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Trabajo Colaborativo

Momento Intermedio Paso 3


Marco teórico de una investigación científica

Por
Sandra Milena Ramirez Ramirez - 1090420413
Andrea Estefania Suarez
Danna Catalina Arias
Metodología de la investigación

Presentado a
Gilma Janneth Español

Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD

Ingeniería Ambiental

2020
Tema Elegido: Salud pública de su entorno

Título: Identificación de la probabilidad de sufrir ciberacoso en estudiantes de Nueva


Granada Bogotá en el I-2020

Pregunta de investigación

¿Qué probabilidad han tenido los estudiantes de la institución Nueva Granada de Bogotá,
de enfrentarse al ciberacoso en el primer semestre del año 2020?

Objetivo General

Identificar la probabilidad que han tenido los estudiantes de la institución Nueva Granada
de Bogotá de enfrentarse al ciberacoso en el primer semestre del año 2020 desde una visión
colectivo de padres profesores y estudiantes

Objetivos Específicos

1. Estimar el nivel de desconocimiento que tienen los estudiantes de la institución acerca de


los riesgos asociados a las redes sociales.
2. Evaluar el tipo de acceso que tienen los adolescentes en el manejo de las redes sociales
filtrando por cantidad de horas de uso y control parental ejercido.
3. Realizar un diagnóstico a partir de la información cotejada que permita la identificación
de los riesgos del ciberacoso, control parental del uso de las redes y seguimiento normas de
seguridad con la información suministrada en internet.
MARCO TEÓRICO
1. Definiciones de Ciberacoso

El Ciberacoso es definido por Garaigordobil & Aliri (2013) como la utilización de las
tecnologías de la información y la comunicación (TIC), principalmente Internet (correo
electrónico, mensajería instantánea, páginas web, blogs, videojuegos online y el teléfono
móvil, para ejercer el acoso entre iguales, es decir, todo este tipo de agresiones tienen lugar
en los medios de comunicación y buscan vulnerar el autoestíma de la víctima con burlas,
groserías, apodos, amenazas, entre otros.

En la revisión de la literatura, se destacan los aportes de Avilés (2013) quien identifica 3


formas en las que el maltrato se canaliza, las cuales se describirán a continuación: 1.
desequilibrio: reflejado en la relación de poder que tiene quien agrede y la vulnerabilidad
de la víctima; 2. Intención: busca la oportunidad de dañar, herir y maltratar a su víctima; y
3. Reiteración: la idea principal es generar temor a la víctima de manera repetitiva, de esta
manera el sufrimiento continúa al revivir en la mente las agresiones que le han
suministrado. Así mismo, resalta que el contexto virtual aporta componentes como la
ampliación de la audiencia y la permanencia de las agresiones en los escenarios, que
conllevan daño y sufrimiento para las víctimas respectivamente.

Ochoa y Murillo (2018) mencionan la relevancia de observar este fenómeno desde una
perspectiva amplia y asertiva del porqué del ciberacoso, el cómo podría tratarse de manera
responsable. hace énfasis en la responsabilidad tanto por parte de los padres como también
de los maestros en la orientación de los estudiantes al tratarse del buen uso de las TIC, ya
que a causa de los diversos riesgos que asumen los jóvenes en el ciberespacio como
racismo, pornografía infantil, incitación a crímenes contra la vida, homofobia, intolerancia
religiosa, striptease, sexting, grooming, phishing, Cyberstalking, Ciberacoso o
cibermatoneo, ciberdelitos, Smishing, Clickjacking entre otros, Por su parte, Bastidas,
Celmi y Pantoja (2012) afirman que se han creado diversas organizaciones en diferentes
regiones a fin de promover y proteger los derechos humanos en internet, lo cual se
ha considerado como una actividad complementaria a las actividades educativas y de
orientación que deben adelantar las instituciones educativas para evitar que niños, niñas y
adolescentes sean víctimas de los diferentes riesgos que implica el uso de internet y
las redes sociales.

Patchin e Hinduja (2012) - posiblemente los dos investigadores más prolíficos en el campo
de la investigación del ciberacoso a nivel internacional - proporcionan la siguiente
explicación para el trabajo sobre la definición del ciberacoso:
Conceptualmente, hay varias cuestiones importantes a considerar cuando se trata de definir
el acoso cibernético. Lo más importante es el uso de la tecnología para intimidar a una
tercera persona. Esta tecnología puede ser una computadora, un teléfono móvil, una tableta,
una cámara digital conectada a Internet u otro dispositivo electrónico. Además, el
ciberacoso debe implicar daños a una víctima. La víctima o el blanco del acto debe sufrir
efectos negativos. Por otro lado, el ciberacoso implica una repetición de actos. Al igual que
la intimidación que tiene lugar en contextos tradicionales, un incidente aislado
generalmente no se considera intimidación.

A estas posibilidades que ofrecen las tecnologías digitales y las redes sociales, también
podemos agregar el uso de varios lenguajes de comunicación para intimidar, incluido el
video, una combinación sincrónica de imagen y sonido en movimiento, caracterizada por
un alto potencial de representación fiel y explícita de la realidad.

2. Diferencias con otro tipo de acosos

A diferencia del acoso tradicional, esta modalidad se caracteriza por el anonimato, la


instantaneidad, la publicidad, los medios utilizados y la accesibilidad ilimitada, Bartrina
(2014) resalta El sexting y el happy slapping, el primero se refiere a la publicación de
material de tipo sexual buscando el chantaje y ridulización de la víctima y el segundo, en el
que un grupo de jóvenes graba el ataque realizado, estas conforman unas de las tantas
modalidades que tienen los agresores para causar dolor a las víctimas. Es necesario resaltar
los aportes a nivel investigativo, las cuales identifican las consecuencias del acoso para la
salud emocional de los niños y los jóvenes ya que son las víctimas y quienes, en este caso,
experimentan una falta de aceptación entre sus iguales lo que genera soledad y aislamiento
social, ansiedad, estrés postraumático y una serie de complicaciones a nivel psicológico que
puede llegar a provocar incidentes más significativos en un futuro, en palabras de Cowie
(2013) y de esta manera se reitera que muchas de las víctimas carecen de las habilidades
sociales necesarias para protegerse a ellas mismas, exponiendo la vulnerabilidad de este
grupo poblacional.

Aunque existen diferencias significativas entre el acoso escolar cara a cara y el


ciberbullying, también parece haber una clara conexión entre ambos (Ybarra y Mitchell,
2004) (Hinduja y Patchin, 2008). Esto no resulta extraño si se tiene en cuenta el
solapamiento entre los mundos offline y online de los menores. Por ello, resulta frecuente el
contacto previo entre agresor y víctima en los espacios físicos donde se da inicio a
comportamientos de exclusión y aislamiento que rápidamente tienen su continuidad en los
entornos en línea. Sin embargo, dado el nuevo paradigma de conectividad permanente en el
que se ven inmersos los jóvenes, cada vez se perciben más conductas claramente aisladas
en los entornos digitales sin conexión alguna con el entorno físico (Luengo, 2014).
El ciberacoso incluye el uso de múltiples herramientas o dispositivos tecnológicos, como
los teléfonos móviles o Smartphone, las redes sociales, el correo electrónico, la mensajería
instantánea, los chats, plataformas electrónicas de difusión de contenidos y otras
tecnologías asociadas a la comunicación digital.

3. Ciberacoso en relación con los padres y colegio

Escudé. (2008) afirma que: Los niños y jóvenes navegan por un medio donde hay una
absoluta falta de referentes y muchas veces son ajenos al riesgo que conlleva una
navegación sin unos mínimos de seguridad. Según un estudio, los padres controlan menos a
sus hijos e hijas en internet que frente a la Tv.

La falta de observación por parte de los padres hace que el niño o joven pueda entrar en un
problema de ciberacoso, llegando la persona que lo acosa a amenazar si el joven cuenta esta
situación a su familia.

Factores que afectan la variabilidad de los resultados de las encuestas sobre la prevalencia
del fenómeno del acoso escolar invitan a ser cautelosos acerca de las cifras informadas por
las encuestas sobre este tema. Como señalan Cabra Torres y Marciales Vivas (2016), dos
investigadores colombianos, las estadísticas a menudo contribuyen a alimentar algunos
mitos sobre el acoso cibernético cuando se presentan sin contextualización. Estos mitos
alimentan el miedo entre padres y maestros y crean una sensación de pérdida de control
sobre el universo social de los jóvenes. Como resultado, dan la impresión de que los adultos
no pueden hacer nada para proteger a los jóvenes de los riesgos asociados con el uso de
tecnologías.

BIBLIOGRAFÍA
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https://www.redalyc.org/pdf/3421/342132463001.pdf
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Cabra Torres, F. et Marciales Vivas, G. (2016). Cyberbullying and Education: A Review of
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