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I.E.S.Nº 1.

PSICOPEDAGOGÍA. T. VESPERTINO
COMISIÓN: 4 “B”.
CATEDRA: DIDÁCTICA DEL ADOLESCENTE Y DEL ADULTO.
DOCENTE: PROF. MARIANO CONTERJNIC.
ALUMNA: SOFÍA GABRIELA DEOCARE.

VAIVENES DE LO NEGATIVO EN LA ESCUELA MEDIA.


¿CÓMO ABANDONAR LA PEDAGOGÍA INGALLS?
E. ANTELO Y A. ABRAMOWSKI.

Los autores opinan, que en toda clase está presente lo negativo. Que la clase ideal, pensada,
aquella donde lo negativo esté ausente, no existe.
Definen lo negativo, como aquello que impide la sutura, que desde afuera, no permite que la
cosa cierre. No como positivo y negativo excluyéndose uno a otro. Sino, la positividad, como
una negatividad rechazada.
Citan a Laclau, quien propone conversar con lo negativo. Para lo cual, utiliza el “concepto
impuro”, que es aquel, que incluye dentro de sí su complemento, lo que lo contamina, lo
opuesto.
Señalan que esta presencia es paradójica, porque al hacerse presente lo negativo, muestra,
pone en evidencia lo que no está, lo que falta. Por ejemplo, los límites de una clase que nunca
funciona del todo y lo que falta, es la clase, que nunca tuvimos, la pensada, la ideal.
Si el conflicto forma parte de toda relación humana, es esperable, que también forme parte de
la clase. Quien enseña, necesariamente se encuentra con el conflicto, que es el no funcionar
de la clase. El conflicto es complejo y la tarea, no es resolverlo.
Señalan el “enseñar”, como el ausente de la escuela. En su lugar, en la escuela encuentra el
“limpiar y excluir de los parasitantes ocasionales” y “el abandonar” (que es desamparar, no
asumir la responsabilidad, renunciar a la tarea, asumir la derrota, frente a lo negativo).
En ese no enseñar, se deshereda a los conflictivos, que suelen ser los jóvenes para quienes la
escuela es la única oportunidad. Y califican esta situación como “ruin”, porque en nombre de la
“resolución de conflictos”, se les niega la transmisión. Hay un menosprecio de la fuerza ligante
de los “noes” escolares.
Su hipótesis, es que la escuela está dejando de enseñar, que están ausentes los conflictos
propios de la tarea o han cambiado.
El conflicto propio de la tarea docente, tiene como origen el no poder saber de antemano, a
dónde va lo que se enseña.
Para los autores, el chico conflictivo, no es el que se opone o resiste, sino el que no tiene
acceso a la cultura, el que ni siquiera puede habitar el conflicto, decir no.
Proponen, dialogar con lo negativo. Y lo que permite este diálogo, no es la certeza o el
conocimiento, sino el reconocimiento del mismo. Resignifica el NO, señalándolo como
condición de posibilidad, para que algo del orden de educar pueda suceder.
La indiferencia que circula desde los estudiantes, puede ser pensada, como rechazo a lo que
los adultos han dado y pueden dar, como una diferencia de criterio. Para que haya diferencia,
en algún punto debe haber repetición. Una herencia debe pasarse y quienes la toman, son los
que deben hacer algo con ella, algo diferente, con ello o a partir de ello.
Antelo y Abramowski ven a la educación, como una operación imposible, pero necesaria, para
que las cosas funcionen. En la que lo negativo, no puede faltar, que el objetivo, no debe ser
eliminarlo y que el conflicto, no es cognitivo, sino político.
Actualmente, se responsabiliza a los actores del fracaso, por falta de capacidad del docente,
vacío e indiferencia del alumno, escuela vacía de contenidos, etc.
Opinan que la escuela no está vacía de contenidos, sino que como máquina cultural, que es,
sufre la ausencia de “lazo”.
Su propuesta es tomar la tarea de enseñar, como una apuesta, basada en el desconocimiento,
sin certezas, y con confianza. Rechazar la soledad, la ausencia y el abandono de la
transmisión cultural, que comienzan en el instante mismo, en que nadie dice NO en la escuela.

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