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Crisis penitenciaria en Colombia: violación sistemática de Derechos Humanos

En el siglo XVII, una vez establecido el sistema federal y penitenciario, los castigos estaban
dados con muerte, vergüenza pública, y cobros sobre el patrimonio económico.
Posteriormente se buscaba reparar los daños cometidos más que corregirlos. Durante el siglo
XIX la cárcel empezó a usarse como el método esencial de castigo para los delitos cometidos
por los ciudadanos con el objetivo de, además de castigar, que fuera un ejemplo y un
mecanismo de intimidación para no violar la ley, pero al parecer, en la actualidad y, según la
población carcelaria demostraría que el objetivo no se ha logrado, a pesar que desde 1830 se
expidieran leyes para regular y ordenas lo concerniente al ámbito penal y penitenciario
plasmadas en el código penal de 18371 donde se deja muy ligado el poder ejecutivo con la
justicia, desde este momento se encuentran raíces de la crisis del sistema penitenciario actual
en Colombia. Uno de ellos tuvo que ver con el gasto que dependía de los Estados soberanos
para mantener las prisiones, que se veía limitado al no tener un gran fondo para construir las
cárceles con proyecciones a futuro teniendo en cuenta el incremento de la población, pues se
pretendía que fueran los distritos y provincias quienes se hicieran cargo de la situación
financiera.
Tal como lo explica el historiador y abogado José Wilson Márquez, el sistema penitenciario,
desde su concepción ha atravesado diferentes crisis, tal vez por la indiferencia y por ceder la
responsabilidad por parte de Estado supremos a los soberanos, quienes no tenía la capacidad
de mantener las prisiones. Por lo tanto no era difícil vaticinar la situación en la que, después
de más de 170 años nos encontramos, tal como lo previno el gobernador de Barranquilla hace
tanto tiempo
“El distrito no puede ni quiere componer la cárcel, porque se cree que el Estado,
que es el que se sirve de ella, es el que debe hacer el gasto, y el estado tal vez
habría construido una cárcel hace tiempo, sino tuviera ahí la cárcel del distrito
prestando sus servicios, sea como fuere; aunque los presos se mueran, inutilicen o
enfermen por estar hacinados en calabozos estrechos, húmedos y sin ventilación. 2”

En estas palabras se evidencia que, desde la creación se estaba gestando ya una crisis que
ameritaba la atención del gobierno. Buscando realizar algunos cambios para dar solución a los
conflictos entre los Estados soberanos y el Gobierno central el sistema penitenciario adoptó
como modelo los sistemas de Filadelfia y de algunos de Europa occidental, aunque
insuficientes, pues la pena consistía en el aislamiento para aquellos delitos graves o para
quienes ponían en riesgo la convivencia con los demás presos. Otro de los cambios más
importantes se llevó a cabo en 1878 en Bolívar cuando se introdujo la educación y el trabajo
en los centros penitenciarios para los reclusos con el fin de, bajo las ideas liberales, civilizar a
quienes se encontraban allí, y así volverlos útiles para la sociedad bajo el concepto de
regeneración.
Existe otro aspecto que refleja la crisis penitenciaria, no cómo un estado actual sino, como un
reflejo de la falta de planeación en su creación, tiene que ver con los prófugos, o quienes no

1
Marquéz, José Wilson. La Imposible Prisión. Sistema Penitenciario y Carcelario en el Estado Soberano de
Bolívar: 1870-1880. 2011. Recurso electró nico disponible en:
http://www.academia.edu/612830/HISTORIA_DE_LA_PRISION_Y_DE_LA_CARCEL_EN_COLOMBIA-
SIGLO_XIX._LIBRO consultado el 2 de mayo de 2013
2
AHC. Gaceta de Bolívar. Cartagena, 28 de agosto de 1870. No. 707. P337 recurso tomado de:
http://www.academia.edu/612830/HISTORIA_DE_LA_PRISION_Y_DE_LA_CARCEL_EN_COLOMBIA-
SIGLO_XIX._LIBRO consultado el 2 de mayo de 2013
han sido juzgados por la inoperatividad de la política criminal y por la corrupción al interior
de las entidades estatales, que para la situación actual de hacinamiento y sobrepoblación de
las cárceles favorece la demora, pero para la seguridad ciudadana siguen siendo focos de
peligro en algunos casos.
Dejando en claro esta contextualización de algunos conflictos del siglo anterior que tiene
tentáculos en la actualidad, el objetivo de este ensayo es analizar la crisis del sistema
penitenciario en Colombia, teniendo como tesis central que al No existir medidas preventivas
sino de reacción contra los delitos cometidos, como consecuencia se da una violación
sistemática de los derechos humanos de los reclusos por ineficiencia de una política criminal,
además de la inoperatividad del sistema judicial por el represamiento de las denuncias. Para
desarrollar lo anteriormente planteado recurriremos a ciertos estudios ya realizados por parte
de la Universidad de los Andes, la Comisión interamericana de derechos humanos y la
comisión asesora de política criminal, además es necesario hacer referencia al código penal
como documento regulador.
La primera parte está relacionada con la parte legislativa del sistema penitenciario en
Colombia y el análisis de la población carcelaria desde el 2000 referente a la política criminal.
Es necesario empezar con la definición dada por el Estado de la política criminal y la
identificación de las leyes correspondientes así como los cambios y reformas realizadas
haciendo un análisis de cada una de ellas. También se plantearán las condiciones actuales de
las cárceles y la población de reos para en la segunda parte se realizará un trabajo
comparativo con los centros penitenciario de Estados Unidos y la política criminal con cifras
y datos para determinar en qué medida la situación es diferente y, según lo planteado en la
introducción, si sigue existiendo la aplicación de un modelo de Filadelfia en la actualidad en
Colombia y en qué medida esto puede afectar la seguridad de los ciudadanos.
A partir de las comparaciones realizadas y de la situación actual identificada en Colombia se
pueden plantear los principales problemas que afectan el sistema penitenciario, que tal como
se mostró en la introducción, algunos de ellos tienen raíces en la creación aunque otros se dan
por la debilidad estatal siendo no una situación nueva, sino de falta de atención y proyección
por parte de los entes responsables, que tiene una característica histórica y no de un sólo
gobierno. Se plantearán algunas posibles soluciones que ayudarán a descongestionar y a
proteger los derechos humanos de los presos, pero también se debe aclara que debe existir una
política de prevención y aplicación de modelos como tolerancia cero para evitar que se
cometan.
Aspecto legislativo
La política criminal de Estado debe tener como base una definición clara de la realidad de la
sociedad, además de la parte normativa en lo relativo a los derechos humanos. La corte define
la política criminal como:
“el conjunto de respuestas que un Estado estima necesario adoptar para hacerle
frente a conductas consideradas reprochables o causantes de perjuicio social con el
fin de garantizar la protección de los intereses esenciales del Estado y de los
derechos de los residentes en el territorio bajo su jurisdicción”. La jurisprudencia
constitucional ha reconocido así mismo que la política criminal puede ser
articulada por el Legislador a través de la expedición de normas. En este sentido
indicó que: “la legislación penal es manifestación concreta de la política criminal
del Estado”, y que “la decisión política que determina los objetivos del sistema
penal y la adecuada aplicación de los medios legales para luchar contra el crimen y
alcanzar los mejores resultados, se plasma en el texto de la ley penal”. Así mismo,
se precisó que “la norma penal, una vez promulgada, se independiza de la decisión
política que le da origen, conservando la finalidad buscada por su redactor en el
elemento teleológico de la norma”.3

Según está definición se deja claro que existe una ambigüedad en la definición de la política
criminal y además, no se precisa el contexto y la realidad hacia la cual está dirigida, pues con
el conjunto de respuestas, como se define en el primer renglón, existen algunas que aunque sí
ameritan cárcel no son todas, esta definición hace pensar en un mera relación con política
entendida a como todo lo concerniente a los ciudadanos del territorio del Estado pero no
especifica en lo que lo que se refiere a lo criminal, más que al comportamiento humano. El
hecho de que no tenga una aplicabilidad a la realidad hace que se sigan cometiendo los
mismos errores del momento en que se creó el sistema penitenciario, no haciéndose raro que
es de 1830 se gestó parte de la crisis actual y que, además ya se veía venir tanto el las
cárceles como en la inoperatividad judicial.
El Estado tiene diferentes mecanismos de regulación de una política penal, criminal o
penitenciaria, a pesar de no existir una política criminal clara sí existen normal jurídicas que
intentan encaminarla aunque muchas de ellas se quedan sólo en escrito y no en lo práctico,
entre ellas están la Ley 960 de 2004, Ley 1142 de 2007, Ley 1453 de 2011 en las que se
aumenta la pena para ciertos delitos y se restringen algunos beneficios situación que ha
generado un aumento exponencial de la población carcelaria tal como se puede ver año tras
año su crecimiento en la siguiente gráfica y cómo se proyecta hacia el 2013 y 2014. En esta
tabla vemos cuántos presos existen en Colombia por cada 100.000 habitantes, lo que hasta el
momento representa más o menos de 109.4534, es decir, según los datos del INPEC, por cada
100.000 habitantes en Colombia hasta el 2010 eran más o menos 183 presos pero en los
últimos dos años ha tenido un aumento significativo llegando a los 233 presos por cada
100.000 habitantes.

Gráfica 1

3
Corte constitucional de Colombia. Sentencia C-936/10 . DISEÑO DE LA POLITICA PUBLICA EN MATERIA
PENAL-Límites constitucionales recurso electró nico disponible en:
http://www.corteconstitucional.gov.co/RELATORIA/2010/C-936-10.htm consultado el 3 de mayo de
2013
4
La repú blica. ¿Cuá nta població n carcelaria es reincidente en Colombia? febrero 2013
http://www.larepublica.co/asuntos-legales/¿cuá nta-població n-carcelaria-es-reincidente-en-
colombia_30884 consultado el 4 de mayo de 2013
Esta gráfica muestra el incremento exponencial y sistemático de la población carcelaria,
especialmente desde el año 2006, bajo el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, donde se le da
responsabilidad penal a los jóvenes de 14 a 18 años con penas de 1 a 5 años, hasta la
actualidad, donde por año la población carcelaria aumenta más o menos en 18.000 personas
según los datos y proyecciones del INPEC.
En comparación con otros países suramericanos, Colombia es uno de los países con mayor
número de presos por cada 100.000 habitantes, después de Chile y Uruguay. Países del primer
mundo como Estados Unidos tienen una tasa fluctuante pues en este caso cuenta con una
población de 730 presos por cada 100.000 habitantes mientras Estados como Reino Unido
tienen 153, es decir, los países Americanos tienen una tasa más alta que los europeos como se
ve en el siguiente gráfico, aunque es importante recalcar la capacidad económica de estos
países desarrollados para sostener su sistema carcelario en óptimas condiciones a pesar de que
la parte legislativa genere mayores presos.
Gráfica 2

Así mismo en esta tabla se puede hacer un análisis entre América, Europa y otras regiones:
Cabe resaltar la posición de Finlandia y Noruega, que tiene un número muy bajo de presos, y
por otro lado está Estados Unidos, con la tasa más alta. Colombia se ve ,en comparación con
los otros Estados, en una posición alta aunque con los países latinoamericanos se encuentra en
la media.
Colombia, en comparación con otros países, no se ve con la mayor población de internos
presos, su situación es dramática, pues las condiciones a las que se enfrentan los reclusos son
muy graves.
Problemática penitenciaria en Colombia
La crisis carcelería colombiana va mucho mas allá de unos patrones legislativos del sistema
penal y penitenciario, también existe una fuerte incidencia de violación de derechos humanos
al interior de las cárceles que impide el desarrollo del preso en un proceso de rehabilitación
con la sociedad, siendo éste el principal objetivo de la privación de la libertad del individuo.
Uno de los mayores problemas, el cual desemboca una serie de consecuencias negativas
dentro de una prisión, es el hacinamiento. El hacinamiento es causado principalmente por la
incidencia en las conductas delictivas que conllevan, en algunos casos, a la pena privativa de
la libertad. Lo anterior da origen a un gran aumento de presos en las cárceles que tiene como
resultado la cohabitación en condiciones infrahumanas que impiden el funcionamiento y el
esparcimiento de los presos atentando en contra de los Derechos Humanos y contra su propia
vida.
“Él origina condiciones inhumanas para vivir, corrupción y violencia por la
consecución de un espacio mínimo en donde pernoctar, factores que a su vez
entorpecen el cumplimiento del tratamiento penitenciario para la reinserción social
del interno y disminuyen ostensiblemente las oportunidades de trabajo, educación y
recreación para los internos, dificultan la capacidad de control y la gobernabilidad
por parte de las autoridades carcelarias y, consecuencialmente, comprometen la
obligación del Estado de garantizar la vida e integridad física de las personas
privadas de la libertad.5

A mayor hacinamiento, mayores son los problemas de salud entre los reclusos y los sistemas
de control por parte del INPEC, así mismo la prestación de servicios como la educación, los
espacios de esparcimiento, los servicios médicos y las visitas en general se reducen en gran
medida debido a que no se cuenta con el espacio y la infraestructura suficiente para llevar
acabo dichos servicios. Lo anterior trae como consecuencia condiciones de vida infrahumanas
y degradantes que no permiten al recluso desempeñar su papel de resocialización. “Las
cárceles colombianas se caracterizan por el hacinamiento, las graves deficiencias en materia
de servicios públicos y asistenciales, el imperio de la violencia, la extorsión y la corrupción, y
la carencia de oportunidades y medios para la resocialización de los reclusos”6.

La crisis que se vive en las cárceles colombianas sobrepasa los niveles de condiciones de vida
infrahumanas. Dentro de los centros penitenciarios se vive con la crisis de la salud, muchos de
los reclusos necesitan atención especial a causa de diversas enfermedades y el hacinamiento
en el que viven impide que los servicios médicos mínimos les sean prestados. Así mismo,
existe una dificultad de control dentro de los centros penitenciarios y esto ha generado el uso
de la fuerza por parte de los guardias hacia los reclusos. Con lo anterior, es importante
entender que esta crisis esta sublevando los mínimos derechos de cualquier ciudadano,
muchos de estos presos han sido abusados y maltratados físicamente sin tener atención
alguna. Entre estos tratos crueles y degradantes se puede destacar una serie de factores y de
situaciones que ponen en riesgo la seguridad, estabilidad de los reclusos, ya que existen

← “Serias deficiencias de infraestructura como la inundación de celdas (por


ejemplo, las celdas de aislamiento expuestas a la intemperie, presentan
desnivel invertido, con lo cual la lluvia las inunda y obliga a los internos allí
recluidos a desaguarlas manualmente), la inoperancia y el rebosamiento de
los sistemas sanitarios, la falta de duchas en algunos patios y el acceso muy
restringido al agua corriente y potable. Estas deficiencias no han sido
subsanadas, a pesar de las debidas y oportunas denuncias ; servicios básicos
inadecuados, incluyendo la contaminación fecal de los alimentos y unos
servicios de atención médica insuficientes e inadecuados; falta de
oportunidades de trabajo, educación y recreación para los internos; tratos
crueles a los internos como golpizas por parte del personal de guardia; trato
y requisas vejatorias a las visitas, incluyendo requisas vaginales 7”

← El crecimiento de la población carcelaria, tal como se vio en la gráfica 1, ha sido


exponencial, sobre todo desde el 2006, teniendo un aumento significativo pero sin un
incremento en la capacidad de las prisiones y centros de reclusión de acuerdo con el número
de internos que crece de forma acelerada, pues la capacidad de los establecimientos de
reclusión sólo se incrementó en 50.701 cupos, teniendo encuenta que el aumento ha sido de
78, 200 presos8. por lo tanto, al no existir otros lugares, la situación cada vez es más
complicada, sobre todo el las cárceles de máxima seguridad y las principales.
5 ANÁ LISIS SOBRE EL ACTUAL HACINAMIENTO CARCELARIO Y PENITENCIARIO EN COLOMBIA. Documento pdf disponible en:

http://www.defensoria.org.co/pdf/informes/informe_97.pdf

6 Sentencia T-153 de 28 de abril de 1998. Corte constitucional de Colombia.

7 CENTROS DE RECLUSIÓ N EN COLOMBIA:UN ESTADO DE COSAS INCONSTITUCIONALY DE FLAGRANTE VIOLACIÓ N DE DERECHOS HUMANOS. Pág. 15.
← La región colombiana con mayor capacidad de internos es la central, teniendo
encuenta que aquí se localiza la capital y que recoge un número alto de departamentos,
aunque no es la que padece de mayor hacinamiento, es Antioquia y Chocó los departamentos
con mayor índice de sobrepoblación carcelaria.

En esta tabla podemos ver, en cada regíon, la situación en la que se encuentra, siéndo el
noroeste el caso más complicado como un foco central lo que se refiere a la dotación y
espacio. En el oriente la población carcelaria es la más reducida pero es la segunda zona
mayor hacinamiento. La tasa de 41.8% de sobrepoblación está dividida en los 168 centros de
reclución de manera no equitativa, caso que genera en algunos de ellos un espacio inhabitable
y de violación sistemática de sus derechos, es aquí donde empiza la crisis, sin tener encuenta
aún, las condiciones tanto de infraestructura como de atención. Sin embargo existen ciertos
centros de reclusión donde la situación no es tan dramática, a pesar de tener inconvenientes,
aunque estos se encuentran ubicados en municipios o son aquellos manejados por los distritos.

En colombia existen, entre los 168 centros de reclusión, 10 que concentran la atención de la
situación, al ser centros de máxima seguridad que concentran casi el 37% del total de la
población carcelaria.

Situación carcelaria Estados Unidos – Colombia

Estados Unidos es un país del primer mundo que cuenta con el potencial económico y
estructural para mantener un sistema penitenciario tan fuerte y costoso. Este sistema de
regulación penitenciaria tiene un costo bastante elevado y gran parte del presupuesto
estadounidense es invertido en el sostenimiento de los centros de reclusión, debido a que
8
Naciones Unidas, Oficina para el Alto comisionado. Sistema penitenciario: ¿cuá l es el problema?
Agosto, 2012 recurso electró nico disponible en: http://www.hchr.org.co/acnudh/index.php?
option=com_content&view=article&id=1492:sistema-penitenciario-icual-es-el-
problema&catid=110:carceles&Itemid=91 consultado el 5 de mayo de 2013
Estados Unidos cuenta con las condenas más largas para los presos, lo que ha generado un
índice de sobrepoblación en las cárceles, especialmente en California. La gráfica a
continuación permite ver el número de personas arrestadas por casos de homicidio por cada
cien mil habitantes. Al analizar la gráfica es notoria la brecha que existe entre Estados Unidos
y Colombia, en primer lugar la tasa de homicidio en Estados Unidos es del 4.2 y el número de
arrestos por este crimen es 174, mientras que para Colombia la tasa es de 33.4 y el número de
apresados es de 7, es pertinente señalar que existe una grave relación entre el número de
homicidios y los apresados lo que señala la falta de eficacia de las autoridades colombianas al
momento de resolver los crímenes.

En la actualidad existe aproximadamente más de 1.5 millones de personas que viven en las
cárceles estadounidenses y la manutención de los establecimientos cuesta alrededor de 27
millones de dólares, y esto se debe en primer lugar a gran cantidad de personas recluidas por
las penas privativas de la libertad, en muchos casos exageradas. Como lo afirma James
Austin, director del grupo de investigación Instituto Justicia para Todos, la gente cree que las
sentencias largas tienen un impacto en la reducción del crimen, pero eso es mentira, así
mismo sostiene que el sistema actual no funciona, pero estamos conscientes en que la opinión
pública cree que hay que tener una mano dura ante el crimen y es difícil que las leyes cambien
si no hay apoyo en la población. Las largas condenas, el sistema de tolerancia cero y las
políticas legales aplicadas en Estados Unidos no están reduciendo los índices de criminalidad
en el país, por el contrario se estima que desde 1973 la población carcelaria es ocho veces
mayor que en esa época, por lo tanto el sistema no está funcionando y si está generando altos
costos.
“en los últimos veinte años la cantidad de presos, las personas controladas
por el sistema correccional y los gastos gubernamentales en el sistema penal-
penitenciario no han dejado de aumentar de un modo inédito e
inconmensurable en la historia americana y mundial. La tasa de
encarcelamiento estadounidense supera largamente la media mundial.
Mientras el 65% de los países se encuentran por debajo de una tasa de 150
presos por cada 100.000 habitantes, la tasa de Estados Unidos es de 645,
superada sólo por Rusia (685).1 La cantidad de presos ya llega a los dos
millones, y si se suman los individuos cumpliendo condenas de probation o
libertad condicional, la cantidad total alcanza los cinco millones” 9
La sobrepoblación de individuos en las cárceles ha acarreado otra serie de problemas, en
primer lugar la violencia ha aumentado, la filosofía estadounidense es castigar al individuo
más no rehabilitarlo y la incidencia de delitos y violencia dentro de los establecimientos
penitenciarios no son controlados del todo debido a que
“Los presos son especialmente vulnerables a las violaciones de derechos
humanos, y en Estados Unidos hay más de 1,7 millones de personas
encarceladas. Algunos presos sufren abusos a manos de otros internos, y los
guardias no los protegen. Otros son agredidos por los propios guardias.
Mujeres y hombres están sometidos a agresiones sexuales, además de a las
físicas. Las prisiones, masificadas e infradotadas, muchas de ellas
privatizadas, controlan a los reclusos aislándolos durante largos periodos de
tiempo y empleando métodos de inmovilización crueles y degradantes que a
veces ponen en peligro sus vidas. Entre las víctimas figuran mujeres
embarazadas, enfermos mentales e incluso niños. La falta de solidez de un
sistema de supervisión independiente, junto con un clima de opinión pública
en el que se pide un tratamiento más duro para los delincuentes, han creado
un ambiente que propicia estas violaciones de derechos humanos.” 10
La violación de Derechos Humanos dentro de las cárceles estadounidenses ha aumentado
principalmente por la ampliación de las cárceles privadas. Esto ha generado diversas
controversias debido a que muchas personas expresan que los reclusos son explotados
laboralmente ya que no les pagan más de 25 centavos la hora, mientras las empresas
producen, venden y se enriquecen. De otro lado, las personas que se niegan a realizar este tipo
de labores son llevadas a celdas de castigo o maltratadas físicamente como represalia por no
prestar servicios laborales.

La situación carcelería más preocupante actualmente en Estados Unidos es la que se vive en


California, esta se debe principalmente a la ley de los “tres strikes” que está provocando la
sobrepoblación y el hacinamiento en las cárceles de dicho Estado. Esta ley ha sido bastante
polémica ya que muchos de los “strikes” cometidos por una persona pertenecen a delitos
menores, es decir, aquellos que no acarrean asesinatos, violaciones, homicidios, entre otros; y
sin embargo las condenas por esos delitos menores pueden estar entre 25 años por un segundo
“strike” a pasar a cadena perpetua al tercer “strike”.

9
Fridman, Daniel. “Estadística sobre la evolución de la población carcelaria de Estados Unidos. Documento
disponible en línea: http://www.catedras.fsoc.uba.ar/pegoraro/Materiales/PoblacionCarcelariaUSA.PDF

10
Estados Unidos de América. Derechos para todos. Pág. 2. Documento disponible en línea:
https://doc.es.amnesty.org/cgi-bin/ai/BRSCGI/Estados%20Unidos%20de%20America%20derechos%20para
%20todos?CMD=VEROBJ&MLKOB=25423054545
“El más reciente reporte del Departamento de Correccionales y
Rehabilitación de California (CDCR), fechado el 30 de junio de este
año, indica que de los 41,197 prisioneros estatales encerrados con base
en la "Ley del Ponche", el 53.57% o 22,069 reos, no delinquieron
directamente en contra de alguna persona. El resto, 46.43% o 19,128
reos, están en prisión, ya sea por homicidio, asalto, secuestro, lesiones,
robo con arma, violación o actos lascivos. Del total de presos con esta
ley, 8,783 ya tienen los tres strikes y 32,414 están en su segundo
delito. California cuenta con una población carcelaria de alrededor de
144,000, lo que significa que el 28% de ese total cumple sentencias
con base en esta ley”11
Lo anterior genera un gran costo para el Estado que se establece en aproximadamente 50,000
mil dólares al año por cada uno de estos presos por “strike”, y a demás del costo de
manutención están generando grandes problemas de hacinamiento porque California ya no
cuenta con la infraestructura necesaria para tantos presos, ya que con esta ley las personas
apresadas pasaran más tiempo en prisión, de lo que estarían sin esta ley. A demás de esto, la
otra gran controversia fue el corte presupuestal que se le hizo a la educación por un valor de
150 millones de dólares, para así poder invertir 140 millones de dólares en los presos que
deben pasar más tiempo de lo estipulado con esta ley. Héctor Villagra, director de la Unión
Americana para las Libertades Civiles (ACLU) mencionó que lo que estamos viendo es que
gran parte de la sobrepoblación [carcelaria] es a causa de medidas como Tres Strikes, que
satisfacen el deseo del público de ser fuerte contra el crimen, pero que están arrebatando el
presupuesto y no sirve en el bien de la seguridad pública el encarcelar por largo tiempo a
quienes no han cometido delitos violentos.

Esta problemática de la sobrepoblación en las cárceles ha generado que se implante un ley de


redistribución de presos que consiste en distribuir a los presos a diferentes cárceles de los
Estados y diferenciar a aquellos que han cometidos crimines graves o crímenes menores. El
fin de esta ley es intentar disminuir el hacinamiento en las cárceles, especialmente para sacar
antes de tiempo a aquellos presos que han sido juzgados por crímenes “leves”. Sin embargo,
la gran contradicción de esta ley de redistribución es que no se han definido los parámetros, o
no se ha sido claro, acerca de cuales son los delitos considerados como graves o leves.
“Las complicadas leyes de California no definen fácilmente lo que es un
delito grave o violento. Puede ser difícil de creer, pero cientos de delitos
graves, como posesión de armas y abuso financiero no se consideran delitos
graves o violentos. California Department of Corrections and Rehabilitation
(CDCR) reconoció la falla en el sistema de California, cuando, de acuerdo
con sus propios puntos de discusión, que añadió que "casi 60 otros delitos
que no están definidos en el código penal como delitos graves o violentos..."
La propuesta supone que los siguientes delitos no son graves o
violentos (lista parcial): abuso infantil, el abuso financiero de
ancianos, los crímenes de odio, una segunda violación de una orden de
protección, el robo de identidad”12

Es importante resaltar que la situación carcelería (aunque no es tan complicada en Estados


11
FACTS: Families to Amend California's Three Strikes, disponible en línea:
http://facts1.live.radicaldesigns.org/article.php?list=type&type=4
12
California Crime Watch. Disponible en línea: http://arc.asm.ca.gov/cacrimewatch/default_sp.aspx?
p=qa
Unidos porque ellos siguen teniendo los recursos económicos para mantener cárceles de alto
presupuesto) es un tema que afecta a varios países en el mundo. Colombia, al igual que EEUU
se encuentra buscando alternativas para disminuir el hacinamiento en las cárceles, velar por
los derechos humanos de los reclusos, mejorar las condiciones de vida y tener una mejor
infraestructura carcelería. Sin embargo, son diversas las opiniones ante esta problemática; si
bien es sabido que deben buscarse soluciones eficaces y agiles, muchas de las ideas para
disminuir la sobrepoblación en las cárceles está en disminuir las condenas de aquellos presos
que han cometido delitos “menores” o que no afectarían el desarrollo del individuo con la
sociedad, porque estarían vigilados bajo un control judicial. Aún así, las preguntas recaen en
sí estas soluciones, que de igual forma California intenta implementar, es sí estos presos
pueden llegar a tener reincidencia e incluso que el delito sea mucho más grave. Son diversas
las posiciones éticas, morales y judiciales que toman la atención de este problema.

Posibles soluciones

En consecuencia, la situación carcelaria en Colombia y su diagnostico refleja que es


pertinente plantear una serie de posibles soluciones para enfrentar dicha problemática. En
primer lugar, es muy importante generar políticas publicas de prevención. Es decir,
reestructuración en aspectos criminales y judiciales, que sean adaptados a diferentes zonas y
respondan a la coyuntura actual de cada sector para que este método de prevención contribuya
a disminuir con los delitos y el hacinamiento en las cárceles:
b)  Dosis prudentes de prevención situacional del delito (controles en los aeropuertos, adecuada
iluminación en determinados lugares, mapeo del delito, adecuada distribución de los efectivos policiales,
etc.);

c)  Dosis prudentes de prevención municipal, con participación de las comunidades. Sobre esto valen las
experiencias del Foro Europeo para la Seguridad Urbana y hay asimismo experiencias exitosas en países
de América Latina;

d)  Control de variables específicas que elevan la frecuencia y los niveles de violencia del delito como
armas de fuego y drogas;

e)  Dosis ya no prudentes, sino ilimitadas de política social democrática e inclusiva, que asegure una
distribución del ingreso equitativa y sin poblaciones excluidas; 13

Sin Embargo, se deben implementar soluciones con matices judiciales para evitar el
hacinamiento y las condiciones paupérrimas de las cárceles. Esta solución va dirigida a unos
aspectos judiciales para descongestionar las cárceles. Por un lado, se deberían realizar
excarcelaciones temporales para disminuir la población en las cárceles y asignar la casa por
cárcel. Teniendo en cuenta que tipo de delito fue en el que incurrió el recluso, pero también es
importante planear y establecer unos parámetros de control para poder hacer efectivo este
mecanismo y no fracasar en el intento. El Estado debe intentar hacer un estudio carcelario
que le permita determinar que tipo de delitos, y por ende que tipo de reclusos pueden
abandonar las cárceles y tomar la medida de casa por cárcel y la reducción de penas.
Así mismo, y como lo plantea el profesor Libardo Ariza, existen poblaciones vulnerables en
donde se debe dar prioridad a las personas que tienen condiciones especiales de salud y que
deben ser sometidas a distintos tratamientos que generan mayores costos para el Estado,
especialmente porque la calidad de vida y el hacinamiento de los centros penitenciarios
empeora notablemente. Ya que debido a esta situación se
13
Carranza, Elías . Situación penitenciaria en América Latina y el Caribe ¿Qué hacer? Recurso electrónico
disponible en: http://www.anuariocdh.uchile.cl/index.php/ADH/article/viewFile/20551/21723 Consultado el 30
de Abril de 2013.
Pueden generar daños y sufrimientos excesivos a aquellos internos que requieren de un
tratamiento especial. Adultos mayores. Personas con discapacidad física y/o sensoriales,
aquellos que padezcan enfermedades o condiciones que requieran tratamientos especiales y que
no puedan ser suministrados por el establecimiento, debería ser redirigidos a arreglos
institucionales alternativos en donde su situación sea atendida de manera adecuada. 14

La redirección de los internos en condiciones especiales puede contribuir a la reinversión de


presupuesto en diferentes aspectos de la vida carcelería, especialmente en la renovación de
infraestructura, para así lograr una reacomodación de los reclusos permanentes dentro de las
cárceles con una calidad de vida mejorada.
Por otro lado, se deberían hacer las liberaciones tempranas que hacen énfasis en un
mecanismo para seguir descongestionando los establecimientos carcelarios dando la libertad a
aquellas personas que ya hallan cumplido la mayoría del tiempo por su pena y a su vez
generar un previo estudio en cuanto a el comportamiento del recluso para que este no vuelva a
incidir y regresé a la cárcel, de este modo
Se aplicaran para aquellos internos que según la legislación vigente han alcanzado un cumplimiento de
pena lo suficientemente alto como para presumir que su liberación temprana no supone una afectación
al principio de resocialización , ni afectará el valor de la seguridad ciudadana. Generalmente, y según el
sistema de clasificación y tratamiento progresivo empleado, serían aquellos internos que se encuentran
en la última fase de cumplimiento o que disfrutan de beneficios administrativos que les permita
permanecer un tiempo corto fuera de prisión. Se entiende como liberación temprana de estas personas
no supondrá una afectación de los principios pues, de hecho, ya disfrutan de tiempos de libertad
relativamente continuos y están, nunca mejor dicho, ad portas de la liberación. 15

Otra medida de carácter judicial es suspender la entrada de personas a la cárcel que se


encuentren con el cupo completo y sobrepase este, para así evitar vulnerar los derechos
humanos fundamentales de cada recluso. Como actualmente se evidencia en la Cárcel Modelo
de Bogotá, en donde se
Combina dos derechos de afectación de los derechos fundamentales que pueden ser tipificados
como la imposición de tratos crueles, inhumanos y degradantes. Por una parte, un nivel de
hacinamiento que superar la capacidad institucional y que, por ello, impide que el Estado, a
través de este establecimiento en particular, cumpla con los deberes que se derivan de la
relación especial de sujeción, en especial los relativos a la satisfacción de las condiciones
mínimas de vida. Por otra parte, instalaciones o espacios defectuosos, que no cumplen con las
exigencias mínimas de salubridad, accesibilidad y seguridad. 16

Esta solución va de la mano con la construcción de nuevos centros carcelarios, no para


aumentar la capacidad total sino para reducir el hacinamiento, para que estos nuevos lugares
cumplan con los mínimos parámetros salubres para albergar a los reclusos. Y en
consecuencia, garantizarles las condiciones mínimas para que el proceso de regeneración y

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Ariza, Libardo . Remedios Judiciales para responder a las condiciones infrahumanas de reclusión. Febrero 2013. Boletín de Relatoría
Sobre Prisiones I. Universidad de Los Andes. Recurso electrónico disponible en:
http://issuu.com/alpiedelaletra/docs/boletin_relatoria_prisiones?mode=window Consultado el 30 de Abril de 2013-05-21

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Ariza, Libardo . Remedios Judiciales para responder a las condiciones infrahumanas de reclusión. Febrero 2013. Boletín de Relatoría
Sobre Prisiones I. Universidad de Los Andes. Recurso electrónico disponible en:
http://issuu.com/alpiedelaletra/docs/boletin_relatoria_prisiones?mode=window Consultado el 30 de Abril de 2013-05-21

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Ariza, Libardo . Remedios Judiciales para responder a las condiciones infrahumanas de reclusión. Febrero 2013. Boletín de Relatoría
Sobre Prisiones I. Universidad de Los Andes. Recurso electrónico disponible en:
http://issuu.com/alpiedelaletra/docs/boletin_relatoria_prisiones?mode=window Consultado el 30 de Abril de 2013-05-21
resocialización sean realmente efectivos para que al volver a la libertad no se reincida de
nuevo, no cometa otros delitos y que la integración a la sociedad sea exitosa.
En segunda instancia, se tiene que hacer una evaluación de toda la tipificación de los delitos
menores para que no todo el mundo tenga cárcel, sino implementar una serie de penas que
tengan que ver con servicio social obligatorio en diferentes ámbitos para contribuir con
remediar el delito cometido.
Reemplazar penas inferiores a un año por servicios comunitarios: Las personas enviadas a la
cárcel por penas inferiores a un año suelen ser reincidentes en delitos como el hurto y robo.
Este beneficio no se aplicaría a ellos. Las penas de cárcel menores a un año son de alto costo
para el erario público. En ese sentido se trata de una decisión correcta. Valen para ella las
prevenciones hechas en el punto anterior sobre la forma en que se implementaría la sanción de
servicios comunitarios. 17

Como por ejemplo, ayudar con el aseo y la limpieza de la ciudad durante varios años, en caso
de que sean jóvenes menores de 25 años deberían prestar el servicio militar obligatorio,
participar en programas de cultura ciudadana y contribuir a que esta se haga realidad,
programas educativos en los cuales deban generar proyectos para la prevención de delitos en
los que se incurre normalmente, participar en la construcción y solidificación de escuelas de
formación deportiva, realizar trabajo social con poblaciones vulneradas en la ciudad,
hospitales, orfanatos, centros de personas de tercera edad, entre otras.
Y en tercer lugar, un aspecto muy importante ligado al punto anterior, es de un seguimiento a
cada persona que incurrió en estos delitos menores de carácter psicológico en conjunto con su
núcleo familiar porque en algunas ocasiones este se encuentra fragmentado y sin un tejido
familiar estable, es aquí donde se puede prevenir y que esto no siga siendo el origen de esta
problemática, esta también seria una solución y a la vez una política de prevención para que el
delincuente no reincida en el mismo delito o en delitos mas graves.

BIBLIOGRAFÍA

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http://www.cesc.uchile.cl/publicaciones/debates_penitenciarios_08.pdf

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%2520America%2520derechos%2520para%2520todos?
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