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Gasolina Turbí

Caso de Estudio en Economía de Empresa


Prof. Gabriel Alonzo

Los inicios de la década de los noventa (90) fue una etapa muy difícil para la sociedad
dominicana, no solo en el aspecto social y político, sino también en el ámbito económico.
El país inicio esta década con una de las tasas de inflación más altas de los últimos años
de su historia económica. Esta crisis económica fue incubada en el primer periodo de
gobierno del Dr. Joaquín Balaguer como resultado de la política fiscal expansiva la cual
se expresó en incrementos en la demanda agregada generando fuertes incrementos en el
nivel general de precios o tasa de inflación.
CuadroNo.1 1
Indice de Precio s al Co nsumido r
Periodo Tas a de Inflacion (%)
Promedio 12 mes es
1980 16.76
1981 7.53
1982 12.85
1983 5.63
1984 20.15
1985 45.34
1986 7.64
1987 13.55
1988 43.86
1989 40.66
1990 50.46
1991 47.08
1992 4.26
Fuente: Banco Central de la Republica Dominicana, octubre 2018.

Además de la crisis política que se generó en ese momento también existía en el país una
crisis energética, la cual se exacerbo o se profundizo como resultado de la Guerra del
Golfo Pérsico a raíz de la invasión de Irak al Kuwait, en ese entonces, el negocio de los
combustibles era muy sensible en cuanto al comportamiento de los precios
internacionales, sobre todo después de la experiencia que tuvo la población dominicana
cuando se produjo un racionamiento en la oferta de gasolina que trastorno el
desenvolvimiento cotidiano de los dominicanos.

Todo sucede en el año 1992 cuando un empresario gasolinero de la ciudad de Santiago de


nombre Antonio (Tony) Turbi, el cual era propietario de dos estaciones de distribución al
detalle de combustibles (gasolina y gasoil), decide reducir, de manera unilateral y por
cuenta propia, dos pesos (RD$2.00) al precio regulado de venta al consumidor final por la
compra de cada galón de gasolina. En ese momento el margen de comercialización para
el detallista de gasolina era de RD$3.68 por cada galón de gasolina vendido.

El precio de los combustibles es un asunto que todavía hoy en la Republica Dominicana se


podría considerar como un precio regulado por el Estado dominicano. Las razones que se
argumentan es que estos productos son considerados como estratégicos y de alta prioridad
para la seguridad del país. Antes y después de la promulgación de la Ley No. 112-00,
conocida como ley de hidrocarburos, los diferentes agentes que intervienen en los
procesos de importación-producción, distribución y comercialización de la gasolina tienen
una participación porcentual en el precio final de este combustible (ver siguiente cuadro
del Ministerio de Industria, Comercio y Mipymes. Incluso en los momentos actuales, el
Gobierno dominicano percibe una proporción, en calidad de impuestos, la cual tuvo su
justificación original en la recaudación impositiva para el pago de la deuda pública
externa. (Ver siguiente cuadro donde se establece el impuesto mediante Ley 112-00).

La adopción unilateral de esta estrategia de ventas por parte del empresario gasolinero
de Santiago no viola la ley ni ninguna resolución de los organismos de regulación de los
hidrocarburos, en vista de que las regulaciones de dicho mercado han tenido el propósito
de fijar un precio tope o precio máximo a un producto de vital importancia para la
población dominicana. Al contrario, este empresario podría pensar que con su decisión
estaba contribuyendo, en ese momento, con un consumidor que había sufrido
precariedades en la adquisición de tal vital producto en el mercado.

La reducción de RD$2.00 en el precio de venta de cada galón de gasolina en las dos


estaciones de gasolina provocaron filas interminables de personas con sus vehiculos
tratando de comprar dicho combustible a un menor precio en comparación con las demás
estaciones cercanas. Existían razones más que suficientes que explican esta conducta del
consumidor ya que su poder adquisitivo había sido mermado por la inflación profundizada
desde el 1988 hasta el 1991. Es evidente que las demás estaciones de gasolina cercanas y
aquellas que no estaban tan próximas observaron que sus ventas habían disminuido
drásticamente.
¿Que debieron hacer esas estaciones? ¿Reducir, de igual modo, el precio tal como lo habían
hecho las estaciones de Antonio Turbi?

Pudieron adoptar la misma estrategia, sin embargo, no lo hicieron ya que la mayoría de


ellas eran miembros de la Asociación Nacional de Detallistas de Gasolina, ANADEGAS. El
hecho de estar agrupadas les permitía ejercer presiones a otros agentes del mercado a fin
de revertir esta decisión adoptada unilateralmente por un detallista que afectaba los
intereses de sus asociados. Como tal, esta asociación atendiendo los reclamos de sus
miembros decide plantearle a las empresas distribuidoras multinacionales establecidas en
el país (Shell, Texaco) que no continuarían retirando los combustibles, por lo que no
seguirían detallando el mismo en sus estaciones si este empresario continuaba con su
práctica de distorsión del precio de venta regulado.

Esta situación adquiere un matiz político ya que se amenaza con afectar el flujo normal
de la oferta de combustibles en el país, sobre todo después de una experiencia amarga
por la que había sufrido el país en el 1990 de escasez y racionamiento de combustibles.
Para el Gobierno de turno esto representaba un gran dilema ya que no se podía impedir
que este empresario continuara comercializando la gasolina conforme a su criterio en vista
de que no estaba violando las regulaciones del Gobierno Central de fijación de precios,
muy al contrario, produjo rebajas en el precio de venta final. ¿Cuál era el aliciente para
que este empresario asumiera esa estrategia innovadora de fijación de precios?

Según un estudio realizado en octubre 2006, por la Unidad de Análisis Económico del
entonces Secretariado Técnico de la Presidencia hoy Ministerio de Economía, Planificación
y Desarrollo; titulado Estimación de la Demanda de Combustibles en República Dominicana
de la autoría de Martin Francos Rodríguez, se establecen las siguientes elasticidades precio
e ingreso de la demanda de combustibles en el país.

Derivados Elasticidad Precio de la Demanda Elasticidad Ingreso de la Demanda


Gasolina -0.20 1.76
Gasoil -0.29 1.71
GLP -0.15 2.46

Si además de la información arriba señalada sobre elasticidades, asumimos los datos


ofrecidos en el siguiente cuadro sobre el consumo mensual de combustibles para el periodo
enero-abril del 2017 y el 2018, ¿tiene alguna explicación esa conducta del consumidor
dominicano ante los precios de los combustibles? ¿Que nos están indicando estos
coeficientes de elasticidad precio y elasticidad ingreso de la demanda? ¿Qué se observa
en el consumo mensual de combustibles en el periodo enero-abril del 2017 al 2018 en
cuanto a la cantidad demandada? ¿Por qué razón los gobiernos prefieren gravar los
combustibles, que características tienen estos productos que no tienen otros?

¿Cómo se explica que un empresario detallista que tiene un margen de comercialización


por cada galón vendido de RD$3.68 llegara al extremo de rebajar hasta RD$3.00
quedándose con apenas un RD$0.68.
Esta situación fue más allá de la década de los noventa, el día 7 de febrero del 2016 se
publica la noticia en idominicanas.com de que en estaciones del Cibao se ofrecen rebajas
en el precio del galón de gasolina de RD$20.00 y RD$16.00 tanto en la gasolina premiun
como en la regular, respectivamente.
¿Existen elementos de juicios para pensar que a pesar de estas rebajas en el precio de
venta final de la gasolina existía algún tipo de rentabilidad? Una empleada de estas
estaciones de nombre Rosanna Vásquez estableció que con estas rebajas la estación de
gasolina incrementaba sus ventas en un 50%. ¿Qué tipo de elasticidad precio de la demanda
tuvieron estas estaciones?

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