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Casa del Encuentro: Hacia una escucha de lo cotidiano en los momentos de la infancia
Diego Blanco
Psicólogo. Magíster en Teoría y Clínica Psicoanalítica Universidad Diego Portales, Santiago, Chile.
Director Casa del Encuentro, Fundación Santa Ana
Resumen
Este artículo es un relato teórico y clínico acerca de un dispositivo de trabajo colectivo para
niños y niñas entre 0 y 6 años y sus cuidadores, el cual se ofrece para una socialización
temprana en el marco de la prevención futuras dificultades en el proceso de adaptación social.
Como un lugar de recreación, de escucha y de palabra para los tiempos de la crianza, pero
también para los padres y madres a veces solos ante las inquietudes cotidianas que surgen en la
crianza, este trabajo revisa los fundamentos y la práctica de esta experiencia llamada Casa del
Encuentro.
Abstract
This article is a theoretical and clinical story about a work device for children between 0 and 6
years and their caregivers, designed to provide an early socialization aimed to prevent problems
in their process of social adaptation. As a recreation space for infants, of hearing and wording in
times of breeding, but also for parents to address daily concerns related to nurturing their
offspring/children, this paper reviews the foundations and the practice of this experience named
Casa del Encuentro.
Resumo
cansancio, donde las inquietudes o dudas que puedan surgir, quedan sin ser
en estos tiempos el proceso de crecimiento de los niños desde los primeros años de vida
desarrollo, sin embargo, esto sucede en un acotado tiempo por lo que hay un escaso
lugar a lo que implique la crianza en sus dudas e inquietudes. Desde ahí, se hace
encuentra con el niño y su familia en el box convencional, a aquello que surge en lo que
no está programado, en lo que está fuera del “motivo de consulta”, es decir, a eso que
enmarca dentro de una experiencia de trabajo llamado Casa del Encuentro el cual es un
dispositivo que se ofrece para una socialización temprana para niños y niñas más sus
que toma una de las premisas fundamentales del psicoanálisis, a saber, que hay alguien
que habla y otro que escucha, pero que, sin embargo, esto sucede en un colectivo que se
para una socialización temprana para niños y niñas de 0 a 6 años que deben ir
acompañados por algún cuidador, y también para mujeres embarazadas. La Casa del
es un lugar donde los niños y niñas acompañados por algún cuidador (madre, padre,
abuela, abuelo, vecina, tío o todo aquel que haga sus cuidados), pueden ir sin pedir hora
previa para jugar, conversar, compartir y también para referir a las preocupaciones y
preguntas que surgen en el tiempo de la crianza. Se trata de un lugar que se ofrece “para
una vida social desde el nacimiento; para los padres muy solos, a veces, ante las
inquietudes cotidianas que afrontan con sus niños (…) y donde sus pequeños hallan
amigos” (Dolto, 1981, p.183). Abierto de lunes a viernes durante las tardes, un equipo
distinto cada día de la semana compuesto por tres personas denominado Equipo de
El encuentro que sucede en el lugar entre los cuidadores junto a sus niños y
hace esto para evitar que la angustia de los padres –de cualquier parte de donde proceda,
cuando están aislados- inunde a su bebé y a los hijos mayores y provoque, como
En este marco la Casa del Encuentro es un lugar que atiende las formas en que la
aquellos trastornos tardíos que surgen en la edad escolar o más tarde, deben su origen a
la ausencia de comunicación simbólica precoz y a los afectos que han quedado sin ser
articulados por la palabra. (Dolto, 1981). Por esta razón es que el intercambio verbal,
afectivo y corporal que humaniza al niño y lo vincula con lo social, (Dolto, 2009) se
temprana. De algún modo se nace viéndoselas con la separación, por lo que los pasos
previos para que eso pueda ir ocurriendo vienen a ser esenciales. Aquí es donde surge la
Casa del Encuentro como un espacio de tránsito, subjetivo y social para que los niños
paso de un lugar a otro es necesario que sea acompañado en las palabras necesarias que
puedan inscribir al otro sin necesidad de tenerlo a la vista para que ingrese a ese registro
simbólico que inscribe la presencia y la ausencia, sin embargo, para que esto ocurra,
debe haber sido acompañado en el tiempo previo a la separación por alguien que esté
presente y certifique de algún modo, que es garante de la identidad del niño o niña.
(Dolto, 2009)
Un encuadre cuyos acuerdos son que los cuidadores no pueden ausentarse bajo ningún
pretexto durante el tiempo en que estén con sus niños y niñas, y donde no hay talleres ni
espacio, son un pre-texto para hablar de aquellos modos por donde la ley separa y
definida, es más bien el encuadre del lugar lo que viene ser el soporte y posibilidad de
condición de un lugar para la infancia, cuya apuesta está en escuchar las emergencias
subjetivas que suceden en un lugar que abre sus puertas a los niños y niñas de la ciudad
Las experiencias cotidianas de las familias que llegan a la Casa del Encuentro,
ir escuchando aquel habla de fondo que lo cotidiano produce en las familias, tanto en
sus palabras, silencios y modos de estar, sin embargo, escuchar lo cotidiano permite a su
vez que se atiendan a las formas en que se han ido transmitiendo las experiencias de
cada familia, sus costumbres, sus relatos, su historia, es decir, el modo por el cual la
escuchar entonces el relato que desde un marco histórico ha ido hablando en tanto que
alojar un saber popular o colectivo, por lo que escuchar lo cotidiano desde aquí implica
ser capturado por el caso, y que más bien, se articula en lo espontáneo. Hay allí una
ética acerca de cómo ir a responder -si es que así se pudiera- a eso que se escucha.
“Sean cuales fueren sus aspectos, lo cotidiano tiene ese rasgo esencial: no se deja
verdad, de realidad, (…) pero es quizás también el lugar de toda significación posible.”
es que aquella escucha cotidiana podrá ocurrir una vez que se distancie de las formas,
comprender el vínculo temprano. Así, ¿Qué condiciones son necesarias para dar acogida
La acogida que se genera en Casa del Encuentro, tiene como carácter principal el
registro de la heterogeneidad, es decir, una acogida que está articulada por las múltiples
formas de recibir y escuchar aquello que cada persona trae ya que sucede en un espacio
discursos. En este sentido, son las palabras que se van proponiendo en los encuentros
con otros, las que ayudan a transitar de un espacio a otro, puesto que permiten
simbolizar una experiencia ahí donde antes no sucedía producto de temores y silencios,
que terminaban por ahorrar la emergencia de palabras que involucran al deseo de cada
uno.
ambiente pueda propiciar, implica dar espacio a todo eso que ocurre por azar, es decir, a
todo eso que no está programado, definido y estructurado. Otorgar un espacio implica
Cuando digo “libertad de circulación”, quiero decir que para que pueda existir
sentido concreto del término, poder caminar. Tener la libertad de caminar es a veces,
simplemente con los pies, puede estar también dentro de la cabeza: una circulación, la
La escena por la que circulan niños y niñas junto a sus cuidadores, es una
posibilidad a conducir a estar con otros, a nuevos encuentros para entablar una
sirvan de apoyo, y por lo tanto de transición a nuevos espacios como puede ser la
entrada al jardín infantil para que sucedan sin los síntomas des-adaptativos.
dirigirse con palabras a cada niño o niña desde los primeros días de vida lo que permite
ir introduciéndolos a esa función simbólica del ser humano que es el lenguaje. Dirigirse
con una palabra a un bebé, implica suponer que ese gesto, mirada o balbuceo, (Lacan,
1998) trae una palabra que está constituyéndose, y por lo tanto, que hay deseo en ese
detenido el lenguaje (Dolto, 1981) por lo que será la palabra lo que re-establecerá el
vínculo humano con lo que ese gesto o conducta señala. Se trata entonces de proponer
una palabra para que ese mensaje pueda ser dicho. Para esto se tomará el concepto de
transitivismo propuesto por los psicoanalistas Jean Bergès y Gabriel Balbo el cual
situación en que una madre al ver a su hijo en peligro de caer o víctima ya de una caída,
sucedido (Bergès & Balbo, 1998). Lo que se juega en esta dialéctica es que aquellas
palabras pronunciadas, por ejemplo, por la madre, es una respuesta que se sostiene en
un supuesto, en una hipótesis que ella hace acerca de lo que siente su hijo. “El
que inicia cuando se dirige a su hijo porque formula la hipótesis de un saber en él, saber
en torno del cual su designio va a circular a como alrededor de una polea, para volverle
hijo con el discurso que le dirige. Esta circulación describe un proceso muy general que
De acuerdo a lo anterior, la Casa del Encuentro se ofrece para que este momento
transitivista pueda tener lugar y ser escuchado. Aquella polea simbólica que se articula
entenderemos que la demanda es aquella “necesidad, [que] por medio del significante
dirigido al Otro, pasa” (Lacan, 1998, p. 90). Por lo tanto, dicha necesidad implica una
si en la demanda “se pide algo que [se] necesita en nombre de otra cosa” (Lacan, 1998,
p. 98), el espacio que se gesta en Casa del Encuentro, es de acompañar ese proceso
Apuntes finales
Ofrecer un espacio para los tiempos de la infancia temprana donde atender a las
vínculo. Es decir, un saber que refiere a la historia de cada uno, al modo por el cual ha
entonces que pueda suceder con esto, implica una ética que se sostiene en una clave
acerca de la escucha del sujeto. A través de esta escucha se podrá atender a la forma
por donde el vínculo se inserta en lo social y afronta los procesos de separación que
donde la soledad extenuante que está en las madres y padres en los tiempos de la
crianza, pueda ser acogida en sus inquietudes e impotencias antes los eventos cotidianos
lugar que se inserta en los barrios y en la ciudad, para escuchar, hablar, jugar y
descansar a partir de las palabras de cada uno sin tener la exigencia de tener un motivo
específico para estar ahí. Esto permite entonces, dar residencia a un lugar que se habita
a partir del deseo de cada uno, y a la posibilidad de estar en la confianza en un lugar que
Referencias
Lacan, J. (1998). Seminario 5. Las formaciones del inconsciente. Buenos Aires. Paidós
Santiago: CORDES
Submissão:15/03/2017
Última revisão: 31/05/2017
Aceite final: 14/06/2017