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CADA COSA EN SU LUGAR

Motivo literario  Amor 77,


Hay dramas más aterradores que otros. El de Juan, EL POZO, Luis Mateo Díez
por ejemplo, que por culpa de su pésima memoria
Le escribió tantos Y después
cada de por
tanto optaba hacer todosilencio
guardar lo quey después
hacen se
seveía
levantan, se bañan, se yentalcan, se EL HOMBRE INVISIBLE
versos, cuentos, en la obligación de hablar hablar y hablar
Mi hermano Alberto cayó al pozo cuando tenía cinco años.
hasta agotarse porque el
perfuman, se visten, y así silencio no podía recordar
canciones y hasta dónde lo había metido. Aquel hombre era invisible, pero nadie se percató de ello.
novelas que una noche, progresivamente van volviendo a ser lo Fue una de esas tragedias familiares que sólo alivian el tiempo y la
al buscar con ardor su que no son. Luisa Valenzuela circunstancia de la familia numerosa. Veinte años después mi hermano Eloy
Gabriel Jiménez Emán
cuerpo tibio, no encontró sacaba agua un día de aquel pozo al que nadie jamás había vuelto a
asomarse.
más que una hoja de
papel entre las sábanas. Julio Cortázar En el caldero descubrió una pequeña botella con un papel en el interior.

Mónica Lavín "Este es un mundo como otro cualquiera", decía el mensaje.

CUENTO DE HORROR EL HOMBRE INVISIBLE EL DRAMA DEL DESENCANTADO

La mujer que amé se ha Aquel hombre era invisible, pero nadie se ...el drama del desencantado que se arrojó a la calle desde el décimo piso, y a medida que caía iba
convertido en fantasma. Yo percató de ello. viendo a través de las ventanas la intimidad de sus vecinos, las pequeñas tragedias domésticas, los
soy el lugar de sus amores furtivos, los breves instantes de felicidad, cuyas noticias no habían llegado nunca hasta la
apariciones escalera común, de modo que en el instante de reventarse contra el pavimento de la calle había
Gabriel Jiménez Emán
cambiado por completo su concepción del mundo, y había llegado a la conclusión de que aquella
Juan José Arreola vida que abandonaba para siempre por la puerta falsa valía la pena de ser vivida.

Gabriel García Márquez

CRUCE

Cruzaba la calle cuando


comprendió que no le
importaba llegar al otro
lado.

Arturo Pérez Reverte

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