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Astrágalo 23. Ciudad elusiva: formas de vida y


modos de existencia. Editor del número

Article · March 2018

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11 authors, including:

Enrique España Naveira Plácido González Martínez


Universidad de Sevilla Tongji University
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Carlos Tapia Martín


Universidad de Sevilla
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Neighborhoods, cities and towns of the 20th century. The Historic Urban Landscape approach as a
tool of heritage management and intervention. View project

Ludwig Hilberseimer in the USA: a microhistory of life and practice View project

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Número 23
CIUDAD ELUSIVA:
FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

ESCRIBEN
Carla Carmona, Juan Luis Moraza, Polyxeni Mantzou, Ion Martínez Lorea,
Beatriz V. Toscano, Roberto Fernández, Daniel N. Jiménez Ferrera, Enrique España Naveira,
Plácido González Martínez, Ángel Martínez García-Posada

ISSN 2469-0503
DIC I E M BR E 2017

23
—I—
ASTRAGALO: REVISTA CUATRIMESTRAL IBEROAMERICANA
Nº 23, DICIEMBRE 2017
CIUDAD ELUSIVA: FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

RAZÓN DE LAS ILUSTRACIONES


Ilustra la portada y condiciona las lecturas de artículo en su desarrollo visual, que mantiene
los textos la aparición salpicada por el cuerpo una vigencia crucial para los supuestos estudia-
de los textos la contrafigura de los cuerpos dos. El interés y compromiso del artista con la
monstruosos del artista Daniel Canogar. Fo- arquitectura, que se mantiene desde el inicio de
tógrafo de toma herética, impresor de invi- su carrera, se concreta en distintas propuestas
sibilidad y tecnólogo de la iluminación como de espacialidad en relación con la vida, como
conocimiento, Canogar realizó una serie de la realizada para el atrio de la sede del Consejo
obras con el nombre de Teratologías en 2001. de la Unión Europea en Bruselas en 2010 o la
Como relatamos más prolijamente en la intro- instalación creciente Tendril para el aeropuer-
ducción al número, el interés que esta obra po- to de Tampa de 2017. Agradecemos al artista la
see para dar relevancia al contenido que aquí cortesía de unirse al resto de contribuciones en
albergamos, se constituye como un verdadero nuestra revista académica.

La segunda época del proyecto ASTRAGALO se desarrolla desde el CAEAU (Centro de Altos
Estudios de Arquitectura y Urbanismo). UAI (Universidad Abierta Interamericana) Buenos Aires

Rector: Dr. Rodolfo N. De Vincenzi


Vicerrector Académico: Dr. Mario LAttuada
Carrera de Arquitectura
Decana: Gloria Diez
Director Sede Rosario: Emilio Farruggia
Secretaria Académica: Vicenta Quallito

Organismo/editor responsable Chacabuco 90 1er piso, (C1069), CABA.


Contacto rfernandster@gmail.com
Edición Carlos Tapia Fotos que ilustran este número
Diseño Jimena Durán Prieto pertenecen a Daniel Canogar,
ISSN 2469-0503 Teratologías, 2001. Cortesía del artista.

— II —
Número 23 - Diciembre 2017
CIUDAD ELUSIVA:
FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

—1—
ESPACIOS SUBORDINANTES Y SUBORDINADOS EN EL PROYECTO CONTEMPORANEO

ÍNDICE

Carla Carmona
EDIFICAR FORMAS DE VIDA.
WITTGENSTEIN Y SLOTERDIJK PARA LA INTERCULTURALIDAD 15

Juan Luis Moraza


HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO. (HOMO ELUDENS) 27

Polyxeni Mantzou
LA CIUDAD POST-ALFABÉTICA 51

Ion Martínez Lorea


SOBRE LA FORMA URBANA. VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE 61

Beatriz Toscano
VACUO ABHORRĒRE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO 75

Plácido González Martínez


SHANGHAI, CINCO ACTOS EN LA CONSTRUCCION DE LA CIUDAD DEL
PATRIMONIO EN CHINA 95

Roberto Fernández
MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO 111

Daniel Jiménez Ferrera


UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA 129

Ángel Martínez García-Posada


PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO 147

Enrique España Naveira


RECENSIONES: CIUDAD Y MUNDO DE LA VIDA. TEORÍA DEL MUNDO DE
LA VIDA, DE HANS BLUMENBERG 169

Lo que viene
Autores 178

—2—
ASTRAGALO
Segunda Época
Dirección ANTONIO FERNÁNDEZ ALBA Dirección Ejecutiva ROBERTO FERNÁNDEZ
Comité de Dirección MARGARITA GUTMAN Nueva York TERESA OCEJO
México CARLOS DIAS COMAS Porto Alegre FERNANDO DIEZ Buenos Aires
DIEGO CAPANDEGUY Montevideo EDUARDO PRIETO Madrid CARLOS TAPIA Sevilla

La revista ASTRAGALO se creó en Madrid, a ofrecen los catálogos de fotografías satinadas y


instancias de su proyectista, activista y funda- coloridas. ASTRAGALO era una revista escrita
dor Antonio Fernández Alba, en 1994 y publicó y adusta, en blanco y negro, cuando más con
19 números hasta 2001. El rótulo Revista Cua- algún pequeño auxilio de imágenes de línea y
trimestral Iberoamericana indicaba su intención seguirá siendo así.
de periodicidad (que se cumplió en sus últimos Fernández Alba lideró esa primera épo-
4 años) y su alcance o referencia, como una es- ca convocando a algunos de sus amigos como
pecie de puente iberoamericano que Antonio Eduardo Subirats o Angelique Trachana, que fue-
cruzó físicamente muchas veces y que además ron relevantes para el trabajo de esos números.
prohijó en su multiplicada y distinguida co- Y además se publicaron unos 200 ensayos entre
lección de amigos de ultramar. Tuvo además otros, de Roa Bastos, Debray o Benedetti, de Lle-
algunas señas de identidad como un diseño dó, Virilio, Maldonado, Baudrillard o Augé, de
gráfico clásico (que efectuó Antonio quién ade- Gregotti, Battisti, Kurokawa o Monestiroli, de
más preparaba cada tanda de originales), un Liernur, Miranda, Waisman, Segre, Montaner o
cierto empaque de revista-libro y la proclamada Teyssot, de Dardel, Dematteis, Manzini o Choay
e ideológica intención de ser una revista escri- y un largo etcétera. Se podría decir que alcanzó
ta, es decir, sin la profusión de imaginerías que una categoría casi underground de magazine de
caracterizan cualquier publicación de arquitec- culto, sobre todo en América Latina donde era
tura y más aun rechazando el deslumbramien- muy difícil acceder a ejemplares dada su previ-
to de ese culto de apariencias que ofrecían y sible dificultad de distribución.

—3—
ESPACIOS SUBORDINANTES Y SUBORDINADOS EN EL PROYECTO CONTEMPORANEO

En esta instancia desde el CAEAU lan- des. Con ellos hemos preparado una lista de
zamos una segunda época de ASTRAGALO, temas que esperamos funcionen a manera de
que será digital y de acceso libre y gratuito así convocatorias para el envío de trabajos, que in-
como también se digitalizarán los 19 números cluimos al final de este número.
previos con la posibilidad de consulta. Hemos Esperamos que los nuevos y viejos ami-
propuesto, aun en formación, un Comité de gos la difundan y la nutran con sus colaboracio-
Dirección de referentes de diversas partes de nes y que se mantenga y profundice la voluntad
Iberoamérica y de su mundo académico y pro- analítico-crítica y el interés por la teoría de la
fesional. Ellos canalizarán regionalmente esta arquitectura y la cultura de la ciudad que pro-
nueva etapa y podrán eventualmente efectuar pusiera Antonio Fernández Alba, su director de
versiones impresas de la revista en sus ciuda- antes y de ahora.

ASTRAGALO
Moldura de sección semicircular convexa, cordón en forma de anillo que rodea el fuste de la
columna bajo el tambor del capitel (Arquitectura)
Hueso pequeño, corto, de superficies bastante lisas excepto los laterales que son rugosos, de
excepcional importancia en los movimientos de la marcha (Anatomía)
Las plantas del género Astragalus son flores,algunas veces solitarias pero casi siempre en
racimos, espigas o nubelas (Botánica)

—4—
CIUDAD ELUSIVA:
FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

Decía Lefebvre que sólo una palabra se convier- “La vivienda, hoy como en 1927,
te en concepto cuando pierde sus referentes, y necesita receptar transformacio-
debe ser reconsiderada. Lo elusivo sobre la mul- nes conceptuales, estructurales y de
tiplicidad argumental de la vida, sea forma o fondo. Necesita la revalorización de
sea modo, es el enfoque a poner en reconsidera- las ideas de diseño flexible y adap-
ción para este número de Astrágalo 23. tabilidad, reinterpretadas desde las
En relación a la ciudad, independien- nuevas necesidades y posibilidades
temente de sus atribuciones culturales y geo- la lucha por la nueva vivienda sólo es
gráficas, el sentido del apotegma “formas de una escaramuza más de la gran lucha
vida” no se ha reflexionado in extenso para por las nuevas formas de vida”. Mies
y desde la arquitectura. Lo ha eludido. La Van der Rohe. Prólogo del catálogo
ciudad no se ha hecho cargo de resolverlo. oficial exposición sobre la vivien-
Metáfora de uso y coaccionadora de tipolo- da. Werkbund Stuttgart, 1927.
gías, una forma de vida “diferente” históri-
Retenidos en la aduana del pensamiento reno-
camente adquirió especial excitación cuando
vador que aquí custodia Mies, sin que tengamos
se encumbraron los denominados “Estudios
más datos para poder entablar una diferencia
Culturales”, al decir de François Cusset. Sin
entre modos de vida y formas de vida en su épo-
embargo, aún sobrenadamos sobre las pre-
ca, en el texto para el catálogo al Werkbund se
misas que se inician con aquella enigmática
nos ofrece un tiempo para reconsiderar casi un
aserción de Mies:
siglo de estar evitando, eludiendo, el definir-

—5—
CIUDAD ELUSIVA: FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

nos en nuestras diferencias, y afirmándonos al caso unidades menores, sin atribución de vida
constituir un ser humano formalmente único, en sí mismas, independientes. En ese año, su-
con modos de existir diversos. cedió que el zoólogo alemán Theodor Schwann
Cerrando ese tiempo que se nos da a publicó en Berlín sus “Microscopial Resear-
reflexionar, en eso que decimos que es nuestro ches”. Desde ese momento, debido a que asignó
presente, tales afirmaciones contrastan, del an- a una unidad menor, la célula, la unidad base
helo a la estupefacción, con un anuncio hecho de la vida, vida en sí misma, se reformó drásti-
en 2010 por John Craig Venter, biólogo y presi- camente la concepción de lo que es la vida: una
dente de Celera Genomics. Venter comunicó ha- célula es en términos biológicos equivalente a
ber creado la primera forma de vida con genoma un individuo, a una vida humana completa. Que
sintético, una bacteria que llevaba codificado en Daguerre pudiera acoplar una lente a su inven-
su ADN todo lo necesario para vivir, además de to fotográfico permitió ver estructuras total-
varias direcciones de correo electrónico y una mente nuevas de la materia, como dijo Walter
frase premonitoria de James Joyce: “vivir, errar, Benjamin y, a la inversa, sentir que aquellas for-
caer, intentar y, después, crear vida a partir de la mas de vida devolvían la mirada al observador
vida”. Tal excentricidad era en parte una medi- haciéndole entender su pérdida de referentes,
da de seguridad para saber distinguirla de for- abriendo de nuevo la posibilidad de definir la
mas de vida naturales en caso de fuga o tal vez vida como concepto.
extracción fraudulenta. Con ello, el biólogo se La vida, así vista, quedaba desasida de
hace cargo del diseño de vida a la carta, micro- un sentido cerrado, y se unía a lo científico por
bios con genomas programados para realizar lo que los poetas le concedían. Recuérdese que
funciones aún impensables, u otras más decla- el Poeta Wallace Stevens escribió un poemario
rables, como producir fármacos o combustible que se tituló “Life consists of propositions about
a bajo coste, y más eficaces. life” en «Men made out of words» Collected Poems
Con anterioridad a esa franja de tiempo reeditado en 1990. Sólo el título ya evidencia la
de cien años que nos hemos concedido como disponibilidad conceptual. ¿Qué le proponemos a
marco de estudio, entre ese Mies y ese Venter, la vida para que sea? Esa sería la pregunta, antes
puede señalarse que, como fuerza de choque que ‘¿qué es la vida?’. Y es que hay tres funciones
violentando lo que se creía inamovible y como para hablar de “vida”: relación, nutrición y re-
yendo al encuentro de un Mies perspicaz, en producción. Siguiendo lo que Stevens sugiere,
1839, se produjo un giro epistémico sobre la esas atribuciones funcionales serían meras con-
idea científica del concepto de vida. El profesor notaciones, convenciones no fijas, a la espera de
de la Universidad de Standford, Nicholas Jenc- encontrarnos con otros, los verdaderos “otros”
kins en sus textos de 2007 hizo recaer la aten- diferenciados pero próximos, tal vez hasta el
ción en ese año por el encuentro que Samuel extremo imaginario en que aspiramos a encon-
F. B. Morse tuvo con Louis Daguerre en París. trar formas de vida en otros planetas.
Hasta ese año, la vida para los científicos era La diferencia entre ser y vivir se hace a
la comprensión de los “sistemas mayores com- tal efecto presente y no acumula una centena,
puestos de fibras y átomos”, pero en ningún sino unos 2500 años, si recordamos la estrate-

—6—
Carlos Tapia

gia aristotélica metafísico-política: “Ser para la gestualidad, problemática en arquitectura, des-


vida es vivir”, como describe Giorgio Agamben lumbrante para la arquitectura: formalismos en
en su libro IV de Homo Sacer “El uso de los cuer- la vida de los edificios, formas para la vida revi-
pos”, en el capítulo “formas de vida”, de reciente talizando alma y cuerpo, releyendo a Lukács (El
traducción al español. Para cuando llegó el ini- alma y las formas) y a Flusser (Los gestos), por
cio del siglo XX, la madeja en que la filosofía se poner algunos hilos genealógicos.
había enredado, ese estado posterior a Hegel La vida, reconocida en sus gestos, arti-
donde su condición se debatía entre sentirse cularía un sentido de lo común en la forma en
epígono de lo ya dicho o su finalización, se halló que los humanos reconocen su grupo por esas
a sí misma al superar esa dualidad: hacia el 1900 expresiones. Un medio de aprendizaje social
surgió, junto a las filosofías de la vida, una alter- indirecto, de aprobación/reprobación de lo que
nativa resultante de, según Sloterdijk (Derrida, asumen los hijos garantiza una mejora de las ca-
un egipcio) “la combinación de la epigonalidad pacidades asociativas de cualquier antepasado
del punto de vista de la filosofía del espíritu, con homínido. Es lo que los hermanos Castro No-
la originalidad del punto de vista del sustrato gueira llamaron el Homo Suadens (proveniente
vital del pensamiento, es decir, de la vida”. del latín significa aprobar, aconsejar, valorizar)
Naturalmente, en ese intervalo que re- y que retoma el artista e intelectual Juan Luis
corre el salto entre dos siglos del XIX al XXI, Moraza, con un artículo (Habitantes de la ciudad
investigar qué “ha sido” la vida, aporta percep- del Futuro) que acodala cada concepto definido
ciones de lo que aún es factible pensar. Así, el hasta grabar un indeleble continuo argumen-
concepto de forma de vida en Wittgenstein en tal del que saldrán sin duda líneas de trabajo de
un intervalo histórico es una comprensión ex- a futuro en los distintos campos disciplinares
haustiva y amplia de toda realidad participada comprometidos. Por encima del Suadens, Mo-
por los que forman una comunidad lingüística. raza recompone un Homo Eludens definido por
No es casualidad que Sloterdijk dedique uno una ecología de involución o retorno al estado
de sus gruesos volúmenes a precisamente dife- del Homo Sapiens, y estudia la ciudad como
renciar las formas de vida. En “Has de cambiar una “paradójica antropogénesis” al esquivar
tu vida” Sloterdijk habla de ese Wittgenstein su responsabilidad y reducir su autoría a una
de 1937, citándolo: “Que tu vida sea problemá- autoridad técnica sobre su artificio. A pesar de
tica significa que tu vida no se ajusta a la forma creerse autosatisfactoriamente que la ciudad
de la vida. Y entonces tú has de cambiar tu vida, contemporánea exhibe –y crea- formas diferen-
y cuando se ajuste a la forma desaparecerá lo pro- ciadas de habitar en comunidades de destino,
blemático”. Para esclarecer estos tránsitos, este en la ciudad del futuro solo hay habitantes en
número de Astrágalo cuenta con un artículo su homogéneo mirar para otro lado.
(Edificar formas de vida. Wittgenstein y Sloterdijk ¿Es hoy así en las ciudades que habita-
para la interculturalidad) de Carla Carmona, de mos? Agamben, en “Medios sin fin” escribe:
extraordinaria capacidad comunicativa y sin- “Con el término forma-de-vida entende-
tética, abriendo la definición de la vida a sus mos, por el contrario, una vida que no puede sepa-
gestos, más allá del lenguaje. Cabría decir, la rarse nunca de su forma, una vida en la que no es

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CIUDAD ELUSIVA: FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

nunca posible aislar algo como una nuda vida. Una Langton. En “Exits to the Posthuman Future”,
vida que no puede separarse de su forma es una vida escrito por Arthur Kroker, en el capítulo “The
que, en su modo de vivir, se juega el vivir mismo y a cage of measurability” se dice:
la que, en su vivir, le va sobre todo su modo de vivir.
“Es ampliamente sabido que los co-
¿Qué significa esta expresión? Define una vida -la
fundadores de Google, Larry Page y
vida humana- en que los modos, actos y procesos
Sergei Brin, imaginaron Google como
singulares del vivir no son nunca simplemente he-
una expresión dirigida a la nueva for-
chos, sino siempre y sobre todo posibilidad de vivir,
ma de vida de la inteligencia artificial
siempre y sobre todo potencia. Los comportamien-
como viva, un ser sentiente completo
tos y las formas del vivir humano no son prescritos
con redes neuronales artificiales (re-
en ningún caso por una vocación biológica específi-
des de profundo entendimiento) que
ca ni impuestos por una u otra necesidad; sino que,
pueden ser aplicadas al reconocimien-
aunque sean habituales, repetidos y socialmente
to de imagen, modelizado de lenguaje
obligatorios, conservan en todo momento el carác-
y a la translación maquínica”.
ter de una posibilidad, es decir ponen siempre en
juego el vivir mismo. Por esta razón -es decir en En este punto, el artículo de la profesora griega
cuanto es un ser de potencia, que puede hacer y no Polyxeni Mantzou (La ciudad post-alfabética)
hacer, triunfar o fracasar, perderse o encontrarse- encara la situación mediológica de la ciudad ac-
el hombre es el único ser en cuya vida siempre está tual, donde las conexiones, las relaciones, son
en juego la felicidad, cuya vida está irremediable y el principal propósito consciente y causante
dolorosamente asignada a la felicidad. Y esto cons- inconsciente de una serie de tecnologías que
tituye inmediatamente a la forma-de-vida como reinventan las formas de vida.
vida política”. En un intento de clarificar el uso de los
Era obligada esta larga cita porque se conceptos y particularmente el de forma en su
ofrece una oportunidad a la definición de vida reunión con lo urbano, precisamente a partir de
mientras es vivida y porque Forma y Modo no Lefebvre, el especialista en el sociólogo francés
son la misma cosa, como ha escrito Tiqqun (La Ion Martínez Lorea, desambigua en su artículo
guerra civil, las formas-de-vida), con certeza (Sobre la forma urbana. Vida urbana y ciudad
leyendo a este Agamben. en Henri Lefebvre) el sentido de la utopía expe-
Sin embargo, a pesar del alegato vital rimental. El profesor de la Universidad Pública
de Agamben, el habitante de la ciudad que ha de Navarra recuerda del autor de “El derecho a
evitado mirar a su otro como forma, para con- la ciudad” que se trata de ir más allá del marco
dicionarlo como modelo a tolerar, como mu- sólo dictado por los expertos para centrar la mi-
cho, se enfrenta a un desafío mayor cuando rada en “los usuarios y habitantes de la ciudad,
al conceptualizar en un marco holgado hemos en los deseos, en la aspiración a nuevas formas
de dar estatuto equivalente a cualquier utopía a crear desde la realidad concreta y desde sus
experimental, como las formas sintéticas de prácticas presentes”.
vida, sean las de Venter o las de la inteligencia En este artículo ya se abren las miras
artificial desde Marvin Minsky a Christopher hacia la categoría del espacio, que evoluciona a

—8—
Carlos Tapia

partir del paso de Lefebvre a Foucault en sus quitectónico, llevado a una instauración mo-
exploraciones de los hábitats ergonómicos y dal, entendida ésta como polifonía conceptual
vacíos de resistencia por parte del texto que le donde cada operador modal revela un sentir de
sigue, de la mano de la profesora Beatriz Tosca- verdad por la inserción de un conector de sen-
no (Vacuo abhorrēre: ergonomía de un espacio tido, recala en el desarrollo del número como
ocupado). Vacío como resistencia, vacío como un instrumental de precisión para quienes to-
oportunidad de surgimiento de vida, heterotó- davía operan con las herramientas de sus pre-
pica, no, más aún, ilícita, pero vida al fin. decesores y presumen de que aun así les sobra
En la invitación que Astrágalo ha hecho una mano.
a los autores que se convocan en su número Ese texto abona el terreno para dos
23, se ha trenzado un tramado relacional que aportes que encajan en las definiciones que allí
va del concepto a la acción arquitectónica en se hallan. En primer lugar, el profesor de la Uni-
la ciudad. El paso del concepto, que es sobre- versidade de Évora Daniel Jiménez (Una casua-
vuelo, a su diseminación, que desvela procesos lidad controlada: la primera vida posmoderna)
atados al suelo, se encarga al profesor Plácido lleva al espíritu de época a acomodarse en una
González (Shanghai, ¿Surprise?: Cinco actos casa de nueva factura con un presupuesto de
en la Construcción de la Ciudad del Patrimonio menos de 5000 $. Todo un reto arquitectónico si
en China). Como una mirada por lente de pez, la vida se define por hacerle proposiciones sobre
los extrañamientos intencionales de su inquirir la vida y la que entra por la puerta es la de los
proveen un entendimiento de lo común en lo que se saltan el final del Proyecto Moderno. En
particular, y en ámbitos que son el crisol donde segundo lugar, el hipersensitivo texto del arqui-
la globalización no sufre remordimientos y sí tecto y docente Ángel Martínez (Proyecciones
demanda derechos a transitar por la moderni- efímeras. La ciudad al otro lado del velo), cuya
dad. Con la palabra haipai (literalmente tradu- presencia encaja como pieza hecha a medida en
cida como cosmopolita) la cultura de Shanghai la estela que Moneo dejó al escribir sobre la vida
se ha construido para sí misma, desde la imagen de los edificios. Tal vez sea una herencia propia
cinematográfica, como sentido de lo identitario de la Ilustración el que la razón dictamine que a
en la antigua colonia británica, por la patrimo- cada ser, vivo o no vivo, se le conceda un parale-
nialización de un sentir moderno que aún no se lo humano, y es sentiente, y cuasi consciente. Lo
decanta cuando ya se recompone. que sí puede decirse que es certera la estrategia
Todas estas transformaciones se obvian de evacuación de todo aquello que no sea perte-
en los objetivos reflexivos de los arquitectos, no neciente a la arquitectura, que aparece desnuda,
hay anticipación en la política y existe una es- atrevida y desveladora.
cisión entre lo que viene y la resistencia a asu- Ambos artículos mientan a Mies como
mirlo. Todo lo más, las biomorfologías autistas responsable de causas últimas y reafirman el
inundan nuestras escuelas de arquitectura, origen dado a nuestro ámbito de esa centena
sin saber a qué atienden. El aporte del profe- de años donde formas son vidas. Además, de-
sor Fernández (Modos de existencia y modos jan el hueco ajustado para que en el cierre sea
de proyecto) sobre las lógicas del proyecto ar- invocado un Bruno Latour preocupado por la

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CIUDAD ELUSIVA: FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

república de los objetos y por los modos de Goethe. Se sabe que, de compartir amistad y pa-
existencia -Proyecto AIME, an inquiry on mo- sión por su trabajo, pasaron a un desencuentro
des of existence-. que fue en su época decantado a favor de Cuvier
Para acabar, reservamos el artículo de y, en la nuestra, de Geoffroy Saint Hilaire. Dos
Enrique España (Ciudad y mundo de la vida) de- naturalistas que afrontaron dos visiones, una
dicado a introducirnos en el libro de Hans Blu- “fijista” o “funcionalista estricta”, la de Cuvier,
menberg publicado en español en 2013 “Teoría que enmendaba el atrevimiento de su colega por
del mundo de la vida”. La propia contradicción decir que todos los animales comparten un em-
de teorizar la vida es la que hemos evidencia- branchement común, sean vertebrados o insec-
do a lo largo de esta introducción al número y tos. Esa otra, la de Geoffroy, se contrapone por
es la que Blumenberg destaca en el prólogo a la ser más formalista, más estructuralista, más
recopilación de 5 escritos diferentes. El desem- Lamarckiana (Darwin no publica “El Origen de
barazo con que el investigador España trata el las especies por medio de la selección natural,
libro al conexionarlo con Lefebvre nos remite a o la preservación de las razas preferidas en la
un bucle de excitaciones sucesivas que no puede lucha por la vida” hasta 1859), es decir, ligada
agotarse con todas las intervenciones aquí re- a una primera teoría de la evolución biológica.
cogidas en la caracterización que hemos hecho Estos momentos fundacionales, de facto y de
desde Mies y su catálogo, hasta las cuestiones teorización, se tornan cruciales para entender
bioéticas que nos asaltan en los noticieros a nuestra posición hoy y, de hecho, se atribuye a
diario. No obstante, sólo con lo aquí expuesto Lamarck ser el primero en usar el término “Bio-
el debate no redunda sobre el diagnóstico, no logía” que, en boca de Geoffroy, denominaría a
se elude evidenciar que la realidad no es la que la ciencia que estudia la naturaleza como varia-
se presenta, que la vida se morfosea por encima ción de un único modelo inicial.
de las concesiones de decantación en modos, y Lo interesante de la cuestión, ya apare-
que los conceptos sirven para precisamente re- ce aquí la arquitectura, es que Geoffroy usó la
considerar lo dado. geometría proyectiva, o descriptiva, en una tra-
ducción más común desde el tratado de 1799 de
TERATOLOGÍAS, DE DANIEL Gaspard Monge, para demostrar que por efecto
CANOGAR, 2001. geométrico de la torsión, aplicado a la espina
dorsal, se recorría en continuidad la historia de
De entre todas las aproximaciones denodadas los seres vivos, de una rama de la clasificación
que en la historia eventualmente emergen para de los animales a las otras, y ponía en un origen
concertar una vinculación entre arquitectura y común a todas sus especies. Geoffroy aprendió
biología, cabría escoger, para ilustrar este nú- geometría proyectiva de Monge, como es sabi-
mero 23 de Astrágalo, la que protagonizaron na- do, y merece recordarse su importancia a partir
turalistas como Étienne Geoffroy Saint Hilaire del extraordinario libro de Robin Evans, “The
y Georges Cuvier, enfrentándose en 1830 con projective cast”. Lo cierto es que no hizo bien al
tal grado de repercusión -hoy diríamos, mediá- comparar la torsión en las costillas de un verte-
tica- como para atraer la atención de Balzac o de brado con los caparazones de los insectos para

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Carlos Tapia

su justificación, así lo ha descrito Bernard Ca- más autorizadas para describir el lapso tempo-
che en Perspecta, 33 en su artículo “Gottfried ral que abarca desde la tozudez de Geoffroy
Semper: Stereotomy, Biology, and Geometry”. para demostrar su solidez investigativa hasta la
No obstante, fueron los biólogos E. M. Rober- asimilación hoy sin sorpresa de esos mutantes,
tis y Yoshiki Sassai en el año 1996 quienes o hasta la procura de ser un diferente enfren-
encontraron un retorcimiento más profundo, tado a la homogeneidad del ser. Recuérdese a
genético, que explica que, torsionada la dispo- Alfred Jarry conceptuando al monstruo: “es de
sición del gen entre insectos y vertebrados, se uso común llamar monstruos a una concordia
acomodan los órganos correspondientemente, desconocida de elementos disonantes: el cen-
con lo que se resuelve que en algún momento tauro, la quimera, se definen así para aquello
de hace 540 millones de años, ambos grupos de sin comprensión. Llamo monstruo a toda la
especies poseían un desarrollo común. Y si aquí belleza inagotable original”. Sin embargo, esa
aparece la arquitectura es porque Cache explica rareza no logra el alcance que sí alcanzan los
que Gottfried Semper usó el régimen de torsión gemelos unidos de Nabokov en “Escenas de la
en su Der Stil, cuando comparó la composición doble vida de un monstruo”, lo abyecto en Julia
de vectores biológicos en varias especies con el Kristeva, el ciborg de Haraway o la exposición
vector de gravedad en arquitectura. Geoffroy y de 1993 del Whitney Independent Study Pro-
Monge fueron expedicionarios científicos con gram, donde se inaugura una época inacabada
Napoleón en Egipto, con tiempo de discutir sus de ojo inmune al asco.
posturas durante el viaje.
El diestro orador y erudito Cuvier (que Aún en el carácter meramente introduc-
venció en debate al propio Lamarck, como cuen- torio de estas líneas, permítasenos diseminar
tan refiriendo el origen de la homología y de la algunos asideros para garantizar el entendi-
analogía en LUDUS VITALIS, 32 de 2009 los miento de los supuestos que este número de
sociólogos de la ciencia Carlos Ochoa y Ana Ba- Astrágalo indaga problematizando entre modos
rahona) murió inesperadamente en 1832 y has- y formas de vida.
ta ese año, Geoffroy y su hijo Isidore, buscando
razones demostrativas a sus argumentos, se Uno de esos asideros sería otro de aqué-
dedicaron a estudiar aquellos animales que por llos que aproximan arquitectura y biología, el
su individual anormalidad, no entroncan con conocido paleontólogo norteamericano Ste-
ningún patrón dentro de su grupo de origen. Tal phen Jay Gould. Polémico, como todo lo que
es la definición de Teratología. Deformaciones, trata de triunfar saltando sobre su neta metá-
mutaciones, monstruos, buscaba nuestro cientí- fora, serviría no obstante para mantenernos un
fico para recuperar su credibilidad ante la comu- poco más a flote hasta el siguiente agarradero.
nidad de expertos y ante la sociedad en general, Si es controvertible es porque basta repasar su
que seguía el debate publicado en los diarios. idea de los spandrels o “enjutas” de la basílica
de San Marcos en Venecia, que con su colega
Monstruos: interrupciones, disconti- Richard Lewontin en 1979, Gould asoció a la
nuidades. Mucho cabría decir de ellos por voces biología evolutiva para describir aquellas carac-

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CIUDAD ELUSIVA: FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

terísticas o elementos de los organismos que no gruencia elemental y constante o, dicho de otra
se han formado por adaptación biológica, sino manera, cada forma por separado, individual,
por otras adaptaciones mediante selección na- no asume una medida común y es, en alguna
tural. Un par de años antes de ese texto que se medida, un monstruo.
denominó “La adaptación biológica”, Gould es- Mucho antes de la pugna entre Cuvier y
cribió un breve ensayo que recordaba al genetis- Geoffroy, los seres humanos demostraron estar
ta judío Richard Goldschmidt, refugiado en la anhelantes de pasmo en lo que se llamó la época
Universidad de Berkeley de la locura nazi hasta de las calamidades públicas, al decir del propio
su muerte en 1958. En ese texto, “The Return Bataille citando el libro de Pierre Boaistuau de
of Hopeful Monsters”, explicaba cómo Goldsch- 1561, en la que se puso de manifiesto que cada
midt admitió que la gran mayoría de las macro- tiempo reclama reconocer a sus monstruos.
mutaciones sólo podían considerarse infaustas, Más adelante, en 1616 Fortunius Licetus, publi-
a las que llamaba “monstruos”. Salvo porque, de ca sin imágenes “De Monstris”, que ya reapare-
vez en cuando, una macromutación podía, por cerá saciando apetitos visuales en 1665 con su
mera buena suerte, adaptar un organismo a un juego ilustrado de admirables realidades otras,
nuevo modo de vida, un “monstruo esperanza- como fetos deformados, pigmeos, supuestas si-
dor” en su terminología. La macroevolución renas y demás maravillas naturales.
procede por un raro éxito de estos monstruos
esperanzadores, no por una acumulación de pe- Según Colin Rowe, en el periodo com-
queños cambios dentro de las poblaciones. prendido entre 1520 y 1600 toda obra de arqui-
tectura debe ser considerada manierista. Por
Tal vez pudiera extraerse de ello que el Manierismo en el siglo XVI, dice Rowe, debe
empleo aquí de la palabra modo aúna forma y entenderse un inexcusable estado de conciencia
función (las tesis de Geoffroy y Cuvier) en su que impide dar causa de capricho a una época
distinguirse frente a sus predecesores y coetá- por mero antagonismo con su pasado reciente
neos y, más importante, que un sumatorio de o por ruptura con las normas establecidas. Al
“freaks” no hacen especie, como ya dijo Batai- hacerlo, lo que se recibe del Primer Renacimien-
lle y sus abyecciones en “Las desviaciones de la to por obra de Bramante se somete a la perfec-
naturaleza” en 1930 en el nº 2 de Documents, ción, que es ahora el orden de lo preexistente,
aunque las principales transiciones estructu- a un estado de inhibición acorde con lo que
rales pueden ocurrir rápidamente sin una serie todo humano siente por el mero hecho de serlo,
uniforme de etapas intermedias. El artículo se una suerte de hastío existencial. Para lograrlo,
detiene en evaluar en las consecuencias anti el conocimiento profundo de lo ortodoxo es
darwinistas del supuesto de Goldschmidt, que condición ineludible para conseguir la ansiada
Gould no comparte, y que describirlas no es heterodoxia. No hemos encontrado la palabra
necesario para nuestros supuestos. A pesar de “monstruo” en Rowe, pero sí broma (tomada de
ello, cuando ponemos en línea a Goldschmidt y Burckhartd), aberración o violencia, en su reco-
a Bataille, recomponemos la idea de que dentro rrer la historia desde ese XVI hasta la primera
de cada ser humano hay una suerte de incon- modernidad en arquitectura del XX. Muchos

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Carlos Tapia

otros han negado esa dependencia en negativo lio, entonces estamos en la posibilidad de crear
de la ortodoxia clásica, y otros tantos la han especies, es decir, estilos de vida. Consecuente-
reafirmado, como Donald Kunze en los albores mente, la definición en Lamarck o en Geoffroy
(1988) de la relación con lo virtual, tal y como de Biología se desvía para poder equipararla
hoy lo conocemos. En su texto “Architecture as con Teratología, y ésta, ciencia de lo genético,
Reading; Virtuality, Secrecy, Monstrosity” pu- en una forma artística expresionista, todo un
blicado en Journal of Architectural Education, proyecto de conciencia, no un exceso, no una
41, se inserta la imagen de la Esfinge de Giovio rareza, no una discontinuidad.
Vescovo di Nocera, Dialogo dell’impresse mi-
litarai et amorose (Lyon: Guglielmo Rovillio, Todo lo anterior no necesita ser conoci-
1574), al modo en que Licetus mostrará sus do para dar la justa importancia a la obra Tera-
“Monstris”, para elucidar el sentido del manie- tologías (2001) que el artista madrileño Daniel
rismo histórico. Kunze debe mucho al trabajo Canogar ha querido aportar a este número de
de Marco Frascari de quien conoció sus investi- Astrágalo. Cuando uno repasa su obra y observa
gaciones previamente a la publicación en 1991 su proceso de creación, la especial sensibilidad
de los resultados, que aparecieron con el título con lo cotidiano de la información global, con lo
de “Monster of Architecture”, siendo el capítulo tecnológico en su manipulación artesanal, con
2 “Monster and Semiotics: a Teratology” el más lo vivo en lo que no entra en las definiciones de
cercano a nuestros supuestos. De su lectura, po- biología, provee un despertar a una realidad que
dríamos sumar al Filarete o a Vico a esas apro- no es otra sino la que debe ser comprendida. Y
ximaciones entre biología y arquitectura de las crea estilos, diríamos mejor nosotros, proyecta
que estamos dando alguna cuenta. formas, formas de vida. Tal vez su sumatorio no
cree especie, pero subdivide la homogeneidad
Neutralizar la historia en época de nues- del humano medio, entresacando el monstruo
tros dos naturalistas enfrentados, se concibe en que debemos llevar dentro.
esa actitud manierista gracias a una acción de
oposición donde la naturaleza alcanza plenitud Los monstruos proyectados espacial-
en su idealismo, su absoluto matemático y pla- mente abren a la escala de lo semejante la idea
tónico, que sólo es factible bajo la mirada del de la fragilidad de la existencia al convivir con
arte, como sigue diciendo Rowe. otras formas de vida, vidas otras que pertene-
cen al mismo ser o son susceptibles de ser asi-
Bajo el arte acaece, decimos, y su exa- miladas o fagocitadas sin la humanización del
cerbación desentraña descarnadamente nues- horror monstruoso. Si el aparato tecnológico
tro diagnóstico de presente. En diálogo con del XIX fue el daguerrotipo, lo fue no sólo por
Sylvére Lotringer, Paul Virilio se pregunta en la aparición y la diseminación de la cultura de
su apartado Teratología (pág 121 de Amanecer la imagen, sino porque a los naturalistas se les
Crepuscular) si la genética sigue formando par- ocurrió usarlo para observar la vida a través
te de la física, de la medicina, de la biofísica, o es de una lente de aumento y definir la vida como
de hecho un arte. Porque si es un arte, dice Viri- unidades autónomas conectadas en un cuer-

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CIUDAD ELUSIVA: FORMAS DE VIDA Y MODOS DE EXISTENCIA

po mayor. Era el año 1839. Canogar, en 2001, lar los límites de nuestra existencia junto con
recompuso todas estas trayectorias con las los límites a nuestra recién adquirida habilidad
nuevas tecnologías que como asideros hemos –apenas dos siglos- de torsionar a voluntad los
expuesto aquí, y nos vemos obligados a formu- códigos de relación entre lo vivo y lo no vivo.

Carlos Tapia,
Editor a cargo
de ASTRÁGALO 23

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EDIFICAR FORMAS DE VIDA
WITTGENSTEIN Y SLOTERDIJK PARA LA INTERCULTURALIDAD

Carla Carmona

Este texto responde a la amable invitación a fe el de forma de vida, que en ese sentido casa a
participar en este proyecto de reflexión sobre la la perfección con el resto de su aparato concep-
ciudad contemporánea y sus comportamientos tual. Eso explica que, a pesar de ser una de las
elusivos. Parte de la discusión de los aspectos piedras angulares de su filosofía, el concepto de
biológicos y culturales del concepto de forma de forma de vida todavía hoy de pie a debates can-
vida wittgensteiniano para reivindicar la des- dentes acerca de su significado y de su ámbito
cripción como un ejercicio de autoelevación en de aplicación1.
clave sloterdijkiana con vistas a la reavivación La siguiente definición puede extraerse
intercultural de nuestras ciudades. Finalmente, de la detallada presentación del concepto de
haciendo uso de Charles Taylor, se dan algunas forma de vida que nos ofrece Kjell S. Johan-
claves para lograr una arquitectura que favorez- nessen: una comprensión exhaustiva y abar-
ca la interculturalidad. cadora de toda la realidad compartida por los
miembros de una comunidad lingüística en un

1. FORMAS DE VIDA
1 Las diferentes interpretaciones del concepto y la vigencia del
Para hablar de formas de vida uno ha de retro- debate son puestas de manifiesto por la selección de artículos
traerse a Ludwig Wittgenstein. Pero ese movi- que componen el número especial de la Nordic Wittgenstein Re-
view de octubre de 2015 con el título “Wittgenstein and Forms
miento, al tiempo que determina, desdibuja, of life”, editado por Danièle Moyal-Sharrock y Piergiorgio
pues Wittgenstein no fue amigo de conceptos Donatelli, que puede consultarse online:
cerrados, sino de límites borrosos, y de ello da http://www.nordicwittgensteinreview.com/issue/view/
NWR%20Special%20Issue%202015

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EDIFICAR FORMAS DE VIDA. WITTGENSTEIN Y SLOTERDIJK PARA LA INTERCULTURALIDAD

determinado momento histórico.2 Por lo gene- tivo. Nuestras palabras son reacciones. Cuando
ral, el concepto de forma de vida se hace pivotar paseamos por una ciudad a la que nos entrega-
en torno al lenguaje. Una forma de vida es una mos como turistas apasionados reaccionamos
compleja red de significados, valores y activida- ante los edificios que nos vamos encontrando
des enmarcados en prácticas que nos sitúan en a nuestro paso 6 . Hay edificios que nos guiñan
una determinada configuración de lo que nos el ojo, otros que nos ofrecen cobijo. Están tam-
rodea y de nosotros mismos. El lenguaje verbal bién los que nos hacen sonreír, o los que parecen
ciertamente juega un papel importante en el tirarnos de las orejas con maldad. La arquitec-
sutil entramado, si bien tendemos a invertir el tura, que no la simple construcción, comunica,
sentido de su relación con dicha trama. A ve- es un gesto7. Y ante esos gestos, a veces respon-
ces nos lo imaginamos como si regulara indi- demos con otra sonrisa, o sentándonos en el
vidualmente cada práctica y dictase consenso asiento que se nos ofrece, y otras con un res-
en la coordinación de todas ellas. No obstan- plandeciente “impresionante”, o con un sonoro
te, aprendemos de Wittgenstein, quien no se “¡qué horror!”. Lo normal es que tanto nuestro
cansaba de citar a Goethe, que la acción es lo “impresionante” como nuestro “¡qué horror!”
originario, y que, como tal, es anterior al len- vayan acompañados de expresiones faciales y
guaje. 3 Por tanto, no es el lenguaje el que regula movimientos corporales que comuniquen in-
nuestras prácticas, sino estas las que le sirven cluso más que las palabras pronunciadas. De
de origen, de fundamento, y es en ellas donde, hecho, es frecuente que aunque nuestros inter-
en última instancia, radica su significado, in- locutores, si estamos, por ejemplo, en una gran
cluso su razón de ser. ciudad, no logren oír lo que decimos, igualmen-
Wittgenstein relacionó el concepto de te nos entiendan, que nuestros gestos les hagan
forma de vida con formas más primitivas de comprender qué sentimos ante lo que vemos.
comunicación que el lenguaje per se. Rechazó la De igual modo, nuestra expresión facial, así
idea de que el lenguaje es fruto del raciocinio 4 como nuestro tono de voz, puede diferenciar
y defendió que todo juego de lenguaje es exten-
sión del comportamiento, concretamente de un 6 Wittgenstein presentó la arquitectura como un gesto
en diferentes ocasiones. Asimismo, dejó por escrito que,
comportamiento primitivo, incluso animal 5 . mientras paseaba por Dublín, experimentó que una serie
Para entender esto último el campo de la expe- de edificios se le aproximaban como gestos, y que ante eso,
solo pudo responder con otro gesto, cf. Paul Wijdeveld,
riencia estética resulta particularmente ilustra- Ludwig Wittgenstein, Architect, Londres, Thames & Hudson,
1994, p. 195. Sobre la relación entre arquitectura y gesto
establecida por Wittgenstein, véase Carla Carmona,
2 Kjell S. Johannessen, “Rule Following, Intransitive “Wittgenstein, el guiño del arquitecto y el espíritu de una
Understanding and Tacit Knowledge (An Investigation of civilización. Un acercamiento al interés de Wittgenstein
the Wittgensteinian Concept of Practice as regards Tacit por la arquitectura”, en Alberto Rubio (ed.), Textos
Knowing)”, Daimon 2 (1990): 168-169 fundamentales de la estética arquitectónica, Valencia, General de
3 Ludwig Wittgenstein, On Certainty (OC), Oxford, Blac- Ediciones de Arquitectura, 2015, pp. 36-49.
kwell, 1969, §402. 7 Ludwig Wittgenstein, MS 126 15r: 28.10.1942. (Witt-
4 OC, §475. genstein Source: Bergen Facsimile Edition, ed. Alois Pi-
chler en colaboración con H.W. Krüger, D.C.P. Smith,
5 Ludwig Wittgenstein, Zettel, Oxford, Basil Blackwell, T.M. Bruvik, A. Lindebjerg y V. Olstad. Wittgenstein Ar-
1981, §545. chives at the University of Bergen, Uni Digital.)

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Carla Carmona

un “impresionante” de admiración de un “im- hay lenguaje verbal, ¿no sería más conveniente
presionante” de repulsión. Lo que sustentaría diferenciar simplemente entre formas de vida
el lenguaje no sería la razón, sino el instinto, de lingüísticas y formas de vida no lingüísticas?
nuevo lo animal 8 . Una vez hecho eso, es preciso insistir en lo que,
En esta clave es preciso situar la ana- valga la redundancia, da forma a una forma de
logía establecida por Wittgenstein entre el ser vida. Una forma de vida responde a las condi-
humano y la ardilla: al igual que el pequeño ciones naturales en las que existen los seres
mamífero roedor no necesita de una ley de in- en cuestión: los gatos no crecen de los árboles
ducción para saber que ha de recolectar y guar- y el mundo existe desde hace mucho, mucho
dar alimentos para el invierno, el ser humano tiempo11. Esas condiciones naturales en las que
tampoco necesita de una ley para justificar sus existimos dan forma a nuestros sistemas de re-
acciones o sus predicciones 9. Nuestro compor- ferencia: no esperamos que algún día los gatos
tamiento no se debe a causas tan elevadas como broten de los árboles, como no cuestionamos, al
creemos. Aunque el azar agite los hilos que nos menos mayoritariamente, que el mundo no flo-
mueven, buena parte de estos está tejida a base reciera ayer, hace un año o el siglo pasado. Una
de instinto y práctica social. forma de vida también responde a la biología:
Coincido con Danièle Moyal-Sharrock al hecho de que nos alimentamos, o de que po-
en que tiene cabida hablar de formas de vida demos reproducirnos. No menos importante es
animales. No obstante, no creo que la ecuación el papel que desempeña la cultura, determinada
entre formas de vida animales y formas de vida histórica y circunstancialmente, en particular
no humanas sea adecuada. ¿Acaso no son las entre los seres humanos, y es ahí donde entra
formas de vida de los hombres formas de vida en juego el lenguaje verbal.
animales? ¿Acaso no insiste Wittgenstein en Pero si la forma de vida es lo dado12,
que lo que le interesa es considerar al ser hu- aquello que fundamenta en última instancia
mano como un animal? Esa distinción, además, todo lo que hacemos, el meollo donde hemos de
conduce la argumentación de Moyal-Sharrock a buscar el significado, no ya de nuestras palabras
la proclamación de una forma de vida humana, o de nuestras acciones, sino de nuestros gestos
digamos general, en oposición a formas de vida más básicos de dolor, ¿tiene sentido prescindir
no humanas10 . Pero eso es peligroso, veamos de las diferencias culturales, y hablar de una
por qué. forma de vida general, de la que participan to-
Si de lo que se trata es de defender que dos los seres humanos? De ese error, quizá, par-
se puede hablar de forma de vida allí donde no ticipen nuestras ciudades, y sus arquitecturas.

8 Ludwig Wittgenstein, Remarks on the Philosophy of Psycholo-


g y, Oxford, Blackwell, §689.
9 OC, §287. 11 Ibíd., p. 28.
10 Danièle Moyal-Sharrock, “Wittgenstein on Forms of 12 Ludwig Wittgenstein, Philosophical Investigations, Part II
Life, Patterns of Life, and Ways of Living”, Nordic Wittgens- (Philosophy of Psychology –A Fragment), Oxford, Wiley-
tein Review [Online], (2015): 32. Web. 12 Nov. 2017. Blackwell, 2009, §345.

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EDIFICAR FORMAS DE VIDA. WITTGENSTEIN Y SLOTERDIJK PARA LA INTERCULTURALIDAD

2. LA CIUDAD ELUSIVA Mediante la proyección de esa forma de


vida humana general la ciudad elude responsa-
Utilizaré la pregunta acerca de si existe una bilidades, se implantan valores que se espera se
forma de vida humana general como punto adopten como congénitos, se amparan determi-
de partida para enfocar el concepto de ciudad nados comportamientos y costumbres. Pero esa
elusiva. Pero primero delimitaré qué entiendo forma de vida general no es más que una ilusión,
por elusión. La tercera acepción de la Real Aca- pues lo dado nunca puede ser impuesto. Por mu-
demia de la Lengua define el verbo “eludir” como cho que nos acerque la biología, no cabe hablar
“no tener en cuenta algo, por inadvertencia o de una forma de vida humana. Lo biológico no
intencionadamente”13. El imaginario colectivo existe sin la cultura. No comemos simplemen-
que es la ciudad occidental nos invita a imaginar te, sino que comemos esto y lo otro, y no aque-
una forma de vida humana general que admite llo, en un determinado momento, rodeados de
variaciones, y esa sombra homogénea se proyec- otras personas, con las que nos relacionamos en
ta sobre la vida de sus habitantes, limando las buena medida mediante parámetros estableci-
diferencias que encuentra a su paso, hasta que dos por convención, en un lugar en particular,
estas pasan desapercibidas. Ahora bien, ¿esta y un largo etcétera. En resumen, toda forma de
elusión sucede por inadvertencia o es intencio- vida está enraizada en una cultura y no puede
nada? Podría decirse que en parte se debe a las prescindir de los detalles que hacen que esta se
dinámicas de la propia ciudad. No obstante, se- erija como tal desde su idiosincrasia.
ría ingenuo no identificar una dimensión políti- No puedo evitar encontrar una seme-
ca en dicho dinamismo. Son las minorías las que janza entre hablar de una forma de vida hu-
sufren en mayor medida el peso de la sombra mana y la forma general de la proposición del
colectiva, corriendo, incluso, el peligro de diluir- Tractatus logico-philosophicus14 . La lógica que
se en ella. De este modo, también habría que te- rige la vida, los microcosmos de prácticas so-
ner en cuenta la primera y la segunda acepción ciales, plagados de valores y significados, que
de la RAE, “evitar con astucia una dificultad u dan sentido a nuestros comportamientos, es
obligación” y “esquivar el encuentro con alguien muy distinta a la tractariana, e imponer desde
o algo”. Ese dinamismo es astuto, y su astucia fuera de ella una identidad artificial solo puede
consiste precisamente en no hacerse notar, en contribuir a cosas poco deseadas, como la se-
parecer natural, espontáneo, innato. Y lo que se gregación, la ignorancia, la incomprensión o el
elude es una obligación con respecto a la diver- resentimiento. También me recuerda la idea de
sidad profunda, lo que se pone de manifiesto, una forma de vida general a esos grandes in-
en particular, en el tratamiento de los grupos versores ontológicos que fueron los arquetipos
minoritarios. Es un modo de soslayar, también, platónicos. Pues la forma de vida general pa-
una dificultad, de rehuir un problema, puesto rece comportarse como un ideal que todas las
que hacerse cargo de la heterogeneidad, en con- formas de vida concretas, es decir, las reales,
creto de la multiculturalidad, no es tarea fácil. las existentes, habrían de satisfacer. La ciudad

14 Ludwig Wittgenstein, Tractatus logico-philosophicus,


13 http://dle.rae.es/?id=EYvnKaM Madrid, Alianza, 2009.

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Carla Carmona

elusiva no deja otra posibilidad de existencia a más en la ciudad, sustituible, sino por aquello
otra forma de vida, es decir, a la(s) forma(s) de que lo hace singular, por su cultura, sea la nues-
vida concreta(s), que la del bárbaro. En la anti- tra u otra diferente. Pero sobre esto volveremos
gua Grecia el bárbaro era el extranjero, quien, en el siguiente apartado.
no hablando ni griego ni latín, solo era capaz de La ciudad elude mientras todo funciona,
un balbuceo incomprensible. En la misma línea cuando las cosas van bien, es decir, cuando no
se hallan la antropología y la etnología tradicio- hay conflicto. En cuanto existen conflictos, y
nales, con su atribución del término barbarie a se busca su solución, parece que la elusión deja
las sociedades “primitivas”. de tener cabida. Este enunciado general puede
Por el contrario, es preciso aprender a ilustrar el choque de formas de vida que pone
ver diferencias en aquello que llamamos casa, de manifiesto el occidentalismo16 que en las últi-
en lo que nos rodea más inmediatamente. Para mas décadas ha desembocado en ataques a dife-
ello también puede sernos muy útil la filosofía rentes ciudades occidentales, como París, Nueva
madura de Wittgenstein. Las Investigaciones fi- York, Londres, Barcelona o Madrid. No se debe
losóficas enseñan a ver diferencias, sirviéndose pasar por alto el que una de las manifestaciones
de ejemplos, contraejemplos, metáforas, pre- del occidentalismo sea precisamente la guerra
guntas retóricas y muchas otras herramientas. abierta contra la ciudad occidental. De alguna
No hay algo en común a todo lo que llamamos forma, la ciudad, con sus elusiones internas,
juego. Eso es precisamente lo que aprendemos sirve como metáfora de elusiones de otro rango,
si observamos atentamente todas esas cosas que sobrepasan las fronteras nacionales.
complejas que reciben esa denominación. En-
tre ellas no hay más que parecidos de familia,
y algunos mucho más estrechos que otros. Pero 3. LA DESCRIPCIÓN Y EL EJERCICIO
incluso el primer Wittgenstein insistía en la COMO ANTÍDOTOS
necesidad de despertar a lo ordinario, invitaba
al asombro para lograr ver allí donde no vemos Pero regresemos a la idea de que hemos de ver a
nada. Lo cotidiano parece adormilarnos, nos aquellos que nos rodean como por primera vez.
deja como anestesiados: allí donde no se espera Continuamente nos vemos entrando y saliendo
ver nada no se ve nada. Por eso es convenien- de edificios, de bloques de pisos de viviendas,
te hacer el ejercicio de ver el mundo como por de oficinas, iglesias o centros de salud. Nos
primera vez, y maravillarse ante su existencia, cruzamos con nuestros conciudadanos como
sentimiento que está detrás de aquello que fantasmas. Pero ¿qué pasa entremedio? Una
Wittgenstein denominó “lo místico”15. Detrás clave para averiguarlo quizá radique en descri-
de “lo místico” del primer Wittgenstein hay una bir los hábitos de nuestros vecinos, y de los que
forma de ver como. También hemos de maravi- un poco más allá habitan la ciudad como noso-
llarnos ante la existencia de nuestro vecino, y
verlo como por primera vez, no como una ficha
16 Por occidentalismo entiendo el concepto que Ian
Buruma y Avishai Margalit desarrollan en Occidentalismo:
Breve historia del sentimiento antioccidental, Barcelona,
15 Tractatus, 6.44. Península, 2005.

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EDIFICAR FORMAS DE VIDA. WITTGENSTEIN Y SLOTERDIJK PARA LA INTERCULTURALIDAD

tros. Describamos lo que vemos. Observemos No nos acomodemos en la explica-


en qué consisten sus costumbres, notemos los ción. ¿Acomodarse? Sí. Una explicación, de al-
detalles que caracterizan el comportamiento guna manera, pone punto final al ejercicio de
ajeno. Miremos, tomemos nota. Habría que observación. Expresiones del tipo “los chinos
retomar esos ejercicios que se nos pedían en son así y así”, simplonas por definición, nos
clase de lengua durante la educación prima- sacan de la cadena inagotable de descripciones
ria. Nuestras ciudades probablemente serían en la que nos veríamos envueltos de otro modo.
otras si estuviéramos versados en el arte de Wittgenstein prevenía del peligro de caer en ex-
la descripción. Reparemos, por ejemplo, en el plicaciones del tipo “esto es solo esto”17. Ade-
vendedor chino del pequeño comercio, tien- más de ser reduccionistas, eliminan el aspecto
da a la que por extensión, descuidadamente, de extrañeza de lo que nos rodea, hacen que ya
también llamamos “chino”, de la esquina de no nos pique el gusanillo de la curiosidad. Por
nuestra manzana. En el chino de mi esquina, el contrario, Wittgenstein invitaba a la práctica
por lo general, encuentro a la madre de fami- de la representación perspicua, lúcida, o visión
lia, o a la hija mayor, a menudo acompañada sinóptica, es decir, la comprensión que consis-
por su hermana pequeña, que controla todo lo te en “ver conexiones”18 . No seríamos justos si
que acontece en la tienda al tiempo que hace achacásemos el que un desconocido se dirija a
los deberes del colegio. Abren los domingos. nosotros con la palabra “amigo” exclusivamente
Nunca me las he encontrado en otra parte de a que quiera ganarse nuestra confianza con ra-
la ciudad, ni siquiera en las cafeterías de los pidez. Esa explicación dejará muchas cosas en el
alrededores, tomando una cerveza, un vaso de tintero. Habría que actuar prácticamente al re-
leche o un café. Advirtamos a los vendedores vés, estableciendo todas las conexiones posibles
de pañuelos de papel que hallamos en los se- a partir de lo que vemos. Por ejemplo, observar
máforos, en los que apenas reparamos, a no ser que la palabra “amigo” no se pronuncia sin más,
que no logremos eludir el semáforo en rojo. En sino que va incorporada a una sonrisa, y a un
los peores días de calor todavía logran sonreír, comportamiento corporal, por lo general, des-
ya sean las diez de la mañana o las siete de la enfadado, espontáneo, incluso sincero. Tam-
tarde, incluso gastan bromas, y la primera pa- bién podemos relacionar este caso con nuestras
labra que nos dirigen suele ser “amigo”. Perca- experiencias pasadas, con las veces en las que
témonos de que la mujer rumana que a menudo hemos estado en esa situación, al otro lado de
encontramos sentada en la puerta del super- la ventanilla del coche, tanto cuando le hemos
mercado o de la panadería, a la espera de una dado unas monedas a nuestro interlocutor, ya
moneda, se mantiene tan fiel como le es posible fuera a cambio de los pañuelos de papel o de
a la vestimenta de su país, y que su sonrisa deja
entrever una serie de dientes de oro. Son patro- 17 Ludwig Wittgenstein, Lectures and Conversations on
Aesthetics, Psycholog y and Religous Belief, ed. Cyril Barrett,
nes que se repiten, no nos los tomemos como compilado de notas de Yorick Smythies, Rush Rhees y
excentricidades individuales. Caigamos en la James Taylor, Oxford, Basil Blackwell, 1983, III, 22.
cuenta de que son manifestaciones de formas 18 Ludwig Wittgenstein, Observaciones a La rama dorada de
de vida concretas. Frazer, Madrid, Tecnos, 1996, pp. 66-8, y Wittgenstein, Phi-
losophical Investigations, §122.

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Carla Carmona

la mera sonrisa, como cuando no se las hemos ineludible de la supervivencia en común. Esa es
dado, fuera por la razón que fuera, en concreto, la clave también de su concepto de antropotec-
con la reacción en cada caso de nuestro conciu- nia. Después de todo, detrás de sus polémicas
dadano. Incluso podemos comparar esa mane- y acaloradas apuestas por la ingeniería genéti-
ra de llamarnos “amigo” con el modo en que lo ca hay una moral de la autoelevación, donde el
hace un camarero al dirigirse a nosotros desde ser humano es presentado como el ejercitante
el otro lado de la barra de un bar, y esforzarnos por definición, pues, incluso para mantenerse,
por dilucidar en qué se asemejan y en qué se ha de entrenarse ininterrumpidamente. ¿Qué
diferencian. Y así podríamos continuar con tan- es lo que nos fuerza a cambiar de vida? En el
tas otras cosas, hasta llegar a representárnoslo año 2009, cuando se publicó la obra, la respues-
de la manera más completa posible. ta que dio Sloterdijk fue la crisis (económica)
Es cierto que el ritmo de nuestras ciu- global. En la actualidad, no obstante, cuando
dades no invita a detenerse en gestos que termi- estamos saliendo en parte de esa crisis, encon-
nan pasando desapercibidos en el entramado de tramos que el imperativo sigue siendo igual de
lo cotidiano. Pero precisamente por esa razón poderoso, pues la supervivencia solo puede lo-
deberíamos esforzarnos más y ejercitarnos con grarse en común, pero la barrera principal no es
ahínco, hasta llegar a ser tan exhaustivos como económica, sino de valores. Ya el objetivo no ha
nos sea posible en cada situación, y cuando nos de ser solo una economía globalmente sosteni-
resulte imposible, ser conscientes de que se tra- ble, sino una moral global sostenible, o, mejor,
ta de una limitación circunstancial por nuestra no nos olvidemos de Wittgenstein, habría que
parte, y repetirnos cuantas veces sea necesario lograr morales, sistemas de coordenadas de va-
que las cosas no son tan simples como parecen lores, globalmente sostenibles, en plural.
a primera vista. El mismo afán autosuperador está de-
Para entrenarnos en el arte de la re- trás de la no menos controvertida propuesta
presentación lúcida la segunda ética de Peter sloterdijkiana de renovación del sistema fiscal,
Sloterdijk podría sernos de gran ayuda. Me re- que considera esencial para la reavivación ética
fiero a las directrices a la búsqueda de la auto- de la democracia. No puede ser que los políti-
superación que caracterizan Has de cambiar tu cos solo tengan en consideración al ciudadano
vida19, obra que esboza una ética que poco tie- cuando llegan las elecciones y toca pagar im-
ne que ver con la burlona que se desprendía de puestos, que en ambos casos el ciudadano tenga
Crítica de la razón cínica20, amiga del quinismo un papel absolutamente pasivo, o que en el se-
de Diógenes, tan pasiva como individualista, gundo, para mayor escarnio, sea tratado como
enemiga, por tanto, de cualquier proyecto por un deudor. De la moral de la deuda a la ética de
el bienestar común. El giro ético del último Slo- la generosidad donante. Pues bien, ese paso que
terdijk, por el contrario, responde al imperativo Sloterdijk quiere que demos, necesita de otros
pasos similares, que sucedan al mismo tiempo,
19 Peter Sloterdijk, Has de cambiar tu vida: sobre antropotécnica, porque para que nuestras democracias se reavi-
Valencia, Pre-Textos, 2012.
ven éticamente es necesario que reconozcamos
20 Peter Sloterdijk, Crítica de la razón cínica, Madrid, Siruela, la diferencia, y en ese sentido, que nos ejercite-
2003.

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EDIFICAR FORMAS DE VIDA. WITTGENSTEIN Y SLOTERDIJK PARA LA INTERCULTURALIDAD

mos como descriptores, y no solo como gene- ción y su enfoque de la funcionalidad. ¿Cómo
rosos donantes. Hay que ampliar el abanico de vivimos?, preguntaba retóricamente. Pues
ejercicios espirituales sloterdijkianos. construyamos de acuerdo a nuestra manera de
vivir. ¿Cómo nos sentamos? ¿Cuándo? ¿Para
qué lo hacemos? De maneras variadas, y a diver-
4. HACIA UNA ARQUITECTURA sas horas del día, durante extensiones de tiem-
INTERCULTURAL po diferentes, según la actividad de la que se
trate, como almorzar o cenar, reunirse por tra-
Cabe señalar que no me refiero a la arquitectura bajo o descansar. ¿Tiene sentido, entonces, que
que generalmente se asocia a lo multicultural. emperifollemos nuestros asientos hasta tener
El término a menudo se usa para denominar que modificar nuestra manera de sentarnos en
determinados centros que han de acoger dife- ellos, o la cantidad de tiempo que lo hacemos?
rentes formas culturales, como, por ejemplo, Quizá Loos pretendiese precisamente atender
diversas formas artísticas, o la reunión de ac- a la dimensión histórico-cultural del concepto
tividades varias, como comerciales, recreativas cuando en la Viena de 1908, acicalada hasta la
o culturales, por ejemplo, combinando en un saciedad con la reconstrucción de la Ringstras-
mismo edificio una biblioteca, una piscina y un se, a base de las técnicas de ornamentación de
supermercado. También se emplea en relación los estilos antiguos más dispares, defendía que
a construcciones que reúnen valores tradicio- aquello que caracterizaba al hombre moderno
nales y contemporáneos, como es el caso de la era la ausencia de ornamentación.
Agbaria House en Haifa, Israel, del estudio de Habría que procurar que nuestras ciuda-
arquitectura de Ron Fleisher Architects, que des no proyecten sobre quienes las habitan una
combina la arquitectura tradicional palestina forma de vida humana general, sino que, por
y la islámica con el modernismo. Tampoco me el contrario, supieran amparar en el continuo
refiero a la que Richard England ha procurado de lo que nos rodea las diferencias, los detalles
a Malta, esforzándose por mantener el cruce de por los que unas formas de vida se distinguen
épocas y civilizaciones que caracteriza el país. de otras. ¿Cómo puede la ciudad encauzarse
En “Reglas para construir en las mon- en la dirección de la multiculturalidad? Esfor-
tañas”, Adolf Loos llamaba la atención sobre zándose por ofrecer un lugar a la especificidad
la importancia de construir de acuerdo a unas cultural de nuestro vecino, como garantizando
condiciones de vida 21. En mitad de la monta- templos a todas las religiones. El breve ensayo,
ña austriaca los tejados han de diseñarse de ya clásico, de Charles Taylor, El multicultura-
tal manera que protejan de la lluvia y la nieve. lismo y la “política del reconocimiento”22, no ha
Nuestras arquitecturas también habrían de res- perdido, en absoluto, vigencia. No parece que
ponder a los aspectos biológicos y culturales del las minorías hayan igualado a estados y federa-
concepto de forma de vida. En esa clave habría ciones, como de manera utópica se aventuraba
que leer la lucha de Loos contra la ornamenta-
22 Charles Taylor, El multiculturalismo y “la política del
21 Adolf Loos, “Regeln für den, der in den Bergen baut”, reconocimiento”, Comentarios de Amy Gutmann, Steven C.
Der Brenner 4, 1 (1913): 40-1. Rockefeller, Michael Walzer y Susan Wolf, FCE, México, 1993.

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Carla Carmona

a afirmar Kisho Kurokawa con su filosofía de la existencia de diferentes formas de vida. Ese
la simbiosis hace un par de décadas23 . Qué sen- tipo de aceptación puede ser pasiva, e incluso
satas y necesarias son todavía estas palabras desembocar en la segregación, precisamente
de Taylor: por el énfasis puesto en la especificidad cul-
tural. La idea a rechazar sería la siguiente: ya
que somos diferentes, ya que pertenecemos a
“Es razonable suponer que las cul-
grupos culturales diferentes, es mejor que cada
turas que han aportado un horizon-
uno vaya por su lado, así no habrá posibilidad
te de significado para gran cantidad
de conflicto. Esa separación probablemente
de seres humanos, de diversos
conduzca a la desigualdad, pues será la mani-
caracteres y temperamentos, du-
festación cultural minoritaria la que quedará
rante un largo periodo –en otras
aislada. Por el contrario, la arquitectura de
palabras, que han articulado su
nuestras ciudades debería favorecer el diálogo
sentido del bien, de lo sagrado, de
y la interacción activa entre dichas manifesta-
lo admirable– casi ciertamente de-
ciones culturales, procurando de ese modo el
ben tener algo que merece nuestra
intercambio cultural, el conocimiento de otros
admiración y nuestro respeto, aun
sistemas de valores y la comprensión de la cos-
si este se acompaña de lo mucho que
movisión ajena. Esto ha de hacerse atendiendo
debemos aborrecer y rechazar.” 24
tanto a las diferencias como a las similitudes
entre las diferentes formas de vida. Incluso para
Taylor planteó el reconocimiento como una ne- comprender las diferencias, hemos de partir de
cesidad humana vital. Pero ¿y si las dinámicas aquello que tenemos en común con el otro, solo
de nuestras ciudades dificultan ese reconoci- así conseguiremos poder relacionarnos con lo
miento? Si aplicamos sus ideas al ámbito de la que le singulariza sin que esa especificidad le-
arquitectura, podríamos concluir que una ma- vante un muro insalvable entre nosotros.
nera esencial de reconocimiento de una forma Para conseguir una arquitectura inter-
de vida es concederle lugares dignos en nuestras cultural y no quedarse en el estadio meramente
ciudades. Habría que fomentar una arquitectura multicultural, no creo que se deba pasar por el
procuradora de lugares para las diferentes for- abandono de la identidad cultural que nos es
mas de vida que cohabitan la ciudad, y construir característica. En ese sentido, difiero de Ana
así para el reconocimiento transfronterizo. María Guasch, de su acercamiento de lo inter-
Mi propuesta toma posición en el deba- cultural a lo transcultural, con vistas a alejar el
te entre multiculturalismo e interculturalidad. primer término de lo multicultural 25. Es cierto
No basta con construir para poner de relieve que la aceptada cohabitación de diferentes gru-
pos culturales bajo el mismo marco de ciudada-
23 Kisho Kurokawa, Intercultural Architecture: The nía no es suficiente, pero la solución no radica
Philosophy of Symbiosis, Londres, Academy Editions, 1994,
p. 10.
25 Ana María Guasch, “Lo intercultural entre lo local y lo
24 Taylor, El multiculturalismo y “la política del reconocimiento”, global”, Actual Divulgación: Revista de la Dirección de Cultura y
p. 106. Extensión 71 (2010): 46-47.

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EDIFICAR FORMAS DE VIDA. WITTGENSTEIN Y SLOTERDIJK PARA LA INTERCULTURALIDAD

en superar las diferencias culturales mediante parte nuestro exotismo se debe a nuestra espe-
la promoción de la subjetividad individual. La cificidad como individuos, pero de igual modo
antigua dicotomía identidad-diferencia que en parte esa exoticidad nuestra es consecuen-
Guasch desea dejar atrás apelando a la po- cia de nuestra idiosincrasia cultural, que de
tenciación de las subjetividades, bien podría algún modo posibilita la anterior. No creo que
enfocarse desde la dimensión dialógica de la tratar de hallar la universalidad compartida en
identidad humana. la subjetividad, como propone Guasch 28 , haya
Volvemos a Taylor: nuestra identidad no dado suficientes frutos. Después de todo, si algo
es algo que brote de nuestro interior, sino que se ha potenciado la modernidad es el valor de la
construye a partir de la interacción y el diálogo subjetividad, en particular en las ciudades oc-
con los otros26 . Y esto sucede tanto a nivel per- cidentales, y ya está visto que la segregación y la
sonal, incluso íntimo, como a nivel de pueblo. falta de interacción entre culturas es la moneda
Taylor, haciendo uso de Herder, nos recuerda de cambio en buena parte de las sociedades con-
que los pueblos también han de ser fieles a sí temporáneas, como es el caso de la española.
mismos, a aquello que los caracteriza. En este Quizá la mejor forma de universalidad compar-
sentido, cabe recordar que ser fiel a mi origina- tida sea el horizonte de la comprensión abierta
lidad es también ser fiel a mi cultura, pues parte a la diferencia, tanto individual como cultural.
de mi singularidad se debe precisamente a esta Entonces ¿cómo construir para la in-
última, aunque yo la actualice de un modo que terculturalidad? Habría que concebir edificios
es exclusivamente mío. Es más, cabría esperar capaces de recoger formas de vida diferentes,
que mi modo de actualizarla esté en el abanico pero sin la pretensión de fundirlas, de limar sus
de posibilidades abierto por mi propio horizon- diferencias, sino de favorecer el diálogo, herra-
te cultural, de tal modo que si perteneciera a mienta imprescindible para la feliz convivencia
otra cultura puede que esa posibilidad ni si- en común. Podríamos aprender de los lugares
quiera se me plantease como tal, puesto que el en los que en mayor o menor medida ya se con-
movimiento que es posible en mi juego cultural sigue. Por ejemplo, cada vez más aeropuertos
probablemente no fuera una jugada posible en cuentan con capillas multi-confesionales. No
ese otro hipotético juego cultural. Mi modo de obstante, lo que mejor puede instruirnos es el
ser fiel a mí mismo, de ser fiel a mi originalidad, espacio público de acceso abierto. Piensen en
implica la fidelidad a mi cultura. mercados, parques infantiles, plazas, parques o
La idea de Guasch de que todos somos ramblas como paradigma de la interacción de
exóticos27 tiene su encanto, pero pensar que formas de vida diversas. Una medida podría ser
aquello que nos hace exóticos a todos y cada impulsar la creación de nuevos espacios públi-
uno de nosotros sea nuestra idiosincrasia indi- cos y favorecer el buen mantenimiento de los
vidual peca de reduccionismo. Es cierto que en ya existentes, de manera que se garantice que
todos los grupos sociales tienen acceso a ellos y
26 Taylor, El multiculturalismo y “la política del reconocimiento”, los pueden disfrutar en pie de igualdad. No ha-
pp. 51-2.
27 Guasch, “Lo intercultural entre lo local y lo global”,
p. 47. 28 Ibíd., 47.

— 24 —
Carla Carmona

bría que construir templos para cada forma de en la Raum der Stille de la Puerta de Brande-
vida, sino templos, particularmente profanos, burgo o en la Meditation Room de las Naciones
para ser habitados por todas ellas, espacios para Unidas, donde se hablase, se discutiera y se de-
la convivencia, la reflexión y el intercambio in- batiese mucho. Pero esa tarea le corresponde al
tercultural, pero, al contrario de lo que sucede arquitecto.

— 25 —
HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO
(HOMO ELUDENS)

Juan Luis Moraza

“If the present planting of humanity upon Spaceship Earth cannot com-
prehend this inexorable process and discipline itself to serve exclusively
that function of metaphysical mastering of the physical it will be dis-
continued, and its potential mission in universe will be carried on by the
metaphysically endowed capabilities of other beings on other spaceship
planets of universe.” Buckminster Fuller (1963) Operating Manuals
for Spaceship Earth.

En el presente, la tierra es una gota de agua re- realidad, formas invertidas de nuestras incapa-
llena de fuego y rebosante de organismos. Aun- cidades orgánicas. Pese a nuestra insignificancia
que pertenecemos al pequeño 0,001% de seres biológica, o precisamente por ella, los humanos
pluricelulares, nuestro cuerpo está también hemos adquirido un paradójico poder sobre los
plagado de millones de microbios, de los cuales acontecimientos planetarios. Hemos tenido
muchos no son pasajeros parásitos, sino aliados que reconocer nuestra responsabilidad en la
esenciales para los procesos orgánicos. El cuerpo inauguración de un nuevo periodo geológico: el
humano es en realidad una colonia superpobla- antropoceno1 se caracteriza por el impacto de
da y descentralizada de la que ignoramos casi las actividades humanas sobre los ecosistemas
todo, a pesar de la ilusión gubernamental que humanos. Esta influencia proviene tanto de la
nos crea nuestra consciencia. Y es, además, un explosión demográfica como de las formas de
proceso de intercambios de materia, energía e vida que se fueron desarrollando desde que el
información. Somos ambiente, sociedad biológi- sapiens monopolizó el destino del planeta: creci-
ca. Y creamos sociedades para vivir, sean clanes, miento exponencial del consumo de energía, de
pandillas, aldeas o metrópolis. Los desarrollos agua, de los transportes de materia y de perso-
técnicos y cooperativos, habrán compensado y nas, de las telecomunicaciones, del uso de ferti-
retroactivamente habrán incrementado la pre-
cariedad orgánica del cuerpo humano, frágil,
1 Steffen, W.W. Broadgate, L. Deustch, O. Gaffney &
débil, prematuro... todas nuestras capacidades Luwdig, C.: “The Trajectory of the Anthropocene: the
intelectuales, emocionales y técnicas, son, en Great Acceleration”. The Anthropocene Review, 16 de
Enero de 2105.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

lizantes, de producción de bienes, la pérdida de cooperativo (assesor2) y responsable (suadens),


biomasa en los océanos y en el manto terráqueo, gozaba de una vida opulenta, no idílica, pero
la destrucción de ecosistemas y la extinción de sí plausible. Vivía en pequeñas comunidades
especies, el debilitamiento de la capa de ozono, errantes, recolectando, cazando, imaginando
junto al aumento de la temperatura de los océa- interpretaciones sobre el mundo, y establecien-
nos y sus consecuencias climáticas, y un creci- do correspondencias simbólicas y valores3. Para
miento también exponencial de los índices de ellos, el planeta era un fascinante y sospechoso
dióxido de carbono, de metano, de la acidifica- ser inconmensurable del que se sentían criatu-
ción del océano, y en general de la degradación ras, y del que obtenían su saber y su gratitud. Su
de la biosfera. Son las consecuencias del éxito conciencia de límite era efecto de la fragilidad
de la vida humana y las causas de su fracaso. de su equilibrio dentro de las redes de compe-
Los destinos de la humanidad no habrán sido titividad y cooperación entre especies. Seguía
menos desalentadores que los del planeta que siendo una más entre ellas.
explotan: Los índices de bienestar jamás han La riqueza de esa forma de vida, habría
sido tan cuantificables, pero, desde luego, no be- permitido una prodigalidad demográfica que
nefician a todo el mundo. El 1% de los humanos conducirá al establecimiento de asentamien-
tiene tanto patrimonio como el 99% restante, y tos estables, una explotación intensiva de los
un 20% de la población consume el 80% de los recursos –que incluye la intensificación produc-
recursos planetarios. Incluso en los países más tiva mediante la agricultura, la ganadería y la
desarrollados, son apreciables altos y crecientes industria–, junto a la necesidad de la acumula-
índices de desigualdad social y explotación, una ción, conservación y defensa de los bienes y del
dudosa calidad de la alimentación y del agua, propio territorio. La dieta comenzará entonces
una proliferación de enfermedades provocadas a ser menos diversificada, causando nuevas en-
por inventos humanos y sus formas de vida, mo- fermedades, menor tiempo de descanso, mayor
vimientos de inmigración forzosa. Y los proce- la dependencia de factores ambientales…
sos de adaptación a los sistemas artificiales de la En ambientes más seguros y previsibles,
vida contemporánea, son mucho más exigentes las capacidades mentales se desenfrenan des-
y tortuosos que los necesarios para adaptarse velando sus disposiciones creativas y sus res-
a un entorno natural. El balance ni siquiera es quicios más oscuros. La consciencia, como una
positivo para el poderoso explotador. existencia paralela a la vida, acabará polarizan-
do el saber hacia una razón instrumental, con-
forme la huida de la dificultad se transforma
0,1. HOMO ELUDENS, URBE ET ORBE en un impulso de poder sobre lo real, conforme
(LA CIUDAD CONTINUA) esquiva la deficiencia biológica convirtiéndose
en dominio cultural. El sapiens deviene homo
Cuando el sapiens (-165.000) incluyó entre sus
capacidades el arte, inauguró la revolución cog- 2 Cfr. Castro Nogueira. L., L., M.A. (2008) ¿Quién teme a la
naturaleza humana? Madrid. Tecnos.
nitiva del sapiens sapiens (-70.000): activo y con-
templativo, juguetón (ludens), versátil (creans), 3 Mithen, S. (1996) Arqueología de la mente. Barcelona.
Mondadori.

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Juan Luis Moraza

ig. 2. James Gillray (1805) The Plumb Pudding in Danger.

eludens (-12.000/+2000). El uso (instrumental) de roles sociales estables, incluso hasta conver-
y el sentido (simbólico), son dos técnicas con- tirlos en hereditarios, y para ello, la institución
trafactuales4 de eludir la precariedad orgánica. de sistemas simbólicos que determinen las di-
Esta involución neolítica inaugura la lógica de ferencias y legitimen las jerarquías. Todo ello
la especialización: tanto la percepción como la incrementará el poder de producción y predic-
conducta se parcelan; se produce una desinte- ción, a cambio de sacrificar la integración del
gración cognitiva que permite un crecimiento saber, y convertirlo en poder. Por primera vez,
funcional de la parte, a costa de un debilita- armas de guerra, ejércitos, poseedores, vasa-
miento del todo; de las particiones del siste- llajes, trabajos forzados, instrumentalizarán
ma nervioso surgirá la escisión (science) entre la capacidad de cohesión social del orden sim-
pensar y actuar, creando mundos imaginarios bólico, para organizar las primeras y comple-
y segregando el habla de la experiencia, y el ser jas sociedades preestatales. Así habrá surgido
del enser. Y como consecuencia, se intensificará la ciudad, como paradójica antropogénesis del
la división del trabajo, la fijación de identidades homo eludens (fig. 2).
–de especie, sexo, raza, clase–, la determinación Desbaratada la eficacia de los ecosiste-
mas del sapiens, la artificialidad de la forma de
4 Scarry, E. (1987) The Body in Pain. Oxford University Press vida urbana aspira a una restitución integra-

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

Fig. 1. Representación gráfica de satélites y sus escombros orbitando. Se ha aumentado el tamaño de los satélites para favorecer la
visibilidad de su expansión planetaria, pero no se aumentado su número. Créditos: ESA.

dora, pues debe sustituir el orden natural por desarrollo de la ciudad; recíprocamente, la ciu-
un sistema creado de interacciones. Desde las dad misma es una condición de existencia para
primeras ciudades de unos pocos miles de ha- esas tecnologías de gobierno: la construcción de
bitantes, hasta las grandes megaciudades de esas infraestructuras y la organización de esas
decenas de millones, la ciudad es cuna (civis) redes, a través las energías, los instrumentos
de múltiples formas de vida, y red (urbs) de co- y las relaciones de producción e intensificación
nectividades estables cuya definición territorial del trabajo, así como los mecanismo y rituales
excede su perímetro catastral, para incluir to- de distribución y redistribución, organizan la
dos los flujos de suministros y tránsitos, causa sociedad en su conjunto. La intensificación de
y consecuencia de la especialización funcional, la producción (capitalización de los excedentes),
sin los cuales colapsaría de forma inmediata. y estimulación de la reproducción (demogra-
La producción de bienes y suministros, fía), se determinan y legitiman recíprocamente
las infraestructuras de transporte de personas como vector de desarrollo urbano. El progreso
y de mercancías, las redes de comunicación, los lógico de esta entente es la hiperrealización de
sistemas de gestión y administración no han la ciudad en una sola ciudad planetaria, expan-
sido sólo tecnologías imprescindibles para el

— 30 —
Juan Luis Moraza

dida, continua 5 . Desde las sociedades rurales reproductivo, a la concentración urbana y a la je-
hasta las “sociedades del conocimiento”, el rarquización social. Cuando las técnicas huma-
tránsito de la revolución agrícola a la revolu- nas –agricultura, ganadería e industria– creen
ción tecnocientífica, es continuo. La morfogé- crear productos de la nada6 , más bien explotan
nesis de la ciudad habrá supuesto un proceso el medio a un ritmo superior a la regeneración,
simultáneo de concentración urbana –en in- incrementando una deuda biológica que irá cre-
gentes megalópolis–, y de expansión planeta- ciendo exponencialmente conforme se instaura
ria –en una urbanización extensiva–. La ciudad la ciudad planetaria. La explotación intensiva y
continua expande su concentración como un acelerada, elude la rebiogeneración, la restitu-
moho colonizador y sus redes de interrelación ción a la naturaleza. Cada mejora instrumental
como telarañas cada vez más tupidas (fig. 1). El dentro de esta urbanización planetaria habría
perfeccionamiento y la expansión universal de incentivado una sobrepuja medioambiental
los sistemas de conexión y transporte (de ma- y social que conlleva nuevos y crecientes pro-
teria, energía, información y personas) hacen blemas, que conducen inexorablemente al ago-
disminuir la escala del planeta, fortaleciendo el tamiento de la biomasa y a la disminución de
imaginario de una ciudad total. Los satélites y la eficiencia productiva. La Comisión Mundial
las redes de comunicación y conexión, los asen- sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (Co-
tamientos industriales, los centros de investi- misión Brundtland: ONU, 1987), pensando en
gación y conservación, la velocidad y eficacia la posibilidad de un “desarrollo que asegure
en los desplazamientos no dejan ningún lugar las necesidades del presente sin comprometer
sin cobertura, sin noticias, sin informaciones, la capacidad de las futuras generaciones para
sin intereses, como si no existiera un “afuera” enfrentarse a sus propias necesidades”, definió
de la ciudad, un área del planeta ajeno a esa la sostenibilidad de acuerdo a la articulación
urbanización extensiva. Incluso las zonas más entre tres factores: ecológico (preservación
rurales o los territorios más inhabitables (por medioambiental), económico (progreso eco-
su temperatura, presión, altitud o condiciones nómico), y social (Derecho, Justicia y redis-
bioquímicas), contienen núcleos habitacionales tribución). Asumir esta noción supondría una
y forman parte de la red de intercambios cons- transformación profunda de las políticas nacio-
tituyentes de la ciudad. nales, y de las economías internacionales, más
allá de soluciones regionales. Pero el discurso
Teóricamente, el camino más fácil para sobre el “desarrollo sostenible” no ha sustitui-
alcanzar una nutrición de alta calidad, una vida do al discurso del desarrollismo, sino que lo ha
prolongada, vigorosa y plácida, libre de fatigas complementado, no sólo a través de discursos
y trabajos penosos, no consiste en aumentar la escindidos de las prácticas, convertidos en tes-
producción, sino en disminuir la población y la timoniales legitimadores, sino también a través
dimensión de las comunidades. Pero la intensi- de fórmulas de solución parciales, desplazadas
ficación productiva es correlativa al crecimiento a nuevas ecoindustrias tecnológicas, y conver-

5 Cfr. Bueno, G. (1989). “Teoría general de la ciudad”. Rev. 6 Cfr. Fukuoka,M. (2011) La revolución de una brizna de paja.
ABACO. Nº 6. Oviedo. Teruel. Ecohabitar.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

tidas en una “estética de la sostenibilidad” a la la inversión corrige el deterioro ocasionado por


que se aplican arquitectos y urbanistas. La es- el propio sistema que la produce7. La economía
pecialización hace que cada aspecto se trate de dineraria existe ya como flujo de capital total-
forma aislada, como si la producción industrial mente independiente del mundo material de
fuese independiente de la gestión de residuos, los bienes y las propiedades del mundo: existe
como si la macroeconomía financiera fuese ino- un flujo dinerario más de cuatro veces superior
cente respecto a la redistribución social, como al valor total del territorio entero del planeta
si los efectos pudieran tratarse sin ocuparse de incluyendo todos los bienes materiales, natura-
sus causas. les y artificiales que contiene. De hecho, serían
Si la ciudad continua es la realización necesarios más de siete planetas para mantener
extrema de la forma de vida urbana, se hace las formas de vida de los Emiratos Árabes, seis
cada vez más incuestionable que la ciudad es para las de Estados Unidos, más de dos para las
insostenible. Es la cantidad de vida tanto como formas de vida europeas, y sólo los países del
el tipo de vida lo que provoca la insostenibili- tercer mundo mantienen formas de vida para
dad medioambiental, económica y social. Es la las que es necesario menos de un planeta. Aun-
connivencia entre la estimulación demográfica que la ciudad continua es administrada por una
y el desarrollismo productivo. El homo eludens economía imaginaria, sus efectos son reales.
elude sus responsabilidades sociales, económi-
cas y medioambientales; no se comporta como 0,01. CIUDADANÍAS (ARQUEOLOGÍA
uno más dentro de la gran sociedad planetaria DEL PODER)
(gaia); asume el estatus de jefatura, de gestión
impune. Es la lógica del plus-valor, que elude la La ciudad ha sido la condensación máxima de
redistribución. Si la economía es la ideología de las utopías antiguas, clásicas, modernas, y con-
la ciudad continua es precisamente porque se temporáneas: la fantasía de la cultura frente a
basa en una distribución (nomos) desigual, dife- la naturaleza, del poder del orden frente al caos,
rida indefinidamente, en una eco(a)nomía. Es, que conecte lo particular con lo universal, de la
en fin, la voluntad de poder, instituida en la ciu- Razón sobre la barbarie, la ilusión de una so-
dad planetaria y su economía financiera. Pero cialidad donde conviven intereses en conflicto
la sostenibilidad de los sistemas físicos sobre Fascinante, terrible, temible, gloriosa, la
los que se organiza la vida humana (sistemas historia de la ciudad es la historia de la mente
agrarios, industriales, urbanos) depende de la humana. Recíprocamente, la psicología huma-
posibilidad que tienen de abastecerse de recur- na es la historia de su socialidad, de sus vín-
sos y de deshacerse de residuos, así como de su culos simbióticos o parasitarios con sus otros.
capacidad para controlar las pérdidas de calidad La idea de democracia planteó la cuestión del
(tanto técnica como ambiental y social), aun- origen y el fundamento de la ley, inaugurando
que la lógica financiera de la ciudad continua el espacio propiamente social, ajeno a instan-
se sustenta en la fantasía de un flujo indefinido cias de legitimación descendentes, sobrenatu-
de recursos e inversiones: en el mundo físico, es
inviable la fantasía de un flujo circular en el que 7 Cfr. Odum, H.T. (1980) Ambiente, energía y sociedad.
Barcelona. Blume.

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Juan Luis Moraza

rales, extrasociales. Pero la institución de la propiados de su condición autorial, se aprecian


ciudadanía habrá comprometido una forma como materia prima, o como obras u obreros,
social sustentada sobre una violencia funda- insignificantes, instrumentales, sacrificables.
cional, excluyente, mediante un doble discur- Para los terrestres no humanos, el de-
so: el discurso del derecho sin responsabilidad sarrollo de la ciudad ha supuesto un proceso
(autos-tautos), que corresponde al poseedor; y intensivo de degradación desde su condición
el discurso de la responsabilidad sin derecho, paleolítica divina a su mecanización genética.
que corresponde al desposeído. Mediante esta Queridos o repudiados, protegidos o persegui-
razón instrumental, el homo eludens niega las dos, los habitantes de la ciudad destinados a ser
interacciones que le constituyen como sujeto, compañeros o materia prima, víveres o plagas,
enfatizando sus atribuciones como artífice; es- comparten un destino. Todo tipo de organismos
quiva así su responsabilidad y reduce su autoría se crían, se adiestran, se montan, se purgan, se
a una autoridad técnica sobre su artificio. Pero matan, se confeccionan, se comen, en canti-
la autoría (augere) viene definida, precisamente, dades ingentes. Y sin ellos, la ciudad humana
por el compromiso de respuesta, esto es, por la colapsaría instantáneamente. De acuerdo a es-
socialidad. La verdadera condición antropológi- timaciones bajas, 345 millones de animales de
ca de la ciudadanía es una sociedad de autores, granja y 150 millones de peces mueren al día,
una sociedad de socios que gestan y gestionan lo que anualmente supone unas cifras de sacri-
todo aquello que les compete como ciudadanos. ficios que superan los 180 billones entre aves,
La polis incluye en su naturaleza nego- bóvidos, pollos, patos, cerdos, conejos, galli-
ciadora a los ciudadanos “apropiados”, tanto hu- nas, pavos, ovejas, cabras, búfalos, caballos,
manos (los autóctonos bajo ciertas condiciones camellos, perros y todo tipo de fauna fluvial y
de origen, raza, clase, rango)… como a seres no marina… una población estable muy superior
humanos pero sí personales que legitiman esas a la humana, cuyo destino sólo depende de su
formas de exclusión (dioses, númenes). La do- utilidad urbana, y de cuya devastación indus-
mus incluye bajo su dominio a lo inapropiado y trializada nos nutrimos.
excluido: los seres no humanos y no personales, Cuando el animal humano, sufre una
y seres humanos no autóctonos, bárbaros, víve- exclusión funcional de ciudadanía, Fig. 3. El
res-, así como a todo aquello que en lo humano índice de felicidad planetaria (Happy Planet
resulta inconveniente…). La vida del enser, la Index. New Economics Foundation. NEF) está
cosa8, es reducida a una forma de existencia diseñado para medir el desarrollo de los países
servicial, sometida a reglas de acción, a signi- en función de la expectativa de vida, la percep-
ficados. En cuanto tal, el enser es mecanizable, ción subjetiva de felicidad y el impacto ecológico
instrumental, sustituible, controlable, com- de sus formas de vida, además del PIB y el IDH
prensible, objeto de conocimiento y de uso. Así, de los países, para tomar en cuenta la sosteni-
forman parte de la ciudad una población muy bilidad, solvencia económica y el estado econó-
numerosa de habitantes sin ciudadanía, ex- mico en el que se encuentra cada país. Pero el
índice de felicidad en absoluto coincide con la
8 Cfr. Latour, B., Weibel, P. (eds). (2005) Atmósferas de la posición económica de los países en el mercado
democracia. Berlín. ZKM.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

internacional. Algunos países tienen un HPI Fig. 3. El índice de felicidad planetaria (Happy Planet Index.
bajo debido a las desigualdades sociales, falta New Economics Foundation. NEF) está diseñado para medir el
de derechos civiles y presencia de conflictos so- desarrollo de los países en función de la expectativa de vida, la
ciales, deficientes sistemas públicos de sanidad percepción subjetiva de felicidad y el impacto ecológico de sus
y educación, duras condiciones climáticas, o formas de vida, además del PIB y el IDH de los países, para tomar
incluso a una tendencia psicosocial a la baja au- en cuenta la sostenibilidad, solvencia económica y el estado
toestima, pero también a unas formas de vida económico en el que se encuentra cada país. Pero el índice
que conllevan un impacto ecológico negativo, de felicidad en absoluto coincide con la posición económica
sin conexión con la naturaleza, con escasos me- de los países en el mercado internacional. Algunos países
canismos de protección medioambiental y con tienen un HPI bajo debido a las desigualdades sociales, falta de
escaso uso de energías renovables. Esto explica derechos civiles y presencia de conflictos sociales, deficientes
que Países bien situados en la economía finan- sistemas públicos de sanidad y educación, duras condiciones
ciera, como Estados Unidos, compartan califi- climáticas, o incluso a una tendencia psicosocial a la baja
caciones muy pobres con países de economías autoestima, pero también a unas formas de vida que conllevan
depauperadas, como Burundi o Zimbaue. Diez un impacto ecológico negativo, sin conexión con la naturaleza,
de las once primeras naciones del índice 2009 con escasos mecanismos de protección medioambiental y con
están en Centroamérica y el Caribe. En los once escaso uso de energías renovables. Esto explica que Países
primeros lugares figuran: Costa Rica, Colombia, bien situados en la economía financiera, como Estados Unidos,
Venezuela, República Dominicana, Guatemala, compartan calificaciones muy pobres con países de economías
Vietnam, Paraguay, Cuba, El Salvador, Brasil y depauperadas, como Burundi o Zimbaue. Diez de las once
Honduras.tanto civil (vinculada a la libertad y primeras naciones del índice 2009 están en Centroamérica
los derechos de propiedad), como política (de- y el Caribe. En los once primeros lugares figuran: Costa Rica,
recho al voto y a participación), como social Colombia, Venezuela, República Dominicana, Guatemala, Vietnam,
(relacionada con los derechos de bienestar) 9 –, Paraguay, Cuba, El Salvador, Brasil y Honduras.
deviene homo sacer10. En esa situación de ser-
como matrimonios forzados, incluso compa-
vicio ilimitado, el habitante no puede negarse
tible con una ciudadanía nominal: pobreza,
a ser explotado, debido a amenazas, violencia,
desempleo e inseguridad social, arbitrariedad
coerción, abuso de poder, engaño o presión
penal, discriminación racial, sexual y religiosa,
familiar o cultural condiciones que suelen
desigualdad de oportunidades educacionales,
acompañarse de altos índices de desnutrición
diferencias de clase…
e insalubridad. Se estima que más de 2.000 mi-
Para los privilegiados ciudadanos, sus
llones de personas viven en una situación de
derechos comportan también sometimiento,
pobreza, y más de 45 millones, bajo condicio-
aunque mucho más suave, a la instrumenta-
nes de esclavitud funcional, que incluye tanto
lización cívica. El núcleo constituyente de la
trabajos forzados o en condiciones inhumanas,
sociedad urbana es la tensión dinámica entre
la ciudadanía –como forma de pertenencia y
9 Cfr. Marshall, T.H. (2007) Ciudadanía y clase social. apropiación–, y la subjetividad inasimilable a
Madrid. Alianza. ese programa. La sociedad del rendimiento in-
10 Cfr. Agamben, G. (2010) Homo sacer. Valencia. Pretextos. cluye entre sus excluidos a todos los sujetos. El

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Juan Luis Moraza

homo eludens, se convierte en su propio objeto El zoo humano 11 es el epítome de la


de poder, en energía fungible para la gran ma- servicialidad: en la ciudad de servicios, todo
quinaria urbana de alto rendimiento. contribuye al cumplimiento de los designios,

11 Cfr. Morris, D. (1974) El zoo humano. Barcelona. Plaza


y Janés

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

demandas y deseos de los ciudadanos. Recí- pública, tanto las corporaciones como las tec-
procamente, la vida de los ciudadanos es una nologías, están exentas de responsabilidades
contribución al servicio del funcionamiento, el sociales. Ofrecen servicios, pero no de forma
desarrollo y el crecimiento de la ciudad plane- desinteresada. A la tecnología se le presupone
taria. El mundo entero se habrá convertido, así, una neutralidad exenta de responsabilidad,
en un recurso que se presupone ilimitado y que pero convierte al usuario en su instrumento
existe sólo como objeto de explotación. La ciu- de desarrollo.
dad misma, el trabajo y la laboriosidad, el juego, La servicialidad de la máquina se extre-
el ocio, los deseos y las motivaciones, el orden ma en la inteligencia artificial, en la cibernéti-
y el desorden, la enfermedad y la salud, la vida ca aplicada al conocimiento y al control sobre
entera… es entonces un instrumento activo que la vida humana. Ciertamente, la complejidad
genera rendimientos financieros; una fuente de de esta ciudad planetaria es causa y efecto de
plus-valor, un medio y no un fin. una creciente delegación técnica en manos de
sistemas artificiales de computación y de pro-
La asimetría social entre los poseedores cesamiento que asumen cada vez más parce-
y los desposeídos no impide sino que confirma las de decisión. Los suplementos artificiales
la posición inerte que afecta también al pode- extienden las capacidades humanas al mismo
roso, así como la forma molecular en la que el tiempo que las reducen: las formas de organi-
poder se transmite desde cada individuo, inde- zación, cada vez más tecnificadas, desplazan los
pendientemente de su posición (fig. 3). Inclu- ámbitos de acción y decisión hacia mecanismos
so quienes ocupan lugares más privilegiados técnicos. Y la tecnificación de los útiles produce
dentro de los escalafones políticos, económicos una tecnificación de los sujetos. La falta de neu-
y sociales, están enredados en la lógica instru- tralidad, los límites orgánicos y psíquicos, re-
mental del rendimiento, del trabajo absoluto12. troalimentan la justificación de una delegación
Las clases sociales –dominante, trabajadora, de la formación de la ciudad en la jurisdicción
ociosa, creativa– siguen existiendo, pero com- de lo artificial. De acuerdo a una lógica de co-
parten una interiorizada lógica del poder. En nocimiento práctico y eficiencia productiva, la
cada escalafón, se reproduce fraccionalmente humanidad puede ser considerada incompeten-
una sumisión al empoderamiento, por lo que te en comparación con la precisión y la pureza
la reciprocidad imaginaria entre el poderoso y de la inteligencia técnica, y por tanto como algo
el desposeído, los exime, simultáneamente, de prescindible en el futuro de la ciudad.
responsabilidad y de derecho. Es una servicial Y mientras el Estado aún representa lo
omnimpotencia compartida. público, el carácter servicial de la corporación
es privativo, forma parte de una transacción
En la ciudad continua, el poder ya no es cuya plusvalía siempre escapa a lo ciudadano.
personal, ni siquiera estatal, sino corporativo El poder corporativo constituye una regresión
y cibernético. A diferencia de la administración social, predemocrática, ajena a la representati-
vidad social. Si el homo eludens se hiperrealiza
en la corporación, elusiva, supranacional la
12 Cfr. Moraza, J.L. (2016). Trabajo absoluto. A Coruña. MAC.

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Juan Luis Moraza

Fig. 4. La ciudad de las ofertas es un gran dispositivo de estimulación que representa el universo imaginario del ciudadano, una
autorepresentación social. (Negativo de Nueva York nocturno)

corporación se interioriza fraccionalmente en No se trata sólo de un poder coactivo,


cada individuo, convertido en una compañía: disciplinario, prescriptivo, ejecutado mediante
voluntariamente, cada ciudadano se convierte castigos, sanciones y signos disuasorios capaces
en una sociedad anónima, convirtiendo su vida de provocar miedo e inhibición. Tampoco se tra-
en una empresa: amorosa, amistosa, familiar, ta únicamente de un poder basado en la convic-
laboral, intelectual, experiencial El “YO S.A.”13, ción, implicativo, implantado mediante mitos,
agente de lo propio (idiotes), elude todo lo que creencias, sistemas éticos e ideologías, basados
esté exento de finalidad, e incluso el ocio, el des- en la persuasión consciente. La ciudad servicial
canso, la contemplación y el placer, se conside- de alto rendimiento se organiza mediante un
ran productivos. Socialmente, los ciudadanos poder inconsciente, seductor 14 , que se induce
se asimilan a unidades de legitimación, uni- mediante reclamos, ofertas, sugerencias, insi-
dades de financiación, unidades de consumo, nuaciones Se trata de una forma de institución
terminales o nodos de conexión, unidades de elusiva, de una colonización interna de carácter
formación, unidades de opinión. consumatorio, que convierte la espontaneidad

13 Cfr. Tom Peters, T. (1997) “The Brand called You”. N.Y. 14 Cfr. Fernández, M.L. (1998). Acción y opción: Laberintos.
The Fast Company. Bilbao. Universidad de Vigo.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

y la voluntad en hábitos convenientes, y gene- des, a los sueños, las esperanzas y los miedos de
rosidad de la oferta en una obligación a recibir. la población. Conforme más discutible resulta
No es un poder autoritario sino inteligente; no su legitimidad, tanto más sensuales, dúctiles,
doblega la voluntad de los ciudadanos, sino que plurales y polimorfas serán las estrategias es-
la atrae. El dominio interiorizado es la escala téticas y publicitarias que promueve...
más dinámica y definitiva del ejercicio de poder. La “desafección política” y las “políticas
de proximidad” se sobrepujan recíprocamen-
En realidad, la cultura se comporta te: Conforme mayor es el número de personas
como un parásito que coloniza a los incons- que toman conciencia de que forman parte de
cientes humanos que la han creado. La adqui- una sociedad que no les considera socios, y de
sición de ciudadanía supone la asunción de un la insostenibilidad (medioambiental, social y
contrato que promete comprensión y conviven- económica) de la formas de vida de la ciudad
cia a cambio de comportarse como si el mundo continua, tanto más poderosos se vuelven los
simbólico compartido se correspondiese con sistemas de inducción de opinión. Se trata de la
lo real, y como si lo imaginario fuese social, a inversa reciprocidad imaginaria entre lo públi-
cambio de renunciar a lo inasimilable del su- co y la publicidad. De la tensión entre la libertad
jeto. Mediante la fuerza de los modelos ima- de opinión y la asimetría de la influencia.
ginarios y simbólicos que organizan nuestra Los mecanismos ideológicos y esté-
consciencia y nuestra mente, opera de forma ticos de persuasión, propaganda y seducción,
imperceptible bajo el arbitrio de una suspen- permitirán que la legitimación popular sea
sión voluntaria del descrédito, de modo que los plenamente compatible con la persistencia de
intereses urbanos prevalecen sobre los de sus sistemas despóticos y desigualdades. Desde la
ciudadanos. La cultura inhibe o estimula cier- Revolución Francesa, la necesidad de creación
tos instintos, percepciones, emociones, pen- de opinión fue primero un objetivo político fun-
samientos y conductas. Como mecanismo de damental –desarrollado mediante convincen-
construcción del imaginario, habrá sido desde tes estrategias monumentales–, y más tarde en
sus inicios, un gran mecanismo de producción el objeto de un análisis intensivo de la subjetivi-
de opinión, instituyendo las leyes del miedo, la dad y la sociedad, de su valor productivo, y de su
esperanza, y el deseo, no en fases excluyentes fuerza legitimadora. Asumiendo la legitimidad
sino complementarias, acumulativas, super- del sujeto como agente de lo social, como autor
puestas. Escenificando allá la majestuosidad y de la cultura, la cuestión estriba en la posibi-
la potestad incontestable de lo absoluto, acullá lidad de condicionar al ciudadano, pues quien
la fragilidad sentimental de los valores familia- posea los medios de producción de opinión pú-
res; allá la inquebrantable lógica de la Razón y blica, detenta, de facto, el poder democrático.
del Método, acá la voluptuosidad de las utopías Pues en una sociedad basada en una legitimi-
de la sensualidad. De hecho, existe una relación dad popular, la subjetividad es el continente de
proporcional entre la crisis de legitimidad de un las exploraciones más incisivas, el gran recurso
sistema de gobierno y su necesidad de sistemas humano y fuerza de producción. Neurociencia,
estéticos sensibles a las pasiones, a las debilida- psicometría, sociometría, demoscopia, merca-

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Juan Luis Moraza

dotecnia, aspiran a comprender al consumidor, permite descomponer también la sociedad en


al trabajador, al ciudadano. De ahí que la ciudad particiones conductuales.
continua sea además un gran experimento so- En nombre de la seguridad, del conoci-
cial, un laboratorio teórico-práctico de investi- miento, o de la noble intención de proporcionar
gación destinado a una comprensión minuciosa bienestar al ciudadano, desde la segunda gue-
de la conducta y de la mente humana. Subyace a rra mundial, se habrán ensayado numerosos
estos ensayos una teoría mecanicista del sujeto, sistemas de análisis psicosociométrico. Desde
reducido a una condición reactiva que permita los clásicos sistemas de clasificación social, sos-
interponer estímulos para crear reflejos condi- tenidos en datos censales, encuestas o análisis
cionados: El homo eludens se convierte así en su de mercado –ACORN (Richard Webber), PIN
propio objeto de estudio y de dominio, conver- (Pinpoint Systems´s Mosaic de CCN), Superpro-
tido en mecanismo, en un complejo amasijo de files (McIntyre Marketing, PRINZM (Claritas
órganos y sistemas. Y su régimen presupone las Corporation), CLUSTERPLUS (Donnelly Mar-
emociones como recursos para incrementar la keting Resarch Bureau)– hasta los Big Data,
productividad y el rendimiento. que cuentan con sistemas de computación que
La ciudad, desde sus inicios neolíticos, procesan minuto a minuto las búsquedas, res-
hasta las metrópolis contemporáneas, ha sido puestas, reflexiones, imágenes, compras, de
un gran “teatro de procesos inherentes al po- cientos de millones de personas –SNA (Social
der” (Max Weber), una estrategia monumen- Network Analysis), Acxiom (Identity Resolu-
tal, psicopolítica 15 , que desarrolla políticas de tion and People Based Marketing), etc.– se ha-
proximidad, siempre orientadas a la implica- brán generado modelos de alta resolución sobre
ción del individuo -sus apetencias, sus pecu- la psicología personal y social. Gracias a las tec-
liaridades, sus deseos, miedos y esperanzas-. nologías implantadas en lo cotidiano, nuestra
Sean agentes comerciales, políticos, o educa- vida se reproduce totalmente en la virtualidad
tivos, las estrategias de inducción psicosocial de los datos. Y nuestros hábitos proporcionan
son similares, pues se sustentan en una teoría una representación muy exacta de nuestra per-
psicológica que parte de una drástica reducción sona, quizá más precisa que la imagen que te-
de la complejidad psíquica. El sujeto analizado nemos de nosotros mismos. Las clasificaciones
es descontextualizado de su vida y recontex- más simples incluyen factores fácilmente obje-
tualizado en el experimento, o en la consulta; tivables, como sexo, edad, circunstancias per-
O bien es rastreado en su contexto, mediante sonales como matrimonio, hijos, empleo, datos
poderosos sistemas informáticos implantados de consumo, ingresos, clase social, cantidad
en la telaraña de amplitud mundial -redes so- de miembros de la familia, uso de vehículo lu-
ciales, correo electrónico, whatsapp, compras gar donde se vive, personalidad, identificación
virtuales, búsquedas en la nube, etc. En ambas ideológica y religiosa, valores y actitudes perso-
circunstancias, la integridad del sujeto es some- nales y sociales Pero las más sofisticadas, pue-
tida a particiones funcionales y factoriales. Ello den clasificar las sociedades entre “necesitados,
supervivientes, luchadores, adaptados, integra-
dos, emprendedores, triunfadores, sociocons-
15 Cfr. Rau.A. (2010) Psychopolitik. Frankfurt. Campus.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

cientes, experienciales” (V.A. L.S., Values & sistemas promocionales proporcionan su auto-
Life Styles. Standford Research Institute); en- crítica, declarándose culpables de los crímenes
tre “emprendedores, materialistas y hogareños” de despilfarro económico colosal, de inutilidad
(Yankelovich, Clandy & Schulman), entre “so- social, de falsedad, de persuasión oculta, de ca-
námbulos, pontificadores, vivaces, virtuosas, talización de un culto adoración a la necedad,
lánguidas” (McCann Erikson), ocasionales, de segregación y de racismo, de pillaje, de crí-
habituales, compulsivos, dependientes, aho- menes contra la inteligencia, contra la paz civil,
rradores, buscadores de calidad, devotos de los contra el lenguaje, contra la creatividad17… pero
grandes descuentos, oportunistas, entusiastas, sólo para justificar una publicidad absoluta, ubi-
cuidadosos, defensores, exigentes, sofisticados, cua, indiscernible de la vida. El registro total de
rutinarios, pensadores, creyentes, cumplidores, la vida biológica (biopoder18), y personal (psico-
afectivos, sensoriales… En realidad, el ser ciu- política19) confirma que lo imaginario ha llega-
dadano comporta una simultaneidad de múlti- do al poder. Así, la urbanización planetaria se
ples formas de vida, una heterogeneidad única. corresponde con la colonización psíquica. Pues
Todas estas identificaciones estratégicas son el si la publicidad absoluta consuma el dominio
correlato de la individualización y la personali- en sus formas más poderosas e inconscientes,
zación. De hecho, algunas agencias condensan recíprocamente, el consumo es la realización
los datos de clasificación en retratos muy espe- extrema del dominio. Conforme la vida en su
cíficos, casi biográficos, novelescos, del posible totalidad es reconocida como factor productivo,
cliente objetivo. Así la agencia Smith Green- la ciudad deja de ser un asentamiento humano
land, para una campaña destinada a la pro- para ser una factoría lucrativa, una gran empre-
moción del whisky etiqueta negra de Johnnie sa dedicada al consumo del mundo.
Walker definió a un virtual Tony Giordano, “un
triunfador, un hombre que está en su camino 0,001. SUPLENCIAS (LA CIUDAD DE LA
ascendente [ ] tiene treinta y cuatro años, es EXPERIENCIA)
abogado, un sujeto para quien los negocios son
muy importantes. Quiere mostrar su éxito. Tie- La insostenibilidad de la ciudad continua hace
ne una gran casa, conduce un Mercedes. Viaja inviable el mantenimiento planetario de un
en coche a menudo. Es la clase de individuo que estado de bienestar. Pero debe continuar con-
si tiene que ir a Minneapolis, pero su hijo actúa siguiendo una implicación cívica para el mante-
en una función, iría, y después telefonearía a su nimiento del sistema urbano, pues la existencia
hijo después de la obra.”16 misma es el sector productivo por excelencia.
La publicidad ya no remite a una auto- Una vida aceptable en una sociedad de socios,
representación social (Kant, Habermas). En la supondría una alimentación suficiente y segu-
ciudad continua, la propaganda ni siquiera ne-
cesita mostrarse como publicidad: Los propios 17 Cfr. Toscani, O. (2001) Adiós a la publicidad. Barcelona.
Omega.

18 Cfr. Foucault, M. (2007), Nacimiento de la biopolítica.


16 Clark, E. (1989) Los creadores de consumo. Buenos FCE. Méjico.
Aires. sudamericana: p. 187. Cfr. Cfr. MEYERS, W. (1984)
Los creadores de imagen. Barcelona. Planeta 19 Cfr. Han, B.Ch. (2014) Psicopolítica. Barcelona. Herder.

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Juan Luis Moraza

ra, un trabajo digno, una vivienda estable, una la experiencia es tanto más fuerte cuanto se
convivencia libre, una participación real en las trata de efectos profundamente individuales,
decisiones que competen a su propio desarrollo incluso aunque se provoquen simultáneamen-
Pero lo único que puede ofrecer la ciudad con- te en miles o millones de individuos de forma
tinua es una representación multisensorial del instantánea. Las propiedades cuantificables de
bienestar. La industria de la experiencia 20 per- la calidad del producto y las condiciones mesu-
mite un desplazamiento de esos aspectos reales rables del bienestar –nutrición, salud, salubri-
hacia la oferta de experiencias sustitutorias, a dad, sanidad, seguridad, descanso, educación–,
través de un servicio extraordinario de goces se suplen en lo inconmensurable de la experien-
inducidos. El entretenimiento, la diversifica- cia –intensidad, fascinación, goce–. Pero son
ción de los productos de consumo, el universo calculables desde la programación estratégica,
sensorial de los sabores, los olores; los relatos, lo mediante tecnologías de estimulación. Y sus
miedos, las atracciones, las esperanzas suplen efectos pueden ser cuantificables en función de
las deficiencias de una alimentación no siempre los índices de consumo, inducido por factores
suficiente, ni nutritiva, ni exenta de venenos, ajenos a la experiencia misma. Esto permite el
unos trabajos no siempre decentes y cada vez florecimiento de una industria de simulacros
más exigentes, unas viviendas no siempre acce- sensoriales, emocionales y conceptuales, valo-
sibles y cada vez más costosas, y una socialidad rables únicamente en función de la satisfacción
que sustituye los vínculos por conexiones, unas subjetiva. La ciudad de la experiencia ofrece
formas políticas que degradan la participación una realidad aumentada. La vida es suplida por
a rituales escénicos sin repercusiones Los ser- vivencias suficientemente intensas y placente-
vicios ya no se dirigen al bienestar objetivo, ras, como para compensar cualquier deficiencia
sino a la inmediata sensación subjetiva de bie- en lo real. La vida queda diferida en un univer-
nestar: experiencias gastronómicas, artísticas, so imaginario-simbólico, tejido de sensaciones,
deportivas, lúdicas una “segunda vida” emociones y concepciones respecto a las cuales
el individuo se siente una instancia externa a
La fase final de los procesos de im- su propia vida. El acceso a lo real del mundo y a
plantación urbana supone la interiorización lo real del propio sujeto, queda obturado por un
definitiva de los impulsos del homo eludens, la imaginario hiperreal, instantáneo, que excede
colonización emocional de las experiencias. La la capacidad sensorial, la resolución, la com-
vida entera queda subsumida en una oferta de prensión y la capacidad de juicio. No se trata
estímulos satisfactorios, de signos de satisfac- de la experiencia vívida que refuerza la sub-
ción. El ”estado del bienestar” deja paso a la in- jetividad, sino la inmersión en un imaginario
dustria del sentir, que ya sólo debe garantizar sensible, susceptible, inconstante, influenciable
intensidades experienciales suficientemente Juegos y juguetes (infantiles y adultos, lúdicos,
gratificantes cuanto hagan innecesario el bie- competitivos, arriesgados o azarosos), dulces y
nestar. El efecto narcótico de la industria de drogas (desde las más clásicas a las más sofis-
ticadas síntesis químicas), y entretenimientos
20 Pine, J. and Gilmore, J. (1999) The Experience Economy. (desde los más mayoritarios a los más elitis-
Harvard Business School Press, Boston, 1999.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

deberá aumentar su rendimiento


en todas sus facetas vitales (fig.
4 bis). Así, el culto a la felicidad
compulsiva se infiltra en la vida
cotidiana tanto como en los pla-
nes estratégicos de las empresas,
considerada como una exigencia
de rendimiento21: Todas las face-
tas del ser humano, todo tipo de
emociones, asociadas a todo tipo
de vivencias personales, serán
consideradas como susceptibles
de mejora, y por lo tanto el indi-
Fig. 4 bis. Los lugares de trabajo pueden convertirse en centros de ocio. Y el ocio viduo podrá someterse al arbitrio
de los ejecutivos en una actividad programada por la empresa. Oficinas de Google y al adiestramiento de expertos,
en Zurich. terapeutas y fármacos.
Cada situación vital, cada
tas), distraen al sujeto de sus síntomas, de su
encrucijada, cada dilema, dispone de su propio
realidad. Por procedimientos físicos, químicos
tratamiento. Incluso las fricciones con lo real
o conductuales, eluden lo real de su deseo, de
devienen también capitalizables y espectácu-
sus causas, de su falta, de todo aquello que la
los: los trastornos personales, los conflictos
experiencia codificada colma y ocluye. Es el des-
sociales y las catástrofes naturales son oportu-
encadenamiento de un imaginario sin límites,
nidades. En la ciudad de la experiencia florecen
en tanto se experimenta como indiscernible de
la industria de la identidad, la industria de la
lo real y de lo simbólico.
emoción, la industria del desamor, la indus-
La ciudad continua remedia la vida
tria del dolor, la industria del sufrimiento, la
intensificándola para aumentar su valor: Todo
industria del riesgo, la industria del instante,
lo que contribuya a mejorar los rendimientos
la industria del aburrimiento, la industria de
y disminuir las deficiencias de atención, cons-
la guerra, la industria de la inseguridad, la in-
tancia, concentración y cansancio propiamente
dustria del desastre. La oferta contiene todo
humanas. En el ocio y en el negocio, en el tra-
lo imaginable, e imagina todo lo contenible.
bajo y en el descanso, se trata de aumentar la
Y el imaginario se estructura de acuerdo a
productividad, disminuir los índices de error,
esa oferta extensiva, omniposible. Sin falta,
eludir las emociones que pueden hacer peligrar
sin responsabilidad, sin exterioridad. Es una
tomar decisiones difíciles La experiencia ya
ciudad estupefaciente, narcótica, ficticia 22, su-
no es una discontinuidad subjetiva, sino una
vivencia inducida. La creación personal de sub-
21 Cfr. Spicer, A. y Cederström, C. (2010) The Wellness
jetividad, será absorbida en una gran industria Syndrome. N.Y. Polity.
de autorrealización imperativa. El buen ciu- 22 Cfr. Verdú, V. (2003) El estilo del mundo. Barcelona. Ana-
dadano, empresario de su propia existencia, grama.

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Juan Luis Moraza

rrealista 23, psicótica24 . Estimulante, fascinante, disociación cognitiva, por una escisión extre-
atractiva, en la que todos quieren vivir25 al pre- ma entre los discursos y las acciones, entre las
cio que sea, esto es, sin reparar en gastos, en emociones y los pensamientos, entre la percep-
sacrificios personales, corporales, emocionales ción y la emoción, entre una experiencia pre-
o ideológicos. Todo es posible, mientras quede sente y la siguiente. La integración cognitiva
alojado en la experiencia diferida: Los conflic- que articulaba (ars) las inteligencias natural,
tos sociales (guerras, altercados) y los conflictos social y técnica del sapiens, entremezclando
corporales (enfermedades, venenos, muerte), y en su forma de sabœr 27, un incipiente conoci-
los conflictos personales (desequilibrios, neu- miento inteligible con una experiencia sensi-
rosis, psicosis), se eluden en formas crónicas, ble. Contenía ya una doble disociación respecto
diferidas, desplazadas, inapreciables, sublima- a lo real: el delirio personal de lo imaginario, y
das, bien mediante su ocultamiento, o bien por el delirio social de lo simbólico. Los sistemas
su conversión en espectáculo. No es “el retorno culturales desarrollan, extienden, despliegan,
de lo real”, sino la conversión de la experien- justifican, los sustratos inconscientes, pero
cia traumática en capital. La deuda convierte también los ocultan, los desplazan, los pertur-
el mundo en un botín interminable, un paraí- ban. Y las tecnologías “extienden” las capaci-
so en la tierra en el que, como en unos grandes dades sensoras, computacionales y motoras del
almacenes, puedes disponer de cualquier bien cuerpo humano. Pero esas extensiones28 civili-
…mientras continúes teniendo crédito. Pues la zadas no sustituyen el fondo de barbarie, sino
lógica del desplazamiento y la sublimación, en que lo rehúsan y desarrollan.
realidad no modifica lo real de los conflictos. Somos primitivos de alto artificio. Nues-
tro cuerpo no sólo contiene millones de micro-
organismos. Contiene también la historia
0,0001. DISOCIEDADES (UN PRESENTE completa de la evolución. Nuestra experiencia
SIN AHORA) es el resultado combinado y no siempre arti-
culado entre diferentes actividades cerebrales
Si el sapiens surgió como consecuencia de una superpuestas que proceden de momentos evo-
precaria integración cognitiva, el homo elu- lutivos diferentes. El núcleo cortical de nues-
dens, hiperconsciente y servidor de sí mismo, tro cerebro sería la parte más antigua, similar
ha devenido un homo resapiens, un resabiado y en sus funciones al de un cerebro reptiliano,
enrevesado cibernántropo26 , afectado de una incapaz de anticipación, inhabilitado para la
memoria, que ofrece una experiencia instantá-
23 Cfr. Ramirez, J.A. (1983) Edificios y sueños (Ensayos sobre nea, hecha de automatismos relacionados con
arquitectura y utopía). Universidad de Salamanca. los aspectos más básicos de la supervivencia
24 Cfr. Perniola, M. (1997) “¿Hacia un realismo psicótico?”. -hambre, sed, saciedad, sexualidad, territo-
Rev. Mania: nº 3, 1997. Barcelona: 101-106.

25 Cfr. Florida, R. (2008) Las ciudades creativas. Barce- 27 Cfr. Moraza, J.L. (1999) a-S. Arte y saber. San Sebastián.
lona. Paidós ARTELEKU.

26 Cfr. Lefebvre, H. (1980) Hacia el cibernántropo. Barce- 28 Cfr. Hall, Edward T. (1972) La dimensión oculta. Madrid:
lona. Gedisa. Sgl. XXI.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

rialidad- una experiencia ávida, radicalmente funcional de ese paleocerebro 31, enriquecido
circunscrita a la inmediatez del instante y a la espectacularmente por el servicio ultracreativo
obtención unilateral de sus impulsos sin nin- y prospectivo del “neocortex asociativo”. Es la
guna apelación de vínculo social. Alrededor de cultura del homo æconomicus32, la “sociedad del
este cerebro primitivo, se encontraría un “cere- conocimiento”, en la que el saber mismo se ha
bro mamífero”, que rige los comportamientos convertido en investigación desarrollo e inno-
instintivos modificados por la experiencia, la vación. Es el imperio de la instantaneidad de la
memoria y los sentimientos, el parentesco, etc. experiencia, de la anticipación sin memoria, de
tan importantes en establecimiento cultural la obsolescencia programada, de la divergencia
de la familia, la empatía, el asesoramiento, la y la transgresión institucionalizada...
cooperación, etc.; Y finalmente, la parte más
reciente y fina, llamada el neocortex que está En la infinitud interna de un imagina-
especializado en la invención y la creatividad, rio absoluto, proyectado irracionalmente hacia
en el pensamiento divergente, la disociación y el futuro, impulsado a considerar sistemática y
la asociación de los datos de forma diferente y temerariamente lo bueno como enemigo de lo
en contextos diferentes a los originales. mejor, nuestros instintos pueden desbocarse
Tanto las percepciones como las conduc- en todas las direcciones posibles. Las manías,
tas personales, como las estructuras simbóli- las particularidades, las apetencias, las perver-
cas, las conductas culturales, y las formas de siones, pueden fluir sin restricciones éticas, ni
socialidad, estarán nutridas por la disociación morales, ni ideológicas, y cumplir sus fines de
del este cerebro tríuno29, especialmente agrava- forma unilateral. Una triple elusión, una desti-
da por el espectacular desarrollo funcional del tución de lo simbólico, una oclusión de lo real,
neocortex asociativo. La creatividad neoténica, y una reclusión en lo imaginario, suponen una
infantil, que incorpora esta tendencia disocia- fragmentación existencial que desintegra tam-
tiva, contribuye a una relativización de todos bién las diferencias sobre las que se sustentaba
los impulsos de cohesión, memoria, socialidad la urbanidad clásica y moderna: se vuelven in-
y Derecho, toda estructura simbólica, caracte- discernibles el trabajo y el descanso, el negocio
rísticos del cerebro mamífero, pero simultá- y el ocio, lo urbano de lo rural, la planificación
neamente desinhibe el poder pulsional, ávido, y el acontecimiento, el estado de Derecho y la
amnésico, individual y agresivo, del cerebro facticidad, el orden urbano y el desorden, las fi-
reptiliano. Recíprocamente, por influencia del nanzas y la vivencias, la necesidad y la fortuna,
cerebro reptiliano, la creatividad sin límites, la objetividad y el delirio, la templanza y la pa-
convertida en un fin en sí misma, deviene, para- sión, la empatía y la perversión: todas las facetas
dójicamente, una inercia 30, un automatismo. La de la vida, como en la psicología infantil, si-
ciudad continua es la expresión de la actividad
31 Cfr. Laborit, H. (1971). El hombre y la ciudad. Barcelona.
29 Cfr. MacLean, P.D. (1964). Man and his animal brain. Cairos.
Mod. Med. 32.
32 Persky, J. (1995) “Retrospectives: The Ethology of
30 Cfr. Moraza, J.L. (2012) El arte en la era del capitalismo Homo Economicus.” The Journal of Economic Perspectives,
cognitivo. Centro de Estudios Museo Reina Sofía. Vol. 9, No. 2: 221-231

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Juan Luis Moraza

Fig. 5. Bisociación entre las complejidades del cerebro (MacLean) y de la sociedad tríuna.

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

multáneamente indiscernibles y disociadas. La milan fácilmente lo inasimilable, sino que de


gerontocracia de las culturas clásicas deviene forma inexorable, lo capitalizan, lo convierten
paidocracia en las culturas postmodernas. en un elemento legitimador y productivo; de
En la ciudad continua, el sujeto se qué forma la destitución del imaginario social
disocia en una disgregación de experiencias, es sustituido por un imaginario individual; de
pulsiones y emociones, que se suceden aisla- qué modo, en fin, el “ultraindividualismo” (L.
das, como una serie de momentos especia- Ferry), o el “superindividualismo” (Bruckner),
lizados; en goces parciales, condenados a la no suponen en absoluto una afirmación del in-
obsolescencia, pues no satisfacen, sino que dividuo, sino una constatación de su elusión.
intensifican y prolongan la tensión nerviosa, La ciudad continua no estimula una
provocando una nueva insatisfacción, y por multitud cooperante, sino una agregación de
tanto fidelizando el consumo de su objeto. individualidades segregadas, con serias dificul-
El sujeto de la ciudad absoluta está desconec- tades para el establecimiento de vínculos, sólo
tado de sus síntomas 33 , ya no tiene siquiera conectadas entre sí por significantes externos,
indicios sobre lo que le sucede: enredado en por tecnologías de conexión sin implicación,
las significaciones y usos sociales inducidos, por identificaciones inducidas. Segregado de los
colapsa de forma repentina, sin saber qué le demás en sus vínculos, la supresión de la acción
sucede, confiando en uno u otro tratamiento social propia de los ciudadanos, hace emerger,
físico, químico o psicológico. No se trata ya de cada vez más las formas clásicas de perversión
la división interna del sujeto moderno, entre y melancolía, depresión, y ataques de ansie-
su fondo inasimilable y sus máscaras sociales. dad, junto a formas extremas de conducta en
La individualidad se comporta ahora como una lo social: De un lado la hipostasía del univer-
carcasa socialmente sólida, que contiene una so imaginario, en forma de escenificación de
desintegración interna invertebrada, difusa. lo imaginario en lo real (acting-out); de otro, la
El individuo mismo existe recorrido por divi- emergencia de lo real, sin escena, sin elabora-
siones desestructurantes que sólo encuentran ción imaginaria (pasaje al acto).
una solución de continuidad en caparazones
identitarios exógenos, elegidos dentro del re- Empatía, solidaridad, cooperación,
pertorio de propiedades e identidades a la car- surgen puntualmente en situaciones catas-
ta. No es el individuo indiviso, sino el objeto tróficas, desvelando aún la persistencia de un
de identificaciones reconocibles, un hiperac- sustrato social. Pero la vida cotidiana, al de-
tivo autosirviente que se emancipa contra sí gradar la subjetividad, destituye la socialidad,
mismo. La cuestión ya no es la alienación, o la al desconsiderar al ciudadano como socio. La
posibilidad de reaccionar activamente contra ciudad, sociedad de autores, deviene disociedad
el imaginario social. Sino más bien de qué for- de dividuos. En nombre de la abolición de un
ma las sociedades contemporáneas no sólo asi- principio autoridad (autos, autos), se promulgó
la destitución de la función autorial (Barthes,
33 Cfr. C. Gallano (2002) “Retornos del sujeto del Foucault, Bourriaud), pero en la práctica, lo que
inconsciente en la clínica actual ”. Rev. Clínica y realmente habrá sido destituido es el principio
Pensamiento. Nº 1. Madrid. AePCL.

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Juan Luis Moraza

Fig. 6. Eric Nakajima (2014) Proyecto de La Ciudad Hundiente. Skyscraper Competition.

de responsabilidad, para ser sustituido por una estructura cultural, toda legitimidad. Este do-
disociación asocial entre responsabilidades y ble movimiento destituye lo simbólico.
derechos. La creación se delega en la creativi-
dad, en la elaboración de sorpresas eficaces, en En su verdadero significado, democracia
la resolución de problemas, en una inercia de supone que la sociedad no se articula alrededor
alteratividad hiperactiva, que reprime la impli- de significados indiscutibles e instituidos de
cación y la incertidumbre propias del proceso una vez por todas, de forma permanente, sino
creativo, y en nombre de la libertad, las impide. que se concede a sí misma la posibilidad de rene-
La realización extrema de los impulsos eman- gociar y replantear los términos de las significa-
cipatorios de la modernidad (no-past), y la ra- ciones. Esta consideración se afirma como una
dicalidad antimoderna de la postmodernidad resistencia a la inercia del desgaste de las con-
(no-future), habrán contribuido a una fractura venciones, creadas en cierto contexto y fetichi-
de la transmisión. El ascenso de la creatividad zadas cuando se aplican de forma automática
al puesto indiscutible de lo sagrado, impone en contextos diferentes. Pero esta sensibilidad
una descalificación sistemática de todo ante- al presente frente al estatismo vectorizado des-
cedente, por bueno que sea. La inercia creativa de la estabilidad del pasado, una vez convertida
acelera, para la vida, un movimiento sin forma, -ella misma, en principio indiscutible, propicia
una experiencia sin presente: Queda deslegiti- una nueva forma de inercia, vectorizada desde
mado todo antecesor y todo sucesor, cualquier la inestabilidad del porvenir. Se trata de la iner-

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HABITANTES DE LA CIUDAD DEL FUTURO (HOMO ELUDENS)

cia creativa de la aceleración, de la velocidad, impensable, exterior a lo simbólico. No es que


de la transformación y la subversión. El senti- sea inconcebible, es que cualquier anticipación
do de una sociedad que se articula alrededor no pertenece sólo al presente de la imaginación. El
ya de un replanteamiento de su propio mundo, futuro es la quintaesencia del poder del homo
sino una institucionalizada negación, de una eludens, al futuro se confía todo aquello que se
indiscutible resistencia a cualquier estabilidad rehusa. El resapiens vive en el futuro, desplaza
posible, por muy breve que fuese. De acuerdo a las paradojas, contradicciones y conflictos fue-
esta lógica de obsolescencia, cualquier fórmula ra de su presente, sobrecargando sus deudas
de vínculo social, cualquier sistema simbólico, -económicas, ecológicas y psicológicas hacia el
quedarán instantáneamente obsoletos en la fu- tercer mundo, y hacia ese “tercer tiempo” de un
gacidad del instante. No es ya la programación porvenir incierto. La deuda es la metonimia de
de la obsolescencia, sino la institucionalización lo real a lo imaginario: el plus-valor, el crédi-
de la imposibilidad social, de la imposibilidad to, la obsolescencia, la razón instrumental, la
del establecimiento de significaciones, repre- creatividad, el consumo, lo efímero, la utopía …
sentaciones, objetivos o afectos que son sean in- se fundamentan en un futuro diferido. Planes
mediatamente objetados. Es la perversión de la estratégicos, balances de riesgos, expectativas
moderna “destrucción creativa” (Picasso) –des- de crecimiento, programas de investigación,
legitimadora, desmitificadora, contracultural–, desarrollo e innovación, tecnociencia tienen
a una postmoderna creatividad destructiva. La un valor fundamental en la mente de los con-
ciudad de la obsolescencia social no se articula temporáneos, semejante al que habrán tenido
ya en vínculos, sino en facciones de oposición. las utopías, quimeras, arcadias, providencia, en
El odio inextirpable a la estabilidad es además la mente de los antepasados: de la “civitas dei”,
una resistencia imponderable a la democracia. a la “ciudad de vacaciones”. Tanto la predicción
Interiorizada la lógica del empoderamiento, la como la programación, son modelos intensifica-
demo(a)cracia supone la democratización del dos de nuestras formas de vida.
absolutismo. En las demo(a)cracias actuales, el La lógica de la actualidad elude el pre-
poder del pueblo es una máscara social que en- sente, al someter cada instante a una obso-
cubre una legitimidad usurpada por la factici- lescencia contumaz. La actualidad impone un
dad de un poder técnico, financiero, burocrático futuro imposible a un presente desvanecido. En
y corporativo, real, indiscutible. nombre de la experiencia de un “aquí y ahora”,
El futuro es, inexorablemente, una la actualidad sume la presencialidad en lo ima-
anticipación. En todas sus versiones emocio- ginario, como un siempre “ni aquí, ni ahora”. Es
nales, esperanza y miedo, ilusión y angustia, una experiencia sin presente. Pero el futuro no
imaginamos el futuro en función de nuestra es el porvenir del presente. La cuestión no es-
experiencia presente y todas las persistencias triba en la predicción, ni en la producción del
del pasado en el presente. El futuro es una for- futuro, sino en la reconquista del presente.
ma de vivir el presente34 , pues el futuro real es La ciudad del futuro es un modelo creado
por la imaginación de los ciudadanos. Recíproca-
34 Cfr. Maturana, H. y Pörksen, B. (2010) Del ser al hacer. mente, la imaginación humana soporta su inca-
Buenos Aires. Granica.

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Juan Luis Moraza

pacidad para afrontar la vida mediante modelos La ciudad continua nos promete aven-
del futuro, viviendo en lo imaginario. Podremos turas, poder, alegría, crecimiento, transforma-
reconocer, entonces, en nuestros modelos de ción de nosotros y del mundo, y que, al mismo
ciudad futura, la imagen reflejada de todas nues- tiempo, amenaza con destruir todo lo que tene-
tras emociones: vidas hipertecnificadas, rodea- mos, todo lo que sabemos, todo lo que somos.
das de sana vegetación, o apestosas en ruinas Pero agazapado tras todas las formas de elu-
industriales o cavernas insalubres en desiertos sión, bajo todas las prospecciones e instrumen-
inacabables, configuradas de acuerdo a modelos talizaciones, habita una opacidad sobre la que
tectónicos u orgánicos sabiendo que cada modelo será conveniente ensayar una humanidad del
es un proyecto político que modifica el presente. presente para un porvenir que no puede ser co-
Así, podremos formular todo tipo de delirios tec- dificado. El antropoceno requiere nuestra res-
nológicos y utopías sociales, dignas del ficticio ponsabilidad. Seguramente la vida y la creación
arquitecto Sulkas Perkunas35, quien propuso ciu- nos exija renunciar a la lógica del dominio, a la
dades sin casas, otras con un solo edificio, otras, impostura del plus valor, al mercado de valores,
como la ciudad de la igualdad, formadas por mi- que incrementan sin interrupción una mortífe-
les de casas todas exactamente iguales, ciudades ra deuda –biológica, psicológica, social–. Quizá
flotantes, submarinas, subterráneas (fig. 6) o entonces podamos presenciar el presente. Pues
invisibles, incluso una ciudad Camposanto, para no hay destino, sino causas desatendidas.
convivencia de vivos y muertos…

35 Cfr. G. Pappini (2012) Gog. Madrid. Debolsillo.

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CIUDAD POST-ALFABÉTICA

Polyxeni Mantzou

RESUMEN modos de reanimar el espacio publico utilizan-


Las tecnologías digitales instauran nuevas, po- do las tecnologías digitales y creando entornos
derosas mediaciones y traen consigo un cambio híbridos y realidades aumentadas. La ciudad
de paradigma radical. El mundo alfabético, or- mixta, compleja, híbrida requiere que la arqui-
ganizado desde la distancia de la visión, cau- tectura replantee y amplíe su papel mediador
sal, racional, objetivado se convierte en mundo para ofrecerse a mediar entre sujeto y el nuevo
post-alfabético, participativo, fugaz, irracional contexto aumentado por la hibridación entre
donde nos encontramos sumergidos. Las co- mundo físico y digital.
nexiones constantes y múltiples hacen que la
mediación arquitectónica se vuelve menos rele-
vante. El espacio público de la ciudad, un espa- SALIDA
cio adquirido y prosperado en la era alfabética, Salimos fuera para tomar distancia; para se-
se convierte en escenario temático, mientras pararnos y dejar de formar parte de lo que nos
sus operaciones se trasladan, en gran parte, al absorbe y nos impregna. Al salir, tenemos la po-
espacio público digital que no reconoce fron- sibilidad de observar, de contemplar, de com-
teras entre espacio físico publico y privado, y prender lo que antes nos comprendía. Durante
lo invade todo. Nos encontramos en una con- siglos hemos estado intentado salir para poder
dición de aporía, pero no del todo reconocida; especular, para poder comprender el mundo a
aporía puede resultar útil para reposicionarnos través de los ojos, de la visión. El mundo pre-
frente al espacio de la ciudad y trazar nuevos alfabético era un mundo dionisiaco, impreg-

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CIUDAD POST-ALFABÉTICA

nante y participativo, del cual era imposible mundo alfabético encuentra en la arquitectu-
separarse y donde el tacto y el oído construían ra la expresión ideal de su deseo de relacionar,
en gran parte nuestra forma de estar en el reglamentar y controlar lo que previamente ha
mundo. La distancia no se consiguió ni fácil- sido separado, espaciado, desunido. La ciudad
mente ni rápidamente; durante siglos nuestro expresa la voluntad de organizar, de separar,
mundo se fue convirtiendo de pre-alfabético a distribuir y relacionar para conseguir dominar
alfabético y la visión fue adquiriendo cada vez lo que nos rodea. La metrópolis es el momento
mas primacía, estableciendo divisiones, polos de culminación del proceso; lo público adquiere
y extremos en lo que antes era una condición un protagonismo incomparable en la metrópo-
indisoluble. El mundo alfabético es un mundo lis. Deambular por la ciudad es a la vez perte-
observado desde la distancia, moderno, racio- necer y apropiarse de ella; es un derecho y un
nal, objetivo y democrático; un mundo basado privilegio que no se le niega a nadie. La ciudad
en la institucionalidad y la frialdad del la vi- convierte lo público en una condición que aspira
sión. La construcción de este mundo se basó a ser equitativa para todos, aunque no siempre
en el alfabeto, en el proceso de conversión del lo logra; géneros, edades, razas, nacionalidades,
mundo en visión que se nos ofrece sin las res- credos que, en el pasado, definían la posibilidad
tricciones espacio-temporales de la sincronía y de acceso a espacios comunes, ahora aparecen
la sintopía. Sin el alfabeto la causalidad, la obje- como indiferentes. Sin embargo, el mundo al-
tividad, la linealidad no hubieran sido posibles. fabético es también un mundo de taxonomías
El alfabeto fue la condición previa y necesaria y separaciones. La excesiva racionalización, el
pero la industrialización fue la que completó el anhelo de control y regularización de todo, pro-
proceso haciendo posible que la distancia fuera duce exageraciones y distorsiones. La función
real; el humano moderno ya no tiene que utili- obtiene prioridad sobre todo; el programa es la
zar su energía metabólica para enfrentarse al organización y el control de lo que todavía no
mundo y controlarlo; no tiene que manipular ha sucedido; es el prescribir de lo que sucederá;
la tierra, ni siquiera reconocerla como base de todo acaba instituido, espaciado, aislado para
referencia indiscutible. El humano moderno se poder ser reglamentado. Pero llega así un mo-
asocia al mundo a través de construcciones teó- mento de hipérbole, de exceso. La separación
ricas, es decir, desde la distancia de la teoría, del óptima se produce con la discretización última;
ver desde lejos, como Dios, y no desde la proxi- con la conversión del mundo en dígitos que lue-
midad y la contigüidad del tacto y la inclusión go se disponen, se combinan, se relacionan para
del oído. Sale fuera, pone el mundo en frente, reconstruirlo todo.
lo ob-jetiviza, lo observa, lo examina, lo con-
vierte en espectáculo y lo controla. Este es un
mundo urbano y no rural, un mundo donde las ADENTRO
instituciones organizan las relaciones sociales El exceso de disección, la discretización de todo
y mediatizan lo personal y lo íntimo. La regu- hasta que quede convertido en partes indiscer-
larización, la reglamentación de las relaciones nibles e infinitamente reconstruibles, en pocas
es un proceso puramente arquitectónico. El palabras, el mundo digital, produce un cambio

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Polyxeni Mantzou

transcendental en nuestro posicionamiento miento. Salir, es ya imposible; adentro el flujo


frente al mundo. Posicionarse de nuevo, situar- es continuo produciendo una atracción irresis-
se, encontrar su sitio en el contexto, ha sido tible al sujeto que ya no puede, ni quiere, per-
siempre una preocupación arquitectónica. manecer fuera, observando. Desde dentro, no
se puede obtener distancia y leer lo que sucede;
La arquitectura media y relaciona di- no hay forma de entenderlo que no sea a tra-
ferentes condiciones aparentemente opuestas vés de participar en ello y experienciarlo. Las
entre sí, siendo los dos polos principales, para organizaciones modernas, fundadas en el con-
los que media, nosotros mismos y el contexto. trol, la disciplina, la separación y la reglamen-
Se trata, sin lugar a dudas, de una esquemati- tación, ya están anticuadas. Lo público, ha sido
zación; ese dipolo es fruto y herencia del mun- una construcción de un mundo alfabético, un
do alfabético y su anhelo de control. Al mismo mundo que distingue entre privado y público
tiempo, estos extremos, como todas las esque- y organiza las instituciones responsables para
matizaciones, no son firmes sino que cambian, que lo público sea equitativo, democrático, jus-
fluctúan en el tiempo y, por lo tanto, ni noso- to; o por lo menos, un mundo que aspira a que
tros mismos ni el contexto pueden describirse lo publico sea así. Cuando las mediaciones dejan
en una estado fijo, estable, resuelto. Aunque de ser arquitectónicas, en tanto que edificables,
siempre se ha pedido a la arquitectura que tome cuando las conexiones empiezan a ser constan-
nota de esta fluidez y de la mutabilidad que no tes hasta el punto de volverse invisibles y no
se debe ignorar, últimamente, nuestro contexto reconocibles, cuando el mundo pasa a ser post-
ha estado cambiando más rápidamente que an- alfabético, ya no es posible localizar lo público.
tes y, por lo tanto, nuestra relación con él se ha La metrópolis, la madre-polis, deja de ser la más
afectado. Nuestro emplazamiento, y el proyec- densa estructura de encuentros; los encuentros
tar nuestra posición en este mundo, que nunca empiezan a producirse fuera de lugar, dentro
ha sido estático, pero sí lo parecía a veces, se del espacio intermedio de la mediación.
está ahora transformando tan drásticamente y
en tantas direcciones, que todas las prácticas de Adentro todo es inseparable. El sujeto se
supervisión y control se vuelven obsoletas, in- encuentra inmerso en el contexto. Los intentos
cluso antes de ser concluidas. La arquitectura, del pasado de objetivar al mundo se abandonan.
con su inercia inherente, no logra adaptarse. El La conexión se re-establece. La visión deja de
mundo, pero también nuestra relación con él se ser el sistema perceptivo principal para estar
reorganiza, se reinterpreta, se reconfigura con en el mundo. El modelo operativo de la teoría,
otros medios. Las conexiones, las mediaciones, fruto de la preeminencia de la visión da lugar
las relaciones también pasan a ser el principal al de la narración, la αφήγησις, que significa
propósito de una serie de tecnologías que rein- ir delante, adelantarse. Adelantarse pero sin
ventan las formas de vida. salir fuera; contar desde dentro. La participa-
ción sustituye la supervisión y es la palabra que
La ininterrumpida mediación, el estar caracteriza el nuevo modelo de estar en el mun-
siempre conectado, transforma el emplaza- do. Distinguir y discernir ya no tiene sentido;

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CIUDAD POST-ALFABÉTICA

incluso polos-extremos tradicionales, creados objetivo; es un mundo caliente, de reacciones


en el pasado alfabético, se someten ahora a la inmediatas y espontáneas, de explicaciones dis-
presión de conexiones que anulan su separa- persas y no causativas.
ción. Público y privado no son discernibles. La
arquitectura organiza y controla pero las capas Los colectivos sustituyen a las estructu-
de tecnologías superpuestas redistribuyen y ras públicas sin que se haga siempre visible el
alteran. Las instituciones tampoco se mantie- hecho que los colectivos se basan a la similitud,
nen intactas e instituidas; lo que se separaba y al hecho de reconocerse a los demás y ser reco-
se instituía, se hacía en un sitio determinado, nocido por ellos. La diferencia y la discrepancia
ahora se puede hacer en todos los sitios o más queda excluida. Los colectivos pueden apoyar o
bien desde todos los sitios, pero en ningún sitio no la diferencia, pero depende de ellos, de sus
localizable. Junto con las instituciones –pro- prioridades y de su entendimiento de ellas; el ac-
fundamente criticadas por su totalitarismo ceso a las colectividades no es incondicional. El
que homogeneiza y anula las diferencias y por la espacio público de la metrópolis y las institucio-
excesiva disciplina que ejercen en su deseo-pre- nes que lo constituyen ha operado como un es-
texto de ser equitativas– que ahora se diluyen pacio de encuentro entre los que no comparten
hasta llegar a ser ilocalizables, se diluye el en- los mismos intereses, las mismas posibilidades,
tendimiento de lo público de la etapa anterior. los mismos anhelos. Es más el espacio público de
la metrópolis es un espacio de encuentro entre
Los encuentros físicos no pierden su ascendientes y los descendientes; entre pasado
atracción, pero la esfera de la interacción de y futuro; lo recibimos de los que nos han pre-
los individuos se dilata y empieza a ser igual cedido para entregárselo a los que vienen. La
de atractiva más allá de su presencia corporal, excesiva reglamentación, a veces, y la austera
física. Nuevos medios y nuevos estatutos nos disciplina que resulta homogeneizadora, no bo-
posicionan en el mundo. Este mundo de los me- rra su disposición equitativa hacía todos.
dios sin embargo no es un mundo público; no es
equitativo; no se ofrece a todos; ni siquiera pre- Adentro, la ciudad no desaparece; ni si-
tende hacerlo; no se resiste a la exclusión. Es un quiera se nota el efecto de las tecnologías que
mundo colectivo, participativo, pero no público. superponen capas de encuentros y densidad de
Las colectividades, casi siempre llenas de bue- operaciones inmateriales; pero su relevancia,
nas intenciones, progresivamente sustituyen lo el ambiente de la ciudad se afecta. Las formas
que antes pertenecía y se ofrecía de forma igual de vida del mundo post-alfabético despojan de
a todos; las colectividades se agrupan porque la ciudad su capacidad seductora; la convierten
comparten intereses o características comunes; en escenario de fondo, visible y presente inclu-
no son abiertas, ni públicas, ni tienen acceso a so más que antes, pero de segundo orden. Lo
ellas todos. El mundo post-alfabético reclama público se debilita, la ciudad se convierte en
características del mundo tribal de la era pre- una imagen elusiva; está pero no reglamenta,
alfabética. Opera desde dentro, sin la distancia no relaciona, no conecta y lo más importante
y la frialdad de la teoría. No es equidistante, ni no condiciona ni configura las formas de vida.

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Polyxeni Mantzou

El espacio deja de ser generador de cambios y por especificidades idiosincrásicas, de las que se
se convierte en reflector; los cambios que su- separó y se disoció para operar sólo desde una
ceden se proyectan en la ciudad, pero como postura racional, lógica.
alusión elusiva.
Por supuesto, el enfoque alfabético, mo-
derno es indiferente a lo específico y lo local;
FUERA DE CAMPO es cosmopolita; la comprensión internacional
Hemos estado encuadrados durante largo tiem- de la vida propone arquitecturas genéricas,
po. Es nuestro afán de control lo que nos encua- comunes, descontextualizadas que se pueden
dra sin darnos cuenta. La arquitectura es quizás copiar y transferir a cualquier contexto, ya que
el mecanismo de encuadre más importante que finalmente tienen como objetivo la homogenei-
hemos podido desarrollar. Con la arquitectura zación de todos ellos. Las rarezas y las emocio-
organizamos nuestro entorno, lo enmarcado, lo nes, los gestos únicos eran eso, singularidades
controlamos, lo dominamos, lo domesticamos desviadas que refuerzan, por contradicción, la
y lo poseemos. Mientras podamos ver el marco, norma. Dogmas éticos e ideológicos tales como
no estamos del todo enmarcados; es cuando el la funcionalidad, la transparencia, la sinceri-
marco desaparece, cuando se vuelve invisible dad, la austeridad se transformaron en el mar-
para nosotros y percibimos la imagen enmarca- co de la arquitectura moderna, que por ser tan
da como la imagen total que estamos perdidos. perfectamente colocado, durante mucho tiem-
po, se perdió de vista. Disposición programá-
El marco es inevitable, pero también es tica y programa de distribuciones funcionales,
posible moverse alrededor de este, romper, dis- pro-grama en tanto que escribir pero también
torsionar o deformarlo, y así encontrar o for- instituir de antemano; así era la aproximación
mar múltiples nuevos marcos. Es a través de la moderna a la arquitectura entendida como sis-
arquitectura y no hacia la arquitectura que nos tema organizacional del mundo. En este deli-
colocamos en esta búsqueda de oportunidades rio de taxonomía, las ciudades se zonifican,
y perspectivas de replanteamiento. las calles se clasifican, incluso cada edificio se
analiza, categoriza y se asigna a un tipo; se pre-
Puede decirse que la arquitectura pro- sumen organizaciones fijas y estables. Se trata
dujo casi literalmente, incluso obscenamente, de reglamentar el espacio y a la vez programar,
y también tradujo los mecanismos de encuadre prescribir el tiempo. Sin embargo, con el paso
de cada época. La organización de la ciudad del tiempo, el parámetro obliviado de inestabi-
moderna es un encuadre arquitectónico que lidad, alteración y duración, devuelve el golpe
ilustra los encuadres de su época. La distancia, sin piedad.
la supervisión, el control, pero también la dis-
tribución, la racionalidad, la imparcialidad, se
tradujeron en ciudad. La distancia no sólo es UMBRAL
operativa, también es conceptual; el arquitec- El espacio público se entiende a veces en con-
to era indiferente a la emotividad engendrada traposición con el espacio privado; es impro-

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CIUDAD POST-ALFABÉTICA

bable comprender al público si no se considera De acuerdo con las Naciones Unidas “a


en relación con su par antitético, lo privado. mediados de 2009, el número de personas que
La arquitectura no sólo ha mediado para este viven en zonas urbanas (3.42 mil millones) había
dipolo preeminente, pero también ha sido el superado el número de personas viviendo en zo-
común principio y fin, el espacio intermedio nas rurales (3,41 mil millones) y desde entonces
de conexión, que configura y define los encuen- el mundo se ha vuelto más urbano que rural.” 1
tros; el límite y la interfaz que condiciona la
relación de dos sistemas apartados y construye La ciudad, incluso en la era post-alfa-
transiciones y umbrales. La genealogía de estos bética permanece importante para la civiliza-
umbrales, el grado de su profundidad, es una ción. Desde la fase tribal de la aldea hasta la
característica distintiva e ilustrativa de diferen- etapa civil, es decir, la construcción de urbs y,
tes culturas y sociedades. Organizar y relacio- más adelante de la metrópolis, la disposición
nar el espacio público con el espacio privado es de la población en el espacio es de extrema im-
reflejar y configurar la publicidad, la privacidad portancia para la humanidad. Las estructuras
e incluso la intimidad. La arquitectura como nómadas se sustituyeron por las sedentarias,
principal mecanismo mediador de muchos di- cuando el cultivo fue posible y, como resultado,
polos espaciales, como el público-privado, se ve se originó la cultura. La fase tribal corresponde
afectada por la inmediatez que las tecnologías a la circunstancia pre-alfabética, mientras que
digitales están insertado; la inmediatez digital la ciudad se asocia con la condición alfabéti-
suprime la polaridad de los dipolos siendo aho- ca en la que la organización, categorización y
ra las conexiones y vínculos entre ellos perma- distinción se expresa mediante la instituciona-
nentes y múltiples. Y es que la mediación digital lización progresiva de la vida cotidiana. La ur-
es inmediata como resultado de su capacidad banidad no se refiere sólo a la conglomeración,
para habitar en un intervalo demasiado corto sino a la comunidad, el compartir un terreno
para que nosotros lo percibiéramos y también común y pertenecer a algún lugar, formar parte
por su carencia de localización, es decir, el he- y formarse como parte de un todo. Es a través
cho que se produzca en una dimensión imposi- de este proceso organizacional que las socieda-
ble de localizar. des alcanzan una etapa avanzada de desarrollo.

Las consecuencias de la implementa- Por un lado, lo urbano se extiende con-


ción y el crecimiento de la mediación digital tinuamente pero, por otro lado, se trastorna rá-
son importantes para todas las demás media- pidamente debido a la proliferación de medios
ciones, las cuales aparentan como mediadoras sociales digitales. Comercio online, entreteni-
y no como inmediatas. Lo digital hace posible miento digital, archivos digitales, teletrabajo,
la mediación sin lugar y casi sin tiempo; crea enseñanza a distancia y casi todas las operacio-
una mediación invisible, imperceptible y que nes urbanas y las tipologías correspondientes
suprime todos los intervalos e intermediarios.
La ciudad y especialmente el espacio público, 1 http://www.un.org/en/development/desa/population/
urbano, se ve afectada y sometida a cambios. publications/urbanization/urban-rural.shtml

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Polyxeni Mantzou

que se utilizaban para definir la ciudad, poco lo hacían con la topografía física. Sin embar-
a poco se han ido trasladando desde el espacio go, se trata de una aldea global; lo local se ha
físico urbano a un medio omnipresente, sin superpuesto al cosmopolitismo; el mundo se
raíces, disperso e ilocalizable, dejando el espa- reconstruye interconectado pero disminuido,
cio urbano injustificado y desolado. El espacio contiguo pero encogido.
público y especialmente el centro de las gran-
des ciudades europeas encuentra en la tema- En nuestra era digital, el espacio público
tización y en la gentrificación su única razón de la ciudad no se delimita ni se define de modo
de ser. Se ofrece así como comodidad a un uso comprensible; se expande, colonizando lo que
que parece turístico incluso cuando se refiere solía ser privado e incluso íntimo. Los sujetos
a sus propios habitantes y que conquista los contemporáneos ya no perciben el espacio pú-
centros históricos. El ocio temático es la for- blico como un espacio físico, definido y regu-
ma de conectarse con la historia y consumirla lado por elementos arquitectónicos; el espacio
como reminiscencia del pasado. Por otra parte, público inmaterial de lo digital atraviesa e im-
el sentido de pertenencia, la comunidad que el pregna las fronteras materiales y los umbrales
espacio físico urbano puede engendrar en el en tradicionales anulando las anteriores definicio-
el ámbito digital se despojan de la profundidad nes arquitectónicas de público y privado.
que tenían; los encuentros dispersos ocurren
sin dejar rastro y la memoria se transforma en Sin embargo, si el espacio público digi-
un archivo borrable. tal invade el espacio físico privado, también
se puede integrar al espacio físico público;
La aldea global de McLuhan (1962) no una operación que puede ser beneficiosa para
era una predicción falsa; en muchos sentidos, ambos. Los encuentros reales y virtuales se
nuestro espacio público, aunque las ciudades pueden combinar, fusionar y, por lo tanto, en-
siguen atrayendo las poblaciones de todo el riquecer; los límites y umbrales entre público
mundo, se parece al de una aldea global. Funcio- y privado pueden permanecer operativos pero,
na como una aldea, donde los rumores corren al mismo tiempo, las operaciones públicas
sin que se hayan verificado los hechos, donde pueden aplicarse más allá de las limitaciones
el acceso queda restringido para miembros de espacio-temporales.
ciertos colectivos, donde el ser popular puede
con la equidad de derechos. Nos sumergimos a La inmediatez y la ubicuidad del espa-
este nuevo espacio y no racionalizamos nuestra cio público digital (Virilio, 1984) en el caso de
relación con él; no lo abordamos, su desarrollo los espacios públicos híbridos puede reforzar
no es espacial y su tiempo no es perceptible; el espacio público físico, sin borrar el sentido
entramos en una condición sin distancia, ni de emplazamiento. Al mismo tiempo, pueden
objetivación, sin organizar, distribuir e impo- establecerse fronteras y umbrales operativos
ner nuestro plan. Es igual que la aldea para el en un contexto mixto, híbrido, que propor-
aldeano; nos adaptamos a su “topografía digi- ciona experiencias diversificadas y enrique-
tal”, a sus singularidades, como antes las aldeas cedoras. La ciudad híbrida puede resultar en

— 57 —
CIUDAD POST-ALFABÉTICA

un proyecto extremadamente beneficioso para conectados hasta el punto que la separación se


el espacio público; donde lo público no se di- vuelve imposible.
luye en lo privado, sino que al contrario, las
tecnologías digitales se aplican para reforzar Aporía es también la condición en la que
el espacio publico físico de la ciudad y ofrecer se encuentra la ciudad contemporánea, que no
nuevas posibilidades. El proyecto de la ciu- ha perdido centralidad ni importancia, pero se
dad híbrida supone un cambio radical en los vuelve elusiva, ya que su entramado se pierde
conceptos y las estrategias proyectuales; su- en el fondo y se oculta por las capas digitales
pone la aceptación de los cambios que están que se superponen a ella. La ciudad despojada
ocurriendo como parte de los desafíos que los de sus espacios y funciones públicas a causa
arquitectos tendrán que afrontar en el futuro; de la proliferación de lo digital, podría ser una
supone asimismo no sólo proyectar con mixed ciudad aumentada, híbrida, compleja y mixta.
media pero proyectar para una realidad mixta, Eso supondría que la arquitectura proyectara
inestable, fluida, pero también llena de nue- lo analógico junto con lo digital, aceptándolo
vas peripecias, es decir un mundo donde se como el entorno indistinguible que ya es. La
encuentran y se juntan distintas realidades, ciudad aumentada es una ciudad donde lo di-
para configurar un mundo umbral. gital refuerza el espacio físico, donde coexisten
diferentes aspectos de los distintos modos de
configurar relaciones y organizar funciones.
APORÍA Las ciudades híbridas pueden ofrecer proximi-
Aporía describe la falta de pasaje y de recursos; dad física, sentido de pertenencia y comunidad
la ausencia de poros (la palabra poros en griego y, al mismo tiempo, conectar comunidades y co-
significa a la vez pasaje y recurso). La palabra lectividades distantes, ampliar sus horizontes
tiene tres acepciones en griego: i) es la ausencia y dilatar las restricciones espaciales. Los pro-
de pasaje, el sin salida; ii) la duda, la vacilación, cesos urbanos que combinan la presencia física
el no poder atravesar y seguir adelante; iii) la y digital pueden reanimar los espacios urbanos
pobreza que es el resultado de la falta de recur- y, al mismo tiempo, pueden permitir a los al-
sos a causa de la falta de pasajes. deanos globales convertirse en ciudadanos del
mundo, cosmopolitas.
Aporía es nuestro estado en la era post-
alfabética, en la era que nos encontramos cuan- Aporía caracteriza todas las épocas de
do las tecnologías digitales se han plenamente cambio de paradigma; es de esperar que cuan-
instalado. El mundo progresivamente se fue do las certezas y los automatismos dejan de ser
volviendo menos comprensible y más elusivo. operativos, el sujeto se encuentra parado, sin
Las formas de vida se desvelan como construc- saber por donde seguir, sin poder encontrar
ciones propias, efímeras, sin permanencia, ni su pasaje para reposicionarse y asimilar los
estabilidad; el mundo ya no se puede analizar cambios. No es el caso de esta época; aunque
desde la distancia, objetivar desde la lejanía; estamos ante un cambio de paradigma radical,
volvemos a encontrarnos diluidos en él; inter- éste se ha producido sin rupturas ni quiebras.

— 58 —
Polyxeni Mantzou

Salir fuera, entrar en aporía es un proceso alfa- BIBLIOGRAFÍA


bético, que el mundo post-alfabético atenúa. El Arendt, H. (1958) The Human Condition.
sujeto de la era post-alfabética tiene conciencia University of Chicago Press, Chicago
de la época previa y a veces se incomoda por la
Carpo, M. (2011) The Alphabet and the
ausencia de control, de visibilidad, de predic-
Algorithm, MIT Press, Cambridge MA
ción, de distancia, de causalidad y racionali-
dad en lo que le rodea. Aún así, no esta siempre Foucault, M. (1994) The order of things. Ed.
preparado para salir de su estado sumergido y Vintage Books, New York
disfrutar de lo que la aporía le puede proporcio-
Mantzou, P. (2017) Aporia in architecture: What
nar. La arquitectura y asimismo la ciudad tiene
now?, Epikentro Publishers, Greece
la necesidad de replantear las infinitas posibili-
dades, que le ofrece esta nueva etapa, desde la McLuhan, M. (1962) The Gutenberg Galaxy: The
aporía. Es una condición adecuada para com- making of typographical man. University
prender, replantear y trazar un nuevo modo of Toronto Press, Canada
de posicionarnos en la realidad amplificada,
McLuhan, M. (1964) Understanding Media, The
de condicionar la relación con éste entorno au-
extensions of man, McGraw-Hill, NY
mentado y de mediatizar nuestra experiencia
en este mundo híbrido. Ong, W. (1982) Orality and Literacy:The
Tecnologizing of the Word. Ed. Routledge,
London

Simmel, G. (1997) Bridge and Door. In Frisby, D.


and Featherstone, M. (Eds), Simmel on
culture. Ed. Sage, London

Virilio, P.(1984) Lost Dimension. Ed. Semiotext,


USA

— 59 —
SOBRE LA FORMA URBANA.
VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE

Ion Martínez Lorea


“Nada puede darse por sentado en el espacio, porque se trata de actos
reales o posibles y no de estados mentales”

“El derecho a la ciudad no puede concebirse como un simple derecho de


visita o como un retorno a las ciudades tradicionales.
Solo puede formularse como un derecho a la vida urbana, transformada,
renovada. Poco importa que el tejido urbano encierre el campo y lo que
subsiste de vida campesina, siempre que «lo urbano» —lugar de encuentro,
prioridad del valor de uso, inscripción en el espacio de un tiempo elevado al
rango de bien supremo entre los bienes— encuentre su base morfológica,
su realización práctico-sensible”
Henri Lefebvre

INTRODUCCIÓN en estériles reproches interdisciplinarios, ale-


En sus trabajos relativos al espacio urbano, jándonos así del objetivo que, creemos, debiera
Henri Lefebvre dedicó algunos interesantes tener la lectura de un clásico como Lefebvre: su
pasajes a reflexionar sobre la forma urbana, de reinterpretación y actualización, su evocación
un modo más esquemático y quizá por ello más desde las problemáticas y conflictos contempo-
desconcertante en El derecho a la ciudad (2017) ráneos a fin de plantear, nunca mejor dicho en
o en La Revolución urbana (1972) y de un modo este caso, nuevos escenarios (urbanos) posibles.
más pormenorizado y sugerente en La produc- En esta ocasión, nuestro punto de partida será
ción del espacio (2013). Como es sabido, tanto la aproximación al concepto de forma urbana tal
sus vastos conocimientos como su pretensión como lo aborda Lefebvre para posteriormente
unificadora de la ciencia, le permiten y le condu- plantear, precisamente, las posibilidades y limi-
cen a transitar entre distintas disciplinas como taciones que ofrece para pensar la vida urbana
la filosofía, la sociología, la antropología, el ur- (también con sus posibilidades y limitaciones)
banismo o la arquitectura. Esto, claro es, resulta en la sociedad contemporánea.
tan enriquecedor como arriesgado si deseamos
abordar específicamente algunos conceptos o
propuestas planteados por el autor. Y es que, LA FORMA URBANA
sin prevenirnos ante determinados tratamien- Como es habitual en Henri Lefebvre cuando se
tos, podremos caer en la tentación de enmara- enfrenta a un determinado concepto, se preo-
ñarnos en discusiones conceptuales sin fin y cupa por poner de manifiesto la importancia

— 61 —
SOBRE LA FORMA URBANA. VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE

al concepto forma. Para situar tal


planteamiento, debemos tomar
como referencia inicial su Lógica
formal. Lógica dialéctica (1975a) es-
crito en 1947 y que se corresponde
con la pieza inicial de un posterior-
mente frustrado proyecto de ocho
volúmenes sobre el materialismo
dialéctico. En dicho trabajo Lefe-
bvre establece, desde la filosofía
del conocimiento, las bases de una
“teoría de las formas” que le valdrá
posteriormente para, a través del
concepto específico de forma urba-
na, poner en cuestión la ciencia ur-
banística, esto es, su simplificación
de la realidad y su empeño para que
el contenido se ajuste, punto por
punto, a la forma diseñada, a la for-
ma concebida y establecida, es decir,
para que los usos y prácticas del es-
pacio no sean nada más que acomo-
do al orden urbano prediseñado.
En este sentido, Lefebvre
inicia su capítulo III de Lógica for-
mal. Lógica dialéctica con una cita de
Henri Lefebvre. Foto: Mario Gaviria
Noche de Reyes, de William Shakes-
peare, que resulta ilustrativa de
de desambiguar las ideas, de superar la indefi- aquello que pretende rebatir. En la misma se
nición y la confusión de los términos por ser, afirma: “como decía a la sobrina del Rey Cordo-
dirá, reflejo de la “falta de pensamiento” a pesar buc el viejo ermitaño que nunca había visto ni
de que, en muchas ocasiones, esto se confunde pluma ni tinta, ‘lo que es, es’”. Podríamos con-
con la riqueza conceptual1. Y este es su propó- tinuar nosotros, del mismo modo, diciendo que
sito también cuando se enfrenta inicialmente lo que se nombra, es, lo que se ve, es; el espacio
textual y visual serían, por tanto, el espacio
real; lo que parece ser, es, y, por tanto, no hay
1 Bien es cierto que en ocasiones el propio Lefebvre practica
lugar para la interpretación. Esto sería lo mis-
una ambigüedad conceptual, distinta de aquella que denun-
cia, que le conduce en determinados momentos a contradic- mo que decir, recurriendo a un planteamiento
ciones que se deberán abordar yendo antes al fondo de las esquemático, que forma y contenido son la mis-
definiciones que a las etiquetas utilizadas.

— 62 —
Ion Martínez Lorea

ma cosa, y no habría diferenciación ni duda al una parte más o menos importante


respecto, hasta el punto de llegar a un escenario del contenido [...]. La eliminación
de forma sin contenido, esto es, a un espacio va- momentánea no es una supresión,
cío, a un espacio puro. A este respecto recuerda sino una negación dialéctica que
Lefebvre que la lógica formal puede considerar- envuelve aún a lo que resulta nega-
se como “uno de los sistemas de reducción del do; de tal suerte que la operación
contenido, por el cual el entendimiento llega a que restablece la totalidad positiva
‘formas’ sin contenido, a formas puras y riguro- (esta vez analizada y comprendida)
sas, en las que el pensamiento sólo tiene que ver resulta no solamente posible, sino
consigo mismo, es decir con ‘nada’ sustancial” exigida por la reducción dialéctica
(1975a: 150). del contenido. El movimiento del
Las formas puras se sustentan en el conocimiento comprende, pues,
principio de identidad (A=A), principio de la co- dos movimientos opuestos e ínti-
herencia, del acuerdo riguroso del pensamiento mamente complementarios; uno
consigo mismo. Este principio que aleja, desga- de reducción del contenido (de abs-
ja, reduce, simplifica y que, por último, hace tracción), y otro, de vuelta hacia lo
desaparecer el contenido, llevado al extremo concreto (1975a: 149).
implica una pura y simple repetición, la tauto-
En todo caso, para Lefebvre (2017) lo concre-
logía: el árbol es el árbol, la vida es la vida, la
to, el contenido, acabaría siendo (al menos
ciudad es la ciudad, el espacio es el espacio. Sin
temporalmente y en el escenario en que se si-
embargo, Lefebvre subraya la diferencia entre
túa) anulado por lo abstracto, convertido en
una dimensión abstracta y otra concreta del pen-
una mera proyección, sin retorno a la concre-
samiento para poder matizar el reduccionismo
ción. Es lo que ocurre con lo que él denomina
del concepto forma.
la forma matemática, la forma del lenguaje, la
El pensamiento (el entendimiento) del intercambio, la forma contractual, la del
posee el poder de aislar los elemen- objeto (práctico-sensible) y la escritural. Ám-
tos o aspectos de lo real, de eliminar bitos caracterizados por la separación, el orde-

La città ideale: La ciudad sin vida urbana. https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/75/Formerly_Piero_della_


Francesca_-_Ideal_City_-_Galleria_Nazionale_delle_Marche_Urbino.jpg

— 63 —
SOBRE LA FORMA URBANA. VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE

namiento y la medida, por la planificación y la mente delineadas. Aquí, la imposición de la exis-


cuantificación, por la repetición, la simetría y la tencia mental sobre la existencia social se hace
intercambiabilidad, y donde la doble existencia evidente, sin disimulos, mostrando de este modo
caracterizada por lo mental y lo social parece- “las costuras” de tal lógica y evidenciando cómo,
ría dirimirse en favor del primero. La existencia por tanto, los contenidos no necesariamente se
mental-social trasladada a una interpretación ajustan a los diseños impuestos (la vida urba-
guiada por el antes citado principio de identidad na movilizándose). Esto enlaza con el análisis
provocaría la disolución de la dimensión social crítico que Lefebvre (2013) realiza del espacio
y, con ello, crearía la ficción de una experiencia abstracto, el cual, dirá, no nos ofrece una rea-
mental como única realidad “valida”. lidad homogénea sino que muestra su esfuerzo
Para explicar el dominio de esta ex- por llegar a ella, por hacer del espacio urbano, en
periencia mental Lefebvre convoca la dupla tanto que espacio social, un espacio homogéneo.
forma-función y nos recuerda, apelando a Vitru- En esta línea, la forma urbana, es expuesta como
bio, cómo, inicialmente, la forma arquitectónica un escenario aún “en conflicto”, evidenciando así
debía convenir a la función y cómo, posterior- la “contradicción (dialéctica)” (1972).
mente, la conveniencia acaba por reducirse y a Si, por un lado, Lefebvre (2017) detecta
equivaler a la legibilidad: “El arquitecto quiere una existencia mental de la forma urbana en la
construir un espacio significante y la forma se- simultaneidad de acontecimientos, percepcio-
ría a la función lo que el significante es al sig- nes y elementos de un conjunto real, por otro
nificado: la forma expresa y declara la función” lado, en su existencia social encuentra el vín-
(2013, 195). La inherencia de la función a la for- culo de todo cuanto acontece y se da cita en
ma, la legibilidad como criterio para concebir, la sociedad urbana como lugar privilegiado,
confeccionar y explicar el espacio hacen instan- como referencia de actividades de producción y
tánea la lectura, el gesto y el acto y convierten consumo, confluencia de obra y producto. Para
en preocupantemente tediosa la paradoja de Lefebvre la forma es lo que permite designar
una transparencia formal-funcional, que asume a los contenidos, aunque lo hace, dirá, de un
sin cuestionamiento aquello que precisamente modo que no resulta inocuo. No se limita a esa
oculta: las prácticas autoritarias de quien dic- abstracción y sustitución del contenido por la
ta, diseña y ejecuta la forma arquitectónica. forma (vacía). Tal como la expone el autor, la re-
“La legibilidad aparente enmascara más de lo lación forma-contenido es netamente conflictiva
que declara; disimula precisamente lo que es y ello es especialmente perceptible en el marco
‘visible-legible’, sus trampas –lo que ‘es’ la ver- de la centralidad urbana donde tanto las posibi-
ticalidad–: arrogancia, voluntad de poder […], lidades como los constreñimientos tienen, a un
la analogía espacial de la brutalidad masculina” mismo tiempo, lugar:
(2013: 195).
En el espacio urbano siempre ocu-
Sin embargo, cuando Lefebvre presenta
rre algo. El vacío, la nulidad de ac-
de un modo más explícito la forma urbana lo hace
ción, sólo pueden ser aparentes;
a través de un escenario no “claudicante”, o al
la neutralidad es un caso límite;
menos matizado respecto a las formas anterior-
el vacío (una plaza) atrae; éste es

— 64 —
Ion Martínez Lorea

su sentido y su fin. Virtualmente, (1972: 123). Sin embargo, esto no quiere decir
cualquier cosa puede ocurrir en que lo urbano sea indiferente a las diferencias,
cualquier parte. Aquí o allí, una puesto que precisamente es el escenario en que
multitud puede congregarse, los se reúnen y revelan: “En este sentido, la ciu-
objetos amontonarse, una fiesta dad construye, libera, aporta la esencia de las
desplegarse, un acontecimiento relaciones sociales: la existencia recíproca y la
ocurrir, terrible o agradable. El ca- manifestación de las diferencias procedentes
rácter fascinante del espacio urba- de los conflictos o que llevan a los conflictos”
no proviene de esta característica: (1972: 124).
la centralidad siempre posible. Al En todo caso, las más de las veces, la
mismo tiempo, si se puede hablar centralidad ha quedado reducida a un simula-
de esta manera, este espacio pue- cro de múltiples signos cambiantes y confu-
de vaciarse, excluir el contenido, y sas interpretaciones que poco tenían que ver
llegar a ser un lugar de rarezas, o con el punto de superación de un espacio que
de poderes en su estado puro. Está Lefebvre denomina sin ambages como “repre-
encerrado en estructuras fijas, es- sivo”. De ahí que recuerde, por ejemplo, cómo
calonadas, jerarquizadas, desde el la arquitectura posmoderna apuesta, desde la
edificio hasta el conjunto urbano autocomplacencia, por la ambigüedad o por
cercado por los límites visibles e la diversificación del espacio (supuestamente
invisibles de los decretos y de las inspirada en una sociedad liberal y pluralista)
decisiones administrativas. Es para trascender la (falsa) neutralidad y traspa-
perfectamente divisible en partes rencia (forma=función), creyendo dar lugar así a
y repartos, en objetos elementales un espacio como campo de tensiones y distor-
y en unidades. Si bien es fascinante siones. La pregunta sería pues si las modifica-
por la disponibilidad, lo es también ciones formales que plantea este tipo de diseño
por la arbitrariedad de las unida- arquitectónico-urbanístico permiten salir del
des prescritas (al lado de los islotes formalismo-funcionalismo como vía de cuestio-
y de los barrios se dan los “distri- namiento y ruptura efectiva frente a la impo-
tos”, los límites burocráticos de las sición de la dimensión abstracta del espacio. Si
circunscripciones electorales, etc.) bien podría entenderse que Lefebvre mantiene
(1972: 136). algún resquicio de esperanza cuando perfila su
respuesta a la pregunta planteada (“está por
La centralidad urbana constituye pues la esen-
ver” dirá), creemos que su afirmación es emi-
cia, o mejor, lo esencial del fenómeno urbano,
nentemente retórica, ya que el autor no hace
donde su forma es revelada desde una mirada
sino cuestionar el formalismo por su falta de
unificadora que da sentido al amontonamiento
profundidad. De un modo provocativo plantea:
de objetos y productos, a las multitudes caóti-
“¿Es realmente posible usar las superficies mu-
cas, a los elementos yuxtapuestos. Esa realidad
rales para describir con graffiti las contradic-
existe y no existe. Por ello, “lo urbano se con-
ciones sociales?” (2013: 196). Y de igual modo,
cibe, se percibe, se sueña de manera confusa”

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SOBRE LA FORMA URBANA. VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE

con ciertas dosis de nostalgia (y sin olvidar sus “forma social”, a los usuarios, a los habitantes:
propios modelos de referencia), se respondería: “¿No llega un momento en que el formalismo
“El hecho de pintar los inmuebles parece una termina por agotarse? Entonces, la reinyección
pobre compensación, frente a la ‘riqueza’ de de un contenido en la forma puede destruir ésta
las obras arquitectónicas clásicas” (2013:196). y abrir el camino a la innovación” (2013: 196).
Salvo el divertimento estéril del diseñador que Pasamos, de este modo, de a) un espacio
pretende confundir la forma y la función (un fri- que solo existiría a través de una forma espe-
gorífico-biblioteca), no hay nada transformador cífica, donde la aproximación y equiparación
en este replanteamiento de la forma. entre formas-funciones (y estructuras), se lleva
Por tanto, el escenario de una trans- al límite hasta, en apariencia, hacerse una sola,
formación de la centralidad planteada desde a b) incorporar una “realidad social” donde la
posibles cambios en el diseño, esto es, una distancia entre formas-funciones (y estructuras)
transformación en la propia forma (mental), aumenta también hasta el límite. Este doble
conduciría según Lefebvre a un callejón sin ejercicio aproximación-alejamiento conduce al
salida, al colapso del formalismo. Dicho en escenario paradójico, desvelado por Lefebvre al
otras palabras, nos llevará a la confección de dar cuenta de la complejidad del significado de
espacios insignificantes, por ser carentes de sig- la forma urbana, donde las relaciones (de impo-
nificado al constituirse en tanto que espacios sición) forma-función aparecen de un modo di-
neutros o vacíos o, bien al contrario, nos condu- simulado, oculto, aun cuando se anuncian y se
cirá a espacios suprasignificantes, por ser espa- proclaman de un modo manifiesto, puramen-
cios sobrecargados, saturados de información te legibles. Y como ejemplo ilustrativo de ello
(bienestar, felicidad, consumo, riqueza) o con apunta: “En esta sociedad, la burocracia se dice,
composiciones indescifrables, ilegibles, cuando se pretende, se proclama y quizá se cree ‘legible’
no contradictorias (libérate y sométete, cam- y transparente, cuando en realidad es la opa-
bia aquello que decidas y no cambies nada, la cidad, lo indescifrable, lo ilegible” (2013:199).
autoridad afirmando “desobedéceme”). En el En el fondo, Lefebvre estaría anuncian-
fondo, hablamos de espacios que acaban de- do el fracaso de la pretendida aprehensión del
jando una única opción interpretativa, la de la espacio a través de sus representaciones forma-
significación primera de las formas urbanas del les, a través de la catalogación, clasificación y
capitalismo: la rentabilidad del espacio como decodificación de un contenido, tal como in-
producto de y para el consumo y la arrogancia tenta hacer la ciencia tecnocrática –que trabaja
represiva del espacio de y para el poder. En de- “por encargo y sin someter al menor examen
finitiva, poner el foco sobre la forma (mental), crítico las normas y condiciones estipuladas”
nos llevaría en el mejor de los casos a desvelar (2017:130)– , que desea reducirlo a mero orden,
que dicha forma no es sino el signo de la función a simple cifra. De este modo, dicho contenido
impuesta. Pero nos impediría ir más allá. Por es reglamentado, ordenado, compartimentan-
ello, deberíamos girar la mirada sobre el conte- do, segregado y dispersado en sus usos y prác-
nido del espacio, –silencioso, cuasi inerte hasta ticas. A su vez, Lefebvre reclamaría la necesidad
el momento–, esto es, habría que atender a la de restituir el valor de este contenido, del uso

— 66 —
Ion Martínez Lorea

y de las prácticas espaciales como posibilidad treñimientos de un urbanismo empeñado en


desde las cuales generar dinámicas y escenarios mantener separados forma y contenido (hasta
alternativos a los presentes que posibiliten la hacer pasar, como se ha dicho, al segundo por el
impugnación a cada momento de las formas en primero), pero igualmente, permitirá el rescate
su sentido abstracto –convertidas en represen- de prácticas y experiencias de las vías muertas
tación sin contenido– por parte de los usuarios en que se convierten los intentos formalistas de
del espacio urbano. cambios urbanos sin más idea que desconcertar a
En último término, Lefebvre reivindica los usuarios y/o situarlos ante un nuevo escena-
el tránsito desde un espacio apriorístico, forma rio al que simplemente tendrán que adaptarse.
urbana sin lo urbano, vacío e inmutable (al menos Dicho esto, el autor plantea una premisa
mientras el diseñador así lo indique), que fun- fundamental para llegar a completar el recorri-
ciona como medio y mediación para (intentar) do de las formas mentales a las formas sociales:
someter a lo urbano (la vida urbana), hasta un del mismo modo que se ha empeñado en recor-
espacio relacional, producto material de las re- dar que la ciencia de lo urbano no debe quedarse
laciones sociales, forma urbana de lo urbano –de en la abstracción y que, por ende, no podemos
lo real y de lo posible–, localizada en el espacio entender la obra sin materia, igualmente no
concreto, que exigirá estudiar sus implicacio- podemos abordar las relaciones sociales “urba-
nes y consecuencias sobre el terreno (2017). nas” reduciéndolas a meros vínculos entre ac-
Podríamos decir que nos situamos ante lo que tores “suspendidos en el aire”, abstrayéndonos
Francisco Fernández Buey (2007) definió como del marco en que se producen. Es aquí donde
la búsqueda de una utopía de la imperfección, cobra relevancia un concepto, el de lo urbano
donde desde un inicio se reconocerían, por tan- (la vida urbana), que nos va a permitir, como ha
to, las contradicciones de la propia realización puesto de manifiesto Manuel Delgado (2007),
del espacio posible a fin de abordarlas crítica- trascender las limitaciones impuestas tradicio-
mente, como exigirá Lefebvre, de un modo per- nalmente y de un modo deliberado por el urba-
manente (1975b, 2017). nismo: el de concebir un escenario social como
una entidad vacía, yerma, es decir, el de pensar
(y actuar sobre) la forma urbana solo a través de
LA VIDA URBANA Y LA CIUDAD: LO la idea de la ciudad.
URBANO Y SUS LIMITACIONES Por tanto, nos situamos ante una funda-
En su objetivo por completar el recorrido que mental oposición de lo urbano frente a la ciudad,
lleva de la abstracción de los conceptos y las for- no como simple negación de la ciudad, lo cual
mas mentales a la concreción de las prácticas y sería un reduccionismo a la inversa, sino como
las formas sociales, Lefebvre (2017) nos sitúa ejercicio de interpelación y/o impugnación per-
ante la necesidad de atender a la realidad de los manente de lo establecido, de la materializa-
usuarios-ciudadanos como vía a partir de la cual ción (congelación y fijación, podríamos decir)
explorar las posibilidades de transformación urbanístico-arquitectónica de la vida urbana o,
de la vida urbana. Esto permitiría rescatar las al menos, como una posible interpelación y/o
prácticas y experiencias urbanas de los cons- impugnación a la cual acceder cuando la ciu-

— 67 —
SOBRE LA FORMA URBANA. VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE

dadanía así lo disponga, debiendo clarificar la normas y restricciones, momento


relación que las prácticas sociales deben esta- de lo lúdico y lo imprevisible [...]. Es
blecer con el entorno construido. Y es que ya preciso ir más allá, proponiendo la
avisa el propio Lefebvre: forma de una sociedad nueva, forta-
leciendo el germen de lo urbano, que
Esta distinción [lo urbano-la ciu-
se sitúa en las grietas del orden pla-
dad] resulta peligrosa y la deno-
nificado y programado (2017: 102).
minación propuesta no carece de
riesgo. Lo urbano, así designado, Lo urbano, en cuanto que lugar de
da la impresión de prescindir del deseo y de vinculación de tiempos,
suelo y de la forma material, de podría presentarse como signifi-
perfilarse según el modo de exis- cante, cuyos significados (es decir,
tencia especulativo de entidades, las “realidades” práctico-sensibles
espíritus y almas, sin atisbo de que permitirían realizarlo en el es-
vinculaciones e inscripciones, si- pacio, con una base morfológica y
tuándose en una especie de tras- material adecuada) buscamos en
cendencia imaginaria. Si se adopta este instante (2017: 104).
esta terminología, las relaciones
Estos dos fragmentos de El derecho a la ciudad
entre la ciudad y lo urbano deberán
(2017) nos ofrecen la perfecta ilustración de un
determinarse con el mayor cuida-
nuevo movimiento que exige Lefebvre para cap-
do, evitando la separación y la con-
tar la complejidad y posibilidades de la realidad
fusión, la metafísica y la reducción
urbana: el recorrido desde el cuestionamiento
a la inmediatez sensible (2017: 71).
de lo existente (social y urbanísticamente) a
En este sentido, reconociendo la necesidad de partir de las prácticas cambiantes y las ruptu-
asumir ese riesgo y tomar lo urbano y la ciudad ras de lo instituido, hasta su concreción en un
como partes imprescindibles de nuestro marco escenario de nuevas institucionalizaciones ur-
de análisis, siguiendo a Lefebvre, consideramos banas (sociales y urbanísticas). Es importante
necesario explorar las capacidades de lo urba- tener en cuesta esta doble cuestión, la de la di-
no –mermadas durante demasiado tiempo: al solución y, a la par, la de búsqueda de concreción
hablar de “lo urbano [...] atacado por todos los urbana, ya que en Lefebvre –por cierto, no como
frentes, corroído y roído [...] en estado de dis- una excepción– aparece de un modo problemá-
locación permanente, las restricciones son lo tico. Y es que la virtud lefebvriana de situarnos
único que se proyecta sobre el terreno” (2017: ante una necesaria superación de la indefini-
100)– como dimensión que da la oportunidad ción social, “suspendida en el aire”, no tiene
de recuperar, siquiera parcial y temporalmen- una explícita traducción en una forma concre-
te, el espacio urbano como “lo que siempre fue”, ta institucionalizada. De este modo, como han
una obra, una creación social: apuntado autores como Harvey (2003), Garnier
(2012) o Bettin (1982) y como hemos señalado
Lugar de deseo y desequilibrio per-
en otro momento (Martínez Lorea, 2013) el im-
manente, sede de la disolución de

— 68 —
Ion Martínez Lorea

prescindible cierre espacial (en clave social, ur- tura de los consensos y a prioris urbanísticos,
banística y, en definitiva, política) queda, nunca Lefebvre no termina de dibujar con igual pre-
mejor dicho, en suspenso. cisión las posibilidades de la necesaria re-ins-
titucionalización urbana. Queda en estado de
latencia, como apertura permanente, sin llegar
a exponer con claridad lo espacial instituido, la
plasmación en el territorio de una forma social
y de una autoridad concretas. La relación entre
lo que se ha hecho y lo que se está haciendo, entre la
materialización y la revisión permanente de lo
establecido no terminaría de resolverse.
Cabría pensar, en este sentido, que Le-
febvre no asume lo que con tanta lucidez pro-
pone en el ámbito de la vida cotidiana a través
15M. Puerta del Sol (Madrid). La vida urbana y la política
de su utopía experimental, es decir, la incesan-
REUTERS/ Paul Hanna http://www.publico.es/uploads/2016/05/
te crítica que acompaña a la exploración de lo
14/5737484b67951.jpg
posible, pero siempre desde una realidad y una
Recurriendo al par instituido-instituyen- problemática concreta, alejándose, precisamen-
te propuesto por Cornelius Castoriadis (2007), te, de las utopías abstractas. Por tanto, llega-
podemos afirmar que en la lógica de cierre y do el momento de “poner cara” a los límites y
apertura espacial e institucional, Lefebvre, restricciones, a contrapesos y mecanismos de
como otros autores que han seguido su senda gestión, regulación y control institucional de la
de un modo más literal (Soja, 1996; Massey, propia actividad del espacio urbano, Lefebvre
2005), acaba por mantenerse en el seductor y se decanta por mantenerse en la inconcreción
estimulante espacio de la apertura, de la expe- o plantear cierres que no permiten acometer
rimentación, de la ruptura de las imposiciones los problemas derivados de los cambios em-
formales, es decir, se mantiene en el escenario prendidos frente a las limitaciones y constre-
del “instituyéndose”. Ese “instituyéndose” nos ñimientos existentes. En buena medida, esta
sitúa pues en una de las, llamémosles, fases del falta de concreción se vincula con las propias
proceso instituyente en tanto que ejercicio de dudas que fue albergando Lefebvre respecto a
concreción espacial, de encarnación en formas quién debía ser el agente del cambio urbano. Un
de autoridad institucional específicas. Podemos agente que, evidentemente, en un inicio para
recurrir al propio Lefebvre para señalar que “la Lefebvre estaba encarnado por la clase obrera,
ciudad, a un tiempo obra y acto perpetuos, da pero que posteriormente, amplía su base (social
lugar a una especificidad [histórica]: las insti- y territorial), incorpora a otros actores (como
tuciones urbanas” (2017: 75). Sin embargo, asu- los movimientos sociales) y pierde concreción.
miendo el carácter histórico de este proceso de Probablemente ello tenga que ver también con
institucionalización, lo cual le ayuda a proponer su diagnóstico sobre las llamada heterotopías,
el necesario ejercicio de cuestionamiento y rup- presentadas inicialmente en El derecho a la ciu-

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SOBRE LA FORMA URBANA. VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE

dad (2017) y expuestas con mayor detalle en perpetua, junto con sus estructuras asociadas
La revolución urbana (1972). Las heterotopías de clase explotadora y poder estatal” (Harvey,
lefebvrianas, en tanto que lugares diferentes, 2013: 16).
serían esos espacios y prácticas de negación e No obstante, esto no debe hacernos
impugnación de lo existente. “La anomia de los perder el foco sobre el relevante planteamiento
sociólogos” la llamará Lefebvre. ¿Qué represen- de Lefebvre al contraponer la ciudad y lo urbano
ta la heterotopía? Precisamente un espacio so- donde nos remite a la permanente revisión de
cial abierto sin terminar de adquirir una forma lo existente a través de la confrontación, de la
concreta, un espacio de posibilidades, pero, en interpelación y al cuestionamiento, diríamos
tanto que parcial, en tanto que “reducto insu- volviendo a Castoriadis, de las estructuras dadas
rrecto” o mero momento alternativo (y perifé- por aquello que estructura:
rico), no terminaría de cuestionar ni amenazar
Es por un lado, unas estructuras
a las prácticas dominantes (de la centralidad).
dadas, unas instituciones unas
Sin embargo, como ha apuntado David Harvey
obras “materializadas”, sean mate-
(2013), Lefebvre era demasiado consciente de
riales o no; y, por otro lado, lo que
la realidad que analizaba como para tratar esta
estructura, instituye, materializa.
cuestión simplemente como una apuesta por
En una palabra, es la unión y la ten-
un ingenuo empeño revolucionario urbano,
sión de la sociedad instituyente y
cándido y voluntarioso y, por ello, consideraba
de la sociedad instituida (Castoria-
que “cualquier momento visionario alternativo
dis 2007: 172).
es pasajero; si no se afianza tras desbocarse, se
diluirá inevitablemente (como Lefebvre pudo Por tanto, el valor de este planteamiento está
constatar a su pesar en las calles de París en el ante todo en reconocer cómo una sociedad
68)” (Harvey, 2013: 16). cuando adopta una forma (urbana) concreta no
En cualquier caso, asumir las limitacio- lo hace de un modo definitivo, tal como habría
nes de ese “momento espacial” no supone que intentado hacer ver el urbanismo (autoprocla-
Lefebvre hubiera concretado el necesario afian- mado único capacitado para crear e introducir
zamiento posterior. De algún modo, el propio modificaciones en esa forma) sino que mantiene
Harvey acaba por reproducir la elusión sobre la abierta la puerta a la interrogación sobre quién
concreción espacial e institucional cambiando la y cómo se ha generado tal forma para, de este
dimensión del problema y llevándolo a otro es- modo, poder modificarla y/o adaptarla a los de-
cenario, a otra escala mucho mayor, fundamen- seos, a los anhelos de los habitantes y usuarios
tal por otra parte, que es la del cuestionamiento de la ciudad. Podríamos decir pues que una so-
de las prácticas y experiencias localizadas en ciedad se encuentra constantemente envuelta
un único punto, en una única ciudad (abocadas en un movimiento que Castoriadis define como
por eso mismo al fracaso en el largo plazo) y la “de auto-institución” (2000). La clave está pues
necesidad de situarse en el “momento revolu- en asumir la forma urbana, en tanto que morfo-
cionario”: “Hay que derrocar y remplazar la to- logía, en tanto que superficie, como obra huma-
talidad del sistema capitalista de acumulación na (Castoriadis, 2007) o como producto social

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Ion Martínez Lorea

(Lefebvre, 2013) y no como resultado de la ac- dríamos llamar ciudadanismo (Delgado, 2016;
ción de una entidad extra-social (Dios, la Natu- Martínez Lorea, 2015; Garnier, 2006). En pala-
raleza, la Razón, las tradiciones, las leyes de la bras de Lefebvre podríamos decir que este tipo
historia, el sistema, la mano invisible del mer- de prácticas “permite obtener al menor costo la
cado, la ciencia urbanística fragmentaria) y, por aquiescencia de personas interesadas e implica-
tanto, de carácter inmutable. He aquí el sentido das. Después de un simulacro que más o menos
de la utopía experimental, frente al empirismo impulsa la información y la actividad social,
puro y a la abstracción pura, ambos pensados aquellas vuelven a su tranquila pasividad, a su
y ejecutados desde posiciones (aparentemente) retiro” (2017: 123).
técnicas: ir más allá del marco y del escenario Estas prácticas ciudadanistas podrían
otorgado por los expertos para centrar la mi- situarse al mismo nivel de las anteriormente
rada en los usuarios y habitantes de la ciudad, cuestionadas prácticas de la arquitectura pos-
en los deseos, en la aspiración a nuevas formas moderna, que bajo la pretensión de romper y
a crear desde la realidad concreta y desde sus desenmascarar los límites de la forma urbana
prácticas presentes. acababan por no ir más allá de ellas quedando
En este sentido, no podemos perder de en un mero juego formal. El ciudadanismo ahon-
vista una cuestión crucial: y es que aquellos que da pues en ejercicios de participación ciudadana
intervienen en la producción del espacio no lo que en poco o nada cuestionan la forma urbana
hacen bajo las mismas condiciones y, por ende, en su dimensión mental y social, cuando no
el reconocimiento de una posible intervención contribuye directamente a legitimar su actual
(apropiación, toma de decisiones, modifica- realidad. Incluso en casos ni siquiera se necesita
ciones específicas) de actores diversos sobre de la presencia de los ciudadanos y esta lógica
el espacio construido no supone iguales posi- ciudadanista-participativa se genera, gestiona
bilidades para intervenir, ni tampoco para dar y refuerza directamente desde una dimensión
forma en el tiempo a los procesos urbanos. Es técnico-política: “¿Cuántas veces está presente
decir, las concreciones de la forma urbana y su el usuario [...]? Muy pocas. [...] Se le evoca, se
“éxito”, entendido en clave de prolongación en le invoca, pero casi nunca se le convoca” (1972:
el tiempo de dicha forma, tiene que ver con la 193). De hecho, en no pocas ocasiones su no
capacidad de los actores dominante para impo- convocatoria se justifica bajo un mismo argu-
ner un determinado diseño morfológico frente mento, profundamente despótico y elitista: los
a otros posibles. Pero, igualmente tiene que ver ciudadanos, los usuarios, los hacedores de la
con la capacidad para imponer unas prácticas obra urbana son vistos, son concebidos y son
que avalen y refuercen ese diseño concreto, y obligados a percibirse como cuasi usurpado-
llegado el caso del cuestionamiento del mismo res, como deterioradores del espacio que se les
desde determinadas prácticas, tiene que ver con concede, que se les ofrece (como súbditos antes
la capacidad para dar cauce a dichos cuestiona- que como ciudadanos): “¿Cómo se ve al usuario?
mientos en forma de meros simulacros partici- Como a un personaje bastante repugnante que
pativos. Una ideología de la participación, tal mancha lo que se le vende nuevo […], que dete-
como la calificaba Lefebvre (2017), que hoy po- riora, que estropea” (1972: 193). Poniendo de

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SOBRE LA FORMA URBANA. VIDA URBANA Y CIUDAD EN HENRI LEFEBVRE

manifiesto el quehacer de esta ideología de la entre la forma (continente) y el contenido urba-


participación, que hoy llamamos ciudadanismo, no. Este contenido, la vida social de la ciudad,
que alberga de un modo paternalista a la figura estaría obligado pues, a simplemente amoldarse
del ciudadano a la par que la desprecia y la des- a la forma prefijada. De hecho, no habría otra
autoriza, Lefebvre nos recuerda cómo en el fon- alternativa, fuera de los límites marcados no
do, tras ello, volvemos a encontrarnos con una habría nada más. De este modo, la forma urbana
ideología urbanística que legitima la definición reducida a superficie ejerce una función crucial
y ejecución de la forma urbana haciéndola pasar para los grupos dominantes que exigen de quie-
por neutral y transparente. nes habitan y usan la ciudad que se sitúen a la
altura de la calidad del receptáculo que se las ha
entregado, en el que están viviendo, a riesgo de
A MODO DE CIERRE (Y RE-APERTURA) ser expulsados del espacio urbano.
A través de su conceptualización de la forma Derivado de esto nos encontramos, de
urbana, Henri Lefebvre no sitúa antes diversas otro lado, la segunda gran cuestión planteada a
problemáticas que interpelan directamente a la partir de la conceptualización de la forma urba-
realidad urbana contemporánea. De un lado, el na, a saber, el ejercicio de desenmascaramiento
carácter doble de la experiencia de la forma ur- de lo que hemos definido como forma urbana
bana entendida desde una dimensión mental y sin lo urbano. Y es que lo urbano, o la vida urba-
otra social que nos sirve para captar la tensión na como también la define Lefebvre, no es ni
entre el espacio abstracto (diseñado, proyec- mucho menos reducible a mera sustancia con-
tado y ejecutado por los grupos dominantes) y tenida en un recipiente (la ciudad) que acaba-
el espacio concreto (practicado, ejercido de los ría haciéndose uno con éste. Lo urbano, si fuera
más diversos modos por los usuarios y habitan- una sustancia, desbordaría a ese recibiente. El
tes de la ciudad). La valiosa interpretación que mismo, inevitablemente iría deteriorándose y
nos aporta Lefebvre respecto a esta tensión de agrietándose por una prácticas que no se de-
los elementos de la forma urbana, muestra cómo tienen allá donde las normas urbanísticas y de
en la confección de la propia idea de forma ur- urbanidad (el civismo) lo marcan. Imposible in-
bana se ha tendido a transitar del lo concreto movilidad lo urbano, dirá Lefebvre. Reiteramos
hacia lo abstracto sin volver posteriormente a que esta cuestión sigue siendo crucial en la vida
lo concreto, de modo que la forma urbana acaba urbana contemporánea donde se termina por
por remitirnos a una descripción que se impone naturalizar esta mímesis entre la ciudad y lo ur-
sobre la experiencia del espacio urbano y que, bano, entre forma en tanto que superficie y vida
de hecho, se hace pasar por la realidad urbana. social reducida a función. Sin embargo, una vez
Esto va a provocar que todo cuanto acontezca descubierto el engaño ¿en qué modo se avan-
en la ciudad deba ajustarse a la idea, a la noción za desde esta contradicción, desde ese choque
abstracta de la ciudad. ¿Cómo sucederá esto? entre la vida urbana y la superficie urbanística-
A través de la ejecución por parte de la ciencia arquitectónica? En primer lugar, reconociendo
urbanística de una forma urbana reducida a sim- el espacio como producto social y por tanto
ple superficie, marcando una profunda división como escenario susceptible de variación y/o

— 72 —
Ion Martínez Lorea

transformación desde los deseos y anhelos de la planteamiento respecto a la concreción espacial


ciudadanía. En segundo lugar, asumiendo que (¿cómo la ciudadanía hace ciudad, cómo hace
los usuarios y habitantes, en definitiva, los ciu- política urbana, cómo se hace forma urbanísti-
dadanos, pueden y deben dar una forma (social ca e institucional y cómo es capaz de renovarla,
y mental) concreta a la vida urbana sin perder de cuestionarla y replantearla?) tanto como lo hizo
vista la incesante crítica que permita cuestionar en otros aspectos. En este sentido, el aprendiza-
lo hecho desde lo haciéndose, es decir, que permi- je que nos deja el análisis de esta problemática
ta impugnar lo real y proyectar lo imaginario- derivada de la discusión sobre la forma urbana es
posible también desde lo real. Lejos por tanto que la misma no puede abordarse únicamente
de la imposición de lo abstracto sobre lo real. desde la dimensión aislada de una experiencia
Dejó pendiente Lefebvre abordar la urbana o de un espacio insurrecto (como puso
cuestión del cierre espacial de un modo más am- de manifiesto), pero tampoco puede abordarse
bicioso y en clave emancipatoria, esto es, abor- eludiendo la dimensión localizada de las prácti-
dando la forma urbana en toda su complejidad. cas urbanas para ascender (abstrayéndonos) al
Y es que Lefebvre, tanto por las dudas –plantea- fundamental terreno del análisis y cuestiona-
das más arriba– que pudieran haberle asaltado miento del modelo político y económico en que
en diferentes momentos, como probablemente se inscribe dicha realidad urbana. La conexión
por el reparo que generaron los propios ejerci- entre ambas esferas resulta inevitable y hace
cios de cierre espacial constatados por él y que pertinente la proclama lefebvriana que David
derivaron inevitablemente en prácticas institu- Harvey hacía suya: “Quizá después de todo, Le-
cionales autoritarias, incluso en el caso de algu- febvre tenía razón, hace más de medio siglo, al
nos experimentos urbanísticos que él tuvo en insistir en que la revolución de nuestra época
consideración (1975b), no terminó de afinar su tiene que ser urbana o no será” (2013: 49).

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VACUO ABHORRĒRE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO
OCUPADO

BEATRIZ V. TOSCANO

Los Massai empezaron a ulular en la entrada del poblado llamando a los


demás por lo que aquellos puntitos rojos que casi no se divisaban por su
lejanía a la escasa luz del atardecer empezaron a hacerse cada vez más
grandes y cercanos a gran velocidad pues corrían hacia nosotros como solo
corre un Massai

(Pedro Vargas. Animales grandes con piel fina. 1996)

INTRODUCCIÓN A UNA IDEOLOGÍA sinónimo de un elevado grado de conocimien-


DE LO LLENO to que la desposesión del yo en sus incógnitas
Natura [a] vacuo abhorret reza una antigua tesis permite, la biografía de Occidente parece tenaz-
sobre la acción retráctil de lo que existe hacia mente ligada a lo lleno, a una insistencia por
aquello que por excelencia repele; el vacío, la desterrar lo vacante, por cerrar intervalos y por
nada, lo que no es y lo que no está. La turbación codificar el espacio. El pensamiento, animado
ante el vacío en la Φυσις o Naturaleza adelanta por lo ignoto y como estructura dirigida a co-
otro horror aún más profundo, en el que de for- lonizarlo, acaba secretamente naturalizándose
ma instrumental, materia, espacio y Metafísica en formas de vida: Destinado a uniformizar lo
concurren; un miedo a oquedades que se resisten discontinuo, al racionalizar el espacio, también
a ser ocupadas por el saber. Encierra por tanto lo produce. La organización del espacio es en su
este horror al vacío, esta repelencia de la ma- homogeneidad producto de un análisis; nivela-
teria hacia su alter ego, no solo un rechazo a do y orientado por el gesto consistente en darle un
lo incógnito, a la impenetrabilidad que la Nada centro, en referirlo a un punto de presencia, a un
presenta al conocimiento. También un malestar origen fijo1. Es esta la planicie en la que lo lleno
abstracto ante la posibilidad de fisuras surgi- y lo equilibrado, lo homogéneo y determinable
das de una inimaginable des-coincidencia entre por fin coinciden y que, al menos en apariencia,
Dios y lo creado, y donde toda posibilidad de
axiomas queda anulada. A diferencia de la Filo- 1 En Derrida, Jacques. „La estructura, el signo y el juego
sofía oriental, para la cual el vacío o MU (無) es en el discurso de las Ciencias Humanas“, La escritura y la
diferencia. Anthropos: Barcelona, 1989.

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

cree imponerse a la amenaza desestabilizado- presenta como la imagen coagulada y presen-


ra del vacío y lo carente de sentido. No es de cial de un devenir histórico. Como instrumento
extrañar entonces que, tanto Henri Lefebvre, para descifrar e interpretar tal devenir, el espa-
en sus meditaciones acerca de la producción y cio es en Foucault una Episteme, una Weltans-
distribución del espacio, como Jacques Derrida chauung, un punto de vista o estructura desde
en las suyas, a cuenta de la producción y dis- el cual organizar la experiencia del presente, en
tribución del sentido, sitúen en el vacío, en lo definitiva; una ideología.
no-homogéneo, en definitiva; en la diferencia, (…) Almacenamiento, circulación, iden-
el punto de partida de una radical des-funda- tificación, clasificación… son estas funciones
mentación, tanto del saber como de su posible relacionales del espacio que la jerarquía de em-
declinación espacial. Baste para ello acercarse plazamientos y valores del saber perpetúa4 . De
a obras como Manifiesto diferencialista, en Lefe- nuevo planteado por Foucault en obras como El
bvre (Lefebvre habla ahí del espacio diferencial pensamiento del afuera, La arqueología del saber y
en su capacidad de resistencia a la estandari- finalmente De los espacios otros (de dónde pro-
zación capitalista), o a Derrida, en La escritura ceden los fragmentos aquí citados) el papel nor-
y la diferencia y en Parergon, donde las elipsis malizador del saber o Episteme, lo que aquí se
entre corchetes señalan los espacios vacíos del viene llamando Metafísica, deviene del carácter
texto; donde propiamente, el vacío del texto eminentemente espacial de esta Metafísica, que
emana del texto mismo2. A la producción del como ideología primera, determina y sanciona
λόγος tanto como a la producción del espacio el conocer y el habitar. Recordemos que para
subyace un impulso común de dominación y de Kant, a cuyos postulados Foucault a menudo
poder, una voluntad por eliminar el vacío y por críticamente refiere, la verdad epistemológica
neutralizar lo discordante, perpetuándose así descansa sobre un apriorismo categorial que
la Metafísica del sentido o Logocentrismo, como debe situar al espacio y al tiempo como inte-
una Ideología espacial de lo lleno. rior y anterior a toda experiencia fenoménica:
Es Michel Foucault ciertamente quien el espacio en Kant es previo a la experiencia, a la
ve simetrías entre lo espacial y lo metafísico, cual nos acercamos como desde un sistema de
asociando la invención del espacio al desarrollo precondicionamientos5.
de esa otra estructura de sancionar el sinsen-
tido 3 . En su conferencia De los espacios otros, 4 El texto de Foucault dice: De una manera todavía más
nos dice Foucault que la nuestra es la época del concreta, el problema del sitio o del emplazamiento se plantea
espacio, de lo relacional, de lo próximo y lo lejano, para los hombres en términos de demografía; y este último
problema del emplazamiento humano no plantea simplemente
dónde éste, más que como una dimensión, se si habrá lugar suficiente para el hombre en el mundo –problema
que es después de todo bastante importante–, sino también
2 Véanse respectivamente: Lefebvre, Henri. Le manifeste el problema de qué relaciones de proximidad, qué tipo
différentialiste. Gallimard: Paris, 1970; Derrida, Jacques. de almacenamiento, de circulación, de identificación, de
“Parergon”. La verdad en pintura. Paidós: Barcelona, México, clasificación de elementos humanos deben ser tenidos en cuenta
Buenos Aires, 2001. en tal o cual situación para llegar a tal o cual fin. Estamos en
una época en que el espacio se nos da bajo la forma de relaciones
3 Foucault, Michel. „De los espacios otros“. El cuerpo utópi- de emplazamientos.
co. Las heterotopías. Nueva Visión Argentina: Buenos Aires,
2010. 5 Contrástese esta posición de Foucault en una entrevis-

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Beatriz V. Toscano

El acierto de Foucault frente a otras una cultura están a la vez representados e inver-
corrientes hermenéuticas más conservadoras, tidos, especies de lugares que están fuera de todos los
reside en haber comprendido que, no es que el lugares, y que reproducen aquel punto imposible
espacio sea legible temporalmente, es decir, que en el que lo real colapsa en lo utópico. Son estos
su interpretación esté a merced de contingencias los lugares-otros, los contra-emplazamientos o
históricas, coyunturas u opiniones. Si Foucault heterotopías; realidades de una topografía dis-
organiza el espacio en estratos, y tal es una de las torsionada de cuya indeterminación se alimenta
líneas argumentales de Arqueología del saber, es la inquebrantable lógica de ese vasto paisaje que
porque, a diferencia tanto de la Metafísica kan- constituye nuestra continuidad cultural.
tiana, como del concepto de devenir histórico en En relación a su carácter de contra-
Heidegger, el tiempo, es decir la Historia como emplazamiento, la heterotopía no es lo opues-
aparato ideológico -interpretativo es interior al to, lo contrario del espacio. No es lo dialéctico
espacio. Para Foucault, el devenir histórico es sino lo paradoxal, lo propio de la heterotopía.
interior al espacio como distribución. Para Hei- En un intento por explicarla, podríamos ase-
degger por el contrario, el espacio como cobijo mejar la heterotopía al fenómeno de la ana-
ante la nada es interior a la realización histórica morfosis en pintura: a aquella configuración
del ser, es interior al tiempo. Atravesado por la visual presente en algunos cuadros, que exte-
línea de lo temporal y contingente y según Fou- rior a su lógica compositiva y formal, permite
cault, el espacio está en su constitución a merced la reconstrucción de su sentido más interno y
de las fuerzas de lo ideológico. Es a la luz de este profundo. El ojo ya habituado o que haya reco-
singular planteamiento que deben leerse los ar- rrido la superficie del cuadro a la búsqueda de
gumentos que siguen. una clave integradora del trasunto, se hallará
Si el espacio es una construcción ideo- repentinamente incapacitado para leer formal-
lógica, lo es precisamente por sus aspiraciones mente ese otro aspecto marginal, de apariencia
metafísicas, es decir, por su pretensión de saber anecdótica y deformada que es la anamorfosis.
primero; y como si de un engarce perfecto se Podríamos decir que, la heterotopía como ana-
tratara, metafísica y espacio quedan articula- morfosis le es al cuadro tanto lo más interior y
dos en una Fenomenología del adentro. En un fidedigno por cuanto que le es de suyo lo más
interior sin fisuras. exterior, deformado, inquietante y foráneo.
Por ello, el texto de Foucault invita a (Ver figura1). La anamorfosis desvela en fin
percibir lo discordante –las fisuras; aquellos lu- hasta qué punto la coherencia y lógica interna
gares donde todos los emplazamientos reales de de la Totalidad depende de la parte en la cual se
refleja, como su deformación más radical y ex-
terior. Hasta qué punto la claridad o lógica de la
ta realizada por François Ewald en 1984, publicada con el
título “The Concern for Truth” en la colecciónn Live: Collec- imagen está sustentada por un eidos (del griego
ted Interviews, 1961-1984, ed. Sylvère Lotringer. New York: εἶδος o explicación) que como su explicación, le
Semiotext(e), 1996. Así mismo, el razonamiento sobre la
es exterior o eido-lógico.
naturaleza apriorística y categorial del espacio y del tiempo
que a Kant se atribuye procede de su Crítica a la razón pura, Llevado este razonamiento al ámbito
en la primera parte de la Estética transcendental, “Sobre el del paradigma urbano, al que como en breve se
espacio y el tiempo”.

— 77 —
VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

FIG 1 – Anamorfosis. Detalle. Los Embajadores. Hans Holbein el Joven, 1533. Galería Nacional de Londres

argumentará, subyace una ideología compositi- habitar propiamente, tienen lugar sin seguir
va de lo lleno, el espacio vacío, lo yermo e inútil, más ley que la de su concurrir espontáneo. A
constituye hoy la heterotopía por excelencia. nivel de sus implicaciones micropolíticas, esto
Espacios baldíos u obsoletos, solares, eriazos, es, en lo que respecta al conjunto de realidades
lugares deshabitados u abandonados, intersti- (simbólicas, materiales, económicas etc ) que
ciales al macizo tectónico de la urbe, depósitos estas fuerzas o corrientes internas del espacio
de su acumulación entrópica y desordenada En humano “lo vacío y lo lleno” producen y gestio-
su capacidad crítica y des-fundamentadora, el nan, cabe aquí preguntarse: ¿cuáles son o han
vacío urbano es ese ángulo ciego, ese Otro del sido las dinámicas constitutivas entre lo lleno
espacio programático y civilizado que desde el y lo vacío, entre las Epistemes y sus heteroto-
fondo del espejo nos devuelve su mirada cónca- pías?, ¿qué papel ha jugado el vacío en ellas, cuál
va. El espacio vacío es la anamorfosis a través la imagen deformada que al lleno le devuelve?
de la cual el espacio habitado se reconoce como Lejos de tratarse de meras metáforas
fragmentario, ideológico e irracional. Y es que, o conceptos, lo lleno y lo vacío son fuerzas re-
en un modelo de urbanidad omnímoda (por lacionales internas al espacio, a través de cuya
cierto, también gracias o quizá muy a pesar de fluctuación este se realiza, se materializa pro-
las tesis de Lefebvre) en el cual el existir debe piamente, permitiendo o sancionando formas
adaptarse al flujo ininterrumpido de una pro- de vida urbana. En parte semejante a un Ritor-
ductividad siempre en movimiento, el baldío, el nello; lo vacío y lo lleno se articulan como un
eriazo, el solar son los espacios improductivos paradigma, como una morada o agenciamiento
donde la sedimentación humana, las formas de territorial inseparable a la distribución del espacio,

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Beatriz V. Toscano

constituyendo algo así como la apertura de una un imaginario que explique su surgimiento y
madriguera y desde la cual se quiere entender desarrollo8 . En Terrain vagues: Ästhetik und Poe-
lo que sucede6 . tik urbaner Zwischenräume in der französischen
En lo que respecta a una investigación Moderne Jacqueline Broich y Daniel Ritter rea-
en las claves de la era actual, en la cual la mer- lizan una compilación exhaustiva de estos ex-
cancía parece haberse impuesto como forma ponentes estéticos. Casi como un denominador
estructural-ontológica, la nuestra no es solo la común a la reflexión urbana de modernidad,
episteme del espacio, sino de un espacio que es en autores como Balzac, Nerval, Breton, Man
tanto más complejo como numerosas son las co- Ray, Queneau, Carné e.o. el vacío urbano es ese
rrientes que lo atraviesan7. Ahora mistificado y otro del espacio habitado y funcionalizado en el
apropiable, con la urbe transformada en mer- que lo poético, lo imaginario, lo fragmentario
cancía, al espacio habitado le son transferidas y lo indeterminado concurren. Vestigio de una
potestades ideológicas de segregación, despose- herida histórica y de una civilización errada;
sión y exclusión. de un Funcionalismo fallido y de sus trágicas
Cabría quizá hablar aquí de intra-epis- consecuencias bélicas. De manera casi crono-
temes o momentos de éstas que conectan y se topográfica, el destino emancipador del vacío
explican por estados materiales del espacio. Si se encuentra irremediablemente ligado a la
cupiera afirmar que asistimos a una era del es- Modernidad. Las sensaciones de alienación y
pacio como saturación, a la intra-episteme del de liberación creativa y lúdica que éste simultá-
espacio como lo lleno y de lo lleno como domina- neamente evoca, lo convierten en reducto terri-
ción, ¿Cómo entonces reivindicar sobre lo lleno torial donde aquella promesa de emancipación
el potencial des-fundamentador del espacio que la Modernidad sostenía se vuelve aún rea-
vacío, qué formas de habitabilidad preconiza o lizable. Imaginemos aquí escenas de encuentros
desaparecen con su extinción? fortuitos en los descampados, la desolación de
las afueras, lo que queda tras los bombardeos
*** de las dos Guerras Mundiales: reductos para la
experiencia de lo desplazado y lo deslocaliza-
Ya la literatura, las artes plásticas, el cine, la do, pero también potenciales espacios para un
fotografía etc., han intuido y reflejado el carác- apropiamiento creativo y liberador9.
ter singular que el espacio vacío adquiere en el
tejido de la urbe moderna; en la fabricación de 8 El 20 de Septiembre del 2017 Eva Morales Soler defendió
una tesis doctoral con el título de El vacío urbano como
oportunidad. Procesos colectivos para la activación y puesta en
6 Deleuze&Guattari. “Del ritornello”. Mil mesetas. Pre- uso de espacios habitacionales vacíos. Las tesis de Morales no
Textos: Valencia, 1994. han sido aún formalmente publicadas, pero se sugiere su
lectura para un entendimiento más amplio de los procesos
7 La idea de la realidad definida a través del prisma de la
que aquí se refieren.
“mercancía”, no solo de forma ontológica, definiéndola,
dándole un sentido, sino también y principalmente como 9 Véase Jacqueline Maria Broich / Daniel Ritter Die Stadt-
construcción o estructura organizadora procede de Nancy brache als »terrain vague« Geschichte und Theorie eines unbes-
Fraser. Véase su “A TRIPLE MOVEMENT? Parsing the Po- timmten Zwischenraums in Literatur, Kino und Architektur.
litics of Crisis after Polanyi”, en New Left Review, no 81. Transcript, 2017. Broich y Ritter listan un amplio elenco de
Mayo-Junio, 2013. autores teóricos, artistas y literatos en torno a la temática

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

La actividad arquitectónica y urbanísti- estos tropos del mito existencial-urbano de


ca de posguerra transfiere al espacio vacío esta posguerra (alienación, vacío, claro en el bosque,
cualidad conceptual de representar la pérdida y cobijo), y no muy lejos del desarrollismo urbano
la agresión, actuando como catalizador emo- o acumulación de poder espacial que desenca-
cional de los procesos histórico-identitarios denaría, habremos ya reconocido los rasgos de
que aquí se describen. Según Peter Watts, la re- una historiografía de corte heideggeriana. Se-
cuperación urbanística de Londres tras el Blitz gún ésta angustiarse abre original y directamen-
fue impulsada por un énfasis mediático puesto te el mundo como mundo y en la que solo ante la
en el coste humano de la destrucción bélica, én- nada y la muerte, alcanza el ser-ahí comprender
fasis sin el cual, muchas de las decisiones que la transcendencia de su destino colectivo, que es
se tomaron en el seno del subsiguiente desarro- lo que constituye lo pleno y propio [de su] gestarse
llismo urbano, no hubieran sido condonables. histórico12.
Quedando ya para siempre ligadas, destrucción Incendiarias palabras…
y construcción: se trataba de movilizar concien- Para Heidegger esa búsqueda de cobijo
cias, de apelar a las emociones, para hacer que o retorno al hogar (a lo patrio o Heimat) como
una actividad constructiva de la cual se benefi- lo propio de la existencia humana y su devenir
ciarían unos pocos, apareciera como un hecho histórico, tiene su origen en la experiencia del
emancipador de la que participarían todos10. Son vacío y la Nada; en el desamparo propiamente
estos los términos de una narrativa histórica de dicho y en un anhelo realizable o no por re-pa-
la urbe marcada por una tensión entre el impul- triarse o re-enraizarse13. El espacio vacío como
so voraz del funcionalismo productivista y sus
drásticas fracturas, por la convivencia con lo nismus. Zu den Metaphern der späten Seinsphilosophie”, para
la publicación de Dieter Thomä, con título Heidegger Han-
fragmentario y alienante de sus arquitecturas, dbuch. Metzler Verlag: Stuttgart 2003; Construir, habitar,
y donde el espacio vacío, en esa su indefinición pensar. Publicada en Castellano por Oficina de Arte y Edi-
e improductividad, en ese su ser yermo y deso- ciones, 2015; El ser y el tiempo, en la versión de José Gaos
para el Fondo de Cultura Económica de 1998, concretamen-
lado se corresponde con el Lichtung (o claro en te en las secciones I. VI y II. V, respectivamente tituladas
el bosque); aquel lugar en donde la verdad en “La cura, ser del ser-ahí” y “Temporalidad e historicidad”.
forma de emancipación se revela 11. Pero, tras 12 Fragmento cit. “La cura, ser del „ser-ahi”, en (Gaos:
1998, pág.. 207)
del terrain vague, entre los cuales, con vistas a los propósitos 13 De la versión alemana de Construir, habitar, pensar, como
argumentativos de este artículo, de entender la vertiente Bauen Wohnen Denken (Klett-Cotta, 2017). Citando a Heide-
mediática del terrain vague, destacaríamos la obra de Ignasi gger: Wir versuchen, dem Wesen des Wohnens nachzudenken.
Solà-Morales Rubio. En esta línea se cita también la apor- Der nächste Schritt auf diesem Wege wäre die Frage: wie steht
tación de Gil Dorón “The Dead Zone and the Architecture es mit dem Wohnen in unserer bedenklichen Zeit? Man spricht
of Transgression” publicada por Debates, Vol. 4. No 2, 2000. allenthalben und mit Grund von der Wohnungsnot. Man redet
pág.. 247-263. nicht nur, man legt Hand an. Man versucht, die Not durch Bes-
10 Watts, Peter. “Blitzed, rebuilt and built again: what chaffung von Wohnungen, durch die Förderung des Wohnungs-
became of London’s bomb sites?”. The Guardian, 2 Sep- baues, durch Planung des ganzen Bauwesens zu beheben. So
tiembre, 2015. hart und bitter, so hemmend und bedrohlich der Mangel an Wo-
hnungen bleibt, die eigentliche Not des Wohnens besteht nicht
11 Las obras de Heidegger en las cuales se puede seguir este erst im Fehlen von Wohnungen. Die eigentliche Wohnungsnot
razonamiento son: La carta sobre el Humanismo, comentada ist auch älter als die Weltkriege und die Zerstörungen, älter auch
aquí según el ensayo de Dirk Mende, “Brief über den Huma- denn das Ansteigen der Bevölkerungszahl auf der Erde und die

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Beatriz V. Toscano

destrucción debe actuar como desencadenante las tesis de Sloterdijk como aguda continuación
de un empeño común y liberador de construir y del Ser en el tiempo como el Ser en el espacio es
de encontrar morada. El retornar al hogar, al pasmosa, especialmente si se atiende a la época
hábitat es, al menos como intento, lo propio del en la que estas se emiten: finales de los Noven-
ser-ahí que, como Caín ha sido arrojado, botado ta. Coicidiendo con el fin de la Guerra Fría, La
al mundo, de manera que, su historicidad, su Perestroika, la Reunificación Alemana, la Con-
curso, procede de este encuentro aterrador y solidación de la Unión Europea, etc.
alienante14 . Pero paradójicamente, será esta una dé-
También Sloterdijk propone la bús- cada en la que el cumplimiento de la profecía mo-
queda de cobijo, en el útero, en la esfera don- derna debe convivir con la proclamación del Fin
de el Ser se guarece de un vacío que a la Nada de la Historia. Los resultados de esta difícil pero
le recuerda, como aquel proceso por el cual el estimulante torsión histórica no dejan de ser
espacio deviene al fin como algo interior a la ventajosos cara a la mercantilización del espacio.
Historia15. La narrativa elíptica moderna se re- Porque a partir del fin de todos los rela-
produce en lo presencial del espacio vacío, en sus tos, en su cumplimiento, la profecía de eman-
cesuras y ausencias donde el ser busca lo inte- cipación se presentará, no ya como realización
rior, lo insulado y lo sellado. Es por ello que Slo- climática, sino como recordatorio, como copia,
terdijk calificará la Modernidad como esa época reproducible ad infinitum. A partir del Fin de la
que se autodisuelve y que se niega a toda continui- Historia, el gesto creador de la destrucción se
dad16 . En este orden de ideas, la pertinencia de perpetuará solo a través de sus reproducciones;
es decir, a través de sus imágenes, como cultura,
Lage des Industrie-Arbeiters. Die eigentliche Not des Wohnens mercado, imaginario o propaganda. Llegado el
beruht darin, daß die Sterblichen das Wesen des Wohnens im- Fin de la Historia el terreno urbano vacío con-
mer erst wieder suchen, daß sie das Wohnen erst lernen müssen.
Wie, wenn die Heimatlosigkeit des Menschen darin bestünde,
tinúa siendo interpelado, casi podría decirse
daß der Mensch die eigentliche Wohnungsnot noch gar nicht als que explotado, en su capacidad evocadora de un
die Not bedenkt? Sobald der Mensch jedoch die Heimatlosigkeit proyecto histórico que parece como disuelto en
be-denkt, ist sie bereits kein Elend mehr. Sie ist, recht bedacht
und gut behalten, der einzige Zuspruch, der die Sterblichen in su propia apoteosis. Abocado a hacerse siempre
das Wohnen ruft. presente, su actualización tendrá lugar no ya en
14 El término usado por Heidegger en El ser y el tiempo para la experiencia directa del vacío, sino a través de
describir este proceso es Geworfenheit. sus imágenes; como reflejo y como reproducción
15 Publicada como Sphären I - Blasen, Mikrosphärologie. Su- fotográfica. En esta línea, la posición teórica del
hrkamp: Frankfurt am Main, 1998. Para una lectura de Slo- arquitecto Ignasi de Solà-Morales i Rubió en su
terdijk como continuador de las tesis heideggerianas, véase:
“Being-With as making worlds: the ‘second coming’ of Peter ensayo Terrain vague se torna especialmente re-
Sloterdijk”, artículo de Stuart Elden y Eduardo Mendieta levante17. Solà-Morales, quien en su labor como
para Society and Space, Vol. 27, Special Issue: The Worlds of
Peter Sloterdijk (editores Nigel Thrift, Stuart Elden, Eduar-
do Mendieta) P pág.. 1-11. 2014. de Peter Sloterdijk: Die Selbstauflösung der Moderne, die alle
Kontinuitäten verweigert.
16 Según el artículo “Söhne ohne Väter” de Thomas E. Sch-
midt publicado por el diario Die Zeit, 18 Junio 2014, y en el 17 “Terrain Vague” de Ignasi Solà-Morales ha sido publi-
que Peter Sloterdijk comenta su obra Die schrecklichen Kin- cado en varias compilaciones. En este caso véase: “Terrain
der der Neuzeit (Berlin, 2014). Opus. Cit. Según las palabras Vague”, en Manuela Mariani y Patrick Barron, Interstices at

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

restaurador, ejerce la arquitectura como queha- el vacío, la imprecisión, la diferencia. El espacio


cer reproductivo, también nos acerca al espacio urbano se convierte en terrain vague a través de la
vacío a través de sus imágenes, con la ayuda de violencia de la guerra. La contradicción de la guerra
la reproducción fotográfica 18 . En Terrain vague trae a la superficie lo extraño, lo indiscernible y lo
Solà-Morales no habla del espacio urbano vacío inhabitable.
en sí, sino de este como mirada. Su significación Y esta discontinuidad de la que es si-
en el tejido de la urbe deviene de su adecuación nónimo el espacio vacío hallará por fin su más
a un lenguaje mediático, de su fotogenia, si se concreta y contundente determinación geoes-
quiere. Es su magnetismo estético para el cine tratégica: el yermo berlinés como terrain vague
y la fotografía de postguerra lo que importa a de una Historia fracturada, en esa otra falla que
Solà-Morales. Como no podía ser de otra ma- divide a la ciudad como escenario de una mito-
nera, el texto está ampliamente ilustrado por logía de aspiraciones paneuropeas. Nos encon-
unas imágenes urbanas del Berlín tras la caída tramos aquí ante una singular caracterización;
del muro: el Lichtung de la era Kohl y en el que la metrópolis alemana como observatorio de las
la emancipación moderna se adaptará sin pro- heridas de Europa en su cruzada histórica. En
testar al encuadre de un cliché fotográfico. el corredor entre los dos muros, en los yermos,
El terrain vague, dice Solà-Morales, es al en esos espacios vacantes donde concurrirá el
mismo tiempo la expresión física de nuestros temo- hombre nuevo, renovado, el habitante de una
res e inseguridades (…) tanto como de nuestras nueva Europa Unida Y al fondo de muchas de
expectativas ante lo otro, lo futuro y lo utópico. El las imágenes que adornan el texto, particu-
encuentro con el terrain vague evoca la paradoja larmente en aquellas que ilustran el terrain
con la que el hombre moderno está condenado a vague que circunda(ba) a la Plaza de Potsdam,
habitar; la paradoja que reflejan sus ciudades, en se avistan grúas de la construcción; entonces
las cuales los espacios vacíos son a la par lugares asociadas con un sentimiento reparador, con
de desolación y de invitación a lo azaroso, lo impro- una esperanza liberadora de algo que se recons-
ductivo y lo lúdico. La relación entre la ausencia de truye y sana. Son estas las tesis de Heidegger
uso y la sensación de libertad, de expectación, es sobre la Historia y la destrucción. La misma
fundamental para entender el potencial evocativo tensión entre alienación y libertad propia de
de los terrain vague urbanos... la promesa emancipatoria de Modernidad. Un
Y continúa: La segunda imagen mues- poder liberador que deviene de un encuentro
tra la Alexanderplatz en 1945, tras su persistente con lo desolado y a la vez motivador que en lo
bombardeo por parte de los aliados. En ella se re- vago concurren. En su exaltación de la herida
vela una ciudad desfigurada, un espacio dislocado, alemana, espacialmente patente en las heridas
abiertas de Berlín, será esta una pieza propa-
gandística fundamental en el advenimiento de
the Edge of the Pale. Routledge: New York, 2014.
un espacio europeo concreto, donde éstas su-
18 El equipo formado por Solà-Morales Cristian Cirici y
puestamente cerrarán.
Fernando Ramos restauró el Pabellón Barcelona de Ludwig
Mies van der Rohe, obra inaugurada en 1986. Así mismo La popularidad de Berlín como encar-
a Solà-Morales se le encargó la restauración del Liceu de nación de una narrativa existencial, a la postre
Barcelona, reinaugurado en 1999.

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Beatriz V. Toscano

FIG 2 - Tacheles Kunsthaus

elevada a la posición de sensación mediática, sus dos mitades todo esto parece destinado a
proviene de aquí. Transcendiendo su mera rea- convertirse en propaganda; en una estética or-
lidad geográfica, Berlín logrará convertirse en questada para movilizar una esperanza en un
un símbolo cultural al uso, en un laboratorio de proyecto común y emancipador que la ciudad
ideas. Se trata del surgimiento de un tema re- en ruinas preconiza…19
currente en sintonía con un programa cultural Hoy el espacio vacío es un bien escaso
de corte germano-céntrico para la futura Unión si no inexistente en Berlín. Ya nadie confía en
Europea. Un Berlín en cuyas heridas Europa se el poder emancipador de la (re)construcción
redime, un Berlín en cuya retórica visual de urbana. El magnetismo totémico que las grúas
yermo y fractura, Europa reencuentra su mi- suscitaban para Solà-Morales, ha sido substi-
sión histórica: La Europa de las Naciones y de las tuido por una franca aversión ante su tan pro-
Libertades. Cineastas, reporteros, fotógrafos, fana presencia como profética amenaza. En la
también turistas… todos se acercarán a Berlín
como a un santuario. Ávidos por participar de
19 Un caso comparable, en cuanto a su significación
esa su aura liberadora, una fuerza mítico-histó- político-mediática sería el de la restauración de la
rica que emana de sus quebradas arquitecturas. Iglesia de Nuestra Señora o Frauenkirche en Dresde (y
aquí cabe recordar la empresa colectiva que resultó en la
Los espacios vacíos, las ruinas de guerra, la de- reconstrucción de la Frauenkirche en Dresde, (1726-1743
solación de los yermos blindados que separaban / 1993 – 2005)

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

Plaza de Potsdam hoy dominan las perspectivas LO LLENO: UNA BREVE HISTORIA.
de una arquitectura sobrehumana, los centros Ya en 1977 desde la Universidad de Cornell, un
comerciales e infraestructuras con posibilida- grupo de arquitectos entre los que se encuen-
des lúdicas y de consumo ilimitados. El espacio tran Oswald M. Ungers y el joven Remment Lu-
vacío en Berlín y en otras ciudades en nada es ya cas Koolhaas, parece tener grandes planes para
vague, sino bien concreto, significado y sobre- Berlín y sus terrain vagues20. El proyecto y poste-
diseñado. El espacio vacío se ha convertido en rior manifiesto con título La ciudad dentro de la
vacancia: En un entorno acotado y re-significado, ciudad: Berlín, un archipiélago verde, tiene como
convenientemente programado con fines turís- objetivo dotar al Berlín de la RFA (una ciudad
ticos. Recientemente se anunció el que iba a ser eminentemente desintegrada y constreñida)
día de clausura del legendario espacio de auto- de una mayor consistencia planimétrica. Como
gestión berlinés de la Oranienburger Straße, el una isla en el ancho mar soviético que la cir-
Tacheles Kunsthaus (Ver figura 2). El Techeles, cunda y estrangula, cercenada además por un
con aquella fachada medio derruida y pinto- muro al cual debe ajustarse cualquier intento
rrejeada de graffitis que muchos conocen por de optimización, las posibilidades de expansión
nostálgicas postales de un Berlín rebelde que ya y remodelación del Berlín Occidental de finales
no existe, era un inmueble vacío que había sido de los Setenta son limitadísimas. Pero Ungers,
ocupado con fines culturales de corte alterna- Koolhaas, Riemann, Kollhoff y Ovaska ven en
tivo. La casa Tacheles, en realidad una antigua esa su cualidad fragmentaria, dispersa y divi-
sinagoga que la Segunda Guerra Mundial dejó dida una atractiva ventaja; su potencial reside
como cascarón maltrecho con un jardín (o más ahí, en sus vacíos y en que estos se conviertan
bien yermo) trasero, ha sido vendida para su en elementos útiles a la articulación urbana.
reconversión inmobiliaria. Hasta que se decida Sus espacios obsoletos y terrenos vacíos serán
su total demolición, el Tacheles funciona tem- transformados en zonas verdes conectivas, que
poralmente como curiosidad turística. como un océano interior, acomodarán los dife-
Alejados de una narrativa histórica y de rentes sectores urbanos de la ciudad archipiéla-
sus vivificantes terrenos vagos, no hay vacío en go. Dice el manifiesto:
esta intra-episteme de lo lleno, no hay indefi-
Berlin’s human shrinkage offers a
nición. Incluso el placer, lo liberador, lo casual,
clear and unique opportunity to iden-
improductivo y lúdico son sujetos de una mi-
tify and weed out those parts of the
nuciosa planificación, diseñada para sacarle el
city that are now substandard (…)
mayor rendimiento posible. En lo lleno, en lo
The remaining enclaves that are thus
sobre-diseñado, hasta el ocio mismo debe en-
‘saved’ and disengaged would lie like
trañar una forma de productividad. El espacio
islands on the otherwise liberated
vacío que la candidez e indudable belleza de la
poética urbana de Solà-Morales, transmite en su
20 Die Stadt in der Stadt. Berlin: Ein Grünes Archipel. Ein
fragilidad una llamada a repensar su potencial, a
Manifest (1977) von Oswald Mathias Ungers und Rem
reivindicarlo como posicionamiento y a entender Koolhaas mit Peter Riemann, Hans Kollhoff und Arthur
la expansión agresora y repelente de lo lleno. Ovaska. UAA Ungars Archiv für Architekturwissenschaft:
Colonia, 2013.

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Beatriz V. Toscano

FIG 3 Guy Debord

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

plain of the city, and form an archi- lúdico, dramático y eminentemente antibur-
pellago of architectures in a green gués, concebido como un reducto fortificado,
lagoon of natures. encuentran aquí su más palmaria realización22.
La “City of a Captive Globe” de la que Ungers
The next step in the operation is the
habla en el citado manifiesto, con sus zonas ver-
‘completion’ of the preserved frag-
des, parques de atracciones y otras instalacio-
ments, that will now receive their
nes lúdico deportivas, es la respuesta al boceto
final architectural intervention. (…)
para la ciudad barroca que Guy Debord propo-
Pressure in overcrowded areas should
ne en su Essai pour une transposition baroque-
be deflated by the creation of voids –
influentielle du “village défendu”23 (Ver figura 3).
Parks, pools, etc. [This] nature Grid
En el discurso cartográfico que Ungers propone,
would also accommodate the infra-
el Berlín Occidental será algo así como esa gema
structure of Modern Age, i.e. apart
verde y cándida en un globo (terráqueo) cautivo
from an extended highway system
por las inicuas fuerzas del enemigo rojo.
that connects the islands, it would
No estamos aquí ante un programa de
absorb supermarkets, drive-in cine-
recuperación postbélica del tipo New Towns
ma’s churches, Banks etc. 21
londinenses, donde la ciudad se regenera a base
Esta será la ciudad dentro de la ciudad, donde el de añadir territorio, de crear hábitats a través
vacío, al recibir un uso, una función, al hacer- de una acción aditiva expansiva. Dada la sin-
se pletórico y fluido, dejará de ser vacío para gular condición limitada del territorio berlinés,
convertirse en lleno. El vacío no será ya la in- para crecer, Berlín tiene que duplicarse, excrecer,
determinación desestabilizadora de lo lleno o sobre y dentro de sí misma. Como si de una car-
aquello que irrita al axioma. Será algo concien- tografía sobrepuesta se tratara, el proyecto de
zudamente creado con un propósito; una subs- la ciudad dentro de la ciudad recuerda a aquel
tancia conectiva, verde y turgente que hará las juego de las Matrioshkas, ávidamente compra-
veces de anclaje a una ciudad a la deriva. Como das por los turistas (Ver figura 4). O al gefüllter
una nueva metrópolis (por cierto, en el imagi- fisch, especialidad de la gastronomía Ashkena-
nario de Thomas More la comunidad de Utopia zi, un plato que consiste en pescado relleno de
también habitaba una isla) la idea de un Berlín pescado. Berlín quedará convertida en la ciudad
distendido, apartado, incluso amurallado del rellena de sí misma. Rellena de sustancia verde.
mundanal ruido [soviético] está en sintonía
con el utopianismo urbano situacionista. La
22 Véase “Potchlach 157”, en Dérive 54, IS I/10. Según
New Babylon de Constant Nieuwenhuys y sobre la notación que de los escritos de Debord realiza Anselm
todo, la ciudad barroca de Guy Debord, espacio Jappe en Guy Debord. University of California Press: Los
Ángeles, 1999. pág. 114-115.

23 La imagen e idea de la ciudad del barroco como un re-


21 Ibid. pág. 15-16. Es interesante notar aquí que Rem ducto cercado es elaborada por Debord en una carta a Ivan
Koolhaas paso algunos años de su infancia y primera Chtcheglov, con fecha 1953 como “Essai pour une transpo-
juventud en Indonesia, país compuesto de varias islas. sition baroque-influentielle du “Village défendu””. Les ar-
Este factor parece haber jugado un papel importante en la chives de Guy Debord entrent à la Bibliothèque nationale
concepción de un plan urbanístico para Berlín. de France (1931 – 1994).

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Beatriz V. Toscano

FIG 4 Matrioshkas

Un Berlín interior a sí mismo y donde la mate- cío. [Siempre] hay una caverna en la caverna: cada
ria, bien en su estado compacto (el sólido de lo cuerpo, por pequeño que sea, contiene un mundo..
habitacional o arquitectónico), bien su estado Es el espacio barroco, el espacio sobresaturado;
fluido (el océano verde), dará lugar a un univer- futuro modelo urbano para la burnout society24 .
so replegado. A un espacio barroco y apelmaza-
do donde según Gilles Deleuze, los repliegues de EL LLENO Y SUS MORADORES.
materia que rodean a los vivientes atrapados en la HÁBITATS ERGONÓMICOS Y VACÍOS
masa asemejan a un lago ondulante lleno de peces DE RESISTENCIA
(...) a un universo comprimido por una fuerza acti- Dentro de los círculos más pedestres del pla-
va que da a la materia un movimiento curvilíneo o neamiento urbano, el espacio vacío es denosta-
turbulento (…). do y repelido. Pero también perseguido como
Por eso, lejos de las previsiones de una petróleo escondido. Esta ambivalencia se mues-
existencia distendida para la Metrópolis, el ar- tra por un lado, en la inclinación aparentemen-
chipiélago verde de 1977 preconiza un espacio te altruista de ciertos proyectos destinados a la
de lo lleno, de lo replegado y ocupado, y que a creación de zonas no edificadas, por otra, en la
semejanza de la materia presentará una textura
infinitamente porosa, esponjosa o cavernosa sin va- 24 Término e idea que proceden de la obra de Byung-Chul
Han, La sociedad del cansancio. Herder: Barcelona, 2012.

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

FIG 5 - Superkilen Urban Park Superflex Group, 2012

denostación de su estado natural baldío. Como centros urbanos y a acomodar arquitecturas


verdaderas expresiones de una aporía progra- curvas de difuso régimen de propiedad.
mática, se trata de construir el vacío, que ahora El vacío sigue siendo una amenaza al
servirá de zona de tránsito o de esparcimiento. orden ortogonal de la eficiencia metropolitana.
Son zonas siempre verdes y aderezadas con un En este nuevo género de parques urbanos, uno
mobiliario lúdico, y que aunque surgidas bajo se siente observado y direccionalizado. Por ello,
el predicamento de lo no construido, resultan a el yermo urbano es visto como elemento de tes-
la postre en unidades sobre-diseñadas y deco- taruda fealdad, de incomprensible resistencia
radas. Como extrañas praderas extraterrestres ante los planes de mejoras para la ciudad. Recor-
sujetas a la misma ley y orden que el resto de demos los términos en los que se pronunciaba
la ciudad. Tal es el caso de una nueva ola de ar- Thomas Krens, el artífice del proyecto para el
quitectura de paisaje y parques urbanos de corte museo Guggenheim de Bilbao, al referirse a la
intersticial y entre las cuales podría entenderse Campa de los Ingleses, zona semi-abandonada
el Superkilen Urban Park en Copenhague (Ver de la Ría del Nervión, destinada a desaparecer y
figura 5). Como un ensanche entre dos franjas en la que iría a alzarse majestuosa la impecable
de edificios que le sirven de Panóptico, el Su- nave del museo25.
perkilen parece más bien al servicio de un pro-
grama urbanístico destinado a peatonalizar los 25 Véanse extractos de las declaraciones de Thomas Krens,
Director de la Fundación Guggenheim y alto comisionado

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Beatriz V. Toscano

Pero en su fealdad y resistencia, el yer- de permitir y operar un des-ocultamiento ideo-


mo urbano se asemeja a esa ostra que esconde lógico, se tratará en fin de hacerlo invisible, de
en su interior una perla que todos codician. repelerlo y de hacerlo desaparecer: eliminado el
Convertido en petróleo, en recurso natural ur- yermo se elimina (o desplaza) lo ilícito e inde-
bano capitalizable, el territorio vacío se erige seable que en él acampa, aquello que no debe ser
como respuesta a una ciudad empeñada por visto o tolerado.
crecer, por excrecer bajo una actividad construc- Animando esta búsqueda de más re-
tora rampante. El vacío se convierte aquí en lo cursos naturales para la construcción se expresa-
vacante, lo que está en espera. Hoy podemos ba la concejala Cornelia Zuschke en Noviembre
decir que, bajo esta transformación del espacio del 2016, en una conferencia celebrada por el
habitable en mercancía y gracias al sector de la departamento consistorial de urbanismo de la
construcción y de la especulación inmobiliaria, ciudad de Düsseldorf, refiriéndose al que ella
la ciudad rellena se ha convertido en aparato considera como el mayor problema que afronta el
ideológico por excelencia, siempre desplazando urbanismo de nuestros días26 . El mayor problema
o repeliendo al vacío. Sobre todo considerando de la arquitectura y urbanismo actual es un pro-
el modo en como el planeamiento espacial, blema de espacio como materia prima, de se-
como forma de producción e intercambio, es guir encontrando (expoliando?) a la urbe de sus
capaz de activar un régimen de distribución de espacios vacíos: La gran pregunta que hoy debe
clases a través de otro tectónico de propiedad hacerse la arquitectura es, decía Zuschke, ¿Dónde
y de acceso. La arquitectura defensiva o anti- encontrar nuevos solares y espacios vacantes en los
homless architecture es el epítome más flagran- que seguir construyendo? En efecto, desde hace
te de esto. A pesar de la proliferación de zonas algo más de tres años, Düsseldorf y otras ciu-
ensanche y no construidas, el vacío ha cesado dades alemanas están viviendo una actividad
de existir como heterotopía desnuda. Ya nada constructiva sin precedentes, creándose opor-
parece recordarle al espacio urbano su carácter tunidades inéditas para la adquisición de pro-
eminentemente ideológico. piedad inmueble.
Pero si el vacío es resistencia lo es por- En esta línea está la particular solución
que no es apropiable. Lo eminentemente denos- que la revista Arch+ propone para el problema
table del vacío urbano es su tozuda resistencia a de obsolescencia que en las ciudades alema-
convertirse en mercancía, en propiedad de na- nas causan todos estos espacios malolientes. A
die. Habitar el yermo es gratis, sus casuales mo- modo de manifiesto para lo que se convirtió el
radores son nómadas que se niegan a ajustarse tema de la Bienal de Arquitectura de Venecia
al régimen de propiedad que las sociedades del 2006, en el ensayo Convertible Cities se abo-
contemporáneas imponen. De ahí que cualquier ga por conversions and buildings on gap sites, [as]
intento de hacerse con él, pasa por degradar- pioneers for reprogramming urban locations. Many
lo a los ojos del ciudadano común. Finalmente
como cualquier dispositivo material susceptible
26 Cornelia Zuschke es la actual Concejala del
Departamento de Urbanismo, Construcción y Bienes
del proyecto para Bilbao. En: Techniques et Architecture. Dec. Inmobiliarios de la ciudad de Düsseldorf. (Dezernat
1991-Jan. 1998, n. 5435, pág. 19-25. Stadtplanung, Bauen und Liegenschaften).

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

German cities are in a state of upheaval. Hamburg, baldío). Este es el No-Lugar, la distopía de las
Duisburg, Düsseldorf and Cologne are reclaiming sociedades supermodernas, verdaderas cloacas,
the urban periphery of their former port areas for síntomas de un mundo de quebrada armonía.
the city. Berlin is repairing its historical centre and Así condena Marc Augé al espacio vacío
making it more dense27. Los centros de las ciu- urbano: los espacios deshabitados, las zonas
dades son caóticos, los espacios vacíos afean obsoletas, zonas abandonadas o que se niegan a
su estética, es necesario convertir la ciudad en integrase en la ciudad (sic). Es lo que él llama los
un todo armónico y civilizado que anime a más no-lugares; en un ensayo con el mismo título
pobladores: The city centre, viewed for a long time y que, en la era de la intencionada sobredensi-
as being noisy, unattractive and dangerous, is once ficación y explotación del espacio urbano irá a
more esteemed by people of all ages and lifestyles. convertirse en un best seller28. Como referente
Si aumentar la presión poblacional tam- imprescindible de una sección de la crítica a la
bién eleva el precio de la vivienda, promover la supermodernidad, por otra parte, tan inocua
densificación urbana, hacer del suelo urbano un como cándida, lo mejor que la obra de Augé
bien escaso, también asegura mayores réditos a propone para estos no-lugares, no es ya aprove-
aquellos que con él se enriquecen. Se trata para char críticamente su condición heterotópica y de
Convertible Cities de hacer de la masificación síntoma. Si el no-lugar es lo carente de sentido,
algo atractivo y vivificante para el morador del rescatarlo implica re-significarlo. Es la re-signi-
nuevo milenio, del resquicio habitable un privi- ficación de lo vacío, según Augé, su integración
legio plutócrata. Solo los pobres y los perdedores en el discurso logocéntrico de la ciudad como
viven en las afueras, lo denso is the new rich. De totalidad, lo que devuelve la ciudad a su orden
acuerdo a esta lógica hay que presentar el baldío cósmico, al ciudadano a un Edén pre-moderno.
urbano como lo no deseable, como lo opuesto a La supermodernidad y sus espacios ba-
la belleza de la smart city. Son los lugares basura, sura es una vieja fascinación de Rem Koolhaas.
carentes de sentido o no-lugares. Son los lugares Como tantos otros arquitectos, imbuido en un
donde nunca pasa nada excitante. tipo de actividad constructiva que ha rebasa-
El nuevo vacío millennial, no es ya aquel do ya los límites de lo puramente edificatorio
vacío en el que Estragón y Vladimir esperaban a o estético, y que está prácticamente concebida
la muerte. Ni aquel otro en el que reflexionar so- a gran escala, para Koolhaas el espacio urba-
bre nuestro papel mítico en una mítica historia. no va a adquirir en su constitución plástica
Es el espacio sin acontecimiento, el espacio del una singular condición rítmica de continuos e
sinsentido, de lo que ni siquiera puede apelar a interrupciones, de útil o residual. En su ensa-
una significación histórica, a una identidad que yo dedicado al espacio en tanto que, según lo
lo redima del anonimato por una temporalidad expresa Fredric Jameson, what is left over after
o presencia humana que lo avale (recordemos la the dialectic, or after your psychoanalytic cure, el
condición apátrida y nómada del morador del Junkspace o espacio basura, es el remanente de

27 “Convertible City - Ausstellungskatalog des Deutschen 28 Augé, Marc. Non-Places. An Introduction to Supermodernity.
Pavillons. Venice Biennale 2006”, Arch+ 180, Septiembre, Verso: Londres, 2008. Los comentarios aquí referidos se
2006. basan en el texto inglés de la citada edición. pág.. 63.

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Beatriz V. Toscano

la civilización humana,
el producto construido
de la modernización, lo
que queda de la moder-
nización después de que
ésta haya seguido su cur-
so29. Detesta Koolhaas el
Junkspace? Hay una ex-
traña conexión aquí entre
las tesis de Augé y las de
Koolhaas: vinculando el
espacio vacío a una con-
dición procesual, no es
la ausencia, lo que va a
caracterizarlo, sino el sin-
sentido. Es el pasar de las
cosas, su apelotonamien-
to, es el pasar del espacio
sin el pasar del tiempo lo
que hace de un espacio un
espacio basura: Un sin-
sentido que procede del
apelmazamiento de esa
procesión de simulacros
que genera el transcurrir
anodino y poco espectacu-
lar de una clase social que
ya ni siquiera logra hacer
Historia. El Junkspace se
perpetúa por prolifera-
ción, por acumulación,
por acción de descamar
y desechar las carcasas
FIG 6 - Femme Maison - Louise Bourgeois 1946-1947
de artefactos que no prometen ni novedad ni
excitación: los pasillos de los aeropuertos, los desiertas en su fantasmagórica emulación de
corredores de los centros comerciales, los pa- movimiento, invisibles en su banalidad. Pero al
sajes de las estaciones, las escaleras mecánicas tratarse de un espacio cuyo vacío no procede de
la ausencia de lo tectónico, sino de esa optimi-
29 Koolhaas, Rem. “Junkspace”, en October, Primavera zación formal exhaustiva que hace desaparecer
2002, No. 100, pág. 175–190.

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VACUO ABHORRERE: ERGONOMÍA DE UN ESPACIO OCUPADO

a los objetos, diluidos en lo insípido de su tan al movimiento y al trabajo. En su referencia al


logrado diseño, el Junkspace también es pro- término trabajo (ἔργον) y al término regla o
ducto de un proyecto histórico fallido. ley (νόμος) el hábitat ergonómico sugiere una
Para Koolhaas el nuevo espacio vacío existencia que se acopla a los resquicios de algo
de la era millennial, no es el espacio obsoleto, que está siempre en movimiento. Como en el
cesura a la ciudad en su continuación y lógica. trirreme, remero y remo son como los tendones
El Junkspace es el espacio vacío por su condi- de una máquina perfecta. Apretujándose por los
ción de super-lleno. Por hallarse carente de un vaivenes de una existencia incierta, el hábitat
sentido humano que transcienda su mero fun- de la ciudad sin vacío se asemeja más a una ar-
cionamiento, por tratarse de un lugar donde la ticulación que a un fundamento: regímenes de
ciudad acumula el desecho de su permanente precariedad junto a otros de acumulación exor-
auto-reciclado y eficaz funcionamiento. Como bitada de capital en forma de espacio urbano,
Augé, Koolhaas equipara el vacío a la no-signi- fenómenos de impermanencia como los de air
ficación, al resto, a lo que no se deja romantizar. b&b o incluso food sharing transforman nuestras
El terrain vague de nuestra era no es ya el espa- ciudades en lugares donde todo está de paso. (Ver
cio donde no hay nada sino el espacio donde no figura 6).
sucede nada; el espacio informe donde no sucede También la sedimentación humana
nada significativo o que merezca formar parte indeseada y que escapa a lo funcional, va a te-
de la Historia. De una historia. ner lugar en lo lleno. Como sombras invisibles,
El hábitat de la ciudad barroca de lo lleno la humanidad residual y nómada, esa que es
(donde hasta el espacio vacío está generado por repelida por un ímpetu que el diseño adquiere
una acción acumuladora) debe necesariamente por purificar el espacio urbano, se acopla a los
adaptarse a dos flujos: el de sedimentación ha- pasillos de los aeropuertos, a los ángulos ciegos
cinada y de fluidez productiva. La atención que de los centros comerciales, a los sotechados de
recibe el equipamiento de las vías de movilidad los puentes y los viaductos. Ante la sobre-sa-
urbana, orientadas a un transporte humano turación y sobre-planificación de las ciudades,
cada vez más eficaz, de los lugares de produc- el espacio vacío como territorio ilícito y trans-
ción a los de consumo, es prueba de ello. Como gresor ocupa ahora un universo que es del todo
en un perfecto metabolismo, lo útil queda se- virtual, superpuesto e invisible. Repudiando las
leccionado y separado de lo nocivo. Es aquí que virtudes de [vuestro] mundo, dice Jean Genet, los
cabe introducir el concepto de lo ergonómico criminales están irremediablemente de acuerdo en
para entender los matices de un hábitat, de una organizar un universo prohibido. Están de acuerdo
existencia precaria modulada por la demandas en vivir en él. El aire allí es nauseabundo: pero pue-
de flexibilidad, de adaptación elástica y dúctil den respirarlo30.

30 Genet, Jean. Diario de un ladrón. RBA:


Barcelona, 2010.

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Beatriz V. Toscano

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SHANGHAI, ¿SURPRISE?: CINCO ACTOS EN LA
CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DEL PATRIMONIO
EN CHINA

Plácido González Martínez

INTRODUCCIÓN de promoción cultural, que con la apertura de


los primeros Institutos Confucio en 2004 ha
Ha pasado más de un cuarto de siglo desde que llevado a un aumento del soft power de la civi-
Saskia Sassen (1991) señalase hacia Londres, lización china a nivel global (Rossiter, 2006).
Tokio y Nueva York como nuevas ciudades Lejos de buscar rivalizar con la hegemonía an-
globales, selecto grupo en el cual las grandes glosajona, su objetivo último era el cambio del
metrópolis chinas buscan incluirse de acuer- sistema productivo, desde el sector industrial,
do a su nuevo rol como motores del desarrollo hacia una nueva sociedad de servicios y a una
económico mundial. Beijing, Shanghai, Shen- economía del conocimiento (Ren, Sun, 2012).
zhen, Guangdong y Chengdu rivalizan a nivel
nacional e internacional con el objetivo de po- El turismo y las industrias culturales
sicionarse en este sentido (Yulong y Hammett, se han convertido en nuevos impulsores del
2002), gracias a los recursos que las autoridades desarrollo de lo que este artículo define como
nacionales y locales ponen a su disposición, mo- ciudad del patrimonio; producto derivado de
vilizando desde el planeamiento urbano a las la ciudad global, caracterizado por la inversión
políticas culturales (Timberlake et al., 2014). en el capital cultural que ya definió Bordieu
(1986). Una de sus manifestaciones más claras
La entrada de China en la Organización reside en la confianza que la ciudad deposita en
Mundial del Comercio en 2001 animó al gobier- el patrimonio urbano, y en su potencial para
no nacional a poner en práctica un programa atraer visitantes y contribuir a la creación de

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SHANGHAI, ¿SURPRISE?: CINCO ACTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DEL PATRIMONIO EN CHINA

una imagen global atractiva. En este sentido, Creativas de la UNESCO como ciudad del dise-
las autoridades locales de ciudades como Bei- ño, red a la que se sumó Beijing en 2012 en los
jing y Shanghai han insistido en sus perfiles mismos términos, promoviendo eventos rela-
turísticos y creativos a nivel internacional con cionados con la creatividad a nivel global que
el apoyo de instituciones como UNESCO, cuyo les ayuden a consolidar su creciente influencia.
renombre internacional contribuye a legitimar
el discurso oficial, definitivamente entendido En este escenario, el rol que juega el pa-
como discurso patrimonial autorizado en los trimonio construido es cada vez más relevante
términos planteados por Smith (2006). en términos económicos y políticos, hecho in-
dicativo de la velocidad y envergadura a la que
Sirva de muestra cómo Beijing cuenta acontecen los cambios en China. Tras décadas
en la actualidad con siete lugares inscritos en de destrucción inmisericorde, la ciudad del pa-
la Lista de Patrimonio Mundial (LPM), más trimonio manifiesta una salud envidiable en
que cualquier otra ciudad en el mundo, y a China. El desarrollo económico no supone una
la espera de confirmar la inclusión de su Eje amenaza para ella, sino que le sirve de alimen-
Norte-Sur como octavo elemento, tras figurar to, subvirtiendo la tradicional actitud de resis-
en la lista tentativa de UNESCO desde 2013. tencia de los preservacionistas. El patrimonio
Shanghai aspira a situarse en esta competi- es clave en la génesis, vida y obsolescencia de la
ción, a sabiendas de las limitaciones de sus ciudad actual, y lejos de anclarse en el pasado,
recursos patrimoniales según los criterios de se ha convertido en una práctica contemporá-
Valor Universal Extraordinario que aplican nea, auténticamente presente.
para las inscripciones en la LPM. No obstante,
desde 2015 el gobierno de Shanghai ha hecho El caso de Shanghai sirve para compro-
públicos sus planes de inclusión de su tipolo- bar cómo su pasado moderno se reescribe para
gía residencial colonial, el Shikumen,1 dentro asegurar el éxito comercial de tres pilares de la
de la LPM. Siendo conocida la relación entre economía urbana como son la promoción in-
UNESCO y las grandes corporaciones turísti- mobiliaria, el turismo y las nuevas industrias
cas globales como Tripadvisor desde 2009, no creativas. Se trata de un proceso de reconstruc-
es menos relevante el papel de UNESCO en la ción de su historia en tiempo real, que no plan-
promoción de las industrias creativas. En ese tea grandes contradicciones con la producción
sentido, es necesario destacar cómo Shanghai constante de narrativas en la historia moderna
es miembro desde 2010 de la Red de Ciudades de China (Li, 2012), y explica su arrollador éxito
reciente. Considerando a la ciudad del patrimo-
1 Significando literalmente ‘puerta enmarcada en piedra’, nio en China como un excepcional campo de en-
la palabra shikumen se refiere al tipo residencial especula-
tivo producido masivamente en la etapa colonial de Shang- sayos, la investigación sobre la nueva identidad
hai, que se caracterizaba por la elaborada decoración de ‘moderna’, o ‘cosmopolita’ del caso específico de
sus puertas de acceso, generalmente labradas en piedra.
Shanghai alude a la formulación de un concepto
El shikumen resulta de la combinación de la casa tradicio-
nal china provista de patio y el modelo europeo de la casa enormemente elusivo en su dimensión urbana
adosada o row house, alcanzando entre dos y cuatro plantas como es la autenticidad. Ésta ha cobrado auge
de altura.

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Plácido González Martínez

en el marketing y el turismo desde el punto de de la ciudad en base a su adscripción a discursos


vista de la experiencia personal, y su uso en el disciplinares o posthistóricos, separados por
patrimonio plantea cuestiones de calado en- concepciones diametralmente diferentes de la
tre las cuales se encuentra su vigencia actual memoria (García Vázquez, 2005). Transcurridos
(Smith, 2006); la posibilidad de plantear la con- doce años, es evidente cómo la historia, la cultu-
servación urbana desde un punto de vista expe- ra y la memoria ocupan un lugar cada vez más
riencial (Guttormsen y Fageraas, 2011), o más central en las narrativas del desarrollo, al ser-
allá, a qué grupos sociales ven privilegiada su vicio de la nueva economía urbana con efectos
experiencia sobre el patrimonio, en detrimento notorios en la regeneración ambiental, si bien a
de otros menos favorecidos (Silverman, 2015). costa de la desposesión de sectores enteros de la
sociedad (Harvey, 1989). Los estudios urbanos
Con el propósito de contribuir a este de- recientes han puesto de relieve este fenómeno,
bate abierto, este artículo definirá en primer lu- atendiendo en especial al papel de la cultura en
gar el concepto de ciudad del patrimonio como la recuperación económica y física de la obso-
marco operativo para entender la relación de la lescencia urbana (Zukin, 2010), y revelando su
memoria de la ciudad contemporánea con su fu- dimensión más oscura relacionada con la gentri-
turo. A continuación, caracterizará a Shanghai ficación. En base a la creciente importancia de
como ejemplo de este concepto, interpretando las industrias culturales, la llamada ‘ciudad pa-
su cambio urbano a nivel espacial, histórico, trimonial’ es clave en la definición de políticas y
cultural, económico y social. Por último, el ar- en el planeamiento, condicionando la forma y el
tículo registrará la evolución del concepto de carácter de lo urbano (Fernández-Baca Casares,
ciudad del patrimonio en Shanghai a la luz de 1996; Ashworth, 2011).
iniciativas recientes que buscan la formulación
de la identidad cosmopolita de Shanghai como La formulación de la ciudad del patrimo-
metrópolis global. Las conclusiones del artícu- nio como marco conceptual surge de reevaluar
lo valorarán la aportación de la memoria a la la dialéctica entre conservación y desarrollo, es-
producción de arquitectura contemporánea en pecialmente considerando el efecto de la crisis
Shanghai, y sus implicaciones sociales, econó- económica de 2008 y la ascendencia irrefrena-
micas y culturales. ble del patrimonio y la memoria en la política,
la cultura, la economía y la sociedad de la ciu-
LA CIUDAD DEL PATRIMONIO COMO dad global. Cuando recomendaciones como la
MARCO TEÓRICO CONTEMPORÁNEO del Paisaje Urbano Histórico de 2011 (UNESCO
2011; Bandarin y Van Oers, 2012), han estirado
En su libro Ciudad Hojaldre (2005), Carlos García el potencial de la producción de patrimonio en
Vázquez desarrolló un marco de referencia para el medio construido hasta sus últimos límites,
la interpretación de los variados fenómenos que la ciudad del patrimonio se convierte en una
actualmente concurren en el modelado de la ciu- nueva categoría para caracterizar los efectos de
dad global. De manera efectiva, García Vázquez la ‘patrimonialización’. Entre ellos, la evolución
atendió al efecto físico de la cultura en el cuerpo de la modernidad hacia la globalización a través

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SHANGHAI, ¿SURPRISE?: CINCO ACTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DEL PATRIMONIO EN CHINA

del abandono de sus aspiraciones universalis- (D’Eramo, 2014). Lejos de lo que pudiera pen-
tas y la recuperación de la identidad y la cultura sarse desde una perspectiva ortodoxa, el obje-
(Liu, 1996; Dirlik, 2003), así como la influencia tivo de tal proyecto no es detener, o plantear
cuantitativa y cualitativa que la consideración alternativas, sino fomentar el crecimiento eco-
al patrimonio ejerce sobre la producción arqui- nómico y reforzar el nuevo papel del patrimonio
tectónica contemporánea (Koolhaas y Otero- en la gobernanza urbana contemporánea. Su re-
Pailos, 2014). sultado es la creación de lo que interpretamos
como la ciudad del patrimonio, aquella que:
Esta última cuestión resulta espe-
cialmente significativa. En este sentido, nos Es consciente de la importancia que la
encontramos lejos de haber explotado las po- arquitectura y el urbanismo tienen para la com-
sibilidades de un acuerdo entre nueva arquitec- petitividad entre ciudades globales (Bandarin y
tura y memoria en los términos que Aldo Rossi Van Oers, 2012).
definió en La arquitectura de la ciudad (1971). Es activa en el propósito de crear nuevas
Sobrepasando el ámbito de lo puramente dis- narrativas locales y nacionales que refuercen su
ciplinar de la arquitectura y el urbanismo, la identidad (Ashworth and Karavatzis, 2011);
protección del patrimonio construido ha ter- Se compromete con la cultura, la pro-
minado designando áreas de cada vez mayor ducción de nuevas tradiciones y la conservación
tamaño, complejidad e importancia económi- del medio ambiente (Harvey, 1989),
ca y estratégica. Estas áreas constituyen uno Depende económicamente de los ingre-
de los sustratos fundamentales donde crece la sos y puestos de trabajo relacionados con el pa-
arquitectura contemporánea, que ya no puede trimonio, especialmente el sector inmobiliario,
liberarse de los lazos patrimoniales. Y no es- las industrias culturales y el turismo (Hutton,
taremos hablando de un éxito en los términos 2004; Greffe, 2004),
planteados por la Tendenza: esta ´expansión Se desequilibra socialmente debido a las
ecuménica´ -en palabras de Choay en 1996- de restricciones severas que existen en el acceso
los límites del patrimonio, está vinculada a al ‘derecho a la ciudad’, especialmente en sus
un proyecto político conservacionista global, vertientes de la participación y la apropiación
impulsado por agentes diversos que incluyen (Harvey, 2008).
desde la UNESCO con la lista de Patrimonio
Mundial, hasta organizaciones no guberna- Como ejemplificaremos en el caso de
mentales de defensa del medioambiente (Ha- Shanghai, el desarrollo urbano reciente en
rrison, 2015). China se muestra afín a la definición de ciudad
del patrimonio, de la manera más literal ima-
Al contrario de la metáfora de la inac- ginable. Tengamos en cuenta, por ejemplo, la
ción debida al peso de los recuerdos que Borges extensa proliferación de museos arqueológicos
describió en su Funes el memorioso en 1944, la en las periferias urbanas a lo largo del país, cu-
patrimonialización es un proceso frenético, que yos contenidos provienen directamente las ex-
muchos críticos consideran ya fuera de control cavaciones preventivas a las que la legislación

— 98 —
Plácido González Martínez

patrimonial obliga para nuevas construcciones nacionalismo creciente Beijing ha reforzado el


(Wertmann, 2015). El patrimonio cultural, por discurso de la capital imperial mediante la ga-
tanto, ha dejado de ser un obstáculo, para con- lopante gentrificación del tejido tradicional del
vertirse en un motor del desarrollo rural y ur- hutong (González Martínez, 2016),2 la apuesta
bano, haciendo buenas las palabras de Harrison de Shanghai se orienta a una recuperación de-
(2015): ‘el patrimonio tiene muy poco que ver cidida de su patrimonio moderno (Law, 2012;
con el pasado, sino que en realidad, incorpora Law, 2016).
prácticas que se preocupan fundamentalmente
del montaje y el diseño del futuro’. Este papel Se trata de una empresa paradójica, toda
activo del patrimonio se relaciona directamen- vez que la construcción de esta nueva identidad
te con la variedad creciente de narrativas sobre de Shanghai se traduce en el propósito elusivo
la modernización en China (Dirlik, 2003; Li, de vuelta a una nueva ‘tradición moderna’, un
2012; Law, 2016), para las que los eventos his- regreso al futuro urbano en versión oriental.
tóricos han sido tradicionalmente ensamblados Una comprensión de la magnitud del reto re-
y contados con el objetivo de legitimar acciones quiere tener en cuenta cómo esta tradición fue
del presente (Li, 2012; Wu, 2014). completamente denigrada durante las décadas
precedentes, y en especial durante la Revolución
SHANGHAI COMO CIUDAD DEL Cultural (1966-1976), por su vinculación al ca-
PATRIMONIO pitalismo. No en vano, la industrialización y
proletarización de la ciudad tras la fundación de
Definir a Shanghai como ciudad del patrimo- la República Popular China tuvieron como obje-
nio en términos absolutos pudiera parecer una tivo la creación de una nueva identidad obrera
osadía, especialmente por la magnitud de la llamada a borrar su cosmopolitismo y la ‘humi-
destrucción patrimonial en las últimas déca- llación histórica’ del colonialismo, a través de
das. También por la relativa desventaja que la un profundo cambio social.3 Autores como Pan
ciudad tiene, en términos de relevancia histó-
rica, frente a la grandes capitales imperiales 2 La palabra hutong significa literalmente ‘camino hacia
la fuente del agua’, y es la comúnmente empleada para el
de Xi’an o Beijing, reconocidas por las listas de sistema viario en dirección Este-Oeste de la capital. Las
Patrimonio Mundial de la UNESCO. Por enci- edificaciones que se abren a los hutongs reciben el nombre
de siheyuan (literalmente, patio de cuatro lados) y consti-
ma de la dimensión cuantitativa, consideramos tuyen el tipo de edificación tradicional del espacio intra-
que el avance de la ola patrimonial en Shanghai muros de Beijing.
ofrece una ocasión única de comprobar cómo 3 A pesar de tales esfuerzos, estas políticas oficiales fue-
la globalización produce ‘modernidades múl- ron contestadas por la continuidad de los cuadros técnicos
tiples’ (Eisenstadt, 2000; Dirlik, 2003) que locales de la administración semicolonial de la ciudad tras
1949, quienes perpetuaron métodos modernos de gestión
buscan arraigo en nuevas formulaciones, fre- urbana que fueron creados durante la época de las Conce-
cuentemente nostálgicas, del pasado. Los re- siones. También fueron contradichas por la ciudad misma:
el parque de viviendas de la época colonial fue completa-
sultados del debate acerca de qué pasado elegir
mente subdividido con las leyes de reforma de la propiedad
para el futuro de cada ciudad se manifiestan en de inicios de la década de 1950, si bien los cambios operaron
el paisaje urbano: mientras en un contexto de dentro de la arquitectura y no se manifestaron de manera
clara en el paisaje urbano. Por último, las infraestructuras

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SHANGHAI, ¿SURPRISE?: CINCO ACTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DEL PATRIMONIO EN CHINA

y Liu (2011) han descrito cómo en el contexto jiazui, desarrollado a continuación de este pis-
de las reformas de apertura impulsadas por el toletazo de salida, fue en sí la puesta de largo
presidente Deng Xiaoping en la década de 1980, de China en el escenario de las competiciones
la narración de la vida del Shanghai de los años internacionales en esa década prodigiosa que
‘20 y ‘30 fue completamente renovada, compen- fueron los años 90 para la arquitectura global
sando el olvido oficial al que fue sometida tras del fin de la historia (Xue, 2006). El relato del
1949. Ni mucho menos se trataba de un acto de concurso es explicativo de la importancia del
justicia poética: subyaciendo en este cambio, se nuevo discurso simbólico: el diseño vencedor
encontraba la oportunidad de justificar el nue- de Richard Rogers, que multiplicaba la densidad
vo giro económico en una razón histórica, como del área para fomentar la movilidad peatonal
era la recuperación de la ‘esencia olvidada’, por como nuevo Manhattan, fue finalmente aban-
supuesto capitalista, de Shanghai. La recupera- donado para favorecer la composición de gran-
ción de esta memoria va de la mano de un cam- des ejes de inspiración francesa del consorcio
bio radical dictado nuevamente por las políticas sino-francés para la planificación del Pudong
estatales, que han determinado el desmantela- que desarrolló finalmente el proyecto, y que
miento del otrora poderoso tejido industrial de planteó, al igual que en la Défense de París, un
Shanghai y la terciarización de su economía. modelo urbano de torres dispersas, completa-
mente dependiente del automóvil.
Proponemos describir este proceso de
recuperación de la identidad a través de cinco La referencia al pasado colonial fran-
actos, en los que la arquitectura aparezca de cés de la ciudad dejaba de ser humillante, para
manera instrumental, confirmando su condi- convertirse en guía del desarrollo. Los mismos
ción de herramienta del cambio espacial, histó- hitos, reinterpretados, hacían un viaje de ida
rico, cultural, económico y social. y vuelta, y la Perla de Oriente, nueva torre de
televisión construida en el extremo de la pe-
PRIMER ACTO. LA BÚSQUEDA DE UN nínsula, reprodujo la silueta ascendente de la
IMPACTO GLOBAL Torre Eiffel, si bien doblándola en altura. Más
allá de las conexiones imaginadas, la finaliza-
Especialmente tras el mítico ‘Viaje al Sur’ del ción de la torre en 1995 confirmó el potencial
presidente Deng en 1992, que marcó el resurgir escenográfico de Lujiazui para la construcción
de Shanghai como capital económica de China, en altura (Rowe, 2011). El nuevo y pintoresco
decisiones políticas y de planeamiento como el skyline levantado en los últimos 25 años en la
desarrollo del centro financiero de Lujiazui en margen derecha del rio Huangpu ha equilibrado
el distrito de Pudong tuvieron como objetivo la y ofrecido continuidad simbólica a la fachada
producción de una identidad de impacto para del Bund, el paseo fluvial que hasta entonces
la ciudad. El concurso de diseño urbano de Lu- había sido imagen del Shanghai semicolonial
y capitalista (Hubbert, 2017). Al mismo tiem-
de la ciudad, las más avanzadas de Asia de la época, conti- po, y de manera que interesa especialmente a
nuaron su vida operativa sin necesidad de grandes actuali- nuestro discurso, se inició entonces la carrera
zaciones hasta entrados los 1980.

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Plácido González Martínez

Figura 1. Rascacielos históricos del Bund de Shanghai (derecha), con el nuevo distrito financiero de Lujiazui (izquierda).
Fuente: Plácido González Martínez, 2017.

por la protección del patrimonio construido de ficada (Liu, 1996; Dirlik, 2016). Las consecuen-
Shanghai, que cuenta con un hito de referencia cias urbanas de este hecho pueden comprobarse
en la recuperación de los rascacielos históricos en el borrado de la memoria del trabajo en la
del Bund: el ‘Viejo Shanghai’ ha sido elevado a ciudad, que en términos patrimoniales ortodo-
los altares de la historia de la arquitectura del xos, podemos calificar de perfecto falso históri-
siglo XX como ciudad del Art Deco, completan- co. Especialmente significativa en este sentido
do un triángulo que la une a París y Nueva York, es la alianza que este proceso ha encontrado con
las otras dos grandes capitales artísticas y eco- el auge de las industrias culturales y creativas,
nómicas de Occidente, de manera intenciona- paralelo a una rápida obsolescencia industrial
damente simbólica. que ha librado las márgenes del río Huangpu
y sus afluentes, como el Suzhou Creek, para un
nuevo disfrute ocioso de los espacios que ante-
riormente conformaban el corazón proletario
SEGUNDO ACTO. LA RELACIÓN CON de la ciudad.
LA MEMORIA
Los últimos Planes Quinquenales, tanto
El desarrollo de una variante shanghainesa de a nivel estatal como municipal, han promovi-
la modernidad históricamente legitima sus as- do esta nueva economía de manera decidida,
piraciones a ocupar un papel protagonista entre encontrando en el patrimonio industrial un
los nuevos centros del capitalismo en Asia y a marco óptimo de desarrollo. De manera com-
nivel mundial (Law, 2012; Law, 2016). En tér- pletamente experimental, las intervenciones
minos prácticos, esto convierte al socialismo en de recuperación del patrimonio urbano ensa-
una etapa pasada de la historia de la ciudad, que yan formas de gestión mixta, que disponen de
evoluciona asumiendo las tesis económicas del las preexistencias para armar un nuevo discur-
capitalismo en el marco de una economía plani- so histórico. Como ejemplo, el nuevo conjun-

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SHANGHAI, ¿SURPRISE?: CINCO ACTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DEL PATRIMONIO EN CHINA

Figura 2. El antiguo matadero de Shanghai (1933), rehabilitado como edificio emblema del Shanghai Music Valley en el
distrito de Hongkou. Fuente: Plácido González Martínez, 2017.

to denominado Shanghai Music Valley en el cegados durante la Revolución Cultural, dentro


distrito de Hongkou es representativo de esta de una estrategia encaminada a su inscripción
tendencia (González Martínez, 2017). Barrio en la LPM de UNESCO. Esta marcha atrás en la
histórico de Shanghai situado en la antigua historia se acompaña del increíble tránsito de
concesión japonesa, la intervención desde 2012 edificaciones patrimoniales: viviendas, juzga-
de una empresa de gestión patrimonial ha lle- dos, mercados de las dinastías Ming y Qing, que
nado sus calles de carteles que evocan pasados son desmontadas en las provincias vecinas de
imaginarios para nuevos edificios; reescribien- Jiangsu y Anhui, para reconstruirse como nue-
do el patrimonio existente para cancelar todo vos hoteles de lujo en las periferias anónimas de
tipo de asociaciones con su pasado anterior, ciudades satélite como Zhujiajiao y Shaoxing.
empleando la arquitectura como carcasa más o
menos pintoresca que enmarca todo tipo de ac-
tividades económicas al servicio de la sociedad
de consumo. TERCER ACTO. UNA CULTURA
COSMOPOLITA CONSOLIDADA
El ansia por una nueva historia se lleva
asimismo a la periferia de la ciudad. La suburba- La cultura haipai (literalmente traducida como
nización galopante de Shanghai en los últimos cosmopolita) de Shanghai ha sido valorada como
10 años ha resultado en el ensayo de nuevas me- constitutiva del carácter de la ciudad, y la incor-
didas de ‘reidentificación’. Las intervenciones poración del imaginario moderno ha sido cons-
desarrolladas en la red de ‘Ciudades de Agua’ tante en el cine y las artes visuales (Lagerqvist,
que rodean Shanghai han ido encaminadas a 2006). Un recuento muestra cómo de las 13 pelí-
dar marcha atrás a la historia; como es el caso culas nacionales e internacionales ambientadas
de Zhenzhe, donde se está llevando a cabo la re- en Shanghai que fueron producidas desde 1984
excavación de los canales históricos de la ciudad, hasta 2012; siete se localizan temporalmente en

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Plácido González Martínez

las décadas de 1920, 30 y 40 (Teo, 2017). En este ca de 60 millones de m2 de tejido residencial


sentido hemos de señalar la imposición de la es- obsoleto en el centro de la ciudad, y el despla-
tética asociada a esta época en la gentrificación zamiento a las periferias de 1.200.000 hogares
gradual de los antiguos shikumen de los distri- (He y Wu, 2005), fue asumido como sacrificio
tos centrales de Shanghai, en una suerte de re- necesario, y significó el avance de la llamada
occidentalización tras décadas de tugurización gentrificación de nueva construcción en el co-
y ocupación por parte de los sectores económi- razón de la ciudad, incorporando nuevas clases
camente más desfavorecidos de la sociedad. De profesionales, de gustos avanzados y con poder
igual manera, la occidentalización de la imagen adquisitivo elevado.
de Shanghai ha sido un propósito presente en
la construcción de la periferia, ejemplificada en Éstos son los consumidores preferentes
el proyecto ‘Shanghai 9 Towns’ (Den Hartog, de un sector de la cultura de importancia cre-
2011), que significó la construcción de nueve ciente en la economía de la ciudad. En este sen-
ciudades, cada una con su propio estilo carac- tido, la política juega con dos barajas: por un
terístico –entre ellas, el holandés (Gaoqiao), lado, reforzando sus lazos históricos con otros
inglés (Songjiang), alemán (Anting), italiano grandes centros artísticos internacionales como
(Pujiang)- recuperando la ilusión temática de un son París, Londres y Nueva York, y evitando al
Shanghai diverso, aunque con sus ingredientes mismo tiempo deliberadamente la prolongación
convenientemente separados.4 franquiciada del dominio cultural de Occidente.
Esto no es óbice para que la inspiración, formal
Existe consenso al señalar a la Expo- e institucional, de centros de referencia como la
sición Mundial de 2010 como piedra de toque Tate Modern londinense estuviese presente en
de esta nueva revolución cultural. El lema de la creación del Power Station of Art en una an-
la muestra, ´Better City, Better Life´, fue clara- tigua central eléctrica a orillas del Huangpu; o
mente explicativo de la confianza que se depo- que iniciativas de recuperación de las márgenes
sitaba en la ciudad como soporte, y de la calidad del mismo río vengan apoyadas por la construc-
de su patrimonio construido como aglutinador ción de nuevos centros de arte como el Long Mu-
de la nueva identidad. Lo cual no dejó de ser seum y los Silos de la Shanghai Urban Space Art
paradójico: autores diversos han señalado cómo Season, obras ambas del estudio local Atelier
desde el gobierno estatal hasta las institucio- Deshaus; o de arquitectos japoneses como Sou
nes municipales organizadoras de la Exposi- Fujimoto, autor del Yuz Museum.
ción, existió la voluntad firme de ensayar en
Shanghai el modelo de ciudad sin infravivienda CUARTO ACTO. LA RENTABILIDAD
que actualmente se aplica como objetivo de las DEL RECICLAJE
políticas urbanas en China (Wong y Liu, 2016).
El coste que implicó, con la demolición de cer- La dimensión económica del patrimonio se re-
vela, en primer lugar, en el marco del mercado
4 Sirva de anécdota señalar que la construcción de la nue- inmobiliario, que constituye la principal fuen-
va ciudad española fue cancelada a causa de un escándalo te de ingresos del gobierno municipal y de los
de sobornos, y su promotor condenado por corrupción.

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SHANGHAI, ¿SURPRISE?: CINCO ACTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DEL PATRIMONIO EN CHINA

distritos. La conservación de patrimonio for- implicación de la propia UNESCO en su promo-


ma parte de un complejo equilibrio económico ción. Junto a esta dimensión global del turis-
que motiva su rentabilización, y por tanto, su mo, Shanghai cuenta con un atractivo nacional
comercialización (He y Wu, 2005). En paralelo, específico, como es la vinculación histórica de
es necesario señalar cómo en el ascenso de las la ciudad a los orígenes del Partido Comunista
industrias creativas en Shanghai, la ciudad está Chino. Éste es un valor fundamental en el auge
amortizando el valor patrimonial de antiguos del llamado ‘turismo rojo’ orientado al mercado
conjuntos industriales como emplazamiento nacional, que la hace rivalizar en importancia
óptimo de nuevas empresas. Este es el caso de con otras ciudades de enorme significación po-
la iniciativa pionera del M50, que arrancó en lítica como Beijing o Nanjing.
2000 promovida por el artista Xue Song, para
congregar en una fábrica abandonada a orillas Esta dinámica no está exenta de lo que
del Suzhou Creek a una comunidad de artistas a ojos occidentales aparecen como paradojas,
atraídos por el bajo coste del alquiler y las di- como es el hecho de que el principal destino
mensiones de los espacios. Su evolución poste- del ‘turismo rojo’ de la ciudad, la sede del Pri-
rior ejemplifica las tensiones alrededor de sector mer Congreso del Partido Comunista Chino, se
cultural en China: por un lado, el control guber- encuentre situado en el corazón de la gentrifi-
namental sobre la producción artística obligó a cada área de Xintiandi. Localizada en una de
que esta asociación inicialmente libre de crea- las zonas históricamente más deprimidas de
dores se aviniese a un funcionamiento reglado la antigua concesión francesa de la ciudad, fue
y participado por las autoridades. A cambio, el un promotor de Hong Kong, el grupo Shui On,
nuevo apoyo económico ofrecido por las institu- el que aprovechó el programa de demoliciones
ciones ha terminado convirtiendo a M50 en una diseñado por el gobierno de Shanghai en 1996
franquicia de espacios de producción artística, y conocido como ‘Plan 365’ (implicaba la desa-
que cuenta con sedes repartidas en otras áreas parición de 365 hectáreas en áreas centrales de
centrales de la ciudad (Wang, 2009). la ciudad), para acordar con las autoridades la
´conservación´ de la manzana de shikumen en
Al mismo tiempo, Shanghai es motor la que se encontraba este lugar histórico según
el desarrollo del turismo urbano en China. La el proyecto regulador diseñado por la oficina
iniciativa actualmente en curso de proponer estadounidense SOM. Para horror de conser-
la tipología residencial del shikumen como pa- vacionistas occidentales, tras ser documenta-
trimonio mundial de la UNESCO es una clara da, esta manzana histórica fue reconstruida
muestra de este perfil, reforzada en la perife- para albergar el que es hoy uno de los centros
ria con el proyecto anteriormente mencionado turísticos más vibrantes de la ciudad. Al norte
de inclusión en la LPM del conjunto de nueve de Xintiandi, otro lugar de significación histó-
Ciudades de Agua. Orientadas hacia el merca- rica y visita obligada de los ‘turistas rojos’ es
do global, la participación del World Heritage la residencia de Mao Zedong en los años 20
Institute of Training and Research (WHITRAP) en Shanghai. En este caso, el acuerdo con los
en su recuperación es una muestra clara de la promotores no consideró la conservación de la

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Plácido González Martínez

Figura 3. Antigua residencia de Mao Zedong en Shanghai, rodeada por los rascacielos del área comercial de Jing’An.
Fuente: Plácido González Martínez, 2017.

manzana: de manera de nuevo heterodoxa para social, que todas las convenciones recientes con-
los cánones occidentales, el plan solamente res- sideran componente fundamental de su autenti-
petó el edificio de dos plantas de altura, que se cidad. A este respecto, Shanghai está siguiendo
yergue actualmente aislado en un vacío entre una tendencia internacional, para la cual la re-
los grandes rascacielos de la zona de Jing’An. ferencia de Xintiandi se ha extendido a otras
ciudades chinas, en un proceso de ‘Xintiandiza-
ción’ que es análogo al ‘Efecto Guggenheim’ en
QUINTO ACTO. EL AUTÉNTICO el ámbito del patrimonio en China. Confiando
DERECHO A LA CIUDAD en los efectos sanadores de la recuperación del
patrimonio residencial tradicional para usos
En el contexto de la nueva economía, la gestión exclusivamente comerciales, este proceso de
empresarial del patrimonio a través de conglo- gentrificación comercial se extiende por la
merados público-privados (González Martínez, ciudad a pesar del alto volumen de expulsiones
2017) pone actualmente en riesgo su dimensión y relocalizaciones a las que ha obligado.

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SHANGHAI, ¿SURPRISE?: CINCO ACTOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE LA CIUDAD DEL PATRIMONIO EN CHINA

Esto ha llevado al fracaso de la experi- la raíz del patrimonio no ya en los propios ob-
mentación en modelos alternativos de gestión jetos patrimoniales, sino en la subjetividad de
del patrimonio para el patrimonio residencial dos modelos fundamentales de usuarios deve-
de Shanghai, los shikumen, que contesten la nidos en consumidores: el del turista y el del
imposición de discursos patrimoniales autori- nuevo profesional creativo. La cuestión pen-
zados a través del fomento de la participación diente es, por tanto, la ampliación del mismo
y la corresponsabilidad de los residentes. Este discurso de la experiencia a todos los sectores
fue el caso del barrio de Tianzifang,5 en el que de la sociedad, lo cual atañe directamente a la
la participación de los residentes en la génesis definición y límites del derecho a la ciudad. Su
y gestión del barrio rompió completamente con interpretación desde un punto de vista occiden-
prácticas ortodoxas establecidas, y cuyo excep- tal queda en entredicho por el propio marco le-
cional resultado ha sido difícilmente reprodu- gal y la interpretación de la filosofía del derecho
cible en otras áreas de la ciudad o de la propia en China (Shin, 2013; Wong y Liu, 2016). Para
China (Wang, 2011). De igual manera, la inter- esta cuestión, entendiendo al patrimonio como
vención por parte de las autoridades de distrito motor y recurso económico, cultural, espacial y
en la rehabilitación del conjunto de Bugaoli per- social, se comprueban las carencias del modelo
mitió la actualización de las infraestructuras de Shanghai: una vez que experiencias alterna-
obsoletas de las viviendas y el mantenimiento tivas como M50 o Tianzifang fueron ‘norma-
de la población original, siguiendo el modelo de lizadas’ a través del control en la gestión y la
rehabilitación de barrios que durante la década gentrificación, la participación de la población
de los 90 se puso en práctica en Europa. Pero en la identificación, uso y transformación del
una vez concluida, el altísimo coste de la expe- patrimonio es inexistente, como también lo es
riencia de Bugaoli la ha convertido en experien- en el reparto y disfrute de sus beneficios, lo que
cia excepcional, inviable para su aplicación a redunda en una creciente segregación espacial.
otros barrios según el actual modelo de gestión.
CONCLUSIÓN
Estos casos nos devuelven a la dimen-
sión social del patrimonio, vinculada a una La definición de Shanghai como ciudad del pa-
discusión aún más profunda, y relativa a la trimonio implica un refuerzo de la búsqueda de
autenticidad. En este sentido, las definiciones identidad a través de diferentes vías. Las más
de lo auténtico que se aplican actualmente de tradicionales, vinculadas a la protección pa-
manera generalizada al patrimonio construido, trimonial, muestran un desarrollo acelerado,
arquitectónico y urbano, vienen determinadas siempre con retraso respecto a una frenética
por el discurso de la experiencia. Éste localiza destrucción del tejido urbano histórico iniciada
a mediados de la década de 1990 y que, trans-
5 La renovación de Tianzifang consistió en la transforma- curridos más de veinte años, aparentemente
ción de un antiguo área de shikumen en espacios de crea-
comienza a remitir. Además del interés político
ción artística por iniciativa de artistas y residentes locales.
Aunque sigue albergando a parte de la población original, por la construcción de una narrativa propia, el
actualmente es un enclave turístico en proceso de gentrifi- principal motivo de este propósito es la inmedia-
cación comercial galopante, de gran éxito popular.

— 106 —
Plácido González Martínez

ta capitalización de la memoria por parte de la estudios culturales sobre Shanghai ha insis-


industria inmobiliaria y del turismo, que dejan tido fundamentalmente en la vinculación de
de lado cualquier tipo de consideración social. su arquitectura al Art Deco y a su urbanismo
con la verticalidad del Bund y Luijiazui como
Shanghai aparece como laboratorio en manifestaciones de futurismo, los ejemplos
el que testar la coexistencia de referencias his- presentados muestran el lado menos explora-
tóricas múltiples, en un marco cultural para do y controvertido desde una perspectiva local,
el que la historia tradicionalmente ha sido un como es la influencia de la visión exterior en
proceso de ensamblaje, en el que la autenticidad definir la relación de Shanghai; no ya con su fu-
del relato queda en manos de la verificable au- turo, sino con su propio pasado.
tenticidad de los fragmentos (Callahan, 2015).
La definición de la identidad de Shanghai como Esta ciudad de crecimiento vertigino-
ciudad del patrimonio se basa fundamental- so, que ha vivido en los últimos treinta años
mente en la visión desde fuera, presente en la un proceso de reforma solamente compara-
ciudad desde los inicios de su historia colonial ble al experimentado por París durante la era
en 1842, y clave para la apropiación de la cul- Haussmann, sigue reclamando la búsqueda de
tura moderna importada por las potencias que su carácter al término del túnel del desarrollo,
ocuparon sus concesiones. lo que descarta cualquier definición apriorísti-
ca y ortodoxa de qué ha de ser auténticamente
Autores como Chang (2017) inciden en Shanghai. Una identidad escapadiza y elusiva,
resaltar el doble filo de esta visión; cosmopolita que se ensambla y desmadeja de manera conti-
y abierta al cambio, aunque provinciana en la nua, sin principio ni final.
preferencia acrítica por lo foráneo. Si bien los

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Zukin, S. (2010). Naked City. The Death and Life of
Wu, Z. (2014). Let fragments speak for Authentic Urban Places. New York: Oxford
themselves: vernacular heritage, University Press.

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

Roberto Fernández

No es nuevo pero todavía puede resultar fructí- lítico-cultural, que Adorno atribuye más como
fero plantearse la cuestión de posibles descrip- intención que como resultado, al programa del
ciones de la cultura arquitectónica enfocadas arte inorgánico moderno que es ese fugar de la
como epifenómenos de aquellas taxonomías condición de mercancía que pretende (y a menudo
formuladas en torno de la producción de obras no lo consigue) la obra de arte moderna: ese ras-
de arte, sobre todo considerando el enfoque go determinante de lo programático-moderno
adorniano del arte moderno inorgánico desarro- establecido por Adorno implicará en relación
llado como resistencia y crítica frente a la omni- a una supuesta dominancia arte-arquitectura
presencia de la categoría de la mercancía. que ésta se ubique en una esfera cuya voluntad
Esta postura adorniana para calificar de promoción de impacto cultural se distinga
una de las características de lo que llamará arte de una pertenencia a la condición de mercancía,
inorgánico (siendo el pasaje del arte orgánico al lo que dejaría fuera de nuestra caracterización
inorgánico un atributo central de la moderni- toda aquella arquitectura concebida al servicio
dad según Adorno) perfila este devenir más de imperativos de mercado.
orientado al logro de efectos culturales que a En todo caso y volviendo al esquema de
incursiones de mejoramiento de las necesida- la comprobación de influencias estético-simbó-
des sociales que ahora atribuimos a cierto perfil licas, crítico-programáticas y de procedimien-
de la arquitectura actual (superada la vertiente tos del arte respecto de la arquitectura así como
cultural-frívola de lo posmoderno) y también hubieron momentos en que la historiografía
creo que consigue distinguir una cualidad po- crítica moderna se propuso establecer circuitos

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

de relaciones entre manifestaciones artísticas y entronque con una posible aunque incompleta
arquitectónicas –por ejemplo en el caso del fu- estética marxista es preciso asumir a la cultura
turismo, el movimiento De Stijl, la Nueva Objeti- como campo relativamente a-funcional y sus
vidad, el cubismo-purismo, el constructivismo, objetos como instituidos por la categoría de la
etc.– hoy cabe reinstalar criterios que permitan in-utilidad.
examinar si no la realidad, la posibilidad de Esta definición que configura un cam-
nuevos circuitos, no sólo lingüísticos sino más po unificado del arte, sus procedimientos y sus
bien programáticos y teóricos entre formulacio- producciones (y también la posibilidad del juicio
nes del arte contemporáneo y la arquitectura universal kantiano como tentativa de acceder a
para lo cual se pueden utilizar como referencia una suerte de trabajo crítico científico en tanto
los estudios de Hal Foster1. no-ideológico) estaría considerando el objeto ar-
En este sentido destaca la importancia quitectónico como parte de la superestructura
que adquieren las posibles relaciones arte- cultural y desde tal punto de vista, el arribo a un
arquitectura, ahora no ya en relación a algu- estadio de posible finalización de la idea moder-
nas características sobre todo lingüísticas de na de proyecto como anticipo calculado de realidad.
expresiones del arte moderno en su fase de Lo que llevaría a considerar que el resul-
abstracción sino más bien en relación a la in- tado de aquella noción de proyecto sería la de
fluencia de formas de arte contemporáneo que configurar objetos que re-presentan, más que ob-
adscriben a posturas de arte conceptual (en ri- jetos que presentan o productos; objetos más del
gor, el arte posmimético pero a la vez, pos-obje- orden del discurso que de la función-utilidad-
tual que inaugura e instaura Marcel Duchamp) intercambio. Objetos que por tanto encuentran
y a propuestas y procedimientos que eliminan autonomía respecto de una finalidad práctica
el arte de objetos a favor del arte de procesos y (que desinvestiría la valencia cultural propues-
situaciones cuyo efecto en la arquitectura orien- ta) y que adquieren una resonancia o rever-
tada a pretensiones de impacto cultural estaría berancia en la esfera específica de lo cultural,
ahora procesándose. aunque de una cultura que al modo gramsciano,
Dentro de las preceptivas adornianas pueda resultar potente para cuestionar aspec-
pero también acogiendo el esquema iluminista tos de la vida social y proponer alternativas.
de la summa kantiana de saberes y críticas y su Lo que no quiere decir que en tales ob-
jetos in-útiles no haya economía (de producción
1 Por ejemplo, dentro de sus múltiples trabajos, El retor- y consumo) ni mercado (como dimensión del in-
no de lo real. La vanguardia a finales de siglo, Akal, Madrid,
2001 (en que trata una argumentación que partiendo del tercambio de productores y consumidores, con
esencialismo minimalista propone un retorno de realidad sus mediaciones) lo que confluye además con
para el arte conceptual, como una instancia ulterior y críti- derivas del modo productivo capitalista en su
ca del postmodern en que emerge la figura del artista como
etnógrafo) o su Diseño y Delito y otras diatribas, Akal, Ma- advenimiento a una etapa desmaterializada de
drid, 2004 (en que practica incursiones en las relaciones lo terciario y del predominio del intercambio de
arte-arquitectura, primero constatando el omni-diseño de
bienes simbólicos.
la vida tardocapitalista contemporánea que es un conjunto de
prácticas derivadas del tecnopoder y ajenas al saber de los En este aspecto propondríamos anali-
designers y luego examinando el impacto cultural de cierta zar las descripciones de nuevas condiciones de
arquitectura como la de Gehry o Koolhaas).

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Roberto Fernández

existencia en la escena tardocapitalista tales moderno a uno cultural-posmoderno (con sus


como las provistas por Toni Negri, Paolo Virno, diferentes alternativas: habrá por lo menos una
Maurizio Lazzarato y Bifo que en cierta forma cultura alta de hiperconsumo y frivolidad así
extienden y potencian el discurso gramsciano como de apogeo del intercambio semiomercan-
fijando el espacio de la hegemonía no ya en la til y unas culturas bajas o microculturas antisis-
instancia de la producción de bienes útiles (in- témicas de crítica y resistencia) y de la hipótesis
dustriales, transables, susceptibles de generar sobre como el devenir del arte de lo abstracto a
renta y acumulación diferenciales, etc.) ni de lo conceptual influye sobre este cambio de én-
sus relaciones y condiciones de producción (en fasis de la arquitectura, me propongo explorar
cuanto a la apropiación del plusvalor engendra- la noción de modo de proyecto.
do en la aplicación de trabajo sobre insumos o Un modo es una manera de explicación
recursos de naturaleza) sino en la producción de una acción proyectual más allá de su mera
y apropiación de emergentes de algo que em- o automática producción, es decir una manera
pieza a llamarse semiocapitalismo o capitalismo de descubrir criterios conceptuales de la pro-
cognitivo. Este nuevo escenario emergente de posición de proyecto. Dicho de otra forma, un
un desarrollo del capitalismo presenta en sus modo de proyecto equivale a la formulación de
características y procesos, la obligación de re- un producto de la sub-cultura arquitectónica
pensar como pueden insertarse en el mismo, los con cierta resonancia frente a rasgos selecti-
saberes y las prácticas de la arquitectura. vos de estados de cultura frente a operaciones
Y profundizando el análisis de las re- proyectuales ligadas al espesamiento de las
laciones (con sus posibles dominancias) ar- categorías-lógicas.
te-arquitectura, en particular dentro de las Proyectar según modos implicaría asu-
corrientes de pensamiento mencionadas puede mir un grado de elecciones frente a un menú de
ser útil analizar las propuestas de Brian Hol- opciones emergentes del contexto cultural del
mes2 que deberían abordarse como vía para in- proyectista; proyectar según lógicas3 supondría
terpretar nuevas relaciones entre pensamiento encuadrarse en una de las varias configuracio-
crítico-artístico y formas socio-culturales nes en que habrían derivado algunas elabora-
emergentes de la globalización desigual. ciones sintomáticas de la cultura finisecular
A modo de itinerario descriptivo del re- postmoderna (deconstructivismo, fenomeno-
corrido de la arquitectura de un énfasis social- logismo, etc.).
En este sentido la adscripción a lógicas
2 Brian Holmes es un crítico-activista norteamericano cu- de proyecto sería en cierta forma, un encua-
yos trabajos más conocidos (La personalidad flexible, La per- dramiento en las vertientes de la cultura glo-
sonalidad potencial) pueden encontrarse con acceso libre en balizada, mientras que el ejercicio de modos
su página brianholmes.wordpress.com. Allí puede accederse
al libro Escape the overcode. Activist art in the control society, de proyecto significaría antes bien, una opción
impreso por Van Abbemuseum en 2009, que contiene una
antología de sus trabajos de articulación entre crítica de arte
y activismo social, incluso algunos estudios sobre Argentina 3 Hago alusión a la noción de lógicas de proyecto que
(como Escalas de vida –sobre el proyecto Toba, Rosario– u desarrollé en el par de libros El proyecto final, Dos Puntos,
Otra pampa es posible –donde registra un diagnóstico crítico Montevideo, 2000 y Lógicas del proyecto, Concentra, Buenos
sobre procesos agroproductivos argentinos-). Aires, 2007.

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

singular, determinista y localizada y por tanto, dología genealogista o articulada al canon y las
una asunción pragmática de un aquí-y-ahora influencias –digamos lo referente a las propues-
que sin embargo reivindica un estatus de ope- tas nietzcheanas y a las sistematizaciones de
ración cultural más allá de la pura empiria de canon/influencias de Harold Bloom– que tradu-
una suerte de problem-solving dirimido median- ce e instala cada acto proyectual en una suer-
te una acción proyectual. te de red conceptual preexistente (las lógicas)
Podría entonces hablarse de una dialéc- queda por así decirlo bloqueado o clausurado y
tica entre high culture de dirección global/local la noción de modo ya no produce efectos carto-
y renovada voluntad cosmopolita (las lógicas) gráficos sino inductivamente, un desmontaje de
y microculturas locales, de eficacias empíricas las opciones singulares que cada actor proyec-
pero también de vocación reelaboradora de lo tual escogió a la hora de construir su discurso
tradicional sin el aparato de los procedimientos proyectual.
de vanguardia (los modos)? Podría asociarse esta alternativa a un
En este punto quizá valga la pena asociar concepto semejante a la idea deleuziana de clíni-
esa eficacia empírica recién mencionada con la ca, incluso en el sentido que éste le dio asociando
recuperación diría, de una voluntad aurática del el trabajo de la crítica al trabajo singularizado
proyecto reencauzada en una via modal que en del análisis freudiano-lacaniano, para el cuál
efecto podría verificarse como un rasgo o cua- es cierto que existen como sombra o escenario
lidad que por una parte pretende recuperar un distante una cierta tipología genérica de figuras
control actoral del proyecto (en tanto proyecto de del malestar psíquico (neurosis, esquizofrenia,
autor o de un performer) y por otra restaurar un etc.) pero que el análisis del caso singular no
valor propio de la cosa artística o cultural emer- trabaja en una mera deconstrucción deductiva
gente de tradiciones de artesanato. sino que a lo sumo, acumula y comprueba en
El modo sería por tanto menos suscep- una sumatoria clínica, de forma que los análisis
tible de formar parte de cartografías descripti- puntuales (en nuestra asociación, los proyectos
vas de categorías de la cultura contemporánea modales) refieren o establecen la relación entre
y más ligado a opciones a cargo de cada actor caso y tipo, pero la cura del caso –o sea el análi-
proyectual con lo que nuevamente volvemos a sis propiamente dicho– converge a una relación
la escena fenomenologista o antiestructuralis- entre análisis (o crítica) y clínica en la que ésta
ta de los procedimientos inductivos (ir a un grado emerge como un productivo y progresivo campo
de inserción en un estado de cultura, proce- de permanente y continua redefinición del tipo
sando algunos rasgos) frente a procedimientos originario de enfermedad.
deductivos (básicamente aquellos propios de la El modo refiere –a veces a través de una
deconstrucción derridiano-eisenmaniana, el ti- interpretación o un análisis crítico, no nece-
pologismo rossiano, el multipopulismo ventu- sariamente como consecuencia de la trans-
riano, el estructuralismo ontologista kahniano, parencia metódica del procedimiento del
el fenomenologismo cínico koolhaasiano, etc.). proyectista– a una determinada evidencia en
Entonces el trabajo analítico cambia de la búsqueda de efectos culturales, resonancias
intereses y procedimientos siendo que la meto- o impactos en el estado de cultura en que ope-

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Roberto Fernández

ra el proyectista y/o calculadas intenciones de propósitos ideológicos y económicos (en tanto


hacer parte de sub-culturas arquitectónicas. La predisposición de cierto estado de consumo) se
crítica, basada u orientada a descubrir el modo acerca a la esfera de lo cotidiano que es uno de
del proyecto considerado, adquiere entonces los polos que Holmes señala como tarea de la
también una condición singular, homóloga si se crítica, planteando que ésta trate de establecer
quiere a la singularidad del proyecto analizado. las relaciones entre el estado político del mundo
Quizá además valga la pena señalar que y tales circunstancias de la vida cotidiana colec-
la crítica modal que se estaría postulando es más tiva, estrategia analítica que en otro orden, ocu-
precisamente un análisis modal o sea un traba- pó buena parte de los intereses frankfurtianos
jo diseminativo e interpretativo del modo de sobre todo de la etapa que Adorno dedicará al
proyecto en cuestión que suspende el aspecto análisis de la cultura de masas o en muchos es-
axiológico de la crítica, sobre todo la crítica en tudios del ahora revalorado Sigfried Kracauer4.
el sentido kantiano ligada a la formulación de Esta ampliación del análisis crítico de
juicios universales. Pasar de la crítica al análisis los productos culturales –que en la arquitectu-
significa conocer los porqués de un hecho pro- ra reciente advienen a propósito principal de
yectual, no valorar o evaluar su performance. su cometido histórico– a dimensiones singula-
Probablemente la época admite o hasta rizadas del proyecto se abre en la línea de las
exige más estas singularidades casi en sintonía propuestas finales de Frankfurt, a indagar so-
con el criterio que antes reconocimos en el aná- bre temas como la persuasión o la alienación es
lisis lacaniano, de una manera en que los juicios decir, dimensiones operativas de los discursos
de valor o las construcciones interpretativas de las modas y confluyen a delinear una de las
plurales aparezcan no como aprioris sino como dos críticas que proponen Boltanski y Chiapello
deducciones eventualmente emergentes de una en su célebre estudio sobre el capitalismo5.
crítica entendible como clínica.
A partir de estas consideraciones acerca 4 Hay muchas antologías recientes de los trabajos críticos
de valorar la singularidad del modo cabe pos- de Kracauer como Estética sin territorio, edición armada
por Vicente Jarque, COAATM, Murcia, 2006. En relación
tular la existencia de relaciones posibles entre
a la importancia histórica de la relación entre estéticas y
modo y moda o modalidad, entendible como aspectos de la cultura cotidiana popular destaca el ensayo
aplicación sistémica de variables generales- allí incluido El ornamento de la masa (que arranca con la
frase: El lugar que una época ocupa en el proceso histórico
epocales de gusto y contrariamente, efectos de se determina con mas fuerza a partir del análisis de sus
resistencia a fenómenos estéticos generaliza- manifestaciones superficiales e insignificantes que a partir de
dos derivados de cuestiones en general ligadas los juicios de la época sobre sí misma) o los estudios sobre
los efectos psicológicos en capas sociales bajas de nuevos
a la tradición. Por ejemplo los elementos de hi- medios como el cine (Las pequeñas dependientes van al cine) o
bridación y mestizaje en la estética americana los cambios en la disposición perceptiva del público común
o las resistencias expresivas a los discursos (Publicidad luminosa).

tecno-comunicacionales minimalistas deriva- 5 Boltanski, L.- Chiapello, E., El nuevo espíritu del capitalis-
mo, Akal, Madrid, 1999. En este volumen se formula una
dos de las tradiciones barrocas y simbolistas.
versión del capitalismo como forma final de la historia en
El tema de la moda como disposición tác- tanto se considera el primer estadio socio-cultural cuya
tica del gusto de época asociado en general a compulsión acumulativa lo lleva a integrar y absorber-pro-
cesar toda crítica anterior frente a la cuál caben dos grandes

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

El modo si se quiere implica cierta concien- petitiva o la pretensión de exhibir el resultado


cia de textualidad en tanto voluntad de discursi- de la acción proyectual como un mas allá de una
vidad proyectual que supone a la vez una doble mera performance, acting o puesta en escena.
explicitación, en el objeto-proyecto, de un arma- Los suplementos de textualidad como
do codificador (o una sintaxis de elementos arqui- operación de sentido y parte constitutiva de la
tecturales) y un armado referencial o sea cierta dimensión cognitiva del proyecto pueden tam-
estructuración de un conjunto texto/contexto. bién darse sobre las prácticas manu-factas y el
Lo referencial suplementa al objeto em- imperio de lo artesanal manteniendo su enti-
pírico, la búsqueda de alguna repercusión o dad de actuación o manipulación sobre unas
efectuación en aquella dimensión que nombra- materias primas pero denegando un posible
mos estado de cultura y a veces también supone automatismo irreflexivo e infinito en su repe-
una concienciación del proyectista en cuanto tición: a veces lo textual-discursivo aplicado a
pensar su producto como parte de la sub-cul- un procedimiento artesanal remite a indagar su
tura arquitectónica. La voluntad discursiva no genealogía o considerar su teleología, es decir
necesariamente se articula con un estatuto de reflexionar sobre el origen o la finitud de aquel
racionalidad sino incluso de requisitos discursi- procedimiento. Es decir, historizarlo o tempo-
vos para efectuar su crítica o negación. ralizarlo lo que equivale a cuestionar el aspecto
La idea de un suplemento textual del pro- ontológico de lo manu-facto.
yecto tiende a fundar su condición más allá de En este sentido el concepto de modo apli-
una previsible consumación de un fait accompli cado a esta clase de producción dominada por
que genéricamente explota el costado capricho- estrategias repetitivas y fundadas en destre-
so o lúdico de cierta noción de arte como pura zas replicantes, opera como cierta intelectua-
manifestación empírica de destreza o geniali- lización relativa del procedimiento artesanal,
dad. Va mas allá de los automatismos gestualis- forma de deconstruir aquella aparente repro-
tas y asimismo deniega las fundamentaciones ducción automatista.
referenciales frívolas o inconsecuentes. De tal manera operando como una ma-
La textualidad –aún aquella suplementa- niobra sustractiva de una serialidad infinita,
da o producida ex post– se manifestaría enton- el modo concebido como suplemento discur-
ces no como un agregado de proyecto sino como sivo apunta a una utilización fragmentaria
la parte de éste que alega un intento de espesa- de lo artesanal tal que despojado de su pura
miento y complejización de la pura empiria re- empiria puede representarse en un plan de
discursividad mas abarcativo a veces de tipo
político-ideológico.
actitudes tipológicas de crítica: la que llaman crítica social
(que es una crítica de la explotación) y la que definen crítica Podría ahora profundizarse una hipóte-
artista (que es una crítica de la alienación). sis a saber, que el armado codificador o la sin-
En una línea similar pero mas pesimista, Eduardo Subirats taxis mencionada tributa en modo superlativo
en su libro Las estrategias del espectáculo. Tres ensayos sobre
a la codificación de la modernidad. Pudiera así
estética y teoría crítica, Cendeac, Murcia, 2005, plantea que
tal compulsión capitalista conduce a un grado superior de presentarse la dicotomía entre armado codifica-
desarrollo y alienación en tanto el capitalismo actual alcanza dor moderno y armado referencial posmoderno o
la paradoja de consumir el espectáculo de su propia destrucción.

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Roberto Fernández

pos-posmoderno; texto moderno/contexto posmo- referencial que abarcaría el conjunto de esas


derno-pos-posmoderno. operaciones, incluso aquellas de total desinves-
En la contratapa de un libro de Nicolas timiento de los contenidos político-ideológicos
Bourriaud6 dice lo siguiente: La tarea histórica modernos: o sea que lo posmoderno constituye
del siglo XXI es rescribir la modernidad. No para un paisaje referencial de rescrituras modernas ten-
hacer tabula rasa o buscar prestigio en el depósito denciadas por una voluntad cínica de reducción
de la historia sino para inventariar y seleccionar, a una proyectualidad basada en manejos frívo-
para usar y “descargar archivos”. los de significantes.
Tal proceso de rescritura coincide con lo Desde otro punto de vista lo moderno
que señalamos como suplementación discursi- se visualiza fuera de la potencia figurativa de
va inédita aplicada sobre codificaciones moder- sus propuestas lingüísticas, como una for-
nas ya instituidas, conocidas y manipuladas. mulación epocal cuya historicidad es precisa
Desde esa perspectiva lo moderno apa- tanto como su pasaje a una instancia de desac-
rece o se restituye (como un fuera de la historia) tualización en aras de formaciones ulteriores
como lenguaje o materia prima del armado que otorgan al pensum proyectual categorías
codificador, pero lo posmoderno es el campo innovativas que en tanto tal intentan criticar

POSMODERNO POSMODERNO
Categoría MODERNO
DECONSTRUCCIONISTA ECOLOGISTA
Meta-narrativa Salvación&Progreso Ninguna Regresión cosmológica
Noción de verdad Objetivista Extrema Experimental
Mundo Colección de objetos Agregado de fragmentos Comunidad de sujetos
Realidad Orden fijo Construcción social Fragmentada
Autoconciencia Ingeniería social Fragmentada Procesual
Verdad primaria Lo universal Lo particular Lo particular en contexto
Fundamento Universo mecanicista Ninguno (no fundamento) Procesos cosmológicos
Naturaleza N como oposición N como objeto equívoco N como sujeto
Cuerpo Control del cuerpo Descripción del cuerpo Confianza en el cuerpo
Ciencia Reduccionista Solo una narrativa Complejidad
Economía Corporativa Poscapitalista Comunitarista
Foco político Estado-Nación Lo local Comunidad de comunidades…
Sentido de lo divino Dios Padre Gestualidad pro-sublime Creatividad cósmica
Metáforas clave Mecánica y Ley Economia Libidinal Ecología

6 Bourriaud, N., Postproducción. La cultura como escenario:


modos en que el arte reprograma el mundo contemporáneo,
Adriana Hidalgo, Buenos Aires, 2009 (el texto original
francés es de 2003).

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

y superar el sustrato ideológico (pero no el ope- paradigmas universalistas) que se transforma


rativo) de la modernidad. en una etérea llegada a un estado comunitarista
Es el caso del análisis de Peter Buchanan de la sociedad que resulta orbital y ajeno al to-
que coteja la finitud histórica de lo moderno en davía omnipresente imperio del capital.
base a la consideración de 14 categorías analí- De manera entonces que existiría así
ticas que comparan tres etapas o momentos: el como una per-duración –que es como una larga
moderno, el postmoderno deconstruccionista y duración– de lo moderno y ello es así en tanto po-
el postmoderno ecologista7, como se sintetiza damos entender lo moderno como el background
en el siguiente cuadro. cultural del programa general de formación del
Fuera de las intenciones un tanto ro- capitalismo (y la vez su crítica).
mánticas e ingenuas de un devenir de la teoría El desarrollo largo de lo moderno podría
de la arquitectura aterrizado según Buchanan, así verse como el proceso cultural que acompa-
en la nobleza de una recuperación del sujeto ña la modernización que vincula el capitalismo
dentro de la complejidad de lo ambiental y en comercial (Renacimiento) con el capitalismo in-
torno de formaciones socio-políticas comunita- dustrial y el imperialismo (siglos XIX y XX) –esa
ristas (una forma por lo menos optimista sino sería una de las tesis historiográficas básicas de
ingenua de referir a una fase histórica signada Tafuri– y en tal sentido es que se elabora una es-
por la violenta decadencia capitalista) lo cier- tructura cultural imbricada con la cuestión del
to es que esta clase de análisis se concentra capitalismo a largo plazo y la articulación inevita-
en determinar la obsolescencia histórica de ble de cada producto cultural con un estatuto de
una noción de modernidad cuyas caracterís- mercancía aun con la tensión crítica que le asig-
ticas ideológico-políticas resultan claramente nó Adorno a esa modernidad cuya cualidad era
situadas en torno de un momento histórico producir efectos culturales u obras que en primer
finito y extinto, es decir aquel propio de la lugar trataran de fugar casi siempre de manera
organización de las llamadas culturas de las infructuosa, de su conversión en mercancía.
sociedades industriales. Así como la historia larga del capitalis-
Buchanan evalúa que el declive de una mo (que atraviesa al menos las fases comercial,
arquitectura moderna mas cercana a la volun- industrial e imperialista, incluyendo en cada
tad política de pertenecer al despliegue del pro- fase ya desde el comienzo a fines del siglo XV,
ceso de la modernización a favor de un repliegue la dialéctica global o mundial entre centros y
cultural o para-social debe medirse según el periferias) tiene facetas y características evolu-
anacrónico compromiso moderno progresista, tivas dentro de su lógica intrínseca y de su sen-
mecanicista y nacionalista (aunque inserto en tido mismo de existencia histórica, también la
cultura moderna –como aparato suplementado
7 Buchanan, P., The Big Rethink. Farewell to Modernism, y a veces crítico, al sistema capitalista– tiene
ensayo en Architectural Rewiew 1380, Febrero 2012, pp.
facetas y variaciones, tanto en la evolución del
82-93, Londres, 2012.
lenguaje como en la articulación con el desarro-
El ensayo se completa con un segundo capítulo denom-
inado The Big Rethink. Towards a Complete Architecture, llo de la producción y el consumo o la cuestión
que se inserta en el siguiente número 1381 de AR, Mar- inherente de la formación del mundo urbano-
zo 2012, pp.67-81, Londres, 2012.

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Roberto Fernández

burgués, aunque también tiene sus límites de un posmoderno ecologista quizá pueda explicarse
potencia crítica o de autonomía socialmente mejor según cierta secuencialidad entre lo mo-
proactiva, que es la irreductible cualidad de derno, lo posmoderno y lo pos-posmoderno,
mercancía que Tafuri –menos optimista y ex- si es que lo primero puede entenderse como
perimental que Adorno– supo advertir en la acople al capitalismo expansivo inclusivo de
arquitectura moderna desplegada entre el siglo modelos de welfare y coexistente con la agonía
XV y nuestra época. socialista todavía bipolar, lo segundo como ma-
En línea con esa interpretación (que le nifestación del pasaje a un capitalismo menos
niega autonomía a la modernidad respecto de la industrial y mas semiocapitalismo o cognitive
modernización según la ya clásica proposición capitalism (pero en modo alguno representativo
habermasiana) lo mal llamado pos-moderno de una economía poscapitalista como Bucha-
pudo así ser interpretado como la reutilización nan define) y lo tercero como eclosión de for-
de los materiales modernos en consonancia mas ulteriores a un cierto desastre madurativo
con la emergencia del semiocapitalismo, que en del proceso capitalista (desastre verificable en
síntesis es la argumentación central de Fredric la crisis financiera internacional desatada des-
Jameson quién incluso le atribuye gran rele- de el inicio de la segunda década de este siglo)
vancia a ciertas aportaciones de la arquitectura que fracturan en esquirlas, estructuras como
posmoderna como la de Place Bonaventure y las socio-económicas de clase o las políticas de
Portman a tal asociación entre cultura alto- estado-nación sin que ello signifique reemplazos
moderna y etapa de un late-capitalism signado de formas comunitaristas o pos-societales y
por lo inmaterial o la circulación financiera im- menos, triunfo de políticas de corte ecologistas
productiva del capital. (aunque se agudiza cierta percepción de catás-
Siendo así, lo posmoderno como fenó- trofe ambiental y de la afluencia o disponibili-
meno artístico o lingüístico no supone un des- dad de recursos naturales).
enganche nítido con el lenguaje moderno sino Lo pos-posmoderno implicaría entonces
apenas su manipulación en diversas estrategias un nuevo proceso de reutilización de materiales
discursivas o retóricas como la neutralización modernos ahora dentro de la estrategia gene-
de las asociaciones entre contenido y continen- ral del desarrollo del capitalismo globalizado,
te –o entre función y forma– y la tendencia a tanto en relación a la expresión hegemónica de
restringir el grado de actualidad del discurso dicha fase histórica como en cuanto a la emer-
moderno para pasar a dotarlo de un aura de gencia de las fragmentaciones propias de la es-
historicidad que lo desinvistiera de su supuesta cena multicultural.
potencia crítica social o política y lo asimilara Aludiríamos a un pos de lo posmoderno
a material de utilización ecléctica e historicista en tanto inauguración si se quiere, de una fase
en modo análogo a las operaciones que la cul- desprovista de la voluntad repertorista o codi-
tura del siglo XIX había perpetrado respecto de ficadora de nuevos cánones que tenía el ahora
los estilos clásicos. denominable movimiento posmoderno (instituí-
El desdoblamiento que Buchanan pro- do por ejemplo, en la vocación analítica de Lyo-
pone entre un posmoderno deconstruccionista y tard o Derrida, seducidos por un desemboque

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MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

–posmoderno– en cierta pasión interpretativa foque inductivo-fenomenológico que remite a la


y hasta poshermenútica en tanto productiva, escena guattariana de la revolución de las sub-
después que metodológica y axiológicamente jetividades, compatible con el posmarxismo de
ellos estipulan la homología entre primeros- Negri que sitúa el núcleo de la acción política
textos productivos y segundos-textos repro- transformadora en las posibles articulaciones
ductivos, entre texto y con-texto o comentario) de sujetos, redes y multitudes.
había propuesto como organización de la pro- La explosión de subjetividades no garan-
ducción de saberes en el alba de la globalización tiza nada, tan solo acoplarse a un nuevo espíri-
política-económica de los 70 y que nosotros ha- tu de época, marcado por la ambigüedad y las
bíamos explorado para la arquitectura de tal contradicciones que se resisten a organizarse en
época dentro de la noción de lógica de proyecto y modelos de sentido, habida cuenta además de la
de la posibilidad de efectuar una cierta taxono- condición un tanto decadente que adviene con
mía de procedimientos discursivo-proyectuales el repliegue de las euforias consumistas y del
en los que el proyecto era segundo-texto repro- moderado progresismo del welfare state que la
ductivo de primeros-textos dominantemente reciente literatura sociológica-política acuerda
provenientes de las filosofías científicas o ar- en llamar impasse.
tísticas (caos, azar, montaje, archivo, etc.). Sin embargo, debería existir alguna
Lo pos-posmoderno constituye enton- precaución crítica y taxonomista u organiza-
ces el abandono de esa voluntad taxonómica de dora del posible festival anarco-modalizante;
los discursos posibles (cuya entidad en buena es decir prestar atención al posible desorden
parte había emergido del reprocesamiento de ma- de la mera acumulación, el descentrado o la
teriales modernos marcando cierta longue durée difuminación de ordenes clasificatorios y aun
histórica de los mismos o más aun su relativa jerárquicos o dicho de otra forma, renovar la in-
des-historicidad en la oposición neonietzcheana quietud para encontrar y analizar el derrotero
entre lo clásico y lo moderno) y el desemboque de nuevos form givers y maitres à penser que ya
en una incertidumbre de disposiciones discusivas no serán los del medio siglo precedente, pero
que diría que responde por una parte a la tritu- con cuya capacidad de modelizar los nuevos
ración de temas y métodos propios del llamado escenarios de fenómenos subjetivos se debería
multiculturalismo y por otra a cierta refundación contar como manual de instrucciones para re-
antropológica de una subjetividad paradójicamen- correr esta etapa histórica.
te inmersa en lo multitudinario (Negri). Deberían pués haber mecanismos se-
Ya sea como declinación de la moderni- lectivos de los analistas para el desarrollo acu-
dad de talante cosmopolita-estructuralista o mulativo de una serie interpretativa de modos
también del modelo de las lógicas posmodernas que pueda derivar en una nueva acumulación
que asimismo adscriben a formatos axiomáti- de análisis puntuales y nuevas clasificaciones:
cos que referencian el proyecto a ciertas catego- una de tales tareas, tanto reformuladora de tra-
rías conceptuales emergentes de propuestas de dicionales operaciones de conceptualizar rela-
la filosofía estética o la filosofía científica, surge ciones entre ideologías y productos culturales
política e ideológicamente la necesidad del en- cuanto revulsiva en registrar nuevas formas

— 120 —
Roberto Fernández

de producción cultural es aquella emprendida procesos que involucran a arquitectos, sastres y


en las cartografías lógicas desarrolladas en un comunicadores pero que arriban a un estado de
sentido geopolítico por Fredric Jameson, por cosas (ejemplificable en la ciudad de México cu-
ejemplo en sus estudios de cines alternativos8. yos 40 millones sancionan la imposible acción
Lo que emprende Jameson es por una salvífica de profetas modernos como Corbusier
parte, un completamiento de la escena margi- o Haussmann) en que los arquitectos, que Hegel
nal incorporando productos culturales orbita- ubicaba en primer lugar, hoy se restringen a cierto
les (y tomándose el trabajo de entenderlos no dominio de las construcciones suntuosas, degra-
como réplicas menores o espejamientos primi- dación solo esquivable con alternativas como la
tivos de referencias centrales) y por otra, ana- teoría pura, la utopía, la nostalgia de una vuelta
lizar la densidad de relaciones entre lo global al pasado o la contestación crítica, opciones que
y lo fragmentario (en tanto constelación de di- empero no logran disimular que el objeto de la
versas localías). arquitectura voló en pedazos.
Otro abordaje de pretensión a la vez Situación en la cuál re-inventar la arqui-
taxonomista (por cuanto estipula una serie de tectura ya no podría significar relanzar un estilo,
tipos discursivos) y fragmentarista (en tanto una escuela, una teoría con vocación hegemónica,
asume la multimodalidad discursiva emergente sino recomponer, en las condiciones de hoy, la enun-
de una voluntad subjetiva) es el que asume Félix ciación arquitectónica y en cierto sentido, el oficio
Guattari en el único de sus textos específica- de arquitecto.
mente abocados a la arquitectura9. De allí que desde el momento en que el
Guattari remite a la idea desarrollada arquitecto ya no tendría solamente como objetivo
desde hace varios milenios del desarrollo de capa- ser un plástico de las formas edificadas sino que
razones que imitan a los crustáceos y que resultan se propondría también como un revelador de los
expresiones ecolíticas de disposiciones sociales en deseos virtuales de espacio, lugares, recorridos y
territorio, deberá llevar el análisis a las relaciones
8 Jameson, F., La estética geopolítica. Cine y espacio en el sis- de corporalidad individuales y colectivas singulari-
tema mundial, Paidós, Barcelona, 1995. En el primer párra-
zando constantemente su enfoque y deberá volverse
fo de la Introducción, Jameson explicita su proyecto: Las
películas que se comentan aquí han sido seleccionadas con la además, un intercesor entre estos deseos revelados
intención de trazar un mapa o una radiografía no sistemáticos a si mismos y los intereses que estos contrarían o
del propio sistema mundial: desde lo que normalmente se en-
tiende por superpoderes, pasando por esa zona tan industriali-
dicho en otros términos, un artista y un artesano
zada de un antiguo Tercer Mundo ahora llamado el Círculo del de lo vivido sensible y relacional.
Pacífico, hasta una confrontación entre el Primer Mundo –o la Guattari remite a una necesaria refun-
tecnología europea a su mayor nivel de conciencia (en Godard)–
y una meditación sobre esta tecnología realizada desde el Tercer dación del rol del arquitecto en la necesidad
Mundo, también a su mayor nivel de conciencia, a la vez que de situarlo en analizar ciertas funciones especí-
reflexivamene “naif ” (en la obra del realizador filipino Kidlat ficas de subjetivaciones, lo cuál implica según su
Tahimik). (p.21).
opinión, en primer lugar, descartar una simple
9 Se trata de La enunciación arquitectónica, pequeño ensayo
posición de observación crítica y en segundo
que se inserta en la miscelánea aplicativa de nociones des-
plegadas en el libro Cartografías esquizoanalíticas (Manan- término, desplazar el acento del objeto al proyec-
tial, Buenos Aires, 2000: la edición francesa original es de to, dado que cualquiera sea la característica de su
1989) del cual forma parte (pp.263-272).

— 121 —
MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

expresión semiótica y de sus contenidos semánticos, cosa en cuestión, incluyendo aspectos


una obra arquitectónica requeriría en adelante, una como los del prestigio, estatus o figura-
elaboración específica de su “materia” enunciativa. ción social.
Siguiendo con el enfoque de percepción-
- 4 Enunciación funcional o función de
afección que trabajaron en la última época de su
equipamiento en razón de la utiliza-
desarrollo filosófico junto a Deleuze, Guattari
ción específica de cada cosa, colectivos
identifica dos modalidades de consistencia de la
o privados y articulados en una doble
enunciación de un concepto arquitectónico, una poli-
red de relaciones complementarias
fónica del orden del percepto inherente al despliegue
horizontales o de posición de cada seg-
de los componentes que contribuyen a la puesta en
mento construido en un conjunto de
existencia discursiva y otra, ético-estética del orden
estructuras urbanas hoy interconecta-
del afecto, inherente a su toma de ser no discusiva.
das en el seno del capitalismo mundial
En este punto se podría decir que la
y de relaciones de integración verticales
dimensión polifónica o discursiva es lógicamente
que van desde los micro-equipamientos
clasificable –o que admite ciertas categorías
de confort a los macro-equipamientos
de actuaciones que quizá se instalen mas en
de infraestructura.
el proceso de enunciar el programa del objeto o
situación a producir– mientras que la dimensión - 5 Enunciación técnica o toma de palabra
ético-estética o no-discursiva sea más del orden del aparataje y mas generalmente de los
de la modalidad subjetiva o afectiva de enunciación materiales de construcción.
y que irrumpe más en la definición del proyecto
- 6 Enunciación significante o afectación
del objeto o situación.
de la forma edificada (mas allá de los
Aquí quizá encontremos otra teoriza-
semantemas funcionales) con un con-
ción de las diferencias entre lógicas y modos en
tenido significativo compartido por
la producción de los hechos de la arquitectura.
una comunidad humana mas o menos
En tal dimensión polifónica o discursiva
extensa y delimitada de otras comuni-
Guattari indica ocho tipos de disposiciones:
dades que no comparten tal contenido.
- 1 Enunciación geopolítica o posición en el
mundo, ambiental, climática, paisajís- - 7 Enunciación de territorialización exis-
tica, gravitatoria en los archipiélagos tencial de orden tanto perspectiva como
de ciudad. etológica y que abarcaría las tipologías
espaciales euclidianas, proyectivas y
- 2 Enunciación urbanística o contexto regu-
topológicas definiendo al espacio arqui-
latorio tanto leyes como costumbres e in-
tectónico como un operador concreto
cluso contaminación de modelo e imagen
del metabolismo entre los objetos del
(o escala de vecindad) y por tanto, deter-
afuera y las intensidades del adentro.
minaciones contextualistas del entorno.
- 8 Enunciación escritural o forma de ar-
- 3 Enunciación económica o forma comple-
ticulación del conjunto de los restantes
ja de establecer un valor mercantil de la
componentes enunciativos y a la vez

— 122 —
Roberto Fernández

apertura al despliegue de los aspectos das en el trabajo proyectual según mecanismos


ético-estéticos del objeto edificado. subjetivos o autorales que asigna a lo que desig-
na como ordenadas cognitivas.
Como antes mencionamos Guattari piensa en
Y luego, como abordaremos un poco mas
dos conjuntos nocionales que atraviesan el pro-
abajo, toda la puesta en juego de las ordenadas
ceso de producción de arquitectura: las enuncia-
subjetivas (que trituran o licúan la nitidez de
ciones objetivas recién descriptas y lo que llama
las enunciaciones previas) nos permite enten-
ordenadas ético-estéticas (que comprenden las
der –aunque no definir ni menos clasificar– la
ordenadas cognitivas o co-ordenadas energético-
cuestión personalizada de los modos de proyecto.
espacio-temporales que otorgan lógicas a las
Incluso me animo hipotéticamente a presentar
conjuntos discursivos articulando los primeros
un posible cuadro de homologías entre enuncia-
cinco dispositivos enunciativos objetivos arri-
ciones y lógicas:

ENUNCIACIÓN GEOPOLÍTICA URBANÍSTICA ECONÓMICA FUNCIONAL


LÓGICA FENOMENOLÓGICA CONTEXTUAL TECNOLÓGICA ESTRUCTURALISTA
ENUNCIACIÓN TÉCNICA SIGNIFICANTE EXISTENCIAL ESCRITURAL
LÓGICA FORMALISTA COMUNICACIONAL TIPOLÓGICA DECONSTRUCCIONISTA

ba puntualizados; las ordenadas axiológicas o de En la parte final de su ensayo Guattari


valoración ética, económica y política y las or- trabaja la relación entre sus dos conjuntos obje-
denadas estéticas, que determinan los umbrales de tivo y subjetivo de nociones (que asimilo por mi
acabamiento de una entidad, objeto o un conjunto parte a los conceptos cerrado de lógica y abierto
estructural, en la medida que éstos se ponen a emi- de modo) para proponer que el proyecto en rigor
tir sentido y forma por su cuenta). implica un juego entre lo discursivo previo y lo no
discusivo ulterior: Tras su cara exterior discursiva,
En este punto nuevamente creo nece- este objeto (el objeto arquitectural, la cosa emer-
sario puntualizar que Guattari describe dos gente de un proyecto pero también el proyecto
conjuntos operacionales asimilables a mi pre- como cosa u objeto) se instaura en la intersección
sentación dual de lógicas y modos. de mil tensiones que lo tironean en todos los senti-
En efecto, creo que las ocho categorías dos; pero tras sus caras enunciativas ético-estéti-
enunciativas o discursivas objetivas – ordena- cas, vuelve a pegarse a un mundo no discursivo cuyo
das y articuladas en procedimientos subjetivos abordaje fenomenológico se nos da a través de la ex-
como indica respecto de lo que define como periencia particular de los afectos espacializados.
ordenadas cognitivas, que siendo subjetivas Mas acá de un umbral de consistencia cognitiva,
implican una operacionalización de las cinco el objeto arquitectónico bascula hacia lo imagina-
primeras enunciaciones– propone el sistema rio, el sueño, el delirio, mientras que mas acá de un
que llamé de las lógicas proyectuales, entendibles umbral de consistencia axiológica, sus dimensiones
esencialmente como formaciones discursivas o portadoras de alteridad y deseo se deshacen… y que
enunciaciones en el léxico guattariano, utiliza- mas acá de un umbral de consistencia estética cesa

— 123 —
MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

de enganchar la existencia de las formas y de las incluso en tal caso, no necesariamente de una
intensidades destinadas a habitarlas. acción proyectual: Es el mismo movimiento de
De esta forma Guattari reconoce por así territorialización existencial y toma de conciencia
decirlo, un sustrato de lógica sobre la cuál se teje sincrónica que hará “trabajar” juntas cosas tan di-
una alteridad o especificidad propia en cada ferentes como una caja de zapatos y de tesoros, bajo
caso del sujeto de proyecto y que se acerca a la la cama de un niño hospitalizado en un internado
fenomenología de lo que entendemos como mo- médico-psicológico, el ritornelo contraseña que qui-
dal: esa puesta en juego de modos de proyecto, zá comparta con algunos camaradas, el lugar en el
en cada caso únicos y personales, especificaría seno de la constelación particular que ocupa en el
en último análisis –sigue diciendo Guattari– el comedor, un árbol-totem en el patio de recreación y
arte del arquitecto (y eso sería) su capacidad de un recorte de cielo conocido sólo por él.
aprehender esos afectos de enunciación espaciali- Hasta aquí la configuración por así
zada. Sólo que es preciso admitir que se trata de decirlo sino de una demanda o programa, de
objetos paradójicos que no pueden ser delimitados un deseo de arquitectura como organización
en las coordenadas de la racionalidad ordinaria de hechos que posibiliten y potencien esas vi-
y que solo podemos abordar indirectamente por vencias: frente a ello, que le compete hacer al
meta-modelización, por rodeo estético, por relato proyectista?. Le corresponde al arquitecto –sigue
mítico o ideológico. Guattari– si no componer una armónica a partir de
Casi accediendo a admitir una categoría todos esos componentes fragmentarios de la sub-
de enigma o misterio propia del objeto arquitec- jetivación (del otro sujeto del proyecto, el que
tural Guattari indica que la forma arquitectónica requiere actuación o solución proyectual), ¡por
no está destinada a funcionar como gestalt cerrada lo menos no mutilar por adelantado lo esencial de
sobre sí misma sino como operador catalítico gene- sus virtualidades!
rando reacciones en cadena en el seno de modos de Pero más allá de esa escena de articula-
semiotización que nos hacen salir de nosotros mis- ción de deseo-proyecto dirá Guattari que:
mos y nos abren campos inéditos de posible.
para recomponer de este modo los te-
Subrayamos en el párrafo precedente
rritorios existenciales, en el contexto
como aparece la noción de modos (de semioti-
de nuestras sociedades devastadas
zación o sea, de otorgamiento de sentido a la
por los flujos capitalísticos, el arqui-
operación proyectual y a su término u objeto).
tecto debería ser capaz de detectar y
Después Guattari ofrece un párrafo de
explotar procesualmente el conjunto
ejemplificación existencial del cual se podría
de los puntos de singularidades ca-
extraer una noción mucho más amplia y com-
talíticas susceptibles de encarnarse
pleja del concepto de programa o expectativa
tanto en las dimensiones sensibles
o deseo de proyecto, con lo cual nuestro autor
del aparato arquitectónico como en
pone en el imaginario del sujeto demandador
las composiciones formales y las pro-
de arquitectura –no del sujeto proveedor o pro-
blemáticas institucionales mas com-
yectista– una parte sustancial de la razón fun-
plejas. Con el fin de lograrlo todos los
dante de alguna clase de acción arquitectural,
métodos cartográficos serán lícitos

— 124 —
Roberto Fernández

desde el momento en que su compro- bas podrían relacionarse en tanto operan sobre
miso…encontrará su propio régimen lo que genéricamente llamamos cultura histórica.
de autonomización ético-estética. Hemos postulado una caracterización
de 12 modos históricos de proyecto que a la vez
Desde el punto de vista de la relación entre pro-
se presentan como pares dialécticos redefinidos
yecto e historia (o mejor, entre modos proyectua-
de varias formas en torno del nietzcheano par
les e historia) cabe explorar el comportamiento
apolíneo-dionisíaco, como comportamientos
antivitruviano de los modos de proyecto, es de-
proyectuales que atraviesan la historia (fuera
cir la desarticulación del equilibrio de atributos
incluso de la comprobable datación histórica
y búsqueda de efectos de sentido y apariencia
concreta de alguno de los modos, por ejemplo
o bien, como se cuestiona histórica o poshistó-
el modo ilustrado, que aludiría a la Ilustración
ricamente la idea triatributiva del modelo vi-
del siglo XVIII pero que caracteriza una moda-
truviano, aquél que otorgaba entidad al objeto
lidad rastreable para atrás y para adelante en el
arquitectural en tanto éste resolvía de manera
decurso histórico) y comportamientos proyec-
armónica e integrada la triple exigencia de ve-
tuales que se verifican en diversas geoculturas,
nustas/ firmitas /utilitas.
conscientes o no de la vigencia de tal noción
fuera de su ámbito.

ATRIBUTOS/MODOS MODOS HISTÓRICOS DE PROYECTO


NORMA-EXCEPCIÓN LO CLÁSICO LO BARROCO
UTILIDAD-DESEO LO TÉCNICO LO ÚTOPICO
CLASIFICACIÓN-MEZCLA LO ILUSTRADO LO HÍBRIDO
NOVEDAD-RUPTURA LO MODERNO LO VANGUARDISTA
MONUMENTO-PALIMPSESTO LO AUTÓNOMO LO HETERÓNOMO
PAISAJE-MÁQUINA LO NATURAL LO ARTIFICIAL

Aquí se despliegan dos reflexiones histo- Por otra parte, en lo relacionado al


riográficas posibles: por una parte, la perspecti- criterio microhistórico de modalización ya
va de historizar un repertorio de modos en tanto referimos, con Buchanan al pasaje moderno/
cartografía de un conjunto determinado de com- posmoderno (en sus dos y sucesivas variantes
portamientos posibles a la hora de asumir sub- deconstruccionista y ecologista) y con Guatta-
jetivamente un modo determinado de proyecto ri a la posibilidad de indagar sobre la relación
y por otra, de menor espesor histórico o mayor entre enunciaciones objetivas (asimilables a mi
presentidad que imagina el modo como disposi- concepto de lógica de proyecto) y ordenadas ético-
tivo subjetivo y táctico-relacional de proyecto en estéticas o subjetivas (que se puede relacionar
la situación socio-cultural contemporánea : una con mi noción de modos de proyecto, concebidos
lleva a un criterio macrohistórico de modaliza- éstos en tanto una disposición pos-posmoderna
ción y otra a un criterio microhistórico pero am- relacionable con la crisis del capitalismo global

— 125 —
MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

y la emergencia del estatus de la multicultura- tos políticos: por ejemplo un pensar-proyectual


lidad y por tanto, susceptible de referir a formas del espacio no existente para formas sociales
orbitales geosituadas de proyecto). inéditas como la multitud o la reagrupación de
En la perspectiva microhistórica men- sujetos en formas pos-familiares.
cionada cabe situar otras características, di- Y también el pro-yecto como eutopía, no
ría de un presente-proyectual desprovisto de sólo dar lugar (saturar el u-topos) sino tender al
canonizaciones o referencias y vinculado si se mejor lugar posible, es decir si cabe, introducir
quiere a procesos culturales que como los que en el discurso utópico no sólo la respuesta a la
Bourriaud indaga respecto del arte conceptual necesidad que no tiene (solución de) lugar sino
actual, avanzan en verbos o acciones de moda- también al trabajo satisfactor de un estatuto
lidad de proyecto como lo que se alude en los del deseo.
términos des-integrar o pos-producir y en ge- La idea de los modos entronca con el
neral, en aceptar fragmentarismos y rupturas tema de la relación entre historia y teoría como
de la estabilidad / pregnancia / tectónica del base para la conformación de una cultura pro-
artefactualismo urbano-arquitectónico. yectual, esto es una situación según la cuál el
Todo lo cuál desemboca en una instan- proyecto nunca es una operación de tabula rasa
cia que recién nombramos como posvitruviana sino siempre una meditación reelaborativa so-
en tanto desarrollo de perspectivas de saberes y bre la experiencia proyectual que si bien es pro-
prácticas posproyectuales ligadas a cierta finali- pia de cada sujeto-proyectista en su contexto de
zación o acabamiento del potencial tecno-antici- actuación a la vez es el grado de conciencia que
patorio del dispositivo proyectual como elemento dicho sujeto posee sobre la historia del proyecto.
para un ver-antes, transformado cognitivamente De allí que este trabajo de pretensión
en prospección de tecnologías y funcionalidades teórica (en cierta manera enunciable como
y por tanto también en instrumento de verifica- sistematizar el análisis del background teórico
ción de efectos simbólicos de lo técnico y de la de la arquitectura contemporánea mas allá del
anticipación de soluciones utópicas. fenómeno relativamente contingente de las ló-
La recaída del pro-yecto como u-utopía gicas, visibles ahora como las formas cognitivas
articula el ver-antes con el no-lugar y lleva el que una mirada del tipo de los cultural studies
proyecto en esta fase histórica a servir de ins- habría permitido respecto de la arquitectura
trumento para predecir/proponer el lugar del posmoderna) consiste en una selección de moti-
no-lugar. vos o temas historiográficos en la perspectiva de
Pero quizá no sólo quepa la clásica refe- montar un observatorio o laboratorio de análisis
rencia utópica al no-lugar (es decir, a una cate- de la experiencia histórica de la arquitectura para
goría espacial) sino asimismo al pro-yecto como ayudar a establecer lo que llamaríamos cultura
prefiguración espacial de lo no ocurrido (aunque proyectual del arquitecto.
políticamente deseado) en el mundo social: el Ese observatorio o laboratorio de expe-
pro-yecto como concreción espacial de lo no ocurrido riencia histórica de la arquitectura se presen-
social, es decir, una vuelta relativa a la tradición ta en nuestro desarrollo, como tales 12 líneas
fourieriana pero mas al servicio de planteamien- (o 6 pares de nociones modales relativamente

— 126 —
Roberto Fernández

contrapuestas o dialécticas) que atraviesan por La intención de articular claramente his-


una parte. el tiempo histórico y por otra ayu- toria y teoría (de la arquitectura y más específi-
dan a comparar o analizar en sus aspectos rela- camente del proyecto) implica situar la acción
cionales, manifestaciones culturales distantes proyectual en el cruce de muchas líneas de fuer-
en lo neocultural, por ejemplo las relaciones za –políticas, sociales, económicas, culturales–
pero también las confrontaciones entre Euro- que son aquellas que el conocimiento histórico
pa y América. pone en evidencia, transparentando entonces
Es decir entonces que cada modo o no- por así decirlo, la trama de condiciones y deter-
ción de ese repertorio de 12 posturas podría minaciones en que se sitúa genéricamente un
ser descripto en su desarrollo histórico y tam- proyecto y que hace que el mismo forme parte
bién en su manifestación en diferentes campos de la problemática general de:
geoculturales. - [1] mundos urbanos específicos (es decir
Usar algunas de esas categorías moda- determinados contextos socio-históri-
les para revisar un linaje o genealogía histórica cos, idea que va mucho más allá de los
–por ejemplo, la larga duración del modo clásico– contextos entendidos como geometrías
transforma la categoría de su condición histórica o morfologías urbanas o la mera con-
a una condición historiográfica o teórico-analí- dición agregativa arquitectura/ciudad
tica y tal transformación sería lo que convierte percibida básicamente como cuestiones
la categoría en parte de la cultura proyectual o escalares),
sea que la presenta no como rasgo histórico sino
- [2] los mundos propìos de la cultura de la
como argumentación activa o vigente.
imagen (es decir, el campo que abarca
Se trata así de pensar por ejemplo, un
puntualmente los temas y motivos de
modo barroco que pueda reconstruir una histo-
las artes plásticas en diversos y deter-
ria larga desde un punto de vista de valor ana-
minados momentos históricos) así como
lítico-historiográfico de esa noción o condición
el campo que podemos denominar de los
específica y diferencial de proyectar mas allá
imaginarios sociales y
de su precisa ubicación histórica: sería como
pensar o identificar un comportamiento barroco - [3] los mundos propios de la cultura mate-
antes o después de la existencia estrictamente rial con sus aspectos referidos a la cua-
histórica del barroco10. lidad técnica y valorativa de las cosas (es
decir, como se producen éstas y como se
10 En rigor esta manipulación teórico-historiográfica consumen y se integran al circuito de inter-
de una noción histórico-estilística precisa como es el cambios y valores).
llamado estilo barroco fue ya explorada fecundamente
por Omar Calabrese en su La era neobarroca , Cátedra, Los modos se pueden ver y operar como (rela-
Madrid , 1989.
tivas) invariancias históricas a saber, grandes
Calabrese, si bien extrapola hacia delante el concepto ba-
rroco presentado como tal en el siglo XVII para postular
formaciones discursivas modernas y contemporáneas que podría verificarse en cualquier momento histórico
que se oponen por asi decirlo al imaginario racionalis- no solo en tal sentido, futuro respecto del acuñamiento
ta, instala la posibilidad metodológica de considerar un o invención de la noción sino también pasado o previo
modo de proyecto como un repertorio de actuaciones a esa invención.

— 127 —
MODOS DE EXISTENCIA Y MODOS DE PROYECTO

categorías historiográficamente analíticas; can- que no necesariamente es distancia física, mueve a


teras o depósitos de experiencias encuadrables interiorizar lo propio y matizarlo con lo ajeno, vuel-
en una disposición diría, proactiva. ve la identidad más oblicua, menos enfática, con
De todas formas, analizando la realidad una mirada extrañada que inspira la creación de
de la experiencia histórica se ve que tales mo- mezclas, espacios discontinuos o sintéticos, lenguas
dos lejos de alcanzar una estrictéz canónica y impuras o depuradas, formas lábiles que no derivan
operativa siempre están en trance de mutación de la negación del origen sino de una apertura vi-
y transformación, haciendo en definitiva que tal y poética de las relaciones, ajena al nomadismo
cada hecho proyectual puntual aun inscripto mercantilizado o turístico y el multiculturalismo
en tales marcos categoriales siempre tenga un adocenado.
aspecto fenomenológico específico, lejos de una En tal sentido si la noción de lógica pu-
mecánica reproducción diera asociarse a las formas predominantes de
La crítica y analista de arte y literatura darle marco teórico al hacer arquitectónico de
Graciela Speranza dice lo siguiente en el prólo- la cultura posmoderna –incluso demarcando
go de uno de sus últimos libros11: La distancia, una relativamente clara postura de negar los
procedimientos modernos, al menos en lo me-
11 Graciela Speranza, Atlas portátil de America Latina. todológico sino en lo estético– el enfoque que
Arte y ficciones errantes, Anagrama, Buenos Aires, 2012,
pp. 16-7. Este libro se acoge al modus de los proyectos ahora querríamos aplicar con la noción de modo
taxonomistas y clasificatorios abierto-combinatorios habla de una recuperación de la base epistemo-
inaugurado por Warburg en su Atlas Mnemosyne o
Benjamin en su Libro de los Pasajes y teorizado por
lógica del proyecto por así decirlo, dentro de
Buchloh, Guasch y Didi-Huberman, repertorizando un una larga duración histórica que incluye sobre
conjunto disperso y mutable de referencias a productos- todo la consideración de una modernidad ex-
procesos de arte y escritura en América Latina, en un
formato clasificatorio pero a la vez con posibilidades de tendida (siglo XV o XVI en adelante) y también
permutación y combinatoria. en definitiva, aquella historia presentificable o
Ese método al que adscribo fue descripto, aplicado a sea, entendible como la de experiencias que to-
Warburg, de esta forma por nuestra autora: Warburg
davía tienen algún grado de contemporaneidad.
empezó a componer su serie inacabada de paneles móviles
de láminas montadas sobre fondos negros y luego fotogra-
fiadas, en las que esperaba exponer el conglomerado de re-
laciones que observaba en las imágenes, las migraciones de
formas, motivos y gestos que atravesaban fronteras políti-
cas y disciplinares desde la Antigüedad hasta el Renacimien-
to e incluso hasta el presente. (p.14). Warburg concibió su
Atlas como un combate contra la clausura del nacionalismo
cultural exacerbado por la guerra y la asfixia de la ortodoxia
dogmática. En un rapto después de la locura se le reveló una
forma del pensamiento por imágenes, cuadros proliferantes
de constelaciones permutables (para un maníaco no hay
nada definitivo) en los que fluyen las polaridades, las an-
tinomias, las supervivencias fantasmales de otros tiempos
que anidan en las imágenes. Para desplegar esas disconti-
nuidades del tiempo y la memoria hacía falta una “mesa de poner el orden del mundo en “planos de pensamiento” para
encuentros”, un dispositivo nuevo de colección y exhibición que así dispuesto y recompuesto recuperara su extrañeza.
que no se fundara en la ordenación racional ni en el caos de Eso es el Atlas Mnemosyne, una “forma de conocimiento por
la miscelánea y un principio capaz de descomponer y recom- montaje” (p.15).

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UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA
VIDA POSMODERNA

Daniel N. Jiménez Ferrera

Mies van der Rohe, la casa de cristal en la ladera, tal como aparece en el catálogo de la
exposición de 1947 del MoMA de Nueva York, p. 109.

Como no pocos proyectos, el origen de este página 109, aparece el conocido croquis de Mies
texto es fruto de una casualidad. Hace unos Sketch for a glass house on a hillside. c. 1934, es-
años me topé en Londres, en la librería Walden casamente unas líneas, aunque precisas y llenas
Books del 38 de Harmood St., con una primera de matices, de la casa en una ladera que rápida-
edición de la conocida monografía de Mies a mente nos remite a aquella primera propuesta
cargo de Philip Johnson. El librito, en realidad de Saarinen para una casa en el aire, primero
catálogo de la exposición que en 1947 el MoMA en 1941 en Pensilvania y después, en 1945, con
de Nueva York dedicara a la obra de Mies Van Charles Eames, en Los Angeles, que nunca lle-
der Rohe a los diez años del desembarco del ar- garían a construirse, sino en su aliteraciones
quitecto en Estados Unidos, tiene un tamaño posteriores realizadas por Harry Seidler (Julian
de 10 x 7,5 pulgadas, es decir, la mitad del for- Rose House, Wahroonga, Sydney, 1949), Philip
mato americano Crown (20x15 pulgadas), equi- Johnson (Leonhardt house, Long Island, Nue-
valente a 508 x 381 mm. Se imprimieron, en su va York, 1956) o Craig Ellwood (Smith House,
primera tirada, editada por The Plantin Press, Crestwood Hills, 1958; Frank & Polly Pierson
12.000 ejemplares. Ese mismo año, con edición House, Malibú, 1962; Chamorro House, Ho-
al cuidado de Reynal y Hitchcock, se publicaría llywood Hills, 1963, o la serie Weekend House,
la primera traducción al inglés de Cuando las ca- con Gerald Horn, entre 1964 y 1970, hasta el
tedrales eran blancas de Le Corbusier y una selec- magnífico Art Center College of Design de Pa-
ción de poemas de Lorca, siete años después de sadera, su puente habitado de 1977). El relato
su Poeta en Nueva York. En la monografía, en la que da origen al texto discurre en un estricto

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UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

período de tiempo, desde los primeros dibujos dando una buena solución a cada problema (lugar,
de la Case Study House nº8, dentro del progra- programa, presupuesto…) pero sin perder el
ma promovido por John Entenza y su revista carácter tipológico que permitiese generalizar
Arts & Architecture en California, realizados el modelo, para, de una manera pragmática,
en el estudio de Saarinen en Bloomfield Hills, atender las necesidades del americano medio y
Michigan, hasta que el proyecto de la casa Ea- su búsqueda del sueño nacional de una casa en
mes finaliza cinco años después de acabar la la que pueda permitirse vivir1.
obra en 1955, en la versión conocida, radical- Después de la Segunda Guerra Mundial
mente distinta al proyecto original, cuando la la gran mayoría de periódicos y revistas gene-
pareja Charles y Ray Eames edita el corto House ralistas se llenaron de anuncios con las nuevas
After Five Years of Living. La discusión original viviendas que esperaban a los combatientes a su
en torno a esta casita, o mejor, a las circuns- regreso. Muchos de ellos usaban el imaginario
tancias, casualidades controladas, que rodean convencional de un acogedor hogar tradicional,
su construcción, se establece estrictamente pero para muchos otros medios era el momen-
cuando rastreamos aquellos invariantes que se to de plantear alternativas, siquiera apenas
mantienen en las dos versiones y las reconci- formales, al arquetipo de casa. En 1945 la re-
lian. En este corto período de tiempo se produ- vista House & Garden, que ya en su número de
cen en el proyecto una serie de decisiones que febrero de 1944 publicaba la casa Weston Ha-
permiten descubrir, tanto en la forma como en vens de Harwell Harris2 con fotografías de Man
el mismo proceso transformador del proyecto, Ray, describiría la arquitectura moderna como
en su obsesivo registro, en los nuevos referentes una lucha continua en la conquista de la libertad
asumidos y propuestos, la primera visibilidad y, apenas unas líneas después, sentenciaba con
del cambio del paradigma moderno. un dramático si los soldados tienen que regresar
a las casas anticuadas y los cuartos oscuros que los
Eames. 203 de Chautauqua Boulevard, Pacific vieron partir, podremos dar la batalla por perdida.
Palisades, Los Ángeles, California, USA. Enero En el mismo sentido, House Beautiful encargará
de 1945 - diciembre de 1949 (hasta 1955). a Cliff May el proyecto de la House Beautiful De-
En el verano de 1944 Charles Eames y monstration House, un trasunto de rancho mod-
Eero Saarinen reciben el encargo de la revista erno calificado por la revista como the house to
Arts & Architecture y en particular de su editor, which Johnny dreams of marching home to (…) one
John Entenza, de construir, dentro del progra-
ma Case Study Houses, las casas números 8 y 9
1 ENTENZA, John: Announcement: The Case Study House
de una serie de treinta y seis viviendas unifa- Program, Arts & Architecture, enero de 1945, p. 39,
miliares y dos edificios de apartamentos. De traducción del autor.
acuerdo al anuncio publicado en el número de 2 Además de las publicaciones en California Arts & Architec-
enero de 1945 de la revista, las casas proyec- ture y House & Garden, la Weston Havens House aparecería,
fotografiada por Man Ray, en Life Magazine, House Beautiful,
tadas deberían responder al objetivo de crear
Architectural Record, Architectural Forum, AIA Journal, Maga-
una casa capaz de ser repetida en el sentido de no zine of Art, American Builder, Architectural Design, House &
asumirse como una puesta en escena individual, Home, Revista de Arquitectura, Nuestra Arquitectura, Bygg-
mastaren, Studio, Pageant o Household, entre otras.

— 130 —
Daniel N. Jiménez Ferrera

of the ideals these veterans have fought for and What man has learned about him-
which they can now look forward to attaining. No self in the last five years will, we
sólo había cinco años de demanda acumulada, are sure, express itself in the way
a los años de la guerra había que sumar los de he will want to be housed in the fu-
la Gran Depresión, por lo que casi quince años ture. Only one thing will stop the
de carestía ofrecía un mercado ávido de gastar realization of that wish and that
el dinero que empezaba a fluir y con ganas de is the tenacity with man clings to
hacer algo distinto a sus padres. old forms because he does not yet
Así, Entenza, en la estela de las publica- understand the new.4
ciones de la costa este, pero también consciente
de las experiencias europeas de la Werkbund de
Y toma conciencia, clarividente, en la íntima
los años treinta, y aún más atrás, desde las ciu-
conexión entre el cambio real que se estaba
dades ideales renacentistas, barrocas e ilumi-
produciendo en la arquitectura, los cambios
nistas, hasta las grandes ferias internacionales
éticos, incontrolables, inexorables, inevitables
del siglo XIX donde comenzaban a mostrarse al
y los complejos estéticos y formales resilientes,
creciente público consumista los adelantos tec-
que, sin embargo, podían controlarse, suavizar-
nológicos y espaciales en el ámbito doméstico,
se y moldearse, evitando así que su banal en-
pensó en construir casas que colaborasen a la
quistamiento provocase el rechazo inmeditado
venta de su revista. Casas que proporcionasen
a los primeros. Necesitaba un modelo de casa
para ser exhibidas nuevas y brillantes imáge-
que no militara, como lo habían hecho las Model
nes sin restricciones, casas para ser equipadas
Houses vinculadas al American-way-of-life, en la
y vendidas, más cercanas a las pre-cast houses de
imposición de un estilo de vida, sino un hogar
Irving Gill en California en la primera década
que sirviera tanto de escenario como de infraes-
de 1900 o a los escarceos comerciales de Frank
tructura para permitir al habitante desarrollar
Lloyd Wright y sus diferentes negocios con
una vida propia, elegida o imaginada. Unas
Sherman Booth en Glencoe, las Ravine Bluffs
casas posibles a la vez que propositivas. Expe-
Houses de 1915, o para los Richards Brothers
riencias previas de casas modelo o study houses
y su American Ready-Cut System entre 1916 y
como la Dymaxion House de Fuller en 1927 o la
1918 que a sus remedos europeos, All-American-
Aluminaire House del antiguo colaborador de Le
Made, pero, sobre todo, casas cuyos nuevos es-
Corbusier, el suizo Albert Frey, con el arquitec-
pacios el público pudiese experimentar:
to americano A. Lawrence Kocher, editor de
…houses that the public could walk Architectural Record, heredera metalúrgica de
in and see…3 la maison citrohan5, presentada en la Architectu-

Ese mismo año crucial, 1945, Entenza anun-


4 ENTENZA, John: Announcement: The Case Study House
ciaría en el primer número del año, el Case Program, Arts & Architecture, enero de 1945, p. 39
Study Program.
5 La Tin House, como se la denominó irónicamente, contaba
con unos 110 m² distribuidos en tres niveles, soportados
3 MCCOY, Esther (memoria oral, U.C. Berkeley): Case Study por seis pilares de sección circular de 13 cm de diámetro,
House Lecture, U.C. Santa Cruz, 2 de mayo 1978 con fachadas de panel de aluminio acanalado sobre tablero

— 131 —
UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

ral and Allied Arts Exposition de Nueva York en presentará una sección, Houses of Tomorrow,
19316, no dejan de ser objet trouvés, atracciones donde un grupo de arquitectos e industriales
circenses y crecepelos milagrosos. reciben el encargo de diseñar prototipos resi-
denciales que conceptualicen las formas en las
After working with Le Corbusier
que la nuevas tecnologías puedan cambiar la
in Paris, my aim in life was to use
industria de la casa, especialmente en el tema
permanent materials that don’t
de la prefabricación (a handful of architects and
require maintenance. Aluminum
manufacturers was charged with designing hou-
was an up-and-coming material,
sing prototypes that would conceptualize ways in
much more durable than wood, or
which new technologies could change the housing
plaster, which cracks. And it went
industry, particularly of the prefabricated varie-
up very quickly. The house was
ty9). Construirán nueve casas, prototipos resi-
built in 10 days.7
denciales a escala real, presentados en el Home
En Chicago, la A Century of Progress Exhibition, Planning Hall: The House of Tomorrow, The Flori-
organizada en 1933 para celebrar el centenario da Tropical House, The Cape Cod Cottage, The Com-
de la ciudad con el lema Science Finds, Industry mon Brick House, The Wiebolt-Rostone House, The
Applies, Man Conforms y emparentada astral- Lumber Industries House, The Masonite House,
mente con la Exposición Colombina de 1893 8 , The Armco-Ferro Enamel House y The Cypress Log
House, todas visitables, aunque distribuidas de
una manera bastante artificial, como maquetas
aislante, remachados a la subestructura de perfiles omega
gigantes, en el área urbanizada para la feria a lo
y con acabado interior en tela. Los forjados se realizaron
en chapa de acero prensado, acabados en linóleo de color largo del Burnham Park, al sur del downtown,
negro. La iluminación en neón ocupaba un foseado perimé- entre la avenida Lake Shore Drive y el lago Mi-
trico del techo, los baños contaban con ventilación forzada,
las camas estaban suspendidas del techo y la puerta del ga-
chigan. Los proyectos de mayor interés serían
raje se abría mediante célula fotoeléctrica que se activaba la House of Tomorrow (1933) y la Crystal House
con una ráfaga de las luces del coche. (construida para la reapertura de la Feria en
6 WEBB, Michael: Modernism Reborn: Mid-Century Ameri- 1934) de George Fred Keck, que había participa-
can Houses, Rizzoli International Publications, Nueva York,
do en la exposición del Estilo Internacional de
2001, p. 58
Hitchcock y Johnson en el MoMA un año antes.
7 Una feria celebrada en el Grand Central Palace de Lexing-
ton Avenue en la que la medalla de honor recayó en el Empire The most audacious of the houses,
State Building. La casa de Frey, levantada apenas en diez
días, recibe la visita de más de 100.000 personas la prim-
all built at full scale, was George
era semana del evento. Entrevista a Albert Frey en The New Fred Keck’s Crystal House. Equip-
York Times, 1998, unos meses antes de su muerte en Palm ped with a four-point manifesto,
Springs, California, el 14 de noviembre de ese mismo año.
Keck defines not only a formal
8 En la ceremonia de inauguración la iluminación eléctri- typology but also many architec-
ca de la Feria se encendió tras la activación de una célula
fotoeléctrica tras recibir la luz de la estrella Arturo (Alfa
Bootis, las más brillante del hemisferio norte), situada a casi
cuarenta años luz de la Tierra y, por tanto, iluminando el 9 BERGDOLL, Barry, CHRISTENSEN, Peter y BROAD-
cielo de 1933 con la luz de 1893, el año de la celebración de HURST, Ron (editores): Home Delivery: Fabricating the Mod-
la Feria Colombina. ern Dwelling, The Museum of Modern Art, Nueva York, 2008

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Daniel N. Jiménez Ferrera

tural issues that were completely Frente a las casas de Fuller, Frey o Keck,
new. The first point discusses the la casa de Neutra, con su evidente precedente
open plan in relation to cost effec- en la casa que proyectara para Werkbundsied-
tiveness; the second references the lung de Viena de 1931, tuvo bastante éxito, y
house as the servicer to its inhabi- no solo en California, donde Neutra ya gozaba
tant, not vice-versa; the third fo- de bastante popularidad, sino especialmente en
cuses on the importance to one’s Nueva York, donde se exhibiría una maqueta de
health of passive heating and the la casa, realizada por Stanton B. Coffin para la
modulation of natural light; the exposición del MoMA de 1939 Art in Our Time,
final point outlines the need to que celebraba el décimo aniversario del museo,
design within the boundaries of así como su traslado al nuevo edificio en el 11W
mass production without relin- de la calle 53, y que sería cabecera simultánea de
quishing the “opportunity for los artículos sobre la muestra en The New York
individual expression” tastefully Times y Los Angeles Times el 21 de mayo de 1939.
and affordably.10 Con estos precedentes, los concursos de-
sarrollados por Arts and Architecture con ante-
En 1936 Los Angeles Building Center y Marie Loui-
rioridad al programa Case Study, Small Houses,
se Schmidt, directora de la Architectural Building
Postwar Living, Postwar worker, sirvieron para
Material Exhibit, encargarán a Richard Neutra
tantear las alternativas, formales y construc-
la Plywood Model Demonstration House, único
tivas, que Entenza intuía para la oferta de este
de los seis prototipos de menos de $5.000 de
nuevo habitar: prefabricación, asociada tanto
coste, con proyecto moderno. Neutra proyectó
a la rapidez y abaratamiento de costes deman-
la casa, que sirvió de modelo para el debut en
dados en el cambio de paradigma del mundo y
la fotografía de arquitectura de Julius Shul-
de la casa, como a la industria disponible y, por
man, publicada en el número de julio de 1936
tanto, al desarrollo económico y a las plusva-
de Architectural Forum, para la California House
lías generadas; equipamiento, ligado al nuevo
and Garden Exhibition celebrada en el 5900 Wil-
concepto de lujo y de confort; naturaleza, fa-
shire Blvd. en el Miracle Mile district donde hoy
voreciendo que la casa participe de su entorno
se elevan los 33 pisos del Mutual Benefit Plaza
natural o lo recree, lo naturartificial, desligán-
Complex de William L. Pereira. Las seis casas se
dola de la ciudad como hecho exclusivamente
sortearon resultando ganadora de la de Neutra
artificial y entendiendo este contacto tanto por
Stella Gramer, la socia abogada del padre de
su relación con la arquitectura sostenible, an-
Entenza, que poseía una parcela en el 427 de
ticipándose a Víctor Olgyay y su arquitectura
Beloit Avenue en Brentwood Glen, donde tras-
bioclimática11, como con la idea, pintoresca y
ladaron la Plywood Model Demonstration House
que aún sigue allí.
11 OLGYAY, Víctor: Design with climate. Bioclimatic approach
to architectural regionalism, Princeton University Press, 1963.
10 BERGDOLL , Bar r y, CHR ISTENSEN, Peter y Víctor y su hermano gemelo Aladar volverán a los pueblos
BROADHURST, Ron (editores): Home Delivery: Fabricating mexicanos que ya fascinaran a Schindler, parametrizando
the Modern Dwelling, op. cit. sus sombras, sus densidades y sus espacios intermedios…

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UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

fenomenológica, del hortus conclusus; imagen, rá la carestía del metal en la recién estrenada
la casa se convierte en proyección del que la ha- postguerra y ese retraso, tiempo de viaje, ten-
bita más que en el refugio íntimo del guerrero, drá las conocidas consecuencias de su mutación
la actividad social, ya de ambos cónyuges en la espacial y formal, ya de la mano de los Eames.
pareja o del soltero activo, que invita a pensar Diversos autores, desde Esther McCoy a Bea-
el espacio de la casa como una extensión del es- triz Colomina, pero también John Crosse, Glo-
pacio público. ria Koening, David Travers o Peter Yates han
El salto mortal de la sociedad norteame- atribuido el cambio del proyecto de la CSH#8 a
ricana, desde aquella Exposición Colombina de un deseo de individualismo, de originalidad, de
1893 que hiciera regresar a Adolf Loos a Europa Charles Eames ante la evidente cercanía de su
con los ojos llenos de vacío, provocaba vértigo. proyecto al conocido boceto de Mies, dibujado
El país se había hecho adulto sin pasar por la en 1934, la Glass House on a hillside, que Charles
adolescencia. En 1900 más de la mitad de la po- Eames vería en la exposición monográfica Mies
blación de Estados Unidos, con 76 millones de van der Rohe organizada por Philip Johnson y
habitantes en el comienzo del siglo, vivía en zo- celebrada en el MoMA de Nueva York en 1947,
nas rurales, dependía de una economía agrícola a los diez años de la llegada de éste a los Es-
basada en el modelo granjero de las explotacio- tados Unidos. Aunque ninguno de los citados
nes familiares, sufría tasas de analfabetismo de recuerda, amnesia táctica, el proyecto de Saari-
más del 20% entre los blancos y casi del 50% nen de 1941, la casa Samuel Bell en New Hope,
entre los negros y sólo funcionaban en el país Pennsilvania, que ya proponía una casa en vo-
600.000 líneas de teléfono. Apenas medio siglo ladizo, incrustada en una ladera, precedente
después, en la década de 1950, el modelo había de la CSH#8, como ignoran todos los puentes
cambiado: la mitad de los estadounidenses vi- habitados, previos y futuros, que pertenecen a
vía en ciudades, la misma proporción residía en la familia del proyecto de Mies. El origen del
casas en propiedad, la escolaridad era casi uni- cambio es otro.
versal y había 50 millones de aparatos telefóni-
cos. También el arte estaba cambiando desde la El proyecto original de Eames+Saarinen
herencia europea de la primera década del siglo. necesitaba ser un puente porque perciben como
En este contexto se inicia el programa separados la casa y el prado que la recibe. Son
Case Study House de John Entenza y Arts & Ar- modernos, una joven idea. Joven, por ser jóve-
chitecture. Y la casa CSH#8. En su proceso de nes. Joven, por ser temprana: idea de Mies, o de
construcción es habitualmente aceptado que Eames, o de Saarinen. Y así, pues, diseñan una
desde el encargo y la publicación propagandís- escalera, como la que ya existía en la maqueta
tica del programa, así como el primer proyecto del proyecto de Saarinen en New Hope y que
de Eames-Saarinen dibujado en ese verano en el Mies escamotea en uno de sus zócalos habita-
estudio de Eliel en Ann Arbor, hasta la primera bles en el croquis de 1931, una escalera para as-
nochebuena, la de 1949, que los Eames pasan ya cender desde la desordenada naturaleza de Los
en su casa, el proyecto de estructura de acero y Ángeles y de Pacific Palisades, incluso del pro-
cerramiento ligero de paneles ferroboard sufri- grama Case Study Houses, que, sin urbanidad,

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Daniel N. Jiménez Ferrera

Eero Saarinen, proyecto para la casa Samuel Bell, heredero de Genral Mills, en New Hope, Pennsilvania, julio 1941. Pictures, Library of Congress, Washington.

La CSH#8 con su estructura amarilla. Eames office, Los Angeles // Ray Kaiser Eames, pintando la maqueta de la CSH#8. Los Angeles, circa 1948. Fotografía de Peter Stackpole

para LIFE. Eames office, Los Angeles.

salpicaba la ciudad de bellos objetos pugnando tener el prado porque nunca lo vio desligado de
por relacionarse, hasta el organizado sosiego su futuro hogar. No son dos elementos que unir,
de la casa. Ésta, aún elevada, ligera, puente, y la casa ya existía antes de ser construida. Las
por tanto paso, presenta incongruente uno de fotografías, obsesivas, que Charles toma en
esos ingelnooks que se excavan en el terreno de cada visita del lugar donde vivirán, inventario
las confortables casas nórdicas, aprovechando, incansable, lo demuestran. No son imágenes del
como una madriguera moderna, su inercia y su solar a ocupar. No son, más tarde, un registro
acomodo. Todo era artificial, todo era moderno. de la obra; ni son, cinco años después de aque-
Como reclama el programa de Entenza. Pero el llas navidades de 1949, un registro de la vida.
tiempo que pasa con la obra sin comenzar per- Constatan que el espacio colonizado por los
mite a los Eames habitar el prado, enseñarlo, Eames siempre estuvo allí. Ellos se limitaron
usarlo, vivirlo. Ray sólo quiere un umbral. Man- a construir un umbral, un umbral sin puerta,

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UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

como los de Duchamp primero y los Smithson crear dos historias universales13. Los Eames han
más tarde. Un lugar donde la respiración se de- encontrado su rincón del universo, choose your
tiene un instante para exhalar el aire en otro corner, pick away at it carefully, intensely and the
sitio, el mismo aire, el mismo sitio. best of your ability and that way you might change
Esa escalera que Ray nunca incluirá en la the world14, y, de repente, todo encaja: eventu-
maqueta será el desencadenante del cambio del ally everything connects - people, ideas, objects...
proyecto. Parece escucharse de fondo a Bache- the quality of the connections is the key to quality
lard, la escalera que sube a un desván siempre sube per se15 .
y nunca baja, igual que siempre baja y nunca sube
la de un sótano. Una casa que nunca tuvo puer- Si comparamos el estado final de la Case
ta, que nunca se unió al lugar, incluso años más Study Houses #8 y #9 con el proyecto inicial de
tarde de construirse su versión definitiva. Los Charles Eames con Eero Saaarinen y Edgardo
restos de la maqueta de la estructura amarilla Contini (el encargado de diseñar la estructura,
permanecen en el estudio de Santa Mónica al- que también trabajara con Harris, con Soriano
gunos años, colgados de finos sedales del techo, y con Quincy Jones) podemos verificar que en
flotando, separada ya de su único apoyo en la la casa de Entenza apenas se produce ninguna
ladera, un puente que ni Wright, ni Le Corbu- alteración en los cuatro años de espera entre
sier, pero tampoco Mies o Eames se atreverían la redacción del proyecto y su puesta en obra,
a construir, un puente sin apoyos. mientras que en la casa Eames, además de las
Recordar es volver, cualquier recuerdo su- diferencias obvias de ocupación del solar o la
pone haber vivido, haber participado de las cosas estrategia formal, la aliteración miesiana, de la
que encontramos cuando no éramos lo que somos. casa-puente prevista inicialmente, el proyec-
Recordar es también trasladar nuestro momento to compartido con Saarinen, y prácticamente
de ahora, vivirlo de otra forma, desdeñar un poco desarrollado por éste en exclusiva, las diver-
nuestro presente y permitir que el pasado lo ocupe gencias entre ambas versiones ejemplifican el
casi todo, interrumpir conscientemente nuestro ca- tránsito de la modernidad hasta la postmoder-
mino hacia adelante12. nidad, en un inicio del hecho contemporáneo
Charles no quiere recordar. Sí seguir algo más pacífico, y temprano, que el hito elegi-
adelante. Dice Borges que el olvido es la mejor
forma de la memoria, además de la de la anu-
13 La reflexión sobre el olvido creativo y regenerador es
lación de lo horrible o lo indeseable, otra de las el tema de otro de los cuentos de Borges, La otra muerte,
bondades del olvido es la posibilidad que da al en el que el personaje principal, el coronel Tabares, olvida
hombre de ejercer su imaginación reinventando la muerte de don Pedro Damián, que se produce por su
extrema cobardía, reinventando en su memoria una muerte
lo sucedido: modificar el pasado no es modificar un heroica para él. BORGES, Jorge Luis: El Aleph, El Libro de
solo hecho; es anular sus consecuencias, que tien- Bolsillo, Biblioteca de Autor, Biblioteca Borges, Alianza,
den a ser infinitas. Dicho sea con otras palabras; es Madrid, 1999

14 AA Files: Annals of the Architectural Association School


of Architecture, nº 31-32, 1996, p. 111
12 LABORDA YNEVA, José: Roma, ciudad y tiempo,
colección Estudios de Arquitectura, Institución Fernando 15 BIZIOS, Georgia: Architecture Reading Lists and Course
el Católico, Diputación de Zaragoza, Zaragoza, 2005 Outlines, Eno River Press, Durhan, N.C., 1998, p. 494

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Daniel N. Jiménez Ferrera

The meadow. Ray Eames con John Entenza en Chautauqua, 15 de septiembre de 1946, fotografía de Charles Eames. Eames papers,
Library of Congress, Washington.

do por Charles Jencks, para el que el posmoder- la incertidumbre semiótica16 , y remite a la dife-
nismo comienza con la demolición de los treinta renciación de Robert Venturi entre lo literal (el
y tres bloques residenciales Pruitt-Igoe en Saint pato, signo iconográfico) y lo formal del edificio
Louis, Missouri, del arquitecto del World Trade (la caja decorada, el signo simbólico). Si su pos-
Center de New York, Minoru Yamasaki, el 15 de modernidad no es sino la arquitectura que vino
julio de 1972. del lenguaje, la arquitectura del intercambio, o
Jencks analiza la nueva dirección toma- mejor del recambio, de la polisemia, del esto y lo
da por la arquitectura tardomoderna desde su
relación con la metáfora, cuantas más metáforas
despierte una arquitectura, tanto mayor será el
16 JENCKS, Charles A.: The Language of Post-Modern
dramatismo; sin embargo, cuanto más sean esas Architecture, Academy Editions, New York, 1977, en
metáforas meras insinuaciones, tanto mayor será su versión en castellano, El lenguaje de la arquitectura
posmodema, editorial Gustavo Gili, Barcelona, 1980

— 137 —
UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

30 de diciembre de 1948. Eames papers, Library of Congress, Washington.

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Daniel N. Jiménez Ferrera

otro antes que de o esto o lo otro17, la casa Eames una aún destartalada casa en la Nochebuena de
permite la primera visibilidad de este cambio 1949. Rápidamente, antes del mobiliario más
del paradigma moderno, en el que todo es posi- básico, aparecen objetos muy personales, habi-
ble, y a la vez. Cambio que se produce, una de es- tantes. La costilla de Adán, la Monstera deliciosa
tas casualidades controladas, tanto de manera que aún hoy, la misma, existe en la casa; el árbol
literal como sensible. Por un lado, la migración de Navidad; los adornos de papel colgados de
del proyecto desde su formalización canónica- las celosías del techo; los cuadros de Hofmann,
mente moderna (la relación con el terreno, su aún en la pared, antes de su migración al techo;
trasparencia, la pregnante estructura) hasta algunos pequeños adornos, juguetes, velas; una
la definitivamente ejecutada; por otro, el viaje silla, concretamente la DCM2 (Dining Chair Me-
interior de los Eames, sus obsesivas imágenes, tal frame nº 2), una de las three-legged metal rod
registros construidos desde la avidez de la mi- chair de 1945.
rada de arquitecto, así como el trabajo continuo Y aparece el tiempo. Como herramienta
sobre la propia obra, sólo terminada cinco años de proyecto, como ineludible elemento en este
después de su conclusión. sistema. Y la casa se convierte en sus habitantes.
Y Charles Eames, cuyo primer trabajo importan-
Una obra en la que los límites son difu- te en la academia Cranbrook, donde conocería a
sos pero estrictos: los reflejos en la exacta tra- Saarinen, y a Ray, había sido una película, aún
ma de Los Eames proponen una arquitectura sin música, sobre la profesora de cerámica Maija
más allá del acomodo feliz de los objetos que Grotell, exhibida en la exposición de la escuela en
definen su particular estilo de vida. Un proyec- 1939, y que será determinante para la concepción
to construido como un proceso de acercamiento de aquella organic chair del concurso del MoMA,
a la casa, reflexionados, encontrados, sus reco- lo deja pasar…
rrido, umbral y recinto. Una suerte de catarsis Cinco años, hasta 1955 en la que la pareja
que culmina en la nueva idea de casa como un edita el corto (10’40’’, color) House After Five Years
marco flexible, disponible para múltiples dispo- of Living. La película es en realidad una sucesión de
siciones vitales, todas posibles, incluso simultá- imágenes fijas actuando como planos, a veces en
neas, aún opuestas. Cohabitan así en la CSH#8 planta, otras en alzado e incluso con la ilusión de
desde un taller de fabricación en serie presidido la sección dada la crudeza de la yuxtaposición ma-
por la máquina Kazam!, a un gigantesco cuarto terial de vidrios, paneles y estructura; también en
de juegos infantil, un ecléctico museo o un rígi- escorzo general o parcial y sobre todo en detalle;
do salón de té. Un circo de tres pistas donde se sin embargo tienen apariencia de filmación, por
dispone hasta el último detalle, donde precisa- tanto registro literal del transcurso del tiempo,
mente los objetos y sus relaciones (físicas, tem- sin serlo. Es posible que sea el paso trémulo del ce-
porales, íntimas, privadas) construyen, juntos, luloide por los tambores y rodillos del proyector, o
el espacio habitable. Los Eames se trasladan a quizás la sucesión vibrante de luces y sombras que
construye cada escena; el caso es que la ilusión del
17 VENTURI, Robert: Complejidad y contradicción en la movimiento, aquella de las fotografías seriadas de
arquitectura, editorial Gustavo Gili, Barcelona, 3ª ed. 1984 Muybridge o de Marey, pero también la del desnu-
(1966), p. 26

— 139 —
UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

do de Duchamp, que continúa bajando la escalera, algunas baldosas de linóleo. También la lona que
está realmente presente. Esta leve distorsión, una sombrea el patio del estudio, aunque es casi idénti-
película que no es una película, se ve reforzada por ca a la colocada en 1950. Las velas se han consumi-
la inclusión de la música de Bernstein, que com- do. Las flores, marchitado, pero hay nuevas velas
pone una cuidada minisinfonía, un divertimento y nuevas flores. Los árboles tienen ya cien años.
con flauta, arpa, cello y piano, tocado este último La casa renace de forma continua, sua-
por él mismo, de cuatro movimientos: Setting ve, ofreciéndonos su propuesta vital y arqui-
(54´´), Living Room (2´00´´), Upstairs (1´45´´), Stu- tectónica, como el templo de Amaterusa en
dio (1´45´´), entre dos piezas, Prologue and Elements Ise, destruido y vuelto a construir cada veinte
(54´´) y Conclusion (1´58´´), antes de la pieza final, años, si bien Walter Gropius escribió que esto
resumen, Reflections (46´´), y nos da las claves para era debido a la necesidad de mantener el estado
entender este momento final del proyecto Eames. de perfección constante del edificio por su ca-
El propio Bernstein escribiría: We wanted the film rácter sagrado, quizás la destrucción del templo
House and its music to show a warm and loving spirit de madera, aparejado con cuerdas, sin necesi-
of place18 . dad de clavos o piezas específicas de unión, se
Porque para Charles y Ray Eames la casa deba a la necesidad de trasmitir el conocimiento
está acabada. No aquellas navidades del año 49, material, artesanal, cultural y espacial, la tradi-
no en los planos, ni en la estructura habitada, ción que define a un pueblo, a través del tiempo,
ni cuando se colocaron las cortinas o las pilonas siempre igual, cada vez diferente.
venecianas encontraron su lugar en la veranda.
Ahora, en los cinco años de vida, durante ellos. La Y la peliculita nos muestra la casa, como
casa está acabada y empieza la vida en ella. Y así los planos finales de obra, como las fotografías
la casa es siempre igual y diferente. Porque si que- de Shulman o las visitas guiadas al resto de
remos que todo siga como está, es necesario que todo Case Study Houses. Cada tramo, casi insepara-
cambie19. El panel ferroboard que separa el estudio ble, del corto va contando la historia de esta
del patio intermedio fue azul y después blanco. nueva arquitectura que se ha separado ya del
Las secciones de la fachada pintadas en rojo se mito moderno para agarrarse con fuerza a he-
han decolorado por efecto del sol, ya no lucen tan cho contemporáneo. Fue eso lo que vieron los
rabiosas, y el azul, cerca de la puerta, fue primero Smithson, aunque con los ojos tan abiertos, tan
azur, después añil, ahora Klein. Los vidrios que se sorprendidos, que apenas acertaban a referir-
rompieron en los terremotos de febrero de 1971 y se a los detalles, a las flores, a los regalos, a los
octubre de 1987 se repusieron y son otros. Como lazos y los desayunos, después a los juguetes y
a las sillas…, hasta rendirse: ¡Los Eames podían
18 BERNSTEIN, Elmer: Music for the films of Charles and elevar cualquier cosa a la décima potencia!20, excla-
Ray Eames, Amber Music, New York, 2000. El resaltado ma Alison el día de San Valentín de 1984. Es en
aparece en el original.
Estados Unidos y con los Eames cuando se cierra el
19 La conocidad cita de El Gatopardo de Lampedusa Se basa
en la cita de Jean Baptiste Alphonse Karr plus ça change,
plus c’est la même chose (cuanto más cambie, es más de lo
mismo), de un artículo de enero de 1849 publicado en la 20 SMITHSON, Alison y Peter: Cambiando el arte de habitar,
revista satírica Les Guêpes (Las Avispas). op. cit., p. 91

— 140 —
Daniel N. Jiménez Ferrera

período: los años treinta21, escriben juntos en The


1930´s. Claro que la casa tiene precedentes, las
BAMBOS de Breuer para los jóvenes maestros
de la Bauhaus (1926-27), BAMBOS es el acró-
nimo de sus ocupantes, Breuer, Albers, Meyer,
Bayer, Meyer-Ottens y Schmidt, son descritas
por el propio Breuer como steel skeleton struc-
ture with dry-mounted in-fill panels22 , a su vez
herederas de su primer diseño en Bauhaus, la
Kleinmetalhaus de 1925, con cerramiento de
paneles metálicos ligeros montados directa-
mente sobre los marcos estructurales de acero,
cuyo principio estructural pretende garantizar los
siguientes resultados: Una expresión de máxima
ligereza. Ni columnas, ni pilares, ni gruesas pare-
des. Los elementos estructurales que forman los
marcos de acero son líneas, cuanto más cerca de la
línea absoluta, símbolo inequívoco de lo estático,
mejor. Los paneles de cerramiento ya no pertene-
cen a la familia de los muros pesados -cuanto más
próxima esté su materialización del plano absoluto,
su praxis simbólica, mejor. La monumentalidad de
las masas, un principio arquitectónico mantenido
aún hoy en día, es superado por el audaz juego de
fuerzas en máxima tensión, por la monumentali-
dad del intelecto23. O Neutra, al ver los planos de la
casa Beard, uno dice: la casa de los Eames comienza

21 SMITHSON, Alison: The 1930´s, Alexander Verlag, Ber-


lín, 1985

22 BREUER, Marcel: Kleinwohnungen von tip BAMBOS, en


Bauhaus, Zeitschrift für Gestaltung, Dessau, 1928, pp. 12-13;
citado en VEGESACK, Alexander von y REMMELE, Mathi- Charles y Ray Eames. CSH#8. House after five years living.
as (editores): Marcel Breuer, Design and Architecture, Vitra
Design Museum, Weil am Rhein, 2003, p. 179 Eames office, Los Angeles.

23 BREUER, Marcel: Das Kleinmetalhaus Typ 1926, Offset aquí24 , o… Pero lo esencialmente original, más
Buch und Werbekunst, nº 7, Leipzig, 1926, pp. 371-374.
allá de la idea de Peter Smithson afirmando que
Curisamente la copia de la revista que posee el MoMA en
sus archivos, consultada para esta tesis, fue un regalo de
Elaine Lustig Cohen a los fondos del museo. La traducción 24 SMITHSON, Alison y Peter: Cambiando el arte de habitar,
del original es del autor. op. cit., p. 92

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UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

la casa de Pacific Palisades, en Estados Unidos y cotidiano… Taut…, es irrelevante el aspecto de la


a finales de los cuarenta, cierra un período, los arquitectura sin gente, lo que importa es el aspecto
años treinta europeos, es que la casa, realmen- de la gente en ella. Le Corbusier…, busco con ver-
te, casa y habitantes, abren un nuevo momento dadero afán esas casas que son casas de hombres y
en la arquitectura. no casas de arquitectos… Los Eames consiguie-
ron no solo mostrar su casa de forma ineludible
Reception in a state of distraction,
como espacio habitado, sino que proyectaron,
which is increasing noticeably in all
construyeron y habitaron su casa en un único
fields of art and is symptomatic of
acto arquitectónico, sensorial y temporal. La
profound changes in apperception,
materia del espacio se humaniza.
finds in the film its true means of
Y así, en el corto, los Elements son la pro-
exercise.25 (Recepción en un estado
pia casa, el proyecto generado a partir de esa
de distracción, que está aumen-
estructura disponible. Pero también son elemen-
tando notablemente en todos los
tos el mar, el prado, los eucaliptos y sobre todo
campos del arte y es un síntoma de
la casa ya construida, los colores, las texturas, los
cambios profundos en la percep-
detalles…, y son también elementos el ojo del ha-
ción, se encuentra en la película sus
bitante que hace bello el azar de una hoja sobre el
verdaderos medios de ejercicio).
pavimento o una sombra sobre la pared.
La película lo cuenta como los Eames quieren
La estructura y la piel de los pabello-
contarlo. Nos permite relajarnos, mirar en ese
nes son una anotación contra la cual
estado de semidistracción receptiva que explica
se desarrolla un contenido: tanto la vi-
Benjamin, otra vez esencialmente contemporá-
vienda como el contenido se perciben
neo, como poco antes lo había sido A Commu-
en términos gráficos, un fenómeno
nication Primer (1953), lo que hoy se considera la
estadounidense.27
primera presentación multimedia (…) una com-
bianción sinestésica de cine, música, diapositivas, El segundo movimiento, Setting, significa literal-
gráficos, aromas y comentarios hablados26 , y algo mente escenario, seguro que una palabra, por
más tarde, la proyección múltiple Think en el su declinación cinematográfica, muy del gusto
Pabellón de IBM en la Exposición Universal de Eames, pero también composición y ajuste,
de Nueva York de 1964. Los nuevos planos son engaste y afilado, arreglo y fraguado, sustanti-
imágenes, la nueva narrativa es la música, las vos con origen en la nominalización de verbos,
nuevas fotos de espacios prístinos son susti- encierran poderosas acciones relacionadas con
tuidas por el espacio ocupado con el fluir de lo el acomodo de dos realidades independientes
que una vez engarzadas no se pueden entender
como separadas, trascendiendo a sí mismas y
25 BENJAMIN, Walter: The work of art in the age of mechani-
cal reproduction, Prism Key Press, New York, 2012 (primera construyendo una realidad nueva. Aparecen,
edición, 1968) indistintamente, imágenes de la casa y el pra-
26 FILLER, Martin: La arquitectura moderna y sus creadores.
De Frank Lloyd Wright a Frank Gehry, en la traducción de Pab- 27 SMITHSON, Alison y Peter: Cambiando el arte de habitar,
lo Sauras, colección Trayectos, Alba Editorial, Madrid, 2007 op. cit., p. 99

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Daniel N. Jiménez Ferrera

do, de las flores silvestres y las del jardín, de


los bordes y los caminos, naturales o construi-
dos, indistintos, en diversos momentos de uso,
con y sin hojas, con y sin flores. Pero también
el interior visto desde el exterior, muebles, al-
fombras, objetos cotidianos, establecidos en el
lugar (minutos 1:26 a 1:29), así como una mesa,
en la veranda, primorosamente compuesta para
el desayuno (minutos 1:30 a 1:33). Prado, casa y
habitante son juntos.

Un territorio definido por los


Eames, determinado por los pa-
bellones colocados en el interior
de dicho territorio reforzando la
hilera de árboles, junto con, cuan-
do estaba habitado, un contenido
Eames28.

El resto de secciones, casa, estudio, escaleras…


incide en la identificación total entre lugar,
espacio y habitante. Las imágenes se suceden
equiparadas, democráticas: un único ser múlti-
ple, poliédrico, caleidoscópico, cinematográfico.
La reflexión sobre lo natural y lo artificial, su
diálogo, en la casa ya habitada, acabada e in-
acabable se despliega ante nuestros ojos como
un mecanismo lúdico y sensual. La casa es una
cometa, la casa es un mecano, la casa es un ju- Charles y Ray Eames. CSH#8. Casa fenomenológica. Eames
guete. Los muebles Storage Units con los que papers, Library of Congress, Washington.
tantas veces se la ha comparado son la casa y no
al revés. House of Cards es primero House para
quier momento29, son ligeras, frente a las sillas
después ser Cards. Las estructuras de alumnio
de Breuer o de Mies, que son de los edificios,
de las sillas Eames, con asientos intercambia-
pesadas, estáticas, construyendo el espacio de
bles de madera, de plástico o de piel, explícita
forma rígida y unívoca, moderna.
la calidad y función de cada uno, pertenecen al
La casa se aparta también de esa tradi-
usuario y no al edificio (…) ansían moverse en cual-
ción moderna del espacio fluido de Sullivan y

28 SMITHSON, Alison y Peter: Cambiando el arte de habitar, 29 SMITHSON, Alison y Peter: Cambiando el arte de habitar,
op. cit., p. 99 op. cit., p. 93

— 143 —
UNA CASUALIDAD CONTROLADA: LA PRIMERA VIDA POSMODERNA

Wright, y luego Schindler y Neutra, pero tam- je. Sino que ese límite, aparentemente delgado,
bién Mies; contradice la perversión del espacio finísimo, moderno, cuanto más próxima esté su
exterior que la arquitectura de los cincuenta materialización del plano absoluto, su praxis sim-
abanderará, y de la que las Case Study Houses bólica, mejor, decía Breuer, no es ya simbólico,
son variaciones con repetición de este tema: el ahora es real.
espacio fluido ha dado a entender que se está dentro Y esto fue lo que fascinó a los Smithson
cuando se está fuera, y que se está fuera cuando de los Eames. Lo que hizo construir lujosos
se está dentro, en lugar de estar en ambas partes umbrales en sus proyectos los cuidados guija-
a la vez. Tales manifestaciones de articulación y rros de bienvenida en Upper Lawn; la escogida
claridad son extrañas a una arquitectura de com- piedra fósil, eterna, en los peldaños-estilobato
plejidad y contradicción que tiende a incluir “lo uno en The Economist; el mágico sendero de Ansty
y lo otro” en lugar de excluir “o lo uno o lo otro”30 . Plum, que hace accesible toda la ladera; la ve-
La casa Eames reconoce sus bordes, sus lími- randa con dos puertas y gato de la Hexenhaus;
tes. Pero los espacios interior y exterior no se la penumbra respirable de la Casa del Futuro.
entienden disociados. Si bien estos límites son
muy claros, la fachada múltiple sobre el marco
Debemos empezar nuestro pensa-
de acero, el muro de hormigón, la plataforma y
miento desde el momento en que el
la cubierta planas, el camino de madera entre
hombre o el niño pisan fuera de su
la casa y los árboles, y aunque todos aparenten
casa (…) tratar de encontrar de qué
ser muy finos, están construidos para albergar
manera este contacto básico tiene
en ellos todo el universo, elevado su espesor a
lugar, cuantas casas poner juntas,
potencias de diez.
cuales son las instalaciones que com-
Y Reflections es el epílogo de la película
parten, cuestionando continuamen-
de la casa. Le precede un fundido en negro, el
te la arbitrariedad de las soluciones
único, desde la llama de una vela, tras una su-
existentes. Este es el principio básico
cesión rápida de objetos Eames, frutas, flores,
del enfoque ecológico sobre el proble-
vajilla, colecciones. Si hasta ahora cada pieza de
ma del hábitat.31
la filmación se había sucedido de forma fluida,
los Eames nos permiten un respiro para presen-
tarnos, tras la cesura, en apenas 46 segundos, En la Nochebuena de 1949 los Eames entraban
la casa de verdad. por la puerta a su casa. Describe Wilder lo abu-
rrido ver a alguien entrar en una casa por la puer-
No sólo el límite entre exterior e inte- ta. Es mucho más interesante cuando alguien entra
rior no se ha disuelto, no sólo sabemos siempre por la ventana. Pero es esta una puerta nueva,
cuándo estamos dentro y cuándo fuera, no sólo un umbral donde despedirse de la visita, apo-
los espacios, la arquitectura, contrastan con la yado en su quicio. Una puerta que como la de
naturaleza que ocupa, deliberadamente salva-
31 SMITHSON, Alison & Peter: The Built World. Urban Re-
30 VENTURI, Robert: Complejidad y contradicción en la Identification, Architectural Design 1955, no. 6, Junio, pp.
arquitectura, Gustavo Gili, Barcelona, 1992 185-188

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Daniel N. Jiménez Ferrera

Duchamp en aquel apartamentito de París, su ta que está, a la vez, abierta y cerrada, en una
eterna casa (desmontará aquella puerta y la casa, la primera, que alojará para siempre una
arrastrará con él por medio mundo), una puer- vida posmoderna.

Julius Shulman, Charles y Ray Eames y la casa Eames, 1958. Julius Shulman Photography Archive, Getty Research Institute.

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO
LADO DEL VELO

Ángel Martínez García-Posada

Hace ya unos años, en 1994, con motivo de la polémicas recurrentes en otros escenarios (es-
controversia generada por un proyecto del ar- tos mismos arquitectos lo están sufriendo con
quitecto Álvaro Siza en el centro de Granada, la descabellada campaña en contra de su pro-
la delegación de Urbanismo del Ayuntamiento yecto para los nuevos accesos a la Alhambra),
requirió al maestro portugués la construcción puede resultar oportuno recordar la historia,
previa en el solar de una maqueta a tamaño por ser tristemente ejemplificativa de la forma
real que emulara las fachadas y el volumen en que algunos entienden la arquitectura y la
del futuro edificio, y supeditó la concesión de ciudad, entonces como ahora; y al tiempo, por
licencia para las obras al levantamiento de este su valor de creativo consuelo, sugerente estímu-
simulacro desmontable. Inicialmente, los res- lo para algunas reflexiones acerca de la escena
ponsables del proyecto, Siza y su colaborador urbana y la materialidad efímera, como las que
en Granada, el arquitecto y profesor Juan Do- este artículo pretende.
mingo Santos, aceptaron la fórmula como una En aquellos días los medios habían di-
vía pragmática para desbloquear la situación, fundido diversas suspicacias en torno al ante-
dada la incertidumbre que parecía haberse sus- proyecto, emplazado en una manzana de Puerta
citado acerca del impacto visual de la futura Real donde antes había estado el hotel Zaida.
volumetría acabada. Dos décadas más tarde, La oposición política y ciertos colectivos que se
cuando el conocido como edificio Zaida lleva arrogan la potestad de defender el patrimonio
años construido e incluso se diría que es relati- urbano, en definitiva, voces que no conocían en
vamente asumido por la ciudad, que centra sus profundidad tales asuntos, alertaban de que el

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

01 Imagen urbana del edificio Zaida en Granada. Fotografía: Juan Domingo Santos.

futuro edificio iba a tapar el panorama de Sierra lugar, advertirá que cualquier edificio a lo largo
Nevada. Se trataba más bien de un vergonzante de esa calle, Acera del Darro, en cualquiera de
ejercicio de cinismo que encubría las verdaderas sus dos orillas, ocupa ya una altura semejante,
razones de la crítica: por un lado, los intereses colmata por igual la parcela que le es propia, e
políticos; por otro, la animadversión inculta a incide pues de la misma manera en la alteración
la arquitectura contemporánea que llegaba a de una estampa lejana. Frente a eso, cabría des-
afectar a uno de los arquitectos más reconoci- de luego la opción bartlebyana de no edificar en
dos en el ámbito académico y profesional, inter- absoluto, el proyecto de Siza hubiera sido tan
nacionalmente respetado entre otras cosas por cuestionable como cualquier otro edificio en
su sensibilidad contextual. El edificio planteaba Granada, que a nada que se levante unos metros
un volumen máximo de seis plantas, igualando por encima de la mirada del ciudadano supone
en altura la parcela a las construcciones que un obstáculo hacia el territorio alrededor, la
habían ido surgiendo alrededor. Cualquier otro Vega como la Sierra. Pero, como decimos, la cau-
proyecto, fuese interesante o pobremente tradi- sa de este argumento esgrimido tan refutable,
cionalista hasta el cliché en el desarrollo de sus era la persistente condición de sospechosa, casi
fachadas, hubiera constreñido por igual las su- presunta culpable, que algunos juicios populares
puestas vistas del paisaje. Si el lector conoce ese atribuyen a toda intervención arquitectónica en

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Ángel Martínez García-Posada

02 Frente del edificio Zaida a la plaza Bibataubín. Fotografía: Juan Domingo Santos.

un centro histórico que no apele a lenguajes imi- lamos el razonamiento de estas críticas a cual-
tativos de un cierto pasado, impostado, que se quier otro entorno urbano al margen del caso
diera por inmutable, y además típico. Si extrapo- específico de Granada, podría alegarse que toda

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

03 Antiguo Hotel Zaida en Granada.

forma que se alce ligeramente sobre el suelo, su- in extremis. Y así finalmente desistieron del en-
pone una innegable alteración de la plataforma cargo de la maqueta 1:1, y el edificio pudo empe-
original de la Tierra, y por tanto, una incidencia zar a construirse con sus materiales definitivos.
visual impugnable. Por todo ello, Juan Domin- El proyecto de Siza suponía un sutil
go Santos, hizo ver a las autoridades el sinsen- ejercicio en torno al patrimonio edificado en
tido de aquel requerimiento, torticero o pacato la ciudad, en gran medida la polémica tuvo que
según se mire, y consiguió que comprendieran ver con el diferente criterio de apreciación, res-
que la construcción de aquella maqueta hubie- pecto a lo fijado por las catalogaciones urbanas,
ra sido una aberración que habría convertido la de qué elementos de los preexistentes tenían o
ciudad en motivo de sorna en foros de prestigio. no interés. Siza proponía incorporar al conjunto
Es imaginable el absurdo que nuestras ciudades una hermosa casa patio en un extremo, que sin
podrían llegar a ser, si cundiendo el ejemplo se embargo no estaba catalogada por la normati-
llenaran de solares con telas provisionales, tes- va, y en cambio proponía algunas alteraciones
tando de este modo flácido la validez de ciertas concernientes a lo que se requería preservar, y
formas antes de empezar a erigirlas con solidez, así demolía un par de casas existentes, una de
y hasta puede que esta postal distópica, sumada construcción reciente y otra catalogada, pero sin
al eficiente denuedo cervantino del arquitecto interés alguno. En una sugerente conversación
en su explicación, convenciera a los munícipes entre Álvaro Siza y Juan Domingo, publicada

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Ángel Martínez García-Posada

04 Dibujo de Álvaro Siza para el edificio Zaida.

con el título “Sobre la memoria de la ciudad y antigua con el patio se descubren por sorpresa
algunas notas sobre Picasso”, editada por el en el interior del nuevo Zaida. Todo está muy re-
Colegio de Arquitectos de Cádiz, el arquitecto lacionado, de manera que lo nuevo y lo anterior
portugués razonaba algunas de sus decisio- quedan indisolublemente unidos para siempre.
nes y postulaba un entendimiento sensible del Resulta muy interesante esta visión patrimonial
tiempo histórico en la ciudad, al contrario de la de las cosas y los tiempos sin tener que recurrir a
congelación fijada por las normas. El arquitecto la restauración. Hay un modo de elaborar el pro-
granadino lo describía de este modo: “Me pare- yecto de recuperación urbana desde el presente
ce fascinante la relación que propones entre lo a través de estos enlaces que ponen de manifies-
nuevo y lo existente. La forma de los volúmenes to situaciones tan diversas”.
retranqueados del nuevo edificio Zaida hacia el La implantación del Zaida es elegante y
boulevard están determinados por las alineacio- grácil, todavía luce en su parcela, sigue siendo
nes del patio de la casa antigua, y a su vez, la casa un faro que destaca, en el mejor sentido, frente

— 151 —
PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

ses, como lo hay de la muy anterior Escuela de


Arquitectura de Oporto en el pliegue de la visera
del remate, o en la semántica de pabellón de al-
gunas piezas, sobre todo la envoltura de la casa
patio incorporada. Alguien interesado por la
trayectoria de Siza podrá aventurar, hacia atrás
y hacia delante, distintas conexiones subjetivas
de este proyecto con algunos otros.
Siguiendo la razón constructiva de al-
gunos de estos proyectos mencionados, Siza
dispuso la piel con un muro de hormigón cala-
05 Dibujo de Álvaro Siza para el edificio Zaida colocado en la do en sus huecos, que luego se trasdosaría con
envoltura provisional de las obras. Fotografía: Juan Domingo Santos. ladrillo con una cámara ventilada, y que a su
vez habría de forrarse de piedra característica
a otros edificios anodinos adyacentes. La en-
del lugar o enfoscarse de blanco, según se ha
volvente edificada va cambiando de altura para
dicho. Ello explica también que, con cierta cau-
adaptarse al frente de la plaza Bibataubín, o más
tela comprensible, Juan Domingo, como socio
allá al de la plaza Mariana Pineda, en torno a las
local de Siza diariamente encargado de cuidar
tres alturas, y al de la Acera del Darro, con los
la ejecución del proyecto, sí decidiera construir
seis niveles citados. Las fachadas del nuevo edi-
durante la misma algo de aquella delirante ma-
ficio son contenidas, con un aire loosiano, algu-
queta que el Ayuntamiento había pretendido
nas de las voces críticas que hemos referido nos
a priori: ante la certeza de que contaría con la
hacen también rememorar la reacción popular
observación, también diaria, de sus críticos, y
y mediática en aquella ciudad de Viena, en la bi-
ante el temor de que la constatación por parte
sagra entre un mundo antiguo y otro moderno,
de estos de aquella construcción de un muro de
que Adolf Loos sufrió durante la construcción
hormigón hubiera despertado de nuevo las re-
del edificio en Michaelerplatz, hace casi justo un
acciones por la incidencia visual que les servía
siglo. Siza articula aquí esa doble materialidad
de coartada en sus soflamas, optó por cubrir el
característica de algunas de sus obras, la textura
proyecto con telas, sostenidas por un andamio
pétrea a modo de zócalo expandido hasta llegar
oculto, edificando una caja envolvente, del mis-
a alcanzar la línea media del edificio, junto a la
mo volumen aproximado que el edificio que ha-
pureza del blanco geométrico del canon moder-
bría de emerger, ocultando como con un telón
no, y acierta además a conjugar, como en algu-
los trabajos que se llevaban a cabo. El propio
nos de sus mejores proyectos residenciales, esa
Siza había mostrado su contrariedad por esta
dialéctica de las dos escalas, en un orden menor
veladura, pues ello le obligaba a replantear los
y mayor para los huecos, con esa contenida con-
huecos desde dentro, y le impedía poder testar
figuración de dos torres, cual dos esfinges abs-
el resultado, paso a paso, desde fuera. De este
tractas. Hay algo en el marco grande de algunos
modo, solo al final, con el edificio muy avan-
huecos, o en la paridad de las dos esquinas ele-
zado, ya visible su forma última de planos en
vadas, de la futura Iglesia de Marco de Canave-

— 152 —
Ángel Martínez García-Posada

movimiento, con huecos que pudieran pensar-


se como ejecutados a la manera tradicional con
fábrica de ladrillo, alféizares, mochetas, din-
teles y carpinterías, estas cortinas fueron re-
tiradas. La operación, quizás, tenía un aire de
número de magia, por el recurso de los ilusio-
nistas a tapar con un velo los resortes secretos
de sus trucos.
Esta decisión de envoltura efímera del
edificio mientras duraban las tareas constructi-
vas conserva aún un resonante interés metalin-
güístico en el que este texto quisiera detenerse. 06 Envoltura de las obras del edificio Zaida. Fotografía de Juan
Técnicamente resulta interesante ese artificio Domingo Santos.
de construir un forro blando para un conteni-
do sólido, también la solución híbrida de una nicidad del telón urbano que las fachadas su-
membrana, la tela, y un esqueleto tubular, el ponían, banda de intercambio entre espacios
andamio, que dotara al cierre del edificio de un abiertos y cerrados, señalando que esa línea que
espesor provisional mayor del que luego habría separaba lo público de lo privado, podía confi-
de tener, en su vocación de permanencia con la gurar un escenario fundamental, altavoz para
aplicación de la eficiencia del hormigón emplea- muchas historias. Igualmente, desde la taxono-
do, como si durante unos meses, se ilustrara la mía tipológica, el andamio como lugar habita-
historia condensada de la envolvente en arqui- ble, o incluso el cerramiento de las obras, una
tectura, pasando del espesor masivo y estruc- suerte de provisorio ma orientalizante, ambos
tural de la piedra a la fachada libre y de espesor espacios intermedios y provisorios entre la capa
limitado del hormigón, aunque aquí la dureza final y el interior de los espacios, son ámbitos
relativa se invirtiera, pues frente a la contun- cuajados de potencial, y en la actualidad supo-
dencia de la piedra se proponía en cambio la nen un ávido campo de acción para la investiga-
flacidez del tejido. El singular empeño de ocul- ción arquitectónica y propositiva. Un andamio,
tación parecía ilustrar esa sentencia poética de mueble que antecede al posterior inmueble, es
Paul Valéry, lo profundo es la piel. Cabría pos- una entidad híbrida, entre el biombo y el estan-
tular una filiación de este procedimiento con la te, entre la cimbra y la escalera, que mientras es
representatividad de la escenografía barroca, el necesario se asemeja a la futura fachada ocul-
juego de realidad y artificio tan propio de esa tando en esta fase previa el espacio que algún
época, pensemos en la confusión ensoñada de día será. La fachada que será perenne incorpo-
Calderón en su monólogo de Segismundo, o en rará luego funciones de aislamiento térmico
la riqueza espacial de Las Meninas. El barroco o acústico a las que el andamio no ha de dar
recurrió por primera vez a una urbanidad di- respuesta, pudiendo esencializarse pues hasta
námica, teatral, interactiva, y operó como no los huesos. También la fachada tendrá una fun-
se había hecho hasta ese momento con la ico- ción representativa de la que el andamio queda

— 153 —
PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

07 Dibujo de Álvaro Siza para el edificio de viviendas en Berlín.

exento, por eso su mera materialidad instru- aire las posibles siluetas de los mismos, al fin y al
mental, con espesor pero todavía leve, admite cabo, líneas fronterizas en mitad del cielo entre
otras posibilidades efímeras por indagar. la ciudad y su arquitectura. Los dibujos posterio-
Junto a todo ello, esta suerte de estrate- res de Siza en su tablero, tras este primer baile
gia vino a cargarse además de un intenso valor de las manos en el vacío, serían como la memo-
narrativo y metafórico: Juan Domingo decidió ria en papel de aquellas intuiciones germinales.
que las telas llevaran impresos un dibujo del De este modo, en este relato granadino, grabado
propio Siza con la silueta del edificio. Por unos en las telas, podía verse en potencia el edificio
meses, en ese fino espacio vertical entre urbe y dibujado, invirtiendo de paso la secuencia lógica
edificio, agitándose por acción del viento, pudo de la arquitectura: todo proyecto supone el paso
verse no tanto una imagen realística del bloque, de las dos dimensiones del papel a las tres de
aunque en parte podía servir como iluminación la realidad, el paso del dibujo a la construcción;
para descreídos, como sí un croquis, semilla pri- aquí existía en cambio una traviesa alteración
mera de un largo proceso posterior hasta llegar de ese orden, una permuta de la habitual dispo-
a la fase constructiva, a la vez que recuerdo de la sición en el tiempo de las distintas fases de un
génesis del proyecto, rastro de la fe en el dibujo proyecto. Podríamos añadir que la estratagema
arquitectónico como primer gesto de transfor- estaba teñida de una fina ironía: con un sutil di-
mación del mundo, que Siza acaso ejemplifica simulo que ayudara a que el proyecto avanzara
mejor que nadie. Sobre la tela ondulaba, como sin nuevas dilaciones provocadas por la interce-
en una bandera gigante, la posición de conver- sión de sus opositores, se estaba también rela-
gencia entre pasado, presente y futuro que todo tando la propia historia sobrevenida al proceso
proyecto supone. Alguna vez he escuchado al normal de todo proyecto, cuando le había sido
propio Juan Domingo referir el modo en que impuesto una maqueta en tela que permitiera
Siza visita los solares de sus futuros edificios, y evaluar el resultado del proyecto en la ciudad.
enseguida comienza a dibujar con sus dedos al Antes hemos especulado con la figura de Juan

— 154 —
Ángel Martínez García-Posada

Domingo, en aquella
reunión con el alcalde y
su corte, como un hábil
narrador que acababa
venciendo reticencias po-
líticas, ahora señalamos
que con esta tela dibujada
y transitoria que ocultaba
un edificio, el arquitec-
to escribía también un
cuento resonante.
Si quisiéramos
seguir trazando aso-
ciaciones, podríamos
comparar esta veladura
pasajera con un caballo
de Troya que alojara en
su interior una suerte de
engaño. Por sus posibles 08 Edificio de viviendas Schlesisches Tor (Bonjour Tristesse), Berlín.
similitudes con nuestras
ciudades en fiestas, así la ciudad de Sevilla cotiradores que actuaban desde las ventanas
desde la que uno escribe, resulta una referen- de los edificios, impidiéndoles la visión al otro
cia fascinante la Sofronia que describiese Italo lado, pero dejando libre la circulación sobre el
Calvino en Las ciudades invisibles, que a su modo suelo, el territorio sobre el que se produce el
puede leerse como una colección de relatos mi- movimiento cotidiano de la ciudad. Para ella la
tológicos a la par que urbanos. En esa Sofronia presencia transitoria de estos planos de color
imaginada, la ciudad efímera era la de los edifi- suspendidos introducía en la ciudad un nuevo
cios y no la de la feria. En cierta ocasión, al mos- tempo que condicionaba dramáticamente la
trar a una viajera europea las velas blancas que actividad de las personas que transitaban por
en Sevilla se instalan en el estío y proyectan donde aparecían colgados. Más recientemente,
refugios en sombras sobre calles como Sierpes, en cambio, otra visitante me hacía ver entusias-
para mí un luminoso y alegre símbolo infantil mada y dichosa, la semejanza de los colores re-
de mis vacaciones de verano, ella me relató sin partidos por la ciudad en abril, como en altares
embargo el triste recuerdo de su niñez en las móviles, con algunos rituales urbanos que ella,
ciudades de la antigua Yugoslavia durante la ahora residente en Norte América, profesora
Guerra de los Balcanes, cuando los habitantes errante en su edad adulta, recordaba de sus
colgaban telones flotantes que cubrían las ca- añorados primeros paseos en Vietnam.
lles en algunos puntos hasta tocar casi el suelo, Antes indicábamos que a lo largo de la
con los que trataban de protegerse de los fran- colección de proyectos de Siza pueden recono-

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

09 Dibujo de Álvaro Siza de Évora con el ángel.

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Ángel Martínez García-Posada

cerse ciertas formas inmanentes, y por encima connivencia previa con el guardia. También es-
de estas, una manera de mirar y dibujar el mun- taba esa cosa ridícula de escribir la “S” y la “J” al
do. Podríamos relatar otros dos capítulos, uno revés para sugerir que el pueblo era inculto y no
en Berlín y el otro en Évora, afines a esta histo- sabía escribir. Quedé muy irritado al principio
ria del gran velo granadino. con todo eso. Después pensé qué hacer, porque
Una década antes de estas tribulaciones el color del edificio formaba parte del revoco y
con el Zaida, Siza había sido invitado a construir si picábamos el trozo afectado se notaría, ya
un edificio en la muestra de viviendas de Berlín, que surgiría una discontinuidad con el resto de
en el barrio de Kreutzberg, que habría ensegui- la fachada. Por otra parte, la solución de pin-
da de hacerse célebre por un dibujo anónimo y tar todo el edificio de nuevo era impensable
reivindicativo, un graffiti caligráfico que escri- económicamente. Entonces decidí dejarlo tal y
bía “Bonjour Tristesse” sobre su acabado blanco. como estaba; y así se quedó. Más tarde el edifi-
En otra conversación entre los dos arquitectos, cio fue portada de la revista Lotus y la pintada
esta editada por la revista El Croquis en uno de se convirtió en un símbolo. En algún momento
sus números dedicado al arquitecto luso, Siza se llegó a decir que yo había mandado colocar
relataba a Juan Domingo el incidente de este allí aquel graffiti para llamar la atención; nunca
modo: “En una de las visitas de obra el arquitec- fue así”. La narración ejemplifica que a veces los
to Peter Brinkert, que colaboraba conmigo en edificios construyen también sus propias his-
el proyecto, me esperaba en el aeropuerto pre- torias. Existe un hermoso dibujo previo de este
ocupado. Le dije que fuéramos a ver la obra y él bloque berlinés, un boceto similar al que en el
me respondió que mejor al día siguiente. Yo le caso del Zaida ocupó el cerramiento efímero de
insistí porque tenía interés en ver cómo iban los la parcela durante las obras, en el que Siza abs-
trabajos, pero lo notaba muy reticente y al final trae la propuesta a apenas una línea sinuosa que
me confesó que había algunos problemas, razón separa el blanco edificado del cielo testigo sin
por la cual decidí acercarme rápidamente por distinguir huecos, como si la fachada fuera tan
allí. Al llegar vi la pintada mientras él esperaba solo una tela blanca en la que no fuera relevante
atento mi reacción. Estuve largo tiempo mirán- el calado menudo de ventanas. Si hemos consig-
dola y claro que me irrité. Sabía que formaba nado que los edificios alientan a veces historias
parte de una campaña muy dura por parte de también sucede que algunos relatos se entre-
grupos minoritarios de extrema derecha. Pero lazan en el tiempo. Ese dibujo berlinés parecía
no contra el proyecto. Era en contra de todos anticipar la futura envoltura textil provisional
los proyectos que estaba desarrollando la IBA, del proyecto de Granada.
organismo que fomentaba el diálogo con los Esa consideración de la fachada como
inmigrantes turcos. Había grupos extremistas un velo, la del dibujo de Berlín o la de la acción
que luchaban en la calle contra la policía, todo de obra de Granada, nos hace evocar otro dibu-
muy duro. Me irrité porque era absolutamente jo anterior, uno de los más simbólicos de Siza.
imposible hacer la pintada a aquella altura; cada Cuando en los años setenta el arquitecto esta-
obra tenía un guardia armado con un perro y, ba trabajando en Évora en las viviendas de la
por tanto, era imposible subir y pintar sin la Quinta da Malagueira, años antes que en Berlín

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

10 Maqueta en tela a escala 1:1 para la Casa Kröller-Müller de Mies van der Rohe.

y por tanto que en Granada, dibujó esta ciudad próximas o distantes hasta la inconsciencia:
y colocó sobre ella la figura de un ángel que des- invenciones. Y si el barco se posase en el fondo
plegaba una sábana. Esta veladura, según refe- de mar, estaría rodeado de ánforas, esqueletos,
ría Siza, quería convocar la interacción entre anclas irreconocibles bajo el óxido. Experimen-
la mirada y el dibujo: al cubrir con ese manto taría el disgusto de ser llamado, incluso en el
fino el territorio se insinuaban sus caracterís- Sahara, o en el fondo del mar, contextualista”.
ticas fundamentales que iban dando lugar a sus En otra ocasión explicó: “la tradición es un de-
arquitecturas, como el ejercicio de leer la vida safío a la innovación, está hecha de injertos su-
abstraída en los trazos de la palma de la mano. cesivos, soy conservador y tradicionalista, me
Puede que el boceto berlinés del edificio como muevo entre conflictos, compromisos, mestiza-
una cortina, recortada en su remate como una je y transformación”.
ola, fuera también un modo sutil de oponer- Todas estas narraciones de envolturas
se a la barrera sólida del Muro entre el este y efímeras permitirían también la glosa de una
el oeste, que también afectaba a ese barrio de historia parcial, efímera o textil, de la arqui-
Kreutzberg, y que pronto habría de demolerse. tectura y la ciudad. Se ha referido alguna vez,
Hemos apuntado al inicio el indiscutible valor así Juan Navarro en La habitación vacante, la
contextualista de Siza. Cierta vez, con finura importancia en la carrera de Mies de su ini-
y saudade, llegó a enunciar esta deliciosa para- cial experimentación europea en proyectos de
doja: “Me gustaría construir en el desierto del exposiciones para la industria del vidrio y de
Sahara. Probablemente, al comenzar los traba- la seda. Mies sí llegó a construir una curiosa
jos de edificación, alguna cosa aparecería, re- maqueta en lona a escala real en una parcela:
trasando la prueba de la gran libertad: pedazos cuando sedujo a una clienta de su mentor Peter
de cerámica, una moneda de oro, el turbante Behrens para poder proyectar la Casa Kröller-
de un nómada, dibujos indescifrables grabados Müller en torno a 1912, por deseo de esta hubo
en la roca. En mi tierra no hay desiertos. ¿Y si de levantar la ficción de la apariencia futura de
los hubiese? Probablemente estaría condenado la casa usando una parihuela de madera sobre
a construir un barco cargado de memorias, la que dispuso unas telas. Valentín Trillo, autor

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Ángel Martínez García-Posada

11 Christo envolviendo una de las estatuas de la plaza de Trocadero, París, 14 de febrero de 1961. Fotografía: Harry Shunk.

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

de un amplio equipo de operarios coordinados


en poco tiempo, hasta el necesario plan de des-
montaje y de reutilización material para la rea-
lización de aquel hito efímero instalado en un
medio natural incierto”.
Jorge Gorostiza, investigador acerca
de las relaciones entre arquitectura, ciudad y
cinematografía, publicó en 1999 en el boletín
Circo, el texto “Pueblos de tela y cartón”, cuyo
título resulta ya afín a los asuntos que venimos
desarrollando. En él recordaba la figura de Po-
temkin, que construyó para la zarina Catalina
la ficción de un territorio cuajado de riqueza.
“Quien sí entendía el poder de lo débil sobre lo
fuerte e incluso de la ficción sobre la realidad,
era Grigori Alexandrovich Potemkin, aquel
político que construyó pueblos de tela y cartón
(como los calificaba Adolf Loos) en los márge-
nes de los caminos de Crimea para hacer creer
a Catalina la Grande que vivía en un país más
urbanizado, más moderno, que aquella Rusia
rural y atrasada en la que ambos estaban inevi-
12 Christo y Jeanne-Claude. Wrapped Building, Project for Allied
tablemente encerrados. Potemkin era un visio-
Chemical Tower, Times Square, Nueva York, 1968. Detalle de
nario que ya había descubierto en el siglo XVIII
fotomontaje, 45,7 x 25,4 cms.
el uso que se le podía dar a las técnicas de la
de la tesis doctoral Mies en Barcelona. Arquitec- escenografía fuera de los teatros, en la realidad
tura, representación y memoria, reflexionaba en para suplantarla”. La estrategia de Potemkin
su investigación sobre el ejercicio de exposición no era distante de todas esas comitivas que a lo
integral que aquello debió suponer: “Desde la largo de la historia de las ciudades han seguido
generación de planos de la escenografía, deci- recorridos engalanados ofreciendo a los gober-
diendo qué partes debían ser construidas para nantes visitantes la mejor versión posible de los
la visualización de conjunto y qué otras pasar lugares de paso.
a formar parte de la tramoya, a la elección del Son diversas las crónicas de engaños
grado de detalle de representación según fuese similares en el arte de la guerra. Durante la Se-
a ser observada como conjunto o para ser reco- gunda Guerra Mundial uno y otro bando recu-
rrida a corta distancia, el despiece de materiales rrieron a este extraño maridaje entre estrategia
teniendo en cuenta las limitaciones dimensio- bélica y práctica escenográfica. En El uso de las
nales y la repercusión en el coste y transporte, ruinas. Relatos obsidionales, Jean-Yves Jounnais
los planos de detalle de ensamblaje, la gestión da cuenta de una suerte de leyenda: “Se relata,

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Ángel Martínez García-Posada

desde el comienzo de la Segunda Guerra Mun- bio de régimen para dibujar aquí un producto
dial, una historia “de la que han llegado varias estereotipado, eficaz probeta de ensayo que
versiones hasta nosotros” de un falso aeródro- sondeara la resistencia de los diseños edilicios
mo militar alemán construido en la Holanda a bombardear. En pro de la causa, Mendelsohn,
ocupada para engañar a los observadores alia- ya judío errante, diluyó su autoría para proyec-
dos. El campo de aviación, un meticuloso deco- tar viviendas anónimas características con la
rado, era íntegramente de madera. En él había preocupación principal de la precisión en la ma-
hangares, depósitos de gasolina, vehículos y un terialidad de las cubiertas para valorar su des-
centenar de aviones, como si fueran juguetes de trucción con el fuego. Este Berlín simultáneo y
tamaño natural. La realización de esta añagaza desértico sintetizaba la crueldad del destino del
fue tan larga, pues se aspiraba a un realismo arquitecto, que había imaginado sus primeras
maníaco, que los aliados tuvieron todo el tiem- formas expresionistas en su libreta de soldado
po del mundo para seguir su realización y para en las trincheras rusas durante la Primera Gue-
comprender su verdadera naturaleza. Por eso, el rra Mundial. El desalentador facsímil berlinés
último día de esta obra en marcha, mientras se cerca de Salt Lake City suponía una extraña
fijaba la última tabla en el ala de un falso avión, venganza histórica, el objetivo de ese absurdo
otro avión, este inglés y de verdad, atravesaba el conjunto, en nada vanguardista, cruelmente
Canal de la Mancha y evolucionaba por encima convencional, era la destrucción misma de las
de aquella escena de teatro antes de lanzar una viviendas alemanas.
bomba de madera”. Al inicio indicábamos que la cubrición
Existe otro episodio paralelo de ciudad, con tela de las obras en Granada se asemejaba
inverso al anterior: el andamiaje replicante de a una táctica de ilusionismo. Procede quizás
Berlín construido en el desierto americano de mencionar al conocido como El Mago de la Gue-
Utah, el barrio alemán, levantado en 1943. rra, Jasper Maskelyne, cuyas gestas fueron no-
Mike Davis lo ha referido con detalle en “El veladas por David Fisher en un libro, de interés
esqueleto de Berlín en el armario de Utah”, muy relativo, con ese título. Maskelyne había
incluido en su libro Ciudades muertas. Ecología, sido uno de los magos británicos más conocidos
catástrofe y revuelta. El conjunto es todavía vi- del siglo XX, criado en una familia de famosos
sitable, en cierto estado de reliquia ajada, si se ilusionistas inventores de artefactos de magia
consiguen los permisos oportunos. El ejército célebres entre los iniciados. Al estallar el con-
estadounidense reclutó en secreto al arquitecto flicto ofreció sus servicios al ejército inglés con
Erich Mendelsohn para trabajar, con los inge- la idea de que su magia podía ser muy útil en
nieros de Standard Oil y los diseñadores de la el campo de batalla y así fue armando ejérci-
RKO, con el fin de crear una ciudad en minia- 13 Montaje de la instalación de Soledad Sevilla en el Castillo de
tura. La fuerza combinada del ejército, las pe- Vélez-Blanco.
troleras y Hollywood logró concluirlo en menos
de cincuenta días. En su proyecto Mendelsohn tos falsos, despistando al enemigo con trucos
huyó de la arquitectura expresiva que había po- de prestidigitador, haciendo desaparecer im-
dido dejar edificada en Weimar antes del cam- portantes objetivos vitales a su vista. Jounnais

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

nes atacantes, y este porcentaje


no había dejado de aumentar. El
propio espíritu del bombardeo
estratégico era puesto en tela de
juicio. El fracaso estaba canta-
do si no se encontraba nada que
contrarrestase el sistema de ra-
dares alemán. Técnicamente, la
respuesta fue de una asombrosa
sencillez. Se recurrió a unas tiras
de papel de aluminio, llamadas
windows, de treinta centímetros
de largo, reunidas en fajos de
dos mil y sujetas mediante un
brazalete de goma. Lanzados
desde un avión, estos paquetes
se dispersaban para formar una
nube de tiras que producían en la
pantalla del radar un eco análogo
al de un avión. Lanzando uno de
estos paquetes cada minuto, des-
de cada avión de la formación, se
podía saturar la zona en observa-
ción por medio de unos ecos tan
numerosos que se hacía imposi-
ble toda localización”. Al margen
del éxito del ingenio en términos
bélicos, incluso al margen de la
14 Instalación de Soledad Sevilla en el Castillo de Vélez-Blanco.
analogía con los trucos de los
magos que venimos sosteniendo,
escribe en su libro antes citado otra historia se- aquella imagen del batallón de espejitos sobre
mejante, a propósito de los bombardeos sobre los cielos tuvo que resultar sublime.
Hamburgo: “La organización defensiva de esta También la historia del arte contiene
ciudad, protegida por cincuenta y cuatro bate- algunos episodios urbanos y textiles concomi-
rías pesadas antiaéreas y seis bases de cazas tantes. Pensemos en las envolturas de Christo
nocturnos listos para intervenir, había conte- y Jeanne-Claude, sus conocidos wrappings, que
nido hasta entonces las oleadas de bombardeos. suponen un diálogo tintineante con la rigidez
En aquella época, la defensa alemana derriba- de los edificios forrados. Christo había comen-
ba alrededor del cinco por ciento de los avio- zado su carrera escultórica envolviendo estatuas

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Ángel Martínez García-Posada

clásicas en fundas de plástico transparente, in- de metros cuadrados de la costa de Sídney (1


ventando un espacio capturado visible en tor- milla y media de costa) la que consolidaría el
no a los cuerpos congelados en piedra, como un salto de tamaño en su trabajo. Lo más sugeren-
halo, que luego sus tejidos sobre edificios, como te de aquel proyecto clave en su trayectoria, se
la sábana del ángel de Siza, habrían de trasla- aprecia mejor en vídeos que en fotografías, la
dar con el valor añadido de la escala. Había fábrica se movía incesantemente. Luego ven-
algo en ello que movía a evocar la emocionante drían el Valley Curtain de Colorado, una cortina
reflexión que Marguerite Yourcenar escribió colgada de tela de 76.200 metros cuadrados, la
para el emperador en Memorias de Adriano: “La gran valla de California, una barrera de tela de
palabra escrita me enseñó a escuchar la voz 6 metros de alto y 39.4 km de longitud, y por su-
humana, como las grandes actitudes inmóvi- puesto el forraje textil del Reichstag, emblema
les de las estatuas me enseñaron a apreciar los de emblemas del siglo pasado.
gestos. En cambio, y posteriormente, la vida Podemos pensar también en otra acción
me aclaró los libros”. Algunas fotografías han efímera, la instalación que Soledad Sevilla llevó
conservado el retrato del artista protegiendo a cabo a propósito del patio renacentista anda-
las esculturas parisinas de Trocadero. De vuel- luz que ahora ocupa, como un espejismo, una de
ta a la contingencia de la guerra tan alejada de las salas más impresionantes y extrañas de esa
la especulación artística, me hacen pensar en colección de tesoros del mundo que es el museo
esas protecciones de algunos monumentos para Metropolitan de Nueva York, singular episodio
evitar su destrucción, como la instantánea de de expolio artístico. A principios de siglo, el pa-
la fuente de la diosa Cibeles sepultada bajo sa- tio fue vendido, piedra a piedra, a un anticuario
cos de arena, o las imágenes de archivo de esas para acabar en una de las salas del museo neo-
pieles de ladrillo que se edificaron a lo largo de yorquino, en un expediente de piedras despla-
Italia para proteger temporalmente algunos zadas. En 1911 George Blumenthal, presidente
hitos. Aquellas acciones primeras de Christo, del Metropolitan, lo había comprado para la sala
junto a su admiración por el perfil de las ciuda- central de su nueva casa en Park Avenue. Trow-
des, con Nueva York como paradigma, le harían bridge y Livingston, arquitectos de la mansión
viajar desde las estatuas a las construcciones Blumenthal, construyeron un edificio sobrio,
cuando propuso por primera vez la envoltura de influencia italiana, que se adaptara bien a
de dos edificios del bajo Manhattan, aunque las formas del Castillo del Marqués de Vélez. En
estos nunca fueron más allá de los dibujos. Su 1941, Blumenthal decidió cederlo al museo, el
llegada a la metrópoli en los años sesenta había patio fue desmantelado y los dos mil bloques de
marcado el comienzo de su interés por la escala piedra del patio catalogados y almacenados, a la
arquitectónica. En 1966 propondría otros tres espera de su traslado a la sede museística. En
proyectos irrealizados: la envoltura del MoMA, 1964 aprovechando la remodelación y amplia-
del Museo Whitney y de un edificio en Times ción del edificio fueron colocados finalmente
Square. Entonces habría de ver sólo ejecutada como lo visitamos hoy. A Soledad Sevilla la vi-
su cubrición para otra construcción de Chica- sión del patio renacentista de Vélez-Blanco en
go. Sería otra de sus envolturas, la de 1 millón aquella sala le produjo una sensación de extra-

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PROYECCIONES EFÍMERAS. LA CIUDAD AL OTRO LADO DEL VELO

15 Christo y Jeanne-Claude. Running Fence, Condados de Sonoma y Marin, California, 1972-1976. 216.000 metros cuadrados de
nylon de 5,5 metros de alto a lo largo de 39,4 kilómetros.

ñamiento y desgarro, así concibió para el castillo grafiando los tres lados expuestos en el museo
la instalación a la que nos referimos con motivo que habría de restituir mediante la proyección,
de la Exposición Universal de 1992. Sobre las eliminó de las fotografías cualquier rastro mu-
paredes desnudas del patio devastado fueron seístico ajeno a la situación primigenia, rigurosa
proyectados los elementos arquitectónicos y de- labor de recuperación de la verdad histórica. En
corativos originales. La artista pretendía convo- el emplazamiento original redispuso telas para
car, como en un conjuro, la presencia perdida del ocupar la volumetría mermada por el expolio,
patio, devolver lo sustraído proyectando sobre cubrió algunos huecos de puertas o ventanas,
los muros en ruinas el esplendor que había sido instaló un andamio y una pantalla que cubrie-
expoliado. Comenzó a trabajar en 1991, foto- se el vano de la galería del segundo piso del ala

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Ángel Martínez García-Posada

este, eligió para la tela un color que se integra- ción del edificio que encarnaría a la conclusión
ra con la piedra para la mínima alteración de la de las obras ese mismo dibujo, podríamos pen-
ruina. Durante tres días, en el ocaso, se iniciaba sar en el carácter falsario de algunas fachadas
la proyección para que la luz solar en su progre- como telones teatrales. Es sabido que en Dubai
sión hacia la oscuridad fuera dejando aparecer y otros emiratos donde el consumo energético
con lentitud el aspecto original del castillo. A la no es, de momento, un problema, los edificios
caída de la tarde, se encendían los proyectores acabados pero vacíos, se mantienen encendidos
y la imagen empezaba a percibirse lentamente. aleatoriamente para asemejar una ocupación
Esa suave verdura que el crepúsculo permitía iba que no es real. También conocemos la sensación
intensificándose a medida que avanzaba la no- de decepción que los conquistadores cristianos
che. Con la completa oscuridad, la fusión entre de Sevilla pudieron experimentar al traspasar
paredes desconchadas y la imagen proyectada la gran muralla almohade que cercaba la ciudad
hacía pensar que ese hueco descarnado acogía que ellos pensaban colmatada y que resultó te-
lo que le perteneció en una emocionante síntesis ner mucho de engaño o de arrogancia al figurar
entre realidad y ensoñación. una grandeza mayor, ocultado en cambio un te-
Aludíamos con anterioridad al potencial rritorio lleno de huertas solo en parte edificado.
representativo de andamios o cerramientos de Esta misma teatralidad podría regis-
obra, que Juan Domingo supo utilizar de un trarse en aquellos frentes de fachada unificados
modo poético. Según exponía Marshall Berman que envolvían algunas plazas barrocas, dando
en Todo lo sólido se desvanece en el aire. La expe- imagen de unidad a lo que al otro lado era una
riencia de la modernidad, Robert Moses fue el mixtura heterogénea. Pensemos en la Place
primero que comprendió el valor de realizar las Vendôme que proyectara Jules Hardouin-Man-
obras públicas como si fuesen espectáculos pú- sart. El gran arquitecto de la corte absolutista
blicos: “Cuando llevaba a cabo el reordenamien- ideó un primer proyecto en 1685 con una serie
to de Central Park, la construcción del parque de edificios públicos, como academias, biblio-
zoológico y su estanque trabajando veinticuatro teca, casa de la moneda o embajadas, luego, en
horas diarias, durante los siete días de la sema- 1698 se derribaron las fachadas y se planteó un
na, brillaban los focos y refulgían los martillos nuevo reciento más reducido en el que se erigie-
mecánicos durante toda la noche, con lo que no ron de nuevo las fachadas. Al otro lado de las
sólo se aceleraban las obras, sino que también mismas solo había al inicio solares vacíos que se
se creaba un nuevo espacio de representación irían vendiendo a particulares. Mansart empleó
que mantenía cautivado al público”. La justicia entonces un basamento almohadillado sobre el
poética de la estrategia granadina del Zaida es que se levantan hoy columnas apilastradas de
distinta a la razón práctica de Moses, el gran orden gigante, que proporcionan el ritmo a la
responsable del crecimiento metropolitano de plaza. La fachada igualitaria enmascaraba una
Nueva York durante décadas, pero ambos casos amalgama, con apariencia de uniformidad, de
señalan el valor escenográfico de la materiali- viviendas particulares y edificios públicos, y era
dad efímera de las obras. También lejos de la pues otro decorado urbano dirigido a la glorifi-
lírica del dibujo de Siza al diferir la contempla- cación del Luis XIV, cuya estatua solía presidir

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los centros de aquellas plazas reales francesas. con telas con espectadores ficticios dibujados
En este caso se colocó como centro focal una sobre ellas. En su artículo satírico publicado
columna al modo de la de Trajano en Roma, en en El País el pasado 24 de septiembre de 2017,
cuya parte superior figuraba la estatua en bron- Rosario G. Gómez escribía: “Para evitar que las
ce del rey como Emperador. gradas aparezcan desangeladas se contempla
La actualidad viene siempre a surtirnos incluso la posibilidad de desplegar lonas. Aun-
de encuentros en el tiempo, como los que aquí que los clubes también podrían hacer como los
han podido referirse. Recordemos también la italianos, que utilizaron olivos de cartón piedra
máxima de Marx de la historia repetida como para engañar a los inspectores que realizaban
farsa. Tres tristes historias recientes, cada una fotografías aéreas de los campos de cultivo y así
a su modo, como hubiera dicho Tolstoi, vienen a aumentar fraudulentamente las subvenciones
entrelazar todos estos temas. Mientras repasa- de Bruselas. En caso de urgencia, podrían colo-
ba este texto para su entrega definitiva hemos car un croma con enfervorecidos hooligans”. En
asistido al despliegue de la Policía Nacional en estos mismos meses recientes algunos grupos
Barcelona. Cierta hostilidad local obligó a alojar críticos con el presidente Donald Trump han re-
a los agentes en grandes barcos atracados en el clamado que se volviera a levantar la gran tela
puerto, uno de ellos, dado que la improvisación californiana de Christo y Jeanne-Claude, antes
del dispositivo no permitió encontrar una nave referida, en otro de esos contrastes entre los
mejor, estaba cubierto con dibujos infantiles, blando y lo duro, como un modo de ejemplificar
pues había sido empleado como recinto de el sinsentido del proyecto de muro con Méjico.
ocio infantil sobre las aguas, que ahora teñía El poeta y traductor Ángel Crespo escri-
todo de una contradicción elocuente. La sorna, bió este aforismo: “Debussy escribía en un es-
en los medios y en las redes, por esta imagen pejo; Stravinsky, detrás del espejo; Schönberg,
surreal, no cabe pensar en una estampa más en el marco del espejo”. Es plausible su extrapo-
Dadá, provocó que al día siguiente se cubrieran lación a cualquier otra disciplina creativa, pero
con grandes telas blancas los dibujos pintadas en la traslación literal a una fachada urbana
en el casco, entre otros al pajarito Piolín. La es- concebida como un telón efímero, permite una
cena me hizo acordarme de cuando mi madre lectura arquitectónica: ciertos creadores refle-
cubría la jaula del canario con una sábana vieja jan la realidad visible, amparados en la revisión
para que este durmiera. También en estos días, de algunas fórmulas tradicionales; algunos
hemos leído en prensa las propuesta de la Liga buscan el origen de los procesos de cambios, al
de Fútbol española de multar a los clubes que otro lado de la convención; otros, reflexionando
no eviten que en la retransmisiones televisivas sobre las estructuras, habitan en el marco mis-
de los partidos que se jueguen en sus estadios mo que sostendría esa frontera. Varios relatos
sea visible el hormigón vacío de sus gradas, y aquí recogidos tienen algo de esto tercero, y tal
que el actual sistema de horarios y teletaqui- vez, algunos, ciertas dosis de lo primero o de
llas contribuye a vaciar. La Liga exige resituar lo segundo. Estas últimas noticias en los me-
a los espectadores en los fondos de escena de dios han venido a su vez a recordarme que en
los enfoques de las cámaras, y también a cubrir el otoño de 1994, justo al inicio de mi primer
Ángel Martínez García-Posada

curso en la Escuela de Arquitectura de Sevilla, resultó desconcertante. Una década después, ya


en ese metafórico despertar a la posibilidad de de profesor, pude conocer a Juan Domingo, que
mirar las ciudades a uno y otro lado del velo, ha sido desde entonces un admirado docente y
incluso en el mismo velo, guardé en mi colec- arquitecto, amigo cómplice en muchos de estos
ción de recortes, que entonces era todavía en relatos, y quien me ha contado, mejor que lo que
formato físico, una crónica publicada en El País esa crónica lo hacía, la historia de aquella ciu-
firmada por Alejandro V. García y que me pro- dad efímera sobre la tela.
dujo curiosidad y sorpresa. El título era “Siza, Justo al final de Las ciudades invisibles
obligado a montar una maqueta gigante para Marco Polo confesaba a Kublai Klan que cada
poder construir en la Alhambra” y el subtítulo ciudad comprende otras ciudades. El viajero
“El arquitecto simulará las fachadas para que explicaba al emperador que al referir una ciu-
se vea el volumen”. Entonces, que empezaba a dad concreta, podemos estar hablando de otras
construir modestas maquetas, a apreciar la im- muchas, porque “cada ciudad es una sucesión
portancia de la herramienta intelectual de la en el tiempo de ciudades diferentes, todas las
escala, a comprender que proyectar es escribir ciudades futuras pueden estar ya presentes
el futuro de la vida que vendrá, pensé que si es- en este instante, envueltas las unas dentro de
tudiar arquitectura tenía algún sentido era el las otras (...) y cada ciudad se va pareciendo
de desarrollar la capacidad de saber jugar con el a todas las ciudades, los lugares intercambian
tiempo, hacia atrás o hacia delante, recorriendo forma, orden, distancias”. Todas las historias
mentalmente en sentidos inversos el trayecto alternativas de existencia efímera y velada que
que va del papel al lugar donde algún día se le- hemos ido consignando, de fortuna variable,
vantará nuestro diseño. Por ello aquella noticia serían tan ciudad como las que finalmente
que ahora recupero para dar acaso un cierre cir- se construyeron.
cular a este conjunto de historias urbanas, me

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CIUDAD Y MUNDO DE LA VIDA

Enrique España Naveira

TEORÍA DEL MUNDO DE LA VIDA, Hans Blumenberg,


Fondo de Cultura Económica (2013).
Trad. de Griselda Mársico y Uwe Schoor

Hoy nos preguntamos algo que demasiadas tros, y el libro de Hans Blumenberg, es en este
veces ha sido esquivado al pensar la ciudad, la caso una buena excusa, un eslabón perdido,
escurridiza y sigilosa idea de entender la vida un aprendizaje de partida para trazar algunos
como preocupación central para concebir el es- reencuentros. Teoría del mundo de la vida es el
pacio. La preservación y el cuidado de la socia- resultado de la recopilación de cinco manus-
lidad como proyecto constituyente de la ciudad, critos editados póstumamente pertenecientes
compuesta por las múltiples formas de vida que a lo que el editor Manfred Sommer (Blumen-
se despliegan por cada rincón del territorio. Es- berg, 2013) nos advierte que el autor clasificó
tas dudas no nacen de la coyuntura de crisis de como pertenecientes a la temática de una “teo-
la última década, pero sí que se están exten- ría del mundo de la vida”. Aunque nunca fue
diendo gracias a ella. Con la crisis surgen las pensado realmente como un libro, al menos no
deslealtades, aparecen las dudas con las creen- como algo acabado. Es importante advertir esta
cias hasta ahora inquebrantables, se tambalea condición fragmentaria e inacabada para poder
el sentido de lo que entendemos como vida y entender y acercarse mejor a este compendio de
la objetividad de lo que nos rodea. Tiembla la textos sobre una teoría del mundo de la vida,
arquitectura del mundo, y bajo el tambaleo apa- en los que destaca un profundo esfuerzo por
recen apoyos hasta ahora invisibles. describir ciertas contradicciones desde un ori-
gen fenomenológico. De hecho, como describe
La ciudad y el mundo de la vida han te- el editor, “teoría del mundo de la vida” es una
nido históricamente apasionantes desencuen- contradicción en sí misma, «En el mundo de

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CIUDAD Y MUNDO DE LA VIDA

la vida no puede haber teoría del mundo de la que estamos imbuidos en nuestras actividades
vida. El mundo de la vida es la suma de las con- cotidianas» y desde ese mundo hacernos re-
diciones bajo las cuales es absolutamente im- flexionar sobre este mundo, «hacernos ver que
posible la teoría» (Blumenberg, 2013: 266). Sin nosotros lo constituimos» (Follesdal, 1990: 66).
embargo, la contradicción no es un freno para Husserl se refería con esto al mundo vivido que
Blumenberg sino todo lo contrario, en esta serie todavía no es tematizado por teoría alguna en
de trabajos el autor entiende que es necesario cuanto es “lo que se da por sentado o supuesto”
abordar qué se entiende por “mundo de la vida”, y que la crítica de la razón de Kant presupone
una noción todavía muy lejos de tener un signi- como existente sin más (Durán, 2014: 311).
ficado unívoco y que nos permite adentrarnos Dentro de un momento de “crisis de las ciencias
en la ambigüedad que supone. Resaltaremos europeas” (Husserl, 1991), Husserl se preocupa
unas partes más que otras para conectarnos por la experiencia del mundo premodal, de la
de manera profana con otros autores y en otros vida que precede (y al mismo tiempo acompaña)
tiempos para imaginar de qué manera el mundo de una forma lógica a la ciencia, es decir, el es-
de la vida se relaciona con la ciudad. tado anterior de toda teoría (lo sobreentendido3).
Así Husserl piensa que es posible una ciencia del
mundo de la vida. Esto es precisamente lo que
EL HORIZONTE FENOMENOLÓGICO niega Blumenberg en Teoría del mundo de la vida,
que pueda existir una ciencia del mundo de la
Blumenberg se ocupa de recuperar el concepto vida, de ahí lo paradójico del título.
de “mundo de la vida” [Lebenswelt] que introdu-
jo1 Edmund Husserl en 1924 en la fenomenolo- Blumenberg empezará desde este punto
gía a partir de un texto sobre Kant 2 y que siguió a cuestionar y tensar la complejidad y profun-
desarrollando en trabajos posteriores donde se didad de la región conceptual del mundo de la
convierte en un tema central de los escritos vida. «El mundo de la vida es inestable porque
husserlianos hasta la elaboración definitiva vive de su apariencia de estabilidad y de los
de Crisis en 1936 (Husserl, 1991). En Husserl paliativos y las astucias que eso requiere» (Blu-
abordar el mundo de la vida fue un intento de menberg, 2013: 114). Esta inestabilidad habla
ofrecer un mejor acceso a la fenomenología. «El también de su ambivalencia, lo sobreentendido
mundo de la vida es para Husserl nuestro mun- funciona como estabilizador en la inercia del
do natural, el mundo en el que vivimos y en el mundo de la vida y, al mismo tiempo, supone el
ocultamiento de una posible refundamentación
1 El concepto ya había sido usado por otros filósofos como del estado de las cosas. No se queda tampoco
Georg Simmel en 1906 (el libro es revisado y publicado de ahí, en la relación entre cientificidad y precien-
nuevo en 1912), en su libro Die Religion diciendo “construir
un mundo de la vida autónomo” (statt eine autonome Leben-
swelt aufzubauen) (Simmel, 1912: 4).
3 «Lo que he llamado la tendencia del mundo de la vida
2 Texto publicado bajo el nombre Kant und die Idee der Tras- a la inercia de existencia y que en otro contexto llamo
zendentalphilosophie en el libro Erste Philosophie (1923/24). su premodalidad es lo que Husserl reiteradamente
Erster Teil, Gesammelte Werke, Nijhoff, La Haya, 1950 ss, vol. denomina lo sobreentendido [die Selbstverständlichkeit].»
VII, p. 232. (Blumenberg, 2013: 115-116)

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Enrique España Naveira

tificidad despeja de algún modo la idea de que analítico se basa en el análisis de la intuición en
ese estado de premodalidad contiene un fuerte vez de en el análisis del concepto. Para profun-
potencial, no capturable por la ciencia, que a su dizar en la fundamentación fenomenológica de
vez necesita la ciencia para desarrollarse, en sus algunos de los conceptos que estaba desarro-
propias palabras: «el mundo de la vida detiene llando como el de «vida» o el de «experiencia
la vida, pero sólo deteniéndola prepara sus mo- original», según Blumenberg, Husserl piensa
vimientos» (Blumenberg, 2013: 115). que es necesario problematizar esta cuestión
de una forma autónoma (del apriori neokantia-
El mundo de la vida es el “suelo del no) aplicando el conocido método de la reducción
mundo dado ya sobreentendidamente por la fenomenológica para intentar dilucidar la vieja
experiencia”, es el “ser del mundo en sus sobre- diferenciación entre essentia y existentia, «para
entendidos indudables”, que se han vuelto in- llegar a una ampliación de las determinaciones
dudables no sin cooperación del tiempo, porque esenciales» (Blumenberg, 2013: 126). Para ello,
este sobreentendido del mundo de la vida está el método consistía en dos pasos:
compuesto en cierto modo por los “sobreen-
tendidos milenarios”, que en Descartes y en su - 1. La reducción de lo que Husserl llama
crítica habían aparecido como prejuicios, como la tesis general, la abstracción de la exis-
meros restos de la escolaridad de la filosofía. tencia concreta dentro de un mundo de
(Blumenberg, 2013: 118) otros objetos existentes, la limitación
del objeto a su mera representabilidad,
Para Husserl, que estaba muy influen- la indistinción de percepción e imagina-
ciado por el cientificismo de fines de siglo XIX, ción.
resultaba muy difícil dar el salto hacia un dis-
- 2. La variación libre, el disponer libre-
tanciamiento de la forma científica del pensa-
mente del objeto imaginado, probar la
miento, la ciencia era el progreso humano por
modificación de sus atributos con vistas
antonomasia (Blumenberg, 2013: 123). Desde
a establecer qué resulta ser prescindible
la fuerte influencia del neokantismo, pero ya
y qué necesario.
desbordando los límites de la búsqueda del
apriori, Ernst Cassirer (1979) busca este aprio- (Blumenberg, 2013: 126-127)
ri «ya por debajo de toda formación de objeto
teórica», en relación directa e inmediata con Esta operación no resultó ser tan simple como
el mundo, donde «el mundo de la vida aparece parecía y comenzaron las dificultades al pre-
como la base de todas las condiciones a priori, guntarse ¿qué pasa con el espacio?, y avanza
hasta la ciencia como su último peldaño» (Blu- Blumenberg: «¿en la reducción fenomenológi-
menberg, 2013: 125). Husserl lleva la amplia- ca el espacio también debe ser sólo un espacio
ción de la temática del apriori (neokantiana) a representado o el espacio real, homogéneo,
los «juicios sintéticos a priori»4 , donde el juicio existente queda excluido de la reducción feno-
menológica?» Resulta que entrañaba un proble-
4 La forma lógica que Kant descubrió y convirtió en la base ma metodológico de no poder reducir a un valor
de su crítica de la razón. (Blumenberg, 2013: 125)

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CIUDAD Y MUNDO DE LA VIDA

unitario de la existencia, de la tesis general, conectado con algunas de sus intuiciones. Em-
sino que se trataba de algo «temáticamente de pieza diciendo Deleuze, en Los repliegues de la
una productividad, multiplicidad, heterogenei- materia, que «el Barroco no remite a una esen-
dad extraordinarias. El objeto reductible a su cia, sino más bien a una función operatoria, a
esencia no existía; todo objeto estaba inserto en un rasgo. No cesa de hacer pliegues» (Deleuze,
un horizonte de relaciones, remisiones, referen- 1989: 11). Una vez que aparcamos la búsqueda
cias, expectativas, anticipaciones típicas que no de la reducción a la essentia, nos podemos cen-
era posible eliminar sin intervenir en la propia trar en una actitud más abierta, más compleja,
estructura interna del objeto empobreciéndo- que entiende que el valor límite de los complejos
la» (Blumenberg, 2013: 127). Husserl describió de horizontes está en el infinito; en el despliegue
esta situación con el concepto de horizonte, ex- infinito de pliegues y repliegues. Leibniz sí su-
plicando que todo objeto está en un horizonte. pera definitivamente el cartesianismo, en pala-
bras de Deleuze, «si el mundo es infinitamente
Los horizontes de distintos objetos se cavernoso, si hay mundos en los mínimos cuer-
superponen, se imbrican, conforman complejos pos, es porque hay “en todas partes un resorte
de horizontes de orden superior. El valor límite de la materia”, que no sólo habla de la división
de los complejos de horizontes y de los órdenes infinita de las partes, sino de la progresividad
de horizontes está en el concepto de mundo. El de la adquisición y la pérdida de movimientos,
mundo es la totalidad de los complejos de hori- sin dejar de realizar la conservación de la fuer-
zontes. El mundo tiene su propio tipo y estruc- za» (Deleuze, 1989: 15). La multiplicidad que
tura. Es la totalidad que regula todo proceso aparecía en Husserl nos lleva a desarrollar esta
consistente en atravesar las remisiones de ho- idea sobre los mundos de la vida, no ya solo con
rizontes. Todo objeto está indispensablemente la ambigüedad de la que hablaba Blumenberg,
unido a su pertenencia a un mundo, a este mun- sino como multiplicidad; «lo múltiple no sólo es
do. El concepto de mundo es un concepto lími- lo que tiene muchas partes, sino lo que está ple-
te. El mundo es el horizonte de los horizontes. gado de muchas maneras» (Deleuze, 1989: 11).
(Blumenberg, 2013: 127-128)
En el extenso análisis que hace Deleuze
sobre Leibniz, destaca el realizado sobre el pun-
EL REPLIEGUE DE LA CIUDAD to de vista en relación a la ciudad en su curso
llamado El punto de vista. El pliegue, Leibniz y el
¿De qué forma se relaciona el mundo de la vida Barroco, realizado en la Universidad París 8 en
con la ciudad?, ¿qué tiene que ver con este ho- noviembre de 1986 5 . Deleuze lleva la idea de
rizonte? Vamos a movernos para descubrir Husserl de horizonte, “el mundo como horizonte
posibles relaciones. Resulta muy interesante
analizar un texto y un curso de Gilles Deleuze 5 Esta clase titulada El punto de vista. El pliegue, Leibniz y el
Barroco, tuvo lugar en la Universidad París 8 en noviembre
en los que se abordan y bordean las preguntas
de 1986 y se puede ver en el siguiente enlace (consultado
de Blumenberg y Husserl de un modo enor- el 21 de noviembre de 2017): https://www.youtube.com/
memente imaginativo y en ciertos momentos watch?v=pva0ciKe0fo&t=6916s (todo lo referente a la
ciudad está a partir del momento 1:48:30 del vídeo)

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Enrique España Naveira

de los horizontes”, mucho más allá. Enunciará o al menos no existe fuera de los puntos de vista
que “cada uno de nosotros somos un punto de sobre la ciudad. La ciudad no es un objeto. ¿Qué
vista sobre la serie infinita del mundo”, a lo que entendemos entonces por ciudad? La respuesta,
llama también ciudad. Es decir, que cada uno según Deleuze, solo puede ser el acuerdo entre
de nosotros es un punto de vista sobre la ciu- puntos de vista sobre la ciudad. Es decir, que
dad. Un enunciado aparentemente simple que la ciudad está siempre plegada, y estar plegada
encierra una enorme complejidad. Deleuze hace significa estar en/dentro, incluida en el punto
tres aclaraciones: primero, que es falso que un de vista. Significa que la ciudad es el acuerdo
perfil/cara de la ciudad correspondan cada pun- entre sujetos, entre subjetividades.
to de vista; segundo, que cada punto de vista
corresponde la totalidad de la serie; y tercero, ¿Qué operaciones se descubren desde
que hay una necesidad por la multiplicidad de este punto de vista? Surge un cuestionamiento
puntos de vista porque la totalidad de la serie sobre el par precientificidad-cientificidad, se
está necesariamente afectada por una suma in- pliegan, son puntos de vista con diferente pro-
finita de variaciones. fundidad. Los mundos de la vida emergen y se
sumergen, en la multiplicidad de pliegues que la
Cada sujeto, cada uno de nosotros, com- constituyen, a distintos ritmos y con diferentes
prende el mundo entero como una serie infini- temporalidades, teoría y praxis, racionalidad y
ta. Lo que no significa que lo comprenda con mitos, ritos, gritos, signos, señales, en un sinfín
claridad, esto sucedería a través de una profun- de intensidades. Podemos entender esta com-
didad (en el pliegue). Es en la profundidad que posición transversal de acuerdos entre subjeti-
se comprende el mundo entero, la totalidad de vidades como la socialidad imprescindible para
la serie. Somos puntos de vista, pero tenemos hacer ciudad. ¿Hasta qué punto es esto posible
nuestro propio campo de claridad y oscuridad, hoy? Es decir, ¿qué cambios supondría estar
vemos unas cosas con claridad y otras oscuras. forma de ver y hacer ciudad?
Aquí Deleuze pone el ejemplo siguiente: “¿Tie-
nen alma las bestias? Sin duda, las bestias son
puntos de vista. El punto de vista de la maripo- EL ESPACIO VIVIDO
sa, del elefante…”. Con esto hace hincapié en las
diferentes profundidades, un animal también ¿Cómo se podría profundizar en esta forma de
tiene punto de vista, aunque vea con poca clari- hacer ciudad? Una que parta del cuidado de la
dad. Es decir, la variedad y multiplicidad de los socialidad, de los cuerpos, de la vida. A partir
puntos de vista sería tanta como criaturas exis- de aquí vamos a profundizar sobre un autor,
ten y, al mismo tiempo, estos puntos de vista Henri Lefebvre, que centró sus reflexiones en
tendrían profundidad, claroscuros, diferentes otra forma de ver y hacer ciudad partiendo de
formas de claridad y oscuridad. La composición un profundo análisis sobre el mundo de la vida.
de la ciudad, del mundo, estaría formada por el En 1946, Henri Lefebvre, comienza un trabajo
pliegue, despligue y repliegue de los puntos de de largo recorrido que hará en tres volúmenes
vista sobre la ciudad. La ciudad en sí no existe, sobre una Crítica a la vida cotidiana (Lefebvre,

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CIUDAD Y MUNDO DE LA VIDA

2014). En el primer volumen se propondrá «lle- no aparece empobrecido por la alienación (con-
var la banalidad de lo cotidiano al lenguaje y lo cepto introducido a raíz del estudio que hace
conceptual» (Lefebvre, 1976: 207). Al margen Lefebvre de los primeros textos de Marx, muy
de las diferencias entre los conceptos de mundo cercano al concepto de reificación en Lukács). Lo
de la vida y mundo cotidiano, ya advertidos por cotidiano ahora se muestra como el resultado
Blumenberg (2013: 61), en Lefebvre la cuestión del mundo de la mercancía, arrastrado por la
adquiere un carácter revolucionario, es decir, uniformidad del programa del capitalismo y el
su análisis está centrado en poner en valor la Estado organizando la vida cotidiana. Aquí es
riqueza de lo cotidiano y en la transformación donde se forja la “sociedad de consumo”, que
de la vida. Esto quiere decir que no resuelve el Lefebvre anuncia como “sociedad burocráti-
atolladero teórico y metodológico que desvela ca de consumo dirigido”. Esta ambivalencia y
Blumenberg sobre la imposibilidad de que exis- multiplicidad de lo cotidiano adquiere en este
ta una teoría del mundo de la vida, en tanto punto mayor complejidad.
que mundo calificado por la premodalidad de
lo sobreentendido. Es decir, sobre el problema En el tercer volumen (1981) Lefebvre
central de la objetividad frente a lo sobreenten- realiza un acercamiento metafilosófico en el
dido. En Lefebvre se produce un giro marxista que va a hablar sobre lo repetitivo y la diferen-
que pone en el centro la preocupación por la cia, con la idea de reivindicar el derecho a la dife-
transformación de la vida, comprender siempre rencia (Lefebvre, 1971) contra el modelo lógico
ligado a transformar. Para Lefebvre «sólo llega- y estructuralista según el cuál la razón triun-
ríamos a transformar la vida cotidiana median- faría en lo idéntico, que se sustenta en el reino
te una previa penetración en ella a través del de la mercancía y el dinero y donde el Estado lo
análisis, en lugar de evadirnos de ella mediante que hace es reducir las diferencias para facilitar
la poesía (surrealistas) o por la filosofía (filóso- este trabajo (por ejemplo la organización del es-
fos). Así abordé de frente el problema de la vida pacio). Frente a los procesos de homogenización
cotidiana.» (Lefebvre, 1976: 209). Se podría de- Lefebvre propone la diferencia y esta cuestión
cir que hay un segundo giro, heideggeriano, en la enmarca en un debate metafilosófico que él
el que lo sobreentendido es reformulado como mismo pone en conflicto con Deleuze7. Por ra-
cotidianidad y que es crítico con el método fe- zones muy distintas su entendimiento de la di-
nomenológico, descrito por Heidegger como ferencia es su mayor crítica a Marx, en contra de
«simple ver y retener lo visto, sin la pregunta una realidad homogénea que piensa en la socie-
curiosa de qué hacer con eso»6 . dad como totalidad. Para Lefebvre, cotidianidad
y diferencia se insertan en el marxismo, pero
En el segundo volumen (1961) de su más allá de Marx. También aportará reflexiones
crítica a la vida cotidiana, después de 15 años
de reconstrucción del capitalismo, lo cotidia-
7 «Deleuze, tiende a separar el reino de lo repetitivo,
lo idéntico, y el de la diferencia, el flujo, la corriente, yo
6 Descrito así por Martin Heidegger en el curso de intuyo un movimiento dialéctico entre ambos términos,
Maburgo del semestre de verano de 1925, citado a su vez un movimiento conflictivo que tendría lugar en el cuerpo y
por Blumenberg (2013: 116). sus ritmos.» (Lefebvre, 1976: 212).

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Enrique España Naveira

sobre el capitalismo y su mundialización (glo- En la tensión permanente (pugnas y


balización), dentro de esta idea se enmarcará su resistencias) entre los distintos espacios, en
hipótesis sobre la urbanización planetaria (Lefe- el contexto de la sociedad capitalista domina
bvre, 1972) fenómeno que tiende a reducir las el espacio concebido. Pero difícilmente el espa-
diferencias, a homogeneizar a todas las socieda- cio vivido, donde se encuentran la pasión y la
des y reducirlas a un modelo único. acción de la vida cotidiana, se somete a las
reglas de la coherencia que las representacio-
En 1974, Lefebvre escribe La producción nes del espacio pretenden imponer. Lefebvre
del espacio (Lefebvre, 2013), como culminación propone captar la experiencia cambiante de
de un recorrido conceptual para pensar la es- lo espacial a través de esta tensión trialécti-
pacialidad 8 . Lefebvre centra su reflexión en la ca, reivindicando la potencialidad de los es-
problemática del espacio a partir de los años 60, pacios de representación para actuar sobre las
convirtiéndose en el autor más importante en representaciones y las prácticas espaciales.
enunciar un análisis de la complejidad de la En este sentido Lefebvre denuncia de forma
sociedad moderna capitalista desde un enfo- muy clara la supuesta racionalidad (cientifi-
que eminentemente urbano. En La producción cidad en Blumenberg) del urbanismo como la
del espacio, el filósofo francés propone como expresión geográfica (instrumento) de las ló-
operación la trialéctica del espacio en la que se gicas del mercado mundial y sus despiadadas
divide entre: el espacio de lo percibido (físico), consecuencias. «El espacio ordena, prescribe
de lo concebido (mental) y de lo vivido (social), y proscribe» (Martínez Lorea, 2013: 17). Esto
fundamental para redefinir conceptualmente nos permite superar y evidenciar la heterono-
la formar de hacer ciudad. En estas división, mización del espacio, es decir, la superación
el espacio percibido sería el de las prácticas es- de un espacio que está fuera del alcance de
paciales (el espacio de la experiencia material); los habitantes, de la abstracción fetichizada
el espacio concebido sería el de las representa- que lleva a los ciudadanos a abstraerse de sí
ciones del espacio (el espacio de los expertos, los mismos: reducido a quien asume los códigos,
científicos, los planificadores, también de los señales, prohibiciones e imposiciones del es-
signos, códigos y la fragmentación); y el espa- pacio percibido. Con esto aflora un aprendizaje
cio vivido serían los espacios de representación impresionante, que el espacio no es un abs-
(el espacio de la imaginación, de lo simbólico, tracto-instrumental, que nos aleja de las im-
de la pasión y la acción; de lo sobreentendido) plicaciones que tienen las relaciones sociales
(Lefebvre, 2013). en la producción (capital-trabajo-vida), ocul-
tando las profundas desigualdades y contra-
dicciones que genera. La realidad no se puede
8 Este recorrido se podría resumir en seis libros principales: confundir con lo visible. El espacio, la ciudad,
El derecho a la ciudad (1969 [1968]), De lo rural a lo urbano es una producción social, el escenario de nues-
(1971 [1970]), El pensamiento marxista y la ciudad (1973
tras vidas, el ambiente en el que se producen
[1972]), Espacio y política (1976b [1972]) y La producción
del espacio (2013 [1974]). Pero también dos más: La y reproducen nuestros sueños y la posibilidad
proclamation de la comune (1965) y L´Irruption de Nanterre de transformar la sociedad.
au sommet (1968).

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CIUDAD Y MUNDO DE LA VIDA

Es soporte, pero también campo de ac- (no perteneciente al mundo de la vida) donde lo
ción. Esta aparente evidencia se camufla desde urbano no se piensa desde el conflicto de lo so-
su propia concepción (desde el espacio concebido). cial, ni desde la potencia que las relaciones entre
La voluntad insaciable de control por parte de subjetividades que se pueden desplegar (reple-
arquitectos, urbanistas y planificadores encaja gar y plegar) mediante sus acuerdos, desacuer-
muy bien con la pretensión expansiva y coloni- dos y formas espontáneas de vida, sino desde
zadora de la circulación de capital a través del la utopía concebida de la ciudad moderna como
sector inmobiliario y el de la construcción, lo mecanismo de homogeneización, como elusión
cual permite que de esta coincidencia de intere- de la ciudad. Sin espacio vivido no hay ciudad.
ses se reduzca la ciudad a una cuestión técnica

BIBLIOGRAFÍA

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Crítica. [original: Husserliana VI]
Madrid: Capitán Swing.

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Martínez Lorea, I. (2013) Henri Lefebvre y
Georg_Simmel_1858/Die_Religion_.pdf]
los espacios de lo posible [prólogo]. En
Lefebvre, H. (2013) La producción del
espacio. Madrid: Capitán Swing.

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ASTRAGALO
SEGUNDA ÉPOCA
CONSEJO EDITORIAL
Roberto Fernandez- Luis del Valle- Sandra Sánchez
Monográficos previstos
Se convoca a participar en un conjunto de nú- Todos los integrantes de la dirección
meros futuros que se armarán según se obten- colectiva podrán opinar, contraproponer y en
gan colaboraciones para cada uno y editarán definitiva acordar en los temas monográficos a
según se vayan integrando a razón de uno o dos abrirse y luego, proceder a requerir y presentar al
por año, hasta alcanzar a recuperar el modelo comité, las colaboraciones que propongan en re-
original de 3 números al año. De hecho a tal fin lación a su región y red de relaciones académicas.
se proponen 9 temas monográficos.

1 NO FORMA 6 GENTRY&MEMORABILIA
Informe, deforme, evanescente, inestable De la ciudad social a la ciudad exclusiva, fronteras,
bordes, clusters, ghettos, conservar formas versus
2 NATURAL MENTE
gentrificar usos.
Naturaleza muerta, museos vegetales, derroche de
naturaleza, violencia con la naturaleza, espectacula- 7 CRÍTICA
rización de la naturaleza Entender, valorar lo valioso en el magma de la pro-
ducción, crítica e historiografía, crítica cultural ver-
3 LENGUA ARQUITECTÓNICA
sus crítica popular, crítica disciplinar versus crítica
Hablantes, jergas, combinatorias, identificación, estilos
contextual.
4 AUTONOMÍA DE LA IMAGEN
8 SOSTENER&SUSTENTAR
De las cosas a las imágenes, imaginarios, mostrar-
SOS:Tener: Límites del tener o consumir. Dialéctica de
construir, la materialidad de la imagen
las traducciones de sustainbility: sustentabilidad &
5 LO MODERNO POSTUMO sostenibilidad. Mito y realidad de lo sustentable/sos-
Modernidad y futuro, modernidad social, modernidad tenible en arquitectura y ciudad. Materias y energías.
incumplida, los límites de la función moderna.

Deseablemente los artículos tendrían que osci- fuente u origen de las mismas. Se puede indicar
lar entre 25000 y 32000 caracteres, en formato a qué parte del texto corresponden. Los artícu-
word, y si es inevitable, no más de 4 ilustracio- los e imágenes que se envían a la dirección de
nes de calidad. Las ilustraciones se envían por Roberto Fernández: rfernandster@gmail.com
separado en formato jpg, a 300 dpi. Referenciar Gracias.

— 178 —
HAN COLABORADO
EN ESTE NÚMERO 23 DE ASTRAGALO

Carla Carmona Profesora de filosofía de la Daniel N. Jiménez Ferrera Doctor Arquitecto y


Universidad de Sevilla Professor de Proyectos Arquitectónicos, Escola
de Artes. Universidad de Évora, Portugal
Juan Luis Moraza Escultor y Profesor Fac. de
Bellas Artes de la Universidad de Vigo, Plácido González Martínez Professor. College
España of Architecture and Urban Planning.
Tongji University, China
Polyxeni Mantzou Democritus University
of Thrace, Department of architecture Ángel Martínez García-Posada Profesor de
engineering, Faculty Member Proyectos Arquitectónicos, Universidad
de Sevilla. Investigador residente en la
Ion Martínez Lorea Doctor en Sociología.
Universidad de Cornell, NY
Profesor de Sociología Urbana-UPNA,
Navarra Enrique España Naveira Arquitecto.
Investigador en OUT_Arquias,
Beatriz V. Toscano Investigadora Instituto de
Universidad de Sevilla
Arquitectura - Universidad Politécnica de
Düsseldorf Daniel Canogar, artista visual, tiene sede en
Madrid y en Nueva York
Roberto Fernández Doctor Arquitecto
Catedrático UBA y UNMdP. Director Carlos Tapia, Doctor Arquitecto Profesor de
CAEAU UAI Teoría e Historia ETSAS Sevilla

La revista ASTRAGALO no mantiene correspondencia que no sea la solicitada. Sus artículos po-
drán utilizarse y divulgarse sin fines comerciales citando la fuente, a excepción de trabajos que
posean la indicación de copyright a favor de su autor.

— 179 —
REVISTA CUATRIMESTRAL IBEROAMERICANA

DIRECCIÓN
Antonio Fernández Alba / Roberto Fernández

ASTRAGALO es una publicación que El propósito inicial y actual de la pu-


se propone analizar el pensamiento de expe- blicación es difundir trabajos de un grupo de
rimentación y crítica del actual estado de la intelectuales americanos y europeos capaces
construcción de las ciudades y del oficio de de ofrecer aportes que propongan el análisis
la arquitectura eludiendo las teorías más o crítico de la Arquitectura en su inserción en las
menos sacralizadas que formalizan la condi- culturas urbanas. Por ello la pretensión será no
ción evanescente del escenario metropolitano sólo el cuestionamiento de lo banal o lo efímero
contemporáneo en acuerdo con los estragos de las prácticas habituales en contextos metro-
mercantilistas del capitalismo avanzado y re- politanos internacionales, sino la exploración
cogiendo reflexiones críticas marginales espe- de alternativas. Alternativas que evalúen la
cíficamente las que hoy se producen tanto en vigencia del oficio de la construcción y los me-
América como en Europa. canismos del proyecto riguroso en lo técnico y
Ante el abuso de las imágenes digita- en lo social, pero también de los conocimientos
lizadas y de manipulación desmesurada de estéticos, tecnológicos y culturales que pueden
ilusiones o apariencias, ASTRAGALO preten- considerarse para recuperar la calidad social de
de convocar discursos que intenten la recupe- la vida urbana y metropolitana.
ración de condiciones esenciales del habitar y El nombre de la publicación –ASTRAGA-
en ella, del marco de valores en que pueden y LO– alude a una pieza del orden arquitectónico
deben desplegarse las tareas del Urbanismo, el que articula lo vertical y lo horizontal, lo sopor-
Arte Urbano y la Arquitectura y en general las tado y lo soportante, lo real y lo imaginario. Es
actividades crítica y de gestión de urbanidad. una pieza pequeña pero fundamental que une
Será por lo tanto un proyecto basado en tex- y separa, que distingue y conecta. También su-
tos más que ilustraciones, un espacio más de giere racimos de flores, algunas veces solitarias.
reflexión que de reflejos.

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