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ID:603410
Este libro escrito por Immanuel Kant en 1785, encontramos que está dividido por tres
capítulos, en los cuales nos habla el primero de el transito del conocimiento moral común
de la razón al conocimiento físico en este encontramos como primer concepto de la buena
voluntad, como acto que se considera el único bueno sin restricción, donde algunas
cualidades facilitan su trabajo pero se caracterizan en que no tienen ningún valor en
absoluto, si no que presuponen siempre su buena voluntad que restringe la alta estima que
solemos tributarles y no nos permite considerarlas absolutamente buenas.
También nos dice que la buena voluntad no es buena por lo que se realice si no por su
aptitud para alcanzar algún determinado fin propuesto previamente, sino que sólo es buena
por el querer, es decir, en sí misma, y considerada por sí misma es, sin
comparación, muchísimo más valiosa que todo lo que por medio de ella pudiéramos
realizar en provecho de alguna inclinación.
A su vez nos habla dela buena voluntad, que para desarrollar este concepto hay que
considerar el concepto del deber, que contiene el de una voluntad buena, aunque bajo
ciertas restricciones y obstáculos subjetivos que, sin embargo, lejos de ocultarlo y hacerlo
incognoscible, lo hacen resaltar por contraste y aparecer con mayor claridad.
Se nos muestra un ejemplo en donde se nos dice que conservar la propia vida es un deber,
que además todos tenemos una inclinación a ello, por ende esto no es que tenga un
contenido moral, si no mas bien es basado en la inclinación, pero que pasa si una persona
no tiene el sentido de querer la vida, que por algún motivo fuera infeliz, aun así conserva la
vida, este es ya un concepto de deber, más que una inclinación, es decir que su máxima
tiene un contenido moral.
Llegando al principio del conocimiento moral de la razón común del hombre, que no
precisa de un concepto abstracto, ni de una forma tan universal pero que se tiene
continuamente presente, que como hacia Sócrates, no hacia falta enseñarlo, ni estudiarlo,
para distinguir lo que es bueno de lo malo, y de esta manera puede verse como el
entendimiento de juzgar prácticamente es muy superior al de juzgar teóricamente.
Donde nos demuestra con varios ejemplos de hombres, que el deber es un concepto que ha
de tener significación e influencia auténticamente legisladora sobre nuestras acciones no
puede expresarse más que en imperativos categóricos, de ningún modo en imperativos
hipotéticos.
Para terminar con el último capítulo, el numero 3 titulado ultimo paso de la metafísica de
las costumbres a la crítica de la razón pura práctica, donde primera afirmación es: el
concepto de libertad es la clave para explicar la autonomía de la voluntad, en este nos da el
concepto de voluntad y de libertad, donde es analizada por autor como definición negativa,
que a través de su análisis la vuelve positiva, o da una manera de hacerla positiva.