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INSENSIBILIDAD MORAL
FRENTE A LA
CONTAMINACIÓN DE
LIMA
Tema: contaminación
ambiental
de Autor desconocido
está
Ato Valladolid bajo licencia
Roselin
Introducción
Estamos tan acostumbrados a no caminar más de cinco metros sin ver algún tipo de
desperdicio por los lugares que transitamos que simplemente dejamos de ver el
problema. Ni que decir de los ciudadanos que pensando que las calles son
contenedores universales lanzan cualquier tipo de desperdicio allí mismo donde se
encuentran, desperdicios que van desde papel hasta preservativos. Sin embargo no
es la única forma de contaminación a la que nos enfrentamos en la gran ciudad
limeña desencadenada por la indiferencia, la nueva forma de contaminación
presente en las ciudades modernas: la contaminación sonora, es otra de las formas
que se pueden visibilizar.
Problema general:
Problemas específicos
Objetivo principal:
Objetivos secundarios:
I.4. JUSTIFICACIÓN
Los beneficios de hacerle frente a esta situación no solo nos garantizan la existencia
plena de nosotros como especie en un medio no tan hostil, sino que nos acercaría al
desarrollo sostenible que hoy bajo las actuales circunstancias no parece ser más que
una quimera.
II. MARCO TEÓRICO
II.1. ANTECEDENTES DEL ESTUDIO
De acuerdo al repositorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, existen diversos estudios de temática ambiental,
pero no a precisión de la problemática planteada en el presente proyecto de
investigación. Siendo de esta manera el primer estudio que englobe el aspecto
cultural de la ciudadanía limeña con la contaminación y el grado de la misma.
Ciudadanía y Ciudadano:
Las acepciones de ciudadano y ciudadanía que se ubican en el primer campo
semántico, el relativo a la pertenencia a determinadas colectividades, admiten
dos clasificaciones. No obstante, antes de indicarlas, conviene recordar dos
cuestiones interrelacionadas que se refieren al sentimiento de pertenencia. Por
un lado, este sentimiento provoca, simultáneamente, unión y separación entre
personas y colectividades: cohesiona a los integrantes de una misma
colectividad, pero, al mismo tiempo, los separa, inexorablemente, de quienes no
pertenecen a ella. Por otro lado, esta diferenciación de colectividades implica
que los integrantes de cada una de ellas tienen estatus diferenciados, lo que a su
vez refuerza la cohesión al interior de la colectividad y su separación de las otras
colectividades - Polis, Revista Latinoamericana.
Cultura:
En latín, el término cultura significa el conjunto de labores y de frutos inherentes
al cultivo de los campos. Su etimología está ligada a caleré, cultivar, del que se
deriva también Íncola, habitante, ya que en la antigüedad el trabajo de los
campos era la actividad característica de una población que residía de manera
estable en un territorio, en contraposición a las civilizaciones nómadas, que no
eran incolae de una tierra concreta.
Este concepto ha llegado, a través de la tradición filosófica racionalista (desde
Descartes a Leibniz y Kant), hasta nuestros días, para significar el proceso
formativo de la personalidad humana. Caracteriza al fenómeno por el que el
hombre adquiere progresivamente los elementos distintivos de su propia
humanidad – diccionario de sociología.
Moral:
Significa reglas y normas de convivencia y de conducta de los hombres; una de
las formas de la conciencia social. Los idealistas estiman que la moral es
completamente independiente do las condiciones materiales de la vida de la
humanidad. El marxismo-leninismo, en su interpretación de la moralidad y de
sus exigencias no parte de las definiciones generales y abstractas, sino de las
condiciones históricas concretas. Con el cambio de las formas del régimen
social, cambia también la moral - Diccionario filosófico marxista.
III.3. HIPÓTESIS
Hipótesis general:
La insensibilidad moral frente a nuestra situación medioambiental es
consecuencia de una cultura de la contaminación que se ha venido forjando en la
ciudadanía en las generaciones anteriores.
Hipótesis específicas:
Las medidas que se toman frente a la contaminación es directamente
proporcional a la importancia que se le da a la misma.
La contaminación y sus consecuencias seguirán agravándose conforme
se siga pasando de ella y no prestando atención al problema en sí y la
amenaza que significa.
Las medidas contestarias frente a esta problemática no logran impulsar
una verdadera toma de conciencia por parte de la población en torno al
riesgo de la contaminación.
IV. METODOLOGÍA
IV.1. TIPO DE INVESTIGACIÓN
Descriptivo: Se plasmará la situación tal cual de la cotidianidad en
distintos puntos de la ciudad de Lima
Explicativo: Se esclarecerá el panorama conforme a la información
obtenida
Transversal: Se analizará la situación en distintos escenarios de diversos
lugares de la capital.
Observación simple
Cuestionario
Artículos
Libros
Grabaciones de video y material multimedia.
V. RESULTADOS DE LA INVESTIGACIÓN
}
La investigación se llevó a cabo bajo la observación de tres lugares espacios distintos de
la capital, donde podemos visualizar diferentes perfiles de ciudadanos, entre estos
lugares tenemos a galerías de Abancay, un Mercado ubicado en Comas y alrededores
del poder judicial y donde en base a herramientas como la observación, interacción y
grabación de la vida cotidiana de los ciudadanos de Lima se pudo llegar al siguiente
resultado expuesto en el presente trabajo.
Las personas transitan sin parar todos los lugares mencionados, van camino a sus
trabajos, camino a sus centros de estudios o simplemente de paseo. Pero nadie parece
detenerse a observar lo que le rodea. Los ciudadanos parecen estar acostumbrados a ver
desechos por donde transitan y a contribuir con esta situación, situación que responde
como bien nos dirá un personaje a que todos parecen ensimismados en sus propias vidas
y preocupaciones cotidianas que ni evalúan todo lo que conlleva la contaminación diaria
y creciente de los últimos años.
A simple vista se pudiera decir que muchos desconocen las consecuencias, y lo
perjudicial que es esto. Sin embargo, no todos parecen exentos de esta ignorancia, sino
que poco les importa mientras no les afecte directamente. Es decir, nos encontramos
inmersos en una sociedad donde se ha ido forjando una insensibilidad moral frente a
este fenómeno.
Las principales actividades durante el año nos dejan entrever esta situación de manera
un tanto más pronunciada, por ejemplo: el día de San Valentín, el día de las madres, o
las fiestas de fin de año, los principales comerciantes de la capital, así como sus
respectivos consumidores suelen tener más movimiento en las calles principales,
invadiendo veredas, pistas, y cualquier lugar transitado para ofertar y comprar al mejor
precio. Pero ¿Qué relación tiene esto con la contaminación? Muchas bolsas, plásticos de
todo tipo y residuos propios de una persona durante el día en el lugar donde se ubica el
vendedor. Siendo esta condición independiente de si el vendedor es formal o informal.
Esta situación se pone en manifiesto desde los hogares de los individuos que llevaron a
cabo esta investigación, pues pudieron evidenciar como en sus propias moradas no
existe una cultura ecológica. Así mismo en el trayecto al primer punto de análisis
también se pudo observar como los individuos se deshacían de todo tipo de desechos en
los medios de transportes. Una vez en el primer lugar: centro de Lima, en específico
Abancay y alrededores podemos confirmar que: “La mala calidad de los combustibles,
la gran cantidad de vehículos en mal estado, los gases tóxicos, por parte de las fábricas,
y sobre todo la falta de conciencia de población, ha dado origen al exceso del CO2 que
en el presente contamina la avenida”- Andrés Ichikawa Manuel Quiñones Eduardo
Higueras Diego Schang.
Así mismo, tal cual se afirmó en el inicio, la condición formal o informal no parece ser
determinante para la insensibilidad que se tiene para contaminar ya que tanto en lugares
con comerciantes ambulantes como en galerías comerciales las condiciones eran las
mismas.
Nos cuenta la señora Nora, comerciante de una de las galerías que se visitó, al
respecto:
“Acá todos son así, comen y como animalitos todo botan a la calle. Y eso que
hay bastantes tachos de basura por acá ah, pero no entienden, bien cochinos
son.”
Por su lado, el señor Juan, un comerciante ambulante con escaso tiempo para distraerse,
afirma al recriminársele que su cesto de basura colapsó hace bastante y que sus
desperdicios se están cayendo al piso y que, pese a esto, el solo opta por seguir botando
los desechos al piso conforme atiende.
“Sí, ya sé que se llenó, pero ¿qué puedo hacer? No tengo tiempo de ir a buscar
donde botar. ¿Si me voy quien atiende a mis clientes?
Además de acá vienen los anaranjados que barren la calle, a esta hora siempre
pasan y ahí limpian”.
Con respecto a la primera intervención a las personas analizadas podemos encontrar que
si bien algunos son conscientes de la situación siguen siendo tolerantes con la misma.
No existe una respuesta contestataria pese a que algunos no están del todo conforme o
se incomodan. Mientras, por otro lado, con la segunda intervención, encontramos que
también existen personas meramente indiferentes quienes parecen no tener
conocimiento de lo que este problema significa y por el contrario toman la actitud
insensible como algo sumamente normal.
Al intervenir a una de estas personas con traje mientras salía apresurado acerca de por
qué contribuía con la contaminación ya existente este solo nos hizo una seña con la
mano de que ya no tenía tiempo y siguió su camino. Reforzando de esta manera la idea
de que poco le importa o afecta lo que signifique estar rodeado de desechos por las
calles.
Algo curioso que también se pudo visualizar es que, en estas dos primeras zonas, las
mismas que no solo eran transitadas por los mismos ciudadanos de Lima, sino también
por turistas de diferentes nacionalidades, aparentemente poseían una mayor conciencia
acerca de la actitud que se debería tener con respecto a la contaminación. Eran
precisamente ellos, quienes respetaban el uso adecuado de cestos de basura o
simplemente guardaban sus desperdicios en sus mochilas, muy a pesar del desastre que
los rodeaba no contribuían a este, aunque tampoco parecía sorprenderles.
Camino al siguiente lugar de análisis, un mercado del distrito de Comas, se puede seguir
apreciando la naturalidad de este fenómeno (insensibilidad moral frente a la
contaminación) a través de los distritos que se van atravesando hasta llegar al lugar de
destino. Y una vez allí el panorama puso más en evidencia lo serio de este problema,
para empezar, por ejemplo no se encontraba ningún contenedor “oficial” en el lugar,
también la mayoría de personas que trabajan en este lugar y los hijos de los mismos
replicaban esta actitud durante todo el día laboral, parecían desconocer por completo el
hecho de que arrojar desperdicios al suelo estaba mal y los compradores, en su mayoría
amas de casa mayores, no se incomodaban por el hecho de estar paradas al lado de
cascaras de fruta o huesos de carne.
Sin embargo, en los puestos que se encontraban más organizados y no tan improvisados
si podíamos encontrar un poco más de limpieza y de orden. Demostrando que uno que
otro ciudadano es consciente de que no se debe contribuir más a este problema.
“Mis jefes y unos cuantos más son los únicos de este lugar que se preocupan
por al menos mantener limpio su sitio, hasta recogen las bolsas que dejan acá
afuerita los del costado a veces”
Pero el resultado general al final de la jornada laboral de este lugar fue más nocivo de lo
que se pudo observar al inicio. Los puestos ya no se encontraban, solo un terreno lleno
de cajas, pedazos sobrantes de materiales de trabajo, restos de alimentos en buen y mal
estado y pilas de bolsas de basura cada diez metros.
Esta situación aparentemente demuestra que más allá de la ocupación que se realice esta
insensibilidad se encuentra generalizada. Desde los puntos geográficos donde me
ubiqué para el presente estudio pude visualizar comerciantes, estudiantes, transportistas,
policías, abogados, trabajadores estatales, amas de casa, entre otros; y todos transitaban
la calle sin mostrar asombro por la suciedad y cantidad de desperdicios, algunos cuantos
se limitaban a usar los contenedores, pero para la otra mayoría esto era demasiado
trabajoso y solo tiraban al piso lo que ya no necesitaban.
Este desolador panorama resulta alarmante ya que de acuerdo a cifras del INEI solo dos
de nueve zonas evaluadas en Lima Metropolitana registraron bajos niveles de
contaminación ambiental del aire. Recordemos que con esta actitud (contaminar
indiscriminadamente) y su posterior tolerancia se afecta directamente la calidad de vida
y de salud de toda la población, especialmente de la población más vulnerable, ya que
es probable que esos niños que respiran todos esos gases producto de desechos
orgánicos terminen padeciendo las consecuencias más severamente que sus padres o los
demás adultos.
“Si cuando camina por el Centro de Lima los ojos se le irritan, la nariz le
molesta y se le seca la garganta, puede que no sea una gripe en ciernes. Ocurre
que el Cercado triplica los niveles de contaminación ambiental permitidos por
los estándares internacionales y eso causa daños en su organismo.
Dependiendo de la exposición que tenga la persona a esta polución, puede
sufrir daños al sistema nervioso y cardiorrespiratorio”- Diario La República
(2005).
Este problema como demuestra la cita no es algo que solo se limite a siquiera los
últimos 10 años, sino que es una problemática que viene acompañando a la capital por
décadas y que seguirá reproduciéndose mientras no se haga algo al respecto.
Es así que la toma de consciencia frente a esta situación parece ser el factor más
importante para romper con el esquema establecido en nuestra sociedad. Pero ¿cómo
comenzar? El uso de la educación como instrumento puede ser la respuesta.
Los problemas ambientales son entendidos como tales cuando obtienen reconocimiento
social. Es por eso que frente a esta situación de insensibilidad moral se propone una
toma de conciencia de la situación en la que como ciudadanos y sociedad se encuentra
la población limeña. Esta toma de consciencia dependerá, en gran medida, del grado de
educación y asimilación que posean los individuos. En este sentido la educación, será
entendida como el medio para adquirir o transmitir la cultura, es un proceso que
contribuye al desarrollo y participación activa del individuo en la transformación social,
en este caso, en una nueva forma de ver la contaminación diaria.
Y no basta con la “educación” conformista que se brinda en las escuelas pues esta ha
demostrado no ser suficiente, ni fuente real de una toma de conciencia por parte del
alumnado. Se requiere de programas especializados y dirigidos a toda la población,
especialmente en esos sectores que son focos de esta actividad; y deberían ser
elaborados y trabajados intensivamente por el Estado que es el principal actor que
debería encontrarse en la lucha contra este fenómeno en su calidad de servidor de la
población.
Es sorprendente como causando el daño que hace se pueda permanecer inerte frente a la
contaminación. No solo afecta la calidad del aire de la capital, sino que acarrea otras
consecuencias ecológicas tales como desajustes en las condiciones atmosféricas que
posteriormente nos afectarán directamente.
Encontramos así entre una de estas iniciativas el Plan Nacional de Educación Ambiental
- PLANEA 2015-2021, aquí encontramos una iniciativa por parte del Ministerio de
educación y el Ministerio del ambiente este nos dice que “Armonizar los aspectos
ambientales con el crecimiento económico, la paz social y el bienestar general de la
población, requiere el desarrollo del marco regulatorio e institucional y la
implementación eficaz de nuevas políticas públicas. ¿Por qué? Pues “Las actividades
productivas intensivas en el uso de RRNN generan la quinta parte del producto bruto
interno (PBI), representan la cuarta parte de la recaudación proveniente de los tributos
internos y el 84% del valor total exportado. El dinamismo económico como los declives
temporales tienen el mismo sustento, vinculado también a los precios y la dinámica
económica internacional. Sin embargo, así como el patrimonio natural abona al
crecimiento económico (6.1% promedio entre 2002 y 2013), se estima también que el
costo económico de la degradación ambiental (equivalente en promedio al 4.1% del PBI
nacional) reduce significativamente este crecimiento”.
Aunque propone una solución más que nada en beneficio del sector económico este
Esperemos, en este sentido que este proyecto sea efectivo y se comience con la
parte del ciudadano común, con respecto a lo que significa la contaminación y las
VI. CONCLUSIONES
Muy independientemente de los lugares de investigación, lo que se
evidenciaba desde el inicio de este proyecto hasta el final, es la
presencia de desechos a lo largo de toda la vía pública, en todo lugar y
nadie parece detenerse a observar lo que le rodea. Los ciudadanos
parecen estar acostumbrados a ver desechos por donde transitan y a
contribuir con esta situación.
Universia Perú. (2015). Educación ambiental en el Perú: cómo crear conciencia sobre el
medio ambiente. 2017, de universia.net Sitio web:
http://noticias.universia.edu.pe/educacion/noticia/2015/09/01/1130604/educacion-
ambiental-peru-como-crear-conciencia-medioambiente.html
VIII. ANEXOS