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UN AVIVAMIENTO DE REVERENCIA

Como cristianos nuestra vida siempre está en exhibición. Como dijo el apóstol
Pablo, somos un “espectáculo al mundo, a los ángeles y a los
hombres” 1 corintios 4:9. La gente siempre nos observa. Sobretodo Dios
nos observa. Por eso, debemos profundizar nuestra motivación de honrar a Dios y
representarlo bien en todo momento.

Los ideales que contiene Tito 2:3-5, “Las ancianas asimismo sean
reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino,
maestras del bien; 4  que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a
sus maridos y a sus hijos, 5  a ser prudentes, castas, cuidadosas
de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra
de Dios no sea blasfemada.”. Son cualidades que debemos ver cultivadas
en nuestra vida mientras el Espíritu Santo obra en nuestro corazón rendido a Él.

La reverencia es la FUENTE de la cual brotan las demás cualidades a las que


hemos sido llamadas. “Las ancianas asimismo sean REVERENTES en
su porte” Tito 2:3.

1. ¿Qué significa reverencia?

Significa vivir con la percepción constante y consciente de que estamos en la


presencia de un Dios santo. Es decir, debemos comportarnos de manera
conveniente, correcta o apropiada, en todo momento y dondequiera que
estemos, en la iglesia, en el trabajo, en la casa, el público y en privado, ya sea
con la familia, amigas, o personas totalmente extrañas.

Donde quiera que estemos, es el momento y lugar sagrado y todo lo que Él


nos ha dado para hacer es un servicio SAGRADO. Esto significa que:

 Si eres esposa, servir a tu esposo es un deber sagrado que debes hacerla


con intencionalidad y devoción y reverencia a Dios.
 Si eres madre, atender a las necesidades de tus hijos es un deber sagrado,
una ofrenda diaria al Señor.
 Si trabajas fuera de casa, el desempeño de tus responsabilidades, cuales
sea, es un deber sagrado, ejecútalo a plena vista del Señor como para él.
 Si eres una mujer soltera o viuda, tus tareas diarias y tuis relaciones son
tu deber sagrado, que debes ejecutar como una mujer que vive y respira y
camina en la presencia del Señor.

Esto significa que para la mujer cristiana NO EXISTE una separación en


lo secular y lo sagrado en nuestra vida. TODO ES UN EJERCICIO
SAGRADO. “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el
Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la
recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís.”
Colosenses 3:23-24.
Cada una de nosotras poseemos un llamado de Dios de ser REVERENTES y
respondemos a ese llamado cada día cuando lo honramos con una vida que
refleja Su carácter. “Solamente que os comportéis como es digno
del evangelio de Cristo…” Filipenses 1:27.

2. Ejemplo de Reverencia.

Ana la profetiza que había quedado viuda a los siete años de casada. La biblia
dice “y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba
del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y
oraciones” Lucas 2:37. Aquí estaba una mujer frente a todas las
tentaciones para aflorar en sus esfuerzos. Ana todavía pasaba sus horas
adorando a Dios. Era una mujer devota a la oración, disciplinada, vigilante y
positiva. Para Ana, la reverencia no estaba limitada a un determinado lugar o
momento. Se había convertido en la sustancia de su vida, desarrollada durante
toda una vida de amor y temor a Dios, de confianza en Él y deleite en su
bondad.

3. Debemos ser ejemplo para las demás.

No somos llamadas a una vida reverente solo para nuestro propio bien. Somos
modelos, para nuestras hijas, y para otras mujeres jóvenes. Ellas necesitan
desesperadamente modelos de una vida reverente, porque ellas constantemente
están rodeadas de frialdad, mundanalidad y superficialidad. “Nuestras cartas
sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por
todos los hombres; siendo manifiesto que sois carta de Cristo
expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del
Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del
corazón.” 2 Corintios 3:2-4.

4. Seamos reverentes en nuestras acciones diarias.

La reverencia no se limita solo a nuestra postura física: inclinar la cabeza, cerrar


los ojos, cruzar las manos. Dios nos está llamando a mostrar reverencia, en
nuestras acciones diarias, en nuestro carácter, en nuestro comportamiento en
general.
a. Necesitamos cultivar una APARIENCIA reverente.

“Asimismo que las mujeres se atavíen de ropa decorosa, con


pudor y modestia; no con peinado ostentoso, ni oro, ni perlas, ni
vestidos costosos, sino con buenas obras, como corresponde a
mujeres que profesan piedad.” 1 Timoteo 2:9-10.

Un espíritu de reverencia debe afectar nuestra manera de vestir y


presentarnos. Pablo no está prohibiendo el uso de joyas, maquillaje. Lo que
él está diciendo es que estas cosas: peinado, aretes, maquillaje, que nos trae
la moda, no deben ser nuestra obsesión u ocupar nuestro tiempo
desmesuradamente, aunque nuestro aspecto físico es importante, pero no es
más importante que nuestro aspecto interior.

Nuestra forma de vestir debe tener ciertos parámetros de decoro, pudor y


modestia. Decoro, significa que los atributos sexuales de la mujer deben ser
mostrados solo al esposo en la intimidad de su relación personal. Pudor.
Significa, tener vergüenza de estar mal vestida, sentir vergüenza si se
expusiera sus partes más femeninas. Modestia. Significa, todo aquello que
enfatiza el control del exceso, de la extravagancia, por amos a Dios y por el
prójimo. La mujer debe de ser femenina, pero no debe de ser
sensual.

¿A quién tratamos de agradar? ¿Nuestra apariencia acapara la atención hacia


nosotras mismas? ¿Distrae a otros de sentirse atraídos a Cristo? ¿O atrae a
otros a Cristo?

b. Necesitamos cultivar una ACTITUD reverente.


“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no
permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre,
sino estar en silencio… Pero se salvará engendrando hijos, si
permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia.” 1
Timoteo 2:11-12,15.

La reverencia hacia Dios y Su Palabra nos hace enseñables y dóciles a la


autoridad que Dios ha establecido en nuestras vidas. La reverencia nos
impide traspasar los límites establecidos por Dios. En el verso 15, el principio
es que la mujeres podemos “salvarnos” de años desperdiciados, si tan solo
somos fieles a los que Dios nos ha llamado hacer y nos comportamos con
reverencia en cualquier etapa o situación de la vida en que nos encontremos.

c. Necesitamos cultivar un ESTILO DE VIDA reverente.

“Sea puesta en la lista sólo la viuda no menor de sesenta años, que


haya sido esposa de un solo marido, que tenga testimonio de
buenas obras; si ha criado hijos; si ha practicado la hospitalidad; si
ha lavado los pies de los santos; si ha socorrido a los afligidos; si ha
practicado toda buena obra.” 1 Timoteo 5:9-10.

Se describe a una anciana que, desde joven, había vivido con intencionalidad
y propósito para Dios y los demás. Una mujer que servía, ofrendaba con
fidelidad y ayudaba a otras. Era reverente en su comportamiento y fiel a su
santo llamado. No desperdiciaba su vida en lo que no tenía importancia. Y,
como resultado su vida reflejaba la belleza del evangelio.

Dondequiera que estemos debemos tener un corazón reverente; no solo en


la iglesia, sino también en el trabajo, en el mercado, etc. Es a lo que hemos
sido llamadas.

5. ¿Dónde comienza nuestra conducta reverente?

Nuestra conducta reverente comienza en nuestro tiempo a solas con Dios.


“Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. Porque el
Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay
libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como
en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en
gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” 2
Corintios 3:16-18.

Cada creyente en Jesucristo es una carta abierta, un anuncio viviente


caminando, para Cristo. Es una gran responsabilidad, porque el mundo está
observando y juzgando el cristianismo por nuestras actitudes y acciones.

Sólo el Espíritu Santo puede transformar nuestra naturaleza humana, por lo


tanto, Dios nos llama a una relación íntima con Él mismo. El cristiano mira al
descubierto, las glorias no ocultas del Señor, y se transforman en la misma
imagen de gloria en gloria. Es por la fe que nos fijamos en él, y somos
transformados por el Espíritu Santo.

¿De dónde sacamos nuestra visión de Él? En cómo estamos ocupados con
Él en Su Palabra. Al estudiar la Biblia, entender y comprender lo que Él es.

En Éxodo 34:29-35 se nos dice que después de que Moisés ayunó en el


monte cuarenta días y noches que "Moisés no sabía que la piel de su
rostro resplandecía por haber hablado con él" Éxodo. 34:29.

REFLEXION:

 La vida los cristianos siempre está en exhibición, y eso es algo bueno si vivimos
para glorificar a Cristo. ¿Hay alguna actitud o conducta que no te gustaría que la
gente vea porque sabes que al Señor no le agrada? ¿Algo que no refleje Su
carácter? Pídele al Espíritu Santo que te dé fuerzas para cambiar.

 ¿Qué papel desempeñan tus amistades en tu deseo de vivir una vida reverente
y santa, tanto negativa o positivamente?

 ¿Qué amigas (jóvenes o ancianas) te inspiran a ser “reverentes en tu porte”?

 ¿Cómo se evidencia tu vida que estás pasando tiempo con Jesús?

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