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I.N.E.F.

- BARCELONA
Departamento de Ciencias Sociales

Análisis psicológico de la
agresividad en el deporte
GLORIA BALACUÉ

Es una constatación general el incremento de LA A G R E S I V I D A D


las conductas agresivas en la sociedad actual.
El n ú m e r o de robos, asesinatos y asaltos crece Definiciones:
continuamente. T o m a m o s de A. BUSS (1 ) las principales de-
El deporte, como una actividad típica de finiciones :
nuestra sociedad, no h a q u e d a d o al margen de A G R E S I Ó N : Conducta p o r la cual se inflige
esta situación y así vemos como los actos vio- daño a otro organismo, la víctima. P a r a
lentos se producen cada vez con m a y o r frecuen- BUSS son factores c o a d y u v a n t e s : el presen-
cia en las actividades deportivas, tanto entre ciar el daño o dolor que sufre la víctima y
los practicantes como entre los espectadores y las recompensas extrínsecas conseguidas por
seguidores e incluso entre los técnicos y ofi- la agresión.
ciales. COLERA ( I R A ) : Reacción emotiva con eom-
Pese a los intentos de los distintos organis- l)onentes autonómicos faciales y del esque-
mos implicados en el control de esta situación, leto, de efecto energizante, que, a m e n u d o ,
trathicidos generalmente en modificaciones del a u n q u e no siempre, a c o m p a ñ a a la agresión
reglamento para aplicar mayores sanciones a H O S T I L I D A D : Actitud que c o m p o r t a una re
las actitudes agresivas, los resultados obteni- acción verbal implícita de sentimientos ne
dos distan mucho de ser satisfactorios. gativos (mala disiposición y evaluaciones ne
Además, debido al «status» que posee el de- gativas de las personas y los aconte©imien
porte en nuestra sociedad y especialmente en- tos.
tre los deportistas de élite, nos encontramos A G R E S I V I D A D : H á b i t o , disposición a reac-
con que los jugadores de las categorías inferio- cionar m e d i a n t e agresiones.
res o más jóvenes tienden a imitar la conducta
Teorías :
de sus ídolos, imitación (pie hacen posible los
medios de comunicación, con lo que el proble- Por lo que respecta a las teorías generales
ma se extiende cada vez más. sobre la agresión, son muy numerosas y difieren
P o r todo ello ])ensanios que es i m p o r t a n t e en su enfoque, en el método de trabajo y en
dirigir una mirada atenta al d e p o r t e en ge- los instrumentos de medida que utilizan. Sin
neral y a sus relaciones con la conducta agre- embargo se pueden reconocer dos grandes blo-
siva en p a r t i c u l a r . (|ues:
Si partimos de la base de que para controlar
cualquier situación primero hay qiie conocerla,
este sería el p r i m e r paso para conseguir en el (1) BUSS, ARNOLD H. — «Psicología de la Agre-
futuro una disminución de los comportamien- sión» (Ed. Troquel).
tos agresivos, a u n q u e sea tan «ólo d ^^ redu-
cido á m b i t o del deporte. :<A::. Med. Dep.», vol. XVIII, n.° 69, 1981.
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— Las que consideran que la agresividad es, En el hombre esta función de conservación
de alguna forma innata, defendidas entre otros de la especie que tiene la agresión está pertur-
por FREUD y LORENZ. bada desde el empleo de las primeras armas.
— Las que oreen que la historia inmediata y Ellas le permitieron al hombre actuar con ma-
pasada del individuo, su mareo amibiental de yor rapidez de lo que sería capaz por su dota-
referencia ocasionan la conducta agresiva del ción instintiva, perdiendo eficacia las inhibicio-
sujeto. nes de matar. Además cada vez era más fácil
matar porque el refinamiento de las armas per-
LA AGRESIÓN COMO INSTINTO mitía que el enemigo no fuera visible.

FREUD mantuvo una posición cambiante con


respecto al fenómeno «agresión». En un prin-
cipio combatió la opinión de ADLER y no fue
hasta después de la Primera Guerra Mundial
que se vio obligado a prestar atención a la agre-
sividad. Pese a su resistencia inicial, introdu-
ce entonces la «Pulsión de Muerte» como opues-
ta a las pulsiones de vida:
«Suponemos que las pulsiones del hombre
pertenecen a sólo dos clases, aquellas que as-
piran a conservar y unir, llamadas por nosotros
eróticas en el sentido utilizado por PLATÓN
en «El Banquete», o sexuales, ampliando deli-
beradamente la noción popular de sexualidad,
y aquellas que aspiran a destruir y matar, que
agrupamos bajo eil nombre de pulsiones de agre-
sión o de destrucción» (; Por qué la Guerra?
Vol. XIV, pág. 20).
Pese a aceptar esta base biológica de la agre-
sión, FREUD sostuvo que las inhibiciones a la
conducta agresiva se desarrollan durante la in-
fancia, co'mo resultado de la resolución del
complejo de EDIPO y la consecuente formación
del SUPEREGO.
Por su partie KONRAD LORENZ, interesado
especialmente en la agresividad intra-especílea,
es decir, entre miembros de la misma especie,
acepta también el carácter innato de la agre-
sión humana, pero difiere notablemente de
FREUD en su orientación. Para LORENZ la
agresión, como cualquier otro instinto, tiene co- Por otra parte, el crecimiento de las comu-
mo meta conservar la vida y la especie. Sólo nidades hace que los individuos no se conozcan
que en el hombre, debido a sus condiciones de entre sí lo suficiente,, alterando el equilibrio
vida, degeneró, haciendo que sus efectos fueran entre los movimientos instintivos de atracción y
perjudiciales y hasta destructivos. rechazo. Asimismo di hacinamiento engendra
una mayor disposición a la conducta agresiva,
LORENZ no trata de explicar los procesos que se ve incrementada por la prohibición im-
fisiológicos de que resulta la agresión, sólo se puesta a las tendencias agresivas en la socie-
interesa por las funciones que desempeña esta dad.
pulsión. Señala tres funciones principales de la
piílsión de agresión: Como posibles vías de solución ante un plan-
teamiento que da poco margen a la modifica-
— La selección del más fuerte para la per- ción, LORENZ sugiere que se proporcionen ob-
petuación de la especie. jetivos sustitutivos a la agresión. En concreto
— La distribución uniforme del espacio vital propone el deporte como medio de sublima-
disponible. Aún el más débil obtiene un domi- ción, suponiendo que, especialmente en los de-
nio propio, aunque más pequeño. portes bruscos o violentos, ello permitirá descar-
— Formación de un orden jerárquico que da gar la energía agresiva acumulada. Más adelan-
al grupo una estructura firme. te nos referiremos de nuevo a esta idea.
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Otros autores defienden t a m b i é n el origen a p r o p i a d o dentro de u n a secuencia conduotual».
instintivo de la «agresión». Merece tal vez men- Asimismo, ¡la definición i n d e p e n d i e n t e de la
oionarse S T O R R , quien a r g u m e n t a su posición agresión es «acto cuya respuesta de m e t a con.
basándose en las modificaciones fisiológicas que siste en h e r i r a un organismo».
a c o m p a ñ a n a la ira. Hace especial h i n c a p i é en Vemos, p o r tanto, que los elementos prin-
los trabajos de D E L G A D O , que m u e s t r a n la po- cipales a considerar en esta teoría s o n :
sibilidad de provocar conductas agresivas esti- • el grado de instigación (cantidad d e fru*.
m u l a n d o d e t e r m i n a d a s áreas cerebrales. t ración),
En general los etólogos, psicólogos y persona- • el grado de inhibición( p o r e j e m p l o el
listas y antropólogos se encuentran entre los castigo anticipado como consecuencia),
defensores de la tesis instintiva. Entre ellos des- • el objeto contra el que se dirige la agre-
tacan: TINBERGEN, HACKER. WASHBURN, sión y la forma que ésta toma (aquí e n t r a r í a
FUCHS, HEGG, BUYTENDIJK... el d e s p l a z a m i e n t o ) ,
• la reducción de la instigación a la agre-
LA A G R E S I Ó N COMO A P R E N D I Z A J E sión ( p o r ejemplo la catarsis de la a g r e s i ó n ) .
En esta misma línea, pero con grandes dife-
La posición teórica que podríamos considerar rencias, se inscribe la teoría del aprendizaje so-
opuesta a la hasita a h o r a expuesta es la que cial de la agresión, defendida p o r B A N D U R A
considera que la conducta agresiva es aprendi- y WALTERS.
da, concretándose en una serie de hábitos y Estos autores no se interesan tanto p o r el
tradiciones culturales. origen o impulso de instigación de la agresión
P a r t i e n d o de los postulados de D O L L A R D y como p o r los patrones de reforzamiento so-
M I L L E R se puede considerar a la agresión co- cial de la conducta agresiva.
mo una conducta reactiva ante la frusitración. B A N D U R A define la agresión como la con-
El postulado inicial de DOLLARD «la agre, ducta que produce daños a la persona y la des-
sión es s i e m p r e consecuencia de la frustración» trucción de la p r o p i e d a d . P a r a él los tres as-
ñie matizada por M I L L E R en 1951, aclarando pectos diferenciales del fenómeno s e r í a n :
entonces que «la instigación a la agresión si- • la manera de desarrollarse los patrones
gue inevitablemente a la frustración, pero que de agresión,
la instigación r e a l m e n t e se exprese despende de • lo que provoca (jue la.« personas se con-
su fuerza relativa y de sus inhibiciones». duzcan agresivamente.
El llamado grupo de YALE define la frustra- • lo que mantiene sus acciones agresivas.
ción como «la interferencia en el acontecer de En la siguiente figiira se resumen los de
Una respuesta de meta instigada en su m o m e n t o lerminanees de los tres aspectos ( 1 ) :

Origen de la agresión Investigadores de la agresión Reforzadores de la agresión


Aprendizaje por observación. Influencias del Modelamiento : Reforzamiento Externo: re-
Fjecución reforzada. desinhibidora. facilitadora, compensas tangibles, recom-
D a t e r m i n a n t e s estructurales. activadora y de acrecenta- pensas sociales y de «status»,
miento del estímulo. expresión de las h e r i d a s , ali-
T r a t a m i e n t o aversivo: asaltos vio de t r a t a m i e n t o aversivo.
físicos, amenazas e insultos, F'c^forzamiento V i c a r i o : recom-
reducción adversa del refor- pensa observada, castireo ob-
zamiento frustración. servado.
Móviles de Incentivo. Control Vutorreforzamiento: autocasti-
por Instrucciones. Control sro. autorrecompensa. neutra-
simbólico y grotesco. lización del autocasti;<o. jus-
tificación m o r a l , compara-
ción ventajosa, difusión de
la responsabilidad, deshuma-
nización de la víctima, atri-
bución de culpa de las víc-
timas, malinterpretación de
las consecuencias.

(1) BANDXmA, A. y RIBES, E. — «Modificación


de conducta», pág. 311 (Ed. Trillas).
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Para BANDURA, en una sociedad moderna — reforzamiento vicario, a través de las con-
hay tres fuentes principales de conducta agre^ secuencias observadas en los demás.
siva: Asimismo los humanos pueden Auitorrefor-
• las inflencias familiares. — Los investiga- zarse o Autocastigarse, e incluso conducirse con
dores del tema han hallado una incidencia mu- crueldad y auto justificar se:
cho mayor de modelamiento agresivo familiar — comparándose ventajosamente
en el caso de muchachos delincuentes que de — justificando la agresión en función de
muchachos normales (GLUECK y GLUECK, principios más elevados
1950; BANDURA y WALTER, 1963).
— desplazando la responsabilidad
® las influencias subculturales. — Además
— deshumanizando a las víctimas
de la familia, la suibcuiltura en que está in-
merso un sujeto proporciona también gran can- — atribuyendo la culpa a las víctimas
tidad de experiencias; en los medios en que — falseando las consecuencias.
abundan los modelos agresivos de conducta o Hasta aquí hemos intentado realizar un re-
donde se considera a la agresividad un valioso sumen general de las principales teorías sobre
atributo se encuentran tasas más elevadas de la agresión.
conducta agresiva. Evidentemente, eil partir de una u otra con-
• el modelamiento simbólico. — Proporcio- dicionará el tipo de investigación o trabajo que
nado por los medios de comunicación, especial- se realice, la metodología y por tanto las con-
mente la televisión. secuencias.
Bl segundo punto sería tratar de explicar no Ahora nos interesa establecer cuál es la re-
sólo cómo se adquieren los patrones de agre- lación entre el deporte y la agresividad. Reto-
sión, sino cómo se activan y canalizan. maremos las teorías generales hasta aquí ex-
Conráderando el modelamiento como el má- puesitas' en función de los experimentos e hipó-
ximo responsable de gran parte de la conducta tesis que tratan de establecer el nexo enitxe con-
humana, menciona BANDURA cuatro procesos ducta agresiva - actividad deportiva.
en función de los cuales se activa la conducta
agresiva: LA AGRESIÓN EN EL DEPORTE
• Función discriminativa :—Enseñanza de
modelos eficaces. El deporte como catarsis de la agresión:
• Función desinhibitoria.
Podríamos decir que esta es una de las teo-
• Activación emocional. rías más extendidas, tanto entre los estudiosos
• Intensificación del estímulo. del tema como entre la gente de la calle.
La teoría del aprendizaje social no habla de Se considera que el hombre civilizado no
frustración, por considerarlo un término dema- tiene bastantes salidas para sus necesidades de
siado amplio, sino de Tratamientos Aversivos, expresión de la agresividad. Así, los deportes
siendo los principales: y juegos competitivos en general se recomien-
— ataques físicos dan como una eficaz ventilación. Esta interpre-
— amenazas e insultos verbales tación está en la base de la terapia por el
— reducciones adversas del nivel de reforza- juego.
miento Muchos padres y maestros aceptan el dicho
— obstaculización de la conducta dirigida a de que es bueno permitir a los niños que se
una meta. descarguen. El boxeo, la lucha y otras activi-
Aunque menciona también que en los huma- dades deportivas son consideradas como medios
nos se encuentran en ocasiones conductas agre- de catarsis de la agresión hostil.
sivas impulsadas por las consecuencias positi- Una definición formal de esta hipótesis la
vas previstas. encontramos en DOLLARD, DOOB, MILLER,
El tercer piunto de la teoría del aprendizaje MOWRER y SEARS (1939): «La expresión de
social en el área de la agresión es el Mante- cualquier acto de agresión es una catarsis que
nimiento. El principio de que la conducta hu- reduce la instigación a todos los otros actos de
mana está controlada en gran parte por sus con- agresión».
secuencias, se aplica también a la agresión. Pero hemos visto anteriormente como tam-
Estas consecuencias pueden ser: bién LORENZ cree plenamente en las posibili-
— recompensas tangibles dades catárticas o oanalizadoras de la agresivi-
— recompensas sociales y de «status» dad existentes en el deporte.
•— mitigación del tratamiento avcrsivo Tal como dice BERKOWITZ, es fácil com-
•— expresión del daño prender este tipo de razonamiento. La me-
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táfora de una reserva de energía agresiva pu- Sin embargo creemos que e^l autor presupo-
jando por descargarse, como una olla llena de ne:
vapor, se capta fácilmente, y la idea de los o) Que los tests utilizados miden realmente
juegos como escape o salida para esta ener- la agresividad.
gía parece coincidir con nuestra experiencia.
h) Que las diferencias encontradas entre los
Pero esta facilidad de comprensión es una tram-
sujetos se deben al deporte que practican.
pa engañosa.
De hecho, se encuentran a faltar análisis cui- Por su parte, JOHNSON y HUTTON, en el
dadosos y completos que apoyen, estas manifes- mismo año (2), administraron el H. T. P. Test
taciones. Revisemos las principales investigacio- de BUCK a 8 luchadores en las siguientes con-
nes que sobre el tema se han publicado: diciones :
En el año 1955 encontramos el trabajo de 1." Tres semanas antes de una competición.
HUSMAN ( 1 ) : 2." Cuatro - cinco horas antes de una compe-
Utiliza el test de ROSENZWEIG, algunas lá- tición.
minas del T. A. T. y un test de frases incomple- 3." A la mañana siguiente de una competi-
tas como medidas de la agresividad. Los ad- ción.
ministra a 9 boxeadores, 8 luchadores y 9 co- En sus resultados encontraron una disminu-
rredores de cross, así como a 17 sujetos con- ción de la inteiligenoia funcional, síntomas neu-
trol, en las siguientes condiciones: róticos aumentados y un incremento de senti-
1.° Antes de la temporada: por lo menos mientos agresivos (especialmente intra-punitivos)
Una semana antes del inicio de las competi- antes de la competición.
ciones.
2." A media temporada, y menos de dos días Asiniisnio, en el examen realizado en la con-
anites de una competición. dición 3. es decir, después de una competi-
ción, se encontraron unos datos que indicaban
3." Después de una competición. un retorno a la condición 1 (antes de empezar
4.° Después de la temporada, por lo menos la temporada de competiciones), excepto en
Una semana después de la última competición. los impulsos agresivos, que se hallaban consi-
derablemente disminuidos en la con/dición 3.
De ello deducen los autores que se produce
un efecto catártico en la práctica de un depor-
te de combate. Pero de nuevo estas conclusio-
nes se enuncian sin validar las mediciones de
la agresividad a partir ddl test H . T . P. y sin
separar el papel de la práctica de un deporte
de lucha de la participación en competición
deportiva.
Pero entre los autores interesados por este
tema encontramos también resultados apuestos
a los anteriormente citados.
Así el trabajo de MALLICK y MoCAND-
LESS (3), en el que estudiaron las conductas
agresivas de niños/niñas de 8 - 9 años tras si-
Analizó HUSMAN el número, severidad y di- tuaciones frustrantes y no frusítrantes a las que
rección de las respuestas agresivas. En las con-
clusiones cita que los boxeadores, según se des-
prende de los resultados obtenidos, tienen me- (1) HUSMAN, B. P. — «Agression in boxers and
nos intensidad de agresión, son menos extra- wrestlers as mesured by projective techniques», en
punitivos y más intra-punitivos e impunitivos «The Research Quarterly», 1955, vol. 26. pp. 421-425.
que los demás sujetos.
(2) JOHSON y HUTTON. — «Effects of a comba-
Los corredores de cross, por su parte, son más tive sport upon ¡jersonality dynamlcs as measured
extra-punitivos y menos intra-punitivos e impu- by a projective test» en «The Research Quarterly»,
nitivos que los sujetos control. 1955, págs. 49-53.
Según el autor, estos resultados confirman la
(3) MALLICK y McCANDLESS. — «A study oí
teoría catártica de la agresión e indican que catharsis of aggression» en «The Journal of Persona-
las técnicas proyectivas son útiles en este tipo lity and Social Psychology», 1966, vol. 4, n.» 6. pági-
de investigación. nas 591-596.
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seguían tratamientos de juego agresivo, charla significativamente la intensidad del castigo qoie
social, e interpretación razonable de la conduc- u n grupo de estudiantes universitarios aplicaba
ta del frustrador. a una falsa víctima.
Sus conclusiones son qne la frus'tración con- Utilizaron como medida la m á q u i n a de la
duce a sentimientos agresivos incrementados, agresión descrita p o r BUSS.
pero la conducta agresiva subsecuente no re- Según los autores se confirmaba la teoría de
duce la agresión. Según los autores la agresión que la excitación residual facilita la ocurren-
en ausencia de la ira (anger) no tiene valor cia de respuestas agresivas, y desde luego sus
catártico. resultados contradicen la idea de catarsis o dre-
Una interpretación razonable de la conducta naje de la agresión por el d e p o r t e .
del frustrador tiene u n efecto inmediato en la Hasta aquí hemos enfocado el p r o b l e m a des-
reducción de la agresión, tanto conductual co- de el punto de vista del practicante deportivo,
mo verbal. La agresión verbal hacia el frustra- pero un elemento fundamental al h a b l a r de la
dor no reduce la agresión dirigida hacia él, sino agresión en el d e p o r t e , sujeto en m u c h a s oca-
que puede de hecho a u m e n t a r l a . siones de las situaciones más violentas es
En la misma línea se podría situar el trabajo el espectador.
de F E S H B A C H ( 1 ) . Las dos teorías hasta ahora mencionadas se
Vemos ya, y ello va a ser una constante en aplican igualmente a los espectadores: la ca-
la revisión de la bibliografía, que en un aspec- tarsis y la transferencia de excitación.
to concreto del tema encontramos trabajos con Pero algunos investigadores se h a n interesa-
resultados y conclusiones dispares y a menudo do exclusivamente por los espectadores. Así
contradictorias. Y va a ser imposible compa- BANDURA sugiere que la visión de la violen-
rar las distintas investigaciones ya (¡ue utilizan cia reduce la fuerza de las inhibiciones ante
poblaciones heterogéneas, medidas i!e la agre- la conducta agresiva, lo cual llevará a reaccio-
sividad distintas y metodologías tolainiente di- nar de distinto modo a los espectadores de de-
ferentes. portes de contacto o de no contacto.
Nos tenemos que l i m i t a r a criticar indivi- Asimismo. a|)licando las hi|)ótesis de DO-
dualmente cada trabajo y tratar de a g r u p a r Inc- 1.LARD - M I L L E R a este aspecto del problema,
ito los principales problemas observados, con el esperaríamos e n c o n t r a r distintos niveles de agre-
fin de a p r o x i m a r n o s , si ello es po'^ildc. a imas sividad entre los espectadores deportivos cuyos
vías de solución. fípiipos h a n p e r d i d o y los seguidores del equi-
po ganador.
Con este objetivo seguimos analizando ntios
enfoque^ de la relación deporte-agresión. GUIDO S C H I L L I N G ( 4 ) opina que en los
casos de conducta agresiva entre los espectado-
El deporte como facilitador de la agresión.
res, concurren unos factores que p o d r í a n deno-
B E R K O W Í T Z ( 2 ) critica la tetMÍa catárlica minarse «facilitadores». Dichos factores s e r í a n :
(le la agresión en el deporte y sngiere otras ANONIMATO: El es{)ectador confundido en-
¡nti'r|)re!aciones totalmente distinta-. tre la masa tiene la posibilidad de desahogar-
Según él. el sujeto que partici])a en una ac- se, m a n t e n i e n d o su identidad oculta, lo que le
tividad dej)ortiva puede tornarse niás agresivo proporciona m a y o r seguridad.
coint) conseeuencia de io (|ue ve y hace. Una
de las razones para ese incremento de la agre-
sividad sería el efecto general e i e r g i z a n t e de (li FESHBACH. — «The catharsis hypothesis and
la actividad física, ([ue resultaría en m a y o r ex- soma consequences of interaction with aggressive and
i'ilación del i n d i v i d u o . neutral play objects» en «The Journal of Personcility»,
1956, 24, pp. 4449-462.
R E R K O W I T Z añade que la competición in-
herente al deporte f)uede ser también excitan- 12) BERKOWÍTZ, L. — «Sports, Co ::i::etition nnd
te, y ello, de nuevo, intensificaría las tenden- Aggres.slon» en «The Physical Educato-». 1973, vol. 30.
cias agresivas del j u g a d o r . Asimismo, las frus- pp. 59-61.
traciones inherentes a esa competición, especial-
mente en los perdedores, a u m e n t a r í a n las jxtsi- (3) ZILLMANN; KATCHKB y MIL^VSKY. — «Ex-
bilidades de agresión. cltation Transfer from physical exercise to subse-
quent aggressive behavior» en «Journal of Experimen-
P r o f u n d i z a n d o en este enfoífue lenemoi el tal Social Psychology» 8, 247-259 Í1972Í
trabajo de Z l L l . M A N N . K A T C H E H > M l f W S -
KY (.í). En su experimento encontramos (pie (4) SCHILUNG. — «Aggression un Gewalt Im
'••T los minutos y medio de ciereicio físico Sport». Ponencia presentada al Congres Geweld in de
('^c'lalear en una bicicleta), se incrementaba Sport». Bruselas. 1978.
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IDENTIFICACIÓN: La necesidad de afilia- h a l e í d o : «Gane quien gane, hoy presenciare-
ción, de «formar p a r t e de» facilita la identifi- mos un bello espectáculo»?».
cación con los seguidores y el aprendizaje p o r
Es m á s que p r o b a b l e que otro factor de im-
imitación y experiencia.
portancia sea el tipo de deporte observado.
FRUSTRACIÓN: Que p u e d e ser a) Depor- Así, el trabajo de G O L D S T E I N y ARMS ( 5 ) ,
tiva : equipo favorito que p i e r d e , decisión arbi- en que se m i d i ó la hostilidad, con el inventario
tral contraria, e t c . . 6 ) Extra d e p o r t i v a : con- de BÜSS-DURKBE, de espectadores varones an-
diciones laborales, familiares, económicas, afec- tes y después de un p a r t i d o de fútbol ( 6 ) . Asi-
tivas, e t c . . Según algunas teorías hemos visto mismo se repitió el experimento con espectado-
como ello podría e x p l i c a r el c o m p o r t a m i e n t o res de u n e n c u e n t r o de gimnasia.
agresivo.
Los resultados indicaron que la hostilidad
R U I D O : Los gritos, chillidos y alto nivel de
era significativamente m a y o r después del parti-
ruido en general actúan como excitantes, inten- do, sin que correlacionase con las preferencias
sificando las respuestas emocionales. Citamos del entrevistado p o r el equipo g a n a d o r o per-
a este respecto el experimento de & E E N y dedor. Este incremento no se daba entre los
O'NEAL (1). espectadores del encuentro gimnástico.
A L C O H O L : La ingestión de a b u n d a n t e s
Los autores, tras mencionar la posibilidad de
cantidades de alcoihol va asociada muy a me-
que el p a r t i d o de fútbol atraiga a personas más
n u d o a las conductas agresivas o violentas de
hostiles que la gimnasia, creen que el hecho
los «hinchas» deportivos. Basta r e c o r d a r algu-
de observar u n deporte agresivo p r o b a b l e m e n t e
nos encuentros internacionales de fútbol cele-
reduce las inihibiciones hacia la agresión, resul-
brados no hace m u c h o en nuestra ciudad. Es
tándose de ello un incremento de la hostilidad.
evidente que u n a s dosis de alcohol envalento-
nan y disminuyen la claridad de juicio de los Desde luego sus datos no apoyan la teoría
sujetos. catártica, y él hecho de no h a b e r encontrado
diferencia alguna entre las puntuaciones de los
LOS M E D I O S DE C O M U N I C A C I Ó N : La
seguidores del equipo g a n a d o r o del p e r d e d o r
voleneia y la b r u t a l i d a d son recetas de éxito
parece confirmar también la teoría d e la desin-
para los medios de comunicación. Algunos hibición.
autores o p i n a n que sexo y crimen ocupan u n
lugar demasiado i m p o r t a n t e en los medios de Otro aspecto interesante del fenómeno de la
información. ;_En qué m e d i d a puede esto in- violencia en el deporte y su relación con los
fluir en los espectadores deportivos? espectadores, es el hecho de que éstos pare-
VOGG ( 2 ) y BANDURA ( 3 ) en sendos expe- cen disfrutar con los actos agresivos ocurridos
rimentos sobre la visión de films agresivos y en el transcurso de una competición deportiva.
su posterior influencia en las conductas de jue- Si se espera que haya violencia acuden más es-
go de los niños, encontraron que los juegos
agresivos y los actos violentos d u r a n t e el juego
a u m e n t a b a n significativamente entre los niños (1) GBBN, R. y O'NEAL, E. — «Actlvation of
que h a b í a n visto los modelos de films agresi- cue-elicited aggression by general arousaJ» en «Jour-
nal of Personality and Social Psychology», 1969, 11,
vos. pp. 289-292.
P o r otra p a r t e , dado el «status» que el de-
p o r t e de élite tiene en nuestro país, como ya (2) VOGG, G. — «Kónnen Sex - und Brutalltats-
hemos mencionado anteriormente, el retransmi- tilme die geistige und charakterllche Entwlcklung Ju-
tir especialmente las escenas de violencia puede gendlicher Zuschauer gefahrden?» en die «Jueenri»
favorecer la imitación. 13. Jahrgang, Heft 8/9. 1971.
Pero probablemente, la m a y o r influencia se
deba al clima que consiguen crear los infor- <3) BANDURA, A. — «Aggression: A social learn-
mg analysis». New Jersey, 1973.
mativos antes de u n encuentro deportivo de im-
portancia. Las espectativas de muchos especta-
(4) CAGIGAL, JOSÉ M.» «Deporte y Agresión»
dores se cifran en la violencia anticipada por 1976. (Ed. Planeta).
los comentaristas, más ([ue en el espectáculo
deportivo en sí mismo.
(5) GOLDSTEIN y ARMS. — «Effects of obser-
Como dice JOSÉ M." CAGIGAL ( 4 ) : «¿Esta- ving athletic contests on hostility» en «Sociometrv»
rá más presto para arrojar una botella al ar- 1971, vol. 34, n.» 1, pp. 83-90. '
bitro el c i u d a d a n o que por la mañana ha leido
como titular en un p e r i ó d i c o : «Esta tarde, en (6) Se trata de fútbol americano, similar a núes
el X, el ser o no ser de nuestro club», o quien tro rugby. Deporte de violento contacto físico.
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pectadores, y m á s gente presencia una retrans- dido f)or tests lomados de la psicología gene-
misión deportiva de u n p a r t i d o en el que se ral, que consideran a la agresividad un rasgo
sabe ha h a b i d o violencia. más de la personalidad y como tal la m i d e n .
N I C H O L A S P E T R Y S Z A K ( 1 ) p r o p o n e una Otros han empleado tests construidos especí-
expllicación aJ p o r qué del agrado de los espec- ficamente para m e d i r la agresividad, aislándo-
tadores p o r los actos de violencia. Sugiere que la de otros rasgos. T a m b i é n hay quien ha toma-
ello se debe a la necesidad de A F I L I A C I Ó N , do registros de p a r á m e t r o s fisiológicos como in-
básica en el ser h u m a n o . Al observar la violen- dicadores de la agresividad.
cia entre dos grupos se refuerza la noción de La psicología del deporte, como rama muy
pertenencia a uno de ellos. P o r ello, siempre joven de la psicología, posee escasos métodos
según el autor, estos fenómenos se d a r á n m á s que le sean propios, pero la tendencia actual es
en sociedades industrializadas en las que se la de construir sus instrumenlns específicos de
intensifica el proceso de a n o n i m a t o individual trabajo. Así han surgido los p r i m e r o s tests para
y de aislamiento en la sociedad de masas.
H e m o s intentado p r e s e n t a r hasta aquí u n a
panorámica general del complejo problema de
la agresión en el d e p o r t e .
Distintas teorías t r a t a n de explicarlo, bus-
cando los orígenes en puntos distintos y supo-
niendo diferentes consecuencias.
P e r o nuestro objetivo no se limita a poseer
un conocimiento lo m á s a m p l i o posible, a ser
unos «eruditos» del tema, sino que la finalidad
del presente trabajo es acercarse a los medios
de control, de m a n e r a que se reduzca la frecuen-
cia e intensidad de las conductas agresivas en
el d e p o r t e .
Siguiendo a K A N T O R , y con él a E. R I B E S
diríamos que lo esencial es plantearse la pre-
gunta correcta. Y quizás en nuestro caso esta
s e r í a : ;,Qué ocurre? ¿Cómo hacer que dismi-
n u y a ? Y hasta a h o r a el enfoque más generali-
zado h a sido ¿ P o r q u é o c u r r e ?
Con esta aclaración nos definimos, t o m a n d o
p a r t i d o por el enfoqiie de B A N D U R A . Con ello
no p r e t e n d e m o s n e g a r la validez de las otras medir la agresión en el deporte, tanto a nivel
hipótesis y teorías, e n t r e otras cosas p o r q u e , de cuestionario como de listas de observación.
como ya h e m o s dicho a n t e r i o r m e n t e , sus dis- Hay también algunos métodos que llamaría-
tintas metodologías hacen imposible la compa- mos experimentales, como la m á q u i n a de la
ración. agresión de BUSS.
S i m p l e m e n t e pensamos que si nuesitro obje- Vamos a analizar con más detalle los distin-
tivo es reducir la agresividad en el deporte, tos sistemas e n u m e r a d o s .
este es el planteamiiento más eficaz.
T E S T S DE LA P S I C O L O G Í A G E N E R A L
M E D I D A S D E LA A G R E S I V I D A D
Tests Proyectivos
Una de las p r i n c i p a l e s dificultades con que
nos tropezamos al i n t e n t a r establecer qué es Se h a n utilizado p r i n c i p a l m e n t e el test de
lo que sucede en el t e r r e n o de la agresión y el R O R S C H A C H , el T. A. T., el test de frustra-
d e p o r t e es la cuanitificación del fenómeno. ción de R O S E N Z W E I G , el H . T. P . y el test
¿ C ó m o m e d i r la agresividad? Revisando los de W A R T E G G .
distintos ittstrumentos usados p o r los investi- De entre todos ellos el «Picture Frustration
gadores, e n c o n t r a m o s que algunos se h a n deci- Test de R O S E N Z W E I G » pareció en u n princi-
pio especialmente indicado para medir la agre-
sividad y la hostilidad, ya que su origen teóri-
(1) PETRYSZAK, N. — «Bio-Soclology of Joy in co relaciona frustración y agresividad.
Violence» en «Beview of Sport and Leisure», 1977, De hecho, según los autores, mide la toleran-
June, vol. n . cia a la frustración, p e r m i t i e n d o hacer u n diag-
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nóstico de madurez social y de capacidad de ceptos distintos en varios tests y, a la inversa,
a d a p t a c i ó n . Sin e m b a r g o numerosas inves,tiga- noimbres diferentes p u e d e n en realidad referirse
oiones demuestran que no es eficaz para el diag- al mismo rasigo.
nóstico de la agresividad. De nuevo, ello hace muy difícil la compa-
De este test existe u n a adaptación t a m b i é n ración entre trabajos distintos p o r q u e sólo po-
para niños. dremos a g r u p a r las p u n t u a c i o n e s de agresividad
T a m b i é n se encuentran trabajos que utilizan si h a n sido medidas con el mismo test y en
el T . A. T.. por lo general en algunas de sus poblaciones y condiciones similares.
láminas, para m e d i r la agresividad. Los tests más utilizados h a n s i d o :
— 16 P . F . de C A T T E L L .
P e r o de hecho el T. A. T . está designado, co-
— Cuestionario de T e m p e r a m e n t o GUIL-
mo dice C R O N B A C H ( 1 ) , p a r a c u b r i r la am-
FORD - ZIMMERMANN.
p l i t u d total de ideas y conductas y no puede,
— Inventario Multifásico de P e r s o n a l i d a d
en c a m b i o , c u b r i r c o m p l e t a m e n t e u n solo tema.
MMPL
La flexibilidad que permite que el sujeto T a m b i é n se ha empleado en algunos casos el
revele cualquier rasgo o tema destacado en la Diferencial Semántico de OSGOOD, que trata
estructura de su p e r s o n a l i d a d , es, en c a m b i o , de investigar la percepción, el significado y las
una desventaja grave cuando deseamos respon- actitudes más que la personalidad en sí mis-
der a una pregunta específica. ma. En concreto, en el aspecto que nos intere-
La misma crítica puede hacerse, de manera sa, se busca el grado de hostilidad o actitud
general, al test de W A R T E G G , al H . T. P . y agresiva del sujeto.
al test de R O R S C H A C H . Como ya hemos indicado, ninguna de estas
Como ya hemos a p u n t a d o a n t e r i o r m e n t e , nin- pruebas fue construida específicamente p a r a me-
guno de estos tests puede considerarse u n a me- dir la agresividad. P o r ello numerosos autores
dida de la agresividad, sino que se utilizan a han constatado su escasa validez y fiabilidad.
base de aislar los rasgos de agresividad que se Como intento de solución a este p r o b l e m a está
detectan como componentes de la personalidad el I n v e n t a r i o de Hostilidad de BUSS - DUR-
del sujeto. KEE (2).
Como todos los tests proyectivos tienen el Ellos definen, ante todo las subclases de hos-
inconveniente de que no se h a estabilizado su tilidad m e d i d a s por su test. Estas s o n :
A T A Q U E . — Violencia física contra otros.
interpretación.
Algunos intérpretes consideran esos tests co- H O S T I L I D A D I N D I R E C T A . -^ Que compren-
de tanto la conducta maliciosa, en forma de
ntó muestras de rasgos estables, otros como una
difamación, bromas, etc., como la agresión in-
medida del estado actual y otros en fin como
directa, en forma de estallidos emocionales, por-
Una medida de impulsos inconscientes.
tazos, etc.
Ello hace muy difícil conseguir u n a corre- I R R I T A B I L I D A D . — F a c i l i d a d para explotar
lación alta entre las puntuaciones otorgadas al con reacción negativa a la más m í n i m a provo-
mismo test p o r distintos examinadores, lo que cación.
prácticamente anula la posibilidad de repeti- NEGATIVÍSIMO. — Conducta de oposición.
ción del experimento por otra persona e impo- En general incluye negativa a cooperar, no
sibilita los análisis comparativos. aceptación de n o r m a s , e t c .
R E S E N T I M I E N T O . — Envidia y odio hacia
Los cuestionarios de personalidad: los demás. Manifiesta u n sentimiento de rabia
hacia el m u n d o por un real o imaginario trato
En su origen se trata de los cuestionarios injusto.
descritos por tantos aspectos de la conducta SUSPICACIA. — Proyección de hostilidad ha-
como sea posible, resumiendo las respuestas en cia los demás. Implica desconfianza de las in-
grupos homogéneos p a r a p r o p o r c i o n a r puntua- tenciones de los otros.
ciones de «rasgos» o perfiles de respuestas.
En nuestro caso, los investigadores seleccio-
nan del perfil general las puntuaciones de agre- (1) CRONBACH, LEE J. — «Fundamentos de la
Exploración Psicológica». (Ed. Biblioteca Nueva). Ma-
sividad. drid, 1972.
Pero hay que advertir que el n o m b r e de los
rasgos constituye u n a de las fuentes de con- (2) BUSS, A.; DURKEE, A. — «An Inventory for
fusión más graves en el terreno de la persona- Assessing Different Kinds of Hostility» en «Journal
lidad. El mismo t é r m i n o puede designar con- of Counsulting Psychology», 1957.
28
H O S T I L I D A D V E R B A L . — Afecto negativo, T a m b i é n ílas estadísticas y dato* sobre la
expresado tanto en la forma como en el con- agresión p u e d e n p r o p o r c i o n a r información. P o r
tenido del lenguaje (discutir, gritar, amenazar ejemplo, el n ú m e r o de penalties, multas, san-
o ser h i p e r c r í t i c o ) . ciones (tarjetas amarillas y rojas en fútbol, p o r
C U L P A B I L I D A D . — Tendencia al remordi- ejem.plo). Estos datos pueden, además, relacio-
miento, auto-acusación y depresión p o r las acti- narse con otras informaciones, como el j u g a r en
tudes violentas u hostiles. casa o j u g a r fuera, n ú m e r o de espectadores, ar-
El inventario consta de 75 Ítems, de los cua- b i t r o , etc., a fin de verificar la posible influen-
les 60 son reales y los otros 15 falsos. La res- cia que ellos p u e d a n tener.
puesta se ha m a r c a d o «verdadero» o «falso» Asimismo, la entrevista puede contribuir a
tras cada p r e g u n t a . obtener u n bosquejo m á s claro del comporta-
P a r t i e n d o de la base de que los procesos re- miento agresivo ; p o r e j e m p l o , el estilo de jue-
lacionados con la agresión incluyen culpabili- go del deportista, el a m b i e n t e del e q u i p o , su-
dad, excitación, dominancia, etc. P o r ello se cesos de su vida familiar que p u e d a n ser rele-
utilizan t a m b i é n algunos de los siguientes vantes p o d r í a n tal vez detectarse en la entre-
tests: « T h e Arousal Test» ( F I S H E R , 1 9 7 7 ) , vista.
«Maoh IV Scale» ( C H R I S T I E , 1 9 6 5 ) , «Andro- Vemos cómo todas estas distintas m e d i d a s
geneity Tes» ( H A R R I S , 1 9 7 7 ) . tienen aspectos interesantes y a la' vez son in-
completas. Tal vez eil p r o b l e m a esté, como dice
T E S T S D E LA P S I C O L O G Í A H O L T Z M A N ( 1 ) , en que se entremezclan va-
DEL DEPORTE rios niveles de funcionamiento de la agresivi-
dad, cada uno de los cuales sería detectado p o r
En los últimos años se h a n realizado inten- un distinto i n s t r u m e n t o .
tos de e l a b o r a r un cuestionario destinado no Según él se p u e d e n identificar cuatro niveles
ya a m e d i r la agresividad en general, sino la de funcionamiento del «construct» h o s t i l i d a d :
agresividad específica de la situación depor- — Hostilidad en fantasía e imaginación: Me-
tiva. dida p o r instrumentos como los tests proyeoti-
Hasta ahora el único i n s t r u m e n t o válido vos antes e n u m e r a d o s .
es el BAAGI Test ( B R E D E M E I E R , «Athletic — Nivel consciente auto-inferido: En el que
Aggression Inventory», 1 9 7 7 ) . se usan los cuestionarios e inventarios de per-
E L BAAGI Test se h a a d m i n i s t r a d o a lo lar- sonalidad.
go de tres años a h o m b r e s y m u j e r e s deportis- — Nivel objetivo observado: Utilizando la
tas, pertenecientes a m á s de 16 áreas deportivas observación, a u n q u e en este caso, ello obligue
distintas. a e l i m i n a r del estudio de la agresividad las in-
Hay t a m b i é n algunos métodos experimentales tenciones, i m p o r t a n t e s p e r o no observables.
p a r a m e d i r la agresión, como la máquina de la — Procesos psicofisiológicos que intervienen :
agresión desarrollada p o r BUSS ( 1 9 6 1 ) . Que incluye los cambios h o r m o n a l e s y el nivel
BUSS' definió y m i d i ó la agresión en térmi- de activación. A u n q u e este es el nivel d e más
nos de la intensidad del shock eléctrico que u n a difícil control posee la m a y o r validez y objeti-
persona da a o t r a . vidad.
El sujeto pienso que dirige u n e x p e r i m e n t o Los cuatro niveles m e n c i o n a d o s no se contro-
de aprendizaje y que mediante descargas eléc- lan al mismo t i e m p o , y es i m p o r t a n t e recordar
tricas de intensidad variable puede castigar los que en casi todos los métodos p a r a m e d i r la
errores que otro supuesto sujeto, en realidad conducta agresiva h a y que hacer u n a elección,
Un auxiliar del psicólogo, comete en u n a habi- casi siempre a r b i t r a r i a .
tación contigua. Lo que se registra no son esos Siguiendo con nuestro objetivo de establecer
errores, que siguen u n p l a n previamente traza- qué es lo que sucede en el c a m p o de la agre-
do, sino la intensidad de las descargas emitidas sión deportiva pensamos que el p r i m e r paso a
p o r el sujeto, que desde luego no son recibidas d a r sería e l a b o r a r u n a lista-guía de observación
como tales p o r la supuesta víctima. que describiera u n a gradación de conductas y
episodios agresivos bi«n definidos.
P o r lo qne respecta a la observación de con-
ductas agresivas, diversos psicólogos y técnicos Las conductas agresivas c o n t e m p l a r í a n las
deportivos h a n confeccionado listas d e obser-
vación relativas a conductas y episodios agre-
sivos bien definidos. Pero hasta el m o m e n t o 1) HOLTZMAN, W. H. — «ReciuTing dilemmas in
personality assessment» en «Journal of Projective
n i n g u n a d e estas guías de observación h a sido Techniques and Personality Assessment», 1964, 28, pá-
todavía aceptada, generalizándose su uso. ginas 144-150.
29

agresiones físicas, verbales y simbólicas, como precisamente poder comparar si se dan distin-
por ejemplo los choques corporales, burlarse tas conductas agresivas en función de las mo-
del contrario o amenazarle con darle una pa- daflidades deportivas.
tada. Este es nuestro proyecto futuro de trabajo.
Los episodios agresivos se referirían a aque- El siguiente punto de interés, una vez ela-
llas situaciones en las que habitualmente se borada la lista de observación, sería deter-
producen luchas y/o amenazas. Un ejemplo de minar cuándo ocurre.
episodio agresivo podría ser la conducta vio-
lenta ligada a una decisión arbitral injusta. TVuestro propósito sería aquí establecer los
factores que en hipótesis afectan a la conducta
Estas listas-guía de observación deberían sub- agresiva en el deporte.
dividirse en categorías: por ejemplo, Territo-
rialidad : lugar en el que tiene lugar la agre- Basándonos en las distintas investigaciones re-
sión. Profesionalismo: grado en el que esta visadas podríamos mencionar, en principio, los
agresión es sólo un instrumento para obtener siguientes factores que una investigación poste-
una meta última. rior sobre el terreno se encargaría de confirmar
o rechazar:
Aquí entraría una disgresión acerca de la di-
visión, muy utilizada por los psicólogos del de- Factores estructurales. — Relativos a las dis-
porte, de agresión reactiva e instrumental. tintas situaciones deportivas.
Agresión reactiva es un acto agresivo que
tiene como meta el daño de otra persona. Es DIFERENCIA DE PUNTOS
Una respuesta emocional ante un individuo per-
cibido como un enemigo amenazante o un rival Algunos autores han sugerido que la diferen-
frustrante. cia de puntos o la distancia relativa entre las
Agresión instrumental es el acto agresivo que puntuaciones de dos equipos puede afectar el
tiene como objetivo la consecución de una de- tipo de agresión observada en la competición
terminada meta. deportiva (VOLKAMER, 1971).
Para el agresoor instrumental, la acción le- La relación sería la siguiente:
siva es incidental para la consecución de su — Una mayor diferencia en la puntuación
meta, que puede ser la victoria, la populari- produce una mayor probabilidad de agresión
dad, etc. reactiva entre los jugadores del equipo perde-
El problema principal, a nuestro modo de dor, debido a que el partido está o parece estar
ver, estriba en que esta división presupone que «fuera de alcance».
el observador está en condiciones de decidir — Una menor distancia en la puntuación pro-
cuáles son las intenciones del deportista en el duce mayor probabilidad de agresión instru-
momento en que se produce la agresión. Siem- mental porque en el partido todavía «se ven
pre habrá que basarse en suposiciones más o posibilidades».
menos subjetivas. Porque, incluso en el caso de
Una acción agresiva realizada contra un juga-
dor que está apartado del balón, en un parti- JUGAR FUERA
do de fútbol, puede que sea instrumental por-
que el agresor anticipe una posible jugada de Varios trabajos indican que el equipo visi-
su equipo que el otro obstaculizaría en la po- tante juega más agresivamente que el equipo
sición en que estaba. Sin embargo probable- de casa. (LEFEBVRE, 1974; VOLKAMER
1971).
mente sería catalogada su acción como de re-
activa, en especial si no se produce la esperada Se podría inferir que los jugadores perciben
jugada. reacciones hostiles de los espectadores, mani-
Una lista de observación debe ser lo más festadas en los silbidos y abucheos con que son
objetiva posible, eliminado interpretaciones in- recibidos en muchas ocasiones los jugadores «de
fuera» en la presentación de equipos. Ello pro-
dividuales. vocaría una elevación del nivel de excitación,
Tanto los psicólogos, como los entrenadores que, como hemos visto en los capítulos anterio-
u otras personas entrenadas en la observación res, puede traducirse en un incremento de la
deberían poder utilizar una lista-guía de este conducta agresiva.
tipo. La observación podría realizarse tanto en
el terreno de juego como siguien do filmaciones Otra posible explicación podría ser el qae los
en video-tape de encuentros deportivos. jugadores visitantes adoptan el «rol» agresivo
Lo ideal sería confeccionar una lista que pu- que creen que les atribuyen los espectadores.
diera ser utilizada en todos los deportes, para Hacen lo que piensan se espera que hagan.
30
JUEGO DEFENSIVO la intensidad de la agresión resultante de la
participación deportiva ( S M I T H , 1 9 7 0 ) .
P a r a algunos la cantidad de agresión deporti- Este enfoque p r o p o n e que a m a y o r frecuen-
va e x h i b i d a es también una función del juego cia de contacto físico, mayores p r o b a b i l i d a d e s
defensivo ( W I N K L E R , 1 9 7 1 ) . de que los deportistas muestren conductas agre-
Una posible explicación de este fenómeno se- sivas.
ría el que la utilización de la agresión es una De nuevo, la hipótesis de la fruslración-agre-
manera de ganar la ofensiva. sión ( M I L L E R y col.) iparece ser la más ade-
La agresión, en este caso, es una forma de cuada para explicar este fenómeno. Cada con-
conducta instrumental designada para obtener tacto físico implica un bloqueo, o intento de
la posesión del o b j e t o / b a l ó n . bloqueo de una respuesta de m e t a .
Una explicación alternativa sería el concepto Otra posible explicación sería que las inten-
de territorialidad, que discutiremos más ade- ciones atribuidas al deportista contrario son ta-
ianle. les que provocan la respuesta agresiva del su-
jeto.
R E S U L T A D O D E LA P A R T I C I P A C I Ó N
TERRITORIALIDAD
Varios trabajos revelan que el resultado de
la participación tiene un efecto concreto sobre Este concepto de territorialidad implica un
la cantidad de agresión solicitada en los jugado- punto de vista algo distinto.
res. Se supone que la agresión se produce cuan-
En concrelo, parece ser que los ganadores do el espacio o territorio de u n sujeto es inva-
muestran menos agresión abierta que los per- dido por otro individuo. Se espera que la agre-
dedores (RYAN, 1 9 7 0 ; L E I T H . 1 0 7 7 ) . Una po- sión sea más frecuente e intensa por p a r l e del
sible explicación para este fenómeno podría ser defensor del t e r r i t o r i o .
ofrecida por la teoría de la frustración-agresión Si ello es así, se explicaría que el defensor
M I L L E R . D O L L A R D . DOOB. M O W R E R y o defensores exhibieran m a y o r número de con-
SEARS, 1 9 3 9 ) . ductas agresivas que los atacantes. El trabajo
de W I N K L E R (1971) antes mencionado apoya
esta suposición.
Tal vez podríamos encontrar m a y o r n ú m e r o
de factores de situación que p o d r í a n conside-
rarse significativos con respecto a la frecuencia
e intensidad de conductas agresivas emitidas por
los deportistas.
P o r descontado que no todos los hasta aquí
enumerados son aplicables a todos los depor-
tes, y a la inversa, faltan (juizás algunos espe-
cíficos de alguna modalidad deportiva.
Factores personales. — Indicando los indivi-
duos directamente implicados en el medio de-
portivo y que pvieden alterar la conducta agre-
siva.

La competición deportiva puede verse como C O M P A Ñ E R O S DE E Q U I P O


una serie de frustraciones (respuestas de meta
b l o q u e a d a s ) , ya que el resultado último viene Puede suponerse que los jugadores del mis-
determinado por el éxito relativo experimen- mo equipo son parcialmente responsables por
tado por cada uno de los jugadores o equi- modelar la conducta agresiva del sujeto.
pos. La psicología operante ( S K I N N E R . 1933)
Los perdedores obviamente experimentarían ofrece una posible explicación. Básicamente ha-
más frustración y, por lo tanto, podría espe- blando, este enfoque supone que cuando un ju-
rarse que exhibieran más agresión. gador recibe refuerzo positivo de sus compañe-
ros por actuar agresivamente, ello a u m e n t a r á
G R A D O DE CONTACTO FISKO la p r o b a b i l i d a d de que se dé una conducta si-
milar en el futuro.
Se ha sugerido que el grado de contacto fí- En la mayoría de casos este refuerzo toman':-
sico puede tener un efecto significativo sobre la forma de recompensas verbales.
Otras explicaciones posibles son. por u n a par- Una de las formas de influencia es la simple
te, la propia percepción del j u g a d o r con res- exposición. Hay trabajos que indican que la sola
pecto a las actuaciones agresivas de sus com- exposición a situaciones agresivas resulta en
pañeros. Si considera la agresividad como u n agrado de los observadores tras u n p e r í o d o de
estereotipo masculino deseable, es posible que repetirse la situación ( Z A J O N C , 1 9 6 6 ) .
se comporte de este modo en cuanto surja u n a Otra explicación sería la posibilidad de sa-
ocasión. turación ( S K I N N E R , 1 9 5 3 ) . En resumen sería
En eil otro lado estaría la percepción que el el hecho de que la exposición continuada a la
j u g a d o r tiene de la aprobación de sus compa- conducta agresiva resultaría en u n a apatía del
ñeros. Según se desprende de los trabajos de observador tras u n período de t i e m p o . Se llega
S M I T H (1979) la aprobación de cada indivi- a ver tanta agresión que se convierte en algo
duo no es la misma que cada uno atribuye al «normal».
grupo de compañeros de e q u i p o . Es decir, las T a m b i é n hemos mencionado ya como el
actitudes privadas de los jugadores son u n a co- aprendizaje social de la agresión puede reali-
sa ; lo que dicen y hacen en presencia de los zarse a través de modelos filmados, fotográficos,
demás puede ser diferente, produciendo el escritos o incluso descripciones orales de la con-
tipo de malinterpretación circular descrito por ducta en cuestión ( B A N D U R A 1969, 1 9 7 3 ) .
MATZA ( 1 9 6 4 ) . P o r ú l t i m o , a u n q u e no p o r ello menos impor-
tante, está la posibilidad de que al destacar los
ARBITROS medios informativos a los autores de los actos
agresivos, ya sea en los titulares de los perió-
Una de las funciones principales de los arbi- dicos ya repitiendo en filmaciones las secuen-
tros es el identificar y castigar la conducta que cias p o r ellos protagonizadas, se refuerce la
sale de los límites y normas de cada deporte conducta que se trata de extinguir.
en concreto. El verse convertido en protagonista en medios
De nuevo la psicología operante p o d r í a pre- de gran difusión constituye una de las mejores
decir que si un j u g a d o r actúa agresivamente y recompensas, y la crítica subyacente no p u e d e
no es sancionado, la p r o b a b i l i d a d de que vuel- a n u l a r la atención conseguida.
va a actuar igual a u m e n t a r á .
A d m i n i s t r a r la sanción tendría el efecto opues- ENTRENADORES
to. Y ello surtiría efecto a nivel de aprendizaje
social (BANDURA, 1 9 7 3 ) . Es decir tanto si el Los entrenadores, con su establecida posición
deportista es penalizado como si no lo es, ello, de control sobre los deportistas, p u e d e n ejer-
será observado p o r los demás j u g a d o r e s . Este cer una gran influencia sobre sus jugadores con
reforzamiento vicario servirá para incrementar respecto a la cantidad de agresión exhibida en
la agresividad si la falta no h a sido sanciona- el contexto deportivo.
da. En c a m b i o , si lo ha sido, tendrá el efecto
Ante todo, poseen la técnica y experencia ne-
contrario y, en este caso, deseado.
cesarias p a r a i n f o r m a r a los jugadores de cómo
La misión de los arbitros y, con ella, el con- j u g a r agresivamente. Al mismo t i e m p o , admi-
trol de la agresividad en el deporte, se vería nistrando refuerzos y castigos pueden m o d e l a r
m u y facilitada si las n o r m a s y reglas de cada el grado y tipo de agresividad deseada.
deporte fueran claras y observables. P e r o la Es una idea bastante generalizada la de que,
mayoría de Federaciones deportivas son, en to- al llegar a un cierto nivel de juego o a u n a
do el m u n d o , reacias a modificar el Reglamento d e t e r m i n a d a categoría, un j u g a d o r debe apren-
y, en cambio, lo que suelen hacer es a t r i b u i r der a «jugar d u r o » . Y el e n t r e n a d o r suele ser
m a y o r p o d e r de sanción al a r b i t r o y menos ca- el encargado de enseñarle este tipo de j u e g o .
pacidad de discusión al deportista, con lo que. De nuevo los trabajos de S M I T H ( 1 9 7 9 ) re-
en las situaciones difíciles, se consigue una ma- feridos a uno de los deportes más violentos, el
yor excitación emocional de todos los implica- hockey sobre hielo, confirman esta suposición:
dos, que suele resultar en mayor violencia. «...los entrenadores apoyan el juego agresivo
tanto p o r lo que representa como p o r su uti-
P E R I O D I S T A S - MEDIOS lidad para ganar p a r t i d o s . Se enorgullecen de
DE I N F O R M A C I Ó N desarrollar «talentos» para j u g a r en las ligas
superiores. Alrededor de los 14 años, la capa-
Ya hemos mencionado anteriormente el po- cidad y disposición de un m u c h a c h o p a r a pe-
tencial que los medios de información y comu- gar se convierte en un factor crítico a la h o r a
nicación poseen p a r a influir en la conducta agre- de la selección». Cita varios ejemplos de char-
siva en el medio d e p o r t i v o . las de vestuario antes del p a r t i d o , como p o r
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e j e m p l o : «Es i m p o r t a n t e ser d u r o . No digo que Hasta aquí hemos e n u m e r a d o los factores,
a h o r a haya que salir y n o q u e a r a alguien, p e r o tanto estructurales como personales que cree-
creo que es i m p o r t a n t e ser d u r o p o r q u e si hay mos deben analizarse a la hora de estudiar el
p r o b l e m a s hay que saber volverse. H a y que fenómeno de la agresión en el deporte.
a g u a n t a r y saber r e p a r t i r también» ( 1 ) . La pregunta que nos surje ahora es la si-
guiente :
PADRES Y FAMILIARES ; Influyen eslos factores de igual m a n e r a a
todo el m u n d o ? ; Podemos detectar diferencias
T a m b i é n los familiares influyen en la con- individuales?
ducta agresiva de los deportistas. Son u n pú- Según el profesor MOYER, de la Universidad
blico espectador cuyos comentarios se prolongan fie P i t t s b u r g . Pennsylvania ( 2 ) la interacción
más allá de la duración del p a r t i d o , en casa, entre estos factores y el sistema nervioso del
antes del siguiente encuentro, etc. sujeto da la clave de la agresión h u m a n a . Su-
Seguimos haciendo referencia a S M I T H . Sois giere que en el sistema nervioso hay tres posi-
resultados indican que, a p a r t i r de los 17 - 18 bles estados o niveles:
años, la mayoría de los padres tenían u n grado • El p r i m e r o sería aquel en el que el siste-
de aprobación medio-alto p a r a conductas vio- ma es insensible, es decir, los estímulos que
lentas en el juego. Esta aprobación descendía provocarían h a b i t u a l m e n t e la conducta destruc-
n o t a b l e m e n t e para edades inferiores. tiva, no activan la agresión.
Las madres, por lo general, tenían un índice
• El segundo nivel es aquel en el que se
de aprobación muy bajo para todas las edades.
opera h a b i t u a l m e n t e . El sistema agresivo no
Es posible observar el fuerte grado de im- está activado y sólo algunos estímulos p u e d e n
plicación emocional de los padres en el rendi- provocar una respuesta.
m i e n t o deportivo de sus hijos. Suelen acudir
con bastante antelación. Muchos asisten incluso • El tercer nivel es el espontáneamente ac-
a la mayoría de los entrenamientos. En los par- tivo. A(juí el sistema está ya activado. El ser
tidos suelen alterarse y emitir improperios tan- h u m a n o en este estado se siente hostil, p u e d e
to contra el a r b i t r o como contra los otros juga- tener fantasías agresivas y numerosos estímulos
dores o incluso contra el propio e n t r e n a d o r si desencadenarán su conduta agresiva.
considera que no ha favorecido a su hijo. El sistema agresivo oscila entre este conti-
Se han dado incluso peleas entre padres con nuo, pero el nivel h a b i t u a l es diferente para
cada individuo. P a r a M O Y E R el p r i m e r factor
ocasión de u n e n c u e n t r o .
que influencia la sensibilidad de cada sujeto es
En u n encuentro de hockey sobre patines ce- la herencia.
lebrado en nuestra ciudad, entre los equipos ju-
veniles de dos equipos de gran rivalidad, con El otro factor es la activación de determina-
numerosísimo público en las gradas, se podían das zonas cerebrales. Se ha c o m p r o b a d o que
oír los gritos de ¡ « A s e s i n o » ! cuando había u n la activación de la región septal deil cerebro
c h o q u e ocasionado p o r u n j u g a d o r contrario, ps incompatible con estado de actividad en el
y aplausos y voces de ¡ « M á t a l o » ! si el choque sistema agresivo que produce la conducta de
se debía a u n j u g a d o r local. Pero hay que re- ataque.
petir que n i n g u n o de los jugadores tenía más T a m b i é n se ha observado que los cambios
de 17 años. hormonales influyen en la sensibilidad del sis-
tema agresivo. Las modificaciones a nivel de
ESPECTADORES esteroides así como los cambios producidos por
el «stress» pueden influir en esta sensibilidad
Casi todo lo dicho a n t e r i o r m e n t e puede apli- nerviosa.
carse a los espectadores. Quizás ello explicaría la m a y o r i r r i t a b i l i d a d
y tendencia a la l u c h a que se observa en los
Recalcaremos tan sólo el papel reforzador que
jóvenes d u r a n t e la p u b e r t a d .
tiene en muchas ocasiones el p ú b l i c o , aplau-
diendo y p i d i e n d o las acciones agresivas.
T a m b i é n , como ya m e n c i o n a m o s en otro apar- (1) SMITH, M. D. — «Towards an explanatlon of
tado, el público, con sus gritos, ruidos de ani- hockeyviolence: a reference otlier approach, en «Ca-
mación, cánticos, etc., tiene u n efecto excitan- nadian Jorurnal of Sociology», 1979, 4 (2), pp. 105-124.
te, que ya h e m o s visto cómo puede intensificar
las reacciones emocionales, entre ellas las agre- (2) MOYEB, K. E. — «The physiology of violen-
sivas. ce», en «Psychology Today», 1973, 7, pp. 35-38.
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Pero es una opinión aceptada por la mayo- validez en caso de confirmarse la hipótesis ge-
ría de los entrenadores y técnicos deportivos n e r a l establecida.
que no a todos los jugadores se les puede ense-
ñ a r a c o m p o r t a r s e agresivamente. P R O P U E S T A DE S I S T E M A S BÁSICOS
T a l vez algunos de estos aspectos fisiológicos, DE C O N T R O L DE LA A G R E S I Ó N
unidos a los factores y antecedentes sociales y
familiares ^mencionados p o r B A N D U R A nos da- Se trataría ahora de encontrar unos concep-
r í a n la clave de esta individualización de las tos generales y utilizables que p u d i e r a n emplear-
conductas agresivas. se en una variedad de situaciones conductuales
Desde el p u n t o de vista psicológico tal vez relativas a la agresión.
p o d a m o s t a m b i é n identificar algunos factores:
A) Control aversivo en entrenadores y jugado-
Alto nivel de motivación deportiva: res :

Un deportista con alto nivel de motivación de Una técnica básica para el control de la con-
logro (achievement) m o s t r a r á u n a conducta de ducta es la utilización de l a s técnicas aversi-
tendencia hacia su meta. Parece lógico esperar vas. Una breve definición de control aversivo
una m a y o r incidencia de agresión instrumental s e r í a : «una acción realizada para prevenir la
de este sujeto ( A T K I N S O N , 1 9 6 4 ) . ocurrencia de un c o m p o r t a m i e n t o indeseado».

Culpabilidad:

La teoría circular de la agresión sugiere cjue


la conducta agresiva p r o d u c e sentimientos de
culpabilidad que ocasionan u n a inhibición de
la agresión, lo cual a u m e n t a la frustración y
a u m e n t a así las probabilidades de que ocurra
de nuevo la conducta agresiva.

Excitación:

Los niveles de excitación p o r encima del es-


tado ó p t i m o pueden facilitar la ocurrencia de
agresión. Hemos visto cómo la excitación in-
crementa la intensidad de todas las respuestas
emocionales.

Do mmancia:
La d o m i n a n c i a o tendencia a t o m a r el lide- Un punto de p a r t i d a lógico sería la adminis-
razgo ha sido considerada como estrechamente tración del control aversivo a los entrenadores
relacionada con la agresión ( B R O W N , 1 9 6 5 ) . y directivos de los distintos e q u i p o s deporti-
Las personas d o m i n a n t e s realizaban más actos vos.
agresivos que los sujetos menos dominantes.
Si los responsables deportivos establecieran
Como ya hemos mencionado anteriormente,
sanciones reales cuando se diera excesiva vio-
la observación de conductas agresivas debería lencia individual o de e q u i p o , parece razona-
relacionarse, en la práctica, con los factores que ble esperar que ello contribuiría a poner bajo
hasta aquí hemos expuesto. Si no se hace así su control este tipo de conducta.
validez no pasa de ser una propuesta teórica
Estas sanciones p o d r í a n ser m u l t a s económi-
más, basada en observaciones y experimentos
cas impuestas al delegado o al entrenador, pér-
diversos, así como en ciertas constataciones so-
dida de la posibilidad de selección anual o in-
b r e el terreno, p e r o que son a todas luces insu-
cluso la suspensión del e n t r e n a d o r p o r u n nú-
ficientes p a r a efectuar, en base a ella, unas pro-
mero a d e t e r m i n a r de juegos.
puestas concretas de control de la agresividad
en el deporte. Dada la posición de control sobre los juga-
Establecido ello, podemos aventurar unas pro- dores de los entrenadores y delegados, se pue-
puestas teóricas, que, repetimos, sólo tendrían de asumir que esta asociación negativa con la
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conducta agresiva llegaría también a los juga- Por último, habría que ofrecer cierto reco-
dores. nocimiento público por los estilos de juego no
Un similar control aversivo podría adminis- agresivos. Es decir, reforzar las conductas in-
trarse a los jugadores, en forma de multas y coniípatibles.
suspensiones de distintas intensidades. Por ejemplo, se podría otorgar trofeos a los
Hay que tener presente que este no es un jugadores más «deportivos)), o escoger cada tem-
proceso estático, y que continuamente hay que porada al «equipo más limpio)>, que sería una
calibrar la eficacia de las sancione» utilizadas combinación de mejor juego y conductas no
y su intensidad. La experimentación en este te- agresivas.
rreno es, también, fundamental.
€) Creación de alternativas para los entrena-
B) Papel de los medios de información: In- nadares y arbitros:
formación relativa a la conducta agresiva:
Se debería ofrecer a los técnicos y personas
El primer paso sería evidentemente cumplir implicadas en el área del deporte toda la in-
una función educativa, ofreciendo a la audien- formación pertinente a fin de favorecer todas
cia la necesaria información concerniente a la las alternativas a la conducta agresiva.
conducta agresiva. Ejemplos, causas probables,
consecuencias negativas y posibles influencias Formación de los entrenadores:
que controlarían la agresión deportiva consti-
tuirían el grueso de esta información. Parece fundamentail dedicar especial atención
a la formación de los entrenadores. Su capaci-
No repetición de los actos agresivos en deporte: tación como tales debería incluir nociones de.
pedagogía y psicología, así como toda la infor-
Hasta ahora el procedimiento habitual ha mación concerniente a este tema.
consistido en reproducir de manera especial ios
Es importante conseguir que modifiquen sus
actos agresivos que se hayan dado a lo largo de
objetivos, que en vez de tratar de conseguir
la jornada deportiva. Y ello, como apuntába-
jugadores «pared» ([ue todo lo aguantan y lo
mos antes, tiene probablemente un efecto re- devuelven, dediquen sus esfuerzos a preparar si-
forzador de esas conductas. tuaciones tácticas o estratégicas que reduzcan,
Un enfoque alternativo sería reproducir las si no eliminen, las oportunidades contrarias
jugadas de calidad técnica en la misma medi- para marcar.
da en que en el pasado se han reproducido las
jugadas violentas. Si se consiguiese la visión general de que
el juego agresivo suele disfrazar una inferiori-
Al mismo tiempo, claro está, debería elimi-
dad técnica, se reduciría entre los entrenadores
narse la reproducción de esas escenas en los
la utilización de este tipo de recursos.
medios de comunicación.
Pensamos que es muy probable que ello re- Por descontado, además, debería proporcio-
dujera el aprendizaje social de la agresión por nárseles toda la información concerniente a las
parte del espectador, así como se dejaría de lesiones que pueden resultarse de los comporta-
ofrecer reconocimiento a un jugador por una mientos agresivos en el terreno de juego.
conducta no deseada.
D) Auxilio psicológico de los deportistas:
Información negativa de los actos agresivos:
El apoyo de los psicólogos del deporte o de
Al mismo tiempo habría que asociar la in- profesionales preparados puede ser eficaz como
formación de actos agresivos con un comenta- auxiliar en el control de la agresión deportiva.
rio negativo, que no permitiera al deportista
formarse xma imagen de aceptación de esos ac- Adecuada escala de valores:
tos por parte de la sociedad.
Se trata de ofrecer a los deportistas una ade-
Reconocimiento y valoración de los estilos de cuada jerarquía de valores, que permita asegu-
juego no agresivos de calidad: rar la propia identidad y auto-concepto, ante
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situaciones como la popularidad, la victoria de- rarquía de valores, y probaibJemente aquí está
portiva, etc. el núcleo del asunto.
Pero en ningún momento podemos olvidar Cuando las consecuencias de la victoria de-
lo que mencionábamos en la introducción. portiva son vitales para un individuo, sea el
La agresión en el deporte es consecuencia o deportista o el entrenador, cuando lo impor-
parte integrante de la agresión existente en la tante no es en absoluto participar sino única-
sociedad. Es utópico pretender que vamos a mente ganar, a cualquier precio, entonces no
conseguir eliminar la agresión del deporte si tiene sentido pretender lograr una conducta que
no se modifica la situación social general. se contradice con las orientaciones reales, no
En el apartado anterior hablábamos de je- teóricas del deporte.
pcrcutalin VJ-^

asociación córtico salicílica


(nueva presentación)

de aplicación local
penetra profundamente
a través de la epidermis

percutalin
calma el dolor
y acorta el período de impotencia funcional

INCOMPATIBILIDADES:
FORMULA POR 100 QRS. DE QEL: traumáticas. Reeducación f u n c i o n a l . M e d i c i n a
No aplicar sobre heridas abiertas, ni s u p e r l i c i e s
Dexamelasona 0,05 gr. labora'. Medicina deportiva.
cruentas, zonas de piel herpét.cas o eccemato-
Salicilamida 2.00 •
Nicotinato metilo 0,50 • POSOLOQIA:
Sallcilato elilengücol 10,00 • Aplicar de 2 a 4 gr. utilizando la espátula d o s i -
Excipiente e s . p . 100,00 » íicadora en un promedio de tres veces al día. Es- EFECTOS SECUNDARIOS:
parcir suavemente sin trotar. Pueda c u b r i r s e la Los propios de la corticoterapia, si bien la absor-
zona con un aposito o bien dejar q u e se s e q u e ción percutánea rebaja a una cuarta parte los
ACCIÓN:
al aire. efectos tóxicos que podrían producirse e m -
M e d i c a c i ó n córtico-salicilada, de absorción per-
pleando la via ora!.
cutánea, con muy escasa acción general h o r m o -
nal, propia de los corticoides. CONTRAINDICACIONES:
Alergias derivados salicilicos. Debe g u a r d a r s e
PRESENTACIÓN y P.V.P.:
cierta prevención en pacientes afectos de: o s -
INDICACIONES: Tubo con 30 grs. de gel. calibrado en esoacios
teoporosis acentuadas, úlcera gastro-duodenal
Artrosls, artritis, contusiones, t e r c e d u r a s , d i s t e n - lineales de 2 grs. para ajusfar dosis. 128 P t 8 .
e n actividad, psicosis severas.
siones, tenosinovitis. Secuelas dolorosas post-

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