La oracion compuesta (2a parte):
la subordinada
Nos detendremos ahora en el estudio
de la oración subordinada: las dificul-
tades de construcción que ésta repre-
senta, clases y análisis de casos.
Pero, en primer lugar, la reflexión
(vuelvo a repetirlo) es la base para
aprehender las estructuras de funcio-
namiento de nuestra lengua. El por
qué y para qué hacemos oraciones
subordinadas; cómo las construimos
de manera correcta y las estrategias
para distribuir la información; qué su-
cede si prolongamos su uso en un
mismo periodo o, al contrario, la frac-
cionamos y creamos otras unidades
LA ORACIÓN SUBORDINADA
En el anterior recurso sobre la ora-
ción compuesta, hicimos un primer
acercamiento conceptual sobre la
oración subordinada. Una proposi-
ción principal (subordinante) somete
a otra, por medio de una conjunción,
a una dependencia significativa
(subordinada). En este caso, se es-
tablece igualmente una relación de
Verbo
Sujeto
Miguel soñó que vivía en otro país
Subordinante
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sintácticas (oraciones coordinadas,
yuxtapuestas o simples).
Éstas y otras cuestiones surgen por la
necesidad de dominar realmente la
gramática; pero no una gramática con-
vertida en un penoso transito de reglas
y normas momificadas. La reflexión re-
percutirá en nuestras búsquedas per-
sonales de lenguaje; por tanto, necesi-
tamos una gramática para descubrir-
nos en las múltiples posibilidades de
expresión, creación de ritmos narrati-
vos o ilación del pensamiento discur-
sivo. ¿Para qué estudiar la oración
subordinada? Veamos:
sujeto y predicado, en que la se-
gunda proposición, en su función ad-
yacente, modifica uno de los elemen-
tos sintácticos de la principal. Y de-
pendiendo de la función que cumpla
esta oración adyacente se establece
su clasificación: sustantivas, adjeti-
vas y adverbiales.
Predicado
1
Subordinada

SUSTANTIVAS
Son las que dentro de la
proposición principal cumplen las
funciones inherentes al
sustantivo (sujeto, C.D. y
atributo). Emplea la conjunción
que o quien.
En función de sujeto:
me sorprende que actúes así
Como complemento directo: creo que
no vendrá. Investigaremos quien ha
mentido
Como atributo: Pedro está que se
marcha con ella.
Este auto es el que se estrelló
Complemento con preposición: he
leído en el diario de que vendrán
nuevos impuestos.
Complemento de un nombre:
Tengo la certeza de que participe con
nosotros.
LA ORACIÓN SUBORDINADA
ADJETIVAS o DE RELATIVO*
Son las que dentro de la
proposición principal cumplen
funciones de adjetivo, la de ser
complemento de un nombre. Los
nexos son pronombres relativos:
que, cuál, quién, cuyo.
Esta pintura se expondrá.
Esta pintura es horrible.
Remplazando este sujeto
(antecedente*) por el relativo*,
queda así: esta pintura, que se
expondrá, es horrible.
La mujer que bailó mucho se
fue.
Oraciones sin antecedente:
Quien bien te quiere, te hará
llorar. El que estudia triunfa en
la vida.
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ADVERBIALES o
CIRCUNSTANCIALES
Las que dentro de la proposición
principal funcionan como un
adverbio o locución adv.
De lugar: vivo donde se pueda.
Iremos adonde tú quieras.
De tiempo: Pedro trabajó mientras
jugaba.
De modo: actuaré como me indicaron.
Ama según vive.
Comparativas: gasta tanto como gana.
Consecutivas: canta, pues, vive
alegre.
Causales: escribo porque me gusta.
Condicionales: si haces las tareas,
vamos al cine.
Concesivas: te quiero, aunque me
hayas olvidado.
Finales: juega para ganar.
 Construir la información

En géneros periodísticos como la noti- para nuestro actual tema, la oración

cia, el relato y otro tipo de textos (infor-
mes), se requiere saber identificar los
puntos cardinales de la información y
de cómo la controlamos en el texto.
Desde la indagación gramatical, cons-
truir la información significa establecer
un orden lógico de ideas a partir de la
estructura oracional; en este caso,
subordinada.
A través del siguiente ejemplo, anali-
zaremos las relaciones sintácticas, ne-
xos subordinantes y otros valores, que
determinan el cómo hacemos uso de
la información y la distribuimos en el
periodo oracional:

Los hechos del Palacio de Justicia en el que murieron muchas personas y que
el gobierno de turno dice no tener la culpa, ya que los guerrilleros del asalto
querían dar un golpe de Estado, pero que según ellos no era así, cumplen 20
años.

¿Cree usted que hay una ordenación
correcta de las ideas en el anterior
texto? Es decir, ¿se cumplen los crite-
rios de claridad, cohesión, coherencia
y exactitud que exige una buena re-
dacción? Una de nuestras tareas en la
corrección de este texto, en particular,
es si se cumplen las relaciones de
subordinación o estamos ante unas
ideas fraccionadas que forzosamente
se han conectado.
En el texto de ejemplo nos encontra-
mos con problemas que afectan el or-
den lógico para distribuir la informa-
ción. Una idea se entronca con la an-
terior y, a su vez, otra que le sigue va
insertándose en el mismo periodo y,
así sucesivamente, hasta diluir por
completo la intención rectora de la ora-
ción principal o subordinante.
La tentación de incluir nuevos datos,
informaciones que modifican al sujeto
o cualquier otro elemento de la ora-
ción, genera nuevas estructuras ora-
cionales que pueden dilucidar el tema
o, al contrario, enmarañar por com-
pleto el sentido que se quería expre-
sar.
La frase subrayada del principio (Los
hechos del Palacio de Justicia) nos su-
giere la idea temática –sujeto-tema–
que contextualiza y nos ayuda a en-
tender, en parte, la inclusión de las
subsiguientes y presuntas subordina-
das.
¿De qué manera hablamos del sujeto-
tema? ¿Cuál es la idea principal que
desea transmitir este texto? 3

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Comprendemos el fin del sujeto-tema y que le da, por tanto, sentido com-
cuando advertimos un predicado (sub- pleto. Uniendo estos dos términos, la
rayado al final) que parece explicarlo, oración principal quedaría de este
modo:

Los hechos del Palacio de Justicia cumplen 20 años.

Claro está, que existe antes una anfi-

bología (doble sentido). El predicado
‘cumplen 20 años’ podría referirse a
los guerrilleros: Ellos cumplen 20
años. Pero el carácter de inciso expli-
cativo (ya que los guerrilleros del
asalto querían dar un golpe de Estado)
y su presunta función subordinada, la
descartan.
Situar el verbo tan distante del sujeto-
tema, en medio de varias subordina-
das, dificulta la comprensión del enun-
ciado. Observemos si realmente
existe una articulación de subordina-
ción de los demás elementos sintácti-
cos con la parte principal, si están en-
lazados por un propósito común.

Los hechos del Palacio de Justicia, en el que murieron muchas personas, cum-
plen 20 años.

La subordinada adverbial que aparece (no se anuncia el número de muertos),

en primer orden, cabe bien en el enun-
ciado total, puesto que ayuda a espe-
cificar y a completar la idea temática.
Entre los hechos ocurridos en el Pala-
cio de Justicia, la subordinada especi-
fica que hubo muchas personas muer-
tas. Gramatical y semánticamente hay
una correlación coherente. La subordi-
nada está justificada dentro del interés
lógico y psicológico del enunciado: ha-
cer una remembranza de un aconteci-
miento trágico, y la función de la
subordinada matiza, emotivamente
un aspecto trascendente de los he-
chos.
En este enunciado podría hacerse,
además, una acotación de tipo formal,
una variación en cuanto al estilo. Sin
afectar en ningún modo el sentido del
enunciado, el nexo en el que se puede
sustituir por el adverbio de relativo
donde. Estas variantes son importan-
tes si se quiere evitar el uso excesivo
del relativo que (queísmo) en un
mismo periodo.

Los hechos del Palacio de Justicia, donde murieron muchas personas, cumplen 4
20 años.

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Hasta aquí hemos logrado sustentar la pal. Pero impliquemos las demás pre-
presencia de la subordinada y sus re- suntas subordinadas que aparecen en
laciones lógico-formales con la princi- su orden:

y que el gobierno de turno dice no tener la culpa…

Esta oración pretende incluirse como
subordinada, pero su construcción
gramatical es propia de una oración
con sentido completo. Es más, posee
en sí misma una subordinada: ‘el go-
bierno de turno dice que no tiene la
culpa’.
Se emplea el nexo y (una conjunción)
al lado del pronombre relativo que.
Una fórmula muy propia de la oralidad
cuando se encadena una irrupción de
ideas y asociaciones inmediatas, ex-
presando el flujo natural del pensa-
miento; pero no (en este caso) el co-
rrecto orden lógico que, desde la escri-
tura, debe imprimirse. El enlace ‘y que’
debe funcionar como nexo subordi-
nante. No es el comodín (el pretexto)
para empalmar ideas que no expresan
la continuidad de un pensamiento y la
debida coordinación lógica de las
ideas.
La presunta subordinada riñe con la in-
tención que pretende la oración princi-
pal: referir la temporalidad de unos he-
chos. En este caso, habría que sepa-
rar estas oraciones por un punto se-
guido, para formar, de manera más
conveniente, un periodo de yuxtaposi-
ción:

Los hechos del Palacio de Justicia, donde murieron muchas personas, cumplen
20 años. El gobierno de turno dice no tener la culpa.

Es decir, preexiste un grado de subor- que añadir una extensión gramatical

dinación. Esta última oración quiere
referirse a un aspecto del sujeto-tema
(los hechos del Palacio de Justicia) al
enunciar ‘que (el gobierno) no tiene la
culpa’. ¿La culpa de qué? Para hacer
más explicita la oración y crear un co-
rrecto enlace con la primera habría
del sujeto-tema: ‘de lo sucedido’. De
esos hechos, alguien dice no tener la
culpa de lo sucedido.
Continuando con el ejemplo, la ora-
ción que le sigue a esta última sí pa-
rece (simula) una subordinada:

(1) El gobierno de turno dice no tener la culpa de lo sucedido, (2) ya

que los guerrilleros del asalto querían dar un golpe de Estado.
5
Podemos aceptar este enlace, en ra- cumpliendo la función de ser una cau-
zón de que la subordinada (2) está salidad de la subordinante (1). Es un

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elemento sintáctico circunstancial: ex-
plica, aclara algo de la proposición an-
terior. Subordinada que requiere, para
su completa comprensión, de la ora-
ción subordinante.
Y qué sucede, entonces, con la propo-
sición siguiente: “pero que según ellos
no era así” ¿Qué tarea cumple en el
(1) El gobierno de turno dice no tener la culpa de lo sucedido, (2) ya que los
guerrilleros del asalto querían dar un golpe de Estado, (3) pero que según
ellos no era así.
De las dos primeras, ya explicamos la
relación causal que existe. Encierran
una idea completa. En cuanto a la ter-
cera, posee una conjunción adversa-
tiva como enlace, ‘pero’. Pretende
ésta, como tal, enunciar un juicio que
se contrapone a uno anterior (2).
Usualmente, la separación de ideas
opuestas por la adversativa va con
punto y coma. En el ejemplo, esta pun-
tuación se requiere para fijar el orden
sintáctico, ya que la anterior subordi-
nada (2) se limitó con coma a su
subordinante (1) y la última oración no
puede extenderse como si se tratase
de un mero complemento explicativo o
aclaratorio.
Para el debido orden de las ideas, hay
que evitar esa extensiva relación de
subordinadas, donde se pierde el su-
jeto-tema de enunciación y la unidad
de sentido y propósito. Un signo de
puntuación como el punto es un buen
indicador para limitar una idea de la
otra. En el habla de los niños o en
nuestras conversaciones espontá-
neas, suele hilarse una serie de ideas
representadas por oraciones que se
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orden de las ideas? ¿A qué se está
subordinando?
Una indebida puntuación y la falta de
conexiones lógicas y claras, entre ora-
ciones, han dificultado la comprensión
y finalidad del texto. Lea de nuevo con
cuidado y advierta el problema de en-
lace que provoca la proposición “pero
que según ellos no era así”.
subordinan una tras otra, sin freno al-
guno (el punto). Y después surge la
consecuente pregunta: ¿y de qué es-
tábamos hablando?
La oración adversativa (3) requiere de
una adecuación para hacerla más
clara y precisa. Sin embargo, primero,
hay que identificar la subordinada in-
tercalada por la locución ‘según’. Este
complemento circunstancial va entre
comas, ‘pero que, según…,”; además
de esto, requiere la oración de otros
ajustes. El pronombre ellos puede
ocasionar anfibología o cierto grado
de indeterminismo sobre quién es el
sujeto. Emplease, por ejemplo, un
apelativo que lo identifique: subver-
sivo. De igual modo, se puede valer de
un verbo exacto y explícito: manifesta-
ron.
De este modo, se organiza la tercera
oración: ‘pero que, según manifesta-
ron los subversivos’.
Y para cerrar el sentido de la oración 6
adversativa, agregamos un verbo y un
complemento que se correlacione con
la idea de oponerse a la anterior ora-
ción (2): ‘no había tal intención’. Y no
olvidemos una puntuación más fuerte
(como el punto y coma) que nos ayude
a limitar una idea de la otra (de la 2 a
la 3).
Con estas correcciones, el texto
queda de este modo:

Los hechos del Palacio de Justicia, donde murieron muchas personas, cumplen
20 años. El gobierno de turno dice no tener la culpa de lo sucedido, ya que los
guerrilleros del asalto querían dar un golpe de Estado; pero que, según mani-
festaron los subversivos, no había tal intención.

En muchos textos, como el dado en el yuxtapone o se crean nuevos periodos

ejemplo, la subordinación se presenta
por el hecho de pretender hilar ideas
consecutivas, sin atender adecuada-
mente las unidades sintácticas y sus
relaciones significativas. ¿Qué tanto
se subordina una oración a otra, se
independientes? En este sentido, es
importante establecer el sujeto-tema y
el predicado que constituye la idea
principal, y, a partir de estos, se orga-
niza la jerarquía sintáctica, con su co-
rrecta puntuación.

A partir de la estructura de la oración simple se componen las relaciones para

construir la oración coordinada y subordinada. En esta última, la proposición
subordinada cumple las funciones complementarias del predicado, como en la
oración simple; es decir, funciones de atributo (adjetivo, adverbio), objeto di-
recto y demás accidentes circunstanciales. Y en este sentido, al ser una parte modificadora
de la parte esencial, la subordinada debe estar en posición directa y estrecha con la subor-
dinante, y evitar, de este modo, gran parte de los errores de composición.

La mujer enferma recordó entonces el pasado. Oración simple

Oraciones subordinadas
que especifican y amplían
informaciones en torno al
que estaba en cuando despertó que había tenido sujeto y de lo que se pre-
el hospital del coma profundo un accidente dicó inicialmente en la ora-
ción simple.

La mujer que estaba en el hospital recordó, cuando despertó del coma profundo, que
había tenido un accidente.

Textos originales de Fabián Giraldo Bermúdez

Fragmento extraído del libro El guion de la escritura®

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