclusiones del análisis. Aquella que se dedica a describir y analizar un
grupo determinado, sin sacar conclusiones o inferencias aplicables a un grupo mayor, es
conocida como estadística descriptiva.
Ejemplo:
En un sector poblacional cualquiera, se está realizando un estudio respecto del
número de hijos que tiene cada una de las familias que habita en el lugar. Luego de aplicar
una encuesta, se sabe que la cantidad fluctúa entre 0 y 10 hijos; en tal caso, la variable sería
el número de hijos. Así, una variable podría asumir cualquier valor del conjunto D:
D = {0,1,2,3,4,5,6,7,8,9,10}
Esto implica que nunca asumirá valores intermedios, ya que sería absurdo hablar de
3,8 hijos.
En casos como este, en que la variable solo puede tomar valores enteros y positivos,
diremos que se trata de una variable discreta; las enumeraciones o conteos suelen originar
datos discretos. No obstante, también existen situaciones donde la variable sí puede asumir
valores intermedios, decimales o fraccionarios, en cuyo caso se trataría de una variable
continua; en general, las medidas dan origen a este tipo de datos (estatura, peso, edad, etc.).
Ejemplo:
a. Un número N de hijos de una familia puede tomar cualquiera de los valores 0, 1, 2, 3,
4… pero no 0.1, 0.25, 1.4…; se trata entonces de una variable discreta y los datos definidos
por ella reciben el nombre de datos discretos.
b. La altura H de un individuo puede ser 62 pulgadas, 60,4 o 65,8341 pulgadas
dependiendo de la exactitud que se requiera; se trata entonces de una variable continua y
los datos definidos por ella reciben el nombre de datos continuos.
Ejercicios:
1. De las siguientes variables, señale cuáles representan datos discretos y cuáles datos
continuos:
a) Número de alumnos matriculados en la carrera de Bibliotecología en el Discreta
IPDP.
b) Temperaturas registradas cada media hora en un observatorio. Continua
c) Periodo de duración de los tubos de televisión producidos por una Continua
compañía.
d) Censos anuales del colegio de profesores. Discreta
e) Longitud de 1000 cerrojos producidos en una fábrica. Continua
2. Determine los valores que asume la variable en cada uno de los siguientes ejemplos y
señale si es continua o discreta.
a) Número de litros de agua en una Variable Cualquier valor, entre cero litros y hasta
máquina de lavar. continua la capacidad máxima de la máquina.
b) Número de libros en un estante de Variable Desde cero hasta el mayor número de
biblioteca. discreta libros que puedan entrar en el estante.
c) Suma de puntos obtenidos en el Variable Los puntos obtenidos en un sólo dado
lanzamiento de un par de dados. discreta pueden ser 1,2,3,4,5 ó 6. Entonces la
suma de puntos del par de dados podrá
ser: 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, que
son los valores que puede asumir la
variable.
d) Diámetro de una esfera. Variable Si consideramos un punto como una
continua esfera de diámetro cero, el dominio de
D son todos los valores de cero a más
infinito.
e) Países de Europa. Variable Dominio: Inglaterra, Francia, Alemania,
discreta etc., que pueden representarse
numéricamente por 1, 2, 3, etc.
Se seleccionan los límites de clase que definen los intervalos de manera que las
clases sean del mismo tamaño y se cuenta el número de observaciones para cada una, es
decir, las frecuencias absolutas respectivas.
Observación: Los límites 32-41 o 42-51 son aparentes (límites reales o fronteras: variable
cuantitativa continua; en este caso, se presentan en la última columna).
Marca de clase: se designa con la letra X y corresponde al punto medio de cada intervalo
de clase. Se obtiene sumando el límite inferior y el superior de cada clase y dividiendo
dicha suma en dos. También recibe el nombre de punto medio de la clase.
2.3 Presentación gráfica de datos estadísticos
a. Histograma: representación gráfica de datos agrupados mediante intervalos. Se
construye mediante un conjunto de barras rectangulares verticales cuya altura es
proporcional a las frecuencias absolutas de cada intervalo. Entonces:
- Las bases de estos rectángulos se ubican sobre el eje horizontal (eje X) y sus centros en
las marcas de clase, mientras que su longitud iguala al tamaño de los intervalos de clase.
- Si los intervalos de clase poseen igual tamaño, la altura de los rectángulos será
proporcional a las frecuencias de clase; en tal caso, se toman las alturas numéricamente
iguales a las frecuencias de clase. Si los intervalos de clase difieren en tamaño, las alturas
deben ser calculadas.
b. Polígono de frecuencias: gráfico de línea trazado sobre las marcas de clase. Puede
obtenerse uniendo los puntos medios de cada columna del histograma.
2. Simétrica.
Ejercicios
1. La tabla muestra una distribución de frecuencias del número de libros utilizados por área
de estudios (clases = número de filas = área estudio). En este caso, tenemos siete filas
(código de siete áreas de estudio).
j) Porcentaje de libros con áreas utilizadas menor de 100 pero con 60 al menos.
Por ejemplo, para calcular la media aritmética de los números 5, 8, 10, 15 y 12 aplicamos la
fórmula:
Ejemplo: La edad de un grupo de 10 niños se distribuye de la siguiente forma: dos niños
tienen 6 años; cuatro, 9 años; 3 tienen 7 años y uno tiene 3 años.
Se requiere conocer la edad promedio de los niños, es decir, estadísticamente se solicita
calcular la media aritmética. Para ello, primero ordenaremos los datos en una tabla:
Así, la edad promedio del grupo es 7,2 años. Como se puede apreciar, ningún niño tiene,
efectivamente, esta edad; es algo que suele ocurrir en diferentes contextos, en cuyo caso
conviene señalar que la media es un valor representativo de la variable, por lo que no debe
ser asumido necesariamente por alguna de las personas que integran el grupo en estudio.
Ejemplo:
En 50 bibliotecas de distintos colegios se distribuyen entre 200 y 699 textos (ver
tabla):
Donde:
Li = límite real inferior del intervalo en que se encuentra la moda.
d1 = diferencia entre la frecuencia en que se ubica la moda y la frecuencia del
intervalo anterior.
d2 = diferencia entre la frecuencia en que se ubica la moda y la frecuencia del
intervalo siguiente a ella.
C= tamaño o amplitud del intervalo
Si la moda es 468, 73 significa que el número de libros que más se repitió entre lxs alumnxs
en el estudio fue: 468,73 libros utilizados (aprox. 469 libros).
3.4 Mediana
Valor de la variable que divide la distribución en dos partes iguales, es decir, deja
sobre y bajo sí al 50% de los casos.
En datos no agrupados:
Ejemplo:
En el conjunto de datos M = {4, 5, 5, 6, 7, 8, 8, 10, 11} la mediana es 7. Lo anterior, porque
se trata de un conjunto de nueve elementos (impar) y 7 es su valor central.
En el conjunto de datos T = {6, 6, 7, 10, 12, 14, 17, 22}, la mediana será 10+12 = 22/2 =
11, pues el conjunto está compuesto por un número par de elementos.
Al igual que sucedía con la media, puede ocurrir que no seamos capaces de determinar qué
valor asume la mediana.
Donde:
Li = límite real inferior del intervalo en que se encuentra la mediana
N = número total de datos de la distribución
Fi – 1= frecuencia absoluta acumulada del intervalo anterior al que contiene la mediana
fi = frecuencia (no acumulada) del intervalo que contiene la mediana
C = tamaño o amplitud del intervalo
Los límites reales son valores que unen a las clases y se forman únicamente de números
enteros. Se obtienen al restar 0.5 a los límites de la izquierda y sumar 0.5 a los límites de
la derecha. Cuando las clases tengan un decimal, habrá que restar 0.05 a los límites de la
izquierda y sumar 0.05 a los límites de la derecha.
Ejercicio:
El número de libros utilizados en 100 colegios, en un determinado tiempo, fue:
a. El 50% de los casos utiliza menos de 2.939 b. De los 100 colegios considerados, 50 de ellos
libros, mientras que el otro 50% usa más que ocupan entre 2.400-2.939 libros y 50 de ellos
esa cantidad. más de 2.939, con un máximo de 3.600.
a. El 25% de los colegios b. El 25% de los colegios c. El estudio revela que un cuarto de
contemplados en el estudio ocupan ocupan menos de 2.780 los colegios considerados ocupan una
una cantidad de libros, que va libros, en tanto el 75% de cantidad que va desde los 2.400 hasta
desde los 2.400 hasta los 2.780, establecimientos utiliza más los 2.780, mientras que los tres cuartos
mientras que el 75% de los de tal cantidad. de ellos usan más de 2.780, con un
establecimientos usa más de 2.780, máximo de 3.600, en el tiempo
con un máximo de 3.600 señalado.
Resulta importante señalar que entre el cuartil uno (25%) y el tres (75%) se
encuentra el 50% de los casos en estudio. En el ejemplo, Q1 = 2.780 y Q3= 3.120, de modo
que es posible sostener que: el número de libros utilizados en distintos colegios, los cuales
representan el 25%, reveló que las cantidades más bajas fluctúan entre 2.400 y 2.780, en
tanto el 50% de los establecimientos utiliza entre 2.780 y 3.120 textos y solo el 25% supera
tal cantidad, con un máximo de 3.600.
Los valores de la variable que dividen la distribución en diez partes iguales se denominan
deciles y se representan por
Las variables que dividen la distribución en cien partes iguales se denominan percentiles y
se representan por
El percentil uno corresponde al 1% de la distribución, el dos, al 2%, el tres al 3% y así
sucesivamente. Así,
Recordemos que, en la fórmula, lo único que varía es el factor de N (porcentaje que señala
el decil o percentil a calcular): si corresponde a un decil se divide por 10 y si es un
percentil, por 100.
1. Para D3 tenemos que el 30% de 100 es 30, por lo tanto, D3 se ubicará en el intervalo
cuya frecuencia acumulada marca 60 y corresponderá a un valor entre 2.800 y 3.000.
2. Para P42 tenemos que el 42% de 100 es 42, por lo tanto, P42 se ubicará en el intervalo
cuya frecuencia acumulada marque 60 y corresponderá a un valor entre los 2.800 y 3.000
Ejercicio interesante (uwu)
A una muestra de 212 usuarios de diferentes bibliotecas, se le aplicó un test que buscaba
medir el uso adecuado que hacían de la biblioteca.
En este caso, interesa determinar qué % de usuarios obtuvo un resultado entre 620 y 680
puntos.
Así, el porcentaje buscado sería: 82.84% - 48.49% = 34.4% de usuarios.
Ejercicios
1. Las calificaciones de un estudiante de bibliotecología en seis pruebas fueron: 84, 91, 72,
68, 87 y 78. Encuentre la media aritmética de las calificaciones.
2. Los salarios anuales de cuatro personas fueron: $5.000, $6.000, $6.500 y $30.0000.
Encuentre la media aritmética de los salarios.
4. Cuatro grupos de estudiantes, formados por 15, 20, 10 y 18 individuos registran los
siguientes pesos: 162, 148, 153 y 140 libras, respectivamente. Encuentre el peso medio de
todos los estudiantes.
5. Los puntajes de un deportista en seis de sus pruebas fueron: 84, 91, 72, 68, 87 y 78.
Calcule la mediana de los puntajes.
6. Los puntajes que cinco alumnos obtuvieron en una determinada tarea fueron: 2,52; 3,96;
3,28; 9,20 y 3,75. Encuentre:
a) la mediana de los puntajes.
8. Calcule los cuartiles Q1, Q2 y Q3 y los deciles D1, D2 y D9 de los libros utilizados en
65 colegios en un determinado tiempo, tal como se presentan en la siguiente tabla:
a) Calcule P5 y P95
4.1 Rango (R): diferencia entre el dato mayor y el menor. Por ejemplo, si tenemos el
siguiente rango de números: 3, 4, 4, 6, 6, 9, 11, 13 R= 13-3 = 10.
En donde:
Es el valor absoluto (sin signo, entre dos barras) de las diferentes Xi respecto de
Ejemplo:
Hallar la media aritmética de los números: 4, 6, 8, 10, 12
Ordenemos la información:
4.3 Varianza
Sumatoria de los cuadrados de las desviaciones, dividida por el total de casos en estudio.
Si el estudio se refiere a una varianza muestral, se representa por s² y se divide por n-1. Si
se refiere a la varianza poblacional se designará por y se divide por N.
Cuando los datos vienen dados por una distribución de frecuencias queda dado por la
siguiente fórmula:
a) Media aritmética:
- La varianza es:
- Nótese que el 50% de los casos cae entre Q1 y Q3, es decir, en 50 bibliotecas el
número de usuarios fue entre 277,5 y 311, 5:
Puntajes tipificados
Corresponde a un puntaje cualquiera de una distribución (x). Puede expresarse en términos
de la desviación típica o estándar.
En un conjunto de datos, si la media aritmética es y la desviación típica s, entonces el
valor tipificado o estandarizado (z) de un dato x es:
Ejemplo:
Considerando que las notas de Juan son: 2 – 3,9- 5- 5,9 -6,2, calculemos la media aritmética
y la desviación típica.
a) Media aritmética:
b) Desviación típica:
1) 2 =
2) 3,9 =
3) 5=
4) 5,9=
5) 6,2=
Resulta claro que las notas quedan ordenadas en referencia a la cantidad de desviaciones
estándar o típicas respecto de .
Ejemplo nro. 2:
Un alumno obtuvo un 5,9 en Estadística y un 6,5 en Álgebra. Si los promedios generales de
las asignaturas fueron 5,5 y 6,2 y las desviaciones típicas 0,4 y 0,6 respectivamente ¿en qué
asignatura obtuvo un mejor lugar relativo?
En este caso:
Ejemplo:
En una compañía chilena, los salarios tienen una media de x1= 400.000 pesos y una
desviación típica s1= 100.000 pesos; mientras que, en una empresa española, la media es
x2= 300.000 pesetas y la desviación típica s2= 30.000 pesetas ¿qué diferencia existe entre
ambas?
CV1= 100.000/400.000 = 0,25
CV2= 30.000/300.000 = 0,10
Respuesta: en la segunda compañía los salarios presentan una menor dispersión respecto
de la primera.
Ejercicios:
b) 9, 3, 8, 8, 9, 8, 9, 18 = 15
6. Sea la distribución
5.1 Coeficiente de correlación: medida que permite conocer el grado de asociación lineal
entre dos variables cuantitativas (X, Y).
La primera opción es calcular las variables por separado mediante las fórmulas ya
revisadas:
Definimos la covarianza de dos variables como la media aritmética de los productos de las
desviaciones de cada variable respecto de su media:
Ejemplo:
Se contabilizó la cantidad de números utilizados en dos áreas de la carrera de
bibliotecología en la biblioteca del Instituto DP, dentro de un período de 15 meses:
Para estudiar la relación entre ambas áreas, debemos construir una tabla de frecuencias,
donde A1=x1/ A2=y1:
Al cociente entre la covarianza y el producto de las desviaciones típicas de ambas variables
se le denomina coeficiente de correlación. Para nuestro ejemplo, su cálculo será:
Con estas rectas podemos aproximar el número de libros solicitados en las áreas de
especialidad A1 y A2, en un periodo de 15 meses. En otras palabras, a través de este
ejercicio podremos conocer los libros solicitados de A2 al conocer los libros solicitados en
A1 y viceversa.
a) Si sabemos que los libros de A2=83 y queremos conocer la posible cantidad de libros
solicitados de A1 en un periodo de tiempo aplicamos la recta de regresión (A1=x; A2=y):
b) Si sabemos que los libros de A1=134 y queremos conocer la posible cantidad de libros
solicitados en A2 en un periodo de tiempo aplicamos la recta de regresión:
Ejercicios de aplicación:
En el caso de que S tenga un número infinito de puntos, las ideas anteriores pueden
extenderse por medio de conceptos que necesitan cálculos.
Definición de probabilidad:
Cálculo matemático de las posibilidades que existen de que una cosa se cumpla o suceda al
azar. Supóngase un suceso A que, de un total de n casos posibles, todos igualmente
factibles (equiparables), puede presentarse en h de los casos. La probabilidad de aparición
del suceso, llamada ocurrencia, vendría dada por:
Ejemplo:
Experimento aleatorio: lanzamiento de un dado no sesgado.
De acuerdo con la definición estadística, nos acercaríamos más y más al número que
puede llamarse la probabilidad de cara en el lanzamiento de una moneda; de los resultados,
se deduce que esta sería 0,5 con una cifra significativa. Para obtener más cifras
significativas habrán de hacerse observaciones posteriores.
La definición estadística, aunque útil en la práctica, supone ciertas dificultades
desde el punto de vista matemático, puesto que puede no existir un número límite. Por ello,
la teoría moderna de la probabilidad se desarrolla axiomáticamente; la probabilidad es un
concepto no definido, tal como el punto y la línea en geometría.
Análisis combinatorio
Principio fundamental
Si un suceso puede presentarse de n1 maneras distintas y, una vez ocurrido, otro suceso
puede presentarse de n2 maneras distintas y así sucesivamente, entonces el número de
maneras en que todos los sucesos podrían presentarse en el orden especificado es
Ejemplo:
Si hay 3 candidatos para el cargo de director de la carrera de bibliotecología y cinco para la
carrera de administración, los dos cargos pueden ocuparse de 15 formas distintas (3x5).
Factorial de n
El producto de todos los números enteros positivos desde 1 (es decir, los números
naturales) hasta n.
6.3 Permutaciones
Una permutación de n objetos, tomados de r en r, corresponde a una ordenación de r objetos
entre los n dados, atendiendo a la situación de cada objeto en la ordenación. El número de
permutaciones de n objetos tomados de r en r se representa por P (n, r) y viene dado por:
Ejemplo:
El número de combinaciones de libros con los códigos a, b, c, d, e tomadas de dos en dos
es:
Así:
Ejercicios
2. ¿De cuántas formas pueden 10 personas estar sentadas en un banco, con capacidad para 4
personas? (Permutación con repetición).
3. Hallar el valor de (a) P (8,3), (b) P (6,4), (c) P (15,1), (d) P (3,3).
4. Se quieren sentar 5 hombres y 4 mujeres en una fila de modo que las mujeres ocupen los
sitios pares. ¿De cuántas formas pueden sentarse?
5. De un total de 10 libros de diferentes áreas de estudio en la carrera de bibliotecología ¿de
cuántas formas pueden combinarse, con y sin repetición si…?