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1.

OBJETIVOS

2.1. Objetivo General

Elaborar un plan de negocios para la cría y reproducción de peces ornamentales de la especie


Paracheirodon axelrodi (tetra cardenal) en cautiverio y su posterior comercialización.

2.2.Objetivos específicos

 Determinar las características de la oferta y la demanda de la cría y comercialización de


peces ornamentales.

 Verificar la posibilidad técnica de producir y comercializar peces ornamentales de la


especie Paracheirodon axelrodi (tetra cardenal).

 Identificar, interpretar y evaluar los impactos ambientales potenciales, derivados de la


crianza y comercialización de peces ornamentales.

 Determinar la factibilidad financiera de la crianza y comercialización de peces


ornamentales de la especie Paracheirodon axelrodi (tetra cardenal).
2. MARCO REFERENCIAL

3.1. MARCO TEÓRICO

3.1.1. El desarrollo sostenible.

Para el presente trabajo resulta de vital importancia el concepto de “desarrollo sostenible”, ya


que Colombia ha adquirido compromisos en las diferentes cumbres, que se han dado alrededor
del estado del medio ambiente en el mundo actual, lo cual lo ha convertido en una meta
fundamental para las políticas, programas y proyectos que se llevan a cabo en el país. Este
concepto es relativamente nuevo y tienes diferentes formas de ser interpretado por lo que a
continuación se presenta un breve resumen de la evolución del mismo y de algunas de sus
perspectivas:

En 1972 el Club de Roma apoyado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts hizo uso de
modernos equipos para revivir la discusión malthusiana estableciendo las existencias reales y las
tasa de uso de recursos naturales a nivel global. Una de las conclusiones fue que “el crecimiento
exponencial lleva al mundo cada vez más cerca de los últimos límites de ese crecimiento”. Ese
modelo fue discutido durante los siguientes años y motivó mucho el debate posterior en
Estocolmo sobre el ambiente humano (Carrizosa, 1998, pág. 47).

En 1974, la república de Colombia, con la ayuda de la FAO, emitió el primer código ambiental
integrado, donde los problemas de contaminación y la gestión de los recursos naturales eran
tratados al mismo nivel, y los límites ecológicos eran enriquecidos con consideraciones sociales
económicas.

“Antes de 1980 muy poca gente por fuera de las Naciones Unidas consideraba la posibilidad de
un desmoronamiento del desarrollo, después de que solo pocas generaciones pudieran
disfrutarlo” (Carrizosa, 1998, pág. 44). De hecho la posibilidad de un alto y una reversa en el
proceso, y principalmente el riesgo de tener procesos de estancamiento en algunos países que
nunca iniciarían un proceso de despegue hacia el desarrollo debido a las condiciones
estructurales de los cincuentas, fueron los principales argumentos de la izquierda latinoamericana
contra los “modelos de desarrollo occidentales” (Carrizosa, 1998, pág. 45 ).

Pero éste fenómeno no fue tomado en cuenta por el resto de la sociedad como un riesgo real e
inminente que amenazaba con la insostenibilidad del modelo de desarrollo.
En el marco de la Estrategia para la Conservación Mundial de la IUCN (Unión Internacional para
la Conservación de la Naturaleza), WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza) y el PNUMA
(Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) planteada en 1980, se pasó del
énfasis
por la protección de la naturaleza, al de la protección de la productividad de los recursos
naturales para el uso económico, hablándose por primera vez de “desarrollo sostenible”, término
que posteriormente se retoma en el informe Brundtland y en el cual cambió su objeto: no son los
recursos naturales los que deben ser sostenidos, sino el desarrollo económico (Sachs, 1998)

En 1983 fue creada debido a la preocupación por la crisis energética la Comisión sobre
Desarrollo y Medio Ambiente, conocida como la Comisión Bruntland, la cual en 1987 revivió el
debate sobre la sostenibilidad con la publicación de “Nuestro Futuro Común”,

El informe plantea la posibilidad de obtener un crecimiento económico basado en políticas de


sostenibilidad y expansión de la base de recursos ambientales. Su esperanza de un futuro mejor,
es sin embargo, condicional. Depende de acciones políticas decididas que permitan desde ya el
adecuado manejo de los recursos ambientales para garantizar el progreso humano sostenible y la
supervivencia del hombre en el planeta. En palabras de la misma Comisión, el informe no
pretende ser una predicción futurista sino un llamado urgente en el sentido de que ha llegado el
momento de adoptar las decisiones que permitan asegurar los recursos para sostener a ésta
generación y a las siguientes (Nuestro Futuro Común, s.f.).

A partir de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo,


celebrada en el mes de Junio de 1992 en Río de Janeiro y conocida como Cumbre de la Tierra,
que tuvo como meta fundamental lograr que el tema ambiental se convirtiera en la columna
vertebral del desarrollo para transformar los estilos y políticas sectoriales y económicas,
salvaguardando la integridad ecológica del planeta y dando un mayor contenido social y de
equidad global al desarrollo (Red de Desarrollo Sostenible de Colombia, s.f.).
De otro lado, la confusión entre crecimiento, desarrollo económico y desarrollo aún contamina el
debate del desarrollo sostenible. Sin embargo,

El debate sobre la sostenibilidad ha producido al menos dos buenas definiciones académicas de


desarrollo: la definición de Daly “mejoramiento cualitativo en la estructura, diseño y
composición de existencias y flujos físicos; y la de Georgescu y Roegen “crecimiento es si usted
obtiene un mayor número del mismo tipo de carruajes. Y si usted pasa de viaja en coches de
correo a viajar en tren, eso es desarrollo” (Pezzei, 1992, citado por Carrizosa, 1998). El concepto
de sostenibilidad es una de las ideas centrales del ambientalismo; puede afirmarse que el
desarrollo sostenible es la utopía y la meta del movimiento ambiental y su principal propuesta a
la sociedad. En lo fundamental por sostenible se entiende el proceso que permite alcanzar el
desarrollo y el bienestar de la sociedad, sin comprometer las posibilidades de las futuras
generaciones para alcanzar las mismas metas; como tal, implica un equilibrio entre la oferta
natural y tecnológica de bienes y servicios naturales – aire, agua, energía, materias primas – y su
demanda por parte de la sociedad (Márquez, 1998, pág. 90).
Después de toda esta serie de acontecimientos y procesos que ha tenido el debate sobre el
concepto de “desarrollo sostenible” la definición más comúnmente aceptada a partir del
documento Nuestro Futuro Común es “aquél que se orienta a solucionar las necesidades
del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para solucionar
sus propias necesidades”.

El criterio de Rendimiento Máximo Sostenible (RMS), es utilizado como herramienta


fundamental en la planificación y gestión del recurso pesquero. La idea es que el “stock”
natural del recurso en cuestión, equivale a un capital; dicho capital produce unos
intereses en forma de más recurso a lo largo del tiempo. La cantidad de recurso que se
produce en un tiempo dado, digamos en un año, es función del capital natural inicial del
recurso y de su rendimiento en una tasa de interés dada; en este casos según la tasa de
crecimiento poblacional del recurso. En teoría si cada año se extrae solo lo que creció la
población, se puede hacer un aprovechamiento sostenido del recurso. De este modo ésta
herramienta resulta adecuada para la gestión de ciertos recursos, pero al no tenerse en
cuenta otras variables que inciden en la existencia y renovabilidad del recurso, lo cual
puede generar perturbaciones en el medio que afecten su renovabilidad (Márquez, 1998,
pág. 91).

3.1.2. Paracheirodon axelrodi (Tetra Cardenal).

Ésta especie no se encuentra reportada como especie amenazada en el Libro rojo de


peces dulceacuícolas de Colombia, tampoco se encuentra catalogada como especie
animal promisoria por el Convenio Andrés Bello, estas condiciones permiten que se
creen estrategias para no llegar a afectar la sostenibilidad de la especie por su uso
(captura) indiscriminado, ya que en la legislación actual del país la única restricción que
existe es la veda entre el primero de mayo y el 30 de junio de cada año, para la
comercialización de recursos pesqueros ornamentales, extraídos de los ríos: Orinoco,
desde la desembocadura del río Guaviare hasta las bocas del río Meta, Vichada desde la
localidad de Santa Rita, hasta su desembocadura en el río Orinoco, Guaviare desde
Barrancaminas, hasta su desembocadura en el río Orinoco e Inírida, desde los cerros de
Maricure, hasta su influencia en el Guaviare (Resolución No. 0190, 1995). Los cuales
conforman el hábitat de ésta especie, por lo que de continuar con las practicas actuales de
captura, en un futuro cercano la especie podría empezar a escasear notoriamente,
causando impactos negativos en los ecosistemas que habita.

El pez Paracheirodon axelrodi es escogido como la especie a tratar en el presente


proyecto debido a que es una de las especies de peces ornamentales más exportada en
Colombia (Legiscomex, 2013), y además porque según la revisión de información que se
ha encontrado hasta el momento, no es una especie que se esté produciendo en
cautiverio, lo cual implica un potencial de negocio para los empresarios colombianos.

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