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Transferencias en la psicosis

José Fernando Velásquez

En una clínica bajo transferencia se puede evaluar más allá de la realidad psíquica del sujeto,
porque es con esa evaluación que podemos hacer el manejo de la transferencial, si no
evaluamos el manejo de la transferencia va a ser a ciegas, y caemos en catástrofe. En la
mayoría de los casos lo que nos consultan los analizantes, nos exponen un conflicto, un
conflicto de pareja, o no poder culminar con la tesis, o el conflicto que tengo con mi hijo, etc.

Bajo esa dimensión, el sujeto viene a demandarnos como resuelve el conflicto, y nuestra
posición si nos quedamos ahí, forzosamente está apuntando a dar una buena respuesta, a
aconsejarlo bien, el psicoanalista sabe que en ese eje no funciona la subjetividad, es solamente
una envoltura de la subjetividad.

Por ejemplo, reconoce el malentendido, no hay que dejar pasar los malentendidos, entre dora
y Freud había un conflicto que se quería resolver y Freud se puso a tratar de resolverlos, como
quien dice “libérese Dora, asuma su sexualidad, hágale”, o con la joven homosexual, transmitir
una serie de ideales, “esto no está bien, la elección suya no está bien”, o entre Schreber o
Flechsig, que al principio Flechsig empezó a escuchar mucho a Schreber, y como escribió en
sus memorias, se curó de toda la sintomatología. Resulta que en los tres casos, Dora, la joven
homosexual y Schreber, las cosas resultaron con un muy mal final, Dora abandonó la terapia, la
Joven homosexual hizo un pasaje al acto, Flechsig quedó como un objeto perseguidor de
Schreber.

Hay que tener en cuenta otras condiciones, otras dimensiones distintas a escuchar el conflicto,
saber, como dicen Los principios rectores del psicoanálisis 1 escritos por Eric Laurent, que
cuando el analizante se dirige al analista pone en él: sentimientos, creencias, expectativas, en
respuestas a lo que él dice, tener en cuenta que por ejemplo, lo imposible para ese sujeto de
discurso, (generalmente no existe) lo escuchamos en la reflexión de las mamás, o las pareja,
es: “si ella hiciera”, o “mi jefe cambiara”, es decir, si los demás hacen lo que yo pienso la cosa
se podría resolver. Fíjense que ahí el sujeto está forcluyendo algo de lo real, algo de lo
imposible, el sujeto de la lógica dice JAM, no conoce de lo imposible, cuando escuchamos a
alguien en relación a los conflictos, tenemos que pensar como le mostramos a ese sujeto algo
de lo imposible, cómo el puede empezar a contar con sus imposibilidades, y más allá de eso,
como lo dice JAM, en el texto de Sutilezas Analíticas, les recomiendo el capítulo La clínica del
sinthome, me parece que en todos los textos de JAM, en este texto especialmente, Miller nos
1
http://nucep.com/wp-content/uploads/2012/10/eric_laurent.pdf
enseña a que es lo que hay que escuchar, o qué es lo que un analista escucha, cuando decimos
“clínica de la escucha”, no es escuchar el conflicto, estamos viendo la radiografía de un
parlêtre, viendo cual es la estructura psíquica que tiene, entonces podemos acceder más allá
de los fenómenos, a “la máquina, a la matriz psíquica” de la cual los conflictos son su
manifestación, o los fenómenos clínicos son su manifestación, esa es la agudeza que tiene que
tener el analista, de poder ir a leer, en medio del conflicto, ir a leer con rayos x, cual es la
estructura de ese sujeto. En toda estructura hay piezas sueltas, la estructura de un motor esta
hecha de piezas sueltas que se articulan, cada pieza tiene un lugar, pero podemos remplazar
esa pieza por otra pieza, que cumple esa misma función, hay lugares específicos para algunas
piezas, lo mismo tiene el aparato psíquico, que está compuesto por piezas sueltas que se
articulan, el analista también sabe darle lugar al azar y a lo contingente, ¿a qué me refiero con
esto? No sólo a lo Azar y contingente que sucede dentro de la entrevista, sino que sabe que
esas piezas que estructuran a ese sujeto se armaron de una manera azarosa y contingente.

Por ejemplo en una situación “traumática”, en la historia de un sujeto, hay que dar cuenta el
sentido que ese sujeto le dio a ese acontecimiento, porque puede que lo haya vivido diez
personas simultáneamente, pero el sentido que le dio esa persona puede ser diferente a la de
las demás, es finalmente ese sujeto el que decide como oyó lo que oyó, cómo vivió lo que
vivió, quién es el que lo persigue, o qué es lo que lo persigue, o quién lo ama y cómo lo ama, es
al azar, lo mismo las identificaciones, por qué ese sujeto se identificó a la manera de caminar
del papá, o a esa gritería del papá, y por qué no se identificó a la posición sumisa de la mamá,
o al contrario, al azar, cosas contingentes, tan contingentes son como lo que le sucedió a la
actriz, que fue atacada por la paciente de Lacan, Aimee, esa actriz para Aimee tenía malas
intenciones para con ella, un sujeto elije a otro sujeto que lo persigue al azar, otros ejemplo
son el hombre que asesino a Lennon, o el que intentó atacar Reagan. Podría ser que este
momento esté en este sitio, y esté frente a un sujeto psicótico y en el momento menos
pensado me ataca al azar, lo contingente, el sujeto es el que percibe qué del goce del otro se le
vuelve amenazante, lo decía también por el caso del niño autista que veo, donde el ser tratado
con diminutivos y de manera cariñosa se le convierte a este chico en una cosa insoportable y
amenazante, cosa que recién los padres empezaron a detectar.

Toda esta serie de piezas sueltas se combinan de una manera contingente y azarosa, como
dice Lacan en el Seminario 23, “el azar nos empuja a diestra y siniestra” 2, piensen que estamos
muy distintos al Lacan estructuralista de los años 50, donde todo es una lógica científica tal

2
Lacan, J.: El Seminario, Libro 23, El sinthome, Ed. Paidós, Bs. As., 2006, pág. 160. Conferencia "Joyce el
síntoma", dictada el 16 de junio de 1975.
como pretendía Lacan en esos años, llevar el psicoanálisis a una dimensión científica, y aquí se
le cae el argumento y tiene que llegar a una lógica contingente, al azar, y eso que está en la
estructuración del sujeto también va a suceder en la intervención o del encuentro de los dos
sujetos, como ese sujeto interpreta mi mirada, cómo interpreta que le haya dado la mano,
cómo interpreta la pregunta o el ser llevado a un espacio de presentación de enfermos, eso
depende de allá, no de acá, este elemento es fundamental para que pensemos el asunto de la
transferencia, que no es tanto como creíamos de que la transferencia es pensar que se trataba
de formalizar de un buen lazo entre el analizante y el analista, y el analista tendría que hacer
todo lo habido y por haber para formalizar eso, ahora hay una posición más expectante y es
ver como ese sujeto abre la partida, cuales son los primeros movimientos que el hace, es el
que me va a mostrar, no soy yo quien tiene que llegar con la intensión de…

Quiero leer un párrafo de Miller, que dice que con esto comienza lo que llamamos la última
enseñanza de Lacan, con esta división entre la estructura, Lacan estructuralista, lógico,
científico; y los elementos del azar, la práctica del psicoanálisis cambia absolutamente de
acento, se trata de conducir la trama de un sujeto de la estructura a los elementos
primordiales, a las piezas sueltas fuera de la articulación, es decir fuera del sentido, y podemos
llamarlos porque están absolutamente separados, sueltos, se trata pues de conducir al sujeto a
los elementos absolutos de su existencia contingente.

Se trata de poner la atención sobre las piezas que arman esa estructura, cada una por aparte,
por ejemplo por más que relate conflicto, qué lugar tiene la mirada en el sujeto que me está
consultando, o la voz, qué lugar tiene una condición como una identificación, por ejemplo una
paciente que tiene el nombre de Blanca, hay que ver que peso tiene este nombre en la
identificación del sujeto, y Blanquita como le decía la mamá, la blanquita, tiene toda una
historia en su vida afectiva, amorosa, en la manera en como se ha dedicado a la parte social,
un significante sobre el cual recae toda la vida del sujeto, y es una pieza suelta, independiente
del conflicto, independiente si es hija de mengano o sutano.

Cómo un significante pesa sobre uno, como con ese significante se construye realidades
psíquicas, como en el ejemplo de un muchacho lgtbi que no le gusta que le digan
transformista, sino él es transgénero.

Con todo esto nos vemos obligados a dejar la clínica del conflicto, la clínica del deseo, para
mirar una clínica de artificios, cómo se articulan las piezas sueltas de una sustancia gozante en
la vida de un sujeto.
La lectura de esas articulaciones requieren de un tiempo lógico, para ver y comprender que es
lo que hace vinculo de ese sujeto con nosotros, en qué se apoya, como falsea el enlace,
recuerden, por más que venga con un propósito, ese sujeto falsea con su interpretación todo
lo que yo haga, tenemos que observar eso, eso implica hacer un uso conveniente y prudente
de nuestro semblante en las primeras entrevistas, ser extremadamente sutil, discreto, no
tener una forma precisa como el agua, el analista no es como el estilo de la IPA, que los
analizantes terminan identificados hasta en la forma de vestir, ese es el analista, el que
demora cuarenta y cinco minutos, atiente un tal sector de la ciudad, tiene un formato
preestablecido.

Lacan viene a subvertir todo esto y dice, no, como el agua, no tengan forma para poder
adecuarse a la forma que ese sujeto les da, puede ser necesario adoptar una postura del no
comprender, sea lo más sencillo, a ver… eso yo no lo entiendo, en unas ocasiones tocará ser
muy silencioso, en otras no mirar, en una entrevista, se dice que Lacan no cambió el pie del
carrizo, con ese sujeto Lacan no podía ser flexible, necesitaba ser un cuerpo rígido. Entonces
en este tiempo de evaluación, de cómo un sujeto me toma, vamos a poder ubicar, ciertas
dimensiones y ciertos lugares.

Las tres dimensiones que Lacan formula, simbólico, imaginario y real, cada una de ellas tendrá
que ser evaluada, como es la consistencia simbólica, como es la normatividad que sigue ese
sujeto, cual es su propia normatividad, el a qué se atañe, eso qué tan consistente es, o no, no
hay consistencia, lo simbólico es aquello que hace que el sujeto esté en armonía con su propia
normatividad, como ese sujeto asume lo imposible, la dimensión de lo real.

Otro ejemplo de un niño que viene a consulta, todo bien hasta cuarto de primaria, van a viajar
a Disney, este chico entra en crisis porque va a dejar a su abuela, no la va a volver a ver, parece
imposible introducir en su psiquismo el que va a estar una semana afuera y va a reencontrarse
con la abuela, ese sujeto como negativiza ese objeto, no es capaz de negativizar, nos estamos
dando cuenta que este chico tiene una dificultad importante en la dimensión de lo real,
también evaluamos la dimensión del deseo, la dimensión de lo imaginario, qué soy para el
deseo del Otro, como adopto mi deseo, y mi deseo con lo que implica, no todo lo que deseo
puedo lograr, hay sujetos que vemos que eso no funciona así, es el imperativo, tengo que
tenerlo, o me uno a la inconsistencia como por ejemplo, he probado con cuatro carreras,
puedo hacer un curso, o mamá me va a poder un negocio, mientras tanto estoy fumando
droga, estamos evaluando la estructura del deseo, el falo. Así tenga algo colgando no tiene
falo, desde el punto de vista psíquico, nuestra intervención no podrá apoyarse en las piezas
que le faltan al sujeto, si le vamos a dar a un sujeto toda una orientación, como indicarle que
carrera le conviene, lo estamos llevando a otro fracaso más, si no tiene falo, no podemos
apoyar la estrategia terapéutica en una pieza que no tiene, o tiene una inconsistencia en lo
simbólico, como este niño, de que no puede aceptar no volver a ver a la abuela, entra en
pánico, tenemos que hacer todo un trabajo como este chico empieza a negativizar ciertos
objetos, esto no crean que es tan técnico, yo lo trabajo con los papás, hay algunos chicos
psicóticos donde les es muy difícil asumir el malentendido por ejemplo de una broma, el
muchachito responde con un golpe, o se descompone y cae en una inhibición, a veces los
padres dan todo un sermón, hay que compartir, hay que defenderse… etc., todo ese sermón,
todo ese sermón el muchachito no va a tener como articularlo a su propio psiquismo, si todos
tenemos que esperar, para un autista como asume que tenemos que esperar, se pueden
predicar horas enteras y él no va a entender que hay que esperar, puede que al papá y a la
mamá les diga listo espero, pero al otro día no espera, vuelve y lo hace, y este ejemplo es
válido para cualquier tipo de situación estructural.

Los papás, los educadores, los terapeutas son muy dados a sermonear, un muchachito con
tdha puede estar muy quietecito en clase, pero solo los primeros minutos, luego la cosa no
funciona.

También evaluamos insisto, “los goces”, y habló en plural, los goces, a la altura del seminario
10 y 11, Lacan habla de Un goce, hasta ese momento, después los pluraliza, es que hay varios
goces, que un muchachito sepa jugar con el malentendido de la lengua, a mí me da una
orientación, que es un muchachito que tiene estructura, en su goce de sentido, el muchachito
que sepa, hacer, como que está enamorado de una chica, pero ella quiere al otro, y eso lo
incorpora a su estructura, digo aquí hay una estructura de goce fálico, es un chico que tiene
con qué, tiene un aparato para su deseo, es también la manera como asumimos el goce del
otro, un goce externo, un goce que no sea el nuestro, ejemplo quiere hacer cambio de sexo, mi
mujer piensa distinto, son cosas distintas de asumir para un ser de goce pero tenemos en
nuestra estructura, que alojarlas, tenemos que alojar el goce del otro, pero no siempre eso
funciona.

La realidad contemporánea, vemos cosas segregacionistas, xenófobas dentro de la relación de


pareja, hay una incapacidad de asumir el goce del otro, todos esos elementos son elementos
que nos permiten a nosotros saber como está la estructura de ese sujeto, nos orientamos
también con el discurso, y como me habla ese sujeto, a veces nos encontramos con
incapacidad de interpretar, pegados a un solo significante, incapaces de hacer metáfora, todo
metonímico, con fugas ideativas, el uso de neologismos, transposición de pronombres, eso me
da cuenta de que hay una posición simbólica que no es consistente en ese sujeto.

Fenómenos intrusivos en el cuerpo, me habla, me mira, la manera como el sujeto adopta su


cuerpo, esa relación del sujeto y el cuerpo también es un campo de evaluación, un sujeto de
cambia de peso en dos meses, pierde doce kilos sin tener ninguna cuestión orgánica que lo
sustente, pregunta qué relación hay entre este sujeto y su cuerpo, o los acontecimientos de
cuerpo, todo lo psicosomático, hago migrañas, tengo una eczema, asma, todos esos son
elementos que los llamaría de evaluar lo deficitario, lo que no marcha lo que falla, esa es una
de las tareas nuestras en este tiempo preliminar de observación, de ese sujeto como me está
tomando, como me está usando, como se está dirigiendo a mí, qué deseo está expresando,
como maneja el encuentro con mi cuerpo, como pone en circulación a los objetos pulsionales,
todo eso lo estoy evaluando, pero hay otra dimensión que se nos olvida evaluar, y que es
fundamental, y que es la que nos enseña Lacan en esta última enseñanza, pescar, perseguir,
atrapar cual es la satisfacción singular de ese sujeto, lo mas singular de ese sujeto, no nos
satisfacemos de manera universal, igual todos, cada uno lo hace de una manera singular, y
alrededor de esa manera satisfactoria, también soportamos nuestra existencia, eso Lacan lo
llama, hay de lo uno, haiuno, cada ser hablante hay algo de lo Uno, hay algo que lo atañe
solamente a ese parlêtre, se puede leer los tres últimos capítulos del seminario 19, y es una
manera de acercarse a ese hay de lo uno.

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