Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Durante el último periodo de Bizancio, se optó por la alianza occidental frente a los turcos,
aunque la ayuda es tardía, escasa e ineficaz.
Manuel II (1391-1425) tuvo que mantener calidad de vasallo, acudiendo con los otomanos a
campañas militares. En la batalla de Nicólpolis (1396), contra los cruzados europeos,
Segismundo de Hungría es derrotado, lo que provoca que los reyes británico, Enrique IV, y
francés Carlos VI, se involucren en la defensa de occidente. En su viaje a Europa, Manuel II
delega su cargo a Juan VII, que se ve obligado a firmar un tratado con Suleyman, en el que
entrega Tesalónica y los monasterios del monte de Athos. Mientras tanto los mongoles vencen
a los turcos en Europa, lo que da un poco más de tiempo a Bizancio.
Hay un periodo de paz hasta 1421, cuando Juan VIII, no apoya a Murad II, quien consideró
esto una ruptura del tratado firmado por sus antecesores, por lo que atacó Constantinopla en
1422. El imperio turco se fortalece y toma Tesalónica (1430).
En 1431, Juan VIII negocia con el Papa la unión de las dos Iglesias, firmando en 1439 el concilio
de Ferrara-Florencia. Los problemas doctrinales que se debatieron, fueron entre otros, la
doctrina de la procedencia del Espíritu Santo. La población de Constantinopla, es contraria a la
unión y la consideró una traición, aclamando al arzobispo marcos Eugénicos que no había
querido firmar.
A pesar de esto el Papa Eugenio envió ayuda contra los turcos, en una cruzada liderada por el
Cardenal Cesarini, Ladislao III de Polonia y Juan Hunyadi de Hungría, pero estos cayeron en
Varna (1444) y en la batalla de Kosovo (1448), en lo que sería en fin de la cruzada con apoyo
occidental.
La población de las ciudades bizantinas orientales aumentó durante el s. XIV con la llegada
masiva de campesinos, estos se fortificaron y mantuvieron una guarnición permanente en sus
acrópolis., pero la peste diezmo la población. Los propietarios de tierras participaban en la
política y la vida económica. Aparece la asamblea del deme, formada por artesanos,
comerciantes y el pueblo llano. La falta de mano de obra en el campo, hace que se cedan las
tierras en el S. XV a los campesinos a cambio de censos, así se convierten en copropietarios de
campos y viñas.
Venecia canaliza y explota la producción del imperio, en la ruta que une Creta, Siria y Egipto, y,
Negroponte y Salónica, exportando madera, tejidos, producciones agrícolas y artesanales. Los
genoveses se especializan en mercancía pesada.
Andronico II eliminó las ventajas fiscales de los campesinos-soldados akritas, provocando que
estos emigren o no opongan resistencia a los nuevos señores fronterizos. La población griega
deja la llanura egea despoblada. A finales de la década de los 1320, los beys alcanza la costa
egea y ocupan los puertos de Éfeso y Esmira. La meseta anatólica quedó dividida en varios
principados (Germiyán y Karamán). Ankara y su región son gobernadas por una cofradía o
hermandad religiosa. En Ertena se sitúa el protectorado mongol.
La primera mitad del s. XIV estuvo dominada por la divino de poder, la multiplicación de
principados independientes con grandes rivalidades entre sí, y la actividad de hermandades
religiosas de fuerte contenido militar, que continua acechando la frontera bizantina. El poder
central se encontraba en el sultanato mameluco que controlaba las corrientes del comercio
mediterráneo, tradicionales del Islam.
Una tribu turcomana desplazada por el avance mongol del S. XIII dio origen al beylik de los
otomanos. Osman o ‘Utuman (1288-1326) utilizó el reclamo de la fe musulmana como
elemento de propaganda frente a los bizantinos. Entre 1320-1308 aparecen vinculados al
antiguo sultanato turco seyuquí de Iconium. Sus seguidores, por su situación, controlan
importantes vías de comunicación. El poder de Osmán estaba basado en la concesión a los
miembros principales de su familia de funciones y honores importantes dentro de la estructura
de la tribu y ejercito. Su hijo Orján (1326-1362), amplió notablemente su territorio y conquistó
Brusa (1326), consolidó el poder turco, se apoderó de Nica (1330) y Nicomedia, expandiéndose
hasta el estrecho de Dardanelos.
Participó en la segunda guerra civil bizantina a favor de Juan Cantacuceno, ocupó el istmo de
Gallipolis y reconstruyó su fortaleza, tras el terremoto de 1354. Se apoderó de Ankara
importante económica y comercialmente. Se expandió por Anatolia y se enfrentó contra
Karamán. Ocupó Adrianápolis (Edirne, 1369).
Estas acciones fueron muy rápidas ya que su ejército combinaba tropas de muy diversa
procedencia, siendo su mejor arma las “tropas nuevas” (jenízaros), antiguos prisioneros de
guerra convertidos al Islam a la fuerza.
Seguían conquistando grandes ciudades bizantinas, lo que les permite imponer vasallaje y
pago de tributos al rey búlgaro y a l propio emperador de Bizancio, Juan V. Murad I (1362-
1389) ocupó la mayor parte de Bulgaria y Serbia entre 1383-1387. Organizó sus nuevos
dominios de forma autocrática, pero respetando las creencias de sus nuevos pueblos. Adopta
el título de sultán como símbolo del nuevo gobierno. Se anexionó el principado de Germiyán.
Sus nuevos territorios se transforman en provincias de dimensiones variables (timars)
concedidos a título personal y revocable a militares y funcionarios para que los exploten y
recauden sus impuestos, una gran parte de los cuales deben entregar al sultán. Es el origen de
la futura administración otomana.
La rebelión de serbios, eslavos y albaneses dirigidos por Lazar de Rascia, acaba en derrota en
Kosovo (1389), a manos de Bayaceto I. Este facilita a Juan VII el ascenso al trono, pero ocupa
parte de de la orilla asiática del Bósforo, donde construye la fortaleza de Anatolia, para
controlar el tráfico marítimo del estrecho. En los Balcanes, los déspotas y príncipes son sus
vasallos (Morea, Acaya, Valaquia). A fines de de 1395, los turcos estaban en la frontera de
Hungría, donde su rey Segismundo, pide apoyo para una nueva cruzada, que fracasa en
Nicópolis (1396). Bayaceto ocupa Atenas y absorbe a los beyliks de Anatolia. Hasta que en la
batalla de Ankara (1402) el kan Mongol Tamerlán, le hace prisionero.
La expansión se realizó en dos territorios muy distintos: los ocupados por los beyliks en Asia
Menor y la zona europea de los Balcanes. Tuvieron grandes extensiones de tierra bajo su
control. Su división y reparto dio lugar a varias formas de organización.
En Anatolia, los bienes se adjudican a la familia del bey, otros permanecen en manos de sus
antiguos propietarios a cambio de la adhesión a sus nuevos amos. Otras tierras se entregaron
a hermandades religiosas, bajo forma de bienes de manos muertas (waqf). Todos estos bienes
personales (mulk), son transmisibles e inalienables, se reparten entre los miembros de la
dinastía, las familias de los antiguos beys, funcionarios y personalidades jurídico-religiosas,
categoría social dominante.
En los Balcanes una parte que en manos de eslavos y griegos y otra es entregada en forma de
timars a militares de alto rango y funcionarios. Una tercera parte de las tierras se entregó a la
familia del sultán. El gobierno otomano favoreció traslados de población turca de Asia Menor,
produciendo así una progresiva turquización e islamización de la zona europea del Imperio
Otomano, apoyada por hermandades religiosas instaladas en zawiyas, lugares de reunión y
oración. Durante los siglos XIII y XIV, obispos fueron expulsados de sus sedes y sus iglesias
convertidas en mezquitas. En el s. XV el 90% de la población era musulmana.
El segundo lugar de la jerarquía cortesana lo ocupó el gran visir, que se hace cargo de los
asuntos civiles y militares, asistido por los visires menores. El juez del ejército, el jefe de los
funcionarios civiles, que custodia y pone el sello en los documentos de la cancillería o del
consejo del sultán (diván). El responsable militar de las tierras conquistadas (sanyaqs).
Los otomanos mantienen los impuestos a los campesinos y modifican solo la superestructura
del poder de las tierras. Se compilaron los reglamentos (qanun), que regía las relaciones
económicas y se crean cargos destinados a mantenerlos.
Tras la derrota de Ankara, el territorio se fraccionó y desencadenó una guerra civil entre los
cuatro hijos de Bayaceto, venciendo Muhammad I en 1413. Su hijo, Murad II, recupera las
fronteras del imperio. En 1439 cae Serbia. Muhammad II, emprende una cruzada quedando
Bizancio reducido a la capital y Morea.
El último paso, por parte de Murad II, es conquistar la zona balcánica (de los albanos, serbios y
húngaros), el serbio Esteban Lazarevic (1389-1427) se somete a Hungría, recupera Belgrado y
ayuda al rey húngaro Segismundo en la lucha contra Bosnia. Más tarde, Belgrado resiste dos
asedios (1440 y 1456), “muralla de la cristiandad”, hasta 1521.
Se destruyen todos los símbolos del Imperio, la Hodegetria (icono sagrado de la virgen) y la
iglesia de los Santos Apóstoles. Muhammad II construye la mezquita de al-Fatih. El sultán
decretó el trato benévolo hacia los griegos y ofreció el patriarcado a Jorge Scholarios, que
protegió a la iglesia y contribuyo a su reestablecimiento. La jerarquía eclesiástica ortodoxa se
convirtió en el principal elemento de conservación de la tradición, permitió que se mantuviera
el griego.
Los meritos otomanos quedan escritos en las Crónicas de las casa de Osmán o el Libro del
ministro (Dustur-name).
Quedan en pie dos bastiones de Bizancio, el despotado de Morea y el resto de los dominios de
los Comneno en Trebisonda, que resistió gracias a las alianzas matrimoniales con los beyliks,
siendo finalmente ajusticiados en 1463, David Comneno y sus hijos.
El Imperio Turco llegó a alcanzar una extensión que abarcaba desde las costas de Marruecos
hasta las costas asiáticas y del Golfo Pérsico al Danubio, lo que requiere una burocracia
centralizada y flexible.
La ley que regía el Imperio era la shari’a, con elementos tomados del derecho constitudinario
de cada provincia. Las rentas obtenidas se centralizaban en la capital de provincia y desde allí
se enviaba la parte correspondiente al Tesoro del sultán. La posibilidad de mantener un
derecho constitudinario, favorece la relación del sultán con sus principales protegidos, los
súbditos no musulmanes (cristianos y judíos), cada grupo religioso constituye una nación
“independiente” y debe pagar al Tesoro, los impuestos que le corresponden. Estos se rigen por
el estatuto de dimmies, habitual en los países islámicos. Los otomanos son tolerantes y acepta
la entrada de los sefardíes provenientes de la península ibérica en los s. XV y XVI, en Salónica y
Constantinopla.
La victoria de Tamerlan sobre la Horda de Oro (1395) allanó el camino para rusos y lituanos,
que intentaban hacer reconocer su soberanía sobre otro príncipes, esto da lugar a los príncipes
servidores, al servicio de los príncipes de Moscú, Tver y Nijni-Novorog, a cambio de una
remuneración económica.
Los polacos derrotan a los teutones en Grünewald (1410), recuperando territorios lituanos.
Hay una lucha interna por el trono de Vasili I, lo que provoca que Vasili II reine con oposición
de sus parientes, de los boyardos y del kan Ulu Muhammed, finalmente tiene que huir a Tver,
donde negocia el matrimonio de su hijo Iván y reconquista Moscú. Su hijo reconstruye el
principado y lo eleva a poder principal de toda Rusia.
Iván se enfrenta y domina al kan de Kazán, ocupa Letonia y Pskov, deportando a su población
a Moscú., expulsa a los comerciantes hanseáticos de Riga y Novgorod, excepto si pagan un
elevado impuesto. Rechaza las embajadas del papa Sixto IV y el emperador Segismund. Limitó
los poderes de territoriales, concede más privilegios a la nobleza terrateniente, ligada a el. Se
sacude el yugo mongol, sitúa a Rusia nuevamente en el mapa y establece relaciones con el
imperio germánico, Hungría, Turquía, Moldavia,..
Se casa con Zoé Paleóloga, introduciendo en la corte el protocolo bizantino y una programa de
edificación en al capital. Busca una expansión hacia las tierras orientales, y anima la
colonización de Siberia. Se autodeclara “Gran Príncipe de toda Rusia”, “zar” o “gran soberano”.
Aumenta la autoridad de la iglesia, se difunde el mensaje de una iglesia estatal que apoya las
acciones de los príncipes rusos como defensores de la ortodoxia, incrementa la concentración
de sedes episcopales en la frontera occidental, presentando a la iglesia rusa como hija fiel de
Constantinopla y sus patriarcas.
Se establece un diálogo con Roma, para unir las iglesias con vistas a una cruzada, en el Concilio
de Ferrara-Florencia (1437-1439), en la persona de Isidoro. Las autoridades moscovitas se
niegan a plegarse a las instrucciones de Bizancio y se produce la emancipación entre estas.
Con la reconstrucción de Moscú, a mediados del siglo XIV, la ciudad de rodea de monasterios-
fortaleza, con sus ordenes regulares, que se son las encargadas de proteger la ciudad (Spasso-
Andronikov). Se fundan nuevos monasterios, como el de la Trinidad, en el que San Sergio
impone la obediencia y el trabajo manual, siendo el primer destino de peregrinación de los
rusos.
Iván III que desea crear un imperio, contrae matrimonio con Zoé Paleólogo y tras la caída de
Bulgaria, se autoproclama cesar (zsar), que le vincula con la tradición romano-bizantina y
sucesor del metropolitano de Constantinopla, reclamando el título de “tercera Roma” para
Moscú.