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Prof.

Gabriela Héligon 1
gheligon@hotmail.com

APUNTE 4
Contenidos:
Las texturas: visuales y táctiles. Procesal. Materiales adicionados. Herramientas.
Alisados.

"La textura de superficie de una pieza cerámica es su aspecto táctil-visual, esto es:
su mayor o menor grado de lisura o aspereza, calidades ambas que son fácilmente
perceptibles tanto por el sentido de la vista como por el tacto." 1
La textura de una pieza cerámica puede ser el resultado de la pasta arcillosa natural
utilizada o de los elementos que se le adicionen ex profeso, o del trabajo que se
aplique sobre la pieza (cruda - húmeda, cruda - seca, bizcochada)

Se las podría clasificar de la siguiente manera:

Textura natural: es la que presenta una pieza que no ha tenido tratamiento de


superficie particular final.

Texturas por inclusión de materiales: Estos pueden dividirse a su vez en inorgánicos


(arena, chamote, ladrillo picado, mica, cuarzo grueso, cenizas volcánicas, vermiculita,
perlita, etc.), y orgánicos (restos vegetales, cenizas vegetales, aserrín, cenizas de
huesos, carbón molido, semillas, papel, pelos, jabón, etc.). Estos últimos se queman
en el horno, dejando "huecos" en los lugares que ocupaban.
También se pueden utilizar restos metálicos (virutas, limaduras, etc.) y vidrio pero es
necesario tener especial precaución al momento del trabajo manual.
Es muy importante evaluar los efectos de cada uno de estos materiales incluidos (y
sus porcentajes) en la pasta cerámica a utilizar [ver Apunte 2].

Texturas por el trabajo en superficie: Se trata de las "huellas" que se dejan con
intención de enriquecer la pieza. Puede ser que ella delate el proceso de realización
(costuras con los dedos o herramientas; impresiones dactilares o de herramientas
utilizadas para lograr la forma; alisado de la pasta húmeda con esponja, los dedos,
trapos etc.; lijado de la pasta seca - cruda o seca - bizcochada; amasado; doblado de
placas; cortes; punzados; etc.), o que se efectúen con el fin de aplicar color (frotar
óxidos, chorrear sales diluidas, etc.). En estos casos se puede valer de un sinfín de
herramientas, desde las propias manos, hasta devastadores, estecas, rodillos,
esponja vegetales, telas, maderas, paletas lisas y acanaladas, moldes de yeso,
bruñidores, peines, etc. Es importante tener la flexibilidad necesaria para procurarse
las herramientas que nos permitan obtener las superficies deseadas.

1
Fernández Chiti, J. Cerámica Indígena Arqueológica Argentina Pag.238. Ed . Condorhuasi- 1997
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TEXTURAS VISUALES

Podemos lograr modificar la superficie natural del trabajo cerámico aplicando


variación de tonos, colores, brillos y opacidades, líneas rellenas, etc. Detallaremos a
continuación algunos recursos. Sobre los materiales colorantes y su aplicación,
trataremos en el apunte correspondiente.

Superficies lisas. Podemos lograr distintas calidades de tersura:


 Alisado con esteca de madera, con los dedos húmedos, con esponja lisa sobre las
paredes frescas y húmedas.
 Alisado de las paredes frescas y húmedas, posterior bruñido (con piedra lisa, con
cuchara de metal 2) sobre la pieza a “punto cuero”3. Se obtiene brillo.
 Lijado de la pieza seca cruda con papel de lija fino o virulana. Se puede acentuar
con un lijado del bizcocho con lija al agua obteniendo una gran tersura.

Superficies con variación por color:


 Color por atmósfera de cocción (reducción parcial). Ahumado, quema en negro.
Se obtiene reduciendo la cantidad de oxígeno al finalizar la quema o posterior a
ella, colocando la pieza en material orgánico a una temperatura superior a los
300º C. Se puede utilizar hornillos de aserrín, de carbón, fogones de pozo o
simplemente envolviendo la pieza (total o parcialmente) con papel de diario y
encendiéndolo (de esta manera de obtienen ahumados).
 Color por aplicación de óxidos , sales y pigmentos calcinados.
 Color por mezcla de pastas cerámicas (atender a las diferentes contracciones de
secado)
 Color por inclusión de arena o chamote. En este caso, podemos realizar el
chamote con pastas coloreadas o con pastas de otro color a la utilizada para
levantar la pieza.
Se amasará la pasta destinada para realizar el chamote dándole forma de bollos.
Una vez alcanzado el punto cuero, se lo pasará por un simple rallador de cocina,
obteniendo fragmentos pequeños que se hornearán a 750º C como mínimo.
Se obtiene gran lisura en la superficie, lijando el bizcocho con lija al agua.
Recordar que la arena de río vira a los colores rojizos a partir de los 800º C.
 Líneas esgrafiadas y con relleno pos cocción. Se realiza sobre superficies
perfectamente bruñidas y manteniendo el punto cuero. Podemos utilizar
diferentes grosores de punzones, manipulando la pieza con trapos secos (evitar
tocarla con las manos, ya que perderíamos parte del efecto del bruñido). Limpiar
con un pincel de pelo los rebordes del esgrafiado. Hornear a 800º C. Rellenar las
líneas con yeso preparado, el que se adherirá solamente en las rugosidades
(dentro de las líneas de esgrafiado). El destaque se optimiza sobre una superficie
ahumada o negra.
 Reserva en quema en negro o ahumado. Se realiza sobre una superficie
perfectamente bruñida. Se hornea a no más de 800º C (recordar que a más
temperatura se pierde el brillo del bruñido). Cuando la pieza está fría, se trabaja

2
Es bueno recordar que el bronce mancha de colores verdosos (debido al cobre de composición que
se deposita sobre la superficie de las paredes por desgaste), la alpaca mancha negruzco. Esto se
destaca más sobre pastas blancas o muy claras.
3
Estado de secado donde las paredes están húmedas pero ya perdieron su plasticidad.
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con barbotina aplicada a pincel. Se ennegrece la pieza y una vez fría se la lava
quitándole la barbotina. En estas zonas se mantendrá el color natural de la pasta.

Estos son algunos recursos ya experimentados. Cada ceramista podrá ir


enriqueciéndolos y aportando nuevos efectos a partir de la propia experimentación.

TEXTURAS TÁCTILES

La cerámica se aprecia con la vista y el tacto, es por eso que debemos cuidar este
aspecto al momento de proyectar un trabajo. Cada campo perceptual se transforma
en signo al momento de entrar en juego en una propuesta estética, y eso debe ser
elaborado conscientemente por el autor.
La superficie de un objeto “habla” sobre la calidad y cualidad del mismo, remite a
materiales (aunque no sean los presentes, los verdaderamente utilizados para la
realización del mismo). Lo táctil, difícilmente esté escindido de lo visual, y la
cerámica tiene infinidad de recursos para ofrecer al ceramista. Detallaremos algunos:

Rugosidades por inclusión de materiales orgánicos o inorgánicos calcinables


(telgopor, por ejemplo) a los 400º C: dejan una huella negativa en la pared. Como
ya se ha dicho anteriormente, estos materiales restan resistencia mecánica a la pasta
cerámica

Rugosidad por inclusión de materiales refractarios: permaneces en la pared, algunos


modifican su color pos cocción (arena). Se los puede destacar lijando la pieza cruda
seca con papel de lija de grano grueso.

Rugosidad por inclusión de materiales fundentes (vidrio molido, virutas de metales):


a mayor temperatura se hace más notorio el poro dejado por las partículas.
Desarrollan color: hierro, rojizos; bronce y cobre, verdes y negros; etc.
Se debe recordar, una vez más, que algunos materiales, por su peligrosidad en el
amasado con la pasta cerámica o por su efecto de reductor de la resistencia
mecánica, pueden ser aplicados superficialmente en mezcla con barbotina de la
pasta utilizada.

Rugosidad por estampado: se aplicará sobre la superficie fresca y húmeda, dejando


la huella del material aplicado (telas, hilos, cortezas, sellos, paletas revestidas, tacos
de grabado, clavos, otros materiales)

Rugosidad delatoras del proceso: se dejan a la vista las costuras, el pegado de las
placas o rollos, la utilización de herramientas de limpieza, etc.

Rugosidad por aplicación intencional de herramientas sobre la pasta fresca y húmeda


o “punto cuero”: estecas, peines, paletas, gubias, trinchetas, punzones, cepillos, etc.
Raspado, calado, esgrafiado, perforaciones, pinchazos, etc.
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Rugosidad por aplicación de pequeños volúmenes: rollos, picos, bollitos, etc.,
realizados con arcilla y pegados con barbotina. Chorreaduras, salpicaduras, goteado
de barbotina lisa o cargada.

Como se puede ver, las posibilidades dadas son ilimitadas y estará en la creatividad
del ejecutor el encontrar otros recursos que convengan a su proyecto. En la
Cerámica no existe el error ya que todo fracaso de una técnica o aplicación puede
transformarse en un hallazgo que resulte exitoso en otro trabajo. Por ejemplo:
sabemos que acelerando el secado es muy probable que las paredes se fisuren o
agrieten, principalmente si las diferencias de grosores son marcadas, esto puede ser
un elemento estético valioso al momento de resolver un trabajo.

BIBLIOGRAFÍA

Drake, K. Cerámica sin torno. Editorial Kapelusz. Bs. As., 1972


Rothemberg, Polly. Manual de Cerámica Artística. Ediciones Omega. Barcelona, 1976
Ruprecht, Hakon. Cerámica Imaginativa. Ediciones CEAC S.A. España, 1999
Woody, Elsbeth S. Cerámica a mano.

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